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Día dos

“FUI CREADO PARA UN PROPÓSITO”

Una cosa quiero dar por sentada, y es que ya sabes que fuiste creado(a) para un propósito. Si aún no lo sabes, aquí te
va: ¡Fuiste creado(a) para un propósito!

Dejando eso claro, quiero llevarte un paso más allá. No fuiste creado(a) solamente para un PROPÓSITO, fuiste creado(a)
para SU propósito. No hablo de un propósito general, como si fuera una aspiración sana o una vocación o meta por la
cual luchar. No, no, no. Eso lo podrás encontrar en cualquier libro de autoayuda o en una película para adolescentes.

Lo que estoy diciendo es que fuiste creado(a) para los propósitos de Dios. Estoy diciendo que no hay propósito en la vida
sino en Dios. Estoy diciendo que el propósito en la vida es DIOS. Si sacas a Dios del cuadro, no importará si luego de ser
un “looser” tu auto se convierte en un robot (“Transformers”) o si luego de vivir en la calle te conviertes en empresario
rico (“La búsqueda de la felicidad”) o si te descubren en “Mi nombre es” como el nuevo Justin Bieber o Lady Gaga.

El ser humano fue hecho por Dios y para Dios, y ningún éxito o logro podrá reemplazar a Dios.

Lee Génesis 2:15-3:8


¿Te fijas cómo el Diablo le ofrece al hombre y la mujer cumplir sus sueños sin considerar a
Dios?
La consigna del Enemigo fue: “Haz lo que quieras”, una forma arcaica de nuestro actual: “Ve
por tus sueños, lucha por tus metas”.

Contéstame con total sinceridad: ¿Qué de malo tenía comerse una fruta? ¿Había que robársela a alguien? ¿Había que
matar a alguien para conseguirla? ¡No! Lo ÚNICO malo de comer esa fruta era que iba en contra de lo que Dios había
dicho. Para Satanás eso no era suficiente (para él eso nunca fue suficiente y por eso Dios lo expulsó del cielo).

Grábate esto en tu mente y corazón: Fuiste creado(a) para Dios, para Su


deleite y el cumplimiento de Su propósito. Cuando haces la voluntad de Dios y
deleitas Su corazón, entonces (y sólo entonces!) encuentras verdadero gozo,
deleite, propósito y satisfacción en tu vida.

La razón por la que buscamos la virginidad hasta el matrimonio, la


fidelidad en el matrimonio, la abstención de las drogas y el alcohol es una
sola: ¡DIOS!
Quita a Dios del cuadro y no tendrás nada. La religión, la iglesia, el
ministerio y el grupo de jóvenes es NADA sin Dios.

Dios escribió a través de David: “El Señor es mi pastor, nada me faltará” (Sal. 23:1)

Está bien que tengas sueños, está bien que busques cumplir tus sueños, pero es mejor buscar a Dios. No vayas
tras tus propósitos. No hagas de tus sueños tus ídolos. Ve tras Dios. Búscalo. Conócelo. Ámalo.

Salmo 73:25-26 ¿A quién tengo en el cielo sino a ti?


Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra.
Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón;
él es mi herencia eterna.
Día tres

“MI PASADO NO DETERMINA MI PRESENTE NI MI FUTURO”

Si alguien ofreciera la posibilidad de borrar algún episodio del pasado, yo creo que todos estar-
íamos interesados en borrar a lo menos algo. Todos hemos vivido situaciones que desearíamos
nunca haberlas vivido: experiencias dolorosas, decisiones equivocadas, cosas que nos dijeron o
nos hicieron, cosas que dijimos o hicimos.
Mira algunas fuentes de experiencias “para borrar”:

Cosas que te hicieron. Hay experiencias difíciles en las que nos vimos envueltos sin tener la
culpa, otros nos empujaron a ellas. Esto se da especialmente en nuestra infancia, en donde
otros toman decisiones por ti, pero tú debes vivir las consecuencias de esas decisiones. Me
refiero a problemas familiares, abusos, ausencias, etc. Algunas son casi una anécdota
divertida, pero otras son francamente aterradoras y nos marcan para siempre.
Cosas que hiciste. Existe otro tipo de experiencias difíciles, son las que te tienen a ti como único(a) responsable. Aquí es-
toy hablando de hechos y actitudes vergonzosas o dolorosas, cosas de las que te arrepientes profundamente. Tal vez fue
un solo instante, un pensamiento, un breve segundo, pero fue suficiente y marcó alguna etapa en tu vida. No soy viejo,
pero he vivido lo suficiente para conocer muchos casos como éstos.
Para colmo están las personas que se encargan de recordarte una y otra vez tu pasado. Ellos son parte del duro peso que
significa cargar con estos recuerdos. Para ellos, lo que hiciste ha llegado a definir tu vida, así que te hacen más difícil la
tarea de lidiar con el pasado.
Así que la pregunta es: “¿Qué puedo hacer con mi pasado? ¿A quién puedo ir con toda esta vergüenza, dolor o culpa”?

