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Separacion y Divorcio: consecuencias emocionales

Doloroso no significa malo

Lo más simple y directo no siempre es lo más sano

Cada posible desenlace es un proceso que tiene subtapas. Es muy muy importante que los
implicados las conozcan (para evaluar sus mecanismos de afrontam y garantizar la salud del
vinculo coparental lo mas sano posible).

Separacion es ruptura emocional, social y física.

CODEPENDENCIA: adicción al otro, el otro es visto como prolongación de uno y culpa al otro de su
infelicidad y de su sufrimiento. El copdependiente, como cualquier adicto, tiene que poder decir
que tiene un problema, y pedir ayuda.

Lo cuentos nos cuentan que vivieron felices para siempre, pero nunca nos dicen cómo le hicieron.
El gran enemigo del amor romántico es la vida cotidiana.

El chantaje crea una gran incertidumbre (porque no se sabe si la persona lo hará o no, ahí reside el
poder del chantaje)

RICCAAS
CUANDO NO SE DAN ESTOS VALORES, OCURRE FRECUENTEMENTE QUE NO SE CONOCEN O NO SE
CONSIDERAN O NO SE RESPONDE A LAS EXPECTATIVAS DEL OTRO, SE USA LENGUAJE
GENERALIZADOR EN SEGUNDO PERSONA “SIEMPRE TE EVADES”, “NUNCA ME HACES CASO”,
“SIEMPRE ME HACES LOS MIMSO”, SE EXPRESAN NECESIDADES EN LENGUAJE DE REPROCHES
ACUSATORIOS O QUEJAS INCULPADORAS (TRAS LO CUAL VIENE CONTRAQUEJA,
CONTRARREPROCHE, ETC)

ENFRIAMIENTO AFECTIVO ALEJAMIENTO (DOS SOLEDADES EN COMPAÑÍA)

GRAN RELEVANCIA D ELA CONCIFIANZA COMO SEGURIDAD BASICA QUE PEMRITE EXPLORAR,
CONSTRUIR (COMO CON LA CONSTANCIA OBJETAL).

EL DETERIORO PROGRASIVO DE LA RELAICN D PAREJA PUEDE IR MINANDO EL RESTO DE LA


FAMILIA, FORMAR BANDOS , ALIANZAS O COALICIONES.

BUENA INTEGRACION Que ambos la deseen y estén decididos y dispuestos a lograrla.


Reelaboración del vínculo
Análisis Crítico de los acuerdos anteriores
Aprendizaje de habilidades relacionales nuevos y mejor
adaptados a la pareja actual
Resignificación y explicaciones basadas en la corresponsabilidad
Exploración de nuevas formas de relación/convivencia
Puede suponer una separación temporal, muy bien trabajada, que
permita a la pareja verse en perspectiva y diseñar un proyecto de
relación más adecuada a sus expectativas actuales según etapa de
ciclo vital.
Figura del terapeuta como “ingeniero relacional”

MALA INTEGRACIÓN Redundancia en los comportamientos, las ideas y las emociones.


Inercia relacional
Acuerdos superficiales
Ausencia de Conductas reparadoras (o las que hay son efímeras)
Desconexión empática
Persistencia de lenguaje de quejas y acusación
Generalizaciones
Sin construcción de método de solución de problemas
(negociación)
Posible Ciclo de: Exageradas expectativas de Reconciliación
Romántica/ Decepción/ Exageradas sensaciones de fracaso y
desazón

Riesgos:
Modelo interaccional de inestabilidad ante los hijos
Naturalización del malestar conyugal y posiblemente de la
resignación
Dobles mensajes paradójicos (entre lo verbalizado y lo actuado)
hacia los hijos y la familia extensa.
Incongruencias entre lo emocional y lo interaccional (separación
física pero dependencia emocional, o a la inversa)
Sensación de vacío, de caos interno, de choque y confrontación
Irritabilidad y explosiones impulsivas
Ambivalencias entre el miedo a lo incierto y el hartazgo de lo
conocido
Baja autoestima y sentido de desvalidez
Hijos: receptáculo de la rabia acumulada contra el otro cónyuge
(sobre todo si este actúa bajo de estilo evitativo)
Hijos: ansiedad y angustia por la falta de claridad en los límites
Hijos triangulados o parentalizados (adoptan rol adulto).
Sintomatizaciones. Psicosomaticidad.
Hijos convertidos en confidentes o acompañantes permanentes
(dependencia emocional, sentido de deuda, obligación moral)
Inadecuada sobre carga emocinal (hijos convertidos en madre de
la madre, padre del padre)
BUENA SEPARACIÓN Por mutuo acuerdo voluntario, producto de una reflexión
profunda y cuidadosa, serena y responsable (raramente se dé de
forma espontanea)
Conciencia de que es decisión trascendental (encrucijada
biográfica)
Aceptación de que es una elección dolorosa pero sana para la
pareja, para los hijos y para la familia extensa.
Se contempla y exploran conjuntamente las condiciones para:

_divorcio legal y económico constructivo (red de apoyo


profesional: juez de familia, abogados, mediador, psicólogos,
terapeuta de pareja y familiar, entre otros). Lógica del ganar-
ganar. Acuerdos sobre custodia y relación parental
_divorcio social y comunitario (escisión de familiares, amistades
compartidas, etc.)

Fase de elaboración psicológica final: Inicio de duelo por:

pérdida de un proyecto existencial (no se duela la persona, sino el


proyecto)

pérdida de integración familiar (y aceptación de nuevo formato:


dos familias uniparentales en alternancia. También entendida
como “familia bi-nuclear”))

Reestructuración identitaria personal y social (nuevas actividades


e intereses, nuevos grupos de pertenencia, reconexión con idea
de que la vida continua, con o sin pareja)

Posible búsqueda de una nueva relación de pareja


Posible proyecto de nuevo emparejamiento y nuevo desafío:
familia ensamblada, familia reconstituida.

Habilidades, mecanismos de afrontamiento:


Comunicación asertiva
Conexión empática
Capacidad de construir acuerdos
Sentido de equidad
Interacción respetuosa
Claridad en las condiciones
Flexibilidad en las decisiones
Protección de los seres queridos (no triangulaciones)
Conservación de las fronteras familiares.

Hijos: se evitan explicaciones lineales (inocentes y culpables) y se


proponen explicaciones basadas en corresponsabilidad.
Se evitan clichés simplificadores (ejemplo: “todo sigue igual, sólo
que mamá y papá ya no vivirán juntos”).
MALA SEPARACIÓN La mas destructiva.
Puede darse de dos formas:
1) Por explosión: Separación física pero con una gran carga
emocional acumulada, eruptiva y violenta.
2) Por agotamiento parcial o total.
El vinculo sigue (odio, rencor, resentimeitno, deseo de
desquitarse, etc.). Alimentada por falsa idea de que la separación
física resolvió el problema.

Riesgos:
Hijos triangulados (conflicto de lealtades, manipulaciones, botín
de guerra)
Dificultades proyectivas para nueva pareja, riesgo de repetición
de patrones relacionales conflictivos y automatizados.
Incapacidad para elaborar un convenio de separación justo,
equitativo, maduro, racional, equilibrado.
Hijos: ansiedad y angustia por la falta de claridad en los límites

Recomendación:
Terapia conyugal para buena integración
Terapia conyugal para buena separación
Terapia famiiar
__________________

Diálogos en confianza Me divorcio o no

SEPARACION, NO DESTRUCCION

Que sea reflexiva, no impulsiva

Regulación del vínculo (no destrucción, porque el odio también es un vínculo).

Capítulo de libro sobre flia y parejas

Los efectos nocivos no son inherentes tanto al divorcio, cuanto al modo en que el divorcio se
afronta, y se aborda la nueva realidad después de la desunión. Las patologías no se originan con el
divorcio en sí mismo, sino en el mal manejo que deriva de él, del aprovechamiento contencioso y
abusivo por poderes asignados culturalmente de unas personas en contra de otras, dejando
triangulados a los niños/as, que son quienes más tienen para perder sin lugar a dudas.

A continuación se presentan ideas generales de intervención ante el divorcio y las derivadas de la


