Вы находитесь на странице: 1из 13

El Espectro del Autismo en Chile y la ley 20.

422 que establece normas sobre


igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad.
30/01/2012 patricio medina Algo de mí, Información asperger, autismo, chile,
espectro del autismo, ley 20.422, senadis
Han pasado dos años desde que mi hijo Santiago fue diagnosticado con un
Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). Tenía 5 años y todo indicaba que algo
no andaba bien en él. Sus problemas de comunicación y obsesiones llamaban mi
atención, y decidí ir más allá en la detección de su cuadro. Previo a eso, ya
habíamos iniciado el “largo camino hasta un diagnóstico”, pues me preocupó que a
los 3 años su lenguaje fuera casi nulo.

Especialistas, exámenes, entrevistas, estudios, un sinfín de cosas que se fueron


sumando hasta llegar a saber que pasaba – y pasa – con mi hijo. El momento en
que te dicen “tu hijo tiene autismo” marca un antes y un después en mi vida: la
importancia relativa de las cosas, la valoración de un gesto, el disfrute de una
sonrisa, el dolor de una lágrima.

Pasado ese “shock” inicial de la confirmación del diagnostico, comencé a leer


mucho, a aprender que pasaba con mi hijo, y sobre todo, como ayudarlo, y
ayudarme. Y aprendí. No sólo del autismo y sus trastornos, sino de lo que significa
tener autismo en Chile, de la falta de apoyo en la salud, de los inconvenientes para
encontrar un colegio acorde a las necesidades educativas de esos niños, de los
costos del autismo, de la epidemia del autismo, que afecta no sólo a muchos niños,
sino también a aquellos que lo fueron y hoy son adultos sin diagnóstico, educación,
tratamiento ni ayuda alguna, a cargo de sus padres, hermanos o familiares, que no
tendrán un mejor futuro cuando queden solos.

Una vez pregunté a mi “team” que pasaba con la gente que no tiene el dinero para
pagar los costos de este tratamiento, que no es barato, y no tenían la respuesta: y
hasta el día de hoy me lo cuestiono; no sé que hace esa gente que no puede saber,
porque no tiene forma (herramientas), que su hijo tiene autismo, y si llega a saberlo,
como solventar una psiquiatra, una terapeuta ocupacional, una fonoaudióloga
(logopeda), que son indispensables para una terapia eficaz. Pero sobre todo, la
intervención terapéutica que estos niños necesitan, merecen, requieren, y que no
pueden seguir siendo discriminados y postergados por un sistema de salud que no
cubre sus necesidades básicas.
Hoy Santiago tiene 7 años, ha recibido la terapia adecuada y asiste a un colegio
acorde a sus necesidades. Vamos por buen camino, pero eso ha sido fruto de su
esfuerzo, del nuestro, de su hermana, abuelos, primos, tíos, de mi “team
terapéutico” (quienes muchas veces han ido más allá del ámbito profesional y hoy
son casi parte de la familia), de gente que me ha ayudado a seguir cuando flaquean
las fuerzas. Y así llegue a conocer laley sobre la discapacidad en Chile, pensando
y leyendo que el autismo es una forma de discapacidad y que coloca a los niños y
adultos afectados en situación de ser ayudados por el Estado de alguna manera. Y
así llegue a escribir esto, desde una perspectiva de padre de un hijo que tiene
Asperger, no de abogado (menos de médico ni especialista) sino como uno más de
este país que necesita conocer sobre los TEA y su incidencia de nuestros niños,
sus requerimientos, necesidades, su verdad.

TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA)

Leo Kanner en el año 1943, describió el trastorno autista (TA), ahora denominado
trastorno en el espectro autista (TEA) y englobado en los Trastornos Generalizados
del Desarrollo (TGD). Ambos términos resultan intercambiables y se usará TEA, que
se define como una disarmonía generalizada en el desarrollo de las funciones
cognitivas superiores e independiente del potencial intelectual inicial. Estos niños
presentan dificultades cualitativas en áreas de lenguaje y comunicación social y un
rango de intereses restringido y repetitivo. Estas dificultades se inician antes de los
30 meses y no se deben a enfermedades progresivas, trastornos epilépticos, déficit
sensorial, cognitivos globales o de privación afectiva o social.

