Вы находитесь на странице: 1из 336

EDITOR RESPONSABLE

LOS LIBROS MÁS PEQUEÑOS


LOS LDEL MÁS PEQUEÑOS
MUNDO
IBROS EIRL
DEL MUNDO EIRL
P rólogo

Cuando en mi temprana adul-


tez me enfrenté con severas crisis
de identidad y por convenciona-
lismos, sufrí graves decepciones,
lo primero que añoré fue recu-
perar mi paz interior y regresar
a la inmaculada inocencia de mi
alma.
Desde mi infancia y adolescen-
cia, mi tiempo libre lo dedicaba
a realizar prácticas de silencio

7
interior, esos momentos de paz y
sosiego eran insustituibles.
La vida y sus múltiples obliga-
ciones me fueron desviando de
mis sencillas prácticas de medita-
ción y del tiempo que me regala-
ba para estar en contacto con la
naturaleza. Ya era entonces una
joven madre y tenía tres hijos
que cuidar y atender. El tiempo
para mí misma era escaso y las
obligaciones iban aumentando.
Como toda persona que empie-
za el camino solitario del autodes-
cubrimiento, me fui alejando de
las apariencias y las crisis y con-
flictos que iban apareciendo me
llevaron a mi santuario interior. 
8
A mis treinta y tres años, tuve
que empezar de nuevo, y la vida
me obligó a caminar sola con una
mochila pesada que yo misma
había elegido cargar. A esa corta
edad en que uno cree que cono-
ce el mundo, se da uno cuenta
que tiene que volver a empezar
y reconstruir la vida con otros ci-
mientos. Todo lo que estudié y
aprendí, todo lo que viví y sufrí,
todo lo que hasta entonces sabía
y había aprendido, me resultó
insuficiente. La experiencia en
carne propia no se compara a la
lectura de miles de libros, uno tie-
ne que enfrentar las caídas y re-
coger con amor y compasión los
9
pedazos rotos del corazón y debe
hacerlo en silencio y soledad.  Es
entonces que uno se da cuenta
que ante uno mismo está solo, y
con esa soledad debe uno apren-
der a convivir y comprenderse.
La vida con sus altibajos, nos
conduce siempre de vuelta a no-
sotros mismos. Muchas veces in-
tentamos echar un vistazo a los
demás, para lograr entendernos
mejor, pero es inútil, porque la
labor interior es personal, y ha-
gamos lo que hagamos o deje-
mos de hacer, es nuestra actitud
y nuestra fortaleza la que nos sal-
vará de la autorecriminación. Na-
die tiene la culpa de lo que nos ha
10
tocado vivir, cada uno de noso-
tros elige, circunstancias y perso-
najes para evolucionar y nada es
casual sino causal. A medida que
vamos evolucionando tenemos
mejores herramientas para salir
airosos de las pruebas, conflictos
y enredos que nosotros mismos
elegimos vivir. El alma es sabia,
tiene todo lo que necesita para se-
guir en el camino del autodescu-
brimiento y también como seres
humanos que somos avanzamos
y retrocedemos en el camino de
búsqueda interior. 
Nadie dijo que ser humano sea
una tarea fácil.  Cada uno de no-
sotros tiene virtudes y defectos,
11
conocimientos y ambigüedades,
fortalezas y debilidades, nos cues-
ta tomar las riendas de nuestros
destinos y en particular cuando el
sistema de creencias nos ha res-
tringido con prohibiciones y cua-
driculado la mente con miles de
“debe ser”. Nos tomará más de
mitad de la vida desaprender lo
inútil y liberarnos de ataduras atá-
vicas que nos castran y enjuician.
Hasta que el alma ya no pue-
de resistir sus ansias de libertad y
rompe las cadenas para alzar el
vuelo del espíritu. Un buen día,
nos llenamos de coraje y nos atre-
vemos a cuestionar todo lo apren-
dido y nos decimos para nuestros
12
adentros, por qué vivir en un ga-
llinero si hemos nacido águilas y
podemos volar muy alto. Y en
ese instante de valentía y deci-
sión, extendemos nuestras alas y
alzamos nuestro más alto vuelo.
Y una vez que nos encontramos
en la cima de las montañas vien-
do la tierra desde lo alto, nos fe-
licitamos por habernos atrevido
a explorar lo que otros alguna
vez nos prohibieron. Despojados
de miedos y libres de castrantes
ataduras, aceptamos la responsa-
bilidad de los retos y sobre todo
de nuestras propias decisiones.
Al fin dejamos el rol de víctimas,
y miramos al mundo con otros
13
ojos, observamos la realidad sin
enjuiciarla, aceptando que so-
mos observadores y observados,
aprendiendo y enseñando, sien-
do maestros y discípulos e inter-
cambiando miles de máscaras y
protagonismos. Ya nos es más fá-
cil aceptar nuestra multiplicidad
de roles, esa riquísima gama de
emociones que antes nos costaba
asumir buscando culpables o chi-
vos expiatorios para salir de los
enredos que nosotros mismos fui-
mos creando en la inconsciencia
o ignorancia. 
Pasadas las crisis, superadas
las pruebas nos fuimos haciendo
responsables de cada elección.
14
Ya no insistimos en señalar o
echar la culpa a nuestros opo-
nentes, simplemente aceptamos
las lecciones y aprendimos lo
que era justo y necesario. Enten-
dimos que los personajes van y
vienen, los eventos y circunstan-
cias se presentan una y otra vez
hasta que al fin somos capaces de
descifrar sus mensajes. Sin duda
vamos evolucionando, y como
los frutos maduros nos volvemos
más sabrosos y dulces, y también
más dueños de nuestros sentires.
Nos hicieron creer que el mun-
do de apariencias y sus éxitos su-
perficiales nos brindarían satisfac-
ciones, que los logros materiales
15
nos permitirían disfrutar de ma-
yor serenidad. Nadie niega que la
libertad financiera nos da estabili-
dad, pero más allá de esa zona de
confort se nos exige paz interior, y
esa paz no se alcanza con dinero
sino con una intensa y paciente
labor interior.
Me siento bendecida y muy
agradecida de haber encontra-
do luz en mis raíces cristianas,
de haber cimentado mi fe en mi
Conciencia Crística.  En mi tem-
prana adolescencia era ya una
asidua lectora de la vida de los
santos, por mis manos desfilaron
santos y santas, San Juan de la
Cruz, Santa Teresa de Ávila, San
16
Francisco de Asís, Santa Teresa
del Niño Jesús, Santa Hildegar-
da von Bingen, la Madre Teresa
de Calcuta, el Padre Pío, Santa
Rosa de Lima, San Agustín, San
Pablo, San Martín de Porres, San
Antonio de Padua, San Juan Ma-
ría Vianney y tantos otros  que
dejaron huellas de santidad en
mi alma. Cada uno a su manera,
dejó impregnada mi alma de sus
aromas de santidad. Siempre me
llamo la atención la lectura de los
místicos de todas las religiones, y
luego fui abriendo mi mundo re-
ligioso al espiritual y me adentré
en las culturas orientales, leí so-
bre el Budismo, la meditación
17
Zen, el Hinduismo, el Judaísmo
y sus tradiciones, abrí mi mente
a lo Universal y cuando empecé
a perseverar en mis prácticas de
meditación comprendí desde mi
ser interior, que debía honrar a
todos los santos y todas las reli-
giones porque todo era UNO.
Cuando decidí dejar lo mun-
dano para entregarme al servicio
desinteresado y autodescubrirme
entendí que debía acoger en mi
espacio a todo aquel que necesi-
tase lo que Dios en mí tenía para
ofrecerle. Entonces recibí a todos,
sin hacer acepción de personas,
conocí ateos, agnósticos, incrédu-
los, desequilibrados, deprimidos,
18
ansiosos, tristes, desorientados,
adictos, dementes, divorciados,
traicionados, en fin toda clase de
personas, y en especial aquellas
más despreciadas y desatendidas
por nuestra sociedad. Nadie tie-
ne oídos para los fracasados, para
los perdidos, para los dementes,
para los excluidos, nadie quiere
escuchar lamentos y desgracias,
pero son esos los que más nece-
sitan de nosotros.
Y Dios multiplicó mis ma-
nos, hizo prosperar mi econo-
mía, puso en mi camino, maes-
tros y guías, personas auténticas
que me apoyaron en mi bús-
queda. Año tras año, se fueron
19
acercando a mi camino, más per-
sonas necesitadas y veía con ale-
gría como se iban transforman-
do las vidas. Allí donde encontré
confusión apareció la confian-
za, allí donde reinaba la tristeza
sembré alegría, allí donde el dolor
agobiaba el alma se produjo la
sanación, allí donde había esca-
sez regresó la abundancia… En-
tonces comprendí que mi camino
aunque siguió lleno de pruebas y
altibajos, todas mis necesidades
eran colmadas en abundancia y
mis pruebas superadas.
Sigo en este camino de bús-
queda, descifrando cada día un
nuevo misterio, sorprendida por
20
nuevos y maravillosos encuentros
humanos. Me siento honrada con
todos los seres que Dios pone en
mi camino, tanto aquellos que
me comprenden como aquellos
que no lo hacen y me agreden
o contrarían, porque de todos
aprendo unas veces con dulzura
y afabilidad y otras con amargu-
ra y dolor. Hoy miro mi futuro
con esperanza, me siento dueña
de mí misma, cada vez domino
con mayor maestría mis emocio-
nes. Ya no soy una hoja al viento,
soy una mujer empoderada, una
mujer plena y sabia bendecida
por las experiencias vividas con
amor y fe.
21
Me alegra tanto ver a mis pa-
cientes sanos, llevando a cabo
sus proyectos de vida, fortaleci-
dos en la confianza de sí mismos.
Gracias Padre por la bendiciones
que derramas en mi vida, por to-
dos los dones gratuitos que me
entregaste antes de encarnar. Es-
pero llegar a Casa con las manos
repletas de amor, y mientras me
concedas vida continuaré llevan-
do almas al buen camino. 
Úsame toda, Padre Celestial,
Madre Divina, que no quedé en
mi rastro alguno de soberbia ni
vanidad, que todo lo que haga
en mi debilidad sea restaurado
por Tu amor y todo lo que haga
22
en mi fortaleza sirva para mejorar
la vida en este hermoso planeta
Tierra. Sé que me falta mucho
que aprender, y que volveré para
ayudar toda vez que Tú me en-
víes, porque no descansaré hasta
que volvamos a reunirnos en el
AMOR INFINITO.

OM PAZ AMÉN

23
H e escrito este libro en la
más profunda solitud, ale-
jada de los que más amo, mis hi-
jos, mi compañero de alma, mis
familiares, mis amistades más
profundas e íntimas, mis pacien-
tes, mis conocidos e incluso de
mis oponentes. Decidí dejarlo
todo, mi país, mis comodidades,
mis aparentes seguridades, mis
contactos, mis vínculos, mi lina-
je, mis raíces, en fin todo lo que
me tenía atada a mi zona de con-
fort para despojarme de todo lo

25
mundano y encontrarme con la
auténtica Dalila.
Hoy desde este hermoso lugar
llamado Mirasol que todos los
días me ofrece la luz del sol y un
lienzo bellísimo en los cielos quie-
ro agradecer a mis hijos el amor y
el apoyo que me han dado y me
siguen brindando, aceptando a
esta madre no convencional que
decidió renunciar por un tiem-
po a sus presencias físicas para
descubrirse como mujer y por fin
entregar al mundo su verdadera
esencia en autenticidad.
Yo agradezco a todas las
personas que me aman por su

26
profunda amistad y por haber
aceptado con gracia el camino
que he elegido. Nadie dijo que
tener la valentía de arrancarse de
los suyos y de la zona de confort
fuese fácil pero es indudable que
dará sus frutos en mi vida perso-
nal y pública. Este desapego que
estoy viviendo, gracias a las lec-
ciones que he experimentado en
los últimos años me condujeron a
tomar decisiones dramáticas que
me han permitido y me siguen
permitiendo conquistar mi más
profundo despertar.
Dedico este libro a todos los
que me han enseñado y me si-
guen enseñando con sus propias
27
vidas a amar más y mejor. Espe-
ro contribuir con estas páginas
al despertar de conciencias y así
todos podamos contribuir con la
tan ansiada ascensión de nuestra
hermosísima Madre Tierra, tan
pródiga en abundancia pero tan
maltratada y abusada por una
humanidad indolente que la ha
explotado para su beneficio sin
medir las nefastas consecuencias
de su posible autodestrucción.
Oremos por el despertar de la
humanidad para que jamás vol-
vamos a cometer excesos contra
nuestra preciosa Madre Tierra.

28
Seamos los pioneros guerreros
de la luz para la instauración de
la nueva humanidad en la Nue-
va Tierra.
Los bendigo y amo con todo
mi corazón.

Mirasol, Algarrobo,
12 de mayo de 2018

29
E scribiendo “Regresando a la
Inocencia”, me he propuesto
disfrutar en cada encuentro hu-
mano de la inocencia de quién
Dios haya puesto en mi camino
y disfrutarlo del modo más tierno
y agradable posible.
Son tiempos de abrir el cora-
zón al otro sin miedos como si
fuese la primera vez que pode-
mos mirarlo a los ojos en total
desnudez sin vergüenzas ni cul-
pas, en total y gloriosa e inmacu-
lada concepción tal cual fuimos
creados por la gracia divina de
31
Nuestro Creador. Hoy tenemos
la oportunidad de expresar júbi-
lo, irradiar paz y cultivar el amor
como jamás lo habíamos co-
nocido ni experimentado antes
de mirarnos dentro con honda
compasión y admiración por la
nobleza e inocencia del amor y
la sabiduría de nuestros propios
corazones.
Son tiempos de dejar nuestros
escondites y confesar la gloriosa
inocencia de nuestros cuerpos
humanos y mortales. Somos la
evidencia divina que en nuestras
almas todo es puro, benévolo e
inocente. Jamás hay que sentir
miedo ni experimentar dolor ni
32
enfermedades ni carencias. So-
mos almas inocentes, inmortales,
santas y benditas en nosotros re-
side el Amor Divino e Indiviso del
Padre Celestial y la Madre Divina.
SOMOS UNO como siempre lo
fuimos y seremos.

33
R egresando
a la Inocencia

En el vientre materno todo


es oscuro, el sonido es lo que
nos une a la madre. Nos senti-
mos confinados en un lugar que
nos contiene, abriga y acoge con
amor. El ritmo de los latidos del
corazón de nuestra madre nos
arrulla y acompaña día y noche.
En el útero es difícil creer que
existe luz fuera de la oscuridad
en la que uno se encuentra. Pero
34
a medida que vamos adquirien-
do forma física y van aparecien-
do miembros y movimientos, una
chispa divina se nos introduce y
se instala en nuestros corazones
el amor y la esperanza. De pron-
to esos latidos que se acompa-
san, esas voces y sonidos que nos
acompañan se nos van haciendo
agradables y familiares, cálidos y
acogedores. Lentamente nos va-
mos sintiendo más cómodos en
un transitorio confinamiento. Y
como en la crisálida de una ma-
riposa, sentimos que cada parte
de nuestro cuerpo carnal en for-
mación va adquiriendo no sólo
la completitud de su forma sino
35
las habilidades que nos permiti-
rán ser humanos plenos.
Estamos cada vez más segu-
ros que cuando salgamos de ese
confinamiento podremos ver,
sentir, oír, hablar y disfrutar de
quienes hicieron posible el mila-
gro de nuestra encarnación. La
vida humana se puede describir
completa en el vientre materno.
Somos formados por el encuen-
tro maravilloso de un esperma y
un óvulo que pasaron multitud
de pruebas en el camino de bús-
queda de la fecundación virtuosa
llamada inmaculada concepción.
Pues en santidad y completitud
hemos sido engendrados. En ese
36
trayecto creativo intervinieron
fuerzas y potencias celestiales y
divinas que por gracia y volun-
tad del Padre hicieron posible el
milagro de la encarnación. Y así
el verbo se hizo carne, el sonido
hizo posible la encarnación del
ánima en forma de cuerpo mor-
tal, físico, único, diverso, inocente
y puro en su complejidad y san-
ta, inmaculada e íntegra en su
constitución.
El ser es creado por la Santa
y Omnipotente Voluntad Divina
y concebido y engendrado por
el Fuego Sagrado. Todo ser es
creación de la Energía Universal,
su esencia es una e indivisa en
37
todo y todos. La energía es UNA
desde su creación y sólo se trans-
forma, regenera y recrea. Noso-
tros somos esa energía UNA por
lo tanto jamás podemos separar-
nos ni estamos divididos. Somos
una sola energía, un solo espíritu
en infinidad de cuerpos, formas,
realidades, espacios, dimensio-
nes, tiempos y manifestaciones.
Todos estamos constituidos de
la misma sustancia y resonancia
universal, cada uno manifestan-
do su unicidad y diversidad para
aportar al colectivo su prisma
particular de su observación e
interpretación de la realidad que

38
cada uno va creando según sus
anhelos y aspiraciones.
Cada uno aporta desde el Dios
en uno, la energía universal que
fluye hacia el Universo, la materia
el espíritu, la voluntad, el espacio,
el tiempo, la dualidad, la unidad
y la infinidad de nombres, con-
ceptos, formas, interpretaciones
y observaciones que podamos
concebir en nuestras limitadas
mentes humanas que apenas son
atisbos de la incontenible e ilimi-
tada conciencia expansiva de la
MENTE UNIVERSAL.
Jamás podrá la mente carnal ni
describir ni explicar la inmensidad

39
y amplitud de la conciencia de la
MENTE UNIVERSAL. Sin embar-
go, como seres humanos divinos
que somos podemos acceder a
la inmensidad creativa del Cos-
mos poniendo a disposición de
la Mente Universal todas nues-
tras capacidades, dones y talen-
tos para expandir los ilimitados
alcances de la conciencia mórfica
divina. De ahí, las palabras que
cobran sentido cuando afirma-
mos: Yo de mí no puedo nada,
Yo en Él lo puedo todo.
El neonato se encuentra al na-
cer en calidad de indefensión. Un
recién nacido depende absoluta-
mente de la madre y la madre del
40
padre y así en cadena. El ser hu-
mano al nacer es muy vulnerable
y además tardará años en lograr
su autonomía e independencia.
El ser humano desde que es
concebido en el vientre materno
se ve expuesto a muchas sensa-
ciones y experiencias agradables
o desagradables y en ocasio-
nes traumáticas. De un ambien-
te agradable y cálido en que su
mejor compañía fueron los lati-
dos del corazón de su madre, las
palabras amorosas y caricias fí-
sicas del vientre materno puede
pasar en pocos meses a ambien-
tes hostiles y disonantes desde el
instante mismo del nacimiento.
41
Y hoy en día eso se vuelve más
aterrador, miles de niños nacen
a través de cesáreas o de fórceps
cuando quedan atascados en el
canal vaginal de la madre que
no ha podido expeler al neona-
to con las fueras naturales de las
contracciones y sus pujos. Los
partos naturales están cayendo
en desuso, pues la conveniencia
y la eliminación del dolor en las
parturientas ha convencido a las
gestantes modernas a planificar
los partos con cesáreas progra-
madas. Así es como se inicia la
primera agresión al neonato. Las
mujeres son inyectadas con oxi-
toxina para acelerar el proceso
42
del parto o anestesiadas en la co-
lumna para no sufrir los dolores
del parto natural. El resultado es
nefasto, empezamos a vivir des-
conectados de la madre y por si
fuera poco, a las mujeres que así
lo deseen se les introducen hor-
monas en la corriente sanguínea
para detener el proceso de forma-
ción de calostro e inhibir la posi-
bilidad de producir leche materna
para la lactancia, lo que común-
mente se dice “cortar la leche”-
Estamos deshumanizando a las
madres privando a los hijos del
calor y afecto de las madres, es-
tamos propiciando el destete sin
siquiera haber experimentado la
43
calidez de la lactancia materno in-
fantil. Ni siquiera en el reino ani-
mal se produce tal aberración,
por eso se dice que el hombre
es el único animal que no sabe
vivir. En muchos casos, traemos
hijos al mundo con desmedida ig-
norancia e irresponsabilidad. Fo-
mentamos el desapego afectivo
sin habernos dado la oportunidad
de conocer y disfrutar el auténtico
amor y calor humano. Me aterra
pensar que la tecnología nos esté
deshumanizando, nos esté con-
duciendo a un callejón sin salida,
a una desnaturalización del amor
y el afecto humano. Es imposible
que los humanos seamos plenos
44
y saludables si omitimos el amor
físico, las caricias físicas y verba-
les de ternura expresadas por el
corazón humano.
Nada absolutamente nada,
puede reemplazar las expresio-
nes humanas de afecto y ternu-
ra. Y nada más difícil de sanar
en la vida de un adulto que el
niño interior herido, maltratado,
humillado, ignorado, excluido o
abandonado.
Hemos nacido para experi-
mentar humanidad, para vivir en
nuestra carnalidad todas las emo-
ciones negativas que hubiesen
dañado nuestras almas y nuestros

45
corazones humanos y restaurar-
los para liberarnos de sufrimien-
tos ancestrales generados en la
ignorancia e inconsciencia. Esta-
mos siendo iluminados y bende-
cidos para comprender el valor y
el propósito del sufrimiento y así
redimir los errores cometidos du-
rante milenios por las almas dor-
midas que vivieron en el ateísmo
y la rebelión hacia el Creador Be-
névolo del Cosmos. Ningún alma
nacida o por nacer es oscura o
encarna entidades satánicas. Sa-
tán es la conciencia dormida, es
la oscura noche de las almas, es
la tentación de permanecer en la
comodidad de la ignorancia o en
46
el placer superficial de lo material,
es la distracción de lo mundano
que nos aleja de la confrontación
con las trampas del ego. Satán es
la conciencia que usa los concep-
tos de dualidad para someter a
las mentes por el engaño y el falso
poder del control. Satán nos utili-
za para frustrar los caminos hacia
la luz e invade la mente humana
con el MIEDO para imposibilitar
el disfrute del AMOR.
El mal no es creación divina, el
error, la enfermedad y la muerte
fueron insertados por el hombre
en el fatídico y nefasto sueño de
la dualidad, cuando el hombre
se rebeló y desistió en conectarse
47
con la Fuente. El ego entrampa
con sus falsas creencias implan-
tadas en nuestras memorias ce-
lulares repitiéndonos una y otra
vez que estamos separados y crea
los dramas de ataque, enemistad,
rebeldía y victimización. Si el ego
se limitase a su función de aler-
ta ante el peligro inminente de
muerte para proteger la super-
vivencia, la dualidad dejaría de
tener sentido, los sentimientos
de miedo, separación, frustra-
ción, ataque, victimización, re-
sentimiento, odio, competencia
o venganza dejarían de existir y
viviríamos sin culpas, vergüenzas
y odios.
48
Somos inocentes, hemos sido
creados en original inocencia.
Nuestras almas han sido engen-
dradas de un solo Gran Espíritu
y el UNO e INDIVISO en todo y
todos, por lo tanto no puede exis-
tir separación posible.
En lo personal, quien escribe,
experimentó una hermosa esta-
día en el vientre materno. Fui
concebida en el vientre de mi
bendita madre luego que mis pa-
dres disfrutarán de un merecido
y prolongado descanso por las
bellas tierras europeas. El em-
barazo de mi madre fue saluda-
ble, hermoso y placentero hasta
que un fuerte impacto emocional
49
desestabilizó su armonía y eso
aceleró mi ingreso a la Tierra
pues nací prematuramente a los
seis meses y diez días de gesta-
ción. La destreza de un médico
joven que apenas estaba ejer-
ciendo el rol de practicante ante
la falta de médicos residentes en
el área de emergencia de la clí-
nica acudió a atender el parto y
resultamos salvas yo y mi madre.
Nací con unos escasos 800 gra-
mos de peso, y desde ese diminu-
to cuerpo empezaron las pruebas
que se produjeron a lo largo de
todo mi camino de búsqueda es-
piritual de la verdadera vida. No
faltaron desde entonces muchas
50
contradicciones y juicios de valo-
ración y año tras año fui siendo
probada de muchas maneras.
A medida que fui madurando
fueron apareciendo y desapare-
ciendo personajes que aportaron
al refinamiento y afianzamiento
de mi personalidad.
En mi largo trayecto hacia el
encuentro conmigo misma me vi
expuesta a dramas y personajes
muy intensos que hicieron aflorar
en mi persona actitudes y forta-
lezas que hubiesen permanecido
inexploradas si no hubiese sido
por la acción refleja de los seres

