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Los temas científicos y tecnológicos dominan cada vez más el diálogo nacional, desde
los debates ambientales sobre la desaparición del ozono y sobre la lluvia ácida hasta las
amenazas económicas del cambio climático y de las especies invasivas. El poder
comprender estos debates se ha hecho tan básico como el poder leer. Todos los
ciudadanos deben tener conocimiento científico para poder:
Apreciar al mundo que nos rodea
Tomar decisiones personales informadas
Los científicos y los educadores tienen la responsabilidad de darnos a todos los
conocimientos de fondo que nos permitan lidiar con los cambios rápidos de hoy y del
futuro. ¿Qué es el conocimiento científico? ¿Por qué es importante? ¿Y cómo podemos
lograr un nivel adecuado de conocimiento científico en todos los ciudadanos?
Hay que reconocer que esta definición de conocimiento científico no satisface a todo el
mundo. Algunos académicos argumentan que la educación científica debe exponer a los
estudiantes al rigor matemático o a un vocabulario complejo. Ellos quisieran que todos
experimentaran el sabor de la ciencia “verdadera.” Sin embargo, mis colegas y yo
creemos vehemente que aquellos que insisten en que todos debemos entender a la
ciencia a un nivel profundo están confundiendo dos aspectos importantes pero diferentes
del conocimiento científico. Tal y como lo es en otros campos, “hacer” ciencia es
obviamente diferente que “usar” ciencia; y el conocimiento científico trata solamente con
este segundo concepto.
No importa como se mida, el ciudadano americano promedio, aún aquel con grado
universitario, no posee suficiente conocimiento científico:
Por supuesto, el problema no está limitado a las universidades. Escuchamos una y otra
vez cuan bajo califican en exámenes estandarizados los estudiantes de los colegios o
liceos secundarios y medios (pre-universitarios) norteamericanos cuando son
comparados con estudiantes de otros países desarrollados. Los especialistas cuyo
trabajo es estudiar este tipo de cosas estiman que el número de estadounidenses con
conocimiento científico adecuado es:3
Menos del 7% de los adultos
El 22% de los graduados universitarios
El 26% de aquellos con títulos post-universitarios
El número de estadounidenses que poseen un conocimiento científico adecuado (de
acuerdo al estándar de estos estudios) es preocupantemente bajo. Entonces, los
números nos cuentan la misma historia que las anécdotas. Los estadounidenses de
todos los niveles académicos no han recibido la base de conocimientos que
probablemente necesitarán para poder hacer frente a la vida que ellos deberán llevar en
el siglo XXI.
¿Por qué nos debe importar que nuestros ciudadanos posean un conocimiento científico
adecuado? ¿Por qué nos debe importar nuestra propia comprensión de la ciencia? Los
siguientes razonamientos podrían convencerlo de la importancia del conocimiento
científico:
Provenientes del civismo
Provenientes de la estética
Provenientes de la coherencia intelectual
La cívica
La estética
Coherencia intelectual
El problema ha sido definido y la necesidad de una solución es real. ¿Cómo puede usted
y su familia educarse científicamente? Afortunadamente, los educadores en ciencias de
todo el mundo han pasado los últimos diez años intensamente atacando al problema y
han llegado a varias soluciones:
Educación Superior
Las reformas también han ocurrido a nivel universitario. En 1990, el físico James Trefil y
yo desarrollamos un curso integrado de ciencias llamado “Las Grandes Ideas de la
Ciencia.” El libro de texto acompañante, titulado Las Ciencias: un Acercamiento
Integrado, está siendo usado ahora en más de 200 universidades y colegios
universitarios.5 Cientos de otras instituciones de educación superior están envueltas en
sus propios experimentos para avanzar el conocimiento científico entre los graduados
universitarios.
El Público en General
Gracias a estos esfuerzos la pelota esta en su cancha. Con muy poco esfuerzo usted
puede compartir el reto más transformador y extraordinario de la especie humana: la
aventura de la ciencia.
