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4) La union civica radical gano las elecciones ejecutivas en los años:

Hipólito Yrigoyen (1916-1922), Marcelo T. de Alvear (1922-1928), Hipólito Yrigoyen (1928-1930),


Arturo Frondizi (1958-1962), José María Guido (1962-1963), Arturo Illia (1963-1966), Raúl Alfonsín
(1983-1989), Fernando de la Rúa (1999-2001).

La unión civica radical gano las elecciones legislativas en los años:

1914 con 19 bancas, 1916 con 3 bancas, 1918 con 35 bancas, 1920 con 61 bancas, 1922 con 53
bancas, 1924 con 25 bancas, 1926 con 42 bancas, 1928 con 53 bancas, 1930 con 43 bancas, 1936
con 38 bancas, 1938 con 29 bancas, 1940 con 47 bancas, 1960 con 49 bancas, 1963 con 73 bancas,
1983 con 129 bancas, 1985 con 130 bancas, 1987 con 118 bancas.

Hipólito Yrigoyen (1916-1922): La primera presidencia de Hipólito Yrigoyen impulsó una serie de
políticas de nuevo tipo que en conjunto señalaban una tendencia nacionalista transformadora,
entre las que se destacaron la creación de la empresa petrolera estatal YPF, las nuevas leyes
rurales, el fortalecimiento de la red pública de ferrocarriles, la Reforma Universitaria y una política
exterior fuertemente autónoma de las grandes potencias.

Marcelo T. de Alvear (1922-1928): Durante su gobierno creció la explotación petrolera bajo la


empresa estatal YPF, gracias a la obra de Enrique Mosconi. Creció el factor agroexportador, se
incrementó el parque automotor, instalándose la primera planta de producción automotriz Ford
en Latinoamérica. En este periodo tuvo a lugar la Reforma Universitaria. El PIB por habitante
creció como consecuencia del crecimiento económico, a tal punto de llegar a ser el sexto puesto
entre los más altos del mundo en 1928

Hipólito Yrigoyen (1928-1930): El segundo gobierno de Yrigoyen coincide con la Gran Depresión
mundial de 1929 que paralizó la actividad económica y puso en crisis al propio sistema capitalista.
El radicalismo, seriamente dividido y con Yrigoyen en la presidencia, no supo encontrar respuestas.

Arturo Frondizi (1958-1962): Con el fin de promover la industrialización acelerada del país
promovió el ingreso del capital industrial extranjero. Profundizó la política petrolera de apertura al
capital extranjero impulsada por Perón desde 1952, firmando contratos con las empresas privadas
para subsidiar la explotación del petróleo argentino. Autorizó el funcionamiento de las
universidades privadas -decreto firmado por Atilio Dell Oro Maini durante el gobierno provisional
de la Libertadora- dando lugar a la disputa entre educación laica o libre. Sus políticas económicas y
educativas generaron gran resistencia entre los sindicatos y el movimiento estudiantil, pero
también entre los militares que realizaron 26 asonadas y 6 intentos de golpe de estado durante su
gobierno.

Arturo Illia (1963-1966): Illia anuló los contratos petroleros firmados con empresas extranjeras por
Frondizi, creó el Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil, y elaboró la llamada Ley Oñativia de
Medicamentos, que estableció serias regulaciones a la producción de medicamentos por parte de
los laboratorios, incluyendo un principio de socialización de los medicamentos. La ley fue acusada
de comunista por parte de los sectores conservadores y es considerada como una de las causas
principales del derrocamiento de Illia.

Raúl Alfonsín (1983-1989): Durante el gobierno de Alfonsín se restableció la autonomía


universitaria y el cogobierno quebrados en las universidades en 1966, se pusieron en marcha el
Plan Nacional de Alfabetización y el Plan Alimentario Nacional (PAN). También se encaró un amplio
estudio para una reforma constitucional que modernizara la estructura política del país dando
lugar a una atenuación del presidencialismo "caudillista" que históricamente existió en la
Argentina, promoviendo a un parlamentarismo atenuado o semipresidencialismo. Aunque la
reforma no se concretó por falta de consenso político, el estudio sirvió de base para algunos de los
cambios de la reforma constitucional de 1994.

Fernando de la Rúa (1999-2001): Desde febrero de 2001 algunos sectores comenzaron a


considerar que el régimen de convertibilidad no podría sostenerse y durante todo el año se
produjo una fuerte fuga de divisas hacia el exterior, que fue cubierta con las reservas argentinas y
un gran endeudamiento externo, apoyado en los excepcionales respaldos financieros concedidos
por el Fondo Monetario Internacional con el aparente propósito de evitar que la crisis argentina se
propagara a otros países.

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