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A.
Carito y Abi.
En el bosque
Caminando por el bosque...
un pájaro yo buscaba...
lo encontré y lo perseguí…
de pronto perdido estaba…
caminado y caminando…
una ruta me encontré…
esperando horas y horas…
Bruno.
La puerta
Esa puerta, ¡esa puerta!
que me trae tristes
y alegres recuerdos,
como caminos sin fin
Esa puerta,
Esa puerta, esa puerta
ya no existe en mis... recuerdos
Antares Maidana.
Era por la mañana,
mañanita querida.
Podía ver al lobo,
que llamaba “mi vida”.
Como siempre, se veía calmo,
demasiado, yo diría,
para ser el nuveo día,
el nuevo día llegaba.
Se acercaba de atrás,
siendo ignorado por el lobo,
este estaba solo,
como siempre en otoño.
Cuando los pájaros se apagaban,
cuando el agua no se movía,
cuando los humanos no venían.
El lobo se levantaba
aceptando el nuevo día.
Se volverá a repetir
la historia de mi vida.
Joaquín.
Paseando encontré ese lugar, con olor
a viento frío. Recorriendo todo, encontré
el mar, tan suave y húmedo.
Vuren.
Era una noche muy tenebrosa
tanto, que pensaba en otra cosa.
Ahí fue cuando mi perro se escapó
y dejó un vacío en mi corazón.
Demasiados ruidos
había en aquel lugar.
Demasiados olores y
muy bajos temperaturas
se encontraban allí.
¡Es la necrópolis!
De la nada escuché una voz
que decía: ven, serás feliz por siempre.
Atún Salaman.
Fuego
Para apagar el fuego solamente necesito
mirar las olas golpear contra las piedras
R8.
Equilibrio
En las orillas del mar
hay un pequeño pueblo.
Que asusta y me llama,
lleno de colores fríos y sombríos.
Sin gente, desolado
donde encontré mi paz en lo que me aterra
En el mar quieto se puede ver un reflejo
Un fascinante reflejo, los botes, el cielo,
las casas
No parece el mismo lugar.
El aroma salado y áspero del mar
que pega en la cara
En la mañana, acompañado
por una suave brisa
y una tormenta de verano
Si miras al frente hay solo
kilómetros y kilómetros de mar
Es tan lejana a la ciudad
donde empezaba a disfrutar de mi soledad
Y el deseo de huir
se hacía cada vez más fuerte,
pero ahora
ambas forman parte de mí
y yo de ellas
Anónimo.
El pasto está húmedo
libre me sentía.
El miedo no se apoderaba
del rayo que caía.
Campo y más campo
era lo único que veía
Se liberó un aroma fresco
fresco lo sentía.
El frío cayó sobre mis brazos
sobre mi brazos el frío cayó
Los colores oscuros empezaron
a apoderarse de mi día.
Caí rendida al húmedo pasto
al húmedo pasto caí rendida.
Pía Couto.
El bosque
Perdida en el bosque,
perdida sin rumbo.
Unos dientes,
unas garras,
unas patas que me
atrapan.
No me dejan sentir,
no me dejan vivir.
Saliendo, corriendo me
di cuenta,
estoy girando en
círculos,
círculos sin rumbo,
círculos eternos.
Zovery Carracelas.
Ese jardín, ese paisaje
Ariana di Paulo.
Esa pacífica primavera
Los colores tranquilos,
el verde contrastando,
resaltando y confundiendo
al contemplador, cayendo
en un profundo vacío.
Iván Miraglia.
En la carretera en soledad
Ayuda. Ayuda estoy solo
en la carretera, y no hay nada
Tengo frío y mucho frío.
Me he perdido de camino
a la casa de mis abuelos
tendría que seguir la carretera
para encontrar el camino a casa.
No sé qué hacer
estoy muy asustado,
apenas vuelva a mi casa
le diré a mi madre
que me he perdido en la carretera
Para la próxima
le pediré a mi madre
que me lleve a la casa
de mis abuelos.
Mr. Sapo.
Un alma solitaria
Estoy sola en casa viendo
cómo todo se derrumba
no hay nadie, solo soy yo y mi muñeca…
A lo lejos de la sala siento voces
voces que me dicen – Estás sola,
nadie quiere verte-.
Lo peor es que sé que en casa
no hay nadie.
Mis pensamientos son los que me hacen
sentir así… insegura, sola.
Y lo peor es que sé que no es verdad.
Caí… caí en depresión otra vez…
Voy corriendo a buscar mis navajas
y mientras lloro
me hago una… dos… tres… cuatro tajadas
Necesito ayuda. No quiero morir.
Soy una simple sombra sin importancia.
Estoy sola con mi muñeca
viendo a un niño pasar.
Él está solo como yo.
Al fin y al cabo siempre encontramos
a alguien con quien compartir la soledad.
Yuya Moreira.
Mundos paralelos
Al borde de los mundos paralelos vivo.
Ella allá
y yo
aquí.
Ambas, con vidas muy monótonas,
aburridas,
tristes.
M. A.
Malena Hornos.
El puente es frío
y los árboles son
rugosos, los pájaros
cantan, estamos alegres
nos gusta ese
lugar
porque es
primavera.
Nuestra casa
está atrás del bosque
siempre venimos a pasar el rato.
Hay un lago
y ahí nos mojamos.
Solo solito
el agua con gaviotas
pasan por el blanco de la arena
que el invierno mancha.
Agus Alonso.
Ruidos
Era una tarde de invierno,
tarde fría y húmeda,
nada se sentía,
ninguna emoción.
A lo lejos se sentía,
un suave ruido,
que relajaba.
Ticiana Rosadilla.
Natalí Sosa.
El bosque del amor
Tan dulce como el viento
de tu amor no me arrepiento
La niebla susurrante
de tu locura enamorante
La partida
En este lugar solitario estoy yo
mirando a la nada, pensando en tu voz
es esta mi mente tan sola y frustrada.
Lu Ayelén.
El sitio perfecto
Ahí estábamos en el puente
mirando el agua azul
el aroma que se siente es igual
al que tenías tú
Anita.
Luca Mesa.
La pintura pacífica
Colores oscuros pero cálidos predominan
en la pintura
Con su paz y tranquilidad en el are
sus sonidos tan melodiosos
y el ulular de la brisa golpea los veleros.
Te deseo lo mejor
sé que tu también a mí
Espero el día
en que nos podamos reunir al fin.
Como ya dije
simpre te voy a recordar
y a vos
te voy a apoyar.
Camu Pereira.
Sebastián Camp.