Sobre el autor: El Dr. Robert M. Hazen es un investigador científico del Carnegie Institute
del Laboratorio Geofísico de Washington y Profesor Clarence Robinson de Ciencias de la
Tierra en la Universidad de George Mason, en el estado de Virginia, EEUU. Recibió su
grado universitario y su master en ciencias en geología del Instituto de Tecnología de
Massachussets (MIT) en 1971 y su doctorado de la Universidad de Harvard en ciencias
de la tierra en 1975. El Dr. Hazen ha escrito más de 230 artículos y 16 libros en ciencia,
historia y música, incluyendo ¿Por Qué los Agujeros Negros no son Negros?: Las
Preguntas sin Respuesta en las Fronteras de la Ciencia. También investiga los posibles
papeles que juegan los minerales en el origen de la vida.
http://www.geol.vt.edu/stuinfo/hazenbio.html
http://hazen.gl.ciw.edu/gmu/
Tierra América.
24 Junio 2004.
El imperialismo genético
Dos años después de iniciar el cultivo del algodón transgénico, los agricultores en
India sólo han cosechado pérdidas, escribe en esta columna exclusiva para
Tierramérica Vandana Shiva, reconocida activista internacional, galardonada con el
Nobel de Paz alternativo en 1993.
Acabo de volver de una gira por áreas del estado de Uttaranchal para observar
técnicas de conservación de semillas y de agricultura orgánica. Las granjas con cero
insumos están produciendo por acre más de tres toneladas de arroz o más de 5
toneladas de arvejas o más de 15 toneladas de frutas, como guayabas, bananas,
naranjas, limas, pomelos y mangos. En agudo contraste, la prometida producción de
algodón Bt. era de 1,5 tonelada por acre, pero en realidad fue de sólo 200
kilogramos. Y en lugar de brindar el prometido incremento de ingresos de 220
dólares por acre, los agricultores sufrieron pérdidas de 130 dólares por acre.
Frente al creciente número de agricultores endeudados que se suicidan y al
incremento de fracasos en cosechas debido al uso de simientes inadecuadas e
innecesarias suministradas por las corporaciones multinacionales, cuyo objetivo es
el de atraparnos en la dependencia, cualquier gobierno responsable debería detener
la venta de semillas modificadas genéticamente.
Los OGM son un camino seguro hacia la destrucción de nuestra soberanía y nuestra
diversidad. En lugar de los miles de cultivos que comemos, nuestra agricultura se
verá reducida a los cuatro cultivos de OGM actualmente comercializados en una
escala significativa, o sea la soja, el maíz, el algodón y la canola.
En lugar de los 600 millones de mujeres indias que manejan las semillas con sus
manos, las conservan, las seleccionan y las distribuyen con cuidado e inteligencia,
una gran empresa, Monsanto, se convierte en el “propietario” de nuestras semillas, a
menudo por medio de la biopiratería. Tal es el caso de la patente EP 445929 de una
variedad india de trigo concedida por la Oficina Europea de Patentes, pero revocada
en octubre último.
Esta dictadura de las semillas y este imperialismo genético han sido rechazados por
la mayor parte de los países. Sólo cuatro países poseen 94 por ciento de todas las
semillas de OGM plantadas. La ingeniería genética es una tecnología que ha
perjudicado a los agricultores y al ambiente.
Tierra América.
Colombia reanudará el uso del herbicida para fumigar cultivos de droga en tres
reservas. Ambientalistas condenan la medida.
El estudio de la Cicad señala que el riesgo "no es significativo", pero sus autores no
aclaran qué consideran "significativo", sostuvo Santiago Salazar Córdova,
coordinador de una comisión del Ministerio de Medio Ambiente de Ecuador que
asesora a la Cancillería de ese país sobre fumigaciones.
Según el informe de esa Unidad, en el parque de la Sierra Nevada, de unas 230 mil
hectáreas, los cultivos ilícitos aumentaron el año pasado apenas 18 hectáreas, de
212 a 230. En Catatumbo, con un área de 178 mil hectáreas, disminuyeron de 129
hectáreas a 107, y en La Macarena, que tiene una extensión de 630 mil hectáreas,
aumentaron de mil 152 a dos mil 630.
