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PRIMER CURSO CABALISTICO KABALEB - Los Misterios de la Obra Divina

Bienvenid@ a la página de Kabaleb

Página Oficial de Kabaleb.


Este espacio web está dedicado a la memoria y obra del filósofo, cabalista y astrólogo Kabaleb (1927-1991).
Sus hijos estamos trabajando para ofrecer las enseñanzas que dejó plasmadas en sus libros, textos, cursos y
conferencias.

La web ofrece boletines que enviaremos por mail de forma frecuente, con esta finalidad le solicitamos que
se registre en esta página con su dirección de email .

Estamos trabajando para ofrecer los cursos que él remitía por correspondencia, ahora de una forma virtual.

Publicaremos periodicamente en esta página la información que está en papel y que poco a poco estamos
digitalizando.

Visítenos pues, frecuentemente, encontrará grandes sorpresas que le ayudarán a localizar señales que le
facilitarán el camino para generar una Conciencia Creativa.

Vuelta a los orígenes


Esta es una página que está por entero dedicada a la obra de Kabaleb (1927-1991) escritor, periodista, filósofo,
cabalista, astrólogo, profundo conocedor...
del alma humana. Pero ante todo, un ser epicúreo, sencillo, asequible y dotado de un inmenso sentido del
humor. Sus cuatro hijos Lorenzo, Tristán, Milena y Soleika, hemos decidido unir nuestros esfuerzos para
reflotar su obra, volviendo a nuestros orígenes. No es que nos hayamos alejado realmente de ella, ya que la
tenemos grabada en nuestros genes, pero por necesidades del guión, el vivir cotidiano de cada uno de nosotros
marcó otras prioridades. Y es que para poder divulgar esta obra como se merece, primero teníamos que vivirla y
experimentarla, teníamos que realizar un recorrido iniciático semejante al que siguió Parsifal en busca del
Castillo de Montsalvat. Un punto de supremo conocimiento que uno no puede alcanzar por casualidad –esto es
lo que hizo Parsifal, el célebre héroe de una ópera de Wagner, en su primera visita al Castillo- ni siquiera por
herencia genética, como nosotros, sino tras un largo peregrinar por un sinfín de estaciones del alma.

Nos queda aún mucho por recorrer, sin embargo, las circunstancias nos lo han puesto todo en bandeja para que
engrasemos de nuevo la máquina y compartamos con quienes estén interesados en ellas, las perlas del
conocimiento que nos legó nuestro padre.

En esta página iremos plasmando poco a poco todas sus enseñanzas, desde sus inicios para que quienes lo
deseen, tengan la oportunidad de apreciar la evolución de su pensamiento y seguir paso a paso su mismo
recorrido.
Libro Los rostros angélicos

En este libro Kabaleb amplía las enseñanzas sobre los 72 ángeles de la cábala. Un rostro
es algo que transmite la personalidad de un individuo. En el caso de los Rostros de los Ángeles, lo
que personaliza es una energía, es decir, una información destinada a convertirse en conocimiento y
en vivencias portadoras de conciencia. Según el grado en el que estén situados tus planetas, se
manifestará un Rostro u otro, marcándote una dinámica a seguir.

El libro de los Rostros Angélicos, aporta una visión práctica de cara a la interpretación del programa
de cada una de estas fuerzas energéticas.

Los rostros angélicos


Kabaleb

Índigo
148 páginas
Tapa: 15x21
Publicación: 2001
ISBN: -84-89768-53-6

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Artículo publicado en: Libros

Libro Cómo descubrir al maestro interior II

Ésta es la segunda parte del viaje iniciático que realizó Jesús-Cristo y que nos marca el
itinerario que cada ser humano debe seguir hasta encontrarse con su esencia.

Cómo descubrir al maestro interior II


Kabaleb

Arcano Books
411 páginas
Tapa:14x21
Publicación: 2000
ISBN: -84-89897-30-1

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Artículo publicado en: Libros

Libro Cómo descubrir al maestro interior I

Aquí Kabaleb presenta un viaje iniciático que nos marca el trayecto que debemos
realizar para convertirnos en seres completos. Nadie puede quedar indiferente después de su lectura.
Esta obra está basada en la vida de Jesús-Cristo. Es una interpretación esotérica del viaje realizado
por el mayor iniciado de nuestra humanidad.

Cómo descubrir al maestro interior I


Kabaleb

Arcano Books
498 páginas
Tapa:14x21
Publicación: 2000
ISBN: -84-89897-29-8

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Artículo publicado en: Libros

Libro Los dioses Internos

Después de presentarnos a los 72 ángeles de la cábala (en “los ángeles al alcance de


todos”), Kabaleb nos revela el programa profundo de cada uno de ellos. Esto equivale a facilitarnos
las claves de nuestro objetivo de vida, puesto que todos tenemos tres ángeles tutelares que nos
marcan el camino a seguir en el plano físico, emotivo y mental. Los Dioses Internos nos ponen en
contacto con la fuente de la sabiduría ancestral y nos preparan en la dura tarea de ser creativos o
creadores. Este libro nos llevará a franquear las montañas de la nueva era.
Los dioses Internos
Kabaleb

Etu Ediciones
427 páginas
Tapa:15x21
Publicación: 1996
ISBN: 84-920868-4-X

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Artículo publicado en: Libros

Libro Los ángeles al alcance de todos

En este libro, Kabaleb y Soleika Llop nos ponen en contacto con los 72 ángeles de la
cábala, entidades energéticas que actúan como guardianes del ser humano y como responsables de
gran parte de su aprendizaje. Podríamos llamarles los directores espirituales. A través de esta obra
puedes descubrir cuáles son tus ángeles guardianes y cómo puedes entrar en contacto con ellos.

Los ángeles al alcance de todos


Kabaleb
y Soleika Llop

Arcano Books
335 páginas
Tapa:14x21
Publicación: 1995
ISBN: -84-89897-16-6

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Artículo publicado en: Libros

Libro Las doce Casas en los doce signos

Con este libro Kabaleb nos introduce en los entresijos de la personalidad humana.
Podemos descubrir cómo es nuestro carácter (Casa I); cómo manejamos nuestros valores (Casa II);
de qué manera nos comunicamos (Casa III); la forma de relacionarnos con la familia (Casa IV);
cómo desarrollamos nuestra creatividad (Casa V); cuáles son los trabajos que más nos pesan (Casa
VI);

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Artículo publicado en: Libros

Libro Los signos y sus decanatos

Aquí Kabaleb nos presenta un análisis del zodiaco, decanato (diez grados) a decanato,
uniendo la astrología a la cábala. Descubriremos, a través de él, que existen decanatos de
recapitulación, de presente y de futuro y así comprenderemos por qué en ocasiones sentimos como si
estuviéramos recuperando una asignatura ya estudiada; o descubriremos la razón por la cual los
demás siempre nos ven como unos adelantados. El recorrido por los 36 decanatos es un auténtico
viaje vital.

Los signos
y sus decanatos
Kabaleb

Indigo
222 páginas
Tapa:15x21
Publicación: 1995
ISBN: -84-86668-84-0

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Artículo publicado en: Libros

Libro Curso de Iniciación Cabalística a la Astrología y el


Tarot
El conocimiento de los ritmos universales es una asignatura pendiente del ser humano
desde hace milenios. Kabaleb nos ayuda, a través de este manual, a desentrañar las leyes
zodiacales, en la primera parte de esta obra. Después profundiza en el Árbol de la Vida, esa figura
clave del simbolismo universal que proclama la unión del cielo y de la tierra, de la ciencia y la
conciencia, del ser humano y su destino. A través del árbol podrás descubrir tu nivel evolutivo. En la
tercera parte de este libro Kabaleb profundiza en el Tarot, antiguo libro de Toth, el libro de las
revelaciones. Nos da las claves del código hebraico y su relación con nuestro devenir.

Curso de Iniciación
Cabalística a la Astrología y el Tarot
Kabaleb

367 páginas
Tapa:15x21
Publicación: 1989
ISBN: -84-86668-16-6

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Artículo publicado en: Libros

Libro: Masonería, el Código de la Luz

Kabaleb y Kashiel (Tristán Llop)


222 páginas
ISBN: 978-84-95973-35-6
Tapa: 14.30 x 21
Publicación: 2007
La masonería es un camino iniciático que debe acercarnos a un mundo de valores nuevos, a través
de los cuales podamos ser capaces de comprender un poco mejor lo que sucede tanto en nuestra
vida como en nuestro entorno.

Vivimos inmersos en un mar de símbolos que aparecen en los sueños (cuando dormimos) o en las
anécdotas (cuando estamos despiertos), y que llaman nuestra atención para que los analicemos. El
Código de la Luz nos permitirá descifrar esas imágenes, marcándonos una línea a seguir para estar
en consonancia con nuestra propia línea de evolución...
El camino de la luz es el camino del conocimiento. Para recorrerlo con garantías, es preciso conocer
el significado de las señales que vamos encontrando. Familiarizarnos con el código es el primer paso
para traspasar la frontera de la incomprensión, lo cual nos ayudará a dar mayor sentido a nuestra
vida y a ser más felices.

Este libro también marca un punto de reconciliación entre masonería y catolicismo (ya que explica las
razones por las cuales ambas corrientes se han enfrentado) y nos revela cómo están unidas de forma
natural.

KABALEB (1927-1991), astrólogo y cabalista, compatibilizó su trabajo de periodista con el de escritor.


Fue maestro masón de grado 33 y fundador de la primera logia de España, Sant Joan de Cataluña
núm. 1. Formó una escuela de cábala (ETU), que se extendió por medio mundo. Algunos de sus
libros han sido editados, además de en España, en Italia, Francia, Alemania, Portugal y Costa de
Marfil.

KASHIEL, hijo de Kabaleb, ayuda al desarrollo de la obra de su padre. Es Maestro masón desde hace
veinticinco años y Past Master de su logia, Sant Joan de Cataluña. Ha dirigido durante diez años un
centro de crecimiento personal: Nekuda. Imparte conferencias y seminarios en distintos países, y ha
publicado: "Tú decides", "El porqué del silencio" y "Guía de respuestas de los 72 genios de la Cábala"
(éste último, en esta misma editorial).

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Artículo publicado en: Libros

Libros Publicados

 Los Misterios de la Obra Divina (edición agotada que está siendo revisada)
 Curso de Iniciación Cabalística a la Astrología y el Tarot (Ed. Indigo al.)
 Cómo Descubrir al Maestro Interior –2 tomos- (Ed. Arcano Books)
 Las Doce Casas en los Doce Signos (Ed. ETU)
 Los Rostros Angélicos (Ed. Indigo)
 El Significado de los Sueños, firmado con el pseudónimo de Soliatán Sun (Ed. Martinez Roca)
 Los Signos y sus Decanatos (Ed. Indigo)
 Los Ángeles al Alcance de Todos, Kabaleb y Soleika Llop (Arcano Books)
 Los Dioses Internos (Ed. ETU)
 Masonería, El Código de la Luz, Kabaleb y Kashiel (Ed. ArcanoBooks)
 Otros Cursos pendientes de publicación
 Algunos de sus libros se han traducido al italiano, al alemán, al portugués y al francés.

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Artículo publicado en: Acerca de Kabaleb, Libros


Los Misterios de la Obra Divina
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Diagrama de temas

Bienvenidos al primer curso de la obra de Kabaleb!

Se ha escrito cuantiosa literatura sobre la vida y en cambio seguimos formulando las mismas preguntas:
destino?, ¿quién ha organizado este mundo?, ¿existe Dios?, ¿existe el paraíso, el infierno?, ¿hay vida d
cósmica y la de la humanidad? ¿Nos hizo Dios a su imagen y semejanza?

El filósofo, humanista y astrólogo Kabaleb inició su prolífica obra (editada ya en seis paíse
exponía de forma clara, coherente y simple las leyes de funcionamiento de nuestro univers
humano la posibilidad de actuar al unísono con ellas y moverse en un espacio de felicidad
sus acciones.

Ahora, su hijo Kashiel ha cogido el relevo y, tomando como base el material de su padre, e
cómo las leyes de “arriba” pueden asimilarse a las vivencias de “abajo”. El resultado es un
bambalinas de esta gran obra que es la vida.

La dinámica de trabajo es muy sencilla:

El curso no tiene límite de tiempo, puede adelantar cuando usted quiera

el curso virtual se compone de:

 Foros
 Chat

 Lecciones

Los foros: son un mecanismo de comunicación, al enviar un correo por el foro, lo recibirán todos los est
creemos que algún estudiante puede tener la respuesta. También lo podemos utilizar cuando sabemos la
pregunta en el foro ingrese a éste enlace, o para ver la interacción del foro ingrese en este enlace

El Chat: sirve para comunicarnos en tiempo real con otros estudiantes que estén conectados en ese mis

Lecciones: Las lecciones son páginas de lectura, al final de cada página usted da una respuesta, si acie
es correcta, volverá a ver la misma página hasta que de la opción correcta. Al final el sistema le dará una
la número 1

Foro de Noticias. Aquí el moderador del curso nos actualiza de noticias


Introducción al Curso los Misterios de la Obra Divina (por Kashiel)

Foro abierto a todos los estudiantes que quieran opinar: Comentemos sobre los Misterios de la Obra Div

Grabacion de Kabaleb 14 de Octubre de 1981

Chat para interacción de estudiantes en tiempo real

1 Esta lección se compone de tres páginas:


 Como es Arriba es Abajo
 El Jefe

 El Zodiaco

Leccion 1: Como es Arriba es Abajo

Primer Ejercicio Practico

2 En la lección 2 veremos:

 Formación de la galaxia
 Los tres cuerpos

 Tensiones en la cúpula

 La muerte y el ciclo vital

Lección 2: Formación de la galaxia

Segundo Ejercicio Práctico

3 En la Lección 3 encontraremos:

 El Guardián del Umbral


 Primera prueba, el Infierno

 Segunda prueba, el Purgatorio

 Tercera prueba, la Buena Intención

Lección 3: El guardián del umbral

Tercer Ejercicio Práctico

4 Lección 4, compuesta por:

 El Primer Cielo
 Los otros habitantes del astral

 El gran silencio

 Cita con el Ego

Lección 4: El primer cielo


5 En la lección 5 tenemos:

 El retorno
 La fuerza del destino

 Los 4 éteres

 Dificultades para entrar

Lección 5 El retorno

6 Ultima lección. Está compuesta por:

 La unión masculina-femenina
 El Árbol de la vida

 El trabajo humano, la armonía

Lección 6 La unión masculina-femenina

En Hora Buena! Felicitaciones si ha llegado hasta el final de ésta lección ha concluido el curso virtual Los M
para el entendimiento de los cursos siguientes.

Recuerde que puede consultar las calificaciones del curso en éste enlace:
CALIFICACIONES

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(por Kashiel)

Introducción
Nadie duda que la vida del ser humano es una gran aventura en sesión continua, en la cual se
suceden peligro y estabilidad, alegría y tristeza, soledad y compañía. Pero surgen las dudas
cuando se trata de contestar a una pregunta primordial: ¿cuál es el objetivo de la vida? La
respuesta más plausible para los autores de este libro, sería: acumular experiencias, conquistar
la sabiduría, aprender a vivir, a ser dioses creadores.

En miles de años de historia se ha avanzado y experimentado en todos los terrenos, aunque hay
pautas y comportamientos que se repiten de generación en generación.

Se ha escrito cuantiosa literatura sobre la vida y en cambio seguimos formulando las mismas
preguntas: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿por qué estoy aquí?, ¿cuál es mi destino?, ¿quién
ha organizado este mundo?, ¿existe Dios?, ¿existe el paraíso, el infierno?, ¿hay vida después
de la muerte?, ¿Cuáles son las analogías entre la organización cósmica y la de la humanidad?
¿Nos hizo Dios a su imagen y semejanza?

El filósofo, humanista y astrólogo Kabaleb inició su prolífica obra (editada ya en seis países) en
1982, con un libro titulado: “los Misterios de la Obra Divina”. En él exponía de forma clara,
coherente y simple las leyes de funcionamiento de nuestro universo. Él defendía que el
conocimiento de estas leyes ofrece al ser humano la posibilidad de actuar al unísono con ellas y
moverse en un espacio de felicidad y armonía, ya que esa comprensión le permite conocer el
resultado de sus acciones.

Ahora, su hijo Kashiel ha cogido el relevo y, tomando como base el material de su padre, elabora
un manual de crecimiento personal, poniendo ejemplos de cómo las leyes de “arriba” pueden
asimilarse a las vivencias de “abajo”. El resultado es un libro ameno, al alcance de todos, que
permite bucear en las bambalinas de esta gran obra que es la vida.

La comprensión de la estructura y de las normas que rigen en nuestro universo, permite elaborar
una especie de ciencia del comportamiento, a través de la cual se nos sugiere una línea de
actuación más coherente y que aporta mayor equilibrio y felicidad a nuestra vida.

Aquí se encontrarán ejemplos de la vida cotidiana para que resulte más sencilla su comprensión.

Este libro puede ayudarnos también a saber cómo escapar de la mazmorra de las seguridades;
cómo huir del yugo de la rutina; cómo cambiar de realidad sin tener que ampararse en la
desgracia, tanto en la propia como en la ajena.

“Manual de Interpretación de los Misterios de la Obra Divina” pretende introducirnos en el


proceso de vivir, al tiempo que facilita un camino para encontrar respuestas; propicia un punto
de reflexión personal sobre el sentido de la vida y la aportación que cada uno puede realizar
para mejorarla; manifiesta la importancia de predicar con el ejemplo.

La prudencia, el respeto y la humildad deben alejarnos del dogmatismo o del recurso fácil de la
iluminación y tutelarnos en la higiénica senda de reflexionar y poner en práctica los
conocimientos.

Cualquier movimiento, de la índole que sea, necesita en sus inicios de una pequeña inyección
de fe, de un voto de confianza, pero en el caso de este relato, la experimentación facilitará con
rapidez el ascenso del conocimiento y la razón.

Toda reflexión puede ser considerada como un viaje, que se inicia con ciertas expectativas, pero
cuya llegada siempre es incierta.
Desde aquí animamos a los lectores a emprender un trayecto que les ayudará a escapar de la
mazmorra de la incomprensión.

¡Buen viaje!

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Leccion 1: Como es Arriba es Abajo


Intento: 461
Para dar respuesta a las principales preguntas que se formula el
ser humano es preciso ponernos en antecedentes sobre el diseño
del mundo, sobre la formación de la galaxia, sobre su
organización jerárquica, porque cuando comprendamos cómo
funciona la vida a nuestro alrededor, resultará más sencillo
comprender el punto de arranque, el objetivo y el destino de
nuestra propia existencia.

Empecemos por el principio. Una galaxia es un organismo vivo y como tal puede compararse, a
escala macrocósmica, a lo que es el ser humano a escala microcósmica. Una pluralidad de
galaxias podría equipararse a una pluralidad de hombres y si la unión de éstos forma la
humanidad, por similitud puede decirse que la totalidad de las galaxias existentes constituiría el
universo, el Cuerpo Divino.
Para entenderlo mejor deberíamos imaginar que en las altas esferas todo funciona de una forma
muy similar a como se desarrolla la vida en la tierra. Nos referimos a
cuando las cosas se realizan de la forma adecuada, por supuesto.

Hermes
Hubo en el antiguo Egipto un ser con conocimientos muy avanzados, llamado Hermes
Trismegisto, que desarrolló una serie de conceptos que pueden ilustrar lo que tratamos de
explicar. Uno de ellos rezaba: “Como es arriba es abajo y como es abajo es arriba.”

Hermes nos acercó con esta frase a la comprensión del universo. De ella se puede deducir que
si uno estudia y comprende el funcionamiento de su cuerpo, será también capaz de comprender
las leyes que mueven su galaxia. Por ejemplo, en el cuerpo arriba tengo la cabeza y abajo los
pies. La primera es la sede del pensamiento, mientras que los pies sostienen el edificio físico. Si
aplicásemos la realidad hermética podríamos afirmar que aquello que está en tus pensamientos
(arriba) será un día la realidad bajo la cual tus pies (abajo) andarán.

De este modo se puede interpretar que los pensamientos pueden


convertirse en acciones, se hacen realidad.
La energía producida por los pensamientos tiene un poder mucho
mayor de lo que la gente imagina. Ésta es una de las razones por
las que se propugna la necesidad de pensar en positivo para
obtener buenos resultados. De lo contrario, si pensamos en
negativo, esa negatividad se materializará y se presentará ante
nosotros en forma de circunstancias a vivir, de anécdotas.
Para evitar que esto ocurra lo ideal es ejercer un control sobre los
pensamientos y tan pronto como nos demos cuenta que con una
idea estamos potenciando algo desagradable, debemos cambiar de
reflexión, orientando la mente hacia una imagen positiva.
Si fomentamos la unión, armonía y proyectamos pensamientos
positivos, podemos conseguir que mejoren las relaciones a nuestro
alrededor y estaremos siguiendo las leyes herméticas.

A priori parece complicado, porque cada cual defiende intereses distintos y quiere imponer su
razón, pero nos unen infinidad de intereses. Si intentamos examinar los puntos de vista de los
demás, tratando de entender por qué piensan de forma distinta, estaremos más cerca.
Escuchando con interés es posible llegar a entender a tu vecino; la comprensión te llevará a
aceptar su realidad; y la aceptación trae consigo una voluntad conciliadora que permitirá que
aparezca la armonía de una forma natural. Para que esto suceda es necesario franquear las
barreras que pone el orgullo y una de las principales claves para conseguirlo es practicar la
humildad.
Ser humilde significa, por ejemplo, abrir de forma voluntaria la mente a la persona en cuya
presencia nos encontramos. Lo importante es comprender que una actitud humilde propicia la
desaparición de los conflictos, porque cuando el interlocutor encuentra en nosotros un talante
abierto que le permite expresar sus puntos de vista, desaparece su necesidad de
enfrentamiento, se queda con la sensación que sabe más y tiene razón y el litigio termina.

Cuando se cultiva la humildad, se pueden captar de los demás sus virtudes y aprender con
ellas. Por el contrario, la actitud arrogante o la continuada controversia inducirá al otro a
reservar su verdad, por miedo, por prudencia, por cansancio o para evitar el enfrentamiento.
Por otro lado, debemos evitar confundir la humildad con el servilismo, el exceso de permisividad
o la humillación.
Comprender las leyes que imperan “arriba” nos ayudará a conocernos mejor aquí “abajo”.
PREGUNTA: PENSAR EN NEGATIVO...

Es necesario para evolucionar

Es la energía mas potente pensar en negativo

Genera Anécdotas

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Leccion 1: Como es Arriba es Abajo


Una de las preguntas habituales que se hace el ser humano es: ¿quién es el jefe, quién manda?
¿Quién dirige esta gran obra de teatro que es la vida? ¿Es Dios?
¿Existe de verdad?

El ser humano necesita elementos concretos para prefijar su realidad,


nombres que le ayuden a centrar sus ideas y conceptos, a comprender.
Así, podríamos decir que existe un gran arquitecto del universo al que
llamaremos Ser Supremo. Se encarga de organizar y de crear los
millares de galaxias existentes en el cosmos. Es el jefe principal, en una
gran empresa estaríamos hablando del presidente. Se ha encargado de
elaborar las directrices generales, los planes de desarrollo a gran escala. Y como todo buen
mandatario, ha delegado en gerentes para que se encarguen del funcionamiento de cada una
de sus sucursales. Ahí aparece la figura Dios, como gerente de esta galaxia, la Vía Láctea.
Es el ser humano quien ha elegido esa vía, la del contraste, la de crear
oscuridad para ser conscientes de la importancia que tiene la luz. Para sentirnos
seguros necesitamos la aprobación de los demás. Propiciamos la dualidad en
cada uno de nuestros actos y luego nos quejamos de los resultados obtenidos...

En ocasiones podemos pensar que concederle libre albedrío al ser humano es


como darle la llave de casa a un niño de cuatro años. En general, estamos poco
preparados para dirigir la vida, con sólo mirar a nuestro alrededor podemos
comprobarlo. Quizá necesitemos una mayor tutela. Pero por otro lado, es
preciso preguntarse cuándo estaremos listos, porque cuando se tiene un tutor se deja que sea
él quien tome las decisiones y uno nunca se lanza a la piscina.

PREGUNTA: A QUE SE REFIERE EL TERMINO SER SUPREMO?

Dios es el que organiza los millares de galaxias del cosmos

El Ser Supremo es el que dirige la galaxia

El Ser Supremo es el Dios de nuestro sistema solar

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Leccion 1: Como es Arriba es Abajo


Al iniciar su Creación, cada uno de los dioses de las distintas galaxias delimitó un espacio. En lo
esta forma podrás prescindir del despertador que te saca de forma brusca del mundo onírico en el
que te encontrabas. En cuanto te despiertes, invoca (intentando tener la mente en blanco) a tu
divina presencia o a tus guías y diles que te indiquen qué te depara la jornada y qué es lo que
puedes hacer para mejorar tu realidad y la de las personas de tu entorno. Apuntas lo primero que
te venga a la mente, sin pensar. Por la noche, revisas tus notas y comparas con lo que te ha
ocurrido. Al principio puede que te cueste un poco, pero con la práctica te sorprenderán los
resultados.

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 / ► Lección 2: Formación de la galaxia

Lección 2: Formación de la galaxia


La formación de la galaxia

Al hablar de la creación, más que relatar acontecimientos que tuvieron lugar hace miles de años,
nos sumergimos en un proceso que está sucediendo cada día en el interior de cada uno de los
seres humanos. La creación es un ser vivo, latente, que nace, crece y se desarrolla con cada
nuevo día. Es un proceso maravilloso que ayuda a despertar la conciencia, que impele a sentir
la vida, a saber que se evoluciona. Es importante mostrar una actitud abierta, de participación,
de integración, de sentirse parte de un todo, en el cual aportando un granito de arena ayudamos
a que evolucione el planeta.

El trabajo de Dios consistió en mezclar las doce esencias zodiacales para formar con ellas todo
lo que hoy existe en la galaxia. Para llevar a cabo su plan, dividió su espacio en siete planos y
se fijó un plazo de siete Días Cósmicos para llevar su obra a la perfección.

Desde un punto de vista humano parece un plazo muy corto para tanto trabajo, pero los
conceptos de espacio y tiempo que maneja Dios son distintos de los que empleamos nosotros,
mucho más amplios.

Buscando una aplicación práctica de esa división podríamos decir que si Dios ha dividido su
obra en etapas, nosotros también deberíamos fraccionar nuestro trabajo en fases y fijar para
cada una de ellas un plazo determinado. De esta forma conseguiríamos que los proyectos
estuvieran organizados siguiendo un esquema natural.

Los espíritus vírgenes

En el primer Día, Dios se dividió en pequeñas fracciones, como si hubiera creado muchas
sucursales de su empresa... A esas filiales o sucursales les llamó Espíritus Vírgenes. Es un
poco como si Dios se hubiera dividido en millones de pequeñas partículas, como sucede cuando
se enciende una bengala.

A esas pequeñas partículas se les ha confiado la misión de colonizar la galaxia, como lo hacían
los exploradores, para recoger información acerca de sus particularismos. Gracias a esta
investigación, Dios se nutre y eleva su nivel de conciencia para poder mejorar su obra.

Los espíritus Vírgenes, o sea, las chispas divinas, han ido bregando durante mucho tiempo
hasta adquirir un cuerpo y una conciencia individualizada: el ser humano actual.

Primer día de la creación

La presente humanidad empezó su evolución en el primer Día de la Creación y su estado era


entonces el de esa chispa que hemos descrito. El nivel de conciencia de esas chispas en el
primer Día era semejante al que pueden tener los actuales minerales, o sea, muy básico. Se
podría decir de alguna manera que los humanos actuales, fueron los “minerales” de ese primer
Día.

Resulta un poco más complejo, pero hacemos esta comparación para dar una idea aproximada
del nivel de conciencia, que era muy elemental. Es como si estudiáramos una lengua extranjera,
el francés, por ejemplo, podemos alcanzar un nivel de aprendizaje de un francés, pero sin ser
francés.

Tras el Primer Día de la Creación, vino una Noche Cósmica, que debe entenderse como un
periodo en el que Dios asimila las experiencias de ese Día que se prolongó por espacio de miles
de años terrestres. Es como pararse para reconsiderar todo lo experimentado.

Si lo aplicamos de forma práctica, este punto induce a utilizar la noche para realizar tareas de
reconsideración y asimilación de las experiencias vividas durante el día. Años atrás se utilizaba
un dicho que proclamaba: “consúltalo con la almohada”. Noche y día forman una unidad
inseparable, la noche siempre debería estar asociada a la toma de decisiones. Sería ideal que
dejáramos pasar como mínimo una noche antes de tomar una decisión importante.

Para practicar el dicho es preciso dormirse pensando en el asunto que nos preocupa,
formulando mentalmente la pregunta sobre su viabilidad. Al despertar, la noche habrá
depositado la respuesta en nuestra conciencia a través de los sueños.

Si nos cuesta recordar lo que hemos soñado, debemos prestar atención a las anécdotas que
sucedan durante el día siguiente al que hemos realizado la pregunta, fijarnos en los detalles
llamativos. Si nos seduce un anuncio, debemos escuchar su mensaje y tratar de relacionarlo
con la pregunta; o si es una valla publicitaria la que dice “adelante”, sabremos que forma parte
de la respuesta. El universo siempre contesta, lo que ocurre es que a menudo queremos que
nos escriban la solución en la agenda.

Max Heindel, un filósofo del siglo XX, cita la retrospección como un ejercicio importante que
debería realizarse a diario (Concepto Rosacruz del Cosmos (Ed. Kier). Se efectúa acostado en
la cama (aunque puede realizarse sentado para prevenir el sueño repentino), justo antes de
dormirse y consiste en recordar todos los acontecimientos que han conformado el día, pero
empezando por el último y acabando por el primero. Lo significativo de este ejercicio es analizar
las vivencias (sobre todo en el ámbito emotivo) que se han generado en los demás y las que
ellos nos han llevado a vivir, intentando, claro está, tomar conciencia de las actitudes que
podemos cambiar en nosotros, para que, si se vuelve a plantear una situación similar, seamos
capaces de reaccionar de otra manera.

Segundo día de la creación

Al despertar Dios de su “sueño”, se inició el Segundo Día de la Creación, en el que el nivel de


conciencia de los espíritus virginales se elevó: llegó a parecerse al de los actuales vegetales.
Significa que aumentaron su nivel de conocimientos. Es como si las sucursales hubieran
adquirido patrimonio. En ese Segundo Día, nacería al mismo tiempo una nueva Oleada de Vida,
que iba a ocupar el puesto inicial de los espíritus virginales, es decir, Dios volvió a desprenderse
de más chispas. La tierra estaba entonces poblada de minerales y vegetales.

De ello también puede desprenderse una enseñanza en el ámbito práctico: que en la vida
ordinaria, las cosas también cambian de un día para otro. Aquello que en una jornada era
"mineral", en la siguiente pasará a ser "vegetal." Afinando un poco más, los rencores, mal
humor, tristeza de un día deben morir con él, siguiendo las consignas del cosmos, que se
modifica día a día. Lo que ayer era verdad, hoy ha evolucionado y puede haber dejado de serlo
o ser sólo una verdad a medias. Cada día surgen nuevas certidumbres, engendradas por el
constante progreso y el ser humano debe asimilarlas y renovarse, de lo contrario, si se agarra a
verdades caducadas u obsoletas, aunque éstas sean muy elevadas, estará desconectándose
del latir del cosmos, con la posibilidad que ello entraña de perturbar el orden universal.
Debemos afrontar cada nuevo día como si acabáramos de nacer.

El movimiento puede dar sensación de inseguridad, porque adquirimos confianza a medida que
dominamos una situación; emulamos a nuestros mayores con la esperanza de conseguir lo
mismo que lograron ellos; la sociedad nos empuja a repetir patrones. Un nuevo comienzo cada
día sería como vaciarse, como renunciar a una parte de nuestro patrimonio. Pero en realidad a
lo único que renunciamos es al apego que nos genera ese patrimonio. Es preciso aprender a
extraer de cada experiencia su significado, para luego salir en busca de otra. Es cierto que el
avance produce inseguridad porque nos obliga a abandonar una posición de dominio, pero la
evolución de basa en el avance constante. Además, cuando nos detenemos sentimos frustración
y a menudo caemos en estados depresivos.

Tercer día de la creación

Vino una nueva Noche Cósmica, a la que siguió un nuevo despertar al Tercer Día de la
Creación. En ese Día, el nivel de conciencia de los espíritus virginales pasó a asemejarse al de
los actuales animales. Por otro lado, la Oleada de Vida que inició su evolución en el Segundo
Día -la de los minerales- también evolucionó paralelamente y adquirió un nivel de conciencia
parecido al de los vegetales.

Mientras tanto, una nueva Oleada de Vida iba a iniciarse en ese


tercer Día, situándose en el lugar de los actuales minerales. En
cada uno de esos días cósmicos Dios se fue desprendiendo de
su propia esencia para engendrar una nueva oleada de vida,
como si fuera pariendo camadas. Éstas van evolucionando y
así, a medida que crea una nueva, la anterior adquiere otras
experiencias. Es como si una mujer tuviera un hijo y mientras
éste consigue un título universitario, engendra otro.

Es importante recalcar que en este Tercer Día, los primeros


Espíritus Vírgenes adquirieron autonomía en el universo, ya que
los animales, a diferencia de los minerales y vegetales,
disponen de la posibilidad de moverse. Con el número tres se
activa el movimiento.

Se podría pues afirmar, en un orden práctico, que cuando se


llega a la tercera fase de cualquier proyecto, es el momento de
moverse, de pasar a la acción, de llevar a la práctica la obra
plantada en la primera fase.

Cuarto día de la creación

Otra Noche Cósmica y al despertar, nos situamos en el Cuarto Día, en el cual estamos viviendo
en la actualidad, en el que nosotros, los Espíritus Vírgenes del Primer Día, hemos conquistado
la autoconciencia y nos encontramos en la fase humana. La Oleada de Vida que inició su
evolución en el Segundo Día, tras haber pasado por el estado que podríamos llamar vegetal (en
el tercero), en este Cuarto Día pasa por el estado animal, son los actuales animales. La Oleada
que inició su evolución en el Tercer Día, son nuestros vegetales actuales. Y la nueva Oleada que
inicia su andadura en ese Cuarto Día, son los minerales actuales.

En el Cuarto Día, la Obra Divina alcanza sus objetivos de exteriorización. Podemos decir pues
que es el momento justo para que los proyectos e ideas den sus frutos. Es un período en el que
tenemos que recoger el resultado de lo sembrado el primer Día. Si hemos cuidado bien nuestra
obra, el fruto será abundante y apetitoso y puede dar lugar a la plantación de una nueva semilla.

Pero, a partir de este momento, tendría que iniciarse el gran repliegue: el hombre, después de
haber trabajado en la transformación de la naturaleza exterior, debería emprender las tareas de
metamorfosis de su naturaleza interna. Significa que a una edad determinada, que
simbólicamente se sitúa alrededor de los cuarenta y dos años, debido a que nuestro ciclo medio
de vida es de ochenta y cuatro años, llegando a la mitad de su existencia el ser humano debería
invertir la orientación de su vida. Si hasta entonces ha luchado por crecer, enraizarse, conseguir
un trabajo estable, fundar una familia, tener éxito..., lo cual podría entenderse como un
acercamiento a la materia, después de haberlo conseguido debería iniciar la senda contraria,
encaminarse hacia el espíritu, profundizar en su personalidad, conocerse mejor, liberarse de las
ataduras.

Quinto, sexto y séptimo día de la creación

El Quinto, el Sexto y el Séptimo Día forman parte de nuestro futuro. En el Quinto Día,
conquistaremos la omnisciencia, seremos ángeles, seres de luz más evolucionados que carecen
de cuerpo físico; en el Sexto, empezaremos a dirigir la evolución de los seres animados y en el
Séptimo habremos conquistado la categoría de Dioses Creadores y nuestro Dios podrá
descansar y retirarse para cedernos las riendas de la

galaxia.

Las Oleadas de Vida que nos siguen pasarán por las mismas fases: los animales de hoy serán
la humanidad del Quinto Día.

Los vegetales de hoy serán la humanidad del Sexto y la Oleada de vida vegetal actual será la
humanidad del Séptimo Día. En estos próximos días, esas humanidades se parecerán poco a la
actual, pero se trata de algo tan lejano en el tiempo que resultaría inútil disertar sobre ello, es
preferible centrarse en lo que podemos percibir aquí y ahora.

Días de la
Estados Estados Estados Estados
creación evolución 1º evolución 2º evolución 3º evolución 4º
día día día día

1º Día Mineral

2º Día Vegetal Mineral

3º Día Animal Vegetal Mineral


4º Día Hombre Animal Vegetal Mineral

5º Día Ángel Hombre Animal Vegetal

6º Día Arcángel Ángel Hombre Animal

7º Día Dios Arcángel Ángel Hombre

El concepto de los Días de la Creación parece lejano y complejo, pero su funcionamiento es tan
simple como el de los días del calendario. En cada jornada se planifican unos trabajos y son
llevados a término por los obreros correspondientes.

PREGUNTA: EN QUE DÍA DE LA CREACIÓN LA HUMANIDAD EMPEZÓ SU EVOLUCIÓN?

En el primer día de la creación, la presente humanidad empezó su evolución.

En el segundo día de la creación, la presente humanidad empezó su evolución.

En el tercer día de la creación, la presente humanidad empezó su evolución.

Lección 2: Formación de la galaxia


La parte que estamos tratando ahora es la más áspera y quizá la más aburrida de este curso,
pero es necesaria para facilitar una base de entendimiento sobre la que se va a desarrollar el
resto del programa de la evolución. Más adelante entraremos en el proceso del nacimiento y el
de la muerte.