El término trastorno en el espectro autista (TEA) incluye trastorno autista (TA),


Síndrome de Asperger (SA) y trastornos perturbadores del desarrollo no
especificados (TPDNE). La incidencia se ha ido modificando al separar el TA de los
déficit cognitivos globales presentes en la discapacidad intelectual y con el concepto
de “espectro del autismo”, que abarca los distintos grados de severidad. Según Leo
Kanner, el TA afecta a 1 persona en 10 000 pero ahora se sabe que uno en 150
puede ser portador de un TEA. Según la encuesta Nacional de Discapacidad (2004),
del total de la población chilena,que asciende a 15 millones de habitantes según el
último Censo, 15.500 personas, es decir, uno de cada mil chilenos presenta
discapacidad por trastornos severos de la comunicación. (Carmen Quijada,
Neuróloga Infanto-Juvenil, Rev. chil. pediatr. v.79 supl.1 Santiago nov. 2008)

El Autismo es un Trastorno General del Desarrollo (TGD) y su principal


característica es un desarrollo dispar de las capacidades neurosensoriales,
cognitiva y emotivas. Es así que muchas veces podemos estar frente a un niño de
9 años, con intereses de uno de 14, pero que actúa como uno de 5 o 6 años. Las
características que permiten identificar precozmente la presencia de este trastorno
son:

Aparición temprana (antes de los 3 años) de los síntomas.


El retraso o regresión de las tres vías de desarrollo (motor, emocional-social,
lenguaje).
Graves trastornos relacionados con el ámbito social: ausencia de sonrisa social; no
responden a manifestaciones de afecto, no imitan el juego de otros niños,
aislamiento, rechazo a la interacción con iguales o adultos, no establecen contacto
ocular, miran como “a través de”; inquietud motora, auto o hetero agresión, rabietas,
llantos y gritos frecuentes, aparentemente sin causa determinada; no se percatan
de las situaciones de peligro; subir a lugares muy altos, cruzar la calle sin mirar;
presentan trastornos de sueño y/o de alimentación.
Anomalías en el desarrollo de la comunicación que se hacen evidentes, por lo
general, como anomalías en el desarrollo del lenguaje. Muchos niños no se
expresan oralmente. Si el lenguaje está presente, existen patrones peculiares del
habla tales como la ecolalia inmediata o retardada, lenguaje metafórico, reversión
pronominal, prosodia característica. En el caso de Síndrome de Asperger, por lo
general, los niños no tienen retraso del lenguaje, aunque especialistas como Tony
Attwood, nos precisan que éste no debería ser un criterio de exclusión para el
Diagnóstico del SA.
Rutinas repetitivas y elaboradas: mantener objetos en sus manos, no querer
ponerse o sacarse algún artículo de vestuario, ordenar juguetes en filas, hacer
acciones en una secuencia determinada, viajar a su casa siempre por el mismo
camino.
Respuestas anormales a estímulos sensoriales: rechazo o predilección por texturas,
sabores y olores, reaccionar con llanto o tapándose los oídos ante ruidos
determinados –sonar de licuadoras o aspiradoras-, no responder al llamado por su
nombre, apareciendo como sordo y sin embargo reaccionar ante ruidos casi
imperceptibles, evitan el contacto visual, pero miran por el rabillo del ojo, se quedan
mirando fijamente los cambios de luminosidad o de sombras; rechazo al contacto
físico o reaccionar como con dolor al tomarlo de un brazo, pero ser insensible a
quemaduras y/o golpes, les atrae los movimientos giratorios o hacer girar objetos,
no reaccionan o lo hacen exageradamente ante los cambios de gravedad.
Por supuesto, ésta sintomatología va variando dependiendo de en qué grado del
espectro autista se encuentre el niño. El concepto de “Espectro Autista” fue acuñado
por la Dra. Lorna Wing. Ella también fue quien dio a conocer el trabajo de Hans
Asperger en los años 80. (aspergerchile.cl/2011/04/el-espectro-autista/…)