51
que despertaron en mi reacciones
valientes y contundentes.
Me considero un espíritu libre
que desde una edad muy tempra-
na, tuve que enfrentar las pérdi-
das físicas de seres muy cercanos
y queridos. A la edad de siete
años desapareció de mi camino
una compañera de juegos que
suplía mis necesidades afectivas
y lúdicas ante la ausencia real de
mis hermanos carnales, debido a
la gran diferencia de edades res-
pecto a mi persona y la de mis
padres por sus obligaciones con
la economía familiar. Pocos años
después a la edad de apenas
doce años fui impactada por la
52
pérdida intempestiva de mi pa-
dre quien acabó con su propia
vida a través de su suicidio. Hoy
comprendo que los dramas acae-
cidos en mi niñez fueron benditas
iniciaciones que abrieron portales
de luz en mi camino de búsqueda
de mi identidad. A la temprana
edad de doce años descubrí la
fuente de inspiración de mis es-
critos y me ejercité en el hábito
diario de llenar con pensamientos
las páginas en blanco.
Ante la fragilidad de lo que
percibía como “mi” existencia
y los dramáticos episodios que
iba experimentado decidí plas-
mar por escrito todo lo que iba
53
viviendo. Descubrí que la escritu-
ra era mi catarsis, la forma que mi
alma había elegido para lograr mi
autoconocimiento. También fui
comprendiendo que en el ejerci-
cio diario de escribir se me iban
revelando aspectos desconocidos
de mi personalidad. Numerosas
preguntas asaltaban mi mente, y
me empezaba a cuestionar a dia-
rio, por qué ocurrían las “desgra-
cias” o caídas de la gracia, cuá-
les eran las lecciones que debía
aprender de los eventos y perso-
najes, qué efecto tenían sobre mi
personalidad, qué me distinguía
de los demás, por qué asumí por
largos años una actitud pacífico
54
sumisa sin haber despertado en
mí el coraje y la contundencia
para desechar rotundamente la
agresividad de mis oponentes y
eliminar radicalmente mi actitud
permisiva de los acontecimientos
de mi vida.
Hoy me sigo preguntando una
y otra vez, si realmente somos li-
bres o los condicionamientos o
los programas que se instalan o
existen en nuestras memorias ce-
lulares son las que toman las de-
cisiones recurrentes y erradas sin
que podamos evitarlas mientras
ignoramos su existencia por ope-
rar en niveles de conciencia apa-
gados donde la ceguera espiritual
55
es tal que somos incapaces de
“vernos” tal como somos. Mien-
tras el velo de la ignorancia cubre
nuestro ojo espiritual caminamos
como ciegos topando con obstá-
culos sin poder evitar los desma-
nes ocasionados por nuestras
desconfianzas, miedos, culpas,
vergüenzas e inseguridades.
Para despertar del sueño de
la ignorancia, para ver la luz que
brilla en nuestro interior y dejar
de vivir tropezando con los mis-
mos errores, hemos de aquietar
la mente, dejar de lado la razón, y
escuchar la voz muda del corazón
que no enjuicia, ni condena, ni re-
chaza, ni duda, ni se anticipa. Sin
56
embargo, es muy necesario y has-
ta diría inevitable el exponernos a
dramáticos acontecimientos que
nos estremecen y obligan a salir
de nuestras zonas de confort para
atrevernos a dar saltos al vacío.
Ante lo inexplorado y desco-
nocido todos experimentamos in-
quietud, inseguridad, riesgo e in-
certidumbre. Y todo lo que para
el hombre representa cambio, lo
cual es lo único permanente, lo
desestabiliza y lo empuja a ex-
ceder sus límites y obliga a dar
un salto cuántico desafiando sus
miedos y sus dudas liberándose
de las cárceles imaginarias im-
puestas por el sistema.
57
El hombre urge rebelarse en
un mundo que pretende masifi-
carlo en una realidad donde los
niños, desgraciadamente, son
medicados por psicopedagogos
cuando ellos dejan de ser pací-
ficos sumisos y adoptan com-
portamientos hiperactivos o de
rebeldía y cuestionamiento del
orden establecido. Cuán equivo-
cados están estos pobres y falsos
maestros cuando a través de quí-
micos creados por la falaz indus-
tria farmacéutica pretenden anu-
lar la creatividad de los espíritus
más jóvenes, anulando sus capa-
cidades de innovaciones, asom-
bro y ellos desafían con valientes
58
actitudes los tremendos errores
cometidos por las normas crea-
das por los hombres para man-
tener vigente el status quo del
sistema educativo prusiano que
salvaguarda la operatividad de
un orden social decadente e ino-
perante que sostiene el poder de
una élite que lo controla a través
de la opresión, la castración, la re-
presión espiritual y la ignorancia
de sus habitantes.
Hasta cuándo vamos a per-
mitir que gobernantes corruptos
que detentan un poder carente
de autoridad real por falta de au-
ténticos valores sigan ejerciendo
sus roles de guías de las naciones
59
cuando sólo demuestran inep-
titud, incapacidad moral, inefi-
ciente gobernabilidad, irrespeto
por los valores morales y evi-
dente incoherencia entre lo que
piensan, dicen y hacen. Poco po-
dremos evolucionar mientras la
corrupción no sea erradicada del
planeta. Bien lo repiten los tex-
tos sagrados, cuyas afirmaciones
son eternas que sólo la Verdad y
su manifestación nos concede y
concederá libertad.

60
E l niño divino
Nacemos inocentes,
la sociedad nos contamina
y corrompe

En la Mente Universal cada ser


es concebido en plenitud y por
la gracia del Amor Divino. Todo
ser proviene del Gran Sol Cen-
tral, en cada uno se manifiesta y
expresa la Trilogía, Padre, Hijo y
Espíritu Santo.

61
Desde que somos engendra-
dos somos UNO con el Padre
y el Espíritu Santo, el Paráclito,
el Consolador quien es el que
guía nuestros pasos de retorno a
la Casa del Padre, a la Mansión
del Amor Divino donde nuestra
existencia es plena, inmaculada
y eterna.
Somos al nacer en esta vida
y en cualquier otro espacio, no
espacio, tiempo y no tiempo, di-
mensión y no dimensión, criatu-
ras divinas. Estamos presentes
en esta “realidad” que no existe
o es “irreal”, ya que todo lo hu-
mano es una proyección, como lo
es una cinematografía que en su
62
juego de proyecciones de luces y
sombras cubre con el velo de la
ignorancia nuestro ojo espiritual.
Al nacer como “niños divinos”
se nos entrega la capacidad de ser
conscientes que es lo que nos dis-
tingue de los animales de otros
reinos. Nacemos con la potestad
de hacer uso de nuestro libre al-
bedrío y eso nos da la capacidad
de ser los reyes y reinas de nues-
tros reinados. No sólo somos ca-
paces de pensar sino de elegir lo
que pensamos. A través de esta
capacidad de tomar decisiones
nos volvemos cocreadores de
la vida. Es un regalo maravillo-
so e inmensamente potente. Es
63
ser capaces como el pintor que
le entusiasma el lienzo en blan-
co y lo va llenando de color con
un pincel y su paleta de colores
y una vez que crea esa realidad,
que es “su” obra de arte puede
introducirse en ella y disfrutar de
la realidad que cocreo.
La capacidad de crear libre-
mente lo que imaginamos y pen-
samos es lo que nos hace únicos.
Sin embargo, el libre albedrío
puede también conducirnos a
través de su mal uso en unos
destructores de la vida. No obs-
tante, la benevolencia de la vida
es de tal condición, que no im-
porta lo que se elija toda elección
64
contribuirá a la evolución. Toda
decisión conduce al amor y si no
lo hace, el sufrimiento que oca-
siona el error inevitablemente nos
hará regresar del vicio a la virtud
y de la caída al estado de gracia.
Así entendemos que el uso de
la libertad tiene un costo muy alto
y un riesgo permanente. Los se-
res humanos vivimos en el filo de
la navaja y una decisión equivo-
cada o un paso en falso puede
desbaratar los esfuerzos de toda
una vida de búsqueda, sacrificios
o renuncias.
El libre albedrío mal emplea-
do cuando lo convertimos en

65
destructor de la vida puede oca-
sionar verdaderos desmanes y el
libertinaje ejercido nos conduci-
rá al odio, los conflictos, las gue-
rras, la codicia, la lujuria, el abu-
so, la explotación extrema de los
recursos agotables, en resumen,
a todo lo que produzca miedo,
riesgo, incertidumbre e inseguri-
dad. Disfrutar sus aparentes be-
neficios y placeres nos conducen
a sufrimientos y repercusiones
negativas hasta que aprendamos
a hacer uso sabio y prudente de
nuestra plena libertad.
La Conciencia Divina que nos
brindó el regalo del libre albe-
drío, no enjuicia las acciones o
66
elecciones que tomamos como
buenas o malas, positivas o nega-
tivas, simplemente las deja ser sin
enjuiciamientos. Sin embargo, es
evidente que hay elecciones que
podrían evitarnos grandes sufri-
mientos. Por lo tanto, hay des-
víos que sería bueno no tomar.
Pero es muy difícil la antelación
y siempre la experiencia nos da
lecciones contundentes. A tra-
vés de los aciertos y desaciertos
descubrimos lo que es realmente
bueno y sabio para cada uno. In-
cluso lo que aparenta ser “malo”,
desagradable o poco conveniente
se puede convertir en un regalo
interior que forje características
67
muy poderosas en nuestras per-
sonalidades como son el coraje,
la determinación, la fortaleza, la
paciencia y la compasión, todas
ellas verdaderas virtudes y gra-
cias que nos son concedidas al
despertar de la conciencia y nos
conducen más aprisa hacia la tan
ansiada iluminación. Bien se dice
que Dios escribe derecho sobre
renglón torcido, y como mario-
netas del Creador sostenidos por
los hilos invisibles de oro sagrado
del Amor Divino, cada vez que
caemos Dios corta los hilos y los
amarra nuevamente para con
cada corte logre acercarnos cada
vez más a Él.
68
Las elecciones que llevan al
sufrimiento definitivamente nos
cambian. El dolor nos trae el re-
galo del bálsamo del perdón, la
misericordia, la compasión y la
empatía. Todos los que hemos
sufrido demasiado, sentimos
alegría al ser capaces de aliviar a
quienes están sufriendo procesos
de reconocimiento de dolores in-
conscientes guardados en el sóta-
no de la mente. Uno de los frutos
más gratificantes de los dolores
superados es el amor incondicio-
nal. Y si ahondamos para descu-
brir la causa del sufrimiento, la
sabiduría que resulta de la supe-
ración del mismo es invalorable.
69
Las paradojas se hacen eviden-
tes pues en las cárceles imagina-
rias que los otros y el sistema nos
mantuvieron por largos años se
engendraron espontáneamente
las semillas de libertad que la vida
en gracia y beatitud nos permiti-
rá disfrutar para realizar nuestra
plenitud.
La inmensa mayoría de los
seres humanos y me incluyo,
hemos vivido en prisiones ima-
ginarias condicionados por los
pensamientos impuestos por
otros, como son los sistemas o
nuestros vínculos humanos sean
estos de nuestras familias de ori-
gen o las familias que formamos o
70
las aparentes amistades que ele-
gimos. Muchas veces no somos
conscientes de nuestros pensa-
mientos y vivimos como autó-
matas respondiendo a órdenes
de una tarjeta madre que guarda
en su disco duro memorias da-
ñinas en el sótano de la mente
o subconsciente. Ahí es cuando
la que escribe, muchas veces se
cuestiona si realmente gozamos
de auténtica libertad o actuamos
y tomamos decisiones sometidos
por el “hechizo” que ejerce nues-
tro lado oscuro o sombra que nos
acompaña cual proyección per-
manente sin capacidad real de li-
berarnos del dominio que ejercen
71
los pensamientos instalados en
la subconsciencia por haberlos
guardado sin haberlos enfrenta-
do en los nefastos momentos de
sus ocurrencias. Y vivimos una
vida adormecida, aletargada
por la carga inútil que llevamos
a cuestas por no haber hecho in-
trospección ni haber asumido el
100% de la responsabilidad de
nuestras acciones.
Hoy es deplorable observar
como los niños son expuestos a
temprana edad sin siquiera haber
alcanzado el uso del raciocinio a
una tecnología invasiva que su-
planta a los pacificadores orales
de hace apenas unos decenios.
72
Podemos observar a niños des-
de los dos años sobre estimula-
dos por los dispositivos digitales
con un bombardeo de imágenes
que hipnotizan sus conciencias.
Aprenden a hablar y reconocer
imágenes a través de instrumen-
tos electrónicos, la escasa o nula
presencia de los padres, el es-
caso contacto físico, la idea ab-
surda de sucumbir a los llantos
del infante es propiciarle engrei-
miento, que llevarlos en coches
es más cómodo que cargarlo en
el pecho o la espalda… todos son
claros indicios de una peligrosa
deshumanización de la crian-
za amorosa y afectuosa que las
73
actuales generaciones no están
recibiendo.
El hombre se está enajenando
de su especie. Los animales de
otros reinos no omiten el destete
ni lo acaban prematuramente. In-
cluso podemos apreciar con agra-
do y reverencia, como las hem-
bras en el reino animal acogen a
cachorros de otras especies cuan-
do los encuentran abandonados.
Me duelen los hombres. Me
apena la indiferencia de la hu-
manidad. Me estremece el futuro
de los niños de hoy que crecen
en la violencia intrafamiliar, me
duele el abandono de las madres

74
guerreras que crían a sus hijos
sin amparo de los padres y sin el
amor y el afecto de los esposos
que mutuamente se comprome-
tieron a traer hijos al mundo pero
irresponsablemente los abando-
naron. A quiénes echaremos las
culpas, de quiénes nos conver-
timos en víctimas, cómo sanar
los errores del linaje cometidos
en los oscuros períodos de las
postguerras.
Los hoy llamados “pioneros
de la Luz”, somos hijos de fina-
les del Kali Yuga, arrastramos
colas de oscuridad, cicatrices de
dolor y terror en las almas sobre-
vivientes, corazones dañados por
75
la violencia de seres obligados a
matar en defensa de sus propias
vidas. Todos nacemos con me-
morias celulares de controverti-
das emociones, aún habiendo
recibido la más cálida y amorosa
acogida de nuestros padres al na-
cer, en nuestros ADN se registran
dolores transgeneracionales que
sólo necesitan algunos desenca-
denantes emocionales negativos
para reavivar los sufrimientos
padecidos. Y el subconsciente
va asomándose cual fantasma
que asusta y nos llena de mie-
dos y cual embrujo que hechi-
za altera la armonía y plenitud
del ahora. Qué compleja es la
76
mente humana y cuán difícil se
nos hace desmemoriarnos y des-
aprender los serviles condiciona-
mientos sociales. Y el sistema no
tarda en conducirnos a cárceles
imaginarias que garantizan la su-
pervivencia de lo establecido. Y
el hombre masificado, sometido
por los excesos de un materialis-
mo exacerbado que sólo conduce
a un vacío existencial es atrapa-
do por la vorágine de una carrera
por obtener la falaz tranquilidad
financiera que no es otra cosa
que una enajenación de su esen-
cia divina.
Cuando los hombres com-
prendan su verdadera esencia y
77
busquen dentro las respuestas y
la saciedad en su espiritualidad,
habrán hecho las paces consi-
go mismos y desde ese centro
podrán contribuir con la paz
planetaria.
La verdadera abundancia pro-
viene del Gran Espíritu. Sanada
el alma y liberado el corazón del
dolor, esta sanidad permea todos
los aspectos de la vida. Los pila-
res que sostienen la riqueza ma-
terial, se sostienen en las gracias
de la gratitud y la compasión. El
Universo no exige dolor, sufri-
miento, sudor en la frente, sumi-
sión o pleitesía. El Universo exi-
ge vacío, desapego, solidaridad,
78
compasión, generosidad, cari-
dad, buenas vibras de paz, gozo,
plenitud y armonía. Todo aquello
que irradiamos regresa centupli-
cado. Por lo tanto, todo lo que
entregamos en gracias y virtudes
recibimos más de lo mismo. Si
anhelamos paz, irradiemos paz,
si deseamos ternura demos afec-
to a todas las criaturas, si nece-
sitamos abundancia bendigamos
el bienestar ajeno. Y así genera-
remos cadenas de bendiciones y
expandiremos bienestar.
Nuestras mentes sólo contie-
nen la información que uno o los
demás nos han ido transmitiendo
a través de la experiencia. Pero
79
la razón y las experiencias al-
macenadas en pensamientos no
son suficientes para revelarnos los
misterios de lo que significa vivir
plenamente.
El Niño Divino en nosotros
existe como un ser plenamente
consciente, iluminado e inocen-
te. Es el alma pura e inmaculada
que se encarna con una mente
limpia cual “tabula rasa” en la
cual se impregnarán las nuevas
experiencias de la presente encar-
nación. Es un ser que despierta a
la vida libre de las limitaciones,
condicionamientos y programas
latentes instalados en la memoria
celular. Cuando la programación
80
del ser masificado se desintegra y
uno logra ser uno mismo, que es
la batalla más grande que uno ha
venido a conquistar lo que que-
da es el ser simplemente el SER
siendo la mejor versión de uno
mismo, entonces nos sentimos
vivos disfrutando de la inocen-
cia original del Niño Divino. Es
así como nuestra voluntad total-
mente libre elige fluir naturalmen-
te sin conflicto, dolor, sufrimiento
o confusión, ya que ellos eran los
“subproductos o temporales” de
la tarjeta madre del Computador
Universal. Seamos seres cons-
cientes evitemos la contamina-
ción del niño divino. Cuidemos
81
las almas de los niños divinos,
protejamos la inocencia de estos
seres inmaculados que encarnan
como espejos puros de Dios que
traen en su memoria celular códi-
gos celestiales de luz para aliviar
los sufrimientos y acelerar la puri-
ficación de los errores cometidos
por nuestros ancestros.
El Niño Divino nace prístino,
lamentablemente la sociedad lo
contamina con sus aprehensiones
y miedos. Ayudemos a preservar
la inocencia del niño divino con
formas de vida más auténticas y
amorosas. En nosotros está el po-
der para preservar la pureza de
los niños nacidos este milenio.
82
Orientemos con amor a la niñez
y la adultez plena será una reali-
dad para la mayoría.

83
L a infancia

El niño divino aprende de sus


padres las primeras lecciones del
amar y empieza a almacenar en
su “software” a través de la ob-
servación y lo reconoce como
agradable AMOR y desagradable
MIEDO. En esa dicotomía se
afianza y confía en los demás o
desconfía y se aleja de los demás.
El niño se vuelve consciente de
su cuerpo, su mente, su corazón
(emociones y sentimientos) y su
84
interacción a partir de los siete
años. De la total dependencia de
la madre como neonato pasa a
la sensación de estar presente en
“su cuerpo” y todo lo demás que
está allá fuera de él, es lo que se
define como ego y desde esa per-
cepción entre tú y yo, distintos y
separados aparece el concepto de
vulnerabilidad.
El ego o el ser programado por
el sistema crea “su identidad” que
es realmente el falso yo, el yo que
se defiende de los ataques y que
cree que es lo que piensa de si
mismo y lo que los demás es-
peran de él. Entonces surge el
niño sumiso y complaciente que
85
tiene miedo de ser abandonado
y como tal se encubre con más-
caras para no perder su identi-
dad aunque sea falsa pues pre-
fiere cualquier trato con tal de
no ser rechazado, excluido o
abandonado.
El ego es quien nos entrampa
haciéndonos creer que nuestro
cuerpo y mente son nuestra per-
tenencia y nos obliga a defender
nuestra identidad aún a costa de
sufrimiento. El ego se preocupa
de la opinión ajena, hace cuan-
to puede para merecer elogios,
no soporta la exclusión, el aban-
dono, el rechazo o la injusticia,
se resiste a vivir siendo invisible,
86
hará cuanto pueda para ser re-
conocido, admirado, apreciado y
acogido. Si el niño divino no fue
contenido, abrazado y orientado
con amor sufrirá durante su ado-
lescencia y no alcanzará la pleni-
tud en la adultez.
Durante la infancia estamos
más conectados con el mundo
invisible. De ahí que todos de
niños hayamos dialogado con
seres angélicos. Es muy proba-
ble que hayamos sentido las co-
sas sin verlas. En nuestro mundo
simple, puro y natural, éramos
espontáneos y felices. El niño en
nosotros se expresó siempre sin
inhibiciones. Cuando adquirimos
87
conciencia, esto es a partir de los
siete años nuestra relación con el
mundo cambia. Lamentablemen-
te, muchos niños hemos sido ins-
truidos con excesiva disciplina a
través de un sistema de recom-
pensas y castigos. Así asumimos
desde pequeños, actitudes pací-
fico sumisas y orientadas a com-
placer por miedo al rechazo o al
abandono.
El niño divino que era cons-
ciente del aspecto etéreo de su
ser, a medida que ingresa al sis-
tema aprende a descartar este
segundo Yo que es su cuerpo
energético que no es ni visible

88
ni discernible con los sentidos
ordinarios.
El cuerpo físico es el hogar o
vestimenta que elegimos para
este viaje llamado VIDA. Confor-
me vamos creciendo y se instala
el YO FALSO y el mundo mate-
rial como prioridades, cada vez se
hace más difícil establecer contac-
to con el Yo energético o espiri-
tual. Todos percibimos lo físico y
material como sólido cuando si
miramos de cerca al mundo físi-
co nos percataremos que en rea-
lidad es energía condensada en
una danza regenerativa de par-
tículas. Nos han convencido que
lo que vemos es la única realidad
89
existente. Cuando en realidad lo
que vemos es temporal y lo que
no percibimos con los ojos es
eterno.
En mi experiencia personal he
percibido que lo vivido en mi in-
fancia ha tenido profundas reper-
cusiones en mi vida de adulto. Lo
que recibimos de nuestros padres
y educadores durante los prime-
ros cinco años de vida dejarán
huellas indelebles en el alma. De
ahí que haya que ser sumamen-
te cuidadosos con lo que entre-
gamos a nuestros niños tanto en
afecto, contención, orientación
como instrucción.