Dios dividió su espacio en siete planos esféricos para desarrollar su Obra, se llaman:

1º.- Mundo de Dios


2º.- Mundo de los Espíritus Vírgenes
3º.- Mundo del Espíritu Divino
4º.- Mundo del Espíritu Vital
5º.- Mundo del Pensamiento
6º.- Mundo del Deseo
7º.- Mundo Físico

Cada uno de estos mundos consta a su vez de siete subdivisiones, pero ese tema lo dejamos de
momento.

En el Primer Día de la Creación, la vida se desarrolló en el 3º,4º y 5º de estos mundos; en el


Segundo Día, se desarrolló en el 4º, 5º y 6º; en el Tercer Día, en el 5º y 6º y mitad superior del
7º; En el Cuarto Día, nuestra vida se desarrolla en el mundo del Pensamiento (5º), en el mundo
del Deseo (6º) y en el mundo Físico (7º).
O sea, la vida en su proceso de manifestación ha ido «descendiendo» de forma progresiva hacia
mundos cada vez más cristalizados, más estructurados, habiendo alcanzado ahora el máximo
grado de materialización y el punto de mayor separación del espíritu.
Partiendo de la base que el espíritu recorre un camino de Involución hacia las formas materiales
antes de iniciar el camino Evolutivo, podemos deducir que es preciso tocar fondo para poder
elevarse. Dicho de otro modo: es preferible esperar para acometer una elevación hacia lo
sublime, hacia caminos espirituales hasta que se hayan acumulado suficientes experiencias en
el mundo físico.

Pongamos un ejemplo, el caso de Laura, una mujer que se marchó a un templo budista porque
tenía problemas con su marido y decidió tomar el camino de la elevación espiritual y marcharse
al Tibet. Regresó al cabo de seis meses y se encontró que todos sus problemas la estaban
esperando. Se había quedado sin marido, sin casa, sin trabajo y tuvo que volver a vivir con sus
padres. Le costó bastante retomar el hilo de las actividades diarias, porque se encontraba como
colgada, ella definía su estado como estar a caballo entre dos mundos.

A eso nos referimos al decir que primero es preciso vivir las experiencias materiales, para evitar
quedarse flotando entre dos planos. Es necesario conocer a fondo las propiedades de la
materia, sus leyes, sus funciones, su movimiento orgánico interno. Pero son numerosos los
aspirantes a la aventura espiritual que se dejan seducir por el canto de las sirenas, por
mensajes lisonjeros, y piensan que la senda iniciática va a facilitar la solución rápida de sus
problemas y luego les sucede como a Laura. Pero, aún así, acaban aprendiendo de sus errores.

Numerosos gurús venden paz y armonía a quien siga sus enseñanzas, pero estos estados se
consiguen a través del equilibrio y éste se alcanza cuando los asuntos más perentorios están en
orden.

Supongamos que una persona debe acudir a un lugar preciso para vivir ciertas experiencias, y
que en su camino se encuentra con una bifurcación, estando obligada a elegir. Imaginemos que
escoge la opción incorrecta. Puede que ande durante mucho tiempo, pero llegará un momento
en que caerá en la cuenta de que se ha equivocado de camino. Entonces, volverá sobre sus
pasos y su traspié le habrá permitido hallar el camino correcto. Lo mismo les ocurre a las
personas que cultivan algún tipo de error, entendiendo por ello lo que es contrario a las leyes de
la evolución y a lo que marque su propio destino.

Es importante tomar conciencia que una senda espiritual nunca ha de representar una huída, un
abandono de las obligaciones materiales de cara a la familia o a la sociedad. Cuando existe un
deber que cumplir, significa que hay una enseñanza que aprender. Podremos empezar a volar
cuando hayamos cumplido con todas nuestras obligaciones.

A menudo se nos vende que aquellos que se espiritualizan son luego mejores personas y es
cierto, siempre y cuando espiritualizarse signifique comprender la organización de la vida en la
tierra, que equivale a conocer la estructura cósmica. El error se produce cuando, teniendo una
serie de obligaciones que cumplir (con padres, con hijos, con el hogar, la familia, el trabajo) uno
se enrola para seguir la doctrina de un gurú que proclama, en nombre de cualquier entidad
espiritual (que él ha malinterpretado), que lo abandonemos todo y le sigamos.

Este error también se produce con los grandes iniciados. Jesucristo dijo que lo abandonáramos
todo y le siguiéramos. Pero las enseñanzas de ese gran maestro son simbólicas y deben ser
interpretadas como tales. Él representaba lo más elevado que puede haber en el espíritu
humano y cuando proclamaba el abandono de las pertenencias, se refería al sentimiento de
apego que sienten los seres humanos por los objetos que les rodean. Él quería subrayar la
necesidad de deshacernos de aquello que nos ata a la materia para sentirnos libres y poder así
seguir los dictámenes de nuestra conciencia.

El desapego se consigue tomando conciencia que la vida es como un restaurante, se trata de


probar los platos de la carta, saboreándolos a placer, acordándoles una utilidad, pero sin
necesidad de poseerlos, de sentir que son nuestros. Debemos permitir que todo fluya a nuestro
alrededor. Es una labor lenta, que requerirá un tiempo y en la que deberemos emplear
paciencia, aunque podemos estar seguros de conseguirlo.

La alimentación de los cuerpos

Rebobinemos un poco. Decir que la vida se desarrolla en el mundo del


Pensamiento, en el del Deseo o en el Físico significa que el ser
humano posee materiales de cada uno de estos mundos, de lo
contrario la vida nunca hubiera podido desplegarse en estos planos. El
cuerpo físico, por ejemplo, está formado de materiales que se
encuentran en el mundo Físico, como el calcio, hierro, fósforo,
mercurio, estaño... Por la misma razón, los cuerpos de deseos y
mental estarán formados por los materiales de sus respectivos
mundos, el de Deseos y el Mental. Estos dos cuerpos, superiores al
físico, constituidos de materiales más sutiles y por ello invisibles a los
ojos humanos, se interpenetran con el vehículo físico, y al mismo
tiempo sobresalen ambos al exterior.
Son numerosos los que piensan que sólo utilizan uno de ellos, pero sería más correcto decir que
sólo son consciente de uno de ellos, porque los utilizamos los tres a diario. El cuerpo de deseos
nos provee del material llamado emociones o sentimientos; y el mental nos permite pensar,
razonar, utilizar la lógica.

Las familias suelen congregarse alrededor de una mesa tres veces al día para alimentar al
cuerpo físico, en cambio pocas veces se reúnen para aportar alimentos al cuerpo de deseos o al
mental (por lo menos de forma conciente.) Es natural pues que estos cuerpos crezcan menos. Y
ya se sabe, cuando se tiene hambre cualquier cosa es buena para llevarse a la boca; en
cambio, cuando se está ahíto, uno aspira a alimentarse con manjares delicados y de alta
calidad. Todo ello significa que si permitimos que el cuerpo de Deseos pase hambre, cualquier
pasión o sentimiento exaltado será bueno para satisfacerlo, y si seguimos el mismo patrón con
el mental, se agarrará a cualquier idea errante o proclama extremista.

Debemos dispensar a los cuerpos sutiles el mismo trato que damos al físico, proporcionándoles
alimentos celestes de calidad, deliciosos manjares, frecuentando lugares y personas
susceptibles de ofrecer la elegancia y la delicadeza de los sentimientos y pensamientos nobles,
que transmitirán a nuestros cuerpos superiores su sutileza. Nos interesa huir de las lecturas o
espectáculos violentos o con contenidos que puedan herir nuestra sensibilidad, que son para los
cuerpos sutiles como la basura y las inmundicias para el físico.

Si proporcionamos al cuerpo de deseos y al mental alimentos elevados, atraeremos hacia ellos


átomos sutiles (energías) que ya han sido pulidos por seres espirituales y que constituyen una
barrera que impide la penetración de materiales groseros en el cuerpo.

Es preciso que nos concedamos cada día un tiempo para sentir el mundo que nos rodea y para
pensar en él, evitando así que los cuerpos sutiles pasen hambre.

Estas palabras pueden sonar raras, ya que anuncian la necesidad de mirar en la tele programas
culturales, que apenas existen; dejar de juzgar a los demás, cuando es el deporte nacional; y
controlar la rabia, la envidia, los celos o el critiqueo, que es la sal de la vida... Suenan a
proclamas extraterrestres. Pero hay que entenderlas como una labor de aplicación diaria y
paulatina. Nadie obliga a que deban acometerse esos cambios de una vez. Por ejemplo, los
programas de televisión se miden por la audiencia, si la gente deja de mirar emisiones basura,
los productores dejarán de financiarlos. Por el contrario, si se nota un interés creciente por los
temas culturales, los situarán en “prime time.” Aunque nos cueste darnos cuenta, nosotros
manejamos el poder a través del mando a distancia. Hoy vende más una mala noticia que una
buena, es la razón por la cual los noticiarios vienen cargados de desgracias.
Es evidente, así mismo, que si un porcentaje muy alto de conversaciones se basa en la crítica,
eliminarla costará un gran esfuerzo, pero con buena voluntad podemos acostumbrarnos a elegir
la vertiente positiva de las cosas y ensalzar las virtudes de la gente en lugar de sus defectos. Es
una cuestión de práctica. Son muchos los que tienen dificultades a la hora de examinarse para
obtener el permiso de conducir y, sin embargo, todo el mundo acaba aprobando.

A propósito de los alimentos que proporcionamos a los distintos cuerpos, es preciso saber que
cuanto más cuidemos y mimemos a uno de ellos, menos tiempo y energías nos quedarán para
velar por los demás. Cuando una función del organismo entra en actividad, todas las fuerzas de
las que disponemos se movilizan para acudir en su ayuda. Cuando alimentamos el cuerpo físico,
desplazamos sus energías para la digestión de los alimentos. Si la comida ha sido copiosa, su
absorción puede neutralizarnos durante unas cuatro horas. Si al cabo de este tiempo volvemos
a comer, es posible que pasemos el día entre la digestión y el sueño. Si pretendemos alimentar
bien los cuerpos sutiles, es preciso que renunciemos, en alguna medida, a las comidas
abundantes de difícil digestión. De esta manera, podremos organizar poco a poco los cuerpos
de deseos y mental para que algún día lleguen a constituir una herramienta de trabajo como lo
es el cuerpo físico.

El físico, el más desarrollado

De los tres cuerpos, el físico es el más antiguo y el único que ha alcanzado el grado suficiente
de madurez como para poder constituir un vehículo portador de vida. Ello se debe a que el
germen del cuerpo físico nos fue implantado en el primer Día de la Creación. En este cuarto Día
(el actual), el cuerpo físico ha alcanzado su plena madurez.

En el segundo Día de la Creación, nos fue implantado el germen del cuerpo vital. Más que de un
cuerpo, se trata de un atributo del cuerpo físico, el que permite la percepción sensorial. Al morir,
el cuerpo vital se desintegra junto con el físico (este punto lo abordaremos con el tema de la
muerte.)
En el tercer día de la Creación, nos fue implantado el germen del cuerpo de deseos. Es natural
pues que nuestro cuerpo de deseos esté todavía inmaduro y carezca de la organización de que
goza el físico, el cual ha ido “formándose” en el transcurrir de los Días.

En el actual cuarto Día nos han implantado el germen del cuerpo del pensamiento, de modo que
la facultad de pensar es, para nosotros, una adquisición muy reciente. El cuerpo mental está
poco organizado como para imponer su ley. Por consiguiente, en la pugna entre deseos y
mente, suelen ganar siempre los deseos, por emanar de un cuerpo más organizado.

PREGUNTA: EN QUE DÍA DE LA CREACIÓN NOS ENCONTRAMOS?


Estamos en el tercer día de la creación

Estamos en el quinto día de la creación

Estamos en el cuarto día de la creación

Lección 2: Formación de la galaxia


Tesiones en la cúpula
Los ángeles son seres de luz que ayudan al hombre en su evolución, y el destino de los seres
humanos es convertirse en ángeles en el Quinto Día de la Creación, ¿son entonces los ángeles
actuales hombres adelantados?
Los que hoy llamamos ángeles proceden de otro Periodo y fueron “creados” por un Dios distinto
al nuestro, uno anterior que ahora ocupa más altas funciones en el cosmos. Se rigen por unas
normas diferentes a las nuestras, su objetivo es el de ayudar al ser humano a alcanzar poderes
creadores, pero sin alcanzarlos ellos mismos.

Imaginemos, por ejemplo, que en una empresa se solicitan los servicios de una firma consultora
para aumentar su cuota de mercado. Los miembros de esa sociedad, gracias a la ayuda de los
consultores, pueden ir mejorando, alcanzar niveles más altos; en cambio ellos nunca podrán
ascender en esa empresa, en todo caso lo harán en la suya.

El hecho de que los Ángeles formen parte de otra “empresa” y participen en la del ejemplo como
ayudantes del jefe (Dios), hizo que se produjera una situación que podemos definir como de
envidia por parte de ellos respecto a los seres humanos. En los libros sagrados abundan
episodios en los cuales los Ángeles acusan al hombre ante Dios, mientras el Creador se erige
como nuestro defensor.

El génesis de la Creación y la historia del ser humano son una misma realidad a diferentes
niveles.

En el séptimo Día, nosotros habremos conquistado poderes creadores y en el próximo Periodo


de Manifestación tendremos la responsabilidad de un universo, ya que ha sido planificado de
este modo.

En cambio, los ángeles, siendo siempre superiores a nosotros en conocimientos espirituales,


nunca dejarán de ser los ayudantes de una jerarquía más alta.
Todo ello propició que a esta categoría de seres le costase considerar a nuestro Dios como su
auténtico superior jerárquico y en un momento dado de la evolución estalló la discordia en las
legiones angélicas.

Lucifer fue el más brillante representante de la Oleada angélica y cuando Dios le comunicó que
su principal labor era la de conducir al hombre en su evolución, él se negó a seguir las
directrices del Creador. Para romper una lanza por Lucifer es preciso pensar como se sentiría
alguien que está realizando una carrera brillante y de pronto le notifican que debe abandonar
sus estudios para dedicarse a impartir clases a grupos inferiores al suyo. La negativa de Lucifer
a acatar las órdenes propició que él y sus partidarios, es decir, las legiones de Ángeles que le
siguieron en su rebelión, fueran precipitados al abismo.

Este incidente puede sugerir que ser el número uno -como era el caso de Lucifer- conlleva un
peligro: el de identificarse con la verdad. En la vida social, los individuos que brillan en cualquier
dominio siempre se encuentran a dos pasos del Abismo. Los luciferes se perdieron por la falta
de adaptación a los cambios y por su negativa a “rebajarse”, a descender un nivel y unir su
Fuego (la espiritualidad), el Elemento con el que se encontraban identificados, con el Agua (los
sentimientos) el Elemento al que debían integrarse.

El individuo que se identifica con una verdad inamovible, con una situación cristalizada en la
vida, que se estanca en un entorno en el cual le resultará imposible avanzar, se ve abocado a
ese simbólico Abismo. Son esenciales las enseñanzas que se derivan de la caída al Abismo de
los luciferes para el comportamiento diario: es preciso saber descender de las alturas sublimes,
cuando el porvenir evolutivo de los demás está en juego y la estrategia requiere cierto sacrificio.

Imaginemos un matrimonio en el que uno de los dos se ha iniciado en ciertos rituales místicos y
se pregunta: ¿Cómo puedo conseguir que mi pareja participe en mi ascenso espiritual? Se le
podría contestar con diez sugerencias:

1.- Evita el recurso fácil de dogmatizar.


2.- Respeta sus opiniones.
3.- Háblale de estos temas sólo cuando pregunte.
4.- Invita a tu pareja a participar en tus actividades.
5.- Escúchala.
6.- Participa en sus centros de interés.
7.- Ayúdala en lo que sea posible.
8.- Predica con el ejemplo.
9.- Procura conseguir que tu pareja sea feliz.
10.- Ponte en su lugar.

Como puede constatarse, la mayoría de estos puntos están dirigidos a que la persona iniciada
participe en las actividades de la otra, y parece un contrasentido, cuando de lo que se trata es
de lo contrario, de propiciar la elevación de la pareja.

Cuando se pretende convencer al otro que tu camino es superior al suyo, la mejor manera es
respetar y comprender sus valores, participar de ellos, de este modo esa persona se dará
cuenta de los beneficios que puede reportarle ser así. Si, en cambio, mi conducta es prepotente,
me muestro superior porque creo poseer más conocimientos, la imagen transmitida asustará al
candidato y conseguiré lo contrario de lo que pretendo.

A menudo nos cuesta ponernos en la situación del otro porque somos ajenos a sus
motivaciones, al sentimiento que le lleva a actuar de una determinada manera. Por ejemplo, a
los hombres suele gustarles las películas de acción, de violencia o el fútbol. Si le pedimos a una
mujer que comparta con su marido el sofá cuando está absorto en una de estas emisiones, lo
más probable es que se niegue. Pero quizá en más de una ocasión esa mujer conseguiría
mejorar su relación si realizara un esfuerzo y tratara de comprender la razón por la cual se
enganchaba a esa violencia. Tal vez está descargando su propia violencia, sus frustraciones, su
incapacidad de afrontar la relación, de comunicarse.

Estamos demasiado acostumbrados a juzgar y a comparar; utilizamos el término altas y bajas


“vibraciones” como arma arrojadiza, con un sentido absurdo y así pensamos que una persona
es más espiritual o avanzada que otra por el hecho de ser vegetariana, de rezar a menudo o de
visitar templos, como si la evolución se midiera en el estómago, en la fervorosidad o en el
número de visitas que uno realice a lugares santos.

Volvamos al conflicto de Lucifer, se produjo al principio de la Creación y quedó institucionalizado


en el devenir humano. Razón por la cual resulta relevante saber lo que ocurrió en aquellos
tiempos, porque tenemos que vivirlo en un momento u otro de nuestra existencia.

En la creación de cualquier empresa, sea de la índole que fuere,


siempre veremos aparecer diferencias portadoras de conflicto que
provocarán divergencias o intentarán combatir el proyecto inicial.
Esos escollos forman parte de la naturaleza intrínseca de la vida y
sólo serán el indicio de que la empresa en cuestión respeta los
modelos evolutivos, lo cual significa que después de la división
llegará la abundancia.

Estoy hablando en términos simbólicos, el Abismo representa el


descenso a otra realidad. Hubo otras dificultades a las que tuvo que
enfrentarse la divinidad además de la rebelión de los luciferes. En
cada nivel de la Creación surgen conflictos y la armonía se restablece
a base de precipitar a un nivel inferior a los causantes del problema.
En ese nivel inferior, los caídos aportan su luz, pero son al mismo
tiempo los animadores de nuevos focos de discordia en las Oleadas
de Vida más jóvenes. Los nuevos disidentes son a su vez
precipitados más abajo, hasta alcanzar el fondo del Abismo.
Otro ejemplo, en el instituto, a los alumnos que suspenden varias asignaturas, les hacen repetir
el curso, es decir, los lanzaban a un curso inferior (al abismo) y allí suelen generar todavía más
conflictos, porque son los mayores de la clase. Si cometen una falta grave, los echan del
instituto (los mandan al fondo del abismo.)

Toda la Creación está interiorizada en nosotros; en cada célula y átomo se reproduce esa caída
y nuestros tres cuerpos, en su actividad creativa, generan “disidentes”, es decir,
tendencias que están en desacuerdo con la línea más avanzada de nuestra
personalidad. Si dejamos que estas tendencias coexistan con nuestros más
sublimes propósitos, los desvalorizarán, se mofarán de ellos, los volverán
irrisorios y finalmente los imposibilitarán. Para evitar que esto ocurra, debemos
situar las tendencias disidentes en el “Abismo” a fin de evolucionar sin trabas.
Algunas se reflejan formando actitudes, otras son sólo rasgos de personalidad.
Pongamos por caso que una parte de mí decide que quiere adelgazar y otra le hace boicot
facilitando argumentos para que siga engullendo. Debería mandar una al abismo. Mantener
activas las dos me lastimará porque generarán una contradicción en mi interior y siempre que
existe un conflicto yo salgo perdiendo.

Para conseguir que sea la parte superior la que domine tenemos que empezar por cederle
protagonismo. Si el Yo sublime sólo puede manifestarse cinco minutos al día, concedámosle
plenamente esos breves instantes, sin permitir que lo inferior y lo superior coexistan, porque lo
inferior, más “bregado”, más enraizado, llevará siempre las de ganar en esta confrontación.

Los Templos de culto fueron ideados para que lo sublime pudiera separarse de lo profano. Lo
que sucede es que muchos de ellos han sido ya profanados cuando los hombres acuden para
pedirle a la divinidad que justifique sus errores.

Continuando con el relato anterior, al llegar al cuarto Día de la Creación, en el que nos
encontramos, los luciferes se vieron desgajados de la Oleada de Vida angélica. Pero para evitar
que perdieran su nivel evolutivo y se estancaran, llegaron a un pacto con Dios: ellos también
ayudarían al ser humano en su avance, pero desde la vertiente opuesta a la de los Ángeles, que
contactan con los hombres a través de la intuición y la inspiración. Ellos trabajarían desde
dentro, induciéndonos a actuar, a avanzar a través de la experiencia.

Les resultaba imposible desempeñar su labor en un cuerpo vital, como lo hacen los Ángeles,
pero eran demasiado avanzados para funcionar en un cuerpo físico como nosotros. Necesitando
sin embargo un órgano físico para su trabajo evolutivo, se alojaron en la columna vertebral del
hombre y a través de ella le dirige en su desarrollo.

Debemos tomar lo anterior en su aspecto simbólico, pensando que esos ángeles caídos
espolean al ser humano desde el interior para que avance y al mismo tiempo se nutren de sus
experiencias. Así se lleva a cabo un intercambio.

Al percibir la forma alargada (como de columna vertebral) de los luciferes, los videntes les
dieron el nombre de “serpientes.” Con esta palabra son descritos en la Biblia. Es como si su
cabeza lindara con nuestro cerebro y su cola con los órganos sexuales. Su necesidad evolutiva
les obliga a prestarnos ayuda en nuestro camino hacia el conocimiento. Pero lo hacen mediante
procedimientos poco ortodoxos, utilizando el elemento que dominan: el Fuego.

Los impulsos que recibimos de ellos aceleran nuestro proceso evolutivo, pero el precio a pagar
es el dolor. Son los representantes del llamado “brazo izquierdo de Dios”, que se expresa a
través del rigor. Su acción acelera de forma considerable nuestra comprensión de las cosas,
pero nos aboca a lo desmesurado y por ello nos somete a la justicia divina. Los luciferes son
nuestros instructores, pero también nuestros acusadores ante la divinidad.

Voy a tratar de clarificar este concepto. Supongamos que un niño está jugando cerca de una
chimenea encendida y que su padre le advierte que esto encierra un peligro: el de quemarse. El
niño tiene dos opciones: hacer caso a su progenitor, asimilando directamente la luz (enseñanza)
que le proporciona sin necesidad de acercar su mano al fuego o bien verificar en la práctica las
advertencias del padre. Cada vez que nos encontramos en una tesitura de esta índole, las
fuerzas luciferianas que nos habitan nos soplan al oído que pongamos la mano en el fuego,
porque así aprenderemos en un abrir y cerrar de ojos lo que de otra manera tardaríamos tal vez
años en comprender. Si -como ocurre en la gran mayoría de los casos- el niño obedece al
impulso luciferiano, puede acabar quemándose y de esta forma sabrá para siempre lo que es el
fuego, sin necesitar más explicaciones ni discursos de su padre. Y el luciferiano estará
satisfecho porque habrá cumplido con su tarea: enseñarnos por la vía traumática.
Visto en crudo tiene mala uva este luciferiano. Pero es su trabajo, lo mismo que el recaudador
de impuestos, aunque nosotros siempre tenemos la última palabra.

Los luciferes nunca han formado un pueblo homogéneo en el que todos estuvieran cortados por
el mismo patrón. Como en la Oleada de Vida humana, los hay que han llegado más lejos en la
escala evolutiva y otros menos. Los que trabajan en la cabeza de la serpiente, alimentando
nuestro órgano generativo cerebral, son distintos a los que trabajan en la cola, excitando
nuestra sexualidad. Según sea nuestra naturaleza, disponemos del servicio de unos u otros.

Es nuestra voluntad quien los llama al trabajo, ya que sin ella nada se mueve. Basta con
desearlo (aunque sea de forma inconsciente) y acudirán al servicio los luciferianos de arriba o
los de abajo. Los primeros suelen trabajar en las horas de luz, los otros toman el relevo al caer
la noche. Para alejarlos de la Obra, existe un método seguro: encender una luz o una vela.
Como la luz es un elemento ajeno a ellos, los que trabajan en la cola de la Serpiente se verán
obligados al abandono de la tarea. De ahí que pueda resultar positivo para las personas que
tienen pesadillas nocturnas o las que se sienten presionadas por su sexualidad, dormir con una
luz encendida.
Como he expuesto con anterioridad, debemos tener en cuenta que los luciferes son nuestros
más esforzados acusadores ante la divinidad y ello por una razón: porque el hombre es libre.
Las fuerzas superiores actúan en nosotros obligadas por nuestra voluntad. Las sometemos a
nuestro servicio y es natural que luego comparezcan ante el tribunal divino para criticarnos.
Los ángeles nos guían a través del cuerpo de deseos y del cuerpo vital (por medio de la
intuición), actuando de acuerdo con las directrices del Creador. Pero el hombre es más sensible
a la acción de los luciferes, puesto que ellos actúan desde su fuero interno y la persona puede
escuchar más fácilmente su «voz». Los luciferes empezaron a mover a los humanos a través de
la imaginación. Por ello se dice en la Biblia que la serpiente sedujo a Eva, ya que la mujer tiene
las facultades imaginativas más desarrolladas que el hombre. La serpiente paradisíaca prometió
a Eva que sería tan sabia como los dioses y ciertamente nos comunica la sabiduría estimulando
nuestras funciones cerebrales. Pero con la cola excita del mismo modo las funciones sexuales y
ello condujo a la humanidad a la pérdida del Edén.

Podemos entender el tema como si tuviéramos dos hermanos, uno más aplicado (los Ángeles) y
otro más pillo (los luciferes). Los dos tratan de ayudarnos a crecer, pero cada uno con sus
propios medios. Al final aprenderemos, por un método o por otro.

Existe la posibilidad de echar a los luciferes de nuestro interior, ya que el ser humano es libre,
pero para conseguirlo debemos ser capaces de dirigir nuestra vida, de activar de forma continua
la voluntad y de elevarnos por encima de las pasiones y de los sentimientos que los alimentan.
Cuanto más recto y noble sea nuestro proceder, más dificultades encontrarán nuestros
inquilinos para alimentarse y acabarán por retirarse. La razón es que son más libres aquellos
que consiguen equilibrar su vida a través de la razón.
Los luciferes son como impulsos internos que forman parte de nuestro bagaje existencial, el
simple hecho de conocer su presencia y su naturaleza debe ayudarnos.

Esta historia de los luciferianos puede sonar a ciencia-ficción, como la serie de televisión en la
que unos lagartos querían invadir la tierra. Pero por otra parte, pensar en derrotar a las
tendencias internas que a menudo nos hacen la vida imposible tampoco es una tontería, y poco
importa que se llamen Lucifer o chocolate relleno de avellanas. Tal vez sea nuestro lucifer
particular el que nos impulsa a criticar a la vecina, al jefe, a la ex-pareja o a cualquiera que nos
ofrezca un motivo. Incluso cuando en ocasiones nos proponemos dar una opinión favorable
sobre alguien, ese hermano incordio se adelanta con un perfil crítico o caricaturesco que parte
de nuestra boca como una exhalación.

Todos hemos sentido en numerosas ocasiones el desgarro emocional causado por dos
tendencias en lucha, cuando una parte de tu ser desea romper con el pasado y otra se opone
con uñas y dientes; cuando sientes te quiero y dices te odio; cuando esbozas una sonrisa ritual
al tiempo que tu corazón llora. Cuántas frustraciones arrojaríamos al abismo... si pudiéramos, si
consiguiéramos dominar a esos bichos internos o si fuéramos capaces de echarlos...

Usted se ha autentificado como Jairo de Jesus Buendia Bolon (Salir)

Lección 2: Formación de la galaxia


La muerte y el ciclo de vida
Vamos a adentrarnos en el ciclo de la vida. Para ello quizá será necesario romper alguna
creencia,“cambiar de chip.”
Ya hemos comentado que la vida se desarrolla en tres mundos: el Físico, el de Deseos (al que
también se le llama Astral en la terminología esotérica) y el del Pensamiento; y para poder vivir
en ellos, disponemos de tres cuerpos: el físico, el de deseos y el mental.
El cuerpo físico es el único en el cual el ser humano puede realizarse, adquirir experiencias,
progresar. El cuerpo mental y el cuerpo emotivo o de deseos actúan a través del físico, que les
sirve de vehículo. De ahí la enorme importancia que debe tener para nosotros la existencia
física.
Cuando el cuerpo físico muere, la vida se retira al cuerpo de deseos y en él prosigue su
evolución. La teoría que desarrollamos a continuación se basa en la reencarnación. Sabemos
que existen dos grandes corrientes evolutivas: la de la fe y la del conocimiento. La
reencarnación forma parte del segundo grupo, debe comprenderse y asimilarse a través del
sentido común. Nadie debe convencernos sino que debemos llegar a esta conclusión siguiendo
una lógica evolutiva.

Resulta difícil (por lo menos desde nuestro punto de vista) desarrollar una teoría de la evolución
mínimamente creíble sin la base de la reencarnación, porque entonces todo se transforma en
casualidad, nada tiene sentido. Nos encontraríamos en un universo arbitrario, sin futuro, sin
apenas ilusiones, dado que sus desigualdades son demasiado evidentes si las miramos bajo la
perspectiva de que aquí empieza y aquí acaba. La idea de un proceso evolutivo continuado
facilita una explicación plausible y fomenta la libertad de interpretación.

El átomo germen

En el momento de la muerte, el Átomo-Germen del cuerpo físico, que podríamos definir como un
chip de memoria del disco duro humano, (que durante la vida se encuentra en la punta del
ventrículo izquierdo del corazón), asciende hasta el cerebro por el nervio neumogástrico y
abandona el cuerpo por las suturas de los huesos parietal y occipital.
Este Átomo Germen (chip), también llamado Átomo Simiente, contiene la grabación de todas las
experiencias conseguidas a lo largo de la vida. La sangre, que es la que contiene grabadas las
experiencias que vive cada ser humano, deja una huella impresa sobre ese átomo, como un
archivo temporal que queda inscrito en el disco duro.
Entonces, si la sangre contiene las experiencias, ¿qué ocurre cuando alguien se desangra,
cuando tiene un accidente o en una transfusión? La persona pierde una parte de sus
experiencias. Sólo tenemos que fijarnos en cómo cambia el carácter de quien recibe mucha
sangre ajena.

Este tema genera a menudo controversia porque la sociedad asume como una buena acción la
entrega de sangre, y lo es, pero cuando disponemos de nueva información, nuestra forma de
actuar cambia y analizamos cada movimiento en función de las circunstancias y de nuestras
necesidades evolutivas, teniendo en cuenta que siempre debe prevalecer el sentido común. Si
sabemos que una transfusión puede salvar una vida, resultará más importante esa
supervivencia que las experiencias que perdamos donando nuestra sangre, que en definitiva
siempre podremos revivir.
Es importante que conozcamos los procesos que están conectados a nuestra vida y a la
evolución de la especie, porque la información nos ayuda a eliminar condicionantes y nos vuelve
más libres. Después cada cual debe utilizarla como mejor le parezca.
Volviendo al Átomo Germen, esa especie de chip nos sigue a lo largo de todas nuestras
encarnaciones y en él está depositada, en consecuencia, la memoria de las vidas pasadas. Al
morir se incorpora al cuerpo de deseos. Podemos pensar que es como si a un ordenador le
quitáramos el disco duro para ponérselo a otro de una nueva generación. O como si la caja
negra de un avión fuera incorporada a otro aparato, del mismo tipo pero de una serie superior,
para que éste pudiera integrar la experiencia del anterior. En el mundo entero se trabaja con el
programa informático Windows, pero cada año Microsoft (la empresa que lo fabrica) incorpora
novedades y saca un nuevo Windows al mercado.

El cerebro y el corazón

El Átomo Germen se encuentra en el ventrículo izquierdo del corazón.


Buscando su aplicación práctica podríamos decir que la parte
izquierda es la que aporta la experiencia. Todo lo que se encuentra en
la izquierda en el organismo es portador de cristalizaciones y
constituye la parte "acabada". En el hemisferio izquierdo se sitúa, por ejemplo: la lógica, el
análisis, el detalle, el método, el lenguaje, la memoria concreta, la percepción del bien y del mal,
la racionalidad, la estrategia.
Estamos hablando de conceptos mentales, pero ¿qué sucede con el corazón? El cerebro es el
que gobierna el organismo. A través de los músculos imprime un movimiento al cuerpo y cuando
un órgano se siente enfermo, es al cerebro que transmite su pesar. A través del filamento
nervioso emite sus órdenes hacia abajo y obtiene la información de abajo hacia arriba.

El cerebro es el ordenador que llevamos dentro. Pero el corazón, siendo el que asegura la
circulación de la sangre, es quien posibilita el funcionamiento del cerebro, o sea, es como la
corriente eléctrica sin la cual el ordenador nunca podría funcionar.
En resumen, el cerebro es el centro productor de acontecimientos y el
corazón es el que los valora y el que guarda memoria, es decir,
conciencia de ellos.

El Cordón Plateado

La desaparición del átomo germen provoca el paro cardiaco y la muerte


aparente de la persona, pero cuando esto sucede, el cuerpo físico se
encuentra todavía ligado a los cuerpos superiores –el de emociones y el mental- a través del
llamado Cordón Plateado o Hilo Etérico. Este es un filamento brillante del color de la plata y su
forma es la de dos números seis unidos, estando un extremo conectado al corazón y el otro al
centro vórtice del cuerpo de deseos.
Por ese cordón plateado transitan las imágenes de la vida que acaba de terminar con toda su
carga emotiva. Estas imágenes proceden de la sangre, en la que se van grabando las vivencias
y las emociones que despertamos en los demás con nuestra forma de obrar. Este registro vital
pasa al cuerpo de deseos por el puente tendido por el Cordón Plateado.

Este proceso dura de uno a tres días y es de suma importancia que la persona fallecida
disponga de serenidad alrededor de ella para que la grabación de estas imágenes en el cuerpo
de deseos se efectúe con el mayor rigor.
La ciencia médica suele considerar que la muerte tiene lugar cuando cesa la actividad cerebral.
Pero de acuerdo con lo apuntado anteriormente, vemos que el paro cardiaco es el que produce
la muerte y la ruptura del Cordón Plateado. Como ese rompimiento puede producirse hasta tres
días después de la muerte aparente, de ahí la importancia de evitar, en lo posible, violentar al
finado.

El reposo del difunto

Toda molestia que pueda experimentar el cuerpo en esos días irá en detrimento del trabajo que
está realizando, ya que el trasvase de imágenes sufrirá interferencias que pueden incluso
propiciar que alguna de ellas se pierda, lo cual obligaría a la persona a tener que repetir en otra
vida las vivencias malogradas.
Lo ideal sería dejar al difunto durante tres días en un ambiente de respetuoso silencio, ya que
los llantos y manifestaciones de dolor de sus familiares también afectan a ese trasvase y le
impiden fijar su atención en la grabación de imágenes. Si resulta imposible, como mínimo,
deberíamos intentar que pueda pasar veinticuatro horas de paz para conseguir realizar el
ejercicio del trasvase, también llamado trabajo post-mortem. Así mismo, ayudará a su alma a
encontrar la serenidad que sus familiares recen una plegaria por él.
En el momento de evolución en el que nos encontramos, es natural sentir tristeza por tener que
despedir a un ser querido. Existen todavía hoy muchas culturas que convierten el duelo en una
fiesta organizada por la familia del finado, ya que consideran que el alma sigue su trayecto y se
encuentra mucho mejor sin el peso que conlleva el cuerpo físico.
Cuando la mayoría de la humanidad comprenda que se trata de un simple viaje, que la persona
va efectuar un recorrido y que incluso es muy posible que se vuelvan a encontrar, entonces la
concepción del duelo cambiará. En ese momento uno se despedirá de sus difuntos como quien
se separa de alguien que se marcha en un tren para realizar un viaje de largo recorrido.
Tenemos que reemplazar la palabra “muerte” por “tránsito” nos resultará más suave y es más
adecuada.
El tránsito es un proceso natural, todo el mundo sabe que tiene que iniciar su gran viaje tarde o
temprano, pero resulta chocante el apego que generamos hacia las personas queridas, porque
ese enganche es el que nos produce más dolor a la hora de soltarse. Creamos dependencias
los unos de los otros y eso mengua nuestra libertad de acción. Fijémonos en los héroes de las
películas, Superman por ejemplo, realizó su función estupendamente hasta que se sintió
apegado a una mortal.

Apego y amor

Tenemos un concepto del amor muy particular. De entrada utilizamos en exceso los pronombres
posesivos: ,mi mujer, mi marido, mi hijo... El amor es un concepto mucho más universal, el amor
es incapaz de atar a nadie, el amor es pura libertad. Si amas a una persona, debes ser feliz si
ella es feliz y viceversa. Debe unirnos el ánimo de compartir, de vivir experiencias comunes, de
conseguir la dicha ajena.
Eso suena bonito pero irreal, y lo seguirá siendo mientras decidamos que así sea, pero si un ser
humano, individualmente, se propone y puntualicemos, se propone alcanzar un estado de
desapego, de amor desinteresado, estará plantando una semilla que acabará por fructificar.
Cuanto mayor sea el desapego, menos doloroso resultará el tránsito.

