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Explicar qué aspectos filosóficos de Kant utilizó Hegel para elaborar su

pensamiento filosófico.

El pensamiento filosófico radical y complejo de Georg Wilhelm Friedrich Hegel,


tuvo que desenvolverse en un ambiente donde la filosofía kantiana llena de ideas audaces
y sofisticadas “casi todas extrañas y demasiado sutiles para la simplicidad pragmática e
inmediatista del sentido común moderno” (PÉREZ SOTO, 2010). Es así, que en este
contexto donde los postulados de Kant, son acreditados por gran parte de filósofos
contemporáneos como Schiller, Fichte y Schelling. Aparece la figura de Hegel que
desarrolla su reflexión filosófica conocida como idealismo absoluto, pensamiento
culmen del llamado idealismo alemán.

La filosofía de Hegel se desarrolla como respuesta a las premisas realizadas por


Kant de su intelectualismo desatado, de la que Hegel será su detractor, él “va hurgando
en las teorías del autor de las tres críticas con mirada progresivamente distante. Entre
otras razones, porque a Hegel le incomodan las contemporizaciones de Kant con los
adversarios de la filosofía idealista” (GÓMEZ PIN, 2015), así tenemos, que a la crítica
que Kant realiza a las éticas empiristas y a la idea hedonista de la naturaleza humana, lo
que motivo en él subestimar la idea del realismo en la ciencias naturales, “pues todo el
saber necesario sobre la naturaleza proviene de nosotros mismos, de nuestra propia
estructura de la facultad de conocer” (PÉREZ SOTO, 2010) a lo que Hegel se pregunta
sobre de donde vendrá la sugerencia o a que considerar como acto moral, puesto de Kant
indica que tuvo que suprimir el saber (ciencia y conocimiento) para dejar espacio a la fe.

Pero es el mismo Kant quien se contradice ya que “criticar las éticas


trascendentes, que derivan la determinación del contenido del acto moral del
conocimiento de los mandatos de Dios” (PÉREZ SOTO, 2010), para Hegel esto
implicaba que la moralidad de la que habla Kant estaba determinada exteriormente y
manipulada por la divinidad de una manera indigna así uno debe portarse bien para
obtener un gran premio (el paraíso) prometido o en caso contrario un mal comportamiento
es causa de un castigo (el infierno) también ofrecido. Por tal razón el mismo Kant
comenzó a contradecir los argumentos con los que se demostraban la existencia de Dios
a tal punto de exponer que el conocimiento de Dios “sólo provenía de un uso abusivo y
erróneo de la razón,” (PÉREZ SOTO, 2010).

En el pensamiento de Kant, el uso teórico y abusivo de la razón es el que consiente


el pensar que es posible unir los objetos y leyes alrededor de las ideas más significativas
en relación al yo, el mundo y Dios como ser teórico de una creencia, no vinculado a la
efectividad de la fe. Este será el punto de partida del pensamiento de Hegel y comenzará
“allí donde Kant se había detenido prematuramente, en la cosa en sí, en el objeto, el
material a priori” (HIRSCHBERGER, 1974), en sus obras Hegel llegará al punto de
satirizar el pensamiento absolutista y empírico de Kant, por ejemplo sobre las antinomias
de la razón pura (conflictos que se producen en la idea trascendental de “universo”
interpretado como la recapitulación completa de todos los fenómenos), a lo que Hegel
indicará “que justamente esto que Kant considera un “escándalo” es lo más valioso que
se puede encontrar en ese libro: la intuición de que la contradicción en lo real mismo es
el alma de su devenir.” (PÉREZ SOTO, 2010).

A partir de esto, Hegel formula su principio de la racionalidad “todo lo racional


es real y todo lo real es racional”, es decir el pensamiento del hombre es real cuando se
interpela así mismo en el pensar en el espíritu cósmico y en el pensar de este en las cosas
que crea. Kant había mantenido su idealismo crítico sin aventurarse a la idea del espíritu
arquetípico, en cambio Hegel a pesar de la crítica kantiana, realiza una metafísica
intrépida, en la que “no solo contempla lo absoluto tal como está en la acción, sino que
convencido de que lo absoluto está en acción en él mismo” (HIRSCHBERGER, 1974).

Para Hegel, Dios es el filósofo, en otras palabras, “es el principio primero del
orden, es trascendente al orden mismo actuado en las cosas” (AMERIO, 1954), de esta
manera en una lógica primitiva, “la verdad ,es el pensamiento puro, la ciencia de Dios o
del Logos-Razón considerado como quid prius respecto de la naturaleza y del espíritu, y
en este concepto es también la ciencia universal (panlogismo) y absoluta” (GONZÁLEZ
, 2018) esto era contrario a los postulados de Kant, quien estaba más interesado en
sostener la idea de las existencia de entidades insondables e indeterminadas, que se
dispersan en el pensamiento humano, a estas entidades las llama noúmenos y son “Dios
(ahora el Dios práctico, el de la fe), y el alma inmortal (que es necesaria para que el fin
último de la moralidad tenga un horizonte de realización efectiva) (PÉREZ SOTO, 2010).

