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Las infecciones y alergias son más raras en los niños criados a pecho que en los
alimentados con biberón. Si bien es cierto que el niño viene al mundo protegido con
anticuerpos, esta protección desaparece al nacer y las inmunoglobulinas o
anticuerpos presentes en la leche materna ocupan su lugar y le protegen hasta que
su propio cuerpo los genera. El bebé recibe la primera leche durante los primeros
días de vida, esta leche, también llamada calostro es muy nutritiva, espesa y
amarillenta, proporciona anticuerpos importantes que fortalecen su sistema
inmunológico y revisten la pared intestinal.
En síntesis, un niño o niña amamantado/a a demanda (vale decir todas las veces
que lo pida y por el tiempo que desee hacerlo) tendrá muchísimas más
probabilidades de ser más sano/a, con mejor desarrollo, podrá más fácilmente
construir una relación significativa y de apego seguro con su madre, tendrá menos
molestias y con ello menos llanto, y mejores condiciones para enfrentar su futuro.
La leche producida es conducida por túbulos y conductos hasta los senos lactíferos
que son dilataciones de estos, localizados a la altura de la areola donde se deposita
una pequeña cantidad de leche para ser extraída por la succión del niño. De ellos
salen unos 15 a 25 conductos hacia el pezón.
En el centro de cada mama hay una zona circular que recibe el nombre de areola y
contiene pequeños corpúsculos denominados Tubérculos de Montgomery, que
durante la lactancia producen una secreción que lubrica la piel. En el centro de cada
areola se halla el pezón formado por tejido eréctil que facilita la succión.
La mama está irrigada por las arterias mamarias internas y externas, recibe además
vasos de algunas anastomosis de la arteria intercostal de la rama pectoral de la
arteria acromiotoráxica. Aunque posee las venas correspondientes, gran parte de la
sangre venosa para inicialmente a venas superficiales de grueso calibre que se
advierten a través de la piel formando la Red de Haller.
Fisiología de la Lactancia
•Embrionario
•Puberal
•Gravídico.
Desarrollo Gravídico
Este mecanismo es parecido a la “Ley y Oferta y Demanda”, es decir que entre más
succione el niño (Demanda), habrá mayor producción de leche (Oferta) por parte de
la madre.
Cuando tenga una correcta posición al mamar. De esta forma, se asegura una
adecuada producción de leche y se evitan problemas en las mamas,
como mastitis o ingurgitación. La alimentación del niño al pecho siempre ha de ser
a demanda; esto significa que no se seguirán horarios rígidos, no se restringirá el
número de tomas ni se limitará el tiempo que está mamando de cada pecho. La
única salvedad a esta norma es en los primeros días de vida, donde hay que
asegurarse de que el recién nacido haga al menos 8 tomas diarias. Pasado ese
primer periodo, y siempre que la succión sea eficaz, la lactancia ha de ser a
demanda, y será el bebé el que regule el número y la duración de las tomas.
Postura adecuada al amamantar. No hay solo una postura para dar el pecho. Madre
e hijo pueden adaptar la posición según se encuentren más cómodos y según las
circunstancias (parto natural o cesárea; un bebé o dos). Algunas de las posturas
más habituales para dar el pecho son: posición tradicional o de cuna, posición de
rugby, bebé a horcajadas, madre e hijo tumbado, madre tumbada e hijo al inverso y
madre en cuclillas e hijo tumbado.
Son cuando se dan tomas interminables de más de una hora en las que parece que
nunca acaba de saciarse, inadecuada ganancia de peso, él bebe solo agarra el
pezón y no el pezón y la areola, emite chasqueos al mamar y no se le oye tragar,
mama de forma descoordinada, la madre tiene mucho dolor cuando el niño está
mamando.
Existen ciertos síntomas que ponen de manifiesto la mala posición del bebé al
tomar el pecho: