Inglaterra se hallaba bajo el poder de la Dinastía Tudor –desde 1485-, un
régimen absolutista. A pesar de que el Parlamento permanecía intacto desde el S.XIII, sólo se reunía cuando el rey lo disponía. En esta época se produce un gran desarrollo del capitalismo comercial – gran acumulación de riquezas a través del comercio marítimo, incluso ilegal-, lo que afianzó su dominio naval y produjo que la nobleza invirtiera en actividad mercantil. Se crean Compañías Comerciales que invierten para la colonización, aportando siempre el quinto real –Plymouth, Londres, Massachusetts, Mayflower-, integradas por sirvientes escriturados, personas que deciden trasladarse a América del Norte mediante un trato con la compañía; se comprometen a trabajar hasta ganar su libertad. Aquí se observa la presencia de muchos convictos y desempleados, además de un notorio aumento demográfico en las islas británicas. Se establece el anglicanismo como religión oficial, lo cual causó división en las masas. Impuesto por el Tudor, Enrique VIII, implicaba que los bienes de la Iglesia pasaran a poder estatal. El jefe de la Iglesia es el rey y el dogma es de carácter calvinista; permanece la jerarquía eclesiástica cátolica, pero no se reconoce al Papa. Prevalecerá en las Colonias del Sur, donde la Corona más se vinculaba. No existía una intencionalidad de expandir este dogma, a diferencia de la Colonización Española; los motivos eran mercantiles. Surgieron y predominaron los puritanos en las Colonias del Norte o “Nueva Inglaterra”; calvinistas y luteranos que querían purificar a la Iglesia Protestante de todo resabio del catolicismo. Para los protestantes la Iglesia equivalía a comunidad de fieles, sin jerarquía alguna, profesando el sacerdocio universal –algo impensable para el catolicismo-. El anglicanismo no podía ser aceptado porque mantenía la jerarquía eclesiástica católica. Los puritanos se dividían en presbiterianos (pastores, que ocupaban cargos políticos y podían negociar con la Corona) e independientes (más radicales en sus principios, en conflicto con la Corona). Su objetivo en el Norte no era evangelizar, sino profesar la fe. Se establecen colonias en las Antillas Menores (Guadalupe, Martinica y Barbados).
S.XVII
Ocurre una transferencia de poder a los Estuardos (1603-1714), con el
ascenso de Jacobo I. No se logra continuar con el régimen absolutista, ocurriendo dos movimientos revolucionarios; 1. 1648 – Instalación de la República, bajo un régimen dictatorial de Oliver Cromwell. El rey Carlos I es ejecutado en 1649. 2. 1688 – Revolución Gloriosa. Se produce la instalación de una Monarquía Parlamentaria –en donde el Parlamento tiene voz y voto-, tras un enfrentamiento entre los monárquicos y la burguesía opositora. Se otorga poder condicionado a María Estuarda, a cambio de la aceptación de la Declaración de Derechos de 1689. El peso de la burguesía desde aquí favorece al desarrollo del capitalismo comercial y dio paso a la colonización. Comienzan las expediciones; Inglaterra, producto de sus guerras dinásticas, parte más tarde que España y Portugal. Inglaterra no halló riquezas en Ámerica del Norte. El colono llegaba para asentarse y no ocurrió mestizaje. El indígena fue exterminado, desplazado o huyó. El territorio era muy angosto, separado del oeste por los Montes Apalaches. Se establecen progresivamente 13 Colonias, según su ubicación geográfica, donde no existió uniformidad política. Cada colonia tenía un gobierno distinto según la procedencia particular de cada una: 1. Norte. También llamado “Nueva Inglaterra”, predominaban los puritanos y se dedicaban a la caza, el tráfico de pieles, la pesca y el comercio. Su gobierno se basaba en el Sistema de Cartas, un modo “más democrático”. Su población era de un 36,8. 2. Centro. Gobierno basado en el Sistema de Propietarios, donde se concedían ciertos territorios a particulares que explotaban a usufructo. La llegada de comerciantes extranjeros la convertía en la zona más cosmopolita y desde allí se llevará a cabo la emancipación. Su población era de un 21,2. 