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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS MEDICAS

ESCUELA DE OBSTETRICIA

CATEDRA DE NUTRICION

TEMA:

MICRONUTRIENTES

INTEGRANTES:

 VELEZ JOUTTEAUX MARIA

 MOREIRA MORA TAYRON

 TORRES GALLEGOS ANDREA


 VEGA RIVAS WENDY

DOCENTE:

 OBST. YAZMIN GRANDA BARBA, Msc

FECHA: 5/11/2018
Nuestras células necesitan energía para realizar sus funciones vitales. Nuestro
organismo obtiene esta energía de los nutrientes contenidos en los alimentos por
medio de procesos oxidativos.

Una nutrición deficiente no solo provoca trastornos sino que además favorece el
desarrollo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, cáncer, diabetes tipo
2 y obesidad. Es uno de los motivos por los que es necesario cuidar nuestra
alimentación. Una dieta saludable debe contener una diversidad de alimentos que
proporcionen nutrientes, calorías y otras sustancias en cantidades que favorezcan
el funcionamiento óptimo de nuestro organismo.

¿Qué son los micronutrientes?

Los micronutrientes son nutrientes esenciales, que aunque no aportan energía,


son imprescindibles para el organismo, y debemos obtenerlos a través de la
alimentación. Nuestro cuerpo necesita pequeñas cantidades de micronutrientes.
Sin ellos la química del cuerpo no funcionaría.

Vitaminas

Las vitaminas son sustancias químicas necesarias para el crecimiento, la vitalidad


y el bienestar general de nuestro cuerpo. Estos nutrientes son clave para el
funcionamiento celular, el crecimiento y el desarrollo normal de nuestro organismo.

Y aunque se necesitan en cantidades muy pequeñas, las vitaminas solamente se


pueden obtener de los alimentos, ya que el cuerpo no las fabrica.

Pero hay que tener cuidado ya que altas concentraciones de ciertas vitaminas
pueden ser tóxicas.
Las vitaminas pueden actuar como coenzimas (sustancias químicas que activan
las enzimas) en procesos metabólicos como la conversión de glucosa en energía.

Las vitaminas se pueden clasificar en función de si son solubles en grasa o agua:

 Vitaminas hidrosolubles (solubles en agua): hay nueve vitaminas


hidrosolubles que el cuerpo usa inmediatamente, ya que no puede
almacenarlas por mucho tiempo. Las vitaminas que no son utilizadas son
excretadas a través de la orina. Por esta razón, es muy importante un
aporte continuado de este tipo de nutrientes y de ahí la necesidad de tomar
una dieta rica en frutas y verduras, que además es una fuente de
antioxidantes. En este grupo se encuentran las vitaminas del complejo B
(tiamina, ribiflavina, niacina, pirodixina, folato, vitamina B12, biotina, ácido
pantoténico) y la vitamina C.
 Vitaminas liposolubles (o solubles en grasa): se almacenan durante
tiempo en el tejido graso corporal y en el hígado. Pertenecen a este grupo
la vitamina A, vitamina D, vitamina E y vitamina K. Se encuentran presentes
en los componentes grasos de los alimentos.

Un contenido excesivo de este tipo de vitaminas o hipervitaminosis -


especialmente la A y la D- en suplementos puede provocar síntomas de
toxicidad, mientras que una sobredosis de vitaminas por consumo de
alimentos es muy rara.

Cada vitamina se encuentra en diversos alimentos y en cantidades diferentes.


Granos enteros (cereales y arroz), frutas y hortalizas, productos lácteos, carnes
magra de cerdo, visceras, carne roja, frutos secos, huevos, arvejas,
frijoles, pescados o aves de corral son fuentes de vitaminas.

¿Cuáles son los minerales en los alimentos?

El cuerpo necesita minerales para funciones como el mantenimiento de tejidos,


reacciones enzimáticas, contracción muscular, reacciones nerviosas
y coagulación de la sangre.
Todos los minerales (calcio, magnesio, fósforo, azufre, cloro, sodio y potasio) son
nutrientes esenciales y deben ser aportados por la dieta y ser consumidos en
cantidades determinadas para un buen mantenimiento de la salud. La absorción
de los minerales depende de la presencia o no de otros nutrientes y la situación
fisiológica del individuo.