90
Los niños aprenden de los
ejemplos y graban en sus memo-
rias imágenes y en sus corazones
emociones. Escenas de violencia
y vínculos poco afectuosos pue-
den dañar irreparablemente la
inteligencia emocional del niño.
Por eso que hoy se insiste en re-
cuperar las sanas costumbres del
prolongado contacto físico de la
madre con el neonato y el infante
hasta el destete.
Uno de los errores de nuestra
agitada sociedad en su excesivo
afán de progreso y la desintegra-
ción de la familia es la ausencia
física de los padres y la escasa dis-
ponibilidad afectiva y emocional
91
de los mismos. Si no existe la pre-
sencia sustituta de los abuelos, los
niños corren el riesgo de sufrir el
abandono psicoemocional y afec-
tivo que tendrán nefastas conse-
cuencias en el desarrollo de la
inteligencia emocional del niño
en detrimento del logro de una
adultez plena.
Por eso es de suma impor-
tancia la presencia física, afec-
tiva y emocional de los padres
durante los primeros cinco años
de vida del niño. Como madre
responsable y habiéndome se-
parado de mi entonces esposo
aun cuando mis tres hijos no ha-
bían alcanzado los siete años de
92
edad, opté por ejercer una labor
independiente para permanecer
el mayor tiempo posible con mis
niños. En esos años de la desin-
tegración familiar consideré de
primordial atención dar afecto y
atender de cerca sus necesidades
psicoemocionales. Afortunada-
mente tomé la decisión de mu-
darme a la casa de mi madre y la
figura de la abuela materna jugó
un rol relevante en la formación
del carácter y los valores de mis
pequeños hijos.
En estos tiempos de crisis don-
de la gran mayoría de hogares
son disfuncionales es cada vez
más urgente encontrar formas
93
de convivencia y contención que
suplan las necesidades afectivas
y emocionales de los niños afec-
tados por la ruptura de los hoga-
res y en algunos casos de la des-
aparición de una o ambas figuras
paternas ya sea por abandono,
abuso o maltrato. Por mucho
que hayamos sido dañados en
nuestras relaciones de pareja, la
obligación moral y de formación
de los hijos jamás puede desapa-
recer. Cuando traemos hijos al
mundo estamos cien por ciento
obligados y comprometidos vo-
luntariamente a colaborar con su
desarrollo hasta que alcancen la
madurez plena.
94
Si prestamos atención a la for-
mación del niño, yo me atrevería
a decir que tenemos una proba-
bilidad muy alta de que el niño
alcance una madurez plena. En
lo personal mis raíces sanas, esto
es mi relación armoniosa con mis
padres, mi infancia feliz y mi ho-
gar bien constituido, fueron los
cimientos de una vida robusta
y bien disciplinada que ha dado
frutos de una adultez plena.
Actualmente los sistemas edu-
cativos vigentes resultan poco efi-
cientes para atender las necesida-
des cambiantes de los seres de luz
que están encarnando en nues-
tro planeta. Lamentablemente
95
los psicopedagogos insisten en
masificar y apaciguar la conduc-
ta infantil, al extremo de recetar
psicofármacos para “normalizar”
la conducta de los niños disper-
sos, hiperactivos o rebeldes. Esta
actitud y protocolo que conside-
ro aberrante, lo único que provo-
ca es un adormecimiento de las
conciencias y una parálisis de la
creatividad y curiosidad inquisiti-
va de los niños. Estas hermosas
criaturas traen mensajes de luz y
cuerpos mejor preparados para
encarnar al “homo luminous”.
Mientras los responsables de di-
rigir los cambios en los sistemas
educativos no enfrenten las reales
96
necesidades de transformación
de los sistemas formativos, se-
guiremos fomentando condicio-
namientos, miedos, fobias, cul-
pas y vergüenzas que castraron y
seguirán inhibiendo el potencial
de desarrollo psicoemocional e
intuitivo de la especie. Los siste-
mas tales como instituciones, co-
legios, universidades, religiones
organizadas y condicionamien-
tos sociales están desfasados con
los acelerados cambios que están
elevando los niveles de concien-
cia luz de los seres humanos.
Hace apenas unos decenios el
planeta está siendo expuesto a
corrientes energéticas vibratorias
97
que están apoyando el despertar
de las conciencias. Se están ex-
perimentando con una frecuen-
cia no precedente tormentas so-
lares y alineaciones estelares y
planetarias. Estos hechos mani-
festados en los campos energé-
ticos de todas las especies están
provocando transformaciones
profundas en las formas de con-
vivencia y vinculación entre los
diversos reinos. Sin embargo,
los niños de hoy se encuentran
sobre estimulados por la sobre
abundante información que les
llega por los diversos dispositivos
que la cibernética ofrece. Ante la
ausencia forzosa de los padres y
98
la deshumanización de los víncu-
los, los niños empiezan a sentirse
enajenados en un mundo virtual
artificial que los ha insertado en
un sistema excesivamente mate-
rialista, frío y calculador.
Me preocupa en exceso está
desdichada falta de contacto fí-
sico y ausencia de mimos amo-
rosos y cálidos en la vida de los
infantes. La carencia de afecto
y contención a través de gestos
de aprecio, caricias verbales y fí-
sicas, la falta de abrazos puede
generar profundas heridas en el
alma de los niños con los conse-
cuentes sentimientos de abando-
no, exclusión y rechazo. De ahí
99
que nuestra sociedad hoy se en-
cuentra plagada de nuevas cali-
ficaciones de desórdenes men-
tales y emocionales como son el
autismo, el síndrome Asperger y
demás enfermedades autoinmu-
nes y degenerativas como el Al-
zheimer y Parkinson cuyas causas
metafísicas aún se desconocen
pero bien podrían ser desequili-
brios que tuvieron sus orígenes en
refugios de enajenación cuando
las cargas del vivir se volvieron
insoportables. No podemos des-
cartar de estas misteriosas enfer-
medades la posibilidad de haber-
se iniciado en etapas anteriores
incluso en la infancia y cuyos
100
conflictos no resueltos oportuna-
mente se guardaron en el sótano
de la mente o subconciencia.
Los niños necesitan ante todo
calor humano, contención, abri-
go, protección, aceptación, ad-
miración y orientación amorosa.
Si algo falla y no es atendido du-
rante la infancia, esta desatención
tendrá consecuencias en otras
etapas de desarrollo, las cuales no
podrán superarse hasta no haber
sanado al niño interior herido.
Los cinco primeros años de la
vida del niño cimentan los pila-
res de la confianza en sí mismo.
Un niño acogido y recibido con

101
amor, acariciado y orientado con
gentileza y amabilidad será capaz
de desarrollarse con buena salud
psico emocional. Un niño que es
tratado con respeto y aceptado
por sus padres tendrá raíces sa-
nas para su natural proceso de
desarrollo durante las distintas
etapas de su vida. El niño reci-
be afecto desde el momento de
su concepción pues en el vientre
materno al estar conectado con
el cordón umbilical con su madre
participará del estado emocional
y vivencial de ella. De ahí que sea
de suma importancia que la ma-
dre disfrute de su embarazo y sea
tratada con amor y veneración
102
por el padre y su entorno social.
El feto percibirá incluso los cam-
bios de humor y ánimo de la ma-
dre y se sentirá acompañado con
los latidos del corazón durante su
permanencia en el útero mater-
no, sonido que lo continuará dis-
frutando todo el tiempo que dure
la lactancia.
Los seres humanos somos
animales de costumbres y nos
sentimos seguros en ambientes
cálidos, conocidos y familiares.
De ahí que los niños necesiten
hábitos sanos para progresar en
confianza durante su permanen-
te y rápido desarrollo de infante
a niño y de adolescente a adulto.
103
La infancia es la etapa en
que el ser humano adquiere las
primeras imágenes, actitudes y
ejemplos a emular. Cualquier
impacto doloroso o contrario a la
vida impregnará su alma de senti-
mientos negativos que al no tener
la capacidad de enfrentarlos, los
guardará en el sótano de la mente
o subconsciente hasta la adultez
y permanecerán en su pantalla
mental bloqueando capacidades
e impidiendo su natural desarro-
llo conforme a la etapa en que se
encuentre. Será muy difícil igno-
rar el dolor por el tiempo prolon-
gado que lo carga en su corazón
y alma, y éste inevitablemente se
104
convertirá en sufrimiento. Este
proceso lo vivirán todos los in-
fantes que han sido tratados con
irrespeto y desamor. El niño que
ha sido ignorado, excluido, mal-
tratado, abandonado o rechaza-
do por uno o ambos padres vivi-
rá con su niño interior herido y
proyectará estas heridas a todos
los vínculos de su vida prolon-
gando el sentimiento de rechazo
hacia los hombres y mujeres de
su camino.
De ahí la extrema importancia
de instruir a parejas conscientes
cuando éstas deciden traer hijos
al mundo. Por experiencia propia
creo que la inmensa mayoría de
105
seres humanos nos unimos en pa-
reja con poca o nula conciencia,
con ignorancia de conocimientos
profundos de la sexualidad y su
sacralidad. De jóvenes en nues-
tro desmedido afán de conquis-
tar nuestra independencia de los
padres y de “escapar” de hoga-
res disfuncionales o tóxicos con
la ilusión de lograr un refugio más
estable y armonioso tomamos de-
cisiones apresuradas que lo único
que lograron es recrear y aceptar
en los nuevos hogares conductas
conocidas e inapropiadas repli-
cando las que fuimos testigos y
partícipes en nuestros hogares
de origen.
106
Lamentablemente el escaso
conocimiento de nuestras autén-
ticas identidades y los miedos y
culpas que nos inculcaron nues-
tros padres por sus propias caren-
cias e ignorancias se transforman
en cadenas de errores que termi-
nan en uniones réplicas de asun-
tos no resueltos en nuestros lina-
jes. La probabilidad de fallar en
las uniones maritales es muy alta
cuando procedemos de hogares
disfuncionales, pues solemos re-
petir las conductas inapropiadas
de nuestros progenitores.
Si el niño nace y crece en un
ambiente hostil carente de ar-
monía y amor no tendrá una
107
referencia sana para establecer
relaciones estables y prolonga-
das. Un niño que desconoce el
amor es poco probable que de-
sarrolle una elevada autoestima
pues vivirá bajo la sombra del
miedo, la inseguridad y la des-
confianza. En su desesperado
afán de ser aceptado y acogido
con afecto, se volverá un niño su-
miso y complaciente pues siendo
educado en un sistema de cas-
tigos y recompensas cree que
“obedeciendo” sin cuestiona-
miento recibirá la aceptación que
“necesita” para sentirse más se-
guro. El resultado es nefasto pues
este niño “obediente” por miedo
108
al abandono irá por la vida ca-
rente de identidad enmascaran-
do sus más hondos sentimientos
y llevando a cuestas una pobre
autoestima que le negará el auto
respeto y la auto confianza. El
resultado un adulto inmaduro e
incapaz del destete de la madre y
de reconocer una real autoridad
del padre quien habiéndolo mal-
tratado por disciplinarlo con una
rectitud exacerbada e innecesaria
destruyó su autoestima y paralizó
su exquisita sensibilidad. A este
problema se le añaden muchos
más como son los abandonos por
pérdidas físicas de uno o ambos
padres; las ausencias obligadas
109
por necesidades económicas de
uno o ambos padres; las inca-
pacidades de crianza debido a
la inmadurez psíquica y emocio-
nal de uno o ambos padres quie-
nes llevan a sus uniones sus vi-
cios, adicciones y personalidades
fragmentadas.
Estas realidades nos conducen
a recalcar la extrema importan-
cia de alcanzar a las generaciones
jóvenes mejores herramientas de
autoconocimiento para que elijan
con mayor conciencia a sus com-
pañeros y compañeras de vida.
En numerosos estudios a ni-
vel de países podemos apreciar

110
que en las tradiciones donde los
ancianos aconsejan a sus hijos
sobre las posibles uniones mari-
tales, el porcentaje de divorcios
es mucho menor. Tuve el privi-
legio de acercarme íntimamente
a muchas culturas en mi afán de
búsqueda interior, y me sentí gra-
tamente identificada con las cul-
turas orientales.
Hace algunos años entable
una hermosa conversación con
un padre japonés de una muy
querida amiga, y me comentaba
que en Japón las familias acau-
daladas buscan reunir a sus hi-
jos en edad casadera con posi-
bles candidatos ya que los padres
111
conociendo las inclinaciones de
sus hijos habían conocido previa-
mente a los mismos. Los buenos
consejos y la sabiduría de los pa-
dres hacían más fácil el encuentro
de compañeros y compañeras de
vida idóneos. Yo personalmente
creo que los jóvenes no deben
apresurarse a comprometerse
en matrimonios sin haber pre-
viamente dedicado tiempo a la
introspección para descubrir su
propia identidad, sus dones y
talentos y haber desarrollado un
profundo autoconocimiento y
amor hacía sí mismos.
Es imposible llegar a formar
uniones estables, profundas y
112
prolongadas si las parejas no se
conocen entre ellos y cada uno
no se ha dado el tiempo para co-
nocerse a sí mismo y de vivir in-
dependientemente de los padres.
Creo que es fundamental que los
hijos salgan de la casa de los pa-
dres, logren su independencia
y autonomía de sus familias de
origen, aprendan a vivir en sole-
dad, cultiven su mundo interior,
conozcan y descubran sus dones
y talentos, logren su independen-
cia financiera y decidan si quieren
vivir en solitario o en pareja. Esta
perspectiva evitaría la formación
de uniones inmaduras que no

113
brinden hogares estables a los
neonatos.
En la niñez empezamos a tener
conciencia de conceptos y somos
expuestos a la instrucción para así
integrarnos a través de normas a
un sistema social que nos exigirá
el respeto a ciertas pautas y con-
ductas aceptadas socialmente. El
hogar tal como se presenta será lo
que replicaremos en la vida adul-
ta como ambiente o hábitat fami-
liar o conocido. Si la familia fue
funcional o disfuncional, es algo
que no lo sabremos definir hasta
llegar a la adultez y entender y
aceptar sus implicancias.

114
Un niño no tiene referencias
distintas al hogar en el cual nace.
La realidad que experimenta es
“su mundo” es “su percepción”.
Al no poder compararlo, acepta
ese ambiente como “conocido”
y sea éste acogedor o no, da por
hecho que el mundo es tal cual
lo ha experimentado. Estas ex-
periencias se convierten inad-
vertidamente en patrones que
aceptará como normales y permi-
tidos, aunque hayan sido hostiles
y agresivos, es lo que conoce y
acepta con permisividad porque
desconoce una realidad mejor.
Por eso es que es de suma
importancia ayudar a formar
115
parejas conscientes que decidan
traer hijos al mundo, ya que estas
parejas podrán formar relaciones
maduras y estables que brinden
hogares funcionales a los niños
que traigan al mundo y ellos pue-
dan recibir todo el amor, afecto y
contención necesarias para que
crezcan en ambientes pacíficos
donde puedan disfrutar de la es-
tabilidad emocional y reciban el
afecto, la contención y la orienta-
ción amorosa, todos factores im-
prescindibles en la formación de
personalidades coherentes, fuer-
tes y armoniosas.
La infancia aportará al adul-
to los cimientos para una
116
personalidad unificada y cohe-
rente. La gran mayoría de adul-
tos hoy tienen personalidades
desfragmentadas o sufren tras-
tornos psico-emocionales porque
no tuvieron infancias felices y es-
tables que les permitieran disfru-
tar de amor, afecto, contención
y orientación amorosa y armo-
niosa. Los padres jóvenes no po-
drán darles a sus hijos el amor y la
orientación que ellos mismos no
recibieron ni conocieron. Por eso
hay que insistir en impartir una
formación en auténticos valores
tanto en el hogar como en las es-
cuelas. Es cada vez más eviden-
te que a los seres humanos una
117
buena instrucción es insuficiente
si no va acompañada de una vida
de hogar armoniosa y virtuosa.
Soy de la idea que instruir y
educar son tareas muy distintas
uno puede ser instruido y no
haber recibido una buena edu-
cación y formación ética y mo-
ral. Lamentablemente hoy las
prioridades se han trastocado
y el sistema no ofrece ni la ca-
lidad moral ni la autoridad real
para ofrecer modelos de civismo
ideal a emular. La calidad huma-
na de los líderes deja mucho que
desear y las naciones tampoco
están ejerciendo sus derechos de
hacer frente a la grave condición
118
de corrupción en que se desen-
vuelven los gobiernos de las na-
ciones en vías de desarrollo. Las
inmensas mayorías ignorantes
son manipuladas por élites con-
troladoras que someten a las ma-
sas manteniéndolas en la igno-
rancia para su propio beneficio y
negándoles el derecho de recibir
una instrucción y educación dig-
nas. Estos mal llamados líderes
políticos, sólo ejercen el control
aprovechándose de la ignorancia
e inmadurez cívica de los votantes
quienes depositan una confianza
ciega en la capacidad de lideraz-
go de los representantes. Actual-
mente en nuestro Perú, estamos
119
enfrentando una de las crisis de
gobernabilidad más graves de
nuestra historia debido al evi-
dente y desastroso grado de co-
rrupción que se ha logrado traer
a la luz para salvaguardar la ho-
norabilidad de la nación. Esto nos
evidencia que estos falsos líderes
han utilizado la credulidad de los
votantes para abusar de su au-
toridad y acumular riqueza ilícita
para satisfacer sus deseos perso-
nales en detrimento de las mayo-
rías menos pudientes. Estos falsos
políticos solo han generado caos,
desordenes e injusticias ocasio-
nando tremendo daño a nuestra
nación que falsamente lideran. Si
120
esto se produce a nivel nacional
esta incoherencia repercute en la
vida doméstica y familiar. Bien se
dice, que si la cabeza falla el cuer-
po se inmoviliza. Una nación que
es gobernada por políticos inca-
paces va camino a la autodestruc-
ción, pues lo mismo sucede con
los hijos que son educados y for-
mados por padres inconscientes
e irresponsables. Sin autoridad
real que es la que se ejerce con
plena potestad y sabiduría no se
pueden formar hombres de bien
en las familias.
Los niños urgen ver en los pro-
genitores las cualidades humanas
y fortalezas que habrán de emular
121
para ser los seres humanos ple-
nos, íntegros y creativos que de-
berán ser en la adultez.
La conciencia colectiva está
despertando lentamente la ne-
cesidad de enseñar a los niños
cómo mantener sus vibraciones
altas que les permitan reconocer
desde su infancia quiénes real-
mente son. Esto podrá lograrse
ayudándolos a mantener el equi-
librio entre su mente y corazón
mientras alcancen la madurez.
Es de suma importancia que los
niños no pierdan el contacto con
la sabiduría de sus corazones en
medio de una convivencia so-
cial en que la sobre estimulación
122
de información, la ambición, la
competencia y la tecnología los
bombardea con exigencias que
los distraen del reconocimiento
de la naturaleza armoniosa de su
ser, esto es su YO verdadero que
nada tiene que ver con lo que la
sociedad le plantea y exige para
su integración social.
Uno de los obstáculos más
graves en el desarrollo de los ni-
ños, aunque no sea intencional,
es que los padres asumen que
ellos pueden decidir qué es lo
que es mejor para sus hijos. Mi-
llones de niños acaban personifi-
cando los sueños truncos de los
padres, lo cual considero que es
123
un gravísimo error. Los hijos son
hijos de la vida, no son la prolon-
gación de los sueños frustrados
de los padres, nunca lo fueron
ni nunca lo serán, todos somos
seres únicos e irrepetibles. Los
padres equivocadamente creen
que de esta manera están pro-
tegiendo a sus hijos de posibles
fracasos y ese es un craso error.
Hemos de aceptar y observar que
hoy millones de niños encarnan
con un nivel de conciencia que
supera ampliamente los miedos
y la equivocada sobreprotección
de los padres. Este elevado es-
tado de conciencia de los niños
crea una resistencia de parte de
124
los niños con respecto a la for-
ma de crianza que los padres in-
tentan imponerles. Hoy los niños
desde muy temprana edad siguen
la sabiduría de sus corazones, son
altamente sensibles e intuitivos y
se guían por sus corazonadas an-
tes que obedecer ciegamente las
directrices de sus padres.
Este es el motivo por el cual
hoy más que nunca podríamos
prevenir este estrés emocional en-
tre padres e hijos, si los padres es-
tuviesen más atentos a prestar oí-
dos a los anhelos de los corazones
de sus hijos. Yo acepto y hago
pública mi verdad de provenir
de una generación de represión
125
espiritual, en la que cuando sentí
el llamado de mi corazón mi ma-
dre y mis familiares se opusieron
a que desarrolle mis talentos ar-
tísticos ya que temían que no pu-
diese subsistir a través de mi ex-
presión artística. Me alegro que
esta actitud esté cambiando y hoy
incluso existan universidades con
facultades en artes plásticas, mú-
sica, administración de talentos
artísticos y escuelas de escritores
y poetas.
M ientras la educación no
acompañe las necesidades de la
nueva generación que ya posee
niveles más elevados de concien-
cia y una extrema sensibilidad
126
emocional y artística, estaremos
fomentando la misma repre-
sión espiritual de hace apenas
unos decenios que muchas al-
mas de anteriores generaciones
padecimos.
El masivo despertar de almas
en los últimos años está exigiendo
una educación más centrada en
la sabiduría del corazón. Hacer
caso omiso a esta urgente y actual
necesidad abortará la capacidad
expresiva artística de los niños y
generará nefastos desequilibrios
en el desarrollo de las inteligen-
cia emocional de los niños. El len-
guaje del alma se manifiesta en
el silencio y se hace presente con
127
ternura. La exacerbada atención
al materialismo, la frustración en
las relaciones interpersonales y
la satisfacción desmedida del
apetito sexual indecoroso han
ocasionado un severo deterioro
de sanas y auténticas relaciones
interpersonales. Estamos corrien-
do el riesgo de una deshumaniza-
ción del afecto con el consecuen-
te desprestigio de una sexualidad
que en vez de respetarse como
sagrada se ha convertido en un
basurero de represiones y castra-
ciones inauditas que han promo-
vido el sexo sin amor, la pedofilia,
la prostitución y las violaciones
ocasionando así heridas sexuales
128
de muy difícil sanación prove-
nientes de la descarada promis-
cuidad tanto heterosexual como
homosexual.
La acelerada vida citadina,
las distancias físicas, el caos del
transporte, las excesivas jorna-
das de labores dan poca o nula
capacidad de permanencia de
los padres en los hogares. Los ni-
ños pasan largas horas en guar-
dianías y en escuelas con poco o
nulo contacto con los padres. El
resultado es muy grave, los pa-
dres se convierten en extraños
y los tutores en padres sustitu-
tos. Los lazos afectivos se hacen
cada vez más débiles o incluso se
129
destruyen como es el caso de los
hogares disfuncionales en que
uno o ambos padres desaparecen
del entorno familiar voluntaria o
involuntariamente, cuando uno
de los cónyuges rechaza al otro y
le impide tener contacto con los
hijos de por vida ya sea de forma
legal o ilegal.
Mi propia infancia estuvo afec-
tada por severos dramas, si bien
tuve la contención y afecto de mis
padres, tuve que afrontar desde
la tierna edad de siete años la
pérdida física de una compañe-
ra de juegos y a los doce años
enfrentar el suicidio de mi padre.
Ambos eventos dejaron heridas
130
emocionales en mi corazón y tu-
vieron efectos y secuelas que lle-
garon hasta mi adultez. Todos y
me incluyo cargamos con niños
heridos con secuelas provocadas
por abandonos voluntarios o in-
voluntarios de los padres. En la
medida que estas heridas no son
sanadas o traídas a la superficie
para su reconocimiento, cargare-
mos las mismas de por vida o no
podremos disfrutar de una adul-
tez plena y madura.
Hoy somos cada vez más
una comunidad consciente y en
la medida que orientemos con
amor a los niños y seamos bue-
nos ejemplos de autenticidad y
131
coherencia podremos aportar a
la integración de una comunidad
armoniosa y virtuosa.

