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Ensayos para una

TEORÍA POLÍTICA
de la

CONSTITUCIÓN
ADALBERTO SALDAÑA HARLOW

Ensayos para una

TEORÍA POLÍTICA
de la
CONSTITUCIÓN

1996
ANA O
Asociación Nacional de Abogados Democráticos
CLASiF. :2:(~?;2..()__~..../)~'.).:-- .
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o Primera edición
Adalberto Saldaña Hadow
A Miranda Constanza
Un amor muy grande
para una mujer muy chiquita.
CONTENIDO

Págs.
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . "XV
Presentación: ¿Cuál es el problema del Estado de Derecho y la
Constitución en México? . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

CAPÍTULO PRIMERO

Aproximaciones sucesivas
P!uME.RA PARTE

La Constitución Incumplida '" . . . . . . . . . 7


l. La constitución incumplida (por el poder público) 7
2. La constitución incumplida (por la sociedad) . . . 8
3. La constitución incumplida (por la corrupción) . 9
4. La constitución incumplida (por la falta de división del poder) 9
5. La constitución incumplida (por la indefensión de la sociedad) 9
6. La constitución incumplida (por la participación de la sociedad) 9
ANEXOI

Introducción a la constitución incumplida 13


ANEXO II

Epilogo general . 17
ANEXO III

Para leer las disposiciones constitucionales . 19


ANEXO IV

Rejlexiónflnal sobre la constitución incumplida. 33

IX
SEGUNDA PARTE

Garantías constitucionales y el derecho de reclamación 39


J. Filosofta del derecho político . 39
2. La correlación jurídica . . . . . . . . 41
3. Las garantías constitucionales . . . . 42
4. Derecho de reclamación . . . . . . . . 43
5. Revisión de garantías constitucionales 44
6. Recurso de reclamación . 46
7. Consideraciones finales . . . . . . . . 47
ANEXO 1

La división de poderes y el derecho de reclamación . 48


Conclusiones del derecho de reclamación de garantías
constitucionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 51
ANEXO II

Análisis de caso: el EZLN 54

TERCERA PARTE

Consideración política de la legitimidad y legalidad del siste-


ma de mandato para la formación de la ley y el gobierno 61
J. La legitimidad de origen de la ley. . . . . . . . . . . . . . 61
ANEXO 1

La modalidad de la Constitución 65
2. Legitimidad de ejercicio de la ley . 67
ANEXO 11

La Constitución Incumplida: Complejidad de la legitimidad . 70

CAPÍ1ULO SEGUNDO

Teoría política de la Constitución


1. Principios rectores . . . o 83
J. La soberanía nacional . . 83
2. Mandato político. . o • • 84
3. Garantías del Gobernado o o • • ••••••• • • • 87
no Teoría politica de la Constitución: Legitimidad de origen. 89
III. Teoria política de la Constitución: Los medios y legitimidad
de ejercicio .. o • • • • o • • o • • • • o • • • o • • • • • 91

x
ANEXO

¿Gobierno representativo o mandato? 101

CAPÍTULO TERCERO

Análisis del texto constitucional


Introducción. . 103
PiuMERA PARTE

Criterios rectores . 105


Introdu~wn . 105
J. Acto de Soberanía: Criterio de evaluación 105
2. Mandato: Criterio de evaluación 108
3. Justicia: Criterio de evaluación . . . . . 112

SEGUNDA PARTE

Evaluación Política de la Constitución:


Consideraciones Iniciales . . . . . . . . 115
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
J. Teoría política democrática de la Constitución:
La inconsistencia del texto . . . . . . . 115

TERCERA PARTE

Evaluación Politica de la Constitución: Garantías individuales 129


Introduccíón , . . . . . . . . . . . . . . 129
J. Libertades individuales 129
2. Garantías procesales . . . . . . . . 132
3. Derechos sociales . . . . . . . . . . 133
4. Derechos sociales derivados de la economía . 136
5. Derechos sociales derivados de la economía:
El caso especial del artículo 27. . . . . . . . 144
6. Conclusión de cumplimiento 147
7. Los recursos para hacer valer las garantias constitucionales 153
8. Conclusión general de garanuas . . . . . . . . . . . . . . 160
ANEXO I

Comentarios adiciona/es 161

XI
ANEXO II

Caso ejemplificativo: La venta de las petroquimicas 167


ANEXO III

Las garantías y el EZLN 171


ANEXO IV

Los limites de la soberanía nacional del pueblo, la reforma de la


Constitución y las restricciones a las garantías individuales 175

CAPÍTULO CUARTO

Garantías constitucionales de laforma y operacióndel gobierno


Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183

PARTE ÚNICA

Observacíones principales del texto constitucional sobre for-


ma y operación de gobiemo . . . . . . 184
1. División de Poderes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184
2. Poder legislativo-mandatario legislativo . . . . . . . . . . 186
3. Responsabilidad de los servidores públicos (Título Cuarto) 200
4. Federalismo . . . . . . . . . . . . . . . 209
5. Facultades de excepción. . . . . . . . . 211
6. Título Séptimo. Prevenciones generales 217
7. Conclusiones generales 226
8. Disgresión conceptual . . . . . . . . . . 230
Epilogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235
Advertencia: La importanciade los medios 242

XII
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
".. .De la mismamanera que el Hijo del hombre
no ha venido a ser servido, sinoa servir. . . "

"Sabéis que losjefes de las naciones


las gobiernan comoseñores absolutos, y los
grandes /as oprimen con supoder. Pero no ha
de ser así entre vosotros, sino que el que
quierallegar a ser grande entre vosotros, sea
vuestro servidor, y el que quiera ser el
primeroentre vosotros, sea esclavo vuestro''.
San Mateo, Capítulo 20, Versículo 24.
PRÓLOGO
Adalberto Saldaña, como buen estudioso del Derecho que es y
no simple dialoguista de la reformaburocrática del Estado, no se
limita a las observaciones originales de un problema ni a las
conclusiones primarias quede ellassurgen. Investiga porfiadarnen-
te, afina los resultados iniciales y de esamaneraalcanzapostulados
que significan una contribución importante no sólopara la doctrina
jurídica, sino también -y tal vez más profundamente- para la
vivencia normativa de nuestro país, cuyo cuadro jurídico no se
integra sólo con leyesa veces legítimamente expedidas y sistemá-
ticamente violadas, sino también con mandamientos autoritarios,
contrarios a la Constitución o con silencios destinados a proteger
la impunidad de los funcionarios delincuentes. El conjunto de
disposiciones jurídicas vigentes en el México de 1996, nos ha
colocadoen unasituación detalmaneraincompatible conunestado
de derecho, que cuando el presidente Zedillo afirma que en el
Méxicoactualprevaleceunestadode derecho, no sabemossi pone
en evidencia una manifiesta ignorancia, un espíritu burlón o un
propósitode inocultable mendacidad.
México, en 1996, esunpaísdeleyes queademás desercontrarias,
en muchos aspectos a la Constitución, sufren un alto gradode incum-
plimiento y, paracolmo,losfuncionarios que lasincumplen disfru-
tan, en la mayor parte de los casos, de una poderosa coraza de
impunidad, que "los malosos" califican como "encubrimiento" y
los bondadosos como "agradecimiento",aunque ambos grupos se
unifican para calificarla conductavergonzosa del procurador.
Pero ante esa situación, resultade enorme interés la reiterada
preocupación del señor licenciado Saldaña para dar vida real y
eficacia a un recurso de reclamación social que, fundado en la
Constitución, entrañeun eficazy fácilremedio que puedan invocar

xv
los ofendidos frente a las arbitrariedades, los abusos y los excesos
de las autoridades.
Gravemente postrado nuestro tradicional juicio de amparo que
tiene como fundamento inexcusable la independencia de los órga-
nos del Poder Judicial frente a los del Poder Ejecutivo, se vuelve
necesidad imperiosa encontrar un mecanismo defensivo de los
derechos humanos frente a la prepotencia de las autoridades.
Reviste especial significación en el estudio que comento la idea
de que el ejercicio de las funciones públicas en una relación de
mandato jurídico-político en la cual, de acuerdo con los artículos
39 a 41 de nuestra Carta Magna, el mandante es el pueblo y los
mandatarios son los funcionarios que están obligados a dar satis-
facción al mandante.
El autor llega, al concluir su "Introducción" a una dolorosa
pero cierta afirmación: -
"La autoridad se ha distanciado cada vez más del pueblo
mexicano y, en consecuencia, cada vez se ha apartado más de la
ley. Revertir esa tendencia sólo puede hacerse con la mayor parti-
cipación de la sociedad exigiendo sus derechos de mandante, en el
contenido de la ley y en su aplicación.
Contiene el ensayo del licenciado Saldaña agudas, contunden-
tes frases que describen la actual condición de México. "El Presi-
dente es la ley" -dice- y "La ley soy yo" -Le hace decir al
interfecto- "Lo que parece obvio en un gobierno de un solo
hombre", "El presidente es el poder ejecutivo, es el poder legisla-
tivo y es el poder judicial, y es todo esto junto. Así que es el
gobierno, y es la ley, y ya encarrerado, es el Estado y hasta es
México".
Señala, por otra parte, el autor un dato característico de nuestro
derecho neo-liberal en el sentido de que los integrantes del pueblo
agraviado por violaciones constitucionales no tiene interés jurídico
en reclamarlas, porque no tiene interés patrimonial directo en ellas.
Esa afinnación se compaginacon la moraljurídica y social del libera-
lismo Salino-Zedillista para el cual los únicos valores atendibies
son los crematísticos de la macro-economía y no los deleznables
humanos de la microeconomía, de los derechos humanos que no se
calculan en pesos, o mejor, en dólares.

XVI
Ante la imposibilidad de seguir, en todos sus detalles, el inte-
resante sendero jurídico que nos abre el libro, me permito recalcar
un punto:
Tanto el presidente de la República como los Ministros de la
Corte, al asumir sus puestos, protestan guardar y hacer guardar
la Constitución (artículo 87 y 97 de la Constitución), en ambos
casos, la protesta es complementada con la afirmación de que si no
lo hicieren "que la Nación se los demande".
Sin embargo, no existe medio jurídico alguno, expresamente
establecido, para exigir al Presidente y a los Ministros de la Corte
las responsabilidades en que hubieren incurrido, en frente y en
perjuicio de los ciudadanos. De esa manera, la demanda que pudiera
ejercer la Nación se queda en pura bufonería; lo que se vuelve aún
más evidente en el caso del Presidente, contra el cual, según el criterio
de los "juristas forestales" no procede a la acción de responsabili-
dad política, por estar excluido dicho funcionario, con alevosa
intención, de la lista de funcionarios que, de acuerdo con el artículo
110 de la Constitución, están sujetos al juicio político.
Pero la verdad pura es que, en nuestro sistema de responsabi-
lidad de los funcionarios de alto nivel, por violaciones flagrantes a
la disposiciones constitucionales, no existe ningún camino para
restaurar lanorma infringidani medio para resarcir a los ciudadanos
perjudicados.
Es, pues, este caso, y muchos otros más, los que están dando
plenajustificación a la necesidad de crear un recurso o un conjunto
coordinado de ellos, de reclamación de la sociedad o de sus inte-
grantes, que coadyuven a una verdadera defensa de la Constitución
y de todo el cuadro jurídico que en ella debe fundarse.
La cuidadosa lectura del libro del señor licenciado Saldaña
constituye -y allí está uno de sus méritos- un panorama de cómo
el auto llamado neo-liberalismo salino-zedillista, de tufo harvardia-
no y sabor monetarista (¿o crematístico?), ha dañado a nuestro
sistema jurídico, que hoy nos vemos en la inaplazable urgencia de
restablecerlo, con fundamento en tres principios esenciales:
Primero, la obligatoriedad del derecho para todos, incluyendo
los titulares de los más altos órganos del Estado, segundo, que el
cumplimiento de las funciones públicas es un deber ciudadano y no
una fuente de lucro Personal y, tercero, que las funciones públicas

XVII
deben ser ejercidas como mandatarios del pueblo, con la debida
independencia y con miras a satisfacer el interés de la comunidad
y no el personal del gobernante o el de su grupo.
Tal vez, convenga poner en relieve una idea que campea a todo
lo largo del estudio: ---una de las raíces más profundas de la omni-
potencia gubernamental, que se realiza por encima de los manda-
mientos constitucionales reside en la obsesión, muchas veces cer-
cana a la paranoia, de ejercer plenamente el poder, sin el valladar
de voluntad opuesta y sin el obstáculo de la norma legal obligatoria.
Esa fuente enfermiza del poder político es una realidad indiscutible.
Pero la otra fuente, tan dañada o más que la anterior, es la manse-
dumbre, la sumisión, el temor o aún la franca cobardía que aquejan
a muchos ciudadanos, que prefieren aceptar pacíficamente la injus-
ticia, el abuso, la indignidad y hasta la penuria de ellos y de sus
hijos, antes de alterar una paz que se hermana con el abuso, la
iniquidad y la injusticia infame. Sin embargo, esa tolerancia y esa
resignación no son eternas. Llega el momento en que el caldero de
la infamia estalla y aún los más pacíficos y los más tímidos, los más
medrosos y más sometidos, estallan con violencia inusitada. Ese
estallido obedece a la acumulación de injusticias y de abusos y a la
falta de remedios pacíficos, legales, con los que los ciudadanos
puedan combatirlos.
Aunque ello excede de las capacidades mentales y morales de
nuestros juristas de conformación burocrática y presidencialista,
uno de los más eficaces caminos para soslayar la violencia engen-
drada en la injusticia y en el abuso autoritario, es trazar, construir
y dar eficacia a los remedios jurídicos con los cuales la sociedad
civil, la ciudadanía o el pueblo, como quiera llamársele, pueda
hacer respetar su condición de seres humanos miembros de un
verdadero estado de derecho.
¡Honor, pues," al estudioso del derecho que como el autor del
libro que tengo la satisfacción de prologar, lucha por encontrar
caminos que nos conduzcan a una auténtica superación de un
verdadero estado de derecho sustentado en una Constitución que
sea la expresión de la voluntad popular! Y por lo mismo, sea
respetada y cumplida por gobernantes y. gobernados.

XVIII Lic. Emilio Krieger


PRESENTACIÓN

¿Cuál es el problema del Estado de Derecho y la Constitución


en México?
El primero es que la Constitución no se cumple en sus aspectos
básicos (que son los más elevados): soberanía popular, división de
poderes, federalismo, garantías sociales, facultades expresas, ga-
rantías de legalidad y justicia, responsabilidades de servidores entre
otras.'
y no se cumple porque no hay medios adecuados de exigibili-
dad: se carece de un recurso funcional de reclamación, particular-
mente social.'
Esto es en buena medida porque no se tiene claridad de la forma
de organización jurídica del mandato que se tiene establecido como
medio de acción, y que es diferente de un sistema de representación
política. Y también porque no se aprecian como garantías constitu-
cionales más que las de los primeros 29 artículos, con algunas
adiciones como las del 123, 35, 31 y poco más. El resto del
articulado se ve como obligaciones sin reclamante.
Tampoco existe una cultura del Estado de Derecho, de parte
del propio gobiemo,' de la población civil" y la deformada.corrup-
ción de un solo partido. 5
I Adalberto Saldai1a Harlow. La Constitución Incumplida. Insti&uto de Estudios de la
Revolución Democrática.México, 1993.
2 Ibid. Reforma del Estado. Segunda Parte. El derecho social de reclamación.
Asociación Nacional de AbogadosDemocráticos. México, 1996.
3 Ibid. Presupuesto por programas enMéxico. Instituto Nacionalde Administración
Pública. México, 1977.
4 Ibid. El Estado en la sociedadmexicana. Editorial PonÚ8, S.A México, 1981.
s Ibid. DiálogoPoUtico. Coordinador. Centro Regional de Investigaciones Multidis-
ciplinarias. UNAM. MéxiCo, 1993.

1
Además,cuandose conoceque el texto originalde 1917ha sido
reformadoen cercade 400preceptos,a veces de manera fundamen-
tal, comocon la sustitución salinistade proyectonacional,entonces
se presume el grado de deformación acumulativo que ha sufrido,
cambiando su intención original, por parte de cada presidente en
tumo.
Pero existe una causa adicional que es fundamental: ¿qué tan
congruentees el texto constitucional? ¿Quétanto es una ley demo-
crática y justa, toda ella?
Así que la cuestión es complicada. Se requiere por lo tanto:
lo. revisar sus reformas y ya no hacer más, con la facilidad
acostumbrada de la aberración del mal llamado "constituyente
permanente" en que cualquierlegislativoordinario lleva a cabo la
acción extraordinariade reformar la constitución.
20. Hacer que se cumpla. Una constitución incumplida sólo
tiene efectos declarativos.
30. Debe establecerse en el texto constitucional el recurso de
reclamación social, de fácil acceso y eficiente operación.
40. Para ello debe precisarse la organización del mandato
político.
50. y debe formalizarse que todo el texto constitucional tiene
las mismas característicasde derechosy obligacionesde los ciuda-
danos y del poder público, respectivamente, y no que sólo los 29
primeros son derechos, y todos los demás no.
Por lo visto se requiere un proceso de revisión rigurosa, pero
partiendo de una reconceptualización de la esencia de la constitu-
ción: la leyes ante todo una decisión política, que adquiere un
ropajejurídico para darle obligatoriedad.
El sustento de'la constituciónes ser un acto político de autode-
terminación.
y por ello, el legislador constituyente original acierta en la
redacción del artículo 39, de que la soberanía nacional reside en
el pueblo. Esta es la esencia política que condiciona toda ley. Y
debe ser el principio rector por excelencia.

2
y la soberanía popular se compone de 2 elementos complemen-
tarios: voluntad general, y beneficio del pueblo. Los dos juntos, ya
que son insuficientes por separado, pues es injustificable una vo-
luntad general como ejercicio de la arbitrariedad y el capricho, o
sin sentido elevado de finalidad. Considerando que la ley, como el
poder público, deben ser medios para el fin último: la felicidad y
beneficio general. Sin democracia política no hay ley legítima. Esta
es la teoría política de la ley." Y sólo con legitimidad previa el
derecho tiene sentido.
Después de esto, es preciso apreciar que se establecen tales fines,
en una constitución, como consecuencia del pacto social sobre un
proyecto de nación. Por lo que la constitución es un catálogo de fines.
y que para llevarlos a cabo, parece lo más conveniente la
organización política y jurídica del mandato. Un libre acuerdo de
voluntades, que establece una relación obligatoria entre 2 partes,
en que una manda y la otra obedece. Una es el mandante con
derechos de definir el mandato, y de hacerlo exigible, usando la
reclamación, la rendición de cuentas, la responsabilidad y la san-
ción, y aun el retiro o revocación del mandato. Y el mandatario tiene
las obligaciones de cumplir con el mandato.
y que en términos políticos, la soberanía nacional del pueblo,
que crea y tiene el poder público, le transmite al mandatario
autoridad y poder público para cumplir con su mandato, en términos
estrictos (de facultades expresas), y cualquier exceso de autoridad
e incumplimiento del mandato debe ser corregido, reparado y
sancionado.
El texto del artículo 41, de que "el pueblo ejerce su soberanía
por medio de los poderes...", "en los términos respectivamente
establecidos por la presente Constitución Federal y las particulares
de los Estados", debe entenderse como la base del mandato políti-
co-jurídico. Porque éste parece ser el único medio disponible para
que la voluntad general para el beneficio colectivo, se pueda ejercer
a través del poder público, y que éste no actúe por su cuenta, en un

6 AS.H. Reforma del Estado. Ibid.TerceraPlII1c. TcoríaPollticade la Ley.

3
sistema de gobierno de una supuesta representación semi-autóno-
ma y en realidad unilateral y discrecional, sino condicionada por
términos concretos de fin, de medios y de procedimientos. Todos
ellos establecidos para la legalidad del mandato.
Así que una vez que se. replantea la teoría política de la
constitución, y de toda ley, bajo los 2 principios rectores y comple-
mentarios, de soberanía nacional del pueblo, y su derivación y
medio del mandato político-jurídico, lo primero que procede, es
revisar la congruencia de todo el texto constitucional con ellos. Para
apreciar si cada precepto es tan justo, como el principio rector de
voluntad general para el beneficio colectivo. Considerando laJus-
ticia como deber ser axiológico dentro de la sociedad.
y después revisar si están bien establecidos los términos del
mandato político-jurídico.
En-tercer lugar replantear que todo el texto constitucional, por
las mismas razones anteriores, tiene un común denominador de ser
derechos constitucionales del pueblo y el individuo, y obligaciones
correlativas del mandatario público, que sólo detenta el poder
público como medio auxiliar para el desempeño de sus funciones,
pero que no es un poder público, sino un servidor.
En cuarto lugar, revisar la funcionalidad de la exigibilidad de
los preceptos constitucionales, para apreciar la necesidad urgente
del derecho de reclamación.
y en quinto lugar reformar el artículo 135 para evitar que las
reformas constitucionales se hagan tan fácilmente, y que si el
principio general para la reforma de una leyes "observar los
mismos trámites establecidos para su formación", ¿cómo se justi-
fica que para el caso de la Ley Suprema se concedan más "facili-
dades", a pesar que trata de las cuestiones fundamentales?
En sexto lugar, debe llegarse a la conclusión de la necesidad de
un replanteamiento de la Constitución, de acuerdo a su teoría
política de ley justa, pero sólo a través de un nuevo congreso
constituyente; que confirme o corrija el proyecto nacional producto
del pacto social actual (de 1917 y sus 400 reformas no pactadas),
que tiene que renovarse o ratificarse periódicamente, para expresar

4
la voluntad general para el beneficio del pueblo, que es el fin último
indiscutible socialmente. Y que debe ser producto de un amplísimo
consenso político. Y que en los tiempos de la actual Gran Depresión
mexicana, urge políticamente su expresión para normar las políti-
cas y conductas del gobierno, en vez de que éste le imponga a la
soberanía nacional, su voluntad en la decisión unilateral de la
estrategia a seguir y del proyecto nacional, sin consultar al pueblo
para el pacto social requerido: el pueblo de 100 millones de mexi-
canos, con 30 familias de multi-rnillonarios, 300 familias de muy
ricos, cerca de 2 millones de ricos, lOó 15 millones de clase media,
y de 70 a 83 millones de pobres, ¿quiere el capitalismoconcentrador y
extranjerizante o una economía necesariamente social pero con
crecimiento y no autoritaria, sino respetuosa de los derechos y
libertades individuales? La pregunta es elemental. Y la respuesta
debe quedar expresada en la ley constitucional.
y finalmente, en séptimo lugar, la cultura social de obediencia
a la ley sólo puede desarrollarse llenando tres condiciones necesa-
rias: 1) El origen y base democrática de la ley. 2) Que sea una ley
justa 3) y que el primero que la acate sea la propia autoridad, en el
cumplimiento de su mandato.
La autoridad se ha distanciado cada vez más del pueblo mexi-
cano. y en consecuencia, cada vez se ha apartado más de la ley.
Revertir esta tendencia sólo puede hacerse con la mayor participa-
ción de la sociedad exigiendo sus derechos de mandante, en el
contenido de la ley y en su aplicación.
Agradezco al Dr. Humberto Muñoz García por muchas razones,
a la Lic. María Estela Ríos por su estímulo, a Luis Méndez por su
apoyo, al Lic. Raúl Jiménez por lúcidas y penetrantes discusiones,
al Dr. Rubén Poplawsky y su consejo de aceptar la enfermedad
social, para curamos, a Víctor M. Ramírez por su entrega y
profesionalismo, y a Rocío, que le da sentido a mi esfuerzo, mi
arena por todas las que me tocan de cal.

Ciudad Universitaria
Abri/1996

5
CAPÍTULO PRIMERO

Aproximaciones Sucesivas

PRIMERA PARTE

I. La Constitución Incumplida

1. La constitución incumplida (por el poder público)

Ha sidoprácticatradicional mexicana la faltade cumplimiento


de la ley por el poderpúblico, especialmente partiendo de la propia
Constitución, como ley suprema.
1.1 Una hipótesis es que esto se debe a que la Constitución es
tan solo una declaración de buenos propósitos y compromete al
poder público afines irrealizables: "todo individuo tiene derecho
a recibireducación"(artículo tercero), "toda personatienederecho
a la protección de la salud" (artículo cuarto), "toda familiatiene
derechoa disfrutarde vivienda dignay decorosa"(artículo cuarto),
"toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil"
(artículo 123).
La consecuencia de esta hipótesis, es que la ley constitucional
debe bajar sus expectativas, acercándose a la realidad.
y así sólo preceptuarlo posible.
1.2 Una modalidad de lo anterior es considerar que el artículo
39 es francamente romántico, al señalarque "la soberanía nacional
reside esencial y originariamente en el pueblo", y que todo poder
públicodimanadel puebloy se instituye parabeneficio de éste". y
que la real politik lleva a considerar las relaciones de los factores

7
reales de poder en una lucha de intereses, y al derecho como un
medio de los poderosos para imponerse a las mayorías débiles, o
como un instrumento de control social.
1.3 Otra hipótesis es que el poder público tiene una tradición
de superioridad discrecional sobre la ley, con facultades meta-cons-
titucionales... El presidencialismo fuerte y autoritario no sólo está
por arriba sino más allá (?) de la ley.
Una modalidad de lo anterior es que precisamente una función
clave del presidente radica, en ejercicio de su autoridad, en admi-
nistrar la aplicación de la ley.
1.4 Otra modalidad radica en que si el presidente no está de
acuerdo con la Constitución, o desea insertar en ella su política o
programa, entonces reforma la constitución a discreción, con base
en el control de la mayoría del poder legislativo y los congresos
estatales. Llegando a llamar a esto, la facultad presidencial del
"constituyente permanente".
y se calculan en cerca de 400 las reformas constitucionales.
1.5 De tal manera que el poder público, esto es el presidente
que en nuestro caso es el que domina al judicial y legislativo, actúa
como el gran legislador, el que administra la aplicación de la ley, y
quien reforma la constitución. Es quien decide la ley, en su letra, y en
cumplir y hacerla cumplir. "El presidente es la ley". "La ley soy
yo", lo que aparece obvio en un "gobierno de un solo hombre". El
presidente es el poder ejecutivo, es el poder legislativo y es el poder
judicial; y es todo esto junto. Así que es el gobierno, y es la ley, y
ya "encarrerado" es el Estado, y hasta es México.

2. La constitución incumplida (por la sociedad)


En México, la falta de cumplimiento de la ley por el poder
público, ha ocasionado que la sociedad también procure no acatarla.
No existe una cultura de legalidad, de apego a la ley, Como indicativo
de una ruptura de un pacto de convivencia. "Si la autoridad no se
somete a la ley, tampoco lo haré yo. Porque si lo hago, quedo en
desventaja frente al poder arbitrario". O "no pago impuestos,
porque se los roba el gobierno".

8
3. La constitución incumplida (por la corrupcion}
Una de las causas de la falta de acatamiento de la leyes sin
duda la corrupción: para que no se le aplique a un particular, para
no pagar impuestos o multas, para obtener concesiones, para con-
seguir prebendas fuera de la ley, para detener la procuración y
administración de justicia. Aún en términospolíticos,la "dictadura
mitigada por la corrupción".

4. La constitución incumplida (por la/alta de división del poder)


Es indiscutible que lafaltade división delpoderentreel ejecutivo,
legislativo y judicial, en favordel primero; y entreel poder central y
el de Estados y municipios, hace por un incumplimiento de la ley,
pues no hay contrapesos.El presidencialismo autoritarioe impune,
hace nugatoria la función de justicia y de cumplimiento legal del
poder judicial, como juez independiente, tanto como la función de
contrapeso y soberanía local del federalismo.
El control constitucional, y legal en general, depende en buena
medida de una estructura de división de poderes por función y por
nivel y geografía, que no se da.

5. La constitución incumplida (por la indefensión de la sociedad)


La Ley Suprema no ofrece recursosa la sociedadpara reclamar
sus derechos. Son insuficientes el derecho depetición y el de protesta.
y el recurso de amparo individual.
La sociedad no tiene capacidadde exigir el cumplimientode la
ley al presidente, y al poder públicoen general. Son impresionantes
las disposiciones de que no tiene interésjurídico el pueblo agravia-
do en los artículos 97 y 105.

6. La constitución incumplida (por la falta de participación


de la sociedad)
Si bien la sociedad se encuentra frente a un contexto muy
adverso, en cuanto a su relación con el poder público, en especial
las fuerzas del orden, como la policía y el ejército, y el ejercicio
arbitrario del poder ejecutivo; sin embargo, la ausencia o insufi-

9
ciencia de su participación para ejercer sus derechos, favorece
sobremanera la impunidad de la actuación de las autoridades de
manera discrecional.
7. Al grado de que en México, los presidentes pueden decidir
casi cualquier cosa: desde expropiar a las empresas petroleras
como vender la petroquímica y la industria del petróleo, desde
expropiar la banca como privatizarla, desde tomar como política
oficial el populismo como el neo-liberalismo, el desarrollo estabi-
lizador como el crecimiento con inflación, desde un gobierno
patemalista a otro privatista, de justicia social o de concentración
de la riqueza.
8. ¿Quién tiene la culpa de la constitución incumplida?
En orden de importancia se tiene a: l. El sistema político de
presidencialismo autoritario y centralista, que otorga impunidad a
la acción discrecional y hasta arbitraria del jefe de gobierno y su
aparato de poder. Es la dictadura de sistema político, que ha sentado
el imperium de la voluntad presidencial por casi 80 años, de 1917
a 1996.
2. En segundo lugar, con las exculpantes anteriores pero con
las agravantes de la especialización por función, el poder judicial,
específicamente la Suprema Corte de Justicia. Toda vez que se trata
de un poder especializado en derecho (como no lo son el ejecutivo
y el legislativo), que además tiene por función exclusiva la impar-
tición de justicia, mismaque no puede concebirse sin la procuración
del acatamiento de la ley. Por lo que el poder judicial tiene la
obligación, antes que ningún otro poder, de cumplir y hacer cumplir
la ley. El artículo 97, en la protesta de ley señala "¿Protestáis
desempeñar leal y patrióticamenteel cargo de Ministro de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación que se os ha conferido y guardar y
hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Me-
xicanos y las leyes que de ella emanen, mirando en todo por el bien
y prosperidad de la Unión". "Sí protesto". "Si no lo hiciereis así,
la Nación os lo demande".
Son casi exactamente los mismos términos de la protesta de ley
del presidente (artículo 87), salvo que esta señala que el cargo se lo

10
confiere el pueblo, mientras que para los ministros no indica quien
se los confiere. Por lo que tienen la misma responsabilidad al inicio,
pero las funciones jurídicas del poder judicial lo llevan a cumplir y
hacer cumplir la ley al impartir justicia. Por especialización de
funciones y de conocimientos, deben ser considerados los más
obligados a cumplir y hacer cumplir la Constitución, especialmente
al actuar de control legal del poder ejecutivo, y también del poder
legislativo.
Precisamente, la función de control constitucional del poder
judicial, concretamente de la Suprema Corte de Justicia, debe ser
la de promover por los medios legales necesarios el cumplimiento
de la Constitución por los otros poderes públicos. Como parte
esencial del contrapeso de la división de poderes (checks and
balances), para el equilibrio del ejercicio del poder público, y en
beneficio de la sociedad. Dicha función de control constitucional
debe ser en defensa de todos los derechos del pueblo soberano (y
no del gobernado), por sobre todo. En paralelo al recurso de amparo
frente a la violación de garantías individuales.
3. En tercer lugar, la responsabilidad de la Constitución incum-
piida corresponde a la sociedad y sus individuos. Por los obstáculos
previos mencionados, sólo en parte es cierto que "el pueblo tiene
el gobierno que se merece". En México, el pueblo no se merece el
mal gobierno que ha tenido, por culpa del sistema político, sostén
de los presidentes autoritarios sucesivos, y en menor escala por
parte de la falta de ministros de la Suprema Corte que hubieren
cumplido su compromiso histórico para hacer valer la Constitución.
Sin embargo, todos los mexicanos compartimos la culpabilidad de
"dejar hacer y dejar pasar" al poder público, especialmente al
presidente y su aparato ejecutivo. No hemos sido lo suficientemente
"ciudadanos" para luchar o por lo menos promover que el poder
cumpla la ley. Hemos liberalmente tolerado la arbitrariedad y el
autoritarismo, así como la ilegalidad del poder. No hemos luchado
por nuestros derechos constitucionales, por hacer valer la ley. Y si
parte es por ignorancia y pobreza, parte es por no comprometemos,
porno pagarel precio de no someternos, tal vez producto del trauma
de violencia y muerte de la Revolución, en la que no en balde

11
murieron más de 1 millón. Tal vez esto ha influido, junto con la
tradición secular de gobiernos de hombre fuerte, dictatoriales y
tiránicos, hasta llegar a la dictadura de sistema político, desarrollada
por los gobiernos revolucionarios, que así traicionaban la lucha
maderista por la democracia. Todo ello ayudó a conservar la cultura
social del sometimiento y la tolerancia al poder y sus excesos.
Mismo poder priísta que aducía que la tolerancia citada era com-
probante de aprobación pasiva del pueblo; pues si no votaban en
las elecciones presidenciales y menos en las otras, tal abstencionis-
mo, en vez de una participaciónpara un voto de rechazo,o el manifes-
tarse en contra o hasta levantarse en armas, era signo de aceptación.
Los mexicanos, todos lo de la ahora llamada sociedad civil, no
hemos sido capaces de participar para hacer que la Constitución se
cumpla, ni siquiera como medio de ejercer los derechos colectivos.
4. Parece anecdótico recordar que Venustiano Carranza lidereó
la lucha revolucionaria, tanto contra los porfiristas del golpe de
Estado a Madero, como contra los grupos populares de Zapata y
Villa, con la bandera de "la constitucionalidad". El "Primer Jefe
del Ejército Constitucionalista" en cuanto ganó la contienda, pro-
mueve un cambio de constitución. Por lo que sorprende la preten-
sión de ser defensores de la legalidad de la Constitución de 1857,
que en su tiempo promovió a su vez el general-presidente Comon-
fort, pero una vez expedida, la desconoce y abandona el poder para
luchar contra ella, por considerarla muy liberal.
¿Por qué el afán de tanto apreciar la constitución, como la
máxima expresión de la ley, si existe una historia de incumplimien-
to? ¿Cómo es que el poder público la maneja como su bandera
permanente y la sociedad la tiene en tan alta estima, a pesar de que
el poder no la acata y la sociedad no la defiende ni la hacer valer?

12
ANEXO 1

INTRODUCCIÓNl

l. Al estudiar la Constitución surge la diferencia que hay entre


la norma y la realidad. ¿Cómo puede el jurista explicar el fenómeno
mexicano del gran distanciamiento entre la ley y la realidad?
Hay varias hipótesis:
1.1 El subdesarrollo cultural y político que permite al gober-
nante establecer la ley que quiera y no cumplirla, y al ciudadano no
hacerla valer. La cultura política del no acatamiento de la ley se
atribuye a metas muy elevadas y resultados que en consecuencia
son muy inferiores.
1.2 La cultura mestiza de sobreposición de la española a la
indígena, que establecía una dualidad, una ambivalencia, tanto en
términos religiosos como artísticos y también políticos: se impor-
taba la ley con los últimos adelantos mundiales como medio para
educar y elevar la condición de los primitivos. Normas modernas
para una población pre-moderna. Las mejores constituciones he-
chas por la élite extranjera dominante, para una población indígena
y mestiza a la que quería hacer a su imagen y semejanza. Asimismo,
la práctica colonial de "obedézcase pero no se cumpla".
1.3 La corrupción generaly política para ejercer impunemente
el poder público paralelamente a la ley (seleccionando normas),
como en las constituciones de 1824 y especialmente la de 1857. Y
cuando después de la guerra civil de 1910 viene el Congreso
Constituyente de 1917, se requiere un pronunciamiento político

I Adalberto Saldafta Harlow. "La Constih«:ión IncumpUrJa", pág. S, Instituto de


Estudioade la RevoluciÓll Dentocr*ica, México, 1993.

13
elevado. Después viene el pragmatismo en el ejercicio del gobier-
no, que deja a un lado los ideales democráticos que se consideraban
impracticables, y opera un sistema de hombre fuerte indiscutido
para estabilizar al país; entonces se da prioridad al crecimiento
económico y al capital privado sobre los anhelos de justicia de las
mayorías pobres. Combinando las más altas intenciones con un
sentido práctico de la realidad, en que las primeras quedan en la ley
y las segundas en la operación gubernamental; se deja aquellas
como factor de referencia para la acción que algún día pudieran
acatarse. Lo más singular es la dualidad, que puede verse como
esquizofrenia política tipo Dr. JekyU y Mister Hyde, o como perver-
sión para la dictadura perfecta y la corrupción de la ley por la
política,o como la lucha entre lo deseabley lo posible,entre los anhelos
y la cruda realidad. Y así la élite gobernante desarrolla un sistema
político para eludir encubiertamente el cumplimiento de la Consti-
tución, sin cambiarla, sino cuidando las formas para mantener su
imagen. Pero deja otra vez la conciencia social ambivalente de que
el pueblo debe obedecer al poder de la autoridad más que a la ley,
pero que tal poder no tiene autoridad moral por no cumplir la ley. Y
tampoco se cumple la norma de que el pueblo está sobre la autoridad
pública.
2. Así, el modelo de gobierno mexicano logra disociar forma
de fondo, organización de operación, y establece la apariencia de
un régimen de derecho que postula una democracia semi-directa
(la soberanía nacional que el pueblo ejerce por medio del poder
público, artículos 39 y 41, y que condiciona el ejercicio del Poder
Ejecutivo en sus múltiples facultades), en pos de los valores sociales
superiores de justicia, libertad, dignidad y de constante mejora-
miento de vida de las grandes mayorías. Todo ello ligado a una
realidad contrapuesta de realpolittk, de hombre fuerte presidencial,
de absolutismo propenso al autoritarismo, que maximiza la actua-
ción del poder público, sin provenir de ni rendir 'cuentas al pueblo,
sin contrapesos funcionales o regionales. Existe el propósito de
conservar el monopolio del poder usando como estrategia la prio-
ridad de la estabilidad social que sustenta el crecimiento económi-
co, que depende de los incentivos al gran capital privado local y

14
extranjero, manteniendo un piso social mínimo vía la intervención
pública directa en la economía y los servicios públicos.
Esto es: un modelo con apariencia de un sistema de gobierno
social, democrático de derecho, y una realidad y operación de un
sistema de gobierno monocrático presidencial de realismo político
por fuera de la ley para la conservación del poder. O si se quiere
definir así: un sistema de gobierno decididamente no democrático,
de derecho aparente, selectivo y "fabricado", y de beneficio social
que pasa por los requerimientos de crecimiento económico del
capital privado, con su previo beneficio diferencial. Todo como
medios pragmáticos para conservar el poder por la clase política
oficial, encabezada por el Presidente.

El sistema político de control toma el lugar del sistema de


gobierno formal.
3. Pero independientemente de su origen y causalidad, de la
sociologia del sistema de gobierno, lo importante es el significado
de la separación y unión de la ley y la realidad:
3.1 El gobierno se separa de la ley; no la deroga, sino que la
deja en su carácter obligatorio. Pero en la medida que no se acata
la ley, se viola y la simulación no la disculpa ni atenúa sino que la
agrava, sobre todo cuando viene de la autoridad.
3.2 Por lo tanto, es el gobierno el que se pone en la ilegalidad
y queda la posibilidad de castigo, no por sí mismo, pero sí por una
nueva autoridad.
3.3 Tanto los gobernantes como los gobernados están conscien-
tes de la simulación, dualidad y ambivalencia, y aparentemente las
aceptan;
3.4 Pero en la conciencia social queda que el pueblo no es
soberano ni está arriba de la ley y del poder público, y que éste no
se sujeta ni al pueblo ni a la ley, sino que hay una tergiversación,
una irregularidad; pero corregirla requeriría un esfuerzo mayúscu-
lo, mayor que el de la Revolución.

15
3.5 Entonces se tolera al poder para conservar la estabilidad,
pero se le repudia por no acatar la ley, y en el momento propicio se
le puede rechazar, en un movimiento de restauración de la legalidad
3.6 Y de restauración de la legitimidad política proveniente de
la voluntad general y el bien común.'
4. Un buen punto de partida para descifrar la realidad política
de México es el análisis de su forma de gobierno; por un lado, toda
vez que el gobierno significa la parte más importante de la sociedad
debido a que el ejercicio del poder público condiciona al todo, y
por otro porque sus características de forma y funcionamiento son
especiales.
De inicio se aprecia la diferencia que existe entre la formalidad
legal y la realidad, es decir entre la organización y el funcionamien-
to del gobierno, derivado de un esquema de poder.' El esquema se
refiere a cómo está estructurado el poder público y cuáles son sus
relaciones con los demás factores de la sociedad. En México este
esquema se sustenta en la disociación entre forma de gobierno,
como marco para el ejercicio del poder público, y sistema político,
y en la dominación de éste sobre el primero, pero sin cambiar la
organización formal.
5. La Constitución, como norma fundamental, establece la
forma de gobierno. A continuación se enlistarán primero algunos
preceptos, junto con una calificación inicial sobre su existencia real
y un juicio sobre su significado y resultados.
En el título segundo (de nueve en que se divide la Constitución),
en el capítulo primero (de dos), se trata acerca de la soberanía
nacional y la forma de gobierno, considerando ésta como una decisión

1 El gobierno que no proviene del pueblo y se valida a si mismo por la detentación y


ejercicio del poder no puede recuperar la legitimidad (ni en una "legitimación secundaria"),
aun cuando gobierne bien. De otra manera no importaría que un gobernante no se origine en
la voluntad general, si después se puede convalidar en el ejercicio, lo que de hecho legitimaría
cualquier sistema político anti-democrático de transmisión del poder.
2 La cuestión en juego es la positividad acatada o cumplimiento de la ley. La ley
vigente es oblígatoria y debe ser acatada, y cuando el sistema político actúa para que no sea
positiva, la transgresión dibuja un modelo de <operación real que aquí se denomina informal,
por ser paralelo y ajeno a las formalidades del modelo legal.

16
de la voluntad popular. Sin embargo, los articulos 39, 40 Y 41
establecen algunos principios generales que deben ser complemen-
tados por otros como los de la división y organización de los
poderes y su especificación concreta, así como de la Federación y
otros a lo largo del texto constitucional. Por ello la forma de
gobierno es una materia que se establece por muchos frentes y no
sólo por uno, como parecería por el capítulo primero del titulo
segundo. Sobre estas consideraciones se presentarán a continuación
cuatro grupos de normas constitucionales sobre los elementos más
relevantes para este análisis.

ANEXO JI

EPÍLOGO GENERAV

En las dos partes de este trabajo se ha argumentado que la


Constitución no se cumple o se cumple parcialmente en muchas de
sus disposiciones. Pero queda la pregunta: ¿qué debe hacerse para
que se cumpla la Constitución en su letra y espíritu?
Por un lado debe considerarse que, más que un problema
jurídico, se trata de un problema político. Mientras exista un régi-
men de gobierno de un solo hombre, la ley será obra de la soberanía
presidencial en su promulgación y reformas, y el Presidente la
cumplirá a su discreción. No será un mandato político general del
pueblo para ejercer la soberanía a través del poder público, ni
existirán condiciones para hacer valer su obligatoriedad, pues para
tener un Estado de derecho es preciso contar con un régimen de
gobierno democrático. Es decir, el mismo que establece la Consti-
tución, con la soberanía nacional residiendo en el pueblo, del que
dimana todo poder público, que instituye para su beneficio, con el
inalienable derecho de sujetarlo a su voluntad en funciones y
organización y cambiándoselas cuando crea necesario; y el pueblo
ejerciendo soberanía por medio de los poderes, integrando una

1 La Constitución Incumplida. Ibid, p. 92.

17
representación democrática, republicana y federal, apoyada en los
partidos políticos corno entidades de interés público para promover
la participación del pueblo, mediante el sufragio efectivo universal,
libre, secreto y directo en los procesos electorales para la confor-
mación de los "poderes". Mismos que deberán dividirse por fun-
ción y por región para los tradicionalmente necesarios pesos y
contrapesos.
Entonces sólo queda cumplir la Constitución o cambiarla;
sujetar la conducta del gobierno a la ley, o convertir en ley la
conducta del gobierno.
Lo primero tiene todas las exigencias señaladas en el anexo que
se presenta a continuación. Y dadas las condiciones actuales en
México, para poder alcanzar la democracia -aunque sea sólo la
electoral- es indispensable tener sufragio efectivo (para lo cual se
requiere de un gobierno imparcial que no apoye a su partido y que
reconozca el voto popular), eliminar el régimen de presidencialis-
mo total y soberano, el sistema político de partido oficial virtual-
mente único, y tener alternancia en el poder. Todas estas son
condiciones mínimas políticas.
y después de la democracia electoral se requiere alcanzar la
democracia de operación del gobierno, para hacer realidad la
soberanía del pueblo.
Para lograrlo es indispensable algo muy sencillo, pero muy
dificil en nuestra realidad: que la ley sea la voluntad popular
soberana, y que el poder público obedezca la ley. Que se someta a
ella por voluntad propia, o que se establezca la democracia política
en la contienda y sea factible hacer valer la obligatoriedad de la ley
por el pueblo.
Así que lo másimportante es que el gobierno, a partir del
Presidente, obedezca la Constitución. Y esto sólo puede darse corno
consecuencia de la democracia política, pues sin ésta no puede
cumplirse una ley que se centra en la soberania del pueblo, corno
la Constitución de 1917.
La soberanía popular establece una Constitución que hace
norma de sí misma. Pero el poder público no la cumple y asume la

18
soberanía. En consecuencia se requiere que el poder público de-
vuelva la soberanía nacional al pueblo voluntariamente o que éste
se la quite. Y entonces restaurar la supremacía de la legalidad y que
el pueblo haga valer la obligatoriedad de su voluntad soberana.
La democracia política es prerrequisito de un régimen de
derecho que declara la soberanía popular.
La legitimidad es previa a la legalidad democrática.
Por otro lado, la alternativa de convertir en ley la soberanía
presidencial actual es legalizar la inconstitucionalidad política de
que un solo hombre imponga su voluntad a todo el pueblo.
En conclusión, el cumplimiento de la Constitución se aprecia
muy dificil, porque requiere de democracia política que no se tiene
en la sociedad. Pero el único camino es precisamente alcanzar la
democracia, pues la soberanía popular es su esencia, y debe existir
políticamente antes de reflejar la voluntad del pueblo en la ley.
y si se quieren cambiar los preceptos constitucionales, por el
derecho inalienable de la voluntad soberana del pueblo, entonces
será necesario elegir un Congreso Constituyente con un mandato
específico y con una consulta directa del pueblo para ratificar la
expresión legal.
Por último, como es ilógico pensar que el pueblo soberano
quiera renunciar a su soberanía, se considera que ésta es un derecho
natural irrenunciable y entonces es un principio inamovible cons-
titucional. Los fines y los medios pueden cambiar, pero no la
soberanía popular, que es la que los elige.

ANEXO III

Para leer las disposiciones constitucionales de la soberanía


nacional, forma de gobierno y división de poderes (Título segundo,
capítulo 1y Título tercero, capítulo 1. Articulos 39, 40, 41 y 49). 1

1 La Constttuciórllncumplida. Ibid, p. 101.

19
1. El artículo 39 es el fundamento filosófico de toda la Consti-
tución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Y su interpreta-
ción debe ser inapelable.
Texto: La soberanía nacional reside esencial y originariamente en
el pueblo.

Interpretación:
El pueblo es el soberano en el país. Esta es la base de un régimen
democrático.
Los calificativos de esencial y originariamente no quieren decir
que en lo superfluo y lo derivado pueda alguien más ser soberano,
porque por esencia existe una sola soberanía.
El término "originariamente", que también se usa al comienzo
del artículo 27 al hablar de la propiedad de la Nación sobre las
tierras y aguas, es más claro ahí porque se refiere a que fue el primer
propietario, que "tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas
a los particulares, constituyendo la propiedad privada". Pero aquí
no se refiere a que el pueblo fue el primer soberano y transmitió tal
derecho, porque se trata de un derecho inalienable, pues si "el
pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o
modificar la forma de su gobierno", a mayor abundamiento debe
serlo la capacidad de decidir por sí mismo (la autodeterminación)
y la de darse a sí mismo un gobierno para ejecutar su voluntad, y
decirle qué debe hacer, además del cómo relacionado con la forma
de gobierno.
La soberanía nacional es una e integrada y no se puede trans-
ferir; en consecuencia no pueden existir dos soberanías, una origi-
nal y otra derivada.
Texto: Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para
beneficio de éste.

Nota: El texto constitucional utilizado es el publicado por el Diario Oficial de la


Federación y la Secretaria de Oobemación en 1988. Esto es debido a que el número de
reformas ha sido alannantemente descomunal. Sin embargo, Ial! disposiciones que se
abordan hall tenido mayor permanencia.

20
Interpretación:
La legitimidad de cualquier poder público proviene de la vo-
luntad del pueblo y de que actúe para beneficio de éste. Tales son
las dos condiciones sine qua non de la democracia: autodetennina-
ción y autointerés.
Si un poder no dimana del pueblo o no se instituye para su
beneficio, entonces carece de la condición existencial del poder
público. No es un poder público de facto; aunque ilegítimo o ilegal,
sino que ni siquiera es poder público.
Texto: El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de
alterar o modificar la forma de su gobierno.
Interpretación:
La voluntad popular soberana es la variable dominante y el
gobierno es la variable subordinada.
Interpretación de la correlación de los tres textos.
Como el pueblo es el soberano, es quien decide el gobierno y
le da un mandato para su beneficio. Y tiene el derecho inalienable
no sólo de "alterar o modificar la forma de gobierno", sino de todo
lo demás que tenga que ver con dicho gobierno (elegirlo y darle
mandato, además de organización, procedimientos y maneras de
actuar). De ahí se desprende que el pueblo puede cambiar cualquier
otro precepto, pues si puede modificar lajorma de gobierno, es
necesario que antes de eso pueda elegirlo o cambiarlo. Y si puede
modificar lo relacionado con el gobierno, la misma soberanía
puede alterar las demás disposiciones aunque no tengan que ver con
el gobierno.
La soberanía del pueblo es inalienable. Y es suprema al.crear
el poder público para su propio beneficio y cambiarlo a su discre-
ción. El poder público es un medio subordinado a la voluntad del
pueblo, con un poder derivado del poder originario que es el
soberano único.
La soberanía es el poder de decidir, que no se puede transferir
por el pueblo; pero el poder de nevar a cabo (de ejecutar) sí puede

21
delegarse creando un poder público, que significa un poder común
indirecto del pueblo, para actuar como medio.
La secuencia es de pueblo soberano-poder público elegido por
el pueblo para actuar en su interés y el pueblo puede cambiar todo
lo relacionado con su gobierno en todo momento (lo que es una
reiteración del poder soberano).
Esta es la relación entre pueblo y gobierno.
Texto: Es voluntad del pueblo mexicano ...

Interpretación:
Si al final del artículo 39 se dice que el pueblo puede cambiar
la forma de su gobierno, con mayor razón "el pueblo tiene en todo
tiempo el inalienable derecho", .. de decidir voluntariamente su
forma de gobierno, Ello en razón de la soberanía popular, corno
derecho natural de autodeterminarse.
Pero si bien se expresa que la forma de gobierno se deriva de
la "voluntad del pueblo mexicano", debe recordarse la segunda
oración del artículo 39 de que "todo poder público... se instituye
para beneficio" del pueblo. Y ésta es la segunda condición necesa-
ria del poder público que dispone la soberanía del pueblo: voluntad
general e interés común, autodeterminar su voluntad e-interés.
Texto: Constituirse en una República, representativa, democrática,
federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo
concerniente a su régimen interior; pero unidos en una
Federación establecida según los principios de esta ley fun-
damental.
Interpretación:
Esta forma de gobierno específica proviene de la voluntad sobe-
rana del pueblo, que puede modificarla a discreción, y debe servir para
su beneficio. El rasgo fundamental es que seademocrática.
La organización de República en contraposición a monarquía
radica en quelas autoridades sean electas, temporales y cambiantes.
y se liga can representativa JXlrD que actúenpormandatodelpueblo.

22
Se establece aquí la división de poderes por ámbitogeográfico,
y no en el artículo 49, con la organización de una Federación, en
que se enfatizael carácterindependiente de los Estados al calificar-
los como "libres y soberanos" en cuanto a su régimen interior.
Tomado en su contexto, en realidad el único soberano es el
pueblo, por lo que no pueden serlo el gobierno ni las entidades
federativas. Pero la soberanía del pueblo se puede ejercer en dos
ámbitos: el total(o federal en cuanto al régimen nacional) y el parcial
(o de los Estados en cuantoa surégimen interior). La interpretación
correcta en este caso debe ser que el pueblo de los Estados es
soberano para decidir en su régimen interior, pero no el gobierno
de los mismos, que es sólo el medio para ejercer la soberanía
popular como se dice a continuación en el artículo 41.
3. El artículo 41 constitucional trata el aspectopolítico detrás
de la relación del pueblo y gobierno.
Texto: El pueblo ejerce su soberanía por medio de los poderes de
la Unión,en los casos de la competencia de éstos, y por los
de los Estadosen lo que toca a sus regímenes interiores, en
los términos respectivamente establecidos por la presente
Constitución Federal y las particulares de los Estados, las
que en ningúncasopodrán contravenir lasestipulaciones del
Pacto Federal.

Interpretación:
Elinicio de ladisposición escrucial: el pueblo ejerce su soberania
pormediodelospoderes públicos (entendiendo eltérmino "público"
como lo proveniente de o de interéscomúndel pueblo). Porello, si
bien no se trata de una democracia directaen que el pueblo decida
y ejecute sin intermediarios, el modelode gobierno representativo
no es aquelen queel poderresideenel puebloy a éste lopersonifica
un Ejecutivo electo,aquelen que el representante del pueblo tieneun
mandato abierto y general o que interpreta por sí la voluntad
popular, sino que es el pueblo, quetiene la inalienable soberaníaen
la Nación, el que ejerce tal soberaníaa través del poder público,

23
conservando siempre en sí mismo la capacidad de decisión y
actuando por medio del gobierno.
y ligándolo con el artículo 39, es del pueblo soberano de quien
dimana el poder público, que instituye para su beneficio.
En consecuencia el pueblo es el soberano; todo poder público
proviene de la voluntad del pueblo y se crea para su beneficio, y el
pueblo ejerce su soberanía de acción y ejecución por medio del
poder público. O dicho de otra manera, el pueblo soberano actúa a
través del poder público, que crea por su voluntad, para beneficio
del mismo pueblo.
Los artículos 39, 40 y 41 establecen la relacíón del pueblo y
gobierno: el pueblo es el soberano nacional, que por propia volun-
tad crea todo poder público para su beneficio y le da una forma de
gobierno, que puede cambiar de manera inalienable en cualquier
momento. Y es a través del poder público (organizado en una
república representativa, democrática, federal), que el pueblo ejer-
ce su soberanía. Pero la soberanía incluye la capacidad de autode-
terminación (la voluntad de decidir cuál es el interés del pueblo y
qué es lo que quiere), que el pueblo siempre conserva, y el derecho
de ejecutar o actuar, que ejerce a través del poder público.
Por tanto lo más importante es que el soberano es el pueblo, y
el pueblo actúa a través del gobierno, que crea de acuerdo a su
voluntad y para su beneficio. Y ya las características de República,
representativa y federal son condiciones subordinadas al proyecto
democrático por excelencia de la soberanía popular. Pero la forma de
gobierno está condicionada a permitir el ejercicio de la soberanía
del pueblo, fundamento de la democracia.
Es la soberanía nacional del pueblo la variable independiente
y la forma de gobierno la derivada, como es lógico. De ahí que las
características de República, representativa y federal tengan la condi-
ción de ser democráticas para ser medios del ejercicio de la sobe-
ranía del pueblo. No se trata de un listado simple de calificativos
("República representativa, democrática, federal "), sino que el de
democrática es laexigencia para la República representativa federal
y por lo tanto es la condición sine qua non, que sobresale sobre las

24
demás características de la organización. Se trata de una forma
democrática de gobierno, para que el pueblo ejerza su soberanía a
través de una República representativa federal, que además puede
el pueblo cambiar en cualquier momento, porque lo importante es
que la forma de gobierno sea, a juicio del propio pueblo, el medio
adecuado para ejercer su soberanía.
Interpretación:
Se dispone que el pueblo ejerza su soberanía por medio de los
poderes federales y de los Estados de acuerdo a sus competencias.
Esto confirma lo señalado antes respecto a que el pueblo soberano
puede participar como elemento del todo y también de las partes
correspondientes. El soberano no es el gobierno, ni los Estados --en
lo concerniente a su régimen interior (artículo 40)-, sino el pueblo,
pero en dos niveles: como parte del todo nacional, a través de los
poderes federales, y como parte de una sección del todo (por así
decirlo), a través de los poderes de los Estados, según su compe-
tencia.
Entonces no son los "Estados libres y soberanos", sino que es
el pueblo soberano, que actúa por medio de los poderes federales
(en lo nacional), ya través de los poderes de los Estados "en todo
lo concerniente a su régimen interior".
Interpretación:
Se señala que las estipulaciones del pacto federal, establecidas
en la Constitución, no podrán ser contravenidas por las de las
constituciones particulares de los Estados, lo que parece indicar una
restricción al propósito de la Federación "compuesta de Estados
libres y soberanos en todo lo concerniente a su régímen interior".
Pero hay que recordar que la soberanía nacional reside en el
pueblo, y no en la Constitución federal, y que el pueblo puede
cambiar en cualquier momento la forma de gobierno establecida en
la Constitución. Por ello lo ímportante es que la organización del
Pacto Federal, como forma de gobierno, sea adecuada para permitir
que el pueblo ejerza su soberanía a través de la combinación de los
poderes públicos federales y estatales.

