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Art. 140: Serán reprimidos con reclusión o prisión de tres a quince años, el que redujere a una persona a
servidumbre o a otra condición análoga y el que la recibiere en tal condición para mantenerla en ella.
Tipo Objetivo:
a) Sujeto activo: Esta figura no exige condiciones o calidades especiales para ser considerado autor.
b) Sujeto pasivo: La ley no distingue respecto de la víctima del delito, pudiendo tratarse de una persona de
cualquier edad
c) Acciones típicas: La norma se refiere a un estado de privación de la libertad sin encerramiento ir\ es decir,
no resguarda la integridad del poder físico del individuo para trasladarse de un lugar a otro o mover su cuerpo,
sino que, dentro del ámbito de la libertad individual, defiende su derecho a que sus servicios o su persona no
sean materialmente sometidos al dominio absoluto de otro.
También se pune al que recibe a la persona en esa condición para mantenerla en ella: el SA no es autor de la
reducción, pero sí de la recepción. En este caso, la persona ya se encontraba previamente reducida. Es
entonces suficiente, con la recepción, no siendo necesaria la manutención para configurar el tipo penal. Con
la receptación se consuma el delito.
Reducir a Servidumbre: someter a una persona a poder y a la propiedad de otro. Es decir, que la víctima carece
de toda libertad individual, y pasa a ser (toma la condición) de cosa. La víctima se encuentra en ese estado
cuando ha sido sujetada a un trabajo u ocupación propio a los del siervo.
Tipo Subjetivo:
Delito Doloso. En el que recibe encontramos un elemento subjetivo distinto del dolo: lo recibe con la finalidad
de mantenerlo en la condición (aunque objetivamente no lo mantenga). Basta con la intención de mantenerlo.
El tipo penal no exige ningún modo comisivo específico para la realización del tipo, porque aunque sea
consentido, dicho consentimiento no es válido (doctrinariamente).
Para Creus, estamos ante un delito permanente y de resultado material. Se consuma cuando efectivamente
se ha logrado reducir a la persona a la servidumbre o condición análoga y admite tentativa.
Tipo Objetivo:
Se debe restringir la libertad de movimiento, tanto que se lo limita por un lado, o que se obligue por el otro.
Tipo subjetivo
Estamos hablando de una figura dolosa, que obviamente no admite culpa. Para que la ilegalidad de la privación
de la libertad se adecúe al art. 141, el dolo implica que el sujeto obre en conocimiento del tipo objetivo (en
este caso, la ilegalidad — por arbitrariedad o abuso— de su acto; y con la voluntad de restringir o menoscabar
la libertad de la víctima a través de ese medio. El agente debe saber que su conducta es sustancial o
formalmente arbitraria, lo cual implica que, además de no estar jurídicamente autorizado a realizar el hecho
o para efectuarlo como lo hace, debe proceder a sabiendas de ello
Es un delito material, que se consuma cuando el impedimento físico a la libre actividad corporal de la víctima
se ha producido con suficiente significación para mostrar la dirección de la acción del sujeto en cuanto ataque
a la libertad. Se ha resuelto que es una figura que se consuma en forma instantánea. Parte de la doctrina
entiende que este delito es permanente. La figura admite tentativa, ya que es posible una actividad ejecutiva
del delito sin su consumación.
AGRAVANTES
Art. 142: Se aplicará prisión o reclusión de dos a seis años, al que privare a otro de su libertad personal,
cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes:
l. Si el hecho se cometiere con violencias o amenazas o con fines religiosos o de venganza;
2. Si el hecho se cometiere en la persona de un ascendiente, de un hermano, del cónyuge o de otro individuo
a quien se deba respeto particular;
3. Si resultare grave daño a la persona, a la salud o a los negocios del ofendido, siempre que el hecho no
importare otro delito por el cual la ley imponga pena mayor;
4. Si el hecho se cometiere simulando autoridad pública u orden de autoridad pública;
5. Si la privación de la libertad durare más de un mes.
Inc. 1: Por la intención del autor:
Violencia o amenaza.
La violencia física puede ser ejercida sobre la propia víctima o sobre un tercero que quiera impedir el hecho.
También se admite el uso de medios hipnóticos o narcóticos. Las lesiones que se puedan producir por la
violencia física quedarán absorbidas en la medida en que no superen o que no tengan la entidad suficiente
como para ser consideradas graves o gravísimas; de lo contrario habrá concurso real.
La amenaza es el anuncio de un mal futuro; puede recaer sobre la víctima o sobre un tercero.
Fines religiosos.