Ciudadano del nuevo mundo

Una vez roto el cordón plateado, el individuo ya es ciudadano de un nuevo mundo. El mundo de
Deseos o Astral es exacto a la tierra en forma, constituido de un componente más sutil, invisible
al ojo físico. Esta materia interpenetra el globo físico y sobresale unos cuantos kilómetros al
exterior, de modo que es mayor. Los mundos Físico y de Deseos están unidos en el espacio.
Puedes desplazarte de un lugar al otro sin moverte de sitio, de igual manera que los sólidos,
líquidos y gases se encuentran juntos en nuestro cuerpo físico, penetrándose unos a otros.
La nueva vida en ese mundo depende mucho del nivel de conciencia de la persona que acaba
de realizar el tránsito (morir.)

El recién fallecido es esperado del mismo modo que el bebé


cuando nace, pero en ocasiones le cuesta ver a los familiares
que acuden a recibirlo (abrir los ojos.)
El mundo de Deseos es un mundo de luz y cuando alguien
acaba de soltar el envoltorio físico, vuelve a su estado
natural, que es la luz. Es como si nos hubieran puesto una
escafandra de submarinista o una armadura, en la que sólo
penetra la luz por una rendija, en el momento que nos la
quitamos, da la impresión que la luz exterior es
impresionante. La chispa divina que encierra cada ser humano es pura luz.

Algunas personas empiezan a conectar con sus parientes fallecidos antes del tránsito (ven
gente en su habitación), aunque muchos son los que se lo callan por miedo a que los tomen por
dementes. Cuando esto sucede se puede presumir que la persona ya está preparando las
maletas, a punto para marcharse.
Si el que acaba de fallecer estaba muy apegado a la tierra, a su dinero, sus pasiones, sus
enseres, tardará en abrir los ojos a su nuevo estado. Cerrará sus sentidos a la percepción del
mundo que tiene delante y se aferrará con sus sentimientos a la tierra que acaba de dejar. Lo
mismo que algunos bebés que, imaginándose todavía en el útero materno, tardan varios días en
abrir los ojos a su nuevo mundo. Igual que en la vuelta de vacaciones, algunos suelen tardar
varios días en adaptarse de nuevo.
Ocurre incluso que la persona se niegue a aceptar la pérdida de su cuerpo físico y los que
poseen visión espiritual pueden ver al «fantasma» de ese individuo montando guardia ante su
caja fuerte y desesperándose al ver como sus herederos lo pasan en grande derrochando lo que
él con tanto apego guardaba. Del mismo modo pueden ver a los que fueron aficionados al
alcohol introducirse dentro de barriles de vino, con la esperanza de impregnarse de los vapores
etílicos.

Resulta triste estar apegado a una posesión sin poder disfrutar de ella, de modo que a fuerza de
frustraciones esos seres acaban apartándose de un camino imposible y un día abren los ojos a
los trabajos que les esperan en el nuevo mundo. Entonces descubren a sus familiares y siguen
su senda evolutiva.
Algo similar sucede con los que estaban unidos por lazos muy fuertes a personas que se
quedan en la tierra. El llanto de estas últimas, sus ansias de que vuelvan, su desamparo, su
angustia, el auxilio que solicitan los mantiene emotivamente unidos y les impide seguir su
camino evolutivo. Ese amor posesivo de una persona viva por una fallecida resulta perjudicial
para los desencarnados (los que carecen de cuerpo físico.) La forma de amor correcta de un
vivo hacia una persona en tránsito consiste en desear que se aleje y viva en plenitud su nueva
situación.

La información sobre estos temas está a nuestro alcance, pero cada uno de nosotros debe
acceder a ella de forma individual. Existen infinidad de libros que explican este proceso y todos
los demás, sólo tenemos que leerlos. Aunque para encontrarlos es preciso estar preparado y
para ello es necesario soltar apegos. Alguien muy atado a sus emociones primarias tiene poco
interés por estos temas y prefiere pensar, porque le resulta más cómodo, que todo empieza y
acaba en esta vida. A la hora de la verdad esa persona tampoco actúa en consonancia con esta
doctrina, de lo contrario trataría de disfrutar más de lo que tiene en lugar de apegarse y repetir
siempre los mismos patrones; más que atesorar dinero y llenar sus cuentas bancarias, buscaría
la manera de gastarlo y disponer de más tiempo libre.
En el caso que una persona muera joven y carezca de familiares conocidos que estén en el más
allá, se presenta un comité de acogida formado por Ángeles.

Los que se quedan de este lado de la vida, los familiares del difunto, pueden ayudarle a superar
el trance del tránsito a través de sus oraciones. Al orar movilizan fuerzas elementales que
protegen al recién fallecido, aislándolo de influencias negativas y proyectándolo hacia la
cumbre, hasta dejarlo en la zona en la que se realizan los trabajos que ahora le incumben. En
las oraciones es preceptivo pedir a los guías que lo eleven, que le permitan salir de la zona
intermedia para iniciar los trabajos en ese nuevo mundo.
Si el ruego se formula para que vuelva, para que nos ayude -lo cual le resultará imposible-, para
que se acuerde de nosotros y se quede cerca, en este caso se frena la evolución de la persona
querida, ralentizando su avance natural.
Una pregunta que surge a menudo es: ¿qué sucede si has sido abandonado por tus padres o
cuando mantenías malas relaciones, ¿también te vienen a buscar?

Las relaciones que se mantienen en la tierra forman parte del ajuar que se ha elegido para
desarrollar las experiencias, pero cuando se finaliza la andadura, la persona se desprendes de
él (por lo menos hasta la próxima aventura.) Así que los familiares vienen a buscarte como si
nada hubiera sucedido, ya que en ese momento tu estado de conciencia (y el suyo) es otro.

La despedida

“Un escalofrío intenso recorrió su cuerpo a la velocidad de la luz, el triste recuerdo en la


penumbra de una habitación, demasiada gente para un cuarto tan pequeño y esa sensación de
vacío, de desconsuelo, de ahogo que trae consigo la pérdida de un ser querido. Estaba allí, frío,
con el mismo porte orgulloso y digno con el que vivió, ajeno al enjambre de familiares
despistados y perdidos que zigzagueaba a su alrededor sin articular palabra. El ataque había
sido certero y su viejo corazón incapaz de dominarlo, siquiera de resistir. La hora suprema le
sorprendió frente a la máquina de escribir, redactando su última colaboración. Él recuperó por
un instante la sensación de naufragio que le sacudió cuando perdió a su adorado abuelo. Y de
la bodega de sus recuerdos emergió, como un buen vino, una frase: hay ocasiones en las
cuales, el silencio resulta más traumático que el ruido.” (pequeño recordatorio personal al otro
autor de este libro, Kabaleb).

Usted se ha autentificado como Jairo de Jesus Buendia Bolon (Salir)

 Segundo Ejercicio Práctico


 FUEGO : Relájate, rodéate de silencio, haz este ejercicio preferiblemente con luz solar.
Enciende una vela. Respira hondo 9 veces, pon tu mente en blanco. Una forma de
lograrlo es cerrar los ojos, imaginar un 8 horizontal, es decir el signo del infinito, recorrerlo
con los ojos cerrados unas 25 veces y luego fijar tu atención en el punto de intersección,
esto te ayuda a concentrarte y a unir los dos hemisferios cerebrales. Imaginas que esta
llama empieza a crecer en anchura y altura hasta alcanzar una medida de 3 m de alto y
ancho, ahora se ha transformado en una gran hoguera, imaginas que penetras en ella, es
un fuego que no quema. Invocas la energía de las salamandras (espíritus del Fuego) y les
dices que te hablen de su elemento, de todo lo que simboliza para ti y para el ser humano
en general. Apuntas toda la información que te venga sin intentar analizarla, aunque
pueda parecerte absurda o carente de sentido. Pides a las salamandras que en esta
hoguera virtual se quemen y transmuten todos los materiales que no son necesarios para
tu obra, les pides que vivifiquen tu fuego interior y eliminen todos los miasmas y energías
parasitarias que sean susceptibles de obstaculizar el libre fluir de ese fuego. Les pides
asimismo que te den tu mantra particular de purificación para que, al pronunciarlo (aunque
no estés haciendo el ejercicio) actives el proceso de vivificación y purificación de tu fuego
interior. Aceptas la primera palabra que te venga a la mente, aunque te parezca rara.
Tomas buena nota de todas las sensaciones o ideas que te surjan. Das las gracias a las
salamandras.

 AGUA: Relájate, rodéate de silencio y respira hondo 9 veces. Puedes hacer este ejercicio
sumergido/a en una piscina, en el mar, en un río o en la bañera de tu casa, lo ideal sería
en una cascada, o, en su defecto, te trasladas mentalmente a una caudalosa cascada e
imaginas que te sientas cómodamente en una piedra, pero debajo de la cascada. Cierras
los ojos, sientes el intenso masaje del agua sobre tu piel. Imaginas que tu centro
coronario (chacra 7, coronilla) se abre como si fuera un embudo con la boquilla muy
ancha y que por ese embudo penetra toda la cascada, como si la cascada redujera su
tamaño pero concentrando toda su fuerza, imaginas que penetra en tu cuerpo (es algo
parecido a lo que hizo Hércules, en uno de sus siete trabajos : desvió el curso de un río
para limpiar las cuadras del Rey Augias. Puedes invocar la fuerza de Hércules al hacer
este ejercicio) y lo recorre por entero, desde la coronilla hasta el cóccix (ano, chacra 1),
repites 9 veces este ejercicio de hacer que agua de la cascada recorra todos tus chacras,
todo tu cuerpo. Invocas la presencia de las Ondinas (espíritus del agua) y les dices que te
hablen de su elemento, de todo lo que simboliza para ti y para el ser humano en general.
Apuntas toda la información que te venga sin intentar analizarla, aunque pueda parecerte
absurda o carente de sentido. Les dices asimismo que te ayuden a vivificar y purificar
todas tus aguas interiores y a eliminar de esas aguas todos los miasmas y energías
parasitarias susceptibles de obstaculizar su libre fluir. Les pides que te den tu mantra
particular de purificación para que, al pronunciarlo (aunque no estés haciendo el ejercicio)
actives el proceso de vivificación y purificación de tu agua interior. Aceptas la primera
palabra que te venga a la mente, aunque te parezca rara. Tomas buena nota de todas las
sensaciones o ideas que te surjan. Das las gracias a las Ondinas y les prometes que a
cambio del regalo que te han hecho respetarás su elemento y harás todo lo que esté a tu
alcance para fomentar ese mismo respeto en todas las personas de tu entorno.

 AIRE : Relájate, rodéate de silencio y respira hondo 9 veces. Imagina que te encuentras
en el Monte San Miguel, en el caso de que no conozcas el lugar simplemente invócalo, el
efecto será muy parecido. Imagina que sopla una brisa, que estás oyendo su murmullo, te
dejas invadir por esa sensación Te dejas mecer por la suave brisa, como si fueras una
hoja al viento, imaginas que tu por esa brisa, es como una simbiosis perfecta entre tu
cuerpo y el aire. Imaginas que todos tus espacios intermoleculares se llenan de aire, que
eres puro aire, sientes como si tu cuerpo empezara a difuminarse, ya no lo sientes, sólo
sientes el murmullo del viento, eres una/o con él. Sientes que flotas, que no ejerces
ninguna resistencia. Invocas la presencia de las Sílfides (espíritus del aire) y les dices que
te hablen de su elemento, de todo lo que simboliza para ti y para el ser humano en
general. Apuntas toda la información que te venga sin intentar analizarla, aunque pueda
parecerte absurda o carente de sentido. Les pides asimismo que te ayuden a vivificar y
purificar tu Aire interior y a eliminar de ese elemento todos los miasmas y energías
parasitarias susceptibles de obstaculizar su libre fluir. Les pides que te den tu mantra
particular de purificación para que, al pronunciarlo (aunque no estés haciendo el ejercicio)
actives el proceso de vivificación y purificación de tu Aire interior. Aceptas la primera
palabra que te venga a la mente, aunque te parezca rara. Tomas buena nota de todas las
sensaciones o ideas que te surjan. Das las gracias a las Sílfides y les prometes que a
cambio del regalo que te han hecho respetarás su elemento y harás todo lo que esté a tu
alcance para fomentar ese mismo respeto en todas las personas de tu entorno.

 TIERRA: Relájate, rodéate de silencio y respira hondo 9 veces. Trasládate mentalmente a


un bosque frondoso, imagina que te acercas al árbol maestro del bosque, es decir el más
grande y majestuoso (simplemente lo invocas).Imagina que eres Alicia en el País de las
Maravillas y que te introduces en un gran hueco que está situado en el tronco del árbol,
imaginas que en ese hueco hallas una plataforma que te baja hasta el centro de la Tierra.
Te sientes completamente imbricada/o con el elemento Tierra, sientes su densidad, su
fuerza, te sientes como si todo tu ser se hubiera transformado en las raíces de un gran
árbol, sientes como si la savia recorriera todas tus venas, es como una simbiosis perfecta
entre tu cuerpo y la tierra. Invocas la presencia de los gnomos (espíritus de la Tierra) y les
dices que te hablen de su elemento, de todo lo que simboliza para ti y para el ser humano
en general. Apuntas toda la información que te venga sin intentar analizarla, aunque
pueda parecerte absurda o carente de sentido. Les pides, asimismo, que te ayuden a
vivificar y purificar tu cuerpo físico y a eliminar de él todos las miasmas y energías
parasitarias susceptibles de obstaculizar su perfecto equilibrio y susceptibles de
obstaculizar tu acceso a la abundancia. Les pides que te den tu mantra particular de
purificación para que, al pronunciarlo (aunque no estés haciendo el ejercicio) actives el
proceso de vivificación y purificación de tu cuerpo y el libre fluir de tu abundancia. Aceptas
la primera palabra que te venga a la mente, aunque te parezca rara. Tomas buena nota de
todas las sensaciones o ideas que te surjan. Das las gracias a los gnomos y les prometes
que a cambio del regalo que te han hecho respetarás a la Madre Tierra y harás todo lo
que esté a tu alcance para fomentar ese mismo respeto en todas las personas de tu
entorno. Cuantas más veces se realicen estos ejercicios, mayor será su eficacia.

 Cuando ya no necesitas un texto determinado en tu ordenador, para evitar que te moleste


o que cargue en exceso tu disco duro, lo tiras a la papelera de reciclaje. Teniendo en
cuenta que el funcionamiento de tu mente guarda muchas similitudes con el de un
ordenador, te proponemos la creación, en tu mente, de un nuevo espacio denominado
“papelera de reciclaje” para poder echar en ella, al acostarte, todos los rencores, tristezas,
dudas, críticas, odios, rencillas y demás sombras que hayas podido generar en un día
determinado. De esta manera, cuando te levantes al día siguiente, habrás eliminado de tu
“disco duro” todos los contenidos susceptibles de emborronar, cargar u obstaculizar tu
nueva jornada. Relájate, rodéate de silencio y respira hondo 9 veces. Trasládate
mentalmente al Monte San Miguel, en el caso de que no conozcas el lugar simplemente
invócalo, el efecto será muy parecido. Imagina que cavas en el suelo un hoyo de unos 50
cm de profundidad y lo mismo de diámetro (el número 5 –para la Cábala- es el que
corresponde a Marte, es decir, a la rectificación), imaginas que encuentras una piedra del
mismo diámetro para tapar el hoyo. Decretas que esa será tu particular “papelera de
reciclaje”. Un día en que te hayas disgustado con alguien o en que hayas emitido
pensamientos o emociones sombríos, antes de dormir, al realizar tu ejercicio de
retrospección nocturna, imaginas que destapas tu “papelera” y que echas en ella aquella
emoción, aquel pensamiento o aquella discusión. Imagina que enciendes un fuego
purificador y le pides a las salamandras y a los gnomos (espíritus del Fuego y de la Tierra)
que purifiquen esos contenidos, recogiendo la energía resultante para transmutarla en
circunstancias felices y en suerte para las personas implicadas, es decir, para las que han
provocado tu disgusto. Luego conviene que observes las reacciones de esas personas
(sin contarles nada del ejercicio) así como las anécdotas que se les presentan porque es
muy probable que puedas verificar los efectos prácticos de esta transmutación.

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Lección 3: El guardián del umbral


La primera experiencia, después de haber sido recibido y acomodado, que aguarda a un
fallecido en el mundo de Deseos, es su confrontación con una figura denominada en la literatura
ocultista el Guardián del Umbral. Esta entidad tiene, por lo general, forma de monstruo y se crea
sobre la base de todos los malos pensamientos, sentimientos y obras del individuo, a lo largo de
la vida que acaba de dejar atrás.

Es como si se formara una masa con la basura que vamos generando y acabara por tomar
forma. Para superar esta visión debemos ser concientes que es una creación nuestra. Algo
similar nos ocurre cuando debemos dar un paso importante en la vida (tener un hijo, separarnos,
cambiar de trabajo), las acciones o situaciones pasadas ejercen presión y nos molestan,
haciendo más difícil el tránsito a la nueva realidad.
Volvamos al Guardián. Si una persona ha matado, por ejemplo, el del Umbral tendrá una imagen
sangrienta y, en todo caso, repulsiva, que le producirá un fuerte impacto. Sin embargo, el
fallecido dispone de asistencia para soportar la prueba y nunca se producen en él más daños
que los procurados por una fuerte impresión.
Pongamos que la utilidad de esa aparición es soltar
lastre. En ese momento somos aspirantes a entrar en
otro mundo de valores distintos y para ello es preciso
depositar en la aduana (en el detector de metales)
aquello que resulte inútil o nocivo para el lugar en el
que vamos a entrar. Por ejemplo en la tierra, si
visitamos Australia, está prohibido entrar alimentos,
vegetales o animales de cualquier especie para evitar la
alteración del ecosistema. Además, el impacto que
produce encontrarse con el resultado de sentimientos,
acciones o pensamientos erróneos ayuda a tomar
conciencia para evitar esos comportamientos en un
futuro.

La única condición para superar al Guardián del


Umbral, es darse cuenta que esa es una creación
nuestra. En cierto modo significa aceptarla. En ese
momento desaparece.
El Guardián es una figura simbólica. Durante la vida, se
muere en infinidad de ocasiones, nos enfrentamos a
numerosos yoes que forman parte de nuestra personalidad. Cada vez que pretendemos acceder
a un nuevo nivel de conciencia, superar errores del pasado, cuando intentamos matar
tendencias que nos lastran, tenemos que enfrentarnos primero a nuestros monstruos internos, a
los miedos, a las inseguridades o a esas certidumbres que nos han anclado en una verdad
llevando una parte de nosotros hacia la fosilización. En otras palabras, tenemos que quemar la
imagen que hemos forjado de nosotros mismos, ese retrato al que levantamos un altar
inconsciente por puro miedo a enfrentarnos a él.

PREGUNTA: DE QUE ESTÁ HECHO EL GUARDIÁN DEL UMBRAL?

El Guardián está formado por los pensamientos y sentimientos

El Guardián está formado de desechos

El guardián del umbral es un fantasma

Lección 3: El guardián del umbral


Primera prueba, el Infierno
El mundo de Deseos o Astral está compuesto de siete regiones formadas por una materia cuya
densidad es decreciente. Desde la más densa a la más sutil, se denominan:

1ª Región: de las pasiones y viles deseos.


2ª Región: de la impresionabilidad.
3ª Región: de los anhelos.
4ª Región: de los sentimientos.
5ª Región: de la vida del alma.
6ª Región: de la luz del alma.
7ª Región: del poder del alma.

El mundo de Deseos es más viejo que el mundo Físico y por lo tanto está más formado y
estructurado. Se creó por primera vez en el segundo Día de la creación, se organizó y
perfeccionó en el tercer Día y en el cuarto recibió el privilegio de dar fruto: el mundo físico.
Nosotros, nuestro mundo, es el hijo natural del mundo de Deseos y, del mismo modo que el
bebé tiene todos los órganos que tiene la madre (si es una niña), también nuestro mundo
dispone de los detalles existentes en el que nos ha dado la vida. Pero, como en el bebé,
algunos de esos órganos están todavía poco desarrollados, se encuentran en estado
embrionario. También en nuestra vida diaria son los deseos quienes conciben y gestan la
realización física y material, de acuerdo con la ley hermética según la cual lo que sucede abajo
es copia exacta de lo que sucede arriba.
Pero si el mundo de Deseos es más viejo que el Físico, en cambio nuestro cuerpo de deseos es
más joven que nuestro cuerpo físico (porque se formó más tarde) y, por lo tanto, menos
estructurado y con menos capacidad de maniobra en su mundo. Es por ello que las
descripciones que realizan las personas que viajan conscientemente al mundo de Deseos son
muy diversas.

Las fuerzas de atracción y repulsión

Del mismo modo que aquí tenemos la ley de la gravedad que nos permite magnetizarnos a la
tierra, en las tres primeras regiones del mundo de Deseos rige la fuerza de Repulsión que tiene
como objetivo destruir todo lo que cae bajo su órbita y en las tres regiones superiores rige la
fuerza de Atracción, cuya misión es fortalecer y unir lo que cae en sus dominios. Podríamos
decir que la cuarta es una región neutral.
Como sea que el error se concentra en las tres primeras regiones, la fuerza de Repulsión activa
en ellas, lo destruye de forma constante, sin permitir que
se fortalezca y progrese.
Por el contrario, el bien se concentra en las regiones
superiores y la fuerza de Atracción activa en estos
dominios, le permite fortalecerse y ser cada día más
percutante. Es por ello que en el combate entre el bien y el
mal, este último lleva siempre las de perder.
Hemos quedado que el ser humano está dotado de tres
cuerpos: el físico, el emotivo y el mental. En el segundo se
gestan las emociones y en él rigen unas leyes: Repulsión
y Atracción. Según la materia de deseos que manejemos,
es decir, según de qué tipo sean nuestras emociones se
activa una fuerza o la otra.
O sea, si en el comportamiento diario utilizamos las energías procedentes de las esferas
inferiores (nos manejamos con el odio, el rencor, la rabia, los celos, la envidia...) deberemos
luchar sin descanso para conseguir que esos sentimientos avancen, porque estarán sometidos a
la fuerza de Repulsión que los desintegrará, porque son contrarios a las leyes del universo. Será
como si estuvieran avanzando por una cinta transportadora que nunca se detiene y que finaliza
su recorrido en una máquina de triturar. Para evitar que los pulvericen, deben andar a
contracorriente sin parar. Cuando las personas se quejan que su vida es un constante batallar,
es debido a que están en lucha contra esa fuerza de Repulsión que lo tritura todo.

Este combate inútil cesará cuando esos seres desarrollen una actividad armónica, acorde con
las regiones superiores. Así ocurre que si los sentimientos son de amor, solidaridad,
colaboración, simpatía, la fuerza que se activa es la de Atracción y esas actitudes encuentran
ayudas inmediatas y un sostén en la sociedad.

Depurar errores

Al morir el cuerpo físico y encontrarnos viviendo en el cuerpo de deseos, las siete regiones del
mundo de Deseos forman en nosotros siete envoltorios, dispuestos como en las cebollas, que
están constituidas por capas. Es como si lleváramos puestos siete abrigos, de los cuales nos
iremos despojando a medida que la materia que forma el envoltorio se vaya desintegrando.
Así, antes de convertirnos en ciudadanos de pleno derecho del nuevo mundo deberemos pasar
todavía un periodo depurando los errores cometidos en la vida que ha terminado,
permaneciendo en la más baja región del mundo de Deseos, que se denomina: de las pasiones
y viles deseos, aquella que en la tradición católica se conoce con el nombre de infierno.

El infierno existe, pero es muy distinto a como lo imaginamos generalmente. Digamos que los
seres humanos, desde el principio de los tiempos, han proyectado (en función de un férreo
sentido de la moral y de una necesidad de control por parte de ciertas autoridades
eclesiásticas), lo que pensaban que debía suceder después de la muerte.
Incapaz de comprender más allá de lo que veía, el hombre primitivo calculó su porvenir en
función del presente vivido. Así, el cuadro de castigos que se imaginaba en el infierno era el
reflejo de los propios males de la humanidad. Si a una persona se la castigaba por cometer un
delito, peor debería ser la pena en el infierno. Las dificultades para comprender su propia
personalidad espiritual les hizo imaginarse penas materiales.
Es por ello que, con algunas diferencias en la forma, la imagen del infierno en todas las
religiones se asemeja: el fuego material es la base de los tormentos, simbolizando los más
crueles padecimientos. En el orden simbólico el fuego se relaciona con la purificación, lo cual
indicaría que el paso por el infierno sería un tránsito purificador de los errores cometidos.
El concepto real es muy distinto a lo que la imaginería popular ha proyectado, el infierno viene a
ser como una sala de cine en la cual el panorama de la vida, impreso ahora en el cuerpo de
deseos, empezará a desarrollarse ante el recién fallecido, el cual lo contemplará como si
estuviera viendo una película. Pero se trata de una visión de su vida parcial, sólo de la parte
errónea que ella contenga. Y las escenas se suceden en orden inverso al vivido, empezando por
la última imagen registrada en la sangre, hasta la primera, impresa a los pocos instantes de
nacer.

La persona revivirá entonces una parte de su vida, pero con la particularidad de que ella
experimentará los sufrimientos que haya infligido a los demás con su actuación. Si ha
delinquido, sentirá en ella las angustias de sus atropellos. Los percibirá con la misma intensidad
con la que su prójimo los recibió, hasta arrancar esa vivencia de la memoria de su vida. Pero
ningún dolor le es infligido sino que todo sucede en el ámbito de las emociones, como si fuera el
espectador de una película en el cine y llora o grita por la emoción que le producen las
escenas.
En esta región reina la oscuridad y ese olor pestilente, característico de la materia en
descomposición. La fuerza de repulsión acumula las “heces” para ser quemadas e incorporadas
de nuevo a la materia primigenia de este mundo.
La destrucción de este primer envoltorio de nuestro cuerpo de deseos produce dolor emotivo,
que imprimirá en la conciencia el sentido de la corrección de los errores que hemos cometido,
sobre la base de la experimentación del dolor que han producido en aquellos a los que iban
destinadas.

Cuando las “maldades” nos han sido arrancadas de la piel, abandonamos esta zona para
dirigirnos a la siguiente región.
Esos trabajos pueden reducirse a un mínimo o evitarse incluso si esa toma de conciencia que
debe tener lugar se ha realizado durante la estancia en la tierra. Y uno de los trabajos que más
puede ayudar a ello es el de la Retrospección (que ya te comentamos con anterioridad), que
consiste en pasar revista a los actos acontecidos en la jornada -desde el último hasta el
primero- teniendo el propósito de corregir los errores cometidos. Para paliar el tránsito por el
Infierno, la persona tiene que tratar de sentir en su interior lo que ha hecho sentir a su víctima,
de este modo ya está pasando por la prueba.
En casos más graves, si la persona ha cometido un asesinato, por ejemplo, la retrospección
también puede ayudarle a saltar la prueba del Infierno (aunque sentir lo que vivió la víctima le
resultará harto difícil), pero sesgar una vida conlleva una responsabilidad con nuestros
hermanos de evolución. Dado que el ciclo vital es continuo, quien haya dado muerte a alguien
puede tener que darle vida en una próxima encarnación, siendo su madre, por ejemplo. Pero,
además, la imagen que se formó en su sangre de ese crimen, se grabará en su programa vital, y
en una próxima existencia esa imagen aparecerá en su programa de manera negativa. Es decir,
es probable que el propio individuo cree situaciones en las que él sea la víctima y sólo se
salvará de una muerte violenta si su posible asesino quiere ejercer su prerrogativa de perdonar.

La comprensión de las leyes


de la vida (que le llevarían a
pedir perdón y a orientar sus
pasos hacia la petición de
clemencia) o la bondad de
esa persona, ahora en
situación de víctima, pueden
forzar a la gracia divina a
intervenir para salvarle. Esa
gracia puede actuar
entonces sobre el posible
criminal, o sea, efectuar en
él una obra de redención, de
transmutación de su forma
de ser. Así pues, el antiguo
criminal sólo evitará que se
cumpla en él la antigua ley
del talión -ojo por ojo y
diente por diente- si
mediante una transformación
interna es capaz de redimir y
salvar de la violencia al que ha de ser su asesino.
Todo ello resultará difícil porque carecemos de los canales apropiados de información y nadie
sabe si mató a alguien en otra vida, a menos que sea a través de un vidente o de una regresión.
Entonces se trata de predicar con el ejemplo. Podemos empezar por perdonar las ofensas que
recibamos y de este modo estaremos sembrando el germen del perdón y resultará mucho más
sencillo entonces que los demás a su vez también nos eximan de los errores que hayamos
cometido.

Mandar amor
En ocasiones regañamos con la gente sin saber con exactitud la razón, sólo porque nos caen
mal, podría ser entonces, según lo dicho con anterioridad, que tengamos un contencioso
pendiente con ellas y eso explicaría que a veces incluso sintamos repulsión sin apenas
conocerlas. Es importante comprender la necesidad de perdonar. De lo contrario entramos en
un bucle cerrado en el cual siempre se repite la misma rutina. Al final acabamos sintiendo como
un peso en la espalda, como si transportáramos una mochila cargada con todas las personas
con las que mantenemos contenciosos.
Es como un pez que se muerde la cola, si emitimos sentimientos negativos (odio, celos, envidia,
rencor) hacia otra persona, ésta los recibe y, de forma inconsciente, nos los reenvía, lo cual
recarga de nuevo nuestro depósito de desperdicios y le volvemos a mandar una nueva carga de
profundidad. Podemos continuar así hasta el aburrimiento (y nuestra capacidad de aguante es

ilimitada), o hasta que uno de los dos decide invertir la corriente.


¿Cómo se consigue? Con Amor. Se trata de cambiar el contenido de la mercancía que
mandamos al otro y en su lugar enviarle amor. Años atrás se emitía en la televisión un programa
de dibujos animados llamado: “los Osos Amorosos”, en él unos ositos se dedicaban a enviar
corazones de colores a todo el que emitía sentimientos negativos. Aún cuando pueda parecer
una tontería, es un buen sistema. Se trata que durante unos días (nueve sería un buen plazo)
dedicáramos tres minutos de nuestro tiempo a concentrarnos e imaginar que desde nuestro
corazón salen unos corazoncitos de color rosa hacia el corazón de la persona con la que
estamos en conflicto. Podemos asegurar que se producirá un cambio importante en la relación
con ella.

A modo de ejemplo, uno de los casos más curiosos es el de Puri. En un curso le dijimos que
mandara corazones a una persona con la que mantuviera un contencioso. Nos explicó que iba a
mudarse de apartamento, después de veinte años, y que había una vecina en su edificio con la
que quería congraciarse antes de marchar. Sin haber tenido un roce, nunca había conseguido
que la saludara al cruzarse en la escalera. Le mandó los corazones y al tercer día llamaron a su
puerta. Era la vecina con un ramo de margaritas. Se las entregó sin mediar una palabra y se
marchó. A partir de aquel día empezaron a saludarse cordialmente.

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Lección 3: El guardián del umbral


Segunda prueba, el Purgatorio
Cuando el disco duro del ordenador está lleno, es preciso vaciarlo para poder incorporar nueva
información. Después de visionar por completo la película de las acciones erróneas y cuando
nuestra conciencia ha tomado nota de las consecuencias del mal obrar, el primer envoltorio
queda destruido y pasamos a vivir en el segundo, en la región de la impresionabilidad. Aquí es
donde se sitúa lo que llamamos el Purgatorio.

De nuevo se desarrolla ante nosotros el filme de nuestra vida pasada en sentido inverso al
normal, pero el argumento aquí es distinto, ya no vemos nuestras acciones viles, sino el efecto
de nuestra deslealtad, intolerancia, deshonestidad, de los pequeños fallos humanos. Nos
situamos en el lugar de aquel a quien hemos perjudicado para poder comprender lo que
padeció. Pero el sufrimiento que nos producen esas visiones es mucho menor.
En los dos primeros envoltorios del cuerpo de deseos se encuentran las causas que producirán
en otra vida los efectos conocidos con el nombre de karma (que significa factura a
pagar.) Cuanto mayor sea el contenido material de esos
envoltorios inferiores, mayor será la cantidad, el número de
facturas a liquidar, que entrará en la composición de nuestro
futuro cuerpo de deseos en la próxima vida. De ahí la
necesidad de aligerar esos dos envoltorios mediante la
concienciación de las actividades erróneas, contrarias a la
evolución de nuestro universo, en el diario ejercicio nocturno
de retrospección.

En el Purgatorio, al igual que en el Infierno, también reina la


oscuridad y cuando el material de esas regiones,
interiorizado en nuestro cuerpo de deseos, es muy denso,
nos impide todo contacto con la luz, dificultando la expresión de los buenos propósitos del Ego
Superior en una próxima encarnación.
Nadie ha organizado nuestra Galaxia con la intención de generar sufrimiento, sino que esa ha
sido una elección humana para acelerar el proceso de aprendizaje. Las etapas que conforman
el viaje que une una vida a otra (desde el tránsito del cuerpo físico hasta la re-encarnación) son
de pura enseñanza, en cada una de ellas se recolecta material para el próximo itinerario, como
se recogen apuntes en cualquier asignatura de la universidad.

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Lección 3: El guardián del umbral
Tercera prueba: la buena intención
El alma humana está realizando un viaje. El paso por cada una de las regiones le impone un
peaje y su pago implica un buceo sin escafandra, casi siempre poco agradable, a las zonas
oscuras de los sentimientos. Allí se encontrará con los recuerdos de su ex pareja, la madre con
la que nunca pudo reconciliarse, con personajes infravalorados, o con un hijo al que se haya
negado a engendrar.
Desprovistos del segundo envoltorio pasamos a la tercera región, la de los Anhelos, para
consumir el tercero de nuestros envoltorios. Se desarrolla de nuevo la película de la vida
pasada, para visionar los efectos de los antojos injustos. Se trata del mal que hemos causado
sin intención consciente.

En esta región viven con mucha intensidad los escritores, que pueden contemplar los efectos
negativos de sus escritos sobre el público a que iban dirigidos; los editores de pornografía, de
violencia, los que fabrican papel para esos editores, los que lo imprimen, los que lo venden; los
propietarios de cotos cerrados, que reciben el impacto de la cólera de los que se vieron privados
de gozar de la naturaleza; los políticos que nos embarcaron en guerras, los que prometieron
cosas que luego nunca cumplieron; los que han sido, en general, causantes de un mal indirecto,
allí pueden tomar conciencia de sus errores.
El mal que se realiza sin intención o con la que llamamos “buena intención” es un gran
productor de futuras pequeñas injusticias, marginaciones, pobreza, pequeñas enfermedades - o
grandes -, vida áspera, difícil. Es muy importante meditar sobre este punto, ya que cuando el
error salta a la vista, puede resultar sencillo eliminarlo con un acto de voluntad. Pero cuando
aparece enmascarado, cuando está protegido por las leyes sociales y hasta se le viste con la
apariencia del bien, entonces una persona puede vivir o actuar de forma errónea toda una vida
sin enterarse. Son notorios los casos de grandes pifiadas hechas con la mejor intención. Por
ejemplo, cuando vemos al marido de una amiga dándole un beso a una mujer en la calle. A
menudo nos sentimos inclinados a llamar raudos a la amiga para contarle lo sucedido, con el
riesgo de generar una discusión en la pareja o algo mayor, cuando desconocemos lo sucedido.

Para poder emitir un dictamen es preciso disponer de muchos datos, por eso los jueces
instruyen el sumario de cada una de sus causas con la información que pueden recabar de las
partes en litigio. E incluso así se equivocan.
La actitud “correcta” cuando alguien viene a explicarnos un problema,
por ejemplo, es consolar, escuchar, dejar que se desahogue y dar
nuestra opinión, pero especificando que nadie podía colocarse en su
lugar y decidir por ella. Mostrar apoyo a la decisión que tome, pero
sin aconsejarle sobre una vivencia ajena a nosotros. Puede parecer
que intentamos evitar el compromiso, pero lo que se debe evitar es
caer en el error de pretender que uno tiene la ciencia infusa y que
debido a que expresa sus opiniones con “buena intención” queda
libre de toda responsabilidad.
Fijémonos en ese mandatario que atacó otro país con los únicos
argumentos de estar luchando contra las fuerzas del mal y la legítima
defensa. Él estaba seguro de actuar por el bien de su país, e incluso
del mundo. Podríamos pues decir que actuó con “buena intención.”
Ahora analicemos los resultados y pensemos en las víctimas.
Los que se manifiestan contra las guerras actúan también con “buena intención.” Entonces, ¿a
quién le damos la razón?¿Aconsejamos a los manifestantes que apoyen las guerras contra “el
mal”? ¿Aconsejamos a los mandatarios que dialoguen para la paz? ¿Sugerimos a las víctimas
que se conviertan en el eje del bien? Resulta muy complicado. Tal vez sea preferible que cada
uno tome sus propias decisiones y cargue con ellas.
Debemos evitar los consejos y dejar de pretender que nuestras opiniones sean vinculantes, sino
sólo una información destinada a enriquecer la base de datos del interlocutor.

Por otro lado, deberíamos fijar también nuestra atención sobre las omisiones, aquello que
pudimos haber realizado, los propósitos incumplidos; pensar en cómo fueron interpretadas
nuestras palabras. Cada uno comprende las cosas a su manera y una palabra puede causar
estragos en una mente incapaz de asimilarla. Es preciso meditar sobre las posibles derivaciones
de cada acto.
El tránsito por las tres regiones inferiores del mundo de Deseos es obligado para todos aquellos
que, en la composición de sus cuerpos de deseos, llevan materia correspondiente a la densidad
de dichas regiones. Pero, como ya hemos comentado, este tránsito puede evitarse si todos los
días, al acostarnos, realizamos el ejercicio de retrospección.

Esas tres regiones del mundo de Deseos forman el núcleo de la región purgatorial, donde el
individuo permanece alrededor de un tercio del tiempo que ha vivido en el cuerpo físico. Es un
cálculo aproximado en tiempo de la tierra -porque en el mundo de Deseos ni existe el tiempo ni
el espacio. En concreto, una persona que hubiese vivido noventa años, permanecería en esas
regiones inferiores alrededor de treinta años.
El trabajo que se realiza en ellas es muy importante ya que la persona adquirirá fuerza de
carácter, conciencia de los errores. Y en una próxima vida, aun sin recordar las anécdotas de su
existencia anterior, gracias a la conciencia adquirida, evitará caer en los mismos errores.
Esas regiones también son visitadas por las almas de los vivos durante el sueño. Aunque cada
ser humano "flota", por así decirlo, a la altura espiritual que constituye su nivel medio, por
ejemplo, las personas que viven en el odio y para el odio, permanecen en esos bajos parajes en
su tránsito nocturno.