25
Esto significa que por arriba del Pacto Federal establecido en
la Constitución, lo más importante es la soberanía del pueblo, y que
éste puede decidir asu voluntad y beneficio (artículo 39): si el mejor
y más conveniente ejercicio de su soberanía es a través de los
poderes federales o los de los Estados, yen qué casos y proporción.
Por lo tanto, nuevamente se debe precisar que la variable
independiente y dominante es la soberanía del pueblo, y el Pacto
Federal y la relación entre la Constitución federal y las de los
Estados -para determinar la competencia de los poderes públicos
de la Unión y de los Estados- son las variables derivadas y
subordinadas. Y que el Pacto Federal, y la misma Constitución
federal, sólo se justifican en tanto permitan la democracia del
ejercicio de la voluntad popular a través de los poderes públicos.
La división territorial del poder público debe ser un medio
democrático. Y si el federalismo específico no es adecuado para el
ejercicio de la soberanía popular a través de los poderes federales
y locales, entonces es ilegítimo. Por tanto el pueblo debe cambiarlo,
de acuerdo a su voluntad, para buscar su beneficio.
Si el federalismo de la Constitución favorece al gobierno
central y va en contra de la mayor democracia, debe cambiarse por
uno que dé preferencia a la soberanía popular, presuntamente
favoreciendo la división regional de poderes, promoviendo más el
ejercicio de la soberanía del pueblo a través de las autoridades de
"Estados libres".
Tanto la república representativa como el federalismo están
sujetos a ser medios adecuados al ejercicio de la soberanía del
pueblo, a través del poder público.
Texto: Los partidos políticos son entidades de interés público; la
ley determinará las formas específicas de su intervención en
el proceso electoral. Los partidos políticos tienen como fin
a) promoverla participación delpuebloen la vidademocrá-
tica, b) contribuir a la integración de la representación
nacional, y como organizaciones de ciudadanos, e) hacer
posibleel acceso de éstosal ejercicio del poderpúblico, de
acuerdo con losprogramas, principios e ideas que postulan,
y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo.

Interpretación:
Aquí se explica cómo es que el pueblo ejerce su soberanía, por
medio del poder público, en una formade gobierno (de República
representativa federal): El proceso político detrásdelgobiernoque
permite el ejerciciode la soberanía popular.
Eltextoutilizacorno conducto paralademocracia a lospartidos
políticos, pero en realidad los partidos sonmediospara el ejercicio
de la soberaníapopular, corno lo sonlos poderes públicos. Por ello
la secuenciamás clara sería: la soberanía del pueblo -se ejerce a
través del poder público- que dimana del pueblo y se instituye
para su beneficio -al que por voluntad propia se le da una forma
de gobierno- y se elige mediante el proceso electoral --con el
sufragio universal, libre, secreto y directo- auxiliado por los
partidos políticos -que promueven la participación del pueblo en
la vida democrática- parael accesode los ciudadanos al ejercicio
del poder público -integrando la representación nacional- con
posibilidad de usar los partidos de oposición como contrapesos al
poder público.
O de manerasimplificada: elpueblosoberano -elige integran-
tes del poderpúblico- establecidos en una formade gobierno -a
travésde procesos electorales de sufragio directo paraejercer a través
de ellos su soberanía.
O más simplificado aún: la voluntad soberana del pueblo se
manifiestaeligiendolos integrantes del poder público, para actuar
a través de ellos, para beneficio de sí mismo.
El pueblo ejerce la autodeterminación soberana a través de
procesosde eleccióndelpoderpúblico, para actuar por su conducto
y en su interés.
La voluntad mayoritaria elige, de acuerdo a su interés, a la
alternativa partidistaparaintegrarelpoder público, a travésdel cual
ejercerá susoberanía.
27
Lo más importante es la soberanía popular (articulo 39). Pero
aquí se implica, por la alusión a procesos electorales, que es la
soberanía de la mayoría (artículo 41). Después es necesario deter-
minar cómo se hace realidad: aparte de hacerlo directamente, una
forma es ejerciendo la soberanía a través del poder público (artículo
41); pero para ello es necesario que los ciudadanos tengan acceso
al ejercicio del poder público, vía procesos electorales en que el pueblo
vote por partidos políticos y programas (y aquí cabe el mandato).
La soberanía popular, mediante el voto popular, elige al poder
público; de ahí que todo poder público dimane del pueblo (artículo
39). No puede provenir de origen distinto a la voluntad popular.
Pero además la soberanía popular instituye al poder público
para su beneficio. Voluntad e interés populares son las condiciones
irrenunciables de la democracia. Y son éstos los elementos que el
pueblo utiliza para elegir los integrantes del poder público y la forma
de gobierno en que operen.
Sin embargo, es necesario precisar:
l. El pueblo es soberano;
2. ejerce su soberanía por medio de los poderes públicos
3. a través de elegirlos en procesos electorales,
4. pero también en la operación de dichos poderes,
5. porque la operación dura un periodo de ejercicio del poder
público, mientras que la elección se hace en un momento.
De otra manera, si la soberanía del pueblo se mostrara sólo en
la elección del poder público y éste fuera el medio de "ejercer su
soberanía por medio de los poderes...", en realidad no habría
soberania, que además de integral es plena.
La soberanía del pueblo exige, por esencia:
l. que la voluntad popular elija al poder público
2. de acuerdo a su beneficio;
3. pero no es suficiente que éste represente después al pueblo
a su discreción,
4. sino que es necesario que el pueblo soberano siga ejerciendo
su voluntad e interés durante toda la actuación del poder público.

28

2358-' ....
.1fT1lI lE IIGU.rIT."
'
5. Por ello es indispensableque el pueblo ejerza permanentemente
su soberanía por medio de los poderes, y no sólo en el momento de su
elección (y de aquí deriva la necesidad del mandato).
La soberanía electoral no satisface el concepto de la soberanía
nacional del pueblo. Cuando "todo poder público dimana del
pueblo" pero también "se instituye para beneficio de éste" -y para
cumplir con la segunda condición del interés popular o bienestar
mayoritario-es indispensable que a la soberanía electoral se añada
la soberanía de ejercicio permanente del poder público.
La soberanía electoral permite escoger, pero la soberanía de
ejercicio permite asegurar la operación en favor del interés popular,
pues de qué sirve decidir si no se cumple la decisión. Nuevamente
la variable estratégica es la soberanía del pueblo, que exige volun-
tad e interés popular en la elección y operación del poder público.
Por todo ello, más importante para la democracia (como el
gobierno de la mayoría del pueblo) que elegir integrantes del poder
público, es después continuar actuando a través de ellos, en bene-
ficio de sí misma. El pueblo se autogobierna, en la autodetermina-
ción de elegir representantes con un mandato general, y en la
autopromoción (y participación) actuando a través de ellos para
expresarles su voluntad y el beneficio que deben atender (y ya
aparece aquí la figura de mandato).
Sólo cabe recordar que todavía hoy el pueblo de México no
elige a sus gobernantes, y que después que pueda hacerlo, mediante
un cambio democrático profundo, tendrá que enfrentarse al proble-
ma mayor de "ejercer su soberanía por medio de los poderes".
En conclusión: el pueblo ejerce su soberanía eligiendo los
poderes y actuando por medio de ellos, pero más por lo segundo.
Por ello la disposición constitucional del articulo 41, en su contexto,
debe entenderse corno el énfasis en que el pueblo actúe continua-
mente a través del poder público, como derecho inalienable. Y no
sólo eligiéndolo. Las dos son condiciones necesarias, pero la actua-
ción continua del pueblo es más importante para un gobierno
popular mayoritario.

29

• .l.... .'.
Así, el artículo 41 acierta en su forma de expresión de que la
democracia está en que el pueblo elija sus gobernantes, pero todavía
más en que actúe a través de ellos (por eso comienza la redacción
enfatizando esto). Y no que el pueblo soberano elija representantes
y éstos sean después los que decidan "en su nombre", porque
entonces el pueblo ya no "ejerce su soberanía por medio de los
poderes... ", sino que éstos lo representan según su (en el mejor de
los casos) leal saber y entender.
Texto: Los partidos políticos, tendrán derecho al uso permanente
de los medios de comunicación social, de acuerdo con las
formas y procedimientos que establezca la ley. En los pro-
cesos electorales federales los partidos nacionales deberán
contar, en forma equitativa con un mínimo de elementos
para sus actividades tendientes a la obtención del sufragio
popular. Los partidos tendrán derecho a participar en las
elecciones estatales y municipales.

Comentario:
Sorprende que haya cinco párrafos dedicados a los partidos
políticos (con los ya señalados antes), cuando hay dos para la
soberanía nacional (artículos 39 y 41). Esta clara desproporción
seguramente indica la preocupación del legislador por apoyar su
función para alcanzar la democracia, en un régimen de partido
virtualmente único, en que ni siquiera se alcanza a cumplir lo
elemental.
4. El artículo 49 constitucionalse refiere a la división de poderes
e integra por sí mismo el capítulo 1 del Título Tercero. En realidad
podría haberse incluido en el artículo 40, que trata de la división de
poderes territoriales del federalismo, dentro de la forma de gobierno.
O al revés: si se quería enfatizar el principio de división de poderes,
podían haberse integrado las disposiciones de la 'división territorial
de poderes a la división funcional del artículo 49. O por lo menos
hacermención asu relación como modalidades del mismo principio
de dividir el poder público, para que hayacontrapesos y límites que
aseguren que no se integre en uno solo para doblegar al pueblo.

30
Texto: El Supremo Poder de la Federación sedivide, para su ejercicio,
en Legislativo, Ejecutivo y Judicial. No podrán reunirse dos
o más de estos Poderes en una sola persona o corporación,
ni depositarse el Legislativo en un individuo, salvo el caso
de facultades extraordinarias del Ejecutivo de la Unión
conforme a lo dispuesto en el artículo 29... yen el segundo
párrafo del artículo 131.
Interpretación:
A la forma de gobierno del artículo 40 de una República,
representativa y democrática se le podria añadir "con una división
de poderes por función en Legislativo, Ejecutivo y Judicial, y una
división de poderes territoriales a través de una federación de
estados libres y autónomos en todo lo concerniente a su régimen
interior", y demás.
Pero la división de poderes por función del artículo 49, en el
contexto de los artículos 39, 40 Y41, vuelve a resaltar las variables
y su relación:
1. el pueblo es soberano.
2. todo poder público proviene del pueblo, quien lo crea para
su beneficio.
3. Ee pueblo le da forma de gobierno al poder público en un
acto de voluntad;
4. también lo elige
5. Yejerce su soberanía a través de él.
Por lo tanto, el poder público debe operar de tal manera que
permita y facilite que el pueblo ejerza su soberanía por medio de
él. y por eso debe ser democrático y tener una división, pues la
división de poderes apoya que el poder público sea democrático
para que el pueblo pueda ejercer su soberanía a través de él. La
descentralización y el pluralismo son movimientos democráticos,
mientras que el centralismo y el singularismo no lo son.
El pueblo, que quiere ejercer su soberanía a través del poder
público,requierequeésteseapropicioparaelloyportantoleconviene
dividirlo porfunción y por"rritorio,pues latendenciadelpoderes
31
eludir su subordinación al pueblo, separarse de él e imponérsele, a
través de integrarseen uno solo o de que uno domine a los demás.
Entonces:
l. para que el pueblo ejerza su soberanía.
2. debe actuar permanentemente a través del poder público y
no sólo elegirlo.
3. Para ello debe darle una forma de gobierno democrática,
4. apoyada en una división del poder para tener pesos y contra-
pesos,
5. Y con un sistema de partidos en que la oposición también
sirva de contrapesos al poder.
O dicho de otra manera:
l. El pueblo soberano,
2. ~el que proviene todo poder público,
3. Yal que crea para su beneficio,
4. en ejercicio de su soberanía y para hacerla efectiva,
5. elige al poder público,
6. y sobre todo ejerce su soberanía por medio de los poderes,
7. Y le da voluntariamente una forma de gobierno,
8. que puede cambiar en todo tiempo,
9. resaltando su carácter democrático,
10. en una República representativa,
11. con división federal del poder territorial,
12. y con división del poder por función.
Entonces la división del poder público es una característica de
la forma de gobierno, misma que debe servir para que el pueblo
ejerza su soberanía a través de él.
El fin es que él mismo ejerza su soberanía, y el medio es el poder
público, que debe tener una forma de gobierno que lo facilite,
basada en la democracia y con una división del poder por función
y territorial mediante un federalismo.
El Constituyente parece considerar inicialmente que la fonna
de gobierno más democrática es la República representativa, con

32
federalismo y división de poderes por función. Por ello es la que
aparentemente (porque clarifica con el mandato en el articulo 41)
escoge el pueblo soberano para darla al poder público que volun-
tariamenteelige, ya travésdel cual buscaejercer su soberaníapara
su beneficio.
La divisióndel poder público es partede la forma de gobierno,
y el gobierno y su forma son medios escogidospor el pueblo para
ejercer su soberanía.
Lo más importante es el pueblo, que es el soberano,y lo demás
son formas de hacer valertal soberanía, particularpero no exclusi-
vamente a través del poder público (porque también utiliza a la ley
o a los partidos políticos y por supuesto los procesos electorales).
El poder público es un medio de la soberanía popular, y la
división de tal poder es un medio del medio.
En conclusión,la divisióndel Poderpúblicoes una función de
la soberanía del pueblo.

ANEXO IV

LA CONSTITUCIÓN INCUMPLIDA 1

La cuestión del incumplimiento de la ley en México es de


primera impresiónsorpresiva: En primerlugartoda nuestrahistoria
muestrala búsqueda delsustento en la leyde losmovimientos sociales
desde la Independenciade 1810. Después de los planes políticos
han venido siempre las constituciones para plasmarlas intenciones
e ideologías avanzadasen una obligación formal. Las constitucio-
nes eran consideradasel marcopolíticonormativo de losgobiernos,
pero no como promesas políticas sino como leyes, que debían
cumplirse, aún a costa de guerras, como en el caso del restableci-
miento de la Constituciónde 1857, o de los delitos contra el orden
constitucional y contra el gobiernoconstitucionalista de febrero de
1 Comentario del autor en la presentaciÓll del libro: "La Constitución /ncwmpllda •'.
12 de enero de 1994.

33
1913 (artículos décimo y décimo quinto transitorios de la Consti-
tución de 1917), o para hacer valer el predominio de la Constitu-
ción, o establecer una nueva, o para facultades extraordinarias, en
sustitución del orden legal, como sucede con Venustiano Carranza,
el primer jefe del ejército constitucionalista, "encargado" del poder
ejecutivo de la Unión, según el artículo noveno transitorio, en que
"queda facultado para expedir la Ley Electoral, conforme a la cual
deberán celebrarse, esta vez, las elecciones para integrar los Pode-
res de la Unión". Todo movimiento revolucionario buscaba insti-
tucionalizarse en constituciones, ya fueran nuevas o restauradas.
En segundo lugar el texto constitucional de 1917 es explícito y
reiterativo sobre el basamento social y político de la legalidad. La
legitimidad de la ley.
El artículo 39, fundamento de la filosofía política de toda la
Constitución, basada en la soberanía popular, de la que proviene
todo poder político, e implícitamente toda ley, los que puede
cambiar en cualquier momento. El artículo 40 constitucional impli-
ca que la voluntad del pueblo mexicano se expresa en los principios
de esa ley fundamental (al establecer su forma de gobierno). Y que
el pueblo ejerce su soberanía por medio de los poderes en los
términos establecidos por las constituciones federal y las particu-
lares de los Estados (artículo 41). Y el artículo 26 declara que los
fines del proyecto nacional que determinan los objetivos de la
planeación están contenidos en la Constitución.
No es un mero formulismo el principio de laprotesta de ley del
artículo 128: "Todo funcionario público sin excepción alguna,
antes de tomar posesión de su encargo, prestará la protesta de
guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen". Al que se
añade en los artículos 87 y 97, la obligación de "hacer guardar la
Constitución, desempeñando leal y patrióticamente el cargo, mi-
rando en todo por el bien y prosperidad de la Unión, y si no lo
hiciere, que la Nación (que debe interpretarse como el pueblo
nacional), se lo demande". O de la supremacía legal de la Consti-
tución del artículo 133, que no podrán contravenir las leyes locales.
O del principio "fresco" en 1917 de la inviolabilidadde la Consti-
tución, con el que terminan sus preceptos (artículo 136): La Cons-

34
titución no perderá su fuerza y vigor aun cuandose interrumpa su
observancia o se establezca un gobierno contrario a los principios
que sanciona. Y tan luego comoel pueblo recobre su libertad, se
restablecerásu observancia, y con arregloa ella seránjuzgadoslos
que "hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión,
como los que hubierencooperado a ésta" . Reiterando que el pueblo
en libertaddecidióla Constitución, yque sóloquepierdasu libertad
dejaráde acatarlay hacerlacumplir. Elpuebloes el origeny sostén
de la ley y de su cumplimiento.
En tercer lugar ha sidolargatradición del régimen de gobierno,
poner sus programas en leyes que se promulgan numerosamente,
casi siemprecon reformas a la Constitución. Y si se estimaque han
habido cerca de 400 reformas a la ley fundamental de 1917, es
seguro que el númerode nuevos preceptos promulgados es mayor,
pues sólo de 1991 a 1993, se presentaron 167iniciativas de ley para
transformar la estructura económica hacia el neoliberalismo ac-
tual;' por lo que el sistema legal mexicano es muy extenso, com-
plejo y variable. Al que se añade la facultad reglamentaria presi-
dencial, del artículo 89constitucional de profusautilización, bajo
la fórmula abierta e imprecisade "proveer en la esfera administra-
tiva a su exacta observancia" de las leyes. Cadagobiernocrea sus
leyesy pretende basarse en ellas.
Las tres observaciones anteriores confirman que el sistema
mexicano, es de un gobierno de leyes.
Frentea estecúmulo de antecedentes de /egalismo, existe sorpre-
sivamente una cara obscuraen estamateria. Engeneral,las consti-
tuciones no se han cumplido, a pesar de ser establecidas después
de elevadasdiscusionesen brillantes congresos constituyentes. En
las de 1857, el mismo presidente Comonfort que la impulsa, la
desconocedespuésde su promulgación porconsiderarlademasiado
progresista, y Venustiano Carranza no cumple los postulados so-
ciales avanzados que distinguen a la de 1917, particulannente el
mandato de refonna agraria.Y los gobiernos post-revolucionarios

2 El Financiero, 31 de diciembre de 1993.

35
operan regularmente por arriba y por fuera de la ley, y a veces hasta
en contra de la misma, aún de la que ellos mismos han promulgado.
No existe el predominio de la ley, el gobierno de la ley, ni los
ciudadanos atenidos a la ley. O en los términos oficiales el "imperio
de la ley" y el "Estado de derecho".
y la consecuencia jurídica es dramática: cuando los preceptos
constitucionales no se cumplen suficientemente por el poder públi-
co de manera permanente y prolongada, éste necesariamente es
ilegal, y lo que es más, carece de legitimidad de ejercicio del poder,
que nulifica cualquier legitimidad de origen, en su caso. Recordan-
do que la legitimidad política y social es la esencia de la democracia
y proviene de 4 condiciones: acatar la voluntad y el beneficio
general, en la elección de autoridades y representantes, y todavía
más en el ejercicio del poder público. y la pérdida de la legitimidad
de ejercicio descalifica al gobierno, pues no es aceptable que por
ejemplo (y entre muchos casos más), teniendo la obligación cons-
titucional desde 1917 de atender los derechos a la educación
democrática, a la salud, a la vivienda, al trabajo y al bienestar
campesino, no se hayan satisfecho, como ahora trágicamente nos
recuerda el conflicto de Chiapas. Más que un problema de rezago
es de insatisfacción del acatamiento de una obligación legal fun-
damental. Además de la cuestión de lajusticia social, está involu-
crado el no acatamiento por el poder de la ley justa. Por que la
Constitución original de 1917 es justa en casi todos sus preceptos,
y en consecuencia establece una justicia legal y una legalidad justa
(violada por las reformas).
Así que lo que más sorprende, es que en un régimen de ausencia
de Estado de derecho, el derecho sea tan relevante. ¿Para qué tantas
reformas constitucionales si la Constitución no se cumple antes ni
después? Mostrando, a manera de un conflicto existencial, la lucha
entre el bien y el mal, o más precisamente entre el deber ser y los
ideales y el ser y los intereses creados, con el egoísmo y la convenien-
cia personal, y el realismo pragmático frente a las buenas intencio-
nes. Pero la pureza de corazón como decía Kierkegard, exige actuar
como se declara, para entonces "desear una sola cosa".

36
Entonces, la explicación de fondo radica en que la falta de
cumplimiento de la ley por parte del gobierno no es un problema
jurídico sino político y social.
y la clave radica en ver como opera el sistema político para
apreciar los "motivos del lobo": para el monopolio del poder es
necesario que el presidente se imponga a la sociedad sin cortapisas,
como mecanismo de control para mantener la estabilidad. Para lo
cual el presidente legisla, tanto directamente elaborando las inicia-
tivas de ley, como decidiendo los miembros del legislativo y
haciendo que ganen sus elecciones, para que aprueben tales inicia-
tivas. Y las leyes las obedece y hace cumplir a su discreción y
conveniencia, con el respaldo del poder judicial.
y así, la ley en México es en realidad un instrumento de
dominio y dominación del presidencialismo para conservar su
soberanía, para el monopolio oficial del poder. Como son instru-
mentos el aparato de gobierno y el sistema político y sus élites. Es
un mecanismo de poder dentro de la relación de poder del gobierno
para someter a la sociedad.
Para un gobierno sin el pueblo, ya veces contra el pueblo.
Es el sistema político de monopolio del poder el causante de
la separación abismal entre la Constitución y su cumplimiento.
y mientras no se cambie el sistema político actual por un
esquema democrático, no hay posibilidad de que se cumpla la
constitución plenamente.
La sociedad tiene la legitimidad natural y esencial para buscar
mediante la libertad política y la justicia, su soberanía frente al
gobierno, y cuando su voluntad la plasma en ley obligatoria, enton-
ces debe usar también la bandera de la ley para controlar al poder
público. y de ahí el nuevo movimiento constttucionalista por la
democracia, como a principios de siglo.
Es hasta que la ley sea la libre voluntad del puebio y el
presidente a su vez su legítimo mandatario, que la sociedad logrará
que el poder público acate su voluntad fonnal plasmada en la
Constitución.

37
Sin democracia no puede haber ley legítima, ni gobernantes
legítimos que se sujeten a ella. La democracia es la condición sin
la cual no hay derecho y poder público legítimos. Y sin legitimidad
sólo hay normas y gobierno de hecho, aunque sea todopoderoso.
y sólo con la legitimidad originaria del derecho y del poder
público, mediante la democracia de la soberanía popular, la cons-
titución será cumplida. y en consecuencia el gobierno tendrá la
legitimidad de ejercicio.

38
SEGUNDA PARTE

Garantías Constitucionales y el Derecho de Reclamación

l. Filosofia del derecho político:


1.1 ¿Quées una constitución? O másbien ¿cuál es el deber ser
de una constitución política, como la mexicana?
1.2La respuesta es triple, por un ladoes un 1)pacto o contrato
social, de 2) consenso político, sobre el 3) proyecto de nación, en
el que se vive y del que se forma parte: Lo que quiere el pueblo.
1.3 Del que se desprende una 1) norma fundacional y no una
declaración, para darle obligatoriedad, queestablece 2) las relacio-
nes entre el pueblo y el individuo con el poder público. Entre
gobernados y gobernantes, 3) en forma de un mandato político, 4)
con consecuentes derechos del mandante, 5) que son garantías y
defensas frente al mandatario (estaes la diferencia con el mandato
privado), 6) y correspondientes obligaciones del mandatario res-
pecto a sus encomiendas: las relaciones políticas y sociales que se
desprenden de llevar a cabo lo que quiere el pueblo (the social
relations ofexecution of a political mandate).
lA Es una decisión política que adquiere la forma de ley
fundamental, sustento y origen de un régimen jurídico, para dar
obligatoriedad a un mandato.
1.5 Cuya finalidad es el bienestar general. según la voluntad
general.
1.6Expresada enun mandato politico-juridico, delpueblo como
mandante y el poder público como mandatario.

39
1.7 Replanteando los conceptos anteriores en términos secuen-
ciales se tiene:
l. Con el propósito de buscar el bienestar general,
2. en una vida de sociedad,
3. se define un pacto social,
4. que implique un amplio consenso político,
5. mediante la voluntad general,
6. sobre el proyecto de nación,
7. precisando las relaciones entre el pueblo y el individuo y el
gobierno.
8. Todo ello expresado en un mandato al poder público que crea
el pueblo.
9. y tal decisión política se establece en una ley fundamental
y fundacional, .
10. de todo un orden jurídico,
11. para hacerla obligatoria.
1.8 De lo anterior conviene resaltar los siguientes principios:
l. La ley suprema, es una decisión política, que usa el ropaje
jurídico. Pero el fondo es la decisión política, y la forma y variable
derivada es lo jurídico.
2. Se expresa en un mandato político con la obligatoriedad
jurídica.
3. La ley suprema debe provenir de la voluntad general. La ley
no es una condición independiente ni última, sino una condición
dependiente de la voluntad general.
4. La ley suprema debe mejorar el bien común.
Las 2 condiciones necesarias de la ley suprema son derivar de
la voluntad general, y para el bien general.
S. Por todo lo anterior, la ley suprema, la constitución, debe
entenderse como las normas del pueblo al poder público, mismas
que protegen al propio pueblo del poder público.
6. Por lo que la constitución establece todas las obligaciones del
poderpúblico, mismas queson derechos del pueblo yel ciudadano.

40
Esto es, las instrucciones de la sociedad al poder público se
concretan en normas constitucionales, que por un lado significan
obligaciones al gobierno, y por otro lado significan garantías del
gobernado.
7. Por lo que la constitución debe invariablemente interpretar-
se en favor del pueblo mandante. Toda vez que dicha constitución
debe estar hecha por el pueblo para su propiobeneficio.
1.9 Características adicionales.
Con esta introducción se aprecia que: 1) por arriba de la ley,
sólo está la voluntad general para el bien común.
2) y que cuando ésta se expresa formalmente en un proceso
democrático, adquiere una permanencia o fijación.
3) y que para modificarla es necesario utilizar el mismo pro-
ceso formal que se dio para establecerla.
4) Y que no puede de otra manera ser desconocida, desobede-
cida, abrogada, ni prescrita.
2. La Correlación Jurídica
2.1 En la constitución, como en toda ley, se establece una
correlación de obligaciones y derechos. Cada norma implica una
parte con derechos y otra parte con obligaciones.
Pues para cada obligación hay un derecho,y para cada derecho
hay una obligación.
2.2 Lo que implicaque debe existir un responsable de cumplir
con la obligación, y un beneficiario de un derecho.
2.3 y así como el beneficiario del derecho debe poder recla-
marlo, el responsable de la obligación debe tener forma de hacér-
selo cumplirforzosamente.
2.4 El responsable debe tener sanción a su incumplimiento,
para que el derecho-habiente obtengasu satisfacción.
*2.5 y como no es conveniente hacerse justiciapor sí mismo, es
a todas luces necesario que el derecho-habiente reclame su derecho,
en la procuración de justicia, frente a untercero (artículo 17).

41
2.6 Un juez, que califique de válida la demanda y obligue a su
cumplimiento y la sanción del responsable, en su caso.

3. Las garantías constitucionales


3.1 La constitución establece que el Capítulo lo. trata de las
garantías individuales, partiendo del artículo lo. y hasta el artículo 29.
3.2 En términos estrictos, las garantías individuales parten del
artículo lo. al artículo 24, mientras que los artículos 25, 26, 27 Y28
se refieren más a garantías sociales y a la organización y funciona-
miento del poder ejecutivo. Y el artículo 29, al caso de excepción
en la suspensión de las garantías individuales.
3.3 Por un lado, es necesario advertir que la clasificación y
diferenciación entre las garantías individuales y sociales tiene
mucho de convencional, y que en ambos casos se trata de derechos
del gobernado frente al gobierno; que pueden corresponder al
individuo o a un grupo, según quien ejerza tales derechos.
3.4 Por lo que todas las garantías individuales tienen también
una garantía social, y todas las garantías sociales, contienen una
garantía individual.
*3.5 Por otro lado, debe apreciarse que todos los preceptos de
la constitución, se refieren directa o indirectamente, a las relaciones
entre gobernados y gobernantes (en la terminología tradicional pero
equivocada porque denota la opuesta relación de dominio de la que
debe haber entre pueblo mandante y mandatario).
3.6 Y que si bien, en el caso del Capítulo lo. del Título Primero
se hace explícito el deber ser de la relación del poder público con el
individuo, y de ello se deriva la garantía que tiene el individuo, de
cual debe ser el comportamiento del poder público.
3.7 Igualmente en todos los preceptos que tratan del funciona-
miento de los poderes públicos, se deriva un interés político-juridi-
co del individuo y la sociedad, de que cumplan tal nonnatividad.
*3.8 Tanto porque son las instrucciones del mandato que les
señala la decisión política de la voluntad general, como porque

42
significa la seguridad jurídica de tales sujetos antes citados, que les
establece a que deben atenerse.
*3.9 Por lo tanto, resulta critico apreciar que todos los 136
artículos de la constitución establecen garantías. Concibiendo como
garantías, los derechos del individuo y la sociedad, de que el poder
público cumpla con las normas que le establece el pueblo.
3.10 Y que si tales normas de organización, conducta y actua-
ción son obligaciones del poder público, correlativamente son
derechos del individuo y la sociedad.
3.11 Beneficiados como mandante cuyo mandato cumple el
mandatario, producto de la voluntad general para el bien común; y
beneficiados también por la seguridad jurídica que significa para
los gobernados saber qué deben esperar de los gobernantes (las
relaciones entre particulares se refieren al derecho privado, pero el
derecho público, es un derecho político, que se refiere a las relacio-
nes entre el pueblo y el poder público, del que se derivan las
relaciones entre los componentes del poder público).

*4. Derecho de reclamación


4.1 En tal virtud, el deber ser jurídico lleva a la necesidad de
que todo derecho pueda ser reclamado.
4.2 Puesto que así como para cada derecho debe existir una
obligación, necesariamente para cada derecho debe existir la facul-
tad de reclamación del mismo.
4.3 Y para cada incumplimiento de la obligación, ya sea espon-
tánea o a petición de parte, debe establecerse el recurso para forzar
su cumplimiento.
4.4 Además de establecer una sanción a tal incumplimiento.
4.5 Enfatizando que un derecho que no tenga: 1) una obliga-
ción, 2) un responsable de llevarla a cabo, 3) un recurso para
reclamarla, 4) un recurso para forzar su cumplimiento, 5) y una
sanción por su incumplimiento, no sólo carece de sentido, sino que
hace imposible poder considerarla como derecho.
43
5. Revisión de las garantías constitucionales
5.1 Por lo tanto, las garantías individuales de los artículos lo.
al 24, también deben considerarse como garantías sociales.
5.2 Los artículos 25, 26, 27 Y 28, deben considerarse como
normas al poder público, con una implicación de garantías sociales,
y también de garantías individuales.
5.3 El articulo 29 significa una cláusula de excepción para la
suspensión de garantías, que norma la conducta y el proceso para
el efecto, y que significa una garantía social e individual.
5.4 El Capítulo 11 del Título Primero de "los mexicanos", esta-
blece preceptos que significan garantías individuales sobre todo,
y sociales, igual que las correspondientes al Capítulo III y Capítulo
IV, respectivamente, "de los extranjeros", y de "los ciudadanos
mexicanos".
5.5 Capítulo 1del Título Segundo sobre "la soberanía nacional
y la forma de gobierno" es el centro de la filosofia política de la
constitución. El artículo 39, sobre todo, representa la garantía
constitucional más importante, en cuanto a la soberanía del pueblo.
5.6 Los artículos 40 y 41 son complementarios del anterior,
y establecen las garantías constitucionales de la forma de gobier-
no y de la que el pueblo ejerce su soberanía por medio del poder
público, y como se crea dicho poder público, en la contienda
democrática de los partidos políticos. Todos y cada uno de los
preceptos incluidos en el artículo 41, tanto de partídos políticos,
procesos electorales y autoridades electorales, significan garantías
constitucionales.
5.7 El Capítulo II sobre la integración de la federación y el
territorio nacional, igualmente significan garantías constitucionales.
5.8 El Capítulo 1del Título Tercero sobre la división de poderes,
establecido sólo en el artículo 49, representa una critica garantía
constitucional, para evitar reunir 2 o más poderes en una sola
persona o corporación.

44
5.9 El Capítulo 11 sobre la organización y funcionamiento del
poder legislativo, señala, del artículo 50 al 79, no sólo las atribu-
ciones de dicho poder sino sus correspondientes obligaciones, y
correspondientes derechos y garantíasde la sociedad y el individuo.
*5.10 De igual forma, el Capítulo III sobre el poder ejecutivo,
establece del artículo 80 al 93 la organización y atribuciones del
mismo, a las que debe someterse en un régimen de facultades
expresas, que son correspondientemente garantías de cumplimien-
to del mandato político, en los términosjurídicos de la constitución.
5.11 El Capítulo IV del poder judicial, del artículo 94 al 107,
nuevamente señala las normas de organización,facultades y actua-
ción, que significan el cumplimiento de mandatos obligatorios de
los que se derivan derechos y garantías al pueblo y la sociedad. Y
que no se han cumplido porque el poder judicial no ha ejercido la
función política de garante de la constitucionalidad en las relaciones
del pueblo con el poder ejecutivo.
5.12 El Título Cuartode las responsabilidades de los servidores
públicos, del artículo 108 al 114, establece las obligaciones por las
que deben responder los gobernantes. Claramente se señala que
todos los servidores públicos deben cumplir ante todo con la
legalidad en el desempeño de sus funciones, misma que proviene
originalmente del texto constitucional: Debiendo recordarse que el
mandato de la voluntad general establece normas de actuación con
facultades expresas, que significanobligacionesdel poder público,
mismas que el mandante, pueblo e individuo, tienen derecho a
forzar su cumplimiento, frente a los responsables, y sancionar su
incumplimiento.
5.13 El Título Quinto, referido a los Estados de la federación y
el Distrito Federal, del artículo 115 al 122, norman la relaciónentre
el gobierno federal y los gobiernos de los Estados, la organización
y funcionamiento de éstos y de los municipios, y en cada caso se
establecen las garantías constitucionales derivadas. Por lo que el
deberser llevaría a que individuo y sociedad pudieran reclamar sus
derechos derivados de las obligaciones establecidas en dichoTítulo.
4S
5.14 El Título Sexto del trabajo y la previsión social, del artículo
123, se refiere claramente a garantías constitucionales de tipo social e
individual.
5.15 El Título Séptimo, de prevenciones generales, establece
normas críticas del artículo 124 al 134, que implican nuevamente
garantías constitucionales.
5.16 El Título Octavo, de las reformas a la constitución esta-
blecidas en el artículo 135, señalan la garantía constitucional del
procedimiento de modificación del texto supremo, y el Título
Noveno que también consta de un solo artículo, el 136, se refiere a
la inviolabilidad de la constitución, y como tal significa otra crítica
garantía constitucional, particularmente referida a que la obligato-
riedad de la ley suprema no se interrumpe nunca. Y hasta el derecho
de restaurarla.
Por supuesto que también los artículos transitorios de la cons-
titución han significado obligaciones para el poder público, que
representaron derechos del gobernado.

6. Recurso de reclamación

6.1 Una vez que se acepta que los 136 artículos de la constitu-
ción significan garantías constitucionales (considerando que cada
uno implica varias y diversas garantías);
6.2 puede apreciarse que deben existir cerca de 400 garantías
constitucionales en total.
6.3 Sobre todo, hay dos comentarios a considerar de pasada.
Uno que dice, que con tal de que se respetaran las contenidas en el
Capítulo 1del Título Primero sería suficiente, y otro que señala que
las actuales garantías sociales son inalcanzables, por lo que deben
abolirse del texto constitucional.
En ambos casos la respuesta debe ser, que se trata de una ley
en vigor, una realidadjurídica que ya existe y que debe ser cumplida
en sus términos, hasta el caso de reformarse.
6.4 En los últimos años, se hadado el peligro de que la facultad
del ejecutivode reformar la constitución lo ha llevado, precisamen-

46
te a buscar desvirtuar su propósito original, como sucedió con las
reformas al artículo 27 y 28 en materiaagraria, bancaria, de comuni-
caciones y de derivados del petróleo. Y de los cambios del Seguro
Social y los que se prevén a la Ley Federal del Trabajo. Todo ello,
reformando el pacto social original derivado de la Constitución de
1917.
6.5 Por otro lado, debe considerarse la necesidad de establecer
la forma en que debeejercerse el recurso de reclamación de garantías
constitucionales: 1)una posibilidades utilizarel recurso de amparo,
y ampliarlo para todas las garantías de los 136 artículos, y para la
sociedad y cualquier individuo; 2) o establecer un nuevo procedi-
miento que avance sobre el juicio de amparo, 3) pero siempre
considerando que debe buscarse como un proceso de impartición
de justicia, acudir como parte agraviadafrente al poder judicial, que
intervenga como tercero imparcial, en el caso de incumplimientos
constitucionales de los poderes ejecutivo particularmente, y legis-
lativo (y así evitar el derecho de petición en que el ejecutivo es juez
y parte).
6.6 Para el caso del derecho de reclamación del poder judicial,
probablemente debiera usarse el recurso de acudir al control de la
judicatura.

7. Consideraciones finales
7.1 Debe ante todo reconocerse, que la constitución es una ley
suprema enfavor delpueblo.
7.2 Que representa una defensa del pueblo frente al poder
público, estableciendo los derechos de los gobernados frente al
gobierno. (si bien tal terminología debe cambiarse por la de la
relación entre soberano y servidor).
7.3Que el pueblo es el mandante, y el poder público,el manda-
tario. Y que es un mandato limitado a actos de administración, y no
abierto y sobre actos de dominio y disposición"
7.4 Por lo que el pueblo tiene todos los derechos, y el poder
público todoS las obligaciones.

47
7.5 Que el acto por excelencia de justicia, radica en que el
pueblo exija y reclame que el poderpúblicocumplacon su manda-
to, y que respete los derechos del gobernado. Que cumpla con la
ley.
7.6 Que el pueblo no puede ni debe hacerse justicia por sí
mismo,sinoquedebeutilizarel poderpúblicojudicialqueel mismo
pueblo ha creado, para su beneficio, como el procedimiento para
obtenerjusticiahaciendo valerlaley,en que se estableceel mandato
de la voluntadgeneral por el bien común.
7.7 Recordando siempre que el pueblo es el que tiene la
soberaníanacional y no el gobierno, por lo que no hay nada sobre
la voluntad general del bien común, y que no es la ley la instancia
superior o última.

ANEXO 1

LA DIVISIÓN DE PODERES
Y EL DERECHO DE RECLAMACIÓN)

El principio de la división de poderes está fundamentado en la


necesidad de que el poder públicodel gobierno no esté tan plena-
mente concentrado que avasalle y subordine al pueblo; y que de
encontraruna forma de dividiral mismo, sus partes puedan actuar
comocontrapesos entreellas, conel propósito de permitirle al pueblo
encontrar apoyos en una de las partes, en relación a otra. De esta
manera, el poder legislativo debe ser independiente y no parte del
poderejecutivo,paraqueel primeroseael conductodel pueblo para
determinarlas leyes,y el segundo sea quien las aplique.Y el poder
judicial debe ser independiente de ambos, para poder juzgar de
manera objetivae imparcial, "sin ser juez y parte".
Así,el articulo 49 de la constitución dice: "El Supremo Poder de
la Federación se divide, para su ejercicio, en Legislativo, Ejecutivo y
Judicial".

I Acfalberto Saldafta Harlow.Rflforma del Estado. p. 146.ANAD, 1996.

48
No podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola
persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un indivi-
duo, salvo el caso de facultades extraordinarias al Ejecutivo de la
Unión conforme a lo dispuesto en el artículo 29. En ningún otro
caso, salvo lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 131, se
otorgarán facultades extraordinarias para legislar".
El meollo del asunto, radica en apreciar que se requiere la
división del poder político y público para que la sociedad pueda
controlarlo de manera institucional, en vez de que se convierta en
un monstruo que la devore. Y para ello, se establece la diferencia-
ción de las funciones públicas en las categoríasdel legislativo, ejecu-
tivo y judicial; por supuesto compuestas por diferentes personas.
Sin embargo, en la legislación y operación del gobierno mexi-
cano, no se establecen plenamente dichos principios y prácticas,
debido primordialmente a la preponderancia tradicional del poder
ejecutivo. Y sucede el caso curioso de que si un individuo desea
hacer una reclamación al poder ejecutivo, pueda acudir ante el
poder judicial, para ampararse, precisamente para evitar tener que
acudir al poder ejecutivo, que entonces "seríajuez y parte". Mien-
tras que si bien existen derechos colectivos establecidos en la
Constitución, la sociedad, grupos o reuniones, carecen de recursos
para acudir al poder judicial, y se ven legalmente obligados, en
principio, a presentar su reclamación frente al propio poder ejecu-
tivo (artículos 8 y 9 constitucionales).
Lo anterior significa una falta de consistencia en los términos
constitucionales que no es justificable, y que debe ser corregida. De
manera que igual que las comunidades agrarias o los sindicatos (en
tribunales agrarios y laborales), tengan el derecho de reclamación
de garantías sociales frente al poder judicial, sin necesidad de
recurrir al propio poder ejecutivo. Buscando un tribunal que le
administre justicia, de acuerdo a la ley, y frente al poder público
del ejecutivo, sin importar qué tan grande sea.
De tal manera, que casos como el de las demandas indígenas-
campesinas del FZLN, las de democracia y de cambio de modelo
económico neo-liberal, del Ejército en Chiapas y la seguridad

49
pública así como muchasotras, puedan ser ventiladasjudicialmen-
te. Y tratándose de cuestiones fundamentales, se hagan frente a la
Suprema Corte de justicia, sobre controversias constitucionales
adicionales a las que establece el Artículo 105, y acciones excep-
cionales como las del Artículo 97, entre órganos de gobierno. Y
seguramente estableciendoque los sujetos con el derecho de recla-
mación, sean verdaderos representantes sociales, pero no los que
refieren los propios artículos 97 y 105,puesto que no se trata de un
asunto intra-gobierno, sino de la relación de la sociedad y el poder
ejecutivo.
El comentarioresultacrucialpara el sistemajurídico mexicano:
las controversias políticas, incluyendo las electorales, de la socie-
dad con el poder ejecutivo, podrían llevarse directamente entre
estas 2 partes, con la intervención de los partidos políticos, como
instituciones de interés público (artículo 41), Y los organismos
civiles que al efecto se establezcan; pero siempre contando con el
recurso jurídico-político de reclamación ante tribunales que admi-
nistren justicia, en el caso de la violación de garantías constitucio-
nales de tipo colectivo (corrigiendo la exclusión del artículo 105 Y
de la CNDH). Sin olvidarla necesidadde hacer funcional el Título
Cuarto constitucional, para complementar el derecho de reclama-
ción social con la posibilidad real y practica de sancionar el incum-
plimiento de las responsabilidades de los servidores públicos. Pues
una obligación no exigible, y sin sanción, es más que una imper-
fección jurídica, una inconsistenciaaberrante que deforma y hace
inoperante un régimen legal. y mientras el pueblo no pueda recla-
mar al poder público el cumplimiento de la ley, y exigir su castigo
por incumplimiento, y lograr susjustas demandas en ambos casos,
no puede haber un verdaderorégimen y Estado de derecho. En que
la base de la democracia se exprese al hacer valer la voluntad
general sobre el biencomún,frenteal mandatariodel gobierno. Este
es el control constitucional más relevante: garantizar tal cumpli-
miento.
Esta significa la mayor reforma poluica del sistema juridtco
mexicano.
so
Conclusiones del derecho de reclamación
de garantías constitucionales

Introducción: La relación entre pueblo y gobierno es la prueba


del ácido del derecho. El articulo 39 sabiamente establece el deber
serde ladesigualdad en favor delpueblo. La realidad, porel contrario,
muestra una desigualdad opuesta, con un individuo y pueblo inde-
fensos frente al poder del Estado, muy agravado por un sistema
político autoritario. La máxima función de la Constitución es revertir
y corregirtal situación, y serladefensade losmexicanos, parahacer
valer sus derechos y sus mandatos frente al poder público.
l. El texto de la Constitución comienza estableciendo expresa-
mente que el Capítulo Primero del Título Primero se refiere a las
garantías individuales, que llegan supuestamente hasta el artículo
29, pues el Capítulo Segundo comienzaa partir del artículo 30.
2. Sin embargo, tradicionalmente se ha considerado que las
garantías individuales strictu sensu van del artículo lo. al 24.
3. Y que del articulo 25 al 29 se trata de normatividad de la
función y facultades del gobierno (igualque casi todo el resto, del
30 al 136).
4. También tradicionalmente se ha considerado que la Consti-
tución establece como garantías sociales las de los articulos 30.,
40., Y 123, incluyendo preceptosdel 27.
5. Aquí se ha argumentado que desde el punto de vista de la
lógica y funcionalidad del derecho, debe reapreciarse la interpreta-
ción constitucional en favor de la facultad de reclamación:
5.1 Bajo el principio elemental de correlación jurídica, de que
a cada derecho corresponde una obligación, y a cada obligación
corresponde un derecho.
5.2 Y en ambos casos, el que tiene el derecho debe estar
facultado para reclamarlo.
5.3 Frente a unjuez que haga cumplir tal derecho, y no en una
"petición" frente a quiennocumplesu correspondiente obligación,
para evitar que actúe como juez y parte en tal reclamo.

51
5.4Y debeexistirademás unapena paraqueel incumplimiento
de la obligación sea sancionada. Que no puede auto-inflingirse.
5.5 Si no existe posibilidad de reclamación del derecho, ni
sanción,la norma, másque imperfecta, es irrelevante socialmente.
6. Bajo esta perspectiva el texto constitucional debe interpre-
tarse de acuerdo a los siguientes principios:
lo. Todoslospreceptos constitucionales (y legales en general)
obligan a un responsable, en correlación al derecho de un benefi-
ciario, quien puede reclamarlo.
20. Toda vez que la ley debe ser la expresión de la voluntad
general, en que actúael pueblo como mandante; y obliga al poder
públicocomomandatario.
30. Es lógico que los derechos sean del pueblo: individuos y
sociedad; y las obligaciones sean del gobierno. Esta es la relación
entre gobernados y gobernantes.'
40. Los artículos constitucionales del lo. al 24 establecen los
derechosindividuales; y la correlación es que el poder público está
obligado a respetarlos.
50. Losartículos 30., 40.,27 y 123 contienenderechosque son
individuales y sociales; y obviamente el poderpúblicoestáobligado
a respetarlos.
60. Engeneral, el restodel articulado constitucional establece
obligaciones paraelpoderpúblico, referidos a suforma,facultades,
J La constitución es lU1 sui generiscontrato políticode mandatopúblico: el mandato
lo da la voluntad general en favordel bien general. Y lo estableceen una ley suprema de la
que se derivan todaslasdemás normas. La contraparte es un poderpúblicoquetambién crea
el puebloparasu beneficio, y lo integracon maadatarios electosa quienesse encomiendan
funcionespúblicas; dentrodecondiciones precisasdeorganización y operación,querespeten
las garantlas del mandante colectivo en primer lugar, y le permitan actuar a través del
mandatario. El pueblo se da a si mismo el derecho, para plasmat formalmente y darle
obliglltoriedad, al mandato frente al mandatario. De aIú la necesidad de la sociedad del
derechoYganntiaconstitucional deleplidad: para garantizar queelpoderpúblicose someta
a SU mandato, y el pueblo mantenga el poder basado en el derecho, y asl la garantia de
Ioplidld sea el.ustento dela garandade justicia (artlcuIOI 133Y 17).

'2
funciones y acciones; y de acuerdoa la correlación jurídica repre-
sentan derechos del pueblo, individuales y sobre todo sociales.'
70. Se tiene entoncesuna garantía generalde legalidad, en que
el pueblo mandanteotorgaun mandato a través de unaconstitución
política, al poderpúblico quecreaporsu voluntad y parasu beneficio
(artículo39).Y en laconstitución establece losderechos del pueblo,
quesonobligaciones delgobierno; y lasobligaciones delgobierno, que
son derechos del pueblo. Por lo que la sociedad tiene todos los
derechos y el poder públicotodas las obligaciones.
80. En consecuencia, todos lospreceptos constitucionalesrep-
resentan garantías jurídicas del pueblo.
90. y el pueblo, como colectividad y como individuos tienen
el interés jurídico para poder reclamarlas, y exigir la sanción por
incumplimiento, al poder público.
100. No puede exigírsele al mandante que para reclamar su
derecho tenga que cumplir formalidades inaccesibles, sino hacer
que sea operativo el derecho de reclamación.
7. En suma lo. todas las normas constitucionales (y legales en
general) establecen obligaciones al poder público, 20. todas las
normas constitucionales Ó' legalesengeneral) establecenderechos
al pueblo mandante. 30. Por lo que todas las obligaciones legales
del poder público, son garantías legales del pueblo. 40. El pueblo
tiene la facultad de reclamar sus derechos. 50. Frente al poder
judicial, como derecho a que se le administrejusticia (artículo 17).
Para que elpoder ejecutivo no actúe comojuez y parte en el derecho
de petición (artículo 8). 60. Y cualquiera puede ejercerel derechode
reclamación, al expresar su interés jurídico en la forma que lo
afecta directamente, o como coadyuvante del interés general. 70.
Como una garantía de legalidad de la sociedad, como exigencia al
poderpúblico. 80. Complementado conelderechoa exigirla sanción
del incumplido.
2 Existe una intensa relación entre derechos individull1es y socíales, pues los usdivi-
duales son sociales y los sociales son indiv~, según el interés del su,jetojuridico, por
lo que su única diferenciación radica en el grado de intensidad de una u otra caracteristica.
y la clasificación tnadicional separatista ~ s\llJPtuirse por una integradora.

53
Por lo que todos tenemos derecho a reclamar al poderpúblico
que cumpla con sus obligaciones constitucionales y legales; y
hacerlo frente al poder judicial, para exigir justicia. Esta es una
garantía individual y social fundamental y crítica para el Estado
de derecho y la seguridadjurídica del pueblo. Sin ella, de nada vale
la ley y el régimen de garantías a los derechos humanos.
Esto se complementa con la función de control constitucional
de la Suprema Corte de Justicia, de hacer cumplir la Constitución,
como parte consustancial de la impartición de justicia, a petición o
aun ex officio; sobre todo en las relaciones entre pueblo y gobierno,
para evitar que el primero quede en estado de indefensión frente al
poder presidencial (así las recientes reformas al artículo 105 constitu-
cional son sólo parciales, y deben adicionarse preferentemente con
"las acciones de inconstitucionalidad" referidas al incumplimiento
constitucional del gobierno y en particular del poder ejecutivo).

ANEXOI/

ANÁLISIS DE CASO)

Para ejemplificar las cuestiones citadas, se toma el caso actual


del EZLN.
l. El levantamiento armado del Ejército Zapatista de Libera-
ción Nacional, es un "ya basta" fundamentalmente a la violación
de las garantias individuales y sociales de una población indígena
de los Altos de Chiapas.
2. El levantamiento armado es unamedida extrema, fuera de la
ley.
3. La opción legal que tenía el EZLN era "una asamblea o
reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una
protesta por algún acto a una autoridad, si no se profieren injurias
contra ésta, ni se hiciere uso de violencia o amenazas para intimi-

I AdaIberto Sal&iiaHarlow. Reforma delEstado. lbid, p. 1S2.


darla u obligarla a resolveren el sentidoque se desee" (artículo 90.
constitucional).
4. Tal vez hubieran podido, de aceptarles su interés jurídico,
reclamar garantías individuales vía el recurso de amparo del artí-
culo 107, con la salvedad de que "la sentenciaserá siempretal, que
sólo se ocupe de individuos particulares, limitándose a ampararlos
y protegerlos en el caso especial sobre el que verse la queja, sin
hacer una declaración general respecto de la ley o acto que la
motivare".
5. Pero no podían "excitar" a la SupremaCortepara que "averi-
güe algún hecho o hechos(¿ydespuésqué se hace?)que constituyan
una grave violación de alguna garantía individual" (artículo 97),
porque carecían de interés jurídico, que supuestamente sólo lo
tendrían en la materia, el EjecutivoFederal, alguna de las Cámaras
del Congreso o el gobernador de algún Estado.
6. y tampoco tendrían derechoa participaren una controversia
constitucional sobre acciones de inconstitucionalidad por también
carecerde tnterés jurldico, que supuestamente sólotendríane133%
de la Cámara de Diputados o del Senado o de los órganos legisla-
tivos estatales o de la Asamblea del D. F. o el Procurador General
de la República (artículo 105).
7. Debido a su probada inoperancia, muy dificilmente, "cual-
quier ciudadano" indígena podría "formular denuncia ante la Cá-
mara de Diputados" sobre la responsabilidad de las conductas de
servidores públicos que actúen en perjuicio de los intereses públi-
cos fundamentales para un juicio político (artículo 109), entre los
que destacan "las violacionesgraves y sistemáticasa las garantías
individuales o sociales", o infracción u omisión a la Constitución
que cause perjuicios o motive "trastorno en el funcionamiento
normal de las instituciones" (artículo 70. fracciones I1I, VI y VII
de la Ley Federal de Responsabilidades).
8. Una opción posible era acudir a la Comisión Nacional de
Derechos Humanos para que·ésta investigara y enviara recomen-
dacione,"a quién correspondlem.
55
9. Mientras que por el contrario a los del EZLN se les podía
acusar de delitos contra la seguridad de la Nación, como motín,
rebelión y sedición "a quienes para hacer uso de un derecho. . .
perturben el orden PÚblico con empleo de violencia... o amenacen
a la autoridad para intimidarla u obligarla a tomar alguna conside-
ración" (artículo 131 Código Penal). O porque "con violencia y
uso de armas traten de reformar "... la integración... o su libre
ejercicio "de las instituciones constitucionales de la Federación",
o separar de su cargo, "a alguno de los altos funcionarios de la
Federación... " (artículo 132 fracciones 11 y III del Código Penal).
O "a los que en forma tumultuaria, sin uso de armas, resistan o
ataquen a la autoridad para impedir el libre ejercicio de sus funcio-
nes", con las finalidades del artículo 132 (artículo 130 Código
Penal). O "al que, en cualquier forma o por cualquier medio invite
a una rebelión" (artículo 135 Código Penal). ¿Son garantías del
gobierno? Porque claramente no son defensas del pueblo soberano.
10. Por lo antes visto, frente a la grave, indefensión jurídica
real, que no formal, de los indígenas (y de todo el pueblo e individuo
mexicano por igual), pareciera que sólo les quedabael levantamien-
to armado, para llamar la atención, y después negociar con el Poder
Ejecutivo Federal, como lo han venido haciendo en San Cristóbal,
Larráinzar y demás (mostrando que la ley no establece suficiente y
adecuadamente los mecanismos de solución de conflictos, encau-
samiento de controversias y control constitucional entre pueblo y
gobierno).
11. El problema con esto, es que dicho Poder Ejecutivo actúa
como juez y parte frente al EZLN, y no es posible pensar que
pudiera auto-sancionarse.
12. Así, resalta la necesidad de un derecho de reclamación
individual y social, sobre violación de garantías constitucionales
por los poderes públicos federales y locales; como una demanda de
impartición de justicia al poder judicial, para que conociera, inves-
tigara, dictara sentencia y castigara en caso de comprobar dicha
violación. Porque los derechos son del pueblo, no del gobierno.
13. Esta última es la mejor solución de conflictos, de manera
pacífica, institucional e imparcial (siempre que el poderjudicial sea
independiente del ejecutivo y representante verdadero de la sobe-
ranía popular). Aquí se encuentra el mejor recurso para obtener
justicia, a que todos tienen derecho. Reclamar su derecho sin
hacerse justicia por sí mismo ni ejercer violencia (artículo 17).

