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ENSAYO DEL DESARROLLO FÍSICO, COGNOSCITIVO Y PSICOSOCIAL EN LA NIÑEZ

TEMPRANA

Durante la niñez temprana, los niños crecen con rapidez entre los tres y los seis años,
aunque menos que antes. Alrededor de los tres años, empiezan a perder su redondez infantil
y a adquirir la apariencia delgada y atlética de la niñez. El crecimiento muscular y
esquelético avanza y hacen a los niños más fuertes. Los patrones del sueño cambian durante
los años del crecimiento, y la niñez temprana tiene sus propios ritmos definidos.

Se recomienda que los niños para conciliar el sueño deben de seguir las siguientes
indicaciones: establezca una rutina regular, sin prisas, para ir a la cama, realizar actividades
tranquilas como leer un cuento antes de ir a dormir no permita que vea en la televisión
programas estimulantes o que le causen miedo, evite el juego activo y muy estimulante
antes de ir a la cama, no alimente ni meza al niño a la hora de dormir, ofrecer recompensas
por la buena conducta a la hora de dormir, como calcomanías sobre una gráfica o un simple
elogio.

El crecimiento físico continúa entre los tres y seis años, pero es más lento que durante la
infancia y en los niños pequeños. En promedio, los niños son algo más altos, más pesados y
más musculosos que las niñas. Los sistemas corporales internos se encuentran en proceso
de maduración. La lateralidad suele hacerse evidente a los tres años y refleja el dominio de
un hemisferio del cerebro.

De acuerdo con la investigación de Kellogg, las etapas de producción artística, que reflejan
el desarrollo del cerebro y la coordinación motora fi na son la etapa del garabateo, de la
forma, del diseño y la pictórica.

Si bien, gracias a la vacunación generalizada, en la actualidad es raro que en los países


industrializados se presenten las principales enfermedades contagiosas, las enfermedades
evitables son todavía un problema importante en el mundo en desarrollo.

La prevalencia de la obesidad entre los preescolares se ha incrementado. La desnutrición


puede afectar todos los aspectos del desarrollo. En Estados Unidos, la causa principal de
muerte en la niñez son los accidentes, con más frecuencia en el hogar. Factores ambientales
como la exposición a la pobreza, a la falta de vivienda, al tabaquismo, a la contaminación del
aire y a los pesticidas incrementa los riesgos de enfermedad o lesión. El envenenamiento
por plomo puede tener graves efectos físicos, cognoscitivos y conductuales.

Los niños que están en la etapa preoperacional muestran varios avances importantes así
como algunos aspectos inmaduros del pensamiento. La función simbólica permite que los
niños reflexionen sobre personas, objetos y sucesos que no están físicamente presentes. Se
hace evidente en la imitación diferida, el juego de simulación y el lenguaje.

El desarrollo simbólico ayuda a los niños en etapa preoperacional a hacer juicios más
exactos sobre las relaciones espaciales. En lo que atañe a situaciones familiares pueden
relacionar causa y efecto, entienden el concepto de identidad, categorizan, comparan
cantidades y comprenden los principios del conteo.

Los niños en su etapa preoperacional parecen ser menos egocéntricos de lo que Piaget
consideraba. La centración impide que los niños preoperacionales entiendan los principios
de conservación. Su lógica también se ve limitada por la irreversibilidad y por enfocarse en
los estados más que en las transformaciones.

La teoría de la mente, que se desarrolla de manera marcada entre los tres y los cinco años,
recoge la adquisición de conocimiento, por parte del niño, de sus procesos de pensamiento,
cognición social, comprensión de que la gente puede albergar falsas creencias, habilidad
para el engaño, para distinguir la apariencia de la realidad y la fantasía de la realidad.

Los modelos del procesamiento de la información describen tres pasos de la memoria:


codificación, almacenamiento y recuperación. Si bien la memoria sensorial muestra poco
cambio con la edad, la capacidad de la memoria de trabajo experimenta un incremento
considerable. El ejecutivo central controla el flujo de información hacia y desde la memoria
de largo plazo. En todas las edades, el reconocimiento es mejor que el recuerdo, pero ambos
mejoran durante la niñez temprana.

