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DOI: 10.18441/ibam.18.2018.67.

205-230

205
| CONFLICTOS SOCIALES Y AMBIENTALES EN CHILE
| SOCIAL AND ENVIRONMENTAL CONFLICTS IN CHILE

CON F LICTOS SOCIALE S Y AMBIE N TALE S E N CHILE


DANY J AIMOVICH / B ELÉN GONZÁLEZ / J ORGE CALBUCURA / N ICOLÁS DEL VALLE ORELLANA /
CLAUDIA MALDONADO GRAUS

LOS CONFLICTOS DEL CHILE CUASI DESARROLLADO Y CUASI


DEMOCRÁTICO

Hasta hace poco, Chile era el “niño mode- el tema. El foco del simposio fue el análisis
lo” en América Latina, tanto para las insti- cuantitativo y cualitativo de: (i) el conflicto
tuciones internacionales como para muchos entre el Estado chileno y el pueblo mapu-
analistas extranjeros. Las supuestas virtudes che, (ii) los nuevos movimientos sociales y
de un sistema económico productivo y efi- (iii) el impacto de la explotación de recur-
ciente, un aparato político funcional y de sos naturales en las comunidades.
alta probidad, y una sociedad con baja con- El estudio de los conflictos es, por defi-
flictividad hacían que este Chile cuasi de- nición, contencioso. Si bien entre los parti-
sarrollado pareciese ser un ejemplo para el cipantes del simposio no hubo acuerdo en
resto del continente y para otras economías muchos aspectos, una idea transversalmente
emergentes. Sin embargo, los recientes es- aceptada fue que durante la transición auto-
cándalos de corrupción de todos los secto- crática-democrática chilena se generó en la
res políticos tradicionales, el estancamiento sociedad una especie de “bomba de tiempo”
de la productividad y el incremento de los u “olla de presión” que ha terminado por
conflictos sociales y ambientales han des- explotar en los últimos años. En este foro,
nudado la fragilidad del “modelo chileno”. Belén González describe esta “Transición
¿Qué es lo que está pasando en el Chile que sin violencia a una democracia limitada”.
se encamina a cumplir treinta años desde el A partir de su experiencia en una extensa
fin de la dictadura? investigación de campo, relata cómo las
En este foro presentaremos algunas concesiones otorgadas al saliente régimen
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de las reflexiones que tuvieron lugar en el militar en 1988 y 1989 permitieron una
primer “Simposio académico: Análisis de transición pacífica, pero en que se toleró la
conflictos sociales y ambientales en Chile”, permanencia de una serie de “enclaves au-
realizado el 28 y 29 de septiembre de 2017 tocráticos” que han condicionado al Chile
en la Universidad Goethe de Fráncfort. En post-dictadura. Una democracia poco re-
este simposio, inédito en Europa, se reu- presentativa y un Estado que se desliga de la
nieron más de veinte investigadores de di- provisión de muchos de los servicios sociales
ferentes disciplinas (antropología, ciencia básicos fueron consentidos largamente y sin
política, economía, filosofía, sociología, mayor conflictividad por la sociedad chile-
etc.) para discutir estudios originales sobre na. Esto en pos de no retornar a un régimen
206 autocrático y no perturbar el inicialmente 1999 y 2002 ya habían representado even-
exitoso modelo económico. tos relevantes, en 2006 es cuando la con-
Uno de los primeros conflictos a los que flictividad social se comienza a manifestar
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se vieron enfrentados los gobiernos demo- notoriamente en la sociedad chilena. Y es


cráticos fue el reinicio del conflicto entre el la primera generación post-dictadura, los
Estado chileno y el pueblo mapuche. Du- estudiantes secundarios de aquella época,
rante el simposio de Fráncfort presentamos los que marcan este hito a través de su “re-
MACEDA, la primera base de datos siste- volución de los pingüinos” en contra de un
mática de eventos relacionados a este con- sistema escolar que poco había cambiado
flicto. Con estos datos es posible analizar desde la dictadura. El mundo intelectual
detalladamente como ya en el gobierno de comenzó a buscar respuestas para entender
Aylwin comienzan los eventos conflictivos, este fenómeno y la tesis de “el malestar”
y particularmente en 1992, coincidiendo en la sociedad chilena ha sido una de las
con otros movimientos indígenas latinoa- más influyentes. En este foro, Nicolás del
mericanos y el V Centenario del Descubri- Valle expone sobre el “Malestar cultural
miento de América. Pero es en 1997 cuan- y conflictos socio-ambientales en Chile”,
do el denominado “conflicto mapuche” se revisando este debate intelectual y como
intensifica en cuanto a actos violentos por éste ha variado mientras la conflictividad
parte de los distintos actores involucrados. ha aumentado, volviéndose más visible y
Hasta el día de hoy este es uno de los con- transversal.
flictos más relevantes de la sociedad chilena. Si bien los gobiernos de cada periodo
En este foro, Jorge Calbucura, acadé- habían logrado “sacarle vapor a la olla de
mico mapuche de larga trayectoria, pre- presión”, es en 2011 cuando el estallido
senta “Más allá del horizonte colonial”, en social se vuelve inminente, esta vez con las
el que describe el proceso histórico de las masivas protestas de los estudiantes univer-
relaciones entre el pueblo mapuche y el Es- sitarios y con el movimiento en contra de la
tado chileno, a partir de la ocupación de construcción de represas hidroeléctricas en
La Araucanía a finales del siglo xix, y en la Patagonia. Claudia Maldonado describe
particular durante el régimen militar y la cómo es que “Algo cambió en Chile a partir
transición. Esta relación ha estado marcada del 2011”, relatando los principales sucesos
por afrentas y violencia, pero también por de este año, los síntomas que precedieron a
acuerdos. Calbucura señala que los mapu- esta explosión social (que pocos previeron)
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che han ocupado “la política como estrate- y las consecuencias que ha traído hasta aho-
gia de sobrevivencia”. Un aspecto relevante ra. La persistente desigualdad económica y
es que este conflicto no es solo étnico y so- social parece haber dejado de ser algo con
cial, sino también ambiental. Mucho antes lo que los chilenos estén dispuestos a con-
que otros movimientos ambientales, las co- formarse.
munidades indígenas se manifestaron con- Amartya Sen, célebre economista y fi-
tra la construcción de la central hidroeléc- lósofo indio, señala que el desarrollo no es
trica Ralco y las empresas forestales. llegar a los 30.000 dólares de PIB per cá-
Si bien el “conflicto mapuche” y las pita, el desarrollo es la libertad. La libertad
manifestaciones estudiantiles de 1997, de poder elegir la forma en que queremos
vivir, la libertad de no vernos restringidos trica académica internacional, los conflic- 207

por carencias materiales, limitaciones polí- tos sociales y ambientales son la expresión
ticas y degradación ambiental para poder de una sociedad que parece querer ir en

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realizarnos como personas, la libertad de busca de esta libertad.
alcanzar nuestro potencial. En un Chile
cuasi desarrollado desde el punto de vista
contable y cuasi democrático desde la mé- Dany Jaimovich

TRANSICIÓN SIN VIOLENCIA A UNA DEMOCRACIA LIMITADA:


DINÁMICAS INTERNAS DE LA TRANSICIÓN CHILENA

El pasado 19 de noviembre de 2017 se lle- ríodo democrático limitado por enclaves


vó a cabo la primera vuelta de las séptimas autoritarios, los cuales han sido diseñados
elecciones presidenciales desde el retorno de para preservar los intereses de aquellos que
la democracia en Chile. Con resultados más abandonaban el poder. El nuevo régimen
ajustados de los anticipado, hay altas posibi- democrático se vio en la posición de go-
lidades de que el candidato de la centro-de- bernar Chile evitando cambios políticos
recha Sebastián Piñera vuelva al poder en que arriesgaran un regreso al modelo auto-
Chile tras cuatro años de un gobierno de crático. A su vez, el nuevo sistema político
coalición de centro-izquierda. Los resulta- tenía (y tiene) la obligación de representar
dos de estos últimos comicios son la parte distintos grupos políticos y sus bases socia-
visible de una democracia en funcionamien- les en un país en donde un 44% de los más
to, demostrando que en Chile el traspaso de de siete millones de votantes se manifestó
poder entre partidos o coaliciones de índole en contra de una transición hacia la demo-
opuesta no interrumpe la actividad social, cracia en el plebiscito de 1988.
económica y política del país. En los últimos 27 años la política
Sin embargo, la normalidad en el cam- en Chile ha representado una postura
bio de gobierno ofrece tan sólo una visión intermedia. Satisfacer a un electorado divi-
parcial del tipo de democracia en la que dido con visiones opuestas sobre el devenir
participa la sociedad chilena hoy. Desde el político de Chile ha generado incentivos
retorno a la democracia, cambios a políti- pare realizar políticas sociales y económicas
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cas sociales y económicas de importancia de poco calado y promover cambios míni-


han sido en general de lenta implementa- mos a dichos enclaves autoritarios. El coste
ción y han puesto de manifiesto división y ha sido posponer de forma indefinida la
controversia política tanto a nivel político resolución de los conflictos sociales para
como social. Como postula Claudio Fuen- no despertar rivalidades políticas latentes.
tes en su libro “El Pacto”, probablemente La intensificación de dichos conflictos so-
esto sea consecuencia directa de una “de- ciales en la historia reciente de Chile es,
mocracia pactada”. en gran parte, resultado de los acuerdos
Con el fin del gobierno autocrático labrados durante la transición política de
de Augusto Pinochet, comenzaba un pe- 1988-1989.
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La transición chilena Chile, es fundamental
examinar cómo la tran-
sición logró evitar una
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Los períodos de transición de un gobier-