Las que viven a un nivel elevado también van a parar allí cuando su comportamiento, durante el
día, ha hecho que bajara la frecuencia vibratoria de su organismo. Ese descenso puede
producirlo la ingestión excesiva de alcohol, de tabaco, de toxinas, el exceso de comida e incluso
algunos tipos de actividad sexual. Cuando el ser humano se libra a abusos, se encuentra por la
noche en esas regiones y de ahí muchas pesadillas y sueños terroríficos que llevan a la persona
a despertarse cansada y angustiada. Allí los sueños son en blanco y negro.
Después de habernos separado de esta tercera piel que envuelve nuestro cuerpo de deseos,
seguimos el trayecto para llegar a la Cuarta región, llamada de los Sentimientos, es una región
neutra. Está reservada en exclusividad a los indiferentes, a los que pasaron por la vida sin hacer
el mal, pero que tampoco hicieron ningún bien y se limitaron a cumplir con su deber, con las
reglas, con las normas, sin participar jamás de forma activa en nada, sin militar en ningún
partido, sin abrigar ninguna creencia, sin una sola gota de fe.

Esta clase de individuos permanece en la cuarta región durante siglos, llevando una vida
aburrida y sin horizonte, impermeables a todo aprendizaje exterior, creyendo con firmeza que
aquello va a terminar con una muerte definitiva y sin beneficiarse con la adquisición de
experiencia alguna.
Terminada la estancia en las regiones inferiores, el individuo pasa a las tres regiones superiores
del mundo de Deseos, conocidas en conjunto con el nombre de Primer Cielo.

Podríamos imaginar las tres pruebas en las bajas regiones del mundo de Deseos como quien
empieza a quitarse la ropa y percibe una sensación de ligereza, de agilidad, de ingravidez. Los
problemas son como un fardo que uno adhiere a su cuerpo, como pesados abrigos que dan
sensación de carga, de obligación, de ahogo. Quizá fuera posible desprenderse de ellos con
más facilidad, apegándonos menos a valores transitorios.

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 Tercer Ejercicio Práctico

 Coge una hoja de papel y traza con un lápiz dos columnas, la primera columna llevará
como título : INVOLUCIÓN y la segunda : EVOLUCIÓN. Sitúa en la columna que
corresponda los siguientes conceptos: sintropía – energía de fisión – unidad – cohesión –
fragmentación – especialización – multiplicidad – energía de fusión – diversificación –
separación – yo –nosotros – comprensión –altruismo –competitividad –egoísmo –
individualidad – globalidad – especialización –desunión – dualidad – polaridad – entropía
–diferenciación – disolución egóica – conciencia global – holismo –atomización- ácido –
alcalino- fuerza de repulsión- fuerza de atracción- entropía- Jehová- Cristo. Medita sobre
cada uno de estos conceptos y pregúntate cuáles describen mejor tu actual realidad, así
podrás averiguar en qué columna estás trabajando.

 Coge una hoja de papel y traza 4 columnas, una para el YOD, otra para el HE, otra para
el VAV y la última para el 2º HE. Piensa en una circunstancia que hayas vivido y que te
haya marcado de una forma especial, por ejemplo una separación, una fuerte discusión
con un amigo/a, la pérdida de un empleo, una enfermedad etc. Resume esta circunstancia
en una o dos palabras (por ejemplo : discusión con Fulano de tal) e inscribe esas palabras
en la columna 2º HE, de la manera siguiente :

_____________________________________________________________________

YOD HE VAV HE

______________________________________________________________________

Discusióncon Fulano
 (HACER UN DIBUJO BIEN HECHO CON COLUMNAS PARA QUE LA PERSONA LO
PUEDA UTILIZAR)
 Relájate, rodéate de silencio y respira hondo 9 veces. Pon la mente en blanco Una forma
de lograrlo es cerrar los ojos, imaginar un 8 horizontal, es decir, el signo del infinito,
recorrerlo con los ojos cerrados unas 25 veces y luego fijar tu atención en el punto de
intersección, esto te ayuda a concentrarte y a unir los dos hemisferios cerebrales. Con los
ojos cerrados, invoca la presencia de tu guía más cercano, puedes pronunciar su nombre
si lo conoces. Pídele que te ayude a completar este cuadro. Te concentras sobre lo que
has puesto en la columna 2º HE, en el ejemplo : discusión con Fulano de tal, y pides que
te lleguen imágenes o pensamientos sobre la primera fase de esta situación, es decir del
YOD, dile al guía que deseas averiguar en qué momento se gestó esta circunstancia, cuál
fue la semilla que tú plantaste, seguramente de forma inconsciente, para obtener este
fruto. En cuanto te llegue cualquier pensamiento o sensación, entreabres los ojos para
apuntarla en un papel, aunque se trate de un color, de una forma geométrica, de un objeto
o de algo que te parezca incomprensible. Vuelve a concentrarte con los ojos cerrados y
pide que te lleguen imágenes o pensamientos sobre la Fase HE de esta situación.
Apuntas cualquier cosa que te pase por la cabeza, sin pensar, sin juzgar, sin analizar
nada. Cierras de nuevo los ojos y pides que te lleguen imágenes o pensamientos sobre la
fase VAV de esta situación y apuntas lo primero que te venga. En cuanto acabes la
meditación, repasas todo lo que has escrito y sacas tus propias conclusiones. Cuanto más
repitas este ejercicio con diversas situaciones que has vivido, más elevarás tu nivel de
conciencia. La primera vez puede que te cueste un poco pero en cuanto cojas práctica
será cada vez más fácil.

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Lección 4: El primer cielo


El primer cielo
Después se pasa por la Cuarta Región, en la cual sólo permanecerán los “tibios”, aquellos que
quisieron estar siempre en medio, sin “mojarse”, los que por sistema intentan eludir sus
responsabilidades; los que pretenden que otro decida por ellos; los que siempre se quejan sin
proponer cambio alguno.
Los demás pasarán como una exhalación, soltarán la capa correspondiente y seguirán hacia la
Quinta Región, que se llama: Vida del alma.
En la Quinta Región del mundo de Deseos el alma visiona de nuevo el panorama de su vida
anterior, pero en los aspectos positivos. Allí podemos contemplar el bien que hemos practicado
y sentir la gratitud, el afecto, el amor inspirado a los demás. La fuerza de atracción, activa en
estas zonas, incorpora a nuestra conciencia ese bien derramado a nuestro paso por la tierra.

Una vez realizada la incorporación a la conciencia de las buenas acciones pasadas, a fin de
fortalecerla e impulsarla a obrar con corrección en un futuro, el alma pasa a la Sexta Región. Allí
puede vivir en un clima de felicidad sin precedentes durante mucho tiempo.
En esa Región podrá edificar su casa. El material deseo es extremadamente moldeable y la
imaginación del individuo bastará para convertir ese material en un hogar: aquel en el que ha
soñado siempre.
Como, además, las altas regiones del mundo de Deseos son las del color, de la luz, de las
flores, podrá imaginar suntuosos jardines con flores exóticas. Y en esa morada podrá vivir con
los seres que ha querido, con los que lo han estado esperando y con los que vendrán más
tarde, cuando su tiempo de vida física se haya cumplido.

En esa Sexta Región, las personas se reúnen según sus afinidades colectivas, de modo que se
encuentran aquellas que en la tierra estaban unidas por un común modo de sentir. Además de la
mansión del amor, es también la de la amistad. Y cuanto más dura ha sido la vida que se ha
dejado, más alta es la felicidad que se experimenta en esa auténtica tierra prometida.
En un orden práctico, diríamos que en el momento en el cual la persona, a través de los
cambios que realiza en su vida, consigue emerger de las zonas oscuras, cuando su
personalidad ha quemado toda la materia que pertenece a las regiones inferiores (los malos
sentimientos, problemas), entonces actúa con los materiales procedentes de las tres superiores.
Cuando esto ocurre, sus asuntos en el mundo físico tienen que dar sus frutos, porque la fuerza
de atracción reinante en esas regiones lo pondrá en contacto con personas que trabajan en la
complementación de su idea. Es posible que el éxito tarde un poco en producirse, porque todos
tenemos karma (facturas pendientes) a liquidar. Pero si persistimos en la acción positiva,
nuestro propio impulso movilizará voluntades afines de gentes aún por conocer, que se
presentarán de pronto ante nosotros para proponernos llevar a cabo aquello por lo cual estamos
luchando.

Eso significa que si conseguimos quemar los malos sentimientos y pensamientos hacia nosotros
mismos o hacia el mundo que nos rodea habremos dado un gran paso. También debemos
superar apegos, miedos, inseguridades; desconectarnos de las influencias externas que
reducen nuestro nivel de autoestima, nos empujan a ser derrotistas, a creer que el paro, la
inflación, la crisis, son las que dirigen nuestra vida. Si saltamos estos impedimentos nuestra
vida cambiará y, como por arte de magia, los problemas se solucionarán.
Es evidente que resultará imposible realizar estos cambios en un solo día, pero si empezamos
por tomar conciencia de la necesidad de aplicar una medida distinta a nuestra vida,
obtendremos éxitos espectaculares.
Volvamos al paso del alma por las tres regiones superiores del mundo de Deseos. Mientras en
las tres regiones inferiores la fuerza de repulsión destruye uno a uno los envoltorios que sirven
de vehículo a la vida, en las tres regiones superiores (5ª, 6ª y 7ª), la fuerza de atracción
mantiene la cohesión del cuerpo de deseos de modo que las tres regiones constituyen un
mundo unido.

Sin embargo, existe una diferencia esencial entre la Sexta y la Séptima Región, ya que mientras
la primera ofrece la materia-deseo necesaria para vivir en ese mundo: para construir casas,
flores, ciudades, formas múltiples; la Séptima Región proporciona el material necesario para la
inspiración y la contemplación.
Aquella persona que en su vida pasada ha cultivado las virtudes superiores del cuerpo de
deseos; el que ha proyectado sus deseos hacia lo sublime, bien sea mediante la práctica del
arte, la meditación, la plegaria desinteresada, el deseo de lo trascendente; el que con su actitud,
su filantropía ha facilitado a otro su acceso a lo sublime, se encontrará con un cuerpo de deseos
repleto de material de esa Séptima región y podrá vivir con intensidad y participar en los
trabajos que en tal región se realizan.
La Séptima Región del mundo de Deseos es conocida bajo la denominación de región del Poder
del Alma. Ello significa que el alma ejerce allí sus facultades con toda amplitud: los poderes que
ha adquirido en su peregrinación humana, relacionados con los deseos y las emociones. Una de
esas habilidades es la contemplación del pasado, tanto el ancestral, o sea, la historia de
nuestras vidas, como el reciente, el que se refiere a las personas que dejamos en el mundo
físico. En esa región podemos establecer contacto con ellos, sobre todo por las noches, cuando
el cuerpo físico de la persona querida duerme, ya que ésta se eleva en sueños al mundo de
Deseos y allí podemos contactar.
Pero resulta evidente que el ejercicio de
esos poderes requiere de una práctica, es
preciso saber ejercerlos y, sobre todo, haber
tomado conciencia de la posibilidad de
conseguirlo. Los que disponen de un cuerpo
de deseos desorganizado, pasan en estado
inconsciente por esta región.
Mientras la gran masa vivirá en la Sexta
región una existencia feliz y sin problemas,
esa élite de la que acabamos de hablar
cultivará las virtudes y talentos que ha
desarrollado en la pasada existencia y
planificará allí su futura vida. Adquirirá
facultades de intuición y videncia, ya que en
esa región se ofrece a los humanos el
"material" que les permite "ver" el futuro.
Allí los pintores realizan fabulosas telas con
colores vivos, los escritores encontrarán
argumentos para sus futuras obras; los
filósofos y estudiantes tendrán acceso a
todas las bibliotecas del mundo; los
filántropos podrán elaborar sus planes de
ayuda para la futura vida... En esa Séptima
Región el alma prepara su porvenir,
estampando en el átomo-germen de su
cuerpo de deseos las fascinantes
experiencias que allí vive.

Uno de los trabajos más importantes que se realizan en esta última región del mundo de Deseos
es el de construir y prefigurar el porvenir, tanto en el ámbito individual como en el colectivo. La
dimensión del porvenir es algo vivo en nosotros ya que lo que pensamos, lo que deseamos,
será un día nuestra realidad material.
Mientras estamos en el mundo Físico, nuestra imagen del porvenir está perturbada por las
ambiciones inherentes a los valores mundanos. En cambio, cuando nos encontramos en la
Séptima Región, el porvenir que anhelamos se ajusta a la perfección al pensamiento divino. Las
personas que son activas en esa dimensión son las que mueven el mundo, las que participan en
su historia futura, las que hacen que las cosas sean distintas en la tierra.

Cada facultad que aparece en nosotros es fruto de un trabajo y los que ahora ven el futuro, los
videntes, son los que han estado trabajando en esa región. Algunos desperdician esa facultad:
son los que viven grandes desniveles en la construcción de su vida y si por un lado se han
elevado, otros aspectos de su personalidad se han quedado en los cimientos.
El Dios de nuestra galaxia tuvo un cuerpo de deseos en un pasado estado evolutivo y, aun sin
estar obligado a vivir en ese cuerpo, desciende voluntariamente a esa Séptima Región todos los
días y se puede establecer contacto con él cuando en el punto geográfico en que residimos es
medianoche (hora solar.)
Esta es la razón por la cual en las antiguas escuelas iniciáticas, se sugería a los discípulos que
se fueran a dormir temprano y solicitaran, en voz alta antes de dormirse, que sus guías los
acompañasen a la Séptima Región del mundo de Deseos, en la que Jesús visita a los justos en
el jardín del edén. El que está despierto (en esa región) recibe la iluminación.

Para estar activo en esa región después de muerto, el trabajo a realizar durante el tránsito por
las distintas regiones del mundo de Deseos viene determinado por nuestro paso en la tierra. Si
en nuestra vida física mantenemos una actitud abierta, de activa participación; si buscamos
siempre nuevas experiencias, sin dormirnos en los laureles cuando las circunstancias son
propicias; si tratamos de potenciar la creatividad y de ser innovadores, podemos estar seguro
que accederemos a esa Séptima Región.
Los habitantes de la Séptima Región reciben todos los días ese formidable impacto espiritual
que les infunde la comprensión de las leyes del mundo y que les permitirá, en una futura vida,
ser auténticas luces que iluminen el sendero.

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Lección 4: El primer cielo


Los otros habitantes del astral
En los últimos capítulos estamos relatando el proceso que se sigue en el tránsito del cuerpo
físico al de deseos, pero es preciso un paréntesis antes de continuar, porque en el mundo de
Deseos existen otras formas de vida que es necesario reseñar, ya que también forman parte de
nuestro proceso evolutivo.
Como se ha dicho con anterioridad, las tres regiones inferiores del mundo de Deseos
constituyen la sede natural de los luciferes, esa clase de entidades que pertenece a la
generación de los ángeles y que en un momento de su evolución quedaron postergados.

En esas regiones los luciferes "ayudan" al hombre a purgar sus errores. Como se trata de
lugares en los que impera la fuerza de repulsión y donde el ser humano experimenta el tormento
emotivo, es natural atribuir ese sufrimiento a los seres que velan para que sea cumplido. Pero
los luciferes son agentes al servicio de una necesidad que nosotros mismos hemos generado,
sin que exista en ellos disposición malévola hacia el hombre. Sería como decir que los
timadores están al servicio de la avaricia de la gente.
En esas tres regiones viven también los desencarnados en tránsito, los elementales, los
artificiales y, como hemos visto, se pasean personas en el período de sueño.

Los desencarnados son aquellas entidades –que han sido personas de carne y hueso- que
carecen de cuerpo físico. La mayoría sigue su evolución natural, pero algunos se retrasan, -ya
hablamos antes de estos últimos, de los que se negaban a aceptar su tránsito.
Los elementales son los corpúsculos que forman los elementos: Fuego, Agua, Aire
y Tierra. Son entidades energéticas micro orgánicas sin conciencia de sí mismas y
que están al servicio de quien sabe manejarlas. Una especie de mayordomos
energéticos sin criterio propio. En esas bajas regiones los elementales "trabajan"
con la fuerza de repulsión y su cometido es el de destruir todo lo que es contrario a
la corriente evolutiva. Esas categorías de seres son las que utilizan los magos
negros y algunos médium.
Magia buena o magia blanca es un concepto que se utiliza como coartada para
tranquilizar de conciencia. En general, la magia se basa en una manipulación de voluntades
ajenas y la diferencia entre buena o mala es sólo un matiz. Se supone que la persona que
practica la magia blanca la ejecuta con buena intención, pero ya hemos hablado sobre los
peligros de esa “buena intención” aplicada a una vida ajena.
La verdadera magia es individual e intransferible y consiste en activar el elemento capaz de
cambiar la vida de cualquier ser humano: la voluntad.
Si la voluntad es firme, sin fisuras, ningún mago será capaz de atravesar esa indestructible
coraza.

Los artificiales se denominan así porque son creaciones humanas. Cada deseo que el hombre
vivo emite, crea una forma en el mundo de Deseos. Si ese anhelo es repetido una y otra vez,
día tras día, esa forma se convierte en una entidad y tiene una vida propia en el mundo que
estamos estudiando.
En las bajas regiones sólo se encuentran los artificiales generados por el odio, los deseos de
venganza, de codicia, de lujuria, etc. Tales entidades constituyen un concentrado de odio o de
codicia, que puede ser proyectado, gracias a la fuerza propulsora de los elementales, hacia una
persona viva para inspirarle una pasión o para intentar manipularla. Por ello es importante tratar
de eliminar los deseos erróneos que generan esas formas.

Algunas almas visitan esas regiones por la noche cuando duermen. Cada ser humano "flota",
por así decirlo, a la altura espiritual que constituye su nivel medio, es decir, las personas con
viles deseos, las que viven en el odio y para el odio, difícilmente pueden aspirar, cuando
duermen, a penetrar en las altas regiones del mundo de Deseos y permanecen en esos bajos
parajes.
Las tres regiones superiores del mundo de Deseos constituyen la sede natural de los
arcángeles y de los ángeles.

Ellos viven allí como nosotros en la tierra. Aunque está en permanente contacto
con los desencarnados en tránsito por esas regiones, el hombre nunca suele
apercibirse de la presencia de esas entidades, ya que entre ellos y nosotros
existe un desnivel evolutivo que los oculta a nuestros ojos. Pero los que en vida
han tomado conciencia de su existencia y se han abierto a su frecuencia, esos
los ven y los oyen.
En esas altas regiones viven también elementales, artificiales, algunas almas en
sueño y los espíritus-grupo de los animales. Allí todo es luz y color.
Los Espíritu-grupo son seres que pertenecen a la categoría de los Arcángeles y que trabajan al
servicio de cada especie animal. Los animales carecen de cuerpo mental y, por lo tanto, de la
facultad de pensar. Los Espíritus-grupo se encargan de su protección, de avisarles cuando
aparece un peligro para la especie, de indicarles los lugares en que pueden encontrar
alimentos. Los hábitos, inclinaciones, gustos y aversiones de cada especie son influidos por el
Espíritu-Grupo a través del Cordón plateado, un lazo invisible que les une al animal. De este
modo lo que aprende un ser de la especie lo captan también los demás.

En un trabajo realizado por un biólogo molecular, llamado Sheldrake (la presencia del pasado),
se relataba que durante una investigación sobre la memoria estuvo observando el
comportamiento de unos monos. Fue chocante para él descubrir, un tiempo después, que al
mismo tiempo se estaba realizando un experimento similar en otra parte del mundo y que justo
después de que los monos de su ensayo aprendieran a limpiar unas bellotas para comérselas,
los del otro experimento empezaron a comportarse del mismo modo, como si alguien se lo
hubiera comunicado. Sheldrake formuló entonces una teoría sobre la existencia de unos
depósitos de memoria, de un lugar en el que debían almacenarse todas las experiencias para
ser comunicadas a la especie cuando fuera preciso. A estos depósitos los bautizó con el nombre
de: “campos morfogenéticos de conciencia” y la vía de comunicación –lo que llamamos Cordón
plateado- la llamó: “resonancia mórfica.”

Volvamos a las altas regiones del mundo de Deseos, donde nos habíamos quedado. Los
elementales allí se comportan de distinto modo que sus colegas de las regiones inferiores y
algunas personas pueden utilizar esas fuerzas para construir, para crear armonía, paz, felicidad,
salud y bienestar en general.
Los artificiales en las altas regiones del mundo de Deseos son también creaciones humanas,
pero están formados con los anhelos sublimes de los hombres. Entre esos artificiales caben
destacar las vírgenes (de los dolores, de las virtudes, etc.) Las plegarias de los fieles crean en
el mundo de Deseos esas imágenes sublimes que tienen vida propia. Son ellas las que a
menudo se aparecen a los videntes y les transmiten mensajes que los devotos han programado
en ellas. De esta forma, las aspiraciones que los hombres lanzan al cielo les son
devueltas.
De igual manera, los que rezan en vistas a la curación de los enfermos, crean un
artificial que es un auténtico concentrado de fuerza curativa, utilizada luego por
los curanderos para restablecer la salud en los cuerpos enfermos.
En una ocasión me contaron el caso de un curandero que después de morir era
visitado en el cementerio por personas que se querían curar. En ese lugar se
había creado un artificial con los deseos de curación de toda aquella gente.
Los que quizá puedan sorprender más son los artificiales emanados del folclore popular. En el
período de Navidad y Reyes aparecen en el mundo de Deseos los Papá Noel y los Reyes
Magos con su cohorte de servidores, arrastrando fantásticos carruseles llenos de juguetes y
golosinas, creados eternamente por la imaginación de los niños. Cada año viven una gran fiesta
llena de cánticos y de magia los que allí moran.
Se encuentran también allí ciudades artificiales creadas por la imaginación de los hombres, por
los novelistas.

Las personas que sueñan en colores van por la noche, durante el sueño, a esas regiones, en las
que pueden contactar con sus familiares difuntos y participar en la vida de ese mundo. Los
sueños en esas regiones producen una profunda paz y satisfacción, que se siente al despertar.
A esas regiones van a parar, igualmente, las almas de los niños que inician el tránsito antes de
los 14 años. Mientras los ángeles instructores imprimen en sus cuerpos de deseos las
experiencias que perdieron en su anterior vida por morir de una forma prematura, otros
habitantes de este mundo se divierten con ellos creando juguetes animados, con la materia-
deseo, de modo que esos niños en espera de una nueva encarnación, viven en un auténtico
paraíso.
Todos los que tuvieron alguna vez o que siguen teniendo cuerpo de deseos, tienen o pueden
tener vida en el mundo de Deseos. Los luciferianos, por ser nuestros inmediatos superiores,
tienen vida en ese mundo, pero son incapaces de operar en él, del mismo modo que los monos
y orangutanes, pertenecientes a la oleada de vida humana, son incapaces de utilizar los
conocimientos que nosotros poseemos sobre el mundo físico, aún disponiendo de un cuerpo
fisiológicamente parecido al nuestro.

Existen diferentes especies o razas de ángeles operando en esa esfera, trabajando


cada legión en una determinada especialidad. En cada grupo de ángeles se
encuentran legiones dedicadas a la docencia. Son los profesores. Estos dispensan
sus enseñanzas todos los días a la clase humana.
En el mundo de Deseos las cosas son ligeramente distintas a como suceden en la
tierra, sólo asisten a las clases de los instructores angélicos los que vibran a una
frecuencia tal que son susceptibles de ser conectados con su profesor, el cual
reduce su voltaje para que la conexión sea posible. Pero sólo puede rebajarlo
hasta un límite determinado, de manera que el discípulo debe realizar un esfuerzo
para mantener la conexión.
La imaginería popular suele pintar a los desencarnados como fantasmas; a los luciferianos con
cuernos, alas y una cola roja; a los elementales del Fuego (Salamandras) como pequeñas
llamas con cara maliciosa, a los del Agua (Ondinas) como gotas juguetonas, a los del Aire
(Sílfides) como ráfagas de viento enfadadas y los de tierra (Nomos) como nomos burlones. Los
artificiales van a gusto del consumidor.

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Lección 4: El primer cielo
El gran silencio
Después del paréntesis de los moradores del mundo de Deseos, volvamos a ocuparnos del
tránsito entre lo que llamamos la vida y la muerte. Pero antes de seguir nos gustaría recalcar
que lo primordial en el proceso relatado es encontrar el nexo de unión con el comportamiento
diario, con nuestro propio modelo de evolución. Porque si lo seguimos como un proceso
anecdótico que tiene lugar en otros planos, servirá para bien poco. Tiene que ser una
enseñanza práctica, que podamos aplicar a diario.
Sigamos. Por fin llega el momento en que el alma continua su trayecto hacia más elevadas
tareas y se produce la “muerte” del cuerpo de deseos, como sucediera en su día con el cuerpo
físico. Entonces la vida se retira al cuerpo mental, incorporando a él los átomos gérmenes de los
cuerpos físico, etérico y de deseos.

O sea, hemos realizado una serie de trabajos en la tierra con el cuerpo físico; después éste se
ha muerto y hemos laborado con nuestro cuerpo de deseos en el mundo de Deseos y después
de liquidar también a este último, nos disponemos a realizar tareas de crecimiento con el cuerpo
mental, en el mundo del Pensamiento.
Parece un tanto complejo porque manejamos conceptos poco conocidos. En cambio, si
estuviéramos pensando en la práctica de un deporte, nos parecería lógico asumir el uso del
cuerpo físico. Si habláramos de una relación amorosa, las emociones estarían en liza. Si el
ejemplo fuera un examen de filosofía, sabríamos que debemos emplear el cuerpo mental.
Todos los días utilizamos los tres cuerpos, es lógico que cuando nos preparamos para una
nueva existencia terrenal debamos repasar el trabajo realizado en cada uno de ellos y grabarlo
en el disco duro.
Continuemos con el tema. A diferencia de lo que
sucede con nuestro cuerpo físico, el cadáver del
cuerpo de deseos nunca se descompone, porque la
materia que lo forma tiene una vida autónoma. Las
formas abandonadas por el alma siguen flotando y
son conocidas con el nombre de cascarones. Esos
cascarones son capaces de transmitir los sentimientos
de la persona que los habitó. A veces los elementales
juguetones ocupan esos cascarones, les imprimen
movimiento y dan la sensación de estar vivos.
Los cascarones constituyen el elemento pintoresco del
mundo de Deseos. Su existencia puede comprenderse
por lo referido con anterioridad. Si en los mundos
inferiores la materia se desagrega porque se
encuentra sometida a la fuerza de repulsión activa en ellos, en los mundos superiores, cuando
el cuerpo que corresponde a esos mundos muere, queda flotando durante miles de años y ese
cuerpo muerto, llamado cascarón, conserva todas las virtudes del alma que lo habitó. Si un
habitante del mundo de Deseos se pone dentro de ese cascarón, podrá manifestarse como lo
hizo su dueño y engañar así a los que, en la tierra, invocan al propietario del cascarón.
Los que practican el espiritismo, la ouija u otros métodos para atraer espíritus suelen
encontrárselos y piensan que les ha contestado el espíritu de Napoleón, de Cervantes o de
Galileo. Se trata tan solo de un espíritu burlón que se ha calzado un cascarón famoso, en la
mayoría de los casos.
Esas "ocupaciones" sólo se llevan a cabo con los cascarones de individuos célebres. ¿A quién
se le ocurriría irrumpir en el cascarón de un Juan nadie?

Y así el ocupante puede permitirse el lujo de presentarse y adquirir notoriedad en una sesión
mediumnímica diciendo que es Shakespeare, Platón o Goya. Si se manifiesta como pintor,
gracias a la memoria de su pasada habilidad que posee el cascarón, podrá inspirar cuadros al
médium en el más puro estilo del pintor que utilizó aquel cuerpo de deseos, y todos se
asombrarán del prodigio, sin que nadie se permita dudar que ha estado en contacto con el
espíritu de Goya o Velásquez, o de quien sea. Los que utilizan el cascarón de Platón, se
expresarán como el sublime filósofo griego, pero todo cuanto digan puede encontrarse en los
libros que nos dejó el maestro de Atenas, con las mismas palabras o con otras equivalentes.
Decía anteriormente que la persona abandona su cuerpo de deseos para vivir en su cuerpo
mental. El tránsito de un mundo a otro se realiza sin pérdida de conciencia. El individuo vive de
una forma lúcida el hecho de abandonar un estado para entrar en otro y ese tránsito se
acompaña de una inefable felicidad. Ello es debido a que, aún siendo el cuerpo de deseos una
magnífica plataforma experimental, casi siempre lo vivimos como un lastre, como un peso de
obligada carga y el momento en que nos desconectamos es vivido como una liberación. En
términos prácticos para, podría decirse que cuando conseguimos, en algún terreno de la vida,
que finalice el dominio de las emociones, sentimos una liberación.

En muchas escuelas iniciáticas ese paso entre el cuerpo de deseos y el cuerpo mental se
conoce con el nombre de "el Gran Silencio", porque todo se acalla alrededor del alma y se
siente sola, pero bañada en la sublime armonía del universo. El ser humano tiene el sentimiento
de estar entrando en su patria y se encuentra como el que regresa de un largo exilio.
Como contrapunto práctico, podríamos decir que para superar los estados pasionales en los que
a menudo nos sentimos naufragar, es necesario entrar en el “gran silencio.” O sea, cuando los
caballos de la emoción se desbocan, es preciso separarse un poco del mundo, ir al balneario, a
la playa o a la montaña, para buscar el silencio que aquiete el alma.

La patria

Tras el "gran silencio" viene el despertar y el alma se encuentra en una región denominada
Segundo Cielo, situada en la parte inferior del mundo del pensamiento, conocida como Región
del Pensamiento Concreto.
En las escuelas iniciáticas se suele llamar patria al mundo del pensamiento, porque dichas
escuelas trabajan con el cuerpo del pensamiento y sus adeptos sienten que ese mundo es su
patria. Otros, más identificados con el mundo de Deseos, dan el nombre de patria a esa
sorprendente esfera antes descrita. La denominación patria encaja a la perfección con uno y
otro mundo, del mismo modo que la de exilio es acertada cuando se habla de la Tierra, puesto
que el mundo físico es para nosotros una morada provisional, en la que sólo podemos vivir un
periodo limitado de años, mientras que en los demás mundos la limitación es inexistente.

La patria es una extensión de nuestro propio hogar, la zona donde nos sentimos o deberíamos
sentirnos cómodos, sin problemas, en confianza. Donde se nos perdonan los errores, maldades,
incompetencias, porque es nuestra casa, porque somos de allí.
Y en la patria del cielo los habitantes nos miran con otros ojos; nos ven como obreros de la vida
que experimentan en el destierro sus poderes creadores, para un día ser sabios, bondadosos,
magnificentes. Así nos sentimos cuando emergemos del gran silencio y nos encontramos en la
casa de Dios, donde un día moraremos definitivamente sin que nada nos obligue a nuevos
destierros.

Las regiones del mundo del pensamiento

El mundo del Pensamiento, como el mundo de Deseos, también está formado por siete
regiones. Las cuatro inferiores, se denominan, de inferior a superior:

1ª.- Región de los Arquetipos de la Forma.


2ª.- Región de los Arquetipos de la Vitalidad Universal.
3ª.- Región de los Arquetipos de los Deseos y Emociones.
4ª.- Región de los Arquetipos del intelecto.

La vida empieza para nosotros, los seres humanos, en el mundo de los arquetipos, es decir, en
las regiones inferiores del mundo del Pensamiento. Todo lo que existe en nuestro universo físico
ha sido diseñado allí por los ingenieros biológicos que trabajan sobre patrones vigentes en toda
la galaxia. Los que pueden ser activos en esas regiones aportan sus ideas a dichos ingenieros
para que el mundo físico sea modificado según su modo de ver, participando así en las labores
creadoras.
En la primera Región se elaboran las formas futuras, tanto las humanas
como las de animales y vegetales y la morfología misma de la tierra, con
sus montañas y sus planicies.
En la segunda Región se programa la vitalidad universal, es decir, el tiempo
de vida de cada ser. Estamos programados para vivir un número igual de
años, en el cómputo global, a fin de que tengamos las mismas
oportunidades de evolución. En esa Región del mundo del Pensamiento
existe un tribunal de cuentas encargado de atribuir el tiempo de vida a los
que transitan por esa Región. Los modelos de existencia se establecen sobre 72 y 84 años,
según que el candidato sea llamado a trabajar en el sector que rige el hemisferio izquierdo,
donde las labores son más agotadoras o en el que corresponde al hemisferio derecho, donde la
vida es más fácil y risueña. Un organismo excesivamente cargado hacia la izquierda se agota
antes y a partir de los 72 años el Ego Superior tiene problemas para hacerse obedecer.

El programa de vida se prolonga o se acorta de acuerdo con las necesidades de la persona. El


que en una vida ha muerto a los cincuenta años, es natural que en otra se le conceda más
tiempo de existencia física, ya que cada Ego debe encontrar las mismas oportunidades en lo
que se refiere a experiencias a realizar. Así, quien en una ocasión eligió el programa más duro,
más vivencial, escogerá, más adelante, uno más suave y placentero para compensar.
Los Arcángeles son los encargados del servicio en esa segunda Región. Ellos están en contacto
con nuestros Egos Superiores y al mismo tiempo reciben información de los ángeles, sobre las
actividades de la persona en el mundo material. El Ego es dueño de su propia vida física y si la
personalidad mortal se alejara de su programa de tal manera que se consideraran inútiles las
experiencias que está viviendo, el Ego pediría a los arcángeles al servicio de la Vitalidad
Universal que cortasen de cuajo su arquetipo de vida, produciéndose de esta forma una muerte
anticipada en su personalidad mortal. Ello le permitirá, en una nueva existencia, disponer de un
mayor tiempo de vida para sacar del mundo material vivencias útiles, teniendo en cuenta que
una experiencia inútil es aquella que ya se ha realizado con anterioridad.

Eso podría considerarse un abuso de poder, pero en realidad es el propio ser quien decide, a
través de su Ego Superior, que sólo pide que corten el fluido cuando su vehículo ha dejado de
evolucionar y está estancado, repitiendo experiencias, como quien pasa el tiempo dando vueltas
en una noria y siempre acaba en el mismo sitio.
Pongamos por caso que Pedro ha sido en una vida anterior un arquitecto brillante y notorio, líder
político y social. Si este hombre ha descuidado los trabajos materiales, los que conllevan un
esfuerzo físico; si se ha rodeado de toda una red de servidores para que le solucionaran los
problemas inherentes a su existencia física, el Ego Superior puede encontrarse falto de ese tipo
de experiencias y programar su futura aparición en el mundo en un ambiente de agricultores,
para que su personalidad mortal le informe de lo que sucede cuando se dan en tales
condiciones.

Ya tenemos a nuestro brillante arquitecto hijo de unos aldeanos y situado a doscientos


kilómetros de la universidad más cercana, lanzado a trabajar en las faenas del campo.
En cuanto su cuerpo mental se integre en él, hacia los veintiún años, es posible que se sienta
en posesión de una inteligencia y una sagacidad que le permitirán comprender que existen para
él otras posibilidades. Entonces podría convertirse en autodidacta, aprender con facilidad
aquello que ya aprendió antes y con esfuerzo y tesón se acercará a los estudios superiores;
podría así verse de nuevo instalado en un bufete de arquitectos, haciéndole un corte de mangas
a su Ego Superior, que pretendía que trabajara en el campo. Alrededor de él encontrará el
aplauso de sus coetáneos, que lo citarán como ejemplo de lo que puede conseguir un hombre
con tenacidad y sacrificio.

Pero en este caso, la información que este arquitecto manda a su Ego está repetida; le envía
datos que ya poseía y la personalidad inmortal verá con impotencia el retraso que va a
producirse en su evolución, si tiene que pasar toda una vida repitiendo curso. Así, el Ego
Superior podría dirigirse a los que controlan los arquetipos de la vitalidad universal para que
inutilicen su arquetipo de vida. De este modo, aquel que tanto bregó para salir de su ambiente
natal y convertirse en un “hombre de provecho”, se muere dejando ante sí el brillante, pero
inútil, porvenir.
Otra causa de muerte prematura podría ser la disonancia entre el ritmo vibratorio del arquetipo
de vida y el que se desprende de la entidad que vive en la tierra. Es decir, tiene que existir una
sincronicidad entre el arquetipo de la vitalidad y las actuaciones del individuo en nuestro mundo.
Si lo que está desarrollando la personalidad humana es muy distinto de lo que el Ego había
proyectado, la asimetría produce una ruptura en la región arquetipal y el arquetipo queda
destruido antes de tiempo, provocando la muerte física.

En estos casos también se le está haciendo un favor a la persona. Debemos recordar que
estamos en la tierra para acumular experiencias y la repetición constante de una tarea conlleva
un retraso.
En el ejemplo anterior hemos presentado un caso en el que la personalidad toma una dirección
opuesta a la programada por el Ego Superior. Nada tiene que ver con portarse bien o mal,
puede ser de una ética ejemplar, pero al haber cambiado de forma radical el programa, el Ego
decide dar por terminada la experiencia.
Como hemos comentado, la primera sensación del espíritu que despierta a la vida en el
segundo cielo, es de bañarse en un océano de armonía. Llegan hasta él los latidos de la música
de las esferas, formada por el crepitar de los astros en su carrera por el zodíaco. Algunos
privilegiados que viven en nuestra tierra y que poseen el don de la clariaudiencia, han oído
alguna vez esa melodía, creadora de un sentimiento intransferible, que produce explosiones de
llanto y felicidad.

