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DEL CAPITALISMO INDUSTRIAL AL CAPITALISMO MONOPÓLICO y FINANCIERO

MATERIAL HISTORIOGRAFICO Y DOCUMENTAL SOBRE EL CAPITALISMO

Texto N°1 ¿Qué es el Capitalismo?

“El término designa el sistema socioeconómico caracterizado fundamentalmente por la propiedad


privada de los principales medios de producción y la libertad reconocida a los individuales para
realizar contratos que regulen sus propios intereses […].
Desde el punto de vista jurídico, el capitalismo descansa, pues, sobre dos instituciones esenciales: el
derecho de propiedad privada y la libertad de contrato, incluida en este concepto la contratación de
trabajo personal. En general, la actividad económica está orientada hacia la rentabilidad u obtención
de beneficios por las empresas privadas en un régimen de libre concurrencia en el cual, al menos en
principio, el estado no interviene.
El elemento central del sistema es el mercado, ya que la finalidad de la producción es el intercambio,
y no el consumo directo. Según la Ley de la Oferta y la Demanda, el mercado regula los precios y las
retribuciones de todos los factores que intervienen en el proceso de producción y distribución. La
competencia es el motor y el regulador de la actividad económica".
T. DI TELLA, (coord.): “Diccionario de Ciencias Sociales y Política”, Ariel, Barcelona, 2004
Texto N°2 Capital y Capitalismo

“El capital es una cosa concreta, hecha de máquinas, edificios, puentes, oleoductos, aeronaves, etc.;
y el capitalismo también es una cosa, pero abstracta, un sistema que se caracteriza por que el capital
sustancialmente es de propiedad privada, el trabajo es libre… y los bienes y servicios, incluso los
servicios, que prestan los trabajadores, se transan en mercados.”
Ramón Díaz, “Liberalismo, Capitalismo”, Diario el Observador, 5/9/1998

ETAPAS DEL CAPITALISMO

Desde fines de la Edad Media hasta el siglo XVIII, se desarrollo el capitalismo comercial, basado en
la inversión de capitales, en transacciones a larga distancia que realizaban las grandes compañías
de comercio.
El capitalismo ha pasado por diferentes fases de desarrollo.
La primera se caracterizó por una gran dispersión de capital, materializado en forma de pequeñas y
numerosas empresas que actuaba en competencia entre sí en un mercado libre. Fue la denominada
fase liberal o de libre competencia.
Pero el propio mecánismo del sistema, mediante la concentración y centralización de capitales, ha
dado lugar a la fase monopolista del capitalismo en la que se hallan hoy los países capitalistas
desarrollados.

"Se producirá así la formación de multitud de empresas agrarias, y fabriles que compiten unas con
otras, sin ninguna reglamentación sobre precios y salarios, regulado tan solo por el mercado de
acuerdo a la oferta y la demanda. Por ello se le denomina capitalismo liberal...
La conjunción del liberalismo y del maquinismo permite el advenimiento de la economía del S. XIX
caracterizada por una técnica perfeccionada y una división del trabajo muy extendida por la libre
iniciativa de los jefes de empresas y por la búsqueda sistemática de la ganancia"
Lajugie, J. "Los sistemas económicos"

EL CAPITALISMO LIBERAL

La Revolución Industrial provocó un gran cambio en la sociedad desde fines siglo XVIII, pero
sobre todo durante el siglo XIX. Supuso el triunfo económico y social de la burguesía. Se impuso un
nuevo orden: “el orden burgués” que se basó en la posesión de la riqueza y no en los privilegios del
nacimiento como se había basado el antiguo orden de la nobleza. Los historiadores sostienen que en
el correr del siglo XIX se fue imponiendo un “estilo de vida burgués” que estuvo acompañado de la
difusión de nuevas ideas políticas y económicas que se conocen con el nombre de LIBERALISMO.
Hacia 1815, la reunión de los países vencedores de Napoleón en el Congreso de Viena intentó restaurar
las Monarquías Absolutas. Sin embargo, el rechazo de las ideas del absolutismo por parte de la
burguesía, tanto en materia económica como política, seguía en pie a pesar de la restauración de las
monarquías. Más aún, las ideas liberales se difundían sin cesar. Esta oposición a las monarquías
absolutas hizo que se desdoblara en dos visiones: el liberalismo político y el liberalismo económico.

Principios Básicos
1- Propiedad privada de los medios de producción. En el sistema capitalista está asegurada la propiedad
privada (en manos de particulares) de los medios de producción, es decir, de las fábricas, comercios,
bancos, y riquezas en general. A los particulares se les reconoce y garantiza la libre disposición de los
mismos.