no autocrático a uno democrático por lo intensificación del con-
general reflejan una tensa relación entre flicto político hacia un
aquellos en el poder y los que pugnan por enfrentamiento armado
un cambio. Es un período de incertidum- teniendo en cuenta la
bre, donde decisiones políticas pueden al- postura antitética del
terar de forma rápida el precario balance gobierno militar y de la
entre fuerzas opuestas y potencialmente oposición y la constan-
incentivar el uso de métodos de coerción te presencia de méto-
con el fin de imponer un criterio político dos violentos –tanto las
sobre otro. Según Geddes, Wright y Frantz campañas represivas del
en su artículo “Autocratic Breakdown and gobierno como grupos
Regime Transitions” (2014) el 40% de este armados de la oposi-
tipo de transiciones genera víctimas mor- ción– en el marco de la
tales en un último intento del gobierno transición. El gráfico 1 presenta una sim-
autocrático de controlar la situación. plificación de los eventos que acontecieron
Chile pertenece al grupo de las transi- durante ese período y que pudieron activar
ciones autocracia-democracia que evitó la una confrontación más radical entre grupos
posible intensificación de la disputa políti- armados de ambos bandos.
ca a un conflicto armado o el uso unilateral
del aparato represivo por parte del gobierno El riesgo de una intensificación
en salida. En el caso chileno, la transición del conflicto
comenzó tras el plebiscito nacional sobre
la continuidad del general Pinochet en el Durante la década de los ochenta y en par-
poder. El eventual apoyo al cambio de ré- ticular en la antesala del plebiscito de 1988
gimen activó un proceso de negociación operaron en Chile más de treinta grupos
entre el gobierno militar saliente y la oposi- armados. Tres de estas organizaciones –tal
ción política. La transición pactada –como vez las más conocidas– pertenecen a la opo-
se conocen estos casos– generó una serie de sición política al régimen de general Pino-
concesiones al gobierno militar con el fin de chet: el Frente Patriótico Manuel Rodríguez
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garantizar la protección de sus intereses y (FPMR), el Movimiento de Izquierda Re-


evitar el fracaso de las negociaciones. volucionaria (MIR) y el Grupo Lautaro. Sin
En Chile, el legado de las concesiones embargo, los veintiocho grupos restantes lo
políticas que se hicieron durante el proce- hacían bajo el patrocinio o alineación políti-
so de transición ha dado lugar al estudio de ca con el gobierno, tal y como se identifica
las relaciones cívico-militares o el impacto en la revista Hoy número 543. En el gráfico 2
de los enclaves autocráticos en el devenir podemos ver cómo este tipo de movilización
democrático del país. Pero, para entender social de ambos bandos políticos se tradu-
el efecto que dichos legados autocráticos jo en un alto número de acciones violentas,
tienen sobre conflictos sociales actuales en tanto contra individuos como propiedades.
Gráfico 1 Selección de eventos de la transición chilena.

La presencia de grupos con tendencias representó un reto sobre todo para la opo-
violentas tuvo consecuencias directas so- sición, que no tuvo un frente común hasta
bre la transición chilena. Primero, añadió la campaña para el plebiscito de 1988. De
un alto nivel de inestabilidad política y hecho el atentado del FPMR contra el gene-
social poniendo en entredicho la capaci- ral Pinochet en 1986 debilitó la postura de
dad tanto del gobierno militar como de la oposición en las negociaciones informales
la oposición para controlar sus facciones y los obligó a distanciarse de las facciones
internas y llegar al plebiscito de 1988 sin más radicales a fin de no perder legitimidad
violencia. Segundo, ponía en peligro la política y apoyo social. Este hecho empujó
transición en sí misma ya que con el co- a la oposición a acatar los términos de las
mienzo de las reuniones informales entre negociaciones del gobierno militar de cara
el gobierno militar y la oposición en 1985 al referéndum de 1988 con el objetivo de
–como narra Ascanio Cavallo en su libro mantener la posibilidad de una transición
“La historia oculta de la transición”– y política abierta y evitar poner en peligro el
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sobre todo con las negociaciones oficia- precario equilibrio político. Incluso el asesi-
les para la transición a la democracia tras nato de Jaime Guzmán en 1991 por parte
el plebiscito de 1988, el accionar violen- del FPMR durante el primer gobierno de-
to de dichos grupos podría haber roto el mocrático, supuso un duro golde para el
equilibro de concesiones entre el gobier- gobierno de Patricio Aylwin y ayudó a la
no saliente y la oposición emergente. saliente administración militar a destacar la
Sin embargo, poder controlar estos necesidad de proteger sus propios intereses.
grupos durante el período 1985-1989 re- Un ejemplo de esto es la creación de la Di-
quería un nivel interno de cohesión entre rección de Seguridad Pública e Informacio-
las distintas facciones de cada bando. Esto nes, “La Oficina”, en 1993.
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Gráfico 2 Movilización social en Chile 1980-1993.

Dinámicas internas de la cumento –sin legalidad vinculante– de-


transición chilena nominado El “Acuerdo Nacional” donde
convinieron los pasos a seguir tras el ple-
La transición democrática en Chile es- biscito de 1988. Sin embargo, llegar hasta
tuvo condicionada por la posibilidad este acuerdo no fue fácil.
de una intensificación violenta del con- Tanto el gobierno como la oposición
flicto. El accionar violento de grupos tenían objetivos políticos diametralmen-
alineados con el gobierno militar y la te opuestos. El gobierno pretendía incre-
oposición así también como el prece- mentar su legitimidad y lograr una exten-
dente represivo del gobierno militar y sión del mandato del general Pinochet
objetivos políticos dispares entre ambos con el plebiscito de 1988, mientras que el
actores generó dos dinámicas internas de objetivo de la oposición era garantizar la
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la transición chilena antes y después del transición democrática. Buscando ambos


plebiscito nacional de 1988. apoyo popular para obtener estos obje-
En los años posteriores a las protes- tivos, gobierno y oposición entendieron
tas del 1982-1985, el gobierno militar rápidamente el beneficio estratégico y po-
y parte de la oposición comenzaron una lítico de abstenerse del uso de violencia.
ronda de charlas informales. Esta inicia- Principalmente la oposición necesi-
tiva del sector más moderado (y liberal) taba ganar credibilidad como alternativa
de la administración militar y lo que por al gobierno militar, lo cual en el período
aquel entonces era una oposición política 1985-1988 parecía algo imposible dada
fragmentada culminó con la firma del do- su estructura descentralizada y la varia-
ción en ideologías políticas y estrategias los meses anteriores a las elecciones pre- 211

que se congregaban bajo dicha agrupa- sidenciales de diciembre de 1989, sino


ción. El atentado del FPMR contra el que cambios necesarios podrían llevarse a

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general Pinochet en septiembre de 1986 cabo en futuras legislaturas democráticas.
supuso un contrapié para los avances de Este nuevo horizonte temporal permitió
la oposición y desató una nueva campaña aplicar una estrategia gradualista e imple-
represiva por parte del gobierno. Tras este mentar cambios necesarios para obtener
hecho, la oposición –conocida a partir de una democracia funcional a largo plazo.
febrero de 1988 como Concertación de La diferencia de objetivos políticos,
Partidos por el No– decidió sistematizar de horizontes temporales y la posibilidad
la coordinación entre los distintos parti- de que el gobierno militar pueda revertir
dos y rompió tajantemente con faccio- el proceso de transición o de autorizar el
nes de accionar violento. Mientras que la uso de violencia estatal a fin de obtener
oposición tuvo que aceptar los términos sus objetivos políticos, no descartó la in-
del gobierno para el plebiscito de 1988, tensificación del conflicto incluso tras los
su postura se vio fortalecida al presentar resultados del plebiscito de 1988. El apo-
una organización más cohesiva y un estra- yo mayoritario en contra de la extensión
tegia clara de “no violencia”. en el poder del general Pinochet hasta
La votación de octubre de 1988 cam- 1997 desató una confrontación interna
bió el horizonte temporal del gobierno dentro de la Junta de Gobierno. Como
militar y de la oposición afectando el narra el general Matthei –miembro de
principal objetivo político del gobierno, la Junta– en sus memorias Matthei, Mi
aunque no el de la oposición. Con el re- Testimonio (2003), el general Pinochet
verso del plebiscito de 1988, el objetivo estaba dispuesto a rechazar dicho resulta-
político se convertía en mantener la ma- do y revertir el proceso. La Concertación
yor cantidad de poder posible durante la de Partidos por el No de hecho temía una
democracia. En comparación con la opo- reacción negativa e incluso violenta por
sición, no es del todo claro si el gobierno parte del gobierno, pero la oposición a
iba a abstenerse de usar o incentivar el uso esta propuesta de otros miembros de la
de violencia para cohesionar a la fortale- Junta de Gobierno deslegitimó dicha op-
cida oposición ante la eventualidad de la ción y permitió garantizar el devenir de
transición. Las primeras elecciones presi- la transición como estaba establecido en
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denciales desde 1970 suponían un riesgo la constitución de 1980. Sin embargo, la


para las preferencias políticas del gobierno división interna del gobierno militar en
militar y daba tan solo un año como ho- cuanto a la continuación del proceso de
rizonte temporal a fin de forzar enclaves transición fue una llamada de atención
autocráticos que protegieran los intereses para la oposición.
de las fuerzas armadas y sus miembros. Teniendo en cuenta estos aconteci-
En cambio, la oposición podía contar a mientos, la oposición estaba dispuesta a
partir de entonces con un horizonte tem- ceder a las peticiones del gobierno militar
poral más extenso. Las negociaciones para y asegurar el cambio a la democracia sin
la transición política no se limitaban ya a violencia. Hubo una claro trade-off por
212 parte de la oposición: era mejor aceptar tir de la tercera presidencia (Lagos 2000-
las demandas del gobierno saliente que 2006) hubo un claro distanciamiento de
intentar imponer cambios que pudieran las fuerzas armadas de la política, pero la
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desestabilizar el proceso. Esta política trasformación de muchos de los enclaves


