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Rafael Alberto Navarro Gómez

AIKIDO Y HAPKIDO, DISCIPLINAS HERMANAS

A ojos de personas no muy familiarizadas con el Aikido, arte marcial japonesa, o con el
Hapkido, arte marcial coreana, no sería fácil diferenciar a una de la otra. Se puede observar
muy rápido que hay varias similitudes entre ambas. Y, de hecho, no es coincidencia que el
Aikido y el Hapkido tengan un nombre tan parecido e inclusive con el mismo significado
etimológico: el camino de la unión con la energía, o el camino de la energía en armonía.
Existe una razón por la cual se podría decir que estas dos artes marciales son hermanas.

A comienzos del siglo XX Takeda Sogaku era ya un maestro de artes marciales de


gran renombre en el norte de Japón debido a su indiscutible talento en el Daito Ryu
Aikijutsu, un arte marcial usada durante siglos por los guerreros samurái. Una de las razones
por la cual Sogaku prosperó es que por esa época en Japón, las artes marciales con armas
comenzaban a perder popularidad, especialmente desde que a finales del siglo previo
comenzó (adrede) el declive de los samuráis con la prohibición del porte de las armas en la
vía pública y la introducción acelerada de armas de fuego occidentales. El Daito Ryu
Aikijutsu estaba ampliamente enfocado a la defensa personal sin armas tanto en contra de
un contrincante armado, como también en contra de uno desarmado (aunque Sogaku
también instruyó en menor medida en el uso de armas japonesas). Gracias a esto, y al
tremendo talento que demostraba tener Sogaku a pesar de su pequeño tamaño, él no tuvo
problemas en adquirir fama como instructor y pasó gran parte de su vida adiestrando en
este arte marcial.

Entre las decenas de miles de practicantes bajo la tutela de Sogaku, dos de los más
notables fueron Morihei Ueshiba y Choy Yong Sul, aunque el segundo realmente fue su
sirviente hasta su muerte en 1943. Como bien se sabe, Morihei Ueshiba usó las enseñanzas
del daito ryu para posteriormente desarrollar un arte marcial que fuera más acorde con sus
creencias religiosas. Morihei, quien posteriormente fue llamado O-sensei por sus alumnos,
creó el aikido, una disciplina mucho más pacífica que el Daito Ryu pues se encontraba en
armonía por la religión practicada por O-sensei (el Omotokio, una rama del sintoísmo). El
objetivo del Daito Ryu, debido a sus orígenes bélicos, era encontrar una manera para los
guerreros de poder sobrevivir en situaciones de desventaja en las que se encontrasen
desarmados. Por lo tanto constaba de técnicas letales o que dejasen al contrincante
severamente herido y sin poder seguir luchando. El Aikido, por el contrario, sólo busca el
derribe o control del contrincante evitando a medida de lo posible lastimarlo gravemente
ya que O-sensei quería inducir en sus alumnos un respeto por el rival, no su destrucción.

Por otro lado, Choy Yong Sul tras años de haber estado al servicio de Takeda Sogaku
decide regresar a su tierra natal de Corea cuando muere su maestro en 1943. Sin embargo,
no le fue posible su regreso sino hasta 1945 cuando la segunda guerra mundial llega a su fin
y Corea deja de estar bajo el dominio de Japón. Estando en Corea por azares del destino
conoce a Suh Bok Sop, quien practicaba Judo y a quien logra vencer en combate con
facilidad. Suh, asombrado por la eficacia de su técnica convence a Choy de comenzar a
promover el Daito Ryu por Corea y lo ayuda en esta tarea. Comienza a tomar una gran
importancia en Corea cuando se les pide que impartan cursos a las fuerzas policiales. Debido
a un objetivo en común en una gran cantidad de artes marciales durante la época de la
posguerra se incorporó la filosofía budista, la cual es la de mayor importancia en Corea, al
Daito Ryu AIkijutsu que enseñaban. En 1949 Ji Han Jae se unió a la escuela de Choy y
lentamente ascendió entre sus discípulos debido a su talento hasta convertirse en su mano
derecha. Ji Han Jae había estudiado previamente un método taoísta llamado Taekyon. Este
consiste en el dominio de técnicas de manejo del ki, y de las patadas Taekyon, las cuales
son la base del Taekwondo actual.