3. Sur. Zona de mayor interés por parte de la Corona, bajo el Sistema Provincial o Real, debido a su producción agrícola: se producía tabaco, algodón y azúcar (traído de Barbados). Se definía por un sistema productivo tripartito con base en la Esclavitud, el Latifundio (grandes extensiones) y el Monocultivo. África desde aquí pasará a ser proveedor de mano de obra barata; la población de “negros” (término portugués) no pasaba del 4 hasta la Independencia. Su población era del 42. En todas existían Gobernador, Asamblea y Consejo, que no estaban unidos entre sí. Inglaterra, a diferencia de España, no deseaba un gobierno uniforme, pues su interés era comercial. La Asamblea era considerada una “Réplica del Parlamento”; una institución político-administrativa integrada por colonos propietarios que votaban leyes y aprobaban impuestos, a diferencia de las Colonias Hispanoamericanas, en donde los colonos no participaban, excepto en el Cabildo. Las formas de gobierno de cada región difería en la representatividad: 1. Norte. Bajo el Sistema de Cartas, los colonos eligen al Gobernador y participan en la Asamblea y en el Consejo. 2. Centro. Bajo el Sistema de Propietarios, estos mismos se declaraban Gobernador o mismo se encargan de elegirlo. Estos eran beneficiados por la Corona. 3. Sur. Su gran vinculación con la Corona producía que esta, en común acuerdo con la aristocracia, designara al Gobernador y a la integración del Consejo.
S.XVIII
En 1714 asume en Inglaterra, Jorge III, iniciando la Dinastía Hannover.
Los problemas para financiar la Guerra de los Siete Años (1756-1763) llevaron a la imposición de impuestos y al fin de la negligencia. Hasta ese momento existía una “Saludable Negligencia”; se le otorgaba a las colonias autonomía política, ya que votaban leyes e impuestos en sus Asambleas y flexibilidad comercial, en donde Inglaterra solo monopolizaba algunos productos enumerados (tabaco, algodón, azúcar y té). Los colonos encuentran fundamentación teórica para su malestar, basada en los argumentos de John Locke para la Revolución Gloriosa de 1688, contradictorios a los monárquicos Hobbes (contrato social) y Bossuet (monarquía de origen divino); “todo gobierno debe basarse en el consentimiento de los gobernados”, de lo contrario justifica la sublevación. Se proclama la defensa del Derecho a la Vida, Libertad, Seguridad y Propiedad. La idea de que el Gobierno debiera salvaguardar los derechos de los hombres era un principio impactante para una época donde predominaba el absolutismo. Se recurrió al Derecho de la Resistencia. A finales del S.XVIII se produjo una transformación histórica multidimensional que implicó un cambio en la mentalidad mundial. Existió una gran influencia del comercio a larga distancia y cambios en la vida cotidiana que llevaron a una nueva universalidad. (Bender, T.) La Guerra de los Siete Años fue un factor detonante. El Tratado de París de 1763 le permitió a Inglaterra apoderarse de las posesiones coloniales francesas de América del Norte, entre ellas Luisiana. Durante el conflicto las 13 Colonias se beneficiaban de la guerra al abastecer tanto a los ingleses como a los franceses, por lo que al finalizar sufren una crisis de súper-producción, además de una serie de imposiciones británicas: 1. Se les prohíbe a los colonos poblar la nueva zona de Luisiana – para evitar su prosperidad-, otorgándole el usufructo a nuevos terratenientes. 