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LA CORTEZA CEREBRAL
MÁS ALLÁ DE LA CORTEZA
Hernán José Pimienta J*

Resumen

Las funciones mentales superiores se asocian con la actividad de la corteza cerebral y su


influencia sobre otras estructuras. Se acepta que la neocorteza evolucionó a partir de dos
formas más primitivas: la arquicorteza (hipocampal) y la paleocorteza (olfatorio). El patrón
de conectividad y citoarquitectura en las diferentes regiones neocorticales evoca estos
ancestros.

La corteza cerebral se caracteriza por su diversidad estructural, neuroquímica y funcional,


pero esto no debe usarse para considerarla con criterio reduccionista, sino como un sistema
interactivo fundamentado en sus interconexiones. Se reconocen en la corteza cerebral dos
tipos de neuronas: las excitatorias (glutamatérgicas, piramidales o eferentes) y las gabérgicas
(interneuronas o de circuito local). Estos tipos celulares están interconectados y se dispo-
nen en arreglos tangenciales (laminares) y en columnas (translaminar). Las células gluta-
matérgicas y las gabérgicas reciben aferentes modulatorias de origen extrínseco a la corteza
(dopaminérgicas, serotoninérgicas, colinérgicas, norepinefrínicas e histaminérgicas), que pro-
ceden de diferentes núcleos localizados, especialmente en el tallo cerebral. El tálamo provee
a la corteza de aferentes glutamatérgicas excitatorias relacionadas con información senso-
rial, motora, visceral y emocional. Un sistema complejo de fibras córtico-corticales, comisurales
y de proyección constituyen la salida de cada módulo hacia otras áreas corticales o estruc-
turas subcorticales; de esta manera la corteza cerebral controla el pensamiento, la concien-
cia, la atención, la memoria, el lenguaje, actividad motora, las emociones, etc.

Palabras clave: corteza cerebral, evolución, conectividad, neurotransmisor, prefrontal.

Title: The Cerebral Cortex beyond the Cortex

Abstract

Higher brain functions depend upon the cerebral cortex. This structure influences directly or
indirectly the activities of other brain regions and the spinal cord. It is widely accepted that the
neocortex evolved in mammals from the archicortex (hippocampal cortex) and the paleocortex

*
Biólogo, profesor titular de la Universidad del Valle, director del Centro de Estudios Cerebrales de la Facultad de Salud,
Universidad del Valle.

58S Revista Colombiana de Psiquiatría, Suplemento No. 1, Vol. XXXIII, 2004


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(olfactory cortex). Cytoarchitectonic and (1). Desde el punto de vista estruc-


connectivity patterns evoke in different cortical tural y funcional, la corteza cerebral,
areas these primitive ancestors. Structural,
a pesar de su heterogeneidad, consti-
neurochemical and functional diversity
characterizes the cerebral cortex but regional tuye una entidad integrada con múl-
variations should not be used as criteria to tiples interacciones consigo misma
visualize the cortex in a reductionistic y con el resto del sistema nervioso
perspective, instead interactions among central (SNC). Con excepción del ce-
different areas and subcortical structures offer rebelo, que recibe influencias corti-
a more rational approach.
cales de forma indirecta, el resto de
There are two main types of cortical neurons: estructuras del SNC recibe axones
excitatory pyramidal or efferent and inhibitory originados en la corteza, de esta for-
interneurons or local circuit neurons. These ma axones de la corteza forman par-
neurons interconnect each other and are te integral de los núcleos de la base,
disposed in tangential (laminar) and columnar
núcleos basales telencefálicos, nú-
(translaminar) arrays. Glutamatergic and
gabaergic neurons are connected by extrinsec cleos del diencéfalo, núcleos del tallo
modulatory afferents (dopaminergic, sero- cerebral y de la médula espinal. Este
toninergic, cholionergic, norepinephrinic and sistema de proyecciones participa
histaminergic) coming from different subcor- en los mecanismos de control y eje-
tical sources specially the brainstem. Exci- cución motora, actividades emocio-
tatory glutamatergic afferents originated in the
nales y cognitivas.
thalamus provide inputs to the cortex related
to sensory, motor, visceral and emotional infor-
mation. A complex system of cortico-cortical,
Una característica del proceso de en-
commissural and projection neurons determi- cefalización de los mamíferos y, en
ne the output of each cortical subunit or mo- particular, de los primates no huma-
dule to other cortical areas or subcortical struc- nos y el hombre es el predominio en
tures. The cortex thus controls thought, cons- número y complejidad de los circui-
ciousness, attention, memory, language, mo-
tos córtico-corticales y la mayor in-
tor activity and emotions.
fluencia sobre estructuras subcor-
Key words: Cerebral cortex, prefrontal, evo- ticales, lo cual se expresa en el ca-
lution, cytoarchitecture, neurotransmitter. rácter complejo y segregado de los
circuitos córtico-estriado-tálamo-cor-
ticales, córtico-póntico-cerebelo-tá-
lamo-corticales y córtico-aminérgi-
Evolución citoarquitectónica:
co-corticales (Figura 1) (2),(3).
qué y dónde