La memoria episódica temprana es sólo temporal, pues se desvanece o se transfiere a la


memoria genérica Por lo general, la memoria autobiográfica empieza a funcionar alrededor
de los tres o cuatro años; puede estar relacionada con el desarrollo del autorreconocimiento
y del lenguaje. De acuerdo con el modelo de interacción social, los niños y los adultos
construyen en colaboración recuerdos autobiográficos cuando hablan sobre experiencias
compartidas. Los niños son más propensos a recordar actividades inusuales en las que
tienen una participación activa. La manera en que los adultos hablan con los niños acerca
de los sucesos influye en la formación de la memoria

Las puntuaciones que se obtienen en las pruebas de inteligencia han aumentado en los
países industrializados. Las puntuaciones que se obtienen en las pruebas de inteligencia
pueden ser influidas por diversos factores, entre ellos, el ambiente familiar y la posición
socioeconómica.

Pruebas más recientes basadas en el concepto de Vygotsky de la zona de desarrollo próximo


(ZDP) indican el potencial inmediato de logro. Dichas pruebas, combinadas con el
andamiaje, pueden ayudar a padres y maestros a guiar el progreso de los niños.

Durante la niñez temprana se observa un aumento considerable del vocabulario y la


gramática, a la vez que la sintaxis aumenta su nivel de complejidad. Los niños adquieren
mayor competencia en la pragmática. El habla privada es normal y común; puede ser de
ayuda en el cambio a la autorregulación. No están claras las causas del desarrollo demorado
del lenguaje. Si no se tratan, los retrasos del lenguaje pueden tener graves consecuencias
cognoscitivas, sociales y emocionales.

La interacción con los adultos puede fomentar la alfabetización emergente. La


programación bien diseñada y apropiada para la edad se asocia con un mejor desarrollo
cognoscitivo.

Las metas de la educación preescolar varían entre las culturas. En Estados Unidos se ha
incrementado el contenido académico de los programas de educación en la niñez temprana,
pero algunos estudios apoyan un enfoque centrado en el niño.

Los programas compensatorios dirigidos a preescolares han tenido resultados positivos y


el desempeño de los participantes se aproxima a las normas nacionales. Los programas
compensatorios que empiezan temprano pueden tener mejores resultados.
En la actualidad, muchos niños permanecen todo el día en el jardín de niños. El éxito en esta
institución depende en gran medida del ajuste emocional y social y de la preparación previa.

El autoconcepto es la imagen total de nuestros rasgos y capacidades. Es “una construcción


cognoscitiva… un sistema de representaciones descriptivas y evaluativas acerca del yo” La
autodefinición de los niños (la manera en que se describen a sí mismos) por lo general
cambia entre los cinco y los siete años, lo que refleja el desarrollo del autoconcepto. La
autoestima es la parte evaluativa del autoconcepto, el juicio que hacen los niños acerca de
su valor general. La autoestima se basa en la capacidad cognoscitiva de los niños, cada vez
mayor, para describirse y definirse a sí mismos. Aunque por lo general los niños no hablan
acerca de un concepto de autovalía sino hasta los ocho años, los niños menores demuestran
con su conducta que lo tienen.

Autoestima contingente: el patrón “indefenso” Cuando la autoestima es alta, un niño se


siente motivado para conseguir lo que desea. Sin embargo, si es contingente al éxito, los
niños pueden ver el fracaso o las críticas como una censura a su valor y sentirse incapaces
de hacer mejor las cosas.

La capacidad para entender y regular, o controlar, los sentimientos es uno de los avances
principales de la niñez temprana. Los niños que pueden entender sus emociones pueden
controlar mejor la manera en que las muestran y ser sensibles a lo que los otros sienten.
Una razón para la confusión de los niños pequeños es que ellos no comprenden que pueden
experimentar reacciones emocionales contrarias simultáneamente. La necesidad de lidiar
con sentimientos contradictorios acerca del yo está en el centro de la tercera etapa del
desarrollo de la personalidad identificada por Erikson: iniciativa frente a culpa. El conflicto
surge del deseo cada vez mayor de planear y realizar actividades y de los crecientes
remordimientos de conciencia ante ese deseo.

La identidad de género, es decir, la conciencia de la feminidad o masculinidad y sus


implicaciones en la sociedad, constituye un aspecto importante del desarrollo del
autoconcepto.

Las diferencias de género implican diversidades psicológicas o conductuales entre hombres


y mujeres, las diferencias mensurables entre los bebés de ambos sexos son pocas. Aunque
algunas diferencias de género adquieren mayor notoriedad después de los tres años, niños
y niñas siguen siendo, en promedio, más parecidos que diferentes.