132
L a adolescencia,
en búsqueda de la
identidad olvidada

La adolescencia es el puente
entre la infancia y la adultez, es
la etapa en que empezamos a ser
conscientes de nuestra identidad
y buscamos la independencia de
nuestros padres. Es la bien llama-
da edad de la rebeldía sin causa
o más bien del cuestionamiento
de todo lo que nos han ido im-
plantando en el cerebro como
133
válido para funcionar dentro de
una sociedad que tiene patro-
nes establecidos y en los cuales
queramos o no tendremos que
movernos para ser aceptados
y podamos surgir en ella como
ciudadanos honorables y respe-
tados. Es la difícil transición en
que no somos niños pero tampo-
co somos adultos, no queremos
depender más de los padres, pero
tampoco tenemos aún las habili-
dades para ser totalmente inde-
pendientes. En pocas palabras
somos seres humanos en transi-
ción, somos adultos en ciernes,
como lo dice la palabra “ado-
lescencia” adolecemos de lo que
134
nos hace falta para reconocernos
a nosotros mismos y tener la sa-
biduría para enfrentar las inevita-
bles vicisitudes de la vida.
Esta etapa si bien está ple-
na en vigor y vitalidad, también
está llena de confusión, riesgo e
incertidumbre. Estos años serán
más o menos convulsionados
dependiendo de la infancia que
vivimos y del amor de los padres
que pudimos o no disfrutar. Es un
tiempo de vida crucial que bien
orientado y aprovechado nos
conducirá a una adultez plena,
dichosa y armoniosa. Lamenta-
blemente hoy los jóvenes son ex-
puestos prematuramente debido
135
a la gran cantidad de información
disponibles por las redes sociales
a una multitud de imágenes y vi-
deos de toda índole en que se
exponen crudamente temas que
hace apenas unos decenios eran
tabúes e inabordables. Los re-
sultados no son nada favorables
pues la libertad se ha convertido
en libertinaje y la nula o escasa
capacidad de discernimiento en
los jóvenes que no gozan de ho-
gares estables ni una adecuada
contención y orientación moral
hace que la vida comunitaria de-
cline y haya cada vez más caos en
el seno de las familias.

136
Ocho de cada diez adoles-
centes han sufrido a causa de
la desintegración de la familia.
Una inmensa cantidad de jóve-
nes proceden de hogares donde
uno o ambos padres padecen de
algún tipo de adicción o vicio. El
consumo de bebidas alcohólicas,
cigarrillos, drogas sean éstas re-
cetadas o consumidas ilegalmen-
te está ampliamente aceptado y
difundido, todo ello confirma de
que los niveles de ansiedad en el
mundo moderno son insopor-
tables. A falta de un ansiolítico
las personas recurren al alcohol
como bebida diaria, al cigarrillo,
o drogas para disipar la angustia
137
o evitar el dolor de enfrentar los
inevitables dramas cotidianos.
Todos estos mecanismos de de-
fensa se convierten en adorme-
cedores de la conciencia y en
pausas artificiales que suspenden
aunque sea por unos instantes las
angustias y ansiedades provoca-
das por la frustración psíquica,
afectiva o emocional.
La vida tiene ya sus dramas y
si a ello le añadimos la incons-
ciencia e inmadurez de la ado-
lescencia, ésta se agrava ante la
ausencia del cobijo y la orienta-
ción amorosa de los padres y de
una familia integrada y funcional.

138
Los jóvenes de hoy son ex-
puestos prematuramente a dra-
mas que nuestras generaciones
ignoraban por las limitaciones
de los medios masivos de comu-
nicación, la vida se desenvolvía
con más lentitud todo sucedía
con menos apresuramiento. Te-
níamos tiempo para observar los
sucesos y aprender las lecciones.
Hoy los tiempos son acelerados,
la información nos bombardea de
imágenes y la tecnología nos ha
desbordado. Cada minuto nacen
y mueren millones de seres, so-
mos conscientes de la fragilidad
de la vida y no podemos darnos
el lujo de perder cada instante.
139
Millones de seres viven en la
ignorancia, dormidos en la incon-
ciencia, confundidos y desorien-
tados vibrando bajo y atrayendo
cadenas de errores en sus vidas
atraídos por dramas conocidos
que los hunden en victimilandia.
Incapaces de salir de esa vorágine
de materialismo y oscuridad son
absorbidos por torbellinos de do-
lor, sufrimientos, enfermedades
y carencias. En esos sumideros
caen los adolescentes cuando
no son contenidos ni orientados
con amor. Por eso urge un cam-
bio radical en la forma de educar
y formar a la juventud. No son
tiempos de juzgar ni condenar los
140
errores cometidos por las gene-
raciones anteriores, cada genera-
ción hizo lo mejor que pudo con
lo que recibió y vivió, somos el re-
sultado de miles de vidas vividas
entre el amor y el desamor, entre
la plena confianza y el miedo. El
cómo evolucionamos dependerá
de la actitud y reacción ante los
sucesos.
Hoy tenemos a disposición
muchas herramientas que la tec-
nología nos brinda, usemos las
mismas para expandir luz y sa-
biduría. Hagamos redes de luz y
conciencia, seamos emisores de
amor incondicional, compasión,
paz, gozo y armonía. Seamos
141
testimonios vivos que es posi-
ble transmutar todas las energías
caóticas y negativas y transfor-
marlas en luz para generar bien-
estar colectivo.
Cuando las generaciones jóve-
nes despierten y sean conscientes
que son los gestores del cambio
colectivo desde su cambio perso-
nal podrán tomar las riendas de
sus destinos y decidir por cuenta
propia la realidad que quieren co-
crear y en la cual querrán vivir.
Dadas las condiciones en las
cuales nacen y crecen los jóvenes
de hoy hay que buscar formas y
herramientas para que puedan

142
superar las heridas emocionales
y traumas vividos en sus hoga-
res de origen. Lamentablemen-
te hoy muchos adolescentes son
obligados a asumir responsabili-
dades de adultos por haber sido
expuestos a dramas voluntarios e
involuntarios que los han forzado
a llevar cargas excesivas sin tener
la capacidad de afrontarlas ni la
formación para asumirlas.
Hoy, más que nunca hay mi-
llares de madres solteras ado-
lescentes y padres adolescentes
incapaces de asumir los roles
de proveedores y esposos. Hay
miles de niñas mujeres que tie-
nen cuerpos sensuales desde los
143
doce años que despiertan pasio-
nes desenfrenadas que precipitan
las entregas sexuales prematuras
que concluyen en embarazos no
deseados o en abusos y acosos
sexuales que trauman y ocasio-
nan heridas sexuales de difícil
sanación. Ante este escenario,
hemos de tomar medidas correc-
tivas para que estos desbordes de
libertinaje y desenfreno no sigan
aconteciendo y dañando la vida
moral y sexual de los jóvenes de
hoy.
Para sanar a la juventud, tene-
mos que empezar por sanar a los
padres, por enmendar hogares
rotos y promover formas sanas
144
de convivencia en autenticidad y
coherencia. La sociedad está en
crisis, porque los seres humanos
están en crisis. Si empezamos por
sanar a la persona humana po-
dremos sanar a la comunidad.
Como madre y educadora,
puse toda mi atención en sanar-
me a mi misma, en hacer intros-
pección y buscar en mi corazón
todas las respuestas, solo enton-
ces me sentí en la capacidad de
ayudarme y observar los aconte-
cimientos de mi vida para desci-
frar las lecciones de todos los en-
cuentros humanos y de todo los
sucesos y dramas que experimen-
té y superé.
145
Desde mi sanidad e integra-
ción he podido ayudar a mis hi-
jos proviniendo ellos de un hogar
disfuncional que yo me esme-
ré en hacer funcional a lo largo
de mi camino de autodescubri-
miento. Desde mi propia expe-
riencia como adolescente en la
cual había perdido la presencia
física de ambos padres, ya que
mi padre se suicidó y mi madre
se vio obligada a laborar fuera
del hogar para sacar adelante a
cinco hijos en edad de formación
educativa, opino que no es nada
fácil afrontar la vida sin la presen-
cia y orientación cercana de los
padres. Si aún proviniendo de
146
un hogar bien constituido y con
padres ejemplares me fue difícil
afianzar mi personalidad cuánto
más complejo ha de ser descu-
brir la propia identidad en hoga-
res inestables y con padres inma-
duros emocionalmente o adictos
a vicios que no brindaron vidas
ejemplares a los hijos.
Aunque parezca inexplicable y
hayamos sufrido sin merecerlo, si
nuestras adolescencias fueron do-
lorosas y confusas no busquemos
culpables ni permanezcamos en
el rol de víctimas. Seamos bue-
nos y responsables observadores
de la realidad, seamos autén-
ticos y coherentes, demos a los
147
demás ejemplos y testimonios
de vida que sirvan de estímulo
a la expansión de la conciencia
colectiva.
Los jóvenes deben descubrir
sus identidades, deben hacer
introspección para descubrir su
grandeza más allá de cualquier
circunstancia o relaciones difíci-
les que hayan tenido que tolerar
y superar.
Hay que enseñar a nuestros
jóvenes a descubrir su grandeza
y despertar a su inocencia. Hay
que demostrarles con actos que
se puede sentir a los demás mi-
rándolos de frente a los ojos, que

148
son tiempos de dejar de huir de
nosotros mismos y confesar la
gloriosa inocencia de nuestros
cuerpos humanos y mortales.
Son tiempos de mirarnos los unos
a los otros con total transparencia
sin temores, vergüenzas ni culpas
tal cual fuimos concebidos en in-
maculada concepción. Tenemos
la gran oportunidad de expresar
júbilo, irradiar paz y cultivar el
amor como jamás lo habíamos
conocido antes ni experimenta-
do antes de mirarnos dentro con
honda compasión y admiración
por la nobleza e inocencia del
amor y la sabiduría de nuestros
propios corazones. Son tiempos
149
de quitarnos las máscaras y de-
jar nuestros escondites y confesar
la gloriosa inocencia de nuestra
esencia divina. Jamás hemos de
sentir miedo ni dolor ni enferme-
dades ni carencias. Somos almas
santas, benditas e inmortales en
nosotros reside el Amor Divino e
Indiviso del Padre Celestial y la
Madre Divina. Somos UNO como
siempre lo fuimos y seremos.
Durante la adolescencia os-
cilamos entre gustos y aversio-
nes, queremos más de aquello y
menos de lo otro, nos volvemos
insaciables, y tan pronto obte-
nemos lo que deseamos, esta-
mos pensando en algo mejor y
150
desechamos lo que pensábamos
nos saciaría. En realidad, es el gri-
to de amor que estalla en nues-
tros corazones. Cupido lanza sus
flechas y tenemos los corazones
rebosantes de amor y las manos
llenas buscando a quien entre-
garlo. Lamentablemente, el amor
ciego nos hace caer en románti-
cas infatuaciones y cómo no esta-
mos maduros para amar, vamos
dando tumbos de corazón en co-
razón causando heridas y rasgu-
ños en los corazones y las almas.
En la adolescencia empiezan
los enamoramientos y con ellos
llegan también las decepciones
amorosas, los amores imposibles,
151
los amores no correspondidos,
las complacencias y las displi-
cencias, las autorecriminaciones
y las inaceptaciones. Nos vemos
al espejo y empiezan las odio-
sas comparaciones, no somos lo
que queremos ser y tampoco ni
siquiera sabemos lo que quere-
mos ser. Vivimos la edad de la
inmadurez, de la inestabilidad
emocional, reconociendo algu-
nos aspectos desagradables de
nuestra personalidad. Muchas
veces nos centramos en la obser-
vación de nuestra apariencia físi-
ca y si no nos sentimos a gusto
con nuestros cuerpos empezamos
a desvalorizarnos al compararnos
152
con los modelos que nos exhibe
la sociedad. Vinimos de una eta-
pa de condicionamiento en que
nos inculcaron valores y pautas
a seguir para ser aceptados so-
cialmente. Empezamos a discer-
nir lo válido de lo inválido, lo
verdaderamente valioso de lo
caduco e incluso ridículo e in-
servible. Somos una esponja que
absorbe cuanto conocimiento lle-
ga a nuestro alcance pero sin la
debida madurez ni cordura para
tamizar lo realmente perdurable
y útil. Hacemos nuestros prime-
ros intentos de independizar-
nos de lo establecido, con poco
o escaso éxito por la frustrante
153
incapacidad de sostenernos eco-
nómicamente ya que nos damos
cuenta que supervivir en la ac-
tual realidad socioeconómica es
sumamente complejo y cada vez
más altamente costoso.
En la transición de la adul-
tez no hemos aún encontrado
el guía interior, nos es comple-
jo afianzar nuestra identidad.
Tenemos inmersos en la men-
te un “software” que data de la
infancia en que hemos recibido
información que no hemos cues-
tionado y de la cual nos es muy
difícil desconectarnos. Vemos el
mundo a través de una visión que
nos fue implantada en el cerebro
154
por el sistema social imperante y
sus exigencias. Hacemos nues-
tros pininos de rebeldía pero al
final caemos rendidos pues nos
resulta más cómodo regirnos por
los patrones establecidos. Sean
estos acertados o equivocados,
nos sentimos seguros dentro de
lo conocido. Lamentablemente,
muchas de las crisis familiares se
producen cuando nuestros hijos
están en plena adolescencia y
aún no han entablado contacto
real y profundo con su mismidad.
En plena adolescencia surgen
las confusiones, los miedos, las
vergüenzas imaginarias y las cul-
pas también supuestas porque
155
permanecemos fieles obedecien-
do pautas que nos inculcaron
desde la infancia. Si los jóvenes
supieran que cargan una lista in-
útil de creencias castrantes deja-
rían de hacer caso a las necesi-
dades creadas por el ego en la
ignorancia de la real identidad.
La adolescencia es la edad de
las carencias, es el momento en
que nos damos cuenta lo que
los demás hacen y empezamos a
evaluarlos. Es el inicio de la bús-
queda de los culpables de nues-
tras inadecuaciones, creemos que
los otros ejercen un control inme-
recido sobre nuestras decisiones,
ignorando que en realidad no
156
tenemos la madurez para tomar
decisiones sensatas. El hecho de
no ser niño pero tampoco adulto,
nos coloca en una situación vul-
nerable. Nos disgusta vivir bajo
la autoridad imperante y rígida
de los padres, pero tampoco te-
nemos la suficiente capacidad
para ejercer nuestra plena liber-
tad tanto en lo personal como en
lo público, pues tenemos que en
ambos casos acudir a contar con
el permiso de los progenitores,
por lo tanto nuestra libertad es
restringida en muchos aspectos y
diríamos que es una sabia medi-
da cautelar parental. Igualmente
dependemos económicamente
157
de los padres y al vivir bajo el mis-
mo techo nos vemos obligados a
obedecer ciertas pautas estable-
cidas por los padres. Estamos
en edad de pedir permisos para
actuar, tenemos una semiliber-
tad pues estamos transformán-
donos de niños a hombres y de
niñas a mujeres. Es la edad que
nos comparamos a los demás en
talla, estatura, apariencia física y
habilidades personales. La acep-
tación de uno mismo se vuelve
una pesadilla cuando renegamos
de nuestra talla, edad, apariencia
y personalidad. Cuando no nos
sentimos a gusto aparecen en la
piel nuestros reflejos de rabia e
158
impotencia por eso que los ado-
lescentes padecen de acné que
es causado por los desbalances
hormonales del cuerpo en rápi-
do crecimiento y por las antago-
nías de los adolescentes con sus
propios cuerpos.
El adolescente se siente inade-
cuado en su cuerpo y con su per-
sonalidad. No se halla contento
porque él no se siente satisfecho
consigo mismo y anda buscando
reafirmación en el exterior. Es la
edad en que acontecen los pri-
meros enamoramientos y la igual
cantidad de decepciones amoro-
sas. Siendo un mini adulto en
formación le resulta complejo
159
integrarse al mundo pues no es
niño para permanecer obedien-
te bajo el rigor de una discipli-
na pero tampoco es adulto para
hacerse cargo total de sus elec-
ciones y asumir los riesgos de
las mismas. Así pues, los ado-
lescentes que queman etapas
se encuentran en plena adoles-
cencia sumergidos en un mundo
de responsabilidades de adultos
que no son capaces de asumir ni
enfrentar.
Es lamentable observar en
la actualidad la elevada tasa de
embarazos precoces que causan
graves trastornos al desarrollo de
los jóvenes que sin preparación
160
pertinente deben asumir las res-
ponsabilidades de padres de fa-
milia cuando ellos mismos aún no
se sienten seguros de sí mismos ni
han decidido la carrera que profe-
sarán para sustentarse en la vida.
La adolescencia es la etapa
de transición más valiosa para
cimentar unos buenos hábitos
de vida, de ahí la importancia
de tener buenos ejemplos en el
hogar. No obstante, hoy los jó-
venes están expuestos a situacio-
nes extremas pues experimentan
inestabilidad tanto dentro como
fuera del hogar. Ante esta des-
orientación aparecen los nefastos
adormecedores de conciencia: las
161
adicciones, los vicios y la farma-
codependencia que agravan la si-
tuación de inestabilidad y dilata
el proceso de maduración hacia
una adultez plena.
En la medida que las familias
y los hijos jóvenes puedan inte-
ractuar con amor, tolerancia y
sabiduría, las nuevas generacio-
nes podrán adaptarse cada vez
mejor al cambio de los tiempos y
ser quienes son en autenticidad
y esplendor.
Hoy urge orientar a los adoles-
centes con amor y compasión. Es
tremendamente urgente ser bue-
nos escuchas de sus percepciones

162
y guiarlos hacia ellos mismos en
un mundo plagado de estereo-
tipos que sólo buscan el éxito
material y olvidan los valores de
una vida afianzada en una espi-
ritualidad que los conecte con su
mismidad.
S eamos buenos ejemplos
para las generaciones jóvenes
alentemos valores y virtudes y
cultivemos estándares de alta
moralidad. Demos herramientas
creativas para que opten por ca-
minos de sencillez, mansedum-
bre, confianza y sabiduría.
La sociedad está en crisis
porque los seres humanos han

163
perdido su identidad. En la me-
dida que los jóvenes despierten
conciencia y busquen la paz en
su interior, la conciencia colectiva
sanará y los seres humanos as-
cenderán a niveles de conciencia
luz superiores. No es cuestión de
juzgar y abandonar a los jóvenes
perdidos en los caminos torcidos
del mundo, urge demostrarles
con testimonios de vida que sí se
pueden enmendar los caminos y
elegir opciones de vida saluda-
bles y virtuosas.
Este mundo tecnócrata inva-
dido por información virtual que
excede nuestra capacidad de asi-
milación y digestión de la misma,
164
nos ha automatizado. Ya la gente
dejó de leer, dejó de aprender,
dejó de escribir. Los sentimientos
dejaron de expresarse, las emo-
ciones de manifestarse, la capa-
cidad de elegir libremente se can-
jeó por un sórdido libertinaje, las
etapas se queman en la inmedia-
tez de los resultados, las vidas se
esclavizan por la obtención de
una riqueza que el estrés jamás
permitirá disfrutar. Este ritmo
acelerado manifestado en sus ar-
tes contemporáneas ha abortado
el pincel y lo ha convertido en un
puntero láser, ha eliminado al pa-
pel y lo ha sustituido por una pan-
talla, ha omitido las presencias y
165
las ha hecho virtuales, ha aumen-
tado las carencias y ha abortado
las caricias… todo ello no ha he-
cho más que aumentar el caos y
reprimir la vida afectiva, amoro-
sa, emocional y artística de los se-
res humanos.
Hoy se han desatado la nece-
sidad y curiosidad por desarrollar
la inteligencia emocional, se cree
equivocadamente que un am-
plio dominio de los sentimientos
y emociones brinda solución a
la actual crisis de las relaciones
heterosexuales y entre géneros.
Lo real es que todos experimen-
tamos una gama de emociones
y necesitamos experimentarlas
166
para ir evolucionando y adqui-
riendo niveles de conciencia su-
periores. Las emociones tienen
una función en el afianzamien-
to de la personalidad, existe ya
el diseño de un mapa de la con-
ciencia humana que es útil para
comprender la función de cada
una de las emociones en la esca-
lera desde la vergüenza hasta la
iluminación.
Nuestra humanidad exige toda
la gama de emociones para ex-
presarse y en la medida que re-
conocemos el desencadenante de
la emoción negativa somos ca-
paces de enfrentar nuestros mie-
dos, aversiones, desconfianzas
167
e inseguridades, podremos ir
elevando nuestros niveles de
conciencia luz y ser capaces de
hacer mejor uso del buen discer-
nimiento y el buen uso de nuestro
libre albedrío que nos conduzca
de nuestra pequeña voluntad a
la Gran Voluntad. Es en la ado-
lescencia donde afloran toda la
gama de emociones y hemos de
aprender a enfrentarlas para evi-
tar que ellas nos controlen y dete-
rioren nuestra capacidad de buen
discernimiento.
Los jóvenes empiezan el ca-
mino del autodescubrimiento,
desde el cambio del timbre de
voz hasta la plena conciencia. El
168
cuerpo, la mente, el alma y el co-
razón se transforman no somos
ya los niños inocentes pero tam-
poco somos los adultos indepen-
dientes. Estamos en lo que po-
dríamos llamar una edad puente
y en la medida que podamos ha-
cer introspección más fácil será
cruzar el puente de la juventud
a la adultez.
Cada etapa de la vida tiene
sus exigencias pero pienso que la
adolescencia requiere gran aten-
ción de parte de los progenitores
pues en esta etapa se empieza
el proceso de autoconocimien-
to y se establecerán las pautas a

