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UNAN-LEÓN
Para llegar a éste estado resultante, en cuanto al verdadero oficio del historiador,
fue ineludible la evolución que experimento las ciencias históricas con el paso del
tiempo. Hasta inicios del siglo XX la historia como ciencia, se ocupaba de plasmar
los hechos históricos de forma coherente a la luz de los documentos, mediante un
análisis denominado método critico3, procedimiento empleado por la escuela
positivista desde el siglo XIX.
El siguiente dialogo ficticio, entre los que consideramos los cuatro exponentes más
importantes de la historiografía, pone de manifiesto, no una ciencia en
construcción, más bien el desarrollo constante y esperado del pensamiento y la
intelectualidad del hombre.
1
Pérez Brignoli, Héctor. 1995. Introducción a la Investigación Histórica. En Vannini M. Encuentros con la
Historia. Instituto de Historia de Nicaragua. Managua, Nicaragua. Pag.15
2
Pagés, Pelai. 1983. Introducción a la Historia (El conocimiento Histórico). Editorial Barcanova.
Barcelona, España. Pag.11
3
F.S. Cardoso, Ciro y Pérez Brignoli, Héctor. 1986. Los Métodos de la Historia. Ed. Crítica. Barcelona,
España. Págs. 19-20.
4
Fonseca Corrales, Elizabeth. 1995. La Evolución de la Historia en el siglo XX. En Vannini M. Encuentros
con la Historia. Instituto de la Historia de Nicaragua. Managua, Nicaragua. Págs. 21-30.
Datos Biográficos:
5
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6
Ibíd.
Edward Hallett Carr (1892-1982): historiador y diplomático
británico. Desde la década de 1930 inició su trabajo de divulgación científica. En la
difusión de su pensamiento historiográfico, que culminaría con la publicación de su
obra ¿Qué es la historia? en 1961, abogó por la superación del positivismo
historicista predominante en el siglo XIX, insistiendo en la continua interacción
entre el historiador y los datos. La historia, en su opinión, es “un proceso continuo
de interacción entre el historiador y sus hechos, un diálogo sin fin entre el presente
y el pasado”. En este permanente diálogo el historiador es, en sí mismo, un
producto de la sociedad en que vive y, en última instancia, de la historia 7.
7
Ibíd.
8
Ibíd.
Desarrollo
diferentes interpretaciones, y debe ser matizado en cada uno de sus usos. Conviene tener en
cuenta que una de las críticas más significativas que se hacen contra el historicismo
proviene de su carácter relativista: al estar todo condicionado por la evolución histórica, no
parece posible defender una verdad sustancial de tipo determinado.
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los derechos.
diferentes interpretaciones, y debe ser matizado en cada uno de sus usos. Conviene tener en
cuenta que una de las críticas más significativas que se hacen contra el historicismo
proviene de su carácter relativista: al estar todo condicionado por la evolución histórica, no
parece posible defender una verdad sustancial de tipo determinado.
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-Edward Hallet Carr, sabe de la importancia del hecho histórico en el oficio del
historiador, sin embargo, toma su tiempo para meditar y exclama en un tono suave
pero confiable:
: Considero que el historiador es el intelectual más selectivo de
todas las ciencias, y aunque los hechos son la espina dorsal de su trabajo, estos
hechos no hablan por sí mismos, más bien, son interpelados por el investigador y
es el mismo investigador quien concluye, lo que en realidad es un hecho o lo que
simplemente no deja de ser un dato histórico.
-Ranke comprende el nivel de erudición, que han alcanzado sus estudiantes con el
estudio de la Maestría en Investigación Histórica, misma que Ranke les imparte.
Ha comprendido la evolución en cuanto al método histórico y por ello decide
inquirir más en el conocimiento de sus estudiantes.
: ¿No son acaso los hechos tal como acontecieron –pregunta Von
Ranke- el objeto de estudio de la Historia?
: ¡No es obvio acaso!, el historiador debe mirar las cosas tal como
las vieron los contemporáneos y no como aparecen ante la mente moderna; debe
explicar las cosas, pero sin pretender juzgar su valor ni descubrir sus causas
últimas. Es mi empeño captar la personalidad del escritor y averiguar la
procedencia de nuestra información.
Conclusión
Gracias al planteamiento de los académicos citados en el anterior dialogo ficticio,
no se establece un “oficio”, “disciplina, “actividad”, más bien se consagra una
ciencia como producto del desarrollo inteligible del pensamiento humano. Prueba
de ese desarrollo, es que la historiografía moderna es capaz de interpelar
particularmente, o “al unísono”, unas veces a los historiadores, otras a los
economistas, otras a los sociólogos, o a los demógrafos, o a los antropólogos 9,
permitiendo de esta manera fundamentar el estudio de las ciencias históricas.
9
Braudel Fernand. 1970. La Historia y las Ciencias Sociales. Alianza Editorial S.A. Madrid España. Pág. 14.
10
Carr Edward Hallet. 1984. ¿Qué es la Historia? Ariel. Barcelona, España. Pág. 40.
Marc Bloch coincidió con Von Ranke, al establecer sin duda alguna la importancia
de permitir que sean los hechos –para Ranke-, testimonios –para Bloch- los que
hablen, en vista que no podemos lograr establecer realidades sino recurrimos a
dichos testimonios11.
Bibliografía.
F.S. Cardoso, Ciro y Pérez Brignoli, Héctor. 1986. Los Métodos de la Historia.
Ed. Crítica. Barcelona, España.
11
Bloch Marc. 1952. Introducción a la Historia. Fondo de Cultura Económica. . México. Pág. 42.
Carr Edward Hallet. 1984. ¿Qué es la Historia? Ariel. Barcelona, España.