“Los trastornos del espectro autista se pueden diagnosticar formalmente a la edad


de 3 años, aunque nuevas investigaciones están retrocediendo la edad de
diagnóstico a 6 meses. Normalmente son los padres quienes primero notan
comportamientos poco comunes en su hijo o la incapacidad para alcanzar
adecuadamente los hitos del desarrollo infantil. Algunos padres explican que su hijo
parecía diferente desde su nacimiento y otros, que iba desarrollándose
normalmente y luego perdía aptitudes. Puede que inicialmente los pediatras
descarten las señales del autismo pensando que el niño podrá alcanzar el nivel
deseado y le aconsejan a los padres que esperen y vean como se desarrolla.
Investigaciones muestran que cuando los padres sospechan que hay algo mal con
su hijo, generalmente están en lo correcto”. (www.autismspeaks.org…)

No debemos perder de vista que junto a todos los niños que hoy transitan dentro
del espectro autista, hoy también hay muchos adultos afectados que no fueron
diagnosticados en su momento, y viven y conviven diariamente con la
discriminación, con la preocupación de sus hermanos o sus padres si aún están
vivos, acerca de su futuro.

DISCAPACIDAD

El Uso del Término “Discapacidad”

El término “discapacidad” fue aceptado por la Real Academia Española de la


Lengua hace diez años y aparece en el diccionario de la lengua española de ésta.

Otros términos quizás más comunes–como, por ejemplo, “incapacidad” o


“minusválido–pueden dar a entender que las personas con discapacidades son
personas “sin habilidad” o de “menor valor.”

En comparación, “discapacidad” quiere decir una falta de habilidad en algún ramo


específico. El uso del término reconoce que todos los individuos con discapacidades
tienen mucho que contribuir a nuestra sociedad y al mismo tiempo está de acuerdo
con cambios similares en el lenguaje de la ley chilena.
La discapacidad intelectual de un individuo no es una entidad fija e intercambiable.
Va siendo modificada por el crecimiento y desarrollo biológico del individuo y por la
disponibilidad y calidad de los apoyos que recibe, en una interacción constante y
permanente entre el sujeto y su ambiente.

La Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con


Discapacidad ha venido a recordar y consolidar la consideración de las personas
con discapacidad como sujetos de derechos y no únicamente individuos
dependientes con necesidades asistenciales.

La Ley 20.422 y la Discapacidad

Fue publicada el 10 de febrero de 2010, y establece normas sobre igualdad de


oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, como su título lo
señala.

Establece, en líneas generales, que son los deberes del Estado en materia de
integración de discapacitados:

Promover la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad y mejorar


su calidad de vida.
Promover la autonomía personal de las personas con discapacidad en situación de
dependencia.
Proporcionar información pública, permanente y actualizada sobre los planes
conducentes a la prevención de discapacidades.
Fomentar la rehabilitación en base comunitaria, así como la creación de centros
públicos o privados de prevención y rehabilitación.
El art. 4° establece que “es deber del Estado promover la igualdad de oportunidades
de las personas con discapacidad”, lo que deberá cumplir a través de programas
destinados a las personas con discapacidad, cuyo objetivo debe ser mejorar su
calidad de vida, con acciones de fortalecimiento o promoción de las relaciones
interpersonales, su desarrollo personal, la autodeterminación, la inclusión social y
el ejercicio de sus derechos. Parece y es una declaración de principios, que más
que evitar la discriminación, implica privilegiar y luchar por la igualdad.
El artículo 5° de la Ley 20.422 define lo que debe entenderse por Persona con
discapacidad: “es aquella que teniendo una o más deficiencias físicas, mentales,
sea por causa psíquica o intelectual, o sensoriales, de carácter temporal o
permanente, al interactuar con diversas barreras presentes en el entorno, ve
impedida o restringida su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad
de condiciones con las demás”.

Es indudable que los trastornos del espectro autista se encuentran enmarcados


perfectamente en la definición antes citada, que permite definirlo por sus
características: se trata de una deficiencia metal, de causa intelectual y sensorial,
de carácter permanente, que impide y restringe al sujeto afectado, su participación
en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás.

