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NATURALEZA JURÍDICA

Establecer la naturaleza jurídica del crédito documentario es una tarea que la doctrina no ha
logrado, ya que no existe un consenso unánime al respecto. Existen distintas teorías que tratan
de explicar la esencia del crédito documentarlo, ninguna de las cuales ha merecido el respaldo
total de los entendidos en la materia. Dichas teorías pueden dividirse en dos clases: aquéllas
que consideran al crédito documentarlo como un tipo de contrato civil y, aquéllas que lo
consideran como un contrato atípico, novedoso para el esquema civilista y que es producto de
la especialización del Derecho de Comercio Internacional ya que se origina de la práctica
mercantil (la nueva lex mercatoria). Por ello, al referirse a la relación jurídica entre el
beneficiario del crédito documentarlo y el banco emisor, algunos autores sostienen que "lo
interesante no es precisar la naturaleza jurídica de esa relación, sino determinar sus efectos." 1

Creemos, sin embargo, que la determinación de la naturaleza jurídica del crédito documentario
reviste importancia a los efectos de que las partes intervinientes sepan con exactitud la
naturaleza de la relación que han originado, a fin de que puedan defender adecuadamente los
derechos que esta relación origina, en caso sea necesario acudir al poder judicial para
resarcirse de un incumplimiento. En la medida en que los efectos de la relación jurídica se
deben a su naturaleza, es importante el conocimiento de ésta para poder determinar con
exactitud la validez de los efectos que se atribuyen al crédito documentario en su aplicación
práctica, a una relación en concreto.

Es evidente que la falta de consenso doctrinario sobre el particular nace de la complejidad de


la relación jurídica que origina el crédito documentario, pues es una figura concebida en la
práctica mercantil, que toma en cuenta la necesidad de la fluidez del comercio antes que los
aspectos jurídicos que puedan generarse. Por ello, la lex mercatoria no se detiene en el análisis
jurídico de sus instituciones sino que, a medida que la institución evoluciona en la práctica, los
usos y costumbres se van adecuando a la evolución mercantil, dejando en un segundo plano
las consideraciones jurídicas sobre la materia.

La complejidad jurídica del crédito documentario surge de la posición sui generis del banco
frente al ordenante del crédito y al beneficiario del mismo; posición que no puede ser
explicada satisfactoriamente por ninguna de las teorías basadas en la tipología civilista
contractual. De esta forma, la posición del banco emisor frente al ordenante del crédito varía
según el crédito sea abierto contra fondos que el propio ordenante posea en la institución

1 URIA RODRIGO Derecho Mercantil Pg. 678. Marcial Pons Editor. Madrid. 1987. Ver También SIERRALTA
RIOS, ANIBAL Y LUIZ OLAVO BAPTISTA. Aspectos Jurídicos del Comercio Internacional. Pg. 260. Fondo
Editorial de la Fundación Academia Diplomática del Perú, 1992.
bancaria o, por el contrario, el crédito sea concedido en calidad de mutuo bancario (es decir
con desembolso de los recursos propios del banco) con garantía de la mercadería que el
ordenante del crédito adquiera con dicha habilitación dineraria. Como puede apreciarse, en el
primer caso no existe el contrato de crédito, pues los fondos son los habilitados por el propio
comprador de la mercadería, constituyendo el banco, en todo caso, un mandatario de su
cliente para efectuar el pago al beneficiario del crédito.

También resulta difícil, dentro de la óptica unitaria del crédito documentario, explicar la
relación jurídica entre el banco confirmante de la carta de crédito y el ordenante del crédito (es
decir, el importador), pues el banco confirmante debe efectuar el pago al exportador sin que el
importador le haya solicitado dicho pago. La multiplicidad de relaciones jurídicas que se
originan en el crédito documentario hace que esta figura no pueda ser cabalmente subsumida
por cualesquiera de los contratos civiles típicos, por lo que sería conveniente tratar de explicar
las relaciones jurídicas en forma autónoma.

En efecto, las relaciones jurídicas entre las partes que intervienen en un crédito documentario
se entienden con mayor facilidad si el crédito documentario es desagregado en varias
relaciones autónomas pero conectadas por un mismo fin. De esta forma, cada relación jurídica
conserva una tipología contractual independiente que, sumadas, generan una relación jurídica
atípica. Normalmente, el crédito documentario es confirmado, lo cual implica la intervención
de cuatro partes:

1. El ordenante del crédito (importador).

2. El banco emisor del crédito documentario (banco del importador).

3. El banco confirmante (banco corresponsal del emisor).

4. El beneficiario del crédito (importador).

Estas partes generan tres relaciones jurídicas distintas: la del ordenante del crédito con el
banco emisor, la del banco emisor con el banco confirmante y, la del banco confirmante con el
beneficiario del crédito. Es perfectamente posible tratar a cada relación en forma
independiente para explicar la naturaleza del crédito documentario, pues ellas son autónomas,
en tanto cada parte se obliga en forma independiente frente a su contraparte, aun cuando en
última instancia la obligación principal corre a cargo del banco emisor del crédito.