169
seguir para superar las carencias
de la niñez.
Los jóvenes no pueden ser so-
bre exigidos en sus capacidades
de auto observación y conoci-
miento pero tampoco abando-
narlos sin darles soporte emocio-
nal. La juventud hoy tiene mayor
conciencia debido a la disponibi-
lidad de información y cuenta
también con mayores riesgos. Es
nuestra tarea mostrarles el cami-
no de retorno a sí mismos, para
que despierten sus capacidades
internas y desarrrollen su intui-
ción. Hoy los jóvenes conocen las
bondades de una alimentación
consciente, de una buena rutina
170
de ejercicios corporales, de tera-
pias de sanación energéticas, de
ejercicios de yoga y meditación
para restaurar la armonía psico
emocional. Si los jóvenes logran
liberarse de los traumáticos con-
dicionamientos sociales tienen
muchas posibilidades de con-
quistar una adultez plena.
Hoy son tiempos de transición
y si los jóvenes aprovechan es-
tos tiempos para el autodescubri-
miento y la autosanación de heri-
das emocionales es muy probable
que puedan formar parejas cons-
cientes que permitan el estableci-
miento de hogares estables que
den cobijo a los niños cristal que
171
hoy se están encarnando y están
tan necesitados de una orienta-
ción amorosa, sensible, tierna y
a la vez ordenada y disciplinada.
Regresar al estado natural ino-
cente y prístino, libre de condi-
cionamientos y creencias es el
objetivo del camino espiritual y
de la evolución humana. Pero
justamente es en la adolescencia
donde carentes de inteligencia
emocional y autoconocimiento
donde se agrava la inconscien-
cia y la juventud desorientada e
incauta por la ignorancia atrevi-
da comete errores que les oca-
sionarán sufrimientos y desvíos
del camino espiritual. De niños
172
nos manifestamos en pureza e
inocencia pero somos incapa-
ces de tener un sentido del ser.
En la juventud hacemos nuestros
primeros intentos de caminar in-
dependientemente y se inicia la
búsqueda del sentido del ser. En
algunas ocasiones los adolescen-
tes debido a determinadas inicia-
ciones como dramas y tragedias
imprevistas se ven obligados a
encontrar fortaleza en su sabidu-
ría interior y desde la temprana
edad de los doce años apenas ini-
ciada la adolescencia sienten la
urgencia de empezar el camino
espiritual. Tal fue el caso de mi
persona, pues el suicidio de mi
173
padre me impactó de tal manera
que me impulsó a buscar guía en
un monje budista para que me
enseñase a través del control de
la respiración, a superar los re-
currentes ataques de pánico que
padecí luego del impactante y re-
pentino suicidio de mi padre. Ese
acontecimiento me obligó a mi
corta edad de doce años a buscar
sabiduría en mi ser interior y no
distraerme en las diversiones nor-
males mundanas de los jóvenes.
Esta dramática tragedia fue una
gran iniciación para mi persona
que me hizo crecer espiritualmen-
te y madurar emocionalmente.

174
Hoy que observo las etapas
de mi vida, reconozco el inmen-
surable valor de las experiencias
que nos abren puertas hacia el
autodescubrimiento interior que
va acompañado de un proceso
de sanación integral de corazón,
alma, mente y cuerpo. Así como
el dolor por una pérdida física o
emocional nos abre puertas a la
observación de nuestra mismi-
dad, las decepciones y relacio-
nes conflictivas pueden desen-
cadenar las primeras formas de
evasión, cayendo los jóvenes
en vicios y adicciones que se
instalarán como muletas o refu-
gios emocionales de muy dura y
175
penosa continuidad y a veces de
total permanencia en sus vidas.
Los jóvenes caen presas de vi-
cios y adicciones que raramente
podrán ser superados voluntaria-
mente y salvo ante la ocurrencia
de una enfermedad terminal que
los obliga a dejarlos definitiva-
mente ante la inminencia de la
posibilidad de morir, o también
por una milagrosa sanación que
provocó la fe y el vuelco del co-
razón. Hoy el riesgo de caer en
situaciones de riesgo moral y de
pérdida de conciencia son más
elevados por la facilidad que exis-
te de conseguir sustancias tóxicas
de uso legal o incluso ilegal, el
176
desmesurado libertinaje y des-
acato de los valores morales por
la liberalidad de criterios e irres-
peto a la moral tradicional. Es tan
grave el desorden en la vida fa-
miliar que los jóvenes carecen de
modelos de probidad a emular.
En la medida que los jóvenes
encuentren una adecuada forma-
ción en los aspectos de inteligen-
cia emocional, desarrollo de las
habilidades psíquicas y sexuali-
dad sagrada estarán mucho más
capacitados para formar parejas
conscientes y establecer relacio-
nes y familias estables.

177
Si bien hoy hay más disponi-
bilidad de información abierta y
expuesta que hace apenas unos
decenios eran tabúes o inaccesi-
bles, hoy existe más apertura sin-
cera y diálogo abierto entre las
generaciones. Bien se dice que
somos la primera generación de
padres que han desobedecido a
sus progenitores y ha terminado
obedeciendo a los hijos por mie-
do a ser dejados de lado en un
mundo muy golpeado por el mal-
trato, el abandono, la exclusión,
la injusticia y la traición.
Estos episodios de transición
de perspectivas en que se ha cru-
zado el puente entre la sumisión
178
pacífica y el exceso de libertad
necesita encontrar el equilibrio
entre dichos extremos ya que am-
bos con inadecuados y dañinos
para la formación de las perso-
nalidades de los jóvenes adultos.
Con toda la riqueza informativa
existente y la inmediatez de la
misma por las redes sociales es
oportuno y urgente dar a nuestros
jóvenes criterios y herramientas
para la búsqueda de la sabiduría
interior que le servirá de piedra
angular para su evolución espiri-
tual y el desarrollo de una sólida y
auténtica inteligencia emocional.
La adolescencia es el tiempo
propicio para sembrar hábitos
179
para el desarrollo de la intuición
y el inicio de la búsqueda inte-
rior. Herramientas tales como el
yoga, la meditación, la respira-
ción pránica y la práctica regular
de deportes, los mantendrá sanos
psíquica, física y emocionalmente
y alejados de los terribles flagelos
de la vida moderna, el estrés por
sobre exigencia laboral y los vi-
cios y adicciones como evasiones
y apaciguadores de carencias psí-
quicas, afectivas y emocionales.
Los jóvenes necesitan desa-
rrollar habilidades artísticas que
los mantengan conectados con
la expresión de sus dones y ta-
lentos, ya que la evolución de la
180
inteligencia emocional les permite
ser quienes son y fluir libremente
por el camino del encuentro con-
sigo mismos y así descubrir su
más plena mismidad. Ellos más
que nunca antes, reconocen que
si se resisten a los cambios y al na-
tural fluir de los eventos y se afe-
rran a patrones obsoletos y con-
dicionamientos caducos sus vidas
se paralizarán y se encerrarán en
cárceles imaginarias por los mie-
dos y frustraciones generados por
la regencia de un sistema inade-
cuado para las necesidades de los
tiempos.
Los jóvenes orientados con
amor son buenos escuchas y
181
sabrán aprovechar las experien-
cias vividas por nuestra genera-
ción. Seamos testimonios vivos y
buenos ejemplos a emular para la
juventud. Los adolescentes esta-
rán más prontos a emular ejem-
plos de vida que a escuchar pa-
labras y discursos que no estén
acompañados de actos y obras
concretas.
La juventud urge ser acom-
pañada en sus ideales de inte-
gración social. Ante lo convul-
sionado que está el mundo, la
paupérrima calidad moral de los
gobiernos a nivel mundial, la des-
graciada corrupción de las élites
de las cúpulas gubernamentales
182
y las desmedidas ambiciones de
las grandes potencias mundia-
les, hay que darles alternativas
de desarrollo individual que les
permitan creer que la paz puede
y debe empezar en el individuo
para realmente conquistar la in-
minente paz mundial en los próxi-
mos decenios.

183
L a adultez, tiempos
de solidez moral y
autenticidad

Uno empieza la adultez cuan-


do asume la responsabilidad to-
tal de sus actos, nunca podremos
ser llamados adultos si seguimos
en un estado de dependencia.
Hoy es cada vez más complejo
lograr la autonomía de nuestras
familias de origen. Las exigencias
de la vida moderna, los altísimos
costos de vida en las ciudades, el
184
desorden cívico y moral, las más
escasas posibilidades de encon-
trar puestos de labores con sala-
rios dignos, la excesiva compe-
tencia y las tasas crecientes de
desempleo hacen cada vez más
lejana la posibilidad de aban-
donar la casa de los padres sea
para formar una familia o vivir
en solitario.
La vida en las ciudades es ena-
jenante. La ciudad se ha vuelto
una cárcel de concreto donde
desplazarse es cada vez más es-
tresante. Las consecuencias de
vidas estresantes ya han pagado
facturas de la vida demasiado ele-
vadas. La tasa de muertes súbitas
185
por estrés o ataques del corazón
es cada vez más alta. Nada se
hace para reducir los niveles de
estrés y se siguen adoptando há-
bitos nefastos que sólo están con-
duciendo a las personas a la au-
todestrucción. Ante estas señales
de alarma debemos reflexionar
y encontrar nuevas formas de
supervivencia y de convivencia
comunitaria. Somos una genera-
ción donde hay el mayor núme-
ro de familias disfuncionales. La
individualidad y su sostenimiento
ha proliferado, somos conscientes
que nuestra vida y su desempe-
ño es más valioso que cualquier
relación de pareja infructuosa y
186
tóxica. Sin embargo, estos cam-
bios y el estado de las cosas ha-
cen cada vez más complejo el lo-
gro de personalidades maduras y
evolucionadas.
En lo personal creo que dadas
las condiciones actuales de super-
vivencia, la edad de adquirir la
adultez se está desplazando. Por
cuestiones de formas y procesos
educativos, los jóvenes terminan
sus estudios universitarios entre
los 22 y 26 años de edad. Ante-
riormente la mayoría de edad se
iniciaba a los 21 años de edad,
en estos días se consideran los 18
años como el inicio de la adultez
cronológica. Si bien esas edades
187
son referenciales, la adultez real
se puede llamar tal cuando las
personas logran su autonomía
de la casa de los padres.
Un adulto pleno es tal, cuando
elige lo mejor para sí y es cons-
ciente de sus talentos y los usa
para beneficio de la humanidad.
Los seres humanos encarnamos
en este hermoso planeta Tierra
para evolucionar como almas
conscientes y comprometidas
con nuestro avance evolutivo,
elegimos experimentar la duali-
dad para crecer, para aprender
a amar y entender el verdadero
sentido y significado del AMOR,
que nada tiene que ver con el
188
amor romántico que es una
mera infatuación, ni tampoco
con la sensiblería ni emotividad,
sino es más bien un vínculo que
sana, repara, restituye, construye
y edifica. Cuando somos adul-
tos conscientes dejamos de ver
la vida desde el romanticismo e
inocencia ingenua que necesita
de historias y fantasías de amor
y desamor para sostenerse, ali-
mentando al ego de vanidad y
presunción respecto a la pareja
conquistada y presa del amor
que captura y pretende poseer el
corazón del ser amado.
Un adulto pleno ve la vida
como un maravilloso proyecto y
189
aprovecha cada instante en esta
dimensión para absorber cons-
cientemente cada una de las ex-
periencias para poder llevarlas a
esferas superiores y presentarlas
como aporte evolucionario de la
especie.
Es evidente que ante la tre-
menda sobre estimulación a cau-
sa de los medios de comunica-
ción y la sobre exageración de
ofertas de bienes materiales, los
seres humanos se sumergen en
una vorágine de consumismo so-
bre abundante que los convierten
en esclavos de un bienestar que
excede los límites de lo necesa-
rio. Estas situaciones de excesos
190
condenan a las personas a vivir
en niveles de estrés que no sólo
deterioran la salud física sin la ca-
lidad de las relaciones humanas.
Los adultos de hoy se enfren-
tan con un mundo caótico, lleno
de peligros y tentaciones que cau-
san graves trastornos en la vida
familiar y comunitaria. El exacer-
bado materialismo y las pobres
costumbres y malos hábitos que
se conquistan en la vida social
acentúan el deterioro de los va-
lores morales.
Los adultos jóvenes aún no
experimentados se enfrentan
hoy a grandes retos y desafíos.

191
El mundo tal como se encuen-
tra hoy, si bien cuenta con un
nivel de modernidad que avan-
za a pasos agigantados ha deja-
do de lado aspectos sumamente
importantes. El crecimiento des-
proporcionado de las urbes ha
enajenado a los hombres de su
contacto con la naturaleza. Hoy
la gran mayoría de personas que
habitan las ciudades deben sufra-
gar gastos de muy altos costos.
Las familias son presas fáciles del
sistema que los obliga a ingresar
a determinados círculos sociales
que exigen estándares elevados
en todos los aspectos: educación,
vivienda, vestimenta, seguridad,
192
vínculos y todo lo referente a un
estrato social alto o medio alto,
que los coloca en una élite o cú-
pula social. Si bien, es natural que
todo progreso implica exigencia,
también soy de la opinión que la
calidad de vida en cualquier es-
trato social no sólo está vincula-
do a la materialidad sino y sobre
todo a la calidad de las relaciones
humanas y el logro de la realiza-
ción personal.
Las exigencias de la moder-
nidad hoy colocan a los seres
humanos en una situación de
vulnerabilidad. Las crecientes
crisis económicas a nivel interna-
cional colocan a las familias en
193
situaciones de desventaja y mu-
chas de ellas ven frustrados sus
proyectos de vida. Esta situación
previene la independización de
los jóvenes que tardan en con-
quistar la tan ansiada autonomía
de la casa paterna. En este con-
texto es cada vez menos proba-
ble que los jóvenes puedan cre-
cer, adquirir madurez emocional
y evolucionar, retrasando así el
inicio de una adultez indepen-
diente y plena.
La adultez se puede llamar así,
cuando el ser humano adquiere
conciencia de su completitud,
cuando la persona entiende y
descubre su identidad única y
194
diversa y es capaz de descubrir,
identificar y reconocer sus dones
y talentos y los cultiva para ejer-
cer su vocación de servicio y lo-
grar su realización del SER.
Para que un ser humano lo-
gre vivir plenamente y pueda
despertar como ser consciente
es necesario que haga intros-
pección para su autodescubri-
miento y desarrolle su intuición.
La adultez exige el desarrollo de
la inteligencia emocional y éste
sólo será posible en la medida
que el ser humano se enfrente a
experiencias que le permitan in-
tegrar las mismas a la formación
de su carácter y el mejoramiento
195
de aspectos de su personalidad.
En tanto los condicionamientos y
patrones adquiridos a través del
sistema tanto en la infancia como
en la adolescencia no sean eva-
luados y cuestionados por el ser
en su etapa adulta, la persona se
verá afectada por ellos si es inca-
paz de discernir la validez de los
mismos para tomar las riendas de
su destino.
Lamentablemente, hoy el sis-
tema ejerce tal control y poder
sobre la vida personal de los in-
dividuos que salirse del mismo y
optar por otras formas de super-
vivencia es sumamente riesgoso
porque el respaldo económico
196
que requiere una familia para
supervivir es cada vez más eleva-
do. En países en vías de desarro-
llo está condición se agrava más
aún por la inestabilidad de las
fluctuantes economías y la poca
o nula gobernabilidad que ejer-
cen los líderes políticos en estas
incipientes sociedades en vías de
desarrollo.
En el actual contexto social de
alto riesgo moral e inestabilidad
económica, el ser humano fácil-
mente cae en las plagas munda-
nas. El adulto inmaduro e incom-
pleto se distrae de sí mismo y cae
preso de las vanidades y tenta-
ciones como: vicios, adicciones,
197
tabaquismo, alcoholismo, dro-
gadicción, farmacodependencia,
placeres sensuales, ambiciones
desmedidas y excesos del exorbi-
tante consumismo que convierten
a los hombres en esclavos del sis-
tema y sus cúpulas gubernamen-
tales y empresariales.
Es pues de suma urgencia
crear medios para expandir co-
nocimientos que contribuyan a
fomentar el desarrollo de la inte-
ligencia emocional y promuevan
la evolución espiritual de los jóve-
nes adultos.
Recientemente la Organiza-
ción Mundial de la Salud de la

198
ONU en los Estados Unidos de
América ha variado los límites de
las edades cronológicas debido
al cambio de los tiempos, hoy
la adolescencia termina a los 17
años y la juventud se ha prolon-
gado desde los 18 a los 65 años
de edad, ya que las personas en-
tre esas edades están económica-
mente activas, vigorosas y sanas.
En adelante se considera edad
mediana y de los 77 en adelante
edad avanzada.
Hoy personas de 50 años en
adelante gozan de una segun-
da juventud, son personas sa-
ludables y deportistas que se
alimentan conscientemente en
199
cuerpo, mente, alma y corazón,
que usufructan de las experien-
cias de lo vivido y que cuentan
con los recursos económicos su-
ficientes para hacer realidad los
proyectos soñados en la tem-
prana juventud. Esta es la etapa
que podríamos llamar la adultez
plena, pues habiendo superado
pruebas y experiencias, se goza
de autenticidad, plenitud, vigor y
sabiduría para vivir una adultez
al máximo. En esta etapa se vuel-
ve a regresar a la inocencia, es la
etapa en que ya sabemos quié-
nes somos y no llevamos puestas
máscaras. Es la edad en que nos
percatamos que ser naturales es
200
lo más importante, que ser ami-
gos es lo más valioso y que amar
y ser amados lo es todo.
La vida moderna y sus exigen-
cias de logros materiales obliga al
ser humano a exigirse demasia-
do. La individualidad y su po-
tenciación le ha sobre exigido a
la persona un nivel de capacita-
ción que lo obliga a actualizarse
constantemente. La desmedida
celeridad del desarrollo tecno-
lógico coloca a las personas en
una ruta peligrosa que lo condu-
ce a un estrés suicida. El hombre
se ha desconectado de Dios y se
ha endiosado a sí mismo. Nada
más peligroso para su evolución
201
que el desconectarse de sí mismo.
Ese es el riesgo más grande que
se está corriendo la humanidad
por trastocar los valores del SER
por el “tener”.
Si los adultos no se prestan
atención a sí mismos y no se ale-
jan de las expectativas y condi-
cionamientos sociales probable-
mente nunca consigan aprender
a vivir plenamente y puedan dis-
frutar de una vida sana, estable
y armoniosa. En la medida que
más jóvenes adultos despierten
a su soberanía personal y tengan
el coraje de liberarse de los con-
dicionamientos impuestos por el
sistema y la educación tradicional
202
podrán siendo más conscientes
convertirse en cocreadores de su
realidad y disfrutar de libertad in-
terior y vivir con la dignidad, hon-
ra y autenticidad que ellos y todos
merecemos vivir.
La adultez es la etapa funda-
mental sobre la cual se sostiene
el soporte para el largo y angos-
to sendero hacia la madurez, la
evolución y la realización de la
iluminación.
En estos tiempos de grandes
cambios y de innegables dramas
y conflictos es muy fácil decep-
cionarnos y desalentarnos. Pero
así como existe el desorden, la

203
violencia, la oposición y el servi-
lismo, también se está generando
una onda expansiva del despertar
de la conciencia colectiva. Ya las
masas no toleran la corrupción,
el engaño, el abuso o la falta de
respeto a la dignidad. Así como
duele ver cómo privatizan la Tie-
rra que es patrimonio de todos y
a nadie debiese serle negado el
derecho de disfrutarla, así tam-
bién se encarcelan las mentes
y vidas con miedos imaginarios
generados por mentes codiciosas
y enfermas de poder y soberbia.
Resulta pues cada vez más di-
fícil creer que en medio de este
caos y ambición desmedida de
204
riqueza y pertenencia exista un
atisbo de esperanza que conduz-
ca a la humanidad al retorno de
lo inocente y benevolente. Pues
luego del caos surge el orden; de
los fracasos, el éxito; de los erro-
res, la enmienda y del vicio se re-
gresa a la virtud.
La naturaleza humana apren-
de de la experiencia, el hombre
se fortalece cuando se enfrenta al
obstáculo. La humanidad a lo lar-
go de su existencia ha atravesa-
do ciclos de oscuridad y luz. Hoy
luego de un siglo de grandes tri-
bulaciones, ansía tiempos de paz
y conversión. Así como la natura-
leza humana requiere contrastes
205
para hacerse cada vez más cons-
ciente, el ser humano necesita re-
conocerse como un ser completo
abrazando sus sombras. El ser
humano se ha encarnado en este
mundo que existe en la dualidad
para experimentar toda la gama
de emociones, los contrastes son
indispensables para que brille la
Luz de la Verdad. En la oposición
se genera la resistencia, en el en-
gaño se hace urgente la limpieza
de la honestidad, en los abismos
profundos de los vicios urge la re-
dención que conduce a la virtud,
por ende el camino de retorno al
bien y la limpieza de corazón es
innegable e inevitable. El alma
206
fue, es y será eternamente inma-
culada y hará cuanto sea necesa-
rio para provocar el despertar de
las conciencias. En ese despertar,
el hombre niño se hace adulto y
asume el cien por ciento de la res-
ponsabilidad de sus actos.
Hoy se hace cada vez más
complejo para el hombre niño
adquirir la sabiduría que le lleva-
rá a descubrir su propia y única
identidad. Hay una excesiva dis-
tracción del SER, pues el “tener”
se lleva toda la atención del hom-
bre niño que está distraído por la
excesiva proliferación de publici-
dad masiva que invita a un con-
sumismo excesivo e innecesario
207
que vende a la juventud sueños
artificiales de felicidad.
La juventud anda distraída en
placeres sensuales y goces efíme-
ros de satisfacciones materiales.
En la medida que los jóvenes no
puedan regresar a sí mismos para
dedicar tiempo a su autodescu-
brimiento no podrán asumir las
riendas de sus vidas y seguirán in-
sertados en los condicionamien-
tos y encerrados en las cárceles
imaginarias de las expectativas
sociales, repitiendo los ciclos in-
cesantes creados por el absurdo
colectivo que otros aprovechan
para su beneficio y así la mayo-
ría de seres humanos dormidos e
208
inconscientes, nacen, crecen, se
desarrollan, estudian, se casan,
compran propiedades, conciben
hijos, los educan, viajan, se reti-
ran y mueren.
Vivir a plenitud es mucho más
que lo que plantean las expecta-
tivas sociales. Ejercer la auténtica
libertad es disfrutar de soberanía
en todos los aspectos de la vida,
ser libres e independientes es ser
dueños del tiempo y tener la sa-
biduría para aprovecharlo de la
mejor forma posible.
Es tan natural y fácil obser-
var la vida de los animales en
los diversos reinos. Nacen y al