Son conceptos como estos en los que Kant se contradice, ya que él quiere defender
la idea de un Dios inescrutable en el pensar humano, con el que es imposible negociar,
pero del que no se puede dudar su realidad y existencia práctica como tal y en su
salvación, en cuanto Dios es la “garantía efectiva de que esa salvación es posible, y de
que buscar la manera de obrar moralmente tiene pleno sentido.” (PÉREZ SOTO, 2010),
a estos postulados kantianos expresados en la Crítica de la Razón Práctica, Hegel los
considera con contenido ambiguo, empírico de limitación teórica y con profundos
desequilibrios. A su vez que para Hegel “la razón es concebida…como una potencia
dinámica, llena de posibilidades, que se van desenvolviendo en el tiempo; la razón es
concebida como un movimiento; la razón es concebida, no tanto como razón, sino más
bien como razonamiento.” (GARCÍA MORENTE, 2004), para muchos defensores de la
filosofía hegeliana, lo que el filósofo hizo fue resucitar la idea de Dios a una nueva vida,
ya que es Dios “el alma del universo y vida de su vida” (HIRSCHBERGER, 1974), en el
concepto propio filosófico de Hegel, Dios es el ser absoluto e idéntico en su substancia y
esencia de todas las demás cosas, no es un “ser especial y distinto de los demás seres y
mucho menos del hombre” (GONZÁLEZ , 2018) este tipo de conceptualizaciones eran
contrarias a las consideradas por Kant ya que en su pensamiento metafísico había
desterrado del mismo “a Dios como objeto del saber” (HIRSCHBERGER, 1974).

Hegel establece la idea de la Ley Dialéctica, que es la técnica de articular la tesis


con la antítesis para así llegar a una síntesis, en donde: el pensamiento-ser o la idea-
razón, es la que desarrolla una progresiva sujeción a esta ley inmutable, racional que
preside a la evolución de “la Idea en la esfera de la naturaleza y del espíritu”
(GONZÁLEZ , 2018) en donde “el ser no es nada, puesto que todo está en movimiento
y todo lo estable o permanente no es sino un momento de este movimiento eterno”
(HIRSCHBERGER, 1974). De esta manera la Dialéctica de Hegel hace frente al
pensamiento de Kant relacionado a la posibilidad de conocer de manera necesaria y
universal las formas y las leyes (referentes al orden moral), más no sus contenidos, es
decir, no se conoce al ser como tal, lo que motiva a Hegel a llamar rigorista, a la moral
kantiana considerando que no puede evitar que en ella se relacione a la felicidad con la
realización de las pasiones por consiguiente “la felicidad no puede ser ni el objetivo ni la
causa de un acto moral, y ni siquiera se puede considerar que un acto sea moral porque
haya contribuido a hacer el bien” (PÉREZ SOTO, 2010).

De esta forma la Dialéctica de Hegel (lógica de lo concreto) se aleja de la


Dialéctica Aristotélica (lógica de lo abstracto) y se va fortaleciendo en el pensamiento
filosófico de su época, la dialéctica hegeliana se desarrolla como el principio fundamental
de la identidad y de la contradicción, en el cual “los opuestos no pueden jamás existir
juntos; la realidad no es contradictoria” (AMERIO, 1954), no así el pensamiento kantiano
que presenta una vacilación entre la subjetividad de lo trascendente, que se aplica en un
entorno teórico, que no puede ser concebida sino solo entendida como entidad
transindividual, se entiende entonces a este postulado como “que si bien somos una
comunidad humana ligada internamente en el acto de conocer, somos en cambio una
colección de individuos a la hora de comportarnos moralmente.” (PÉREZ SOTO, 2010),
de esta manera podemos confirmar que la base del pensamiento filosófico de Hegel radica
en la concepción de la Idea, “Todas las cosas deben su origen, su realidad y su esencia al
desarrollo o proceso ordenado y progresivo de la Idea, bien sea que este proceso se deba
tomar en sentido cronológico, bien sea que exprese sólo el orden o sucesión lógica”
(GONZÁLEZ , 2018), es la noción de Idea para Hegel la última etapa de la evolución
como atributo mismo de la ciencia (filosofía), que se reconoce a sí misma, no solo como
pensamiento absoluto, la idea (ciencia-filosofía) se convierte en espíritu subjetivo y
objetivo, la misma se “se había reconocido como ser consciente y libre, como derecho,
como moral, como Estado o constitución político-social” (GONZÁLEZ , 2018)

No obstante la época en la que trasciende la figura de Hegel, para él “La filosofía,


una disciplina que concierne a todos, es el mayor indicio de que se ha alcanzado
colectivamente un alto grado de realización de los objetivos más genuinos de los seres de
razón” (GÓMEZ PIN, 2015), está misma filosofía amalgamada en el idealismo alemán,
está llena de las ideas kantianas, muchas de ellas rebuscadas, intrépidas, extrañas y
etéreas que eran aceptadas inmediatamente por el sentido común de muchos filósofos
contemporáneos al periodo en el que se desarrollaron y que motivaron a Hegel a
refutarlas, a abrirlas y desarrollarlas a una nueva reflexión filosófica, dentro de una
concepción con puntos de vista “admirables, pensamientos profundos, intuiciones
luminosas del genio, muy a propósito para seducir y capaces de ejercer fascinadora
influencia sobre el espíritu” (GONZÁLEZ , 2018).

Bibliografía,

AMERIO, F. (1954). HISTORIA DE LA FILOSOFÍA. MADRID: SOCIEDAD EDITORA IBERICA.

GARCÍA MORENTE, M. (2004). LECCIONES PRELIMINARES DE FILOSOFÍA. BUENOS AIRES,


ARGENTINA: EDITORIAL LOSADA S.A.

GÓMEZ PIN, V. (2015). HEGEL LO REAL Y LO RACIONAL. ESPAÑA: IMPRESIA IBÉRICA.

GONZÁLEZ , Z. (2018). HISTORIA DE LA FILOSOFÍA IV. (A. JUBERA, Ed.) MADRID, ESPAÑA:
EFRUEDA.

HIRSCHBERGER, J. (1974). BREVE HISTORIA DE LA FILOSOFIA. BARCELONA, ESPAÑA: EDITORIAL


HERDE.

PÉREZ SOTO, C. (2010). SOBRE HEGEL. SANTIAGO DE CHILE, CHILE: LOM EDICIONES.

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