-aclaración-

Esta historia pudo haber pasado en algún lugar.

PROLOGO

Muchas cosas se pierden. En andar perdidas encuentran que pertenecen a otros lugares. Esta
transmutación de la importancia se produce porque no somos cosas indispensables. Solo
pensamos que podemos serlo bajo el embrujo de nuestro propio ego.

CAPITULO I

-Terminé -exclamó mentalmente entusiasmada-, y la verdad es que no me llevó tanto tiempo

como había pensado -refunfuñó-.

Esa frase podría haber sido verdad. Pero lo que ella no sabía (o mejor dicho, aún no se había dado
cuenta), es que aquello no estaba siquiera cerca de ser correcto.

Entrecerró los ojos de tanto sueño acumulado. Miró de reojo la mesa llena de pequeños pedazos
de cartón piedra que antes había estado juntando meticulosamente

-Me gustan los rompecabezas -pensará-. Gracioso que desde niña he estado entusiasmada por la
totalidad que representan sus partes.

Apagando la luz, dejó todo atrás.

Se fue a dormir.

CAPITULO II

Algo le pasaba, algo la inquietaba. Poniéndose el piyama se sentía extraña. Se notó un picor
rosáceo en su frente, cómo cuando pequeña llegaba ansiosa a su casa.

Sentía que tenía que hacer algo.

Terminó de cepillarse los dientes. Apagó la luz de la pieza y se metió a la cama. Prendió la lámpara,
tomó un libro y comenzó a ojear páginas que sentía ya había leído.

No tenía mucho sentido leer diálogos salteados.

Cerró todo. Apagó la luz del velador e intentó dormir.

No pudo.

-¿Y si me estoy enfermando? -se preocupó-. Mañana no puedo faltar a trabajar.

-Verdad que no trabajo mañana, pero tengo que hacer otras cosas