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Alemania pioneros en la protección del medioambiente

Los alemanes son maestros de la separación de residuos, se preocupan por el cambio


climático y compran productos “bio”.

Todo empezó hace muchos años, con la decreciente calidad del aire y los bosques
agonizantes. Willy Brandt, aspirante en 1961 a canciller de Alemania por los
socialdemócratas del SPD (Partido Socialdemócrata de Alemania), dijo entonces: “El cielo de
la comarca del Ruhr debe volver a lucir azul”.

El medioambiente es lo primero

Desde entonces, la protección medioambiental se tomó cada vez más en serio.


Desaparecieron los vertederos de las ciudades y fue ganando importancia el reciclaje. La
calidad del agua de los ríos mejoró tanto, que el entonces ministro de Medioambiente, el
popular Klaus Töpfer, se sumergió en aguas del Rin acompañado por una oportuna cámara.
Las industrias instalaron filtros en sus dependencias y los alemanes siguieron con interés los
escándalos medioambientales en el mundo. En 1986, “Chernóbil” se convirtió en la palabra
del año.

Sostenibilidad

Según las encuestas, la protección del medioambiente es muy importante para los alemanes
y el estado del medioambiente se sitúa en uno de los puestos más altos entre sus
preocupaciones. En 2014, el 73 por ciento de los alemanes dijo que el medioambiente se
encontraba en buen estado general. Hay dos cuestiones que contribuyen a este resultado:
tras interminables debates, Alemania abandonará la energía nuclear y el país ha emprendido
un camino sin retorno hacia las energías solar y eólica.

Actualmente, el 50 por ciento de los encuestados considera que la protección del


medioambiente también es importante para asegurar la competitividad del país en el futuro.
Y, al contrario de lo que señalaban las encuestas de los años precedentes, la mayoría de los
alemanes ya no cree que haya que decidir entre la protección del medioambiente y la
conservación de puestos de trabajo.

Y como los alemanes separan sus residuos con tanta eficacia y compran tantos productos
“bio” que los agricultores locales apenas pueden satisfacer su demanda (y eso que los
alemanes tienden en general a comprar alimentos lo más barato posible), las últimas
encuestas aseguran que tienden a vincular cada vez menos los temas medioambientales con
problemas de actualidad. Por el contrario, los alemanes destacan las oportunidades que
surgirán en el futuro de la protección del medioambiente. De manera sostenible, un
concepto que ha enraizado firmemente en el vocabulario alemán.

(ESTO ES INDICE DE PLANETA FELIZ ABAJO ESTA EL LINK)


Índice de Felicidad

Alemania logra un índice de Happy Planet Score de 29.8 y ocupa el lugar 49 de todos los
países analizados.

Esperanza de vida

Alemania ocupa el puesto 19 de 140 países analizados y la esperanza de vida es de 80.6 años.

Bienestar 6.7/ 10

Alemania ocupa el puesto 24 de 140 países analizados.

Huella Ecológica

Alemania ocupa el puesto 114 de 140 países analizados. Hectáreas globales por persona. 5.3

Desigualdad 8%

Alemania ocupa el puesto 13 de 140 países analizados.

http://happyplanetindex.org/countries/germany

PRODUCTO NACIONAL NETO ECOLOGICO

Alemania no está preparada para escasez de materias primas, la industria alemana depende
enormemente de los metales, pero de sus suelos se extraen muy pocas materias primas y
casi ningún empresario tiene un plan emergente para responder a un eventual
desabastecimiento global.

Aunque hace cuarenta años ya se sabía que nacerían cada vez menos niños en territorio
germano y que el sistema de jubilación nacional se vería negativamente afectado por esa
tendencia demográfica, las décadas pasaron y se hizo poco para enfrentar ese problema. Y si
las cosas siguen como van, pronto se podrá contar una historia similar sobre el sistema de
adquisición de materias primas de Alemania. Los peligros que el desabastecimiento puede
traer consigo ya están a la vista.

Después de todo, la industria del país depende enormemente de los metales, pero de sus
suelos se extraen muy pocas materias primas, señala el director del Instituto de la Economía
Alemana (IW), Michael Hüther. “Como la mena ha dejado de explotarse, lo único que
producimos son los llamados metales secundarios. Es decir, el material que reciclamos con
miras a reutilizarlo en la producción de bienes y productos”, explica el experto. Eso implica
que Alemania importa casi todos los metales que usa.

Las empresas pequeñas son las más vulnerables

De ahí que la seguridad del abastecimiento y la evolución de los costos de las materias
primas sean temas que atizan la preocupación de la clase empresarial germana. El precio de
los metales empleados en la industria se ha triplicado desde 1999 y eso encarece los costos
de las etapas posteriores del proceso productivo. “En Alemania nos estamos viendo
confrontados con problemas de competitividad, aún sin que la escasez de materias primas
haya empezado”, advierte Hüther.