Estas interacciones garantizan el


La expansión de la corteza cerebral control de funciones tan complejas
caracteriza la evolución de los ma- como la conciencia, el estado de áni-
míferos, de ahí que su alto grado de mo, la motivación, el pensamiento, la
diferenciación estructural y funcio- memoria, el lenguaje, la creatividad,
nal determine las más complejas con- la espiritualidad, el altruismo, ade-
ductas conocidas en el reino animal más de la percepción y programación

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ejecución y control de la actividad funciones corticales aisladas de las


motora voluntaria. Considerado lo influencias que ella ejerce y a su vez
anterior, es simplista concebir las recibe de estructuras subcorticales.
Figura 1A. Esquema donde se ilustran las conexiones de la corteza cerebral con las estruc-
turas subcorticales. 1B. Se ilustra en la parte superior una imagen en volumen del estriado (4).

NC: núcleo caudado; Pu: putamen; T: tálamo; Acb: núcleo acumbens; TV: área tegmental
ventral; SNc: sustancia negra compacta; SNr: sustancia negra reticulada; cc: cuerpo
calloso; ci: cápsula interna.

En la Figura 1A se ilustran las cone- fortalecido la concepción de la corte-


xiones de la corteza cerebral con las za cerebral como un espectro estruc-
estructuras subcorticales. Se resal- tural y funcional en el que se apre-
tan las conexiones con las cortezas cian diferentes estadios de diferen-
prefrontal y límbica. En la Figura ciación, cuyos extremos son la alo-
1B se ilustra en la parte superior una corteza (arqui y paleocorteza) y la
imagen en volumen del estriado. En neocorteza (5),(6),(7),(8),(9). Aunque
la parte inferior se muestra un cor- se aprecia una tendencia de conec-
te horizontal del mesencéfalo, don- tividad preferencial entre zonas
de se señalan el área tegmental ven- cronológicamente más próximas, se
tral, la sustancia negra compacta y dan las interacciones entre los ex-
la sustancia negra reticulada. tremos del espectro, por ejemplo, la
arquicorteza (representada por la
Los estudios comparativos y de corteza hipocampal) se conecta más
citoarquitectura evolutiva y conecti- profusamente con la amígdala y la
vidad de las últimas dos décadas han corteza entorrinal; pero también,

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aunque en menor grado, proyectan Aunque de lo anterior es claro que


axones hacia la neocorteza pre- no es posible en sentido estricto es-
frontal, ubicada en el extremo de la tablecer parcelaciones de la corte-
tendencia evolutiva. De igual mane- za, con el fin de aproximarnos a su
ra, sectores del área 46 del giro fron- estudio es útil identificar las diferen-
tal medio, cuya estructura neuro- tes regiones dentro del espectro, así:
química y de conectividad es fun- la arquicorteza, que corresponde al
damentalmente neocortical, tienden hipocampo, el cual está conectado
a conectarse con estructuras veci- con zonas vecinas de transición que
nas o distantes con similar o próxi- progresan hacia una mayor compleji-
mo grado evolutivo, pero igualmente dad estructural, denominada periar-
pueden extender sus influencias a quicorteza (ésta transita a mesocor-
estructuras corticales más primiti- teza y luego a proisocorteza para
vas como la corteza entorrinal y alcanzar la neocorteza, representa-
piriforme (8). De esta manera la di- da en un patrón laminar más obvio);
visión entre alocorteza vinculada a la paleocorteza, que es de origen ol-
lo emocional o límbico y la neocor- fatorio, y las zonas adyacentes peri-
teza como sustrato de la racionali- paleocorticales, que progresan en la
dad es simplista y cualquier inten- superficie medial de los hemisferios
to de desvincular lo emocional y lo cerebrales hacia sectores meso-
racional transgrediría imperativos corticales y proisocorticales para
neurobiológicos. terminar en la neocorteza (Figura 2).

Figura 2. Progresión de la arquicorteza, la paleocorteza y las zonas de transición hacia la


neocorteza.

Nota: en la figura, la línea doble muestra una conexión recíproca entre los extremos del
espectro.

