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1.

Describe brevemente el contenido de las tres partes del relato:


internamiento en el campo; la vida en el campo; después de la
liberación.
Internamiento en el campo

En la primera fase, internamiento, el autor cuenta como fueron enviados en un tren sin
saber con exactitud su destino, que poco después averiguarían, se trataba de
Auswitch. Ya en los primeros momentos en la estación, el doctor Frankl recurre a su
optimismo tratando de pensar que tal vez pueda sobrevivir de buena manera evitando
la desesperación. Tras ser seleccionado por un oficial de la SS, Viktor fue afeitado,
lavado y despojado de sus bienes materiales. Poco a poco comprende que ha de
acostumbrarse, acostumbrarse a dormir en barracones, a tumbarse sin almohada, a
no cepillarse los dientes… Fue en los primeros momentos donde llegó a él la idea del
suicidio, al que intentaba combatir. Debía aparentar juventud y capacidad de trabajo,
de lo contrario correría el riesgo de ser enviado a la cámara de gas.

La vida en el campo

En la segunda fase, la vida en el campo, el doctor siente como la apatía reina en su ser.
De algún modo se ha deshumanizado, dejando de sentir piedad, indignación, horror…
Era la anestesia emocional e insensibilizarse una de las maneras de llevar aquello.
Viktor trató de forjar amistad con el kapo del barracón, uno de los prisioneros con
beneficios, y gracias a esto pudo librarse de trabajos inhumanos y así como también
salvar su vida.

Uno de los pocos métodos que era capaz de sacarlos de allí era el sueño, el cual Viktor
considera que, por muy horrible que fuese, era mejor que aquella realidad. El hambre
era otro de los grandes problemas en el campo, su escasa porción de alimento, un
trozo de pan y una sopa aguada, no servía para mitigar el esfuerzo que realizaban a
diario. A pesar de olvidar gran parte de la cultura, los prisioneros solían mantener
discusiones de política y religión, religión a la cual recurrían como única solución en
aquel infierno. En una de las noches de trabajo, Frankl recordó a su esposa, fue
entonces cuando comprendió que el amor era la meta a la que aspirábamos, pensar en
ella como poco le ayudaba a sobrellevar el momento. También la naturaleza, que
admiraban tremendamente, era una vía de escape a los momentos bellos de los que se
les privaba, al igual que el arte y el sentido del humor los cuales eran claves para
superar aquello.

Un tiempo después fueron trasladados a Dachau, suceso que Frankl vio como algo
afortunado, pues Dachau no tenía cámara de gas ni hornos crematorios. Los placeres
en el campo eran escasos, el mero hecho de estar enfermo era para Viktor una
bendición, ya que le suponía poder descansar en la enfermería. Tras ello fue enviado
como médico a una sección de enfermos, donde pudo encontrar por fin unos minutos
de soledad para estar consigo mismo. El destino jugó un factor importante en la vida
de Frankl, pues decidió tomar un tren a uno de los campos de reposo, que,
inexplicablemente, no se trataba de una trampa.

Pasadas las semanas, Viktor junto con un amigo, trazaron un plan de escape que no
llegaron a realizar, y que intentaron de nuevo pocos días después sin tampoco acabar
de completarlo. Otro importante factor que afectaba era la irritabilidad, producida por
una falta de nicotina, cafeína, sumado a la consideración de uno mismo como algo
inferior, deshonrado. Frankl también cuenta como, en las situaciones más adversas, la
libertad interior del hombre permanecía ahí, el hombre conservaba esa elección y era
capaz de elevarse por encima de su destino adverso. Muchos sucumbían al
transformarse en un “cadáver viviente”, perdiendo toda idea de un futuro que toman
como inexistente, optando por alojarse en los recuerdos. Era esa fe en el futuro lo que
en muchos casos acarreaba la depresión, pues según Viktor, era necesario fijarse un
objetivo que diera sentido a la vida, un sentido que nos convertía en insustituibles
seres humanos.

Tan necesario como aquello, era enfrentarse al sufrimiento evitando los pensamientos
negativos, sacando partido a ese dolor. En uno de los días, Frankl cuenta como
improvisó una charla para tratar de subir la moral de sus compañeros, apelando a que
aún eran necesarios en este mundo o que nadie les podría robar las vivencias
adquiridas. Antes de finalizar el capítulo, Viktor habla sobre los guardias que
custodiaban el campo, y como a pesar de las situaciones, algunos aún mantenían la
moralidad. Esto le llevó a pensar que existen tanto hombres decentes como
indecentes, y que nunca hay una superioridad numérica de uno de estos grupos.