Es imposible describirla. Es esa música de las esferas la que mantiene la coherencia de la


materia. Si por un instante dejara de sonar, las más sólidas murallas se desmoronarían. Allí el
alma humana comprende ese misterio supremo que es la armonía sin la cual nada podría
existir.
Cuando se habla de música de las esferas, debe entenderse como una armonía viva, producida
por el movimiento de las esferas cósmicas al chocar con los átomos que forman el "tejido" del
universo. En nuestro mundo, un avión, al desplazarse, produce un ruido atroz. El ruido trae
desarmonía: el avión es un objeto que nunca encajará en el cielo, es un elemento artificial de
ese cielo y por lo tanto produce una violación en el tejido atómico y los elementos que rompe
producen ese gruñido que nosotros conocemos como rotura de la barrera del sonido.
Por el contrario, cuando un cuerpo se desplaza en un elemento armónico, se desprende de él
una nota, que al encajar con otros movimientos del mismo tipo, produce el concierto cósmico.
De esta música de las esferas deriva el arte de la música tal como se conoce en la tierra.
Gracias a grandes compositores como Bach, Beethoven, Wagner, etc., sabemos, de forma
aproximada, lo que puede ser ese concierto cósmico. Pero los instrumentos de música que
poseemos recrean un movimiento artificial: las teclas del piano son movidas por los dedos del
músico. La mano mueve el arco del violín y produce el desplazamiento del aire en los
instrumentos de viento, etc. La música debería ser producida por un movimiento vivo y
armónico, tal como tiene lugar en el interior del organismo cuando un artista canta una melodía.
Para que esa voz suene melódica es preciso que en su interior también se haya creado esa
armonía en sus distintos órganos.

Por ejemplo, podríamos decir que nuestro comportamiento debería ajustarse de tal forma al de
aquellos que nos rodean, que el roce produjera esa música, que sin ser apercibida con el oído
físico, en el mundo del pensamiento se convertiría en concierto. Para conseguirlo el artista -el
que cada uno de nosotros es en realidad- debería procurar primero que todo en su expresión
fuera armónico: sus gestos, sus palabras, entonaciones, actitudes, eliminando de su lenguaje
aquello que suene mal, que resulte grosero e inadecuado. Significa pues que nos expresemos
con gracia, en un tono que resulte suave al oído ajeno, sin gritos y sin ademanes tajantes. Así,
estaremos en condiciones de armonizar con los demás y crear con ellos la sinfonía del nuevo
mundo.
En el mundo del Pensamiento reina una gran actividad, el ser humano que ha llegado allí se ha
despojado de todo egoísmo y se da cuenta que forma parte de una oleada de vida en la que
todo es de todos.

Los archivos akásicos

Por consiguiente, los habitantes humanos de esta región tienen acceso al conocimiento
adquirido por el recién llegado a ella y, asimismo, él accede a la sabiduría lograda por los
demás. Allí el saber es patrimonio común y se encuentra depositado en los llamados Archivos
Akásicos, situados precisamente en el mundo del Pensamiento.
En esos Archivos Akásicos el ser encuentra la historia de sus encarnaciones pasadas; puede
ver como en una película quien ha sido, con quién ha estado unido y qué le ha pasado desde su
estado prehistórico. Puede también conocer y comprender la misión de personajes legendarios.
Así podemos ver como en el mundo divino reina la unidad, la evidencia de uno se interioriza en
el cuerpo mental de los demás, aportándoles el conocimiento que esa evidencia expresa.

La pregunta que se plantea entonces es: ¿si todos compartimos el conocimiento, por qué
debemos volver a la tierra a por más experiencias? Debido a que la comprensión teórica exige
que el ser pase por la prueba de la realidad. Es decir, el conocimiento, que en el mundo del
Pensamiento es un patrimonio común, debe ser aplicado al mundo material y por ello cada ser
debe pasar por un período de experimentación.
Fijémonos en los Lamas del Tibet, ese grupo de monjes budistas, después de pasar años
cultivando su espíritu en los templos y habiendo alcanzado un alto nivel espiritual, son obligados
a pasar una temporada (por lo general un año) en una urbe para poder experimentar sus
conocimientos de forma práctica.
Cuando los seres humanos lo hayamos experimentado todo, tendremos una opinión similar
sobre las enseñanzas asimiladas, y cuando nos enfrentemos con la tarea de crear un universo,
lo haremos sin la necesidad que exista un partido de izquierdas que diga: "yo lo haría así"; ni
uno de derechas que le lleve la contraria, sino que sabremos que tal gesto produce tal resultado
y lo que es bueno para uno lo será para los demás.
En los Archivos Akásicos figura nuestra historia. En la tierra,
las gentes sienten mucha curiosidad por saber lo que han
sido en anteriores vidas, pero aquí ese interés es secundario,
y los que van a consultar la memoria de las vidas, más que la
suya propia examinan las ajenas, las de personalidades que
han marcado de algún modo la historia de la humanidad, a fin
de comprender cuáles eran los objetivos de sus Egos
Superiores. Las anécdotas vividas con anterioridad interesan
poco, porque lo que realmente cuenta son las experiencias
conseguidas a través de ellas, y nada es tan parecido a una
cadena de encarnaciones como otra cadena, puesto que
todos hemos sido de forma alternativa ricos, pobres, obreros manuales, intelectuales, hombres,
mujeres, verdugos y víctimas. El Ego Superior registra las distintas experiencias y sabe lo que
ha aprendido y lo que le falta. Si en el pasado su vehículo ha vivido grandes pasiones, amores,
amistades o tragedias, le tiene sin cuidado. Pero la personalidad mortal, cuando vuelva al
mundo de las anécdotas, sí se interesará y querrá encontrar de nuevo a aquél que tanto amó y
lo hallará gracias a la ley del karma.

Tener conocimiento, a través de una regresión por ejemplo, de acontecimientos acaecidos en


una vida anterior puede facilitarnos pistas que nos ayuden a avanzar más deprisa, a superar
traumas. Pero una cosa es lo que tiene que vivir la personalidad mortal y otra los intereses del
Ego Superior. Al encargado de una empresa le importa poco si sus trabajadores acuden al
trabajo en bicicleta, en moto, en coche o a pie, para él lo relevante es que lleguen a su hora y
que trabajen.
Volvamos a las primeras regiones del mundo del Pensamiento, donde hemos dejado el alma, allí
permanecerá durante largo tiempo, viviendo en su Cuerpo Mental. La duración dependerá de su
nivel evolutivo, cuanto más evolucionada, más corto es el tránsito, porque más prisa tiene en
volver para acabar la faena. ¿Acaso podemos determinar el tiempo que va a tardar una persona
en realizar su compra semanal en un gran supermercado? Dependerá de si conoce la
colocación de los alimentos, de si ha confeccionado una lista con lo que necesita y de si se
queda mariposeando en alguna sección. Si conoce las secciones donde debe aprovisionarse y
tiene una idea clara de lo que desea, irá mucho más deprisa.

Del mismo modo que en el mundo de Deseos el hombre asimiló las experiencias que le
procuraron en la tierra sus deseos y emociones, incorporándolas a su alma, en el del
Pensamiento asimila e incorpora al alma las experiencias cosechadas gracias a su actividad
mental. Allí los pensamientos tienen una forma exacta y el que ha cometido errores mentales
encuentra la correcta solución. Sólo los que han ejercido el pensamiento en la Tierra tienen vida
consciente en esas Regiones. Pensar, en la tierra, ejercer las funciones intelectuales, significa
hacer méritos para ser un ciudadano consciente en el Segundo Cielo.

Los errores

Si en el mundo de Deseos la mayoría de los humanos son poco conscientes de lo que les rodea,
parece lógico pensar que en el mundo del Pensamiento el número de seres conscientes es
todavía menor y escasos son los que pueden observar con claridad las cosas tal como son. Los
que "ven", vislumbran un destello, una parcela de la realidad allí existente y es esa visión parcial
la que produce los errores mentales.
Pero ya decía Sócrates que el error es el primer paso hacia la verdad, ya que éste sólo puede
existir en relación con la verdad, de la que es un elemento incompleto. El error vincula a la
verdad que lo ha producido y en el mundo de los Arquetipos podemos ver que cada
pensamiento divino tiene su forma, y ese edificio de la verdad "tritura", por así decirlo, como la
cuchilla de una batidora, los pensamientos erróneos integrándolos a la verdad. De esta manera,
aquellos que han cometido errores de apreciación reciben la evidencia de la verdad. En cambio,
a los que nunca han pensado en aquel concepto les resulta imposible percibir su certidumbre,
porque ningún vínculo los ata a la forma de la tal verdad. Vemos así que más vale equivocarse
en las cosas, errar, que ser indiferente a ellas. Una persona equivocada podrá reconocer su
error en el mundo del Pensamiento.

El error es positivo porque nos sitúa en el camino de la verdad, siempre y cuando la persona
esté dispuesta a reconocerlo y a avanzar, porque cuando alguien se instala en el error, acaba
dando vueltas a una rueda esquizofrénica, que le lleva a creer que está en lo cierto y que todos
los demás están equivocados.
Preparar el futuro

En el mundo del Pensamiento, aparte de realizar un trabajo de asimilación de las experiencias


pasadas, el alma también participa de forma activa en la preparación del futuro en la tierra. En
la primera Región del Mundo del Pensamiento se encuentran los Arquetipos de la Forma. Ello
significa que todas las formas que existen en nuestro mundo físico figuran allí como esquemas,
proyectos, como formas pensadas que un día se cristalizarán en objetos materiales: montañas,
valles, plantas, animales, cuerpo físico, etc.
Subrayemos, pues, que la idea es anterior a toda realización en el mundo físico. La idea es el
esqueleto en torno a la cual se adhiere la carne de la realización material.

Significa que antes de iniciar un proyecto debemos pensar de forma activa en él y desarrollarlo
en nuestra mente. La idea es anterior a la acción, pero existe una interdependencia entre el
mundo de arriba y el de abajo, de suerte que las experiencias materiales, al mostrarnos el
resultado de los acontecimientos en el mundo Físico, proyectan hacia arriba el concepto que
nos formamos de ellas. Si el concepto es erróneo, es triturado en el molino de la verdad y el
modelo auténtico del que emanó el error acaba imponiéndose. Si el concepto es acertado y
resulta original, es decir, si nunca se ha trabajado en el mundo de los arquetipos un modelo
previo de la idea inspirada por las realizaciones materiales, entonces pueden ocurrir dos cosas:
primero que la idea procedente del mundo inferior esté en acuerdo con la ley cósmica; segundo,
que sea contraria a las leyes de la creación.
En el primer caso, los ingenieros que trabajan en la producción de arquetipos, la instituirán, de
manera que aquella verdad nueva descubierta, será definitivamente oficial para todos, con un
arquetipo funcionando en el mundo del Pensamiento y proyectando su forma a todos los
hombres, que encontrarán de pronto aquella idea rodando por sus cerebros. En el segundo
caso, la idea disconforme con el modelo cósmico tomará una forma fantasmal y se esfumará
cuando deje de alimentarse desde la tierra.
Hemos comentado que el del Pensamiento era el mundo de la suprema armonía, pero en ese
universo también existe la lucha. Las tareas evolutivas exigen la aparición de nuevas formas
arquetipales que han de servir de cauce a la sociedad. La aparición de estas formas produce
una violenta reacción de los cuerpos mentales de los hombres de la tierra, de manera que el
esquema antiguo entra en lucha con el nuevo, que carece, inicialmente, del vigor del ya
establecido, pero que se va instituyendo en los hombres que se van encarnando.

Los que tienen ojos en el mundo del pensamiento pueden ver el alucinante combate que libran
la idea liberal y la idea socialista de sociedad, arrancándose mutuamente destellos de luz de
múltiples colores, como si fueran tiras de piel de las formas arquetípicas. Es un combate
instigado por los hombres y que durará mientras unos vean en la otra forma mental al enemigo.
Los que en la tierra trabajan su cuerpo mental ayudan a las jerarquías activas en el Mundo del
Pensamiento a construir su futuro terreno de pruebas; es decir, contribuyen a establecer el
marco en el que se desarrollará su próxima vida física, teniendo en cuenta sus necesidades
experimentales, en vista de las lecciones ya aprendidas.

Aquellos que procuran pensar a menudo, que tratan de encontrar los errores en sus actuaciones
diarias, los que intentan comprender las anécdotas, los que se elaboran una opinión propia de
los acontecimientos, en lugar de dejarse aborregar por los medios de comunicación, todos ellos
trabajan en su cuerpo mental.
En la segunda, tercera y cuarta Región el ser humano aprenderá a construirse un cuerpo vital,
un cuerpo de deseos y un cuerpo mental con las fuerzas arquetípicas de esas Regiones. Cada
cuerpo necesita órganos apropiados para expresar ciertas facultades superiores; por ejemplo,
un pintor precisa de un ojo especialmente sutil a la percepción de los colores; un músico, de una
oreja apropiada a la captación de las vibraciones; un filósofo, un órgano de inteligencia interior
muy desarrollado. La expresión de un talento sólo tendrá lugar si el cuerpo físico ofrece el
órgano necesario para ello. En esas tres Regiones, el hombre aprende a construirse el órgano
que le permitirá expresar su talento.

El hombre está destinado a ser un dios creador y en el mundo del Pensamiento realiza su
aprendizaje en el dominio de las creaciones, mientras que en el mundo físico utiliza los
vehículos por él creados y se da cuenta de los defectos que encierran. Esa experiencia en la
utilización le permite perfeccionar su obra en su próxima estancia en el mundo del Pensamiento.
Terminados los trabajos de mejora de sus futuros cuerpos y de perfeccionamiento del mundo
físico que será escenario de la próxima encarnación, el cuerpo mental muere a su vez y el ser
queda definitivamente desposeído de sus envoltorios materiales. Es entonces un puro espíritu
armado de los átomos-gérmenes que han de servirle para la constitución de sus cuerpos en una
nueva vida. Asciende así a las Regiones superiores del mundo del Pensamiento, donde entra en
contacto con el Ego Superior.

Usted se ha autentificado como Jairo de Jesus Buendia Bolon (Salir)

Lección 4: El primer cielo


Cita con el Ego
Las tres Regiones superiores del mundo del Pensamiento se conocen con el nombre de Región
del Pensamiento Abstracto.
La quinta contiene la Idea-Germen del deseo y de las emociones en los animales y en el
hombre.
La sexta contiene la Idea-Germen de la vida vegetal, animal y humana.
La séptima contiene la Idea-Germen de la forma mineral, vegetal, animal y humana.
Esas son Regiones sin formas determinadas, todo es magma vivo, luminoso, puro soplo
creador. Allí reside nuestro Ego Superior.
El Ego es nuestro Yo espiritual, el Yo creador, el que ostenta todos nuestros poderes, es el
centro de la conciencia, es la chispa divina emanada del Dios Creador de nuestra galaxia. Los
cuerpos que poseemos, a saber: el físico, el de deseos y el mental, son meros vehículos del
Ego, utilizados para la adquisición de experiencias que, con la disolución de esos cuerpos, se
incorporan al Ego, que es la parte inmortal de nosotros mismos, la que jamás
muere.
La esencia creadora -o Dios- puede ser comparada con una bengala, como
ya explicamos antes, que al entrar en contacto con el fuego despiden un
reguero de chispas; o bien con una gran vela gracias a la cual se encenderían
millones de velas. Esas chispas o velitas se desprendieron de la esencia
creadora en el inicio de la creación y fueron lanzadas al torrente de la evolución. Mediante un
largo y minucioso proceso –que ya se ha ido relatando-, cada una de esas chispas fue
reuniendo átomos para formar sus cuerpos sutiles que son, básicamente, el mental, el emotivo y
el físico. El recuerdo o el trazo que queda en nosotros de esa chispa primigenia y que es a la
vez el embajador plenipotenciario de Dios en el hombre, es lo que se llama el Ego Superior,
personalidad divina o trascendente, es nuestro Dios interno. Es el director general de nuestras
entidades física, emotiva o mental, el que dirige desde nuestro interior.

En ocasiones se produce una cierta confusión entre los conceptos de Ego, alma y Átomo.
Vamos a tratar de aclararlos. Imaginemos que el Átomo Germen es como una semilla, que va
recogiendo las propiedades de la fruta que la contiene y que al final volverá a ser plantada (eso
lo veremos más adelante.) Pensemos en el alma como en un ministro que ejerce en nombre de
su presidente y cuando éste se lo indica, se retira (de los cuerpos) y le resume todo lo
acontecido durante su mandato.
En lo que se refiere al Ego Superior, siempre ha existido una cierta dificultad en comprender su
naturaleza exacta y su función en nuestra evolución. Los Egos fueron primero chispas divinas
separadas del cuerpo de la divinidad, arrojadas del mundo de Dios para evolucionar en un
espacio separado que conocemos con el nombre de mundo de los espíritus vírgenes. El objetivo
de esa separación era asegurar la continuidad de la creación en ulteriores periodos. El Dios de
nuestra galaxia debía asegurar una cantera de dioses para cuando él se retirara, en el séptimo
Día de la Creación, a realizar tareas más elevadas.

Era preciso que una parte de sí mismo descendiera a países jamás hollados por la divinidad,
que se fuera al extranjero, como suele decirse en el lenguaje iniciático cuando el candidato se
dirige al país de la oscuridad.
Se sabe que el progreso de la vida tiene lugar en dos etapas. La primera es la involución: el
descenso hacia mundos de densidad creciente para recoger experiencias a través de la
experimentación. La segunda etapa es la evolución: el regreso a la unidad universal, el
desapego, la espiritualización, la comunión con Dios.
Cuando la etapa de evolución ha sido llevada a cabo, la vida que ha conquistado la
omnisciencia ya nunca podrá descender, y tampoco le apetecería hacerlo, puesto que su interés
se centra en comprender el funcionamiento, la vida que se desarrolla en los planos cósmicos
hasta llegar al Ser Supremo. Pero como todo progreso entraña sacrificio, lo cual es una realidad
a todos los niveles, la vida divina, para poder progresar, se ve obligada a crear nuevas unidades
vitales y a separarlas de sí misma. Esas unidades podrán descender, en su involución, a
mundos más profundos, produciendo sus propias experiencias.

Una pregunta muy formulada es: ¿Por qué el progreso siempre tiene que entrañar sacrificio?
Por la misma razón que un globo para elevarse necesita soltar lastre. Pongamos que alguien
está enfadado con una amiga. Para superar esa situación disponemos de dos posibilidades: la
primera que la amiga pida perdón y el otro la disculpe; la segunda es elevarse por encima del
problema, es decir, que seamos capaces de valorar las circunstancias desde un punto de vista
más amplio. Pero al aceptar esa visión estamos renunciando a una parte de lo que llamamos
“tener razón”, en cierto modo nos estamos sacrificando para alcanzar un objetivo superior: la
reconciliación.
Esta es la historia de los espíritus virginales. Para Dios, crearlos era una necesidad. Estas
chispas divinas que somos nosotros, una vez diferenciadas del cuerpo de Dios, por poseer
todos los atributos de la divinidad creadora, empezaron a sentir hambre de conocimiento y éste
fue el principio de nuestro desarrollo. En los comienzos, toda la oleada de espíritus virginales
éramos iguales. La diferenciación empezó al individualizarnos como seres humanos. La técnica
de ese descenso consistió en crear vehículos en cada uno de los mundos materiales en los que
se deseaba organizar la vida, a fin de que ellos aportaran sus experiencias al Ego, el cual
permanecería en los mundos superiores conservando su plena lucidez. Estas experiencias
tenían un sentido si eran vertidas a una personalidad superior, susceptible de valorarlas y
utilizarlas. En cambio, si esa personalidad hubiese descendido a su vez, confundiéndose con los
avatares materiales, ¿a quién hubiesen aprovechado sus experiencias?

Así, al vivir nuestros cuerpos experiencias personales y al ser éstas transmitidas a nuestra
virginal parcela divina, ésta empezó a diferenciarse de las demás, ya que unas sabían unas
cosas y otras sabían otras. Los espíritus vírgenes dejaron de serlo para convertirse en Egos,
detentores de las mismas potencialidades, por ser todos divinos, pero con conocimientos
diferentes.
Desde su formación como Espíritu Virgen, diferenciado de Dios en el Primer Día de la Creación,
el Ego permaneció en esferas que se conocen con el nombre de:

Mundo del Espíritu Divino


Mundo del Espíritu Vital
Mundo del Espíritu Humano

El mundo del espíritu humano corresponde a las Regiones superiores del mundo del
Pensamiento. Cuando nuestro cuerpo físico adquirió el punto deseado de madurez, el Ego
descendió hasta él para ejercer su Voluntad. Cuando los tres cuerpos mueren, los átomos-
gérmenes respectivos son depositados en el Ego. Esta entrega tiene lugar en la región limítrofe
que separa la parte inferior del mundo del Pensamiento de la parte superior.
De esta forma, después de cada vida en la tierra, los átomos-gérmenes de los tres cuerpos,
físico, de deseos y mental, descargan su contenido experimental en el Ego, que aumenta así su
caudal de sabiduría.
A su vez el Ego aporta a sus sucesivos cuerpos que va formando la iluminación adquirida en las
esferas en que reside, las del triple Espíritu: divino, vital y humano, uniendo de esta forma el
saber del cielo al de la tierra.

Si resumimos en un esquema todo lo dicho sobre los escenarios en que se desarrolla nuestra
vida, tenemos que son siete los Mundos que van del físico al de Dios. Su denominación es la
siguiente:

1°.- Mundo Físico


2°.- Mundo del Deseo
3°.- Mundo del Pensamiento
4°.- Mundo del Espíritu Vital
5°.- Mundo del Espíritu Divino
6°.- Mundo de los Espíritus Virginales
7°.- Mundo de Dios.

Pero lo relevante es retener que existe una organización macrocósmica muy similar a la que
desarrollamos en nuestro microcosmos particular. Resulta poco trascendente retener nombres
cuando interesa comprender el mecanismo que lo mueve todo para que lo podamos aplicar y
que confiera sentido a nuestras vidas.

Cada uno de los Mundos nombrados es esférico, es decir, hecho a la imagen del planeta Tierra.
La materia de cada esfera va perdiendo su densidad a medida que se eleva hacia el Mundo de
Dios y cada una de esas esferas penetra a la inferior y al mismo tiempo la sobrepasa
ampliamente.
Si nuestra vista pudiera contemplar la estructura de la galaxia veríamos que los mundos que
acabamos de describir se sujetan unos a otros como mediante anillas, de manera que la cadena
de los 6 Mundos está sujeta al Sol, la esfera central, que constituye el Mundo de Dios.

Lo mismo que con los mundos ocurre con los demás planetas de nuestro sistema solar, de
manera que el Sol, en su rotación, es el que mueve la noria de las cadenas planetarias. Ningún
planeta tiene movimiento autónomo y si un día el Sol dejara de rodar, lo mismo que sucede con
las norias de feria, todos los planetas quedarían detenidos en el cielo.
Cada uno de esos grandes brazos planetarios se mueve, sin embargo, a velocidades distintas,
de manera que en determinados momentos dos brazos planetarios se juntan en el espacio.
Cuando este fenómeno se produce, los astrónomos dicen que los planetas forman una
conjunción (se encuentran en el mismo grado del zodiaco). Pero nunca se produce un choque
porque las esferas superiores de cada planeta pueden penetrarse entre ellas sin que nada
suceda. Las esferas físicas de cada planeta sí podrían colisionar, pero como Dios los ha situado
a distancia el uno del otro, el choque físico jamás se producirá.

Cuando dos planetas se juntan los habitantes conscientes que conforman esas esferas
"fraternizan" entre sí y se puede efectuar un transvase de elementos de un planeta a otro, de
forma que penetrando por el mundo del Pensamiento, por ejemplo, aparezcan después
físicamente en un planeta distinto al suyo. Pero eso sólo está al alcance de seres muy
avanzados.
Esto significa que hay vida en otros planetas. Sería absurdo concebir una galaxia plagada de
planetas y que la vida se hubiera centrado en uno, es como pensar en un campo fértil de mil
hectáreas de las cuales se sembrasen sólo diez. Pero en ese sentido los humanos somos muy
limitados, nos resulta difícil pensar en otras formas de vida y así determinamos que cuando un
planeta carece de oxígeno o de agua, la existencia en él es imposible. Solamente a través del
cine somos capaces de imaginar tipos de vida distintos.

Volviendo a la naturaleza del Ego Superior, al principio, tenía problemas para establecer
contacto con sus Cuerpos, que obedecían las leyes del mundo donde se encontraban en lugar
de las que rigen en los mundos superiores donde el Ego reside. Pero con paciencia el Ego fue
imponiendo su dominio a sus vehículos y la compenetración entre el Ego y la personalidad
material es cada vez más estrecha. Un día vendrá en que el Ego conseguirá hacerse oír
plenamente por sus vehículos inferiores y entonces podremos decir que la ley del cielo rige en la
tierra.
Resumiendo, nuestra vida consciente se desarrolla en tres mundos: Físico, de Deseos y del
Pensamiento. Nuestro Ego vive en otros tres mundos: las regiones superiores del mundo del
Pensamiento, en el mundo del Espíritu Vital y en el del Espíritu Divino. Queda más arriba otro
mundo, el de los Espíritus Vírgenes, cuyo acceso todavía nos está restringido. En ese mundo,
en cada Día de la Creación, Dios concibe una Forma de Vida que entra por primera vez en el
torrente de la evolución.
Ahora mismo, en el mundo de los Espíritus Virginales, se trabaja en la elaboración de una nueva
Oleada de Vida, que aparecerá en el quinto Día de la Creación.

La Oleada de vida que aparecerá en el quinto Día ocupará el lugar que ahora ocupan los
minerales en la escala evolutiva, pero en ese quinto Día la vida se retirará al mundo de Deseos,
el cual tendrá una consistencia distinta a la que tiene hoy; será más compacto, puesto que esa
nueva Oleada necesitará condiciones de vida a las que deberemos adaptarnos. Gracias a ella
podremos construir órganos para nuestros cuerpos de deseos.
Este montaje parece complejo, pero también lo es el funcionamiento del cuerpo humano.
¿Somos conscientes de los procesos que tienen lugar cuando respiramos o de cómo se las
apaña el corazón para procurar alimentos a todo el cuerpo? ¿Estamos familiarizados con las
obturaciones de la válvula Semilunar, la Mitral o la Tricúspide?
Cualquier proceso parece complejo antes de haber leído la noticia explicatoria, pero una vez te
familiarizas, las piezas ya encajan.

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Lección 5 El retorno
El retorno
Recapitulemos un poco. Estamos perfilando las vicisitudes de un alma desde que abandona su
cuerpo físico. Primero se acopla a su cuerpo de deseos y en él elimina el exceso de carga que
trae de la tierra. Se desprende de las capas que corresponden a las cuatro primeras regiones
del mundo del Deseo; pasa después a las tres regiones superiores. Se desprende de su cuerpo
de deseos y salta al cuerpo mental. En las cuatro primeras regiones del mundo del Pensamiento
aprenderá a formarse un futuro cuerpo mental.

Cuando el cuerpo del pensamiento muere, todos los átomos-germen pasan a integrarse al Ego
Superior. Se han terminado las existencias materiales y allí el Ser, sin ninguna conciencia de su
individualidad, se conforta con las elevadas vibraciones de este mundo. Pero llega el momento
en que el Ego siente el deseo de nuevas experiencias y los trabajos para una próxima
encarnación van a empezar.

¿Cuánto tiempo vive el Ego sin ninguno de sus cuerpos? Este tiempo varía según la intensidad
del afán de vida que posee el Ego y ese afán está impreso en los átomos-germen de sus
distintos cuerpos.

Cuando nos iniciamos en la búsqueda de nuestra personalidad interna, del autoconocimiento,


experimentamos lo que suele llamarse: hambre de espíritu, caracterizado por el afán de adquirir
sabiduría con la misma avidez con la que en otras épocas de nuestra vida hemos devorado un
manjar o una relación amorosa. Esa ansia de espíritu, en el ámbito trascendente, produce
hambre de vidas, ya que es en el mundo Físico donde el Ego aprende y madura. Ese anhelo
queda consignado en nuestros átomos-germen y proyecta a la persona, una vez iniciado el
tránsito (tras la muerte física), siempre más allá, más alto, sin detenerse apenas, ni en el mundo
de Deseos, para gozar de la vida paradisíaca de la sexta región; ni en el mundo del
Pensamiento, por donde pasa como un meteorito, parando justo el tiempo para realizar los
trabajos de asimilación. Renunciando a la felicidad ultraterrena, los cuerpos superiores mueren
voluntariamente y el Ego se encuentra en posesión de unos átomos-germen que piden nueva
vida.

El que tiene menos prisa puede consumir centenares de años nuestros en las regiones
superiores del mundo de Deseos, para beneficiarse de un derecho que nos asiste a todos: el de
descansar después de haber bregado en el mundo físico. Allí será feliz con la gente querida y
con los que se encuentran en afinidad con él y su átomo-germen se impregnará de lo positivo
que resulta buscar en la vida aquello que une. Luego, cuando pase al mundo del Pensamiento,
también puede utilizar su derecho al descanso y pasar allí varios siglos. Después, cuando el
Ego recupere sus átomos-germen, si carecen de inquietud de nueva vida, puede guardarlos
hasta que la ley le obligue a ponerlos de nuevo en circulación y el Ego produzca una nueva
vida.

Pero debemos apuntar que la gente cada vez tiene más prisa por aprender y se están
acelerando los procesos en todos los niveles.

De acuerdo con lo dicho, podría afirmarse que la masa sin inquietudes tarda en volver. Los
demás aparecerán en lapsos más o menos largos según la intensidad de su afán de vida o
según el tiempo que pierdan en apurar la felicidad después de la muerte del cuerpo físico.

Ahora todo sucede de forma acelerada. Así, nuestras acciones, sentimientos y pensamientos
tienen una repercusión inmediata en nuestro entorno.

Pongamos el ejemplo de Ricardo un empleado de banca que decidió jubilarse anticipadamente.


Primero se planteó las ventajas y desventajas de su decisión tanto en el ámbito personal como
en el de su empresa. Después, antes de presentar su dimisión a su jefe, estuvo dirigiéndose a él
mentalmente, facilitándole las razones profundas de su cese, con palabras armoniosas, porque
pensaba que así lo estaba preparando para cuando le hiciera el planteo real. La reacción del
jefe fue mucho mejor de lo que había imaginado. Es preciso apuntar que las relaciones entre
ambos eran un tanto crispadas, educadas, pero mostraban dos personalidades antagónicas. Lo
cierto es que Ricardo se quedó muy sorprendido. Su jefe, además de aceptar sus condiciones,
le elevó la cuantía de la indemnización.

La proyección de sus pensamientos hacia el jefe tuvo una respuesta inmediata: la buena
disposición de éste. Ahora bien, en el sentido contrario también funciona. Si se emiten
sentimientos negativos, de envidia, de rabia, de celos... hacia una persona, esta los recibe de
inmediato y actuará en consecuencia. Pero como la emisión es silenciosa, nos extrañaremos
cuando se produzca un rechazo o un mal gesto por parte de dicha persona y ese movimiento
puede incluso servirnos como argumento para arremeter con más dureza contra ella. Al final, el
asunto puede convertirse en un bucle sin salida, que seguiremos alimentando hasta que una de
las dos personas utilice el corrector universal: el perdón.

El sueño

Anteriormente hemos dejado el Ego en posesión de los


átomos-germen de sus cuerpos recreándose en la región
Abstracta del mundo del Pensamiento, llamada también
mundo del Espíritu Humano. Pasado un tiempo, que como
hemos dicho puede alargarse más o menos, el Ego siente la
exigencia de nuevas experiencias que le permitan avanzar
hacia la perfección. Esa necesidad se presenta en forma de
sueño. El Ego "sueña" su nueva vida terrestre, ve las imágenes de las experiencias
fundamentales que contendrá, sin detalles, y ese sueño-deseo lo incita a introducir el átomo-
germen del cuerpo del pensamiento en la región del Pensamiento Concreto.

En el orden práctico, si seguimos la ley de “como es arriba es abajo”, diríamos que antes de
realizar un proyecto deberíamos soñarlo, es decir, configurarlo en nuestra imaginación. Se trata
de crear la imagen de lo que deseamos con el máximo de detalles posible, porque esa imagen
ayudará a que se cumplan nuestros propósitos.

El descenso

El Ego impone a sus distintos cuerpos el programa procedente de los mundos espirituales, sin
que ello prive a la personalidad física, la que finalmente lo vivirá, de gozar de una total libertad
de movimientos. El proyecto espiritual es amplio y deja abiertas a la personalidad física todas
las opciones. El programa puede consistir, por ejemplo, en una frase: "debes aprender
medicina". La personalidad mental puede revelarse contra ese mandato, nacer en una familia de
médicos y ser contestatario, decidiendo irse de peregrinaje en lugar de asistir a los cursos. Todo
ello redundará en una pérdida de tiempo y al regresar a su Ego como átomo-germen, éste le
dirá: “como has faltado a tu programa, en una próxima vida deberás realizarlo en condiciones
mucho más difíciles.”

Se inicia entonces el camino de descenso en sentido inverso al seguido en el periodo de


ascenso hacia el Ego. Es decir, el átomo-germen del cuerpo del pensamiento atraviesa la cuarta
Región, donde se encuentran las Fuerzas Arquetipales del intelecto, atrayendo hacia él, a la
manera de un imán, la materia de esta elevada Región. Según el poder de atracción del átomo-
germen, aspirará hacia él más o menos materia de esta Región. Por consiguiente, su futuro
intelecto será más o menos vigoroso y activo con arreglo a lo que suceda en este periodo de
formación.

Ese poder de atracción de materia-intelecto, dependerá de lo activo que haya sido el intelecto
en la vida anterior. Las distintas partes del cuerpo mental, lo mismo que ocurre con el cuerpo
físico, se hacen vigorosas con el ejercicio. Los que ejercieron de forma activa el pensamiento en
la pasada vida, en la resolución de sus problemas humanos, tendrán un átomo-germen muy
poderoso y atraerá hacia el futuro cuerpo mental gran cantidad de materia de esa Región.

Ya provisto de componentes de la cuarta Región, el átomo-germen adquirirá materia de la


tercera Región; después lo hará en la segunda y la primera siempre mediante el procedimiento
ya descrito de succionar el material de esas Regiones a la manera de un imán. Las capas de
materia toman la forma de una campana, abierta por la base y cerrada por la cúspide, donde se
sitúa el átomo-germen. El envoltorio que corresponde a la cuarta Región del mundo del
Pensamiento quedará al exterior y los demás envoltorios irán disponiéndose en el interior de
esa "campana."

Ese nuevo cuerpo Mental será el resultado de las actuaciones anteriores, de las experiencias
recogidas por los cuerpos, y de las conseguidas por el Ego en los mundos superiores en que
evoluciona.

Podríamos decir que quien consigue más es el que más tiene, aunque con la salvedad que todo
el mundo tiene la posibilidad de acceder al mismo conocimiento. El mundo del Pensamiento
está compuesto de infinitos escalones, cada uno da paso a unas enseñanzas determinadas.
Para obtenerlas, basta con conseguir que el cuerpo mental vibre a la frecuencia que
corresponde a tal o cual escalón. Sería como decir que sólo entran a ver un espectáculo los que
han conseguido entradas. Por ello el conocimiento, cuando sale del ámbito cultural, asequible a
todos, es siempre personal y subjetivo en su manifestación, pero es objetivo en su esencia. Es
decir, todas las personas que se elevan a un determinado plano, comprenden la verdad que
contiene de la misma manera.

La estructura del nuevo cuerpo mental condicionará la futura actuación del individuo en el
mundo. Si el envoltorio con materia de la cuarta Región es el más vigoroso y abundante, la
persona se orientará intelectualmente hacia el estudio de lo abstracto, del arte, del esoterismo,
de lo que está más allá de las demostraciones científicas. Si es la materia mental de la tercera
Región la que domina, como allí se crean los arquetipos de los Deseos y de las Emociones, el
individuo se interesará intelectualmente por comprender cómo funcionan los mecanismos
emotivos de las personas y trabajará en la psicología, por ejemplo. Si es la segunda Región la
que se impone, la de los Arquetipos de la Vitalidad Universal, el individuo se interesará por las
ciencias, por la comprensión de los mecanismos que permiten el funcionamiento de la vida,
quizá la biología le llame. En cambio, si es la materia de la primera Región, la de los Arquetipos
de la Forma, la persona se orientará hacia el estudio de las formas físicas, de sus compuestos,
de su evolución. Las formas, incluida la humana, ejercerán sobre él una auténtica fascinación,
tal vez se oriente hacia la arquitectura.

Los componentes del cuerpo Mental constituyen una


estructura variable y una vez en la tierra podemos
modificar su composición según el uso que le demos. Si
una persona con carga de sustancia mental de la
primera región muy intensa, se interesa asiduamente
por lo abstracto y deja de utilizar el material de que
dispone para investigar en el dominio de las formas
físicas, los componentes de esa Región irán
disminuyendo, mientras que los átomos procedentes de
la cuarta Región irán aumentando.

Sin embargo, es evidente que la composición básica del


cuerpo mental condiciona al individuo, puesto que le da
facilidades para ciertas cosas y pocas aptitudes para
otras. La cuestión sería saber lo que es mejor para un
ser en evolución: si utilizar las fuerzas mentales según
su predisposición natural o si esforzarse por eliminar
material procedente de las regiones inferiores del
mundo del Pensamiento para adquirir material de las
superiores.