Enfoque biológico: Muchas de las diferencias conductuales entre los sexos pueden
explicarse con base en diferencias biológicas.

Enfoque evolutivo: Los niños desarrollan roles de género en preparación para el


apareamiento y la conducta reproductiva adulta.

Enfoque psicoanalítico: La identidad de género ocurre cuando el niño se identifi ca con el


padre del mismo sexo.

Enfoque cognoscitivo: Teoría del desarrollo cognoscitivo: Una vez que una criatura aprende
que es niño o niña, clasifica por género la información sobre la conducta y actúa en
consecuencia.
Teoría del esquema de género: El niño organiza la información acerca delo que se considera
apropiado para un niño o una niña sobre la base de lo que una cultura particular establece
y se comporta de acuerdo a ello. El niño clasifica por género porque la cultura establece que
éste es un esquema importante.

Enfoque del aprendizaje social: Teoría cognoscitiva social: El niño combina mentalmente
observaciones de conductas de género y crea sus propias variaciones conductuales.

El juego es importante para el sano desarrollo del cuerpo y el cerebro. Permite a los niños
involucrarse con el mundo que los rodea; usar su imaginación, descubrir formas flexibles
de usar los objetos y resolver los problemas, y prepararse para los roles que desempeñarán
de adultos.

El juego contribuye a consolidar todos los dominios del desarrollo. Por medio del juego los
niños estimulan los sentidos, ejercitan sus músculos, coordinan la visión con el movimiento,
obtienen dominio sobre su cuerpo, toman decisiones y adquieren nuevas habilidades.

Al principio los niños juegan solos, luego al lado de otros niños y por último juegan juntos.
A medida que los niños logran mayor independencia, su crianza puede convertirse en un
desafío. Los padres deben lidiar con personitas que poseen mentes y voluntades
independientes, pero que todavía tienen mucho que aprender acerca de las conductas que
la sociedad considera deseables.

Reforzamiento y castigo “¡Eres un magnífico ayudante Nick! Muchas gracias por guardar tus
juguetes.” La madre de Nick sonríe con calidez a su hijo mientras el niño deja caer su camión
de volteo en la caja de juguetes. Las palabras y acciones de la madre ofrecen al niño una
disciplina suave y le enseñan que guardar sus juguetes es una conducta positiva que debe
repetirse.

Cuando Sara robó un dulce de una tienda, su padre no le dio un sermón sobre la honestidad,
no le pegó ni le dijo que había sido una mala niña. En lugar de eso le explicó cómo se vería
afectado el dueño de la tienda por el hecho de que no había pagado por el dulce, le preguntó
cómo creía que podría sentirse el propietario y luego la llevó a la tienda a que regresara la
golosina.

El temperamento es un factor importante, por supuesto; pero algunas investigaciones


sugieren que los estilos de crianza pueden influir en la competencia de los niños para lidiar
con su mundo.

De acuerdo con Baumrind, la crianza autoritaria hace hincapié en el control y la obediencia


incondicional. La crianza permisiva otorga prioridad a la autoexpresión y la
autorregulación. Los padres permisivos exigen poco y permiten que los niños supervisen
sus propias actividades tanto como sea posible.

La crianza autoritativa pone de relieve la individualidad del niño, pero también subraya las
restricciones sociales. Los padres autoritativos tienen confianza en su habilidad para
orientar a los niños, pero también respetan sus decisiones independientes, sus intereses,
opiniones y personalidades.
Tres temas de especial interés para los padres, los cuidadores y los maestros de los
preescolares son la manera de fomentar el altruismo, poner freno a la agresión y lidiar con
los temores que suelen surgir a esta edad.

Aunque las personas más importantes en el mundo de los niños pequeños son los adultos
que los cuidan, las relaciones con los hermanos y con los compañeros de juegos adquieren
gran importancia en la niñez temprana.

Las amistades se forman a medida que la gente se desarrolla. Los niños pequeños juegan al
lado o cerca uno del otro, pero sólo empiezan a tener amigos a los tres años. Los niños
pequeños aprenden a llevarse bien con otros por medio de las amistades e interacciones
con compañeros casuales de juego. Entienden que para tener amigos hay que ser un amigo.
Aprenden a resolver problemas en las relaciones y a ponerse en el lugar de otra persona, y
ven modelos de varios tipos de conducta. Aprenden valores morales y normas de los roles
de género y, además, practican roles adultos.

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