Redacción Judicial
El mismo estudio incluyó los acuerdos que el propio gobierno ha suscrito con
organizaciones campesinas e indígenas para concertar decisiones que afecten a las
regiones y, así mismo, los proyectos de cooperación para la erradicación manual
concertada que están vigentes. Sin embargo, el resto del gobierno quiere aplicar su
lógica: “la fumigación debe operar en todas las regiones del país donde haya cultivos
ilícitos”.
El borrador de la resolución (ver facsímil) argumenta que de acuerdo a informes de
policía, la siembra de cultivos ilícitos compromete parte importante de los parques
nacionales y que, desde junio de 2003, a través de la resolución 0013, está claro
que la Policía puede operar en cualquier región donde haya cultivos ilícitos. Además
sostiene que se busca aplicar una medida de mitigación del Estado para
contrarrestar un fenómeno ilícito.
Los opositores
En concreto, varios ambientalistas han manifestado que no es cierto que los cultivos
ilícitos comprometan parte importante de los Parques Nacionales. Se trata de un
área mínima en tres parques específicos. Además, dejan en claro que la
caracterización que se hizo de las zonas afectadas también recomendó no asperjar,
entre otros aspectos por los procesos sociales de erradicación voluntaria que
avanzan en las mismas regiones.
Así mismo, los expertos señalan que la resolución 0013 de 2003, que admite la
fumigación donde se evidencien cultivos ilícitos, afronta en la actualidad una acción
pública de nulidad presentada ante el Consejo de Estado. Y, finalmente, que no
puede argumentarse que se trata de una medida de mitigación para contrarrestar un
acto ilícito, porque hoy la aspersión aérea es una acción ilegal en el sistema de
Parques.
Sobre este último aspecto, la embajada del Reino de los Países Bajos ya exteriorizó
su preocupación y en carta enviada el pasado 28 de abril a la directora de Parques
Nacionales, Julia Miranda, le solicitó que le confirme si la decisión de fumigar en
algunos parques es definitiva, pues de ser así “podría ser motivo para solicitar la
suspensión de actividades financiadas por esta embajada”.
Reacciones
Defensa de parques
Acervo de civilización
El senador Jorge Enrique Robledo expresó que la decisión de fumigar los parques
naturales de Colombia debe y puede derrotarse, no sólo porque los parques
necesitan los máximos cuidados, sino porque proteger la naturaleza hace parte del
acervo de la civilización.
Costos de erradicar
http://www.redvoltaire.net/article5491.html
Política
La fumigación de la biodiversidad colombiana
SANDRA MEJÍA Y LUIS ARGÜELLES*
A raíz de la reciente resolución que permitiría fumigar con glifosato
los Parques Naturales Nacionales, los autores explican los intereses
en juego y las posibles implicaciones de dicha decisión.
En los Estados Unidos, Argentina y Canadá, más de la mitad del promedio de los
cultivos mayores, tales como soya, maíz y canola, son plantados con variedades
transgénicas. Los cultivos resistentes a herbicidas (CRH) y resistentes a insectos
(Cultivos Bt) representaron respectivamente el 59 y el 15% del total del área global
para cultivos transgénicos en el año 2000.
Algunas personas piensan que CRH y los cultivos Bt representan ejemplos poco
ideales para demostrar la tecnología, dados los problemas ambientales que fueron
predichos y el asunto de la evolución de la resistencia. De hecho, existe suficiente
evidencia para sugerir que estos dos tipos de cultivos no son necesarios para poder
dar cara a los problemas para los cuales ellos fueron diseñados. Al contrario, ellos
tienden a reducir las opciones disponibles a los agricultores para el manejo de
plagas. Existen muchas alternativas (por ejemplo, rotaciones, policultivos, cultivos de
cobertura, control biológico, etc.) que los agricultores pueden utilizar para regular
efectivamente a las poblaciones de insectos y de malezas que están siendo elegidas
como blanco por la industria de la biotecnología. Mientras más ayuden los cultivos
transgénicos a mantener el presente sistema de monocultivos, más difícil será para
los agricultores el utilizar una plétora de métodos alternativos.2
Se conoce muy poco tanto acerca de la persistencia a largo plazo de los genes de
cultivos en poblaciones silvestres como sobre el impacto que tienen los genes que
controlan la adecuación biológica o "fitness" de los cultivos en la dinámica
poblacional de parientes silvestres. La preocupación mayor concierne a los
transgenes que confieren ventajas biológicas significativas, los cuales pueden
transformar a las especies de plantas silvestres o a las malezas en nuevas o peores
malezas.