La contestación correcta es que ninguna norma permite saberlo a priori y que dependerá del
planteo evolutivo de cada ser. En principio, los átomos que componen el tejido evolutivo de la
cuarta Región, que facilitan el estudio de lo abstracto, permiten comprender de forma intuitiva
todo lo demás. Pero este tipo de comprensión por si sola resulta insuficiente, ya que es preciso
asimilar las experiencias realizadas con la materia, y los materiales de las demás regiones
permiten a la inteligencia descender al mundo de Deseos, al Etérico y al Físico y sacar
deducciones prácticas de los fenómenos de la vida. Pero puede ocurrir lo que sucede también
con la gente que se encadena a una raza, que una persona sabia se haya identificado tanto con
su personalidad intelectual, que en una nueva vida herede un cerebro que es prácticamente la
reproducción del anterior. Para este individuo resultará una gran ventaja ser capaz de cambiar
los compuestos de su cuerpo Mental, ya que de otro modo está condenado al estancamiento, al
atasco evolutivo y tal vez a la muerte prematura.

Formado el cuerpo mental de la futura existencia, el átomo-germen del cuerpo de deseos entra
en funciones y empieza a recoger materia de la séptima Región del mundo del Deseo, por el
procedimiento ya descrito. En ella se encuentra la sustancia que le permitirá ejercer poderes
espirituales y elevarse a la contemplación de realidades superiores. Es de esa Región que los
místicos obtienen sus visiones sublimes. Un envoltorio abundante de esa materia permitirá al
individuo, en su futura vida terrestre, permanecer en contacto visual y sensorial con altas
jerarquías, ángeles, por ejemplo, u otros guías.

El átomo-germen del cuerpo de deseos pasa luego a recoger materia de la sexta Región,
denominada Luz del Alma, porque esos ingredientes permiten ver con claridad en los
sentimientos y discernir lo que es bueno y lo que causa dolor.

En la quinta Región, la denominada Vida del Alma, recogerá materia que le permitirá vivir con
más o menos intensidad las experiencias emotivas y sacar provecho de ellas.

En la cuarta Región adquirirá materia que le dará la capacidad de sentir, de ello dependerán sus
facultades para apreciar por un determinado acontecimiento interés o indiferencia. Si suscita
interés, el evento se incorporará a nuestra vida y nos aportará un fruto experimental. En cambio,
si causa indiferencia, se apartará de nuestro camino sin traernos nada, ni positivo, ni negativo.

Si la composición del cuerpo mental condiciona a la persona, la del cuerpo de deseos creará un
segundo condicionamiento, que actuará con mucha más fuerza porque para nosotros es un
cuerpo más viejo, más organizado. Existe una correspondencia entre el mundo de Deseos y del
Pensamiento.

La séptima Región, denominada Poder del Alma, permite elevar los sentimientos hasta el mundo
Mental y se encuentra en afinidad con la cuarta Región del mundo del Pensamiento.

La sexta Región, llamada Luz del Alma, se encuentra en afinidad con la tercera Región del
mundo del Pensamiento, la de los Arquetipos de los Deseos.

La quinta Región está relacionada con la segunda del mundo del Pensamiento, la de los
Arquetipos de la Vitalidad Universal.

La cuarta Región está relacionada con la primera del mundo del Pensamiento, la de los
Arquetipos de la forma.

Si el porcentaje de materia de cada región del mundo de Deseos guardara una proporción de
equilibrio con la correspondiente del mundo del Pensamiento, tendríamos que el cuerpo de
Deseos sería la perfecta copia del superior y se produciría un sincronismo entre el pensar y el
sentir. De esta manera cuando la mente manifestara su interés por una cuestión, los deseos se
movilizarían al servicio de ese impulso y todo marcharía en la vida del individuo como una seda.

Esta información puede liarnos un poco, pero se trata de retener lo fundamental, que en este
caso es saber que nuestros diferentes cuerpos tienen un periodo y un proceso de formación y
que estos dependen del bagaje propio de cada ser humano.
Quizá nos
ayude pensar
que la bajada al
mundo físico
puede
compararse al
recorrido que
efectúa una
persona por un
supermercado,
se aprovisiona
de todo lo
necesario para
el próximo
periodo.
Recorremos la
sección de fruta
(mundo del
Pensamiento) y
recogemos los
víveres necesarios; después nos detenemos ante el pescado (mundo de Deseos) y nos
abastecemos, hasta que tengamos lo esencial. Aunque recordando que nuestro dinero (los
materiales a los que podemos acceder) está limitado, en función de lo que hayamos ganado en
los años de trabajo (la anterior vida.)

Después de pasar por las regiones superiores, el átomo-germen va a recoger materia de las tres
regiones inferiores del mundo de Deseos. Según sean los deseos que haya alimentado, esta
parte de su cuerpo de deseos será más vigorosa y ejercerá mayor presión en su futura vida.

Se sabe que el ser humano empezó su peregrinación por estas regiones, debido al
incumplimiento de la ley del sacrificio cuando se encontraba en el estadio paradisíaco. Todo lo
que es disconforme a las leyes del universo tiene que desaparecer y, ¿cómo conseguirlo en los
mundos en los que todo es armonía, cohesión, amor? Era necesario crear unas regiones en las
que reinara la fuerza destructora, capaz de reducir a picadillo aquello que era contrario a la
propia evolución. Los luciferes, que se habían visto excluidos del orden natural al negarse a
rebajar su potencial en el Tercer Día de la Creación, se comprometieron a trabajar en esas tres
nuevas regiones inferiores.

El ser va penetrando en ellas a medida que se hace patente su incapacidad de renuncia y


sacrificio, saliéndose de la órbita de las leyes naturales. Una vez en la "tierra" de las
destrucciones, la violencia generará una violencia cada vez mayor, de modo que en el periodo
involutivo el hombre cargará progresivamente con cantidades crecientes de materia, que luego
deberá eliminar al pasar por esas regiones en el viaje de retorno hacia el Ego Superior.
Pero las acciones a que ha dado lugar la presencia en su cuerpo de deseos de ese material,
deberán ventilarse en el mundo Físico y, como lo de arriba es igual a lo de abajo, esas acciones
serán violentas, destructoras, repulsivas. Por ello los grandes maestros que han pasado por
nuestra tierra aconsejan evitar devolver la violencia cuando somos atacados, ya que de esta
forma se liquida la deuda sin engendrar una nueva, que nos obligará a vivir futuras violencias.

Los luciferianos son los encargados de suministraros los materiales necesarios para el cuerpo
de deseos en lo que se refiere a las tres regiones inferiores. Como sus colegas los ángeles,
pondrán en nuestro cuerpo el material-destrucción programado por nuestro átomo-germen. Este
material se presenta, como todo en el universo, en dos polaridades, positiva y negativa. Una
carga positiva nos hará agentes de la violencia. Una carga negativa nos convertirá en pacientes,
o sea, víctimas de la violencia. Si somos víctimas es porque antes hemos sido verdugos y las
agresiones que suframos reclamarán venganza. Y así se producirán ciclos y más ciclos, hasta
que un día decidamos romper el cerco infernal de la violencia. Esa ruptura sólo puede
producirse a través de nuestro perdón.

Todo cuanto sucede alrededor del ser humano tiene su base de aprendizaje. Si un verdugo
nunca fuera víctima tendría tendencia a repetir su actuación una vez tras otra, con el
consiguiente retraso evolutivo. Pasar a ser la víctima le permite avanzar, porque después de esa
representación es probable que lo piense antes de volver a ejercer de verdugo.

Pero como hemos dicho podemos romper el bucle. El perdón borra la ofensa, anula el “castigo”
que debería sufrir el agresor y el impacto espiritual que produce en él lo limpia de la materia de
esa baja región del mundo de Deseos, permitiéndole el acceso a mundos más elevados.

Esto produce una reacción en cadena en todo el universo, ya que el antiguo agresor beneficiario
del perdón, al trasmutarse su naturaleza, también él se encuentra en condiciones de perdonar a
los que le han ofendido, y estos a sus agresores en un proceso sin término que desintegra la
fuerza destructora de las bajas regiones del mundo del Deseo.

El perdón concedido al enemigo es pues la piedra angular de todo proceso evolutivo. Cuando
una persona es capaz de perdonar, la Involución ha llegado a su fin, el sistema de valores por
los que se había regido cambia y el ser abre los ojos a los mundos de arriba.

Lección 5 El retorno
La fuerza del destino
Cada cual debe ir encajando las piezas en su
rompecabezas particular. Así, cuando uno se muere es
como si subiera en globo, debe desprenderse de todo el
lastre acumulado con sentimientos destructivos y
pensamientos sombríos y dolorosos para poder subir.
Cuando llega arriba se encuentra con el jefe, el Ego
Superior, le reporta sus experiencias y éste lo manda de
regreso a por más. En el camino de descenso es
preciso pasar por el súper del cosmos y cargar con
nuevos materiales para que el globo descienda.
Debemos puntualizar que las regiones inferiores del mundo de Deseos son kármicas, es decir,
desde arriba nunca se ejerce presión alguna para que ese material sea incorporado al cuerpo de
deseos del individuo. Un Ego Superior jamás le dijo a su personalidad material: "Te voy a poner
un fajo de materia que obedece a la fuerza de repulsión, y vas a ver como experimentas". Es
fácil comprender que estos elementos destinados a ser destruidos, son obra de nuestros
errores, del empeño que ponemos en dar un paso hacia delante y dos atrás.

En cada vida hemos ido recogiendo materiales ajenos a las leyes cósmicas, del mismo modo
que cada día ingerimos materia imposible de digerir por nuestro organismo y nos vemos en la
obligación de evacuarla. Esa materia debe ser destruida por la imposibilidad de ser incorporada
a ninguna región de los mundos espirituales, y así el Ego se ve obligado a cargar con una parte
de materia a liquidar.

Si los errores del pasado sólo nos concernieran a nosotros, resultaría más sencillo, ya que nos
serían extirpados en el viaje de retorno hacia el Ego. Pero cuando el error entraña
responsabilidades respecto a nuestros hermanos de cordada, la eliminación del mal debe tener
lugar en el mundo físico, puesto que allí fue plantado. Todo tiene que salir por la puerta por la
que ha entrado. En el mundo de Deseos, sólo podemos liquidar las deudas relacionadas con los
deseos y emociones; en el Mental liquidamos los errores mentales.

Pero cuando hemos cometido algún crimen, robo, estafa, explotación del prójimo, arruinado
físicamente, herido, maltratado a un semejante, los efectos físicos de esa forma de obrar sólo
podrán ser liquidados en el mundo Físico. De ahí la necesidad de que existan las bajas regiones
del mundo de Deseos, ya que en ellas nos motivarán para que nos orientemos hacia situaciones
donde impera la fuerza destructora de repulsión. De este modo, el criminal se verá impulsado
hacia una situación de víctima; el ladrón hacia una situación de ser robado; el explotador de
explotado, etc. La Ley de Equilibrio exige que cada ser viva, desde el otro polo, la situación que
él creó fuera de toda norma. (Esta Ley puede saltarse con el perdón del ofendido y la toma de
conciencia del que ofende).

Siguiendo el circuito, ya tenemos un cuerpo mental y un cuerpo de deseos reconstituidos. Ahora


ambos se encuentra en el umbral de la vida física, en busca de un cuerpo físico que les permita
manifestarse.

A partir de aquí las cosas se vuelven un poco más complejas, puesto que los cuerpos antes
descritos están organizados como simples envoltorios. En cambio el cuerpo físico se encuentra
sumamente elaborado y, además, el átomo-germen debe ir a recoger sus materiales en el
interior de otro cuerpo físico (el de la madre.) Se necesita, pues, que todo el sistema vele para
que ese futuro cuerpo físico encuentre los materiales necesarios a su nueva manifestación.

Los señores del destino y los ángeles archiveros

Ahora entran en funciones los Señores del Destino, que pertenecen a la generación de los
Ángeles y colaboran con los llamados Ángeles Archiveros, los encargados de llevar los registros
de las vidas anteriores.

El Ego, en su "sueño" de nueva vida, se ha propuesto que sus vehículos vivan cierto tipo de
experiencias aún pendientes de realizar, pero sin tener en cuenta las deudas que sus cuerpos
mortales dejaron en sus peregrinajes por la tierra. Sucede lo mismo con los padres, a menudo
sueñan que sus hijos serán médicos, abogados o ministros, sin tener en consideración el criterio
de sus vástagos, que estará influido por las necesidades de su destino.

Los Ángeles Archiveros, con la Memoria de las Vidas en la mano, leen al Ego “la cartilla”, con la
suma de acciones iniciadas con anterioridad y que necesariamente deben concluir.

Entonces el Ego decide, con toda lucidez, la parte de las cuentas que serán pagadas; es decir,
la parte de Destino comportando acontecimientos que le será necesario vivir en sus cuerpos y
contra los cuales nada podrá su voluntad.

Cada persona inicia una nueva vida con deudas, pero unas serán vividas de forma negativa y
otras de manera positiva, porque las deudas comprenden las propias y las de los demás hacia
nosotros.

Establecido un acuerdo entre el Ego y los Ángeles Archiveros, estos traspasan sus dossiers a
los Señores del Destino, a fin de que encuentren al alma en trance de encarnación un
medioambiente propicio a la expresión de la voluntad del Ego y al pago de la cuenta pendiente
que éste ha aprobado, con cargo al Destino.

O sea, que de casualidad nada, venimos ya en cierto modo predestinados, y resultará imposible
saltarse el pago de una deuda. Sólo podemos hacerlo si conseguimos el perdón del acreedor.
Pero si en lugar de mirar las deudas desde una perspectiva de morosidad, lo hiciéramos
pensando que son experiencias, viviríamos el proceso de una forma mucho más natural.

Con esta base, los Señores del Destino se pondrán a trabajar, empezando por la construcción
de un cuerpo vital, ese apéndice del cuerpo físico que permite expresar en el mundo físico las
potencialidades del cuerpo de deseos y del mental.

En busca de unos padres

En el umbral del mundo material, el Ego pierde ya sus derechos, por así decirlo, y la dinámica
de sus vidas anteriores es la que domina. Su primer problema será el de encarnar. Si en otras
vidas, la personalidad física ha actuado de forma débil, sin cosechar ni grandes amores ni
grandes odios, es probable que sean pocos en el mundo físico los que deseen su presencia.

El deseo de alumbrar una vida se produce siempre cuando la persona que viene al mundo y la
que le ofrece su cuerpo están ligadas por una relación anterior. El que ha amado mucho, el que
ha suscitado grandes amores, encontrará en la tierra alguien que muestra el deseo de acogerlo
y que lo anhelará con todas sus fuerzas. Esa apetencia "forzará" al encarnante a construir allí su
nido humano, tal vez contraviniendo los planes de su Ego. Lo mismo le sucederá a alguien que
haya suscitado muchos odios: sus antiguos enemigos pueden desear con fuerza que aparezca
en sus vidas para ajustarle las cuentas. Los tibios, en cambio, se encontrarán en el umbral de la
vida sin que nadie se entusiasme por ofrecerles asilo.
Por lo general, se trata de un procedimiento inconsciente, instintivo. Los futuros padres llaman
en sueños (en el mundo de Deseos) al alma que quieren recibir, pero su desconexión al
despertarse convierte
el proceso en
inconsciente.

Resulta especial el
momento en que los
antiguos conocidos se
encuentran, se
reconocen y unen de
nuevo sus fuerzas
para la edificación de
una obra humana.

Cuando un vínculo de
este tipo existe,
incluso el karma
individual puede
liquidarse en común,
de manera que si uno
de los miembros de
esa cadena de
solidaridad tiene una
cuenta adversa a
pagar, el amor que por él sienten los demás puede forzar el Ego a abandonarles su vehículo
físico, que ellos cuidarán, mimarán, protegerán y le darán finalmente, por la vía de la razón,
esas experiencias amargas que debe vivir en su piel. El amor es una medicina universal que
limpia de todos los errores y todo ser humano contiene el amor en potencia y cuando esa
potencialidad se dinamiza y actúa, la persona tiene el poder de perdonar los errores de los que
se aproximan a su esfera, de los que lo amaron y lo odiaron.

Pero volvamos al proceso en sí. La tarea de los Señores del Destino, cuando llega a ellos un
alma en solicitud de encarnación, es de una gran complejidad. Su primer trabajo consiste en
buscar al reencarnante unos padres. Si existen lazos kármicos que lo unan a sus futuros padres,
estos se encargarán de la custodia de su futuro hijo sin problemas: bastará con localizarlos en
la parte del mundo en que se encuentren. Pero es posible que el destino particular de esos
futuros padres los haya situado, uno en una ciudad y otro muy lejos de allí. Entonces los
Señores del Destino deberán procurar unirlos, inspirando a uno de ellos la idea de un viaje, de
una expatriación, que permita entrar en contacto con el otro elemento. Todo ello deberá ser
llevado a cabo sin violentar el destino particular de esos padres y de acuerdo con sus
necesidades evolutivas.

En realidad, la tarea de los Señores del Destino se parece al trabajo de un novelista, todos los
personajes deben encajar de una forma natural y creíble. La diferencia es que estos últimos
manejan personajes imaginarios, mientras que los Ángeles del Destino trabajan con seres
reales. El novelista, en definitiva, se estaría preparando para desempeñar el papel de Señor del
Destino.

Esto podría llevarnos a pensar que somos títeres en manos de los Señores del Destino, pero
disponemos de una absoluta libertad en la elección de nuestros propósitos. La labor de los
Ángeles del Destino consiste en presentarnos opciones susceptibles de canalizar nuestros
movimientos hacia un punto de confluencia, en el cual dos seres se encontrarán para realizar la
historia hacia la que tienden sus almas. La fuerza de esta libertad es tan intensa, que todos los
que han tenido experiencias en el mundo literario saben que los personajes, una vez creados,
"se encapan", huyen del propósito del autor y acaban dictándole, por así decirlo, su propia
historia. Al crear un personaje, el autor crea al mismo tiempo un Artificial en el mundo de
Deseos y éste se alimenta con la vida que está en afinidad con su forma de ser y puede
revelarse contra el novelista que lo creó.

Si tomamos el aspecto práctico de lo dicho, cuando nos encontramos en un escenario difícil,


convencidos de que las circunstancias (o los demás) mandan en nuestra vida, debemos
reconsiderar la situación con el convencimiento de que tenemos suficiente libertad y fuerza,
para cambiar la orientación de los acontecimientos.

Volviendo a lo que ya hemos apuntado con anterioridad, los lazos kármicos que atan a los
padres pueden ser de odio o de amor. El que en una existencia anterior ha dado muerte a una
persona, puede tener la obligación, en la próxima, de darle vida, de modo que es fácil que se
convierta en su madre. Pero, del mismo modo, dos personas que se hayan amado mucho,
también pueden encontrarse vinculadas por ese amor que les obligue a nacer en la misma
familia.

Cuando ningún lazo kármico obliga a un individuo a relacionarse con otro, ni el otro a cargar con
la vida del reencarnante, los Señores del Destino eligen, de acuerdo con las necesidades del
Ego, la familia que ha de darle la máxima oportunidad de experimentar las pruebas que ha
escogido.

Que un individuo nazca en una familia determinada, nunca es una casualidad, sino una
necesidad. Quien viene al mundo en una casa pobre, es porque una exigencia evolutiva lo ha
llevado allí y en ningún caso hubiera podido nacer en el seno de una familia rica. Sólo la
ignorancia de este mecanismo lleva
a ciertos hijos a culpar a sus padres
de haberlos traído al mundo en un
ambiente de miseria. Si ha sido así,
es porque ellos necesitaban
conocerla, del mismo modo que con
anterioridad habrán conocido la
opulencia o la encontrarán en una
posterior encarnación.

Parece que si se nos facilitara esta


información podríamos entender
mejor nuestra vida, pero los seres
humanos estamos todavía poco
preparados para asimilar nuestro
pasado sin que ello produzca
desajustes en la vida actual. Y por
otro lado, imaginemos a una persona
a quien le comunicamos que sus
problemas actuales son debidos a
actuaciones del pasado, su reacción
podría ser la de aceptar esa
situación con resignación, sin mover nada para remediarla por estar convencida que se lo
merece. Perdería así un tiempo valioso de evolución.

Las desgracias que puedan sucederle por actuaciones del pasado son solamente experiencias a
vivir, debe asimilarlas y superarlas, ir más allá, porque a nadie se le obliga a ser desgraciado.
Todos venimos a la tierra dotados con las herramientas necesarias para conseguir el éxito y la
felicidad. La principal trampa con la que puede encontrarse nuestro personaje es la tendencia a
repetir los errores que le llevaron a acumular facturas en ese pasado. En tal caso su destino le
frenará, imposibilitando su avance hasta que decida cambiar de actitud. Tenemos la mala
costumbre de utilizar el karma como justificación de desgracias y sólo representa un punto del
camino, un tropezón que debe ser superado, pero siempre mediante un cambio de
comportamiento.

Por otro lado, y volviendo a la reflexión anterior, los lazos kármicos explican a la perfección el
problema de las familias que apenas se entienden. Si el odio y el crimen vinculan, es evidente
que las personas que nacen en el seno de una madre que en una vida pasada los maltrató, se
sentirán poco queridos en esa familia. El antídoto, como hemos comentado ya, es el amor y el
perdón.

La pregunta que uno se formula entonces es: ¿cómo se perdona un suceso que ni siquiera eres
consciente de haber vivido? Se trata de perdonar de oficio. Es decir, cuando nos damos cuenta
que mantenemos una mala relación con una persona, sin que en principio haya mediado
provocación ni exista un motivo razonable, dediquemos unos minutos al día, durante una
semana, a pedirle perdón y a perdonarla mentalmente. Experimentaremos resultados
sorprendentes. ¿Por qué una semana? Si la creación se ha programado para siete días,
significa que en ese periodo se puede conseguir cualquier cambio o transformación en el ser
humano o en sus circunstancias.

Los lazos kármicos también son extensivos a un país, al que nos ligaría un karma colectivo. Y si
en el pasado histórico una nación ha exterminado a otra, es fácil que en un futuro, la nación
exterminante deba dar la vida o acoger a los que eliminó.

Los encarnantes procedentes de la matanza histórica, serán conducidos por los Ángeles del
Destino a la región conflictiva de la nación que los exterminó, a fin de que encuentren en ella
argumentos lógicos para intentar diezmar a sus antiguos diezmadores.

Los recuerdos siempre tratan de escalar posiciones, de abrirse una puerta en nuestra
conciencia. Sería bueno aprovechar este momento para preguntarse si tenemos alguna factura
pendiente con alguien de nuestro entorno. Estamos a tiempo de perdonarle y de pedirle
perdón...

Usted se ha autentificado como Jairo de Jesus Buendia Bolon (Salir)


Lección 5 El retorno
Los 4 éteres
Antes de buscarle casa al reencarnante, los Señores del Destino se ocuparán de construirle un
cuerpo Vital. Está formado por elementos de las cuatro regiones superiores del mundo Físico,
constituyendo la parte superior de nuestro organismo físico.

Mundo Físico:

- Región Etérica
- Éter Reflector
- Éter Luminoso
- Éter de Vida
- Éter Químico

- Región Química
- Gases
- Líquidos
- Sólidos

El cuerpo Vital está compuesto por cuatro Éteres de distintas densidades. Esta denominación
nada tiene que ver con los compuestos químicos del mismo nombre (éter), sino que se refiere a
una esencia vaporosa, impalpable, tenue, que rodea toda materia, pero imposible de ser
analizada en laboratorios. Las personas que han desarrollado una visión de otros mundos (los
videntes) ven de forma clara el "doble etérico" de las personas, sobrepasando unos centímetros
su silueta física.

Los cuatro éteres se denominan, de superior a inferior:

4°.- Éter Reflector


3°.- Éter Luminoso
2°.- Éter de Vida
1°.- Éter Químico.

El cuerpo Vital constituye el vehículo a través del cual los cuerpos superiores conectan con el
cuerpo físico. Sin el cuerpo Vital, permaneceríamos tan inanimados como las piedras.

El éter reflector

El Éter Reflector es el encargado de conectar la cuarta


región del mundo del Pensamiento, donde se encuentran las
fuerzas arquetípicas de la Mente, con el cerebro físico. Este
Éter tiene dos polos: por el positivo, el Ego transmite su
pensamiento a su personalidad mortal y por el negativo la
memoria de la vida es transmitida al Ego. Si el Éter Reflector
es débil o poco abundante, el pensamiento difícilmente
consigue manifestarse a su vehículo físico.

La memoria es una facultad de la mente. Adquirimos la


posibilidad de recordar cuando nos fue incorporado el
cuerpo del pensamiento, que en la Biblia se describe con la historia del Maná cayendo del cielo,
después que el pueblo Elegido hubiera atravesado el Mar Rojo. El hombre anterior a Moisés era
capaz de pensar, ya que monumentos como las pirámides de Egipto y los templos de la India y
China prueban que en aquella época coordinaba bien sus ideas. Pero se trataba de un
pensamiento cósmico, al que el hombre primitivo tenía acceso, del mismo modo que el niño
tiene acceso al pensamiento de sus padres antes de conectar con su propio cuerpo del
pensamiento, lo cual sucede, de forma aproximada hacia los veintiún años, pero dejemos este
tema para más tarde.

Los científicos se encuentran con problemas a la hora de explicar dónde se almacena la


memoria. Durante un tiempo se creyó que se encontraba en el cerebro o en las neuronas, pero
en algunos ensayos, al extirparse ciertas unidades que se suponía encerraban una determinada
memoria, se dieron cuenta que el individuo seguía recordando por igual.

La memoria pertenece al mundo del Pensamiento, del cual el cerebro es un mero instrumento
operativo.

Las experiencias de la vida producen una memoria, que a través del Éter Reflector transita
hacia arriba y cuando es necesario recordar algo, el Ego Superior, que dispone de esa memoria,
envía el recuerdo por el canal de dicho Éter. Por lo tanto, podría decirse que la memoria
aparece y desaparece del cerebro de acuerdo con las necesidades operativas.

Los animales, que carecen de cuerpo del pensamiento, tampoco tienen memoria. Sin embargo,
el cuerpo de Deseos posee una facultad similar a la memoria: la de crear imágenes que se
graban por todas partes, comenzando por nuestra propia sangre.

Los elefantes, por ejemplo, tienen una capacidad especial para retener imágenes, una especie
de retentiva visual que la gente asocia con la memoria.

El éter luminoso

El Éter Luminoso conecta con la tercera Región del mundo del Pensamiento, donde se
encuentran los Arquetipos de los Deseos y de las Emociones, con el corazón físico. Por su polo
positivo produce el calor, el movimiento, la circulación de la sangre; por su polo negativo da vida
a los sentidos, permitiendo las funciones de la visión, oído, tacto, olfato y gusto.
Podríamos decir que el Éter Luminoso es el Sol que luce en nuestro interior. Cualquier
perturbación o debilidad de este Éter puede repercutir en los sentidos físicos, privándonos de
uno de ellos; o en nuestra actividad, condenándonos a ser indiferentes, inactivos o tibios.

El éter de vida

El Éter de Vida conecta la segunda Región del mundo del Pensamiento, donde se
encuentran los Arquetipos de la Vitalidad Universal, con los órganos sexuales
físicos. Es el conductor de las fuerzas que tienen por objeto el mantenimiento de
la especie, la fuerza de propagación. Por su polo positivo el Éter de Vida actúa en
la hembra durante el periodo de gestación, capacitándola para realizar el trabajo
de crear un nuevo ser. Por otro lado, las fuerzas que
actúan sobre el polo negativo capacitan al macho para la producción de
semen.

Por su polo positivo, el Éter de Vida produce seres humanos varones,


mientras que las fuerzas que trabajan sobre el polo negativo generan
hembras. La debilidad o escasez de ese Éter puede causar la impotencia, la frigidez y la
esterilidad.

El éter químico

El Éter químico conecta la Región del mundo del Pensamiento, donde se


encuentran los Arquetipos de la Forma, con el bazo, que es la puerta de entrada
a partir de la cual cada tipo de energía se distribuye por el cuerpo. Por el polo
positivo ejerce las funciones de asimilación de los alimentos y por el polo
negativo trabaja en las funciones de excreción. La defectuosidad de ese Éter
produce un estado de mala salud general en el cuerpo.

Una vez formado el cuerpo Vital, su átomo simiente se une a los átomos-gérmenes del cuerpo
de Deseos y del cuerpo Físico para formar el Cordón Plateado, a cuyas funciones en el
momento de la muerte ya nos hemos referido antes.
El equilibrio

Necesitamos que funcionen los cuatro éteres para lograr un equilibrio, ¿pero cómo se consigue?
Los cuatro éteres se encuentran disueltos en el ser humano, cada uno ocupado en sus
funciones. En el mundo del Pensamiento, las reservas de material que las alimenta son infinitas
y ello permite reponer inmediatamente el tipo de Éter que el individuo esté utilizando. Una
persona que coma enormemente necesitará mucho Éter Químico, para los trabajos de
asimilación y expulsión, de modo que le será facilitado en cantidades industriales, pero en
detrimento de los demás éteres, ya que mientras el Éter Químico trabaja, los demás se ven
mermados en sus capacidades o laboran en malas condiciones.
Pongamos un ejemplo. Si dedicamos mucho tiempo a la actividad profesional, nos quedará poco
espacio para divertirnos y es fácil que incluso carezcamos de ganas de hacerlo.

Lo mismo ocurrirá con la persona que utilice mucha fuerza sexual. Recibirá una enorme
cantidad de Éter de Vida para cubrir sus necesidades, lo cual estimulará más su apetito sexual,
en detrimento de las funciones propias de los demás éteres.
Finalmente, el que desarrolle su vida emocional y su vida intelectual también recibirá grandes
cantidades de Éter Luminoso o Reflector y, por consiguiente, se reducirá su vida sexual y su
apetito por los manjares.

Los que han consumido en gran cantidad los dos éteres inferiores durante una vida se
encontrarán, en la próxima existencia, con un cuerpo etérico que los posee en gran abundancia
y que tiene poca materia de los éteres superiores, de modo que por robusto que sea su cuerpo
mental, sus dictámenes llegarán muy débilmente a su organismo físico. Y a la inversa, los que
han hecho gran consumo de éteres superiores, se encontrarán en la próxima vida con un
vehículo físico que obedece de forma fiel los mandatos de su Ego Superior.

Tenemos total libertad para elegir en cada momento nuestro camino. Pero es preciso
comprender que ningún avance puede tener lugar, en la senda evolutiva, sin dejar lastre, sin
desprendernos de una parte del peso que nos impide flotar, en este caso de los éteres
inferiores, el Químico y el de Vida, y la única forma de lograrlo es dejar de ejercitarlos. Es decir,
comiendo de forma moderada y manteniendo una actividad sexual razonable.

Si la constitución mineral del cuerpo físico depende de los alimentos que ingerimos, de su
riqueza en calcio, en hierro, en fósforo, etc., la constitución del cuerpo vital dependerá
igualmente de nuestro consumo en lo que se refiere a los cuatro éteres. La única diferencia es
que nuestro cuerpo vital es joven y somos incapaces de nutrirlo nosotros mismos, por lo cual es
preciso que nos den el alimento a cucharadas, como hacemos con nuestros bebés.

Los encargados de este trabajo son los ángeles, salvo en lo que se refiere al Éter Químico
(labor conferida a los luciferes.) Ellos ponen a nuestra disposición los fluidos necesarios para el
consumo y de acuerdo con las exigencias de nuestro destino, ya que si en la hoja de ruta figura
alguna anomalía, dichos ángeles nos cortarán el suministro de tal o cual éter o bien nos lo
suministrarán con cuentagotas. También puede suceder lo contrario, que nos lancen un chorro
tal, que en lugar de poderlo utilizar correctamente, quedemos sumergidos en el éter, como aquel
que teniendo sed, en lugar de servirse de una fuente, acudiera a las cataratas del Niágara para
beber en ellas.

Pero nada ocurre de forma automática en el cosmos; todo está personificado por fuerzas que
animan un determinado elemento y lo accionan inteligentemente, de manera que sirva con
exacto rigor para cumplir el programa establecido por la voluntad que lo ideó o que, con su
accionar inconsciente, lo volvió ineludible.
Las fuerzas angélicas llenan los vacíos que hay en nosotros. Si son más profundos de lo que
deberían ser, nos cargan con mucho material; si las compuertas, por el contrario, están
cerradas, nos quedaremos sin el elemento. La contextura etérica de nuestra personalidad,
creada al bajar hacia el mundo físico, es la que determina nuestra capacidad de
aprovisionamiento.

Así pues, los Señores del Destino sacarán de sus archivos la copia anterior del cuerpo vital del
reencarnante y, de acuerdo con ese modelo, construirán su futuro cuerpo vital.

La fecha

Elegidos ya los padres, sólo les quedará encontrar la fecha oportuna para que, según la
posición de los astros, el naciente disponga de las energías necesarias para realizar su
programa, el trazado por el Ego Superior y el exigido por su karma. Y cuando ese momento
estelar se produzca, depositarán el átomo-germen del cuerpo físico en la simiente del futuro
padre para que la fecundación pueda tener lugar.
Si fuera imposible modificar este estado de cosas, pasaríamos toda una vida en la misma
situación, disponiendo de un éter en exceso y viéndoos privados de otro. Pero estamos en el
mundo para cambiar y ese trabajo transmutatorio la humanidad lo realiza de forma inconsciente,
por eso es lento y arduo.
La voluntad humana posee las llaves que abren todas las puertas de sus cuerpos y dispone
igualmente de mando sobre las fuerzas que han de permitirle remodelarse. Ese poder dormita
en nuestro interior y debemos aprender la manera de utilizarlo.

En resumen, disponemos de cuatro éteres para el desarrollo de nuestro cuerpo físico: uno sirve
para la asimilación de alimentos y la excreción; otro para la procreación y la energía sexual; el
tercero para la actividad y los sentidos y el último para pensar. Según hagamos uso de ellos en
mayor o menor cantidad, en la próxima vida nos puede faltar o sobrar alguna de sus cualidades.

Usted se ha autentificado como Jairo de Jesus Buendia Bolon

Lección 5 El retorno
Dificultades para entrar
Existe otra dificultad a salvar en el trance de la vuelta al mundo Físico. Los que anteriormente
se han negado a ser vehículos de la vida, poniendo impedimentos a la fertilidad o abortando por
comodidad, o incluso propiciando de forma intencionada estas actitudes, tendrán dificultades en
reencarnar, porque pocos serán los que se muestren dispuestos a darles vida. Pueden pasar en
esta situación centenares de años, aparcados en el umbral de la vida, en el mundo del Deseo,
esperando con los brazos cruzados esta oportunidad.

Actualmente, en el mundo del Deseo, se encuentran una gran cantidad de almas que la
necesidad de existencia física impulsó hacia el mundo material y que fueron rechazadas por los
que debían ser sus padres al llegar a él. Allí están, con sus otros cuerpos formados, esperando
una ocasión. Esa "oportunidad" entraña sus dificultades, ya que la existencia que va a vivir tiene
que ajustarse a las necesidades del Ego y a las exigencias del destino, habida cuenta de sus
actuaciones anteriores.

Esto obliga a los señores del Destino a realizar otros cálculos, a programar nuevas acciones. Si
el número de ángeles fuera ilimitado, con poner nuevos elementos a trabajar en este sector, la
cosa podría arreglarse. Pero aún siendo muchos, su número, como el de las almas humanas, es
limitado.

La idea de que Dios fabrica seres humanos y ángeles a voluntad es pueril, ya que la inteligencia
nunca puede crearse mediante un acto de magia. De ser así, todo el proceso de evolución del
universo sería algo inútil y la vida se reduciría a un puro juego de Dios. La inteligencia, la
sabiduría, el dominio de las cosas son virtudes que se adquieren lentamente.

De modo que siendo el número de los ángeles limitado, al tener que realizar dos o tres veces la
misma tarea, propicia que en el cielo "falten brazos" para la administración de los mundos
superiores y ello desorganiza la vida en el cosmos entero. Algunos encarnantes llevan siglos
esperando una oportunidad de vida. Otros, propulsados por sus Egos, se dirigen hacia
superficies geográficas donde se desarrolla una vida de nivel distinto a la que necesitan,
esperando encontrar alguna oportunidad de experiencia y vienen al mundo con un cuerpo físico
rudimentario que difícilmente puede ofrecerle las condiciones que ellos precisan. Entonces el
odio que sienten hacia los que debían haber sido sus padres los vincula a ellos, lo cual hará que
probablemente se vuelvan a encontrar en situaciones poco agradables.

Pasemos al escalón siguiente. Realizada la fecundación, el alma en tránsito entra en el interior


de la madre a los 18-21 días de haber sido efectuada y allí inicia los trabajos de construcción de
su futuro cuerpo físico con los materiales que la madre le facilita. Si esta provoca el aborto, ello
significa que todo el trabajo de preparación efectuado en los mundos superiores ha sido vano y
el Alma debe volver al mundo del Deseo para esperar allí una nueva oportunidad. Su situación
es la misma que la de los niños que mueren antes de los catorce años.

Conociendo el proceso, una madre que haya llevado a cabo un aborto podría sentirse culpable.
Por esta razón es necesario explicar que el sentimiento de culpabilidad resulta del todo inútil en
nuestro proceso evolutivo. Lo importante cuando alguien toma una decisión es que conozca los
pormenores que giran en torno a la misma. Cada circunstancia es única y cada persona realiza
su propio proceso y debe decidir sobre su vida. Además, sabemos que existen fórmulas para
corregir errores, como perdonar o pedir perdón. De todos modos, el cometido de este libro es
facilitar información y nos limitamos a llevarlo a cabo sin juzgar a ninguna criatura del universo.
Cuando nace el bebé, le resulta imposible
disponer aún de sus cuerpos superiores y
se conecta a los cuerpos de deseos y
mental "prestados" por sus padres. Su
cuerpo vital nace a los siete años
(aproximadamente), y el infante está en
plena fase de crecimiento; su cuerpo de
deseos nace a los catorce años (más o
menos) y el joven adquiere la facultad de
procrear. Su cuerpo mental nace
alrededor de los veintiún años y la
persona alcanza su edad adulta, su
mayoría de edad (real), puesto que su
mente se encuentra ya formada.

