3º FORO DE ESTUDIANTES DE SOCIOLOGÍA- Reflexiones en torno a la
sociología de la vida cotidiana
Ponencia
Mesa 9 Multidisciplinaria
El papel subversivo del arte como agente de transformación de la realidad
desde la estética marxista de la teoría crítica de la sociedad en la actualidad
Michelle Narváez Jara
Área de estudio: Filosofía y humanidades
Institución: Universidad Autónoma de Nuevo León
Email: michelle.m96@hotmail.com
Abstract:
La estética marxista concibe al arte auténtico como una denuncia de la realidad
establecida, como una alteración de la conciencia dominante, percibiendo un inconformismo con lo dado se levanta contra ello. Marcuse remarcaba la importancia de la existencia de este arte que participa activamente en la construcción de la sociedad. Este arte es esencialmente revolucionario, anticipa la transformación de la sociedad imperante. Dejando de lado el arte idealista u abstracto, en el arte progresivo se halla su condicionamiento histórico y su material social-empírico, sólo que transformado: en esto reside su función de praxis política-social. Así, es por ello hoy vigente cuestionarse el lugar del arte elitista que representa los valores de la sociedad mercantil, de privatización de lo social, que desde su proliferación por los medios de comunicación determinan la conciencia colectiva. Es importante reconocer la dimensión estética que es parte de la existencia individual y colectiva del hombre, asignarle su papel activo, pues parte del imperativo estético es la transformación de la realidad. Por su parte, el arte comprometido representa potencialidades y dimensiones reprimidas de la realidad, de este modo transforma la conciencia de los individuos. Surge de la necesidad de suscitar imágenes de lo “otro” posible. Se constituye desde su función crítica, redentora, de negación y protesta, su objetivo es la liberación, la reestructuración de la conciencia y la sociedad. Mediante la remodelación de su percepción y lenguaje, comunica verdades propias, busca otra razón y sensibilidad diferente a la establecida, posee su autonomía a pesar de su alusión a lo material pero contrariado. A su vez, Adorno coincide en esta relación del arte con la sociedad, su remisión a la realidad empírica, pero reestableciendo lo oprimido, manteniendo su lenguaje de voluntad hacia lo “otro” , lo no existente aún, responde a las exigencias que la incompletud y la contradicción de la sociedad no satisfacen. La manifestación del arte se da como apariencia negativa de la utopía deseada, la posibilidad de lo no existente se determina desde la diferencia, desde lo que no es él. El presente trabajo se plantea este cuestionamiento acerca de la función del arte en la sociedad, su relación y distanciamiento, la imperante y omnipresente necesidad de él. Para ello se examinará la presencia de diversas manifestaciones de arte de carácter auténtico y revolucionario actuales, que sin caer en un mero realismo sublimen la realidad -desde su otra faceta posible- en su forma estética configurada.