de postergación tuvo apoyo directo por autocráticos aún está por llegar.
parte de la ciudadanía cuando se aproba- Si bien durante la transición chilena
ron reformas a la Constitución de 1980 se evitó reactivar la violencia como medio
con un referéndum en junio de 1989, de disputa política en el marco electoral
obteniendo 91,25% de los votos a favor. entre 1988 y 1989, la forma en que esta
Tanto la ciudadanía como la oposición se llevó a cabo y la concepción de que di-
vieron en la transición una oportunidad cha transición solo era posible con con-
única para poder salir del régimen auto- cesiones al gobierno militar saliente han
crático, especulando que el nuevo marco tenido legados mucho más duraderos. El
democrático chileno permitiría con el resultado ha sido la regularidad demo-
tiempo suavizar o incluso eliminar los crática que facilitó el distanciamiento de
enclaves autoritarios. un posible reverso autocrático a costa de
dejar de lado problemas de fondo de una
Más allá de la transición sociedad aún dividida. La “lógica prag-
mática de la gradualidad”, como lo llama
Dado los antecedentes represivos del Claudio Fuentes en su libro El Pacto, ha
gobierno militar y oportunidad de una implicado que hasta ahora solo se hallan
transición pacífica hacia la democracia, realizado modificaciones superficiales a la
es entendible que la estrategia gradualista constitución de 1980 y otros enclaves au-
de cambio político para la eliminación de toritarios. Un ejemplo de la continuidad
enclaves autocráticos haya sido predomi- de dichos enclaves es la Ley Antiterrorista
nante dentro de la oposición política. Sin de 1984, que en el período democrático
embargo, con el transcurso de las legisla- se ha utilizado en varias ocasiones, espe-
turas y la presión de las fuerzas armadas cialmente en el contexto del conflicto en-
durante el período democrático –véase tre el Estado y el pueblo mapuche, uno
en gráfico 1 el Ejercicio de Enlace y el de los primeros conflictos post-dictadura
Boinazo–, se podría decir que en el año (véase Calbucura, en este volumen).
1989 se subestimó cómo la capacidad de Mientras un consenso general da la
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cambio político iba a colisionar con una transición por concluida, los enclaves
sociedad políticamente dividida. Durante autocráticos heredados de la dictadura
las dos primeras presidencias democráti- militar aún presentan una atadura para
cas (Aylwin 1990-1994, Frei Ruiz-Tagle los gobiernos democráticos y en los úl-
1994-2000) aún era latente el conflicto timos años han estado intrínsecamente
de los enclaves autocráticos, con unas ligados a importantes conflictos sociales
fuerzas armadas capaces de dar un golpe en Chile.
de mesa. Solo basta decir que Pinochet
fue comandante en jefe hasta 1998 y se-
nador vitalicio hasta 2002. Recién a par- Belén González
213
MÁS ALLÁ DEL HORIZONTE COLONIAL

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En 1881 se inicia una ofensiva conjun- pectiva, el empoderamiento político es
ta de los ejércitos de Chile y Argentina una acción estratégica de decolonización
que comienza con un ataque a las fron- de la imaginación de la sociedad indígena
teras del territorio mapuche. La inva- como comunidad imaginada.
sión cercena el Wallamapu (territorio La emergencia de las élites provincia-
histórico mapuche); en 1883 las tropas les indígenas, asociada a la noción de lu-
chilenas ocupan los territorios del oeste, gar de origen, cobra especial importancia,
La Araucanía; y en 1885, los militares dada su condición de subordinación racial
argentinos toman posesión del territorio y geopolítica. Los Estados nacionales de
del este, La Pampa. América Latina históricamente se consti-
La población vencida es confinada en tuyen como centro y periferia, donde la
reservas indígenas; es condenada a vivir capital es el centro del poder estatal y la
en permanente situación de vulnerabili- región es la periferia. Por ello es impres-
dad. La reserva indígena persigue quebrar cindible tener en cuenta que el ser y es-
el espíritu de cohesión comunitario, su tar en la periferia de este sistema-mundo
capacidad de organizarse y autogobernar- constituye un entorno de baja dependen-
se. La política de reducción como sistema cia cultural y, por lo tanto, baja tasa de
no aspira a arrancar las raíces de lo que asimilación o desindianización. De esta
existe; siembra raíces más fuertes que las forma, convergen política indígena, no-
viejas con el propósito de sustentar la ma- ción de territorio, clase social y condición
triz colonial. de minoría. Para el caso de la minoría,
No obstante esta situación compleja relaciona sentido de dignidad colectiva y
desde el punto de vista político, econó- poder social como el cauce para alcanzar
mico y social, la sociedad mapuche y sus una cohesión social interna. Así, cohe-
autoridades políticas se ven obligados a sión social y empoderamiento político de
crear alternativas a la medida de la situa- la sociedad mapuche evolucionan como
ción; el encontrar estrategias que permi- objetivos reivindicativos que tienden a
tan su supervivencia. la construcción de identidades y auto-
La política como estrategia de sobre- nomías regionales. La restructuración de
vivencia. En consecuencia, el ejemplo de la política se opera en las organizaciones
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la evolución de la élite política mapuche regionales mapuche, organizadas desde


en torno a la formulación programática arriba hacia abajo, con un liderazgo de
ayuda a comprender la complejidad de políticos mapuche que buscan reconoci-
la política indígena en América; en parti- miento y legitimidad frente al Estado de
cular, la relación entre política, conflictos Chile y su clase política.
y limitaciones del movimiento indígena. Las ideas de la clase dominante son las
De qué forma son entramadas las visiones ideas dominantes en cada época. La idea
del poder a una nueva forma de entender de entonces es que los indígenas son una
la identidad en su concepción de imagi- “raza retrasada e incivilizada”. En este ám-
nación política indígena. Desde esa pers- bito, además, es un hecho que la sociedad
214 mapuche carece de la noción de movili- análisis de las dos convocatorias históri-
dad social. Se establece así una confron- cas dirigidas a las entidades territoriales,
tación en las elaboraciones programáticas que en el tiempo contrastarán las diferen-
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de la élite política mapuche, al asumir la cias en las líneas de acción políticas de las
defensa de la raza indígena y renunciando organizaciones mapuche.
a la defensa de los intereses de los mapu- En Chile, en la década de 1960, la
che pobres. De esta forma, la educación izquierda gradualmente gana fuerza elec-
pasa a ser la prioridad estratégica para la toral, al mismo tiempo que se operan im-
integración social en la sociedad chilena. portantes transformaciones sociales. En
Cautín pasa a ser el centro de la acti- este nuevo escenario de múltiples cam-
vidad política y del desarrollo del lideraz- bios se producen relaciones de conflicto
go político mapuche. Las organizaciones y de cooperación, transacción y acción,
y redes indígenas más representativas se lo que facilita el empoderamiento social
reunirán en torno a la tarea de subsa- y político mapuche, y su propuesta de
nar necesidades que incluyen la defensa destacarse en su especificidad. Son tiem-
de las tierras colectivas, denuncias del pos de protagonismo de los mapuche po-
maltrato, la exclusión y explotación de bres de las reservas indígenas, que ante el
los comuneros. Sobre la base de estas fracaso de la propuesta de asimilación y
demandas se fundan las primeras orga- desindianización impulsada por las aso-
nizaciones mapuche, contribuyendo a ciaciones indígenas pasan a la acción.
enriquecer las representaciones figuradas La propuesta programática es la movili-
sobre la integración, la identidad mapu- zación por la recuperación de las tierras.
che-campesina y la implementación de Las comunidades mapuche, sobrepasan-
políticas sociales. La Sociedad Caupoli- do los programas de reforma agraria im-
cán se funda en 1910, con el objetivo de pulsados por el gobierno de Eduardo Frei
“la defensa de la raza y educación para los Montalva y Salvador Allende, comen-
mapuches”. Esta sociedad, liderada por zaron, en 1969, las “corridas de cerco”,
Venacio Coñoepan, cambia de nombre esto es, la recuperación de tierras en la
en 1934 y pasa a llamarse Corporación provincia de Cautín. La primera acción
Araucana. En 1917, se funda la Federa- coordinada de este tipo se conoce como
ción Araucana, bajo la conducción de “el Cautinazo”. Los resultados electorales
Aburto Panguilef, y en 1920, Antonio de entonces ofrecen una clave para com-
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Chihuailaf funda la Unión Araucana. El prender los fenómenos de expresión que


surgimiento de tantas organizaciones es tienen lugar en La Araucanía; en 1973
la expresión de la diversidad y divergen- Rosendo Huenuman (Partido Comunis-
cia de visiones, y del hecho de que ciertos ta) último parlamentario mapuche electo
líderes son vistos como aliados internos en Cautín, gana con la primera mayoría
de los chilenos. Para el caso, ilustrativo es de votos.
el programa de la Federación Araucana, El golpe militar de 1973 marca el tér-
que postula la creación de una República mino de proceso de empoderamiento po-
Indígena. Estas percepciones persisten en lítico mapuche. Toda una generación de
el tiempo y enfatizan los desafíos para el recambio de dirigentes de comunidades y
de zonas urbanas es encarcelada, exiliada dígenas, crear una Corporación Nacional 215

y asesinada. Los militares implementan la de Desarrollo Indígena e impulsar su desa-


contrarreforma agraria y la Ley de División rrollo e integración, respetando la diversi-