El caso complementario se refiere a la actuación del Poder


Ejecutivo Federal:
l. Un levantamiento armado, es indudablemente una "pertur-
bación grave de la paz pública" y puede poner a la sociedad "en
grave peligro o conflicto", pero el Presidente no promueve la
suspensión de garantías "en lugar determinado", "que fueren
obstáculo para hacer frente rápida y fácilmente a la situación",
según el artículo 29.
2. Ni la legislatura de Chiapas o su ejecutivo excitan a los
poderes de la Unión, para proteger al Estado contra una "subleva-
ción o trastorno interior", según el artículo 119.
3. Esto implica que dicha perturbación de la paz pública, si
bien es grave, no lo es tanto como una invasión, según el artículo
29, ni el trastorno interior es tan grave como cualquier invasión o
violencia exterior del artículo 119. Por lo que no hay lugar a ellos.
4. El caso previsto de "rebelión" que interrumpa la observancia
de la Constitución, o que por cualquier "trastorno público" se
establezca un gobierno contrario a sus principios, establecido en el
artículo 136, tampoco se da.
5. Ni es el caso de "atentar contra la independencia de la
República, su soberanía, su libertad o su integridad territorial" al
formar parte de grupos armados dirigidos o asesorados por extran-
jeros (artículo 123-fracción III del Código Penal). Ni de "abolir o
reformar la Constitución" (artículo 132 fracción 1 del Código
Penal).
6. por otra parte, el presidente tiene la facultad de disponer del
ejército para la seguridad interior y defensa exterior de la Federa-
ción (artículo 89-FracciÓD VI).

57
7. Pero lo critico es establecer el concepto de seguridadinterior
de la Federación.
8. Por un lado, hemos visto que debe ser de tanta importancia
como la "defensa exterior de la Federación", en materia de la
invasión o violencia exterior de los artículos 29 y 119.
9. Por otro lado, el ejército no puede ejercer más funciones
"que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar"
según el artículo 129. Y entonces resulta necesario relacionar cual
es la función de la "exacta conexión de la disciplina ~ilitar" con
la "seguridad interior de la Federación".
10. Recordando que la "seguridad pública" es un concepto
referido a las instituciones policiales según el artículo 21, que lleva
hasta establecer un sistema nacional de seguridad pública.
11. Mientras que el concepto de perturbación del "orden pú-
blico" del artículo 60. se refiere a cuestiones menos precisas, pero
relativamente menos graves.
12. Por otro lado, no existe en la Constitución una referencia
expresa a la "seguridad nacional", que ha significado un concepto
muy utilizado en países como el de Estados Unidos para referirse,
de manera lata, a todo lo que afecte sus intereses y forma de vida
como nación y de sus capitales y empresas transnacionales.
13. Por todo lo anterior, la seguridad interior debe concebirse
como la preservación de la seguridad nacional interna, en relación
con la externa. (y la seguridad interior de la población nacional más
su seguridad exterior suman la seguridad nacional, o más bien la
seguridad de la población nacional). Se debe diferenciar de la segu-
ridad pública y del orden público, en cuanto se trata de cuestiones
de la mayor trascendencia (pero un sistema nacional de seguridad
pública implica por lo menos un problema de seguridad nacional
interior o hasta de seguridad nacional).
14. Tanta que para el empleo del ejército dentro del país, sí sería
conveniente que se diera el trámite de la suspensión de garantías o
de la protección de los Estados. Para evitar que el uso delas fuerzas
armadas se hiciera a4i$Cl'eción sólo del presidente.

S8
15.y además,que la seguridad nacional se considere comola del
pueblo nacional, y no como la del Estado, gobierno, presidente, o
sistema presidencial. Sólo lo que pongaen riesgo al pueblo nacional
y su soberanía.
16. y en este sentido, es obvio que si bien pudo pensarse en la
necesidad de utilizar al Ejército frente a la amenaza inicial del
EZLN, que no se sabía hasta donde llegaría;2 años después,cuando
sólo hubo violencia armada del lo. al 10 de enero de 1995, y el
EZLN promueve la negociación y la participación política en la
organización civil y pacífica del Frente Zapatista de Liberación
Nacional; no parece que sea real el riesgoa la seguridad interna de
la población nacional (que es la única interpretaciónjurídico-polí-
tica válida del termino de "seguridad interior" de la crucial fracción
VI del artículo 89, para que la Constituciónrija a la ley secundaria,
corrigiendo la actual redacciónde los 9 capítulos de "delitos contra
la seguridad de la Nación" del Título Primero del Libro Segundo
del Código Penal (que protege el interés jurídico del poder ejecu-
tivo y no el del pueblo).
17. En conclusión, no puede interpretarseque la desproporcio-
nada presencia actual del Ejército Mexicano en Chiapas, esté
amparada constitucionalmente por el precepto de "seguridad inte-
rior" del artículo 89 Fracción VI; especialmentesi no se ha decla-
rado la suspensión de garantías delartículo 29,ni laprotección federal
al Estado de Chiapas del artículo 119. Por lo que tal presencia
resulta inconstitucional.
A lo que hay que añadir, que la citada presencia del Ejército ha
violado y viola constantemente,de manera muygrave, las garantías
individuales de los artículos 40., 50., 60., 70., 80.,90., 11, 13, 16,
18,21, Ylas garantías constitucionales de los artículos 29,119, 129,
89 fracción VI antes mencionadas, y las de los artículos 25, 26, 27
(especialmente), 28, 39,40,41,49, 87, 97, 107, 109, 124, 128, 129
Y demás.
18.Nunca hay que olvidarque la Constitución estáenfavor del
pueblo, y es una ley justa, por lo que el Poder Ejecutivo Federal
debe ante todo atenerse a que su actuación esté dirigida al bien y

59
prosperidaddelpueblo (artículo 87), acatando la soberanía popular
de la que dimana su poder público, y para cuyo beneficiose instituye
(artículo 39), y que el pueblo debe ejercersu soberanfa por medio
del mismo Poder Ejecutivo (artículo 41). Y de todo esto no puede
derivar la intimidación militar para atender reclamos indudables de
justicia de los más pobres y atrasados: los indígenas mexicanos.
TERCERA PARTE

Consideración Política de la Legitimidad


y Legalidad del Sistema de Mandato
para la Formación de la Ley y el Gobierno

1. La legitimidad de origen de la ley'


El principio sine qua non en la teoría políticade la ley, es que
la ley sea expresión de la voluntad general. Si no lo es, entonces
no tiene aceptación general, consenso, respaldo político y base
social, y carece entonces de validez, de legitimación. En una
palabra, de representatividad políticade la sociedad.
Si el fondo es tal representatividad, como fin, la forma habrá
de establecerse, como medio. Para que la ley sea expresión de la
voluntad general, debeconsultarse a tal voluntad, de alguna manera,
Lo idealseríaquelasleyesprovinieran deuna consultapopular
previa, como un mandato de voluntad, o posterior como ratifica-
ción.Un plebiscito para conocer la voluntad general parahaceruna
propuestade ley o un referéndum de aprobación de una propuesta
de ley.
Considerando la dificultad operativa de laparticipación directa
de toda la población en nuestros días, si bien parece necesario el
sistemapolitico de representación, paraque haya representantes de
la voluntad general, esto debe hacerse siguiendo reglas que no
deformen tal voluntad, y procurando incluirlade diversas maneras.
Veamos.
1 LiJRfI{o11t!tD delERDdo. Tercera Patte. El Estadoele Derecho. Tcori.PoUtica ele la
Ley". 1'9.

61
1.1 La teoría política de la representación del pueblo por
legisladores.
Si el pueblo no puede elaborar directamente una ley, debe
encargársela a alguien. Para ello crea un poder público, el poder
legislativo. Para que legisle. Para que haga las leyes.
Pero ¿cómo asegurar que el poder legislativo represente la volun-
tad popular, y al expedir una ley ésta sea la expresión de tal voluntad?
En primer lugar, el pueblo debe elegir al legislador. Pero el
pueblo no le debe dar, ni le da, un poder amplio de representación,
para que el legislador "decida por el pueblo". Síno que le otorga
un poder específico y limitado: un mandato concreto.
En este sentido, el pueblo eligiria legisladores para elaborar una
sola ley, para la que les da mandato, proveniente de la oferta
política-programática-electoral que escoja entre las diversas opcio-
nes partidistas en competencia.
Pero después de elegir a un legislador, con un mandato especí-
fico, el pueblo que le da una legitimidad de origen, debe comprobar
que su representante actúa de acuerdo a su mandato, para tener
legitimidad de ejercicio.
Para lo cual seria conveniente que el pueblo ratificara la pro-
puesta de ley a que hayan llegado sus representantes-legisladores.
Lo anterior seria lo más conveniente. Sin embargo, en la
práctica el pueblo no necesariamente elige a sus supuestos repre-
sentantes, especialmente en un sistema político de un sólo partido
oficial, real y virtual; y ni siquiera en el caso de un partido muy
dominante en que es el gobierno en funciones el que elige candida-
tos y garantiza su elección a base de recursos públicos en propa-
ganda y otras formas de deformación de la voluntad general libre
(con la inequidad de la competencia).
Es de conocimiento público, que la práctica política mexicana
ha sido que los legisladores federales sean más representantes del
presidente en turno, que los palomea y apoya vía el partido oficial,
que del propio pueblo.

62
Entonces,se tiene un obstáculoprimordial para la legitimidad:
si el pueblo no elige libremente a los supuestos representantes-le-
gisladores, éstos no pueden ser el medio de expresión de la volun-
tad general. Pero aunque lo fueran, no tienen la legitimidad de
origen. No son verdaderos representantes del pueblo.
y en consecuenciasi los legisladores no son representantes del
pueblo, las leyes que hagan, no son expresión de la voluntad
general.
Después de esta advertencia, todo lo demás parece secundario.
1.2 La representativtdadpor tiempo, en vez de por obra deter-
minada.
Otro aspecto inquietante es el de la elección de legisladores
para un periodo (6 años en caso de senadores y 3 años en caso de
diputados), y no para elaborar una ley determinada.
Suponiendo que el pueblo eligieralegítimamente a representantes
para legislar, ¿qué sucederíacuandoéstos participaranen la elabo-
ración de 20 leyes, digamos? Porque al elegir el pueblo a un
legislador no puede darle un poder general para administración y
aun para actos de dominio. Para que un senador que se diga
representante popular, actúe a discreción, interpretando fielmente
tal voluntad general. Pues es dificil pensar que el pueblo dé un
mandato concreto al elegira un legislador, que éste tenga claramen-
te que seguir,tratándosede unagran variedadde ternas,en diversas
circunstancias, en un cúmulo de leyes, por muchos años.
La realidad es que un senador no puede ser mandatariopulcro
durante 6 años, de una instrucción concretade voluntad popularde
su electorado. Y entonces actúa corno su "representante plenipo-
tenciario", lo que significa disminuir su representatividad o abs-
traerse por completo de ella. Y actuar por su cuenta. En el mejor de
los casos, imaginándose por extrapolación, la voluntad de su elec-
torado.
1.3Primeras conclusiones.
Si los legis~res no son electos legítimamente por el pueblo,
no tienen la autoridad política para ser conductos de la voluntad

63
general. Si no hay elecciones de legisladores aceptadas por todos,
no se tiene el prerrequisito para que la ley sea expresión de la
voluntad general.
Si los legisladores tienen legitimidad de origen, deberán ade-
más tener legitimidad de ejercicio, en el sentido de que habiéndo
recibido un mandato expreso y específico del electorado en su elec-
ción, lo cumplan en plasmar la voluntad general en la ley. Si no lo
logran,no están cumpliendocon su encargo,y la ley no será la voluntad
general.
Por eso es necesario que si el pueblo participa en la elección de
legisladores para darle un mandato al poder legislativo, tenga la
forma de consulta posterior al refrendar la propuesta legal a que
hayan llegado los legisladores.
En el caso actual de los legisladores por tiempo y no por ley
determinada, y de hiperactividad legislativa del sistema presiden-
cialista mexicano (que ha expedido una catarata de leyes de 1993
a 96), no es posible que tengan un claro mandato limitado y concreto
para participar en muchas leyes disímbolas, por lo que se crea una
deformación en el mandatario-legislador, que no podrá hacer que
las leyes sean expresión directa de la voluntad general.
Todas estas dificultades y obstáculos hacen que en la práctica
mexicana no pueda haber un Estado de Derecho pleno, porque no
se cumple la primer condición de un régimen de legalidad: que la
ley sea verdadera voluntad general.
1.4 Segundas conclusiones.
Si la ley no es voluntad general, si no tiene legitimación
político-social, entonces la legalidad pierde su sentido profundo de
principio de orden consentido por todos, y queda como imposición
de poder público por abuso de autoridad, contra la soberanía del
pueblo.
La soberanía es "apropiada" por el poder público, que de
representante limitado del pueblo, de su mandatario, se convierte
en su soberano.

64
Si los legisladores no son legítimos mandatarios del pueblo,
que soberanamente expone su voluntad específica, que quiere
plasmar en ley para darle permanencia; sus obras materializadas en
leyes y preceptos, también serán ilegítimas. Sólo los legisladores
con legitimidad de origen (y los ejecutivos también), de la elección
popular, y con un mandato concreto, pueden ser conductos válidos
del pueblo. Este es un prerrequisito. Pero además tendrán que
cumplir adecuadamente con el mandato, para tener legitimidad de
ejercicio, y expresar la voluntad general en la ley. Aunque esto sólo
puede probarse si el pueblo es consultado, y aprueba la propuesta
de sus legisladores.
Corno en México no hay el referéndum popular de la ley, ésta
no está confirmada como voluntad general, y por todas estas
razones, la ley no puede ser legítima.

ANEXO!

LA MODALIDAD DE LA CONSTITUCIÓN!

l. La Constitución corno ley suprema tiene 2 variables en su


origen y contenido: 1) Congreso Constituyente. En los 3 casos que
se han dado (1823-24, 1856-57, 1916-17), se eligen legisladores
con el mandato expreso de elaborar o revisar la carta magna. Es una
elección por obra determinada. Sin embargo, se da un poder para
tratar todas las materias propias de una constitución, por lo que el
mandato, por necesidad, no puede ser tan específico; cuando mu-
cho, obliga a una determinada "línea", pero no a soluciones o
proposiciones concretas.
Esto llevaaque losconstituyentes"asuman" una representatividad
amplia, que bien puede no reflejar la voluntadgeneral. Es unaélite que
hablapor elpueblo.
Así, mientras no se presente a consulta del pueblo, como en un
referéndum, la constitución será una ley fundacional y fundamen-

I Adalberto Saldafta Harlow.Reforma del Eltado.lbid, pág. 163.

65
tal, que no es totalmente la voluntad general. Y en ese sentido,
carece de plena legitimidad político-social.
2) Constituyente Permanente. Si bien para un congreso consti-
tuyente se elige a legisladores confacultades extraordinarias; es
alarmante considerar que legisladores electos (además de su cues-
tionable legitimidad de origen), para funciones ordinarias, de pron-
to puedan actuar con facultades extraordinarias para reformar la
constitución, sólo por sumar las 2 terceras partes de los presentes
en el Congreso de la Unión (artículo 135). Esto es, cualquier diputado
federal puede convertirse en virtual constituyente al aprobar una
reforma constitucional propuesta por el presidente en tumo.
Esta modalidad de reforma constitucional es una aberración
que va contra el propósito de que la constitución, como ley funda-
mental, sea fija relativamente, para dar seguridad jurídica de ser la
voluntad general relativamente pennanente, en vez de cambiar según
la voluntad del presidente de que se trate, de sexenio en sexenio.
Sucede entonces que los legisladores ordinarios no tienen
ningún mandato para legislaciones extraordinarias, y no pueden
tenerlo porque fueron elegidos con otro propósito. Y en consecuen-
cia no tienen ninguna representatividad para expresar la voluntad
general para reformar la ley suprema.
3) La conclusión general es que sólo un congreso constituyente
tiene mandato para elaborar o reformar la ley suprema. Aunque no
sea un mandato específico para un tema o cuestión determinado,
que es lo único que daría plena legitimación de origen al constitu-
yente; complementado con la aprobaciónfinal que diera el pueblo,
mediante consulta, de la propuesta legislativa de tales constituyentes.
y como esto no sucede, puede argumentarse que las Constitu-
ciones Mexicanas han sido las leyes que más se aproximan a la
voluntad general, pero no lo hacen plenamente. Carecen de una
completa legitimidad política-social. Y pueden llegar en muchos
preceptos a reflejar más bien la voluntad de los presidentes, de la
élite gobernante, de los factores reales de poder, o de algunacombi-
nación de éstos.

66
La constitución, un tanto menosque la legislación secundaria,
es entonces una expresión de la voluntad del poder en tumo,
generalmente políticoy público.
Pero tratándose de la reforma constitucional por el "constitu-
yentepermanente", es indiscutible quereflejala voluntadpresiden-
cial sin que el pueblo tenga alguna participación, por lo que de
ningún modo es la voluntad general. Y carece de legitimidad
política social, a pesar de que cumplacon la legalidad del articulo
135, que a su vez es ilegítimo por antidemocrático e injusto (y se
incumple con la del 72-f).
Por lo tanto, y después de cerca de 400 reformas, la Constitu-
ción ha dejado de ser la ley más aproximada a la voluntadgeneral,
yen esa medida ha perdidocada vez más su legitimación relativa.
Lo que hace que sujustificación se tenga que atener cada vez más
a sus efectos en el beneficio del pueblo, como criterio preponde-
rante de evaluación.

2. Legitimidad de ejercicio de la ley

l. Se ha visto que la legitimidad de origen de la ley lleva


necesariamente a considerarla respectivalegitimidad de origendel
poderpúblico quela elabora, principalmente, y aundelquelapromul-
ga y del que la ejecuta o hace cumplir. Manifestando la necesidad
de consistenciay congruenciaentrelos diversospasos y elementos
del proceso de elaboraciónde la ley.
Del mismomodo se requiere analizarla coherenciadel proceso
en materia del ejercicio de la ley, lo que se llevará a cabo en dos
momentos siguientes,al tratar las cuestiones de legitimidad de los
poderes públicos ejecutivo y judicial, y muy en particular, la
cuestión crucial del cumplimiento de la ley.
2. Como se ha visto antes,los legisladores no sólo requierensu
legitimidad de origen en materia de su elección por voluntad
popular,junto con la obtenciónde un mandatoespecífico, sino que
además deben cumplir con la legitimidad de ejerciciode acatar el
mandato otorgado por el pueblo al pie de la letra; pero también

67
sujetarse a los mandatos populares expresados en el sistema legal
existente, que en términos de deber ser representa la voluntad
general expresada formalmente en tiempos anteriores, y que siguen
vigentes mientras no lo reforme tal soberanía popular.
De tal manera que la legítimidad de ejercicio del poder legis-
lativo radica en el cumplimiento de los mandatos específicos que
los electores otorgan a cada uno de los legisladores, que deben
sumarse democráticamente para alcanzar una decisión colectiva;
pero siempre dentro de los parámetros del cumplimiento de las
demás leyes vigentes.
3. Es obvio que los legisladores, son los primeros obligados al
cumplimiento de las leyes anteriores, que sean vigentes, en su
función de elaborar nuevas leyes. Pero también son los primeros
obligados para hacer cumplir todas las leyes. por todos, sujetos
públicos y privados.
4. Los legisladores tienen por función, la obligación de vigilar
el cumplimiento de la ley por el poder ejecutivo. De otra manera,
quedaría como si su única función fuera elaborar leyes, aunque no
se cumplieran, o dejar al poder judicial que sea el único, que a
petición de parte, haga cumplir la ley.
Se trata de una función distintade ladel poderjudicial en cuanto
a los medios a utilizar, pero con una obligación indudable de vigilar
y presionar para que el poder ejecutivo cumpla con la ley.
5. De la misma manera, la legitimidad de ejercicio del poder
legislativo lo lleva a la necesidad de buscar la vigilancia del
cumplimiento de la ley por parte del poder judicial.
Debe considerarse que la división de poderes establece una
filosofia y una organización basada en la separación que permita
una independencia, como medio para controlarse mutuamente, de
manera de lograr el fin de expresar y hacer cumplir la voluntad
general, siempre en beneficio colectivo.
6. Desde este enfoque también corresponde a la legitimidad de
ejercicio del poder legislativo, vigilar el cumplimiento de la ley por
parte de la sociedad. En este caso, se enfatiza el razonamiento de

68
la falta de procedencia de que el poder legislativo limite su función
a la elaboración de leyes y olvidar o dejar para alguien más la
vigilancia de su cumplimiento.
Todo poder público tiene la obligación de cumplir y hacer
cumplir la ley, aunque la protesta de ley del artículo 128 constitu-
cional se limite indebidamente a "guardar la constitución y las leyes
que de ella emanen". Que sí especifican el 87 y 97.
2.1 Legitimidad de origen y ejercicio de los otros poderes
públicos.
Vna vez que la ley fuera legítimamente elaborada, para que
hubiera un régimen de legalidad, ésta debería normar la forma de
gobierno, el origen del poder público y su ejercicio.
2.1.1 El Poder Ejecutivo.
En el caso federal, el poder ejecutivo recae en el presidente de
la República (artículo 80). Un sólo individuo ejerce "el Supremo
Poder Ejecutivo de la Unión".
y como todo poder público, requiere legitimidad de origen y
de ejercicio. Para la primera, debe ser electo libremente por la
voluntad general.
En la historia post-revolucionaria, se cuestiona si los presiden-
tes han sido la voluntad general, o producto de la voluntad del
presidente en turno, quien apoyado en un sistema político de partido
único antes, y virtualmente único o muy mayoritario todavía;
utilizando todos los recursos del poder público, particularmente
presupuestales, control de autoridades electorales, control de fuerza
pública y control de medios de comunicación social; logra que la
población vote por su candidato. Llegando en caso necesario a
cometer fraudes pre-electorales, electorales o post-electorales.
Vn cuestionamiento critico en la historia política nacional, es
si algún presidente tuvo una plena legitimidad de origen, y cual fue
el grado de legitimidad obtenido por cada uno.
2.1.2 El presidente ilegitimo de origen.

69
Si un presidente no tiene plena legitimidad de origen, no tiene
la autoridad político-social para ser la elección de la voluntad
general, y en consecuencia poder expresar la misma voluntad. No
puede ser representante del pueblo, el que no es libremente electo
por el pueblo.
Si un presidente no tiene la legitimidad de origen, entonces no
tiene la posibilidad de tener la legitimidad de ejercicio. Aun cuando
cumpla con la voluntad general expresada en la ley (si así lo fuera,
la ley), y en la elección de la que provino (pero no haya sido
plenamente legítima, y ninguna lo ha sido, pues que presidente no
ha contado con ventajas ilegítimas y desproporcionadas más que
inequitativas, en su elección?).
2.1.3 El presidente y la ley.
Si el presidente no es producto de la voluntad general, no puede
ser conducto de la misma, en términos de legitimidad. Aunque sea
un presidente que acate la constitución y las leyes, no convalida su
ilegalidad de origen, y en consecuencia tampoco puede adquirir
legitimidad de ejercicio.

ANEXOIl

1. LA CONSTITUCIÓN INCUMPLIDA:
COMPLEJIDAD DELA LEGITIMIDAD!

Introducción: Las características aetua1es de la Constitución


incumplida permiten apreciar las dimensiones críticas de la proble-
mática de legitimidad en México. Aquí se hará sólo una exposición
esquemática demostrativa.
1. El deber ser.
1.Teoría política de la constitución.
1.1 La constitución política es un pacto social, de amplio con-
senso político, que expresa la voluntad general, sobre el proyecto de
nación.

I AS.K. La RefOf1ffQ tkl /ütodo. IbicI, "'" 184.

70
1.2 Es ante todo una decisiónpolíticacolectiva.
1.3 Que despuésse formaliza en una norma, que sostengatodo
un régimenjuridico.
1.4 Por lo que se trata de una cuestión política, con una
derivaciónjurídica. La primeraes fin y fondo, la segundaes medio
y forma.
2. La voluntadgeneral.
2.1 La constitución debe ser la voluntadgeneral.
2.2 Sobre el bien común.
2.3 Dos condiciones sine qua non de la democracia.
2.4 Por lo que sin democracia nopuede haberuna constitución
política legítima.
3. Representatividad popular.
3.1 En una democracia representativa, y consecuentemente no
directa.
3.2 Los legisladores deben recibirel mandato popular sobre la
voluntad general respecto del bien común.
3.3 Mientras no tengan legitimidad de origen, producto de
elecciones democráticas, y de recibirun mandatopopularespecífi-
co y no general;
3.4Y de cumplir con tal mandato para la legitimidad de ejercicio
de los legisladores;
3.5 No pueden representar al pueblo.
3.6 y en consecuencia no pueden legislar una constitución
legítima.
4. Consenso amplio.
4.1 Si bien son condiciones necesarias la democraciaelectoral
y el cumplimiento del mandatario al mandato popular, no son
suficientes.
4.2 Pues también es condición necesaria que exista un amplio
consenso popular.

71
4.3 No sólo de la mitad + 1, sino de 2/3 a 3/4 partes según sea
suficiente, a juicio de la totalidad del pueblo.
4.4 Porque la decisión política del pacto social de proyecto de
Nación, es la base de la vida colectiva.
4.5 Y debe tener la aprobación de una mayoría muy calificada.
n. El ser.
l. La realidad actual es:
1.1 La constitución incumplida.
1.2 La ley fundamental no es positiva.
1.3 En consecuencia, como es ley suprema, el poder público es
necesariamente ilegítimo de ejercicio.
III. Cuestionamientos.
l. La Constitución de 1917.
1.1 ¿Los diputados constituyentes tuvieron plena legitimidad
de origen?
1.2 ¿Y recibieron un mandato específico?
1.3 ¿Qué tan legítima es la Constitución original de 1917?
1.4 ¿Qué tanto consenso tuvo?
2. Opinión.
2.1 Si bien es discutible la plena legitimidad de representación
legislativa, aunque fue mayor a la usual;
2.2 Aparentemente se dio un amplio consenso;
2.3 Por lo que efectivamente hubo la decisión política de un
pacto social de proyecto nacional;
2.4 y así la Constitución política de 1917 fue una buena
aproximación de la voluntad general sobre el bien común.
3. El incumplimiento constitucional.
3.1 A pesar de lo anterior, la Constitución de 1917 nunca se
cumplió plenamente.
3.2 En parte por la ilegitimidad de origen y ejercicio tradicional
del poder público en México.

72
3.3 Pero también por una peculiar cultura constitucional mexi-
cana, de tradición de poner los mejores y más altos propósitos en
la constitución, más como los mandamientos de una religión;
3.4 Pero no como los términos contractuales obligatorios de un
contrato social.
3.5 Con el agravante de la forma de gobierno acostumbrada de
"hombre fuerte", que subordina la ley y administra su aplicación;
3.6 Y con una población acostumbrada a no reclamar plena-
mente la ley.
3.7 Y también a no cumplirla, en parte como defensa de un
régimen opresivo de control.
4. Pacto social no cumplido.
4.1 Qué tanto consenso tuvo, que su cumplimiento nunca se dio
plenamente, es un cuestionamiento crucial.
4.2 Si bien siempre se mantuvo como un catálogo no sólo de
buenos propósitos, sino del deber ser.
4.3 Conservando una ambivalencia político-social.
5. Reformas constitucionales.
5.1 Se señalan cerca de 300 ocasiones de varias reformas;
5.2 Lo que es indicativo de que no se consideró como un pacto
social de pleno consenso;
5.3 O de que el poder presidencial cambió el pacto social;
5.4 O de que lo fue adaptando a través de los años, sin consulta
directa al pueblo, sino vía la aproximación relativa de su interpre-
tación personalísima.
6. El cambio de proyecto nacional.
6.1 Desde el gobierno de De la Madrid empieza un cambio del
proyecto nacional, para cambiar el establecido en la Constitución,
basado en un intervencionismo social del Estado en la economía
para el bienestar general (mismo sistema que se consideró inviable
mantener. debido a su presunto fracaso); y volver al modelo capi-
talista-conservador, más extremo que en el porñriato, como una

73
colonia subordinada y explotable, modernizado por la globaliza-
ción de la estructura económica de predominio de las empresas
transnacionales, los capitales especulativos internacionales, y el inter-
vencionismo de las autoridades financieras mundiales y los intere-
ses de seguridad nacional ampliada del gobierno unipolar de E.V.
y de sus capitalistas y población.
6.2 Esto se aprecia más claramente a partir de la firma del Tratado
de Libre Comercio, que virtualmente reforma la Constitución.
6.3 Se dan otras reformas constitucionales formales en tiempos
del expresidente Salinas, particularmente con la privatización del
ejido, y la privatización y venta de las empresas públicas, lo que
cambia el modelo económico; siguiendo la reprivatización de la
banca, con comunicaciones, petroquímica, ferrocarriles, puertos,
aeropuertos, carreteras, teléfonos y otras. Llegando hasta el sector
de seguridad social.
6.4 Pero sobre todo, se establece una sustitución informal del
proyecto nacional constitucional, para dejar vigente una realidad
de programa de gobierno neo-liberal, extraña descripción del neo-
conservadurismo, sin tener que reformar la constitución,
6.5 y así el modelo económico y social neo-liberal prevalece, sin
tener alternativa viable según afirmaciones de los presidentes Sali-
nas y Zedillo, sustentados en el capital externo, regido por las normas
del Fondo Monetario Internacional, sobre los indicadores macro-
económicos de estabilidad financiera, y excluyendo a las grandes
mayorías de pobres de un país subdesarrollado.
IV. Análisis de proposiciones:
l. Cumplir la constitución.
1.1 Si el problema es la constitución incumplida,
1.2 Parecería normal arreglarlo cumpliendo la constitución;
1.3 Pero siempre y cuando la constitución siga siendo el con-
senso amplio de la decisión política del pacto social parael proyecto
de Nación;
1.4 Lo que no es necesariamente cierto, en parte por tantas
reformas constitucionales,

14
1.5 Pero también porque ya no tiene tanto consenso general.
2. Restaurar la constitución.
2.1 Se recuerdaque el Ejército Constitucionalista, encabezado
por Venustiano Carranza, como primer jefe, se ostentaban como
los grandes restauradores de la violada Constitución de 1857;
2.2Y en cuanto triunfan porlasarmas, sinembargo, no restauran
la Constitución, sino que llevan a cabo un nuevo congreso consti-
tuyente en 1917;
2.3 Yen nuestra situación actual, tampoco parece suficiente la
restauración de la Constitución originalde 1917. Para no volver a
principios de siglo, ahora que se termina, ni para otroporjiriato ni
para otra revolución.
3. Avanzar y no retroceder.
3.1 Es crucialconsiderarque en términosde perspectivahistó-
rica, se libra una lucha permanente entre fuerzas y tendencias;
3.2 De un lado, el poder y de otro el pueblo; el capital y el
trabajo; los ricos y los pobres; las élites y la masa; las minorías y
las mayorías; los procesos económicos y tecnologías con orienta-
ción excluyentede la manode obra;el individualismo y los valores
sociales.
3.3 Si bien, lo que podría denominarse la opción capitalista
conservadoraha predominado a 10 largo de la historia;
3.4 Cuando las condiciones de opresión o de vida y bienestar
económico han sido cargas excesivas, se han dado protestas y
levantamientos populares.
3.5 Las revoluciones de Independencia, de Reforma, y las de
1910-17 fueron el rechazo populara la falta de esperanzapopular.
3.6 La Constitución de 1917 establece correctivos sociales histó-
ricosfrente al capitalismo conservador excluyente del porfiriato;
3.7 Que sin embargo, no se cumplencabalmente;
3.8 Por lo que exigiríanencontrar los recurses de reclamación
especialmentepara las garantías sociales;

75
3.9 Así como redefinir los nuevos consensos de proyecto de
Nación;
3.10 Sin embargo, las reformas constitucionales formales e
informales de los gobiernos de De la Madrid, Salinas y ahora
Zedillo, han significado una regresión social histórica. Una contra-
rreforma, que llega hasta convertirse en una contrarrevolución.
3.11 Por lo que se requiere avanzar y no retroceder. Esta es la
cuestión fundamental: no volver a un capitalismo neo-porfirista, ni
tampoco a la necesidad de una revolución violenta. No volver a
excluir a las mayorías pobres, ni a las condiciones de atraso,
subdesarrollo y pobreza nacionales. Ni a resolver con la violencia
generalizada de una guerra civil, la disputa por el poder y la razón.
4. Una nueva constitución.
4.1 Esto luce atractivo;
4.2 Sin embargo, no puede haber una constitución legítima, que
sea la voluntad general;
4.3 Si no existe antes la plena democracia;
4.4 Para la verdadera representatividad popular;
4.5 y dadas las dificultades actuales de la transición a la
democracia, no se ve próxima la posibilidad de alcanzarla;
4.6 Lo que hace inoperante, para empezar, la solución de la
nueva constitución;
4.7 Con el agravante adicional, de que la situación actual no
permite apreciar la existencia de consensos amplios y suficientes,
para una decisión política colectiva de un nuevo contrato social
sobre el proyecto de Nación.
5. El cumplimiento constitucional.
5.1 Suponiendo que se alcanzara la democracia;
5.2 Para la representatividad de los legisladores constituyentes;
5.3 Y que éstos recibieran y cumplieran el mandato popular;
5.4 Y pudiera entonces lograrse que la nueva constitución fuera
la voluntad general sobre el bien común;

76
5.5 Y en caso de que pudiera lograrse el consenso político
suficiente;
5.6 Eventualmente podría obtenerse una constitución política
plenamente legítima. Cumpliendo así con una condición indispen-
sable más que necesaria, pero no suficiente.
5.7 Porque la mejor constitución del mundo, con toda la legi-
timidad, se vuelve irrelevante si no se cumple.
5.8Pierdesu propósito y esencia, siel poderpúblicono laacata,
pero también si no la cumple el pueblo, y aun si no la hace valer.
El logro de solucionesrespecto a rompercon la cultura social del
incumplimiento legal es condición sine qua non.
5.9 Por lo que tan importante como la legitimidad plena y el
consenso pleno, eselcumplimiento pleno, y sinose dan las3 condicio-
nes indispensables no se tiene un resultado social suficiente.
V. Conclusión: Los pasos necesarios son muchos: 10. cumplir
la constitución, a pesar de sus cuestionamientos. 20. Restaurar los
preceptos constitucionales que demanda la población, como los
agrarios del articulo 27. 30. Reformar la reformadel Estado neo-li-
beral de los pasados 13 años. 40. Avanzar en la democratización.
50. Para lograr la plena representatividad del poder público. 60.
Convocar a un nuevo congreso constituyente. 70. Promover un
consensoampliopara el nuevopactosocialdel proyectode Nación.
80. Hacer una nueva constitución. 90 Hacerla cumplirplenamente.
Probablemente sealcanceel nivel crítico necesario enfatizando
1) democracia, 2) nuevo consenso amplio, y 3) acatamiento cons-
titucional. Estos son los grandes retos de la actualidad para la
reformadel Estadoy el Estadode Derecho. Sinestas 3 condiciones,
no puedetener plenalegitimidad la constitución, y la pirámidelegal
que se deriva de ella.
Democracia para la representatividad de los poderes públicos
que legislen y hagan cumplir la constitución; consenso político
para el contrato social sobre proyecto de nación; y cultura de
obediencia a la ley, del gobierno y el pueblo.

77
Así que la solucióna la constitución incumplida,es todavía más
compleja que sólo cumplirla. En primer lugar debe ser expresión
de la voluntad general sobre el bienestar colectivo; en el marcode un
pacto social permanente y estable, producto de un consenso de
fondo, que concilielos interesesde las partes socialescon lajusticia
absoluta y colectiva. Y ya que se tiene una constitución legítima de
origen y de verdadero consenso amplio, entonces de nada sirve si
no existe la cultura del cumplimiento de la ley. Misma que hay que
resaltar: una sociedad de derecho, para un pueblo y un Estado de
derecho.
Como se aprecia, los aspectos políticos y sociales son la fuente y
el sustento del derecho. Y sin ellos, el derecho pierde legitimación
y sentido, y se vuelve un orden normativo del poder de facto, para
sostenerlo, perpetuarlo y reproducirlo,
En conclusión,la constitucióny el constitucionalismo, más que
una cuestiónjurídica, es política y también social.
6. Legalidadpara-legítima
l. Descripción del caso mexicano
1.1 Aspectos positivos legales.
1) Existe un sistema legal,
2) derivado de una historia política-jurídica,
3) que parte de las constituciones políticas,
4) con una valoración política por el Estado de derecho,
5) que procura guardar las formas.
1.2 Aspectos positivos de operación gubernamental.
1) Se tienen poderes públicos electos periódicamente,
2) los poderes declaran sustentarse en la democracia,
3) y en la ley, de origen,
4) y alegan actuar basados en la ley,
5) Ycomo representantes del pueblo.
1.3 Otros aspectos positivos.

78
1) Se tiene un orden legal,
2) que se puede utilizar políticamente para reclamaciones,
3) y jurídicamente para reclamacionesde derechos y garantías,
4) y que los poderes tienen que atender por sí mismos,
5) y tratar de hacer cumplir.
1.4 Aspectos negativos legales.
1) El sistema legal se cumple muy parcialmente.
2) El poder ejecutivoadministra discrecionalmente la legalidad,
3) e influye en los otros 2 poder{);5 para lo mismo,
4) por 10 que existe una simulació~ de legalidad, compuestapor
diversos grados de acatamiento, según sea el caso y el interés
político del Ejecutivo.
1.5 Aspectos negativos políticos.
1) Así como hay una simulacióndemocrática en que se preten-
de que se está en un proceso de "perfeccionamiento de la democra-
cia", cuando había un sistema político de partido único;
2) se deriva una simulación de legitimidad política,
3) y de legalidad.
1.6 Aspectos negativos de legitimidad.
1) El poder ejecutivo tiene una legitimidad cuestionada por la
falta de sufragio libre y efectivo en condiciones de equidad y
alternativas para la debida competencia electoral, y de legalidad.
2) Lo mismo sucede en el caso del poder legislativo.
3) El poder judicial no "dimana del pueblo".
4) La legitimidad de origende los 3 poderespúblicoses cuestio-
nada, por no ser verdaderos representantes de la voluntad y bienes-
tar del pueblo.
5) Yen consecuencia también su sustento de legalidad.
6) Pero además su legitimidad de ejercície también es cuestio-
nada, particularmente por el incumplimiento constitucional.
1.7 Aspectos negativos de legitimidad de la ley.

79
1) Si los actores y los procesos de formación de las leyes no
son legítimas y legales.
2) Entonces el producto legal tampoco lo es.
2. Saldo
Se tienen autoridades y leyes, que si bien no tienen estricta
legitimidad de origen, guardan relativamente las apariencias de
atenerse a la normatividad. Y actúan de la misma forma en el
ejercicio del poder público. Lo que es funcional políticamente.
3. Evaluación
3.1 ¿Cómo evaluar social, política y legalmente a una situación
intermedia entre la falta de legalidad y legitimidad plena, para una
situación virtualmente de poder y de facto; y otra de estricto y cabal
cumplimiento de las condiciones necesarias de la democracia re-
presentativa, de la legitimidad, y de la legalidad?
3.2 Ni hay un régimen de gobierno que esté sin ley o por fuera
de la ley (a-legal o anti-Iegal), aunque a veces se alegue que tiene
rasgos meta-legales ("olvidando" que se trata simplemente de una
modalidad de transgresión de la ley, al estar más allá de la misma);
ni hay una ausencia de régimen legal o que éste sea mal intencio-
nado, sino por el contrario, contiene los mejores anhelos y valores
superiores. Pero tampoco hay un régimen legal y de gobierno que
tenga plena legitimidad de origen y ejercicio, y sea producto y
verdadero representante de la voluntad general y el bien común.
3.3 Existe un régimen legal. Sólo que no cumple con todas las
formalidades. Y lo mismo para el régimen de gobierno. Pero sí
cumple con algunas formalidades y con algunas condiciones de
fondo (como buscarinterpretar, si bien no consultar, la voluntad
del pueblo, y buscar su bienestar, a su entender o conveniencia).
3.4 Pero se trata de algo más grave que un problema detalta
de grado en el cumplimiento de la ley, sino de una cuestión de
esencia: la ley y el poder público no son voluntad popular. Y el vicio
de origen electoral desfonda todo el edificio institucional de super
estructuras políticas y jurídicas.

80
3.5 Más que de una modalidad de régimen intermedio, entre la
plena democracia y legalidad; se trata de un régimen ilegal por
carecer de legitimidad por insuficiencia democrática. Esta última
es la prueba del ácido, y la decide el pueblo en razón de voluntad
general y bienestar general.
4. Conclusión. El sistema mexicano post-revolucionario ha
tenido una tradición de una legalidadpardJ,legítima, y de un go-
bierno igual. Este ámbito paralelo al deber ser democrático y legal,
es la descripción de una situación intermedia. Que no puede prove-
nir de un proceso de "perfeccionamiento" de la democracia, sino
de una forma de gobierno, producto de un sistema político de
apariencias para permitir la mejor operación del autoritarismo
presidencialista, como base de un centralismo y concentración del
poder a ultranza, para un absolutismo sexenal incontestado. El
gobierno de un sólo hombre y la dominación y el control del pueblo.
La perfecta dictadura de sistema, por su disfraz legalista y popular.

81
CAPÍTULO SEGUNDO

Teoría Política de la Constitución

l. Introducción:
Resulta indispensable tener plena claridad respecto de la con-
cepción política del significado de la constitución, pues si no hay
precisión en la finalidad se provocanconfusiones en el proceso de
aplicación y en los efectos de la misma. O dicho de otra manera, la
lógica de origen debe condicionartoda lógica posterior, así como
los fines deben condicionara los medios,considerandoobviamente
a la constitución como un medio de la más alta importancia. A
continuación se expondrá la línea de argumentación elemental del
deber ser político-jurídico, como un ensayo inicial y sintético, pro-
ducto de las aproximaciones sucesivas del Primer Capítulo.
l. La soberanía nacional
1.1 Toda argwnentación debe partir de la aceptación de que la
sociedad, compuesta por la suma de individuos, todos ellos habi-
tantes de un país, o cualquier conformación geográfico-política,
detentan la soberanía.En el sentidodel derechode supremacíapara
autodetenninarse de manera libre e independiente.
1.2 Pacto social.
Una vez que se reconoce que el pueblo tiene la soberanía de
autodeterminarse, se procede a ejercer la misma a través de un
contrato social o pacto social, por el que define un proyecto
nactonal; en el sentido de decidir todos los elementos necesarios
para una vida en sociedad, respecto de la cual exista un amplio
consenso político.

83
Sobresale la necesidad del consenso, para que una mayoría
calificada de la población soberana, pueda con toda legitimidad tomar
decisiones que en dado caso tengan que imponerse a la voluntad
minoritaria. Para lo cual será necesario que exista una amplia
mayoría y que no exista una muy intensa objeción de la minoría. Y
debe advertirse, que esta primer cuestión del consenso amplio
significa una dificultad operativa muy critica cuando no hay la nece-
saria coincidencia sobre asuntos claves por parte de la población.
Se precisa que el amplio consenso se refiere al pacto social
sobre un proyecto de nación.
1.3 Voluntad general y bienestar general.
También es indispensable precisar que si bien la soberanía del
pueblo se expresa a través de la voluntad general, ésta debe estar
condicionada por el bien común. Pues resulta ilógico que exista
plena unanimidad para tomar una decisión en perjuicio de la
colectividad. Sino que más bien debe existir una voluntad muy
general, que esté de acuerdo en buscar el máximo bien común a
través de determinada acción.
1.4 Legitimidad.
Para la validez de la voluntad general, ésta debe expresarse
mediante un proceso formal de consulta popular, tradicionalmente
de elecciones, y de ser posible de plebiscitos y referendums.
y para la legitimidad de la apreciación del bien común, debe
tratarse de valores que con toda claridad, además del consenso de
la voluntad, representen una perspectiva razonable de una mejora
de las condiciones generales de la población.

2. Mandato Político
Introducción:
Una vez que se tiene el consenso de la voluntad general para
el bien común, sobre un proyecto de nación para la vida en socie-
dad, debe advertirse que no simplemente se plasma la decisión
política de autodetenninación en una ley; pues la constitución no
es una simple declaración y exposición de fines colectivos, sino
que a éstos se les añade la dimensión de establecer Jos sujetos a

84
quienes se les encarga llevar a cabo dichos fmes, junto con los
medios y los procedimientos que se establecen al efecto. Todo
dentro de un marco de obligaciones y derechos.
2.1 Catálogo de fines.
La voluntad general determina los fines, a manera de lo que se
ha llamado "el espíritu del legislador", en términos jurídicos. Lo
que significa un error conceptual, pues no se trata de la "intención
del legislador", sino que se trata de la intención de la sociedad
soberana, de la cual el legislador sería sólo un medio menor.
Además, al utilizar el medio jurídico de la ley, con el propósito
de dar obligatoriedad a la obtención de tales fines, resulta indispen-
sable establecer la relación de responsable-obligado. Pues de otra
manera, pierde cualquier posibilidad de obligatoriedad el precepto.
2.2. Contrato social y mandato político.
Si bien el pacto social debe verse como un acuerdo de volun-
tades entre los individuos integrantes de un grupo social, la relación
entre dicho pueblo y el poder público debe verse como la de un
mandato político. La diferencia es fundamental, pues en el primer
caso se habla de una relación entre iguales, en que cada individuo
tiene una igualdad básica respecto de las demás personas físicas,
mientras que en el mandato existe una relación imperativa, de orden,
entre partes desiguales, en que el pueblo soberano, da instrucciones
a un empleado, para la prestación de un servicio, que permita
ejecutar ciertas actividades, como medios para alcanzar los fines
establecidos por el mandante.
2.3 La constitución como mandato.
Por lo tanto, más que un catálogo de fines, al utilizar la vía
jurídica para darle obligatoriedad a los mismos, se establece un
catálogo de instrucciones al mandatario, que representan sus obli-
gaciones.
2.4 Las relaciones sui generis del mandato político.
La sociedad mandante, dentro del deber ser, le establece fines
alpoderpúblico. Pero además le establece medios y procedimien-
tos para llevar a cabo dichos fines.

85
2.5 La constitución.
Pero estos fines y medios no los establece en un contrato entre
partes, sino en una ley constitucional, y las relaciones jurídicas son
especiales.
2.6 Como mandato.
El pueblo actúa como mandante y el poder PÚblico como
mandatario, por lo que el pueblo tiene derechos y el deber público
(más que poder público) tiene obligaciones.
Sin embargo, el poder público tiene facultades y autoridad,
otorgadas por el mandante, para realizar diversas acciones, utili-
zando el ejercicio de tal poder público.
2.7 Facultades y obligaciones del poder público.
Debe advertirse que la correlación anterior significa que el
mandatario está autorizado para actuar en cierta forma, en cuanto
a los medios y procesos, para el cumplimiento de sus obligaciones,
frente a la búsqueda de las finalidades establecidas por el mandante.
Por lo que el pueblo tiene el derecho correspondiente a la obligación
del poder público de cumplir con su mandato; y frente a la facultad
autorizada de acción al poder público, no existe sin embargo, la
correlación de que el pueblo deba obligarse a que el mandatario
actúe en ejercicio de sus facultades, que la misma voluntad general
le concedió. Esto es debido a que el mandato popular debe inter-
pretarse siempre en favor del mandante, como un medio de cum-
plimiento de sus fmes, pero sin obligarlo a tener que soportar el
ejercicio de las facultades que le dio en principio al mandatario.
Mismas que puede revocar o retirar. Pero es ilógico que el soberano
tenga que "pagar sus errores", con el daño que le haga el manda-
tario, en vez de corregirtales errores. Pues el interés del mandatario
no debe condicionar la libertad del pueblo soberano para promover
su bienestar. El mandato es liberador, no opresor.
2.8 La Constitución como ley.
Al poner un mandato en la ley, el mandante, en la práctica
mexicana, no aparece tan claramente como debiera, y procede a
hacerlo más patente en una reforma constitucional. Pero la obliga-

86
toriedadparael poderpúblico quese desprende de suformalización
en una ley, le da un énfasis en la expectativa de su acatamiento, que
no tendría que existir en un mandato simple.

3. Garantías del gobernado

3.1 Derechos del mandante.


La soberanía popularmandante tiene el derecho básico a que
se cumpla su mandatopor partedel poderpúblicoa quiencrea para
hacerse responsable del mismo. La sociedad tiene derechoa que se
cumpla la constitución. Y correlativamente, el poder públicotiene
la obligaciónde cumplirconel mandato, haciendo valer el derecho
del mandante.
3.2 La constitución como defensadel gobernado.
Además,el pueblotienederechoa que el poderpúblicocumpla
sus obligaciones de alcanzar los fines establecidos en el mandato
político,utilizando las facultades, los mediosy procedimientos que
se le establecenal mandatario, pero sin que éste cometaexcesos y
abusos en el ejercicio del poder otorgado. Para lo cual se deben
establecer recursos jurídicos de exigencia y de defensa.
3.3 Garantías constitucionales.
La soberanía popular tiene derecho a exigir el cumplimiento
del mandato establecido en la constitución. Pero esta misma sobe-
raníapopulartiene derechotambiéna que el poder públicomanda-
tario no se excedaen sus atribuciones ni en sus medios.
y el poder público tiene la obligación como mandatario de
cumplir su mandato frente al mandante y de no cometer abusos
sobre el mandante duranteel proceso.
3.4 Las relaciones de dominación.
Cuandose habla de la relación mandante-mandatario, se apre-
cia claramenteque el que mandaes el mandante y el que obedece
es el mandatario, sin embargo, cuando se habla de la relación
gobernante-gobernado, el quegobiernaes el poderpúblicoy el que
es gobernado es el individuo.
87
En esta simple presentación se aprecia una diferencia total en
la dirección de las relaciones, que obliga a establecerun replantea-
miento: en lugar de utilizar el enfoque de la relación gobernante-
gobernados,queaúnen el casode losderechos,garantíaso defensas
del gobernado,denota la posición de desventajafrente al poder del
gobierno. Sino que por el contrario,es indispensable apreciar que
la soberaníade la voluntad generales la quemandaal poderpúblico,
y que éste no tiene facultades para actuar fuera de sus parámetros
expresos, porque significa excesos y abusos en perjuicio de la
soberanía popular.
De tal forma, que el supuesto gobernante no gobierna en
realidad a la soberaníanacional del pueblo, sino que es su manda-
tario. Y consecuentemente, los individuos integrantes del pueblo,
no son los gobernadospor el poder público, sino su mandante.

Por lo tanto, la conclusión es que la soberanía popular es la


gobe mante y no elpoderpúblico. La soberaníapopularesel mandante
y no el gobernado. Así como el poder público es el mandatario del
pueblo y no su gobernante y la población no son los gobernados
del poder público, sino los gobernantes del poder público.

3.5 Sujeto político.


y no se trata de considerarque cuando los individuos se unen
en la voluntad general, actúan como soberanía popular, pero que
cuando se disgregan en individuos toman entonces el papel de
gobernados. Toda vez que es la misma unión de individuos la que
tiene la soberaníapara actuar como mandantedel poder público, y
el mandatario sigue siendosiempreel mismo;así como es la unión
de individuosque conformanla soberaníapopular los que reciben
la actuaciónde tal poder público. y sien el primermomento setrata
de la decisión política para establecer el mandato, cuando el man-
datario ejerce tal mandato no puede transformar su relación con el
mandante. sometiéndolo a la calidad de gobernado, sino que sim-
plemente lleva a cabo la decisión colectiva, misma que siempre
debe estar en favor del mandante.

88
Aún bajo la apreciación de que el pueblo mandante da un
mandato al poder público, para actuarsobre el mismopueblo, esto
no convierte a dicho pueblo en sometido frente al poder, sino
solamente en obligado a obedecer el propio mandato original del
pueblo soberano. Pero de ninguna manera, el soberano se somete
al servidorpúblico, ni siquierapara el cumplimiento de las propias
órdenes del soberano.

11. Teoría Política de la Constitución:


legitimidad de Origen
l. Existendiversas filosofias y juicios de valor sobre qué es lo
que le da respaldoo aceptabilidad a los valoresde una comunidad.
1.1 El don divino. En sus orígenes el derecho parecía ser "una
verdad revelada", una señal de Dios. Y los derechosde los indivi-
duos y pueblos, se los daba Dios. Por supuestoque tales derechos
dependíandel Dios que los daba.
1.2 El derecho natural. Una derivación inmediata posterior,
consideraba que el ser humano tenía de manera congénita, por el
hecho de nacer, y aún antes, los derechos elementales para su
dignidad. Y los inobjetables en un listado apenasenumerativo, eran
los derechos humanos 1)a la vida, 2) a la libertad, 3) a la felicidad,
4) a la justicia y 5) a la propiedad. Habíatambién los derechos 6) a
decidir sobre su familia e hijos, 7) sobre donde vivir, 8) a que
ocupación dedicarse, 9) a la libertad de movimiento, 10) a no ser
molestado, 11) a pensar y manifestarlas ideas, 12) a escribir, 13)
publicar, 14)decir, 15)reunirse y 16)asociarse. Los derechosa 17)
a la seguridadjurídica, 18)a obtenerjusticia, unjuicio justo, 19) a
garantías procesales,20) a las facultades expresas del poder públi-
co, 21) a la legalidadde la autoridad.
El enfoque de interés general de establecer un piso social
añadía el derecho 22) al trabajo, 23) a la educación, 24) a la salud,
y dependiendode las condiciones de la población, el derecho 25) a
la vivienda y 26) a la tierra. En términospolíticosse establecía los
derechos humanosfundamentales, 27) a la autodeterminación, 28)
a través de la soberanía popular, 29) y en consecuencia a la

89
democracia, 30) para elegirgobierno,gobernantes y programas de
gobierno, y a través 31) de la independencia nacional autodetermi-
narse frente a los demás pueblos y países. Y la lista de derechos
humanos cada vez se amplía más, con el derecho 32) a la paz, 33)
a un medioambiente sano, 34) al descanso, 35) a la diversión, 36) a
la esperanza, 37) a tener futuro.
1.3 El derecho democrático.
Unaposiciónconceptual y filosóficapreponderante es lade que
los derechos anteriores se los da a si misma la colectividad,que es
la única que tiene la soberanía. Sólo el pueblo tiene el derecho de
señalar cuales son los derechos de todos, en una expresión de la
voluntad general, para el bien común. Los derechos no tienen un
origen divino sino humano, y no provienen de los sabios y los
filósofos, sino de la sabiduríaexpresadaen la voluntad general.
1.4 El pacto social.
Es el derecho como consecuencia de un consenso político
amplioproveniente de un pactoo contrato social, sobre un proyecto
de nación, y de sociedad, en las que vivir.
1.5 El reconocimiento de derechos.
Sin embargoparecejustificadoconsiderarque por más que sea
el puebloel que tenga la soberanía, existanderechos de tal trascen-
dencia que no dependan de su libre albedrío, sino que sean de
esenciainconmovibles, inalienables, irrenunciablesy demás. De tal
forma, que los derechos fundamentales sólo sean reconocidos en
vez de otorgados por la voluntad general.
En este pensamiento, parece lógico que el derecho a la vida, a la
autodeterminación y la libertad, a la salud, educación y trabajo, a
la lucha por la superación, a la propiedad, al goce del fruto del
esfuerzo, a la paz, a la seguridad, a la ley y a la justicia, sean entre
otros, derechos fundamentales del ser humano, que ni siquiera la
voluntadgeneralpuedavariaro dejarde reconocer,aunque sí pueda
imponerlesmodalidades de acuerdo al bien común.
Sin duda que los derechos superiores y universales deben
prevalecer. Lo que no queda tan claro es donde establecer los

90
límitesde cuales son losderechos"naturales" o más bien dejusticia
elemental, y si son absolutos o cuál es el grado de posible y conve-
nienteimposiciónde modalidades porel bienestargeneral.Y cuáles
son derechos que se auto-otorga la sociedad, como pisos para
alcanzar objetivos de bienestar colectivo y garantías a la vida en
sociedad.