En 1959 cambian el nombre del Daito Ryu Aikijutsu a Hapkido (que realmente es la
pronunciación coreana de Aikido). Esto fue sin el conocimiento de que O-sensei en Japón
ya había formalizado su propia escuela de Aikido. Sin embargo, tras unos años debido a la
fama que estaba adquiriendo el Aikido mundialmente Choy Yong Sul y Ji Han Jae fundan la
Korea Kido Association en 1963 para poder diferenciarla. Poco después, en 1965 Ji Han Jae
decide separarse de Choy y funda la Korea Hapkido Association, llevándose a la mayoría de
los alumnos. En esta última asociación Ji Han Jae enseñaba ya un estilo mixto que
combinaba el Daito Ryu Aikijutsu con sus aprendizajes del Taekyon, creando el Hapkido que
se conoce mundialmente hoy en día.

Debido a sus orígenes, tanto el Aikido como el Hapkido son artes marciales
sumamente parecidas. Solo basta con observar los tres principios básicos postulados por
Choy Yong Sul que rigen al Hapkido. El primero es el de la no resistencia, el no oponerse a
la fuerza del contrario sino aprovecharla. Este es también un principio del Aikido; no debe
uno chocar contra la fuerza del contrario ya que si es mayor a la propia vencerá. Se debe
aprender a redirigirla y controlarla. El segundo principio básico del Hapkido es el del agua,
que consiste en penetrar la defensa del contrario de manera fluida y cambiante. Este tiene
que ver con el principio anterior y también se encuentra muy arraigado en el Aikido pues
dependiendo de la manera en que atacan se deberá adaptar el Aikidoca y deberá estar al
pendiente de cualquier reacción del atacante. Inclusive de no ser posible aplicar
correctamente una técnica es importante que el Aikidoca haga uso de este principio y que
esté dispuesto a hacer un cambio de técnica a otra en cualquier momento. El tercero y
último principio postulado por Choy Yong Sul es el del círculo. Los movimientos circulares
en múltiples direcciones son de suma importancia en el Hapkido. Esto es algo que
naturalmente tiene en común con el Aikido, pues los tenkans (movimientos circulares con
los pies) son de los movimientos más imprescindibles en este arte marcial. Ambas
disciplinas aprovechan al máximo la fuerza centrípeta que otorgan los movimientos
circulares.

Sin embargo, también existen diferencias entre ambas artes marciales. Una de las
más notorias es el uso habitual de las patadas en el Hapkido, introducidas por Ji Han Jae.
Aunque también se estudian las patadas en Aikido, generalmente se hace por los Aikidocas
avanzados y no se usan con la gran regularidad con la que se usan en el Hapkido. Otra de
las diferencias más notables es que el Aikido es un arte marcial de defensa personal;
realmente todas las técnicas se utilizan para defenderse o, mejor dicho, para realizar
contraataques de ataques que serán recibidos. El aikidoca idealmente no busca el combate,
sino que está listo para él. En el Hapkido, por el contrario, todas las técnicas se estudian
tanto defensiva como ofensivamente aunque realmente su esencia también es de
autodefensa. Adicionalmente, muchas de las técnicas del Hapkido buscan el rompimiento
de articulaciones mientras que este no es uno de los objetivos en el Aikido. Otro punto que
difiere a ambas artes marciales es que en el Aikido cuando se llegan a utilizar armas, sólo se
utilizan las armas tradicionales japonesas: el yo, el bokken y el tanto. Por otro lado, en el
Hapkido se utilizan tanto las armas tradicionales coreanas, así como también objetos de uso
cotidiano como periódicos, escobas o inclusive el mismo cinturón del uniforme utilizado.

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