A nivel mundial en el año 2000, los cultivos transgénicos resistentes a los herbicidas
fueron plantados en el 74% de los 44.2 millones de hectáreas dedicadas a cultivos
transgénicos.10 En Norteamérica, las variedades transgénicas de colza y de maíz
resistentes al glufosinato y las variedades transgénicas de soya, maíz, algodón y
colza resistentes al glifosato se encuentran disponibles comercialmente. El maíz
transgénico resistente al bromoxinil también ha sido desarrollado. La soya conocida
como "lista para Round-up" (un herbicida ampliamente utilizado comercialmente y
caseramente) es el CGM más prevaleciente.
Dadas las presiones de la industria para que aumenten las ventas de herbicidas, el
área total tratada con herbicidas de amplio espectro seguirá creciendo, empeorando
así el problema de la resistencia. Por ejemplo, se ha proyectado que el área tratada
con glifosato aumentará hasta casi 150 millones de acres (60.71 millones de
hectáreas). A pesar de que el glifosato es considerado como menos propenso a la
resistencia en las malas hierbas que otros productos, el aumento en el uso del
herbicida resultará en un aumento en la resistencia por parte de las malezas
(aunque relativamente más lentamente) tal y como ha sido reportado para las
poblaciones australianas de vallico (ryegrass anual, Lolium rigidum), quackgrass
(Elymus repens), lotera o lotus (birdsfoot trefoil, Lotus corniculatus) y Cirsium
arvense.7
Quizás el problema más grave del uso de CRH para resolver los problemas con las
malezas es que este uso nos aleja de la deseada diversificación de los cultivos y
ayuda a mantener a los sistemas de cultivo dominados por una o dos especies
anuales. La diversificación de los cultivos puede:
reducir la necesidad de herbicidas;
mejorar la calidad del suelo y del agua;
minimizar la necesidad de fertilizantes sintéticos nitrogenados;
regular las plagas de insectos y las poblaciones de patógenos;
aumentar el rendimiento de los cultivos y reducir las variaciones en el rendimiento.
Así, mientras más inhiban los CRH transgénicos la adopción de sistemas de cultivos
diversificados que incluyan la rotación de cultivos, el uso de cultivos de cobertura y
el uso de estiércol verde, más impedirán el desarrollo de una agricultura sostenible.
Basado en el hecho de que más de 500 especies de plagas han evolucionado una
resistencia a los insecticidas convencionales, es posible decir que las plagas
también puedan evolucionar la resistencia a las toxinas Bt presentes en los cultivos
transgénicos. Nadie cuestiona que la resistencia al Bt va a aparecer. La pregunta es
cuan rápido va a aparecer. La susceptibilidad a las toxinas Bt puede entonces ser
vista como un recurso natural que puede agotarse rápidamente con el uso
inapropiado de cultivos Bt.15 Sin embargo, ¿es posible el uso cauteloso de los
cultivos Bt bajo las tremendas presiones comerciales que han resultado en la
implementación rápida de más de 8.2 millones de hectáreas de cultivos Bt en el
mundo?