En cuanto a su naturaleza jurídica, la doctrina se inclina en general en calificar al crédito


documentario no como un contrato único, sino como una sucesión de contratos. Entre
ordenante y banco emisor hay una apertura de crédito, no basada en la causa credendi, que
caracteriza a este tipo de contratos, sino en la causa solvendi, esto es, en la provisión de fondos
por el ordenante que hará a favor del tercero. La relación entre banco emisor y ordenante ha
sido calificada ya como de mandato, ya como de comisión (mandato sin representación),
obligándose a transferir los fondos y pagar al beneficiario del crédito. Entre banco emisor y
corresponsal existe una sustitución de este mandato, por lo que este último es sustituto del
primero. A su vez, la relación del/los bancos para con el beneficiario (en caso de asumir el
banco corresponsal el rol de confirmador) es una delegación imperfecta de deuda (artículo 814
del Código Civil), en razón que el deudor originario (ordenante) no pierde su condición de tal y
la intervención bancaria solo suma garantías frente al acreedor.

LA CARTA DE CRÉDITO

DEFINICIÓN

Es un instrumento de pago mediante el cual un banco (banco emisor) a petición de un cliente


(comprador) se obliga a hacer un pago a un tercero (vendedor/beneficiario) o a aceptar y pagar
letras de cambio libradas por el beneficiario, contra la entrega de documentos siempre y
cuando se cumplan con los términos y condiciones de la propia carta de crédito.

PARTICIPANTES

En la instrumentación de la carta de crédito se tienen los siguientes participantes:

• Exportador o vendedor: Su intervención se inicia una vez que se ha formalizado una


operación de compraventa y se han establecido los términos y las condiciones de la carta de
crédito. Al momento de recibir por parte de un Banco notificador o confirmador la carta de
crédito a su favor, el exportador tendrá que embarcar las mercancías de acuerdo con lo
convenido. También se le conoce como el beneficiario de la carta de crédito, toda vez que él
recibirá el pago pactado.

• Importador o comprador: Es quien inicia los trámites para establecer, a través de un Banco
emisor, la carta de crédito; se le conoce también como el ordenante, ya que es quien solicita en
primera instancia la apertura de una carta de crédito.

• Banco emisor: Es el que emite o abre la carta de crédito de acuerdo con las instrucciones de
su cliente, es decir, del comprador (importador).
• Banco intermediario: Se le dan distintos nombres dependiendo del papel que juegue: banco
notificador (si únicamente avisa la carta de crédito) y banco confirmador (si agrega su
confirmación de la carta de crédito a su cliente). Asimismo, representa el banco del exportador.

Para llevar a cabo su cometido, los bancos suelen utilizar los servicios de otros bancos del
extranjero, a los que se denomina corresponsales domiciliados en el país del vendedor, cuya
principal función es la de revisar y certificar que los documentos cumplen con términos y
condiciones de la carta de crédito para garantizar el éxito de la operación.

FLUJO DE OPERACIÓN DE LA CARTA DE CRÉDITO

1. Las cartas de crédito derivan de operaciones comerciales previamente acordadas entre


compradores y vendedores. Una vez que las partes han definido las características técnicas de
la operación, firman un contrato de compraventa o levantan un pedido o una orden de compra,
en donde claramente se estipula que la forma de pago se realizará mediante una carta de
crédito irrevocable, pagadera contra documentos de embarque.

2. Con la documentación previamente acordada con su contraparte, el comprador se dirige a su


banco local (banco emisor) y le da instrucciones para que emita una carta de crédito a favor de
la empresa vendedora/exportadora (beneficiario), misma que deberá enviar a su banco
corresponsal (banco notificador/confirmador) en el país del vendedor, vía télex contraseñado o
SWIFT autenticado, dirigida al Departamento de Cartas de Crédito. (Nota: En Cartas de Crédito
Domésticas el banco emisor también puede actuar como banco Notificador y Pagador).

3. Una vez recibida la carta de crédito por el banco notificador/confirmador, revisa que el texto
de la misma se ajusta a la práctica internacional para manejo de cartas de crédito, la entrega al
vendedor/exportador.

4. Tan pronto como el vendedor recibe la carta de crédito y encuentra que puede cumplir con
todos los términos y condiciones ahí estipuladas, procede a despachar las mercancías.

5. Posteriormente, el vendedor entrega al banco notificador/confirmador los documentos


probatorios del envío de la mercancía, solicitados en el texto de la carta de crédito.

6. Cuando el banco notificador/confirmador certifica que los documentos cumplen estricta y


literalmente con los términos estipulados en la carta de crédito, procede de la siguiente
manera:

a) solicita los recursos correspondientes al banco emisor,


b) efectúa pago al vendedor/exportador y

c) envía al banco emisor los documentos solicitados en la carta de crédito para su


posterior entrega al comprador y retiro de su mercancía de la aduana correspondiente.

VENTAJAS DE LA CARTA DE CRÉDITO

Entre las ventajas que ofrece una carta de crédito para el vendedor (exportador) y para el
comprador (importador), se encuentran:

• Nunca realice un embarque antes de recibir de su banco la notificación /


confirmación de la carta de crédito.

• Cerciórese de que todos los datos consignados en el documento son los correctos.

• Verifique que todos los términos y las condiciones coincidan con lo convenido con el
cliente.

• Prepare todos los documentos tal como se requieran en la carta de crédito.

• Ante cualquier duda, por pequeña que sea, consulte a los especialistas en la materia.

• Cualquier enmienda a una carta de crédito deberá realizarse por conducto de los
bancos involucrados. Si usted exporta, le aconsejamos que trate de negociar que el
pago de sus productos se realice mediante una carta de crédito irrevocable, confirmada
y pagadera a la vista contra la entrega de los documentos respectivos, sobre todo
cuando no exista mucha confianza con su cliente..

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