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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE VILLAHERMOSA

ANÁLISIS SÍSMICO Y EÓLICO

UNIDAD 1
CONCEPTOS FUNDAMENTALES EN SISMOLOGÍA

CATEDRÁTICO:
NÉSTOR CRUZ GÓMEZ

ALUMNO:
LEONARDO VELÁZQUEZ MÉNDEZ.

Febrero 2018. Villahermosa, Tabasco


1.1 Sismología e ingeniería sísmica

Los sismos, terremotos o temblores de tierra, son vibraciones de la corteza terrestre, generadas por
distintos fenómenos, como la actividad volcánica, la caída de techos de cavernas subterráneas y hasta
por explosiones. Es esta vibración de la corteza la que pone en peligro las edificaciones que sobre ella
se desplantan, al ser éstas solicitadas por el movimiento de su base. Por los movimientos vibratorios
de las masas de los edificios, se generan fuerzas de inercia que indicen esfuerzos importantes en los
elementos de la estructura y que pueden conducirla a la falla.

Además de la vibración, hay otros efectos sísmicos que pueden afectar a las estructuras,
principalmente los relacionados con fallas del terreno, como son los fenómenos de licuación, de
deslizamiento de laderas y de aberturas de grietas en el suelo.

La energía liberada por un sismo se propaga desde la zona de ruptura, mediante diversos tipos de
ondas que hacen vibrar la corteza terrestre. Se identifican ondas de cuerpo que viajan a grandes
distancias a través de roca y ondas superficiales que se deben a reflexiones y refracciones de las
ondas de cuerpo, cuando estas llegan a la superficie o una interfase entre estratos. Las ondas se
dividen en P, también llamadas principales o de dilatación, y ondas S, secundarias o de cortante. En
las ondas P las partículas de la corteza experimentan un movimiento paralelo a la dirección de la
propagación. En las ondas S las partículas se mueven transversalmente a la dirección de propagación.
1.2 Origen de los sismos
Como ya habíamos mencionado antes, un temblor puede definirse como una vibración de la tierra que
puede ser producida por diferentes causas, como el colapso del techo de cavernas o minas, el choque
de objetos pesados contra la superficie, erupciones volcánicas, acomodamientos de la corteza
terrestre, lo que se conoce como tectonismo, algunas explosiones, deslizamientos de montañas y
otras. Los sismos más importantes desde el punto de vista ingenieril, por la intensidad que pueden
alcanzar y los problemas que provocan, son los de origen tectónico.

El hombre ha tratado de buscar siempre una explicación de la ocurrencia de los sismos, proponiendo
diversos mecanismos de generación. En tiempo de los romanos se pensaba que había una serie de
cuevas subterráneas donde soplaban vientos de gran intensidad y que había también muchos ríos
enterrados que arrastraban torrencialmente sus aguas, lo que producía los temblores al escapar
violentamente los vientos o al colapsar los techos de las cuevas. En épocas recientes se ha pensado
que se deben al cambio de la fase de las rocas al ser sometidas a grandes temperaturas y presiones
en el interior de la tierra.

1.2.1 Tectónica de placas

La teoría más aceptada a partir de los años 60 es que los temblores de origen tectónico se deben al
acomodamiento de las grandes placas en que se encuentra dividida la corteza terrestre, al haber
movimientos relativos entre ellas.
Esta teoría, conocida como teoría de tectónica de placas o de la deriva continental, fue propuesta a
principios del siglo por el meteorólogo Alfred Wegener, quien aporto una serie de datos para reforzarla,
pero debido a algunas incongruencias en su razonamiento, no fue tomado en serio. Se necesitó que
pasaran muchos años, en los que se hicieron estudios geológicos de los fondos marinos y mediciones
desde satélites de la distancia entre los continentes, para que empezara a tomar fuerza nuevamente
la teoría, como explicación del origen de los temblores. De acuerdo con la deriva continental, los
actuales continentes formaron hace unos doscientos millones de años un solo continente llamado
Pangea, que por alguna causa se fracturo empezando a moverse las partes en distintas direcciones
con una velocidad promedio de 1 cm a 10 cm por año, hasta llegar a su posición actual.