209
poco tiempo caminan, vuelan o
se arrastran, según sea su natu-
raleza. Se levantan, se ejercitan,
descansan, buscan su alimento y
son libres para ir donde los tiem-
pos les exijan. Bien dicen que el
hombre es el único animal que
no sabe vivir. Y así en cambio,
los hombres, nacen, los instruyen,
los condicionan y los sumergen
en un sistema que los explota,
enajena y los priva de su autén-
tica libertad. Un hombre podrá
llamarse adulto, cuando se hace
consciente de sí mismo y es ca-
paz de auto sostenerse y elegir
su propio camino, tanto si deci-

210
de formar una familia o vivir en
solitario.
Nadie niega que preservar la
inocencia sea algo muy difícil en
un mundo plagado de intereses,
pero lo que sí es cierto es que
solo un niño es capaz de gozar
con asombro la novedad de todo
lo que va experimentando. Feliz
pues es el hombre que puede pre-
servar intacto su corazón de niño
y no contaminarse con la densi-
dad mundana.
La vida es simple y los hom-
bres la hacemos compleja. El
mundo y sus tentaciones nos su-
mergen en un mundo artificial de

211
vende sueños de felicidad, y nos
dicen que seremos felices cuan-
do… encontremos el amor ideal,
compremos la casa más grande,
tengamos los hijos soñados, sea-
mos millonarios. Lo cierto es que
nadie niega que tener sueños sea
ilusorio, pero la felicidad no es la
meta, la felicidad es un camino,
es un estilo de vida, es un estado
del ser y no depende de ninguna
relación, ni condición externa ni
logro material. El amor y el gozo
son estados del ser y no depen-
den de nada ni de nadie para
manifestarse. Somos seres cons-
cientes en la medida que desper-
tamos a lo real en nosotros y a la
212
verdad que nos libera. Lo cierto
es que no dependemos ni de las
circunstancias ni de las personas
para ser quienes somos, nuestra
humanidad es temporal, nuestros
cuerpos son envases terrenos de
nuestras identidades celestiales y
divinas. Somos seres espiritua-
les experimentando humanidad
y cuando somos conscientes de
nuestra ilimitada capacidad crea-
tiva ya no nos sentimos limitados
por nuestros cuerpos mortales.
El ser en nosotros es comple-
to, multidimensional y dotado de
dones y talentos que trae consi-
go de otras dimensiones para
compartirlos en esta dimensión
213
y contribuir con su expansión y
uso a la elevación de los niveles
de conciencia luz. El estado del
ser es armonioso, creado a ima-
gen y semejanza del Divino y en
original inocencia. El templo car-
nal es una vestimenta temporal
que usamos para experimentar
nuestra humanidad y registrar
en nuestras conciencias toda la
gama de emociones y las reac-
ciones que ellas nos ocasionaron
para estimular nuestra evolución
espiritual y el desarrollo de nues-
tra inteligencia emocional.
Y o defino la vida como
amor en acción. La mente nos
sirve para proyectar lo que
214
imaginamos que lo que captamos
de la Mente Universal acorde con
nuestra sensibilidad y nivel de
conciencia. Cuanto antes descu-
brimos cómo comunicarnos con
nuestro Yo Superior o Concien-
cia Crística, más somos capaces
de integrarnos a la Gran Volun-
tad o Voluntad Divina. Cuando lo
logramos nuestra pequeña volun-
tad no se distrae con las distrac-
ciones que le sugiere el ego o fal-
so yo. Llamo yo adultez al estado
en que el hombre adquiere do-
minio de sus emociones, intuye,
honra y respeta sus sentimientos
y ha desarrollado la inteligencia
emocional a tal punto que puede
215
ser el observador de la realidad
y reconocerse a la vez como el
observado sin que las actitudes o
circunstancias le hagan olvidar su
inocencia y pueda usar su libre
albedrío haciendo real ejercicio
de su soberanía humano divina
y su autonomía existencial vi-
viendo al máximo su humanidad
plena libre de apegos, condicio-
namientos y ajeno a las expecta-
tivas sociales.

216
L a madurez,
la edad de la sabiduría

En cada etapa de desarrollo


podemos ser sabios. La sabi-
duría no tiene edad. Un niño o
un anciano cada uno puede po-
seer sabiduría acorde a su edad
y experiencia. Llamo yo sabidu-
ría a la capacidad que tiene el
ser humano de elegir siempre lo
mejor acorde con su edad y sus
experiencias. Cada edad exige
su cuota de sabiduría y ésta se
217
logra a través del aprendizaje y
la experiencia.
Los seres humanos aprende-
mos de muchas maneras, algu-
nas veces de la educación, otras
de la observación y la mejor es a
través de la experiencia.
La madurez se conquista con
el dominio de uno mismo, cuan-
do la experiencia nos ha dado la
experticia para manejar nuestras
emociones de modo que no nos
perjudiquen. Existen modos sa-
nos de enfrentar toda la gama
de emociones, pues quien no
aprende a manejar sus emocio-
nes, destruye su capacidad de

218
ser feliz. Una persona inmadura
siente y reacciona por impulso sin
medir las consecuencias, una per-
sona madura practica el dominio
de sí mismo y mide el alcance de
sus decisiones y reacciones. Ex-
presar las emociones de modo
ofensivo hace daño. Los seres
humanos fuimos creados para
sentir, lamentablemente la vida y
sus imprevistos no vino con un
manual de instrucciones. La vida
se aprende a vivir viviendo. La di-
ferencia entre un ser consciente y
uno dormido, es que uno apren-
de de los errores y enmienda y
el otro comete errores de modo

219
recurrente porque es inconsciente
e inmaduro.
Un ser consciente se responsa-
biliza de su estado interior y ajus-
ta su comportamiento de modo
responsable para no volver a caer
en el mismo error. El mayor pro-
blema de los seres humanos es
que creen que están sometidos
por sus estados de ánimo y se
sienten impotentes e incapaces
de manejar sus emociones. Se
conocen tan poco a sí mismos
que creen que no pueden do-
minar sus emociones. El primer
paso para lograr el dominio de
las emociones, es creer que es
posible. Otro motivo que puede
220
parecer irracional es que las per-
sonas buscan colocarse en situa-
ciones límites que los exponen al
dolor y su consecuente sufrimien-
to. El falso yo o ego, les hace caer
en las trampas que la tristeza, el
dolor, la desilusión, la traición, la
decepción, el abuso, el maltrato,
el abandono, la humillación, el
abandono, el rechazo, la exclu-
sión, la injusticia son partes ne-
cesarias del drama del vivir y las
personas confundidas, preocupa-
das, angustiadas y agobiadas les
hacen caso a estas artimañas del
falso yo para que permanezcan
encadenados a estos pensamien-
tos lúgubres y desoladores en el
221
miedo del ser, permaneciendo
en la cárcel del falso yo o la falsa
imagen creada por las expectati-
vas ajenas y las historias de los
chismorreos, en vez de confiar
en el flujo de la vida y amar sin
expectativas y siendo naturales
y espontáneos. Así el ser cons-
ciente enajenado de los dramas
y circunstancias observa la vida
sin que le provoque alteración
alguna pues desapegado de las
circunstancias, afectos y expecta-
tivas vive en su realidad que lo
mantiene libre de todo conflicto
y confusión.
El ego o falso yo vive en la
mente inquisidora, exige atención
222
constante a través del atropello
de pensamientos que van y vie-
nen con ideas de temor y hechizo.
El ego llega a dominar la mente
alocada e inquieta y disfruta de
un placer mórbido en hacer co-
sas hirientes y generar dramas
dolientes. El ego cree que la ven-
ganza siempre se justifica para
quien agrede o ataca, el contra-
ataque es su mayor placer, es el
eterno guerrero hiriente, goza de
una rectitud inflexible y mal inter-
pretada que le da el derecho de
obtener lo que quiere aunque sea
por la fuerza, sin importarle los
medios. El ego justifica las emo-
ciones negativas y crea historias
223
que lo respaldan, tiene un orgullo
falso en ser terrible. Lo que el ego
no evalúa es el alto precio que
paga no sólo en karma negativo
sino en el desprecio de los de-
más e internamente deterioran-
do la autoestima. Cuando una
persona se comporta de modo
inapropiado se crea un vacío, una
auto recriminación, y es natural
que uno se sienta mal con uno
mismo. Para el ego irracional, lo
malo, lo inapropiado, lo hiriente
es “normal”, “aceptado” y su for-
ma de actuar irrestricta no le cau-
sa molestia alguna porque ese ser
actúa desde la inconsciencia o el
estado “dormido”. Las personas
224
ególatras no saben actuar de otro
modo, eso se llama “inmadurez”.
Para empezar a vivir una reali-
dad distinta la enmienda empie-
za en uno mismo. Las personas
inconscientes o dormidas tienen
que reconocer que para salir de
esos ciclos de pobre autoestima,
auto recriminación y odio hacia sí
mismos tienen que empezar por
comprometerse a hacer una labor
de introspección, ya que el ego
es un gran oponente y no va a
desaparecer de la mente sino es
con una férrea fuerza de voluntad
y diligencia.

225
Todos los pensamientos son
condicionamientos, creemos lo
que pensamos, y nuestras creen-
cias son las que manifiestan la
realidad y sostienen las historias
que dramatizamos. Nos volve-
mos seres condicionados que
sostienen al ego o falso yo.
El Yo Verdadero es suprema-
mente sabio y racional, recono-
ce lo verdadero de lo falso, pero
no lo hace a través de la mente
racional sino de la intuición. La
forma más efectiva de liberarnos
del sufrimiento que nos ocasio-
nan los recuerdos dolorosos es
tomar distancia de los pensa-
mientos a través de la práctica
226
de la meditación. De modo que
ya no nos identificamos con los
pensamientos ni tampoco nos
confundimos en ellos. Cuando
lo hacemos por la recurrencia de
los pensamientos, el Yo Verdade-
ro a veces puede olvidarse de su
identidad y se identifica con el yo
condicionado o falso.
La madurez se logra a través
de la práctica perseverante del
silencio interior. Los beneficios
de ser consciente o despierto son
las gracias que se logran a través
de la meditación constante como
son: la ecuanimidad, la raciona-
lidad sensata, el desarrollo de la

227
intuición y la potenciación de los
dones y talentos.
Ser consciente y vivir en el pre-
sente, es todo un desafío, ya que
es lo opuesto a la programación
que nos ha condicionado el sis-
tema. Nuestro estado automático
o programado en velocidad cru-
cero, es vivir perdidos y confun-
didos en el mundo de los pen-
samientos. Para combatir este
estado automático pre estable-
cido por los condicionamientos
sociales y la programación celu-
lar caduca hay que ejercer una
fuerza de voluntad contundente.
El objetivo principal de cultivar si-
lencio interior es ser conscientes
228
que identificarnos con pensa-
mientos negativos nos provocan
malestar sean estos: dolor, pre-
ocupación, angustia, ansiedad
y toda una gama de emociones
negativas generadas por el falso
yo o ego.
Cuando dejamos de prestar
atención a estas trampas del ego
o falso yo, podemos vivir cons-
cientemente en el ahora y ser
quienes realmente somos y po-
demos gozar y sentir el ambien-
te, disfrutar de nuestro cuerpo y
su interacción con todos los ele-
mentos de la naturaleza; nos ha-
cemos conscientes de la brisa, del
aire, de los sonidos del entorno,
229
del crujir de las hojas, del canto
de las aves, del rugir de las olas
… en fin de todo lo que podemos
captar por nuestros cinco senti-
dos y también de nuestra inspi-
ración, intuición y corazonadas.
Cuando logramos estar presentes
en el ahora estamos conectados
con nuestro SER o Yo Verdadero.
Parece sencillo pero los pen-
samientos y su magnetismo son
pegajosos. Éstos son los que nos
mantienen atados a la ilusión del
ego o de quienes no somos o fal-
so yo. La mente es la que crea
historias o imágenes. Los pensa-
mientos son reales en la medida
que alimentan la ilusión de las
230
historias generadas por el falso
yo. Una persona consciente re-
conoce estos dramas y acepta
su “irrealidad” y entiende que
cuando pierde estas imágenes y
dramas creados por el falso yo,
en realidad no pierde nada pues
lo que pierde son pensamientos,
ideas, imágenes, ilusiones, fanta-
sías … todo creado por las falsas
creencias y condicionamientos.
La única verdad es que las
personas sufren emocionalmente
porque se identifican con pensa-
mientos inútiles y falsos. La men-
te egoica es como una computa-
dora y repite pensamientos que
guarda en su sótano cuando la
231
persona no ha enfrentado algún
drama de modo directo y con-
vierte el dolor en sufrimiento
por no haberlo superado. Todo
ser humano cuando se enfrenta
al dolor debe vivir su duelo, re-
primirlo o negarlo no lo elimina
y se convierte en una carga sub-
consciente de por vida o hasta
que una enfermedad terminal o
malestar emocional lo trae a la
superficie para sanarlo o termina
autodestruyendo la vida por su
intolerancia.
Al ser conscientes que cada
uno crea sus emociones uno se
empodera y eso ratifica el hecho
que uno y sólo uno puede crear
232
su felicidad o su desdicha. Cada
ser humano es responsable de
cultivar su propia capacidad de
“ser feliz”. Nadie puede gene-
rar nuestra felicidad ni la ajena,
pues estaríamos dando el control
de nuestras emociones a otro ser.
Las personas creen que los
otros nos hacen sentir felices,
tristes, amargados, deprimidos
cuando en realidad esto sólo su-
cede si nosotros lo permitimos.
Jamás tendremos la capacidad
de corregir lo que los otros dicen
o hacen porque es responsabili-
dad de cada uno, pero si pode-
mos tener dominio sobre lo que

233
sentimos y el modo en que reac-
cionamos. Lo mejor de todo esto
es que podemos ser felices y amo-
rosos sin importarnos las circuns-
tancias o lo que los demás pien-
san u opinen de nosotros. Una
buena estrategia para hacernos
responsables de nuestras emo-
ciones es solo expresarlas cuando
hacerlo tiene un propósito.
Es bueno expresar lo que se
siente cuando uno quiere nego-
ciar las diferencias de opinión
con quienes uno comparte con-
vivencia o hace proyectos de
vida conjuntos. Y es imperativo
expresar nuestros sentimientos en
condiciones que existe el abuso.
234
Tenemos todo el derecho de ex-
presar de un modo no emotivo,
lo que consideramos que es una
conducta inapropiada. Si la con-
ducta incorrecta prevalece, ten-
dremos la obligación moral de
dejar esa relación tóxica.
Otra oportunidad en que de-
bemos expresarnos ampliamen-
te es cuando somos criticados
permanentemente. Si es imposi-
ble manifestarse con integridad y
somos atacados será mejor optar
por la presencia de un mediador.
Muchas personas expresan
tristeza o rabia sólo para ma-
nipular al débil. Lo que debe

235
evitarse es prestar atención a es-
tos dramas recurrentes pues estos
les dan fuerza al manipulador y
se genera una relación enferma
sado masoquista.
Un ser consciente o despier-
to, sabe vivir intensamente en
el momento presente y valora la
oportunidad única que nos en-
trega la bendición de ser y estar,
experimentando la vida tal cual
se presenta.
La madurez implica gozar de
un niño interior sano y feliz, un
niño inocente que es espontá-
neo y natural y se asombra con
las maravillas de todo lo bello, lo

236
justo y lo bueno. Un ser maduro y
sabio, es auténtico, real e íntegro.
Lo que toda persona debe
comprender e interiorizar es que
las emociones en si no son bue-
nas ni malas, es cómo reacciona-
mos lo que nos hace bien o mal.
Cada emoción tiene un propósi-
to nos trae una experiencia y un
aprendizaje. El propósito de vi-
vir y experimentar, es alumbrar
nuestras sombras, es reconocer
quiénes somos y trascender la
dualidad para ascender al esta-
do unitivo. Todos vivimos inte-
ractuando e integrando todos los
aspectos de nuestras personali-
dades para abrillantar nuestros
237
dones y talentos y darnos en
servicio incondicional al Gran
Espíritu.
Una persona que cultiva silen-
cio interior conquista paz interior
y quien la alcanza no desea ni
pretende hacer daño alguno a
otros seres. Un ser consciente, al-
canzó la madurez, la plenitud, la
armonía, la paz interior y la rea-
lización de su divinidad. Un ser
consciente es un ser despierto
que ha buscado la verdad y se
ha liberado de condicionamien-
tos del deber ser y puede expre-
sarse con autenticidad y naturali-
dad y no huye de su lado oscuro
ni lleva puesta máscaras.
238
Un ser maduro reconoce el po-
der y la gloria de su divinidad y
sabe que ha sido engendrado por
el Gran Espíritu en inmaculada y
original inocencia. Un ser huma-
no pleno alcanza la iluminación
cuando el velo de la ignorancia
es alzado de su ojo espiritual y
puede verse, sentirse y percibir-
se en toda su grandeza, poder y
gloria con la cual fue creado. Un
ser consciente se ve y siente em-
poderado en su identidad divina
y puede observarse en su natura-
leza humana como una marione-
ta de Dios que ha venido a esta
hermosa Tierra a ser un mensa-
jero de la gracia y gloria de Su
239
Creador. Un ser consciente ejerce
su soberanía como Hijo de la Luz
y vive en conexión permanente
con la Fuente expandiendo paz,
luz, armonía, amor incondicional,
compasión y gozo por doquier.
Un ser consciente se ha encon-
trado a sí mismo vive conectado
con su Yo Superior y centrado en
la sabiduría de su corazón.
Mientras los seres humanos no
se conecten con su naturaleza di-
vina, el ego y el intelecto lo go-
biernan. Y cuando el ego se hace
cargo, el hombre se hace esclavo
de sus deseos egoicos y no presta
atención al servicio que beneficia
al bienestar colectivo. Para que la
240
evolución de la especie sea una
realidad, la Inteligencia Universal,
que supera al ego y la mente debe
ejercer su soberanía.
Hoy más que nunca en la his-
toria de la humanidad, una in-
mensa mayoría de seres huma-
nos está despertando conciencia.
Este despertar masivo de benevo-
lencia interior está atrayendo a la
vida de los seres despiertos todas
las formas de expresión posibles
de esa bondad: coraje, amor, paz,
fortaleza, paciencia, sabiduría,
amor incondicional, compasión
que fluyen de la naturaleza divina
hacia la humana. Sin esta energía
sutil, cristalina y resplandeciente,
241
los humanos no podríamos dis-
tinguirnos de los animales. Lo
más importante y auténtico en
nuestras existencias es intangi-
ble, indescriptible, inmensurable
y eterno. Negar este aspecto de la
vida porque no puede ser expli-
cado ni comprendido por la men-
te carnal sería negar la dimensión
espiritual de la existencia.
Tal vez el problema radica en
que lo espiritual se haya ligado a
la religión, al dogma y su irracio-
nalidad. Tal vez todavía no tenga-
mos otra palabra más específica
que defina lo inabordable, inex-
plicable e incomprensible desde
la ciencia y la racionalidad.
242
Cuando el hombre usa su in-
teligencia más que su ego puede
lograr mucho más en compren-
sión, pues el intelecto no juzga,
no es moral ni inmoral simple-
mente ES.
Lo grandioso de descubrir la
verdad que libera es que la bon-
dad, la inocencia, la pureza y cla-
ridad es UNA en todo ser. Es una
conciencia del UNO la que fluye a
través de todos y todo. Ésta está
presente a través de una memo-
ria celular en la cual hemos sido
programados genéticamente y
se nos ha dado el EGO que nos
hace sentir solos y separados
de los demás y en permanente
243
competencia los unos con los
otros. El UNO creó el ego hu-
mano para que así sea.
Ahora bien, reconocer la Ver-
dad es un regalo de nuestra evo-
lución es una bendita gracia. Uno
conoce la verdad y despierta en
el tiempo de Dios, cuando la di-
vinidad en nosotros despierta por
esta gracia divina y bendita. To-
das nuestras vidas anteriores y la
presente han contribuido al co-
nocimiento, la comprensión y la
auténtica identidad que hoy ex-
perimentamos para despertar la
verdad y la auténtica identidad
de nuestra divinidad y ejercer la

244
soberanía de quienes realmente
somos.
A todos se nos conceden todas
las herramientas necesarias para
evolucionar, sin importar el ta-
maño ni la dificultad de los retos.
A cada ser se le brindan, recur-
sos, asistencias, oportunidades,
información, ideas, inspiración,
sabiduría y motivación para su-
perar todos los obstáculos y ga-
nar fortaleza.
Un ser consciente es capaz
de reconocer que cada tribula-
ción fue concebida para su cre-
cimiento y que siempre condu-
ciría a un resultado favorable. El