Después de la liberación

Ante su liberación, la gran mayoría de los prisioneros reaccionaron con incredulidad,


en palabras de Viktor: “no sabían que hacer”, aquello que tanto habían ansiado
durante años se volvía extraño. Un recluso, en contra de la creencia de entonces, no
volvería a la vida normal así sin más, vivir todos esos sucesos era algo que afectaba
emocionalmente. Frank habla de cómo incluso algunos liberados usaron su sufrimiento
para justificar sus acciones. Por otra parte muchos prisioneros sintieron decepción al
salir de aquel lugar y comprobar que, lo que habían imaginado esperándoles, no
estaba allí. Algo que casi era seguro, es que la experiencia les había cuanto menos
endurecido, fortalecido moralmente.

2. Destaca tres escenas o ideas del libro y coméntalas.


Optimismo

Tal y como Viktor dice, el optimismo era una de sus virtudes. A la llegada a la estación,
tras aquél horrible viaje de tren, fue recibido por unos hombre que parecían bien
alimentados y con un comportamiento animado de buen humor. Frankl quiso pensar
que tal vez podría llegar a convertirse en uno de ellos y ser de algún modo “feliz”. Es
esto lo que realmente me ha llamado la atención de la escena, la dureza de las
condiciones no pudo acabar del todo con el optimismo del autor, y a pesar de que la
situación que se les venía encima no era muy alentadora, Viktor quiso pensar, que, de
algún modo, no iba a ser tan espantosa. Como escribe en una pocas líneas después, se
trataba de la conocida como “ilusión del indulto”, que provoca que las personas se
aferren a una última esperanza, que aun no siendo veraz, trataba de algún modo de
darles un ápice de optimismo.

La libertad interior

A pesar de las circunstancias que rodeaban a los reclusos, entre ellos Viktor, ¿Les
quedaba aún la libertad? Frankl cuenta que pese a la anulación de libertad por parte
de las circunstancias externas, las personas mantenían esa libertad espiritual. Desde mi
punto de vista considero que es tal vez, la libertad interior, uno de los componentes
más difícil de arrebatar en la vida de un hombre. Esa elección de la actitud personal no
era fácil de mitigar. Gracias a ello, las personas del campo podían seguir sintiéndose
como humanos, y no como simples máquinas obligadas a trabajar. Aunque vivamos
determinados o limitados, hallaremos un aspecto en el que podemos mandar
nosotros antes que cualquiera, ese es la libertad interior.

¿Qué espera uno de la vida?

Esta vez haré mención al capítulo donde Frankl cuenta la importancia de fijarse un
objetivo en la vida. En ocasiones es la falta de objetivos lo que deriva en una conducta
pesimista respecto a la vida, quien no esperaba nada de la vida dejaba su suerte al
destino. Muchos de los prisioneros trataban de fijarse un logro, darle un motivo a su
existencia, algo que les mantuviera de pie y les alejara de la terrible idea del suicidio.
Es sin duda uno de los aspectos más importantes a considerar, pues sin objetivos, sin
ilusiones, sin ambición… se corre el riesgo de convertirse en un “cadáver viviente” que
únicamente ve pasar el tiempo esperando su hora.

3. Valoración personal
“El hombre en busca de sentido” es un libro tremendamente impactante, veraz y al
mismo tiempo instructivo. La psicología de Viktor Frankl trata el concepto de la
resiliencia, la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a
situaciones adversas. Esto es algo que realmente sorprende, pues a pesar de la crudeza
de sus vivencias en el día a día, Viktor pudo sobreponerse y no perecer en lo que era
un suplicio. El libro es asimismo un fiel retrato del holocausto, desde su perspectiva lo
analiza preguntándose él porqué de los males y como soportarlos. En conclusión,
pienso que el libro no es la típica historia de la segunda guerra mundial que se limita a
mostrarnos una de las peores atrocidades de la humanidad, sino que va más allá, al
tratarse de un testimonio en primera persona, haciéndonos ver que detrás de todo hay
un sentido, un sentido en las acciones y la vida de los hombres.

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