2. Se crean nuevos impuestos en las colonias con el objetivo de financiar al ejército apostado en Canadá: Impuesto al Té (1763), Ley del Azúcar (1764) –implicaban que los productos de las Antillas tendrían impuestos, cuya recaudación iba para la Corona- , Ley del Timbre (1765) –implicaba impuestos a los sellos de los documentos- y la Ley Townshend (1767) –implicaba que todo artículo que las colonias no produjeran tendrían impuestos-. Los colonos conocían el propósito de los impuestos y probablemente se hubieran consolado con nuevas tierras en Luisiana. Los impuestos, que antes emanaban de las Asambleas, provenían ahora del Parlamento, el cual ya no reconocía la autonomía política colonial y donde los colonos no tenían representatividad. Se piensa en “Imposición + No Representatividad = Tiranía”. El proceso de la Guerra de Independencia consecuente abarcó desde 1775 a 1781, dividiéndose en 2 partes: 1. Primera Parte (1775 – 1777). En 1774 y 1775 se producen el Primer y el Segundo Congreso de Filadelfia, donde los colonos reclaman la autonomía. A partir de 1775 las colonias enfrentan solas a las Corona Británica y el 4 de Julio de 1776 se produce la Declaración de Independencia en el Tercer Congreso de Filadelfia, la cual no es reconocida. En 1777 triunfan en la decisiva Batalla de Saratoga. 2. Segunda Parte (1777 – 1781). Las colonias reciben ayuda de Francia, España (atada por Tratados de Familia) y de Holanda, motivadas por un gran rencor hacia Inglaterra. Francia por sus pérdidas tras la derrota en la Guerra de los Siete Años y Holanda por verse perjudicada tras el Acta de Navegación de Cromwell de 1651. Los colonos triunfan finalmente en la Batalla de Yorktown en 1781, al mando de George Washington. Entre 1781 y 1787, ocurre una Organización de los Nuevos Estados, los cuales seguían considerándose separados, aunque hubiesen actuado en conjunto. En este lapso se intentaron dos formas de gobierno: 1. Confederación (1781). Cada Estado poseía su propio Gobierno y se unían mediante un Congreso de Representantes que resolvía asuntos de interés general. Progresivamente se precisó de un Poder Central para las relaciones exteriores. 2. Federación (1787). A partir de la Constitución de los Estados Unidos de América de 1787, se estableció un Gobierno Central. Los documentos fundamentales de la Historia de los Estados Unidos son: 1. Declaración de Independencia (4 de Julio de 1776). Los colonos consideraban como un deber el explicarle al mundo el por qué deseaban la Independencia, algo que no era común. Por primera vez se manifiesta en forma pública los Derechos de Igualdad del Hombre, naturales e inalienables; estos se respaldan teóricamente en John Locke y Thomas Paine, reemplazando solo el Derecho a la Propiedad por el Derecho a la Felicidad. Sin embargo, los esclavos no eran considerados hombres (aunque si demográficamente), por lo que continuaron existiendo. Con todo esto, ocurre una transición de súbdito a ciudadano, el cual posee derechos, lo que representa un cambio en la concepción política de la sociedad. Así se establece: salvaguardar los derechos de los hombres –el Gobierno será un contrato entre el mismo y el pueblo-, todo gobierno debe basarse en el consentimiento de los gobernados –en contra del “Derecho Divino de los Reyes”- y los hombres tienen Derecho a la Insurrección si el gobierno no respeta los derechos individuales. Asimismo, se establecen las causas con base en el Despotismo del Monarca: impuso leyes tiránicas, prohibió la publicación de leyes favorables para las colonias, desconoció la facultad legislativa de las Asambleas coloniales, intervino en la administración de justicia colonial, mantuvo ejércitos permanentes en las colonias e impuso impuestos sin consentimiento de las mismas. La declaración es reconocida recién en 1783. 2. Artículos de la Confederación (desde 1781). Se proclama luego de la victoria en Saratoga pero rige desde Yorktown. Se establece una denominación natural: Estados Unidos de América, “unidos” por acuerdos estatales. Se establece una Liga de Amistad para la Defensa Común, en donde cada Estado conservará su soberanía, libertad e independencia. Para perpetuar esta amistad, se conmuta a vagabundos y fugitivos, otorgándoles el derecho a libre entrada, aunque si uno cometía un delito en un estado y huía a otro, este debía devolverlo al primero para ser juzgado, por lo que cada uno conservaba su administración