La siguiente figura muestra dos etapas de este proceso, a la izquierda se muestra Panga y a la
derecha, varios millones de años después. Lo que se llamó Laurasia y Gondwana.
En esta otra figura se muestra la posición actual de las distintas placas que constituyen la placa
terrestre, indicando los movimientos relativos entre ellas, al estar flotando sobre el material que las
subyace.

PRINCIPALES PLACAS TECTÓNICAS

Placa del Pacífico – Con aproximadamente 70 millones de kilómetros cuadrados, es el más grande de
la placa oceánica y cubre la mayor parte del Océano Pacífico. Se renueva en sus bordes, donde hay
separación de las placas circundantes y la expansión del fondo marino.

Placa de Nazca– Cuenta con 10 millones de kilómetros cuadrados en su extensión y está situado en
el Océano Pacífico oriental, que es 10 cm. más corto cada año al chocar con la placa Sudamericana.
El choque entre estas dos placas formaría los Andes.

Placa Sudamericana– Se trata de una placa continental que tiene 32 millones de kilómetros cuadrados.
El territorio brasileño se encuentra en el centro de la misma, donde el espesor es de 200 km., por lo
que este país se ve afectado por los terremotos y volcanes.
Placa Norteamericana – dispone de 70 millones de kilómetros cuadrados, y abarca América del Norte,
América Central y Groenlandia, así como una parte del Océano Atlántico. El desplazamiento horizontal
en relación a la Placa del Pacífico desencadena terremotos, principalmente en California.

Placa Africana – Con 65 millones de kilómetros cuadrados, esta placa cubre todo el continente
africano. Su colisión con la Placa Euroasiática desencadenó el Mar Mediterráneo y el Valle del Rift. La
Placa Sudamericana y la Placa Africana forman una zona de divergencia, es decir, se están alejando
unas de otras, según el monitoreo llevado a cabo por los satélites, su distancia de separación se
incrementa en 3 cm. Al año.

Placa Antártica – consiste en una placa continental con 25 millones de kilómetros cuadrados. La parte
oriental de la placa tiene 200 millones de años y recorre la Australia, África y la India. Esta placa chocó
con al menos cinco pequeñas placas que forman el lado oeste.

Placa Indo-Australiana – La placa está formada por India y Australia. Sus 45 millones de kilómetros
cuadrados conforman la India, Australia, Nueva Zelanda y parte del Océano Índico. La placa compone
una zona de convergencia con Filipinas, un hecho que favorece el surgimiento de las islas.

Placa Euroasiática oeste – es un bloque que tiene 60 millones de kilómetros cuadrados. Corresponde
al continente de Europa y el extremo oeste de Asia.

Placa Euroasiática este – alberga el continente asiático. Su longitud es de 40 millones de kilómetros


cuadrados. Esta placa forma una zona de convergencia con las placas de Filipinas y el Pacífico. Es
una de las regiones con mayor ocurrencia de terremotos y volcanes en el planeta.

Placa Filipina – es una placa oceánica, situada en el Océano Pacífico. Su superficie es de 7 millones
de kilómetros cuadrados. En ella se dan casi la mitad de los volcanes activos en la Tierra. Forma un
área de convergencia con la Placa Euroasiática.

1.2.2 Vulcanismo

El vulcanismo de superficie o continental es mucho menos importante que el submarino en cuanto a


volumen de magma expulsado, pero se conoce mucho mejor porque es visible y afecta directamente
al ser humano. Se sabe desde hace mucho tiempo que la actividad volcánica oscila desde las
explosiones violentas hasta la suave extrusión de magma, que pasa a llamarse lava cuando cae en la
superficie terrestre.
Volcanes de fisura

El vulcanismo de fisura se asocia con dorsales oceánicas, pero también ocurre en tierra, y en algunos
casos con resultados espectaculares. Estos volcanes emiten enormes volúmenes de material muy
fluido que se extiende sobre grandes superficies; las erupciones sucesivas se superponen hasta
formar grandes llanuras o mesetas. Actualmente los volcanes de fisura mejor conocidos son
probablemente los de Islandia, que se encuentra en la dorsal Medio atlántica. Pero este vulcanismo,
cuando ocurre en tierra, se asocia sobre todo con el pasado, con las grandes llanuras que se
encuentran en casi todos los continentes. Estos basaltos de meseta o de avalancha o ignimbritas han
formado, entre otras, la meseta del Decán en la región central occidental de la India; la cuenca del
Paraná al sur de Brasil, Argentina y Uruguay; la meseta de Columbia en el noroeste de Estados Unidos;
la llanura de Drakensberg en Suráfrica; y la meseta central de la isla del Norte de Nueva Zelanda.