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de las Comunidades Indígenas. Todo esto dad cultural. Las organizaciones indígenas
conlleva una propuesta programática con se comprometieron a apoyar el futuro go-
el objetivo de la defensa de la identidad bierno y a canalizar sus demandas a través
y la sobrevivencia. El advenimiento de la de los mecanismos de participación crea-
dictadura militar trae como consecuencia dos por el mismo.
la imposición de fronteras culturales, cen- Ante tan trascendente acuerdo, al in-
sura y violencia, que tiene por sustrato una terior de la dirigencia mapuche no se lo-
profunda fractura social. Gran parte de la gró llegar a un consenso. Por un lado se
campaña política en contra de la dictadu- alinearon los que confiaban en las prome-
ra militar se hace a costa del tan necesi- sas de los políticos chilenos, destacándose
tado símbolo de resistencia mapuche que la más representativa organización mapu-
sugería la indeclinable decisión de luchar che, Ad-Mapu. Por otro lado, estaban los
hasta las últimas consecuencias por la de- mapuche que, junto a otros líderes indí-
mocracia. En la década de los ochenta, las genas, consideraron que una adhesión de
fotos de los actos políticos de la coalición ese tipo coartaba su autonomía política.
opositora al régimen militar representan a Una de las organizaciones mapuche que
José Santos Millao y Lucy Traipe, enton- se marginó del acuerdo fue el Consejo de
ces máximos representantes de la organi- Todas las Tierras, que declaró “retomar la
zación mapuche Ad-Mapu, con los más propuesta de autonomía y autodetermi-
destacadas políticos chilenos. Para el caso nación del pueblo mapuche”. Vale desta-
indígena contribuyó a expresar la fuerza car que ninguna de estas organizaciones
de la memoria subterránea indígena en su que firmaron el Acuerdo de Nueva Impe-
capacidad innovadora y subversiva de la rial existe hoy. Una vez más, se verificaba
imaginación, un cuestionamiento explíci- la desarticulación y extinción de organi-
to de los postulados históricos y hegemó- zaciones mapuche que apostaban por la
nicos de la historia de Chile. integración a través de las políticas de par-
En 1989 se llevan a afecto las primeras ticipación del Estado chileno.
elecciones presidenciales luego del régi- Desde la década de los noventa, el iti-
men militar. La Concertación de Partidos nerario de la agenda de las organizaciones
Iberoamericana, XVIII, 67 (2018), 205-230

por la Democracia, liderada por Patricio mapuche sigue evolucionado en paralelo


Aylwin, inició la captación de adhesiones, a los cambios políticos experimentados
proceso que promovió el ascenso de nue- a nivel global, siendo el eje principal la
vos dirigentes indígenas y empoderamien- lucha reivindicativa de las comunidades
to de las organizaciones representativas de rurales y urbanas, que a su vez ha mutado
los intereses indígenas; concluyendo con de reivindicaciones sociales y económicas
la firma el Acuerdo de Nueva Imperial. a la políticas, entendida como una políti-
El candidato a la presidencia, Aylwin, se ca indígena con objetivo de profundizar
comprometió hacer efectivo el reconoci- la democracia. Los cambios en la estruc-
miento constitucional de los pueblos in- tura organizacional y la prevalencia de
216 la línea histórica de autodeterminación cuando en esencia se trata de una apuesta
definen la identidad mapuche del nuevo programática de cara al nuevo siglo. Un
milenio. Las nuevas organizaciones ma- paso sustantivo en este sentido fue el
J AI M O VI CH / G O NZ ÁLE Z / CALBU CU RA / DE L VALLE ORE LLAN A / MALDON ADO GRAU S

puche son estructuradas de abajo hacia informe final, en 2004, de la Comisión


arriba; consecuentemente, los líderes ma- Nacional de Verdad y Nuevo Trato, que
puche no buscan reconocimiento y legiti- resumió los puntos más relevantes de la
midad frente al Estado-nación Chile y su deuda histórica del Estado con los pue-
clase política. La arena política indígena blos indígenas. Sin embargo la ausencia
de hoy es intraorganizacional e interor- de un sistema de gestión que implemente
ganizacional, envuelta en la discusión de las recomendaciones de este informe ha
la política nacional y trenzando alianzas demostrado el fracaso de esta iniciativa.
nacionales e internacionales. Con todo, el futuro es preocupante, la
La línea programática de autodeter- falta de responsabilidad en el manejo de
minación incorpora cuatro ejes de acción las relaciones con los Pueblos Originarios
política: (i) autonomía jurisdiccional, (ii) y el estado de Chile ha llevado a agravar
recuperación de tierras ancestrales, (iii) el grado de conflictividad, así como se
derechos colectivos de propiedad y (iv) constata un deterioro en las relaciones de
reconocimiento constitucional. Dere- convivencia. Un país que suele explicar el
chos por lo demás avalados por acuerdos deterioro de su convivencia en términos
internacionales y ratificados por el Esta- exclusivamente económicos, el desafío
do de Chile; en el Convenio 169 de la que se impone es la reconstrucción del te-
Organización Internacional del Trabajo jido social e institucional y la superación
y la Declaración de las Naciones Unidas de las causas estructurales de los conflic-
sobre los Derechos de los Pueblos Indíge- tos. La causa que origina el llamado “con-
nas. Ambas convenciones redactadas con flicto mapuche” es la violencia sociopolí-
el propósito de garantizar un marco uni- tica que ejerce el Estado. En los últimos
versal de estándares mínimos para la dig- años los conflictos sociopolíticos que han
nidad, bienestar y derechos de los pue- tenido como actores a las poblaciones
blos indígenas del mundo. De esta forma locales, las empresas transnacionales y el
se sitúan más allá de la base material de Estado se ha expresado en tres situaciones
la reducción indígena; emplazándose en emblemáticas.
los umbrales de la comunidad imaginaria En primer lugar, el impacto socio-am-
Iberoamericana, XVIII, 67 (2018), 205-230

decolonial. Es decir, en un proyecto vital biental, derivado de la ejecución del pro-


de identidad integral que contempla una yecto de la central hidroeléctrica Ralco
política indígena con objetivo de profun- en el Alto Bío Bío, que ocasiona el des-
dizar la democracia sobre la base de los alojo forzoso de comunidades mapuche,
derechos indígenas que emanan de la le- la inundación de cementerios y sitios
gislación internacional. ancestrales sagrados. Por ello, la realiza-
La refundación del Estado de Chile ción de dicho proyecto dejó en eviden-
desde la perspectiva de una epistemolo- cia la incompatibilidad en la regulación
gía del sur plantea un dilema entre refun- de los recursos naturales como condi-
dar o refundir el Estado-nación colonial, ción para asegurar el derecho al agua de
los pueblos indígenas. Desde el retorno presencia indígena y su pertenencia al 217

de la democracia en 1990, se denomina territorio con sus lugares sagrados, sus


conflicto mapuche a las movilizaciones y cementerios, donde están los antepasados

CON F LICTOS SOCIALE S Y AMBIE N TALE S E N CHILE


acciones directas de las comunidades y se ven frustrados, ya que los derechos de
organizaciones mapuche en contra de las propiedad vigentes no lo contemplan.
plantaciones de monocultivo y proyectos Por último, vale destacar la creciente
de infraestructura de empresas transna- importancia que adquiere la aplicación
cionales en territorio mapuche. Existe de la ley antiterrorista en contra de los
un amplio consenso en torno al hecho de comuneros mapuche. A partir de la déca-
que uno de los principales ejes del con- da de los noventa esta modalidad ha sido
flicto mapuche es la disputa por la tierra. materializada en norma sustantiva de ha-
De acuerdo a la opinión pública, el recla- cer política a través del sistema judicial.
mo de las comunidades mapuche en la Los sectores políticos interesados en per-
Araucanía es justo y legítimo. Desde la petuar la política de reserva indígena al
perspectiva de la historia del tiempo pre- servicio de sus intereses albergan grandes
sente se puede afirmar que el patrimonio expectativas en el poder judicial –jueces y
territorial de las comunidades mapuche fiscales–, para resolver el llamado conflic-
fue usurpado durante el régimen dictato- to mapuche en La Araucanía. Es decir, en
rial de Pinochet. Los decretos leyes 2.568 que la solución al conflicto será policial.
y 2.570 facilitaron que las tierras asigna- Como anteriormente se indica, el
das a las comunidades mapuche por la re- deterioro en las relaciones de conviven-
forma agraria fueran devueltas a antiguos cia impone la necesidad de reconstruir
hacendados o transferidas al Estado; las el tejido social e institucional del Esta-
que luego (1974-1980) fueron vendidas do-nación. Desde esta visión convergen-
a las nacientes empresas forestales. Con te, implica considerar que el ejercicio de
el fin de disminuir las tensiones entre las la violencia sociopolítica sobre la base de
comunidades mapuche y empresas fores- la lógica colonial –donde lo que para al-
tales, el Estado inició una operación de gunos es prescindible, para otros es in-
transferencia de tierras a través del proce- dispensable, lo que para algunos es de-
dimiento de adquisición, transferencia y seable, para otros es peligroso– debe ser
saneamiento legal de tierras de las reser- superada y asumida. Desde la percepción
vas indígenas. divergente, esto consiste en separar los
Iberoamericana, XVIII, 67 (2018), 205-230

