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HISTORIA DEL APRA

 ¿Qué es el APRA?

El Partido Aprista Peruano (APRA) es un partido político inicialmente


proyectado a escala continental, de postura afín a la centroizquierda y
miembro de la Internacional Socialista. Las siglas APRA provienen del
nombre de la Alianza Popular Revolucionaria Americana, propuesta
inicial de su fundador Víctor Raúl Haya de la Torre de formar una red de
movimientos sociales y políticos antiimperialistas en América Latina. Sus
militantes son llamados "compañeros" debido a la Fraternidad creada por
Haya de la Torre.

Está dentro de los partidos políticos más antiguos de América. Entre los
partidos políticos peruanos en actividad es el más longevo, caracterizado
por haber sido despojado de victorias electorales por golpes militares o
gobiernos militares luego de haber triunfado en las urnas, también pasó
por dos largos periodos de ilegalidad, tanto bajo gobiernos militares como
civiles, habiendo sido perseguido con especial saña por Luis Miguel
Sánchez Cerro y Manuel A. Odría. El Partido Aprista Peruano ha llegado
al poder democráticamente en dos oportunidades: en 1985 y en 2006,
ambas bajo la candidatura de Alan García.

Aunque el APRA no logró extenderse a toda América Latina, como era el


sueño de Haya, sí fue una poderosa influencia para otras organizaciones
progresistas latinoamericanas, como, Acción Democrática (AD) en
Venezuela, que tiene un logotipo semejante, y el Partido Socialista de
Chile.

 Fundación del APRA

El partido político latinoamericano


es considerado como tal el 7 de
mayo de 1924, en un acto en el cual
Haya de la Torre, cercano
colaborador del político y educador
mexicano José Vasconcelos
Calderón entrega al presidente de la
Federación de Estudiantes de
México la bandera Indoamericana y
este acto es considerado como la
fundación oficial del APRA. La
formulación de sus principios está
en un artículo publicado en el
número de diciembre de 1926 de la revista inglesa Labour Monthly "What
is the A.P.R.A." (en inglés), donde se formulan los 5 puntos del APRA, en
la creación de un Frente Único latinoamericano (o indoamericano según
Haya de la Torre):

o Acción contra el Imperialismo


o Por la Unidad Política de América Latina.
o Por la nacionalización de tierras e industrias.
o Por la internacionalización del Canal de Panamá.
o Por la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del
mundo.

La primera organización política aprista se crea en 1927 en París.


Finalmente el 20 de septiembre de 1930 se funda el "Partido Aprista
Peruano". Con lo cual el APRA tiene una base nacional para efectuar sus
tareas.

A pesar de que el APRA se proponía ser una agrupación política


internacional latinoamericana, es actualmente un partido político peruano
con un importante influencia en el pensamiento de la izquierda
democrática continental.[cita requerida] Mantiene cercanía con
movimientos políticos social demócratas de otros países de Latinoamérica.
También hay que hacer notar que hubo importantes partidos
latinoamericanos de origen aprista, como Acción Democrática de
Venezuela, el Partido Liberación Nacional de Costa Rica, el Partido
Socialista de Chile, el Partido Aprista de Cuba, entre otros. Los
simpatizantes del APRA, aún cuando están diseminados por todo el país,
concentran -en homenaje a su fundador Víctor Raúl Haya de la Torre-, una
mayor e importante fuerza en la región de la costa norte peruana conocido
como el"Sólido Norte".

 Fundación del Partido Aprista Peruano (PAP)

Durante la vida republicana en nuestra política del siglo XX en el tercer


decenio ocurrió un hecho histórico, “en la noche de 20 de Setiembre de
1930, un grupo de trabajadores manuales e intelectuales, reunidos en un
taller de ebanistería, en el barrio de la Victoria, Lima aprobaron y
suscribieron el Acta de Inauguración de la Sección de APRA en la ciudad
de Lima”

El Partido Aprista Peruano surgió en un crucial periodo de nuestra historia


republicana, en cuanto a los partidos políticos tradicionales no lograron
sobrevivir la prolongada autocracia del Oncenio. Tal es así que el Partido
Civil o civilista feneció de forma oficial cuando los representantes más
notables como: los doctores Matías Manzanilla y Manuel Vicente Villarán
expresaron al corresponsal de “La Nación” de Buenos Aires que el Partido
Civil había dejado de existir; en tanto el partido de don Nicolás de Piérola
“El Partido Demócrata” casualmente había desaparecido después de la
muerte del Califa.