Volcanes Centrales

La mayor parte de la actividad volcánica de superficie no se asocia con fisuras, sino con chimeneas
más o menos circulares o con grupos de chimeneas que se abren en la corteza terrestre. Estas
chimeneas dan lugar a volcanes centrales de los que hay dos tipos básicos. El volcán cónico de
pendientes acusadas que ya se ha descrito se construye a veces totalmente a partir de material sólido
o tefra, cuyo tamaño va desde las cenizas y el Lapilli hasta piedras y grandes rocas. La tefra se expulsa
de manera explosiva en una erupción o en una serie de erupciones y cae de nuevo a tierra en la
proximidad inmediata del cráter, la abertura externa de la chimenea. Un ejemplo conocido de esta
clase de volcán es el Paricutín, en México, que entró en erupción en un campo cultivado el 20 de
febrero de 1943 y en seis días formó un cono de cenizas de 140 m de altura; al terminar el año se
había alzado hasta más de 336 metros. Pero muy pocos volcanes cónicos expulsan sólo tefra en todas
las erupciones y forman conos de cenizas. Es probable que en algunos episodios expulsen lava, y en
tal caso el edificio volcánico estará formado por capas alternas de tefra y lava. Estos volcanes se
llaman compuestos o estratovolcanes y a este tipo pertenecen casi todos los mayores y más conocidos
del mundo: Stromboli y Vesubio en Italia; Popocatépetl en México; Cotopaxi en Ecuador; y Kilimanjaro
en Tanzania, además del Fuji Yama y el Mayon, ya citados. Aunque casi todos los volcanes cónicos y
casi cilíndricos suelen tener una sola chimenea central, esto no impide la expulsión de material
volcánico por chimeneas secundarias, a veces temporales, que se abren en la ladera.
Volcán Escudo

El otro tipo importante de volcán central es el volcán escudo. Se trata de una estructura muy grande,
de varias decenas de kilómetros de diámetro, de pendientes suaves, en general de menos de 12º de
inclinación. Suele ser el producto de cientos de coladas de lava basáltica muy fluida. Con frecuencia
tienen estos volcanes varias chimeneas, así como fisuras en los lados. Esta condición se cumple de
manera especial en los mayores ejemplares de este tipo, en particular en los de las islas Hawaii, en el
Pacífico norte. Estas islas son un complejo de volcanes escudo que se alzan desde el fondo oceánico;
Mauna Loa, en la isla de Hawaii, es uno de los más recientes. Se tiene por la montaña más voluminosa
de la Tierra, pues se alza más de 10.000 m sobre el fondo marino. El Etna, en Sicilia, es también un
volcán escudo.

Volcanes de Superficie y Tectónica de Placas

Los volcanes de superficie suelen asociarse con los límites destructivos que forman las placas
tectónicas en los bordes por los que se acercan. Cuando dos placas convergen, el borde de una se
hunde por debajo de la otra y avanza hacia el manto, la capa semisólida situada por debajo de la
litosfera. Esto provoca un movimiento de subducción o reincorporación al manto de las rocas de la
litosfera. En ocasiones los bordes convergentes de las placas están formados ambos por litosfera
oceánica, pero la situación más común es que una esté formada por litosfera oceánica y la otra por
corteza continental. Como ésta es más gruesa y menos densa, es la litosfera oceánica la que
experimenta subducción. Cuando la corteza oceánica se funde como resultado de la subducción, el
magma formado asciende a lo largo del plano de subducción y brota en forma de erupción en la corteza
terrestre, por lo general en el lado de tierra del límite destructivo, normalmente marcado por fosas
oceánicas. Cuando el magma emite sobre la tierra da lugar a largas cadenas montañosas, entre las
que destacan los Andes de América del Sur y la cordillera de América del Norte, que comprende las
montañas Rocosas y la cordillera de las Cascadas. Cuando las erupciones de subducción se producen
en el mar, se forman largas cadenas de islas volcánicas dispuestas en forma de arco, como Japón o
Filipinas.