Tendencia arquicortical

La arquicorteza y sus zonas de transi- Las zonas de transición correspon-


ción incluyen al hipocampo propia- den al gancho, al parahipocampo,
mente dicho, es decir, el cuerno de a la corteza entorrinal y a la ínsula
Amón, el giro dentado y el subículo. (Figura 3). La arquicorteza presen-

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ta una citoarquitectura con predo- diferenciación, en el caso del lóbulo


minio de formas piramidales, la cual frontal, en las regiones dorsales del
es reconocible en todos los estadios giro frontal medio y en el parietal—
de su progresión hacia la neocorte- hasta el precuneo, en el lobulillo
za. La vertiente o tendencia arqui- parietal superior (10). Las funcio-
cortical progresaría desde el hipo- nes asociadas con esta tendencia se
campo por la superficie medial del relacionan con la ubicación espa-
hemisferio en dirección a la cara la- cial, es decir, responderían a la pre-
teral —que alcanza su máximo de gunta básica del dónde (11).
Figura 3. Corte coronal en el hipocampo (4)

H: hipocampo; LI: fisura lateral-ínsula; NL: núcleo lenticular; NC: núcleo caudado;
T: tálamo.

Tendencia paleocortical

La paleocorteza propiamente dicha regiones orbitofrontales, tomando


está representada por la corteza un curso ventral, hasta alcanzar la
olfatoria, que evoluciona desde las superficie lateral de los hemisferios

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por su borde lateral; en el caso del tificación de objetos desde las for-
frontal, termina en la región ventral mas más elementales hasta las más
del giro frontal medio y en el lobulillo complejas. Las proyecciones de las
parietal inferior. Su estructura his- vertientes dorsal (espacial) y ventral
tológica recuerda su origen granu- (identificación de objetos), hacia las
lar y se le relaciona con la pregunta áreas prefrontales agregan el reco-
básica del qué. nocimiento en contexto. Es necesa-
rio tener en cuenta que existen inte-
Según los anteriores conceptos, cual- racciones entre las vertientes del
quier sector de la neocorteza tiene qué y el dónde a través de circuitos
un origen dual, por un lado, arqui- córtico-corticales. Estas interaccio-
cortical (hipocampal-dónde) y, por nes progresan a través de las regio-
el otro, paleocortical (olfatorio-qué). nes multimodales.
Para ejemplificar consideremos la
corteza visual primaria, área 17, con
la representación macular con pre- Especialización funcional y
dominio granular de ancestro paleo- diversidad cortical
cortical y especializada en la identi-
ficación precisa de los objetos, inde- Más allá de los mapas citoarquitec-
pendiente de su posición, y con la tónicos clásicos de Brodman, Vogt
representación de la visión periféri- y Vogt y Walker (14), los cuales han
ca, con predominio piramidal de sido de gran utilidad como punto de
ancestro arquicortical y vinculada referencia para los estudios estruc-
con la ubicación de los objetos en el turales, evolutivos, de conexiones,
espacio (11). En el caso de la visión, de neuroquímica y de imagenología
según Ungerleider, la vertiente dor- funcional, es importante concebir a
sal relacionada con las funciones la corteza como un sistema amplia-
espaciales se extiende más allá del mente interconectado, por lo tanto,
lóbulo occipital y continúa por las un sector de la corteza a través de
regiones dorsomediales del lóbulo sus axones se convierte en parte in-
parietal para alcanzar las áreas pre- tegral del sector inervado. Así, es-
frontales dorsomediales. La vertien- trictamente dónde empieza y termi-
te visual inferior se origina en la cor- na un área es imposible de definir.
teza que representa la visión macu-
lar de la retina (discriminativa), pro- En el siguiente cuadro se presen-
gresa en complejidad hacia áreas tan de forma breve algunos detalles
ventrales del lóbulo occipital, transi- que deben tenerse en cuenta para
ción temporooccipital, base del lóbu- reconocer un área cortical y de esta
lo temporal y regiones basolaterales manera aproximarnos a su contri-
del lóbulo frontal (12),(13). Esta ver- bución al todo. Es necesario adver-
tiente está vinculada con la iden- tir que los datos acumulados para

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cada uno de los criterios se derivan tudio de esta distribución no es un


de estudios en diferentes especies, capricho académico, sino que es fun-
especialmente roedores, primates damental en la comprensión de los
no humanos y estudios neuropato- mecanismos inhibitorios y desinhi-
lógicos clínicos en el humano. bitorios corticales y como base para
identificar alteraciones asociadas con
las enfermedades neurológicas o
Características mentales (20).
citoarquitectónicas