Aunque algunos años más muy esporádicamente tuvo la vigencia en la


formación de coaliciones en épocas electorales. La misma suerte corrió con
el Partido Demócrata Reformista de Leguía, que con la muerte del dictador
desapareció en 1930.

La significativa contribución del naciente Partido Aprista Peruano como


partido político en el Perú fue: “en la gran inquietud que despertó en los
jóvenes, principalmente entre los estudiantes y trabajadores, alcanzando
organizar una fuerza auténticamente popular a través de la cual movilizaron
a los sectores mayoritarios que hasta entonces había permanecido al margen
del acontecer político del país”. De manera que se podría decir que el Partido
Aprista Peruano había conseguido colocar al pueblo en la categoría de
protagonista de su propio destino, esto fue a base de una intensa disertación
ideológica de sus líderes y un esfuerzo tenaz de movilizaciones políticas
como también la organización partidaria y acciones en defensa de los
sectores más explotados.

Justamente los miembros del nuevo Partido Aprista Peruano: “se reunieron
consecuentemente los meses anteriores en la misma vivienda donde se
suscribió el Acta, la residencia perteneció a Carlos Muñoz ubicado en la
calle “El Milagro” de la ciudad de Lima”. Conforme se puede verificar en
los diversos textos publicados, el Acta de Inauguración de la Sección del
Apra en Lima” en donde se constituyó un Comité Ejecutivo fue encargado
la Secretaría General al odontólogo de origen cuzqueño Luis Eduardo
Enríquez; la comisión de economía a Alfredo Gamboa, además las
comisiones de propaganda y disciplina, y también aprobaron la publicación
de un semanario titulado “Apra” como vocero oficial. “En aquella reunión
participaron líderes apristas como Alcides Spelucín, Magda Portal, Serafín
del Mar –seudónimo del escritor huancaíno Reynaldo Bolaños-, Francisco
Galarreta, Arturo Bravo Pinto, Emilio D. Puente entre otros”.

Sin embargo, desde la creación de este nuevo partido político, los apristas
fueron perseguidos y encarcelados. Hoy el Apra es uno de los partidos
políticos más longevos de nuestro país. A la fecha cuenta con más de ocho
decenios de vida política ininterrumpida. No obstante que dentro de este
periodo tuvo épocas de virajes, retrocesos y triunfos, de modo que los
apristas rememoran las épocas de persecuciones políticas también los
encarcelamientos en los gobiernos dictatoriales de Sánchez Cerro,
Benavides y Odría. Estas épocas incluso: “fueron declarados como ilegal y
proscrito”. A estas pesadumbres de los apristas, Basadre refirió al respecto:
“Poco después de establecerse el nuevo partido fue perseguido como eran
las organizaciones de la extrema izquierda. La persecución alcanzó a los
principales dirigentes del Apra (...) Seoane fue desterrado a Buenos Aires
junto a Luis Heysen, acusados ambos de actividades conspirativas al
gobierno peruano (...)”.

En 1932 las persecuciones continuaron con mayor tenacidad por el gobierno


de Sánchez Cerro, veintitrés representantes apristas ante la Asamblea
Constituyente fueron desaforados, perseguidos y posteriormente
desterrados. El día 7 de Julio del mismo año amaneció entre balas y
movimientos callejeros. Se había iniciado un proceso de revolución en
Trujillo liderado por un militante aprista de nombre Manuel Barreto a quien
la gente, por su contextura robusta lo llamó como “el Búfalo”. Este fue un
líder obrero aprista nacido en Callao al parecer los apristas le deben su
seudónimo a este hombre.

Los revolucionarios llegaron a tomar la ciudad, y fue: “nombrado el


Prefecto del pueblo Agustín Haya de la Torre, hermano del fundador del
Apra”. La respuesta del gobierno de turno fue muy aplastante y dramática,
en efecto, “miles de aprista fueron perseguidos, torturados y fusilados en
Trujillo. Aun así, el proceso revolucionario que se había iniciado en
Trujillo”. Posteriormente fue secundado pronto por movilizaciones
populares en diferentes puntos del país: Cajamarca, Huaraz, Huancavelica
posteriormente en Ayacucho.

