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TITULO Inmigración en Chile: oportunidades y desafíos.

En esa línea, el Gobierno entregó las últimas cifras que posee de los ciudadanos extranjeros
que se encuentran en el país, los cuales llegan a 1.119.267 al 31 de diciembre de 2017. Ese
número representa un 6,1% de la población del país (ver tablas). De acuerdo al desglose
efectuado por el Departamento de Extranjería y Migración, el 72,27% de los extranjeros
residen en dos regiones: Metropolitana (62,91%) y Antofagasta (9,36%). En cuanto al
origen, un 23,8% son de nacionalidad peruana, un 13% son colombianos, un 12%
venezolanos, un 11% bolivianos y un 10% haitianos.

Sentido de urgencia
En el último año, el país ha sido testigo del aumento exponencial de extranjeros que
ingresan con visa de turista y terminan quedándose en el país en situación irregular. Se
calcula que hoy existen en Chile alrededor de 300 mil extranjeros indocumentados, una
preocupante realidad social, pues va asociada a situaciones de precariedad habitacional,
abusos laborales y un incremento de la trata de personas. Adicionalmente, tenemos una
institucionalidad migratoria muy antigua, que data de 1975, y que es necesario reformular
con urgencia, pues no da cuenta de las necesidades actuales del país, con las dimensiones y
alcance de fenómeno de la migración en Chile. Según los antecedentes que maneja el
Ministerio del Interior, a marzo de 2018 se realizan 4.000 atenciones diarias promedio en el
DEM, con una estimación de 1,1 millones de atención para este año. Sólo en la Región
Metropolitana, éstas han aumentado un 21% respecto a 2017. Por otra parte, en el último
año, el país ha sido testigo del aumento exponencial de extranjeros que ingresan con visa de
turista y terminan quedándose en el país en situación irregular, provocando situaciones de:
Al respecto, el Mandatario indicó que la decisión de pedir visas para algunos países se tomó
para "ordenar la casa", agregando que "hay tres países; Haití, Colombia y Venezuela, que
ingresan como turistas 100 mil personas y 98 mil se quedan como residentes, no vienen
como turistas, están incumpliendo la ley de migraciones porque se disfrazan de turistas
porque su interés es quedarse en Chile. Vamos a seguir siendo un país acogedor pero en
forma ordenada, regulada y segura".

Precariedad laboral y habitacional


Incremento de la trata de personas
Abuso del sistema, ya que las personas que ingresan mienten sobre el objetivo de su visita
al país
A todo ello se suma una regulación migratoria anticuada, que data de 1975, que no recoge
los principios, la institucionalidad, ni la flexibilidad necesaria para resguardar debidamente
los intereses del país ni los derechos de los migrantes.
Migración segura, ordenada y regular
Una legislación moderna debe equilibrar el legítimo derecho del Estado y sus ciudadanos
de normar la forma en que los extranjeros ingresan y permanecen en el país, con el respeto
y garantía de los derechos fundamentales de los migrantes y la mitigación de los riesgos
asociados con el movimiento de personas, para así reducir la migración irregular y reprimir
las actividades transfronterizas ilícitas.

Igualdad de derechos y obligaciones


La migración es una expresión de la libertad y responde a la búsqueda natural de mejores
condiciones de vida. Al mismo tiempo, el inmigrante debe asumir, como todos los chilenos,
los deberes que le corresponden por haber escogido nuestro país para vivir. Por ello, el
Estado promoverá los derechos que le asisten a los extranjeros en Chile, así como también
los deberes y obligaciones establecidos en la Constitución Política de la República y las
leyes.

Integración
El Estado considera relevante el aporte al desarrollo social, cultural y económico que los
extranjeros realicen al país y su política propenderá a la integración del migrante, en
atención a sus diferencias y cultura.

Respeto a los derechos fundamentales


El Estado reconoce a los extranjeros la igualdad ante la ley, la plenitud de sus derechos
laborales y el acceso a la salud y la educación parvularia, básica y media al igual que a
todos los nacionales. Los residentes podrán solicitar la reunificación familiar, así como
enviar remesas a sus familiares. Se promoverán los derechos humanos del migrante, su no
criminalización y el debido proceso.

Hasta los 90, los principales destinos de los latinoamericanos y caribeños que salían de su
país eran EE.UU. o México y en menor medida España, un polo hasta 2008, año en que la
cesantía escaló a 24%.
Pero a partir del nuevo siglo, los problemas económicos, los atentados terroristas y el
endurecimiento de las medidas de ingreso a EE.UU. -país donde la llegada de inmigrantes
bajó de 3,9% a 2,4% entre el período 1990-2000 y 2000-2010- hizo que las rutas de
migración se diversificaran y los latinos se refugiaran en la propia región.

