Вы находитесь на странице: 1из 4

LA CARRERA DE BICILETAS

Cierto día papá Kid fue el árbitro de una carrera de bicicletas en La Oroya, dos hermanitos fueron
los competidores, uno de ellos competía con su bicicleta y el más pequeño con su triciclo. Papá
Kid dio todas las instrucciones a los dos bravos competidores, señaló el punto de partida y de
llegada, señaló también el lugar por donde debían cruzar y regresar. A la cuenta regresiva de
5,..4,..3,..2,..1,…0 partieron a toda velocidad ambos niños, el más pequeño iba adelante, cruzaron
el punto de regreso, seguía ganando el más chiquitito y Papá Kid en la meta con su chompa en
alto alentaba en voz alta a los dos niños, el más pequeñito a dos metros de cruzar la meta levantó
ambos bracitos en señal de triunfo gritando ¡Yé, yé, yé……cuando de pronto el triciclo
intempestivamente dio dos vueltas de campana y el pequeñín quedó en el pavimento quejándose
de dolor, tuvimos que suspender la competencia por el accidente del pequeñín.
La verdad te cuento, que estuve apenado por el niño, pero también me vencía la risa y tuve que
contenerme como pude para alentar al niño diciéndole palabritas como …….peores cosas pasan
en la vida Llushi…..ya no llores Llushi…..calla Llushi. Ya ves Llushi, nunca se debe cantar victoria
antes de lograr un objetivo, o sea antes de cruzar la meta.

OTRO CUENTITO PARA NO DORMIR


Nuestra familia estuvo afincada en La Oroya por razones de trabajo durante muchos años. Una
noche del año 1990 partimos rumbo a Huancayo porque tío Jesús llegó a La Oroya procedente de
Lima y él esa misma noche tenía que llegar a su casa en Huancayo donde sus padres lo
esperaban, de modo que en ese momento teníamos que cargar de todo en la maletera del auto
para dos días de paralización total. En fin subimos todos apresurados inclusive los dos perritos
que teníamos.
Llegamos a Pachacayo y pasamos de largo, en el siguiente pueblito paramos porque los perritos
gritaban ¡¡¡ michiii…michi…!!!. Nos fijamos las llantas y las cuatro estaban muy bajas, de
inmediato retornamos en busca de un llantero, lo encontramos y de inmediato le puso la gata, de
pronto el carro cedió poco a poco hasta que cayó al suelo, que mala suerte; hasta que por fin
cerca de las 11 de la noche resolvió el problema de una llanta, retiramos otra de las llantas, le
pusimos el repuesto que teníamos, inflamos las otras dos, ¡suban! Gritó papá Kid y otra vez el
autito corría y corría a 50 km por hora, a ese ritmo parecía que los cerros y los postes de la luz
solitos se iban hacia atrás. Yo tenía mi copilotito que me reemplazaba en la conducción del auto
cada vez que mis dos manos estaban ocupados, a ni mente llegaba y llegaba una antigua canción
de mis buenos tiempos que decía mas o menos así:
Chofercito de mala suerte
Porque corres apresurado
Sin controlarte
Engancha en cuarta
Pasa a tercera
si la ves a mamá Toyita
Dile que ya vengo

Que bonito corre mi carro


En mi lado mi copilotito
Que suerte tengo
Les cuento que todo el viaje era un silencio total pues no había carros en circulación y podíamos
escuchar hasta el vuelo de las aves. De pronto, justito a media noche de aquel día llegamos a casa
de tío Jesu en Huancayo y de inmediato descargamos todo en medio de los estruendos de
dinamitas y cohetes por todas partes y entre asustados y alegres por la llegada nos acostamos y
como por arte de birli birloque todos quedamos dormidos…………¡Colorín colorado…el cuento se
ha acabado!!!!!!!!!.

LO DEL TÍO BEBÉ


Pobre tío bebé, a los siete añitos tenía una fuerte tos y el médico le aplicó varias inyecciones en el
pompis por lo cual pobre tío caminaba esos días rengueando y rengueando. Papá Kid como
siempre salía con los tres hermanitos con la pelota en mano para jugar fulbito con otros equipos.
Así, otros niños llegaron al campo y aceptamos el reto de jugar contra ellos, pero como nos
faltaba un jugador, tío bebé tuvo que entrar al campo y jugar de “puntero mentiroso”.
Empleamos nosotros la regla de oro del fútbol de “atacar todos y marcar todos si perdíamos el
balón”, la táctica dio buenos resultados y podíamos ganar el partido, papá Kid mandó un pase
magistral adelantado para que tío bebé corra y corra, empuje la bola y meta el gol.
Pobre tío bebé corrió como pudo y con mucha dificultad rengueando y rengueando logró hacer el
gol del triunfo, pero cuando corrimos a felicitarlo, pobre tío estaba llorando por el dolor de las
nalgas, pero el partido lo hemos ganado con un gol magistral de tío bebé. Colorín colorado…………

UNA BOLSA DE HUEVOS DE GALLINA


El niño Llushi, cierta mañana cumplía una orden de mamá Toyita de ir a la bodega del Señor
Rodríguez para comprar un kilo de huevos de gallina para el desayuno de esa mañana en el Block
17-Tercer Piso de Campamentos Marcavalle de La Oroya. A su retorno con la bolsa de huevos en
sus manitos, de pronto sintió no poder contener más el deseo de miccionar en donde se
encontraba, pues en ese momento sólo le quedaba dos alternativas: o mojaba su bucito o regaba
las plantas del primer piso. Entonces eligió la segunda opción, puso la bolsa de huevitos entre sus
dientes, bajó el buzo con sus dos manitos y soltó un fuerte chorro que llegó dos metros más allá,
para su mala suerte en ese momento contenía y contenía hasta más no poder de soltar un
estornudo, al final estornudó muy fuerte, con tan mala suerte que la bolsa terminó en el piso,
todos los huevitos estaban rotos sólo dos quedaban enteros.
Subió las gradas, tocó la puerta pero al abrir no comprendíamos por qué lloraba el niño, pero
cuando nos contó lo sucedido nos venció la risa y le explicamos al niño Lushi que no se
preocupara porque lo ocurrido era una casualidad y los huevitos terminaron en la sartén y el
desayuno fue suculento.