En lo esencial, las características ci- Características de las células


toarquitectónicas están descritas y de proyección
son una herramienta fundamental
para cualquiera que intente un es- Las características de las células de
tudio de la organización cortical en proyección son el patrón más co-
cualquier ámbito. Estos estudios mún de neuronas corticales, por ello
ganan importancia en la medida en sobre ellas se ha acumulado más
que se tengan en cuenta las relacio- información y se dice que generan
nes de conectividad de las diferen- axones comisurales, asociativos y de
tes láminas corticales, para lo cual proyección. Las proyecciones a dis-
la información no es, al presente, tancia de estos sistemas son los más
suficiente (15),(16). conocidos de la corteza; sin embar-
go, sus sistemas de colaterales recu-
rrentes, que interactúan con otras
Patrón y distribución de células piramidales y con las inter-
interneuronas neuronas por su complejidad, han
sido más difíciles de discernir, aun-
Desde los tiempos de Ramón y que se reconoce su papel en los pro-
Cajal, los principales tipos de inter- cesos más complejos de interacción
neuronas corticales se describieron intracortical (21).
con el método de Golgi. Se ha pro-
gresado notablemente en su siste-
ma de conexiones, fundamental- Características neuroquímicas
mente con las células eferentes de que incluyen expresión
la corteza (17),(18),(19). Sin embar- de receptores
go, se requiere obtener más infor-
mación sobre los patrones de dis- La inmunohistoquímica (nivel celu-
tribución laminar y las variantes lar, microscopía de luz y confocal) y
interhemisféricas, fundamental- la inmunocitoquímica (nivel ultraes-
mente en las regiones asociativas y tructural, microscopía electrónica)
multimodales de la corteza. El es- han permitido establecer peculiari-

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dades neuroquímicas en subpobla- no por los estudios clásicos neuro-


ciones de neuronas corticales, confor- patológicos y las disecciones post
madas por dos grandes grupos: pira- mórtem (6),(7)(23). Sin embargo, los
midales glutamatérgicas y no pira- datos más precisos de conectividad
midales gabérgicas. Algunas de ellas requieren el uso de trazadores re-
coexpresan neuropéptidos como sus- trógrados y anterógrados que utili-
tancia P, neuropéptido Y, somatosta- cen marcadores inyectados y el pos-
tina y péptido intestinal vasoactivo. terior sacrificio del animal experi-
La expresión de proteínas atrapa- mental. Por razones obvias esta
doras de calcio, como calbindina, aproximación no es practicable en
parvoalbúmina y calretinina, permi- el humano, por lo tanto, la informa-
te establecer subcategorías entre las ción más detallada de conectividad
interneuronas corticales e identifi- resulta de la extrapolación a partir
car patrones de organización y va- de modelos animales, pero esto en
riantes regionales, que en el caso la actualidad no preocupa mucho,
del cerebro humano aportan un co- dado que se reconoce que los pa-
nocimiento muy valioso (22). El de- trones de conectividad obedecen a
sarrollo de anticuerpos contra su- un plan común en los mamíferos, y
bunidades de receptores para iden- particularmente entre los primates.
tificar su expresión en subtipos de Ya nadie intenta buscar una carac-
células en diferentes áreas está terística de conectividad o celular
permitiendo una aproximación propia del humano.
para establecer mapas corticales de
distribución de receptores. Esta
identificación es fundamental para Aferentes y eferentes
considerar los efectos de los fár- de origen talámico
macos utilizados en neurología y en
psiquiatría. Probablemente, los aferentes y efe-
rentes de origen talámico son los
circuitos más conocidos hacia la cor-
Aferentes y eferentes teza, y aunque las interacciones son
de origen cortical de tipo recíproco, se describen con
mayor frecuencia las relaciones tá-
El conocimiento de aferentes y efe- lamo-corticales en desmedro de las
rentes de origen cortical es funda- córtico-talámicas, a pesar de ser
mental para entender qué sectores éstas las más abundantes, es decir,
influyen sobre un sector de la corte- hay más entradas de corteza al tá-
za, a la vez de cuál es la influencia lamo que del tálamo a la corteza.
de este sector sobre otros. De ma- La razón para lo anterior es que el
nera general se conocen las proyec- tálamo, por sus proyecciones corti-
ciones de origen cortical en el huma- cales, provee el enlace hacia la cor-