El objetivo es asegurar la protección elementos que integran la realidad has-


de las tierras ancestrales; sin embargo, la ta hacer perder su conexión entre ellos,
legalidad impuesta es deficiente o contra- como una forma de relacionarnos con la
dictoria. Los títulos de merced, entrega- imaginación, de interferir en las percep-
dos a los mapuche reducidos entre 1883 ciones; para que nos permita ver “más
y 1930 no tienen la misma fuerza legal allá” del horizonte colonial. Feley may!
que los títulos de propiedad privada de
los colonos. Los comuneros que preten-
den resolver el problema de la credibili- Jorge Calbucura
dad del testimonio y la evaluación de la
218
EL MALESTAR CULTURAL DE LOS CONFLICTOS SOCIO-AMBIENTALES
EN CHILE
J AI M O VI CH / G O NZ ÁLE Z / CALBU CU RA / DE L VALLE ORE LLAN A / MALDON ADO GRAU S

Las críticas al proceso de modernización de la política binominal de los acuerdos.


neoliberal, inaugurado por la dictadura y Entonces, el malestar opera como un
profundizado por los gobiernos posterio- gatillante de las luchas sociales que aspi-
res, tienen un antecedente histórico que ran a un cambio del modelo económi-
puede remontarse a sus orígenes, pero co-político basado en derechos sociales
fueron expresadas con mayor fuerza en universales y en el desarrollo sostenible.
la esfera pública por el movimiento social Para profundizar este argumento, aborda-
por la educación el año 2006 y se conso- ré parte del debate político-intelectual en
lidaron el año 2011. Si bien es cierto que torno al malestar y la modernización en
dichas críticas eran patentes desde inicios Chile, para luego detenerme en su rela-
de la década de los noventa, habiendo an- ción con los conflictos sociales y ambien-
tecedentes históricos, no fue sino hasta las tales. Así, durante los últimos años, en la
marchas multitudinarias, convocadas por esfera pública el malestar con la política
agrupaciones de estudiantes secundarios se desplazó a un malestar con el modelo
en el primer gobierno de la presidenta económico-político. ¿Cuál es la relación
Michelle Bachelet (2006-2010), cuando entre el malestar y las luchas sociales en la
la protesta social aparece con más fuerza esfera pública? La tesis del malestar ven-
en la esfera pública. Esta relación entre la dría a responder esta pregunta, pues no
modernización y las luchas sociales, ha solo aparece como diagnóstico de la so-
sido discutida durante el último tiempo ciedad chilena, sino además termina por
por medio de lo que podríamos denomi- justificar la transformación social del mo-
nar el ‘malestar’. En términos generales, delo neoliberal. Los conflictos sociales y
dicha lectura de los conflictos sociales y ambientales podrían ilustrar esta tesis, en
ambientales en el Chile reciente, sostiene el momento que plantean claras críticas
que las luchas en la esfera pública respon- al modelo neoliberal subsidiario y extrac-
den a un malestar cultural que aparece tivista. Al final de esta nota de investiga-
como resultado de la modernización neo- ción, se aborda parte del debate actual
liberal. Haciendo alusión a la célebre obra con el interés de mostrar su pertinencia
de Sigmund Freud de 1930 El malestar de para la discusión teórica y política sobre la
Iberoamericana, XVIII, 67 (2018), 205-230

la cultura (Das Unbehagen in der Kultur), modernización en América Latina.


en el debate político e intelectual chileno
se sostiene que el malestar es un fenóme- El malestar cultural y la
no difuso que cristaliza las insatisfaccio- modernización
nes, precariedades e inseguridades sub-
jetivas. De acuerdo a esto, el proceso de La tesis del malestar en Chile es una clave
neoliberalización implicó un conjunto de de lectura que suele referir al informe de
restricciones del bienestar subjetivo en fa- desarrollo humano de 1998 del Programa
vor del crecimiento económico en base al de Naciones Unidas para el Desarrollo
consumo y la gobernabilidad democrática (PNUD). Dicho informe, titulado “Las
paradojas de la modernización”, abrió un como parte del proceso de diferenciación 219

debate sin precedentes en Chile que se ha estructural de las sociedades que transi-
mantenido en la esfera pública hasta el día tan desde órdenes sociales tradicionales

CON F LICTOS SOCIALE S Y AMBIE N TALE S E N CHILE


de hoy. Desde un punto de vista teórico, a otros modernos. Desde la sociología, la
la tesis del malestar en Chile se remonta a modernización implica la fragmentación
ciertas reflexiones del politólogo Norbert del sentido y la complejización de los siste-
Lechner relativas a sus análisis del cam- mas sociales. Sin embargo, para Lechner,
po político en el período de transición la modernización capitalista implementa-
política de la década del noventa. Según da en dictadura, tuvo ribetes particulares.
Lechner, ya en los inicios del proceso de El malestar descrito es el correlato de un
democratización en los años noventa, es proceso de modernización de tipo neoli-
posible identificar ciertos síntomas del beral, esto es, un proceso que consistió en
malestar representados por la distancia la mercantilización de diferentes campos
entre ciudadanía y política. Un malestar de la vida social y la privatización de los
entendido como una “disonancia entre la bienes públicos. La transformación del
política tal cual es percibida por la ciuda- campo político hacia una matriz centrada
danía y, por otro lado, la imagen heredada en el mercado, terminó por desmantelar
de la política”. Es claro que para Lechner al aparato estatal que garantizaba servicios
la modernización capitalista que comenzó públicos como la salud, la educación, la
en dictadura, resultó en la incubación de vivienda y la previsión social, cambiando
un malestar que se expresa en aquella di- las condiciones sociales e históricas de la
sonancia entre la ciudadanía y la política. subjetividad en Chile. La modernización
O, para ser más preciso, entre la imagen capitalista trajo consigo una desprotec-
que han heredado y la que actualmente ción social como contraparte de los cri-
tienen los chilenos respecto de la política. terios de la competencia y el esfuerzo
Dicha “disonancia”, que en sus primeros individual para acceder a dichos bienes.
escritos se manifestaba en un problema Siguiendo la crítica de la razón instru-
de “confianza” y “representación políti- mental de Max Horkheimer, el males-
ca”, es constatada con los datos electorales tar aparece aquí como una expresión de
y las encuestas de opinión. Ampliando un proceso de instrumentalización de la
el concepto de Lechner en el estudio del subjetividad que se constituye a partir
PNUD, el malestar fue leído en términos de las referencias a los sistemas político y
Iberoamericana, XVIII, 67 (2018), 205-230

de desprotección e inseguridad. Cual- económico. La expansión del mercado a


quiera sea el caso, se trata de un malestar otros ámbitos de la vida social, significó la
subjetivo que enlaza el punto de vista de configuración de un “nosotros” débil que
los individuos con la vida política. aparece como “una fuente primordial de
La tesis del malestar que se fragua en inseguridad y malestar social”.
el informe del PNUD, sostiene que todo Las críticas a la tesis de Lechner se
proceso de modernización trae consigo levantan al poco tiempo de publicado el
la disolución de los referentes ideológi- informe del PNUD (1998). Cabe desta-
co-culturales en la política (lo que Lech- car la crítica de José Joaquín Brunner, que
ner llama “mapas políticos”), entendida cuestiona la tesis del malestar respecto del
220 proyecto modernizador. Para Brunner, no las luchas sociales. ¿Por qué existe este
hay algo así como un malestar con la mo- descontento que moviliza a millones de
dernización en la sociedad chilena, sino personas, si, como nunca antes, Chile
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“un proceso de evolución y adaptación de cuenta con una situación de bienestar


la moral y los valores a las nuevas con- dada por la democracia política y el libre
diciones de vida urbana, relativamente mercado? El año 2011, la tesis del males-
secularizada y con mayor autonomía de tar era directamente relacionada con el
las personas”. Sin detenerse en el deta- cuestionamiento del modelo neoliberal
lle de su argumentación, para Brunner implementado en dictadura y adminis-
la supuesta tesis del malestar cultural no trado por los gobiernos democráticos. En
es sino una tesis sobre el malestar gene- enero de 2012, Pedro Güell, coordinador
ral que produce todo tipo de moderniza- ejecutivo del equipo de investigación del
ción. Tesis que, desde su punto de vista, informe del PNUD de 1998 y asesor del
sería erróneo aplicarlo al caso chileno con segundo gobierno de Michelle Bachelet,
los datos de aquellos años. En el caso de sostuvo que “2011 fue en Chile el año del
Brunner, habría algo así como una “fric- malestar expresado en las calles”. Según
ción” en la sociedad chilena, pero sería un Güell, el proceso de transformación de la
problema de correspondencia entre los sociedad chilena avanzó desde un “males-
criterios normativos que provienen de la tar difuso” hacia la “protesta social” de los
modernización y las condiciones sociales nuevos movimientos sociales. Contra los
reales logradas por dicho proceso. Enton- críticos del informe de 1998, Güell argu-
ces, la sociedad no tendría un malestar menta que el malestar se expresó silencio-
con la modernización neoliberal, sino samente, esto es, tuvo un desarrollo im-
que está sufriendo cambios normales que plosivo que irrumpe con la consolidación
forman parte de cualquier proceso de este del movimiento estudiantil del año 2011
tipo. Aquello que los investigadores del como actor político en la esfera pública.
PNUD llamaban “malestar”, no era sino Dicho silencio, puede explicarse por el
parte de un proceso de adaptación entre “miedo chilensis” de hablar públicamente
las expectativas de los ciudadanos que la por parte de las generaciones que vivieron
propia modernización capitalista promete el autoritarismo, los mecanismos de go-
y las condiciones reales de la vida que di- bernabilidad y enclaves autoritarios que
fícilmente logran satisfacer dichos deseos. negaron la traducción política del males-
Iberoamericana, XVIII, 67 (2018), 205-230