La mitad de los empresarios alemanes cree que sus competidores en países ricos en materias
primas tienen ventajas innegables, pero, en Alemania, muy pocos han tomado precauciones
para cuando se presente la verdadera crisis. Casi ninguna compañía tiene un “plan B” para
responder a un escenario marcado por la escasez de metales. La mayoría de las empresas
grandes y medianas ha diseñado estrategias para guardarse las espaldas, pero en un cuarto
de las empresas pequeñas esas previsiones brillan por su ausencia.

Aunque este es el país donde se está realizando la COP23, que reúne a 196 países para
enfrentar el cambio climático, la organización Oil Change International reveló que, desde el
2009, el país no reduce sus emisiones de dióxido de carbono.

El paisaje que lleva de Colonia a Bonn, donde representantes de todo el mundo están
escribiendo la letra menuda del Acuerdo de París en la conferencia sobre cambio climático
de este año, está salpicado de enormes chimeneas que exhalan un humo blanco y denso: los
gases que quedan tras la quema del lignito y el carbón, los dos tipos de combustibles fósiles
más contaminantes.

Este panorama no es excepcional en Alemania. De hecho, el 40 % de la energía que produjo


el país en 2016 provino de estos dos recursos naturales. Si a eso se añade el uso de derivados
del petróleo y el gas natural, el 58 % de la energía que usó Alemania el año pasado fue sucia,
según datos de la organización Clean Energy Wire, una ONG que recolecta datos oficiales de
los países.

El resultado de esta “adicción al carbón”, como llamó la cadena de televisión alemana DW al


fenómeno, es que, desde 2009, el país no reduce sus emisiones de dióxido de carbono, de
acuerdo con un informe lanzado por Oil Change International.

Alemania es, de lejos, el mayor productor de lignito a nivel mundial: datos de 2015 revelan
que el país explotó 180 millones de toneladas del recurso fósil más contaminante que existe.
Lo más grave es que la tendencia no parece ir hacia atrás: entre 2014 y 2016, el gobierno se
gastó US$13.000 millones explorando nuevas minas de lignito y pozos de petróleo. Casi el
doble de lo que puso para desarrollar energías renovables (US$8.000 millones).

Según Oil Change International, el sector de hidrocarburos tiene frenados los esfuerzos para
“descarbonizar” la economía alemana. El informe explica que la energía solar y eólica está
llenando el vacío que los reactores nucleares han ido dejando atrás, a medida que se apagan
en todo el país. Pero la explotación y producción de energía con carbón y lignito sigue
intacta.

ESTO ES OPCIONAL

Ranking de países por PIB estimado (según el FMI) de 2016


Fuente: Fondo Monetario Internacional

Friburgo, la ciudad "más ecológica y sostenible" del mundo

Friburgo era gris como la ceniza, pero ahora es verde y quiere ser aún más verde.

El aire que se respira es más puro que en otros sitios. Los lugareños se enorgullecen del bajo
nivel de CO2 que emite Friburgo: según datos oficiales, han logrado reducirlo en un 20%
desde la década de 1990 y aspiran a disminuirlo un ambicioso 50% en 2030.

"Tenemos claro que esta ciudad ofrece una mejor calidad de vida que las demás debido a su
apuesta verde", comenta Jens, un estudiante, mientras camina hacia la biblioteca
universitaria.

La primera pregunta que surge es cómo ha logrado ser tan ecológica esta ciudad ubicada en
el estado federado de Baden-Württemberg.

"La mentalidad de la gente, su fuerte compromiso con la sostenibilidad, ha sido fundamental


para conseguirlo", le explica a BBC Mundo el alcalde Dieter Salomon, quien —no
sorprende— pertenece al Partido Verde.
"Friburgo es una de las cunas del movimiento ecologista en Alemania. Aquí el activismo
medioambiental se remonta a los años 70, cuando los pobladores se levantaron contra una
planta nuclear. El verde está en nuestro ADN".

Referencia:

https://www.dw.com/es/pioneros-en-la-protecci%C3%B3n-del-medioambiente/a-18699119

https://www.dinero.com/internacional/articulo/friburgo-la-ciudad-mas-ecologica-y-
sostenible-del-mundo/252509

http://economipedia.com/ranking/paises-por-pib.html

https://www.dw.com/es/alemania-no-est%C3%A1-preparada-para-escasez-de-materias-
primas/a-16872110

https://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/la-verdad-incomoda-de-alemania-
articulo-722363

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