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SALUD OCUPACIONAL
REALIZADO POR
RAÚL ANDRÉS VILLAMIL
APRENDIZ
PRESENTADO A
MARÍA JULIANA BEJARANO
SALUD OCUPACIONAL
INSTRUCTORA
Las habilidades motrices son las habilidades que se adquieren como parte del desarrollo
motor del individuo y que requieren el control y coordinación voluntaria de uno o varios
grupos musculares. En estos movimientos participan de forma coordinada el cerebro, el
sistema nervioso y el aparato locomotor.
Al nacer, el sistema nervioso del bebé es aún inmaduro. A medida que crece va
desarrollando habilidades motrices que va perfeccionando y haciendo cada vez de forma
más precisa. El conjunto de las habilidades motrices se pueden separar en dos grandes
grupos, las habilidades motrices gruesas y las habilidades motrices finas:
Habilidades motrices gruesas: son habilidades que implican músculos o partes del aparato
locomotor relativamente grandes, como las piernas, brazos o tronco. Por ejemplo,
mantenerse erguido, sentarse y levantarse, andar, correr o saltar.
Habilidades motrices finas: son habilidades realizadas con movimientos muy precisos de
músculos pequeños, como los músculos de los dedos, de los labios o de los ojos. Por
ejemplo, coger un vaso o pintar requiere coordinación de músculos pequeños de los dedos,
de la mano y de los ojos.
El proceso investigativo de este proyecto busca conocer la importancia de la motricidad
para los grupos musculares, conocer sus características, y la manera en que inciden en el
desarrollo a través de los movimientos del cuerpo humano.
OBJETIVO GENERAL
Identificar la importancia de la motricidad fina y gruesa, así como las posturas adecuadas
para una óptima y excelente salud en el trabajo.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Adoptar una posición incorrecta durante mucho rato provocará la aparición del dolor de
espalda en las diferentes partes de nuestra columna: cervical, dorsal y lumbar. Este nuevo
curso proponemos que aprendáis a tomar algunas precauciones para evitar ese dolor
mejorando la postura. Ya sabéis: siempre que sea posible, prevención.
Estamos diseñados para estar en movimiento. Cuando, de golpe, como ahora que acaban
las vacaciones, pasamos de un estado activo a uno sedentario o semi-sedentario, hemos
de asumir que nuestro cuerpo se resentirá. Para que el cambio sea lo más leve posible
realizaremos unos cambios en nuestra rutina cotidiana.
ESCOGER UNA BUENA SILLA PARA SENTARSE CORRECTAMENTE
Sentarse correctamente en una silla. La silla ideal es la que podemos ajustar a nuestro
cuerpo, es decir, podremos regular la altura del asiento y del respaldo así como su
inclinación. Además, es mejor con ruedas que con patas para que podamos desplazarnos
con un ligero impulso y el tejido debe ser transpirable, anti-deslizante y blando. Los
reposabrazos parecen muy útiles pero en ocasiones son un obstáculo ya que no permiten
que la silla se acerque lo suficiente a la mesa.
Es mejor tomar medidas antes de comprar una silla nueva, a menos que los reposabrazos
puedan desmontarse con facilidad por si resultan molestos para adoptar una posición
óptima una vez instalada en nuestro lugar de trabajo o de estudio.
LA POSTURA CORRECTA AL SENTARSE
En una silla sin reposabrazos, los antebrazos deben estar apoyados sobre la mesa de
manera que los codos queden en una flexión de aproximadamente 90º. Así
conseguiremos que la zona cervical descanse y no esté en tensión.
Tenemos que regular la altura del asiento de manera que nos permita mantener las
rodillas dobladas en ángulo recto. El respaldo lo ajustaremos para apoyar en él la
columna, respetando las curvas naturales. Es importante acomodarlo bien a la zona
lumbar.
LA POSTURA CORRECTA CUANDO ESTAMOS SENTADOS EN LA MESA DE
TRABAJO ES:
Las plantas de los pies apoyadas en el suelo, con los pies paralelos y al mismo nivel. De
no llegar al suelo porque la silla es demasiado alta, usar un reposapiés. Los pies nunca
deben quedar colgando.
Rodillas flexionadas a 90º, es decir, tienen que formar un ángulo recto con los fémures.
Entre el asiento y la parte posterior de la rodilla ha de haber un espacio para no comprimir
la zona poplítea y evitar así problemas circulatorios o nerviosos.
Evitar cruzar las piernas, porque hacerlo provoca compresión en los vasos sanguíneos así
como la alteración de los puntos de presión en un glúteo más que en el otro.