resiliencia familiar. Si bien nadie se casa con la intención de divorciarse, la ruptura del vínculo
conyugal puede representar no solo un peligro sino también la oportunidad de cambio, pensemos
en aquellas familias víctimas de violencia y abuso extremo. O aquellas parejas donde el amor ha
dado paso al desamor e indiferencia más profunda o simplemente cuando los miembros de una
pareja han crecido a lo largo de los años, en forma y caminos distintos, si bien se tienen afecto y
reconocimiento no es suficiente para seguir juntos. La cotidianidad, la crianza de los hijos, los
diversos problemas que acarrea la convivencia, las presiones socioeconómicas y hechos
inesperados, como por ejemplo la infidelidad (Espinosa, 2016), pueden provocar en los cónyuges
fastidio, enojos, desacuerdos y hacerlos pensar en el divorcio o separación. En esta etapa es
importante detener las decisiones impulsivas que conduzcan a una ruptura. Se debe propiciar un
espacio terapéutico reflexivo donde la(s) persona(s), pueda(n) tranquilizarse, analizar sus
emociones, sentimientos y evaluar las situaciones por las que están pasando antes de dar un paso
definitivo e irremediable. Gómez & Weisz (2005), indican que antes de tomar la decisión de
divorciarse los cónyuges deben valorar si hay amor y cariño aún, reflexionar sobre la aceptación de
uno mismo y del otro como personas diferentes con virtudes y defectos, revisar la historia de la
relación y no solo los hechos recientes y por supuesto valorar la consecuencias de la decisión. No
se pretende que los miembros de la pareja sigan juntos o se separen, esa decisión corresponde a
las personas quienes son libres de elegir y de tomar decisiones. Esta postura resalta el respeto y la
ética profesional. Ante la ruptura de la relación Espinosa (2016) propone: “Facilitar la negociación
de acuerdos entre los protagonistas, apoyar y guiar en la toma de decisiones”. Ante proceso de
divorcio o separación, considerar las intervenciones con los hijos, estos por lo general están
asustados, con miedo, ya que no entienden del todo lo que está pasando con sus padres, los
cuales deberían ser la base de su seguridad y apoyo en su crecimiento. Las intervenciones con los
hijos dependerá de la edad de ellos, por ejemplo con preescolares se evitan explicaciones
extensas, si se detecta algún síntoma (enuresis, miedos nocturnos o conductas regresivas) se
utilizan terapias de juego de corte narrativo, y con los padres o cuidadores se procura identificar
los patrones alrededor del problema con el propósito de cambiar dichos procesos. Con niños
escolares y adolescentes, es útil diseñar cuidadosamente una intervención donde los padres en
una o dos sesiones expliquen a los hijos la decisión de separarse, resaltando que no es por culpa
de ellos, los propósitos de seguir cuidando de ellos, señalar que no tienen que tomar partido por
ninguno de los progenitores, lo que no siempre es disolución marital. Realizar intervenciones para
que los hijos dejen de involucrarse en los conflictos maritales, ya que a menudo la relación entre
los progenitores divorciados y sus hijos mejora cuando hay límites claros en el subsistema
parental. En etapas posteriores a la separación, siempre debe vigilarse la forma en la cual hablan
con los hijos el padre con la custodia y el padre sin ella, pues se puede caer en el error de
triangular a la prole con el fin de molestar a la ex pareja. Siguiendo a Zicavo (2010) se debe cuidar
que se ejerzan los derechos de los niños, pero tener presente el sufrimiento de los cónyuges en
conflicto, sobre todo al padre que se le priva de la convivencia con los hijos o se le aleja
emocionalmente con comentarios mal intencionados. En el Boletín “Ruptura conyugal, niños en
riesgo”, emitido por el Centro de convivencia familiar del Gobierno de Nuevo León dice que es
indispensable que a pesar de la problemática conyugal, la comunicación en relación a los hijos sea
asertiva, permitiendo llegar a acuerdos, buscando el interés superior del infante (disponible en
www.pjenl.gob.mx). En algunas ocasiones se puede incluir a miembros de la familia extensa en la
terapia con diversos propósitos, por ejemplo para clarificar las reglas y roles que se tienen que
seguir al incorporarse el padre o madre separada y sus hijos a la familia de origen, pues en lo
general la ruptura afecta la economía y no tienen dinero para vivir de forma independiente, o se
requiere el apoyo en el cuidado de los hijos ante la reintegración de la mujer al trabajo. Si la
familia extensa es amorosa y constituye una red de apoyo importante, debe trabajarse en terapia
la permanencia y convivencia de la prole con sus parientes, tanto del padre como de la madre,
esto amortigua la pérdida de la familia intacta. Por último, si bien el apoyo es para la familia pues
la ruptura afecta a todos los involucrados, se debe brindar apoyo psicológico, médico y lo que
requiera al miembro más afectado por la separación, ya que en no pocos casos la desintegración
de la diada marital parece imposible de superar.
Entrevista Clarin a Diana Kleiman

DIVORCIO E HIJOS

EL DIVORCIO NO ES UNA DESTRUCCION, SINO UNA CONSTRUCCION

¿Existe la posibilidad de divorciarse "en buenos términos"?

Las personas pueden llegar a pensar, a sentir, que es posible no


elegirse para siempre. Comprenden que tratar de mantener la unión
a toda costa les produce mucho malestar. Entonces es posible que,
dolorosamente, lleguen a la idea de la separación no como pelea, sino
como un posible camino que cierra un capítulo y simultáneamente
abre otro. Esta decisión no es sin sufrimiento, pero es factible que si
se registran de esa manera, el conflicto no devenga una guerra
infernal para todos los que participan y puedan arribar a otro modo
de vincularse.