Las posibilidades de que la biota del suelo sea expuesta a productos transgénicos
es muy alta. Las pocas investigaciones llevadas a cabo en esta área han
demostrado que: 4,18,23
La persistencia de los productos insecticidas (como Bt y los inhibidores de
proteinasas) en el suelo es muy larga. La toxina insecticida producida por el Bacillus
thuringiensis subespecie kurskatki permanece activa en el suelo, donde se enlaza
rápida y fuertemente a las arcillas y a los ácidos húmicos. Las toxinas enlazadas
retienen sus propiedades insecticidas y se encuentran protegidas contra la
degradación microbiana al estar enlazadas a las partículas del suelo. Estas toxinas
pueden persistir en varios tipos de suelo por al menos 234 días. La presencia de la
toxina en exudados de maíz Bt ha sido verificada como activa en un bioensayo de
insecticidas utilizando del gusano de cuerno del tabaco (Manduca sexta).
Si los cultivos transgénicos alteran la biota del suelo y afectan a los procesos tales
como la descomposición de la materia orgánica y la mineralización, esto puede ser
de gran preocupación para los agricultores orgánicos y para la mayoría de los
agricultores pobres del mundo. Estos agricultores no pueden obtener, o no quieren
utilizar, fertilizantes químicos costosos. Ellos dependen de los residuos locales, de la
materia orgánica y, especialmente, de los organismos del suelo para mantener la
fertilidad del mismo (por ejemplo, especies de invertebrados, hongos o bacterias
clave) los cuales pueden ser afectados por las toxinas capturadas en el suelo. La
fertilidad del suelo puede ser reducida dramáticamente si los lixiviados de un cultivo
inhiben la actividad de la biota del suelo o disminuyen la tasa natural de
descomposición y liberación de nutrientes.
Conclusiones Generales y Recomendaciones
La biotecnología debe ser considerada como una herramienta más que se puede
usar, siempre y cuando los riesgos ecológicos sean estudiados y decidido que sean
aceptables, conjuntamente con una serie de otras iniciativas destinadas a dirigir a la
agricultura hacia la sostenibilidad.17
14) Losey, J.E., L.S. Rayor and M.E. Cater (1999). "Transgenic pollen harms
monarch larvae." Nature 399, 241.
15) Mellon, M and J. Rissler (1998). "Now or never: serious plans to save a natural
pest control." Union of Concerned Scientists. Washington DC.
16) National Research Council (1984) Alternative Agriculture. National Academy
Press. Washington DC.
17) National Research Council (1996). "Ecologically based pest management."
National Academy of Sciences, Washington, DC.
(18) Palm, C.J., D.L. Schaller, K.K. Donegan and R.J. Seidler (1996). "Persistence in
soil of transgenic plant produced Bacillus thurigiensis var. Kustaki endotoxin."
Canadian Journal of Microbiology (in press).
19) Paoletti, M.G. and D. Pimentel (1996). "Genetic engineering in agriculture and
the environment: Assessing risks and benefits." BioScience 46, 665-671.
20) Pimentel, D., M.S. Hunter, J.A. LaGrow, R.A. Efroymson, J.C. Landers, F.T.
Mervis, C.A. McCarthy and A.E. Boyd (1989). "Benefits and risks of genetic
engineering in agriculture." BioScience 39, 606-614.
21) Rissler, J. and M. Mellon (1996). The Ecological Risks of Engineered Crops. MIT
Press, Cambridge.
22) Robinson, R.A. (1996). "Return to resistance: Breeding crops to reduce pesticide
resistance." AgAccess, Davis.
23) Saxena, D., S. Flores and G. Stotzky (1999). "Insecticidal toxin in root exudates
from Bt corn." Nature 401,480.
24) Schuler, T.H., R.P.J. Potting, I. Dunholm, and G.M. Poppy (1999). "Parasitoid
behavior and Bt plants." Nature 400, 825.
25) Snow, A.A. and P. Moran (1997). "Commercialization of transgenic plants:
Potential ecological risks." BioScience 47, 86-96.
26) Steinbrecher, R.A. (1996). "From green to gene revolution: The environmental
risks of genetically engineered crops." The Ecologist 26, 273-282.
27) Tabashnik, B.E. (1994). "Delaying insect adaptation to transgenic plants: Seed
mixtures and refugia reconsidered." Proc. R. Soc. London 255, 7-12.
28) United States Department of Agriculture (1999). "Genetically engineered crops
for pest management." USDA Economic Research Service, Washington DC