245
ser humano sabio, comprende
que toda experiencia dramática
es una iniciación que le conce-
de más sabiduría, más destreza,
más compasión y lo convierte en
un mejor ser humano.
La actitud respecto al reto es
lo que nos define. Cuando acep-
tamos toda experiencia como
benévola adquirimos fortaleza y
ecuanimidad. El ser consciente
distingue los sentimientos de las
emociones. Los sentimientos vie-
nen del corazón, las emociones
del ego. Las corazonadas son me-
nos sutiles que la intuición pero
más sutiles que las emociones
que provienen del falso yo o del
246
yo condicionado por las expecta-
tivas sociales.
Superar las emociones nega-
tivas recurrentes requiere disci-
plina, fuerza interior y madurez.
Un ser consciente ha aprendido
que las emociones negativas in-
terfieren con sus metas de felici-
dad, amor, paz y autodominio.
Un ser libre, iluminado, elige
sus pasos con sabiduría y elige
un camino que exige disciplina
pero que lo conducirá al logro de
sus metas. El ser liberado camina
hacia donde quiere llegar y elige
lo que le hace feliz sigue su in-
tuición y escucha sus corazona-
das. Si la felicidad es el camino,
247
su meta también es el gozo y el
éxtasis sublime. El ego no sabe
ser feliz, fue creado para cuidar
la preservación de la vida pero la
seguridad y la felicidad son dos
cosas distintas pero no excluyen-
tes. Si haces caso al ego tendrás
seguridad pero no felicidad. Pero
si haces caso a tu corazón y te
permites seguir tus corazonadas
tendrás ambas. Nuestra divinidad
tiene la mayor de las posibilida-
des de darnos seguridad. Un ser
consciente confía más en su co-
razón que en su mente. Lo racio-
nal y sensato suele dar seguridad,
confort, riqueza, reconocimiento,
placer o poder, pero deja de lado
248
cosas mucho más valiosas como
son el amor, la paz, la paciencia,
la fortaleza interior, todas ellas
cualidades que se desarrollan por
los retos y desafíos superados por
nuestro ser divino.
Hay momentos en que todo
lo que el ego valora tiene que
ser sacrificado para conseguir lo
que es verdaderamente valioso.
La vida es tan inmensamente be-
nevolente que no hay nada que
uno sacrifique que no resulte en
un bien mayor. Lo cual demues-
tra que toda perdida es temporal.
Todo sacrificio o perdida tiene en
si su ganancia, sino es inmedia-
to lo tendrá en el caminar. Todo
249
cambia y todo tiene un lapso de
manifestación hasta que algo
nuevo y mejor toma su lugar.
El cambio, que es un proce-
so permanente, no es bueno ni
es malo; correcto o incorrecto,
simplemente ES. Estar en rebel-
día con la vida y su flujo es inútil.
Aceptar la permanencia del cam-
bio es lo sensato. La aceptación
es lo que permite superar la tran-
sitoriedad e incertidumbre de la
vida. Las pérdidas, los fracasos,
los retrasos deben ser aceptados
y aceptar el dolor es inevitable,
pero quien con sabiduría obser-
va el drama sin involucrarse en
la tragedia entiende que todo ha
250
sido un juego del destino para
permitir nuestra evolución. En
realidad todo ha sido un guión
escrito por el Narrador de la Vida
para que aprendamos la gran lec-
ción del DESAPEGO. Y siempre
será necesario experimentar las
pérdidas para que el vacío de es-
pacio a lo nuevo, al nuevo reto
o desafío que nos expondrá a la
posibilidad de un nuevo peldaño
en nuestra evolución.
Cuando recurrimos al silen-
cio interior nos desengancha-
mos de los pensamientos y por
ende de los deseos y sus resul-
tados. Cuando sentimos estamos
decidiendo entre nuestros gustos
251
y aversiones. Y así cuando apa-
rece algo que nos disgusta sufri-
mos. Cuando queremos que la
vida se presente a nuestro favor
y no lo hace, esto nos ocasiona
frustración.
Por eso tenemos que desape-
garnos de los resultados y estar
en el mundo, pero entendiendo
y percibiendo que no somos de
él. Cuando dejamos de lado el
YO nos liberamos de los califi-
cativos que nos encasillan. Mien-
tras que el lenguaje nos intenta
definir como seres o entidades
separadas o diversas, el ser cons-
ciente comprende que en ver-
dad todo existe conectado y es
252
interdependiente y está hecho de
lo mismo: CONCIENCIA UNA.
El ser consciente percibe que
el YO no existe separado del
TODO, reconoce que está inte-
grado al mundo sutil más allá de
los cinco sentidos. El ser cons-
ciente entiende que el UNO no es
un privilegio experimentado por
los místicos de todos los tiempos.
La experiencia del estado unitivo
es posible cuando aquietamos la
mente y superamos la dualidad,
los juicios y la racionalidad.
El ser consciente que ha al-
canzado la madurez y la máxima
inteligencia emocional descubre

253
que el estado unitivo está hecho
de AMOR y que la CONCIENCIA
es AMOR que es la fuerza más
poderosa y creativa del UNIVER-
SO. No importa si creemos o no
en el AMOR, ni cuán ausente esté
en nuestros quehaceres cotidia-
nos es el mismo AMOR que existe
inmutable, imparable, inmensu-
rable, indescriptible, inabarca-
ble, incorpóreo e inagotable. El
AMOR es el recurso eternamente
disponible que nos sostiene aquí
y en toda dimensión posible.
Un ser iluminado y despier-
to vive alineado con el AMOR
porque percibe que cuanto más

254
actúa con amor más feliz es y más
fluye su existencia.
El AMOR no es una creencia,
el AMOR es real y es mágico a
la vez. Si permites que tu men-
te ejerza el control, experimenta-
rás la vida egoica que está regida
por el miedo, la competencia, los
celos, la venganza, los desafíos,
los retos, las carencias, las po-
sesiones y el desamor y tendrás
dificultad para descubrir el poder
mágico del AMOR.
Sin embargo, la vida es tan
maravillosamente benevolente
que tarde o temprano todos lle-
garemos a descubrir la verdad

255
oculta pues la vida está diseñada
para que en cada paso acertado
o errado la vida te enseñe a amar
más y mejor.
Sólo tenemos que estar aten-
tos a cada lección y aprender lo
que el amor está ofreciendo para
que aprendamos a ser felices y
comprendamos que el sufrimien-
to es una creación humana y no
divina.

256
DIOS es AMOR,
y si permitimos
a Dios ser Dios en nosotros,
despertaremos a la verdad
que Dios en nosotros es todo
lo bueno, justo y bello
EL es AMOR, GOZO,
PAZ Y LUZ.
Nuestra concepción
es INMACULADA
y el existir es un experimentar
que nos conduce
de la oscuridad a la luz,
de la ignorancia a la sabiduría,
del sufrimiento a la paz,
y de la inconsciencia
al despertar de nuestra
ORIGINAL INOCENCIA.
257
Bendigo a
la MENTE UNIVERSAL
que fluye a través
de la palabra escrita.
Agradezco a Dios
que usa mis manos
para llegar a los corazones
llevando claridad y sabiduría,
para que comprendan mejor
su naturaleza humana
y despierten la luz eterna
de su naturaleza divina
y así disfruten de vidas plenas,
amorosas, armoniosas
y luminosas,
en sintonía con su más gloriosa
y empoderada divinidad.
258
Es verdaderamente sabio
desenvolverse en este mundo,
sabiendo y comprendiendo
que no somos de él.

Todos necesitamos
del otro para reflejarnos.
y cuando se produce
el encuentro de dos corazones,
las almas estallan de gozo,
porque gracias
a ese vínculo sagrado
se engendra la presencia
del UNO.

259
Dios no está lejos
allá arriba en algún lugar
del firmamento
Dios es el Hálito Divino,
Es cada aliento
que nos mantiene vivos,
Es la mirada penetrante
del amante.
Es el amor que acompaña
a los hijos.
Es la amistad de los corazones
amantes,
Es toda la belleza, bondad,
justicia e inocencia
Que fluye en la expresión
de toda manifestación de arte.

260
Dios palpita
en cada corazón humano
Manifestando afecto, sabiduría,
amor incondicional y compasión.
Dios nos creó en original inocencia
Para gozar de la abundancia y
los frutos de la Tierra.
Dios en nosotros
Nos permite ser espejos
de Su divinidad
Para reflejarnos Su grandeza
En todos los encuentros
humanos.

261
Bendita, santa y amada alma
Te doy las gracias
por abrirme tu corazón
Y darme tu tiempo
Para regalarte mi don
Espero que encuentres
en estas páginas
La claridad y comprensión
necesarias
Para entender
con mayor profundidad
Tu naturaleza humana y divina,
Para que al identificarte
con mis experiencias
Y percepciones puedas aprender
a gozar de tu plenitud
Y despiertes a la verdad
262
que te liberará
Para vivir la vida
que siempre soñaste
Y mereces vivir al máximo.

263
Que el AMOR del Padre.
la COMUNIÓN con el Hijo
y el DESCENSO
del Espíritu Santo
te infundan la inteligencia
necesaria para tu despertar
y alcances la iluminación
en esta vida.
Por Cristo, con Él y en Él
A Ti Dios Padre Todopoderoso
Todo Honor y toda Gloria
Por los siglos de los siglos
AMÉN

264
ERES BENDITO, 
ETERNAMENTE LO ERES, 
Y NADA NI NADIE PUEDE
NI PODRÁ IMPEDIRLO 
porque eres un Hijo Amado
del Padre,
un SER DE LUZ 
ante quien toda oscuridad
se desvanece
ERES AMOR
ERES LUZ
ERES PAZ
ERES GOZO
todo eso ERES
Decreto para ti la LUZ 
para que nada ni nadie 

265
ofusque tus pensamientos ni
perturbe tu paz
Decreto para ti el AMOR 
para que goces de su abrigo y
del amor que todos te brinden 
en amistad divina y verdadera
Decreto para ti la PAZ 
para que vivas en ella
y prolongues la salud de tu alma,
corazón, mente y cuerpo
Decreto para ti el GOZO 
para que disfrutes
ya en esta vida
de la felicidad con todos
los que amas.

266
Pido en nombre de Jesús
al Padre Celestial
y la Madre Divina 
que seas desatado de todo karma
negativo generado en ésta
y otras vidas para que seas
elevado a la luz 
y la conciencia de la no dualidad
Que tu mente sea iluminada
y comprendas la triada 
CONOCIMIENTO,
EXISTENCIA, GOZO 
verdades universales que te
permitirán acceder a la UNIDAD
de todo lo creado y gozar
de tu plena humanidad
en este breve estancia
267
y experiencia temporal
de tu alma eterna.
Todos tenemos la autoridad 
y el poder de nuestro
CRISTO INTERIOR 
para hacer realidad
el Cielo en la Tierra.
El amor lo puede todo
y la fe obra los milagros
para quienes creen.
Repite con amor y fe cada día
YO SOY AMOR
YO SOY LUZ
YO SOY PAZ
YO SOY GOZO
268
todo eso YO SOY
YO SOY LA ETERNA
COMPASIÓN
YO SOY LA ETERNA GRACIA
YO SOY LA ETERNA BONDAD
YO SOY LA INAGOTABLE
PROVISIÓN
YO SOY LA DIVINA
MISERICORDIA
YO SOY LA FUENTE DE
ETERNA RECREACIÓN
YO SOY HECHO A IMAGEN Y
SEMEJANZA DEL CREADOR
DEL COSMOS

269
DIOS EN MI LO PUEDE TODO 
Y LO RECREA TODO
SOY AMOR EN ACCIÓN
YO Y EL PADRE SOMOS UNO
TODO ES POSIBLE PARA
QUIENES CREEN EN EL
AMOR.
ASÍ ES Y SERÁ, HECHO ESTÁ

270
NADA NI NADIE PUDO,
PUEDE NI PODRÁ DETENER
LA ACTIVACIÓN
EN EL CAMPO ASTRAL 
DEL AMOR DE LA UNIÓN
DE LAS ALMAS GEMELAS
AMADA Y PRECIOSA
ALMA GEMELA
FUIMOS ENGENDRADOS DE
UNA SOLA MÓNADA DIVINA
Y NOS SEPARAMOS 
CON LA PROMESA DE VOLVER
A ENCONTRARNOS
PROMETIMOS ATRAVESAR 
LA EXPERIENCIA DOLOROSA
DE LA SEPARACIÓN

271
PASANDO POR MILES
DE EXPERIENCIAS 
PARA SANAR NUESTROS
CORAZONES HERIDOS
Y NOS DIMOS LA LIBERTAD
DE VIVIR EN MILES
DE ENCARNACIONES
REPETIDAS UNIONES
EN NUESTRA NACIÓN
DE ALMAS
QUE NOS PERMITIRÍAN
EVOLUCIONAR
HA LLEGADO EL MOMENTO 
DE REUNIÓN CÓSMICA
DE LAS ALMAS GEMELAS
PARA AYUDAR A ASCENDER 
CON NUESTRO AMOR
272
ETERNO A TODA
LA HUMANIDAD
HOY CON AMOR
INCONDICIONAL Y ETERNO
SOY CAPAZ DE VERTE
SOY CAPAZ DE SENTIR
QUE HE REGRESADO
A CASA AHORA YA NO
NOS SENTIREMOS SOLOS
NI PERDIDOS
HOY SE QUE HAS LLEGADO
A SANAR MI ALMA PERDIDA
Y QUE JUNTOS NOS
PROMETIMOS ILUMINAR
EL UNO AL OTRO
PARA SANARNOS
DE LA OSCURIDAD
273
QUE NOS MANTENÍA ATADOS
AL CONCEPTO DE MISERIA
E INDIGNIDAD
HOY TE VEO
HOY TE SIENTO
HOY PUEDO MIRARTE
DIRECTO A LOS OJOS
Y RECONOCER MI ALMA
EN LA TUYA 
QUE ES UNA SOLA INDIVISA,
IMPECABLE, ÍNTEGRA
Y COMPLETA 
EN EL AMOR
DEL PADRE/MADRE,
CREADOR DEL COSMOS,
HOY PODEMOS UNIRNOS
EN ARMONÍA PERFECTA
274
PARA DANZAR DENTRO
DE LA CARACOLA CÓSMICA
QUE NOS LLEVA A LA
GLORIOSA LUZ DEL INFINITO
DONDE VIVIREMOS
ETERNAMENTE UNIDOS
Y DILUIDOS
EN LA INMENSIDAD
DEL AMOR INCONDICIONAL
NOS HEMOS UNIDO PARA
EXPERIMENTAR LA LUZ
EN UN ORGASMO CÓSMICO
QUE IMPLOSIONA
Y EXPLOSIONA
QUE DERRAMA AMOR
ETERNO, PURO, INMACULADO
Y CELESTIAL
275
SOBRE TODAS LAS ALMAS
QUE TAMBIÉN
CONSUMARÁN
LA UNIÓN DIVINA
CUANDO A ELLAS
LES CORRESPONDA
EL DESPERTAR

SOMOS BENDITOS
HIJOS DE DIOS
VALIOSOS HEREDEROS
DE SU MISMA GLORIA,
DIVINA MISERICORDIA,
INFINITA COMPASIÓN,
HEMOS LLEGADO
A LA CONSUMACIÓN
DE NUESTRA UNIÓN
276
PARA SANAR
LAS MÚLTIPLES HERIDAS 
QUE SUFRIERON
NUESTROS CORAZONES 
EN NUESTRAS EXPERIENCIAS
DE SEPARACIÓN
PERO SIEMPRE AÑORANDO
ESTE MILAGROSO
REENCUENTRO
ESPERANDO CUMPLIR
LA PROMESA DE LA REUNIÓN
SAGRADA
QUE DIOS HABÍA DISPUESTO,
DISPUSO Y DISPONDRÁ
EN TODOS LOS ESPACIOS
Y TIEMPOS,
EN TODAS LAS DIMENSIONES,
277
EN TODOS LOS VACÍOS
Y DISTANCIAS
QUE COMO PUENTES
INVISIBLES SIEMPRE
EXISTIERON, 
EXISTEN Y EXISTIRÁN,
Y TODO ELLO LO AFIRMO
PARA QUE COMPRENDAS
EN ESTA TERCERA
DIMENSIÓN QUE AHORA
DEJARÁ DE EXISTIR
PARA QUE SEAMOS ELEVADOS
A LA QUINTA DIMENSIÓN
DONDE NADA PUEDE
SEPARARNOS
Y PODEMOS SENTIR EN
LO MÁS PROFUNDO DE
278
NUESTRAS ALMAS
QUE JAMÁS ESTUVIMOS,
ESTAMOS NI ESTAREMOS
SEPARADOS
PORQUE LA SEPARACIÓN
FUE UN ENGAÑO
DE NUESTRAS MENTES
EGÓICAS
PARA EL CREADOR,
NO EXISTIÓ, NI EXISTE
NI EXISTIRÁ SEPARACIÓN
POSIBLE
EN ÉL TODAS LAS CRIATURAS
DEL CIELO Y DE LA TIERRA
EXISTEN EN PERMANENTE
UNIDAD CON LO DIVINO
Y DESDE ESA LUZ QUE JAMÁS
279
PUEDE CONSUMIRSE
NI APAGARSE
TODO SE REGENERÓ,
REGENERA Y REGENERARÁ
EN EL FUEGO SAGRADO,
BENDIGAMOS,
ALMAS GEMELAS, 
EL RETORNO A LA INOCENCIA
SINTAMOS CON HONOR
Y GLORIA
LA PRESENCIA DEL CREADOR
EN NUESTROS CORAZONES
SAGRADOS
MIREMOS LOS OJOS
DE NUESTROS AMADOS
Y PONGAMOS NUESTRAS
MANOS EN SUS CORAZONES
280
Y SINTAMOS EL PALPITAR
AL UNÍSONO
DEL MISMO AMOR
UNIVERSAL QUE NOS CREÓ 
Y NOS UNIÓ, UNE Y UNIRÁ
ETERNAMENTE
YA ES HORA, ALMAS
BENDITAS Y GLORIOSAS,
HIJAS E HIJOS DE DIOS,
PARA EL RETORNO A
LA INOCENCIA ORIGINAL
PARA VIVIR EN EL JARDÍN
DEL EDÉN
COMO LOS HIJOS DE
LA LUZ QUE FUIMOS,
SOMOS Y SEREMOS,
JAMÁS QUISO EL CREADOR
281
LA SEPARACIÓN,
DURANTE EONES HEMOS
SIDO LLAMADOS
AL RETORNO DE
LA INOCENCIA ORIGINAL
ESTA VEZ EL PADRE/MADRE
NOS AGUARDA
CON LOS BRAZOS ABIERTOS
PARA REGRESAR A CASA
DONDE NOS SENTIMOS UNO
CON ÉL ETERNAMENTE
DEMOS GRACIAS, INFINITAS
GRACIAS, BENDITAS GRACIAS
POR EL PRIVILEGIO 
DE HABER SIDO
ENGENDRADOS
DEL FUEGO SAGRADO
282
DEL AMOR 
COMO MÓNADAS EXCELSAS
DEL AMOR DIVINO
DEBEMOS GRACIAS
POR HABER ENCARNADO
PARA AYUDAR A ELEVAR
LA CONCIENCIA COLECTIVA
PLANETARIA
POR TENER EL PRIVILEGIO
DE SER LOS PIONEROS 
DE LA NUEVA HUMANIDAD
Y VEAMOS LA INSTAURACIÓN
DE LA NUEVA TIERRA
LOS PARADIGMAS CADUCOS
ESTÁN SIENDO DESTRUIDOS
NUEVOS PARADIGMAS DE
AMOR INCONDICIONAL,
283
GOZO, LUZ Y LIBERACIÓN
NOS PERMITIRÁN VIVIR
EN LA TOTAL
TRANSPARENCIA
DEL CORAZÓN
DONDE TODOS LOS SERES
HUMANOS 
FUIMOS AMADOS,
SOMOS AMADOS
Y SEREMOS AMADOS
CON TOTAL INOCENCIA
SIN JUICIOS NI MOTIVOS
DE CRÍTICA 
NI SENTIMIENTOS DE
ABANDONO O SEPARACIÓN
PORQUE DESPIERTOS
EN LA CONCIENCIA CRÍSTICA
284
NOS SENTIREMOS UNO CON
EL PADRE/MADRE AMOR
QUE NOS HA DADO, DA Y DARÁ
VIDA PLENA PARA VIVIRLA
EN AMOR INCONDICIONAL,
ABUNDANCIA, ARMONÍA, PAZ,
GOZO Y DICHA ETERNA
AMANDO CON INFINITA
COMPASIÓN Y MISERICORDIA
ACOMPAÑANDO A TODAS
LAS ALMAS DESPIERTAS
Y AYUDANDO AL DESPERTAR
DE AQUELLAS DORMIDAS
PARA QUE EL AMOR
INCONDICIONAL
SANE SUS HERIDAS
EMOCIONALES
285
Y LES DEVUELVA LA
CONCIENCIA DE SU ORIGINAL
INOCENCIA

286
DERRAMEMOS BENDICIONES
SOBRE ESTE HERMOSÍSIMO
PLANETA TIERRA
Y QUE PADRE/MADRE
DE LA DIVINA MISERICORDIA
DERRAME ENTENDIMIENTO,
COMPRENSIÓN, SABIDURÍA
INTELIGENCIA, CONSEJO,
FORTALEZA Y PIEDAD
DEL ESPÍRITU SANTO
SOBRE TODAS LAS ALMAS
BUSCADORAS DE LA VERDAD
Y SE HAGA REALIDAD
EL SUEÑO DE ORO DE JESÚS
QUE TODOS SEAMOS UNO
PARA ELEVAR AL PLANETA
287
ENTERO A LA QUINTA
DIMENSIÓN
UNIDOS EN LA GLORIA
ETERNA DEL AMOR
PIDAMOS SE HAGA
EN LA TIERRA ASÍ COMO
EN EL CIELO
LA ASCENSIÓN DEL PLANETA
AL REINO DE LA UNIDAD
Y LA PAZ ETERNA