de justicia. Asimismo se refiere a hombres libres ciudadanos (ni esclavos, ni mujeres). La organización implicó alianzas entre los Estados para la Defensa Común y la creación de un Congreso, el cual se reúne anualmente el primer lunes de noviembre, siendo integrado por representantes de cada Estado, en donde cada cual dispondrá de un solo voto (los miembros gozarán de fueros parlamentarios). Todo acuerdo de un Estado debe estar avalado por el Congreso, ninguno puede determinarlo por separado ni tampoco puede otorgar títulos nobiliarios, que tenderán a desaparecer. La soberanía se delega completamente al Congreso. 3. Constitución de los Estados Unidos de América (1787). La Confederación no permitía un gobierno central que tuviera peso en la política exterior y en el comercio. Comienza a surgir un interés del sector privilegiado e industrial para crearlo, algo inédito e impactante para la época. Las características aquí fueron la federación, que reconocía dos gobiernos, uno central –que dispone del Ejército y tiene facultades para la política y comercio exterior- y otro estatal –que atiende particularidades de cada Estado- y el sistema republicano y democrático, en donde la soberanía la ejercen todos los ciudadanos. Las instituciones políticas y autoridades que ocupan el gobierno son resultado del sufragio –se establecen mediante el voto-. Una república varía según el derecho a sufragar, en este caso se trata de un sufragio universal –hombres libres y blancos-, por tanto también es democrática. Según Bennassar, el Gobierno Central funcionó a través de una transacción entre tendencias autonomistas y federalistas, consagró el sistema de doble soberanía, se salvaguardó la soberanía de cada Estado al disponer de gobiernos propios y se admitía el ingreso y creación de nuevos Estados, aunque se prohibía la división o la unión de los ya existentes. Dentro de la misma Constitución se constató también una división de poderes entre el poder ejecutivo, legislativo y judicial: 1. Poder Ejecutivo. Un colegio electoral elegido por los ciudadanos de cada Estado –el voto por cada uno dependía de la suma de diputados o senadores que poseyera (1 diputado cada 30.000 habitantes y 2 senadores por Estado)- al Presidente de la República, quien debía tener 35 años y 14 años de residencia, quién ejercía funciones cada 4 años y podía ser reelecto. El colegio elector es independiente del Poder Legislativo y los electores no podían ser diputados, senadores o deudores del fisco; se dividían en Liberales (Wichs) y Conservadores (Tories). Las funciones eran la dirección del Ejército, la política y comercio exterior y estaba dotado de atribuciones legislativas; veto de leyes y sugerencias al Congreso. 2. Poder Legislativo. Ejercía a través de un Congreso compuesto por una Cámara de Diputados, elegidos por los ciudadanos de cada Estado, durando 2 años. Para ser diputado se requería poseer 25 años y 7 años de residencia, equivaliendo 1 cada 30.000 habitantes. En un principio era un proceso complejo por la inexistencia de censos; se resolvió que todos los Estados tuvieran un número limitado y desigual de representantes, en donde los sureños tenían ventaja por el valor demográfico de sus esclavos (eran 3/5 de su población). También se componía por una Cámara de Senadores, elegidos por la Asamblea Legislativa de cada Estado, durando 6 años en el cargo. Para ser senador se requería 30 años y 9 de residencia, equivaliendo 2 por Estado. Esta cámara se renovaba en sus 2/3 partes cada 2 años y poseía atribuciones ejecutivas, puesto que el Presidente debía disponer de su aprobación para el nombramiento de altos funcionarios y firmar tratados con el exterior y atribuciones judiciales, ya que se convertía en Tribunal Supremo. Las funciones del Congreso era la aprobación de impuestos generales y la promulgación de leyes, que podían ser vetadas a no ser que se obtuviera una mayoría de 2/3, aunque esto era raro.
Carlos Malamud – Cap 11.
