ALABANZA

HERMENÉUTICA DEL CANTO

¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el
entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el
entendimiento. 1ª Corintios, 14:15.

Hay que tener la honestidad de decir que este

pasaje nos viene hablando de la confusión que
podría causar las lenguas donde no había
intérprete. 1ª Corintios, 14:16.
Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple
oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo
que has dicho.

Si bien es claro de lo que el pasaje está hablando

también el mismo es muy acorde al tema en
mención.

Hermenéutica es:
El arte de interpretar textos, especialmente los
sagrados.
Dicho arte contiene unos interrogantes o reglas de
interpretación que hacen de la misma una
agradable experiencia a la hora de ejecutar la
interpretación. ¿Quién lo dijo? ¿A quién? ¿Cuándo?
¿Dónde? ¿Por qué? Y ¿para qué?
Es precisamente en estas reglas de interpretación
que quiero que centremos nuestra atención.
ALABANZA

I. ¿Qué es canto?
Acción y efecto de cantar, composición lírica,
producción de sonidos melodiosos.
Cada una de las partes en que se divide el
poema épico, exaltación de algo o alguien, en
nuestro caso exaltación de Dios.

II. ¿A quién le canto? Deuteronomio, 10:20-21.

Al Señor tu Dios temerás, a él solo servirás, a él seguirás, y por su
nombre jurarás. Él es el objeto de tu alabanza, y él es tu Dios, que ha
hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto.

Objeto:
Todo lo que puede ser materia de
conocimiento.
Aquello que sirve de materia o asunto al
ejercicio de las facultades mentales.
Materia o asunto de que se ocupa una ciencia o
estudio.
Dicho de otra manera es como si Dios les estuviera
diciendo “ustedes están muy acostumbrados a
adorar objetos y a estudiarlos” “pues a partir de a
hora yo seré el objeto de su adoración o
investigación”

III. ¿Cuándo le canto? Salmos, 34:1-3.

ALABANZA

Bendeciré al Señor en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en

mi boca. En el Señor se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se
alegrarán. Engrandeced al Señor conmigo, Y exaltemos (cantemos)
a una su nombre.

IV. ¿Cómo le canto? Salmo, 100:1-3a.

Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid al Señor
con alegría; Venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que el
Señor es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;

V. ¿Por qué le canto? Verso, 3b. Porque…

Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con
acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su
nombre. Porque el Señor es bueno; para siempre es su misericordia,
Y su verdad por todas las generaciones.

VI. ¿De qué manera le canto? 1ª Corin, 14:15.

Cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.

Entendimiento:
Potencia del alma, en virtud de la cual concibe
las cosas, las compara, las juzga, e induce y
deduce otras de las que ya conoce, discurre y
raciocina.
Razón humana, inteligencia o sentido que se da
a lo que se dice o escribe (compone)
ALABANZA

De manera que a Dios le debemos cantar lo mejor

pero para lograrlo hay que hacer un juicio sobre lo
que estamos cantando; para no cantarle
estupideces, cosas sin sentido, sin identidad, sin
saber profundamente a quién va dirigido nuestro
canto.

No se trata de vivir rebobinando CD para

escucharlos al revés como el que vive preguntando
de qué murió la vaca o el novillo que se exhibe en la
carnicería; que de hecho el apóstol Pablo, nos dice
que no lo hagamos.

Pero si de ofrecer a Dios un sacrifico sincero, con

sentido, con sabiduría y no olvidemos, con
“integridad” pues solo así, y no de otra manera es
la alabanza será hermosa.