2- Manos de obra asalariada. Mientras las tareas de dirección y gestión de emprendimientos productivos
desempeñados por los propietarios, las tareas de ejecución fue desempeñada por subordinados
asalariados, es decir, por otros particulares que reciben una paga o salario de los propietarios a cambio
de su trabajo en las empresas de estos.

3- Afán de lucro individual e ilimitado. El factor psicológico que anima al sistema es la búsqueda
constante de beneficios o ganancias y su disfrute o atesoramiento personal.

4- Economía de Mercado. Las decisiones en materia económica son adaptadas libremente por el mercado
(o sea, por el conjunto de productores y consumidores, en base a su capacidad económica y sus
intereses) limitándose la intervención del Estado (autoridad pública) al respecto. El orden de
prioridades es determinado por el criterio de rentabilidad y no el de la necesidad social.

CAPITALISMO MONOPOLICO

"A menudo las empresas capitalistas se originan en sociedades anónimas. Se ven arrastradas por un
movimiento de concentración que afecta a todos los dominios de la producción. Toda empresa tiende
a disponer de medios materiales y obreros cada vez en mayor cantidad. Por lo tanto, necesita nuevos
capitales.
Todo ello lo puede encontrar en empresas de la competencia que ella compra o a las que asocia."

"El capitalismo monopolista significa que el grado de concentración del capital se encuentra en un
estado muy avanzado. Es decir que la dimensión de las empresas es elevada, que la capacidad de
producción de las plantas permite la elevación masiva de mercadería, que el capital necesario para
introducirse en el mercado de un producto es de tal magnitud que para lograrlo se requiere la
participación de numerosos capitales. Esto último se consigue mediante la centralización del capital,
y, por lo tanto, la capacidad de disponer de éste se ve, cada vez más, reducida a un número inferior
de personas. Este papel lo desempeñan los bancos, lo cual origina la aparición del capital financiero,
es decir, la fusión del capitalismo industrial con el bancario (...)
Este tipo de capitalismo empezó a desarrollarse en los últimos años del siglo XIX, pero hasta finales
de la 2da. Guerra Mundial no alcanzó su máxima expresión y consolidación (...)"
J.M. Vidal Villa "La economía mundial"
FLUCTUACIONES ECONÓMICAS:
LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

EL NACIMIENTO DE LAS SOCIEDADES INDUSTRIALES

Desde mediados del siglo XVIII se inició en Europa Occidental una etapa de profundas
transformaciones que dieron nacimiento a las sociedades industriales. El proceso, que recibe
genéricamente el nombre de "revolución industrial", comenzó en Gran Bretaña y desde allí fue
difundiéndose primero hacia Europa continental y Estados Unidos, y más tarde hacia otros países y
regiones.
En contraste con el mundo preindustrial, (donde) la principal actividad económica era la agricultura,
en la sociedad industrial el peso del sector primario fue reduciéndose al tiempo que se incrementó el
de la industria y los servicios. Mientras que en la sociedad preindustrial la gran mayoría de la población
vivía en el campo, (...), la sociedad industrial se caracteriza por un alto grado de urbanización y por el
incremento significativo del número de grandes ciudades, que eran muy pocas antes del siglo XIX.
(Otra) diferencia entre el mundo preindustrial y el industrial radica en el ritmo de la innovación
tecnológica, que se aceleró notablemente desde el siglo XVIII. La velocidad del cambio técnico
permitió fuertes incrementos en la producción y la productividad, aumentando sensiblemente la oferta
de energía y de bienes y servicios. Gracias a las transformaciones de la agricultura creció la
disponibilidad de alimentos, y de los nuevos métodos de producción industrial incrementaron la oferta
de bienes manufacturados en proporciones desconocidas hasta entonces. En el sector manufacturero
los incrementos de la producción y de la productividad fueron mucho mayor que en la agricultura.
(...)
Junto con la industrialización no sólo creció la producción sino también la población, (...) se multiplicó
por cinco entre 1760 y 1960. Se redujo notablemente la mortalidad infantil y creció la esperanza de
vida. (...).
A la par de los cambios económicos y demográficos, (...), tuvieron lugar profundas transformaciones
sociales, políticas y culturales. Con la sociedad industrial, nacieron nuevas formas de organización del
trabajo, nuevas clases sociales, nuevas formas de organización de la familia, nuevas formas de
actividad política. (...). Con la aparición de la imprenta a vapor y de otras innovaciones en la industria
editorial comenzó la producción de impresos en gran escala y la circulación de libros y periódicos
entre sectores cada vez más amplios de la sociedad, que al mismo tiempo vieron ampliadas las
posibilidades de acceder a la educación.
La contraposición entre la sociedad preindustrial y sociedad industrial es muy clara en la medida en
que comparemos el mundo resultante tras dos siglos de industrialización con el mundo anterior al siglo
XVIII. (...).
Lo que también resulta evidente es que (la) ruptura no fue repentina sino que tuvo lugar a lo largo de
un proceso que abarcó muchos decenios en los que convivieron elementos del pasado con los del
nuevo presente. Y la ruptura no fue total, en la medida que existen elementos de continuidad entre
ambas sociedades, menos en el ámbito de la economía que en el de las relaciones sociales o el de la
cultura. (ARÓSTEGUI, BUCHRUCKER, SABORIDO (2001): “El nacimiento de las sociedades
industriales”, en El Mundo Contemporánea. Historia y problemas., Ed. Biblos, Barcelona, pp. 67-68)