Hl. Teoría Política de la Constitución: Los Medios


Las consideraciones previas de 1) pacto social, 2) de elevado
consenso político, 3) para un proyecto nacional, para el cual 4) se
crea un poder público, 5) al que se le otorga un mandato político,
6) de acción para el logro de los fines de la voluntad general para
el bien común, 7) con parámetros específicos de actuación en
medios, 8) mismos queestablecengarantíasa lapoblación, 9) frente
a los excesos y abusos del poder público, 10) cuando actúen fuera
de su mandato en fines o medios, 11) a través del derecho de
reclamación, para exigir que el poder público cumpla y haga
cumplir la constitución, 12) y rinda cuentas de su ejercicio del
poder, 13) estableciendo responsables de las obligaciones, 14) a
quienes se puede acusar, 15) y, en su caso, imponer sanciones, 16)
y/o revocar el mandato.
1.1 Pacto o convenio social.
Debe ser sobre fines y medios. Entre los ciudadanos, conside-
rados por igual. Plasmadoen una ley suprema.
Lo que a su vez exige,un congreso constituyente,que proponga
una ley fundacional.
Las condiciones lógicaspara la expresiónde la voluntad gene-
ral para el bien común, exigen: 1) eleccionesde diputados consti-
tuyentes, 2) en votación directa, libre, secreta y universal, 3) entre
alternativas para el libre albedrío, 4) que verdaderamente sean
representativosde las mayorespreferenciasde la población.5) para
que compitan en equidad de condiciones, 6) en un claro proceso
democrático,7) en el que loscompetidoresofrezcan sus programas

91
y el estilo personal, 8) para que la población pueda decidir fácil y
adecuadamente lo que mejor convenga a sus intereses, 9) y que una
vez electo el congreso constituyente, 10) se discutan libremente los
temas, 11) y se aprueben por mayoría calificada para asegurar el
consenso, 12) y los legisladores y juristas que los apoyen, propon-
gan la más adecuada redacción del "espíritu de la voluntad gene-
ral", 13) y nuevamente la pongan a consulta popular, para ser
aprobada, 14) y en caso de no obtener una mayoría calificada de la
ciudadanía, devolverla a la discusión y mejora del congreso cons-
tituyente, 15) que tenga una segunda oportunidad de proponer para
su aprobación popular, 16) y que si nuevamente es rechazada,
deberá suspenderse por un periodo determinado.
Considerando que el fin es que la voluntad general pueda tomar
las mejores decisiones para su bien común, los medios de consulta
popular deben ser condiciones derivadas.
Además, la interpretación jurídica de tal voluntad general
plasmada en la constitución, siempre debe hacerse en beneficio del
interés general de la población, y no de los intereses del poder
público y los demás factores reales de poder, representados por
pequeñas minorías privilegiadas.
1.2 Consenso.
Si no hay una mayoría muy considerable, por lo menos de las
dos terceras partes, en una toma de decisiones colectiva, y además
sin un grave rechazo de la minoría, no puede justificarse que exista
una voluntad general. La mayoríamínima del 50%+ I no es suficiente
para decidir un pacto social sobre un proyecto común de vida.
En un país como el nuestro, en que existe una división drástica
de la población) con un 70 u 80% de pobres, 15 ó 20% de clase
media, y 5 ó 10% de ricos, no es sólo indispensable la mayoría
calificada, sino que la minoría, potencialmente de las clases favo-
recidas, acepten o toleren, sin la violación a sus garantías indivi-
duales y demás derechos humanos, la voluntad mayoritaria. Pues
simplemente suponiendo el caso de que 95% de la población (o de
los ciudadanos con facultad de votar) decidiera libremente expro-

92
piar la riqueza del restante 5%, obviamente se encontraría con el
rechazo tajante de estos últimos, y la violación a sus derechos
elementales. Lo que provocaría una ruptura social inaceptable,
como había planteado la lucha de clases marxista, en que a través
de la dialéctica de la historia, el proceso de concentración incre-
mental de la riqueza en menos manos, llevaría a la dictadura del
proletariado, con la toma del poder, ya la expropiación total de los
ricos, en un comunismo, que finalmente la historia del presente
siglo probó como un fracaso social. Y aunque no hubiera fracasado,
era un régimen social y político inaceptable por su violación a los
derechos humanos y la eliminación de las libertades, mediante un
régimen de burocracias represivas y autoritarias.
De tal manera que el consenso en México debe permitir la
aprobación de las mayorías de cada clase social: pobre, media y
ricos, para que se de un consenso calificado que verdaderamente
represente la voluntad general. *
1.3 Proyecto nacional.
Una "imagen objetivo" de presente y futuro de vida social en
la que maximicen su felicidad considerando la teoría del bienestar.
En términos sociales, no existe duda: no hay un objetivo
superior al beneficio de la población: 1) el máximo beneficio en
relación a la situación previa, 2) de todos, 3) del máximo número,
4) especialmente de los más necesitados, 5) el máximo del tiempo,
6) de manera auto-sostenida, 7) al menor costo posible, 8) del menor
número de pobladores, 9) al menor tiempo. En una ecuación de maxi-
mio de un costo-beneficio social, en la que claramente el objetivo
es primero el bienestarde todos; pero el bienestar colectivo debe
dar preferencia al aumento marginal de la utilidad de los que menos
tienen y más necesitan.
Por otro lado, se trata de la empresa histórica de unpueblo. No
sólo referida al ingreso económico material, sino al ingreso social

• Una encuesta del IFE-UNAM en septiembre de 199.5 muestra, por ejemplo, alto
consenso sobre cambios políticos y económicos, pero "poco a poco" (80"4 para cambios
politicos y 84% para económicos). Casi todos quieren el cambio pero sin un costo desesta-
bilizador de violencia, sino con paz social. LaJornada, lo. de abril de 1996.

93
producto de la calidad de la vida en materia de relaciones sociales,
y especialmente en materia de expectativas colectivas. No en el
plano del "destino manifiesto" de los países, que como Estados
Unidos, presumen de un supuesto destino de grandeza, sino consi-
derando el sentido de la vida en una colectividad específica, con el
sentido de los ánimos, de las raíces históricas y culturales, y el sentido
del lugar en el espacio y el tiempo.
1.4 Creación del poder público.
El poder público significa la aceptación del grupo social de que
exista una organización y unas personas que por el desempeño de
su encargo tengan facultades de acción. El pueblo admite otorgar
facultades, y aún respetarlas, más que en el sentido de desprenderse
él mismo de esas facultades, por la necesidad de encomienda de
acciones y funciones en favor de la colectividad, que ésta no debe
o no puede llevar a cabo directamente. Porlo tanto, el poder público
en términos de deber ser, es una creación del pueblo, para la
satisfacción de necesidades, a diferencia del poder público derivado
de un acto de imposición del más fuerte sobre el débil, que es como
generalmente se manifiesta originariamente en la realidad.
1.5 Mandato político.
Nuevamente el deber ser, indica que el poder público es una
consecuencia del mandato político, pues es precisamente debido a
la existencia de un mandato político, de la sociedad para que un
mandatario actúe en beneficio de la misma, que como se ha dicho
antes, se requiere como medio, que tenga facultades para poder
llevar a cabo la encomienda. Facultades de orden público, puesto que
se trata de actuar dentro de la sociedad, y por intereses colectivos.
Esta concepción es más apropiada, que la de considerar que
primero se crea el poder público y después se le otorgan mandatos,
puesto que si no hay mandatos políticos, carece de sentido la
existencia del poder público, que no se justifica en sí mismo, sino
sólo como medio para llevar a cabo un mandato.
De manera que, el poder público debe verse como las facultades
del mandatario político estrictamente para el cumplimiento de un

94
mandato, por lo que un término más propio que el de "poder público",
sería el de mandatario público o mandatario político, pues es este
carácter el único que justifica la existencia de dicho poder público.
y consecuentemente, los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial
son más bien los mandatarios ejecutivo, legislativo y judicial. Y
más todavía que considerarlos como un sistema de representación,
en una democracia o gobierno representativo, debe considerarse
que tal representación, igual que en el caso del poder público, es
tan solo un medio derivado para poder' llevar a cabo el mandato
político.
Por lo tanto, ni poder público ni representante, sino mandatario
público, que como tal debe apegarse al mandato político-jurídico
de la ley, comenzando por la constitución, y al mandato político del
programa propuesto en la elección en que logra el triunfo electoral.
1.6 Mandato de la voluntad general.
El deber ser del sistema político radica en presentar propuestas
alternativas para el bien común sobre las que escoja la voluntad
mayoritaria. Pero una vez que esto sucede, la elección de la mayoría
establece el fenómeno de expresión de lo que se considera la
voluntad general, y el otorgamiento de un mandato político. Esto
es, la propuestapartidista elegida, se convierte en mandato pollti-
co, y la mayoríaelectorase convierte en voluntadgeneral.
La voluntadgeneral,eligelosfines para el biencomún, a través
de elegir los medios propuestos por los partidos políticos, en la
persona de los candidatos a cargo de la elección popular, y en los
programas de acción propuestos. En general, existe una coinciden-
cia de la población sobre fines, pero una falta de coincidencia sobre
los medios para obtener tales fmes, considerando procedimientos,
partidos y personas.
1.1 Parámetros de actuación.
Resulta fundamental apreciar la importancia que tiene, que el
mandato político se lleve a cabo estrictamente dentro de los pará-
metros específicos de actuación, de medios y de procesos. Pues a
diferencia del sindrome de Robin Hood, de que el fin justifica los

95
medios, en el caso del mandato político del pueblo al mandatario
público, los medios son por lo menos igual de importantes que los
fines, toda vez que significan la capacidad de acción en medio de
la propia sociedad. Pues no se trata de un mandato para desempeñar
en un contexto aparte, sino para llevarlo a cabo dentro de la propia
sociedad, lo que necesariamente afecta de manera directa a la pobla-
ción, tanto colectivamente como de manera individual. Y toda vez
que al mandatario se le otorgan poderes públicos, existe la propen-
sión a que éste los ejerza con excesos o de manera abusiva. Por
ambas razones, resulta crítico que el mandatario actúe estrictamen-
te dentro de parámetros autorizados.
1.8 Garantías.
A esto se refiere el texto constitucional de 1917, no sólo en materia
de las garantías individuales sobre libertades básicas, o en las
garantías procesales, sino en todo el ordenamiento que se refiere a
las reglas de organización y operación de los poderes públicos.
Uno de los conceptos más importantes del análisis del derecho
político de la constitución radica en considerar que además de las
tradicionales garantías individuales del artículo lo. al 24, existen
no sólo las garantías muy especiales de los artículos 25, 26,27,28
Y 123, que son tanto individuales como sociales, y que establecen
mandatos de actuación al poder público muy específicos en la
economía, pero resaltando el fin social, político y de independencia,
que se busca con la misma. Y a las garantías de este capítulo
económico, que en términos estrictos debería llamarse el mandato
político de interés social a través de la participación económica
directa, se debe considerar que el resto del articulado de la Consti-
tución, del artículo 30 al 136 está compuesto por las obligaciones
de los distíntos mandatarios con poderes públicos, cuyo cumpli-
miento es un derecho del mandante, pero también es un derecho de
seguridad jurídica para exigir que el poder público cumpla con la
ley. Por lo que se tiene el derecho del mandante sobre el mandatario
en cuanto a fines y medios para el cumplimiento de su encomienda,
y el derecho de garantizar la seguridad del pueblo soberano a través
de medios jurídicos. Este último no proviene estrictamente del
mandato político, apesar de que el mismo especifica los parámetros
96
de medios, sino que significa un derecho adicional para controlar
y someteral poderpúblico del mandatario, con el propósito de evitar
que se utilice en contra de la misma soberaníanacional del pueblo.
Normalmente el mandatariono adquiere una fuerza tan grande que
comprometa laseguridad delmandante, niexiste elriesgo deque asuma
la soberanía nacional, pero en este sui generis mandato político
mexicano,es talla concentración de poder que adquiereel manda-
tario, que deben establecerse reglas de orden, tanto como parte del
mandato, como fuera del mismo, para controlaral poder público y
evitar que devore a la sociedad.
1.9 Excesos del poder.
La estructura de la organización del poder público conlleva la
tendencia a que en el ejercicio del mismo se cometan excesos y
abusos,muy especialmentefrente a los individuosaislados, disgre-
gados, de la colectividad, pero aún en contra de esta misma o sus
partes. Para lo cual gozan de lo que se ha llamado "el monopolio
de la fuerza pública" por contarcon lasfuerzas armadas del ejército
y las policías, por contar conla fuerzade la autoridadreglamentaria
en todos los campos, por contar con la capacidadde extracción de
recursos fiscales y con ellos sustentar un gran aparatode gobierno,
y por contar con la facultad de procuración y administración de
justicia.
De tal manera, el aparato del gobierno aparece como "todo
poderoso" frente al individuo aislado, y aún frente a la sociedad
civil que está dedicada a sus actividades privadas. De ahí que el
poder público se "se sienta" como el gobernante de la población,
a cuyos integrantes considera como gobernados, esto es sujetos a
su poder de mando, y en ese sentido como súbditos del mismo.
Pero precisamente la constitución es el mediojurídico político
ideado para establecer los derechos de la soberania popular. Más
que los derechos del súbditogobernado,los derechosdel soberano.
y no se trata de las "defensas o de los amparos", que tienen la
connotación de ser medios de últimorecurso,comoparámetrofinal
o piso político deJos pobladores, ni tampoco de medidas de derechos
de protesta o de petición frente a la propia autoridad que agravia.

97
Sino de los derechos propios de los integrantes de la soberanía
nacional, que actúa como mandante, y que en razón de tal sobera-
nía y del mandato, tiene capacidad de exigir tanto el cumplimiento
de la ley en que se establece el mandato, como el que de todos
modos actúe el mandatario en el ejercicio del poder público, en
favor del individuo y el pueblo, respetando su carácter de soberano.
Por lo que se trata de los derechos del soberano sobre su manda-
tario, más que los derechos del pueblo frente al gobierno, puesto
que dicha terminología pervierte la esencia de las verdaderas rela-
ciones entre las partes.
1.10 Fuera de mandato.

Se ha comentado que el mandato permanente se establece en


la ley constitucional, pero no puede considerarse que dentro de la
misma se establezcan todos los datos específicos de fines ymedios,
por lo que necesariamentedebe tomarse su texto como las reglas y las
direcciones generales, e interpretarseque con base en ellas, y siempre
en favor de la soberanía del pueblo se podrán desprender las
indicaciones que sean necesarias para la actuación del mandatario
en el uso del poder público.
.
También hay que considerar que el mandato de la voluntad
general se establece en la elección periódica de mandatarios, mis-
mos que en realidad deben apegarse a un doble mandato: el de la
ley, partiendo de la constitución, y el del programa de acción que
fue electo popularmente. Pero siempre considerando éste último
como condicionado por el mandato constitucional.

1.11 Derecho de reclamación.

El derecho de reclamación se refiere, como se ha comentado,


a la capacidad que tiene el pueblo, y en su nombre, cualquier
individuo integrante del mismo, de exigir que el mandatario cumpla
con el mandato político del pueblo, y que no actúe por fuera de los
parámetros específicos de tal mandato, todo esto dentro de un
régimen jurídico de facultades expresas. Pero además, que siempre
actúe en beneficio del interés general. .

98
Toda vez que los mandatos políticos están establecidos en la
constitución, para el mandato permanente, y en el programa de
acción puesto a consideración del electorado, el mandatario, tam-
bién electo popularmente, está obligado a cumplir la constitución
y "las leyes que de ella emanen" como primera prioridad, pero
también a cumplir la oferta políticaqueobtuvoel beneplácito de la
voluntad mayoritariaelectoral, por la que queda también necesa-
riamente constreiíido. Considerando que la ofertay el compromiso
políticoofrecido, significan la prioridad del momento de la voluntad
general, dentro del marco amplioy permanente de la ley constitu-
cional, pero cumpliendo el propósito de adecuarse a las variantes
circunstancias y lasdiferentes necesidades queprovocan. Pudiendo
apreciar como lo urgente, a las necesidades inmediatas sobre las
que decide el electorado, y las prioridades más importantes y
permanentesque se encuentran formalizadas en el texto de una ley
suprema.
y el derechode reclamación significaante todo el derechode
exigirqueelpoderpúblicocumplaconla ley, y tambiénque la haga
cumplir. Pero tambiéndebe significarel derechodel pueblo sobe-
rano, que en el electorado expresa su voluntad general, de exigir
que los mandatarios electospopularmente cumplan con su oferta
política, que al ser electa se convierte en mandato popular.
De tal formaque el derechode reclamación es dobley comple-
mentario, propio del mandatario y del elector, en su calidad de
soberanonacional.
1.12 Rendición de cuentas.
Complementario al derechode reclamarel cumplimiento de la
ley constitucional, se encuentra el derecho de exigir cuentas del
ejercicio del poder según el mandato establecido por la voluntad
general en la ley. Y parece obvioque el mandante tenga derechoa
exigir del mandatario, el cumplimiento del mandato, expresadoen
dos formas: el acatamiento a las instrucciones y la rendición de
cuentas en cuanto a resultados y gastos. Y seguramente de ambas
maneras, el mandante puede exigir acatamiento a los términos de
procedimiento del mandato y rendición de cuentas sobre ello.

99
1.13 Régimen de responsabilidades.

En un mandato político, el responsable de cumplir con las


obligaciones del mandato es por supuesto el mandatario, por lo que
el régimen de responsabilidades se debe referir al incumplimiento
de las obligaciones del mandatario.

Por lo tanto, el régimen de responsabilidades se desprende


necesariamente del régimen del mandato, por el que el mandatario
asume la responsabilidad total, significando una personalización
necesaria para poder exigir los derechos de reclamación y de
rendición de cuentas.

1.14 Acusación.

Nuevamente derivado de la figura del mandato, es el mandan-


te-pueblo y sus integrantes individuales a nombre del mismo, los
que tienen derecho de denunciar, de acusar y exigir la investigación
de las responsabilidades derivadas del mandato.

1.15 Sanciones.

Los dos principios básicos al respecto están representados por


la necesidad de que el juzgador sea un tercero imparcial, y que la
imposición de penas corresponde al poderjudicial. Lo que aplicado
al caso del mandato político, significa que frente al incumplimiento
de las responsabilidades derivadas del mismo, se pueda denunciar
frente a una autoridad distinta, por su función, de la impugnada, y
muy preferentemente la autoridad judicial, que es la especializada
en tal función. Por lo que en el caso de la imposición de sanciones
al mandatario ejecutivo, deberá hacerlo el mandatario judicial, a
petición del mandante, y una vez comprobada la responsabilidad
por el incumplimiento del mandato: Y el mismo procedimiento se
aplicaría cuando el responsable es el mandatario legislativo. Y sólo
cuando el responsable es el mandatariojudicial, deberáel mandante
acusarlo frente al mandatario legislativo, que impondría en su caso
las sanciones (a diferencia del esquema utilizado por el Título 40.
del texto actual).

100
ANEXO

¿GOBIERNO REPRESENTATIVO O MANDATO?

Los partidos no son sólo "entidades de interés público" sino


que tienen como función ser medios de la soberaníanacional del
puebloparahacer ofertaspolíticas, derivadas de la voluntad general
y con el propósito de precisar ésta. Para que el pueblo elija entre
alternativas y el que gane sea el que más se acerque a la voluntad
generalsobreel beneficio generalpor suofertapolíticade programa
y persona. Y una vez electa por la mayoría, la oferta política se
convierte en mandato y el candidato en mandatario.
Por lo que el sistema tradicional de gobierno representativo,
como el de escoger un presidente para que durante los 6 años de su
encargo, decida a su leal saber y entender, como gobernante, es
equivocadoporquevaen contrade la soberanía nacionaldelpueblo.
Misma que obliga al mandato limitado a actos de administración y
no de disposición, y específico en cuanto a cumplirciertas finali-
dades con procesos y medios condicionados. Es obvio que no se
puede especificaren tal mandato todas las decisiones a tomar,pero
sí los parámetros en que deben hacerse. Los artículos 25, 26, 27 Y
28, son un buen ejemplo de establecimiento de fines sociales para
intervenciones económicas, con medios administrativos, y los-2 se-
gundosdebenconsiderarse comovariables derivadas de la primera.
Así que el mandatario no es un gobernante, y la autoridad y
poder que tienen son delegados parcialmente para su encomienda
de mandato, que puede ser revocado. Es tan sólo un encargado, un
servidor, más que público (en el sentido de abierto a cualquiera),
de la soberanía del pueblo.
101
y por eso hay mandatarios ejecutivos, legislativos y judiciales.
Pero sin la concepción del mandato político-jurídico, en que no
hay poderes públicos sino mandatarios de la sociedad, no se puede
entender la soberanía nacional del pueblo. La forma de su gobierno
(articulo 39) significa que es el pueblo el que se gobierna, al ejercer
su soberanía por medio de los poderes (artículo 41) más que en la
interpretación convencional de "república representativa" (articu-
lo 40). Pues no puede aceptarse que el pueblo, cuya soberanía es
un derecho inalienable, pueda, por el hecho de elegir un repre-
sentante popular, dejar que éste lo gobierne a discreción, ya que
esto le anula virtualmente tal soberanía (se la roba). Porque enton-
ces el gobernante, que era el medio, domina al gobernado que es el
soberano. Así que esta relación de gobernantes y gobernados (y aún
las defensas del gobernado) es errónea, y debe sustituirse con la
relación de soberano mandante y mandatario subordinado, en que
gobierna el mandante y el mandatario es su instrumento.
Por lo que no debe existir un sistema de representatividad, y
menos de gobierno representativo (artículo 115), sino un sistema
de mandato público, con bases políticas y forma jurídica, al esta-
blecerse en leyes, para los mandatos permanentes, y en mandatos
temporales producto de elecciones periódicas para consultar al
pueblo soberano. Y por eso, entre otras cosas, el mal llamado
"constituyente permanente" es una aberración, porque no es ex-
presión de la voluntad general, ya que no se deben elegir legislado-
res ordinarios, con un mandato limitado, y que estos asuman facultades
extraordinarias de reformar la constitución, sin seguir los mismos
procedimientos que se usaron para elaborarla (artículo 72), y por
supuesto sin mandato alguno de la soberanía del pueblo para modificar
el proyecto de nación.

102
CAPÍTULO TERCERO

Análisis del texto constitucional*

Introducción:
Este libro se comenzó con las aproximaciones sucesivas a una
teoría política de la Constitución Mexicana. El segundo capítulo,
de manera esquemática plantea los principios de tal teoría política,
mismos que aquí se buscaran "aterrizar" al utilizarlos como esque-
mas valorativos del vigente texto constitucional. Bajo la conside-
ración de que toda la constitución debe ser congruente internamen-
te, ajustando todos sus preceptos a los principios rectores de los que
se parte, que son precisamente la base de una teoría política.
El texto vigente de la Constitución, a la fecha, puede clasificar-
se según varios criterios sobre si es una ley (precepto): 1) Prove-
niente de la soberanía del pueblo. Cumpliendo las 2 condiciones de
voluntad general y de beneficio general, como medio y fin último
indiscutibles. 2) Si es justa. En el sentido del deber ser sobre los
valores superiores, de la razón y el bien, de que corresponde a cada
quien, en la equidad del caso concreto. 3) Si está expresado ade-
cuadamente el mandato político-jurídico, como forma adecuada de
organización y operación. 4) Si, en consecuencia, debe cambiarse
o reformarse, o no. 5) Y aquí, la calificación neta o juicio de valor
final respecto de si la norma es buena (positiva), regular o mala. 6)
y por otro lado, si la norma se cumple. 7) Y como hacerla exigible.
Para efectos prácticos la clasificación que se usará a continua-
ción tomará los tres elementos más importantes: Evaluar su cum-

• El texto constitucionalutilizadoes el publicadopor Colección Leyes y Códigos de


Anaya Editores, S. A. de 23 de octubre de 1995,en México. D. F.

103
plimiento, porque este es un aspecto central de la cuestión: La consti-
tución incumplida. En segundo lugar, se considerará que recursos
existen para hacer exigible la obligación de que se trate, refiriéndo-
se a su relación con la organización del mandato político-jurídico.
Yen tercer lugar se hará un juicio de valor, argumentado, sobre la
bondad de lo preceptuado, utilizando, según corresponda, las con-
sideraciones de acto de soberanía y justicia dentro de la sociedad.

104
PRIMERA PARTE

Criterios rectores

Introducción:
Después de establecerlos tres criterios de evaluación política
de toda ley, se procederáa analizarel texto constitucional. Advir-
tiendo que la Teoría Política Democrática de la Constitución se
fundamenta en ellos.

ACTODE SOBERANÍA

1. Criterio de evaluación

En términos sintéticos, se debe evaluar la constitución (pero


tambiéntoda ley, todo gobierno y todo acto de autoridad) en razón
a que tanto es un acto de soberanía.
1.1 Soberanía.
Se refiereobviamente a la soberaníadel pueblo, de la sociedad.
1.2 Expresión de la soberanía.
Si bienel soberanoes el pueblo, lasoberaníase expresaa través
de la voluntadgeneral. Condicionada por el beneficio general. Y la
voluntad general se manifiestaen consultas populares formales, a
través de eleccionesperiódicas o referendums y plebiscitos, y aun
de encuestas confiables.
1.3 Las condiciones de la soberanía.

lOS
Condiciones necesarias en lo individual, son la voluntad gene-
ral y el beneficio general. Y sólo cuando se dan juntas, adquieren
el carácter de condición suficiente de la soberanía.
Esto es, la soberanía popular no es la voluntad general sola, ni
el beneficio general sólo, sino las dos variables juntas.
1.4 El soberano es el pueblo.
y lo que viene del pueblo es un acto de soberanía, en general,
pero no todo. Sólo lo que tiene un carácter formal y un propósito
de finalidad superior.
1.5 Límites de la soberanía popular 1.
En el dificil manejo de los absolutos y relativos, en que nada
es totalmente absoluto, pero unas cosas son más relativas que otras,
se tiene el concepto de soberanía popular. Si bien es un valor
supremo, no puede estar sujeto a la voluntad general soberana la
verdad o la mentira, o simplemente el crecimiento económico y la
realidad.
Pero tampoco los valores superiores universales casi absolutos
o unos más relativos que otros, como la vida o la propiedad privada,
o la libertad y la justicia, o la paz y la seguridad. Aunque es obvio
que hay diferencias entre ellos. Y debe respetar los derechos
humanos, para la dignidad del hombre.
1.6 Límites de la soberanía popular 11.
La mayoría del pueblo, por más soberana que sea, no tiene
facultad de violar los derechos humanos, ni los derechos individua-
les, en un régimen de derecho. Sólo tiene facultad de cambiar el
derecho, pero no de violarlo. Y no puede establecer un derecho
injusto sin riesgo de rechazo por su ilegitimidad.
Tampoco tiene la facultad de la expropiación de una clase
social, porque es un acto contra la propia sociedad y su beneficio
al hacerla inviable como proyecto común. Si bien las expropiacio-
nes por excepción y sobre todo la imposición de modalidades según
el interés público son posibles. Ni tiene facultad para vender todo el
país porque es un patrimonio inter-generacional. Por lo que existen

106
principios fundamentales inmodificables tanto en lo individual
como en lo colectivo. *
1.7 Ámbitos de competencia de la soberanía.
La soberanía nacional le corresponde al pueblo nacional. La sobe-
ranía del Estadole corresponde al pueblodel Estado. La soberanía
municipalle corresponde al pueblo del municipio. La soberaníade
la colonia le corresponde al pueblo de la colonia. Porque el sobe-
rano es el pueblo, en sus diversos ámbitos de organización.
1.8 Conclusiones.
Con todas estas advertencias, sin embargo debe considerarse
un acto de soberaníael establecimiento de toda ley, de toda autori-
dad. y la referenciaevaluativade cada uno de éstos radica en que
sean efectivamente actos de soberania: actos de voluntadgeneral
para el beneficiogeneral.
1.9 Propuesta.
Pareceentoncesindispensable evaluarcadapreceptocontenido
en los 136artículos de la Constitución para analizarqué tanto son
actos de soberaniapopular, en este casonacional. Particularmente
refiriéndose a una apreciación mediante juicios de valor, sobre el
beneficiogeneral. En cuantoa sucarácterde voluntad general,debe
considerarseque la Constitución de 19l.7, comolas de 1857y antes
la de 1824, no fueron producto formal y riguroso de una consulta
popular, y mucho menos todavía las adiciones y reformas que en
grandes números ha recibido la ley suprema vigente. Por lo que
puede cuestionarse que tanto es verdaderamente la preferencia
general, interpretada por los constituyentes originalmente, y des-
puéspor los legisladores ordinarios delmal llamado"constituyente
• Lapropuestadel Secretario de Gobernación en el homenaje a Juárez(0121 de mano
de 1996), de establecer un referendum para refonnar las cuestiones principales de la
ConstituQóntienediversoserrores: 1) es ilegitimodejarun "constituyentepermanente" que
en forma económicarefonne la CII1aMagna.2) Toda reformaconstitucional debe bacene
mediante un congreso C<JDStituyente. 3) El referendum es aplicable para la ratiflCaCiÓll de la
sobcraniapopular de la propuestade constitución o sus reformas, que presente el congreso
conatituyente. 4) Existen principios constitucionales que no puedo cambiarel congreso como
el de la Naciónmexicana o restringir libertades. S) Y otrosprincipios queno puedecambiar
ni 01 pueblo,comoel do su irreDuncjable sobenIoia, oel de aplastarles derechos humanos.

107
permanente", y por los grandes legisladores presidenciales (gran-
des por el número de incitativas, más que por su nivel de creación
legislativa).
En México, la tradición ha sido que los mandatarios, debido a su
enorme poder que los convierte en gobernantes y hasta en sobera-
nos, en un "ensayo de iluminación", por un lado buscan interpretar
la voluntad general, pero por otro buscan ilustrarla, y aún favore-
cerla, y se establecen preceptos del más alto nivel de logros. Y
extrañamente se da la combinación de los más elevados anhelos,
con el más acentuado incumplimiento de los mismos. Pero los
ideales son plasmados en ley obligatoria, y quedan como monu-
mentos civiles a las buenas intenciones, pero también como espadas
de Damocles por las obligaciones legales incumplidas, que produ-
cen responsabilidades jurídicas además de políticas y sociales.
Por lo tanto, se hará más énfasis en el aspecto del juicio de
beneficio general como condición sine qua non, que en el de
voluntad general formal, porque ésta no se dio realmente, y cuando
mucho se interpretó y la cuestión entonces es si se interpretó bien
o mal en 1917 y como se interpreta ahora en 1996.

MANDATO

2. Criterio de evaluación

Además del criterio de acto de soberanía, referido a la voluntad


general, pero más al beneficio general, como condición sine qua
non, relativa al fondo, contenido, propósito y finalidad; se debe
incluir el criterio de mandato, referido a la utilización de medios,
resaltando la importancia que tiene la cuestión instrumental y
formal.
2.1 Del pacto social al mandato político.
Recordando la secuencia formal debida, se parte de un pacto
social, de alto consenso político, sobre un proyecto nacional, para
el que se establece un mandato, que se inserta en la constitución,
de la que se derivan leyes secundarias, se elige mandatario, y se le

108
transfiere poder público, por medio de asignarle autoridad, y recur-
sos materiales, financieros y humanos.
2.2 Las partes políticas.
Las partes son el pueblo soberano y el mandatario. En el deber
ser el soberano popular es muy fuerte, compuesto por toda la
sociedad, frente a un "encargado" seleccionado por elección po-
pular para cumplir un mandato (aun cuando el mandato sea la oferta
política que propuso el candidato a mandatario, y que al elegirla la
mayoría electoral la convierte en mandato temporal, dentro del
mandato general del régimenjuridico).
Ya en la práctica, el pueblo soberano está desintegrado en
individuos, que al dispersarse quedan en elevado grado de indefen-
sión, mientras que el mandatario se va auto-fortaleciendo incre-
mentalmente, hasta quedar como el poderoso frente a la débil
sociedad, y más débil individuo.
Y entonces quedan como partes, el poderoso mandatario, es-
pecialmente el ejecutivo presidencial, con todo un aparato adminis-
trativo, con las fuerzas armadas y del orden, y dominando al judicial
y legislativo, frente al individuo sólo.
2.3 La relación política.
El principio sigue siendo entre el mandante y el mandatario. El
pueblo es el mandante y el electo popularmente es el mandatario.
Es el empleado público, el servidor público, frente al soberano
nacional, en su caso.
2.4 Obligatoriedad legal del mandato.
El artículo 41 señala que es el propio pueblo el que ejerce su
soberanía por medio de los poderes públicos, por lo que el concepto
de "república representativa" del artículo 40 debe considerarse
sólo dentro del mandato. Y sólo el mandato permite que sea el
mismo pueblo el que ejerza su soberanía, vía un mandatario, y no
que el pueblo deje un representante que decida por él.
Si bien es obvio que en un contrato de mandato, las partes se
obligan voluntariamente, y adquieren compromisos que tienen que

109
cumplir, muy especialmente los mandatarios, obviamente; cuando
el mandato es público, de origen y sustento político, y establecido
en una ley paradarleobligatoriedad, loscompromisos son mayores
para el mandatario.
2.5 Exigibilidad.
Si un mandato no se puede reclamar, para forzar su cumpli-
miento,entonces pierdesu sentido. Y como elementosde la exigi-
bilidad están la rendición de cuentas, su evaluación, y la decisión
de quitar o "recoger" el mandato.
2.6 Recogerel mandato (revocación).
Siendo el mandato un acto de voluntad del mandante, en
acuerdo con el mandatario que acepta el mandato, resulta funda-
mental poder cambiar el mandato o recogerlo, o dárselo a otro
mandatario.
2.7 Disfuncionalidad actual del mandato.
El mandatario no cumplecon el mandato. Y consecuentemente
incumple la constitución, la ley. Y el mandante no encuentra
elementos para exigir el acatamiento de la ley y el cumplimiento
del mandato.
2.8 Debilidad del mandante.
En la operación del mandato político, no aparece el pueblo
soberano como mandante, más que en el momento de las eleccio-
nes, aun de manera disgregada; y luegodesaparece, y lo único que
quedan son los individuos, dentro de una sociedad, pero no unida
y compacta (por eso la democracia cotidianaes crítica).
y se ve a los campesinos miserables y a los miserables de las
ciudades pérdidas, y no hay forma de reconocerlos como los
soberanos. Y no sólo los más pobres,sino que cualquier individuo
que busca su forma de ganarse la vida, no tiene recursos y posibi-
lidades para demandaral mandatario el cumplimiento del mandato.
2.9 Personalidadjuridicadel mandante.
y se da la cuestión de si los ciudadanos pueden reclamar a
nombre del pueblo mandante, o si sólo lo puede hacer éste. Lo que
110
significaque entoncessólo lo podráhacer en unaconsultapopular,
y como éstas las propone y organiza el propiomandatario, entonces
no habrá muchas perspectivas de que se den en la medidaque desee
y convengaa la sociedad.
2.10 Crisis del mandato político.
Mientras no se considere que los individuos, partes integrantes
del pueblo soberano, tengan derecho a actuar por sus propios
intereses, y en favor del interés soberano popular, no podráfun-
cionar la esencia del mandato poluico y el espirttu que lo anima.
LaNación,más bienla soberanía del pueblo, quees la queestablece
el mandato y puede demandarsu cumplimiento, tiene que estable-
cer la funcionalidad prácticadebida,consistente en facilitar que el
puebloreclameal mandatario el cumplimiento constitucional y con
ello el mandato. Y para facilitarlo, sólo queda que cualquier indi-
viduo tenga reconocido interés juridico para protegerel bienjurí-
dico del beneficio general. señalado por la voluntad general, como
acto de soberaníapopular.
2.11 Derechode reclamación social.
De manera que cualquier ciudadano debe tener derecho de
hacer la reclamación social del cumplimiento de la Constitución, a
cualquier mandatario. Porque todos tenemos interés, por nosotros
mismos y por el bien general, a que haya seguridad jurídica para
saber a que atenemos,y para que se cumplala voluntad generaldel
mandato, y se beneficie al pueblo.
No sólo todos debemos tener ese derecho, sino que debe
facilitarse también para que no sea oneroso y complicado' para el
ciudadano que se abstiene de asuntos particulares para participar
en cuestiones públicas (salvocuando viva de eso).
2.12 Participación ciudadana.
Dentro de las obligaciones de todo habitante Yciudadano debe
quedar clara la necesidad deque participen, bablen y reclamenlos
derechos de la sociedad. POI1lUC si DO, Dldio lo hará. Y DO debe
supoaerse que otros órpDos públicos lo harán CIpOI11áDea Y efi-
ciOl1telDODte. Y si puede participar 01 ciudadano ca el mismo poder

111
público, con el mandatario, parece más procedente no actuar como
coadyuvante de tal mandatario, sino como mandante. Yparticipar
exigiendoel mandato y evaluaral mandatario.
2.13 Representación de la soberanía popular.
Los mandatarios más que representantes de la Nación, como
dice el artículo 51 de los diputados, son mandatarios. Y la soberanía
nacional corresponde al pueblo. Por lo que en representación del
pueblo deben actuar más los individuos (parte del mandante), que
los mandatarios, porque estos sólo son sus empleados, que no tienen
el mismo interés jurídico y político en el mandato.
2.14 Conclusiones.
Toda ley, gobierno y acto de autoridad debe evaluarse en razón
de su funcionalidad al mandato de la soberanía popular, y de las
facilidades que existen para reclamar su cumplimiento. Y mientras
no se reaprecie la relación entre las partes, como una de unos que
manden, los mandantes, y otros que obedecen, que son los manda-
tarios., y no una relación entre gobernantes y gobernados, no puede
operar la democracia y la justicia. Y por otro lado, el pueblo
soberano debe participar socialmente en calidad de mandante frente
al gobierno, y no de coadyuvante del mismo. Participar como jefe
y no como gobernado.

JUSTICIA

3. Criterio de evaluación

3.1 Además de los criterios de acto de soberanía y de mandato


es indispensable añadir el de justicia, que si bien puede no coincidir
con la voluntad general y el bien común, debería hacerlo si se
considera que el hombre reconoce el bien y lo acepta; por lo que el
bien común buscará la justicia, pues no es procedente que el bien
de todos se base en la injusticia. De tal forma que dentro del deber
ser, el valor de la justicia, estarloincluido en el de bien común, y
consecuentemente dentrodel actode soberania. Sin embargo es de

112
tal importancia su presenciaque se diferenciapara efectos prácticos
de constatarla.
3.2 El término de justicia, a pesar de su uso común, es más
difícil de precisar que conceptos como la libertad. Porque justicia
tiene elementos del deber ser, dejuicios morales, que alguien debe
tener autoridad para definir. Pero tambiéntiene elementos de razón,
de lógica, que sin embargo, incluyen juicios de valor. Y también
tiene elementos distributivos de justicia social, o de dar a cada quien
lo suyo o jurídicos de respetar un derecho, ¿pero qué es lo suyo de
cada quien? ¿cómose adquiere o pierdeun derecho, o comoconside-
rar el derecho de todos frente al derecho de uno, o el derecho de los
más frente al derecho de los menos?¿Justiciacomo derechonatural,
casi derivado de la justicia divina del bien o mal? ¿Justicia de los
valores absolutos, como la verdad o igualdad? ¿Justicia por arriba
y aun en contra del pueblo y del hombre, o justicia dentro y para
la sociedad? ¿Justicia mixta para el resultado neto de la razón y el
bien,junto con valores filosóficosy derechos legítimos, y aceptable
para y por el individuo y la sociedad? Probablemente se requiere
una combinación acertadade lo anterior, pero siemprebaio la condi-
ción de que se trata de justicia dentro de y para la sociedad, y no
por fuera y a pesar de la sociedad.Es un medio superiorde lo bueno,
lo correcto, lo debido, pero el fin último de la sociedad es: su
felicidad y bienestar dentro del bien. La complementaridad de
principios superiores y funcionalidad social. Que la utilidad social
sea ética. Que el beneficio del pueblo tenga como condición sine
qua non al bien. Por lo que casi podría quedar la justicia incluida
en el beneficio general que es parte de la soberanía.
A continuación se analizará el texto constitucionalen razón de
los criterios de evaluación de acto de soberanía popular, de forma-
lización y funcionalidad del mandato, y de justicia.

113
SEGUNDA PARTE

Evaluación Política de la Constitución:


Consideraciones Iniciales

Introducción

l. Teoría Política Democrática de la Constitución:


la inconsistencia del texto

El texto constitucional de 1917, debería comenzar por el prin-


cipio pero no toma el enfoque del pacto social ni del mandato
político, y sólo en las reformas del "capítuloeconómico"de 1982,
introduce el de proyecto nacional en el artículo 26, señalando que
sus fines están contenidos en la constitución (aunque también los
medios lo están, por lo menos en principio y en líneas generales
pero explícitas hasta cierto nivel).
1.1 Pacto social.
La Constitución debería comenzar diciendo: "nosotros, todos
los mexicanos, convenimos que la voluntad general para el bien
común es perseguir estos fines..." y a continuación señalar los
fines.
1.2 Proyecto nacional.
"Los fines del pacto social conforman un proyecto de vida
nacional de los mexicanos..."
1.3 Mandato político.
E inmediatamente después de exponerlos fines, el texto cons-
titucional debería decir: "Para alcanzar tales fines, los mexicanos
le damos un mandato político al poder público que creamoscomo

115
medio colectivo, con las características y parámetros de organiza-
ción y actuación que a continuación se expresan... " y a continua-
ción señalar mandato, y características de ejecución del mandato,
y del propio mandatario.
1.4 Ley suprema.
"Y al formalizar en una ley suprema el pacto social para un
proyecto nacional y el mandato político para alcanzarlo, se esta-
blecen también las relaciones de obligatoriedad legal para la segu-
ridad jurídica del pueblo soberano. . . ".
1.5 Soberanía nacional (artículo 39).
El texto original de la Constitución de 1917, acierta en la
redacción del fundamento de filosofia política del artículo 39, pero
debería ponerlo como artículo lo. del cual partir y derivar todos
los demás. La interpretación es que: 1) La soberanía nacional reside
en el pueblo. 2) En ejercicio de esta soberanía del pueblo viene el
poder público. Esto es, el pueblo lo crea. 3) Y lo crea, para beneficio
del pueblo. 4) Y corno consecuencia, el pueblo "tiene el derecho" de
cambiar "lajorma de su gobierno ", que en realidad incluye tam-
bién su fin y fondo, y por supuesto toda ley. Pero veamos más en
detalle.
1.5.1 Soberanía nacional.
Efectivamente debe partirse de la cuestión de soberanía, para
señalar que no existe nada por arriba del pueblo, que lo mande o
condicione, por lo que es supremo, libre e independiente para
autodeterminarse; además de poderoso, en términos de contar con
el poder para ejercer tal facultad, y de no ser impugnado. Su poder
es indiscutible y aceptado por todos.
1.5.2 Y si es inalienable el derecho del pueblo, de modificar la
forma de su gobierno, a mayoría de razón es inalienable la sobera-
nia nacional del pueblo. Este es un principio crucial: 1) El pueblo
es soberano. 2) Su soberanía es irrenunciable e inalienable. No
puede cambiar o perderse. 3) El pueblo fue, es y será siempre el
soberano. 4) Y también son irrenunciables las facultades constitu-
cionales de la soberanía, como las de señalar y modificar mandatos.

116
1.5.3 Fin último.
La soberaníanacional reside en el pueblo: La supremacíade la
voluntad general con su consecuente "imperio" del pueblo, como
poder supremo, es el mayor aciertoconstitucional.
Debe sin embargoadvertirse que la soberanía popularno es un
fin en sí misma, sinoun mediopara el bienestargeneral. Por lo que
conviene primero especificarel fin, y luego derivar el medio, aún
cuando el mismo proceso de auto-determinación produce impor-
tantes satisfactores propios, por una felicidad por el ejerciciode la
libertad. Pero la libertadaún más que un fin que hay quegozar por
sí, es un medio para buscarla felicidad.
El fin último es el bienestardel pueblo. El pueblo mismo. Que
expresa su voluntad general. Quees suprema. Por lo que el pueblo
es el gran soberano, el verdadero gobernante. El que decide. El que
se auto-determina. Elmandamás. Y es quienotorgamandato y elige
mandatario, al que le "deriva" el poder públicoque tiene de origen
(aquíel similcon la propiedad originariadel artículo27,se referiría
al "poder públicooriginario")parael cumplimiento de su mandato.
Todo el resto de la Constitución debe estar condicionado y
sujeto a esta prioridad máxima. Toda ley. Que debe representar la
voluntadgeneral para el bien común. A través de un mandato para
crear el poderpúblicoque se ejerzasegún sus instrucciones. Como
consecuencia de un pacto social, de consenso político, para un
proyecto nacional de vida en común.
1.5.4 La realidaddel texto constitucional.
El gran defecto constitucional es que el resto del texto no se
subordina a esta regla máxima, como veremos. La falta de consis-
tencia establece una gran incongruencia. Y por ello, no existeen el
texto constitucional el derecho de reclamación social, para exigir
el cumplimiento de la ley, por razones de mandato político y por
razonesde ejerciciode la soberaníapopulary su seguridad jurídica.
y en vez del derecho de exigir el sometimiento del poder público,
se tiene tan sólo el derecho de peticióny de protesta(artículos8 y
9), Y el recursode amparo(artículo 107). O acusarlopor responsa-
bilidades(Título Cuarto).

117
Frente a un acto de autoridad, el pueblo presuntamente sobera-
no, sólo puede protestar, o pedirle respetuosamente, o protegerse
de su ilegalidad con el amparo. O pedirle al legislativo que 'juz-
gue" responsabilidades. Pero ninguno de estos expedientes funcio-
na: ni las marchas y manifestaciones de protesta (tan comunes ahora
y antes tan reprimidas); ni las protestas de minoría en la Cámara de
Diputados, que sólo registran la historia de la oposición pero no
tienen consecuencias frente al "mayoriteo" de los representantes
del presidente en el legislativo; las peticiones por escrito o por
asamblea, son un recurso en realidad inexistente, sujeto totalmente
al arbitrio del mismo poder que agravia; la petición de señalar
responsabilidades, no ha tenido ningún efecto real, otra vez con el
control oficial del legislativo; y el amparo tiene un resultado fran-
camente insuficiente y defectuoso, impedido por la aplicación
arbitraria del poder judicial, sobre la "falta de interés jurídico" y
las limitaciones legales de ser individual y no modificar la ley (que
han llevado a crear las comisiones de derechos humanos). A esto
se le tiene que añadir que el artículo 97 de intervención de la
Suprema Corte en averiguación de violación de garantías y cues-
tiones electorales, no da interés jurídico al pueblo y al ciudadano,
igual que el artículo 105 del supuesto control constitucional, al que
sólo tiene acceso los órganos públicos. Todo esto es un monumento
de incongruencia frente a la regla de la soberanía popular.
El pueblo soberano debe tener derecho de exigirel cumplimien-
to de la ley al mandatario, con todo y su poder público. Cuando la
Constitución únicamente establece "la protesta de ley" de los
articulos 87,97 Y 128, en que la Nación es la que debe demandar
el cumplimiento de guardar y hacer guardar la constitución y las
leyes que de ella emanen, desempeñar leal y patrióticarnente el
cargo... mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión".
Sólo que en la Constitución, la Nación está representada por el
propio mandatario y su poder público (artículos 51,80,94).
Y ¿cómo va a demandarles la Nación a los poderes públicos
que cumplan con la ley, si ellos mismos se ostentan como repre-
sentantes de la Nación, y la sociedad y los individuos no están

118
facultados por la Constitución paraactuaren nombre de la Nación,
por lo que se les niega interés jurídico procesal?
El pueblo soberano no tiene los recursos constitucionales para
hacer valer su soberanía frente a susmandatarios del poder público
ejecutivo,legislativo yjudicial. Sobre todo frente al presidente que
es el soberanode facto, en un golpe de Estado permanente.
Por lo que sin este acatamiento de la soberaníadel pueblo del
artículo39, la Constitución noes unaleyjusta, congruente y lógica,
y no puede proporcionar una legitimidad democrática y una lega-
lidad esencial. No puede haber un régimen de derecho si se viola
en el resto del texto, el principio que debe ser rector de la Consti-
tución política de México.
De tal maneraque habráquerevisartodoeltextoconstitucional
en un nuevo congreso constituyente para hacerlo consistente a su
principio rector.
1.5.5 La consistencia de la soberanía nacionaldel pueblo y el
resto del artículo 39.
Una vez que se reconoce la primacíafundacional de la sobera-
nía popular, se debe usar permanentemente como parámetro de
validez de lógica político-jurídica, en legitimidad y legalidad, del
resto del texto constitucional.
1) El pueblo crea todopoder públicopara su beneficio. Este es
el complemento crítico a la soberanía popular. El legislador cons-
tituyente acierta al establecer la voluntad general junto con el
beneficio general. Sólojuntas son condiciones suficientes además
de ser necesarias por separado. Pues la soberania del pueblo no
puede ser en su perjuicio. La supremacía, libertad y poder del
pueblo, deben ser en su beneficio necesariamente. Sin esta califi-
cación crítica, la soberaníapierdetodo su sentido. El hombretiene
el libre albedrío, para escoger el bien, el mal o el regular; pero el
pueblo no tiene la soberaníapara ese libre albedrío, sino que debe
escoger el bien, el bien común, según la voluntadgeneral, amplia
y condensada, que se convierte en voluntad general. Esla soberanía
para el bien común y para el bien. Sin librealbedrio.

119
Así resulta perfecta la correlación de supremo poder, con el fin
más noble: la soberanía, para su beneficio, Nunca el poder para
dañarse. Esta es la ética social por excelencia. Que toma el consti-
tuyente y a la que sólo hay que añadir el bien de lajusticia.
2) El inalienable derecho del pueblo de modificar la forma de
su gobierno. En este caso, el texto es acertado, pero podría ser
mejor: "El pueblo mantiene en todo tiempo el inalienable derecho
a ejercer su soberanía " Y deben darse algunos ejemplos, "para
elegir y cambiar su mandato, sus mandatarios y la organización y
ejercicio del poder público para llevar a cabo dichos mandatos".
Si el pueblo puede cambiar la forma de su gobierno, debe también
poder cambiar a los integrantes del mismo gobierno, y su programa.
Pero al considerar que el gobernante es el propio pueblo soberano,
entonces para su auto-gobierno, determina mediante la voluntad
general un mandato limitado que persigue el beneficio del mismo
pueblo; y que al efecto elige, crea y organiza a un mandatario al
que le transfiere parte de su poder público, para que actúe en un
régimen de facultades expresas, para el cumplimiento del mandato.
y al que le exige cumplir con el mandato expresado en la constitu-
ción, y le reclama cualquier desviación, porque afecta la seguridad
político-jurídica del soberano pueblo, y su derecho de imperio (de
imponerse en su voluntad general, y muy especialmente, de mejorar
el beneficio del pueblo). Es obvio que cualquier exceso y abuso de
poder público del mandatario perjudica el bienestar del soberano.
Yen razón de la libre y suprema voluntad del pueblo y del fin último
de su bienestar y felicidad, el pueblo puede elegir o cambiar todo
lo relativo al mandato y su consecuente poder público: 1) el man-
dato mismo, proveniente del pacto social de consenso político,
sobre el proyecto de nación; 2) su formalización jurídica en la
constitución para darle obligatoriedad; 3) el mandatario; 4) el poder
público del mandatario; 5) la organización y funcionamiento del man-
datoy mandatario; 6) y todas las leyes derivadas (todo ello como la
forma de su gobierno). Todo el régimen de mandato comoforma
de gobierno semi-directo no representativo convencionalmente.

120
El pueblo soberano tiene el poder de hacer y de deshacer. De
establecer ydecambiar. Es capaz deorganizary dereformar. Dealterar,
modificar, sustituir. Sin más límites que los valores superiores en
el fondo, y los procedimientos en la forma.
Pero dentro del término acertado de que el pueblo tiene el
derecho de modificar la forma de su gobierno (del auto-gobierno
del pueblo),que se presupone que primero estableció, debe especi-
ficarse que además de laforma, puede modificar la constitución y la
ley, yal presidente, legisladores yjueces,ya sus funciones y forma
y parámetros de operación, y a facultades, obligaciones y poder
público.
La esencia radica en que el pueblo elige "como" auto-gober-
narse, y puede cambiar tal elección en cualquier momento, en
ejercicio de su voluntad general, pero calificada siempre porque
debe buscar el beneficio del pueblo.
1.5.6 Conclusión del artículo 39.
Elconstituyente original de 1917 aciertaen usarcomoelelemento
críticofuncional al de que la soberanía reside en el pueblo. Y sigue
su acierto al señalar que todo poder público se crea para beneficio
del pueblo. Y que dimanadel pueblo, y que el pueblo que implíci-
tamente decide su forma de gobierno, puedemodificarla.
Todo el texto del articulo 39 es un gran acierto:
1) La soberaníanacional reside en el pueblo. Desde el origen.
En forma esencial. Sólo hay que añadir, que el pueblo ejerce su
soberanía cotidianamente.
2) Todo poder público dimana del pueblo.
Sólo hay que precisar que el poder público es sólo un medio
para el cumplimiento de un mandato, y que se le da al mandatario
un poder público,comoun instrumento. Es ciertoqueel poderviene
del pueblo, pero más importante es decir que el mandato viene del
pueblo, y como auxiliar viene el poder público.
3) Todo poder público se instituye para beneficio del pueblo.

121
Esto es crucial. Pero hay que añadir que "todo mandato viene
y se instituyeparabeneficiodel pueblo,y en consecuencia,el poder
públicoque le transmiteel puebloparatal efecto". El poder público
obtiene su propósito de finalidad del mandato del pueblo, y este a
su vezde la voluntad general parael bienestar general,'de la soberania
popular. Así que en orden secuencial, primero esta el mandato y
luego el mandatario, y luego el poder público como medio, por lo
que: todo mandato político y todo mandatariopolítico, se instituye
para beneficiodel pueblo,y todo poder público,más que instituirse,
se transmite al mandatarioresponsablede ejercerlo limitadamente
como medio para su función.
4) El puebloconserva siempreel derechode modificar laforma
de su gobierno. Estetextoes el que másajustesrequiere: 1)primero,
el pueblo conserva siempre su soberanía, que es irrenunciable e
inalienable; 2) el pueblodecide su auto-gobierno (vía un sistema o
régimen de mandato de gobierno semi-directo no representativo);
3) lo hace como producto de un pacto social; 4) políticamente
consensado; 5) para un proyecto de nación; 6) estableciendo un
mandato; 7) en una ley suprema constitucional, para darle obliga-
toriedad; 8) eligiendo los mandatarios; 9) y transmitiéndoles parte
de su poder público; 10)organizandola forma de su gobierno y 11)
y sus procedimientos y parámetros de operación; 12) para fijar
responsabilidades, 13) rendición de cuentas; 14)recursos de recla-
mación; 15) que aseguren el cwnplimiento del mandato; 16) y
eviten los excesos y abusos del ejercicio del poder público por el
mandatario; 17) para la seguridad político-jurídica del soberano;
18)que garanticeno sóloque no perjudiqueel beneficiodel pueblo,
sino que lo promueva. En cuanto a objetivos y a proceso.
Pero sobre todo enfatizar que el derecho del pueblo es de
decidir su gobierno y llevarlo a cabo. Y si puede elegirlo, también
puede cambiarlo. Y puede cambiar la constitución y al presidente
y al gobierno republicano. Todo lo puede,pues por eso es soberano.
1.6 Forma de gobierno: articulo 40.