Estímulos para la presencia europea en América:
1. Cuestiones geopolíticas. Necesidad de encontrar el paso transatlántico para llegar a Asia, equiparar el poder colonial de España y Portugal, que de otro modo rompería el equilibrio de poder europeo. 2. Metales preciosos. El comercio con Oriente se pagaba en oro y plata, los cuales no se conseguían en Europa. Las rutas españolas eran un blanco de piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros, además del contrabando; estas actividades variaban según intereses nacionales. 3. Productos tropicales. El azúcar, café, tabaco, algodón o cacao eran altamente demandados por las manufacturas y la sociedad europea, además de la sal, vital para la salazón de la carne. La búsqueda del paso hacia Asia movilizó a franceses e ingleses en América del Norte. John Cabot viajó a fines del S.XV con tal propósito, visitando el norte de Terranova hasta las zonas de la actual Carolina y la Florida. Solo logró dar a la Corona un “título legal” sobre América del Norte. Luego, durante casi tres cuartos de siglo la empresa fue abandonada, debido a los problemas internos y la falta de recursos. En 1570 y 1580 se reanudaron los viajes a través de la Sociedad de Comerciantes Aventureros, integrada por Frobisher y Davis. El verdadero impulsor de la colonización fue Walter Raleigh, noble inglés, con su expedición de 1584 hacia la Virginia, donde el hostigamiento de los indios los llevó a regresar, para en 1587 enviar un nuevo grupo al mismo destino, también infructuoso. Las 13 Colonias fundadas presentaban un modelo exitoso y diferente con respecto al Sistema Colonial Español, destacando el carácter emprendedor de los colonos, el sistema de propiedad privada y el peso de la religión. Respondían a diversos patrones de ocupación que dependían del responsable de la empresa; compañías comerciales o propietarios individuales. Poseían Gobernador, Asamblea y Consejo. En 1603 asume Jacobo I en el trono y acabó con las guerras frente a España y Escocia. Esto permitió liberar fuerzas y capitales hasta entonces comprometidos en otras tareas. Las Compañías de Bristol y de Londres se repartieron los derechos de colonización de la Virginia; la primera se encargó del Norte, rebautizándola “Nueva Inglaterra” y la segunda del Sur, llegando a la Bahía de Chesapeake en 1607, marcando el límite entre el Norte y el Sur. En la región del Centro, llegaron inmigrantes europeos –alemanes, irlandeses, franceses, escoceses-, trayendo vocación de trabajo y progreso, manteniendo la importancia de la educación y el respeto a las instituciones. Los primeros colonos eran caballeros arruinados, ex presidiarios y algunos artesanos. Fueron golpeados por el hambre, las enfermedades y el hostigamiento indígena, hasta el punto de que entre 1608 y 1609 reinaba el caos. En 1613, Rolfe logró producir una variedad de tabaco que interesó en la metrópoli, logrando exportaciones. Entre 1615 y 1625, la Virginia pasó de ser una colonia arruinada a una región en auge, que floreció con la introducción de la propiedad privada. A medida que los sirvientes escriturados cumplían sus contratos, se volvían automáticamente en arrendatarios aparceros. En 1619, la Compañía ordenó al gobernador trasladar el derecho y el sistema judicial inglés a la colonia. Se convocó una asamblea representativa, con facultades para promulgar leyes locales bajo la aprobación de la Compañía de Londres, eligiéndose 22 burgueses mayores de 17 años, dos por cada uno de los quince distritos de la colonia. Para la historiografía nacionalista, este es el inicio de la democracia en Estados Unidos. En 1620, llegaron peregrinos a Plymouth, en las afueras de la Virginia, traídos en la expedición del Mayflower. Fundaron Nueva Inglaterra, aliándose con los indios wampanoag y superando dificultades. 1629. La Compañía de la Bahía de Massachusetts obtuvo el status colonial independiente de Carlos I. Estableció un Consejo General y se determinó que ni el monarca ni el Parlamento de Londres podían incidir en los actos de gobierno local, donde solo intervenían los miembros de la Iglesia –excluyendo a todo no puritano-, cuyos procesos serían imitados en el resto de las Colonias. Hasta 1660, Inglaterra no tuvo una clara política colonial y sus colonias en América del Norte crecían bajo el yugo de las compañías comerciales. Carlos II cambió la situación y conquistó Nueva Holanda, concediendo las colonias holandesas a su hermano Jacobo, duque de York. En 1664 la flota inglesa logró la rendición de Nueva Ámsterdam, la cual se convirtió en Nueva York. Se levantaron cuatro colonias entre Nueva Inglaterra y Maryland. La fundación de las dos Carolinas a partir del ascenso de la Dinastía Estuarda permitió expandir la frontera hacia el sur. Leyes de Comercio y Navegación (1660 – 1672). Medidas legislativas que regulaban el comercio y la navegación con las colonias. Todo comercio entre Inglaterra y sus colonias debía hacerse en navíos ingleses o coloniales, comandados por ingleses y todas las importaciones de manufactura europea debían pasar primero por la metrópoli. Se monopolizaron ciertos productos coloniales, conocidos como enumerados, con el fin de controlar el mercado colonial y de estimular la manufactura metropolitana. En 1681 se crea la provincia de Pennsylvania, donde se funda Filadelfia, en el marco de un deseo de William Penn de desarrollar la libertad política y religiosa. Carlos II continuó centralizando las colonias bajo el poder monárquico. Para 1752, 11 de las 13 Colonias dependían de él, excepto Maryland y Pennsylvania. Hasta ese entonces los colonos acataban la política exterior inglesa. Solo esta, el comercio colonial y la guerra eran controlados por el monarca y el Parlamento, mientras que los asuntos restantes los resolvían los colonos en sus Asambleas. Durante el reinado de Jorge III, la situación se agravó con la organización de la Nueva Francia y la creación de la Secretaría Americana, dirigida por un Secretario de Estado para las colonias en 1768, que obstaculizó el libre comercio y la construcción de nuevas manufacturas coloniales. La presión fiscal fue la gota que colmó el vaso.