EL SIGNIFICADO DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

¿Qué significa la frase "estalló la Revolución Industrial"? Significa que un día entre 1780 y 1790,
y por primera vez en la historia humana, se liberó de sus cadenas al poder productivo de las sociedades
humanas, que desde entonces se hicieron capaces de una constante, rápida y hasta el presente ilimitada
multiplicación de hombres, bienes y servicios. (Hobsbawm, E. (1997): Trilogía de Hobsbawm "La Era
de las Revoluciones, 1789-1848", La Revolución Industrial en Historia del Mundo Contemporáneo. Ed.
Crítica, Barcelona. p. 36).

No existe una única definición de la "Revolución Industrial", y se ha llegado incluso a discutir la


pertinencia del uso de este concepto. Las distintas definiciones propuestas por los historiadores
económicos revelan la pluralidad de significados.

David Landes atribuye a la expresión "Revolución Industrial" tres sentidos diferentes:


a) "... en minúsculas, suele referirse al complejo de innovaciones tecnológicas que, al sustituir la
habilidad humana por maquinaria, y la fuerza humana y animal por energía mecánica, provoca el paso
desde la producción artesanal a la fabril, dando así lugar a la economía moderna."

b) "El significado del término es a veces otro. Se utiliza para referirse a cualquier proceso de cambio
tecnológico rápido e importante. (...) En este sentido, se habla de una "segunda" o una "tercera"
revolución industrial, entendidas como secuencias de innovación industrial históricamente
determinadas."

c) "El mismo término, con mayúsculas, tiene otro significado distinto. Se refiere a la primera
circunstancia histórica de cambio desde una economía agraria y artesanal a otra dominada por la
industria y la manufactura mecanizada. La Revolución Industrial se inició en Inglaterra en el siglo
XVIII y se expandió desde allí, y en forma desigual, por los países de Europa continental y por algunas
otras pocas áreas..."

(...) Los dos criterios centrales para definir la revolución industrial son la aceleración del crecimiento
de la economía en su conjunto y la verificación de cambios estructurales dentro de ella. (...) tal
crecimiento debe darse en el largo plazo y debe responder no a un incremento de los factores de
producción sino a un incremento de la productividad que se traduzca en el aumento del producto per
cápita. Los cambios estructurales que acompañan este crecimiento incluyen, (...), la innovación
tecnológica y organizativa, la modernización institucional, el desarrollo de un sistema de transportes
y la movilización de la fuerza de trabajo. Este proceso genera a su vez modificaciones en la estructura
de la economía, en particular la reducción de la participación sectorial de la agricultura en el empleo
y en el total de la producción.
(...)
(...) la revolución industrial consiste en un proceso de cambio estructural en el que se combinan: a) el
crecimiento económico, b) la innovación tecnológica y organizativa, y c) profundas trasformaciones
en la economía y en la sociedad. (ARÓSTEGUI- BUCHRUCKER- SABORINO, Ob. Cit. p. 69)

FACTORES QUE INCIDIERON EN EL COMIENZO DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

La Revolución Industrial estuvo relacionada, en sus comienzos, con los cambios que se produjeron en
ciertos aspectos de la vida europea, más o menos contemporáneamente: cambios en su demografía,
transformaciones en el agro (Revolución Agrícola), auge en el comercio internacional (...) (Mazzara,
S., Otros (1994): Hoy y Ayer. Historia del Mundo Contemporáneo. Ed. de la Plaza)
CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO

Al señalar las características generales de la sociedad europea del siglo XVIII, indicamos las causas
por las que se produjo en este período, un acelerado crecimiento de la población.
Este crecimiento estuvo relacionado con un fenómeno de industrialización: por un lado, el crecimiento
fue el resultado de una mejora en el nivel de vida (mejor alimentación, progresos en materia de higiene
y prevención de enfermedades, adelantos en materia de construcción de vivienda, etc.) alcanzado a
raíz de los avances científicos y tecnológicos. Por otro lado, el crecimiento de la población y su
redistribución geográfica, preferentemente hacia el medio urbano, proporcionó la mano de obra
indispensable para los cambios en la producción. Por último, constituyó un factor de estímulo al
desarrollo productivo, al crear un amplio mercado consumidor cuyas necesidades había que
satisfacer. (Mazzara, S., Otros (1994): Ob. Cit. pp. 75-76)