Casi todas las zonas de subducción de la Tierra se encuentran alrededor del océano Pacífico, al igual
que más de las tres cuartas partes de todos los volcanes de superficie, activos, durmientes o
extinguidos. Forman una franja conocida como cinturón de fuego en el que también son comunes los
terremotos. Este cinturón se extiende a lo largo de los Andes, la cordillera de América del Norte, las
islas Aleutianas, la península de Kamchatka al este de Siberia, las islas Kuriles, Japón, Filipinas,
Sulawesi, Nueva Guinea, las islas Salomón, Nueva Caledonia y Nueva Zelanda.
1.3 Escalas Sísmicas
La magnitud de un sismo es una medida de la energía sísmica liberada durante el proceso de ruptura
de una falla. Existen muchas formas diversas de medir la energía. Cada una de estas formas es una
adaptación a los instrumentos existentes con los que se registran las ondas sísmicas. Es por ello que
existen muchos tipos de magnitudes; mb, MS, MW, etc. La mayoría de estas magnitudes tienen validez
únicamente para un pequeño rango de magnitudes. Solo la magnitud MW, la medida del momento
sísmico (Mo) es la que tiene validez para cualquier rango de magnitudes.

Es importante aclarar que la magnitud de un sismo y la intensidad con que se sintió el sismo son dos
cosas diferentes y se está midiendo dos fenómenos distintos que generalmente se confunden.

La magnitud mide la energía liberada por un sismo y por lo tanto es un parámetro intrínseco del sismo,
esto es, la magnitud de un sismo es la misma sin importar donde se realice la medida. La intensidad,
por otro lado, estima los efectos de un sismo sobre las construcciones humanas, depende mucho de
la distancia al foco del sismo; de las condiciones del suelo; de las condiciones de los edificios; de la
perceptibilidad de la gente; de la profundidad del foco; y poco de la energía sísmica.

Por lo tanto, la intensidad sirve al propósito de estimar los daños ocasionados por un sismo y la
magnitud para caracterizar el sismo.

1.3.1 Escala de Ritcher

Escala de Richter. La escala sismológica de Richter o escala de magnitud local (ML), es una escala
logarítmica arbitraria que asigna un número para cuantificar la energía liberada en un terremoto,
denominada así en honor del sismólogo estadounidense Charles Richter (1900-1985).

Richter desarrolló su escala en la década de 1930. Calculó que la magnitud de un terremoto o sismo
puede ser medida conociendo el tiempo transcurrido entre la aparición de las ondas P y las ondas S,
y la amplitud de éstas. Las primeras hacen vibrar el medio en la misma dirección que la del
desplazamiento de la onda, son ondas de compresión -y dilatación-. De velocidad de propagación muy
rápida -de 5 a 11 km/s-, aparecen las primeras en un sismograma. A continuación llegan las ondas S,
ondas de cizalla, que hacen vibrar el medio en sentido perpendicular a la dirección de su
desplazamiento donde A es la amplitud de las ondas S en milímetros, medida directamente en el
sismograma, y Δt el tiempo en segundos desde el inicio de las ondas P al de las ondas S, asignando
una magnitud arbitraria pero constante a terremotos que liberan la misma cantidad de energía. El uso
del logaritmo en la escala es para reflejar la energía que se desprende en un terremoto. El logaritmo
incorporado a la escala hace que los valores asignados a cada nivel aumenten de forma exponencial,
y no de forma lineal.

La escala de Richter es la escala utilizada para evaluar y comparar la intensidad de los sismos. Esta
escala mide la energía del terremoto en el hipocentro o foco y sigue una escala de intensidades que
aumenta exponencialmente de un valor al siguiente. Aunque la escala de Richter no tiene límite
superior, hasta hoy ningún sismo ha superado 9.6 de magnitud. Ésta es una escala logarítmica: La
magnitud de un sismo aumenta 10 veces de un grado al siguiente. Por ejemplo, un temblor de grado
5 es 10 veces más intenso que uno de grado 4 y un temblor de grado 8 no es el doble de intenso que
uno de grado 4, sino 10000 más fuerte.