En numerosos países la mayoría de edad


se ha fijado a los dieciocho años, a
efectos legales. Pero desde la
perspectiva del proceso creativo, esa
parece una edad temprana porque el
cuerpo emotivo está en plena
efervescencia y el joven necesita el
consejo de sus mayores para dominarlo.
También es preciso tener en cuenta que
esa marca es simbólica y como los
procesos se aceleran cada vez más, es
posible que muchos jóvenes alcancen ya
su mayoría a los dieciocho y se haya iniciado la conexión con su cuerpo mental.

El sexo

El sexo de la criatura se decide en el seno de la madre, previo acuerdo del Ego con los Señores
del Destino. La determinación del sexo en la criatura se lleva a cabo en función del tipo de
experiencias que el Ego desea realizar.
Las necesidades evolutivas exigen que seamos de forma alternativa hombre y mujer, pero sin
que sea necesario que el sexo cambie en cada encarnación, pueden precisarse varias vidas de
hombre o de mujer para llevar a cabo una experiencia particular. Y si en las razas se producen
identificaciones que nos atan a una determinada nacionalidad, en la elección de sexo también
ocurren.

Del mismo modo que la persona que encarna en un pueblo una y otra vez acaba provocando
una situación drástica que le impide volver a encarnar en él, también ocurre así en el terreno
sexual. Algunos se empeñan en identificarse con un sexo, se sienten mujer si son hombres o
viceversa. Se sabe que en el momento actual algunos resuelven esta situación con un
tratamiento basado en hormonas, con un bisturí o una prótesis. Otros lo soportan pero sus
inclinaciones les llevan hacia el sexo contrario al suyo.

Éste es uno de los conflictos más difíciles que una persona pueda plantearse, ya que de algún
modo la personalidad mortal planta cara al Ego Superior. Éste tendrá que soportar la rebelión,
pero en una próxima vida el Ego recurrirá a medios que le aseguren el control absoluto sobre su
vehículo físico y el individuo deberá adaptarse de una forma más drástica.

Es una exigencia nuestra, ya que estamos hablando de nuestro plan de evolución. Identificarse
demasiado con un estado cualquiera equivale a una paralización y a su consiguiente retraso.

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Lección 6 La unión masculina-femenina


La unión masculina-femenina
De la unión de las dos potencias, masculina y femenina, nace lo que en el universo es la fuerza
activa y operante, la que hará posible la Creación.
En la Biblia, ese libro que explica en clave simbólica y real a la vez la historia de nuestra
humanidad, Caín aparece como el hijo de Adán y Eva. En la leyenda masónica y otros relatos
iniciáticos, Caín es el hijo de la serpiente. Los cabalistas (estudiosos del génesis humano) citan
con frecuencia a los luciferes enamorados de "las hijas de los hombres" y teniendo relaciones
sexuales con ellas. Esos relatos describen de una manera anecdótica el resultado de un
proceso natural. Es decir, cuando los Elohim cubrieron con su ropaje la esencia Zodiacal, tuvo
lugar un acto de generación que dio como consecuencia el nacimiento de un "hijo", es decir, de
un tipo de materia cósmica que era el resultado de la unión de la esencia de los Elohim con la
esencia de los Zodiacales.

Los Elohim son jerarquías creadoras que trabajaron de forma voluntaria en nuestro proceso de
evolución junto a los zodiacales, accionistas que hipotecaron su patrimonio.
Esta generación, situada en el ámbito humano, da como resultado el nacimiento de Caín, del
"hijo perverso", fruto de la copulación de lo “inferior” con lo “superior”. Caín nace siempre
cuando dos personas de niveles distintos o de países diferentes se unen. Ello da lugar al
nacimiento de una fuerza intermedia creadora.

Tal como sucediera con los Elohim, sucedió luego con el despliegue de las facultades humanas.
Caín es el hijo de la mujer y de un semi-Dios o, mejor dicho, de un semi-ángel. Más tarde,
según relata la leyenda masónica, la serpiente fue expulsada del paraíso por Dios, y por ello
Caín fue llamado "el hijo de la viuda."

En los Elohim existían las dos polaridades, masculina y femenina y de la unión de ambas
nacería la tercera, que por ser el resultado natural de la unión de las dos primeras, formaba
parte inseparable de éstas. De modo que las tres Fuerzas eran rostros diferentes de una sola,
con lo cual queda explicado el misterio de la Trinidad, del Padre, Hijo y Espíritu Santo en la
religión católica.
Las tres Fuerzas primordiales corresponden a la misma unidad operativa, pero las necesidades
de la Creación motivaron que cada una de ellas desempeñara papeles distintos, de modo que
las tres Fuerzas se constituyeron en tres poderosos Centros Energéticos, cada uno
especializado en determinados trabajos.

Kether, Hochmah y Binah

En la terminología de Moisés, el primero de esos Centros se conoce con el nombre de: Kether,
la Corona (que para la religión católica correspondería a la figura del Padre); el segundo con el
nombre de: Hochmah, la Sabiduría (que recaería sobre la figura del Hijo), y el tercero con el
nombre de: Binah, la Inteligencia Activa (que representaría el Espíritu Santo.) Generalmente se
las representa con un triángulo -primera figura tangible o espacio cerrado en el que se puede
organizar en su interior la vida-, en el que Kether aparece en la cúspide, Hochmah a la derecha
y Binah a la izquierda.

Esos tres centros energéticos primordiales desarrollan una intensa actividad en cada uno
de los mundos en los cuales tenemos vida.
El atributo de Kether, la Corona, se llama Voluntad. Es el principio fecundador, el que
contiene la simiente de los frutos venideros. De él procede la luz que lo ilumina todo, barriendo
las oscuridades y transmutando de forma continua y sistemática las situaciones.

Kether, como las demás fuerzas, se encuentra interiorizado en cada ser humano y transmite esa
esencia llamada voluntad que insemina nuestros proyectos para que puedan realizarse. Nos
transfiere capacidad para la iniciativa, para arrancar, para lanzarnos a la acción.
Dicho de forma más clara, nada puede iniciarse en nuestro mundo sin una aportación de
voluntad o de Kether. Es como el motor de arranque que permite al coche iniciar su marcha.
Con Kether estaríamos hablando de la fuerza masculina.

El atributo de Hochmah, la Sabiduría, la segunda fuerza del triángulo, se llama Providencia. En


Hochmah se interioriza la luz de Kether, constituyendo así un auténtico pozo de luz divina a
disposición de la vida.
Cuando en un proyecto se ha activado la voluntad, aparece de inmediato la providencia, es
decir, las circunstancias propicias para que esa voluntad se cumpla, lo que comúnmente
llamamos suerte.

Tenemos un dicho que reza: “los niños vienen al mundo con un pan bajo el brazo”, queriendo
significar que traen buena suerte. En este caso la inseminación sería el acto de voluntad y el
nacimiento del bebé traerá consigo las circunstancias propicias para que se puedan desarrollar
los objetivos fijados. A esta fuerza se la apoda providencia y cualquier proyecto necesita en sus
inicios de su aporte de providencia. Hochmah será pues la fuerza femenina.
El atributo de Binah se llama Inteligencia Activa-marco de actuación y a través de esta fuerza
todo el universo se pone en movimiento, dando lugar a la diversidad de las formas existentes.
Nos indica las normas a seguir.

Después que en un proyecto se hayan activado la voluntad y las circunstancias propicias, el


tercer ingrediente es la creación de un marco estructural que nos permita delimitar el espacio en
el que debe ser desarrollado ese propósito.
Imaginemos que hemos decidido hacernos construir una casa. La fuerza Kether impulsaría a
configurar el proyecto, a saber cuáles son los objetivos que nos mueven. Hochmah aportará las
circunstancias propicias, que pueden traducirse en que nos encontremos con alguien que
conoce un constructor y nos ponga en contacto. La fuerza Binah nos empujará a decidir dónde
va a ubicarse la casa, a delimitar el terreno o a limitar el campo de búsqueda para que ese
proyecto pueda llegar a buen puerto.

Ese sistema puede utilizarse en cualquier tipo de proyecto, por ejemplo una conquista amorosa:
decido que quiero enamorar a un hombre, una amiga me invita a una fiesta y concreto el tipo de
hombre al que quiero seducir.
Pero todavía faltan etapas por desarrollar antes de conseguir el objetivo y más adelante las
vamos a plantear.
Voluntad, Sabiduría e Inteligencia son tres principios que se encuentran interiorizados en cada
uno de nosotros.
La Voluntad (Kether) se relaciona con nuestro cuerpo mental, promoviendo una sed de
conocimiento y aportando el material espiritual que ha de posibilitarlo.
La Sabiduría (Hochmah) se relaciona con el cuerpo de deseos, movilizando en él nuestros
sentimientos en el empleo de conocer y saber.

La Inteligencia (Binah) se relaciona con el cuerpo físico, propiciando que el designio del que es
portadora la Voluntad encaje en el mundo físico.
De este modo se podría formular el plan de la Creación de la siguiente manera: en el cielo
existen unos conocimientos que es preciso imprimir en el mundo material, para que éste sea la
copia exacta del cielo. Como el mundo material es más estrecho que el mundo espiritual, al
“cielo” le resulta imposible vaciarse en la tierra como el agua de un cubo se vacía en otro. La
implantación del orden divino se efectúa parcela a parcela, filamento a filamento, como el que
trasplanta cabello en la cabeza de un calvo.

El abismo y la inhibición

Esos tres Centros energéticos constituyen una unidad, pero en el reparto de tareas apareció de
inmediato una evidencia: en aquel universo
de luz iba a resultar imposible otra vida que
la de ellos, los Dioses. Si querían crear una
Vida inferior a la suya, para lanzar nuevos
seres al torrente de la evolución, era preciso
crear en ellos mismos una Zona Oscura, a fin
de que la nueva Vida pudiera evolucionar en
esa sombra.
Le tocó a Binah ser "Zona Oscura", el tercer
Centro energético.

Pero algunos elementos que trabajaban en


esa zona estuvieron en desacuerdo. Todos
tenían derecho al mismo nivel de luz y ciertos
sectores de Binah estimaron injusto tener
que renunciar a ella. Nos estamos refiriendo de nuevo a los luciferes.
La solución del conflicto, como ya se ha dicho, consistió en precipitar al "abismo" a los
disidentes. Es decir, las fuerzas hostiles al designio divino fueron lanzadas a un nivel inferior
para que siguieran en él su avance sin perturbar la buena marcha de la Creación. Estos fueron
los primeros "rezagados" de la historia del presente periodo evolutivo.

Podemos extraer de ello una enseñanza práctica: cada vez que nos inhibimos, en nuestro
quehacer cotidiano; cada vez que pasamos de largo ante los sufrimientos o dificultades del
prójimo, diciéndonos: "es su problema", estamos siguiendo la política de los luciferianos, ya que
la separación que se produjo en Binah cuando los disidentes fueron arrojados al "abismo", fue
debida, como decíamos, a que una parte de sus moradores se inhibieron de la tarea esencial
que debían realizar y que consistía en alumbrar nuevos mundos, utilizando la propiedad ígnea
de Kether para extender la vida. La inhibición es un enemigo a combatir.

Pero aclaremos una cosa, ya que anteriormente dijimos que debíamos evitar dar consejos e
inmiscuirnos en asuntos ajenos. Veamos, un tema es participar en las decisiones que deben
tomar los demás, lo cual puede resultar arriesgado por las implicaciones que conlleva; y otro
muy distinto que pretendamos pasar por la vida como si nada fuera con nosotros, como aquellos
que repiten como loros: “paso mucho”. Si se encuentra a alguien accidentado en una carretera,
es lícito pararse; si una persona solicita ayuda, debemos dársela; en un proceso electoral,
participemos, porque al final lo relevante serán las experiencias que extraigamos de nuestra
vida.

Volviendo al tema anterior, la técnica del "abismo" sería ya una institución y con ella se
resolverían los ulteriores conflictos. Pero esos "rezagados", evolucionando a niveles distintos a
los del resto de la especie, crearían una permanente conflictividad y serían, tanto ellos como
sus descendientes de los planos inferiores, los grandes agentes del "mal", en definitiva, de los
errores que comete el ser humano.

El yerro resulta ser, en último análisis, la inhibición, la falta de apetencia y participación en el


mundo exterior. "La manifestación de la eternidad está representada como un Hambre", escribía
el místico Jacob Boehme. Tragarse el mundo exterior, engullir la eternidad, tal es el objetivo. El
que nunca experimenta ese deseo, está empezando a formar en la fila de los "rezagados".

Una vez excluidos los disidentes de la esfera de Binah, el resto aceptó el "oscurecimiento", es
decir, consintieron vivir a un nivel inferior a sus méritos, con todos los inconvenientes derivados
de esta situación.
Para poner un ejemplo en el ámbito humano, es como si el hombre que ha vivido siempre a la
luz del Sol, tuviese de pronto que irse a vivir dentro de una mina.
Se produjo entonces en las esferas de Binah una cristalización de las energías primordiales y en
ese mundo ya más oscuro pudo aparecer una nueva oleada de vida.
Fue pues el sacrificio de Binah lo que permitió la vida a niveles inferiores y como la historia de
Dios es nuestra propia historia, será también mediante el sacrificio que conseguiremos
progresar.

Tampoco es preciso dramatizar. Los padres deben sacrificarse para educar a sus hijos. Por
ejemplo, reducen su “luz” – en este caso, el lenguaje habitual que utilizan- para que sus
palabras resulten inteligibles a sus retoños.
El sacrificio fue una Ley cuya adopción se hizo necesaria en el alba de la Creación. Pero, como
acabamos de señalar, ese sacrificio fue el que instituyó en el mundo el “Mal”, porque generó una
conflictividad que tuvo que ser reprimida por decreto, por así decirlo, postergando a un nivel
inferior a los que se rebelaron contra la decisión divina.

El objetivo del sacrificio debe ser la creación. La luz es la materia prima de toda edificación,
pero es la luz que circula por nuestro interior la que lleva el germen de la vida y es ésa la que
debemos utilizar para nuestras creaciones, ya que la ley quiere que toda cosa, antes de tener
una existencia exterior, haya sido edificada en nuestra naturaleza interna. Utilizando nuestro
potencial para multiplicar la creación divina, estaremos ejecutando la política de Dios.

Si nos concentramos en nosotros y nos inhibimos de toda creación, estamos oponiéndonos a la


política divina. La luz consumida en creaciones externas nos va siendo restituida a medida que
la vamos gastando, de acuerdo con la ley que reza: "a cada cual según sus necesidades", pero
la calidad de la luz recibida dependerá de la obra que estemos realizando.

Es a través de los Éteres que captamos la luz y ya hemos explicado que disponemos de esa
fuerza vital en la medida que la vayamos utilizando: si consumimos mucho Éter Químico, el flujo
de Éter Reflector y Luminoso disminuirá. Es como si tienes un presupuesto para pasar el mes, si
gastas mucho en comida, te quedará menos para ropa.
Pero aún en el caso de estar utilizando los Éteres superiores para creaciones sublimes, si esa
petición de luz es continua, difícilmente podremos conservar esa luz en nuestro interior y se
formará en nosotros una "zona oscura", como sucediera con Binah.

El problema consistirá en que nos resultará imposible llevar a madurez todas las tendencias que
se manifiestan en nuestro interior, exteriorizarlas, conseguir que se conviertan en una obra
externa, de modo que una parte de nosotros mismos permanecerá en el "abismo",
evolucionando en otros niveles, en otro tiempo, en otra vida.
Así pues, para poder crear y cumplir con el compromiso divino nos vemos en la obligación de
utilizar la luz que legítimamente nos pertenece y proyectarla fuera de nosotros mismos. De este
modo, estamos en la primera línea de progreso, pero el precio a pagar es la división interna
entre tendencias que siguen la ley y progresan y otras que quedan subdesarrolladas y nos
condenan a un ulterior retorno a la tierra para su debido desarrollo.

Si la totalidad de nuestro ser se opone al sacrificio, salinizándonos para impedir que la Luz
pueda salir al exterior, nos sitúa automáticamente fuera del esquema de la creación. Y si por un
lado alcanzamos la plenitud del conocimiento, al dejar de emplearlo para abrir nuevos frentes en
la creación, se convierte en una enseñanza inútil, en un puro desperdicio y ello nos da derecho
al carné y estatuto de los rezagados.

Pongamos otro ejemplo. Hemos dicho en capítulos anteriores que las relaciones con los demás
son portadoras de karma, generan facturas que nos obligarán a tener que volver nuevamente a
la tierra para liquidarlas. Con esta información podríamos decidir encerrarnos en casa para el
resto de nuestros días y evitar así la generación de nuevo karma. Pero dado que en nuestro
sistema de vida necesitamos compartir para evolucionar más deprisa, el encierro nos apartaría
de esa vía, sería como si nos salinizáramos (nos encerráramos en sal para conservarnos) y nos
situaríamos así fuera del esquema de la creación, convirtiéndonos en rezagados.

Crear es pues una necesidad, incluso las creaciones erróneas, aquellas cuyo ropaje material se
destruye al poco tiempo de edificarlo, son preferibles a la inactividad, ya que la energía que se
desprende de esos errores, al ser reincorporada violentamente al individuo en las bajas
regiones del mundo de Deseos, después de la muerte física, es generadora de conciencia.
Mientras que la inhibición pocas veces nos permite darnos cuenta que estamos desconectados
de la vanguardia de nuestra Oleada de Vida.

Adam, Aisha y Eva

Si en nuestro fuero interno el sacrificio produce una división


de tendencias, en el ámbito del Ego Superior, el "drama" de Binah
también produjo una división. El ser humano, que en su primera fase
evolutiva era hermafrodita, encerrando en él mismo la polaridad positiva
y negativa, al entrar Binah en su período activo, produjo en el alma
humana una separación y el primitivo Adam tuvo que ceder parte de su
ser a Eva. A partir de entonces, el hombre debería juntar sus fuerzas
sexuales con las de la mujer para dar vida a nuevas almas. Y, lo mismo
que en el terreno físico sucede en el espiritual. Para cualquier creación
estable son necesarias la colaboración de la Voluntad-Adam y la
Imaginación-Eva.

¿Por qué decimos Adam en lugar de Adán? Este es un error frecuente.


Sabemos que la Biblia, el libro que transmite el génesis de nuestra humanidad en forma de
historias simbólicas y reales, está escrito con las letras del código hebraico. Así Adam está
formado por las letras Aleph-Daleth-Mem. El significado de la palabra Adam representa la
humanidad antes de ser individualizada.

Cuadro de letras hebraicas


Así como en el primer Día de la Creación, Kether fue el principal centro activo, también en el
despliegue de la Oleada de vida humana, la primera forma de vida que existió fue Adam. Este
nombre debe escribirse con M final. En las tres letras que lo componen están representados los
tres centros de energía que participaron en esta creación. El Aleph es Kether o la Voluntad que
lo mueve todo; el Daleth es Hochmah, o el Amor que crea la vida; el Mem es Binah, o la Forma
material que da a las virtudes espirituales un vehículo para su manifestación.

En la terminología alquímica, ese primer estadio de la existencia material representado por


Adam recibe el nombre de Azufre, considerado como el padre de todos los metales, su
generador, que se encuentra en las múltiples combinaciones materiales a que dio lugar la
diversificación de la Creación. La humanidad adamita tenía un nivel de conciencia semejante a
los minerales actuales, es decir, ausencia total de conciencia de sí misma.

En el segundo Día de la Creación, el principal Centro activo fue Hochmah. La especialidad de


ese Séfira es la de llevar a la madurez aquello que Kether-Voluntad ha iniciado. En Hochmah se
encuentra almacenada la corriente luminosa procedente de Kether y el suplemento de luz que
correspondería a Binah y al que éste renunció para que fuera posible la existencia de nuevas
oleadas de vida; de modo que Hochmah es un auténtico pozo de fuerzas luminosas que sirven
para reconstituir la armonía allí donde reina el desorden, el caos y la enfermedad.

Del mismo modo que en el segundo Día de la Creación el centro activo fue Hochmah, también
en la segunda etapa del desarrollo de la Oleada de Vida humana apareció la mujer. La
humanidad adamita era hermafrodita, y así lo es el feto en la etapa de su desarrollo en que
recapitula ese período. Al entrar Hochmah en fase dinámica, Adam, el hombre primordial, se
dividió y el sexo masculino fue separado del femenino.
Es preciso entender correctamente este proceso, porque una lectura equivocada de la Biblia
podría llevaros a pensar que el primer sexo que apareció en la tierra fue el masculino, cuando
queda claro que Adam era hermafrodita, hombre y mujer a la vez.

En una traducción simple de la Biblia (Génesis II/23), se apunta que Adam dio a ese nuevo
estado de ser, nacido de su costado, el nombre de mujer o varona. En realidad la palabra que
aparece en el texto de Moisés es Aisha, palabra formada por las letras hebraicas: Aleph-Shin-
He. El análisis de esas letras nos permitirá comprender su profundo significado. El Aleph,
representa la fuente primordial de la vida en la cual toda voluntad tiene su origen. El Shin es el
signo de enlace entre la divinidad y el hombre, es el terreno de encuentro entre la naturaleza
espiritual y la material y, por lo tanto, ilustra el instante en que el hombre comprende los
objetivos de Dios. El He es la fecundidad, la fertilidad material. Este nombre revela un estadio,
en el desarrollo humano, en el cual el ser humano posee ya la facultad de comprender,
encerrada dentro de sí, y de transmitir esa facultad a través del He a todas las cosas.

Pero más allá de ese significado, en Aisha, Dios establece una alianza con el hombre,
marcándolo con el Shin, signo que constituye una promesa de redención. Es por ese signo que
un día vendría al mundo material Jesús-Cristo, denominado el Hijo, y que además de
representar un acontecimiento histórico, aparecería en nuestra propia naturaleza individual.
Aisha se manifestará un día dentro de nosotros y nos traerá el hijo tan esperado, y ese será un
nacimiento sin la intervención de un varón: será obra de nuestro espíritu que habrá conquistado
una categoría superior.
En la terminología alquímica, ese segundo estadio de la existencia material representado por
Aisha, recibe el nombre de Mercurio, considerado como la madre de todos los metales.

En el tercer Día de la Creación el principal centro activo fue Binah. Su especialidad fue servir de
fundamento a todo lo creado. Binah sería así la portadora de oscuridad, pero al mismo tiempo la
que hizo posible nuestra existencia, la matrona que, en sucesivas etapas, iría "enfriando" las
energías primordiales, a fin de que pudiéramos disponer de una Tierra material como campo de
operaciones.
Binah ha sido llamada Madre Oscura del Mundo. Ella ha gestado nuestra Tierra y su
representante en el ámbito humano, la mujer, es la encargada de gestar las criaturas.

Del mismo modo que en el tercer Día de la Creación fue Binah el principal centro activo,
también en la tercera etapa del desarrollo de la Oleada de vida humana apareció Eva, cuyo
nombre es citado por primera vez en el tercer capítulo del Génesis (3, 20.) Así, tenemos que en
Adam la humanidad es hermafrodita, cuando Kether ejerce su dominio. Bajo el dominio de
Hochmah la humanidad se divide en dos sexos y el femenino es llamado Aisha. Bajo el dominio
de Binah, después de haberse producido el acto de desobediencia a la ley restrictiva de este
séfira (el de los luciferes), la mujer primordial recibió de Adam el nombre de Eva y a partir de
entonces tuvo la facultad, inherente a Binah, de engendrar hijos. La palabra Eva está formada
por las letras Heith-Vav-He.

Aisha significa la facultad de comprender, reflejada en la propiedad mineral del mercurio. Esta
facultad de comprender es la que genera este nuevo nombre, ya que el Heith describe ese
estado de las energías en el cual sentimientos y razón se tocan y construyen la base de
comprensión de dos mundos, el Emotivo y el Mental. Zodiacalmente el Heith enlaza Piscis con
Libra, que es el signo de la mujer. El Vav es el signo de transmisión-enlace de la luz con las
tinieblas y de las tinieblas con la luz. La mujer es la que da a luz y también la que recoge la luz-
simiente masculina para introducirla en las tinieblas de su organismo físico y elaborar con ella la
nueva existencia. El He es el signo de la vida, de la fertilidad. En términos generales Eva
significa: el ser que transmite la vida.
Así vemos que a través de Aisha Dios nos transmite la vida espiritual y a través de Eva nos
confiere la facultad de transmitir la vida física.

En la terminología alquímica, ese tercer estadio de la existencia


material, representado por Eva, recibe el nombre de sal, cuya
propiedad permite dar un sabor particular a cada cosa,
diferenciándolas así entre ellas.
Como el ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y,
según el principio hermético, lo de arriba es como lo de abajo,
tendremos que esos tres Principios se encuentran interiorizados en él
y constituyen las tres fuerzas que trabajan constantemente en su
vida.

Azufre, mercurio y sal corresponden pues a propiedades activas en


cada uno de nosotros y que se manifiestan como voluntad, sabiduría
e inteligencia que discierne. Es difícil que el azufre de Kether pueda manifestarse en nosotros
en toda su pureza porque representa la suprema unidad, mientras que los hombres estamos
divididos en sexos, sin constituir aún vehículos apropiados para la manifestación de la unidad.
Desde la cúspide del triángulo supremo, Kether se manifiesta a través de Hochmah o a través
de Binah.

Voluntad-Providencia-Inteligencia: en esas tres palabras se encuentra la clave de nuestra


existencia. La Voluntad es una fuerza que nos convierte en seres totalmente libres. Cuando la
voluntad se pone en marcha, las circunstancias a nuestro alrededor empiezan a moverse y a
configurarse de acuerdo con ella.
Cuando nuestra Voluntad ha actuado, la fuerza providencial se pone en juego automáticamente
y dispara su chorro de luz para llevar a la madurez y a la perfección aquello que la Voluntad ha
puesto en marcha. Si la Voluntad deja de actuar, tampoco la Providencia lo hace, ya que son
dos fuerzas dependientes la una de la otra. Éste es un punto de aprendizaje fundamental. Sin la
Voluntad, la vida se parecerá a esas aguas estancadas en las que todos los parásitos anidan.

Así es. Pero en ciertos momentos necesitamos detenernos a reflexionar, parar el tren de nuestra
vida para considerar aspectos profundos de nuestra personalidad y es correcto que lo hagamos.
El dato relevante es comprender que después de esa parada es preciso poner en marcha la
fuerza de voluntad para que el tren continúe su camino de evolución.
Por ejemplo, para salir del estado que llamamos depresión, se requiere un esfuerzo de voluntad.
En el ámbito simbólico, una de las principales causas de las depresiones es la necesidad que la
persona tiene de cambiar su estilo de vida, su forma de enfocar los problemas y las situaciones
cotidianas. Las personas sienten que sus miembros se paralizan, se niegan a responder,
cuando tratan de volver a la carga, de seguir por la misma senda que les ha conducido a la
depresión. En cambio, cuando son capaces de mirar un poco más allá de sus problemas, de
levantar la vista y darse cuenta del nuevo paisaje que tienen delante, ponen en marcha la
voluntad y consiguen su victoria personal.

La unión Kether-Hochmah da como resultado una voluntad expansiva luminosa, que incita al
individuo a crear mundos y más mundos, utilizando la prerrogativa divina de expandirse
ilimitadamente. Esta facultad sería interiorizada en el elemento varón, dotándolo de simiente
generadora que permite la reproducción en el mundo físico y que es al mismo tiempo signo
anunciador de fecundidad en el mundo espiritual.
El tercer centro de energía interiorizado en nosotros se encarga de aplicar la ley. Si la voluntad
ha actuado de una manera arbitraria y errónea; si la Providencia ha llevado a la perfección algo
que es inadecuado a los ojos de la divinidad, Binah-Inteligencia se encarga de llevarnos a
comprender que nos hemos equivocado y con sus correcciones nos enseña a utilizar la Voluntad
de conformidad con la ley divina.

La unión de Kether-Binah da como resultado una voluntad conservadora que aprisiona en sí las
cualidades ígneas de Kether-Azufre para dar lugar a una creación selectiva, es decir, creación
de elementos conformes a su propia naturaleza y limitados a ciertos condicionamientos. Esto
nos permite comprender el misterio de la sexualidad; comprender el impulso del varón a generar
de forma indiscriminada, mientras que la mujer, cuando sus propiedades esenciales están en
orden, lo ejecuta de forma selectiva, con un varón objeto de elección previa. Por otra parte,
mientras el varón en el espacio de nueve meses puede generar una cantidad indeterminada de
hijos, la mujer debe contentarse con generar uno, o a lo sumo dos, si excluimos los fenómenos
de fertilizaciones artificiales.

Ya tenemos pues constituida la pareja humana, tal como funcionará en lo sucesivo. Kether-
Hochmah será el hombre y Kether-Binah la mujer. Nos referimos a la especie, ya que en lo
individual, las sucesivas encarnaciones que el Ego ha efectuado desde entonces ha propiciado
que la vertiente femenina del varón esté muy potenciada y que la vertiente masculina de la
mujer lo esté también.
Así pues, tres son las fuerzas activas en nosotros. De la primera recibimos una libertad
absoluta: nada se opone al ejercicio de nuestra Voluntad. De la segunda obtenemos una ayuda
divina, que es como una recompensa a nuestros esfuerzos y, en virtud de esa Gracia
Providencial, nuestra obra alcanza su grado de perfección. La tercera de esas fuerzas nos
obliga a plegarnos a la Ley y, por lo tanto, propicia que nuestra libertad sólo pueda ser ejercida
en actos que sean conformes al designio divino. Pero la Inteligencia de Binah jamás actúa
antes, sino después. En la medida que hayamos abusado de nuestros poderes creadores, nos
veremos sometidos a la Ley.

Hesed

El trabajo conjunto de Kether-Hochmah-Binah da lugar a una creación. Binah, al oscurecerse o


enfriarse, ha permitido que un mundo existiera en un plano inferior al de esos tres principios.
Esa nueva esfera se conoce con el nombre de Hesed.
Hesed fue el mundo que los Elohim concibieron para el ser humano y en el que podríamos
haber vivido eternamente, pero ya sabemos que fuimos expulsados del paraíso.

El Centro de energía llamado Hesed entró en funciones en el cuarto Día de la Creación, que es
el actual. La divinidad ya había desplegado entonces todos sus poderes, los inherentes a
Kether, a Hochmah y a Binah. El resultado era Hesed, que encerraba todos los poderes
sagrados y del que emanaban todas las virtudes espirituales. Hesed es un mundo de libertad; es
un espacio en el cual la Gracia ha concentrado todos sus dones, y es un mundo en el que la Ley
apenas prohíbe nada, tanta es la Bondad que reina en este sagrado lugar. En una palabra:
Hesed es el Paraíso Terrenal.

“Adam y Eva vivieron allí como reyes absolutos, con dominio sobre los animales y las cosas”. La
interpretación profana de este pasaje bíblico convierte a Adam y Eva en un hombre y una mujer,
pero en realidad, las letras ADM, que dan lugar al nombre de Adam, significan el Género
Humano en la etapa primigenia de su desarrollo, y Eva significa: el Ser que transmite la Vida.
Adam y Eva somos todos nosotros en un momento de nuestro desarrollo.
La humanidad de ese periodo apenas tenía conciencia de sí misma y obedecía los imperativos
divinos como un autómata obedece los impulsos eléctricos que recibe. El ser humano poseía
una visión de la divinidad y actuaba conforme a la voluntad divina.

Hubiese quizá permanecido allí hasta el final de los ciclos evolutivos, pero fue sensible a la voz
de la experiencia, del “Mal”. Hemos visto como los disidentes de la esfera de Binah fueron
precipitados al "abismo" para evitar que perturbaran los designios divinos. Este grupo de
disidentes transmitió su herencia, por decirlo de algún modo, a las sucesivas generaciones que
alcanzaron la auto-conciencia en los tres primeros días de la Creación, de modo que en los
Trabajos de cada Día intervenía una categoría de seres cuya situación era anómala y su
actuación contraria a los planes del Creador.

En la época paradisíaca aparecieron pues los Luciferes, que como sabemos eran un grupo de
rezagados de la generación de los Ángeles, la que conquistó el nivel humano en el tercer Día de
la Creación. Para asegurar su propia evolución, los Luciferes decidieron "ayudar" al hombre,
instruyéndolo en todo lo referente a las funciones creadoras. "Si comes esta fruta, -le dijeron-,
serás como Dios".
Esto significa que cada vez que uno se encuentra en el paraíso, es decir, disfrutando de un
descanso, de una situación de relax, de un alto en el camino, aparece un luciferiano para
tocarnos las narices.
Pero conviene recordar que actúan movidos por nuestra propia voluntad. Se produce la misma
situación cuando nos echamos a dormir la siesta y le pedimos a la pareja que nos despierte al
cabo de media hora. Cuando ejecute nuestro mandato, estaremos en el paraíso y su
intervención puede molestarnos, pero ha sido generada por nuestra propia necesidad de
levantarnos y continuar la evolución.

Se ha especulado mucho sobre el sentido de la "fruta prohibida". Pero todo ello encierra un
misterio muy sencillo de entender. La esfera de Hesed, tal como hemos comentado, es el
resultado de la acción de los tres centros superiores, Kether-Hochmah-Binah. Se ha visto como
este último tuvo que renunciar a parte de la luz que le correspondía para poder engendrar una
vida inferior a sí mismo (al igual que la madre cede los elementos de su cuerpo al feto que lleva
en su interior.) Ese aspecto de renuncia, de restricción, Binah lo proyecta a todo lo que sale de
su esfera, de modo que en ese Paraíso era natural que existiera una restricción, inherente a la
participación de Binah. Así pues, Dios tenía necesariamente que prohibir algo a la primitiva
humanidad. Sucede lo mismo en el momento que prohibimos a nuestros hijos que falten al
colegio, por ejemplo, cuando a nosotros nos pescaron en más de una campana.

Gueburah

La desobediencia a las reglas que imperaban en Hesed-Paraíso propició que aquel mundo de
libertad y felicidad se esfumara en beneficio de la polaridad contraria y que el ser humano
entrara en el dominio del Rigor. Un nuevo Centro de energía entró en funciones, para ser sede
de ese Rigor. Recibe el nombre de Gueburah, cuyo atributo es la Justicia.
Se puede decir pues que el ser humano se vio obligado a salir del Paraíso por haber querido
apurar todas las posibilidades que le ofrecía ese mundo.

De ahí se desprende una regla importante en la conducta diaria: para conservar la felicidad y el
bienestar, es preciso que evitemos apurar las cosas. En las antiguas reglas de urbanidad, se
enseñaba a los niños que era de buena educación dejar un poco de comida en el plato. Ese
"poco" es la parte de Binah y al hacerlo así se respeta su Ley, la de la renuncia. Apurar hasta su
extremo límite, propicia la entrada en funciones del Rigor y la felicidad desaparece. Si apuramos
hasta el último minuto para salir hacia una cita es posible que lleguemos tarde, con el
consiguiente problema que ello pueda generarnos. Si apuramos la gasolina del coche, el
carburador puede llenarse de los restos del fondo del depósito. Si apuramos la batería del móvil,
podemos quedarnos a media llamada.

La salida del Paraíso supuso que la conciencia del ser humano se oscureciera y se
desconectara de los creadores. Dejó de oír la voz divina de forma directa y, perdida esta guía
luminosa, cayó bajo el imperio del deseo. Eso significó un importante cambio de planes y una
nueva vía a transitar.
Los deseos le hicieron descubrir su capacidad generadora y el placer inherente al acto sexual.
Con anterioridad, en el periodo paradisíaco, los creadores unían las parejas en ciertas épocas
del año, a fin de que el acto de generación se realizara al unísono con las fuerzas cósmicas y
los hijos venían al mundo sin dolor. Al perder el contacto con la divinidad, el ser humano generó
según sus deseos y al violar las normas cósmicas, apareció el dolor.

Caín

El primer hijo de Eva fue Caín, hijo de Samael, la Serpiente. Ello significa que Caín era de una
estirpe superior a la humana. La Imaginación, atributo de la mujer, había entrado en relaciones
íntimas con los rezagados de una generación superior, que eran los Luciferes, expertos en
descifrar la Ley, pero trabajando bajo el dominio de Binah, el rigor.
A partir de entonces el hombre, llevado por el luciferiano Caín, comprendería la ley que rige el
universo con la sola ayuda de sus deseos. Sería el principio de todos los dramas y sufrimientos,
el precio a pagar por su capacidad creadora.
El Génesis nos habla de la seducción de la mujer por parte de la Serpiente. La palabra que es
traducida vulgarmente por serpiente es Nahash, formada por las letras Noun-He-Shin, y nos
describe una espiritualidad corrompida, generada en los bajos niveles del mundo material
(Noun.) Fabre d'Olivet, un traductor iniciado del Génesis, decía sobre esta palabra: "Nahash
quiere decir el ardor cupido, envidioso, interesado, egoísta, que serpentea en el corazón de los
hombres y lo envuelve en sus repliegues."

La mujer primordial fue seducida por ese ardor interno que pusieron en el corazón de los
hombres los luciferes.
Lo que interesa ahora recalcar es que Caín es el hijo de la mujer y de una semi-divinidad
corrompida, postergada. Ello dio lugar a una alteración en el proceso de creación divina.
El despliegue del potencial divino exigía que la especie humana, después de ocupar los centros
correspondientes a Kether, Hochmah y Binah, ocupara Hesed. Pero Caín en lugar de ser el
representante humano de Hesed, es el de Gueburah. Nahash perturbó el orden divino haciendo
que naciera primero el hijo destinado a nacer después. Así la humanidad fue arrojada del
paraíso sin apenas haber vivido en él.

Abel

Caín es el hermano mayor de la pareja inicial, pero ese puesto hubiese correspondido a Abel, ya
que Abel es la entidad espiritual-humana que corresponde a Hesed. Queda así explicado el
misterio de los hermanos mayores que deben ceder sus derechos a los menores, que son
quienes heredan el reino del Padre. Con Caín el orden divino se alteró, pero ello sólo constituye
una peripecia. Hesed es el heredero del reino del Padre, de modo que por muy mayor que sea
la estirpe de Caín por su aparición en el mundo, los derechos de primogenitura corresponden a
la estirpe de Abel-Hesed.
Caín y Abel suponen dos voluntades enfrentadas, una dirigida a la conquista del mundo material
y el conocimiento de todas sus leyes; la otra orientada hacia la conquista de los mundos
espirituales. La voluntad que hizo concebir Caín fue más fuerte que la otra y esa voluntad
resultó excluyente, es decir, "mató" la otra.