Un exceso o defecto de aporte de minerales puede afectar a la salud.

Ocho micronutrientes que debe incluir la dieta durante el embarazo

Vitaminas

Ácido Fólico: El ácido fólico es imprescindible para prevenir defectos en el tubo


neural (espina bífida y anencefalia) y prevenir un parto prematuro. Debes
aumentar su consumo los meses antes del embarazo y durante el primer
trimestre para un correcto desarrollo fetal y placentario. Es muy común que se
administre un suplemento de ácido fólico meses antes del embarazo para
prevenir carencias. ¿En qué alimentos lo puedes encontrar? Verduras de hoja
verde (espinacas, acelgas), espárragos verdes, brócoli, Lentejas y judías pintas,
Frutas, frutos secos y cereales integrales.

Vitamina D: La vitamina D ayuda a aumentar la absorción del calcio, cuyo


requerimiento es mayor. Se encuentra en alimentos como pescados azules y
lácteos, pero aquellos que no están completamente desnatados. Sin embargo,
nuestro cuerpo también produce vitamina D con la exposición al sol, por lo que
te recomendamos salir al exterior y pasear.

Vitamina B6: La vitamina B6 es necesaria para el desarrollo del sistema nervioso


y el crecimiento del feto en general. También participa en el metabolismo de
carbohidratos que, como hemos explicado, está alterado durante el embarazo.
Se encuentra en carnes, pescados, frutos secos y legumbres.

Vitamina B12: La vitamina B12 es imprescindible en la formación de la espina


bífida del feto, junto con la vitamina B6. Su aporte es suficiente con el que
contienen los alimentos de origen animal. En caso de que seas vegetariana,
tendrás que consumirla externamente.
Vitamina C: La vitamina C está implicada en los procesos de crecimiento y
reparación de tejidos del feto. También mejora la absorción de hierro y tu sistema
inmunitario. La encontramos fundamentalmente en frutas y verduras,
preferiblemente frescas y crudas.

Minerales

Hierro: El aporte de hierro es fundamental debido a que el volumen sanguíneo


de la madre aumenta. Además, durante el parto hay pérdida de sangre, por lo
que sus requerimientos suelen ser altos incluso después del embarazo. Asegura
al menos 2 tomas a la semana el consumo de los siguientes alimentos: Vísceras
(Hígado), conejo, liebre, ternera, buey, almejas, berberechos y mejillones. Es
muy común recurrir a la suplementación para prevenir carencias. Para mejorar
su absorción, tómalo con el estómago vacío y junto con vitamina C, como un
zumo de naranja, pomelo, kiwi o tomate, y siempre sin café o té, ya que reducen
su absorción.

Calcio: En el embarazo las recomendaciones de calcio son de 1.200 mg/día, 200


mg más que en una mujer adulta sana. Su déficit disminuye la densidad ósea
materna y fetal, puede producir hipertensión y bajo peso fetal. 3/4 partes del
calcio de la dieta lo obtenemos a través de los lácteos, pero también aportan
calcio las verduras, hortalizas y legumbres, y en menor medida, los cereales
integrales y frutos secos. Sin embargo, la absorción del calcio de estos alimentos
es menor.

Yodo: El Yodo es fundamental para la síntesis de hormonastiroideas,


responsables del metabolismo basal de la mujer embarazada. Durante el
embarazo, las hormonas tiroideas aumentan por su contribución en el
crecimiento del feto y maduración de tejidos. Una carencia de yodo influye en el
desarrollo del sistema nervioso del niño, pero hay que ir con cuidado, ya que un
exceso puede causar alteraciones en la glándula tiroides del recién nacido. La
mujer embarazada necesita 50 microgramos más que en normalidad. Los
puedes conseguir consumiendo pescados, mariscos y algas, pero si además
consumes sal yodada es difícil que tengas una carencia.
https://www.clinicalascondes.cl/CENTROS-Y-ESPECIALIDADES/Centros/Centro-de-Nutricion/Nutricion/Micronutrientes

https://www.elmundo.es/yodona/2016/01/14/558013b646163f1e648b457c.html

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