Esta escala está comprendida entre el grado 1,5 hasta el grado 12. Realmente, hasta que no llega al
grado 2 no se suele hablar de terremotos, ya que son microterremotos que no son percibidos por los
seres humanos. Diariamente se registran hasta unos 8000 movimientos. A partir del grado 4 se
consideran terremotos, pequeños, que se suelen grabar en el sismógrafo pero no se perciben y muy
raramente han producido daños. Una magnitud 4 no es el doble de 2, sino que 100 veces mayor.

Los mayores daños pueden producirse a partir del grado 4. A partir del grado 5, el terremoto se
considera moderado y de este tipo se producen unos 800 cada año. Este tipo de terremoto suele
causar destrozos en edificios mal construidos y algún daño aislado en las grandes construcciones. El
grado 6 es considerado como fuerte y puede provocar destrucción en un área de diámetro de 160
kilómetros. Para comprender la gravedad de este grado, basta con recordar el terremoto de Italia de
escala 6,9, que causó 294 muertos mientras que 50.000 personas perdieron sus casas. Una magnitud
4 no es el doble de 2, sino que 100 veces mayor.
1.3.2 Escala modificada de Mercalli
La escala de Mercalli toma su nombre del físico italiano Giuseppe Mercalli, quien la desarrolló en el
siglo XIX. La escala de Mercalli se utiliza para evaluar y comparar la intensidad de los sismos o
terremotos. Va desde I a XII, y describe y puntúa los terremotos más en términos de reacciones y
observaciones humanas que en términos matemáticos, como hace la escala de Richter, que mide la
energía del sismo en su epicentro y se basa en una escala exponencial. La escala de Mercalli es más
subjetiva, porque la intensidad aparente de un terremoto depende de la distancia al epicentro a la que
se encuentra el observador. La escala de Mercalli Modificada es la que se usa en los Estados Unidos
y en otros muchos países. La modificación fue realizada en 1931 por Wood y Neumann. Cuando se
utiliza esta escala, se habla de grados de intensidad.
ESCALA MODIFICADA DE MERCALLI
I No se advierte sino por unas pocas personas y en condiciones de perceptibilidad especialmente
favorables.
II Se percibe sólo por algunas personas en reposo, particularmente las ubicadas en los pisos
superiores de los edificios.
III Se percibe en los interiores de los edificios y casas. Sin embargo, muchas personas no distinguen
claramente que la naturaleza del fenómeno es sísmica, por su semejanza con la vibración producida
por el paso de un vehículo liviano. Es posible estimar la duración del sismo.
IV Los objetos colgantes oscilan visiblemente. Muchas personas lo notan en el interior de los edificios
aún durante el día. En el exterior, la percepción no es tan general. Se dejan oír las vibraciones de la
vajilla, puertas y ventanas. Se sienten crujir algunos tabiques de madera. La sensación percibida es
semejante a la que produciría el paso de un vehículo pesado. Los automóviles detenidos se mecen.
V La mayoría de las personas lo percibe aún en el exterior. En los interiores, durante la noche, muchas
despiertan. Los líquidos oscilan dentro de sus recipientes y aún pueden derramarse. Los objetos
inestables se mueven o se vuelcan. Los péndulos de los relojes alteran su ritmo o se detienen. Es
posible estimar la dirección principal del movimiento sísmico.
VI Lo perciben todas las personas. Se atemorizan y huyen hacia el exterior. Se siente inseguridad para
caminar. Se quiebran los vidrios de las ventanas, la vajilla y los objetos frágiles. Los juguetes, libros y
otros objetos caen de los armarios. Los cuadros suspendidos de las murallas caen. Los muebles se
desplazan o se vuelcan. Se producen grietas en algunos estucos. Se hace visible el movimiento de los
árboles, o bien, se les oye crujir. Se siente el tañido de las campanas pequeñas de iglesias y escuelas.
VII Los objetos colgantes se estremecen. Se experimenta dificultad para mantenerse en pie. El
fenómeno es percibido por los conductores de automóviles en marcha. Se producen daños de
consideración en estructuras de albañilería mal construidas o mal proyectadas. Sufren daños menores
(grietas) las estructuras corrientes de albañilería bien construidas. Se dañan los muebles. Caen trozos
de estucos, ladrillos, parapetos, cornisas y diversos elementos arquitectónicos. Las chimeneas débiles
se quiebran al nivel de la techumbre. Se producen ondas en los lagos; el agua se enturbia. Los
terraplenes y taludes de arena o grava experimentan pequeños deslizamientos o hundimientos. Se
dañan los canales de hormigón para regadío. Tañen todas las campanas.
VIII Se hace difícil e inseguro el manejo de vehículos. Se producen daños de consideración y aún el
derrumbe parcial en estructuras de albañilería bien construidas. En estructuras de albañilería bien
proyectadas y construidas sólo se producen daños leves. Caen murallas de albañilería. Caen
chimeneas en casa e industrias; caen igualmente monumentos, columnas, torres y estanques
elevados. Las casas de madera se desplazan y aún se salen totalmente de sus bases. Los tabiques
se desprenden. Se quiebran las ramas de los árboles. Se producen cambios en las corrientes de agua
y en la temperatura de vertientes y pozos. Aparecen grietas en el suelo húmedo, especialmente en la
superficie de las pendientes escarpadas.
IX Se produce pánico general. Las estructuras de albañilería mal proyectadas o mal construidas se
destruyen. Las estructuras de albañilería bien construidas se dañan y a veces se derrumban
totalmente. Las estructuras de albañilería bien proyectadas y bien construidas se dañan seriamente.
Los cimientos se dañan. Las estructuras de madera son removidas de sus cimientos. Sufren daños
considerables los depósitos de agua, gas, etc. Se quiebran las tuberías (cañerías) subterráneas.
Aparecen grietas aún en suelos secos. En las regiones aluviales, pequeñas cantidades de lodo y arena
son expelidas del suelo.
X Se destruye gran parte de las estructuras de albañilería de toda especie. Se destruyen los cimientos
de las estructuras de madera. Algunas estructuras de madera bien construidas, incluso puentes, se
destruyen. Se producen daños en represas, diques y malecones. Se producen grandes
desplazamientos del terreno en los taludes. El agua de canales, ríos, lagos, etc. sale proyectada a las
riberas. Cantidades apreciables de lodo y arena se desplazan horizontalmente sobre las playas y
terrenos planos. Los rieles de las vías férreas quedan ligeramente deformados.
XI Muy pocas estructuras de albañilerías quedan en pie. Los rieles de las vías férreas quedan
fuertemente deformados. Las tuberías (cañerías subterráneas) quedan totalmente fuera de servicio.
XII El daño es casi total. Se desplazan grandes masas de roca. Los objetos saltan al aire. Los niveles
y perspectivas quedan distorsionados.