En este nuevo escenario, Chile emergió como el país en que proporcionalmente más creció
la inmigración en Latinoamérica. Según el informe Coyuntura Económica en América
Latina y el Caribe, de la Cepal y la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
publicado en mayo, entre 2010 y 2015, la población de inmigrantes en Chile aumentó, en
promedio, 4,9% por año. Le siguen México, con 4,2%; Brasil, con 3,8%, y Ecuador, con
3,6% (ver infografía).

En 2010, según datos de Naciones Unidas citados en el informe, los inmigrantes en Chile
eran 369.436, cifra que subió a 469.436 en 2015, un alza del 27%.

¿Por qué Chile crece más que los otros países? El investigador del Centro de Estudios de
Conflicto y Cohesión Social y académico de la U. Católica, Roberto González, señala que
no tener barreras idiomáticas para muchos es un atractivo. “Se suma la buena
empleabilidad, estabilidad, seguridad, lo ven como un lugar en el que los tratan
relativamente bien”, dice. Además, el dinero que ganan son remesas muy significativas en
sus países de origen, les conviene trabajar, aunque vivan apreturas económicas al inicio,
sostiene.

Rodrigo Sandoval, jefe nacional del Departamento de Extranjería y Migración (DEM),


indica que la existencia de colectivos ya asentados también generan redes transnacionales
(comunidad peruana, colombiana, haitiana o venezolana) que actúan como factor de
atracción para que compatriotas elijan a Chile por sobre otras naciones.

Para el director de la Oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina, Fabio
Bertranou, si bien muchas personas que emigran a Chile provienen de países con
situaciones sociales conflictivas, este flujo migratorio tiene principalmente motivaciones
laborales. “En Chile, la migración es netamente regional: tres de cada cuatro migrantes
residentes en el país provienen de otros países sudamericanos”, dice. A eso se suma que la
mayoría son mujeres que vienen a trabajar. “En Argentina, Chile y Uruguay existen
corredores migratorios en los que las mujeres están sobrerrepresentadas, por ejemplo,
porque muchas buscan insertarse laboralmente en el trabajo doméstico, que es un segmento
laboral dominado por las mujeres”, dice Bertranou.
Desde el Centro Nacional de Estudios Migratorios de la U. de Talca, su director, Medardo
Aguirre, agrega que según un estudio realizado por este centro, los extranjeros residentes en
Chile manifiestan dos razones principales por las cuales abandonan su país: mejores
oportunidades laborales y mayor seguridad ciudadana. “Ven en Chile un país más seguro
para vivir y también con mayor nivel de desarrollo económico, lo cual, en principio, les
ofrecería mejores oportunidades laborales”, explica.

Desde el Servicio Jesuita a Migrantes, Pablo Valenzuela, coordinador nacional de


Incidencia, dice que en el largo plazo Chile ofrece buenas oportunidades de progresar
comparadas con los países de origen. Agrega que en el Ranking de Prosperidad del Instituto
Legatum, Chile ocupa el lugar 31, mientras que Colombia el 72 y Venezuela, el 121. La
desaceleración económica, que es más bien coyuntural, no representa un desincentivo para
migrar, señala.

Cerca del 72% de las visas que se entregan están relacionadas con trabajo. “Las visas de
trabajo en su conjunto (contrato, temporaria por motivos laborales y para profesionales y
técnicos) representaron el 53% de las visas en 2014, y el 57% en 2015. Pero los titulares de
visas temporarias (Mercosur, Visas por Motivos Familiares u otras) también pueden
emplearse en nuestro país y son potenciales trabajadores”, señala Sandoval.

Educados

El informe Cepal-OIT también establece que casi el 80% de los inmigrantes en Chile tienen
en promedio más de 10 años de educación, lo que se repite en Panamá, Ecuador y Bolivia,
hasta donde llegan inmigrantes con alta calificación. En Venezuela y República
Dominicana ocurre lo contrario. En este último país, el 46% de los inmigrantes tiene menos
de tres años de estudio.
En promedio, los migrantes tienen mayor nivel de escolaridad que los chilenos, indica
Bertranou. Según el informe, entre 2010 y 2015, el 79,4% de los inmigrantes del país tenía
10 o más años de estudio, el promedio más alto de la región.