La Doctrina dice que tanto puede ser encerrar a un individuo en un monasterio como impedirle que entre allí
(a un ligar de culto).
Fines de venganza.
Aquí, lo que se exige es una reacción del autor frente a un daño o agresión supuesta o existente, es decir, que
el autor, además del dolo de privación de la libertad, lo debe hacer con la finalidad de “hacerle pagar al otro
el daño que le causó”.
Aquí no está incluido el parentesco por adopción ni por afinidad. El parentesco debe ser conocido por el autor,
sino no habrá agravante.
Según la interpretación del 142, 3, se dice que la ley al utilizar el verbo “resultare” se refiere a un hecho
preterintencional, es decir, hay dolo de privación de la libertad y culpa por daño grave en la salud o persona
del ofendido.
El perjuicio patrimonial que puede sufrir la víctima cuando dice “grave daño en los negocios”, comprende el
daño emergente y el lucro cesante.
Simular es fingir. Por lo tanto no sólo se puede fingir ser autoridad pública, sino también tener orden de
autoridad pública. Hay que tener en cuenta que la autoridad que se simula debe tener facultades para detener
y que la orden también debe ser simulada.
La víctima deber ser víctima del engaño, de lo contrario quedaría fuera del tipo.
Art. 142 bis. Se impondrá prisión o reclusión de cinco (5) a quince (15) años, al que sustrajere, retuviere u
ocultare a una persona con el fin de obligar a la víctima o a un tercero, a hacer, no hacer, o tolerar algo
contra su voluntad.
Tipo objetivo
a) Sujeto activo: Cualquier persona puede ser autor de este delito, pues la norma no exige ninguna
característica particular.
b) Sujeto pasivo: La víctima de la privación ilegítima de la libertad puede ser la misma a quien se coacciona u
otra distinta. Esto último ocurre cuando la privación de libertad tiene por objeto conseguir un hacer u omitir
de una persona que no es la privada de libertad, sin que por ello se multiplique la delictuosidad.
c) Acciones típicas: Sustrae quien separa a la víctima del lugar en que se encuentra y la conduce a un lugar
diferente, por supuesto contra su voluntad. Esa sustracción puede llevarse a cabo mediante ardid o de manera
violenta, ya que la ley no especifica vía alguna.
Tipo subjetivo
El tipo subjetivo requiere junto a su núcleo, una ultraintención: las acciones deben realizarse para obligar a la
víctima, o a un tercero, a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad. Si esta finalidad específica no
concurre, la conducta es atípica, sin perjuicio de que pudiera encuadrar, según el caso, en los supuestos
previstos por los arts. 141 ó 142.
Dicen Creus y Donna que el delito se consuma cuando se completan las acciones, sin requerir para ello el logro
de la finalidad perseguida ni otro resultado. La figura admite tentativa.
AGRAVANTES.
Art. 143: Será reprimido con reclusión o prisión de uno a tres años e inhabilitación especial por doble
tiempo:
l. El funcionario que retuviera a un detenido o preso, cuya soltura haya debido decretar o ejecutar;
2. El funcionario que prolongare indebidamente la detención de una persona, sin ponerla a disposición del
juez competente;
3. El funcionario que incomunicare indebidamente a un detenido;
4. El jefe de prisión u otro establecimiento penal, o el que lo reemplace, que recibiera algún reo sin
testimonio de la sentencia firme en que se le hubiere impuesto la pena o lo colocare en lugares del
establecimiento que no sean señalados al efecto;
5. El alcaide o empleado de las cárceles de detenidos y seguridad que recibiere un preso sin orden de
autoridad competente, salvo el caso de flagrante delito;
6. El funcionario competente que teniendo noticias de una detención ilegal omitiere, retardare o rehusare
hacerla cesar o dar cuenta a la autoridad que deba resolver.
Art. 144 bis. Será reprimido con prisión o reclusión de uno a cinco años e inhabilitación especial por doble
tiempo:
l. El funcionario público que, con abuso de sus funciones o sin las formalidades prescriptas por la ley, privase
a alguno de su libertad personal;
2. El funcionario que desempeñando un acto de servicio cometiera cualquier vejación contra las personas o
les aplicare apremios ilegales;
3. El funcionario público que impusiere a los presos que guarde, severidades, vejaciones o apremios ilegales.
Si concurriere alguna de las circunstancias enumeradas en los incisos 1, 2, 3 y 5 del artículo 142, la pena
privativa de la libertad será de reclusión o prisión de dos a seis años.