Y en tal supuesto, los trastornos del espectro autista constituyen un tipo de


discapacidad en los términos que señala la Ley, por lo tanto, los sujetos afectados
deben ser a la vez sujetos de la citada ley.

En lo personal, adhiero a la corriente internacional que prefiere usar el término


“diversidad funcional” en sustitución de otros con semántica peyorativa, como
“discapacidad” “minusvalía”, en busca de una nueva visión social sobre el colectivo
afectado por los TEA, que evite la discriminación y a la vez favorezca la inclusión.
Pienso que ya el término “discapacidad” es discriminador, y sobre todo en Chile, en
que tendemos a asociar “discapacidad” con carencia o deficiencia física,
especialmente que afecta algún miembro del cuerpo, y lo primero que nos lleva a
pensar es en una persona en “silla de ruedas”, o que usas muletas para caminar.
Que difícil me es hablar de discapacidad frente al TEA de mi hijo, fantasmas de
discriminación aparecen de sólo pensarlo.

TEA Y LA DISCAPACIDAD

Establecido que los TEA constituyen una discapacidad intelectual, corresponde


señalar las necesidades que este grupo de personas requiere en razón de la
igualdad de oportunidades e inclusión social que señala la Ley.
El art 9° de la Ley señala que el Estado adoptará las acciones conducentes a
asegurar a los niños con discapacidad el pleno goce y ejercicio de sus derechos, en
especial el respeto a su dignidad, el derecho a ser parte de una familia y a mantener
su fertilidad, en condiciones de igualdad con las demás personas. De igual modo,
el Estado adoptará las medidas necesarias para evitar las situaciones de violencia,
abuso y discriminación de que puedan ser víctimas las mujeres y niños con
discapacidad y las personas con discapacidad mental, en razón de su condición.

El Art 10° consagra un principio general de la legislación, tanto nacional como


internacional, en cuanto establece que en toda actividad relacionada con niños con
discapacidad, se considerará en forma primordial la protección de sus intereses
superiores. Principio que por lo demás debe tenerse en consideración no sólo en el
aspecto educacional de nuestros niños, sino también en la rehabilitación.

Todo lo anterior supone un diagnostico temprano del TEA, que es fundamental en


el curso que tomará el desarrollo del niño, y un cuadro ideal de apoyo y
rehabilitación. Pero no debemos olvidar que hoy también existen en Chile muchos
adultos con TEA, que no tuvieron las terapias necesarias porque ni siquiera fueron
diagnosticados, que no fueron al colegio o no terminaron la educación básica o
media, que conviven diariamente con la discriminación del medio, que fueron
aislados socialmente, que dependen de sus padres y que tarde o temprano
quedarán solos en este país, en su casa, sin parientes que quieran hacerse cargo
de ellos, pues carecen de habilidades sociales y comunicativas que les permitan
desenvolverse en la sociedad. Estos adultos con TEA son y serán extremadamente
dependientes de sus padres, muchos de ellos en la tercera edad, afligidos por el
futuro de sus “niños” y con la constante preocupación por un porvenir demasiado
oscuro. Ellos también nos necesitan. Recordar que los TEA no “respetan” posición
social, raza, nivel de ingresos, geografía, están, y debemos convivir con ellos y
enfrentarlos.