Ya te he dicho que no soy viejo, pero he leído lo bastante la Biblia como para saber que
prácticamente TODAS las personas a quienes Dios usó tuvieron pasados oscuros. A ellas les
costó creer que un Dios santo pudiera fijarse en ellas. Dios les enseñó que el pasado no tiene
que definir el futuro de alguien.

Por ejemplo: Moisés. Lee los siguientes pasajes de la vida de Moisés y contesta:
Éx. 1:6-22 Del 1 (¡súper bueno!) al 5 (¡complicadísimo!) ¿Cómo calificarías el
contexto político en que Moisés nació?
Del 1 (¡súper seguro!) al 5 (¡súper peligroso!) ¿Cómo calificar-
Éx. 2-1-10 ías la acción de la mamá de poner a Moisés dentro de una ca-nasta en
el Nilo?
¿Cómo crees que estaba la mamá como para tomar esta acción
tan extrema?
Del 1 (¡Soy el nuevo superhéroe de Israel!) al 5 (¡Soy un estú-
Éx. 2:11-15 pido! ¿Quién me manda a meterme en donde no debo?) ¿Cómo crees
que se sintió Moisés al huir de Egipto?
¿Precisamente adónde quiso Dios enviar de vuelta a Moisés?

Éx. 3:1-10 Del 1 (¿Egipto? ¡Qué bueno, hace tiempo que quería volver allá!)
al 5 (¡Nunca en mi vida volveré allá! Soy “Ridículo Man” para
todos ellos) ¿Cómo crees que se sintió Moisés al escuchar el
mandato de Dios?

La posibilidad de borrar el pasado no existe. No podemos hacer nada para cambiar lo que ya está hecho. No podemos
volver el tiempo atrás. Pero sí podemos llevar nuestro pasado a Dios y dejar que Él nos dé una mirada distinta hacia
atrás. No dejes que tu pasado te defina.
Lo importante no es de dónde vienes, sino a dónde vas.
Día cuatro

“MI FUTURO: SUEÑOS v/s NEBULOSA”


Luis Palau, uno de los evangelistas más conocidos de la historia, escribió hace muchos años un artículo que llevaba por
título “Sueña grandes sueños”, y que se basaba en la porción de Juan 14:12
“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre.”

En ese artículo el Sr. Palau invitaba a todos los creyentes a soñar grandes sueños para darle fama a
Dios, basándose en la promesa de Jesús: “El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará
también; y aún mayores hará”.
¿Puedes creer que ésa sea la intención de Dios? ¿Que Sus hijos puedan realizar obras tanto o más
grandes como las del Señor Jesús?
Asombroso ¿no? Bueno, los propósitos de Dios para Sus hijos(as) pueden ser sencillamente
asombrosos. Lee estos pasajes y completa.
Texto Personaje ¿Qué propósito cumplió?
Lc. 1:26-38

Mt. 4:17-20
Mt. 16:13-19
Hch. 3:1-4:4

Créeme, encontrarse con Dios puede ser la aventura más grande de tu vida! Es una tragedia enorme el que muchos se
encuentren sólo con una religión o con una iglesia, pero no se encuentren con Dios. Los sueños más osados pueden
parecer cosa de niños comparados con lo que Dios puede hacer con personas sencillas y comunes.
En cierto país se acostumbraba a exhibirse en las calles unos circos de pulgas. Este particular espectáculo era presentado
por personas que las adiestraban para que, puestas en una especie de maletín abierto, realizaran diferentes piruetas que
deleitaban a todos los que pasaban.
Un día, un asombrado turista preguntó al adiestrador cómo lograba que las pulgas no saltaran fuera
del maletín-escenario. El adiestrador le contó que al conseguir las pulgas, ponía sobre el maletín una
lámina de vidrio, la que servía de techo y les impedía salir. Con el tiempo, las pulgas entendían que
no debían saltar más de cierta altura para no chocar contra el techo invisible. Luego, el entrenador
quitaba el vidrio, pero las pulgas ya habían quedado condicionadas para no saltar más allá de lo per-
mitido. De esta forma, pulgas libres para saltar cuanto quisieran y degustar a cuanto perro (y huma-
no) quisieran, se confinaban a sí mismas a permanecer en la caja, deleitando a sus espectadores.
Te sorprendería saber cuántas “pulgas” hay entre los hijos de Dios. No se den cuenta, pero sobre
ellos hay un techo imaginario que parece condenarlos a simples y pequeños saltitos, cuando Dios los
ha llamado al salto más extraordinario de su vida.
¿Cómo ves tu futuro? ¿Será que hay algún “techo” sobre ti? ¿Lo logras ver? ¿Puedes identificarlo? ¿Hay algún nombre allí,
algún lugar, algún temor? Anota abajo tus pensamientos al respecto.