1.4 Aparatos de medición sísmica


Entre los aparatos para medir los sismos se encuentran los sismógrafos, que se usan principalmente
para determinar los epicentros y mecanismos focales. Para fines de ingeniería los más importantes
son los acelerógrafos que proporcionan la variación de aceleraciones con el tiempo en el lugar donde
están colocados. El número y la calidad de estos aparatos ha aumentado extraordinariamente en los
años recientes y ha permitido grandes avances en el conocimiento de las características de la
excitación sísmica inducida en las construcciones. Los mismos aparatos colocados en los edificios
permiten determinar la respuesta de éstos a la acción sísmica.
Los acelerógrafos contienen sensores dispuestos de manera de registrar la aceleración del terreno en
tres direcciones ortogonales (dos horizontales y una vertical) la siguiente figura muestra un ejemplo de
lectura.
1.5 Regionalización Sísmica de la República Mexicana
Hay dos zonas sísmicas principales en el mundo donde s es más frecuente la actividad sísmica: El
cinturón Circunpacífico y el cinturón Alpino.

Buena parte de nuestro país está dentro del cinturón Circunpacífico, por lo que frecuentemente es
sacudido por fuertes sismos. Los principales sismos en México son causados por la subducción de la
Placa de Cocos por debajo de la Placa Americana, frente a las costas de los estados de Chiapas,
Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima y Jalisco. Se tienen también problemas sísmicos causados
por la falla de San Andrés en Baja California y Norte de Sonora, así como también a lo largo del eje
neovolcánico de lado a lado en su parte central.
Los sismos más importantes en nuestro país se muestran en la siguiente tabla.

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