ART. 149 BIS. Será reprimido con prisión de seis meses a dos años el que hiciere uso de amenazas para
alarmar o amedrentar a una o más personas. En este caso la pena será de uno a tres años de prisión si se
emplearen armas o si las amenazas fueren anónimas.
Será reprimido con prisión o reclusión de dos a cuatro años el que hiciere uso de amenazas con el propósito
de obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad.
Tipo objetivo
a) Sujeto activo: Sujeto activo de este delito puede ser cualquier persona, admitiéndose incluso que sea
aquélla sobre la cual va a recaer el daño.
b) Sujeto pasivo: Por su parte, el sujeto pasivo también puede tratarse de cualquier persona, pero debe tener
capacidad suficiente de intelección para entender que se la amenaza, no pudiendo —por ende— ser sujetos
pasivos quienes carezcan de capacidad para captar el sentido de amenaza del anuncio por insuficiencias
psíquicas o físicas.
c) Acción típica: Se entiende por amenaza cualquier acto por el cual un individuo, sin motivos legítimos y sin
pasar por los medios o por el fin de otro delito, afirma (o anuncia) deliberadamente que quiere causarle a otra
persona algún mal futuro.
“Para alarmar o amedrentar” implica que el anuncio debe ser hecho con seriedad, siendo posible su
realización. El sujeto que recibe el anuncio debe pensar seriamente que es posible su cumplimiento por parte
de ese sujeto. La amenaza debe ser Injusta.
Tipo subjetivo
El delito de amenazas es doloso, debiendo el autor conocer que está amenazando, y querer hacerlo, pero con
el fin de alarmar o amedrentar. Tal elemento subjetivo excluye cualquier dolo que no sea el directo.
El delito se consuma cuando la amenaza llega a conocimiento del destinatario, resultando suficiente con el
peligro de que el anuncio del mal alarme o amedrente al sujeto pasivo, lo que se logra cuando éste capta o
comprende el contenido de la amenaza. Aunque se ha negado la posibilidad de la tentativa, una parte de la
doctrina la admite, poniéndose como ejemplo las amenazas que no llegan al destinatario por causas ajenas a
la voluntad del autor; criterio que también aceptó la jurisprudencia.
Como la actual redacción del tipo no especifica a qué clase de armas se refiere, quedan comprendidas las
armas propias y las impropias, siempre que éstas sean usadas como tales de manera inequívoca. Asimismo,
para que la agravante funcione, el autor debe exhibir, blandir o mostrar el arma, no bastando la portación
oculta del arma, ni mostrar un bulto en el que presuntivamente estaría la misma.
Amenazas anónimas: cualquier ocultación de la actividad física del sujeto. Será anónima cuando resulta difícil
o imposible saber quién es el autor. En este caso, el SA deberá dificultar seriamente su reconocimiento por
parte del SP. (no importa que luego se lo reconozca, basta con que al momento de la producción sea producido
en forma anónima. El delito ya fue consumado por el amedrentamiento del SP).
* Las amenazas pueden ser orales o escritas, en tanto no se pueda reconocer la letra.
C. COACCION
Tipo objetivo
a) Sujetos activo y pasivo: Mientras que autor puede ser cualquier persona, el sujeto pasivo debe reunir las
mismas características que mencionamos al tratar el delito de amenazas.
b) Acción típica: Igualmente, la conducta típica consiste en hacer uso de amenazas pero, en este caso, para
obligar a otra persona a hacer, no hacer, o tolerar algo en contra de su voluntad. Por ello, se incluye dentro
del tipo objetivo cualquier acción en la que por medio de amenazas se busque imponer a otra persona la
realización de una acción u omisión no queridas.
Tipo subjetivo
La doctrina mayoritaria exige un elemento subjetivo especial— o elemento subjetivo distinto del dolo— : que
el autor realice la acción con el propósito de obligar a la víctima a hacer, no hacer o tolerar algo contra su
voluntad. Se requiere generalmente, entonces, un dolo directo, esto es que el sujeto activo conozca todas las
características necesarias para la tipicidad de la amenaza que se efectúa, y el propósito de utilizar la amenaza
como medio para lograr del sujeto pasivo lo que pretende —una acción o una omisión—.
Por su parte, la jurisprudencia ha sostenido que el delito de coacción es un delito formal que se perfecciona
con la mera utilización de la amenaza con la finalidad de obligar al amenazado, independientemente del
resultado obtenido por el procedimiento compulsivo. Pese a las dudas que su reconocimiento ha suscitado en
la doctrina, algunos autores afirman que la tentativa es admisible.