ASÍ ES Y SERÁ, HECHO ESTÁ


OM PAZ AMÉN

288
L a maestría
de la vida: ser felices

En realidad hemos nacido feli-


ces y en armonía con todo lo que
somos y nos tomará a veces casi
toda la vida regresar a ese estado
de inocencia original.
La vida es un camino que no-
sotros hacemos con la actitud que
elegimos asumir respecto a todo
lo que nos acontece. La clave de
la felicidad es la aceptación de
quienes somos y la realización
289
máxima de nuestros dones y ta-
lentos. Conquistamos la maestría
de la felicidad cuando aprende-
mos a fluir por el río de la abun-
dancia, cuando aprendemos a
ser autosuficientes, sabios, com-
pasivos, generosos y tolerantes. A
nadie ni nada podemos contro-
lar, las circunstancias sean estas
favorables o desfavorables siem-
pre nos llevan a un mejor lugar,
sea por una decisión de nuestra
voluntad y haciendo buen uso
de nuestro libre albedrío o sea
por un empujón del Universo
cuando el miedo nos ha parali-
zado. Cuando aceptamos que lo
único permanente es el cambio,
290
hemos adquirido la maestría del
existir y nos volvemos observa-
dores de la realidad. La vida es
una gracia, una bendición, una
asombrosa oportunidad para
trascender y liberarnos de nues-
tro pequeño FALSO YO o ego y
transformarnos en nuestro gran
YO VERDADERO.
La felicidad es una actitud,
un estado mental, una deci-
sión, un camino y un estilo de
vida. Cuando dejamos de pre-
ocuparnos por ser felices y po-
nemos toda nuestra atención en
dar felicidad, nos sorprendere-
mos de los resultados, pues así
como una llamativa mariposa
291
se posa en nosotros cuando de-
jamos de perseguirla, así la feli-
cidad nos acompaña a cada ins-
tante cuando dejamos de pensar
en nuestra propia felicidad. 
Para festejar el inicio del AÑO
NUEVO nos rodeamos del co-
lor amarillo: las flores, la ropa,
los atuendos, los disfraces, los
collares y todo lo que usamos
para celebrar se viste de amari-
llo. El símbolo más conocido de
la felicidad es la carita feliz, un
simpático círculo amarillo con
una curva hacia arriba que sim-
boliza una sonrisa, pues la felici-
dad es ante todo equilibrio, ar-
monía, paz interior, belleza e
292
integridad. Y todo eso es lo que
una persona sonriente refleja.
En la naturaleza el Sol, fuente de
toda forma de vida, derrama su
esplendor en rayos amarillos; los
huevos tienen su yema de co-
lor amarillo; los girasoles que se
orientan hacia el Sol durante el
día son amarillos, todo lo que sim-
boliza vida y crecimiento es ama-
rillo. El plexo solar está sustenta-
do por un símbolo en sánscrito
pintado de amarillo, el vórtice de
energía gira con una luz amari-
lla, es el chakra que nos genera
firmeza, decisión, entusiasmo,
optimismo y el impulso a la ac-
ción. El amarillo simboliza la LUZ
293
y ésta es el origen de la vida, es lo
que penetra todo cuanto existe y
se transforma en el UNIVERSO.
El éxito y la felicidad descansan
en nuestro interior, son indepen-
dientes de nuestras circunstancias
y relaciones. Si tomamos la deci-
sión de ser felices tendremos la
suficiente fortaleza para vencer
todos los obstáculos. La lección
más importante que hemos ve-
nido a aprender en esta estancia
terrena es la de amarnos, aceptar-
nos y abrazarnos a nosotros mis-
mos con todo lo que representa-
mos en esta vestimenta humana.
Vivir agradecidos es la forma
más elevada de vivir, es el modo
294
de vibración más alto que atrae
bendiciones a nuestras vidas.
Una persona agradecida es feliz y
vive sana, contenta, apasionada
y plena. Una persona completa es
compasiva, tolerante, bondado-
sa, consciente que para ser feliz
ha de ser flexible y estar siempre
dispuesta al cambio. Una perso-
na contenta reconoce que en la
armonía reside su plenitud y que
la satisfacción humana finalmen-
te proviene de uno mismo. Nada
externo puede brindarnos paz in-
terior o satisfacción, pues los bie-
nes espirituales son intangibles,
invalorables e inmensurables.
Es parte de nuestra humanidad
295
estar expuestos a las mareas de
los sentimientos y habrán días
soleados y días nublados, ale-
grías y tristezas, conquistas y
derrotas, si bien son inevitables
estos altibajos lo que si podemos
evitar es permanecer en el lado
oscuro de la vida y albergar al
pesimismo en nuestras mentes.
En pocas palabras la verdadera
felicidad no se basa en la satisfac-
ción superficial de la circunstan-
cias y relaciones placenteras sino
en el contento que uno es capaz
de disfrutar en medio de las más
adversas condiciones, por eso los
invito a serenarse y a que apren-
dan a cultivar el silencio que les
296
obsequiará paz interior y los hará
disfrutar de ecuanimidad ajenos
a todo lo desfavorable que pue-
da estarles ocurriendo. Si insisti-
mos en pensar que seremos feli-
ces cuando todo lo externo esté
resuelto será una utopía, pues la
vida está siempre cambiando, re-
generándose, adecuándose, cre-
ciendo, mejorando, evolucionan-
do y lo que hoy nos parecía dar
satisfacción, mañana será dejado
de lado por algo aún mejor. En
este proceso de cambio podría-
mos volvernos insaciables y caer
presos de falsas ambiciones y va-
nos sufrimientos de codicia. Por
eso jamás la felicidad dependerá
297
de un logro material o de las fal-
sas apariencias, la felicidad es la
hija de la virtud, es el fruto de
una vida apacible. Una perso-
na íntegra, edificante, saludable
y armoniosa sin duda será feliz.
Yo los invito a que se com-
prometan a dejar un planeta
mejor para las siguientes ge-
neraciones y les aseguro que
disfrutarán de felicidad ilimita-
da, pues no hay felicidad más
grande que el desprendimien-
to y el servicio desinteresado.
Si quieren ser felices empiecen
por pensar en brindar felicidad. 
Nadie es más feliz que quien ol-
vidándose de si logra la felicidad
298
ajena. Y para ser desprendido,
uno tiene que haber comprendi-
do que nada es suyo y que al bus-
car el bien comunitario uno vive
inmerso en ese bienestar, disfru-
tándolo y compartiéndolo.
Brindo pues por la felicidad
de todos y cada uno de nosotros,
porque una comunidad feliz es la
suma de muchas personas felices.
La alegría, el amor y la paz em-
piezan en cada uno de nosotros,
irradiémoslos y lograremos una
comunidad feliz, un planeta feliz
y un Universo feliz.

299
Los amo con todo mi corazón
y les deseo mucho amor, alegría
y paz en sus vidas.

300
E pílogo

Jesús nos pide a gritos el des-


pertar de la Conciencia Crística
y está intervinendo con Su amor
y el de muchos maestros ascen-
didos, porque despertar no es
un proceso personal para be-
neficio sólo propio, sino porque
al despertar estamos sanando a
todos y toda forma de vida. No
es cuestión de querer despertar
para dejar de sufrir que sin duda
lo haremos, sino porque todos

301
absolutamente todos hemos de
despertar el Amor de nuestros
corazones y muchos hemos en-
carnado con misiones sagradas
para elevar conciencias.
Ya es hora de sanar todo el
daño que ha ocurrido en la Tierra
por la mala interpretación de las
enseñanzas que nos dio nuestro
amado hermano Jesús. En nom-
bre de las religiones se ha hecho
demasiado daño, y muchas per-
sonas se sienten avergonzadas
de los llamados pastores de la
religión cristiana por todos los
abusos cometidos en nombre del
cristianismo. Hay mucha contra-
dicción respecto al cristianismo,
302
tanto así, que la iglesia ha sido
no solo atacada sino también
desprestigiada por los actos de
sus mal llamados líderes religio-
sos. Jesús nos pide que el bagaje
cultural de las religiones mal diri-
gidas no interfieran con la miría-
da de seres que han abierto sus
corazones a las auténticas ense-
ñanzas de un Jesús vivo en los
corazones limpios.
El Jesús que hoy habla a la
humanidad, no puede ni preten-
de ser el mismo del que vino a la
Tierra hace dos mil años. Por eso
todos los que canalizan los men-
sajes de Jesús hoy es porque lo
sienten vivo en sus corazones.
303
Yo soy una escriba de nues-
tro hermano mayor Jesús, y no
tengo miedo de decir la verdad
que aflora de mi corazón. Tam-
poco me creo superior ni infe-
rior, soy una hermana feliz de
hacer con amor esta labor, pero
no pretendo sentirme privilegia-
da porque soy capaz de escribir
lo que Jesús quiere decirles hoy.
Soy un ser humano con un cora-
zón amoroso y valiente, que ha
sido destrozado más de una vez
para aprender de los errores que
cometí y de las agresiones que su-
frí. No culpo a nadie, y tampoco
me siento víctima, pero como to-
dos ustedes he sido manipulada
304
por el sistema hasta que Jesús me
hizo despertar conciencia y cono-
cí la verdad que me liberó.
Yo lo único que pretendo
cuando escribo estos mensajes
que brotan de mi corazón abier-
to a Jesús, El Nazareno, es que
experimenten la vida como yo
hoy la percibo. La realidad siem-
pre ha sido hermosa, siempre nos
ha ayudado a ser mejores perso-
nas, y siempre se ha fundado en
el AMOR. Lo único que Jesús
nos pide es que hasta que des-
pertemos a esta verdad tengamos
fe que todo lo que nos pasa es
para evolucionar y disfrutar una
humanidad plena. Jesús nos lo
305
repite de mil maneras, la vida es
un precioso regalo, y todos somos
muy afortunados de haber encar-
nado en estos tiempos solidarios.
Jesús sólo quiere que lo escuchen
y que le permitan que encienda
Su antorcha de Luz eterna en
sus corazones de carne y vivan
según los dictados de sus corazo-
nes sagrados.
Jesús nos habla del amor no
como un sentimiento o emoción
que embriaga, sino como el SER
que es AMOR. Nuestra esencia,
nuestra existencia es una expe-
riencia del AMOR. El amor no
es sólo una emoción o puramen-
te una sensación de atracción o
306
afecto, esa es una parte mínima
de lo que es AMAR. La mejor
definición de AMOR es la certe-
za, el conocimiento, la existencia
del SER que es UNO con toda la
Creación. Percibir la unidad de
todo lo creado y sentirnos par-
te del TODO es lo que podemos
definir como AMOR. Otra forma
de explicar lo que es AMAR es
el vivir en estado de permanente
gratitud por estar vivo, y experi-
mentar la VIDA tal cual es.
Cuando vivimos enamorados
de la vida, disfrutamos de todo,
pues expresamos el amor por
todos y por toda forma de vida.
Una persona que vive conectada
307
con la FUENTE, con Su Crea-
dor, con DIOS, vive enamorado
de la vida. Y así cada día encon-
trará amor por doquier en todo
lo que sus ojos perciben, su co-
razón siente y todos sus senti-
dos disfrutan. Todo es abrazado
con amor, la luz y la oscuridad,
nuestras fortalezas y debilidades,
nuestras alegrías y nuestras triste-
zas. Todo es amado y aceptado
por la riqueza que todas ellas nos
obsequian para vivir nuestra hu-
manidad plenamente.
La dualidad nos hace vivir
experiencias agradables y des-
agradables. No existen expe-
riencias correctas o incorrectas,
308
es la mente la que juzga y seña-
la lo que sus creencias enjuician
como bueno o malo, sin embargo
nuestro SER reconoce que todas
las experiencias sin enjuiciarlas
son necesarias para evolucionar.
Cuando comprendemos que la
vida es un camino que nos con-
duce a una mayor aceptación de
lo que somos y hacia una mayor
compasión de lo que enfrenta-
mos, iremos evolucionando y co-
nociéndonos mejor para disfrutar
más y mejor de nuestra humani-
dad gracias al develar de nuestra
misteriosa divinidad.

309
En todo ser existe la dualidad,
el ser humano que es goberna-
do por el ego hasta que despier-
ta conciencia y el ser divino que
es siempre anhelante de descu-
brir la verdad que libera. El ego
no quiere que despertemos con-
ciencia, su naturaleza es resistirse
a la vida. El verdadero ser no es
como el ego que todo el tiempo
nos dice en la mente, yo quiero
esto o aquello, yo deseo esto o
aquello. El YO verdadero es au-
téntico y se satisface cada vez que
descubre en su interior su fortale-
za en sus talentos y habilidades
innatas. Estos impulsos sutiles
nacen del amor divino y siempre
310
nos conducen a un bien mayor.
Cuando nos desempeñamos des-
de el corazón sentimos una pro-
funda gratitud, paz, gozo y con-
tento. Estar alineados con nuestra
verdad nos da una sensación de
paz y bienestar que sólo le provo-
ca irradiar bondad por doquier.
La única y simple verdad de la
vida es que el AMOR es lo único
que nos mueve, impulsa, satisfa-
ce y será lo único que nos haga
sentir satisfechos y cumplien-
do nuestro aporte al TODO. Es
mucho más fácil todo en la vida
cuando actuamos impulsados por
el amor que cuando nos involu-

311
cramos con los deseos egoicos
que la mente nos ofrece.
La forma más directa y rápida
de evolucionar es invitar a más
personas a través de nuestro testi-
monio de vida a que se conecten
con la verdad de sus corazones.
En pocas palabras, el propósito
de despertar conciencias en este
mundo, sea la forma que sea es
ayudar a las personas a que re-
conozcan que el poder del amor
inspira a los demás a evolucionar
y vivir en armonía, paz y contento
y que nunca ha pretendido que
los humanos sufran ni se violen-
ten los unos a los otros.

312
Mientras más personas ayu-
den a sus hermanos dormidos a
despertar, más serán ayudados
desde otras dimensiones para
que se produzca la tan ansiada
ascensión planetaria.
En nombre de Jesús, les doy
las gracias por leer estas palabras
y les pido con mucho honor que
sean testimonios vivos del amor
de Jesús en sus hogares, familias,
centros de labores, distritos, ciu-
dades, países, continentes y todo
el planeta.
Jesús nos ofrece su ayuda per-
manente y está a nuestro servi-
cio siempre, su ofrecimiento es
313
omnipresente y omnisciente. Hoy
somos bendecidos pues hay un
mayor número de seres despier-
tos y esto está acelerando la evo-
lución de la especie.
Jesús quiere que nos liberemos
de las distorsiones de sus ense-
ñanzas. Lo que quiere es volver
a validar las sencillez de sus en-
señanzas que el AMOR permea
toda forma de vida. Lo importan-
te es que aceptes que el AMOR
es lo que sostiene, crea, recrea y
nutre toda la Creación.
Lo importante es que cada
uno de nosotros y toda la Crea-
ción es profundamente amada

314
y aceptada. Nunca estamos so-
los, todos vivimos conectados a
seres de otras dimensiones que
muy amorosamente nos están
guiando, cuidando y protegien-
do. Los seres de luz nos hablan
a través de la intuición, nos ayu-
dan a cultivar paciencia y mucha
amabilidad. Ellos nos activan
todas las cualidades espirituales
que vamos necesitando en esta
vida mientras vamos evolucio-
nando. Siempre nos conducen
a ser los mejores seres humanos
que podamos ser. Ser un buen
ser humano es ser simplemente
amoroso y pacífico.

315
Todos queremos amar y ser
amados, pero lamentablemen-
te hemos malinterpretado cómo
buscar o encontrar el amor. El
ego no cree en el amor, esa es
la distorsión, el peor engaño. La
peor mentira es que Dios es cruel
y castigador y que está pronto a
la ira por nuestro mal comporta-
miento, al creer en estos pensa-
mientos negativos les damos vida
y los manifestamos. Lo que quie-
re Jesús es que corrijamos esa
distorsión y que borremos de la
mente esos pensamientos errados
y negativos. Si escogemos amar
en vez de odiar, el resultado siem-
pre será bueno. Incluso retener
316
puede ser amoroso, si evitamos
darle a alguien algo que quiere
pero que le hará daño. La vida
siempre es generosa y sabia en
ese sentido. La vida siempre te
dará lo que necesitas no lo que
quieres.
La vida está hecha para cre-
cer, para evolucionar y para
aprender a amar más y mejor.
Siempre quiere que vayas ha-
cia el amor y te alejes de todo lo
negativo, tóxico y destructivo. Y
la vida es tan benevolente, que
cuando vas por el camino de la
negatividad, sufres. Tu mejor brú-
jula es el GOZO, haz lo que te
da alegría, no elijas el camino del
317
sufrimiento, ese es un error que lo
genera tu mente egoica. La ver-
dad nunca te ocasionará dolor,
sólo el engaño causa malestar y
sufrimiento. Cuando te crees las
mentiras de tu mente sufres. No
naciste para vivir en la mentira,
no hay satisfacción en la hipo-
cresía ni en la falsedad. Sólo hay
contento en el AMOR y la unidad.
La verdad es que todos SOMOS
UNO y todos SOMOS AMOR.
La verdad es que eres un SER
DIVINO, un SER ESPIRITUAL,
y eres ETERNO GOZO. Toda
la vida está yendo hacia mayor
amor, felicidad, bienestar, bon-
dad y plenitud. La vida es tan
318
benevolente que sólo te permite
experimentar la dualidad hasta
que es innecesaria. Todos hemos
sido llamados para servir al amor
y regresaremos a otras dimensio-
nes después de superar las expe-
riencias en la dualidad.
Jesús quiere decirte que has
nacido para que conozcas la Ver-
dad que libera y aprendas a vivir
ya en esta vida en paz y amor.
Cuando lo aprendamos bien, ya
no será necesario regresar a este
difícil nivel de existencia. Muchos
ya están listos para ascender. Je-
sús no quiere que suframos ni
siquiera aquí en la Tierra, pero
también nos dice que estemos
319
seguros que cuando vayamos a
otras dimensiones el sufrimiento
no será jamás necesario.
Jesús nos dice que podemos
crear nuestra realidad, amando,
jugando, gozando, bailando,
cantando, en fin siendo felices y
agradecidos.
Jesús vive en cada corazón,
sólo nos pide que escuchemos
a nuestros corazones y haga-
mos todo lo que nos hace gozar
de más amor, alegría, conten-
to, paz y bienestar. Jesús quie-
re vernos felices compartiendo
como hermanos que somos, con

320
amabilidad, respeto, honra, com-
pasión, dignidad y armonía.
Jesús quiere liberarnos de las
trampas del ego y de los sistemas
de creencias erróneos. La mente
es alocada y dictamina en ti de-
seos egoicos, quiere que compi-
tas, que ganes, que manipules,
que sometas, pero el ser divino en
ti no habla no tiene voz es silen-
cioso, sólo lo percibes a través de
la intuición. La intuición no tiene
la voz alta como la mente, por eso
tienes que aquietar la mente para
dejar que la intuición aflore con
la llegada de la luz divina cuando
meditas y oras en silencio.

321
La maravillosa verdad que Je-
sús quiere decirte es que el desper-
tar se da en ti, cuando ya no usas
la mente y sus pensamientos ne-
gativos porque te das cuenta que
sólo eran trampas de tu ego. Lo
grande es que no tienes que pre-
ocuparte de los pensamientos por-
que no eres culpable de ellos, y no
tienes que empeñarte en contro-
larlos. Lo importante es que seas
consciente que existen, que siem-
pre van a querer perturbar tu paz,
pero si dejas de controlarlos y te
aquietas te darás cuenta que son
una ilusión y que puedes elegir ol-
vidarlos para siempre. Si les pres-
tas atención le das importancia
322
a tu ego o falso yo, pero si los
ignoras, los trasciendes y puedes
ir al estado de la no mente don-
de ya el juicio es innecesario y
te alineas con la sabiduría de tu
corazón donde gozarás de paz y
plenitud humana percibiendo tu
verdadera naturaleza divina.
Jesús quiere que rompas con
el apego a tus pensamientos y a
todo lo que te ata a tu materiali-
dad. Cuando aprendes a volverte
un observador de la vida, dejas
de ser el adicto a tu mente y sus
ilusiones de separación y sufri-
miento. Jesús está aquí para ayu-
darte a que evoluciones y rompas
la esclavitud de tu mente.
323
El te invita a que despiertes y
que trasciendas la mente y alcan-
ces el estado unificado de la NO
MENTE.
Jesús nos pide que oremos
para que nos libere del apego
a los pensamientos negativos y
los deseos egoicos. Una vez que
descubres tu YO verdadero y te
alejas de tu YO falso y sus creen-
cias y expectativas es mucho más
fácil vivir desde la sabiduría del
corazón que no necesita explica-
ciones y ama todo lo que la vida
le ofrece cada día y en todas sus
manifestaciones.

324
TODOS SOMOS LO QUE
VAMOS EXPERIMENTANDO
EN EL AHORA.
Las personas dormidas creen
que están separadas, tienen pro-
blemas, no aceptan la vida tal
como es, ansían algo distinto a lo
que están viviendo. Esto no quie-
ra decir que no tengamos sueños,
sino que aprendamos a disfrutar
el camino mientras alcanzamos la
vida que soñamos.
Jesús quiere que disfrutemos
de nuestra auténtica naturaleza
divina, que es real, armoniosa,
estable, perfecta en su imperfec-
tabilidad, supremamente feliz,
325
pacífica y vive enamorada de to-
das las formas y manifestaciones
de vida.
Nuestro ser en su naturaleza
divina se regocija siempre en el
milagro y bondad de la vida. No
existe ser humano que no sepa
lo que se siente ser feliz, lo im-
portante es que aunque sean
chispazos de felicidad los que se
experimentan, nuestra naturaleza
divina permea toda experiencia y
esa es nuestra auténtica vida que
es eterna y plenamente gozosa
en esta y toda otra dimensión
posible.

326
JESÚS NOS AMA Y ESTÁ
ACOMPAÑÁNDONOS EN
NUESTRO CAMINO DE DES-
PERTAR Y ASCENSIÓN. PIDAN
SU AYUDA, ESTÁ PRONTO A
ALIVIAR SUS CARGAS.

327
Yo soy Sanando
las heridas de desamor,
Yo soy Amor en acción
Yo soy Paz irradiando
Yo soy Gozo alegrando
Yo soy Luz iluminando
Yo soy Compasión perdonando
Yo soy Misericordia
transmutando
Yo soy Perdón liberando
Yo soy Gloria edificando
Yo soy Fortaleza sosteniendo
Yo soy Gracia concediendo
Yo soy Templanza conteniendo
Yo soy Sabiduría discerniendo
Yo soy Consejo orientando
Yo soy Coraje actuando
328
Yo soy Emprendimiento
haciendo
Yo soy Perseverancia insistiendo
Yo soy Determinación realizando

La santidad en mí lo puede todo


Despierto en mi Cristo Interior
Cumpliendo mi Misión Sagrada
Vivo anclado a la Fuente
Y desvanece toda oscuridad
Yo soy Hijo de la Luz
Hombre nuevo soy
En Espíritu y Verdad
Cristo en mí
Es Antorcha de Luz Eterna
Así es y será
Hecho está
329
Índice

Prólogo..................................... 7
Regresando
a la Inocencia.......................... 34
El niño divino.......................... 61
La infancia.............................. 84
La adolescencia, en búsqueda
de la identidad olvidada........ 133
La adultez, tiempos de solidez
moral y autenticidad.............. 184
La madurez,
la edad de la sabiduría.......... 217
La maestría de la vida:
ser felices............................... 289
Epílogo.................................. 301
OFICINA PRINCIPA L
Jr. Los Pelitres 1784 Urb. San Hilarión
Lima 36 - Perú
Telf: (0511) 459-8363
Fax: (0511) 458-4590
ventas@minibooks.com.pe
Para mayor información
sobre nuestros títulos
y centros de distribución en
Latinoamérica, EE.UU. y Europa
VISÍTENOS EN NUESTRA PÁGINA WEB

www.minibooks.com.pe
Primera Edición
Junio 2018
Impreso en el Perú
Printed in Peru
Copyright ©

ISBN 978-612-303-235-7
Derechos Reservados
EDITOR RESPONSABLE
Pedro Alberto Briceño Polo
Editado por
Los Libros más Pequeños
del Mundo EIRL
Jr. Los Pelitres 1784
Urb. San Hilarión, Lima - Perú
Tiraje: 1000 unidades
Este libro fue impreso por
Talleres Gráficos
Arteaga S.A.
Jr. Azángaro 600,
Lima - Perú
Junio 2018
Diseño y Diagramación
Carolina Carrillo Román
Hecho el Depósito Legal
en la Biblioteca
Nacional del Perú
Nº 2018-08439
336

Вам также может понравиться