Luis Palau hizo de Juan 14:12 uno de los lemas de su vida. Voy a escribirlo nuevamente para ti. Vuelve a leerlo y
piensa un momento qué puedes hacer con un texto como éste.
“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre.”

No temas al futuro, yo ya estuve allí. - Dios


Día cinco

“MI PRESENTE LO VIVO HOY”

Si lo piensas, el presente es lo único que realmente tienes para vivir y actuar. ¿El futuro? ¡No existe! ¿El pasado? ¡Ya pasó
y se fue! Solamente te queda el presente, tu continuo presente. Ese hermoso regalo permanente que va construyendo tu
vida día tras día, minuto tras minuto y segundo tras segundo. Esa nueva hoja que Dios te da momento tras momento
para que escribas la historia de tu vida.
Sin el presente, el futuro es pura ilusión.
¿Qué has estado haciendo últimamente con tu presente? ¿De qué manera estás viendo tu presente? Aprovecha el presen-
te que tienes en este minuto y considera las siguientes visiones que las personas tenemos de él:
Mi presente es culpa de los demás. Muchos viven sumidos en el pasado y les echan la culpa a otros por su condición
actual (los padres, la familia, los amigos, los profesores, el gobierno, etc.). Si bien pueden tener razón en que la culpa sea
de otros, nunca avanzarán en su vida porque están dejando que otros la definan.

Mi presente va a cambiar cuando se den las condiciones. Estas personas quieren condiciones
perfectas para cambiar sus actitudes o tomar decisiones. Me recuerdan al joven que quiso
seguir a Jesús y el Señor le respondió: “Las zorras tienen guarida y las aves tienen nido, pero
el Hijo del Hombre no tiene ni una piedra donde recostar su cabeza”. Ésa era la forma del
Señor para advertir que seguirlo a Él no era asunto de condiciones ideales, era asunto de una
decisión firme.
Si estás esperando condiciones ideales para tomar decisiones y cambiar tu vida, créeme que puedes quedarte esperando
toda tu santa vida. No es asunto de condiciones, es asunto de decisiones.
Mi presente va a cambiar mañana. Estas personas son conocidas como “La gente del mañana”, todo lo dejan para maña-
na. Huyen del presente y la responsabilidad de tomar decisiones. Están tan enfocadas en el futuro que se refugian en él
para escapar del presente. El pasado está lleno de recuerdos, el futuro está lleno de sueños, pero el presente está lleno
de decisiones.
Lee esta porción del libro de Los Hechos. Fíjate cómo el Espíritu Santo dirigió a Pablo y su equipo, pero subraya todos los
verbos que hablan de decisiones que ellos mismos debieron tomar.
Hch. 16:1-15 “Llegó Pablo a Derbe y después a Listra, donde se encontró con un discípulo
llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego. Los hermanos en Lis-
tra y en Iconio hablaban bien de Timoteo, así que Pablo decidió llevárselo. Por causa de los
judíos que vivían en aquella región, lo circuncidó, pues todos sabían que su padre era griego.
Al pasar por las ciudades, entregaban los acuerdos tomados por los apóstoles y los ancianos de
Jerusalén, para que los pusieran en práctica. Y así las iglesias se fortalecían en la fe y crecían
en número día tras día.
Atravesaron la región de Frigia y Galacia, ya que el Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la
provincia de Asia. Cuando llegaron cerca de Misia, intentaron pasar a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo
permitió. Entonces, pasando de largo por Misia, bajaron a Troas.
Durante la noche Pablo tuvo una visión en la que un hombre de Macedonia, puesto de pie, le rogaba: «Pasa a Macedonia
y ayúdanos.» Después de que Pablo tuvo la visión, en seguida nos preparamos para partir hacia Macedonia, convenci-
dos de que Dios nos había llamado a anunciar el evangelio a los macedonios.
Zarpando de Troas, navegamos directamente a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis. De allí fuimos a Filipos, que es
una colonia romana y la ciudad principal de ese distrito de Macedonia. En esa ciudad nos quedamos varios días.
El sábado salimos a las afueras de la ciudad, y fuimos por la orilla del río, donde esperábamos encontrar un lugar de
oración. Nos sentamos y nos pusimos a conversar con las mujeres que se habían reunido. Una de ellas, que se llamaba
Lidia, adoraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas de púrpura. Mientras escuchaba, el Señor le abrió el
corazón para que respondiera al mensaje de Pablo. Cuando fue bautizada con su familia, nos hizo la siguiente invita-
ción: «Si ustedes me consideran creyente en el Señor, vengan a hospedarse en mi casa.» Y nos persuadió.”

Señor, ayúdame a vivir de tal forma mi presente, que en el futuro no tenga que arrepentirme de mi pasado.

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