tar, y el proceso de mercantilización de la


Los conflictos socio-ambientales vida cotidiana en la sociedad chilena don-
del Chile recientes de la coordinación social está determina-
da por el mercado. De acuerdo a Güell, el
Luego de las movilizaciones sociales que proceso de modernización hizo posible un
comienzan el año 2006 con el movimien- fortalecimiento de las clases medias pero
to estudiantil, la tesis del malestar vuelve profundizando el sentimiento de insegu-
a aparecer en la discusión pública, lo que ridad asociado a la precariedad laboral y la
obliga a políticos e intelectuales a revisar insatisfacción respecto de la promesa del
las conexiones entre la modernización y éxito de la transición política.
El malestar con el proceso de mo- En este contexto, desde 2016 la campaña 221

dernización queda al descubierto con la por “no+AFP” (no más Administradores


emergencia de luchas sociales que se eri- de Fondos de Pensiones) volvió a poner

CON F LICTOS SOCIALE S Y AMBIE N TALE S E N CHILE


gen contra la mercantilización de los bie- en la discusión pública la importancia de
nes públicos como la educación, la pre- un sistema de previsión social basado en
visión y la vivienda, pero también contra la solidaridad y el reparto. Este modelo
el modelo de desarrollo extractivista que exige mayor responsabilidad de las
basado principalmente en la iniciativa empresas y del Estado en la composición
privada. En el año 2011 se consolidan de los fondos y en la administración de
los movimientos sociales como forma de las pensiones. De igual modo, el movi-
la acción política en Chile. A diferencia miento estudiantil, esta vez liderado por
del año 2006, las luchas por derechos so- los estudiantes universitarios, propuso
ciales como la educación fueron acom- un modelo de educación basado en el
pañadas por nuevos conflictos ambien- carácter público, gratuito y sin fines de
tales en la esfera pública que refieren a lucro en todos los niveles del sistema.
un cuestionamiento de la explotación de En ambos conflictos sociales, las luchas
los recursos naturales como fundamento fueron contra la mercantilización de
del desarrollo. El malestar cultivado du- ciertos servicios públicos que deben ser
rante los años de la transición, se expresa garantizados por el Estado, favoreciendo
en los conflictos sociales y ambientales, su democratización a través de derechos
entrado el siglo xxi. Lo que se pone en sociales universales.
cuestión es la legitimidad de todo el mo- Al mismo tiempo, las marchas con-
delo económico-político, simbolizado tra proyectos mineros, termoeléctricos,
en el Estado subsidiario y la democracia hidroeléctricos y forestales, entre otros,
procedimental, en el modelo extractivo cuestionaron el modelo de desarrollo
de desarrollo y en la Constitución forja- basado en la extracción y explotación de
da en dictadura. recursos naturales tanto en el sur como
En el caso de los conflictos sociales, en el norte de Chile. Luego de algunos
cabe destacar los movimientos por la pre- conflictos aislados a fines de la década
visión social y la educación como dere- del noventa, las campañas contra el pro-
chos sociales, los cuales tomaron forma yecto Barrancones (2010) e Hidroaysén
en campañas ciudadanas contra la con- (2011) emergieron en la esfera pública,
Iberoamericana, XVIII, 67 (2018), 205-230

figuración neoliberal de los sistemas de poniendo el valor de la naturaleza como


pensiones y de la educación. La previsión forma de crítica al proyecto moderniza-
social quedó restringida a un modelo de dor del neoliberalismo. Dicho malestar
capitalización individual y administra- tuvo una expresión focalizada en cada
ción de fondos por empresas privadas con una de las localidades afectadas, pero
fines de lucro, mientras que la educación también a nivel nacional en diferentes
se basó en un sistema de provisión do- puntos del país. La esfera pública hizo
minado por entidades con fines de lucro posible la articulación de diferentes de-
y un modelo de financiamiento depen- mandas, definiendo el malestar con el
diente de las familias y el subsidio estatal. modo de desarrollo. La composición de
222 estas luchas es heterogénea y puede rela- deben ser abordados junto a varios otros
cionarse tanto con los sectores medios de instrumentos de tipo cualitativo. El ma-
las localidades urbanizadas como por las lestar subjetivo sería aquello que conec-
J AI M O VI CH / G O NZ ÁLE Z / CALBU CU RA / DE L VALLE ORE LLAN A / MALDON ADO GRAU S

comunidades que ven sus vidas interfe- ta las desigualdades y las luchas sociales.
ridas por proyectos extractivos. Frente a Desde este punto de vista, la moderniza-
esto, las críticas no solo ponen el acento ción significó un proceso de democrati-
en las dinámicas entre sociedad y natu- zación y crecimiento económico que dis-
raleza, sino también señalan la oportuni- minuyó la pobreza y redujo –en parte– la
dad de pensar un modelo de desarrollo inequidad de ingreso, pero al mismo
basado en la cultura, el conocimiento y tiempo profundizó ciertas desigualdades
la información. El malestar ligado a la no convencionales que afectan la vida co-
explotación de recursos naturales ha te- tidiana, la participación política, el me-
nido respuestas políticas de diferentes dio ambiente, entre otras. Recordando el
índoles, desde comunidades indígenas informe de 1998, la modernización es un
en conflicto con las empresas trasnacio- proceso paradójico, que implica avances
nales, pasando por movimientos conser- y retrocesos de acuerdo al estándar de la
vacionistas, hasta iniciativas públicas por democracia y los derechos humanos.
el uso de energías renovables que siguen Contra la tesis del malestar, se esgrime
siendo extractivas. Dicha puesta en va- la tesis del éxito del proceso de moderni-
lor de la naturaleza deviene un malestar zación capitalista que encuentra sus raí-
frente al modelo de desarrollo basado en ces en la crítica de José Joaquín Brunner,
la extracción de recursos naturales. pero que hoy se sustentan en las estrate-
gias políticas de las elites que componen
El malestar en el Chile de hoy la coalición de derecha. En un informe
recientemente publicado por el Centro
En junio de 2017, el equipo de PNUD de Estudios Públicos (CEP Chile), ligado
vuelve a publicar su informe anual sobre al empresariado y a la actual oposición
desarrollo humano, esta vez relativo a política de derecha, sostiene no solo la
las desigualdades. Titulado “Desiguales. inviabilidad de la tesis del malestar, sino
Orígenes, cambios y desafíos de la brecha además, que las movilizaciones y las insa-
social en Chile”, el estudio profundiza en tisfacciones manifestadas en las encuestas
una de las mentadas “causas” del malestar son resultado del éxito de la moderniza-
Iberoamericana, XVIII, 67 (2018), 205-230

cultural. El estudio sostiene que si bien ción neoliberal en Chile. Así, mientras
no es posible establecer relaciones causa- que la tesis del malestar de fines de la dé-
les en este tipo de estudios, hay evidencia cada de los noventas terminó por justifi-
que podría sustentar la hipótesis que re- car las luchas sociales y el cuestionamien-
laciona directamente las desigualdades y to del modelo neoliberal el año 2011; la
el malestar en la sociedad chilena. Para tesis del éxito del modelo asiente que los
esto, no bastaría solo hacer mención a chilenos tienen una insatisfacción respec-
los datos de encuestas de opinión, pues to de las soluciones públicas, pero no de
la cultura política expresa procesos de las soluciones privadas a problemas pú-
transformación de larga duración que blicos, reconociéndose como sujetos sa-
tisfechos con el acceso a ciertos servicios, igualdades arbitrarias con el objetivo de 223

aunque descontentos con el desempeño mitigar sus efectos patológicos, así como
de las instituciones y el Estado. Antes que disminuir el hiato entre las condiciones

CON F LICTOS SOCIALE S Y AMBIE N TALE S E N CHILE


tratarse de un cuestionamiento de la mo- sociales de los chilenos y sus expectativas
dernización, es una defensa del modelo celebradas gracias al consumo.
neoliberal por la eficiencia del mercado Cualquiera sea el caso, lo cierto es
como proveedor de servicios y un alegato que el actual escenario se caracteriza por
contra el Estado como garante. En otras una discusión de las elites políticas e in-
palabras, si es que hubiera algo así como telectuales respecto del diagnóstico de
un malestar, este sería con las incompe- los procesos sociales que se desencadena-
tencias del aparato público y no con la ron luego del año 2006. Hoy en día, en
modernización neoliberal. Chile están en juego estas diferentes in-
Finalmente, de un modo ambivalen- terpretaciones sobre los últimos conflic-
te, Carlos Peña, actual rector de la Uni- tos. Siguiendo a Lechner, precisamente
versidad Diego Portales, ha sostenido por esta separación entre la política y la
que el malestar del cual se habla es una ciudadanía es que las primeras se ven en
insatisfacción que surge de la disparidad un problema a la hora de interpretar los
entre las expectativas de los ciudadanos y deseos y pensamientos de los grupos me-
las condiciones sociales reales. Según el dios que componen la mayoría del país.
rector, este malestar general, nada tiene La pregunta por despejar, entonces, radi-
que ver con aquel malestar con el modelo ca en si el malestar conduce a un anhelo
económico-político resultante de la mo- de cambio estructural del modelo neoli-
dernización; más bien, desde esta óptica, beral. Esta pregunta respecto de la teoría
la ciudadanía habría encontrado mayores social y política detrás de los estudios de
grados de autonomía a través del consu- la modernización en Chile es clave, pues
mo, lo que hablaría del éxito del proyec- pone en relación el rendimiento expli-
to neoliberal. Las interacciones sociales cativo de la teoría como también reve-
a través del dinero, cuestión que solo es la el proyecto normativo que de ella se
posible gracias a la modernización capi- desprende. Considerando lo dicho hasta
talista, permiten una forma de socialidad aquí, poniendo atención en las demandas
donde la subjetividad no es puesta en sociales y las interpretaciones de las elites,
riesgo. A pesar de ello, todo proceso mo- habrá que imaginar una transformación
Iberoamericana, XVIII, 67 (2018), 205-230

dernizador se caracteriza de ambivalen- política que, sin aspirar al fin del sistema


cias que pueden ser retrotraídas a ciertas capitalista mundial, logre instaurar un
patologías sociales y a la falta de corres- nuevo modelo basado en derechos socia-
pondencia entre facticidad y validez de les universales y en el desarrollo sosteni-
los órdenes sociales. Este fenómeno sería ble. Estos serían los nuevos fundamentos
aquello que el informe PNUD (1998) normativos de la teoría de la moderniza-
refería al malestar. Para Peña, la clave de ción en Chile.
las elites políticas es traducir dicho ma-
lestar en una propuesta que acompañe la
modernización, pero corrigiendo las des- Nicolás del Valle Orellana
224
ALGO CAMBIO EN CHILE EL 2011: BREVE DEBATE SOBRE UN
ACONTECIMIENTO POLÍTICO, SUS CAUSAS Y CONSECUENCIAS
J AI M O VI CH / G O NZ ÁLE Z / CALBU CU RA / DE L VALLE ORE LLAN A / MALDON ADO GRAU S