Thomas Bender – Cap. 2
Inglaterra y Francia lucharon por la hegemonía mundial y europea entre
1689 y 1815. Las colonias norteamericanas consiguieron su independencia a raíz de esta lucha, pero también supuso que el intercambio oceánico fuese peligroso e incierto, peligrando las fuentes de ingreso. La continua rivalidad franco-británica restringía la práctica de la independencia de la nueva nación, ya que los barcos estadounidenses eran presa fácil para los piratas en el Mediterráneo, protección antes brindada por los británicos. Asimismo, se les restringía la posibilidad de comerciar con el resto de las naciones. La revolución estadounidense habría significado: 1. Una lucha por la independencia norteamericana. 2. Un conflicto social dentro de las colonias. 3. Formaba parte de una secuencia más larga de guerras globales entre Francia e Inglaterra. La política de equilibrio de poderes en Europa se extendió a todo el mundo, significando un “equilibrio del comercio de las naciones en América”, por lo que debilitar a Inglaterra en Norteamérica significaba desplazar el equilibrio de poderes, que mantenía a través de su geopolítica y su poder marítimo. Francia tenía sus razones para participar del conflicto: 1. Vengarse de la victoria inglesa en la Guerra de los Siete Años (1756-1763). Había conferido demasiado poder a Inglaterra y había desequilibrado la relación de fuerzas en Europa. 2. Evitar que ingleses y norteamericanos resolvieran sus diferencias y atacaran en conjunto a las posesiones francesas de las Indias Occidentales. Sin embargo, ni Francia ni España –aliada informal, que había concentrado sus esfuerzos en recuperar Gibraltar- habían alcanzado los objetivos bélicos generales, Inglaterra aún dominaba los mares y su derrota solo se había remitido a Norteamérica. Los implementos necesarios para afrontar a los conflictos globales se volvieron más costosos. Ocurrió un progresivo aumento de gasto militar y de desarrollo de tecnología militar, provocando una crisis fiscal a nivel mundial. El crecimiento del comercio mundial cambiaba la vida social local. Las personas sentían que sus comunidades tenían una identidad, un sentimiento protonacionalista, que los llevaba a pensar en preservar sus tradiciones y aflojar los lazos que tenían con su metrópoli: 1. Revolución Oceánica. El comercio a larga distancia había alterado las relaciones económicas y la vida cotidiana. 2. Inestabilidad de jerarquías y pautas de prestigio. Las instituciones políticas norteamericanas (Asambleas y Consejos) eran focos sociales y políticos de las nuevas élites que se habían enriquecido con el comercio y luchaban por la autoridad local. Por ello 16 de las 17 demandas contra Inglaterra establecidas en la Declaración de Independencia se referían a medidas políticas o acciones que ponían en peligro la autonomía colonial. La Compañía de las Indias Occidentes necesitaba fondos, lo que también suscitaba a la demanda de más impuestos en las colonias. La rebelión siempre estaba latente; por lo que la Compañía realizaba inversiones militares, lo que agravaba aún más la crisis fiscal. Los territorios que Inglaterra había ganado en América y Asía suponían nuevos gastos de administración y defensa, basados en el capital disponible que debería extraerse del Imperio de Ultramar; los norteamericanos ya vivían su propia crisis financiera. Inglaterra restringió el crédito de su Banco y comenzó a cobrar deudas. “Las crisis simultáneas de Asía-América-India fueron en realidad una sola crisis”. La Guerra de los Siete Años fue un factor detonante, con decisiva victoria británica. Extendió las dimensiones del Imperio y aumentó el costo