122
En realidadel artículo 39tienesu complemento con la primera
parte del artículo 41, y el artículo 40 es una interrupción de la
secuenciasobre como se ejerce la soberanía.
1.6.1 Congruencia con el principio de soberaníapopularexpre-
sadaen un mandatopara el beneficio general.
"Por voluntaddel pueblomexicano"éste se constituye en una
forma de gobierno (como medioorganizativo para desempeñar el
mandato), de República, representativa, democrática y federal, de
Estados libresy soberanos en lo interior. Perocarecede lamención
de que el pueblo elige mandato y mandatarios para operar dicha
organización. Considerando que la forma establecidase refiere a
su manerade auto-gobernarse. Por medio de mandatos y mandata-
riosque sonelectosperiódicamente para sery hacerunaRepública.
y son representantes sui generis del pueblo en tanto su mandato.
Mismos que deben ser electos y operar de manera democrática.
Integrando una federación, que debe versetambiénen términosde
soberaníapopulary mandatos: el pueblolocalde un Estadoes libre
y soberanoen su régimen interior, y loexpresaen mandatos locales;
pero las diferentes soberanías populares locales se unen en una
soberanía nacionalque expresaun mandato tambiénnacional.
1.6.2Cumplimiento de la Constitución.
Su texto actual, en los articulos 39 y 40 son muestra de los
grandes incumplimientos de la ley constitucional: en México no
existela soberaníapopular, ni el poderpúblicoactúa para beneficio
del pueblo. Ni se tiene una república, sino un presidencialismo
autoritario, unamonarquía sexenalo unadictaduradesistemapolítico;
ni es representativo, porque los gobernantes no representan al
pueblo; ni es democrática, porque la tradición electoral ha sido
anti-democrática y la voluntad general no es procuradani tomada
en cuentapor el poder;nies federal, sinode un centralismo terrible,
como consecuencia del monopolio del poder en el presidente; ni
está compuesta de Estados libres y soberanos en su régimen inte-
rior, sino dominados por el gobierno federal del presidente mono-
polistadel poder real.
1.6.3Conclusión.
123
El texto del artículo 40 es congruente con el principio funda-
mental de soberanía del pueblo. Y sólo le falta precisar que laforma
de su auto-gobierno se hace para organizar el desempeño de los
mandatos que se le encomiendan a los mandatarios. Y los artículos
39 y 40 son seguramente los principales monumentos representativos
del incumplimiento de la Constitución, junto con el41 y el 49.
1.7 Artículo 41.
Este artículo ha sido reformado y extendido de manera exage-
rada, conteniendo una variedad de temas.
1.7.1 Congruencia.
La primera parte del texto es totalmente congruente con el
artículo 39. Y si la soberanía nacional reside en el pueblo, el pueblo
ejerce su soberanía por medio del poder público. Sólo falta precisar
que el pueblo ejerce su soberanía por medio de los mandatarios
electos para cumplir con el mandato ofrecido en su oferta política,
y en el cumplimiento del mandato general de la ley; y que para el
efecto, el pueblo les transmite a los mandatarios el poder público.
Lo que es congruente con el artículo 39 en que "todo poder público
dimana del pueblo" pero más que "se instituye para beneficio de
éste", lo que se instituye es el mandato político, y sólo como conse-
cuencia se transmite el poder público del pueblo. Así que "se institu-
ye" el mandato más que el poder público, mismo que se transmite
como medio.
Después de esta precisión en términos, que se retomará al
revisar el articulo 49, queda entonces que "el pueblo ejerce su
soberanía por medio de los mandatarios por función, de la Unión y
de los Estados" (por función y pornivel de organización territorial).
Cuando el texto del artículo 41 se refiere al "pacto federal", se
implica que existe un pacto social, para el proyecto de nación a que
se refiere el artículo 26.
El tercer párrafo del artículo 41, sin embargo, requiere' de
adecuaciones importantes, pues para ser congruente con el princi-
pio de soberanía popular, debe considerar que el fin de los partidos
políticos es la mejor determinación del pueblo a través de sus

124
mandatos políticos para el beneficio general. Esto es, los partidos
políticos tienen como propósito, participar en elecciones periódi-
cas, presentando alternativas a la expresiónde la voluntadgeneral
sobre el bien común, que al ser electossignificanun mandato y un
mandatario. No se trata de "hacer posible el acceso de éstos
(ciudadanos) al ejerciciodel poder público", sino de que el pueblo
como mandante pueda mejor escoger mandato y mandatarios. Y
los partidos tienen por función ofrecer alternativas de mandatos
para clarificar la voluntadgeneral y preparar buenos mandatarios.
El organismo público del Instituto Federal Electoral y el Tri-
bunal Federal Electoral, deben verse también como mandatarios
del pueblo para el mandato de la organización de las elecciones y
para el conocimiento y decisión de impugnaciones a las mismas.
Aquí los mandatos son permanentes, y los mandatarios están suje-
tos a acatar la soberaníapopular para el beneficiogeneral.
1.7.2 Cumplimiento constitucional.
El texto actual del artículo 41 es incumplido claramente en
cuanto a que el pueblo no ejerce su soberanía por medio de los
poderes, sino que se ha convertido en súbditode la soberaníaúnica
del monopolista del poder: el presidente de la República.
y los partidos políticos más que estar sometidos a la voluntad
general y buscar el beneficiocomún, se dedican preferentemente a
una lucha por el poder, a través de la obtención de cargos por
elección popular.Y la autoridadelectoral, así como el Tribunal, no
se han manifestado suficientemente como mandatarios de la sobe-
ranía popular para el biencomúndentrode lajusticia. Sólo algunos
consejeros ciudadanoshan apreciado su verdaderopropósito.
1.7.3 Conclusiones.
El artículo 41 es congruente en principio con la soberanía
popular, y complementodelartículo39. Perodebeajustarseen todo
su texto a las consideraciones derivadasdel mandato.
1.8 División de poderes: Articulo 49.
El textoconstitucional se encuentra muyligado al de losartículos
39 y 41: "todo poder público dimana del pueblo y se instituye para

125
beneficio de éste" y "el pueblo ejerce su soberanía por medio de
los poderes... ". La complementación de lo anterior que señala el
articulo 49, es que "el Supremo Poder de la Federación se divide,
para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial" y "no podrán
reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corpo-
ración...". Es conveniente juntar tales artículos.
1.8.1 Congruencia.
Para ser congruentes con el principio de soberanía popular,
expresada en la voluntad general para el bien común, resulta
necesario precisar: 1) Se requiere un cambio conceptual, que con-
sidere al poder público como un medio para el mandato político.
Mismo que es el medio principal.
2) Como consecuencia, la importancia radicará en el mandato
y mandatario más que en el poder público.
3) Los mandatos serán los que se dividan por función en
Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
4) y se dividen por nivel de aplicación en la Unión y los Estados.
5) En consecuencia, se deberá considerar que 1) el pueblo tiene
la soberanía nacional.
2) El pueblo ejerce su soberanía por medio de los mandatos y
mandatarios.
3) En materia judicial, legislativa y ejecutiva.
4) En los niveles nacional y locales.
5) Para el desempeño de sus mandatos, el pueblo transmite al
mandatario un cierto poder público.
Por lo tanto, más que de la división de poderes, se trata de la
división de mandatos, por función y por nivel de aplicación. Y tales
mandatos y mandatarios dimanan del pueblo y se instituyen para
su beneficio. Yel pueblo ejerce su soberanía a través de ellos. Yel
poder 'público es un aspecto coadyuvante, auxiliar, accesorio y
medio del medio superior del mandato.
Sólo con este replanteamiento conceptual, se puede dar la
congruencia necesaria del artículo 49, paraque el poder sea consi-

126
derado como un medio de la soberanía popular. Lo que significa
un ajuste fundamental a lo largo del texto constitucional, comen-
zando por los artículos 39, 41 Yel propio 49.
1.8.2 Cumplimiento de la Constitución.
El texto actual del artículo 49 se cumple en la forma pero no en
el fondo, pues a pesar de la prohibición expresa se reúnen "dos o
másde estos Poderesen unasolapersona", y sedepositael legislativo
en un individuo. Puesto que el sistema político de presidencialismo
monopolista, hace que lastres funciones se desempeñen por lo menos
bajo el mando directo del presidente. Y como no hay división de
funcionesni deámbitos deaplicación, tampoco haydivisión depoderes.
O visto de otra manera, debidoa que el poderde la función ejecutiva
es tan grande y desproporcionado, resulta que los mandatos y
mandatarios legislativo y judicial no pueden desempeñarse de
manera independiente, y consecuentemente carecen del poder pú-
blico suficiente y adecuado para tales funciones. Así vista, la
división de poderes, facilita o dificulta el desempeño de las funcio-
nes distintas. Sin embargo, esto no debe confundir que lo esencial
es la división de funciones, y que la división de poderes es una
consecuencia posterior. Por lo que se trata de la división de la
autoridad para el desempeño de funciones distintas, mismas fun-
ciones que actúan como contrapesos unas de otras; precisamente
para evitar que una persona o corporacióntenga todas las funciones
y en consecuencia todo el poder. Mientras que la división del poder
no implica de la misma manera que lo anterior, la división de
funciones.
1.8.3 Conclusiones.
La división de funciones y ámbitos de aplicación, señala las
competencias dentro del mandato y sus respectivos mandatarios,
para el ejercicio de la soberanía nacional del pueblo, expresados
por la voluntad general para el bien común. Y es la división del
mandato general en mandatos de género distinto, lo que hace la
diferenciación por función y por ámbito de aplicación (o como
género próximo, el mandato, y como diferencia específica, la
función). Todo esto con su consecuente división del poder, prove-

127
niente de la autoridad del mandato y de los demás medios que le
transmite el pueblo soberano a los mandatarios.
Sólo con este replanteamiento conceptual puede darse la con-
gruencia del artículo 49 con los artículos 39 y 41. Para dejar de
considerar que lo prioritario es el poder, cuando éste debe ser
consecuencia de la función que se asigna y encarga a través de un
mandato de la soberanía popular para su propio beneficio.

128
TERCERA PARTE

Evaluación Política de la Constitución:


Garantías Individuales

Introducción:
Después de comenzar con la soberanía nacional del pueblo
como artículo 10. de la Constitución, seguido por los artículos 41,
40 Y 49, como los 20., 30. Y 40., para fundar la teoría política de la
Constitución, de la cual se derivaría todo el resto del texto; entonces
se continuaría con la segunda parte de las garantías.
Dentro del Título Primero de la Constitución sobre garantías
individuales, se dan varios grupos de elementos: libertades indivi-
duales, garantías procesales, derechos sociales, derechos sociales
derivados de la economía, y derechos de inconformidad,
A continuación se hará un breve análisis ejemplificativo de los
mismos, en relación a los parámetros críticos de: soberanía social,
en la voluntad general para el bienestar colectivo, el pacto social
para el proyecto nacional, y el mandato político formalizado en la
ley constitucional y la justicia. En todos ellos sobresale la finalidad
última del bienestar general.

1. Libertades individuales
Libertad frente a la esclavitud (artículo 20.), de estudiar, de
enseñar, de investigar (artículo 30.), libertad familiar (artículo 40.),
libertad de ocupación (artículo 50.), libertad irrenunciable (artículo
50.), libertad de manifestación de las ideas (artículo 60.), libertad
de escribir, imprimir y publicar (articulo 70.), libertad de poseer

129
armas y de defensa propia (artículo 10), libertad de tránsito (artículo
11), libertad de religión (artículo 24), libertad de empresa (artículo 25).
1.1 Las libertades como derechos.
El derecho a la libertad está expresado aquí y es justificado
plenamente, en el marco del bienestar individual. El hombre como
principio y fin de todas las cosas. El hombre esencialmente libre
dentro de su vida en sociedad. La libertad como un requisito sine
qua non de la persona humana. La libertad como el gran valor del
hombre, junto con la justicia.
1.2 La libertad como medio supremo para el bienestar individual.
Todas las libertades al hombre. La única restricción es que sea
libertad para su beneficio, no para su perjuicio. Y que en su
beneficio no perjudique a los demás. Que la libertad individual no
vaya contra el bienestar general.
1.3 Más libertades.
A las anteriores se deben añadir las libertades políticas de
auto-determinación, expresión de la voluntad general, de elegir
entre alternativas, de definir el mandato, de elegir mandato y
mandatarios, de supervisar al mandatario y pedirle cuentas, de
reclamación social, de participación como mandatario. O lo que el
artículo 35 denomina "prerrogativas del ciudadano" de votar, ser
votado, tomar parte en los asuntos políticos del país, tomar las
armas y ejercer el derecho de petición. . . (El privilegio de poder
pedir, olvidando que "pedir no cuesta nada, el dar es lo que
aniquila").
1.4 La libertad como pacto social para un proyecto nacional de
vida en común.
En este sentido, las libertades que se señalan en la Constitución,
son expresión de un pacto social democrático, para reconocer las
libertades humanas, o para otorgarlas, como formas de aceptación
distintas pero conun común denominador de aceptación.
1.5 Las libertades y el mandato político.

130
Las libertades corresponden a los individuos concretos, y se
reflejan en un ambiente y realidad de libertad social. Son libertades
de los integrantes del mandante, y no de los mandatarios, aunque
estos en lo individual también gocen de ellas. Y son esenciales y
constitutivas del libre albedrío y del propio individuo que no puede
entenderse sin ellas. De la soberanía de la persona individual.
Así que son expresión del pacto social en la constitución. Y
sobre ellas, el pueblo establece el mandato al mandatario público,
de que respete tales libertades, y acate los derechos derivados de
las mismas.
Por lo que al hablar de libertades se refiere a los individuos que
las detentan, y al hablar de garantías se refiere más bien al mandato
para que sean respetadas por los mandatarios públicos.
1.6 Garantías y amparo.
Por eso es que la tradición liga ambos temas. Las garantías
individuales que mediante el recurso de amparo del artículo 107Y
relativos, pueden hacerse valer.
1.7 Separación conveniente.
Para evitar confusiones, el texto constitucional debe establecer
las libertades como derechos, y los recursos de garantías y amparo
como parte del mandato, en calidad de protecciones a tales derechos.
1.8 Conclusiones.
Las libertades individuales son indispensables para que la
persona humana busque su felicidad y bienestar. Por lo que todas
deben promoverse, en busca del beneficio individual y colectivo.
La soberanía popular no puede restringir libertades sino ampliar-
las, porque la voluntad general no puede ir contra el bien común.
Ni tampoco contra los derechos fundamentales del individuo.
Las libertades son derechos humanos, y no pueden ser un
mandato. El mandato puede ser de su promoción y proteccion. Pero
deben diferenciarse y no confundirse en el texto constitucional.
Mismo que una vez que parte de los preceptos de la soberanía
POpular, poniendo el artículo 39 y el 41, bajo los números 1 y 2,
debe cometazar asl: '~Los mexiamos actptamo$ todas las libertades

131
humanas que permitan beneficiar a los individuos y su sociedad,
tales como ... ". y despuésde establecerque "los mexicanos damos
un mandato general a todos los mandatarios para que protejan y
faciliten, el ejercicio de tales libertades".

2. Garantias procesales
Prohibición de ser juzgado por leyes privativas o tribunales
especiales, y de fueros (artículo 13), prohibición de dar a la ley
efectos retroactivos (artículo 14), prohibición de ser privado de la
vida, de la libertad, de sus propiedades,posesiones o derechos sino
mediantejuicio (artículo 14),prohibiciónde tratados de extradición
de reos políticos (artículo 15),ni tratados que alteren los derechos
establecidos constitucionalmente (artículo 15), prohibición de ser
molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad competente,
que funde y motive la causa legal del procedimiento (articulo 16),
prohibiciónde que alguien fuerade la autoridadjudicial libre orden
de aprehensión (artículo 16), prohibición de retención por más de
48 horas (artículo 16), prohibición a inspeccionar más de lo esta-
blecido por la orden de cateo (artículo 16), prohibición de que en
tiempo de paz se aloje un militar en casa particular contra la
voluntad del dueño (artículo 16),prohibicióna hacerse justicia por
uno mismo (artículo 17), prohibición de prisión preventiva sin
delito que merezca pena corporal (artículo 18),prohibición de deten-
ción ante autoridadjudicial por más de 72 horas, sin auto de formal
prisión (artículo 19), libertad provisionaly demás garantías proce-
sales (artículo 20), prohibición de que la imposición de penas sea
por alguien distinto a la autoridad judicial, y la persecución de
delitos por alguien diferente al Ministerio Público y a la policía
judicial (artículo 21),prohibiciónde penasinfamantes (artículo 22),
prohibición de que los juicios penales tengan más de 3 instancias
(artículo 23).
2.1 Garantías corno protecciones ala formalidad del procedi-
miento.
Son derechos derivados de ténninos del mandato, para la
ac1UaCÍón del mandatario·en fimcionesejecutivas y judiciales que

132
tengan que ver con los individuos que integran la sociedad, pero
fuera de su calidad de integración del mandante de la soberanía
popular, y más bien como receptores de tales actuaciones y en las
relaciones conlas autoridades y/oentre losparticulares. Por loque se
enfatiza el principio de facultades expresas al mandatario, que dé
seguridadjurídica a los particulares.
2.2 Amparo.
Lasgarantíasprocesales soninsumos típicosparasuutilización
vía el recursode amparofrente a actosde autoridad quenocumplen
con el procedimiento.
2.3 Bienestargeneral.
Las formalidades de procedimiento dan seguridadjurídicaa los
individuos frente a los mandatarios públicos, y su existenciaesta-
blece un ambiente y realidad de seguridad jurídica social. Además,
cuando no se cumple con la forma por parte de la autoridad en su
actuación,se abre la posibilidad de que no tenga sustento el fondo,
llevando a consideraciones mayores y más graves.
2.4 Conclusiones.
A pesarde su importancia, basadaen la importancia de laforma
y la formalidad jurídica, deben considerarse en principio como
términos de procedimiento del mandato. Y si bien tambiénaquí a
veces "la formaes fondo", debenversecomomenosrelevantes que
las libertades. En parte porque son reglas de orden del mandato,
más que contenido delpropio mandato o pacto social sobrederechos.
Su casi permanente expresión a manera de prohibiciones, es
indicativa de que son protecciones sobre el ejercicio del poder
público para evitar excesoso abusos en la formadel cumplimiento
de los mandatos públicos, másque en el fondolegalde la actuación
pública del mandatario, y a la falta mismadel mandato.

3. Derechos sociales
Todo individuotienederechoa recibireducación (artículo 30.).
La educación será democrática, considerando a la democracia
como WI sistema de vida fundado en el constante mejoramiento

133
económico,social y culturaldel pueblo(artículo 30.). La educación
será nacional en cuanto atenderá a la comprensión de nuestros
problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa
de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra
independenciaeconómica,y a la continuidady acrecentamientode
nuestra cultura (articulo 30.). Toda persona tiene derecho a la
protección de la salud (articulo 40.). Toda familia tiene derecho a
disfrutar de viviendadigna y decorosa (artículo 40.). La protección
de los pueblosindígenas(articulo 40.). Toda persona tiene derecho
al trabajo digno y socialmente útil (artículo 123). Se promoverá la
creación de empleos y la organización social para el trabajo. Los
salarios mínimos deberán ser suficientespara satisfacer las necesi-
dades normales de un jefe de familia (articulo 123).
3.1 Derechos individuales-derechos sociales.
Estos derechos son tanto individuales como colectivos, pues
como pertenecen a todos, esto cabe para cada caso individual, y
para la acumulación de los mismos, que los hace colectivos. Para
todos y para cada uno.
3.2 Pacto social-proyecto nacional.
Si las libertadesfundamentales de la persona, pueden conside-
rarse que sólo son "reconocidas" por la sociedad, sin embargo el
considerar como derechosa la educación,salud,vivienda y trabajo,
proviene más del pacto social para el proyecto nacional de vida en
común. Son derechos otorgados. Que se auto-otorga la soberanía
popular, en búsqueda del beneficio general y de cada uno de sus
integrantes.
3.3 Garantías-mandato.
Si por un lado la sociedadse otorga derechos, como piso social
del cual parten los individuos; derivadamente se establece un
mandato para hacer posible que todos esos derechos se conviertan
en realidades. Y convieneseparar ambos en el texto constitucional.
3.4 Bienestar social.
Garantizar por mandato de la soberanía popular que existaun
piso socialbásico, una igua/dmJ elemental de oportunidades entre

134
todos los mexicanos, para la cualtrabajendistintos mandatarios, es
crítico. La soberaníadel pueblo,para su propiobeneficio, decide y
otorga mandato, para que todos los individuos integrantes del
mismo pueblo tengan oportunidades de desarrollo y bienestar. Tal
concepción de los derechos sociales es fundamental como expre-
sión de actuaciónen beneficio general.
3.5 Conclusiones.
La correlación de los artículos 39 y 41 con los artículos 30. y
40. Y 123 es muy estrechay congruente. No hay mejor manerade
lograrque la soberanía nacionalactúe en beneficio delpuebloque
garantizarle mediante mandato los mínimos sociales iguales a
todos los mexicanos.
Por supuestoqueel problemaaquíradicaen que no se cumplen.
Parte por la enorme dificultad de que el mandatario públicopueda
cumplir con dicho mandato. Pero tambiénparte porquetoma otras
prioridades, indebidamente.
y frente a tales derechos sociales, no operan las garantías del
recurso de amparo, en la práctica. Pero es importante considerar
¿qué pasaría si todos los mexicanos sin empleosolicitaran amparo
porqueel mandatario no promueve la creaciónde empleos(artículo
123)? ¿O todo el mexicano sin escuela o que no sea gratuita, lo
demandara (artículo30.)? ¿D todo el mexicano sin salud se ampa-
rara? ¿D todo el mexicanosin vivienda(artículo 4o.)?
Los mexicanos tenemos derechos sociales constitucionales que
no pueden hacerse efectivos. Porque no cuentan con el derecho
social de reclamación para hacerlos efectivos, y porque el amparo
no es funcional, como lo es en el caso de las garantíasprocesales y
aún en el de las libertades.
Entonces advertimos que los derechos sociales señalados no
son reclamables y menos obtenibles, de maneraque quedan como
buenospropósitosquenocumpleel mandatario, a pesarde mandato
expreso. Estaes pa.rtede laeoastitnción incumplida y de la conse-
cuente ilegalidad.de la autoridad.

135
4. Derechos sociales derivados de la economía
Artículo 25. Derecho al 1) pleno ejercicio de la libertad y 2) la
dignidad del individuo y la sociedad. 3) Derecho a que el desarrollo
nacional sea integral, 4) fortalezca la soberanía de la nación y 5) su
régimen democrático. Del que deriva el mandato de la 1) rectoría
del desarrollo nacional, para que 2) mediante el fomento del creci-
miento económico y 3) el empleo, y 4) una más justa distribución
del ingreso y 5) la riqueza, 6) se logren los beneficios señalados al
comienzo. El mandato de 7) planear, 8) conducir, 9) coordinar y
10) orientar la actividad económica nacional, así como la 11)
regulación y 12) fomento que demande el interés general. En el 13)
marco de libertades de la constitución. 14) Proyecto nacional
derivado del pacto social y mandato, 15) de que para el desarrollo
económico haya una concurrencia mixta, con responsabilidad so-
cial. El mandato de 16) tener, de manera exclusiva, las áreas
estratégicas, manteniendo siempre la propiedad y el control de los
organismos. El mandato de 17) participar en las áreas prioritarias de
desarrollo, en las que tienen libertad de participar los sectores social
y privado. Mandato de 18) apoyar e impulsar a las empresas de esos
sectores, pero también de 19) imponerles "las modalidades que
dicte el interés público" como a la propiedad privada del artículo
27, y 20) el uso, en beneficio general, de los recursos productivos,
cuidando su conservación y el medio ambiente. El mandato de que
21) la ley establecerá los mecanismos que faciliten la organización
y expansión del sector social. Y el mandato de que 22) la ley
alentará y protegerá la actividad económica de los particulares, y
23) proveerá para que contribuya al desarrollo económico nacional
en los términos que establece la Constitución.
Artículo 26. Derecho a la 1) independencia y 2) democratiza-
ción política, 3) social y 4) cultural de la Nación. El mandato de 1)
organizar un sistema de planeación democrática del desarrollo
nacional, que 2) imprima solidez, 3) dinamismo, 4) permanencia y
5) equidad al crecimiento. 6) Pacto social de que los fines del proyecto
nacional se establecen en la Constitución. Mandato, de que 7) tales
fines detenninarán los objetivos de la planeación. Mandato y dere-

136
cho de que 8) la planeación será democrática, 9) recogerá las
aspiraciones y demandas de la sociedad, y 10) las incorporará al
plan y programas de desarrollo. Mandato de 11) hacer un plan
nacional de desarrollo al que 12) sujeteobligatoriamente los pro-
gramas del mandatario de la administración públicafederal. Man-
dato 13) a la ley y al 14) ejecutivo paraestablecer los procedimien-
tos de participación y derechoa consultapopulary 15) los criterios
para la formulación y 16) control y 17) evaluación del 18) plan y
19) programas, así como de los 20) órganos responsables (como
mandatarios), y 21) las bases de coordinación con las entidades
federativas (otros mandatarios), 22) así como que concierte e
induzca a los particulares. 23) Mandato al legislativo a intervenir
en el sistema de planeación.
Artículo 28. Pactosocialy derecho socialdequeno se permitan
prácticas monopólicas. Mandato 1) a que la ley castigue acapara-
mientosde artículosde consumonecesario, 2) o arreglos paraevitar
la libre competencia. Derecho de que no se perjudique al público
en general o alguna clase socialpor una ventajaexclusivaindebida
en favor de una o varias personas. Mandato y derechopara 3) fijar
precios máximosa productos de consumo necesario para la econo-
mía nacionalo 4) consumopopular. Mandato y derechospara 5) la
proteccióna los consumidores, y 6) evitarexcesivasintermediacio-
nes. El mandatariopúblicoejecutivo ejercerá 7) de manera exclu-
siva las áreas estratégicas de correos, telégrafosy radiotelegrafia;
petróleo y los demás hidrocarburos y la petroquímica básica; mi-
nerales radioactivos y generación de energía nuclear, electricidad
y lo que expresamente señalenlas leyes del Congreso. Mandato 8)
para las áreas prioritariasde comunicación vía satélite y ferrocarri-
les. El 9) mandato de rectoría en las áreas prioritarias, protege el
derecho social de seguridady soberanía de la nación(y con mayor
razón lo hará en las áreas estratégicas). Mandato para que 10) el
mandatario establezca organismos y empresas para actuar en las
áreas estratégicas y prioritarias. Mandato para 11) el banco central
autónomo, cuyo respectivo m.andatD es procurarla estabilidad del
poderadquisitivo. fortaleciendo elmandato de lectoria del desarro-

137
110 nacional. 12) Derecho de asociación para defensa de sus intere-
ses o del interés general de trabajadores o cooperativistas. 13)
Derecho de las necesidades públicas a ser consideradas por el
mandato legal, para derogar dichas autorizaciones. 14) Derechos
de autor. 15) Mandato para concesionar servicios públicos para
beneficiar el interés general, o 16) la explotación de bienes del
dominio de la Federación. 17) Derecho y mandato de utilización
social de los bienes, 18) y la eficacia de la prestación de servicios.
19) Mandato y derecho de subsidiar actividades prioritarias. 20)
Mandato para evaluar los resultados de subsidios, que no afecten
las finanzas de la nación.
4.1 Común denominador de mandatos.
Los articulos 25, 26 Y28 se refieren a un mandato de partici-
pación directa en la economía, en materia de rectoria del desarrollo
nacional, planeación democrática del mismo, manejo exclusivo de
las áreas estratégicas, intervención en áreas prioritarias, fomento
económico, protección del consumo y regulación del mercado de
consumos necesarios y para el propio desarrollo.
Los mandatos económicos y sociales son diversos y completa-
mentarios de la producción y el comercio, y el uso de recursos,
bienes y subsidios. El fomento del crecimiento económico y el
empleo, una más justa distribución del ingreso y la riqueza. Con-
currencia mixta con responsabilidad social. Imponer las modalida-
des que dicte el interés público, conservación de recursos y medio
ambiente. Imprimir solidez, dinamismo, permanencia y equidad al
crecimiento.
Mandato de protección al consumidor. Mandato para actuar ex-
clusivamente en áreas estratégicas y actuar en áreas prioritarias, etc.
4.2 Común denominador de fmalidad social.
Se establecen derechos sociales y derechos individuales de
bienesjurídicos protegidos que son los fmes del proyecto nacional:
El pleno ejercicio de la libertad Y la dignidad del individuo y la
sociedad. A un desarrollo nacional integral, que fortalezca la sobe-
ranía de la nación y su régimen democrático. Responsabilidad

138
social. Interéspúblico. Beneficio general, conservación de recursos
y medio ambiente. Derechoa la independencia y democratización
política, socialy culturalde la nación. Derechode que la planeación
recoja e incorpore las aspiraciones y demandas de la sociedad,
mediante consultapopular.Derechoa que no hayamonopoliosque
escondan productosy subansus precios. Derecho a la libre compe-
tencia. Derecho de no perjudicaral públicoen general o una clase
social. Derecho a precios máximosa productos de consumo nece-
sario. Derecho a la protección al consumidor. Derecho al manejo
exclusivo de áreasestratégicas, y a que se participe en áreas priorita-
rias. Derecho social de seguridad y soberania de laNación. Derecho
a que haya organismosy empresaspúblicas. Derechode asociación
en defensa del interésgeneral o de los intereses de trabajadores y
cooperativistas. Derecho a considerarlas necesidades públicas en
el marco legal. Derecho del interés general en las concesiones de
servicios públicos y explotación de bienes públicos. Derecho a la
utilización social de bienes y prestación eficiente de servicios
públicos, etc.
4.3 Advertencias.
Los artículos 25, 26 Y28 tratan de elementos económicos de
un pacto social para un proyecto nacional, señalando los fines del
mismo. Tales fines establecenmandatos. Los mandatoscrean obli-
gaciones para el mandatario público y derechos para el mandante
de la soberaníapopular, la sociedad. Pero también para los indivi-
duos que integrandichasociedad.Y asímismoestablecenderechos
de participación potencialde los particulares.
Todo mandato establece derechos y obligaciones. Obligacio-
nes para el mandatarioa quien el mandantesoberanoencomienda
el mandato, particularmente de actuación ejecutiva, pero también
de legislación. Y las obligaciones delmandatario, son derechos del
mandante soberano. Pero también sonderechos individuales de los
integrantes de la soberanía popular,en defensa de sus intereses o
del interésgeneral (artículo28). Estosson derechospúblicos.Pero
también se dan derechos privadosde libertad de participar volun-
tariamente en áreas y actividades.

139
En losartículos 25,26 Y28citados se mezclan derechos sociales
e individuales, libertades y mandatos con sus respectivas obliga-
ciones.Y parecenecesario diferenciarmás claramentelos fines del
proyecto nacional, producto de un pacto social y político, y los
medios de los mandatos. Y hacer más clara la correspondencia de
derechos y obligaciones.
4.4 Beneficio del pueblo.
El contenido de finalidad socialde los artículosde intervención
económicaes muynobley muyfavorecedor del interésgeneral. Por
lo que concuerdan plenamente con las disposiciones del artículo 39
y 41 sobre la soberaníapopularpara el beneficiodel propio pueblo.
Se tiene un régimen legal en términos sociales, que es un
verdadero acto de soberaníade un pueblo de 80% de pobres. Que
es una leyjusta, que buscalajusticiasocial,combatirla desigualdad
y la opresiónde los pobres, y establece mandatosclaros.
El proyecto social es para sacar de la pobreza a las grandes
mayorías, que en México sumanentre 70 y 80 millones de pobres,
por lo que éste es el principal problemanacional .
4.5 La constitución incumplida.
El problemaes que los mandatos establecidosno se cumplen.
En parte porque no se llevan a cabo por el mandatario, pero más
todavía porque no se llevan con las finalidades y los resultados
sociales establecidos como obligatorios por la ley suprema.
4.6 Nunca se ha cumplido el proyectosocial.
Salvo en momentos excepcionales, nunca se ha cumplido el
proyecto social constitucional. Y recordemos que es impropio
considerar tales preceptos como simplemente declarativos o pro-
positivos, cuando su inclusión legal les da la obligatoriedad de
mandatos. Se trata de órdenesjurídicas a la autoridad, que ésta no
cumple (y que por lo tanto la llevan a la ilegalidad).
Hay quienesargumentan que se trata tan solo de buenosdeseos,
pero que son irrealizables. Sin embargo, hay que advertir que no
sólo no se alcanzanlas metasestablecidas, sino que ni siquiera está

140
organizada la autoridad para cumplirlas; y así no es tan solo una
cuestión de grados de incumplimiento, sino de que no se toman
como criterios rectores de la actuación de las autoridades.
4.7 La autoridad-mandatario fuera de la ley.
El incumplimiento permanente del proyectosocialde la Cons-
titución hace que los sucesivos gobiernos sean ilegales. El incum-
plimientoconsuetudinario no exime de las responsabilidades de la
ley vigente. Y su falta de positividad (de acatamiento) no es un
fenómeno social sino político y juridico: la ilegalidad del sistema
político mexicano. Comotransgresor de la ley.
4.8 La historia.
El proyectosocialconstitucional si bien se deriva de la revolu-
ción social que comienzaen 1910 y se plasma en la Constitución
de 1917, noes retomado, a pesarde suobligatoriedad, por el sistema
político post-revolucionario; que promueve regímenes de gobierno
moderado en imagen, con demagogia de populistas, y realidad
encubiertade un conservadurismo en favordel capital,en términos
generales, salvo el periodode Lázaro Cárdenas, que fue un ensayo
de "revolución implementada". Mientras queantesse buscóla paci-
ficación para la estabilidad, y después la preservación de la estabi-
lidadpolíticay social, parala seguridad económica(elcontrol político
para la paz social y la inversión pública para el desarrollo econó-
mico). De lo cual fue ejemplo el desarrollo estabilizador.
Todo gobierno, del mismo sistema político reelecto sin inte-
rrupción, practicabael honrar a la revolución social. El Partido de
la Revolución Institucionalizada mantenía en alto las banderas
sociales, para que nadie pudiera tomarlas, pero en el mejor de los
casos, las seguía a discreción, y en el peor, las usaba de parapeto
para podervolver al caucecapitalista-liberal tradicional (devirtual-
mente todos Jos presidentes salvo Cárdenas y en mucho menor
medida Echeverría); o se usaba para mediar, dando un gasto social
para comprar la estabilidad políticaque requeríael "clima favora-
ble de inversión".
4.9 El meollo del problema
141
El proyecto social de la Constitución Mexicanaes lo mejor y
mástrascendente de todosutexto. Y si no se cumple,debe buscarse
la manera de hacerse exigible.
Estaes la cuestión más importante en términos no sólo legales,
sino pollticos y sociales, de México. El factor desencadenador.
y nunca se ha podidoresolver.
Porque el recurso de amparo se ha dirigido a la protecciónde
libertades individuales y no a la defensa de las garantías sociales.
El poder lo ha dirigido haciacuestiones individuales y no sociales,
por su menorcostopolítico, másque porunénfasisen el liberalismo
individualista. Pulverizando lasdemandas. Desintegrando la sociedad.
4.10 Recursos individuales.
En estos casos, los derechos individuales no son fácilmente
reclamables víael recurso de amparo. Y denuevose hace la pregunta
de ¿qué pasaría si todos los mexicanos buscaran ampararse frente
al incumplimiento de los artículos 30., 40., 123 Y 25, 26, 27 Y 28
por los mandatarios públicos?
4.11 Recursos sociales.
El problema mayor es que no existen recursos para que la
sociedaddemande el cumplimiento de tales derechos sociales.No
son exigibles. No existe el derecho de reclamación social.
4.12 El derechode reclamación social.
Es indispensable reformar la Constitución para establecer el
recurso paraque el pueblosoberanohaga exigible la obligaciónde
toda autoridad-mandatario de cumplirtodaley, y muy especialmen-
te la constitución, y dentrode ésta, su proyectosocial.
No existe el recurso adecuado para la sociedad. Pero para que
pueda demandar las protestas de legalidad, propias de un mandato
político-jurídico, debe establecerun recursofácil y funcional.
4.13 El derechomás importante de todos los derechos.
Si no se puede hacer exigible una obligación, no se puede
ejercer su correlativo derecho. Y sin esto no puede haber un Estado
de derecho. Más importante aúnque el derechoindividuala la vida,

142
es el derecho a hacer valertodos mis derechos. Estees el derecho
fundamental por excelencia, base del derecho a la legalidad.
4.14 La estrategiapolítica.
Antes que un nuevo congreso constituyente que reforme, para
corregir,muchospreceptos que lo requieren, es precisoguardar las
proporciones: Primerodebe hacerse valer el proyecto social de la
Constitución, por parte del pueblo mexicano, frente a la autoridad,
que lo tiene como mandato obligatorio.' Y una vez que lo logre,
entonces podrá llevar a cabo un nuevocongreso constituyente que
signifique un progreso, una mejora sustancial al régimen juridico
actual. ¿Puesde qué serviriamejoraruna constitución que no se va
a cumplir? ¿Una nueva constitución incumplida?
4.15 Conclusión.
Este eselaspecto clave de nuestra realidad. Hacer valer el derecho.
Algo tan aparentemente elemental y normal.
De esto depende todo lo demás en el país y su historia.
Simplemente se recuerda que no hay manera de garantizar
(artículo 25) que el Estado desempeñe la rectoría del desarrollo
nacional para fortalecer la soberanía y éste suspendala venta de
la petroquímica. O más todavía, que el mandatario cumpla con
permitir el pleno ejercicio de la dignidad de los 80 millones de
pobres, yen particulardelosindígenas delEZLN quetantodemandan
dignidad. O que permita el pleno ejercicio de la libertad, que fue
conculcada en Aguas Blancas hasta con el asesinato. ¿O cómo se
va a garantizar el régimen democrático, si el mandatario se resiste
a la reformapolítica y electoral después de 15meses de gobierno?
y cómo demandar el fomento del crecímiento (cuando el PIB fue
de -7 en 1995), el empleo (cuando de cada 4 está l desempleado),
o una justa distribución del ingreso y la riqueza(artículos25 y 27)
y equidad del crecimiento (artículo 26), cuando el neoliberalismo
del capitalismo salvaje extranjerizante lleva al país a favorecer a
unos pocos inversionistas que son los únicos que ganan y reciben
todas las facilidades, para estar entre los más ricos del mundo, y

143
que además hay intereses estratégicamente extranjeros, que ponen
en riesgo la independencia y soberanía.
En suma, la Constitución formalmente prohibe el neo-libera-
lismo, pero ¿cómo se puede ejercer ese derecho social frente al
autoritarismo capitalista-colonialista de Salinas y su prolongación
actual con Zedillo?
La Constitución formalmente está en favor del interés del
pueblo (de sus mayorías pobres), pero ¿cómo hacerla efectiva?

5. Derechos sociales derivados de la economía: el caso especial


del artículo 27
5.1 Fines y derechos sociales.
Pacto social y derechos de propiedad originaria de tierras y
aguas, mares territoriales. Utilidad pública. Interés público. Bene-
ficio social. Hacer una distribución equitativa de la riqueza pública,
cuidar su conservación, lograr el desarrollo equilibrado del país, y el
mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural y
urbana. El equilibrio ecológico. Intereses públicos internos. Evitar
acaparamiento de tierras, aguas y riquezas naturales en perjuicio
grave del interés público. Generar empleo y garantizar el bienestar
de la población campesina. Es de interés público la rama agrope-
cuaria.
La sociedad, y en su medida los individuos, tienen derechos
múltiples en tierras, aguas y recursos naturales. Desde la propiedad
privada, hasta la expropiación que requiera una causa de utilidad
pública, o de imposición de modalidades sociales a la propiedad
privada, o la explotación en beneficio social de recursos naturales,
de que ciertos de eUos sólo lo haga el mandatario público, regular
el uso de la tierra y.la urbanización. y antes de la reforma de Salinas,
en el sexenio anterior, había el derecho a la tierra de parte de los
campesinos organizados en comunas y ejidos.
5.2 Mandatos.
1) Constituir la propiedad privadatransmitiendo el dominio de
las tierras que correspondían a la Nación. 2) Expropiar por causa

144
de utilidad pública. 3) Imponer modalidades ala propiedad privada,
4) según el interés público. 5) Regular el aprovechamiento de
recursos naturales en beneficio social. 6) Planear y regular centros
de población, para preservar y restaurar el equilibrio ecológico. 7)
Dominio directo de los recursos naturales... el petróleo y todos los
carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos. 8) Establecer
reservas y suprimirlas. 9) Explotación directa del petróleo y carbu-
ros de hidrógeno. 10) Generar en exclusiva servicio público de
energía eléctrica. 11) Ejercer zona económica exclusiva de mar
territorial. 12) Regular el derecho de comuneros y ejidatarios sobre
la tierra. 13) Declarar nulos contratos de acaparamiento de tierras,
aguas y recursos naturales. 14) Promover las condiciones para el
desarrollo rural integral para 15) generar empleo y 16) garantizar
a la población campesina el bienestar, e 17) incorporarla en el
desarrollo nacional. 18) Fomentar la actividad agropecuaria y 19)
hacerla de interéspúblico (como los partidos políticos).
5.4 Relación con los artículos 25, 26 Y 28.
El artículo 27 establece, como consecuencia de un presunto
pacto social (que no fue tal en la privatización de la propiedad social
agraria, como lo demostró el levantamiento del EZLN en Chiapas),
un proyecto de Nación, en cuanto a la intervención directa en la
economía agrícola, forestal y de recursos naturales, aguas y tierras.
Se complementa con la participación pública en la industria, el
comercio y los servicios. Y así forman una unidad los 4 artículos.
Si bien se diferencian por las características tan especiales de la
tierra y el petróleo en la historia de México, que le dan una
connotación política distinta, de justicialismo socialista y naciona-
lismo revolucionario, y un régimen jundioo de excepción. No en
balde provienen de la guerra por la demanda campesina de tierra
y libertad, y de la expropiación de la intervención extranjera en
materia de Petróleo. A lo que se afiaden factores de expropiación
de los latifundios y el reparto agrario, así como la facultad de
expropiación selectiva que conserva la soberanía popular, y de
imponer modalidades a la propiedad privada. Este artículo 27 fue
y aún todavía sigue siendo el111ás radicalen materia de P,acto social
y proyecto de nación, de derechos sociales y mandatos públicos. Es

145
la máxima expansión del intervencionismo social en la economía
en favor de la redistribución social de los recursos naturales, y en
cuanto al nacionalismo de garantizar la seguridad e independencia
de la sociedad mexicana frente a la intervención extranjera. La
excepcionalidad de atentarcontra lapropiedadprivada cuando no
cumple un propósito de beneficio general, llegando al extremo de
la expropiación por causas sociales de distribución, o de seguridad
e independencia del país. El artículo 27 es la base de la herencia
social de la Revolución de 1910 en la Constitución de 1917. Sin
embargo su reciente reforma en materia agraria para la privatiza-
ción de la tierra ejidal y comunal y la suspensión del reparto agrario,
así como la intención de la venta de la petroquímica, han venido a
reducir su preeminencia, dejándolo como un precepto mixto, con-
fuso e incongruente. Lo han deformado los presidentes Salinas y
Zedillo, en su carácter de proyecto histórico del país. Y la sustitución
de proyecto nacional, al reformar la Constitución por el "constitu-
yente permanente", hasta cambiar los principios fundamentales,
consustanciales al proyecto original y por lo tanto considerados
inamovibles y derechos irrenunciables, fueron un despojo ilegal,
que marca especialmente a Salinas por haber dado un golpe de
estado constitucional.
5.5 Cambio de mandatos.
En virtud del cambio de sus mandatos, que nunca fueron
suficientemente cumplidos, en especial en materia del fomento a la
agricultura y la garantía del bienestar campesino y su integración
al desarrollo del país, se hareducido su significación en el beneficio
social. Pero la advertencia es que el cambiode mandato no fue un
acto de soberania de la voluntadgeneral. Y puede anularse.
5.6 Beneficio social.
Sus posibilidades actuales, si bien reducidas, siguen siendo
muy favorables al beneficio social:
5.7 Constitución incumplida.
Todos los fines sociales de que se hace gala en la redacción del
texto constitucional no son realmente perseguidos por el mandata-
rio público, o no lo son en términos prioritarios. Y la mejor muestra
es el desastre de la agricultura nacional, la miseria campesina y su

146
emigración, la desnacionalización de la industriapetrolera, la ine-
ficiencia social en el aprovechamiento de recursos naturales, la crisis
ecológica de devastación del medio ambiente, el caos en el desa-
rrollo urbano. Tal como si no existierael artículo 27.
5.8 Conclusiones.
Los fines sociales del artículo 27 son de lo más elevado.
Coincidían sin duda con las demandas de la voluntad general de
1917 en materia de tierra y de 1934-38 en materia del recurso
natural no renovable del petróleo. Su congruenciacon el artículo
39 era muy alta, como un destacadísimo acto de soberaníapopular.
Aún tal vez exagerado en materia de la expropiación y reparto
agrario, como medida amplia,más que la imposición de modalida-
des a la propiedad privada. Sus mandatos fueron radicales, pero
cumplidossólo parcialmente. Efectivamente se dió la expropiación
y el repartoagrario y la expropiación y nacionalización delpetróleo,
pero no se tuvieron los resultados socialesdeseados. Pues el bene-
ficio colectivo fue mucho menor del esperado y mandatado, en
buena medida por falta del propiomandatario(especialmente en la
agricultura ejidal por insuficientes apoyos). Los campesinos con
tierra siguieron siendo pobres, pero con la satisfacción de la tierra,
y el pueblo no tuvo los beneficiosque podíatener del petróleo(que
más bien los aprovechó el Gobierno) pero sí su independencia
energética.
Pero independientemente de los resultados, con su problema
de mandato, las finalidades eran deseadas por la voluntad general
y de indudablebeneficiode campesinos sin tierra,y de la sociedad,
en cuanto a qué significaba un pacto social distinto al del período
históricode Porfirio Díaz, y un consecuente diferente proyecto nacio-
nal. Además el artículo 27, más que casi cualquier otro precepto
constitucional,sí fue representativo de la voluntadgeneral, obteni-
da en la virtual consulta popular de las demandas revolucionarias
más sentidas. Y todavía sigue la demandaagraria.

6. Conclusión de cumplimiento
6.1 Los artículos que no se cumplen.
147
Lo que más resalta en este apartado es que las garantías sociales
no se cumplen, o casi. Son de los articulos más incumplidos de la
Constitución, en su consideración estrictamente social.
6.1.1 Los artículos 3, 4 Y123 por un lado y los artículos 25, 26,
27, Y28 por otro, expresan un proyecto social de Nación. Ambos
grupos son congruentes en que los valores sociales son muy eleva-
dos, dando prioridad a las necesidades colectivas de un pueblo muy
mayoritariamente pobre.
Estos 2 grupos tienen una consistencia muy clara con los
articulos 39, 40 Y41, que son los principios rectores de la Consti-
tución.
Pues son precisamente derivados de una voluntad general del
pueblo mayoritariamente pobre, que como soberano, decide en
favor de su propio beneficio. Y establece mandatos claros, con
finalidad precisa, sobre cuales son los resultados sociales que se
buscan con las encomiendas: salir de su pobreza.
6.1.2 El proyecto social de la Constitución no se cumple.
Esta es una conclusión alarmante: La Ley Suprema establece
un proyecto social de un pueblo soberano, que ejerce su soberanía
a través de las autoridades, a las que les da mandatos elevados en
materia de educación, salud, vivienda y trabajo, y en acciones de
rectoria del desarrollo, participación directa en la economía, pla-
neación democrática, de uso de recursos especialmente naturales,
y regulación comercial y protección al consumidor. Se imponen
modalidades que dicte el interés público a la misma propiedad
privada, que llegan hasta la expropiación (artículo 27), pero tam-
bién a la producción (articulo 25), al comercio (artículo 28), recur-
sos naturales y riqueza pública (articulo 27) y la utilización social
de los bienes (articulo 28).
6.2 Los articulos que se cumplen a medias.
6.2.1 Libertades.
En general México había sido un país de libertades individua-
les, por tradición. Pero si no las acata la autoridad, no es nada fácil
hacer exigibles las garantías individuales.

148
Las libertades de ocupación (artículo 50.) y manifestación de
ideas (articulo 60.) por ejemplo, tienen una tradición, aunque no
siempre se acatan. Pero para hacerlas exigibles se requiere acudir
al recurso de amparo, que es complejo, especializado y oneroso,
por lo que no todos tienen acceso a él. Además de quedar a
discrecióndel mandatario judicial el aceptar "conocer" del asunto,
y después decidir si "se ampara", con la suspensión del acto
reclamado. Y sobre todo sólo protege al solicitante y no cambia la
ley o acto. Esto es el sustento de una política jurídica equivocada
en que dapreftrencia al individuo sobre la sociedad, en vez de que
el individuono sólo persigasu propiointerés,sino el de la sociedad
en general. En lugar de promoverel interés particular por sobre el
social, debe favorecerse el de la sociedad, para el que sean coadyu-
vantes los individuos.
El amparo es un enfoque ami-soberanía nacional del pueblo
(artículo 107), porque no hay un recurso social complementario,
sino que es el único. y además se limita por los jueces.
6.2.2 Las garantías procesales.
Las garantíasde no aceptarfueros(artículo 13),dejuicio previo
(artículo 14),de extradiciónpolítica(articulo 15),de mandamiento
escrito de autoridad (artículo 16), de administración de justicia
(artículo 17), de límites a la prisión preventiva (artículo 18), de
detención (artículo 19),del proceso penal (artículo 20), de imposi-
ción de penas (artículo 21), penas infamantes (artículo 22), de
instancias(artículo23). A veces son cumplidas y cuando no lo son,
los que pueden acudir al amparo, a veces lo obtienen.
Sin embargo, los incumplimientos son frecuentes, y su impor-
tancia individual es fundamental, por la indefensión.
Se priva de la libertadsinjuicio por cualquierpoder autoritario
(artículo 14), el TLC es un tratado que altera las garantías consti-
tucionales (artículo 15), las autoridades que ejecutan órdenes de
aprehensiónfrecuentemente se tardanen ponerlosa disposicióndel
juez (artículo 16), o cuántas veces se molesta a una persona sin
mandamientode autoridadcompetente(artículo 16),o qué tanto se

149
cumple la garantía de que a toda personase le administre justicia
en formagratuita y expedita (artículo 17), o qué tanto las cárceles
son medios de readaptación social (artículo 18), la retención por
más de 48 horas por el ministerio público es común (artículo 16) o
de la autoridad judicial por 72 horas (artículo 19).
y todavíahay violaciones de garantíasprocesales más graves:
la privación de la vidaes unaciertapráctica, comola de las desapari-
ciones (articulo 14), entiempo de paz,miembros delejército imponen
prestaciones o las toman en el caso de los indígenas de Chiapas
(artículo 16), ni los tribunales son independientes ni se acaban de
ejecutarsus resoluciones (cuando haymilesde órdenesde aprehen-
sión sin ejecutar) (artículo 17), ahora sucedela persecución de los
delitos porel ejército (como en el casodelEZLN) y no delministerio
público(artículo21),la seguridad públicatambiénincluyeahora al
ejércitopor determinación de la SupremaCorte(artículo 21) en una
aberración constitucional.
6.3 El derecho a la justicia.
Frente a todo esto, el individuo tiene prohibido "ejercer vio-
lencia para reclamar su derecho" (artículo 17).
Pero sí puede pedir, a la propia autoridad infractora, siempre
que sea de manerapacíficay respetuosa (artículos 8 y 9).
O puedeprotestarpor un acto de autoridad, "si no se profieren
injuriascontraésta, ni se hiciere uso de violencias o amenazas para
intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee"
(artículo 9).
Así que el individuo tieneque mostraruna gran civilidadfrente
a la autoridadque le viola sus derechos humanos, llegando hasta la
muerte, en una ilógicadesproporción social,políticay jurídica.
Nuevamente, comoen el amparo, la conceptualización consti-
tucional es equivocada: no se trata de proteger como bien jurídico
a la autoridad sino al interés de la soberanía nacional del pueblo.
La seguridad pública debe concebirse como la seguridad del
pueblo no de la autoridad pública, ni del régimende gobierno.

150
Es el artículo 17 el que debe ser reformado cuando antes, para
establecer la manera funcional de "reclamar su derecho". y debe
ser frente a la impartición de justicia por tribunales, que sean
verdaderamente independientes, y actúen buscando la justicia como
valor social y no por arriba y superior al pueblo, porque su beneficio
y su voluntad general deben considerarse en la determinación de la
justicia, y no sólo los valores absolutos filosóficos. La impartición
de justicia es política y social, para lo cual usa como medio al
derecho. Pero no es simplemente una cuestión jurídica o de una
esotérica justicia. No es académica sino de came y hueso.
6.4 Correcciones necesarias.
El artículo 27 deberla reformarse de nuevo, pues no en balde
siguen los problemas y demandas agrarias. Se quiso enterrar polí-
ticamente el tema, por un mal gobernante que no daba crédito
alguno a la voluntad general, y debe volver a establecerse un
régimen, que sea más adecuado, para enfrentar nuestra realidad
indígena y del campo. Y seguramente debería precisarse aún más
el régimen jurídico especial, también como el agrario, del petróleo,
para revertir la venta de la petroquímica, parte esencial de la
industria del petróleo. y establecer un procedimiento de consulta
popular para la modificación de la clasificación de áreas estratégi-
cas y prioritarias. Ambos son consustanciales a un proyecto social
de Nación establecido en la ley constitucional.
Por otro lado, convendría ampliar el régimen de libertades y
derechos humanos: no es aceptable establecer la seguridad interior
o la seguridad pública a costa de implantar un régimen policial-mi-
litar, en que como dice la Corte, no tan Suprema, sea legal que el
ejército participe en labores de aseguramiento por las armas e
intimidación, "para evitar llegar a la suspensión de garantías"... ,
porque esto es precisamente lo que sucede cuando se declara dicha
suspensión que tiene un formal procedimiento, que ahora se "salta"
para ir directo a la intervención del ejército! Así que es fundamental
precisar y limitar con todo cuidado la intervención militar en
México. Y también la de la policía (artículos 16,21 Y 89-VI).
6.5 La constitución corregida.

151
Pero con éstos y algunos cambios más y añadiendo los aspectos
básicos de la división de poderes y el federalismo y aún el régimen
de responsabilidades, además del régimen de garantías individua-
les, así como los artículos 39, 41 Y40, se podría tener una consti-
tución política, producto de un pacto social de amplio consenso
político sobre un proyecto de nación, que fuera la voluntad general
sobre el bien general de los mexicanos, basados en la justicia.
y las disposiciones sobre la organización y operación de los
mandatarios ejecutivo, legislativo y judicial podrían establecerse
en una ley secundaria, como variables derivadas de la verdadera
forma de gobierno que seria la organización político-jurídica del
mandante. Más adelante retomaremos el tema. Sólo se adelanta que
el texto actual sobre estas disposiciones de organización y opera-
ción de mandatarios, ya no guarda la misma consistencia relativa
que la que hemos visto en materia de garantías.
6.6 La constitución cumplida
Así que el problema de los asuntos de garantías individuales
que se han examinado, no radica en su falta de congruencia en
general con la soberanía nacional del pueblo, sino en que no se
cumplen. Y en que no existen los recursos adecuados para hacer
exigible la ley.
y la constitución incumplida se refiere al corazón de la misma.
Es la parte más importante de toda la constitución, aunque sólo sea
menos de una tercera parte del articulado (ya considerando las
adiciones al Capítulo Primero). Pero son los principios rectores de
soberanía, justicia y mandato, junto con el de división de poderes
por función, nivel y ámbito, y las libertades y derechos fundamentales.
Se puede afirmar que la Constitución vigente, a pesar de todas
las contrarreformas y gracias a otras reformas favorables (como las
del capítulo económico en 1983 y el título cuarto de responsabili-
dades), es una ley justa en sus aspectos fundamentales, que son los
que hemos reseñado sintéticamente. Por lo que sólo requiere correc-
ciones selectivas, aunque importantes. Y en ese sentido, no proce-
de, como primera prioridad., un nuevo congreso constituyente para
reformarla, sino encontrar la solución para hacerla cumplir.

152
Esto de hacer cumplir la ley, de hacerla exigible, es una
cuestión crítica. Pareceria ser elemental y parte integral del con-
cepto de ley, pero cuando ésta no se cumple, entonces se vuelve un
aspecto más importante que la misma ley, que su contenido, y la
aceptabilidad de sus preceptos. ¿Pues de qué sirve una ley justa,
una ley buena, si no se cumple?