Introducción 2011. Sin embargo este “algo” no siempre


podía ser identificado con claridad, no te-
El 30 de junio del año 2011, en el centro nía un nombre, ni podía ser encasillado
de la ciudad de Santiago, se congregaron dentro de un solo concepto o problema.
miles de personas en la que sería una de No al menos hasta los últimos años. Este
las más grandes manifestaciones de la que “algo” no era un malestar que recién haya
se tenga registro en Chile desde el retorno aparecido este año clave, sino que germi-
a la democracia. Cifras oficiales de aquel naba en el interior de la sociedad desde
día, hablan de más de un millón de per- hace al menos una década. Esta sensación
sonas manifestándose simultáneamente a a ratos indefinible, era síntoma de un ma-
lo largo del país en apoyo a la demanda de lestar mayor, con el modelo económico y
educación gratuita y de calidad impulsada social forjado en dictadura y consolidado
por el movimiento estudiantil. Esta fecha en democracia, con las expectativas ge-
quedaría grabada en nuestra historia lo- neradas por este sobre todo en términos
cal, no solo como el inicio de una época de inclusión y que no pudieron ser sa-
particularmente conflictiva para los chi- tisfechas. Molestia con la democracia de
lenos desde el punto de vista social, sino los consensos y el empate partidista en-
también como un período que marcaría tre las dos fuerzas políticas hegemónicas
significativamente la relación de la socie- –Alianza por Chile y la Concertación de
dad con lo político y lo colectivo en los Partidos por la Democracia–, con la fal-
años posteriores. ta de representatividad de la política, y
Al hacer un ejercicio evaluativo de las de los políticos, vistos cada día más lejos
causas que provocaron un estallido social de los problemas cotidianos de la gente.
de la magnitud del que ocurrió el año Molestia con el déficit en términos de
2011, muchos expertos, políticos y ciuda- igualdad y con las injusticias provocadas
danos comunes destacaron varios aspec- por las enormes desigualdades que hacen
tos estructurales y cotidianos críticos que imposible un proceso de integración so-
hacían predecible un evento de esta natu- cial; molestia con el extendido discurso
raleza. Pasada la etapa más álgida de pro- meritocrático que no es palpable para
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testas, una “evaluación de daños” sostuvo grandes sectores de la población como


que no solo las instituciones del Estado señalaron Engel/Navia (2006), Barozet
quedaron en mal pie, sino que gran parte (2006), Araujo (2009) y Araujo/Martuc-
de nuestro sistema de representación po- celli (2012).
lítica, sus representantes y las élites que lo A partir de este contexto de conflicti-
componen. En la lectura de este fenóme- vidad y cuestionamiento generalizado al
no, vemos que muchas de las opiniones statu quo que se instaló en Chile a par-
expresadas en el debate público parecie- tir de este momento histórico, es que me
ron tener a primera vista un denominador gustaría discutir en el siguiente artículo
común: algo cambió en Chile después del dos ideas claves. La primera de ellas, que
el movimiento social de 2011 no fue una ca de discursos, actores sociales y políticos 225

acción de protesta o un movimiento so- (mucho de ellos antes inexistentes), pero


cial más, sino que fue el acontecimiento también de demandas históricas (en los

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que encauzó políticamente las expresio- ámbitos de la educación, la salud, el la-
nes –muchas veces conflictivas– de los boral, el previsional, etc.) que depurados
cambios societales experimentados por en sus causas, parecieron compartir un
los chilenos durante los últimos años. Y origen problemático común: las desigual-
la segunda, que este acontecimiento y la dades sociales.
disputa política que nace a partir de él, Todos aquellos grupos políticos que
tuvo el gran mérito de articular el recla- surgen y/o se articular a partir de 2011
mo y la molestia de la gente en torno a la tuvieron un rol activo en la interpela-
cuestión de la igualdad y la desigualdad, ción al orden de la vida cotidiana y a las
binomio cuya comprensión y debate en el relaciones de poder que la cruzan, dan-
espacio de lo público, superó ampliamen- do por primera vez representación clara
te las visiones económicas y/o jurídicas –“un cuerpo político”– a los malestares de
predominantes. la sociedad chilena. El resultado de esta
operación no fue en ningún caso irrele-
Relato de un proceso: del vante, puesto que hizo posible la articu-
síntoma a la cristalización de lación de grupos sociales, intelectuales y
los malestares populares con un rasgo distintivo que los
hizo diferentes a cualquier otra unión de
El punto de partida del argumento movimientos surgida en años anteriores:
de este artículo es que las protestas estu- su carácter de acontecimiento (Rancière
diantiles y de un sinnúmero de manifes- 2006, 2012). Pero ¿Qué significó esto
taciones de la población que se articulan exactamente? Que el movimiento de
desde y a partir del año 2011, generaron 2011 tuvo la capacidad de alterar el cur-
cambios importantes en la relación socie- so normal de las cosas, de cuestionar lo
dad-política, pero también en la forma en estable y lo hasta ese momento legítimo.
que la gente percibe sus problemas coti- Fue un evento disruptivo que logró por
dianos, sus causas y también a sus respon- primera vez agrupar demandas de aspec-
sables (llámese instituciones del Estado, tos problemáticos reconocibles y compar-
empresas privadas, etc.). Este proceso fue tidos por los miembros de la sociedad,
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posible, en gran medida, por la grieta que y que pusieron en cuestión el funciona-
el movimiento social y sus actores (prin- miento de los vínculos sociales en torno
cipalmente el estudiantil) ocasionaron a a un punto fundamental: los abusos; co-
la estructura hegemónica predominante tidianos, de los poderosos, de los mejores
a través del cuestionamiento generalizado ubicados en la escala social. Con la idea
y transversal a las formas de organización del acontecimiento no quiero afirmar que
social excluyentes que predominan en este sea un hecho dado en un momento
Chile. Ocurrida esta dislocación se ob- histórico único y con capacidad de expre-
serva claramente una agudización de los sar todos los problemas de la sociedad,
conflictos y una mayor exposición públi- sino que quiero poner énfasis en aquellas
226 características asociadas a él que hizo visi- cales como el cambio de régimen político
bles a los invisibles, dio voz a los sin voz, (dictadura-democracia) y el advenimiento
e hizo públicos e identificables los daños neoliberal, con su impacto en la cultura y
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expresados por quienes los sufren, aspec- sus contradicciones. El segundo diagnósti-
tos que dan la oportunidad de pensar este co del acontecimiento se asocia una nueva
fenómeno de forma excepcional. En bre- situación social presente en los últimos
ve entonces, se irá sobre el proceso de ges- años y que se expresa en una fuerte de-
tación de este acontecimiento, así como manda de cambios en un escenario donde
su efecto transcendental en los términos hay un cuestionamiento generalizado a lo
del debate social y político actual. jurídico, lo institucional, y a la clase po-
Si volvemos unos años atrás, y parti- lítica; pero que sobre todo, cuestiona los
cularmente a aquellos anteriores a 2010, criterios éticos y morales que conciernen
podemos reconocer la existencia de su- al ámbito subjetivo y de las interacciones
jetos invisibles, sujetos dañados por ma- cotidianas de los chilenos (Araujo 2013,
lestares y demandas insatisfecha ligadas 2016; Frei 2016). Este panorama general
sobre todo a la inseguridad e incertidum- de malestares compartidos sin embargo,
bre con la que los individuos en Chile habría necesitado del movimiento estu-
enfrentaban su vida en distintos ámbitos diantil como válvula de explosión, en este
(salud, educación, trabajo, protección sentido ¿muchos se preguntarán por qué
social, etc.). Esta tesis ampliamente dis- la educación y no otro ámbito? Porque
cutida a partir del informe del Programa la educación es un tema particularmente
de Naciones Unidas para el Desarrollo sensible para la sociedad chilena, ya que
(PNUD) del año 1998, “Las paradojas de en ella están puestos los anhelos del re-
la modernización”, fue sin duda un punto conocimiento, la esperanza de movilidad
de partida para documentar los primeros y distinción social, valores enaltecidos y
síntomas del malestar de la sociedad con promovidos tanto desde el Estado como
algo mayor. Este síntoma a todas luces pa- desde las élites sociales y políticas.
rece haberse depurado con el paso de los Una pregunta importante en este pro-
años hasta llegar a 2011 con el reconoci- ceso de gestación del acontecimiento es:
miento de la desigualdad como su causa ¿por qué si estos malestares eran recono-
pero en un sentido amplio y generaliza- cidos por los individuos en Chile desde
do (desiguales oportunidades, desiguales hace un par de años atrás, no existieron
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condiciones, desiguales formas de enfren- antes movilizaciones de descontento que


tar la vida, desigualdad en el trato cotidia- los pusieran en evidencia? Una respues-
no, entre muchas otras). ta a esta pregunta requiere mostrar dos
En lo que respecta al diagnóstico que factores que pudieron haber funcionado
los actores hicieron sobre el acontecimien- a modo de atenuante o como “dique de
to encontramos varias causas. Acelerados contención”. El primero de ellos se aso-
procesos de cambios y transformaciones cia a un deterioro de los vínculos socia-
provenientes de fenómenos como la globa- les producto de la acción desarticuladora
lización, la modernización, la individuali- que ejercieron los militares sobre las or-
zación, a los que se sumaron procesos lo- ganizaciones políticas, y sobre la sociedad
en general, a través del miedo, la repre- ambiente donde prima un débil lazo so- 227

sión, y la violación sistemática a los de- cial que no puede ser asegurado a través
rechos humanos a partir del año 1973. del colectivo político.