Es un hecho que, frente a un diagnostico de TEA, será necesario el apoyo médico


y de un equipo multidisciplinario especialista que nos ayude a enfrentar el cuadro
de autismo en la persona, desarrollar habilidades y potenciar las existentes, lo que
se traduce en controles periódicos con el médico tratante (psiquiatra o neurólogo),
y sesiones semanales de terapia ocupacional (TO) y fonoaudiólogo (FO),
complementado todo con un psicopedagogo que apoye el trabajo escolar de la
persona. A este “team terapéutico” debe agregarse el apoyo farmacológico cuando
sea necesario, de acuerdo al cuadro de la persona con TEA. Todo esto se traduce
en dinero, ya que precisamente el sistema de salud chileno no cubre
adecuadamente estas necesidades ni el tratamiento.
La asistencia psiquiátrica hoy está muy restringida en cuanto al apoyo de las Isapres
y Fonasa, dependerá del plan de salud de los padres, y en general, con un límite de
consultas anuales demasiado bajo. Ni hablar de los costos en TO y FO, ya que la
terapia ocupacional no es cubierta por la Isapres, igual que la psicopedagogía y la
terapia fonoaudiológica tiene límites anuales, que se sobrepasan rápidamente en
un mes de tratamiento. A modo de ejemplo, el costo en psiquiatra o neurólogo va
de 30 a 50 mil pesos por consulta; TO y FO varían de 20 a 30 mil pesos por sesión,
lo que nos lleva a establecer que una sesión de psiquiatra o neurólogo mensual,
más 8 sesiones de TO mensuales y 8 sesiones de FO mensuales equivalen a
$350.000 mensuales en el mejor de los casos, es decir, más de 4 millones de pesos
anuales. Y recordemos que los TEA no tienen fecha de vencimiento ni se “curan”
con remedios, y la mejoría depende directamente del grado de apoyo en los
términos expuestos que tenga la persona con TEA

Es indudable que este punto afecta directamente la necesidad que los TEA sean
incluidos en el plan AUGE, y obtener de alguna manera el apoyo del Estado, a través
del sistema de salud, subsidiando directamente los costos de un largo tratamiento,
o a través de la creación de centros especializados en que el Estado tenga un papel
preponderante y una participación real y efectiva. Es cierto que hoy existen algunos
centros privados especializados en los TEA, pero su costo limita el acceso de las
personas.

Quizá la creación de un centro comunal, dependiente del Senadis, sea un principio


de solución, que brinde apoyo médico y terapéutico a las personas con TEA, en los
términos que señala el inciso segundo del art 22: “El proceso de rehabilitación se
considerará dentro del desarrollo general de la comunidad. El Estado fomentará
preferentemente la rehabilitación con base comunitaria, así como la creación de
centros públicos o privados de prevención y rehabilitación integral, como estrategia
para hacer efectivo el ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad.”

Esta necesidad parece estar recogida en la letra c) del art 6° de la Ley, al referirse
a los servicios de apoyo : Toda prestación de acciones de asistencia, intermediación
o cuidado, requerida por una persona con discapacidad para realizar las actividades
de la vida diaria o participar en el entorno social, económico, laboral, educacional,
cultural o político, superar barreras de movilidad o comunicación, todo ello, en
condiciones de mayor autonomía funcional.
A su vez, el art 11° señala que “La rehabilitación de las personas con discapacidad
mental, sea por causa psíquica o intelectual, propenderá a que éstas desarrollen al
máximo sus capacidades y aptitudes. En ningún caso, la persona con discapacidad
mental podrá ser sometida, contra su voluntad, a prácticas o terapias que atenten
contra su dignidad, derechos o formen parte de experimentos médicos o científicos.”

El art 18° establece que la prevención de las discapacidades y la rehabilitación


constituyen una obligación del Estado y, asimismo, un derecho y un deber de las
personas con discapacidad, de su familia y de la sociedad en su conjunto. Esta
obligación del Estado en cuanto a la rehabilitación, debe comenzar en la inclusión
de los TEA en el sistema de salud, especialmente en el plan AUGE, y en la creación
de centros especializados, dependientes del Estado, como los descritos
anteriormente, que brinden terapias integrales, además del apoyo que la familia
requiera.

Confirma lo anterior el art 21° en cuanto señala que” La rehabilitación integral es el


conjunto de acciones y medidas que tienen por finalidad que las personas con
discapacidad alcancen el mayor grado de participación y capacidad de ejercer una
o más actividades esenciales de la vida diaria, en consideración a la deficiencia que
cause la discapacidad. Las acciones o medidas de rehabilitación, tendrán como
objetivos principales:

Proporcionar o restablecer funciones.