Pero este promedio varía por nacionalidad y sexo. Según la Casen 2015, solo los
inmigrantes de Bolivia y República Dominicana tienen una escolaridad similar a la de los
chilenos; peruanos, haitianos, uruguayos, argentinos, colombianos y ecuatorianos tienen
más.
Aguirre plantea, además, que la mayor calificación se debe mirar con cierta precaución, ya
que al analizar en qué sectores de actividad económica se concentran los inmigrantes, están
principalmente en el sector servicios y comercio. “Un estudio de nuestro centro encontró
que un alto porcentaje de los inmigrantes considera que su trabajo en Chile no tiene que ver
con la actividad que desarrollaban en su país ni con su nivel de formación, por lo que la
mayoría quiere cambiarse del trabajo actual”, señala.

Este dato podría incluso significar que llegan buscando trabajo, pero terminan
desempeñándose en lo que el mercado laboral chileno les ofrece, que no sean actividades
de interés para los chilenos o donde hay déficit, como el servicio doméstico y sector salud
en servicios públicos, dice Aguirre.

Mayoría entre 20 y 49 años

Al revisar la distribución de los inmigrantes por edad como proporción de la población


total, se evidencia que la mayoría está por trabajo. Entre los 20 y 29 años, los inmigrantes
representan el 3,1% de toda la población de esa edad; quienes están entre los 30 y 39 años
son el 4,1% de los habitantes, y entre los 40-49 años son el 2,4%. En cambio, sobre los 60
años sólo son el 1%.

Según el informe, el que la tasa de desempleo sea menor entre los inmigrantes y su
participación laboral sea mayor que el promedio nacional refuerza que vienen a trabajar. Si
la tasa de desempleo de los chilenos en 2013 según el informe era de 7,1% (6,3% en los
hombres y 8,3% en las mujeres), para los inmigrantes era de 4,1% (lo mismo para hombres
y mujeres).

La tasa de participación laboral sigue la misma línea: 57% de los chilenos trabajaba en el
periodo 2010-2013, mientras que entre los inmigrantes la cifra llegaba al 75%.