En estos casos, los hijos suelen ser un motivo de conflicto. ¿Cuál


es la mejor manera de explicarle a un niño que mamá y papá se
van a separar?

Los padres se sienten exigidos a tener que explicar aquello que


seguramente para ellos también es dificultoso. Considero que no hay
una sola explicación válida. Tampoco considero óptimas las
explicaciones clichés, como que los padres se separan pero que van a
querer a los hijos para toda la vida, entre otras. Los chicos no se
plantean eso en primera instancia. A mi entender, la mejor manera
es que los padres relaten que han pensado que vivir juntos en ese
momento no es la mejor opción para ellos y que decidieron vivir
separados. A su vez, que esto va a generar varias transformaciones,
que van a ir haciendo junto a los chicos. También es importante
brindarles la posibilidad de que pueden plantear todas las
inquietudes que tengan.

¿Cuáles son esas inquietudes o necesidades que suelen tener los


chicos?

Lo que esperan los hijos es que los escuchen, que los tengan en
cuenta y que conversen con ellos, más que imponerles una versión
general sobre las separaciones. Si hay algo que a los padres no les es
factible decir en ese momento, pueden proponerles a los hijos seguir
pensándolo juntos, darse tiempo para ello o simplemente contarles
que todavía no están en condiciones de dar todas las respuestas. Lo
importante no es explicar o contestar todo, sino estar conectados
afectivamente en esa situación que los implica a todos.

Una vez concretada la separación, ¿cuál es el régimen ideal para


que ambos padres vean a sus hijos? ¿Cuánto tiempo, en qué
lugares, qué tipo de salidas...?

En los últimos años se superponen términos jurídicos y las


situaciones de la vida de las familias. De hecho, "régimen" es una
palabra que se usa en lo judicial y no en la cotidianeidad. Es muy
importante que el cambio que implica la separación de los padres no
quede asociado exclusivamente con régimen de visitas, repartición
de bienes y alimentos. Esos son procedimientos judiciales y la
regulación de los modos de vincularse requiere de otras maneras de
pensar.

¿Por ejemplo?

La desvinculación de la pareja y el nuevo modo de vivir entre padres


e hijos implica un trabajo de construcción y no necesariamente de
destrucción. El trabajo de desvincularse, tal como implicó en otro
momento construir la familia y la pareja, no termina en el hecho de
que alguno de los padres va a vivir en otro domicilio. Los padres y los
hijos pueden combinar y compaginar sus nuevos modos de estar
juntos. El armado de los nuevos encuentros puede plantearse como
la creación de otros espacios, tiempos compartidos y
responsabilidades.

Muchas mujeres divorciadas se quejan de que el padre no está


interesado en ver a sus hijos. En estos casos, ¿hay que
convencerlo, obligarlo, o dejarlo que actúe según sus ganas y
necesidades?

Hay muchas mujeres que se quejan de esto y muchos hombres que se


quejan del impedimento de contacto. Creo que no habría que
plantearlo en términos de género. Lo que estamos observando es
que las separaciones atravesadas por la agresión, las acusaciones, los
reproches y los despojos mutuos dan cuenta de la intensa dificultad
para tramitar la desvinculación como una posibilidad en la vida de
esas parejas y familias.

A su vez, estas separaciones tan desmantelantes, arrasadoras, que no


cesan de causar efectos, se dirimen a través de los hijos
como testigos cautivos de la pelea entre los padres, que se separan
pero siguen relacionados a través del odio. Ellos pasan a ser parte de
un proceso de judicialización en el que la vida de las familias ya no es
regulada por ellas, sino por los representantes legales y por los
juzgados. Pienso que si los padres cesan la lucha hiperjudicializada
podrían encarar algún dialogo solos o acompañados, y pensar la
mejor manera de encarar la nueva vida parento-filial.

Otra situación habitual es que la madre tenga una nueva pareja


y que, a su vez, el padre tenga la suya. ¿Cómo conviene
explicárselo a los hijos? ¿Los chicos viven con naturalidad eso
de "la novia de papá" y "el novio de mamá"?

Estamos en un momento de cambios y hay muchas maneras de


construir parejas y familias. Los hijos van viviendo con los padres
sus cambios. Cuanto más estas personas den cuenta de las nuevas
parejas como un aspecto constructivo de sus vidas, mejor van a ir
compartiéndolo con sus hijos. Los padres se separan y construyen
otros vínculos. Esto también puede ser un modelo importante, en
tanto pueden tener nuevos proyectos vitales y amorosos.

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