Compensar la pérdida o la falta de una función o una limitación funcional.
El desarrollo de conductas, actitudes y destrezas que permitan la inclusión laboral
y educacional.
La interacción con el entorno económico, social, político o cultural que puede
agravar o atenuar la deficiencia de que se trate. Las personas con discapacidad
tienen derecho, a lo largo de todo su ciclo vital y mientras sea necesario, a la
rehabilitación y a acceder a los apoyos, terapias y profesionales que la hagan
posible, en conformidad con lo establecido en el inciso cuarto del artículo 4° de la
presente ley”. Este artículo recoge directamente la necesidad de terapia que
requieren nuestros niños, especialmente en cuanto a TO y FO en los primeros años,
ya que la enumeración que señala la norma es precisamente las que corresponden
a las personas afectadas por los TEA.
En cuanto a la EDUCACION. Otro punto a considerar es el tema educacional y
escolar, ya que el sistema público de educación es extremadamente limitado en
cuando a la inclusión de los niños con TEA, y el sistema privado, si bien es más
“inclusivo” en cuanto al número de establecimientos, no es menos cierto que ello
pasa muchas veces por los recursos económicos de los padres.

La educación a través de la terapia del lenguaje y el habla es la forma más eficaz


de asegurar que el niño con autismo alcance su potencial pleno. El tipo de
educación necesaria debe ser decidido después de que una valoración completa
haya descrito las dificultades, las destrezas y las necesidades concretas del niño.
Según estas, el niño puede beneficiarse de una escuela normalizada con apoyo
para niños con problemas de comunicación o en una escuela especial para niños
con autismo. Los niños más capaces, pueden beneficiarse de una escuela ordinaria
aunque precisen de ayuda adicional y apoyo. A medida que van creciendo, algunos
niños con autismo precisan de un entorno estructurado, bien equipado y consistente
que pueda proveer una escuela residencial.

Los niños con Asperger a menudo también requieren ayuda individual,


generalmente dentro de la educación ordinaria. Necesitan una enseñanza explícita
sobre las “reglas” sociales que la mayoría de nosotros aprendemos sin pensar.
Necesitan consejo sobre como manejar los conflictos y tolerar sentimientos
intensos. Necesitan orientación sobre como se están llevando con otra gente. El
tiempo no estructurado como los recreos o las comidas pueden ser particularmente
difíciles para estos niños. Pueden ser vulnerables a ser abusados por otros niños,
en particular en la escuela secundaria.

Necesitamos establecimientos educacionales inclusivos, con planes y mallas


curriculares acordes a las necesidades educativas de nuestros niños, pero también
con profesores que cuenten con la preparación y formación que los TEA requieren.
Hoy es una realidad que existen muchos establecimientos que “tienen” inclusión, lo
que facilita el ingreso de nuestros niños a ellos, pero en los que sus profesores
carecen de las herramientas necesarias para enfrentar un alumnado con TEA, lo
que finalmente desemboca en la discriminación escolar, en el acoso escolar, y en
la recomendación de la dirección del colegio sugiriéndonos buscar un colegio
“acorde a las necesidades educativas de su hijo”. Este es el primer paso y la base
de la educación de nuestros niños, que les permitirá en un futuro el ingreso a la
universidad en igualdad de condiciones, y en definitiva, un desarrollo acorde a su
cuadro.

La Ley establece, en materia de educación, que el Estado garantizará el acceso a


las personas con discapacidad a los establecimientos públicos y privados del
sistema de educación regular o a los establecimientos de educación especial que
reciban aportes estatales. (Art 34°)

Los establecimientos de enseñanza parvularia, básica y media contemplarán planes


para alumnos con necesidades educativas especiales y fomentarán en ellos la
participación de todo el plantel de profesores. (Art 34°)

El art 36° establece lo que debe ser la regla general en materia de inclusión
educativa: Los establecimientos de enseñanza regular deberán incorporar todas las
adecuaciones (curriculares, de infraestructura y materiales) para facilitar a las
personas con discapacidad, el acceso a los cursos o niveles existentes. Si no es
posible integrar a la persona con discapacidad en la enseñanza regular, la
enseñanza debe otorgarse mediante clases especiales en el mismo establecimiento
o en escuelas especiales.