7. Los recursos para hacer valerlas garantías constitucionales


Introducción: Existe una extraña mezcla de recursos posibles,
el amparo, la averiguación de la Suprema Corte, responsabilidades
por actos en perjuicio de los intereses públicos fundamentales,
protesta y petición.
7.1 Vigencia de las garantías.
Todo individuo gozará de las garantías constitucionales, que
no podrán restringirse ni suspenderse sino en los casos que lamisma
ley establece (artículo lo.). la suspensión de garantías (artículo 29)
se da en casos excepcionales de invasión (extranjera se presume),
perturbación grave de la paz pública (que debe ser proporcional en
gravedad a la agresión externa), y de cualquier otro que ponga a la
sociedad en grave peligro o conflicto (tambiénproporcional a la nece-
sidad de defensa exterior). Y las condiciones son de temporalidad
limitada, prevenciones generales y de seguir un complejo procedi-
miento en que sólo el Presidente, de acuerdo con los Titulares (se
entiende que todos) de las Secretarías y Departamentos y el Procu-
rador de la República, y con aprobación del Congreso o Comisión
Permanente. Y así es una suspensión extraordinaria.
Así que la vigencia de las garantías se presume muy enfática-
mente corno permanente salvo muy marcadas excepciones. Pero sí
para que no se apliquen las garantías individuales se requiere un
caso muy fuera de lo normal, para que las garantías seanfuncio-
nales en caso de falta de cumplimiento espontáneo de la autoridad,
la situación se torna dificil corno veremos a continuación.
7.2 El juicio de amparo (artículo 107).
El poder judicial (o más bien dicho el mandatario judicial)
conocerá de las controversias por leyes o aetos de autoridad que
violen las garantías individuales (artículo 103). Pero sus lirnitaeio-

153
nes son socialmente negativas: 1) se sigue sólo a instancia de parte
agraviada, 2) la autoridad judicial decide por sí misma si se es parte
agraviada, por tener "interés jurídico directo", 3) la sentencia sólo
ampara y protege al individuo sobre la queja concreta sin hacer una
declaración general. Esto quiere decir que quien no reclama un acto
de autoridad, no tiene derecho a ser protegido, por lo que los más
ignorantes e iletrados, los más pobres e indefensos (los más humil-
des y necesitados), que no saben o no pueden elaborar o pagar por
elaborar un amparo, no podrán tener el mismo tratamiento judicial
que losgruposfavorecidos, que además toman la iniciativay el esfuerzo
y gasto de reclamar. Y la sentencia no cambia la ley ni el acto
inconstitucional, por lo que sigue agravando a los demás, lo que
implica la defensa de intereses particulares, pero no del interés
general (la defensa del interés propio, no coadyuva a la defensa del
interés de todos, en una conttavención a la "mano escondida" de
Adam Smith). y la autoridad judicial decide discrecionalmente si
hay interés jurídico, lo que significa que a los individuos, sin
importar su nivel de agravio, no se les reconozca interésjurídico en
pedir amparo en relación a las garantías sociales de los artículos 3,
4 y 123 (mismo que también conlleva unagarantia, aunque no esté
en el título primero), ni las garantías sociales de los artículos 25,
26, 27 Y 28, ni las garantías constitucionales que se desprenden de
todos los artículos del 30 al 136, en cuanto a que todos derívan
derechos de todos los mandatos públicos constitucionales. Y tam-
bién la autoridadjudicial ha practicado dificultar el recurso de amparo
haciéndolo de estricto derecho, sin suplir deficiencias de la queja, y
decidiendo los "actos de autoridad" impugnables, separándolos arti-
ficiosamente de los "actos del Ejecutivo".
7.3 Averiguación de violación grave de algunagarantia indivi-
dual y de la violación de la garantía del voto público (artículo 97,
20. y 30. párrafo y artículos 35 y 41, y 70.-IV de la Ley de Responsa-
bilidades).
La Suprema Corte tiene facultad discrecional de juzgar cuando
es conveniente llevarla a cabo, o lo pidan otros órganos públicos,
como el "Ejecutivo Federal, o alguna de las Cámaras. . . o el
Gobernador de algún Estado. . .". Muy recientemente, la misma
Corte ha cambiado la tesis de que cuando se lo pida una parte

154
"autorizada" debe llevar a cabo la investigación, a que también
cuando se lo pidan, puede decidir por sí misma si es procedente
(con base en la petición del Ejecutivo sobre Aguas Blancas).
Lo que resulta piedra de escándalo es que quienes sufran tan
grave violaciónen sus garantíasindividuales (como los deudos del
68, los indígenas del EZLN y las viudas de Aguas Blancas), no
tienen, según el legislador, derecho a pedirle a la Cortela averigua-
ción. Ni siquierala soberaníapopular, o quienespuedansolicitarla
en su nombre, y en busca del interés general.
Esta es una aberración que se repite en el articulo 105 sobre la
supuesta facultad de control constitucional de la Suprema Corte,
que deba conocer de controversias constitucionales, sólo que lo
soliciten órganos y niveles de gobierno, o minorías legislativas,
pero que tampoco otorganderecho a la soberanasociedad, ni a los
individuos que actúencomo coadyuvantes del interésgeneral,para
plantear una controversiaconstitucional, cuandoa quien afecta la
inconstitucionalidad, por el incumplimiento del mandato político,
es al propio mandantede la soberaníapopular, y a todos y cada uno
de los individuos que la integran (aunque puedaser más a unosque
a otros). El caso de la inconstitucionalidad de la venta de las 67
plantas petroquímicas en 1996, es patente.
7.4 Juiciopolíticopor perjuicio a intereses públicos fundamen-
tales (artículo 109).
Se dice en el preceptoque "cualquier ciudadano, bajo su más
estricta responsabilidad y mediante la presentación de elementos
de prueba, podrá formular denuncia antela Cámara de Diputados...
respecto de las conductas a que se refiereeste artículo" (de respon-
sabilidades políticas, penales y administrativas). Y el artículo 70.
de la Ley Federal de Responsabilidades señala en su fracción I1I,
que redundan en perjuicio de los intereses públicos fundamentales
y su buen despacho, las violaciones graves y sistemáticas a las
garantías individuales, y añade "o sociales".
Es necesarioprecisarque seusauna formade decirinapropiada
por el legislador, al considerar que las violaciones de garantías
"redundan en perjuicio de los intereses públicos fundamentales",
cuando es más bien que redundan enperjuicio de los intereses de
la soberania popular en el beneficio colectivo. Y menos aun, que

155
redundan en el "buen despacho" de los intereses públicos funda-
mentales. Pues los intereses de la soberaníapopular no se "despa-
chan" sino que se cumplensus mandatos. Y los intereses públicos
no son los del gobierno y su operación, sino los del pueblo. Los
intereses fundamentales del pueblo.
El restode las fracciones del citadoartículo 70. muestrael error
de no considerar garantías individuales y sociales a los derechos
políticos de defensa del ataque a las instituciones democráticas
(fracción 1), del ataque a la forma de gobierno republicano, repre-
sentativo, federal (fracción 11), del ataquea la libertad de sufragio
(fracción IV), y de las infracciones a la constitución que causen
perjuicios graves a la sociedad (fracción VI y VII), nuevamente
olvidandoque el incumplimiento constitucional y legal va en contra
de los mandatosde la soberaníapopulary sus derechosde exigir el
cumplimiento de los mismos;ademásde su seguridadjurídica y la
de sus integrantes, contraviniendo lasprotestas de ley (con altoconte-
nido político), y las obligaciones administrativas de legalidad (ar-
tículo 113), pero sobretodo la obligación general de legalidad
(articulo 133). Además, todo el régimen de responsabilidades del
Título Cuarto debe incluirse dentro del régimen de garantías indi-
viduales y sociales.
La funcionalidad del recurso de exigir responsabilidades per-
sonalísimasal servidorpúblicoque violelas garantíasindividuales,
acudiendoa la Cámarade Diputados y siguiendo un proceso dificil
y complejo, es casi nula, en un sistema de partido de Estado.
Además de que es un procedimiento inadecuado para el propósito
de defensa del individuo, que debe aportar elementos de prueba.
Lo único positivodel articulo 7 fracción III es que da pie a la
reclamación de garantías sociales, sólo que cualquier autoridad
puede impugnar que éstas no se consideran en la Constitución, y
que además no hay procedimiento para que "cualquier ciudadano"
reclame una garantía social. Pero ese debe ser el camino.
7.5 Comisiones de Derechos Humanos (artículo 102 aparta-
do "B").
Las limitaciones y disfuncionalidades del juicio de amparo
como defensa, recurso y protección de las garantías individuales,
han propiciado la creaciónde estas comisiones. Pero sólo conocen

IS6
de quejas en contrade actos u omisiones de naturaleza administra-
tiva provenientes de autoridad pública. Lo que obviamente los
limita a no reclamar leyes y autoridades judiciales, laborales y
electorales (y la impugnación de sus fraudes). Y sólo formularán
recomendaciones públicas autónomas, y denuncias y quejas ante
las autoridades. Esto es, los individuos integrantes de la soberanía
popular, acuden a un órgano público mandatario, para que éste
presente quejasy recomendaciones a una autoridad que ha violado
lasgarantíasindividuales (quesonlosderechos humanos queotorga
el ordenjurídico mexicano). Y tal autoridad debe contestarle.
El individuo que ve violadas susgarantíaspor un actoadminis-
trativode autoridad, en lugarde ira un tercero, mandatario judicial,
paraqueobligueal mandatario transgresor a detenersutransgresión
y acatar el mandato constitucional que le da el pueblo soberano;
recurrea otroórganopúblico paraqueéstesequejeantelaautoridad
citada y le haga recomendaciones, que la mismaautoridad no está
obligada a cumplir. Virtualmente como un coadyuvante del dere-
cho de peticióndel artículo 80.
Si bien es una figuraauxiliarque presta un apoyo y servicioa
los individuos, en aspectos tan importantes comoel respeto a la vida
e integridad,y en contrade la torturay la impunidad pública, no es
el recursojurídico requerido. Pues éste necesita obligatoriamente
otorgar recursosfuncionales de reclamación del individuo, a nom-
bre propio y de la colectividad, frente a una autoridad que no sea
juez y parte,y exijalacorrección de ladesviación y el cumplimiento
obligatoriode la ley. Y no que otra autoridad ejerza un sui generis
derecho de petición, a nombre del agraviado, frente a la propia
autoridad agraviante. No queda que la soberanía nacional busque
quien pida por ella y sus integrantes, sino la reclamación judicial
del acatamiento de la leye imposición de penasporincumplimiento
de responsabilidades. Su ventajamayor es la economíaprocesal.
7.6 El derechode petición (artículos 80. y 90.).
Qué desproporcionado recurso es el derecho del individuo o
grupo, reunióno asociación, de pedirle por escritorespetuosamente
a los mandatariospúblicos. Tal vez pedirleque cumplan. con la ley
y que no violen las garantías individuales o sociales. Y el transgre-

157
sor de la ley será juez y parte frente a la debilidad del individuo.
Cuando tal individuo es integrante de la soberanía popular, y en su
caso nacional.
¿ Cómo se ve el derecho de petición frente a la soberanía
nacional del pueblo? ¿Cómo se ven los artículos 8 y 9 frente al39?
y desde el punto de vista del mandato, ¿cómo se ve que el
mandante le pida al mandatario, por escrito y muy respetuosamente,
que cumpla con el mandato a que está obligado? Ya que el man-
dante no es el que manda, sino el que ruega. Y el mandatario no es
el que obedece, sino el que tal vez conteste una petición comedida,
a su unilateral discresión, "lo que quiera" (así que la "industria de
la petición" que no de "reclamación" es deplorable).
El derecho de petición es la deformación política, cuando el
derecho del mandante, como tal y como soberanía nacional (en su
caso) es el de mandar y reclamar el cumplimiento, y exigir respon-
sabilidades, rendición de cuentas, y en su caso, el castigo. Hay un
trastocamiento de papeles monumental, pues el que debe mandar,
tiene que pedir, y el que debe obedecer y cumplir, es el que da, a
su entero criterio e imperio.
Es cierto que se puede usar el recurso de petición como argucia
jurídica, por ejemplo para pedirle a la Suprema Corte que decida si
averigua, a su discreción, sobre una grave violación de garantías.
Pero el procedimiento, desesperado por las circunstancias jurídicas
adversas, deforma el deber ser, en que deben prevalecer los actos
de soberanía y el mandato político.
El que manda no pide al que encarga sino le ordena, y le exige
y lo obliga. Y el encargado, obedece y no atiende, en el mejor de
los casos, peticiones.
Los artículos 80. y 90. en cuanto al derecho de petición son una
vergüenza política-jurídico que debe sustituirse con el derecho de
reclamación, no sólo individual sino también social.
7.7 El derecho de protesta (artículo 90.).
El caso es parecido. Lo que le queda a la soberanía popular es
una reunión o asamblea que manifieste una protesta por un acto de
autoridad. Como el derecho a quejarse, al pataleo, frente a la imposi-

158
bilidad de cambiar o corregir. Cuando a la soberanía le corresponde
reclamar el cumplimiento del mandato legal y exigir el castigo.
No se trata de protestar y de pedir como muestra de la debilidad
del individuo y los grupos frente a la autoridad. Protestas, quejas,
marchas y manifestaciones, todas son desahogo frente a la impo-
tencia de cambiar y enderezar. Y peticiones bajo la tónica de que
"el pedir no cuesta nada, el dar es lo que aniquila". Pedir como
plegaria, como hacer brotar los sentimientos de piedad, generosidad
y tolerancia del poder. Petición y protesta sin fuerza legal. Mientras
que el contestar, no digamos el dar, es una concesión como un acto
de poder. En una relacióndel más pequeño y humilde,que en realidad
es el soberano, frente al más grande y poderoso, que en realidad es el
servidor. Los papeles se intercambian.
Esto deforma todo el deber ser social: la soberanía manda y
reclama, y castiga. No protesta y pide. El mandante exige al
mandatario, no le protesta y ruega.
El derecho de protesta es también una vergüenza para el régi-
men jurídico constitucional mexicano. Es inadmisible y debe ajus-
tarse a la filosofia política de la soberanía popular y el mandato
político. La teoría política de estos preceptos actuales de la consti-
tución es afrentosa socialmente.
7.8 El derecho de reclamación.
El artículo 17 apunta que existe un derecho de reclamar los
derechos de las personas, para lo cual no debe ni necesita ejercer
violencia. Porque existe el derecho a la justicia, a que se la admi-
nistren tribunales, que deben ser independientes y ejecutar plena-
mente sus resoluciones.
Este artículo debe reformarse para establecer el derecho de
reclamación de todas las garantías constitucionales. Para que el
individuo por interés propio y coadyuvando al interés general pueda
demandar el poderjudicial que haga justicia, obligando al cumpli-
miento del derecho, que formaliza los mandatos de la soberanía
popular, a los mandatarios públicos. Cualquiera tiene derecho a
reclamar que la autoridad cumpla la ley. Y el mandatario judicial

159
debe ejercer su autoridad para la función de justicia, que requiere
como condición necesaria, hacer cumplir la ley. Pues si la justicia
va más allá de la ley, para la equidad del caso concreto, no puede
estar sin la ley. Lafimción de justicia exige antes que nada hacer
cumplir la ley.
La redacción actual debe hacerse consistente con los principios
rectores de soberanía popular, justicia y mandato político, como se
ha visto.

8. Conclusión general de garantías


La versión actual de libertades (articulos 1,2,3,4,5,6,7, 10,
11,12,24), garantías procesales (articulos 13, 14, 15, 16, 17, 18,
19, 20, 21, 22, 23), derechos políticos (articulo s 8, 9, 35, 41),
derechos sociales y obligaciones económicas (artículos 30., 40.,
123 Y 25, 26, 27, 28), junto con los principios rectores (artículos
39,40,41), podrían ser toda la constitución. En un ordenamiento
congruente entre todas sus partes, en cuanto a finalidades y medios
(mandatos). Debiendo añadir, reformado y corregido, el régimen
de responsabilidades.
También deberían corregirse los siguientes: El artículo 17 para
establecer el derecho de reclamación social e individual, de todos
los derechos anteriores. Lo que modificaría el recurso de amparo
del artículo 107, en su filosofia y operación, para hacerlo medio de
la soberanía del pueblo en un mandato jurídico-político. Y por
supuesto los artículos 8 y 9.
Los derechos políticos deberían también ajustarse, incluyendo
los del artículo 70. de la Ley de Responsabilidades y precisando las
necesidades para la organización de mandatos (artículos 40, 41,35,
8 Y9): la representatividad sólo en función de mandatos, para que
las autoridades y partidos políticos asuman su papel de mandatarios
(Ver anexo 1 del Capítulo 11).

160
ANEXO!

COMENTARIOS ADICIONALES

l. Lo primero que sobresale es el "tono" de lostérminos utiliza-


dos,puestoquegarantías serefiere aseguridades másquea derechos,
y se especifica que son individuales cuando debieran ser también
del pueblo. Esto es, la soberaníadel pueblo debe hacer que sea el
mismo pueblo el que tenga las seguridades, y no únicamente los
individuos, y más quegarantías, el pueblodebetenerderechos. Esto
se apreciamayormente, al considerarel recursodejuicio de amparo
del artículo 107, que denotauna referencia a una protección por un
acto de actode autoridaddelque se queja,cuandoel soberano más
que proteccton tiene derechos, y el soberano es el pueblo y no el
individuo, aunque esté integrado por éstos.
De tal forma,que el Capítulo deberíallamarse "de losderechos
del pueblo soberano y de sus integrantes individuales".
2. Para el mandatopolíticodel pueblo, es tan importante el fin
y el fondo, como el medio y la forma, toda vez que los excesos y
abusos en el ejercicio del poder del mandatario, que perjudican el
bienestar del pueblo, provienen de las dos causas. Pero también
tiene el pueblo derechoscomo soberano nacional y no sólo por ser
mandante.Derechospor ser (por loquees) y no sólopor su función
en una correlación jurídica. Y comoderecho del soberano, todos los
demás deben reconocerle supremacía y respetarlo. Y tal respeto le
proporcionaseguridadjurídica.
Por lo que pueden considerarse como las garantias para el
ejercicio de los derechos del pueblosoberano, que éste le impone
a los mandatarios. .

161
ocomo los recursos que establece el pueblo soberano al
mandatario, para garantizar el debido ejercicio de sus derechos
como mandante. Y sus derechos de seguridad jurídica urbi et orbi
como soberano nacional. Y la consecuencia crucial es que las
garantías individualizadas y personalísimas se convierten en dere-
chos sociales.
2.1 El derecho de reclamación social significa que la sociedad
tiene la facultad de exigir el cumplimiento del mandato establecido
en la ley, a los mandatarios a quienes se dota del poder de la
autoridad, de las fuerzas del orden, de la posibilidad de obtener
recursos financieros, materiales y humanos y de actuar dentro de la
sociedad.
2.2 En términos elementales esto significa que cualquier per-
sona o personas puedan exigir de cualquier mandatario el cumpli-
miento-de la ley, en nombre de la soberanía popular. En su calidad
de mandante y en su calidadde parte integrantede la mismasoberanía.
Lo que será obvio en cualquier caso de violación patente de la ley.
Comenzando por el patente incumplimiento constitucional.
Tal derecho de reclamación de la sociedad se podrá ejercer
frente al mandatario incumplido. Y en caso de no corregir su falta
patente, se podrá acudir al mandatariojudicial para que obligue al
mandatario incumplido a acatar la ley.
2.3 En el caso de que la transgresión legal no sea patente, pero
sea grave el perjuicio a la sociedad, cualquier persona o personas
podrán demandar del mandatario judicial que juzgue si procede
analizar y calificar la supuesta transgresión legal. Y en su caso
asignar responsabilidades y/o sanciones por el incumplimiento,
según su importancia y la gravedad del perjuicio a la sociedad.
2.4 En lugar de que para que '''la Nación os lo demande" al
mandatario pornocumpliry hacercumplirla leyen favorde la sociedad,
lo tenga que hacer otro mandatario, aún con una función distinta,
es más lógico que sea el agraviado el que actúe a nombre de la
Nación, y el agraviado es el pueblo soberano mandante. En cuyo
nombre pueden reclamar los individuos que integran el pueblo.

162
Losqueporsupuesto tienen interésjurídico, porque el bienjuridico
de la soberanía popular, en su voluntadgeneral para el bien común,
es de todos ya todos interesa. Lo que echa abajo la tesis de la
Suprema Corte en relación al recurso del artículo 97 en el caso de
Aguas Blancas, de que sólo tienen personalidadjurídica acreditada
y válida los propios órganospúblicos, dejando fuera al pueblo y los
individuos por carecer de ella, aunque ellos sean los agraviados
(particularmente las propias viudas), y sea el pueblo el soberano
nacional.
La suposición de que los individuosno tienen "interés juridi-
co" en que se cumplan las leyes, que como mandato dicta o elige
la soberanía del pueblo, para el beneficiogeneral, esto es, de todos
los individuos,es verdaderamente escandalosae inaceptable.Tanto
como suponerque mejor defiende el interésde todos los mandantes,
un mandatario, que los propios individuos que forman parte de la
soberanía del pueblo, que es el mandantey son los agraviados. Que
mejor es el representante que el representado. Por el contrario, el
pueblo mandante tiene derecho a reclamar el cumplimiento de la
ley al mandatario,perotambién los individuosque suplenal pueblo,
que no puede hacerlo en su totalidad, pero que más que actuar en
su nombre, lo hagan en su interés y beneficio. Son coadyuvantes
del pueblo los que actúan en su provecho. Esta es la deseable
participación social: el mandante supervisandoal mandatario.
2.5 y la única restricción a la capacidad de reclamación, será
que sea calificada por la autoridad judicial la importancia del
perjuicio al interésgeneral, o del incumplimiento legal no corregido
por el mandatario impugnado, al que hay que reclamar primero
directamente. Y en caso de desecharla indebidamente, los propios
jueces puedan ser demandados por responsabilidades.
2.6 Si bien será necesario depurar los procedimientos, 10 que
es indudable es que el pueblo tiene derecho a que se cumpla la
constitución, por quien debe hacerla cumplir también y que para el
beneficio del pueblo, lo reclame cualquier persona. Porque todos
tenemos derecho a demandar el bien jurídico del bienestar colec-
tivo, no sólo el pueblo total, o los órganos públicos.

163
3. Garantías y derecho de reclamación social

Es fundamental la determinación política de los derechos y


garantías del pueblo y el individuo, y establecer sus recursos funcio-
nales de exigibilidad de tales derechos, sin los cuales carecen de
sentido. Una ley que no se puede hacer cumplir es como un rifle de
palo.
3.1 Garantías según el texto expreso constitucional.
De manera expresa, la Constitución considera garantías indivi-
duales del artículo lo. al 29. Sin embargo también se consideran
garantías individuales en la práctica judicial el artículo 123 y el 31
para efectos fiscales. Y se consideran garantías individuales los
artículos 25, 26, 27 Y 28, que sobre todo son garantías sociales.
3.2 Funcionalidad de la exigibilidad.
Enprincipio sólo estos derechos son reclamables por el recurso
de amparo. Y su funcionalidad es relativa y desigual, porque la
autoridad judicial ha puesto obstáculos a su fácil acceso, por su
nivel de complejidad y especialidad en la materia en un proceso de
estricto derecho, no supletorio ni interpretado en favor del indivi-
duo, por su necesidad de probar y comprobar, por su decisión
discrecional de quien tiene "interés jurídico", derivado de un bien
jurídico a proteger, por su decisión unilateral sobre si el quejoso
tiene agravio directo y personalísimo, y por su arbitraria interpre-
tación de cuales son "actos de autoridad" y cuales actos del
ejecutivo no lo son (como los actos administrativos o de gestión,
como "actos u omisiones de naturaleza administrativa", materia de
la Comisión de Derechos Humanos).
3.3 Exigibilidad.
Así que la exigibilidad de las garantías individuales es dificil,
disfuncionaI y a veces imposible. La mejor prueba de ello es la
creación y proliferación de las comisiones de derechos humanos.
Pero es nula en el caso de las garantías sociales de los artículos 25,
26,27 Y 28. Y también en buena medida, en el caso de los artículos
30., 40. Y 123, de otras garantías sociales.

164
3.4 Reconsideración de las garantías.
Más adelante se argumentará la lógica jurídica de considerar a
todos los preceptos constitucionales como derechos y garantías del
individuo yel pueblo, y no sólo a los contenidos en los 29 artículos
expresamente señalados.
3.5 Nuevo problema de exigibilidad.
La cuestión será, que si en la actualidad la exigibilidad de los
derechos y garantías individuales no es adecuada ni suficiente, al
ampliar los "bienes jurídicos a proteger", se incrementaráelproble-
ma de la exigibtltdadde las garantías constitucionales.
3.6 Alarma,
Cuando se advierte el nivel de indefensión de los mexicanos
frente a los actos de autoridad, cualquiera que éstos sean, se
desarrolla una gran preocupación social. Pues ¿qué recursos tene-
mos frente a la decisión presidencial de nacionalizar o privatizar
los bancos, privatizar el petróleo, privatizar el sector paraestatal,
cambiar el proyecto de nación, cambiar la constitución, firmar las
condiciones desventajosas del TLC, las del crédito de 51 mil
mílIones de dólares, las de no hacer la reforma electoral, las del
fraude de Madrazo en Tabasco y el gasto de campaña de 70 millones
de dólares, las de las matanzas de TIaltelolco o Aguas Blancas, las de
la conspiración para asesinar a Colosio? Si el presidente decidiera
vender a los japoneses la Península de Baja California, ¿cómo
podrían los mexicanos impedirlo mediante recursos legales? No
existen. Esto más que escándalo es la tragedia política y social de
México.
3.7 Exigibilidad.
La cuestión se clarifica. lo. se requiere la aceptación de que
toda la constitución es un compendio de garantías, 20. para el
pueblo soberano y sus integrantes individuales, 30. y cuando vea-
mos que los mexicanos tienen, digamos unas 500 garantías conte-
nidas en 136 preceptos, 40. entonces debernos reformar la consti-
tución para hacer que todos los artículos sean consistentes con los
principios rectores constitucionales de la soberanía popular y el

165
mandato político, 50. y establecer los recursos de exigibilidad más
convenientes y funcionales, 60. para el derecho de reclamación
social.
3.8 Conclusiones.
Incrementar el concepto de garantías es esencial y elemental a
la vez. ¿Cuál si no, seria el propósito de la soberanía nacional del
pueblo en establecer su voluntad general para el beneficio colectivo
en la constitución? Obviamente es para darle recursos y defensas
de exigibilidad al soberano mandante. En toda la constitución y no
sólo en una parte, porque carece de toda lógica jurídica que la
soberanía se exprese sólo para unas cosas y otras no. Por lo que
toda la constitución es una garantía, porque toda es mandato.
Pero ésta de nada vale, si solo es declarativa, sino que tiene que
ser exigible. Y el amparo no ha sido funcional ni suficiente. Por lo
que debe establecerse el requerido recurso de reclamación social
para eliminar el crimen de Estado del régimen de la indefensión
social e individual frente al mandatario público. Un mandatario
domina y subyuga a toda la Nación mexicana. Un servidor es el que
manda. En un trastocamiento de roles y valores (como en el caso
del policía delincuente).
Cuando cualquier mexicano debe poder reclamarle a cualquier
autoridad el cumplimiento de la ley, y emplazarla en un plazo
perentorio a hacerlo, después del cual se acudirá a la exigibilidad
de tal cumplimiento, frente al mandatario judicial, en un recurso
fácil y funcional en favor del pueblo y el individuo.

166
ANEXOIl

CASO EJEMPLIFICATIVO:
LA VENTA DE LAS PETROQUÍMICAS

El presidente Ernesto Zedillo lleva a cabo el proceso para la


venta de las plantas petroquímicas en marzo de 1996, bajo el
argumento de que son petroquímica secundaria, que no protege
expresamente la constitución.
La verdad es que si el artículo 27 establece que "el petróleo y
todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos" son
del dominiodirecto de laNacton', que es inalienable e imprescrip-
tible, y sobre el que no se otorgarán concesiones ni contratos y la
Nación llevará a cabo directamente su explotación; el artículo 28
determinaquejunto con los citados"petróleo y demás hidrocarbu-
ros", se añada la petroquimtca básica, como área estratégica que
el Estado ejerzade manera exclusiva, para lo cual según el artículo
25, mantendrá siempre el Gobierno Federal la propiedad y el control
sobre los organismosqueseestablezcan, y que segúnel artículo28,
requiera para el eficaz manejodel área estratégicaa su cargo.
I Dominio de la Nación (dominiodirecto):
No sólo significa que "la Nación llevaráa cabo la explotaciónde esos productos", en
exclusiva y por lo tanto no se otorgaranconcesionesa los particulares.Esta es tan solo una
posibilidad. Pero también pueden darse concesiones a los particulares y seguir siendo de
dominio de la Nación. Asi que el sentido especificodel término de dominio de la Nación
más bien tiene que ver con que ciertos recursoe naturalesson de competencia,jurisdicción,
control e imperiopermanente de la Nación.O más biendel pueblonacional Aunquea unos
de ellos los explota directamente y otros DO. Por Jo que hay solo un nivel de régimen de
dominio directo de la NaciÓII, aunquehaya 2 nivelesde operacióne intervención directa del
gobierno.

167
Se observaque existeuna diferenciación en materiade la rama
o industria del petróleo: el mismo petróleo, que es una mezcla de
hidrocarburos, y todos loshidrocarburos por separado, son dominio
directode la Naciónademás de tener el régimen de área estratégica.
Eldominio directo se usaporlaConstitución paraenfatizar el carácter
de nacional,comoalgo intocable, por su historia políticade expro-
piación del recurso y la industriadel petróleo. La nacionalización
política le otorga un régimen jurídico de excepción.
Mientras que la siguiente etapa del proceso (del crudo como
mezcla de hidrocarburos y loshidrocarburos desagregados), quees
la petroquimica, tiene un régimen constitucional menos rígido: es
"tan solo" un área estratégica ya no de dominio directo de la
Nación, pero que sólo el Estadodesempeñade manera exclusiva.
Esto es en cuanto a la petroquímica básica, porque se implica
que la no básicao derivadoo secundaria, es un área prioritaria, que
puede compartirse con el sector privado. Pero dice el artículo 28,
que "el Estado al ejercer en ellas su rectoría, protege la seguridad
y la soberanía de la Nación, y al otorgar concesiones o permisos
mantendrá o establecerá el dominio de las respectivas vías de
comunicación de acuerdo conlas leyesde la materia" (refiriéndose
a la comunicación vía satélite y losferrocarriles). Lo que supondría
que para las áreas estratégicas, por mayoría de razón, se aplicaría
con más intensidad. Aunqueno sean de "dominio directo".
Todo esto lleva a considerar que 1. el petróleo y todos los
hidrocarburos tienen régimen constitucional de dominiodirectode
la Nación y de áreaestratégicaa cargoexclusivodel sectorpúblico.
2. la petroquímica básicaes áreaestratégicaque el Estado ejerceen
exclusiva,manteniendo el GobiernoFederalla propiedad y control
permanente, y 3. la petroquímica secundaria o derivado tiene el
régimen de área prioritaria del desarrollo, en la que de hecho
participa el Gobierno Federal para impulsar y organizar, y lo ha
hecho y virtualmente sólo, pero puede participar con los sectores
social y privado, considerando que al ejercer su rectoría protege la
seguridad y soberaníade la Nación.
El problemase presentacuandoel poder ejecutivo,o más bien
el mandatario-autoridad administrativa interpretaequivocadamen-

168
te el término constitucional de petroquímica básica, y discrecional-
mente le va cambiando el contenido, mediante un proceso adminis-
trativo de "reclasificación". En forma tal que pasa de una lista de
más de 70 productos a otra de 8.
Dicha interpretación, y su consecuente reclasificación, es cla-
ramente anti-constitucional. Porque es obvio que los términos
constitucionales no son modificables en su contenido, a discreción
del poder en turno, sino que representan conceptos relativamente
absolutos no sujetos a la libre interpretación (y sólo sujetos a la
interpretación jurídica en una controversia constitucional).
La petroquímica básica se define como los productos obtenidos
de la primer reacción química importante de los hidrocarburos del
petróleo. Y si la defmición es cerrada, los productos posibles
dependerán del adelanto tecnológico, por lo que su lista es abierta.
A diferencia de la utilización de esta definición técnica, reco-
nocida mundialmente, la autoridad del sector de energéticos ha
empleado consideraciones económicas, financieras y de otro tipo,
para hacer su reclasificación, con el propósito eventual de privati-
zar y vender particularmente a la inversión extranjera, y entonces
ha puesto como petroquímica secundaria privatizable a lo que en
realidad es petroquímica básica no privatizable.
La cuestión es elemental: una autoridad administrativa mal
interpreta la disposición constitucional. Sólo que en este caso tiene
la trascendencia de tratarse de que debido a la diferencia en inter-
pretación, sea legal o no la venta de 61 plantas petroquímicas.
Se trata claramente de una controversia constitucional, por la
contradicción entre una norma de carácter general, si así puede
considerarse la reclasificación, y la Constitución.
Entonces lo lógico es que se pudiera acudir al nuevo artículo
105 de control constitucional, que se supone que precisamente se
encarga de las controversias entre normas en su fracción 11.
Pero sucede que sólo conoce de las normas nuevas, que en 30
días naturales sean impugnadas. Y todavía más, sólo tienen "interés
jurídico" en solicitar la intervención de la Suprema Corte, las
minorías legislativas de por lo menos 33%.

169
Por lo que las contradicciones previas entre la constitución y
cualquier norma ya no pueden corregirse, o más bien no se tiene
recurso procesal para corregir; y sólo tienen facultad de promover,
las minorías legislativas, pero no el soberano pueblo, ni sus inte-
grantes en lo individual, como coadyuvantes del interés general. La
indefensión legal es escandalosa. Considerando el reconocimiento
público de una incongruencia constitucional grave que no pueda
ser corregida, permitiendo una patente legalidad injusta y contra
toda lógica, en perjuicio de la soberanía del pueblo.

170
ANEXOIll

LAS GARANTÍAS Y EL EZLN

1. El levantamiento armado del Ejército Zapatista de Libera-


ción Nacional fue un último recurso, frente a la falta de recursos
jurídicos. Fue una transgresión a la ley.
Pero fue tambiénun derecho a la revolución:
- Unos consideran el derecho naturala la revolución frente al
mal gobierno.
- Otrosconsideran que el artículo 136otorgaun derecho a la
rebelión, contra un gobierno contrario a los principios de la Cons-
titución o que interrumpa su observancia. Y el Gobierno Federal
no cumple la Constitución. Los artículos sobresoberanía nacional,
divisiónde poderes,federalismo y garantías sociales, son la prueba
más patente.
2. El levantamiento armado fue un últimorecurso.
Una protesta armada, frente a la violación de garantías. Las
once demandasde la primeradeclaración de la SelvaLacandona se
refieren a garantías individuales: educación, techo, salud, trabajo,
tierra, paz, libertad, justicia, democracia, libertad de mo- 'imiento,
de no ser molestado.
Todasestánestablecidas en la Constitución, particulannente en
el Capítulo1del Título Primero.
3. Pero el levantamiento annado fue porque el gobierno no
cumplecon acatar lasgarantías individuales de losindígenas de Los
Altos de Chiapas (como tampoco con otros indígenas. y tampoco
con el resto de los mexicanos).

171
Pero los más violados en sus derechos y garantías son los más
agraviados, los que más tienen que reprochar.
4. El problema político-jurídico es que la Constitución no
establece las defensas del mandante, del pueblo mexicano.
S. La Constitución establece los derechos individuales y las
obligaciones del gobierno (que son muchas).
Pero no establece el recurso suficiente y adecuado para la
exigibilidad de los derechos.
y por eso, se dejan casi a la voluntad del gobierno el cumplir
las obligaciones.
6. Sólo hasta que la sociedad tenga el derecho a reclamarle al
gobierno la obediencia a la constitución, podrá haber un régimen
de derecho. Si no puede la sociedad reclamar el cumplimiento de
la ley al gobierno, la ley carece de sentido.
7. y si bien por protesta de ley de los artículos 87,97 y 128, la
Nación puede demandar el cumplimiento de la ley al gobierno, es
necesario que los individuos puedan hacer uso de ello. Ya sea por
interés propio y particular, tanto como coadyuvante del interés
general (si existe coadyuvancia al ministerio público para la perse-
cución de delitos, corno no podrá darse para promover el beneficio
colectivo como derecho de la soberanía).
8. Nunca fue aceptable que la sociedad y el individuo no tengan
"interés jurídico" en el amparo para exigirle al gobierno que
cumpla la constitución.
Las reformas constitucionales recientes de un supuesto control
constitucional, no le dan en el artículo lOS de las controversias
constitucionales interés jurídico al pueblo soberano de hacer inter-
venir a la autoridad judicial suprema. Sólo a los órganos legislati-
vos, aunque sean de minorías.
Y en el artículo 97 son órganos de gobierno los que pueden
pedir al poder judicial las investigaciones de violaciones de garan-
tías individuales o de violaciones del voto público. O dejar que la
Suprema Corte decida libremente si interviene.

172
9. Nunca fue aceptable que la sociedad soberana, el pueblo
soberano nacional, y los individuos como integrantes de la sobera-
nía, no puedan hacer exigible el cumplimiento de la ley al gobierno.
y hacer intervenir al mandatario judicial para obligar al mandatario
ejecutivo a cumplir la ley.
10. De no reformar la Constitución para establecer el derecho
social de reclamación, y darle cauces institucionales a sus garantías
e inconfonnidades, existe el riesgo de que sin Estado de derecho,
se den otras muchas más manifestaciones del derecho a la revolu-
ción contra gobiernos que no cumplen con la ley. Muchos más
EZLN's, o por lo menos levantamientos espontáneos, al alcanzar
el nivel y punto critico del descontento popular, en el que los más
pobres se armen para defenderse, como reacción desesperada de
sobrevivencia. Es lógico pensar que todos los sin salida van a
resignarse. Hay que encontrar salidas institucionales para evitar la
revolución de inconformidades.
11. De no desarrollar el derecho de reclamación social no habrá
reforma del Estado posible. Ni tampoco puede haber democracia si
el pueblo soberano no puede hacer que su medio, que su mandata-
rio, cumpla el mandato del pueblo establecido en la ley.

173
ANEXO IV

LOS LÍMITES DE LA SOBERANÍA NACIONAL


DEL PUEBLO,LA REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN
Y LAS RESTRICCIONES A LAS GARANTÍAS
INDIVIDUALES

1. Lo que sí puede la soberanía: Puede 1) decidir el proyecto


nacional, después de un pacto social de amplio consensopolítico.
2) y ponerloen una Ley Fundamental de la que se desprendatodo
un orden jurídico. 3) Estableciendo en la misma las cuestiones
fundamentales, que son consustanciales a dicho proyecto nacional
y quepor lotantonodebenmodificarse sincambiartodoel proyecto
o que son conquistas que no se quieren perder,o principios sinequa
non de la soberanía. Estoresaltala elevadacapacidad de la sobera-
nía popular, sus límitessuperiores.
2. Derechos inalienables de la soberanía: 1)El primero, en toda
lógica, es que el pueblo no puede perder su soberanía. 1 Lo que
I Parece racional que hayaprincipiosinamovibles, cuandopensamosque la soberanía
nacional del pueblo, que establece el articulo 39 constitucional, no pueda legalmente
restringirseo suspenderse. Ni siquierael pueblopuederemUlciar a su derechoa lasoberanía.
Pero la soberania del pueblo está sustentadaen que los individuos integrantesde tal
pueblo deben ser libres y gozar de sus demás derechosfundamentales y tenerlos protegidos
por garmtiaa individuales.
Por lo que consecuontemente no se pueden legitimamente rea1ringir ni lIuspender los
derechos fundamentales del individuo. A los que tampoco puede renunciar el propio
individuo.
La conclusiónes que en la lógicadel benefICio popul.. y de lajusticia, los derechos
fundlmenta1el sólopuedenser ampliadolI y DO ratringicIos. Ynuncaeliminados. Y que así
mismo . . praIIÜU de protecci6n de talea derechos sólo pueden ser mejoradas y no
emJMlOl'llda.

175
también se preceptua en la Constitución, en el articulo 39: "la
soberanía nacional reside esencial. . . en el pueblo ... el pueblo tiene
en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la
forma de su gobierno... ". Para lo cual requiere que toda su soberanía
sea inalienable. Y bajo forma de su gobierno debe entenderse no sólo
organización sino ley y mandatarios, no sólo forma de sino todo el
gobierno (y aquí viene una contradicción con el número 3 anterior,
sobre si la soberanía se puede usar para establecer valores fijos o si
por el contrario se usa para poder modificar todo lo que quiera).
2) También la Constitución señala, artículo 27, " ... el dominio
de la Nación es inalienable e imprescriptible... " en el caso de
ciertos recursos naturales y las aguas nacionales. Si en el primer
caso es constitutivo de la soberanía no Poder perderla (ni las garantías
individuales), en el segundo es constitutivo de la Nación el tener
dominio sobre ciertos recursos.' 3) Y si el pueblo tiene en todo
tiempo el derecho de modificar la forma de su gobierno (artículo
39), también tiene, nada menos, "... en todo tiempo el derecho de
imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés
público, así como el de regular. en beneficio social, el aprovecha-
miento de los elementos naturales susceptibles de apropiación, con

2 Los principios inamovibles pueden tener por lo menos, 2 tipos: 1) los que son
consustanciales a o constitutivos del derecho fundamental del pueblo a la soberanía nacional
(y derivadamente a los derechos fundamentales de los individuos), que se refieren a valores
superiores y universales, 2) los que se dirigen más al proyecto de Nación (pero no consustancial
a la propia Nación, a la que no se puede renunciar), o el proyecto histórico del país (como
el principio social de la reforma agraria, o el del nacionalismo económico revolucionario y
en especial sobre el dominio de recursos naturales, preponderantemente el petróleo y su
industria, ambos del artículo 27. Por lo que existen regímenes de excepción por razones
distintas. Y el efecto es el mismo aunque las causas sean distintas).
En el primer caso, la inamovilidad se considera como razón absoluta, independiente
de la voluntad general: la lógica inapelable de la esencia de la materia. Y en el segundo caso
es más bien un acto de voluntad histórica para una permanencia, por su carácter de bien
general, que en algún momento puede modificarse.
Sin embargo, en 1996no hay suficientes razones de beneficio popular, ni su expresión
de voluntad, ni de justicia, para quitarle la inamovilidad al régimen social de la tierra ni del
petróleo. Salinas violó el pacto social del proyecto de Nación establecido en la Constitución
con la privatización del ejido, y Zedillo quiere emularlo en relación a la venta de las
petroquimicas.

176
objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza pública,
cuidar de su conservación, lograr el desarrollo equilibrado del país
y el mejoramiento de las condiciones de vidade la población rural y
urbana" (todo esto es la facultad del pueblode imponermodalida-
des sociales a través del artículo 27). 4) Pero también debe "bajo
criterios de equidad social y productividad se apoyarae impulsara
a las empresas de los sectores social y privado de la economía,
sujetándolos a las modalidades quedicte el interéspúblicoy al uso
en beneficio general de los recursos productivos, cuidando su conser-
vación y el medio ambiente" (articulo 25). Asimismo se fijarán
modalidades para la prestación de servicios públicoso la explota-
ción,uso y aprovechamiento de bienes del dominio de la Federación,
en casos de interés general, para asegurar ... la utilización social
de los bienes, y se evitarán fenómenos de concentración que con-
trarien el interés público (articulo 28). Se trata de facultades eco-
nómicas de contenidosocial que tiene el pueblo.
3. Otrosderechos inalienables dela soberanía, porlógicaelemen-
tal, aunque no se haga explícito en el texto constitucional: 1) la
independencia nacional, como auto-determinación hacia afuera y
haciaadentro. 2) el derecho de decidir impuestos, gastosy préstamos,
3) dar mandatos, leyes y mandatarios, exigibilidad de cumplimien-
to, rendición de cuentas,demandade responsabilidades y sanción,
4) Los derechos fundamentales y las garantías individuales.
4. Límites de la soberanía popular: Hay cuestiones que están
fuera del ámbito de competenciade una acciónde voluntad, 1)por
razón natural, como el crecimiento económico, la verdad, o el día
y la noche. 2) El bieny lajusticiason relativamente independientes,
pues si no puede el pueblo libremente decidir el bien y el mal,
tampoco puede dejar de considerarse su voluntad y su beneficio. 3)
Por la propia naturaleza de la finalidad de la soberanía, en que la
voluntad general sólo puede actuaren beneficiopropio y no en su
contra, y sólo para el bien y no para el mal. 4) Por lógica no puede
cambiar que haya diferenciaciones entre nacionales y extranjeros,
o que la descentralización implique la división de poderes o del

177
federalismo. 5) Por decisión propia, cuando establece exclusiones
voluntarias, como veremos a continuación.
5. El caso de los derechos humanos en el texto constitucional.
1)Elartículo lo. señalaque 1.1 "todo individuo gozarádelasgarantías
que otorga esta Constitución, 1.2 las cuales no podrán restringirse
ni suspenderse, 1.3 sino en los casos y con las condiciones que ella
misma establece". 2) Los casos de excepción explícitos son 2.1 el
artículo 33 para expulsara extranjeros y 2.2el 29 de suspensiónde
garantías,mismoque establece un complejoy formal procedimien-
to, dándolela importancia que merecea tan graveasunto.3) Menos
explícitoscomo restricciones a las garantíasindividuales están 3.1
la radical expropiación por causa de utilidad pública (articulo 27)
y la 3.2 imposición demodalidades de interés públicoa la propiedad
privada (artículo 27), al uso de recursos naturales (artículo 27), de
la empresaprivada(artículo 25) y la utilización socialde los bienes
y evitar las concentraciones (articulo 28).

6. El casode los derechos humanos, en la lógicade la soberanía


popular:
1) Un criterio es que se trata de derechos naturales o propios,
que sólo pueden ser reconocidos y no otorgados, ni siquiera por la
soberaníapopular(en un límitede la misma).
2) Un criterio alternativo es el de que la propia soberanía
popular exige que sus integrantes tengan derechos individuales
inalienables paracomplementar el derechoinalienable colectivode
la soberanía. Y que la primera expresión de la soberanía popular
son las inalienables garantías individuales.
7. El caso de los derechoshumanos(como conclusiónde los 2
puntos.anteriores).
En primer lugar, es obvio que ni la soberanía nacional puede
desconocerla existenciade derechos humanos, ni tampoco actuar
en contra,ni renunciara ellos. Este es unlímitecriticoa la soberanía
popular: porqueel pueblono puede ir contra su interés y beneficio.
178
La voluntad general no tiene libre albedrío sino que tiene que estar
a favor del beneficio del pueblo y del bien contenido en la justicia.
La primera conclusión es que en toda lógica, la soberanía
nacional no puede, no sólo no debe, eliminar, suspender o restringir
los derechos humanos y sus garantías. Lo que se confirma en el
texto constitucional, al señalarse la generalidad de la regla del goce
de garantías, que no pueden limitarse, salvo en las excepciones que
la propia soberanía popular establece en la misma Ley Fundamental.
Una segunda conclusión es que, como un acto de voluntad
política de la soberanía popular, se considera a las garantías indivi-
duales mandatadas en la Constitución, como un derecho mínimo
reconocido, que sólo puede ampliarse pero nunca restringirse y
menos eliminarse. Es un derechos fundamental al que se le da
permanencia para evitar cualquier riesgo de alteración futura.
En segundo lugar, también es obvio que si ni siquiera la
soberanía nacional directa puede limitar las garantías individuales,
menos puede hacerlo un congreso constituyente (como mandata-
rio-representativo). y mucho menos un aberrante "constituyente
permanente", por simple mayoría calificada de presentes de un
congreso ordinario.
8. La reforma de la Constitución.
El texto constitucional del artículo 135 es inaceptable. El
principio general constitucional para la iniciativa y formación de
las leyes establece en el artículo 72-fque en la reforma o derogación
de las leyes se observarán los mismos trámites establecidos para su
formación. Pero en vez de ser consistentes con esto y establecer el
procedimiento de un nuevo congreso constituyente para reformar
la constitución, el artículo 135 establece a manera de un recurso
económico y administrativo, que en el caso de la ley fundamental
(que debiera ser más formal que el de la ley ordinaria), cualquier
congreso ordinario puede convertirse en congreso constituyente, y
no sólo reformar la Constitución sino hasta adtcionarla.
Lo anterior va en contra de toda lógica política y jurídica, de la
lógica de la soberanía popular y de la justicia. Es un precepto
injusto. Que debe eliminarse.

179
9. El constituyente permanente reformando la Constitución
para restringir las garantías individuales y la ley contra el crimen
organizado.
La nueva iniciativa, ya aprobada por el Senado respecto a
modificaciones a las garantías individuales de los artículos 16,20,
21, 22 y 73 es inconstitucional por los argumentos antes relatados
que se sintetizan en que: 1) Nadie, ni siquiera la soberanía popular
puede eliminar ni restringir derechos humanos porque es contrario
al beneficio del pueblo. Y desde el criterio de derecho natural,
porque es una prerrogativa propia del ser humano sobre la que no
puede más que reconocer la autoridad.
2) Los derechos humanos sólo pueden ampliarse y no restrin-
girse, como acto de voluntad de la soberanía popular.
3) La misma Constitución no puede cambiar un régimen de
protección legal por un régimen de excepción violatoria de los
derechos humanos. En un sistema político autoritario, se explica un
régimen de excepción de derechos humanos, para garantizarlos, y
no para exponer y arriesgarlos frente a la propensión al abuso del
poder público.
4) Por lo tanto, el constituyente permanente, que es un congreso
ordinario, no puede cambiar los principios inconmovibles y funda-
mentales de la soberanía popular, y menos aún de los derechos
naturales, establecidos en la constitución.
5) Lo que reconoce contradictoriamente el propio gobierno,
cuando el presidente Zedillo ordenael 21 de marzo pasado al secretario
de Gobernación a incluir la figura del referendum en la reforma
política para exigir la consulta popular para poder cambiar "cues-
tiones fundamentales" en materia de reforma constitucional, y el
lo. de abril acepta sin tal referéndum cambiar el aspecto fundamen-
tal de garantías individuales, particularmente procesales, actuando
el Senado como cámara de origen.
6) Considerando que ni siquiera el referendum será suficiente
frente a la necesidad de un nuevo congreso constituyente. Y que la
restricción o eliminación de garantías no puede ser aprobada ni

180
siquierapor la soberaníapopular. Porquelasgarantíasindividuales
son un derecho irrenunciable.
7) Además de advertir la inconstitucionalidad de cambiar la
constituciónpara legalizarconductas que deben ser ilegales,por su
injusticia e ilegitimidad, de la autoridad encargada de la procura-
ción y administraciónde justicia, respectivamente.
8) y de que, como se ha señalado, el artículo 135 fomenta en
vez de regular y controlar el autoritarismo presidencial para permi-
tir que seael gran y virtualmente único legislador, quepuede reformar
hasta la Constitución,como lo prueban los cientosde reformas a la
fecha.
10. Cualquier restricción a los derechos humanos significará
una controversia constitucional (articulo 105), una ley injusta, en
contra del beneficio del pueblo, que ni aun de acuerdo al artículo
135 es legal, por su patente ilegitimidad. Restringir los derechos
del pueblo sin consultar al puebloes ilógico, y aún si se consultaal
pueblo en un referendum,éste no puede decidir en su contra, en un
acto de soberanía. Recordando los límites de tal soberaníaque se
han señalado. Por lo que no hay posibilidad legítima y legal de
limitar y eliminar los derechos fundamentales del ser humano, que
significan un principio inconmovible de cualquier régimen de
derecho y de la propia Ley Fundamental vigente.
Si ni el pueblo puede desconocer, eliminar o restringir los
derechos humanos, por ser irrenunciables, mucho menos puede
decidirlo unilateralmente un gobierno sin caer en la ilegalidad.
Recordando que para combatir el crimen, la delincuencia y su
ilegalidad, no debe caerse en la ilegalidad del mandatario, para que
se conviertaen otro delincuente,ni tampocodeformar lajusticia de
la legalidad que se encuentre en vigor.
Por lo que si bien es indispensable combatirel crimen organi-
zado, la violencia, la inseguridad y las violaciones a la ley, no debe
hacerse ni violando la ley por la autoridad, ni reformando la ley
para legalizar conductas que siguen siendo injustas. La reforma
constitucional sólo puede hacerse para favorecer al pueblo, para
181
ampliar sus derechos y beneficios. Y si es necesario para ello
fortalecer el mandato popular a las autoridades, esto no debe ser a costa
de restringir los derechos del individuo y la sociedad, o concedien-
do facultades extraordinarias que se presten a abusos. El combate
a la ilegalidad es con la legalidad, para no llevar a la represión y la
ingobemabilidad.

182
CAPÍTULO CUARTO

Garantías Constitucionales de la Forma


y Operación de Gobierno

Introducción
El terna que se verá a continuación es el relativo a la forma de
gobierno, su organización y operación. A su incumplimiento rela-
tivo se añade elcuestionarniento a sucongruencia con losprincipios
rectoresde soberaníanacional del pueblo, mandato político-jurídi-
co y justicia. Pero es representativo de otra gran incongruencia: lo
importante verdaderamente es el mandante, y como derivado, el
mandato (que aquí se han visto),y no el mandatario en su organi-
zación, funcionesy procedimientos (lo que a su vez es una variable
derivada del mandato).
Lo prioritariode una constitución es la expresión de la sobera-
nía nacional del pueblo, en cuanto a la voluntad general sobre el
beneficio general. La expresión del pacto social sobre el proyecto
de nación. Es la auto-determinación del pueblo. Una declaración de
preferenciade fines, y de su consagración en leyes. Es lafinalidad
de la sociedad.
y como derivado natural y necesario, aparece la orden, el
mandato para lograr tales fines. El mandato como lo que se tiene
que hacer, incluido los elementosbásicos para llevarlo a cabo.
Fines y mandato son los principios rectores. junto con la
justicia.
y después viene el aspecto instrumental: quién y cómo. Como se
designa mandatario. y comose organiza y actúa el mandatario para
183
llevar a cabo su mandato. Pero ésta es una variable derivada de la
relación mandante-mandato-mandatario-desempeño del mandato.
Sin embargo, el texto constitucional de manera incongruente
dedica 58 artículos (del 49 al 107) para regular a los 3 poderes y 8
artículos más (del 115 al 122) para el gobierno de los Estados y
Distrito Federal, y 7 artículos (del 108 al 114) sobre responsabili-
dades de servidores públicos, mas algunos otros de prevenciones
generales. Mucho más del doble que los dedicados al mandante y
mandato vistos en el apartado anterior. Lo que es representativo de
una deformación en el texto constitucional: darle prioridad a los
"poderes", al gobierno, a sus facultades, por sobre la soberanía
nacional del pueblo y sus mandatos básicos, de los que deben
derivarse los medios intermedios para los medios últimos.

PRIMERA PARTE

Observaciones Principales del texto Constitucional


sobre Forma y Operación de Gobierno

A continuación se examinará en grupo a los poderes (que ya


fueron analizados en lo individual), resaltando los casos más indi-
cativos de su problemática.

1. División de poderes
Sólo se añade que la división de poderes del artículo 49 señala
que "no podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola
persona o corporación, ni depositarse el legislativo en un individuo,
salvo el caso de facultades extraordinarias" de los artículos 29 de
suspensión de garantías y 131 de beneficio del país frente a una
necesidad urgente.
Debe advertirse que aquí comienza un enfoque constitucional
improcedente, en primer lugar porque se ha argumentado que no se
tratade poderes, como órganos o instituciones, sino de mandatarios,
que tienen el poder delegado como un insumo para el desempeño
de su encargo. Pero el presidente no es el poder ejecutivo, sino el

184
mandatario ejecutivo. El poder es lo accesorio al mandato, no la
función principal, pero sus rasgos son lo que se distingue equivo-
cadamenteen la constitución. Por el contrario, lo que diferencíaes
la función (legislativa, judicial y ejecutiva), mientras que el común
denominadores el mandato, y el elemento auxiliares la autoridad
y poder público.
Entonces más que pensar en la división del poder, corno un
mecanismo de controlmutuo, al tenervariaspartesdel poder,corno
pesos y contrapesos, usando su poder frente al poder de los otros;
debe concebirse que lo que permite la limitación mutua es la
separaciónde funciones. La separación de mandatos.
Si el pueblo diera todos sus mandatos a un mismo mandatario,
entonces sólo a él le delegaría poder público, y concentraría todas
las facultades y recursos. Y entonces lo que hacees dividirmanda-
tos por función, y encomendárselos a mandatarios distintos. Y tales
mandatos, por esencia de sus funciones, sirven corno contrapresos
mutuos.
Así que la separación de mandatos, funciones y mandatarios,
permite el control entre los mandatarios. Pero este es un control
secundario frente al control principal que debe tener el mandante,
pueblo soberano, sobre su empleado-encargado. El control del
mandante sobreel mandato y el mandatario puedeauxiliarse de los
otros 2 mandatarios y mandatos, peroprincipalmente lo debehacer
a través de la ley. Y por supuesto ejerciendo el derecho de recla-
mación para que se hagan exigibles las órdenesdadas al mandata-
rio, de manerapermanente. Yen cuantoa los mandatos temporales
de oferta política electa, su cumplimiento debe poderdemandarse
como parte de una obligación jurídica. Pues de otra manera, una
persona que gane un cargo de elección popular, no puede ser
exigido a cumplir su oferta política, ni siquiera en la siguiente
elección, por la práctica conveniente de no reelección. Aunque el
"castigo electoral" de todos modos será un control, pero diferido.
Así que lacuestióncríticaestáenconcebiry conceptualizarque
el pueblo, quien tiene la soberanía, y por ello de él dimana todo
poder público, y lo instituye para su beneficio (artículo 39), como

185
principio y fin de todo poder, es el único poder, el único dueño
legítimo del poder. Los demás sólo pueden detentarlo o ejercitarlo,
pero como algoprestado y no propio. Por eso también debe corregirse
la redacción del artículo 41, porque el pueblo ejerce su soberanía
por medio de los mandatos y mandatarios. Mandatos legales y
mandatos electos (ofertas de programas políticos), y los mandata-
rios electos, pero también los designados, como son en nuestro caso
los jueces y los mismos burócratas de la administración.
Por otro lado, las facultades de excepción del artículo 29 y 131
para que el mandatario ejecutivo legisle como un solo hombre, se
aprecian contrarias a la soberanía nacional del pueblo y al mismo
mandato. Imaginarse tan sólo [qué significa que legisle el presiden-
te en la suspensión de garantías o que decida importaciones y
exportaciones, cuotas o tránsito de productos para realizar cual-
quier propósito en beneficio del país!
Se abren todas las posibilidades de que el mandatario decida,
conforme a la ley, su voluntad en términos políticos y económicos,
en casos críticos, sin importar la voluntad general. ¡Esto no es un
mandato, sino un permiso abierto de caza!