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teza de las aferentes sensoriales y no como al pálido interno (que a la


canaliza las influencias motoras ha- vez conecta a los núcleos motores
cia la corteza desde estructuras sub- del tálamo ventral anterior y ven-
corticales como el pálido y el cere- tral lateral, que retornan a las áreas
belo y las influencias viscerales y motoras de origen). La integridad de
límbicas recibidas desde el hipo- este circuito garantiza una función
tálamo, el hipocampo y la amígdala motora controlada y precisa. Segun-
(24). Las proyecciones córtico-talá- do: el circuito cognitivo, que se ini-
micas que se originan en la lámina cia en las interacciones córtico-cor-
VI de la corteza han sido más difíci- ticales. Las proyecciones de éstas
les de estudiar, pero su papel en la al caudado, de éste a la sustancia ne-
regulación de las entradas tálamo- gra reticulada y por proyecciones de
corticales y en la atención volunta- ésta al núcleo dorsomediano del tá-
ria representan un campo funda- lamo, canaliza la información ha-
mental, para aproximarnos a la com- cia las áreas prefrontales laterales.
prensión de las funciones mentales Este circuito se considera funda-
superiores y su disfunción en la en- mental en las funciones intelectua-
fermedad mental. les y en la memoria operativa. Ter-
cero: el circuito emocional, que se da
por convergencia desde las áreas
Origen de proyecciones límbicas y paralímbicas (por ejem-
hacia el estriado plo, cortezas orbitofrontal, entorri-
nal, amígdala y subículo del hipo-
Sin excepción, todas las áreas cor- campo) a las regiones más ventrales
ticales, neocorticales, áreas de tran- del estriado, que incluyen al núcleo
sición y límbicas proyectan axones acumbens, de éste a los núcleos in-
al estriado, a través de un sistema tralaminares y regiones del núcleo
de fibras denominado córtico-estria- dorsomediano del tálamo, retorna
tal (2),(3). Un aporte fundamental la información a las áreas de ori-
en el conocimiento de este sistema gen, especialmente la corteza orbito-
es la identificación de los circuitos frontal. Este circuito es fundamental
paralelos, que se segregan de acuer- en el control de impulsos y la regu-
do con su origen cortical, su proyec- lación de la conducta y el balance
ción talámica y el retorno a la corte- de la actividad emocional. Existen
za frontal. De manera esquemática, otros circuitos paralelos identifica-
para ilustrar señalemos tres ejem- dos, como el circuito oculomotor,
plos. Primero: el circuito motor, que pero por brevedad no se incluyeron.
se origina en las áreas motoras pri-
marias y secundarias, alcanza al Es necesario advertir que el carác-
putamen, que es parte del estriado, ter ‘paralelo’ de estos circuitos no
y se proyecta tanto al pálido exter- implica exclusión, sino que debe en-

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tenderse como una actividad inte- Interconexión con sistemas


grada de lo cognitivo, lo motor y lo modulatorios Colinérgico
emocional, con pesos que fluctúan y monoaminérgicos
en los diferentes individuos y desde
diferentes circunstancias. Uno de los más conocidos sistemas
de aferentes a la corteza lo consti-
tuyen los sistemas de fibras coli-
Relación con estructuras nérgicas y de fibras monoaminér-
límbicas gicas (26),(27). El primero tiene ori-
gen en los núcleos basales telece-
Algunos sectores de la corteza en sí fálicos, que incluyen el núcleo ba-
son estructuras pertenecientes al sis- sal de Meynert, la banda diagonal
tema límbico, como el giro cíngulo de Broca y el núcleo del tabique
y las zonas adyacentes vinculadas medial. Estas estructuras se locali-
a la motivación y a la afiliación, neu- zan en la región innominada y ge-
robiológicamente entendida como neran sistemas de proyección ha-
identificar al grupo filial al que se per- cia regiones alocorticales y neocor-
tenece. Asimismo, la corteza ento- ticales, que guardan una topogra-
rrinal, localizada estratégicamente fía en la cual los grupos de neu-
en la base inferomedial y anterior ronas colinérgicas más mediales
del lóbulo temporal en la vecindad (lámina vertical de la banda diago-
del gancho y que representa un pun- nal de Broca y núcleo del tabique
to de convergencia de amplios sec- medial) inervan regiones de la cor-
tores corticales asociativos o multi- teza prefrontal medial, de la corte-
modales (25), que a su vez transfie- za entorrinal y de la formación hi-
re esa información hacia la amíg- pocampal; mientras que el núcleo
dala, el hipocampo y las regiones basal de Meynert, localizado más
ventrales del núcleo Acumbens. A lateralmente, provee información
su vez, la amígdala y el hipocampo de la superficie más lateral de la
devuelven fibras a la corteza ento- corteza cerebral, especialmente la
rrinal y ésta transfiere influencias frontal. Su actividad está relacio-
emocionales a los mismos secto- nada con la modulación de estruc-
res corticales de los que recibió turas corticales vinculadas con la
aferencias. memoria y la cognición. Las neu-
ronas colinérgicas descritas reciben
El enlace de la corteza entorrinal aferentes o proyecciones glutama-
entre las estructuras límbicas y la térgicas desde la corteza.
neocorteza asociativa y viceversa se
considera importante en los meca- Los grupos monoaminérgicos que
nismos de memoria y aprendizaje inervan a la corteza cerebral in-
asociado con un contexto emocional. cluyen:

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1. Fibras norepinefrínicas proceden- 2. Fibras dopaminérgicas. La mayor


tes de un reducido número de parte de la corteza cerebral recibe
neuronas, con cuerpos localiza- fibras dopaminérgicas, pero su
dos en la transición pontome- mayor densidad de inervación
sencefálica, identificadas como el ocurre en el lóbulo frontal. En el
locus coeruleus. Al igual que otros caso de la corteza frontal medial
sectores del encéfalo y la médula se le relaciona con la motivación
espinal, todas las regiones cor- y en la corteza prefrontal lateral
ticales reciben este tipo de iner- con la modulación de funciones
vación, con una tendencia a ma- mentales superiores, especial-
yor densidad de inervación en las mente en la memoria operativa o
áreas sensoriales primarias. Este working memory. La corteza
sistema participa en los mecanis- entorrinal, la amígdala y el
mos de alertamiento y su activi- hipocampo están profusamente
dad se asocia a estímulos que re- inervados por fibras dopa-
flejan relevancia. Las neuronas minérgicas, por lo tanto, desem-
del locus coeruleus están regula- peñan un papel modulatorio en
das por múltiples sistemas, pero la actividad emocional. Los cuer-
debemos mencionar para este pos de las neuronas que dan lu-
propósito las amplias proyeccio- gar a fibras dopaminérgicas que
nes desde la corteza prefrontal, terminan en la corteza se locali-
es decir, si bien el locus coeruleus zan en el área tegmental ventral y
ejerce una influencia en la mo- comparten su inervación, ade-
dulación cortical, las proyeccio- más, con el estriado ventral que
nes corticofugas hacia el locus incluye al núcleo acumbens. Los
coeruleus determinan cambios en sistemas dopaminérgico, meso-
la actividad modulatoria nora- límbico y mesocortical se asocian
drenérgica cortical (27). con mecanismos de gratificación
y la búsqueda de la novedad. Al
El considerar las proyecciones igual que para el sistema norepi-
descendentes desde la corteza nefrínico, la corteza prefrontal,
prefrontal al locus coeruleus re- especialmente la medial, proyec-
suelve la inquietud de cómo tal es- ta fibras glutamatérgicas que
tructura con tan pocas neuronas modulan la actividad de las neu-
podría cambiar en su actividad ronas dopaminérgicas, que a su
ante estímulos complejos. La vi- vez inervan la corteza y otras es-
sión del locus coeruleus como tructuras subcorticales (28).
modulador de la función cortical
se ha sostenido, pero la influen- 3. Fibras serotoninérgicas. Los cuer-
cia en sentido contrario puede ser pos de las neuronas serotoni-
igualmente importante. nérgicas se localizan en los nú-

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cleos del rafé en el tallo cerebral; tal motora y prefrontal. Las proyec-
los de localización más cefálica, ciones corticoespinales son las más
es decir, los del mesencéfalo, ade- conocidas e involucran acciones so-
más de inervar al estriado, iner- bre neuronas motoras espinales y
van amplios sectores de la cor- centros de relevo sensitivo de las
teza cerebral con una máxima astas posteriores.
expresión en la corteza visual. La
inervación de la corteza orbito-
frontal y de las regiones límbicas Circuitos corticales,
y paralímbicas del lóbulo tempo- organización modular
ral, como la amígdala, el hipo- y transmodular
campo y la corteza entorrinal se
consideran importantes en la re- En las secciones anteriores se pre-
gulación del estado de ánimo y tendió dar una visión macroscópica
en el control de impulsos. de las relaciones de la corteza cere-
bral con el resto de estructuras del
sistema nervioso y de la influencia
Proyecciones al tallo de éstas sobre la estructura y fun-
cerebral y a la ción cortical. El análisis de las inte-
Médula espinal racciones corticales y subcorticales
es muy útil, porque permite apre-
Amplios sectores de la corteza cere- ciar la interdependencia de la cor-
bral de los lóbulos temporal, occi- teza consigo misma y con otras es-
pital y frontal, especialmente este tructuras, más allá de la descrip-
último, se proyectan a diversos nú- ción meramente citoarquitectónica,
cleos del tallo cerebral, que a su vez que puede inducir a conclusiones
extienden axones al cerebelo como erróneas cuando se pretende esta-
los núcleos rojos y los núcleos pon- blecer un correlato funcional basa-
tinos. De esta manera influyen so- do en imagenología, o analizar los
bre la actividad cerebelosa no exclu- efectos de una lesión o de la acción
sivamente relacionada con lo mo- de un fármaco.
tor, sino que abarcan lo cognitivo y
lo emocional. Fibras originadas en Es útil también aproximarse a la
el cerebelo transfieren esta informa- organización celular y a sus interac-
ción a estructuras del tallo como los ciones locales, campo en el cual, aun-
núcleos vestibulares, que a su vez que faltan muchos detalles, se han
influyen sobre la médula espinal, o logrado notables avances en la últi-
núcleos rojos, que pueden generar ma década. Para tal fin describire-
influencias descendentes espinales mos el patrón celular y de conecti-
o ascendentes al tálamo, que a su vidad más conocido, el cual con va-
vez se proyectan a la corteza fron- riantes regionales puede aplicarse