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Esta desestructuración prevalece con los Sin embargo, a los factores atenuantes
años, haciendo compleja la reestructura- hay que agregar factores detonantes del
ción política y por ende la articulación acontecimiento. Aquí, encontramos dos
de descontentos y movimientos sociales. de tipo estructurales y uno de tipo con-
Recordemos también, que la dictadura tingente. El primero de ellos se asocia al
de Pinochet vino acompañada de una principio de igualdad de oportunidades
completa reestructuración de la matriz ampliamente extendido al interior de la
social que en una nueva versión, combi- sociedad y que no puede ser verificado
nó neoliberalismo y régimen autoritario en la realidad. Caso puntual, el principio
con consecuencias económicas y cultura- meritocrático asociado sobre todo a la
les profundas desde el momento en que educación que deja de tener centralidad,
los derechos sociales más básicos de la en vista de que el talento y las oportuni-
sociedad fueron privatizados, el mundo dades aún siguen atadas a asuntos de ads-
del trabajo flexibilizado y las fuentes de cripción social (el lugar de origen y la cla-
estabilidad y cohesión social fueron des- se social). El segundo detonante se asocia
apareciendo. Con el paso de los años y a al recambio generacional de los líderes de
medida que se instala el nuevo modelo las movilizaciones sociales de 2011. Las
económico, se transita hacia una socie- nuevas generaciones de manifestantes es-
dad débil políticamente, al desamparo de tuvieron compuesta por dirigentes que en
la protección del Estado, y que empuja su mayoría nacieron y se criaron en demo-
aceleradamente a sus individuos hacia el cracia, factor histórico que los hace perder
mercado. La inclusión social en este con- el miedo al conflicto y a la regresión auto-
texto se redujo principalmente a una par- ritaria, fantasmas con los que convivieron
ticipación en el consumo, perdiendo así sus padres y abuelos en la década de los
sentido la búsqueda de soluciones política noventa. Un último factor detonante, se
y colectivas a los problemas. Un segun- asocia a la llegada de la derecha al poder
do factor atenuante lo encontramos en la en la figura de Sebastián Piñera que rom-
política de baja intensidad que ejercieron pe el eje ideológico dictadura –democra-
los gobiernos de la antigua Concertación cia dando paso a una expresión abierta
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de Partidos por la Democracia (CPPD) a del malestar, sobre todo porque Piñera es
partir de los años noventa. En esta eta- simbólicamente representante del mode-
pa prevalece el eje dictadura-democracia lo que lo causa. A esta reacción simbóli-
en lo simbólico, lo que en lo práctico se ca también se suma la inexperiencia para
traduce en cooptación y disciplinamiento gobernar que mostró la derecha chilena y
de los grupos inconformes con la transi- que reflejó en un errático manejo de los
ción, aspecto que fue clave para limitar conflictos y en la poca influencia sobre los
la expresión de descontento en democra- líderes sociales, hechos que habrían acele-
cia. En esta etapa además se consolida el rado significativamente la manifestación
modelo económico de la dictadura en un pública de descontentos.
228 En lo que respecta a las consecuen- capacidad de articular una gran varie-
cias del acontecimiento, pueden resu- dad de identidades y demandas secto-
mirse en tres. La primera consecuencia riales históricas, las que mediante un
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es una cristalización de daños en el es- proceso de exposición pública, buscaron


pacio de lo público y un cambio en el transformarse en un sujeto político con
sentido común de las persona a partir de aptitud transformadora. Lo que une e
una mayor percepción de los abusos per- identifica a estos grupos en conflicto es
petrados por quienes se encuentran en su identificación con un daño común:
ventaja económica, social y política (por las desigualdades, aunque estas no solo
ejemplo: casos de colusión empresarial se asocian a las económicas relaciona-
que afectan directamente a los consu- das con la pobreza, donde el mérito, el
midores, así como casos de corrupción y esfuerzo y la responsabilidad individual
financiamiento ilegal de la política). Una son claves para superarlas. El problema
segunda consecuencia se asocia a una que parece estar en el centro del males-
amplia conciencia adquirida respecto al tar de los individuos en Chile luego de
lucro a costa de los derechos fundamen- 2011 apunta a un cuestionamiento am-
tales (salud, educación, entre otros) que plio de las desigualdades; una mixtura
los chilenos perciben en los intercambios de ellas, que transgrede el ideal igualita-
cotidianos. Por último, una consecuen- rio en su variante de oportunidades, de
cia importante del acontecimiento fue condiciones y de resultados. A partir del
la visibilización pública de daños en una acontecimiento, hablar de desigualdades
dimensión ética y moral: ligada a la des- para los sujetos y grupos políticos invo-
igualdad en el trato percibido sobre todo lucró una crítica directa a la forma en
por los peor ubicados en la organización que la estructura social hace prevalecer
social. En este sentido habría una fuente una lógica jerárquica y de privilegios. Se
de sentimientos de injusticia con las éli- cuestiona activamente la concentración
tes económicas, que no tiene que ver con de ingresos y el acaparamiento de los re-
que ellos posean gran cantidad de recur- cursos por parte de un pequeño grupo
sos, sino que tiene que ver con el trato de la sociedad. Se discute sobre el acceso
que tienen con el resto de los grupos de desigual a bienes y derechos básicos tales
la sociedad y con los procedimientos con como la educación, la salud, así como la
los cuales se relacionan con las demás baja movilidad social. Toman centrali-
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personas (Barozet/Mc Clure 2015). dad por primera vez las desigualdades en
el mundo laboral (salarial y derechos).
Conclusión Se cuestiona la seguridad con la que los
individuos enfrentan proyectos familia-
Después del acontecimiento entonces, res e individuales, poniendo en el centro
vemos una movilización amplia de or- de la discusión la desigual libertad para
ganizaciones que tienen como principal tomar decisiones. Aparecen con fuerza
característica no pertenecer a los parti- la desigualdad en el trato cotidiano, vis-
dos políticos tradicionales (con algunas to sobre todo a través de situaciones de
excepciones). Estos habrían tenido la abuso (empresas sobre todo), pero que
también en el desprecio, y el ninguneo, educación es un ejemplo de ello). Pero 229

la falta de respecto y el no reconocimien- sin duda su mayor logro fue revitalizar


to de la dignidad, es decir, todas aquellas la demanda igualitaria en el debate, solo

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desigualdad ilegítimas que provocan ver- que esta vez en clave política, un paso
güenza, humillación y violencia (Araujo sin duda necesario para actualizar los
2016; Frei 2016; PNUD 2017). acuerdos sobre convivencia en una so-
Un último punto fundamental: la ri- ciedad que se ha transformado cultural-
queza de la discusión sobre las desigual- mente y que exige que las instituciones
dades que se revitaliza con el aconteci- y sus representantes se encuentren a la
miento, si bien no ha tenido un efecto altura de ese desafío.
performativo inmediato, ha logrado
incluir cambios paulatinos a la agenda
del gobierno (la ley de gratuidad en la Claudia Maldonado Graus

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Chile: Editorial LOM.
— (2012 [1995]): El desacuerdo. Política y filosofía. Buenos Aires: Nueva Visión.
230
AUTORES

| Dany Jaimovich, Goethe Universität Frankfurt am Main (jaimovich@econ.uni-frankfurt.de),


J AI M O VI CH / G O NZ ÁLE Z / CALBU CU RA / DE L VALLE ORE LLAN A / MALDON ADO GRAU S

PhD en Economía, Graduate Institute of International and Development Studies, Geneva,


www.danyjaimovich.com.

| Belén González, Universität Mannheim (belen.gonzalez@uni-mannheim.de) es doctora en


Ciencias Políticas por University of Essex e investigadora de postdoctorado en el proyecto
“Represión y la Escalada de Violencia” (RATE) con la profesora Sabine Carey financiado por el
Consejo de Investigación Europeo (ERC).

| Jorge Calbucura, University Ostersund, Suecia (calbucura@mapuche.info) es profesor asocia-


do del Departamento de Trabajo Social Mid Sweden.

| Nicolás del Valle Orellana, International Institute for Philosophy and Social Studies (Berlín;
ndelvalle@iipss.com), cientista político, magíster en Pensamiento Contemporáneo y candidato
a doctor en Filosofía. Director de Pléyade, revista de humanidades y ciencias sociales.

| Claudia Maldonado Graus, Freie Universität Berlin (cmaldonadograus@gmail.com), doctora


en Sociología.
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