2. Poder legislativo-mandatario legislativo


2.1. Representación nacional.
El artículo 51 es indicativo de la equivocación conceptual. Los
diputados no son representantes sino mandatarios (o representantes
en tanto que mandatarios). Y no lo son de la Nación, sino del
soberano de la Nación, que es el pueblo, mismo que los elige. Por
lo que en vez de ser representantes de la Nación son en realidad
mandatarios del pueblo. Y del pueblo que los eligió en su demar-
cación territorial.
y lo mismo sucede con los senadores, que no son repre-
sentantes de los Estados sino mandatarios del pueblo de los Estados
que los eligió.
Para el caso de la elección por representación proporcional,
estos diputados y senadores son mandatarios indirectos, pues asu-
men el mandato que su partido toma como oferta política.

186
Veamos. El diputado electo directamente, es un mandatario
legislativo, que tiene el mandato de la mayoría popular que lo eligió
en su distrito. Y si bien debe actuar en beneficio del todo social, lo
hará preferenciando su propio mandato concreto: el de la voluntad
de la mayoría.
El presidente de la República que es electo gobernará para
todos, pero preferenciando el mandato de la mayoríaquelo eligió.
Si no fuera así se desvirtúa tal mandato. Y gobernar para todos por
igual es una declaración equivocada, fuera de la lógica político-ju-
rídica.
Pero cuando se trata de los legisladores que obtiene un partido
político por las cifras globales de votación a nivel nacional, enton-
ces tales personas adquieren el carácter de mandatarios legislativos,
y el mandato corresponde a la oferta política programática de su
partido al mismo nivel nacional. Por lo que son mandatarios indi-
rectos, pero siguen siendo mandatarios, y el mandante sigue siendo
el pueblo, que elige a unos directamente en su distrito electoral, y
a otros indirectamente vía su partido.
Pero a pesar de las demandas frecuentes para un sistema de
conteo electoral basado en mayoría proporcional, parece más con-
veniente para el funcionamiento de la organización del mandato
popular, que prevalezca el sistema de elección directa, aún a pesar
de cierta injusticia. O por lo menos, reducir el porcentaje de 40%
para los diputados de representación proporcional a la mitad, como
una consideración compensatoria pero residual.
y en el caso de los senadores regresar a 2 senadores por Estado
en vez de 4, otorgando el segundo a la primera minoría, siempre
que tenga por lo menos el 25% de la votación, sólo para fomentar
temporalmente la mayor participación de la oposición.
2.2 Parece poco relevante que se establezca en la Carta Magna
todo el procedimiento electoral de diputados y senadores, pudiendo
quedar en una ley secundaria. Igualmente por lo que respecta a su
operación legislativa, salvo que se dejaran en la Constituci6n las
facultades del congreso de los artículos 73, 74 Y 76, Yquien tiene
derecho a iniciar leyes. Por supuesto con las salvedades de corregir

187
que la soberanía nacional del pueblo no esté legalmente facultada
para iniciar leyes, como una aberración. Y con la corrección de que
no son facultades del congreso, sino mandatos de la soberanía a los
mandatarios legislativos.
Se debe hacer patente que las leyes son expresión y mandato
de la voluntad general para el beneficio general, y que como tal se
requiere una consulta popular que ratifique que así lo aprecia el
pueblo. Y no que los puros órganos legislativos lo interpreten por
sí solos, y menos a instancia del presidente.
Se aprecia que no es congruente el tratamiento constitucional
con los principios rectores de la soberanía nacional y el mandato
político en el caso general del legislativo.
2.3 El caso de las facultades legislativas.
Debe apreciarse que se trata, como en materia de poder y
autoridad públicos, de que las facultades son medios para el cum-
plimiento de mandatos, y no capacidades y atribuciones para ejercer
a discreción. Y sorprende que en general se considere, en la letra,
al legislativo como autónomo, y no como dependiente de la volun-
tad general. Puede hasta imponer los impuestos sin tomar el parecer
del pueblo soberano, olvidándose del "no taxation without repre-
sentation". O de dar bases para el endeudamiento, o para promover
la inversión local y regular la extranjera, y en general, "paraexpedir
todas las leyes que sean necesarias ..." para hacer efectivas las
facultades que otorga la constitución a todos los "poderes de la
Unión".
Esta facultad abierta es otra aberración que debe ser corregida.
Igual sucede en el caso de las facultades exclusivas para los
diputados o senadores, toda vez que todas las iniciativas legales
deben verse en ambas cámaras, y su diferenciación no es por
materia sino por función de iniciadora y revisora. Además la
aprobación del presupuesto de egresos y la cuenta pública del año
anterior, decisiones fundamentales de la evaluación del mandato
político del pueblo, se hacen sin intervención de la soberanía
nacional (al no consultarla) y presuntamente sin apego a su bene-

188
ficio. Porlo quetodaleydebeserrefrendada porlavoluntad popular
misma que debe dar el mandato original.
Los senadores tienen facultades exclusivas extrañas o de ex-
cepción para el mandato legislativo comodeclarardesaparición de
poderes y nombrarle gobernador provisional, o resolverla cuestio-
nes políticas entre "poderes de un Estado" o erigirse en jurado de
sentencia respecto deljuiciopolítico. En todas, además no seconsulta
a la opinión general para un mandato expreso.
2.2.4 Conclusión.
El mandato del mandatario legislativo debe ser cerrado, en
cuantoa los criterios a seguiren laelaboración de leyes. Estoquiere
decir que además de regirse por la voluntad general para el bien
general,de susmandantes respectivos, hechaexplícitaen logeneral
en el proceso de su elección, y del mandato de su oferta política,
deben sujetarse al mandato permanente de la constitución y leyes
derivadas. Y no a la disciplina autoritaria de partido.
No es admisible pensarquelosmandatarios legislativos puedan
conocerde cualquiertema y legislarsobreél, variandosus criterios
de acuerdo a factores coyunturales ajenos a su elección. Especial-
mente en un sistemaque busca gobernarlegislando, cuandolegis-
lar debe ser una acción de excepción, para fijar un mandato, y no
un continuuminacabable. No todo se resuelve legislando. Y menos
cuandono se cumplenlasleyes. Y losprogramas de losmandatarios
ejecutivos en tumo no tienen necesidad, ni en general deben for-
malizarse en leyes. Esta indiferenciación o más bien traslape es
indebido. No procede llevar a la ley y así obtener permanencia, a
programasde trabajo que por esencia debenser temporales, por el
mandatoelectoralperiódico de suselectores. Más bienla condición
sine qua non es que toda ley sea expresión de la voluntad general,
como una decisiónpo/itica de auto-determinación. Como un acto
politico de gobierno. Deauto-gobierno. Y poreso lasleyessonante
todo políticas, como es el mandato para formularlas.
Por otro lado,como se adelantaba, el problemamayordel tema
legislativoen la Constitución es el cuestionamiento a sus principios
y aún a su inclusión en la Ley Fundamental, particularmente con

189
22 artículos, como si fuera la función fundamental pública. y la
cuestión formal de su relativo incumplimiento es menos importan-
te; no así la práctica de que el gran legislador es el mandatario
ejecutivo, el presidente, quien manda casi todas las iniciativas de
ley, y quien manda sobre los legisladores del partido oficial, que no
son ni actúan como legítimos mandatarios de la soberanía del pueblo,
sino como ilegítimos mandatarios del presidente.
De hecho se viola la prohibición expresa del artículo 49 de
depositar el legislativo en un solo individuo. Este incumplimiento
sí es fundamental, obviamente.
La Constitución en materia de la función legislativa no puede
considerarse como una ley justa, ni un acto de soberanía, ni orga-
nizada para un mandato político-jurídico adecuado. Además de que
su letra es incumplida por la realidad del presidencialismo legisla-
dor. Y no existen recursos para que el pueblo soberano y sus
integrantes individuales hagan exigibles tales preceptos, aunque
sea para seguridad jurídica, si bien no tienen el contenido más
conveniente, como se ha visto.
2.5 El poder ejecutivo-mandatario ejecutivo
El tratamiento constitucional es nuevamente inadecuado, como
veremos, pero además porque da facultades de legalidad a una
concentración desproporcionada de poder, avalando el centralismo
en contra del federalismo; la unión de funciones en vez de su
división, y un presidencialismo autoritario. Todo lo cual es contra-
rio al fin político de auto-gobierno del pueblo soberano, porque se
establece una infraestructura para que el mandatario domine al
mandante.
2.5.1 El artículo 80 comienza con la deformación al señalar que
"se deposita el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión
en un solo individuo ...". Cuando se ha argumentado que no se trata
del poder ejecutivo sino del mandatario de la función ejecutiva, y
además no es supremo, como primos inter pares, cuando las tres
funciones tienen el mismo rango de mandato de la soberania del
pueblo. No hay medio supremo para el fin de auto-gobierno del
soberano.

190
Mal comienza la Constitución cuando le da el "supremo po-
der" a un solo hombre, frente a la soberanía nacional del pueblo,
mismo que debe ejercer tal soberanía a través del anterior, como
primer mandatario, o primer obligado, y no como "Supremo Po-
der". Por lo que se da una contradicción crítica entre el principio
rector del artículo 39 y 41 con la instrumentación que se establece
en el artículo 80.
2.5.2 Tampoco sería indispensable que los preceptos sobre la
elección y organización de la función ejecutiva y su mandatario
estuvieran en la Constitución,aunque tal vez por su importancia estra-
tégica fuera políticamente conveniente en el pasado. Pues no en
balde se trata de un solo hombre con toda la función y el mandato.
2.5.3. Pero sí sería importante dejar las reglas generales de
origen, fin y conducta, del artículo 87 de protesta de ley, con su 1)
obligación primera de cumplir y hacer cumplir la constitución y las
leyes, 2) desempeñar leal y patrióticamente el cargo, 3) que el
pueblo le confiere, 4) mirando en todo por el bien y prosperidad de
la Unión, 5) y si no lo hiciere, que la Nación se lo demande.
Sólo que se requieren ajustes para hacerlo exigible. Pero si se
confirma que 1) el pueblo lo confiere, 2) aunque no es un "cargo",
si no más bien una función con un mandato, 3) y que debe cumplir
la ley ante todo, 4) y desempeñar su mandato, e implícitamente
aplicar la ley, con la condición del bien y prosperidad, 5) pero no
de la Unión, sino más bien del pueblo soberano de tal Unión, 6) y
si no lo hace, debe enfrentar responsabilidades, 7) y se le debe
reclamar para hacer exigible, 8) más que por la Nación, por el
soberano de tal Nación, el pueblo, 9) y para hacerlo funcional, por
los individuos integrantes de tal soberanía, pues si no, se carece de
desenlace práctico, y no se trata de una declaración de intención,
sino de una obligación legal, de la ley máxima.
El artículo 87 podría ser fundamental para la Constitución, y
con las pequeñas adecuaciones (pues así debería interpretarse),
sería muy congruente con los principios rectores de los artículos 39
y 41, Ycon las garantías constitucionales del Capítulo 1 del Título
Primero. Sus características de democracia en la voluntad general

191
para conferirle el mandatode finalidadsocial, lo harían plenamente
un acto de soberanía, una organización certera de mandato, y una
disposición justa. Pero se carecen de recursos para hacer exigible
tal disposición. Y esto la hace hueca. Por lo que resulta indispen-
sable establecer el derecho de reclamaciónsocial que haga efectiva
esta garantía crítica de la Constitución.
Podría ser mucho, sino todo, dentro de nuestro presidencialis-
mo, mientras que como está, es irrelevante.
2.5.4. Facultades y obligaciones del presidente.

La fracción XX del articulo 89 es claramente indicativa de la


realidadconstitucional: tienetodaslasdemás quele confiere la Consti-
tución, así sea expresamente, y que son muchas a lo largo del texto.
Pero además son cruciales y algunas hasta ominosas. Y lo más
grave es que el presidente no tienefacultades sino mandatos a los
que está obligado. Así que sólo tiene obligaciones para el auto-go-
bierno del soberano pueblo.
El texto señala que en términos externos puede declarar la
guerra y disponer de la fuerza armada. Dirigir la política exterior y
celebrar tratados. Y en términos internos puede "disponer de la
totalidad de la fuerzaarmadapermanente"para la seguridad interior
(sin especificar sus límites en un régimen de facultades expresas,
lo que ha llevado a tener un ejércitode ocupaciónen Chiapas,a pesar
de ser tiempo de paz). Y proveer en la esfera administrativa para
la observancia de las leyes, y dar las facultades al judicial para el
desempeño de sus funciones. Ademásde presentarlas propuestasde
Ministros de la Suprema Corte (si bien poco antes hasta los desig-
naba).
Los artículos 80y 87, aunados a todas las facultades constitu-
cionales a lo largo del texto, hacen por un presidencialismo autori-
tario y prepotente, sin contrapeso y pleno de impunidad. Lo que por
supuesto va en contra de la soberanía nacional del pueblo y de la
organización del mandato político-jurídico,contradiciendo el espí-
ritu del propio artículo 87, no digamosdel 39 y 41. La contradicción
constitucional es gravísima. Y propicia la injusticia.

192
2.5.5 Los supuestos controles del artículo 69 de presentar un
informe escrito al congreso sobre el estado general que guarda la
administración pública del país, o de que todas sus decisiones
formales sean firmadas por el encargado del asunto, para ser
obedecido (artículo 92) o las ratificaciones de nombramientos
(artículos 76 y 89), no son funcionales. La ratificación es en la
práctica intrascendente, casi tanto como los informes, en un con-
greso dominado por el propio presidente, con sólo ceremonias de
loa y reverencia, más no de rendición de cuentas de su mandato,
como debería. Ni se hace una evaluación de resultados, ni se exigen
responsabilidades, ni se sanciona, ni se retira el mandato ni al
mandatario. Recordando que existe una terrible contradicción entre
el artículo 87 y el 108, que señala que el presidente sólo puede ser
acusado de delitos penales de traición a la patria y delitos graves
del orden común, pero no por responsabilidades administrativas ni
políticas, ni por otros delitos. Ni siquiera por el de enriquecimiento
ilícito (antes inexplicable), ni por actos que afecten la legalidad,
honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia (artículo 109).
Entonces ¿qué es lo que el soberanopueblo nacionalpuede deman-
darle al presidente, ya no digamos cómo? Aparentemente nada.
Pues demandarlo por traición a la patria es dificilísimo de probar
(aún con la firma de un lLC desventajoso y que pierde las garantías
constitucionales del mexicano (artículo 15), y que no sigue los
principios de no intervención, auto-determinación de los pueblos,
igualdad jurídica de los Estados (artículo 89-X), y que tampoco
acata los principios de nacionalismo (artículo 30. y 27, además del
25,26,28 Y 131).
2.5.6. Conclusión.
El tratamiento que establece la constitución del mandato y
mandatario ejecutivo no es el más conveniente. Muchos preceptos
de origen y organización del mandatario pueden no estar en la
constitución. Yen cambio debe enfatizarse el mandato general del
artículo 87, añadiendo la obligación jurídica de cumplir también la
oferta. política del programa de gobiemo del candidato, ya que el
pueblo elige ambos. Y también enfatizar la relación con el mandan-
te, el pueblo soberano.

193
También debe incluirse en la constitución un artículo 89, cla-
rificando los mandatos del pueblo, para que actúe apegado a los
fines del artículo 87, y estableciendo los parámetros de acción y sus
medios y procedimientos, para evitar el abuso y exceso en el
ejercicio del poder. Este artículo 89 requiere una reformulación
considerable, además porque no representa un acto de soberanía del
pueblo, en cuanto a que no es expresión de la voluntad general para
el bien general; y tampoco se aprecia como una ley justa, sino
propiciadora de un presidencialismo autoritario.
El problema en este apartado no radica tanto en que no se cumpla
la constitución, y que no se tengan recursos para hacerla cumplir,
sino en que el tratamiento no tiene el contenido y la forma adecuada.
Sobre todo deben precisarse los mandatos de la soberanía al presi-
dente, y los medios que debe usar no cometer excesos, para permitir
el auto-gobierno del pueblo. Y también establecer un conveniente
régimen de responsabilidades por el que rinda cuentas políticas,
administrativas y penales.
2.6 Poder judicial-mandatario judicial.
El tratamiento constitucional también es inadecuado por la
falta de claridad del mandato y mandante, y en cambio prolifera
el detalle del mandatario y su innecesaria inclusión en la Ley
Fundamental.
2.6.1 La protesta de ley (artículo 97).
De aquí debe partir el mandato al mandatario judicial, igual que
en el caso del ejecutivo (artículo 87) y del legislativo (que extraña-
mente no tiene un artículo de protesta similar). La fórmula usada,
es acertadamente la misma del presidente, salvo unas pocas dife-
rencias indicativas del error conceptual que rige sus principios: 1)
El orden de las protestas es diferente, pero parece más conveniente
empezar por lo de "guardar y hacer guardar la Constitución... " y
las leyes.
2) Para el mandatario judicial este mandato es el más impor-
tante porque su especialización por función, con su capacitación
jurídica, lo hace el idóneo para todo lo que tiene que ver con el

194
cumplimiento de la ley. Y su misma función de administrar e
impartirjusticia se basa en el derecho vigente. Por lo que cumplir
la leyes innato a su función, pero también et hacer cumplir la ley.
El mandatario judicial debe tener como norma crítica el hacer
cumplir la ley a los mandatarios ejecutivo y legislativo. como parte
integrante de su función de administrar justicia.
3) En el artículo97 quedamás claroel mandato de queguardar
la ley y desempeñar el cargo, están ambos condicionados por la
finalidad de mirar en todo por el bien y prosperidad de la Unión
(quedebeserdel pueblo soberano), y no sólo eldesempeño delcargo.
Mismo término que nuevamente debe cambiarse por el de función
y mandato, pues el esquemaconceptual es diferente, en una orga-
nización de cargos, que tengan funciones, al de una organización
de funciones sin enfatizarlos cargos.
4) El pero más importante radica en que, a diferencia del
articulo 87, no señala que el pueblo le ha conferido el cargo, sino
que "se os ha conferido". Esto es indicativo de la falta de aprecia-
ción de que todo mandato y podersólo puede venir de la soberanía
del pueblo, y de que el mandatario judicialtambién debeserelegido
por el pueblo. Y seguramente conviene hacer elecciones de minis-
tros de la Suprema Corte, y no sólo que los elijan los senadores a
propuesta del presidente. Para que tengan un mandato electoral
además del mandato legal.
5) Los jueces, especialmente los ministros no son simples
expertos del derecho, que actúen por encima de la sociedad, como
si su especialización los llevarasólo a aplicar "higiénicamente" la
ley vigente;toda vez que la interpretación tieneagudasimplicacio-
nes dejuicios de valory de resultados políticosy sociales. Y de que
las leyes deben ser expresiones de la soberanía del pueblo en la
voluntad general y el bien común, y por tanto son ante todo
decisionespoliticas, con ropajelegal,y no sólocreacionesjurídicas
puras. Losjueces antes quetodo,son mandatarios para un mandato
político-jurídico, y su desempeño debe ser jurídico en el procedí-
miento, pero su origen, la finalidad de sus actos y los efectos que
producensonpoltticosy tambiénsociales. Porlo que la politizaCión

195
de los jueces es parte consustancial de su mandato y función, y los
articulos 97, 105 Y'107 lo atestiguan, como veremos.
6) También aquí se termina con "si no lo hiciereis así, la Nación
os lo demande". Esto confirma que la Nación o más bien la soberanía
de la Nación, el pueblo, es el que ordena, el que tiene el derecho, y
en consecuencia es el que puede demandarlo, exigirlo. Por lo que
su cargo se lo confiere el pueblo. Y resulta más grave aún, que los
propios ministros de la Suprema Corte, conocedores del derecho,
sepan que la Nación no tiene recursos para demandarles el cumpli-
miento de su mandato, porque no existe el derecho de reclamación
social, que tanto la sociedad como sus individuos integrantes pue-
dan hacer valer. Se insiste en que la protesta de ley no es meramente
declarativa y ceremonial, sino es una obligación legal, y como tal debe
hacerse exigible por el soberano, quien la manda y quien le encarga
la función de hacer cumplir la ley a las demás autoridades y a los
ciudadanos, y dirimir sus controversias.
Así que la protesta de ley debe ajustarse, pero es muy valiosa
en su espíritu del mandato popular al mandatario judicial, de su
finalidad social. Origen popular y destíno popular, de un mandato
y mandatario reclamable por el mismo pueblo. Por lo que no es una
función jurídica tan solo, sino una función política sobre todo, con
procedimientos e ínsumos jurídicos. Nadie más que el soberano
pueblo puede darle mandato; ni la ley, ni la justicia. Y el mandato
tiene como objetivo el auto-gobierno del pueblo para su beneficio.
y para los demás jueces deben establecerse reglas y parámetros
similares.
2.6.2 Control constitucional (artículo 105).
En un falso, o por lo menos fallido intento, de principios de
sexenio, se introduce una supuestanorma de control constitucional
de parte de la Suprema Corte, que tiene el mismo defecto que los
casos anteriores: no se daparticipación al agraviado y/o a la soberanía
del pueblo, y se limita a diferencias, más que controversias, entre
órganos de gobierno (fracción 1), y no entre estos y la sociedad y
los individuos que la integran. y en cuanto a las contradicciones
entre la Constitución y otras normas, nuevamente sólo tienen

196
derecho de reclamación la minoría legislativa del 33% de las
Cámaras del Congreso Federal, la Asamblea de Representantes o
de un Estado, y el Procurador General de la República, pero no el
pueblo soberano y los ciudadanos, por cuentapropia y por cuenta
del interés general.
Se pervierte así lafunción de hacer cumplir la ley (y de esa forma
cumplircon la voluntad general) al mandatario judicial más alto, a
obligaral mandatario ejecutivo en especial, a acatar la constitución,
frente a las reclamaciones de la sociedad y los ciudadanos de su
incumplimiento legal. Estafunción será sobretodo política, con me-
dios jurídicos, propia de un mandatario político para el mandato
político del auto-gobierno del soberano popular. Estaes la condición
más importante de la reconceptualización de lafunción judicial.
Aquí cabría perfectamente incluir el derecho de reclamación,
en relación al artículo 17 del derecho a la justicia y a reclamar
derechos;junto con el control constitucional que ejerza la función
judicial de hacer acatar la ley suprema, tanto de oficio, como por
reclamo de parte. No sólo en cuanto a las controversias entre la
constitución y otras leyes,sino en cuanto a controversias constitu-
cionales, de la sociedad conlasautoridades (paracompletar el recurso
individual del amparodel artículo 107). Y añadiendo el caso clave
de incumplimiento constitucional sinque medie controversia. Esta
es la cuestiónde fondo mástrascendental, y es propiade un control
constitucional, y que pueda ser demandada por la sociedad y por
sus integrantes individuales.
2.6.3 ProcuradorGeneral de la República.
Las aseveraciones repetidas del presidente Ernesto Zedillo de
que el Procuradores autónomo según la constitución, no se confir-
man en dicho texto legal. Ya que es designado por el presidente, y
puede ser removido libremente por él aunque sea ratificado por el
Senado (artículo89-1X y 102).
2.6.4 Ministerio Público.
Resulta extraña la prácticade insistiren incluir el Ministerio
Públicoen las disposiciones del mandatario judicial, a pesar de ser
un mandatario ejecutivo. Mismo que debe tener una expresión

197
muchomásespecíficade sumandatoque la de persecución de todos
los delitos del orden federal, ante los tribunales, y sustituir la política
de que represente de oficioa la parte quejosa, que sólo puede actuar
como coadyuvante en el juicio, a pesar de ser el agraviado directo,
y de ser parte integrante de la soberanía nacional. Sino que por el
contrario,el Ministerio Públicodebe actuar como coadyuvante del
agraviado en todos los casos donde exista un interés general,
además del particular, estableciendo las reglas que convenga.
2.6.5 Los organismos de protección de derechos humanos.
La creación y proliferación de éstos es una prueba de que la
violaciónde garantías individuales por la autoridad es una práctica
tan frecuente y grave que ameritacoadyuvantes o recursoscomple-
mentarios para apoyar al amparo; pero también es prueba de que
éste no funciona adecuadamente.
2.6.6. Atribuciones generales (artículos 103, 104, 105, 106y 107).
Estos preceptos deben clarificar los mandatos respecto de las
funciones generalesde resolución de controversias, y por supuesto
conviene incluirlosen la Constitución, a diferenciade los relativos
a la organización del mandatario.
Se ha comentadoque lo que principalmente debe sustituirse es
la política del recurso de amparo del artículo 107, respecto a que
pueda actuar el mandatario judicial ex officio,en concordanciacon
la propuestadel artículo 105 antes vista; y que no sólo se ocupe de
individuosparticulares, sólo sobre lo que verse la queja, si no hacer
declaraciones generales respecto de la ley o actoquela motive. Y dar
facilidades de uso en vez de hacerlo dificil por toda una política
de desechar demandas económicamente (tomandocualquierdefec-
to procesal, en vez de actuar siempre en beneficio del individuo),
para quitarse carga de trabajo acumulado.
El amparo ha sido valioso como defensa del gobernado, pero
no puedepermanecercomoderechode reclamación de la soberanía
nacional del pueblo y los integrantes individuales del mismo. Que
si bien puede manejarse a petición de parte, para evitar que el
mandatariojudicialconozcade oficiotodos los asuntosparticulares
en la Nación; también debe tener la posibilidadde actuar espontá-

198
neamente en los caso importantes que sean del domino público. y
no dejar que según sea el planteamiento del particular se tome la
decisión, sino que efectivamente pueda "suplirse la deficiencia de
la queja", para no depender de los recursos y capacidad del indivi-
duo quejoso. Y establecer las reglas en beneficio colectivo de cómo
considerar los "actos de autoridad" impugnables, y otorgar "inte-
rés jurídico" sobre todas y cada una de las garantías constituciona-
les, de todos sus preceptos; ampliando la consideración actual
limitada a las garantías individuales, cuando toda la constitución
son garantías y todas son tanto individuales como sociales.
De tal manera que pudiera conservarse un recurso de reclama-
ción individual para asuntos particulares y privados (en el artículo
107), que se manejara a petición de parte. En que si bien no se
"ampare" frente a actos de autoridad, sino que se le obligue a ésta
a acatar la ley, no tenga que actuar de oficio el mandatario judicial.
Mientras que se estableciera el artículo 105 para el derecho de
reclamación de la soberanía nacional de la sociedad, vía sus inte-
grantes individuales, para hacer exigible primero que nada que la
autoridad federal cumpla la constitución, a petición de parte, pero
no sólo agraviada directa, sino en favor del interés general; y que
aquí pueda intervenir de oficio el Tribunal Supremo. Y derivada-
mente que las controversias constitucionales de la sociedad e indivi-
duos con los mandatarios públicos sobre cuestiones y actos públicos
y leyes y ordenamientos, también fueran conocidos a petición de
parte. Y finalmente, dejar que otras instancias judiciales se ocupen
de los mismos asuntos pero relativos a leyes secundarias.
2.6.7 Conclusión.
El tratamiento vigente de la Constitución sobre el mandante y
mandato judicial es insuficiente, impreciso e inconveniente y debe
ser corregido, partiendo del artículo 97, y condicionando las atri-
buciones, que más bien son mandatos, pero que deben ser replan-
teados. Muy especialmente los recursos de amparo (artículo 107),
de investigación de violación de garantías (artículo 97), de viola-
ción del voto público (artículo 97), y de control constitucional
(artículo 105). Debiendo incluir como funciones normales las antes
consideradas como extraordinarias por su carácter político.

199
El mandato judicial es primordialmente político, como lo es el
mandato ejecutivo y legislativo, pero tiene también un componente
de elevada especialización jurídica (que sin embargo no debe
sobreponerse y desvirtuar el primero). Y si el aspecto jurídico no
debe nulificar el político, como la forma nulificando el propósito
de fondo, el aspecto político debe utilizar los medios y procedi-
mientos jurídicos, que son su manera de expresión. Y así como debe
considerarse a las leyes como expresiones políticas con ropaje
jurídico (en cuanto a su origen, legitimidad y efectos), también debe
considerarse a la función judicial de interpretación de tales leyes,
y de aplicación de las mismas, en el proceso de administración e
impartición de justicia, como político en el fondo, revestido de
formalidades jurídicas. La misma justicia es ante todo un acto
político-social, pleno de juicios de valor, en su concepción y en su
implementación y sus resultados. Y no se trata solamente de una
cuestión jurídica, como si fuera independiente de la realidad social.
Lo que no significa la aplicación política de la ley, en el sentido de
perversión y deformación de su finalidad de bien moral y del espíritu
de la voluntad general para el beneficio colectivo; sino que no puede
ni debe apreciarse que la leyes esteri lizada voluntad social respecto
a valores superiores, producto de juicios estimativos, igual que la
interpretación de la ley, su aplicación y la administración de justi-
cia. Sino que actúan dentro de y para una sociedad.
La realidad político-social del derecho es un elemento funda-
mental de fondo y forma. Y su formalidad jurídica es lo que da
permanencia, obligatoriedad y autoridad. Las relaciones políticas
y sociales del derecho, lo configuran, ya sea como instrumento de
control, de sostenimiento del status quo y de los privilegios de los
factores reales de poder que la implantaron o de protección a las
mayoriaspobres y promoción de sus intereses. No en balde en la
constitución se establece el proyecto de Nación.

3. Responsabilidades de losservidores públicos(Título Cuarto).


Introducción. La adición de este Título Cuarto fue bienvenida
al ser requerida por aclamación popular. Pero se elaboró de tal

200
manera que no significara un riesgo verdadero. Este es un claro
ejemplo del manejo político del derecho por el propio poder públi-
co, para aparentar avances y elevados principios, que no se llegan
a dar en la práctica. Pero como en el caso de las finalidades sociales
del capítulo económico (artículos 25, 26, 27 Y 28), introducido
también en el periodo diciembre 1982-83, y de las finalidades
sociales establecidas en los artículos 30, 40. Y 123, hay que recalcar
que no se pueden considerar como meras declaraciones de inten-
ción, de buenos propósitos, sino que al incluirlos en la ley funda-
mental, adquieren no sólo obligatoriedad sino la supremacía de la
misma por la jerarquía de las leyes (artículo 133). y se convierten
en expresiones consistentes de los principios rectores de soberanía
nacional del pueblo y mandato político-jurídico. Y son base de una
ley justa.
y tales obligaciones constitucionales, hay que subrayar, ya no
son meramente declarativas, como en los discursos políticos de
campaña. Y pueden y deben hacerse exigibles, a diferencia de la
práctica tradicional de las ofertas electorales de programas de
gobierno.
y entonces son compromisos obligatorios y no discrecionales
y voluntarios de la autoridad. Que de hecho, la misma autoridad en
goce del ejercicio del poder público, se los ha auto-impuesto, a
sabiendas de que tiene el mismo poder para no tener que cumplirlas,
y mucho menos para que alguien se los exija, y ya es impensable
que los force a cumplirlos.
El presidente, en alarde de poder público, se ha auto-obligado
a grandes responsabilidades. Pero al ponerlas, no digamos por
escrito, sino en la ley, y en la misma ley suprema, ha adquirido
enormes compromisos. Que tendrá que "solventar" una vez que se
encuentre la fórmula en que la sociedad y sus integrantes puedan
hacer exigibles tales obligaciones legales. Los gobernantes se han
puesto la soga al cuello, y ahora se requiere la capacidad de jalar
de ella, no para ahorcarlos, sino para hacerlos cumplir.
y de ahí la relevancia del derecho de reclamación social tratado
aquí.
Por supuesto que desde el deber ser del concepto de mandato
de la soberanía nacional del pueblo, entonces las leyes son manda-

201
tos de la voluntad general para el beneficio colectivo. Y el manda-
tario está obligado a cumplir tal mandato permanente, a riesgo de
que se le haga exigible mediante apremio, se rindan cuentas, se
encuentren responsabilidades, se sancione y se revoque el mandato,
en su caso.
Es desde esta óptica del mandato como debe verse el concepto
de responsabilidades de servidores públicos, o más bien de manda-
tarios.
3.1 Responsabilidad presidencial.
En un sistema politico de gobierno de un solo hombre, si el
presidente no tiene responsabilidades, entonces todos los demás
miembros tampoco las tendrán. Si tanto Y tantos dependen del
presidente y éste no responde por sus actos, todo el esquema de
responsabilidades se viene abajo. Porque es el presidente, en un
solo individuo, en quien "se deposita el ejercicio del Supremo
Poder Ejecutivo de la Unión" (artículo 80), y el que manda, designa
y remueve a todos los funcionarios y empleados del ejecutivo,
incluyendo las fuerzas armadas, los ministerios públicos y los
policías, así como todo el sector central y paraestatal.
Si el presidente, durante su encargo, sólo puede ser acusado por
los delitos de traición a la Patria y delitos graves del orden común
(artículo 108), sorprende que el articulo 111 se refiera a los términos
del artículo 110, que trata del juicio político. Se acusa ante la
Cámara de Senadores, que asume funciones judiciales y resuelve
con base en la legislación penal aplicable. Donde el artículo 123
del Código Penal tipifica el delito de traición a la Patria en su
fracción 1 como la realización de "actos contra la independencia,
soberanía o integridad de la Nación mexicana con finalidad de
someterla a persona, grupo o gobierno extranjero" (de lo que podría
acusarse al ex-presidente Salinas en relación a la negociación y
firma del TLC, por sus condiciones tan desfavorables a los mexi-
canos). Recordando que en caso de guerra extranjera, al traidor a
la Patria puede, como excepción, imponérsele hasta la pena de
muerte (artículo 22). Y los delitos graves del orden común, que
incluyen delitos contra la vida e integridad corporal, pero también

202
el robo y el fraude, privación de la libertad y varios más. Y el
procedimiento de juicio político sólo podrá iniciarse un año después
del periodo de su encargo (artículo 114), que da posibilidad de
aplicarse a un ex-presidente, pero ya sin sanción práctica, pues la
inhabilitación post-presidencial es ridícula.
Por lo antes visto, al mandatario ejecutivo no se le puede acusar
de juicio político o sancionar administrativamente, y sólo penal-
mente por delitos muy limitados, aunque tenga responsabilidad
real. O puesto de otra manera, el presidente no tiene responsabili-
dades políticas y administrativas, durante su encargo, y sólo unas
pocas responsabilidades penales. No responde por ellas, y entonces
no es responsable.
Lo anterior es una aberración política yjurídica, pues no esjusta
al establecer responsabilidades posibles para todo menos para el
jefe máximo, que es el que los manda en nuestro sistema; no sólo
a los empleados del ejecutivo, sino también a los del judicial y al
legislativo del partido oficial, que tienen control de todos los
órganos legislativos. Y por supuesto que esto no es un acto de
soberanía popular, pues el bien protegido es la persona del presi-
dente y su seguridad, y no la del pueblo y sus individuos. Ni es un
mandato, cuando no se dan recursos al mandante, pueblo soberano,
para hacer exigibles sus derechos, llegando hasta el señalamiento
de responsabilidades y sanción al mandatario.
El primer mandatario debe ser el primer responsable, no para
que pueda ser acusado permanentemente, por motivos políticos,
pero sí para que responda de sus obligaciones legales, que forma-
lizan sus mandatos, incluidas sus ofertas políticas de campaña,
respecto a su programa de gobierno. Y de no obtener los resultados
ofrecidos en el bienestar. Así como de todos losdelitos que cometa
en el ejercicio del poder, por abusos o excesos en su ejercicio. Sus
responsabilidades son penales, todas las graves, y además las
políticas y administrativas, como jefe del sistema político y de toda
la administración del ejecutivo.
El primer responsable es el que manda, pues bien se dice que
puede delegar autoridad pero no responsabilidad, de la que se le
debe acusar.

203
3.2 Responsabilidad política.
Cuando se incurre "en actos u omisiones que redunden en perjui-
cio de los interesespúblicosfundamentales o de su buen despacho"
(artículo 109).Y de acuerdo con la Ley Federal de Responsabilidades
de los Servidores Públicos en su artículo 70., se establecen, lo que
podría llamarse violaciones a los derechos políticos: 1) el ataque a
la libertad del sufragio, a las instituciones democráticas y a la forma
de gobierno republicano, representativo, federal (y falta lo de demo-
crático del artículo 40). Este es el grupo más importante de tales
intereses públicos fundamentales, que más bien son intereses polí-
ticos fundamentales del soberano popular. 2) Las violaciones gra-
ves y sistemáticas a las garantías individuales (y se añade) y sociales
(aunque no se habla explícitamente de garantías sociales en la
constitución). Esto se relacionará con la fracción 1del artículo 103
(sobre controversias por leyes o actos de autoridad que violen las
garantías individuales), junto con el artículo 107 del juicio de
amparo, pero también con la averiguación de la Suprema Corte
de violaciones graves a las garantías individuales, y aún el artículo
364 del Código Penal a quien "de alguna manera viole, con perjui-
cio de otro, los derechos y garantías establecidos por la Constitu-
ción General de la República en fayor de las pers~" (subrayado
mío). 3) Las infracciones legales que causen perjuicios graves a la
sociedad o el gobierno (subrayado mío), o trastornen su funciona-
miento normal (lo que se supone pueden ser garantías sociales
también). 4) Las violaciones graves a los medios de manejo de los
recursos económicos públicos. 5) y la usurpación de atribuciones.
y a las consecuencias del juicio político se pueden añadir las de los
delitos del Título Décimo del Código Penal, cometidos por servi-
dores públicos, entre los que se encuentran los de enriquecimiento
ilícito (artículo 224), peculado (artículo 223), ejercicio abusivo de
funciones (220), intimidación (artículo 219), coalición de servido-
res públicos (artículo 216), abuso de autoridad (artículo 215),
ejercicio indebido de servicio público (artículo 214) y demás.

Resulta sorprendente siempre el texto del artículo 70. sobre los


intereses públicos fundamentales. Los relativos a derechos políti-
cos en especial, deberían incluirse como garantías individuales Y

204
sociales en el texto constitucional, y también el de las infracciones
le?ales gravosas a la sociedad. Las del manejo de recursos econó-
mICOS, recordando el artículo 134, 109 Y 113 se referirán a respon-
sabiidades administrativas sobre la honradez, eficacia y eficiencia.
Pero más sorprendente, o en su caso, más mal pensable, es que
las sanciones del juicio político "consistirán en la destitución del
servidor público y en su inhabilitación para desempeñar funciones,
empleos... en el servicio público" artículo 110.
Se aprecia una gravísima desproporción entre la importancia
de los intereses sociales fundamentales violados, y entre el proce-
dimiento extraordinario (en que la Cámara de Diputados acusa ante
el Senado, que se erige en jurado de sentencia), y en relación con la
sanción, que es inocua: se le separa, cuando debía castigársele de
manera mucho más severa. La causa es grave, el proceso lo es
todavía más, y la conclusión es tan desproporcionadamente teme-
rosa que trivializa todo el régimen de responsabilidades. Se protege
el interés del servidor a costa del interés del soberano. Es una broma
a la soberanía popular y a la justicia.
Pero también el procedimiento para exigir responsabilidades
políticas es ominoso: involucra a todo el congreso, con los diputa-
dos como acusadores y los senadores como jurado de sentencia
(artículo 110).
En vez del anterior debe establecerse un procedimiento de
rendición de cuentas en los temas de que se trate, ante un tribunal
judicial. Especializado para conocer de las responsabilidades de los
servidores públicos (como sucede en el caso de la materia agraria,
laboral o electoral a pesar del artículo 13 sobre leyes y tribunales
especiales), y que basado en el mandato político-jurídico, establez-
ca responsabilidades sanciones y/o revocación del mandato y
mandatario. Eliminando la acción judicial del legislativo.
3.3 Responsabilidades administrativas.
Las responsabilidades por honradez, lealtad, imparcialidad y
eficiencia (artículos 109-111 y 113) deben relacIonarse con las ~l
artículo 134, y las del artículo 70.-VIII de la LeY.<f:e Respo~~blh­
dades (a pesar de estar incluidas en la responsabi.hdad pohtica), y

205
tienen que ver con el desempeño leal y patriótico de su cargo
(artículos 87, 97 Y 128). Y la responsabilidad de legalidad, más que
administrativa es política y legal, como se señalan en las mismas
protestas de ley antes citadas, y tienen que ver con el régimen de
facultades expresas (artículo 89-XX, 124 y 133). En realidad las
citadas responsabilidades son lo. políticas, 20. legales del mandato,
y penales en caso de la honradez y 30. administrativas del mandato.
En el caso del enriquecimiento del artículo 113, la sanción
administrativa de 3 tantos del beneficio obtenido o del daño causado
parece un desincentivo adecuado. Pero se confunde con el caso de
enriquecimiento ilícito, como figura penal (artículo 109 Y el 224
del Código Penal, y otros relacionados). El caso de la corrupción
es el más grave, por su tradición gubernamental, su extensión y
dimensión, y porque se da en un país pobre y de grandes mayorías
pobres y debe tener un régimen especial: lo. penal, 20. político y
30. administrativo. Pero consistente y no como ahora en que la
consideración administrativa del 113 parece imponer límites al
campo penal sin atender el articulo 109-II Yel 111.
En general convendría tal vez dejar para un juicio de responsa-
bilidades administrativas la lealtad a la función, la imparcialidad y
la eficiencia y eficacia. Poner en responsabilidades penales las viola-
ciones a la honradez, y en responsabilidades políticas las violacio-
nes a la legalidad.
y que fuera el tribunal antes propuesto, para responsabilidades
de servidores públicos, el que juzgara en los tres casos, y en el de
corrupción que lo hiciera por los tres conceptos.
3.4 Responsabilidades penales.
El procedimiento de la declaración de procedencia de la Cáma-
ra de Diputados de "si ha o no lugar a proceder contra el inculpado"
(artículo 111), es también desproporcionado, y se requiere cambiar-
lo por el del tribunal de responsabilidades de servidores públicos
que se ha propuesto (a pesar, como se ha dicho, del artículo 13, que
podría incluir otra excepción). Si bien es procedente la fracción 11
del artículo 109, de que "la comisión de delitos por parte de
cualquier servidor público será perseguida y sancionada en los

206
términos de la legislación penal". Particularmente de los Títulos
Primero, Segundo, Tercero, Cuarto, Quinto, Séptimo, Noveno,
DécimoPrimero, Décimo Noveno, Vigésimo Primero y en especial
del Décimo, todos del Libro Segundo del Código Penal.
3.5 Conclusión.
Toda vez que un problemaprincipal de nuestra realidad es el
mal gobierno, el tratamiento de lasresponsabilidades es fundamen-
tal. Dicho malgobiernoes producto preponderante de la ilegalidad
y la corrupción. De los abusos y excesos en el ejercicio del poder
(en provecho del mandatario o sus beneficiarios indebidos), y de la
violación de garantías individuales y sociales. Y de la falta de
resultados aceptables frente a la finalidad social.
Unaconstitución, paraserjusta, debedargarantías legales para
combatirtaJes lacras, lo que significa una gran prioridad nacional,
y así evitar la impunidad, que actualmente es la prácticacorriente
por la falta de funcionalidad del régimen de responsabilidades. Pues
aún con sus sanciones vergonzosas a veces, el mayor defecto está
en lo inalcanzable del procedimiento. Su imposibilidadpolítica en un
sistema de virtualmente un solo partido.
El principiorector de la organización del mandato político-ju-
rídico es fundamental paraello: Elpueblomandante debeclarificar
susmandatos y debenestablecerse parámetros decaminos y medios
(que se convierten en la la. prioridad práctica), para delimitar las
responsabilidades de los mandatarios ejecutivos, judicialesy legis-
lativos. Y por ello es procedente llevar a cabo evaluaciones regu-
lares del cumplimiento de tales mandatos, por una autoridad con-
troladora administrativa, pero con la diferenciade que participen
representantes socialesen tal proceso, y que se haga público.
y si bien es acertado que cualquier persona pueda reclamar a
las autoridades el cumplimiento de sus responsabilidades, tanto
legales como administrativas y políticas, y denunciarsu incumpli-
miento (artículo 109), como coadyuvantes del interés social (pues
si pueden denunciar también tienen derecho a reclamar, como
integrantesde la soberanianacional); deben establecerse procedí-

207
mientos muy diferentes a los señalados en el Título Cuarto consti-
tucional,para que en vez de involucrar al mandatario legislativoen
funciones judiciales, se utilice al propio mandatariojudicial. Pero
que se le dé una especialidad sobre el tema, sin que esto signifique
fuero ni tratamiento que vaya contrael principiode generalidadde
la ley. Sino que tenga unaespecialización por materia, a lo que hay
que añadir la regla de que los ciudadanos participen en su carácter
demandante (oauxiliardelmandante) y nodeauxiliardelmandatario.
Para lucharcontrala ilegalidad y la corrupción, contrael abuso
del poder, se requieren muchos recursos (como el amparo modifi-
cado y las comisiones de derechos humanos), pero sobre todo el
derecho de reclamación social para que participela sociedaden su
auto-defensay ladel interésgeneral,y de tribunalescon unmandato
sobre la función pública,que acaten la obligaciónde hacer cumplir
la ley (especialmente a los mandatarios ejecutivos), y de desempe-
ñarse para el beneficio colectivo de acuerdo a la voluntad general.
Junto con el derecho de denuncia, para que investigue la persecu-
ciónde delitos un ministerio público especializado, y en casosexcep-
cionales de gravedad, hastala Suprema Corte de Justicia.
y también la autoridad administrativa que evalúeregularmente.
Aún considerando que si los mandatarios cumplieran sus mandatos,
no habríanecesidad de tantos controles externos, y en principio debe
promoverse la responsabilidad de arribapara abajo,con el propósito
de que los mandos superiores controlen a los mandos medios, y éstos
a los mandosinferiores y al resto de los empleados-servidores.
Recordando que sin un régimen de responsabilidades, no se
puede dar la exigibilidad de las obligaciones legales, que formali-
zan los mandatos de la soberanía popular. Y si se afirma que una
norma que no tiene sanción es imperfecta, cuanto más una norma
que no se puede hacer cumplir, que-es mucho peor que imperfecta.
Es sin sentido. Es sólo un engaño político.
El régimen de responsabilidades es un medio indispensable
para permitir la operacióndel mandato político-jurídico, y hacerlo
exigible. El derecho de reclamación social, clave para hacer cum-
plir la ley a la autoridad, no tiene sustento sin tal régimen.

208
Por lo que en la constitución deben establecerse conjuntamen-
te: el artículo 17 modificado para incluir el derecho de reclamación,
a lo que se ajuste el articulo 107 del amparo, el control constitucio-
nal del artículo 105, Yla investigación del 97, Yel Título Cuarto de
responsabilidades, subrayando el derecho de denuncia, junto con
las protestas de ley de los artículos 87, 97 y 128.
La posibilidad de la corrupción pública impune, en un abuso y
desviación de poder, y de consecuente .incumplimiento legal, es
causa y origen principal del critico mal gobierno, y de un régimen
de ilegalidad (de un gobierno fuera de la ley), que además viola
garantías. Junto con la causa política de la falta de democracia, en
el gobierno de un solo hombre.
y deben combatirse en sus partes y en el todo, desde la misma
ley constitucional. Por lo que la ineficacia de los recursos del
régimen de responsabilidades y del amparo y del 97 y 105, Y la
inexistencia de recursos de reclamación social y de las protestas de
ley, es otra forma de corrupción y sobre todo un crimen político
de Estado. Por lo que es indispensable un nuevo y adecuado
régimen constitucional de responsabilidades, ya que el actual es
un fraude político que deja indefenso al soberano.

4. Federalismo
Demanera sintética se puede afirmar que desde el principio rector
de soberanía nacional, la voluntad general para el beneficio general
debe verse según los ámbitos de que se trate. El pueblo nacional es
soberano nacional, pero el pueblo estatal es el soberano estatal,
como el pueblo local es el soberano local. El pueblo es el soberano,
en su respectivaagrupación o demarcación territorial. Así lo aprecia
el artículo 41 cuando señala que "el pueblo ejerce su soberanía por
medio de los Poderes de la Unión, en los casos de competencia de
éstos, y por lo de los Estados, en lo que toca a sus regímenes
interiores...". y también el artículo 40 al indicar que la república
está "compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concer-
niente a su régimen interior; pero unidos en una Federación... ".
A lo que se añade el propósito del municipio libre (artículo 115).

209
Así que el principio rector de soberanía del pueblo exige la
organización del mismo pueblo a diferentes niveles locales y na-
cional para mejor expresar su voluntadgeneral y otorgar mandatos
para su autogobierno. Porque más que un sistema representativo,
con representantes electos para hacer lo que quieran, la soberanía
exige que sea el soberanopueblo el que gobierne, y lo hace a través
de la organizaciónpolítico-juridicade mandatos, en leyes y ofertas
electorales obligatorias, y a través de mandatarios encargados, y
obligados por un régimen de exigibilidad, en el que sobresale el
derecho de reclamación y un esquema de responsabilidades, coer-
ción y sanción.
Los 3 principios rectores de la Constitución, el de soberanía
popular, el de mandato yel de justicia se expresan claramente por
el espíritu del federalismo, y en contra de nuestra realidad post-re-
volucionaria, de un centralismo asfixiante que forma parte de un
sistema político de gobierno autoritario de un solo hombre, junto
con un partido de Estado virtualmente único, y la falta de división
de poderes. Todoparatenerlamayorconcentración posiblede poder,
para que sea inatacable, y su fuerzade hecho le dé el uso del derecho
y la impunidad de su abuso, y manejo discrecional del poder y del
gobierno,parasu propiobeneficio y el de losfactores realesde poder.
Existe el federalismo en la letra constitucional y su problema
principal está en contar con el recurso de reclamación social para
hacerlo exigible. Y ajustar todos los preceptos que vayan contra la
soberanía local. Y por supuesto cambiar el régimen del Distrito
Federal, que es uria afrenta a la soberanía del pueblo, cuando la
mayorconcentración urbanadel mundo, de por lo menos 15millones
(sin contar los de zonas conurbadas pero de otras demarcaciones),
tienen un gobierno asignado, delegado por el presidente. "El go-
bierno del Distrito Federalestá a cargo de los Poderes de la Unión,
los cuales lo ejercerán por siya través de los órganos de gobierno
(en otra modalidadde auto-gobiernoy mandato) del Distrito Fede-
ral". Esto es una aberración y ataque a la soberanía popular. Y una
burla es cuando se añade que tales órganos son "representativos y
democráticos, que establece esta Constitución" (artículo 122).

210
El caso es tan claro, de la contradicción entre la Constitución
y la realidad en materia de federalismo, y el escándalo del gobierno
del D.F., en que todo gobierno local se decide en el centro, que no
hay mucho que abundar. Es necesario sustituir el texto del D.F., y
corregir en parte, pero sobre todo combatir la constitución incum-
plida en federalismo, para ejercer las soberanías locales.
Lo que tiene que hacerse por medios jurídicos del derecho de
reclamación y del régimen de responsabilidades, para el acatamien-
to del mandato popular, y también por la vía política democrática
para cambiar el sistema de gobierno centralista basado en un solo
hombre, los poderes federales abusivos, y el predominio del ejecu-
tivo. La división de poderes por función debe acompañarse de la
división por ámbito geográfico. O más bien, la división de compe-
tencias de funciones, por la división de competencia de organiza-
ción local del pueblo. Porque el pueblo es soberano en cualquier
delimitación que decida la voluntad general para expresar, y la
descentralización es clave para tal derecho.