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a cualquier sector de la corteza. Es quier módulo. Las aferentes deriva-


importante advertir que la corteza das de estructuras subcorticales
cerebral presenta una organización pueden estar circunscritas al ám-
modular translaminar cuyos límites bito de un módulo, como en el caso
en las áreas sensoriales los estable- de las cortezas sensoriales prima-
cen las aferentes tálamo-corticales, rias (visual, auditiva, somatosenso-
con ramificaciones axónicas que rial), las cuales son el fundamento
ocupan 500 micras en un plano tan- de los campos receptivos visuotó-
gencial. En los sectores asociativos picos, tonotópicos y somatotópicos.
y supramodales, el límite del mó- Cada módulo con amplias varian-
dulo lo determina el patrón de iner- tes regionales recibe, además, afe-
vación de fibras córtico-corticales rentes cuyo patrón de ramificación
(callosas y asociativas) (29). En este es supramodular, ya que este con-
caso, un módulo cortical está defi- junto de fibras surge de grupos de
nido por las fibras aferentes proce- neuronas cuyo sistema de ramifi-
dentes de otro sector de la corteza y cación axonal es muy divergente. En
por el conjunto de células que es- especial se hace referencia a la iner-
tán bajo la influencia de estas afe- vación cortical de los sistemas nora-
rentes. Estos módulos podrían equi- drenérgico, dopaminérgico, seroto-
pararse a cilindros casi indepen- ninérgico, histaminérgico y, en me-
dientes, con un diámetro aproxima- nor grado, el sistema colinérgico. El
do de 200 micras. Cada módulo cor- ingrediente dopaminérgico, nora-
tical representa en pequeña escala drenérgico o serotoninérgico, para
el patrón general de organización y citar tres casos, varía en densidad
conectividad de toda la corteza, es y distribución en los diferentes sec-
decir, cada uno es una unidad efe- tores, por ejemplo, los módulos cor-
rente que genera, partiendo de la ca- ticales de la corteza prefrontal y la
pa II, fibras asociativas; de la capa motora primaria son más ricos en
III, callosas; de la capa V, córtico-es- inervación dopaminérgica; mientras
triatales, córtico-pónticas, córtico- que la corteza parietal somatosen-
nucleares y córtico-espinales, y de sorial presenta una mayor inerva-
la capa VI, córtico-talámicas. ción noradrenérgica, donde predo-
mina la inervación serotoninérgica
De igual manera, cada microestruc- en la corteza visual (26),(27),(28).
tura está alimentada por su propio De acuerdo con lo anterior los efec-
sistema de aferentes, algunos deri- tos de la intervención farmacológica
vados de otros sectores de la corteza sobre estos sistemas desencadena-
que, como vimos, no sólo respetan rían respuestas modulares distin-
la organización modular, sino que de- tas. Una de las fronteras del cono-
terminan y constituyen el sistema cimiento en la quimioarquitectura
más abundante de aferentes a cual- cortical es establecer el complejo

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patrón de expresión de receptores en capa III. Por razones prácticas tome-


diferentes tipos de módulos corti- mos como eje del módulo cortical las
cales, lo cual es fundamental para células piramidales, es decir, aque-
evitar efectos farmacológicos no de- llas que dan lugar a axones que se
seados o colaterales. extienden más allá del límite de la
capa de origen, que influyen sobre
En la Figura 4 se indican algunos otros sectores corticales o estructu-
de los circuitos más conocidos en ras subcorticales. Éstas son excita-
el ámbito de un módulo cortical, no torias, utilizan glutamato como neu-
obstante, por simplificar sólo se in- rotransmisor y constituyen más del
cluyen neuronas piramidales e 50% de las células corticales, en al-
interneuronas con influencias en la gunos casos hasta el 70%.