que suponía mantenerlo, por lo que trasladó algunos costos del estado fiscal militar a las colonias. Esto también ocurrió en Francia y en España, quienes emprendieron reformas burocráticas y militares –el crecimiento de poder de Inglaterra preocupó a los ingleses y españoles, quienes debieron aplicar modificaciones-. Los colonos veían una conspiración, al emplear Inglaterra políticas reformistas de administración colonial y aumentar la recaudación de impuestos. Para ello comenzaron a pensar en el ideal de John Locke. La revolución tendría la ventaja de terminar con los privilegios monárquicos sin minimizar a las clases bajas (como en Francia), ni provocar una rebelión de esclavos (como en Haití), otorgando autoridad a los críticos de los gobiernos tradicionales para la nueva tarea de gobierno. Se imponen impuestos: Impuesto al Té-Ley del Azúcar-Ley de Sellos-Ley Townshend. En 1764 estalla la revuelta en Boston –colonia que más sufría-, una política de no importación, un principio de no aceptar ningún impuesto sin representación. Esto promovió a la actividad intercolonial y fomentó un sentimiento de separación, identidad y unidad coloniales y las protestas educaban a los colonos en cuestiones de teoría política, adaptando las ideas de la Ilustración. En 1774, Londres se propone establecer el orden en las colonias y promulgó las Leyes Coercitivas, cerrando el puerto de Boston y suspendiendo el gobierno de Massachusetts. En 1774, se realiza el Primer Congreso Continental, integrado por delegados de doce colonias, desarrollando la idea de que debían adhesión al rey y que no estaban sometidas a la autoridad del Parlamento. En 1775 comienza el conflicto militar. Fin de la guerra y análisis desde 1983: 1. La estructura confederada del nuevo gobierno le dio mucho poder a los estados, por lo que luego el Gobierno Central solo podía recomendarles que acataran los términos del tratado. 2. El éxito norteamericano represento un nuevo término de revolución a lo largo del mundo, cambiando su significación política. Antes solo aludía a la rotación de planetas o cambios providencialistas. Sin embargo, dejo pocas huellas, salvo por sus documentos fundamentales; fueron utilizados en Hispanoamérica, emulando el Sistema Presidencial. 3. Desplazamiento de la idea de súbdito a ciudadano. Debilitamiento de la aprobación religiosa para las monarquías, que abrió la puerta a una futura separación de Iglesia y Estado. 4. ¿La Revolución promovió la causa anti-esclavista? El lenguaje de libertad e igualdad se utilizaba para defender la abolición de la esclavitud, pero esta siguió existiendo y la nación fue defensora de las clases y regiones que poseían esclavos; la Constitución incluía una cláusula que les confería ventajas especiales en las Cámaras de Diputados y de Senadores. 5. La creación de un Gobierno Central y un Sistema Federal en la Constitución, fue con base en el temor a que la política cayera en manos de hombres que respondieran a intereses localistas. Los hombres reunidos en Filadelfia estaban profundamente preocupados por defender el Derecho a la Propiedad –Madison fue estricto en el Documento Décimo Federalista-. 6. Lo más importante era rechazar el modelo europeo de expansión que subordinaba a las colonias, permitiendo la igualdad entre viejos y nuevos Estados, provocando una uniformidad que contrastaba con la del Imperio Británico. 7. Se promovió el desarrollo de la Industria, para no depender de un comercio que no podían garantizar. La pérdida de los impuestos aduaneros que gozaban durante su dependencia con Inglaterra, debido al Bloqueo que impuso luego de la Revolución, amenazaba con la estabilidad.