El día 30 de Abril de 1933 fue asesinado Sánchez Cerro. Lo sucedió en el


poder el General Benavides, reiniciando una nueva y dura etapa de
persecución de los apristas. La represión continuó y los presos políticos del
Real Felipe, realizaron huelga de hambre para entonces, el proceso contra
Haya de la Torre cobró un giro inesperado. “En el mes de mayo del mismo
año, los empleados del juzgado se constituyeron a la cárcel con el objetivo
de realizar la declaración instructiva de Haya de la Torre”. Según Murillo
(1976), el líder aprista se negó cooperar y declarar dicha instructiva, sin
embargo, por consecuencias de un criminal atentado en su celda, Haya de
la Torre fue liberada. En el mes de Agosto de 1933 se dictaron algunas
medidas a favor de los perseguidos políticos, entre ellas, la ley 7782 para
los presos políticos, la autorización de las libertades públicas y el corte a
todos los juicios de excepción de las acciones protagonizadas por la corte
marcial que se refería fundamentalmente a los expatriados. En el mes de
Octubre se reabrieron los locales del partido y, pese a la oposición de los
remanentes sanchecerristas, el diario de circulación nacional “La Tribuna”
volvió a circular. Se inauguraron 20 locales de la universidad popular
“González Prada”. También se inauguraron los primeros comedores
populares del pueblo. Volvían los desterrados quienes impulsaron la
reorganización de la maquinaria del partido. Y en el mes de noviembre en
la Plaza de Toros de Acho nuevamente se reunió el pueblo para escuchar las
propuestas del fundador del Apra.

Todo parecía que andaba bien, hasta que Riva Agüero fue nombrado
presidente del gabinete del General Benavides en 1934, inmediatamente
reinició una nueva y dura etapa de persecución al partido aprista peruano.
Sin embargo los apristas reclamaron elecciones limpias al Gral. Benavides,
igualmente la reincorporación de los parlamentarios destituidos, y también
exigieron la derogatoria de la Ley de Emergencia que estuvo vigente. El
descontento de la población creció cada vez más por los rumores sobre una
probable postergación de las elecciones. En efecto, en: “un breve tiempo,
con el apoyo de la Alianza Nacional y un grupo de militares en actividad
intentaron sublevarse con resultados insignificantes. Se produjeron los actos
de insurgencia en defensa de los derechos del pueblo. Por delación se frustró
la conspiración y fueron apresados más de 200 apristas”. En el año de 1935
el partido aprista fue declarado ilegal, el sustento de tal determinación fue
en que en el Art. 53 de la Constitución del 1933, declaró fuera de la ley a
los partidos políticos de carácter Internacional. En 1936 se ratificó la medida
que proscribió al partido de Haya de la Torre impidiéndosele la
participación en las elecciones generales. En 1937 en el norte de Lima fue
asesinado uno de los mejores líderes Manuel Arévalo Cáceres, al capturarlo
lo aplicaron la Ley de la fuga disparándole un artero balazo por la espalda.
“Estas dramáticas situaciones de los aprista hasta el años de 1945, fueron
sometidos a una implacable persecución, denominada como la gran
clandestinidad”. Y que después prosiguieron durante el gobierno del Gral.
Odría. De hecho estos acontecimientos formaron, forman y formarán parte
de las memorias de los apristas. Cómo son recordados por sus militantes
especialmente en Ayacucho.

En consecuencia el Apra fue el primer partido moderno y de masas de


nuestro país; adoptó una ideología propia que pretendía repensar el país
desde una óptica marxista latinoamericana; se dotó de una organización, una
mística y una disciplina férrea que le permitieron sobrevivir duras épocas
de persecuciones y encarcelamientos, así como cambios drásticos en su
línea político-doctrinaria; protagonizaron los momentos más importantes de
la historia política peruana de las últimas ocho décadas. Para los peruanos
de todas las edades, el Apra es un referente importante de sus pasiones y
certidumbres políticas: de hecho, resulta casi imposible permanecer
indiferente a su presencia, a su legado histórico y a su conocido aunque
cambiante apego por los símbolos y rituales partidarios.

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