LES CUENTO SOBRE EL TAMBOR DE NICO


Cierto día mamá Toyita compró un tamborcito militar que lo hemos utilizado cada vez que hubo
un desfile familiar. Nico ya estuvo informado sobre diversos estilos de marcha tales como los de
“Bonifacio” y “Tiburón”. Era una noche en la que se hizo una formación general de todos los
integrantes de nuestra familia bajo las órdenes del Comandante Nico; estuvimos presentes según
la lista del Furriel: Papá Kid, Tío Bebé, Papá Llushi, Mamá Titet y Mamá Toyita, en la fila destacaba
mamá Titet quien era la más alta y los demás integrantes eran como los habitantes del polo norte,
tan pequeños en talla. Pero faltaba un soldadito en la fila, él era el niñito más pequeño de la
ciudad quien aún no llegaba a este mundo, pero ya se trataba de un bonito proyecto de Ingeniería
de Chistemas en coordinación con la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad
del Centro, en fin los desfiles se realizaron en completo orden y todos encabezados por el
pequeño Comandante quien encabezaba la formación y al compás del tambor el numeroso
batallón desfiló alrededor de la mesa redonda y pasadizos de la casa demostró gallardía y
marcialidad, lo malo fue que no recibimos premio alguno, no obstante haber ocupado el primer
lugar en el mencionado desfile y rompimos filas con la única satisfacción de haber ganado en ese
desfile. ¡¡¡Colorín colorado………….!!!!!!.

LOS CHIHUACOS YA NO VIENEN AL GUINDO


Muchos chihuacos ya no vienen por acá porque cierto niñito los tiene amenazados con darle un
puntapié en el trasero y con sólo mirarlos con ira ya los chihuacos viven muy asustados. Pero
ciertamente las guindas es para comer nosotros y los chihuacos nos ganan cada mañana, ellos
escogen los mejores frutos y nos sueltan solamente las pepas. Ya están advertidos esos
chihuacos, saben que misha está aquí es por eso que a escondidas y sin hacer mucho ruido
prefieren engullir las deliciosas guindas.
Pero también no sé por qué medios se han enterado los chihuacos, que el pequeño que los tiene
amenazados aprendió una habilidad para enamorar a las chicas y que él vive en Lima y vino a
Huancayo para pasar unas cortas vacaciones junto a su hermanito Nico. Ambos cada mañana en
viajes anteriores preparaban huevito frito debajo del guindo, donde hace poco uno de los
chihuacos malcriados le ensució la cabeza y el polo de Papá Kid y de inmediato como por arte de
birli birloque desapareció del escenario para no escuchar dos palabras peyorativas que los niños
no lo pueden repetir. No importa, ahí nomás dejamos este cuento, pero Papá Kid está muy
molesto con ese chihuaco que ahora anda escondidito.

AHORA SOBRE LA MUERTE DE UNA ARAÑITA


Cuentan los abuelos que cierto día el niño más pequeñito de la ciudad desapareció del ambiente
familiar, preocupados como siempre papa Llushi y mamá Titet lo buscaron al niño en todo el
primer piso, en los SS HH, en las gradas, en los tachos, debajo de la mesa, sobre la refrigeradora,
en fin en todos los rincones del primer nivel de la casa, un pequeño alivio fue cuando Nico trató
de encontrar al niño más pequeño en el cuarto del segundo nivel, pobre Nico gritaba a todo
pulmón……….¡hermanitoooooo! por acá, ¡hermanitoooo donde estaaaaaas!!!! por allá y nada, el
niño había desparecido como por arte de magia, talvez salió a la calle se escuchó a alguien, no
creo respondió el otro, mientras tanto seguía el rastreo familiar en toda la
casa………¡Hermanooooo!!! repitió Nico ¿Dónde está mi hermano? ¡¡¡¡Hermano dónde estaaaas!;
pero de pronto se escuchó una respuesta que salía desde más arriba de la casa de papá Lalo
……..¡¡¡¡Hermano estoy en el Tercer Piso!!!!!!!!!! dijo alguien, toda la familia como pudo subió
arriba y aquel niñito lloraba por lo que le había pasado, el pobre estaba mojadito con las manos
en el tubo del tanque de agua….¿Qué pasó Misha? Preguntó alguien. Con su carita de asustado
dijo………..aquí estaba una arañita, agarré un ladrillo para matarlo, pero el ladrillo fue directo al
tubo del agua, yo no tengo la culpa, la culpa es del ladrillo!!! dijo el niño bebé. Nada importa por
ahora dijo Nico, peores cosas pasan en la vida hermanito.
CONCLUSIÓN: Lo ocurrido a Misha nos hace pensar cuan importante es cada miembro de
nuestra familia, desapareció por un rato Mijail y la familia se declaró en emergencia pues lo
buscaron todos por todas partes hasta encontrarlo, por eso cada uno tiene el deber de cuidarse
a sí mismos y preocuparse por el bien del resto de la familia y así todos disfrutar de la
tranquilidad y la paz de toda la familia y la sociedad, vivir como si fuera el último día de
nuestras vidas. Colorín colorado, el cuento se ha acabado.

Вам также может понравиться