Repartir el peso en ambos fémures, sin apoyar el peso en el cóccix y manteniendo los
glúteos al fondo de la silla
La espalda, apoyada en el respaldo, ajustando su posición en la zona lumbar.
Mantener en lo posible los hombros relajados, colocando los antebrazos sobre la mesa o
las manos sobre el regazo.
La cabeza, recta. La zona cervical tiene que quedar alineada con el resto de la columna.
Si desplazamos la cabeza hacia delante aumenta la exigencia muscular en esta zona,
acrecentando la presión en los discos intervertebrales así como el incremento del
cansancio muscular.
Si usas ordenador debes sentarse así:
Es recomendable que la máquina esté situada justo delante. Si no se puede evitar tenerlo
en un lateral de la mesa, hay que evitar en lo posible la torsión de la columna.
El teclado debe quedar a unos 10 cm hacia dentro del borde de la mesa.
La distancia entre los ojos y la pantalla ha de ser de unos 50-60 cm
La parte superior de la pantalla ha de quedar a la altura de los ojos, si está más alta o
baja se crea tensión en la zona cervico-dorsal.
La iluminación también es muy importante. La luz externa no puede iluminar directamente
la pantalla. La luz que emite la pantalla debe regularse mediante el brillo y el contraste.
Cómo sentarse correctamente en el ordenador
Tan importante como la postura es el tiempo que permanecemos sin apenas movernos.
No olvidéis levantaos unos minutos cada hora: aprovechad para beber agua, realizar
alguna tarea que requiera estar de pie o practicar algunos ejercicios para
desentumecernos.
Si hablamos de niños, ese descanso postural debería ser cada 30 minutos, ya sea
haciendo una pausa en las tareas con el ordenador o para evitar largas horas delante del
televisor, fomentando el hábito de realizar ejercicio físico.
Cuáles son las posturas adecuadas para levantar objetos
TÉCNICAS PARA LEVANTAR OBJETOS PESADOS
Las lesiones de la espalda constituyen una de cada cinco lesiones relacionadas con el
trabajo en California. Las lesiones a la espalda que resultan en incapacidad no son chiste
para los trabajadores que pierden horas de trabajo o de actividades personales. La triste
verdad es que la mayoría del dolor y el tiempo perdido pueden evitarse si se sabe cómo
funciona la espalda y cómo levantar de forma segura los objetos pesados para protegerse
la espalda.
La espalda es una red frágil de ligamentos, discos y músculos que pueden lastimarse con
facilidad. El diseño complejo de la espalda deja de funcionar correctamente cuando se le
fuerza a ejecutar actividades para las cuales no ha sido diseñada. Levantar objetos
pesados con la espalda doblada es una forma fácil de estirarse un músculo o romperse un
disco de la columna vertebral. Una manera sin falla de lastimarse la espalda es levantar
un objeto pesado o voluminoso incorrectamente o sin ayuda. Nunca tenga temor de pedir
ayuda para levantar objetos que usted sabe que no es capaz de levantar en forma segura
por sí solo. Levante los objetos pesados aplicando el buen juicio y con la ayuda de un
compañero de trabajo o ayuda mecánica cuando sea necesario.
Si usted decide que es capaz de levantar una carga ligera, asegúrese de levantarla de la
forma correcta.
Colóquese de manera que tenga los pies cercanos a la base del objeto a levantar.
Sitúese directamente de cara al objeto. Doble las rodillas y haga cuclillas sobre el objeto a
levantar. En esta posición, la espalda recibe la potencia de izar adicional que le brindan
las piernas y los brazos.
Colóquese cerca del objeto, porque la columna vertebral debe funcionar como una
columna de apoyo, y estando cerca del objeto recibe menos esfuerzo.
Gire el objeto hasta tener el eje longitudinal vertical para que el centro de gravedad esté lo
más alto posible sobre el suelo.
Aún de cuclillas, los pies y las piernas deben estar apuntando a la carga, con la espalda
recta, el trabajador debe sujetar la carga con ambos brazos y pararse lentamente,
haciendo la fuerza con los músculos de las piernas. Si no se levanta lentamente, no se
está levantando de manera segura.
Una buena manera de diferenciar entre el método correcto y los incorrectos de levantar es
practicar la forma correcta varias veces. Observará que con el método correcto es más
fácil levantar la carga, con el menor esfuerzo y menos torpeza. Con el tiempo, el levantar
objetos pesados incorrectamente puede ocasionar lesiones y dolor. La espalda se puede
lastimar en un instante y tomar mucho tiempo para sanar.
CONCLUSIONES
La motricidad es importante ya que tiene que ver con los movimientos que
voluntaria e involuntariamente realiza el cuerpo humano, brindando activación a
cada uno de los músculos.