Los establecimientos de educación superior también deberán adecuar los


materiales de estudio y medios de enseñanza para que las personas con
discapacidad puedan cursar las diferentes carreras. (art 39)

BENEFICIOS ARANCELARIOS DE LA LEY 20.422.

La ley establece importantes beneficios arancelarios, que, en lo que respecta a los


TEA, considero de una importancia transcendental, especialmente en lo referente a
tratamiento y rehabilitación, y aprovechar toda esa gama de elementos, equipos,
juegos, material didáctico, etc, que se encuentran en el extranjero y que la Ley nos
da la posibilidad de obtener.

El art 49 señala que se libera de la totalidad de los gravámenes aduaneros la


importación de los siguientes bienes, que guardan directa relación con los TEA:

Equipos, medicamentos y elementos necesarios para la terapia y rehabilitación de


personas con discapacidad
Elementos especiales para facilitar la comunicación, la información y la señalización
para personas con discapacidad.
Equipos y material pedagógico especiales para educación, capacitación y
recreación de las personas con discapacidad.
Elementos y equipos de tecnología de la información y de las comunicaciones
destinados a cualquiera de los fines enunciados en las letras anteriores.
Por su parte, el art 50 establece que podrán solicitar el beneficio antes señalado las
personas con discapacidad, actuando por sí o por medio de sus guardadores,
cuidadores o representantes legales o contractuales, para la importación de
elementos destinados al uso exclusivo de las personas con discapacidad; y las
personas jurídicas sin fines de lucro que, de conformidad con sus objetivos, actúen
en el ámbito de la discapacidad e importen elementos necesarios para el
cumplimiento de sus fines o para el uso o beneficio de personas con discapacidad
que ellas atiendan.

CERTIFICACION DE LA DISCAPACIDAD

Para acceder a los beneficios y prestaciones sociales establecidos en la Ley es


necesario que las personas con discapacidad cuenten con certificación de la
discapacidad otorgada por la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez
(COMPIN) correspondiente a su domicilio y que estén inscritas en el Registro
Nacional de la Discapacidad, conforme al procedimiento establecido en los arts 13°
al 17°.

Sin embargo, para la asignación y financiamiento de servicios y ayudas técnicas


que requieran niños menores de seis años, será suficiente la determinación
diagnóstica del médico tratante y la presentación de un plan de tratamiento, salvo
que en casos calificados y debidamente fundados el Servicio Nacional de la
Discapacidad requiera otros antecedentes. ( art 70°)

CONCLUSIONES

Los TEA constituyen un tipo de discapacidad que deben ser amparados por Ley
20.422, y más allá de una bella declaración de principios del Estado Chileno, debe
traducirse en acciones concretas de apoyo, rehabilitación, inclusión, no
discriminación, que lleven a la práctica todo lo expuesto en el citado cuerpo legal.
Es necesaria una política de salud clara y definida frente a los TEA, donde el Estado
tenga un papel preponderante y no sea el nivel socioeconómico de los padres de
las personas con TEA el que determine el real acceso a terapias y rehabilitación. La
creación de instituciones públicas que hagan frente al autismo, y potenciar las
privadas que hoy están restringidas a quien pueda pagarlas. La inclusión de los TEA
al “plan AUGE” resulta imprescindible hoy y debe ser una medida a corto plazo, en
concordancia con la ley en comento, que no haga ilusa la rehabilitación, sino que la
haga extensiva para todos, y no solo para quien pueda pagarla.

La mayoría de los padres encuentran que el obtener el diagnóstico correcto es ya


un paso importante. Las conductas sorprendentes del niño pueden ahora ser más
fáciles de comprender. Identificar las necesidades especiales del niño, hace más
fácil planear la ayuda que este necesita ahora y en el futuro.

Creo que estamos a años luz de otras legislaciones, como la española y la


argentina, en materia de discapacidad intelectual, en rehabilitación, en apoyo, pero
cada paso que damos reduce esa distancia, en pos del bienestar de nuestros niños
y de las PERSONAS con TEA.

Вам также может понравиться