5. Facultades de excepción
5.1 Seguramente es discutible una lista, pero no deja de sor-
prender la dimensión e importancia de las materias y facultades.
Indicando un exceso en las facultades de excepción, que definiti-
vamente no responden a la soberanía nacional del pueblo y su
beneficio, ni están organizadas adecuadamente como mandatos
político-jurídicos, ni son disposiciones justas en su mayoría. Afor-
tunadamente se ejercen muy esporádicamente, pero de manera
insuficientemente regulada, por lo que contienen una gran discre-
cionalidad e impunidad.
5.2 Agrupaciones.
5.2.1 La suspensión de garantías (29), declaración de desapa-
rición de poderes (76), solución de problemas políticos entre pode-
res de un Estado (76), nombramiento de jefe del D. F. (76),
protección del centro a los Estados (119), y aún en la interrupción
de la constitución (136), denotan como común denominador el
dominio centralista 'en contra del federalismo y la soberanía del

211
pueblo local en los asuntos locales. Y se refieren a hechos de armas:
"invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro
que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto... " (artículo
29); "cuando hayan desaparecido todos los poderes constituciona-
les de un Estado... " (articulo 76); ce . . • se haya interrumpido el
orden constitucional mediante un conflicto de armas... " (articulo
76); " . . .toda invasión o violencia exterior. En cada caso de
sublevación o trastorno interior... " (artículo 119); " ...por alguna
rebelión se interrumpa su observancia. En caso que por cualquier
trastomo público se establezca un gobierno contrario a los princi-
pios que sanciona, tan luego como el pueblo recobre su libertad. . ."
(artículo 136).
La agrupación anterior parece un resabio de los tiempos de
asonadas y golpes de Estado. Pero sobre todo no refleja mandatos
de una voluntad general para el beneficio colectivo. El bien jurídico
protegido no es la soberanía popular, sino la seguridad del gobierno
y su sistema político. Estableciendo legalmente facultades de do-
minación del presidente y del centro a los gobiernos locales, o más
bien a los mandatos y mandantes locales, supuestamente soberanos
populares.
Más que facultades de excepción se deben considerar mandatos
de excepción que sean claramente limitados para funciones de
emergencia del propio pueblo soberano. Por ejemplo debe estable-
cerse, al contrario de lo que ha recientemente declarado la Suprema
Corte (22 de marzo de 1996), que para que el presidente pueda
utilizar a las fuerzas armadas para la seguridad interior, debe previa-
mente declararse la suspensión de garantías (misma que debe ser
muy restringida) o la formal petición de protección del pueblo
soberano de un Estado (y no de sus autoridades contra el pueblo),
de los artículos 29 y.l19.
La desaparición de poderes debe sólo provenir de la soberanía
popular de un Estado y no de autoridades federales, y quizás preser-
var su intervención en caso de problemas políticos entre poderes de
un Estado. Pero más que tutela central debe ser del pueblo global.
Hay quien interpreta que el articulo 136 da el derecho a la
revolución en contra del gobierno, presuntamente golpista, contra-

212
rio a los principios de la constitución, para que el pueblo recobre
su libertad y con ello restablezca su observancia. Esto parece ser
producto de la experiencia revolucionaria del Jefe y Ejército Cons-
titucionalista de 1912hasta 1917.
Pero el problema es complejo: la experiencia reciente del
gobierno de Salinas mostró "como" un presidente puede llevar
hasta el límite su poder, como en el caso de la firma de un Tratado
(que se convierte en la ley suprema según el artículo 133)desfavo-
rable a los intereses generales de los mexicanos. Reformó además
a su antojo la Constitución, usando el recurso legal pero ilegítimo
del artículo 135.Y tambiénactuóen contrade los principiosbásicos
constitucionales, como en el caso de todas las garantías sociales
(artículos 3, 4 Y 123) Y muy especialmente de las finalidades
sociales de los artículos 25, 26, 27 Y 28, llegando al extremo de
medidas contra-revolucionarias en materia agraria, con la privati-
zación del ejido, la desnacionalización de la industria petrolera, y
la reducción de las áreas estratégicasde participación exclusiva del
sector público. Su políticaeconómicafue claramenteanti-constitu-
cional, aún a pesar de sus reformas,también ilegales.
¿Se trató del caso de que aún sin rebelión se interrumpió la
observancia de la Constitución, y de que por el trastorno público
del fraude electoral de 1988, se estableció un gobierno contrario a
los principios constitucionales? ¿Lo que requería que el pueblo
recobrara su libertad,dando derechoconstitucional a la revolución?
¿Y qué al recobrar dicha libertad se juzgara a Salinas y a los que
hubieren figurado en su gobierno, o hubieren cooperado con él, de
acuerdo a la Constitución restablecida? ¿Pero se ha restablecido?
5.2.2 Las facultades presidenciales de expropiación (artículo
27), expulsar extranjeros(artículo33),legislarextraordinariamente
(articulo 49, 29 Y 131), disponer del D. F. (articulo 122), declarar
la guerra (artículo 89), presentar candidatos a ministros de la
Suprema Corte (articulo 89), de no tener casi responsabilidades
(artículo 108), y aún del abuso de iniciar leyes (artículo 71,) se
aprecian como exageradas y propiciadorasdel gobierno de un sólo
hombre, cuando se consideran todas las demás facultades, supues-

213
tamente ordinarias, que tiene a lo largo de la Constitución, entre
las que sobresale la de disponer de todas las fuerzas armadas.
Fomentan y danapoyolegal(aparente, pero ilegítimo), al presiden-
cialismo fuerte o más bien al caudillismo presidencial.
Peroel gobierno autoritario, discrecional, unilateral e impune, de
un sólo hombre, de seguro noconcuerdaconla soberaníanacional del
pueblo, en su voluntad general, ni es para el beneficio colectivo. Y
tales funciones no pueden ser mandatos de la soberanía popular, ni
estánorganizados comomandatos a un mandatario, sinocomo dere-
chos del gobernante, que detenta la soberanía nacional, de hecho
(cuando el mandatario notienederechos sinoobligaciones).
A todas las funciones regulares, excesivasen númeroe impor-
tancia, no sólo se añaden estas excepcionales, todo en términos
legales (pero "contra natura" democrática), sino también las mal
llamadas meta-constitucionales, cuandoen realidad significanestar
fuerade la ley y no por arribade ella,y por supuesto de la soberanía
popular.
Es obvia la necesidad de limitary precisarlos mandatosejecu-
tivos, y darlesfinalidad plenade soberaníapopular. Y por supuesto,
hacerlos exigibles.
5.2.3 El casodel mandatario judicialactuandocomoinvestiga-
dor de violaciones de garantías y del votopúblico(artículo97), por
fuera de su función judicial, es aceptable en tanto lo haga como
parte de su obligación de hacer cumplir la ley, especialmente al
mandatario ejecutivo.
Seguramente seráconveniente ampliarlas funciones y manda-
tos políticos del mandatario judicial de la Suprema Corte, para
prestarsu mayorconocimiento jurídicoy legal, parahacer valer un
Estado de Derecho. En una estrategia social de enfatizar el uso
político del derecho,' y de los mandatarios que más que jurídicos
son políticosen el fondo y jurídicosen la forma.
I El 23 de abril la Suprema Corte de Justicia, en una decisión sin precedente, como
consecuencia de su investigación de graveviolación de garantías individuales en el caso de
Aguas Blancas; a petición, también sin precedente, del propiopresidente de la República;
dictaminó la existencia de culpabilidad delictuosa del ex-gobernador de Guerrero, particu-
larmente en el encubrimiento oficialde la verdad de la masacre, que porsupuestovioló las

214
5.2.4 El caso del mandatario legislativo en funciones distintas,
como erigirse en colegio electoral para calificar la elección presi-
dencial (artículo 74), Yconcederlicenciay aceptarla renuncia, por
causagrave, del presidente(artículo73),es singular. Las 2 últimas,
parecen convenientes, pero no así la primeraque claramente debe
correspondera una autoridad electoral.
Tampoco se ve conveniente que la Cámara de Diputados que
calificala elecciónpresidencial, actúeen función judicial declaran-
do la procedencia de la acusación penalcontra servidores públicos
(artículo 111, 74 Y 14),o que los senadores actúen comojurado de
sentencia en el juicio político (artículo 76 y 110) Yresuelvan de la
acusación penal contrael presidente (artículo 110 Y111), cuando eso
correspondería a un Tribunal especializado en responsabilidades.
como se ha argumentado. O fungir como fiscal en los juicios
políticos y eljuiciopresidencial (artículo 74, 110Y111). La interven-
garantíasde respeto a la vída, seguridad,defensa y petición, y las libertades de tránsito, libre
expresión, protesta, y libertad a no ser detenido sín orden de aprehensión de la autoridad
judicial. Todo esto dentro de una cultura del engaño, maquinacióny ocultación que ha
permeado la vida política nacional (todo en palabras de los ministros), pues ante graves
acontecimientos que han ocurrido en el país, en vez de ser afrontados con reconocimiento y
deseos de superación, se han pretendido escondera pesar del alto costo socialdel engañoy el
ocultamiento al pueblo que eligióa las autoridades. Mismasque actuaron como W1 grupúsculo
detentador del poder que había que conservar, aún cuando ello implicara ocultar la verdad
y proteger a los responsables de los hechos, violando el derecho a la legalidad y a la
información de los ciudadanos (La Jornada, p. 10,24 de abril, 1996).
Esta acción acertadamente defmida por la Corte como "no jurisdiccional de defensa
de garantías individualesconstitucionales",junto con losténninos inusitadosempleados por
los ministros, sin duda significan un evento singular en que el máximo órgano del Poder
Judicial está empezando a estar a la altura de su responsabilidadhistórica, en estos tiempos
de crisisde cambio,mostrandolo quepodriaser el gobierno si funcionaran sus instituciones de
acuerdo a la Constitución. En cuanto el presidente dio total libertad al juez y éste ejerció
plenamente tal libertad para actuar imparcialmentey enjusticia, SC'obtuvo un resultado que
toda la sociedad suponía pero que no queria reconocer el gobierno. Todo esto confuma 1)
la conveniencia de ampliar las funciones politicas con efectos jurldioos del mandatario
judicial. 2) que la sociedad reclame el ejercicio de sus derechos a que se cumpla la ley, 3)
que del presidente depende en gran medida que al "dejar libres" a los mandatarios(judicial
y legislativo), estos puedan desempellar sus funciones conatitucionales. Pero sobre todo
confll1na que no es deaeable ni posible que el pueblo espere del gobierno que _te actúe
legalmente, sino que es indispensable que participe polfticamente para exigirlo, pues la
presión de la opinión pública es fundamental P'" haeer valer la legalidad Y el Estado de
derecho.

21S
ción constitucionalmente dispuesta del legislativo en materia del
proceso de señalar responsabilidades a los servidores públicos es
totalmente inapropiada en la función y el proceso, y produce efectos
tan negativos que prácticamente anula el recurso de denuncia y
acusación del individuo frente a las responsabilidades políticas, pe-
nales y administrativas de tales "servidores". y también dificulta
extremadamente la sanción.Por lo que debe de plano sustituirse por
un tribunal de responsabilidades de servidores públicos, en la
forma que se ha manifestado en tal materia.
La voluntad soberana del pueblo y su beneficio, la considera-
ción de ley justa, así como la organización del mandato, exigen
todos la eliminación de estas funciones de excepción, salvo las
señaladas de conocer de la renuncia presidencial. Y las de ratificar
nombramientos del presidente, sólo que cambiando al Senado por
la Cámara de Diputados (articulo 76).
El nombramiento y remoción del jefe del D. F. del artículo 76 es
desde todos los ángulos improcedente, como lo es que el presidente
elija a los ministros de la Suprema Corte (recién reformado a "sólo"
presentar la terna para que elija el Senado), y también lo es el caso de
que el congreso federal legisle para el D. f. (articulo 73 y 122).
Pero seguramente el caso más grave de facultades de excep-
ción, es el de que un diputado cualquiera pueda legalmente con-
vertirse en constituyente y reformar, y aun adicionar, la Ley Supre-
ma, que redactó el Congreso Constituyente de 1916-17, electo
expresamente para una función legislativa extraordinaria y funda-
cional, al término de la Revolución. Un congreso histórico puede
ser corregido y aumentado por cualquier congreso ordinario, de
tantos que ha habido. Esto es un escándalo constitucional, que va
en contra de la acertada norma del 72-f) de observar los mismos
trámites establecidos para su formación. Y por supuesto va en
contra del interés general soberano y de la voluntad general, dejan-
do en manos del presidente en tumo (que tradicionalmente ha domi-
nado al legislativo en un sistema político de un partido virtualmente
único), la capacidad de cambiar a su discreción la ley de la Nación,
la ley del país (the law de the land).
5.3 Conclusiones generales.

216
Es obviamenteinadecuadoe improcedenteque la Constitución
tenga tal cúmulo y tan importante de mandatos más que facultades
de excepción. Sobre todo porque no se confirman en términos de
justicia, voluntad general, beneficio colectivo y organización delman-
dato. O puesto en forma distinta, los preceptos de excepción son en
general una norma injusta,contrala soberaníapopular y no facilitan
el mandato popular,por lo que deben eliminarse. De tal manera que
su aspecto de incumplimiento ya es de menor importancia.
6. Título Séptimo. Prevenciones generales
6.1 Primero apuntar las prevencionesde principiosjurídicos y
políticos generales fuera del Título Séptimo.
Todos tienen las garantías constitucionales en México (artículo
lo.), incluyendo los mexicanos no ciudadanos, y los extranjeros
(artículo 33), y los niños, los presos, sin excepción.
1) No hay leyes privativas, tribunales especiales y fueros
(artículo 13).
2) Sólo mediante juicio previo ante tribunales previamente
establecidos se podrá privar de un bien (artículo 14).
3) En los juicios civiles la sentencia deberá ser conforme a la
letra o a la interpretación jurtdica de la ley, ya falta de ésta, según
los principios generales de derecho y en losjuicios penales será de
exacta aplicabilidad de tipos delictivos (artículo 14).
4) Los tratados no pueden alterarlas garantías constitucionales
(artículo 15).
5) Nadie puede ser molestado sino en virtud de mandamiento
escrito de autoridad competente (artículo 16).
6) Nadie puede reclamarsu derechocon violencia(artículo 17).
7) Pero todos tienen derecho a que se les administrejusticia de
manera expedita y gratuita (artículo 17).
8) Garantía de independenciade tribunales y ejecución de sus
resoluciones (artículo 17).
9) Solo por delito que merezca pena corporal habrá lugar a
prisión preventiva (artículo 18).

217
10) La imposición de penas es exclusiva de la autoridad judicial
(artículo 21).
11) La persecución de los delitos, con su investigación, corres-
ponden al ministerio público y a la policía judicial (artículo 21).
12) La seguridad pública es una función a cargo del gobierno
a través de la policía (artículo 21).
13) Queda prohibida la pena de muerte salvo excepciones
(artículo 22).
14) El Estado puede imponer las modalidades que dicte el
interés público, a las empresas de los sectores social y privado de
la economía (artículo 25), a la propiedad privada (artículo 27), a la
distribución (artículo 28).
15) El uso, en beneficio general, de los recursos productivos
(artículo 25), el aprovechamiento de los elementos naturales sus-
ceptibles de apropiación (artículo 27), la utilización social de los
bienes y los servicios (artículo 28).
16) En tiempo de paz y de guerra (artículos 16,22,31,32,35,
129, 136).
17) La soberanía nacional reside en el pueblo y todo poder
público dimana del pueblo (artículo 39).
18) División de poderes (artículo 49).
19) Los legisladores son inviolables por sus opiniones (artícu-
los 61 y 109).
20) Toda resolución del Congreso tendrá carácter de ley o
decreto (artículo 70).
*21) En la interpretación, reforma o derogación de leyes se
seguirán los mismos trámites que para su formación (artículo n-f).
22} El Congreso tiene facultad de expedir todas las leyes sobre
facultades constitucionales a los Poderes de la Unión (73-XXX).
23} Legisladores son electos (artículos 51 y 56) como el presi-
dente (artículo 81) y no pueden reelegirse (artículo 83) ni de manera
continúa los legisladores (artículo 59).

218
24) El presidente es el poder ejecutivo (artículo 80).
25) Además de las obligaciones y facultades del artículo 89, el
presidente tiene todas las conferidas expresamente (régimen de
facultades expresas) en la Constitución (fracción XX del mismo
artículo).
26) La ley protegerá a los consumidores (artículo 28) , a los
derechos humanos (artículo 102), el medio ambiente (artículo 27).
27) Cualquier ciudadano puede denunciar las conductas pena-
les, o de violación política y administrativa (artículo 109).
COMENTARIO: Los principios jurídicos y políticos relatados
son en general positivos y justos, y aunque dificilmente son, en muchos
casos, actos de soberanía popular, sí son de beneficio colectivo. Sin
embargo, en general, también son incumplidos, y se carece del recurso
de reclamación para hacerlos exigibles por la soberanía social y los
individuos que la integran.
De manera sintética veamos la correspondencia de los nume-
rales anteriores con los que se presentan a continuación, con el
común denominador siguiente: Es dificil hacer valer las garantías
individuales y más el resto de las garantías constitucionales del
artículo 30 al 136.
1) Hay tribunales especiales agrarios, laborales y electorales.
2) El autoritarismo presidencial y del ejecutivo en general no acata
lo del juicio previo. 3) Las sentencias con frecuencia no son justas,
a través de no apegarse al verdadero espíritu de la ley. 4) El TLC
alteró las garantías laborales y las de los productores y comerciantes
que ya no pueden ser apoyados públicamente, y las garantías de
seguridad y soberanía nacional respecto a recursos naturales en
general, y en particular, petroleros; así como la soberanía financiera
y económica del país. El pueblo soberano está ya sometido por las
condiciones del préstamo del gobierno de E.U. por 51 mil millones
de dólares, por las Cartas de Intención del F.M.I. y por las cláusulas
del TLC y los acuerdos secretos en cada uno de ellos. 5) Frecuen-
temente se molesta al ciudadano sin mandamiento escrito. 6) El
problema no es que alguien reclame un derecho con violencia
(como el EZLN), sino que noexisten mediosprocesalesparahacer

219
exigibles tales derechos. 7) La justicia no es fácil de obtener, y
menos gratuita, pero nunca expedita. 8) El poder judicial no es
independiente como se refleja a partir de las resoluciones de la
Suprema Corte, por ejemplo en relación al uso del Ejército para
labores de seguridad pública. y sus resoluciones frecuentemente no
se ejecutan. 9) Frecuentemente hay prisión preventiva a opositores,
disidentes o manifestantes sin verdadero delito. 10) Las penas las
pone la autoridad judicial, pero a instancias políticas del poder
ejecutivo. 11) Frecuentes investigaciones no las desempeña el
Ministerio Público y la policía judicial, sino otras policías. 12) La
seguridad pública, cada vez más, está teniendo la participación
privada para proteger sus intereses. 13) El problema no es la pena
de muerte sino que se mate fuera de juicio. 14) No se cumplen las
modalidades, en general, y tampoco las dicta el interés público. 15)
Tampoco se hace el uso de recursos productivos en beneficio
general. 16) No se respeta que estamos en tiempo de paz, porque
en Chiapas cumple las funciones de Ejército de ocupación, en
funciones que no tienen claramente "exacta conexión con la disci-
plina militar" (artículo 129). 17) La soberanía nacional reside en
el presidente, en este país del gobierno de un sólo hombre. 18) El
poder lo concentra el presidente. 19) El caso de buscar silenciar y
castigar opiniones de legisladores del PRD en relación a Aguas
Blancas, Conasupo, Tabasco, y la venta de petroquímicas no lo
confirman. 20) Con frecuencia las determinaciones del Congreso
no tienen carácter de ley. 21) El caso escandaloso es que se reforma
la propia Constitución por un recurso económico por la contradic-
ción con el artículo 135 que implica una grave controversia cons-
titucional. 22) Es tan amplia la facultad, que nadie repamconfirmar
si toda ley del Congreso tiene referencia con alguna facultad de
algún poder federal. 23) Los supuestos representantes electos, no
son ni tan representantes ni tan electos, como es del dominio público.
24) De esto no cabe duda en cuanto a mando y control, pero y
entonces ¿qué son toda la montaña de burócratas? ¿Sólo empleados
todos del presidente? ¿Pero sí este es empleado del soberano popular?
¿Entonces los burócratas son empleados del presidente o del pueblo,
y a quien deben responder? 25) Las facultades constitucionales del
presidente, son excesivas. Se tiene un régimen constitucional favo-

220
rabie al mandatario ejecutivo en vez de a la soberanía popular.
26) La ley no protege al pueblo. El interés jurídico o bien jurídico
protegido es mayormente el del gobierno que el del pueblo, el del
presidente que el del individuo, el del mandatario público que el
del mandante. 27) Esto es una burla, como recurso procesal para
exigir responsabilidades, frente a la total inoperancia del régimen
constitucional de tales responsabilidades.
6.2 Prevenciones generales. Título séptimo: Facultades expresas
(ver artículo 89-XX). No sólo deben estar expresamente establecidas
en la Constitución, sino que además las no concedidas a los funcio-
narios federales, están reservadas a los Estados (artículo 124).
La limitación se supone que es en favor de la soberanía popular,
pero más lo sería si se señalara que es en favor del interés general.
El principio debido es muy importante: toda ley debe interpretarse
en favor del pueblo y no del mandatario. No en favor del Estado-
gobierno-autoridad-poder público, sino del pueblo soberano y sus
integrantes individuales.
Aun en el caso del mejor gobierno, la ley debe interpretarse en
favor del pueblo, pero en el caso de mal gobierno, que además no
es plenamente legal por carecer de plena legitimidad democrática,
con mayor razón, no debe interpretarse en favor del gobierno (que
más bien debe concebirse como el mandatario).
6.3 No podrá hacerse pago alguno que no esté comprendido en
el presupuesto (artículo 126). Le faltó decir lo mismo en relación a
cobro o recaudación alguna. Es una consecuencia del acertado
principio de facultades expresas, que significa un principio rector
del mandato. Se comenta tradicionalmente que el poder público
sólo puede hacer lo que está expresamente permitido, mientras que
el pueblo y el individuo pueden hacer todo lo que no está prohibido.
Esto valdría la pena señalarlo, porque tiene que ver con lo de
la interpretación en favor del pueblo y lo de las bases del mandato.
6.4 La protesta de ley del artículo 128, de guardarla, es clave:
antes que nada todo servidor público, mas que funcionario, debe
obligarse a cumplir la ley. Pero aquí se le olvidó al legislador que
también conviene comprometerse al desempeño patriótico de su

221
funcionv a tenercomofinalidad el beneficio del pueblo. Esto último
sobre todo. Como confirmación de que son mandatarios derivados
del pueblo, para quien trabajan y quien les paga. Y no que son
empleados del mandatario ejecutivo (en el caso principal), y enton-
ces le deben lealtad y obediencia al pueblo por arriba de todo, y
solo derivadamente a su jefe administrativo. Esto afortunadamente
se confirma también en el régimen de responsabilidades del Título
Cuarto, que se aplica "en general, a toda persona que desempeñe
un empleo, cargo o comisión de cualquier naturaleza en la admi-
nistración Pública Federal ..."(artículo 108). Porque al establecerse
en la Constitución se refiere al mandato del pueblo hacia los
burócratas, pues si fuera sólo un contrato laboral con el presidente,
seria en un contrato privado, y por supuesto no requeriría el apar-
tado B del artículo 123, ni responsabilidades públicas.
La protesta de leyes el sustento general para el mandato
popular, para el derecho de reclamación social y para la exigibili-
dad, rendición de cuentas, y régimen de responsabilidades y san-
ciones, y aun revocación del mandato.
6.5 "En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer
más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina
militar" (artículo 129).
Por supuesto que es necesario especificar ¿en qué radica o
cuáles son los límites de la disciplina militar: debe obedecer todo
lo que le diga su comandante supremo, el propio presidente (porque
las fuerzas armadas son parte del ejecutivo)? Seguramente que aquí
es relevante lo que se acaba de argumentar: dichas fuerzas armadas
son mandatarios del soberano popular y no del mandatario ejecuti-
vo presidencial. Ambos, ejército y gobierno civil, son mandatarios
del mismo mandante: la soberanía nacional del pueblo (la propia
sociedad civil). Y el presidente sólo es su superior administrativo,
pero no militar y tampoco político y social.
El mandato de la sociedad al mandatario de las fuerzas arma-
das, para que sea producto lógico de la voluntad general para el
beneficio del mismo pueblo, debe ser actuar en defensa de la
soberanía del pueblo, tanto en lo exterior (en caso de guerra externa
o invasión), como en lo interno. Recordando que la seguridad

222
nacional debe entenderse como la seguridad de la soberanía nacio-
nal del pueblo y no del gobierno, presidente, o sistema político ni
del país como un ente por fuera del pueblo. Que la seguridad
pública (artículo 21) debe entenderse como la seguridad común de
la sociedad, del pueblo. Y que la seguridad interior (artículo 89-VI)
debe entenderse también como la seguridad interior del pueblo
soberano, y la defensa exterior, no es de la Federación (artículo
89-VI), sino del mismo pueblo soberano. Y que a las fuerzas
armadas les corresponde al mandato, puesto en la constitución de
la seguridad interior del pueblo (proporcional a lo que representa
la defensa externa), diferenciada de la seguridad común del pueblo,
en cuanto a que la primera debe poner en riesgo la seguridad de
todo el pueblo nacional, y la segunda corresponde a la policía,
porque pone en riesgo la seguridad pública del pueblo local y más
bien de sus integrantes individuales. Este parece un criterio dife-
renciador por amplitud y significación más adecuado que simple-
mente guardar el orden. Y se le debe añadir la diferencia de materia,
entre combatir el delito y el crimen, por la policía, y combatir los
ataques a la totalidad y la esencia de la sociedad nacional. Lo que
es consustancial para garantizar la soberanía del pueblo.
La policía es el medio para combatir el crimen, aun el organi-
zado, y el ejército es el medio para combatir las amenazas nacio-
nales internas a la seguridad de todo el pueblo.

La policía es una fuerza del orden y debe enfatizar la preven-


ción y no la represión. Las fuerzas armadas se usan para la defensa
externa del pueblo, y en lo interior sólo en los casos excepcionales
de que se ponga en peligro, a todo el pueblo, de manera tan grave
como el caso de la guerra externa o invasiones. Pero no para
reprimir la soberanía popular sino para defenderla.

Si el esfuerzo por delimitar competencias no es suficiente, tal


vez fuera mejor simplemente asignar el mandato interno a la policía
y el externo a las fuerzas annadas, de guardar la seguridad del pueblo
sOberano, más que del país, y no del gobierno, Estado, presidente o
sistema politico. Para lo cualdeberá cambiarse la redacción actual del

223
articulo 129. O por lo menos precisar el concepto de disciplina
militar, junto con el de seguridad interior del artículo 89-VI.
6.6 Articulo 130 "El principio histórico de la separación del
Estado y las iglesias ... " (subrayado mío).
Es indebido que "las iglesias obtengan su correspondiente
registro ...", igual que el de los sindicatos o de los partidos políticos,
pues es conocido que la facultad del registro le da al mandatario
ejecutivo un poder que ni es justo ni producto de la soberanía
popular. Y de la misma manera, son improcedentes las limitaciones
políticas de no poder ser votado, de asociarse con fmes políticos, u
oponerse a las leyes o instituciones (aún cuando sean injustas), o la
de agrupaciones políticas que se relacionen con una "confesión
religiosa". Las reuniones de carácter político en los templos, ahí
prohibidas, se dieron en el diálogo en la Catedral de San Cristóbal
con el EZLN, y tuvieron un significado justo.
Si bien se modificó el régimen que desconocía la realidad de
las iglesias, de todos modos han quedado bastantes taras que deben
enmendarse.
6.7 Artículo 131.
Las facultades legislativas extraordinarias al presidente "cuan-
do lo estime urgente, a fin de regular el comercio exterior, la economía
del país, la estabilidad de la producción nacional, o de realizar
cualquier otro proposito en beneficio del país", son injustificadas
e inadecuadas, especialmente cuando es el propio presidente el que
estime unilateralmente la urgencia.
6.8 Artículo 133. Ley Suprema.
El principio de la pirámide legal no acaba de ser expresado con
la claridad necesaria. No es que la Ley Suprema sean la Constitu-
ción, las leyes del Congreso que emanen de ella, y todos los tratados
que estén de acuerdo con la misma. Porque esto significa que son
los tres elementos juntos, si bien las leyes y tratados deben ser
consistentes con la constitución.
En realidad, la Ley Suprema es la Constitución, por sí sola. Y
toda ley debe ser consistente con la Constitución, y todo tratado

224
debe ser consistente con la Constitución y con sus leyes, en una
relación de medios a fines. En que el fin último es el bienestar
general, dentro de la justicia, según la voluntad general, en un acto
de soberanía nacional del pueblo. Que después de un consenso
político establece un pacto social sobre el proyecto de nación, y un
mandato político-jurídico para llevarlo a cabo. Y esto 10 formaliza
en una ley, para hacerlos obligatorios. Y esta leyes suprema. Como
el medio supremo.
y de este medio legal supremo, se desprenden medios interme-
dios, que son las leyes inmediatamente derivadas de la Constitu-
ción, y otros medios intermedios como los tratados internacionales,
que son variables dependientes y derivadas de la variable prin-
cipal que es la Constitución.Y como medios sucesivos de los anterio-
res, se establecen leyes secundarias.
Pero la regla básica es que los fines condicionan y determinan
a los medios, y que estos no son autónomos sino derivados. Que
existe una sujeción a la lógica de consistencia de un valor superior
a un valor intermedio, instrumento para alcanzar el primero, de la
que se deriva la relación de fines a medios.
Sobre lo que no debe haber duda es de que la Constitución es
la única ley suprema. Y debe condicionar a todo lo demás, en una
cadena de establecer medios para el objetivo inmediato superior.
y establecer también la limitación de los tratados internacio-
nales, para que estos no puedan cambiar la Constitución, sino
subordinarse a ella, como el espíritu del artículo 15, yen contra de
lo que sucedió con el TLC, que en vez de seguir los principios
del articulo 89-X, en realidad significó un proyecto de nación
distinto al formalizado en la Constitución, por 10 que de hecho
derogó o reformó esta, o por 10 menos dejó 2 cauces legales
paralelos, aparentemente del mismo nivel jerárquico, dejando una
apariencia de validez de ambos, a pesar de su clara contradicción.
Con la claridad de jerarquización propuesta, existiría una con-
troversia constitucional, entre la Ley Suprema y el TLC, que podría
ser llevada ante el Tribunal más alto, para que juzgaraque preceptos

225
del Tratado fueran inconstitucionales, y por tanto ilegales y sujetos
a corrección.
En el caso de TLC, su aprobación por el Senado convalidó la
ilegalidad de fondo de su planteamiento y la de los artículos contrarios
a la letra y espíritu de la Constitución, como el espíritu de la soberanía
popular. Que no se consultó.
6.9 Artículo 134. Obligaciones del manejo de los recursos
económicos públicos.
Sorprende la inclusión del precepto, como el último virtual-
mente, antes del Título Octavo, cuando debería estar dentro del
Título Cuarto de responsabilidades, ligado más al artículo 70-IV y
VIII de la Ley Federal de Responsabilidades, o dentro del Capítulo
Económico de los artículos 25, 26, 27 Y28.
El precepto es justo y en beneficio general, y sería de voluntad
general, pero muy insuficiente para la importancia del tema, por lo
que debería complementarse para establecer un mandato más espe-
cífico y contundente, bajo la conciencia de que del manejo innoble
de los recursos públicos se tiene una principal causa de la gran
corrupción pública que provoca mal gobierno al prostituir y perver-
tir a sus servidores responsables. Y que la ineficiencia en su utiliza-
ción, es otra modalidad de la corrupción, en un país pobre, de
mayorías pobres y millones de miserables, en que un gobierno rico
es manejado por una pequeñísima élite política, y reciente altamen-
te tecnocrática, para quienes los recursos no son tan valiosos ni
escasos, y suman derroche y desperdicio a la desviación personal
en su favor y de intereses que no son de prioridad nacional (como
los extranjeros), por complicidades delictuosas.
6.10 Los artículos 135 y 136 ya han sido vistos en el texto previo,
sobre todo al hablar de las facultades o mandatos de excepción.

7. Conclusiones Generales

l. La primer gran aproximación comprueba una Constitución


incumplida. El shock del estudiante de derecho es ver un profuso

226
deber ser formal que no se cumple, y que es tan ajeno y distante de
la realidad (ver A.SH., La Constitución incumplida, antes citada).
2. La segundagran aproximación, que sorprendentemente poco
se hace, muestra que la Constitución no se cumple, primero porque
el poder público presidencial es tan grande que no es impugnado,
y puede actuar a discreción, con total impunidad y que actúa fuera
de la ley porque le conviene en términos de real politik. Y segundo,
porque jurídicamente no existen recursos procesales adecuados
para hacer exigible la Constitución, por la sociedad y los indivi-
duos. No existe el derecho de reclamación social. Sólo las limita-
ciones del amparo en garantías individuales, en materia de proceso
de estricto derecho, no suplencia de la queja, "interés jurídico"
(cuasi patrimonial), "acto de autoridad" y complejidad y costo.
Lo cual lleva a la consideración de que toda la Constitución son
garantías, a que tienen derecho el pueblo y el individuo, y que debe
establecerse un recurso fácil y funcional de exigibilidad, basado en
el mandato político-jurídico, cambiando el esquema de gobierno
representativo por uno de participación social activa pero como
mandante soberano. (ver Reforma del Estado antes citado).
3. La tercer gran aproximación radica inicialmente, en apreciar
que muchos de los preceptos constitucionales son derivados de la
demagogia política del poder público incontestado, aparentando
las más elevadas intenciones, que saben que no van a cumplir, pero
que también nadie puede exigirles que cumplan. Pero al ponerlas
en ley, y no dejarlas en discursos de campaña electoral, se ponen
"la soga al cuello" para que el pueblo, en ejercicio de la legalidad
constitucional, demande al ejecutivo el cumplimiento de las obli-
gaciones legales. Estas son las potencialidades políticas de la legali-
dad, en una relación tradicional de sometimiento real del pueblo frente
aun poderpresidencialista avasalladorde gobierno de un sólo hombre.
4. La tercera gran aproximación también permite ver que no se
comprueba la presunción de que todos los preceptos constituciona-
les son positivos en cuanto al fondo. Y que por lo tanto no se
resuelve todo el problema logrando que se cumpla la Constitución,
pues una parte importante de esta, aunque minoritaria, no es ade-

227
cuada, porque no beneficia al pueblo, porque no proviene de su
voluntad, por injusta o porque no esta organizada corno mandato.
y entonces además de la verdadera revolución que implica hacer
que se cumpla la Constitución, esto no será suficiente y se tiene la
necesidad de cambiar y corregir una parte considerable de ella,
seguramente mediante un nuevocongreso constituyente; y no conti-
nuar la prácticadel "constituyente permanente", que en los últimos
sexenios ha perrnitido una contra-revolución conservadora-capi-
talista silenciosa. junto con la firmadel TLC y las políticas de desna-
cionalización, privatización y venta, como consecuencia de mane-
jos financieros dependientes del F.M.I. y del gobierno y bancos e
intereses de Estados Unidos,debido a los constantes déficits fisca-
lesdelgobierno y losdéficits comerciales yfinancieros de laeconomía
nacional, y su consecuente deuda pública.
5. Aquí se recuerdacon mayor claridad que la Constitución es
ante todo una decisión políticaque se revistede legalidad. Producto
de un pacto social, de amplio consenso político, sobre un proyecto
de Nación.
Su nombre de "Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos" es la prueba primera. Sólo que se añade la necesidad
de delimitar la teoria política de la Constitución que se utiliza, y
como se le da una formajurídica, y con qué efectos.
Se requiere un nuevo congreso constituyente para corregir y
adicionar la Constitución actual, para hacerla congruente con el
proyecto nacional establecido. Pero queda la interrogante, de si
dicho proyecto nacional sigue gozando de un amplio consenso
político. Y la cuestión se extiende si se considera que actualmente
no existe un amplioconsensoen algunadirección,salvo tal vez para
la transición, para lo que muchos consideran, equivocadamente,
que es suficiente con sólo hacer cumplir la ley existente.
6. Dentro de dicha teoría políticade la ConstituciónMexicana,
se aprecia que el principio rector supremo es el de la soberanía
nacional del pueblo del artículo 39. Del que se desprende que la
voluntad general, para el beneficio general, deben ser supremos
para el legislador constituyente.

228
y que para que esto sea funcional se requiere otro principio
rector constitucional, de la organización del mandato político-jurí-
dico, cuyo espíritu manifiesta el artículo 41, del ejercicio de la sobe-
ranía popular a través de las funciones públicas, más que poderes.
y de aquí se desprende un tercer principio rector constitucional,
de legalidad, que se ratifica de muchas formas en los artículos lo.
13,14,16,17,21,70, n-F, 73,87, 89-1, 89-XX, 97, 102, 104, 105,
107, 109-1 Y 111, 113, 124, 133 Y 136.
7. Pero se percibe también la ausencia explícita en el texto
constitucional de otro principio rector, que seguramente debe con-
ciliarse con el principio supremo de la soberanía del pueblo: la
justicia. Justicia como una consideración de razón ética, la lógica
de los valores filosóficos superiores e ideales (más que en el sentido
del artículo 17 de su administración por tribunales). Pero una
justicia dentro de la sociedad, nunca en contra de la sociedad, pero
sí para orientar su voluntad general sobre el beneficio general, que
no puede darse en la maldad sino en el bien. El pueblo y el individuo
reconocen y se orientan al deber ser moral del bien. A lo que ayudan
las religiones y las concepciones del derecho natural.
Si bien esta es la secuencia, aproximada, en que se dan los niveles
de apreciación, por lo menos en mi caso, resulta más importante
reagrupar las variables para efectos de una teoría política de la cons-
titución, y de establecer consecuentemente parámetros de evaluación
del texto actual de la ley suprema, y orientar su corrección.
Se debe partir de concebir en materia de finalidad que la
constitución busca plasmar la más trascendente decisión colectiva:
el pacto social de convivencia, de gran consenso político, sobre el
proyecto de nación y hacerlo obligatorio formalizándolo en ley.
Por otraparte. en materia de finalidad, se tienen como condi-
ciones necesarias, pero no suficientes en lo individual, la soberanía
popular de la voluntad general para el beneficio general, que para
no ser simplemente utilitarista, ha de conciliarse con el deber ser
de la razón filosófica de lajusticia. Parajuntos formar el criterio de
evaluación de rondó: soberama delpuebloy justicia.

229
Recordando que elfin último es lafelicidad y bienestardelpueblo.
Dentrodelbien. Yqueparaelloseconciben tantoel proyecto nacional
y el pactosocialcomola soberanía populary lajusticia,con todo y su
sentidoideal pero en favorde la sociedad.
Por otra parte, en cuanto a cuestionesde medios, también son
condicionesnecesariasel mandato político-jurídico y la insistencia
en la legalidad.
y finalmente, también en materia de evaluación y de medios,
la medición del incumplimiento de la constitución y la existencia
y eficiencia de recursos de exigibtltdad. comoel elemental y crítico
del derecho de reclamación social, para hacer valer derechos y
obligaciones legales.
De tal manera que sirva para calificar lo existente y proponer
mejoras, el esquema valorativo de 1) ley justa, 2) como acto de
soberanía nacional del pueblo, por su voluntadgeneral para propio
beneficio. 3) Con el significadode supremacíano sólo por quien la
dicta sino para que lo hace: como consecuenciade un pacto social,
de amplio consenso político, sobre nada-menos que el proyecto
nacional. 4) Y una vez que la leyes buena y legítima, revisar si es
cumplida. 5) Y si es incumplidapor la falta de recursos adecuados
de exigibilidad,parapoderejercerel derechode reclamación social
e individual, de que la autoridad cumpla la ley. 6) Para lo cual
resulta necesario (como resulta indispensable para el ejercicio de
la soberanía popular), el establecimiento claro del mandato políti-
co-jurídico. 7) Y el énfasis en la legalidad (recordando que la ley
debe ser la voluntad general y no el artilugio de especialistas a
sueldo del poder político presidencial y en favor de los factores
reales de poder, paraelaborar trampas del deber ser). La leyes ante
todo un acto político,revestidode formalidadjurídica. para hacerlo
obligatorio.

8. Disgresión conceptual.
Desde un enfoque complementario de correlaciones lógicas se
aprecia que: 1) El fin último es la felicidad y bienestar colectivo,
que debe incluir el bien. Porqueno hay bienestarseparado del bien,

230
ni bien separado del bienestar, en términos sociales. Por lo que el
concepto de beneficio del pueblo y el deber ser filosófico-ético de
los valores superiores deben estar unidos. Entonces el bienestar gene-
ral, proveniente de la democracia de la voluntad general, para
integrar la soberanía nacional del pueblo, debe estar, más que
conciliado, integrado a su vez con la justicia del bien general (en
que sobresale el valor de la igualdad).
Pero para efectos prácticos de calificación de las realidades, tal
vez conviene separar el concepto de democracia, vista como sobe-
ranía popular de voluntad e intereses o beneficio, y el de justicia.
2) Sin embargo, hay que precisar que la democracia tiene las 2
condiciones necesarias de voluntad general y beneficio general. Y
si es connatural al beneficio su explicación de utilidad social, la
misma voluntad general es un medio que también tiene efectos de
utilidad o bienestar. Toda vez que la auto-determinación, si bien no
es un fin en sí misma en sentido riguroso (sino un medio para
obtener la voluntad general), indudablemente produce una satisfac-
ción de libertad, casi tan importante como el mismo resultado de
determinar y obtener el beneficio.
Esto es, parte del beneficio del pueblo, es la propia capacidad
de ejercer su libertad en su auto-determinación. Por lo que desde
este enfoque, el fin último se compondría de voluntadgeneral (para
la auto-determinación) para el bienestar general, que debe integrar
el bien del deber ser de la justicia. 3) Entonces los criterios de
evaluación serían:
l. ¿Es un producto o consecuencia de la voluntad general? 2.
¿Es en beneficio general? 3. ¿Está considerada la justicia?
4) Por otro lado, la legalidad también es un medio que tiene
efectos de bienestar en cuanto a su proceso de aplicación y cumpli-
miento, aunque tampoco es un fin en sí mismo (como el caso de la
voluntad general como componente de la democracia de la sobera-
nía popular). Particularmente en la tradición cultural mexicana, el
concepto de legalidad, tiene una connotación de deber ser que
produce bienestar,contorlo y la costumbre de constituciones y

231
leyes incumplidas. Por lo que debería incluirse en los conceptos
de evaluación. Pero ¿cómo parte del fin último o como medio?
¿Dejando como fin último al bienestar general y lajusticia, y como
medios a la auto-determinación y la legalidad (a lo que habría de
añadirse el medio del mandato)? ¿O haciendo una mezcla sui
generis para el fin último de beneficio del pueblo con justicia, y
con voluntad general y legalidad? ¿O más propiamente, beneficio
del pueblo conjusticia, con legalidad y derivado de la voluntad del
propio pueblo?
5) No hay que olvidar, volviendo a la voluntad general, que no
se trata de decidir una cuestión cualquiera, sino la auto-determina-
ción más importante: el pacto social para el proyecto de nación.
Así que no es cualquier voluntad general, sino la voluntad general de
la nación. ¿Y entonces esto calificatambién el concepto defin último?
Para concebirlo como l. el beneficio del pueblo, 2. que no solo es
utilitario sino comprende (aunque no sea regido por, sino conciliado
con) el deber ser de la justicia, 3. y que se determina mediante un
proceso democrático de voluntad del pueblo, 4. sobre unpacto social
para un proyecto de nación, 5. en cumplimiento de la legalidad,
6. ¿cómo parte de la organización del mandato político-jurídico?
6) ¿O conviene separar más los fines de los medios, dejando
por un lado a los valores de beneficio del pueblo y justicia del bien,
y por otro a la voluntad general, para un pacto social para un
proyecto de nación, en la legalidad, dentro del mandato político-ju-
rídico?
7) O reconceptualizar en una racionalidad convenida, para
considerar 1) como fin último el beneficio o bienestar o felicidad
del pueblo. 2) Y el deber ser de lajusticia como condición para ella,
3) igual que la auto-determinación de la voluntad general, 4) por
lo que el bienestar del pueblo, debe ser justo, y producto de la
voluntad del pueblo, 5) pero además debe ser referido al pacto
social para el proyecto de nación: el justo bienestar del pueblo,
derivado de la auto-determinación del pacto socialpara el proyec-
to nacional, 6) lo que debe complementarse con la organización
político-jurídica del mandato, 7) en que se distinga la legalidad,

232
como cultura de seguridadde convivencia social,si el poder, sobre
todo, pero también todos los demás, acatan la ley (la seguridad
jurídica, que más bien debiera ser seguridadpolítica-social-econó-
mica-jurídica).
9. Si bien es útil examinardiversas posibilidades conceptuales
de correlación, así seade pasada, loquees indispensable esestablecer
un esquema valorativo práctico para calificar las leyes o actos de
autoridad, a pesar de que no sea rigurosamente el mejor, con la
consideración de la conveniencia de la simplificación para le fun-
cionalidad. Detal manera, sepropone quetodaleyo acto deautoridad
sean calificados en razón de:
1) El bienestar general del pueblo ¿Lo benefician o no? ¿Qué
tanto?
2) ¿Es justo? ¿Busca el ideal superior del deber ser? ¿Es una
ley justa? ¿Es un acto justo?
3) ¿Provienede lavoluntadgeneral?¿Loha decididoel pueblo?
¿Se le ha consultadoexpresamente? ¿Es un ejercicio de libertad?
4) ¿Se refiere al pacto social para el proyecto nacional?
5) ¿Está establecidoen un mandato políticojurídico?
6) ¿Es legal? ¿Es consistente con el régimen de derecho esta-
blecido? Partiendo de la Constitución.
y para que lo anterior sea práctico se integraríanlas variables
en: 1) Soberanía popular. Corno democracia que comprende be-
neficio del pueblo y voluntad general. Y al hablar de la soberanía
nacional del pueblo, se refiere a los temas de la Constitución,que
son fundamento y fundación del pacto social para el proyecto
nacional, y el mandato nacional a los mandatarios a quienes el
pueblo trasmite autoridad y poder para el cumplimiento de su
función para alcanzar los fmes intermediospara el fin último del
bienestar general de la sociedad.
2) Justicia. En términos no siempre fáciles, y mucho menos
exitosos, se intentó usar este esquema en el análisis del texto
constitucional en este estudio.

233
3) Mandato. Que se deriva de la voluntad general para el
beneficio del pueblo y que da mandatos, que se establecen en leyes
para darle obligatoriedad. Aquí se incluye la legalidad.
4) En relación a la Constitución, se añade como criterio adicio-
nal el de si se cumple o no el precepto y en qué medida, y si no se
cumple por la falta de derecho de reclamación para hacer exigibles
derechos y obligaciones.

234
EPÍLOGO

La deducción final de este análisis es que existe una conside-


rable falta de comprensión de la naturaleza política de la cuestión
jurídica y de su complejidad. Olvidando que la leyes, y debe ser,
ante todo, una decisión política, en su fondo y su forma. Simple-
mente recordemos que la Ley Suprema se refiere a un proyecto
nacional derivado de un pacto social de amplio consenso político:
un proyectopolíticode auto-determinación. Y por eso, la ley debe
ser expresión de la voluntad general. Así que la cuestiónjurídica
propiamente debe ser una variable derivada de la decisión política
como variable principal y casi independiente, considerando las
causasde y efectosen la sociedad. Y resultaindispensable precisar,
que toda la cuestiónpolíticaactual se ve dominadapor la ausencia
de democracia, y que entonces la carenciademocrática produceuna
legalidadno sólopara-legítima sinotambiénpara-legal suí generis.
El análisisconstitucional muestraun panoramacomplicado:
1. La Constitución no se cumple por el gobierno.
1.1 No se cumpleen sus aspectos fundamentales de soberanía
popular, división de poderes, formade gobierno, federalismo, garan-
tíasindividuales y sobretodo sociales, responsabilidades, legalidad
y justicia.
2. El incumplimiento constitucional del poder público.
2.1. No es una situación jurídica sino política.
2.2. Todo gobierno post-revolucionario ha tenido el poder
jurídico y sobre todo el "poder legislativo"como consecuenciade
una dictadura de sistema político, comprobadaporque ha durado
de 1911a 1996(casi 80 años).

235
2.3 Que le ha permitido a los presidentes estar sobre la ley, con
toda impunidad.
2.4 Sin que el poder judicial los obligue a su cumplimiento.
2.5 Y con la capacidad legislativa, por su dominio político del
congreso, no sólo de crear toda ley secundaria, sino aún reformar
y hasta adicionar la propia Constitución (haciendo que cualquier
diputado, de todos los miles desde entonces, se convierta milagro-
samente en constituyente, desempeñando facultades extraordina-
rias de decidir el proyecto de Nación).
2.6 Por supuesto bajo la dirección de la facultad de iniciativa
del presidente para la formación de las leyes.
2.7 Por lo que el presidente tiene la alternativa de no cumplir
la Constitución, o de cambiarla o de reglamentaria vía leyes secun-
darias, o de firmar tratados que modifican el proyecto nacional
(como el TLC).
2.8 Y así adaptar la ley al gusto del presidente en turno, hasta
el grado de poner sus declaraciones de campaña electoral en las
leyes, y aún en la Constitución.
3. El presidente no cumple con la Constitución porque no hay
un sistema político democrático.
4. Una derivación jurídica es que la Constitución no tiene
suficientes y adecuados recursos de extgtbiltdad.
4.1 No hay un derecho de reclamación social, como base para
exigir todos los derechos.
4.2 Considerando como garantías constitucionales a todas las
obligaciones del poder público que se establecen en tal ley .
4.3. El recurso de amparo, valioso en garantías procesales, no
tiene ninguna funcionalidad en garantías sociales y en todo el resto
de los preceptos del artículo 30 al 136.
5. Mientras no exista un recurso eficiente de reclamación del
individuo y la sociedad paraque el gobierno cumpla la ley, no puede
existir un régimen de legalidad.

236
5.1 Esto significa la participación política de la sociedad en
hacer valer la ley.
5.2 La democracia comienza porque la sociedad obligue al
gobierno a cumplir la ley.
5.3 Aún cuando dicha ley sea su propia voluntad declarativa,
en alguna parte, pero en otras será la de otros presidentes, y la
Constitución original del Congreso Constituyente de 1916-17, que
en buena medida expresaba la voluntad general sobre un proyecto
de Nación.
6. Pero una vez que se pudiera lograr por la sociedad que el
presidente cumpliera con la Constitución, resaltarían sus deficiencias.
6.1 Por un lado, su legitimidad de origen es bastante aproxima-
da, por la interpretación del momento de los "representantes legis-
lativos", pues no hubo una consulta popular que las refrendara. La
formalidad jurídica, base de toda ley, exige también una formalidad
política de legitimación, lo que se acrecienta en el caso de la Ley
Suprema.
6.2 La constitución ha sido adicionada y reformada en más de
300 ocasiones pero produciendo muchos más cambios de preceptos
en cada ocasión. Y dichos cambios nunca fueron consultados al
pueblo.
6.3 La Constitución cambiada no tiene consenso popular, espe-
cialmente por las reformas de Salinas que cambiaron el proyecto
de Nación, y que fueron iniciadas por De la Madrid y prolongadas
por Zedillo, los presidentes del neo-liberalismo. Por lo que el proyecto
social de Nación se convierte en un proyecto de capitalismo mono-
pólico dependiente.
6.4 Los rechazos a la privatización del ejido, de la petroquimi-
ca, de las empresas públicas, ya la política monetarista de priori-
dades macro-económicas, especialmente anti-inflacionarias, frente
al crecimiento, el empleo, los salarios, el abasto, la independencia, el
nacionalismo y la protección del patrimonio nacional y el medio
ambiente, muestran que el cambio dictatorial del régimen jurídico
no concuerda con la voluntad general.

237
6.5 La Constitución no es la voluntad general para el beneficio
general, porque ni el presidente ni los legisladores son electos demo-
cráticamente y no representan al pueblo, y porque no se consulta al
pueblo.
6.6 Entonces la leyes la voluntad del poder público y no la del
pueblo.
6.7 y no la cumple ni el propio presidente.
68 Por lo que se da una falta de legitimidad de origen y ejercicio
de todos los poderes públicos.
6.9 y con ello, una transgresión de la ley. Un gobierno ilegal.
7. Por otro lado, se aprecia la incongruencia interna de la
Constitución.
7.1 Nose reconoce suficientemente el principio rector de la
soberanía nacional del pueblo, pues si bien se preceptúa. no se
establece ni se da. que todo el texto constitucional sea consistente
con el mismo.
7.2 Debiendo precisar que la soberanía nacional del pueblo
contiene como condiciones, a la voluntad general y al beneficio
general, por lo que todos los preceptos deben pasar por la prueba
de tales principios.
7J Y no se hace explícito que la Constitución debe también ser
una ley justa.
7.4 Considerando que la justicia es un valor superior de bús-
queda del bien, del deber ser, de dar a cada quien lo suyo, que debe
condicionar el citado beneficio general Porque el bien común no
puede darse sin el bien superior.
8. La Constitución carece también de la congruencia interna
del mandato.
8.1 Lo que requie.e de la reconceptualización de la relación
pública, que DO es entre gobemaates Y gobernados, sino entre
mandantes y mandatarios, enque lossupuestos gobernantes SODios
mandatarios, y los supuestoS gobcmados son los que mandan.
238
8.2Y si ladecisión política es la quedeterminalas finalidades en
toda ley, también debe dctenninar los mandatos, sus medios y pará-
metros, y los mandatarios, o más biensu forma de determinarlos.
8.3 y la Ley Suprema debe diferenciar claramente entre éstos,
y dingirse especialmente a tales finalidades y sus consecuentes
mandatos político-jurídicos,con sus principiosinstrumentales, y ya
la organización de los mismos, en las formas de gobierno y sobre
todo en la configuración de los mandatarios deben establecerse en
una sola ley reglamentaria (en vez de que la Ley Suprema se
dedique mayoritariamentea la organizacion del mandatario, como
ahora).
9. De todo lo anterior resalta que:
9.1 Por un lado, e inicialmente,debe hacerse exigible la Cons-
titución.
9.2 Pero por otro lado,también debe cambiarse la Constitución.
9.3 No es suficiente con cumplir la ley vigente, o precisando,
hacer que la cumpla elgobiemo, partiendo del presidente.
9.4 Porque una parte mayoritaria no es un acto de soberanía
popular expreso.
9.5 En tanto,que noes voluntadgeneral. y/o de beneficto general
9.6 O no es una leyjusta.
9.7.O no está establecido en el texto el mandatoy sus preceptos
de medios, procesos y maneras.
10. Debe hacerse cumplir la Constitución.
10.1 Partiendo del principio de la soberanía nacional estable-
cido en los artículos 39 y 41.
10.2 Y siguiendo con el 40 y 49, yel liS.
10.3 Y con base en esto tomar lasgarantias individuales.
10.4 y enfatizar las prantias sociales.
10.5 Y c:ootiauarCOIl hacer valer lasdemás prantias cortstilU-
cioDaIes ele Jos.ldiculos 30 al 136.
239
11. Y no se podrá hacer exigible la Constitución sin un derecho
eficiente de reclamación social.
12. Pero no será suficiente lo anterior, por lo que es indispen-
sable:
12.1 Por un lado, mejorar la congruencia interna de la Consti-
tución.
12.2 Partiendo de la soberanía del pueblo.
12.3 De lajusticia.
12.4 y del mandato.
12.5 Lo que exige un nuevo congreso constituyente para dar
coherencia interna.
12.6 y por supuesto eliminar la aberración política del "cons-
tituyente permanente".
13. Pero además, para poner a consulta popular y democrática.
13.1 Si el proyecto nacional que está en la Constitución es la
voluntad general actual, en busca del beneficio general, con justicia,
dentro del marco del mandato político, derivados de un pacto social
de amplio consenso político.
13.2 Lo que se sintetiza al señalar la aprobación general del
proyecto de Nación.
14. Y el proyecto de Nación parece no tener dificultad en
señalar finalidades según las expresiones populares de los últimos
años:
14.1 Alcanzar por fin la democracia política.
14.2 Recuperar el crecimiento económico para la prosperidad.
14.3 Dar prioridad a lo social y corregir la enorme desigualdad
y sacar de la pobreza a 80 millones de mexicanos.
15. El problema radicará mucho más en señalar los mandatos.
15.1 Todos estamos de acuerdo en cuales son nuestros males,
y los bienes que necesitarnos.
15.2 Pero no existe un amplio consenso político sobrelos medios.

240
15.3 Y resulta indispensable para su definición efectuar un
congreso constituyente.
15.4 Que reciba un mandato político en su elección, que sea
representativo de la voluntad general.
15.5 Que prepare una propuesta de proyecto de Nación.
15.6 y que la ponga a consulta popular.
15.7 Que obtenga amplio consenso político.
15.8 y rija la próxima etapa de los mexicanos.
Por lo antes visto, es obvio que la cuestión constitucional, y de
la ley en general, no es jurídica más que en cuanto a la utilización
de ciertos medios, sino ante todo política. Y que se requiere una
teoría política de la Constitución Mexicana para hacer mejor uso
del medio del derecho por la sociedad. Ya que es ésta la importante
y el derecho no debe ser reverenciado como algo ajeno, casi con
vida propia, cerca de lo esotérico y aún de lo divino. Y que la célebre
frase de que "nadie por encima de la ley" es engañosa, ya que debe
ser sustituida por la de "nadie por encima del pueblo", y eso
siempre y cuando su voluntad general busque un beneficio general
que sea además justo. Porque toda leyes un recurso político de la
sociedad, y debe ser considerada más desde el punto de vista
político y social, y sólo derivadamente desde la perspectiva estric-
tamente jurídica, que la ha indebidamente monopolizado. Así la
interpretación de cualquier ley, más que ser estrictamente legalista,
basada en la hermenéutica jurídica (como el arte de fijar el verda-
dero sentido de las impenetrables normas del derecho), debe seguir
reglas políticas democráticas básicas,de buscar laintención del pueblo
y no la del legislador (la intención del mandante y no la del
mandatario), siempre interpretar a favor del pueblo (para favorecer
su interés y nunca en su contra), considerando a la justicia dentro
de la sociedad (pues no puede haber justicia sin pueblo), y estimando
las demás necesidades del mandato, en que la sociedad sea el
principio y el fin de toda acción pública, para su auto-determinación
y gobierno; y que sus auxiliares como la ley y las autoridades con
poder delegado, sólo sean mandatarios a su servicio y no amos de

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su vida y destino. No se debe permitir la utilización del derecho
como instrumento de dominación y opresión por el mal gobierno,
tergiversando su vocación de justicia y su calidad de medio del
pueblo, para su seguridad y liberación, en el proceso de alcanzar
los mandatos de su voluntad general para el fin último de la
felicidad común.

ADVERTENCIA IN EXTREMIS

El elemento critico: los medios

Casi todos queremos, en ejercicio de la razón, los mismos fines:


la felicidad y el bienestar. Lo que nos diferencia es el medio que
decidimos utilizar para alcanzar tales fines. Igual les pasa a los
líderes, a las ideologías y a las doctrinas. Todos quieren (o dicen
querer) la felicidad de sus pueblos. Pero las diferencias en los
caminos que proponen es lo que distingue a Cristo de Hitler. Porque
no sólo los fines implican juicios de valor, sino que también los
medios.
y cuando el capitalismo neo-liberal propone empobrecer a los
pobres (aunque sean la gran mayoría), y enriquecer a los ricos,
como medio para el bienestar general, no hay duda que dicho
proceso implica toda una axiología. Y la conclusión política es que
los juicios de valor de los medios es lo más relevante socialmente,
porque es de ahí de donde se desprende prácticamente toda la
utilidad social. Pues de qué le sirve al pueblo la promesa de un fin
inalcanzable y de largo plazo, cuando su realidad cotidiana está
llena de miserias y urgencias. Por eso la prioridad debe referirse,
en estricta lógica político-social, al proceso y al corto plazo, del
beneficio del pueblo, el soberano, por arriba de todo.
y entonces, sorprendentemente, los medios se vuelven más
importantes que los fines, en términos prácticos.

242
Esta obrase terminó de imprimir en el
mesde mayo de 1996, en lostalleres de
Servicios de Artes Gráficas Ramírez,
Calle Gardenias, Mza. 29, Lote 18,
Iztapalapa.

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