En 2016, Jeanne Lafortune y José Tessada, de la U. Católica, hicieron un estudio


encuestando a más de 500 inmigrantes, concluyendo que solo el 14% no terminó la
educación media, el 45% sí lo hizo, el 29% tiene educación técnica o universitaria
incompleta y el 12%, universitaria completa.
Al respecto, el Mandatario indicó que la decisión de pedir visas para algunos países se tomó
para "ordenar la casa", agregando que "hay tres países; Haití, Colombia y Venezuela, que
ingresan como turistas 100 mil personas y 98 mil se quedan como residentes, no vienen
como turistas, están incumpliendo la ley de migraciones porque se disfrazan de turistas
porque su interés es quedarse en Chile. Vamos a seguir siendo un país acogedor, pero en
forma ordenada, regulada y segura".
la pregunta que muchos compatriotas han tenido en mente cuando han visto innumerables
titulares en la prensa y noticiarios durante las últimas semanas, refiriéndose a la reforma
migratoria que deberá implementarse en este Gobierno. No obstante ello, esta no es una
pregunta nueva, y en muchos momentos ha surgido en distintas latitudes.
<p>En Estados Unidos esta pregunta, sin duda, ha causado mucho revuelo, en particular
durante las últimas elecciones. Este se ha caracterizado históricamente por ser “un país de
inmigrantes”. Por ello, y gracias a que cuentan con gran cantidad de información respecto a
la evolución histórica de este fenómeno, se ha realizado mucha investigación que pretende
dilucidar las preguntas claves: ¿aumenta el desempleo?, ¿qué ocurre con los salarios?, ¿es
buena la inmigración para el crecimiento y para la innovación?
Quizás el artículo de investigación más importante respecto a este tema lo escribió David
Card (1990), del Departamento de Economía de la Universidad de California en Berkeley,
hoy ubicado como el mejor departamento del área de los Estados Unidos (USnews).
En su investigación, que por lo demás puede significarle ganar el Premio Nobel, Card
analiza el efecto que tuvo la gran migración de exiliados cubanos a Estados Unidos en
1980, cuando Fidel Castro declaró que todos aquellos habitantes de su país que quisieran
emigrar, eran libres de hacerlo desde el puerto de Mariel. Tan solo este evento supuso un
aumento significativo de la fuerza laboral de Miami de 7% de un día para otro, y un
incremento de 20% de la fuerza laboral cubana en esa región. Card introduce
magistralmente el concepto de experimento natural, que permite identificar el efecto aislado
e independiente (exógeno) de un aumento en la fuerza laboral debido a migración.
Pero ¿qué fue lo que encontró Card? Sus resultados dan cuenta de que esta masiva
migración de cubanos a Miami no tuvo virtualmente efecto alguno en salarios y desempleo
en la ciudad; es más, ni siquiera hubo efecto negativo entre la población de cubanos ya
existentes. Si bien el enfoque de Card representa la aproximación más pura de los
economistas laborales al tema, es a partir de la economía internacional desde donde se
puede encontrar la racionalidad a tan sorprendente resultado.
Modelos clásicos de comercio establecen que en un país o región que es tomador de precios
internacionales, sus salarios permanecerán invariables frente a la migración (Teorema de
Rybczynski) y que la economía acomodará la nueva disponibilidad de trabajo cambiando la
canasta de productos producidos en la economía, expandiendo aquellos sectores que usan
intensivamente los trabajadores migrantes. Esto es justamente lo que encontró Gordon
Hanson (2004), de la Universidad de California en San Diego, para el caso de la migración
rusa a Israel, ocurrida a principios de los 90.
Pero ¿qué fue lo que encontró Card? Sus resultados dan cuenta de que esta masiva
migración de cubanos a Miami no tuvo virtualmente efecto alguno en salarios y desempleo
en la ciudad; es más, ni siquiera hubo efecto negativo entre la población de cubanos ya
existentes. Si bien el enfoque de Card representa la aproximación más pura de los
economistas laborales al tema, es a partir de la economía internacional desde donde se
puede encontrar la racionalidad a tan sorprendente resultado. Modelos clásicos de comercio
establecen que en un país o región que es tomador de precios internacionales, sus salarios
permanecerán invariables frente a la migración (Teorema de Rybczynski) y que la
economía acomodará la nueva disponibilidad de trabajo cambiando la canasta de productos
producidos en la economía, expandiendo aquellos sectores que usan intensivamente los
trabajadores migrantes. Esto es justamente lo que encontró Gordon Hanson (2004), de la
Universidad de California en San Diego, para el caso de la migración rusa a Israel, ocurrida
a principios de los 90.
Recientemente la migración en Estados Unidos ha permeado la discusión pública y no solo
académica con artículos en los más diversos medios y por los más diversos autores. De
hecho, la revista de negocios Forbes (2016 y 2017), conocida por su ranking de
“billonarios” y cuya lectoría no puede ser clasificada como eminentemente liberal sino más
bien conservadora, ha publicado sendos artículos resumiendo la evidencia económica a
favor de la migración. El Huffpost (2017) también ha divulgado la evidencia a favor de la
migración, entre ellos los artículos de Hunt y coautores (2008), Moser y coautores (2014),
Alekynska y coautores (2015). Incluso la Academia Nacional de Ciencias de Estados
Unidos (2016) publicó un reporte que encuentra grandes beneficios en la migración para el
país. Pero ¿qué tienen en común estos últimos artículos? ¡El encontrar que la migración, no
solo no es dañina para el mercado laboral, sino que es también buena para el crecimiento y
para la innovación!
Como chilenos debemos aprovechar esta oportunidad única de atraer trabajadores
extranjeros para que expandan y desarrollen, entre otros, sectores importantes de la
economía del país –como la agricultura, la agroindustria, la construcción y los servicios– y
que ayuden a mover la frontera de lo posible en la ciencia, la innovación y emprendimiento
de la nación. Políticas restrictivas a la migración no son la solución y muy probablemente
de laissez-faire tampoco.
Necesitamos un modelo migratorio inteligente que saque el máximo provecho para el país
de esta importante oportunidad. Visas especiales para trabajadores altamente calificados,
estudiantes y académicos son un requisito de los sistemas modernos de inmigración, junto
con un trato apropiado de trabajadores no calificados.
En el último tiempo, se ha instalado en el país la idea de que existe un aumento
indiscriminado de inmigrantes en nuestro país, lo que estaría provocando una carga estatal,
con una sobredemanda en el sistema de salud y educación, un aumento de los niveles de
delincuencia, entre otras situaciones.
Sin embargo, las cifras revelan que estos supuestos hechos están totalmente alejados de la
realidad.
Soledad Torres, abogada experta en temas migratorios y socia directora de Legal Global,
enfatiza que no hay que creer en todo lo que se informa o se dice acerca de los inmigrantes,
ya que todos “hacen algún tipo de contribución, auxilian en la generación de algún bien o
servicio”.
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para inmigrantes
A continuación, la abogada resume en siete puntos las “falsas verdades” que existen en
torno a la residencia de extranjeros en Chile.

1. “Nos han invadido”


El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que según el Censo de 2017 que la
población actualmente en Chile alcanza a 17.574.003 personas y sólo 746.465 personas
extranjeras viven en Chile. Lo que constituye un 4,2% de la población.