Figura 4. Corteza prefrontal. En la figura se ilustran las aferencias provenientes de estruc-


turas subcorticales y los tipos de neuronas gabérgicas corticales (en negro) sobre los cuales
tienen impacto estas aferencias. Las células piramidales en blanco ilustran dos células
glutamatérgicas de la corteza cerebral y su relación con las interneuronas

DB: célula de doble bouquet; CH: célula en Chandelier; C: célula en cesta.

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Las células piramidales son espino- tan acoples eléctricos entre sus pro-
sas y poseen un amplio sistema de cesos dendríticos, lo cual las puede
colaterales recurrentes, que inervan hacer descargar sincrónicamente; las
células piramidales vecinas e inter- células de doble bouquet inervan las
neuronas gabérgicas. Sus axones dendritas basales y las ramas de las
principales, al abordar a otro sector dendritas apicales, además, sus axo-
de la corteza o a una estructura sub- nes tienen una disposición vertical y
cortical, presentan un patrón de ra- restringida al módulo de origen e
mificación circunscrito que recuer- inervan también a las células en ces-
da su origen modular. Su efecto se ta, y son calbindina positivas; las cé-
ejerce a través de receptores iono- lulas horizontales de la capa I y algu-
tróficos NMDA, AMPA, kainato y meta- nas bipolares de la capa II expresan
botróficos mGLUR1-8, localizados, en calretinina y conectan tanto a célu-
el caso de la corteza, en otras célu- las piramidales como a interneuronas
las piramidales, en células gabérgi- (1),(17) (tablas 1 y 2).
cas y aun en células gliales, que expre-
san los receptores mGLUR 1-5 (30). En las tablas 1 y 2 se recuerda que
sobre el conjunto de neuronas in-
La salida de la corteza está bajo la trínsecas de un módulo, es decir,
regulación de interneuronas gabér- células piramidales, excitatorias,
gicas, aunque algunas de ellas coex- glutamatérgicas e interneuronas ga-
presan neuropéptidos. Se identifican bérgicas inhibitorias, influye un con-
subtipos de interneuronas gabér- junto de aferentes específicos e ines-
gicas por la expresión de proteínas pecíficos, a su vez sometidos a la
atrapadoras de calcio, por su patrón influencia directa o indirecta de es-
de descarga y por sus sistemas de tas mismas neuronas.
terminales axónicas sobre las célu-
las piramidales. El patrón de clasifi- Finalmente, es indudable que esta-
cación es más complejo, pero para mos lejos de conocer la estructura
el presente propósito lo podemos funcional y neuroquímica de la cor-
simplificar de la siguiente manera: teza cerebral y que su complejidad
las células en Chandelier o axoaxó- es agobiante, pero la peor estrategia
nicas inervan el segmento inicial del sería nunca intentar su estudio, dado
axón de las células piramidales y son que avanzar en su conocimiento ofre-
parvoalbúmina positivas; las células ce mejores alternativas para enten-
en cesta inervan el soma y los secto- der el comportamiento y para en-
res proximales de las dendritas, son contrar mejores soluciones a la en-
parvoalbúmina positivas y presen- fermedad mental.

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Tabla 1. Características de las neuronas piramidales y no piramidales.

Tipo celular Neurotransmisor Blancos principales Receptores

Neuronas piramidales

Proyección Glutamato • Otras células piramidales NMDA


• Células gabérgicas corticales AMPA
• Células gabérgicas estriatales KAINATO
• Células glutamatérgicas del tálamo mGLUR
• Células gabérgicas del tálamo (N. reticular)
• Células colinérgicas de los núcleos basales
telencefálicos
• Células monoaminérgicas del tallo cerebral
• Células glutamatérgicas del tallo cerebral
• Células colinérgicas del tallo y de la médula
espinal

Neuronas no piramidales

Interneuronas GABA • Células piramidales Gaba A


Gaba B
• Otras gabérgicas
Gaba C
• Acoples eléctricos
entre gabérgicas

Tabla 2. Aferentes a una célula piramidal de la corteza cerebral

Tipo de fibra Aferencia

Glutamatérgica • Otras células piramidales corticales cercanas o lejanas


• Células talámicas
• Subpoblaciones de neuronas basales telencefálicas
Gabérgica • Neuronas locales Chandelier, cesta, bipolares
• Subpoblaciones gabérgicas del núcleo basal de Meynert
Dopaminérgica Área tegmental ventral
Serotoninérgica Núcleos del rafé
Norepinefrínica Locus coeruleus
Histaminérgica Región tuberomamilar del hipotálamo.
Colinérgica Región magnocelular del núcleo basal de Meynert

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Correspondencia: Hernán José Pimienta J.


Correo electrónico: hernpim@telesat.com.co

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