Como en la mayoría de los sucesos relatados en la Biblia, es preciso entenderlo como un


proceso interior que tiene lugar cada vez que se concibe una tendencia. Si el objetivo al
generarla está orientada hacia lo material, es decir, si sólo se desean resultados materiales, si
en ellos se encuentra la pasión egoísta de Nahash, el hijo que nacerá será Caín. Si, por el
contrario, se realiza con un objetivo superior, como podría ser el de adquirir conocimientos,
entonces nacerá Abel. Un Abel que dejará de estar amenazado de muerte, puesto que con el
correr del tiempo la voluntad de Caín se ha temperado y la misma Biblia nos relata más
adelante como Esaú, el hermano mayor, perdonó a Jacob, el hermano menor.

Pero en ese estadio primordial a que se refiere el relato bíblico, la voluntad de Adam y Eva,
presionados por Nahash, se orientó hacia la conquista del mundo material y ello los condujo al
Este del Edén, fuera de ese exuberante paraíso en el que hubiesen podido vivir, cuyas llaves
están en Abel.

Lección 6 La unión masculina-femenina


El Árbol de la Vida
Hemos explicado que los centros de energía llamados: Kether, Hochmah, Binah, Hesed,
Gueburah, fueron desarrollando un proyecto evolutivo. Detrás de ellos se crearon otros:
Tiphereth, Netzah, Hod, Yesod y Malkuth. Estos diez centros, que en terminología cabalística se
denominan Séfiras, conforman el llamado Árbol de la Vida.
El Árbol de la Vida representa un esquema de evolución y del mismo modo que nos ilustra sobre
el desarrollo de la vida en los inicios de nuestra galaxia, también servirá para mostrarnos los
pasos a seguir en el desarrollo de cualquier proyecto, sea de la índole que fuere. Son etapas
obligatorias en el camino de aquello que deseamos realizar.

Como podemos ver por la situación de los círculos que aparecen en el grafico colocado a
continuación, el Árbol está dividido en tres columnas: la del centro es la más elevada, le sigue la
de la derecha y la de la izquierda.

- Los principales atributos del Árbol son los siguientes:

1.- Kether: la Voluntad


2.- Hochmah: la Sabiduría
3.- Binah: la Inteligencia Activa
4.- Hesed: el Poder
5.- Gueburah: la Justicia
6.- Tiphereth: la Armonía
7.- Netzah: la Belleza
8.- Hod: la Verdad
9.- Yesod: la Imaginación
10.- Malkuth: el Reino Material, la Cristalización.

Como hemos constatado, el Árbol está formado por tres columnas: la de la derecha se conoce
con el nombre de columna de la Bondad, de la Gracia o de la Tolerancia. La de la izquierda,
como columna del Rigor, de la Ley, o aún del Sacrificio o Severidad. Y la del centro como
columna del Equilibrio o la Armonía. Estos atributos se deben a las funciones que realizan los
Séfiras que las pueblan. Vemos que los Séfiras están unidos por un camino, al que se da el
nombre de Sendero. Ese Sendero hace que las energías contenidas en un Séfira desemboquen
inevitablemente en el que le sigue, lo cual permite comprender el sentido de un determinado
Séfira a partir del significado de su oponente.

En ciertos grabados los centros


aparecen en forma de fuentes que
se comunican, colocados uno
debajo de otro, desde Kether a
Malkuth, de manera que el agua
empieza por llenar la primera fuente
y se va derramando a las siguientes
en cuanto los sucesivos
receptáculos se van llenando.
Kether representa el punto de inicio
de cualquier proyecto, la energía de
empuje, la inspiración, la motivación
que tiene que llevarnos a planificar.
De este modo, una empresa a
desarrollar, sea de tipo material,
emotivo, intelectual o espiritual tiene
que tener su fase Kether, necesita
de ese impulso inicial, del empuje
de la voluntad, de esa chispa que
nos permitirá arrancar.

Hochmah es el centro de las


oportunidades; donde la voluntad de
Kether se hace visible; la fase del
proyecto en el que se dan las
circunstancias precisas para poder
continuar su desarrollo; es el punto
de suerte que te anima a seguir, a
mantener encendida la chispa de la
ilusión.

Binah es el centro de desarrollo de las normas; el que facilita el marco de actuación donde debe
desarrollarse la empresa; el que marcará los límites en los que debe moverse el proyecto, sus
pautas de conducta.
Hesed es el centro llamado el paraíso y el atributo que se obtiene de él es el poder. El paso por
este Séfira debe conferir al proyecto un alto grado de pasión, sin la cual se perdería en el
marasmo de lo intrascendente. Cualquier idea que se precie y quiera llegar a buen puerto
necesita su dosis de pasión. A través de Hesed se tienen que asumir compromisos que luego
deberán ser cumplidos. Y del poder debe emanar la generosidad.

Gueburah tiene por misión restablecer el orden, por eso su atributo es la Justicia. Cuando el
proyecto llega a la frontera de Gueburah es el momento de corregir los errores y de implantar
mejoras. Los placeres de Hesed son tantos, que el ser humano se desvía de los objetivos
trazados en Kether. Cuando esto ocurre, Gueburah entra en actividad y, del mismo modo que el
cirujano extirpa el mal con el bisturí, él impone la Justicia, mostrando la forma de seguir el
camino trazado con anterioridad. Este centro también muestra la importancia de saber ser
discreto cuando un proceso se está desarrollando, del mismo modo que el horno debe
permanecer cerrado hasta que la levadura del pastel haya subido.

Pongamos un ejemplo de proyecto a realizar: escribir un libro. El primer paso, el que


corresponde a Kether, es poner la voluntad en marcha para impulsar la idea, marcarse como
objetivo escribir un libro.
En la segunda fase, Hochmah, es preciso que estemos muy atentos a cuanto suceda a nuestro
alrededor, porque tienen que producirse las circunstancias para encaminarnos hacia el proyecto.
Quizá a través de algún amigo, de un programa de televisión o de un cartel de un anuncio
descubramos el tema sobre el que queremos escribir.
En Binah deberemos establecer el marco, situar los límites. Si decidimos escribirlo en castellano
nos estaremos circunscribiendo a los países de habla hispana. Podemos decidir si se tratará de
un ensayo, una novela, un libro de cuentos o de poesía.

En la cuarta fase, Hesed, tendremos que ponerle pasión al proyecto y amplificar las miras
iniciales, sentir que tenemos capacidad para desarrollarlo.
El paso por Gueburah nos llevará a plantear posibles cambios, a rectificar ideas iniciales y a
comprender la importancia de la discreción en cualquier proyecto en ciernes.
Ahora sigamos el proceso del Árbol y continuaremos al mismo tiempo con el desarrollo del
ejemplo.

El siguiente centro se llama Tiphereth es el primer Séfira que se encuentra en la columna


central, del Equilibrio, después de Kether y su atributo es la armonía; es cuando el proyecto
debe pasar por el tamiz de la conciencia; cuando es necesario bascular un equilibrio entre las
ganas de desarrollarlo y su necesidad; es momento de pensar en su repercusión exterior.

En el ejemplo del libro deberíamos pensar si el tema escogido es acorde con nuestra conciencia
y cómo puede repercutir en los lectores potenciales.
Si nos fijamos, todos los Senderos del Árbol conducen a Tiphereth y éste lleva a todos los
Centros de Vida. Es el Centro que establece la Conciencia en el hombre, el que centraliza todas
las experiencias procedentes de la columna del Rigor y de la Gracia, infundiendo la idea de un
equilibrio entre la Necesidad hecha Ley y la Gracia Divina. Es el centro que dirá si la
experiencia iniciada en Kether-voluntad es acorde con las experiencias que debemos asimilar
en esta vida.

Netzah, el número siete, es el Centro que inspira el ideal de Belleza. Se encuentra en la


columna de la derecha, debajo de Hesed y viene a decirnos que en la vida además de lo útil
también debe destacar lo bello, el detalle sutil que armoniza el conjunto, el perfume que da
sentido a la flor y que atrae a los insectos para que la fecunden. Netzah representa la
sensibilidad que ofrece inspiración a los artistas y a los enamorados material para alimentar su
amor. Es el encargado del envoltorio, el que dotará el impulso de atractivo y le conferirá un
toque de seducción.
Llegado este punto deberemos plantearnos si el libro va a aportar belleza, si entrará a través de
los sentidos. Es el momento de pensar en una portada llamativa.

El atributo de Hod es la Verdad. Superada la fase de la belleza es preciso preguntarse cuál es el


mensaje que encierra el proyecto. Llega el momento del análisis y la síntesis, es preciso
configurar el resultado final, prever la estructura definitiva. También deberán estudiarse las vías
de comunicación a utilizar para que el producto se expanda en la sociedad.
En el caso del libro, es el momento de analizar el contenido que se le quiere dar, de decidir el
número de páginas, el cuerpo de las letras, el formato y decidir los medios que van a utilizarse
para que pueda llegar al público.

Yesod es el tercer Séfira de la columna del Equilibrio y su esencia es la Imaginación. Las


virtudes que deben desplegarse cuando el proyecto alcanza esta fase son las de la paciencia, la
visualización del resultado que se desea y la visión de una imagen global. Cabe pues apartarse
un poco de la empresa y tratar de visualizarla en su conjunto.
Con referencia al libro, es el momento de imaginarse la incidencia que tendrá la historia que
relatamos en los lectores.

Finalmente, Malkuth representa nuestro Yo físico, el planeta Tierra, nuestra personalidad


material. Malkuth nos marca la cristalización, la realización en el ámbito físico de aquel
propósito que se inició en Kether.
Cuando el proyecto de escribir un libro llega a Malkuth, es el momento de proceder a escribirlo,
de materializar el impulso inicial.

La primera vuelta ha terminado, pero la


escritura del libro traerá una serie de
experiencias que deben ser trasladadas al Ego
superior. Así cuando se llega a Malkuth, se
reinvierte el flujo y se empieza a subir de nuevo
por el árbol, pero en este caso soltando lastre,
es decir, asimilando la esencia de la
experiencia que se ha vivido.
La actividad de los nueve primeros Centros
sobre el décimo, que somos nosotros, es lo que
va formando nuestra conciencia en el correr de
las encarnaciones. Cada uno tiene sus leyes y
sus principios, y para que podamos
aprenderlos, las Jerarquías Espirituales que
dirigen nuestra evolución nos sitúan, en una
determinada vida, "más cerca" de un
determinado Centro que de otros.

Para saberlo contamos con el Horóscopo de


nacimiento de cada persona, que permite saber
cuáles serán los Centros que en cierto modo
"descansan" y cuáles son los activos en su
presente vida. De esta forma, a través de la
Astrología Cabalística se podrá orientar a la
persona respecto al trabajo que ha elegido realizar.
El análisis de la propia vida y de sus circunstancias, fijándonos en las claves que emanan de
cada Séfira, nos servirá para ver qué desarrollamos más en el acontecer diario.
Por ejemplo, Yesod nos mostrará al soñador, al imaginativo, al que moldea su realidad hasta
convertirla en algo apetecible. Las personas nacidas bajo
el signo de Cáncer se encontrarán en la órbita de Yesod.
El dominio de Hod dará el intelectual, el crítico, al que sabe analizar una situación y al que es
capaz de comunicar adecuadamente sus ideas. Las personas nacidas bajo los signos de
Géminis y Virgo se encontrarán en la órbita de Hod.
Netzah nos acercará al artista, a la persona sensible, al que es capaz de utilizar la diplomacia y
de regalar flores o bombones; el que se preocupa por su aspecto exterior. Los signos de Tauro y
Libra le serán cercanos.

La persona afín a Tiphereth será el prototipo del que actúa siguiendo los dictámenes de su
conciencia, que será ecuánime y fiel a un código de conducta. Los nativos de Leo representan
este Centro energético.
Gueburah nos traerá al justiciero, al irascible, pero también al que posee buenas dosis de
energía para llevar a cabo su labor; al que sabe rectificar sus errores. Características todas ellas
relacionadas con los signos de Aries y Escorpio.

Hesed representa al político, al que ostenta poder, pero también al fogoso, a aquel que pone
toda la carne en el asador para llevar a cabo sus propósitos. Sagitario y Piscis son los signos
que representan a Hesed.
Binah trae el legislador, el juez, el administrador de justicia, la persona que se rige por unas
normas y que nunca se saltará un semáforo; el que estructura la vida según un código.
Capricornio y Acuario son los más cercanos a Binah.
Hochmah y Kether carecen de correspondencia astrológica y por lo tanto el ser humano sólo
puede acercarse a sus características de lejos, sin que ello pueda ser determinado a través de
la astrología.

Los nueve primeros Séfiras, excluyendo Malkuth que somos nosotros, representan nueve
grupos de facultades que debemos adquirir. Cuando hayamos recorrido todos los Senderos que
unen los Séfiras, de arriba, abajo y de abajo, arriba, nuestro trabajo humano habrá llegado a su
final.

Usted se ha autentificado como Jairo de Jesus Buendia Bolon (Salir)

Lección 6 La unión masculina-femenina


El trabajo humano, la armonía
La Biblia relata diferentes historias sobre hermanos enemigos y se cuenta en ellas que los
favores de Dios van hacia el menor. Veamos qué se quiso significar con ellas.
Cuando se habla de dos hermanos, representan las dos columnas opuestas del Árbol de la
Vida. El hermano menor está designado por la columna de la derecha, y el mayor representará
la columna de la izquierda. Esta atribución está condicionada a las necesidades de cada uno. La
columna de la derecha representa la Energía o Espíritu y la de la izquierda, la Materia.

En nuestro estado evolutivo actual, nos resulta imposible vivir en un cuerpo energético:
necesitamos un envoltorio físico. La personalidad física representa pues el hermano mayor, el
cual lleva dentro el Yo-Energético, que es el hermano menor, el auténtico heredero de la
espiritualidad, sin el cual al hermano mayor le resultaría imposible existir.
Por otra parte, tal como sabemos, el germen de nuestro cuerpo físico fue plantado antes que los
gérmenes de nuestros cuerpos de deseos y mental, de modo que mientras la entidad física es
ya mayor y organizada para expresar la vida, nuestras entidades espirituales son todavía
menores.

Cuando la Biblia nos dice que Caín mató a su hermano Abel, debemos interpretarlo en el
sentido de que la personalidad material o hermano mayor excluyó de su vida a la tendencia
interior, la heredera de la luz, la que podía aportarle inspiración sobre cómo se organiza el
cosmos. Muerta esa tendencia en él, Caín sólo se guiaría por el conocimiento que le aportara la
experiencia, sin reconocer otra verdad que la que se desprende de la práctica y la observación
(tengo que verlo para creerlo).
Ya hemos visto que en la columna de la izquierda operan los Luciferes, cuya plaza fuerte es
Gueburah. Hemos comentado también que en ese Séfira se expresa la justicia divina en forma
de Rigor. Cuando el ser humano abandonó el paraíso; es decir, cuando renunció a seguir el
camino que le ofrecía la gracia divina, los Luciferes fueron autorizados a comunicar su sabiduría
al hombre, de manera que éste pudiera volver a la gracia por el atajo de la experiencia que a
menudo es generadora de dolor.

El camino del dolor es mucho más corto que el de la gracia, puesto que el dolor nos aporta un
conocimiento inmediato de una realidad que quizá hubiéramos tardado siglos en intuir sin la
ayuda de la experiencia material.
Los Luciferes son los directores del deseo humano y para aportar su experiencia y su ayuda
necesitan que el ser humano experimente deseos. En cuanto los experimentamos, allí aparece
un lucifer dispuesto a complacernos, poniendo el objeto de deseo a nuestro alcance. Estamos
hablando de los deseos de tipo inferior, es decir, los que nos atan a las personas y a las
situaciones, los que entrañan un apego. Cuando seamos capaces de emitir deseos de orden
superior, sublimes, los luciferes habrán terminado su labor porque les resultará imposible
soportar la alta vibración de nuestros cuerpos. Significa que en el momento que uno se libera de
los deseos-chicle, cuando se produce un desapego, nos liberamos al mismo tiempo de las
fuerzas internas que nos oprimen. Además, se puede añadir que el sentimiento de libertad que
ello nos proporciona es inenarrable, como la relajación que se obtiene al final de un examen
importante.

Pensamiento y deseos se encuentran en polaridades opuestas. En el ser poco evolucionado el


pensamiento establece su sede en el cerebro y el deseo en el órgano sexual, de modo que el
exceso de actividad del centro de deseos impedirá que la mente funcione en el ámbito creador y
la generación se hará a través de los órganos de procreación inferiores.
Pero cuando la persona se encuentra de retorno de las experiencias materiales, el centro de
deseos sube hasta el corazón y el pensamiento baja hasta ese órgano. Entonces es cuando el
hermano muerto resucita y las dos tendencias, vivificadas, persiguen objetivos comunes. Jesús-
Cristo fue el encargado de realizar para nosotros esa unidad.

Pero volvamos a Caín, es decir, al hombre impulsado por los deseos. La Biblia nos refiere como
fueron los descendientes de Caín, quienes lo inventaron y lo descubrieron todo. Ellos forjaron
los metales, construyeron máquinas, edificaron casas; ellos dominaron los elementos, crearon la
artesanía, la música, el arte. La raza de Caín es, por excelencia, una raza de constructores,
puesto que opera en la columna de la izquierda que, como hemos visto, es la de las
cristalizaciones y la materialidad.
Pero nada duradero puede edificarse basado exclusivamente en los poderes emanados de la
izquierda. Es en la derecha que se encuentra la raíz de la inmortalidad. Las Formas, a menos
que estén vivificadas por la Energía, se desmoronan. Es por ello que la civilización de Caín se
desplomó. Las aguas del Diluvio terminaron con las construcciones cainistas.

Hemos hablado de cómo la humanidad primigenia, representada por Adán y Eva, tuvo que
abandonar la esfera de Hesed-Paraíso para refugiarse en la esfera de Gueburah-Necesidad,
donde se ganó el pan del conocimiento con el sudor de su frente. Gueburah es el reino de Caín,
un lugar del que el alma humana debe salir. Si el exceso de goces nos aparta inexorablemente
de un universo de bondad y gracia, el exceso de rigor, de crueldad, nos apartará igualmente de
la esfera en la que era posible el ejercicio de ese poder.
Vemos en el Árbol que tras Gueburah viene Tiphereth, en la columna central. Ese hubiera
debido ser el camino de la humanidad tras la catástrofe diluviana, pero Tiphereth es una
conquista del alma humana. Supone el equilibrio entre dos tendencias y para que ese equilibrio
pueda existir las dos tendencias deben permanecer vivas. Ya hemos visto que en la civilización
de Caín, el hermano Abel estaba muerto y, por lo tanto, era imposible que se produjera el
equilibrio. El Séfira que empezó a regir con el Diluvio fue Netzah, el que está más abajo en la
columna de la derecha.

En el dominio de los elementos, el Fuego rige la columna de la izquierda y el Agua corresponde


a la columna de la derecha. Las aguas de Netzah fueron pues las que sumergieron la
civilización de Caín, instaurando el reino de Noé, descendiente de la tendencia abeliana.
Las Formas cambian y la Energía permanece. O sea, Caín morirá y resucitará bajo mil formas
distintas, pero Abel subsistirá. Puede permanecer como muerto, sin actuar, sin voz ni voto.
Si llevamos el relato bíblico a nuestra realidad psíquica, diremos que Caín y Abel son dos
tendencias que existen en cada uno de nosotros y la mayor, la que nos impulsa por el camino de
la experiencia y de la ciencia, somete siempre a la menor, que es la que guarda contacto con la
divinidad.

Entonces nuestro Caín interno, liberado de la voz de la conciencia representada por Abel, crea y
estructura el mundo según sus deseos. Caín es el que gana dinero, el que preside consejos de
administración, el que mueve la industria, el que poluciona, experimenta y comete errores, el
que ha convertido el mundo en lo que hoy es.
Mientras tanto Abel actúa sigilosamente en el inconsciente. El hombre apenas detecta su
presencia: para él está muerto. Pero cuando Caín colma con la última gota el receptáculo
sefirótico en que actúa, las aguas de Netzah se ponen en movimiento y lo inundan todo,
sepultando a Caín en lo profundo del inconsciente.

Este es el gran peligro que acecha a los ejecutivos agresivos, a las personas demasiado
atareadas para tomarse cinco minutos al día para pensar en ellas mismas: el hundimiento de su
razón en las Aguas purificadoras de Netzah. Podríamos citar muchos ejemplos de seres que
dirigían industrias, bancos, negocios internacionales y que de pronto han visto oscurecerse su
razón y se han convertido en simples de espíritu. Los médicos dicen que se han vuelto locos.
Son locos pacíficos que razonan como si su inteligencia se encontrara sepultada bajo una
avalancha de emociones: están viviendo en su psique el episodio del diluvio universal.
Hoy en día una enfermedad se extiende de Este a Oeste y de Norte a Sur, la llaman depresión y
obliga a las personas que la padecen a modificar su cuadro de valores y a tomar conciencia de
lo que ha sido hasta ese momento su vida.

Como podemos constatar, el relato bíblico describe el proceso de desarrollo del alma humana
en su camino de involución hacia la materia y evolución hacia sus fuentes divinas. Existen hoy
en día grupos de seres humanos que viven en el periodo paradisíaco; grupos que están
saliendo de él expulsados; otros que matan al hermano menor; algunos actúan sin la ayuda de
su conciencia y otros sucumben al diluvio... Si escribiéramos la biografía de esas distintas
tribus, podríamos reconstituir a través de ellas el relato bíblico.
Con el reino de Noé la Gracia vuelve al mundo y Abel resucita. Se inicia entonces una
civilización - una etapa psíquica - en la que se hace tabla rasa del pasado y el hombre vive para
la plegaria y el rito. También en el mundo encontramos muchos ejemplos de hombres que
abandonan el conocimiento por la fe, sin ser capaces de unir estas dos tendencias destinadas a
trabajar conjuntamente. Caín había muerto, pero su estirpe reapareció en uno de los tres hijos
de Noé, tres hijos que venían a representar cada una de las tres columnas del Árbol de la Vida.

Nuestro trabajo humano, en la etapa involutiva, consiste en equilibrar las distintas tendencias,
las que proceden de la columna de la derecha y las que proceden de la columna de la izquierda,
viviendo con la conciencia anclada en la columna del centro.
En la Biblia esos trabajos son descritos a través de la historia de Jacob.

Esaú y Jacob

Relata el libro sagrado que Isaac tuvo dos hijos: Esaú y Jacob. Esaú era el mayor y representa
la columna del Rigor o la Severidad, era cazador, violento, un hombre lanzado al enfrentamiento
con las experiencias físicas. En cambio Jacob era dulce y apacible: era el representante de la
columna de la Gracia o la Bondad, lo mismo que Abel. Podemos decir que Jacob es Abel y Esaú
es Caín en un nuevo ciclo evolutivo.
Un día, llegando Esaú cansado de bregar por los campos y viendo que su hermano Jacob
estaba cocinando, le vendió sus derechos de primogenitura a cambio de un plato de
lentejas.
A través de personajes, la historia explica un mecanismo cósmico, según el cual, será
proporcionando alimento a Esaú (Rigor-cuerpo físico), que Jacob (gracia-espiritualidad) podrá
conseguir que sea reconocida su supremacía. Las lentejas de Jacob representan el alimento
espiritual y cuando nuestra personalidad física - Esaú - llega exhausta y desanimada por los
avatares de la vida, debe encontrar la otra personalidad, la eterna, que la reanime, ofreciéndole
el alimento que le abrirá los ojos hacia ese mundo superior.
Vamos a explicarlo de otra manera. Pongamos el caso de una persona que acude a un coach
para obtener respuestas, porque el desánimo estaba haciendo mella en tu vida y tenía fe en que
el conocimiento de los mecanismos cósmicos le ayudaría a cambiar su visión de los
acontecimientos. A eso nos referimos al decir que en el momento que las circunstancias
adversas nos empujan al desespero, lo ideal es encontrarse con la otra personalidad, con esa
otra parte que casi siempre mora en el inconsciente y que es capaz de ofrecer respuestas que
nos proporcionen el sosiego y la tranquilidad necesarias.

Todos tenemos que vivir el sublime momento en que nuestro Esaú interno reconoce la
superioridad del hermano que lleva dentro; la hegemonía de nuestra naturaleza espiritual, con
sus normas, sus leyes, sus gestos y actitudes. Y si un día llegamos a casa abatidos,
defraudados, fracasados en nuestro empeño, es preciso que nuestro Jacob-Espíritu nos
aguarde con su plato de lentejas para reanimaros y crear en nosotros una nueva ilusión, y es
preciso que estemos entonces dispuestos a firmarle la primogenitura.
Si nuestro Yo Eterno deja de inyectarle nueva vida a la personalidad pasajera que combate, es
que un mecanismo cósmico se ha estropeado en nosotros y necesita de urgente reparación.

Pero después, refiere la historia, los dos hermanos se combatieron aún y Jacob tuvo que huir.
También Jesús tuvo que huir para escapar del furor de Herodes. El que la personalidad material
reconozca en un momento de necesidad la primacía de la espiritual representa un paso, pero es
absurdo pensar que de la noche a la mañana vamos a comportarnos según las leyes de los
mundos superiores. Será preciso recorrer un largo camino, y la personalidad interior, la divina,
deberá permanecer separada de la otra, creciendo, en otro ambiente. Así, la personalidad
sagrada se manifestará en determinadas horas de la jornada, al igual que su hermana la
material.

¿Cómo saber el espacio que debemos ofrecerle a cada una? Algunas personas se pasan el día
rezando y desatienden sus deberes familiares. Ellos dicen que así desarrollan su espiritualidad.
En la Biblia se dice que Jesús-Cristo permaneció muchos años en el exilio. Significa que la
personalidad superior sólo puede aparecer y extender su dominio cuando la otra está
preparada.

Dicho de otro modo, sólo después de haber cumplido con las obligaciones “profanas” uno puede
dedicarse a las sagradas. De lo contrario la persona se encontrará sumida en una lucha
continua que le impedirá desarrollar correctamente las funciones de una o de otra. Está
establecida en nuestra sociedad la necesidad de ganar dinero para vivir, pues esa será la
primera obligación del ser humano, cuidar de su familia, de sus necesidades básicas. Una vez
cumplidas, entonces puede dedicarse a alimentar su personalidad superior sin que se
produzcan enfrentamientos.

Después de conseguir el reconocimiento del hermano mayor, Jacob tenía que obtener la
bendición de su padre y para lograrlo tuvo que vestirse con los ropajes de Esaú. Es decir, la
personalidad material nunca puede fundirse con la espiritual, ya que constituye la parte faltada
de luz y su fundición con la otra significaría su desintegración. Tiene que ser la espiritual, la
heredera de la divinidad, la que aparezca vestida con el disfraz de la otra. Lo inferior
desaparece al ascender, mientras que lo superior siempre puede descender a un mundo más
denso. Ese es el misterio de Binah, que ya hemos explicado, cuyas claves son la humildad y la
resignación.
Reconocido por el hermano y reconocido por la instancia espiritual superior, representada por el
padre, Jacob, el unificador de las dos columnas, huye para consolidar esa unión mediante el
trabajo.

De la columna de la derecha nos viene la inspiración divina; de la columna de la izquierda el


conocimiento por medio de las experiencias materiales. El ser necesita unir ambas virtudes. La
Revelación Divina debe ser expresada a través de la vida material, convirtiendo la Ley en
piedra. Por ello Jacob, que era el heredero de la divinidad, tuvo que trabajar duramente, años y
años en casa de su tío Labán, representante de la columna de la izquierda, puesto que era
hermano de su madre, y la mujer, como ya hemos dicho, se encuentra inscrita en la izquierda.

En su huida por el desierto, Jacob durmió, apoyada su cabeza en una piedra y tuvo el famoso
sueño de la escalera que unía el cielo con la tierra, por la que subían y bajaban los Ángeles, al
final de la cual el Eterno aparecía para prometerle que su posteridad se extendería por los
confines del mundo, de Norte a Sur, de Este a Oeste.
Esa visión de la organización cósmica aparece siempre en aquellos que han conseguido
establecer una cabeza de puente entre la espiritualidad y la vida material. Surge entonces la
evidencia de ese nuevo mundo y el alma que se ha impregnado de esa certeza, ya nunca más
dudará. La indecisión dejará de ser la fuente que alimente su esperanza, ya que tendrá la
rotunda certeza de la existencia de Dios y la persuasión del fabuloso futuro que lo aguarda.

Fortalecido por la evidencia de la Eternidad, Jacob inicia sus trabajos en casa de su tío. Cuenta
la leyenda que Labán tenía dos hijas: Lea y Raquel. Lea, la mayor, era fea y desgarbada;
mientras que Raquel, la menor, era bella y dulce. Jacob se enamoraría de Raquel, que
representa la columna de la derecha.
Jacob obtiene de su tío la mano de Raquel, pero, siendo pobre, el futuro suegro le pide que
trabaje siete años para él, a fin de ganársela. (Siete años es el tiempo simbólico que permite a
los siete Séfiras inferiores: Hesed-Gueburah-Tiphereth-Netzah-Hod-Yesod moldear con sus
vibraciones la obra que se está cociendo).

Pero al término de esos siete años y celebrados ya los esponsales, Jacob descubre al despertar
de su noche de bodas, que era Lea la que se encontraba en el lecho nupcial en lugar de la bella
Raquel.
Esa sustitución significa que antes de obtener frutos de la columna de la Gracia, es preciso
obtenerlos de la columna del Rigor (como hemos dicho antes con lo de ganar dinero y cuidar la
familia.) Es decir, es el conocimiento de las leyes del mundo lo que nos permitirá después
aplicar con justicia la bondad divina. El Bien sólo puede hacerse cuando se sabe, cuando se
conoce, ya que sin ese conocimiento previo, ocurre que uno cree de buena fe que está obrando
bien, cuando en realidad está cometiendo un error.

Jacob tuvo que fecundar el Rigor (Lea), antes de recibir los frutos de la Gracia (Raquel.) Al
darse cuenta de la sustitución, apunta la historia, Jacob protestó ante su suegro y Labán se
limitó a responder que antes de que se casara su hija menor, era preciso matrimoniar a la
mayor, y es por ello que la había substituido. Para ganarse a la menor, sólo tenía que trabajar
otros siete años para él y sería suya. O sea, Labán se limitó a enunciarle la ley cósmica, tal
como la acabamos de explicar: primero deben generarse obras en el mundo material antes de
poder sacar provecho de los mundos espirituales.

Ya tenemos pues a Jacob trabajando de nuevo para conquistar a la linda Raquel mientras
insemina hijos a la oscura Lea. Nacen así seis hijos de Lea, otros dos engendrados por Jacob a
la esclava de Lea, ambos correspondientes a obras de la columna del rigor, más otros dos
engendrados a la esclava de Raquel y dos con la propia Raquel: José y Benjamín.
Benjamín fue el último de los hijos de Jacob. Cuando Raquel se encontraba embarazada de él,
Jacob pidió a su suegro Labán que lo dejara marchar a su tierra natal, la tierra santa, ya que
Benjamín sólo podía nacer allí. ¿Por qué? Porque Benjamín significaba para Jacob, o sea, para
el alma humana, el trabajo que coronaba su obra. Con él alcanzaba su doceavo hijo, es decir,
había realizado todas las experiencias humanas posibles, una por cada signo del zodiaco, lo
mismo que Hércules con sus doce trabajos. Benjamín significaba la perfección y cuando ésta
llega, uno se encuentra inevitablemente en su sitio, en su sede. A Benjamín le resultaba
imposible nacer en «tierra extranjera», en el «país de los enemigos», es decir, en un estado
psíquico alterado, en un estado inferior al realmente alcanzado.

Jacob se marcha de la tierra de Labán, de la tierra del aprendizaje, con sus mujeres, sus hijos,
sus criados, sus reses, es decir, enriquecido con todas las experiencias de su periodo de
pruebas, y va al encuentro de su hermano Esaú, que se pone también en camino para recibir a
Jacob.
El encuentro y la fusión en un abrazo reconciliador de los dos hermanos tiene lugar en tierra de
nadie. Cuando se han realizado en el interior del individuo las tareas unificadoras del
pensamiento y del deseo, el primero baja y el segundo sube hasta el corazón, donde se funden.
Ese viaje simbólico de Esaú hacia Jacob y de Jacob hacia Esaú es la escenificación de esta Ley
natural.

Jacob y sus doce hijos simbolizan pues el estado espiritual del hombre abierto emotivamente a
todas las corrientes vitales, sensible al completo latir del cosmos; el hombre que ha creado
obras con las doce fuentes de energía primordiales que son los 12 signos del Zodiaco, habiendo
alcanzado el punto central simbolizado por el Séfira Tiphereth.
Jacob es el símbolo del alma humana en su peregrinación por el mundo material. Nuestro
Trabajo consiste en abrirnos a todas las corrientes procedentes de los distintos centros de vida
(representados en el Árbol), que son los ingredientes primarios utilizados por Dios para formarlo
todo.
Jacob había conseguido estar conectado con las 12 grandes corrientes zodiacales y en la Biblia
se expresa este hecho diciendo que tuvo doce hijos, que formarían el Pueblo Elegido, o sea, las
12 tribus de Israel.

La palabra Israel, formada por las letras hebraicas Yod-Shin-Reish-Aleph-Lamed, significa: El


Pensamiento Divino, interiorizado en el hombre, une la acción divina a la humana para producir
conjuntamente nuevas cosechas. Es decir, la palabra Israel designa al hombre-Dios, creador
potencial de un nuevo universo.
Como Jacob es un estado espiritual, el «pueblo» que nació de él, más que un pueblo físico, es
un pueblo mítico. Los herederos de Jacob son todos aquellos que han realizado los trabajos
internos que consisten en abrir sus almas a todas las corrientes espirituales y que se hallan
dispuestos a colaborar en la Obra de Dios.

Dios juzgó que el hombre había alcanzado la madurez necesaria para recibir el Cuerpo Mental,
aunque en realidad sólo un grupo de ellos había alcanzado ese estado de madurez, un grupo
que estaba realizando duros trabajos en Egipto, el país donde la espiritualidad había
conseguido el máximo esplendor posible. Ese grupo estaba formado por los descendientes
espirituales de Jacob.
Dios proyectó entonces sacarlos de una «tierra» en la que resultaba imposible implantarles el
cuerpo del pensamiento. De modo que la «salida de Egipto» relata un acontecimiento natural
que se produce en nuestra psique, puesto que cuando pasamos de un estado anímico a un
estado superior, se puede decir que «salimos» de lo que era antes nuestro universo, para entrar
en otra «tierra.»

Este «viaje», siendo una experiencia interior, se exterioriza muy a menudo, puesto que por ley
natural acabamos siempre volcando al exterior lo que llevamos dentro. Muchos de los que han
conquistado la espiritualidad han realizado esta conquista en el curso de un viaje,
encontrándose en el extranjero, o entrando en relación con alguien de otra ciudad.
El grupo de “Elegidos”, los que iban a ser los israelitas, salió pues de Egipto, que representa el
estadio psíquico anterior, para instalarse en esa Tierra Prometida a que les llevaría la posesión
del Intelecto. El tránsito de un estado a otro resulta a menudo traumático, porque el Señor que
regía nuestro estado anímico anterior, reclama sus derechos, quiere ejercer su mandato,
sometiéndonos a su ley. Los que han vivido este accésit espiritual saben todo lo exigente que es
su anterior Señor, que los impulsa constantemente a practicar los hábitos de antaño,
empeñándose en reinar sobre un mundo interior que está muriendo, que está sufriendo las 12
plagas.
Esa lucha por emerger hacia lo superior es descrita en la Biblia por la persecución de los
egipcios hasta la catástrofe del Mar Rojo, frontera imposible de salvar por las fuerzas inferiores.

Se produce entonces el episodio del Maná cayendo del cielo. Ese alimento místico, destinado al
Pueblo Elegido, es el cuerpo del pensamiento. Así nos relata la Biblia la forma en que las
jerarquías divinas insuflaron el intelecto a la élite espiritual de la humanidad.
En los momentos cruciales es cuando una parte de la humanidad se queda atrás, pasando a
formar parte de la cohorte de los rezagados. Los que fueron aptos a recibir el cuerpo mental,
eran sólo una parte y Dios les impuso ciertas reglas, la más importante: evitar relaciones
sexuales con elementos de otros grupos, con los que fueran incapaces de recibir el cuerpo
mental.

Lo superior nunca puede cohabitar con lo inferior sin inferiorizarse, de modo que los llamados
debían mantener entre ellos una cierta tensión vibratoria para poder soportar la implantación del
cuerpo mental. Algunos obedecieron, pero otros se saltaron la consigna; o sea, que entre los
llamados, sólo algunos pudieron ser Elegidos, y los que fallaron en la prueba, «casándose con
las hijas de los hombres», se vieron desconectados del grupo de cabeza.

Algunos de los que fallaron en la prueba, al darse cuenta en el examen que todos realizamos
después de la muerte, del error que habían cometido, tomaron propósito de enmienda, evitando
volverse a casar con individuos de otros pueblos, y al volver a la vida así lo ejecutaron. Pero su
propósito resultaba ya ineficaz, puesto que el Pueblo Elegido para recibir el cuerpo mental ya lo
había recibido y ellos se encontraban en la misma posición que los rezagados: era inútil pues
conservar una pureza de raza.
En la vida todo sucede a su debido momento y el niño sólo come filete cuando sus dientes y su
estómago están listos para asimilarlo.

Usted se ha autentificado como Jairo de Jesus Buendia Bolon (Salir)

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