Asimismo, según el INE, 1.037.346 chilenos viven en el extranjero, lo que comparado con
la población extranjera, existen más chilenos en el extranjero, que extranjeros en Chile.

MST, señala que expresiones como “nos han invadido”, “estamos plagados”, “se
aprovechan de nuestros país” entre otras no son efectivas porque el porcentaje total aun es
bajo y se puede equiparar a la cantidad de chilenos fuera de nuestro país.

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Chile

2. “Los consultorios están plagados de extranjeros”


Según una estimación realizada por Fonasa, actualmente hay 576 mil inmigrantes afiliados
al seguro público. De los 576 mil casos, 119 mil (21%) están asegurados en el tramo A, el
más vulnerable. Es decir, no cotizan por ser carentes de recursos y tienen gratuidad en las
atenciones médicas. De los otros 457 mil que sí cotizan, el 28% está en el B, que cubre el
100% de las prestaciones sin copago; y el resto, en los tramos C y D, que cubren 90% y
80% de las atenciones, respectivamente.

Por lo que no es efectivo que estén plagados los consultorios o la red pública de salud

3. “No hay cupos para chilenos en los colegios públicos”


Según el Mineduc, la cifra de estudiantes en Chile al 2017 alcanza 1.274.000 alumnos en
los colegios públicos y subvencionados. Los extranjeros matriculados en la educación
pública chilena alcanzan a 113.518, lo que equivale al 8,9%. Además, los niños inmigrantes
“han influido muy positivamente, puesto que las cifras han aumentado las matriculas de
alumnos que habían ido decreciendo en la educación pública chilena, donde el 55% alcanza
sólo a educación privada”.

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chileno

4. “Nos quitan el trabajo”


Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el período septiembre-
noviembre de 2017, existieron 8.3721.908 personas ocupadas, de las cuales 184.399
declaran no ser nacionales siendo sólo el 2,2% de la ocupación nacional.

5. “No pagan impuestos”


Según datos extraídos de 2017, los inmigrantes radicados en el país que declararon rentas y
tributaron como personas naturales bajo “Impuestos de Segunda Categoría” o “Impuesto
Global Complementario”, alcanzaron los 71.187 contribuyentes extranjeros. En promedio,
estos pagaron cerca de $2,7 millones al año al estado de Chile.

6. “Vivimos en permanente delincuencia de los inmigrantes”


Según cifras del compendio estadístico penitenciario emitido por Gendarmería de Chile del
año 2016, 41.697 personas se encuentran cumpliendo condena dentro de una recinto
penitenciario en el país, de esa cifra sólo 2.683 son extranjeros. Este cifra equivale a un %
de los extranjeros en el país.

Dentro de esos 2.683, el 25% no son inmigrantes, sino que burreros, esto es, personas que
ingresan al país con el objeto de entrar droga pero sin ningún ánimo de permanecer en
Chile.

Por otro lado, buena parte de los inmigrantes y extranjeros que figuran en el sistema penal
chileno figuran como víctimas (54%).

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hemos comenzado este proceso y vamos a continuar”

7. Expulsiones masivas: no son todos delincuentes como la gente cree


Según la ley de Migración y Extranjería se establecen las causas por las cuales puede
expulsarse a un extranjero de Chile, señalando entre ellas el efectuar proselitismo político,
haber sido condenado o procesado por un crimen, los que se dediquen al comercio o tráfico
ilícito de drogas o armas, al contrabando, al tráfico ilegal de migrantes y trata de personas,
los que no tengan o no puedan ejercer profesión u oficio, o carezcan de recursos que les
permitan vivir en Chile sin constituir carga social o bien hayan sobrepasado el plazo para
permanecer de turistas, entre otras.

Por lo que señalar que todos los inmigrantes son delincuentes es errado. Existen
expulsiones de extranjeros que no han tramitado su visa o bien difunden doctrinas políticas
que induzcan a hechos de violencia o que constituyan una carga social.

La expulsiones recientemente efectuadas contiene en la mayoría a extranjeros que no son


inmigrantes sino como señalamos anteriormente extranjeros transeúntes.
Fuente: Emol.com -
https://www.emol.com/noticias/Nacional/2018/04/09/901867/Extranjeros-en-Chile-
superan-el-millon-110-mil-y-el-72-se-concentra-en-dos-regiones-Antofagasta-y-
Metropolitana.html
https://www.cnnchile.com/pais/7-falsas-verdades-inmigracion-chile_20180920/
https://www.elmostrador.cl/mercados/2018/05/02/la-pregunta-del-millon-es-la-
inmigracion-buena-para-los-chilenos/

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