REVOLUCIÓN AGRÍCOLA

En el siglo XVIII se profundizaron, especialmente en Inglaterra, una serie de cambios en las técnicas
agrarias tradicionales, que redundaron en un aumento de la producción:
 Extensión del instrumental de hierros (arados y trilladores), en sustituciones de los de madera.
 Utilización de sembradoras para repartir uniformemente las semillas.
 Sustitución del barbecho por el sistema de rotación de cultivos.
 Ampliación del área de tierras cultivables a través de obras de desecación y drenaje de tierras
anegadas o de la tala de bosques.
 Mejoramiento de la producción ganadera por medio de la selección y cruzamientos de razas.
 Mejor aprovechamiento de las condiciones naturales, mediante un régimen de especialización
regional de la producción.
 Utilización de abonos químicos.
Todas estas innovaciones dieron como resultado un considerable aumento de la producción, lo que
permitió una mejor alimentación de la gente (ésta fue una de las causas del crecimiento demográfico),
y al mismo tiempo, posibilitó la acumulación de capital en manos de los productores, ya que la
producción no alcanzaba solamente para la subsistencia, sino que su excedente permitía la
comercialización.
Al mismo tiempo, los mayores rendimientos en la producción, y en los cambios técnicos, llevaron a
una menor demanda de brazos, lo que generó un éxodo rural hacia las ciudades.
El campo también experimentó transformaciones de orden jurídico, al imponerse el sistema de "campo
cerrado" (cercado), lo que perjudicó al pequeño propietario, obligándolo a muchas veces a vender su
tierra y emigrar.
De lo que acabamos de señalar se desprende que la Revolución Agrícola tuvo influencia sobre el
desarrollo industrial, al favorecer el aumento demográfico y la concentración urbana, por un lado,
generando la acumulación de capital, por otro. A ello hay que agregar la demanda creciente de útiles
de labranza, lo que incentivó la industria siderúrgica. (Mazzara, S., Otros (1994): Ob. Cit. p. 76)

¿POR QUÉ LA PRIMERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL SURGE EN INGLATERRA?

La revolución industrial surge en una Inglaterra que tiene condiciones altamente favorables para el
desarrollo de la industria, y que está experimentando un proceso de expansión secular.
El incremento en la población británica se hace notable a partir de fines de siglo XVII. Si en el año
1700 tenía menos de seis millones de habitantes, en 1800 su número pasa a casi nueve millones. Esto
se debe al aumento de la fecundidad y al descenso de la mortalidad. En otros momentos este aumento
de la población hubiese desembocado en una crisis generada por el aumento de los precios de los
alimentos que respondería a una alta demanda de productos y una incapacidad del mercado para
producir los alimentos necesarios a la población en aumento. Sin embargo esto no sucede en la
Inglaterra de fines del siglo XVIII debido a que se produce un aumento en la productividad de la
agricultura. ¿A qué se debe este aumento? A las mejoras en las técnicas de cultivo durante los siglos
XVII y XVIII: los nuevos cultivos, la alimentación de la ganadería en establos y la supresión del
barbecho son los tres factores claves en el mencionado aumento de productividad. (Ver Aróstegui,
página 76).
El crecimiento de la población permite que parte de esta pudiese trabajar en actividades no agrícolas,
con lo que aumenta la oferta de mano de obra a ser empleada en la industria y los servicios.
A su vez, en el caso de Inglaterra, no solo hay modificaciones en la técnica agrícola, sino también en
el sistema de propiedad de la tierra. Es significativo aquí el paso del sistema de campo abierto al
sistema de campo cerrado. El sistema de campos abiertos, de origen medieval, dominaron hasta
principios del siglo XVIII. En este los cultivos se llevaban a cabo en franjas alternadas, quedando
tierras incultas donde los campesinos podían llevar a pastar a su ganado, podían ir a recolectar leña o
cazar. Este sistema admite a pequeños propietarios, así como a campesinos sin tierras.
En la segunda mitad del siglo XVIII se multiplican en Inglaterra los cercamientos de las tierras
comunales, como consecuencia de las leyes de cercamiento de los campos que si bien comienzan en
el siglo XVI se hacen fuertes en el XVIII. Como consecuencia de esta política una gran cantidad de
pequeños propietarios se ven obligados a vender sus tierras, compradas por grandes propietarios en su
mayoría. A su vez los campesinos sin tierras que ocupaban las tierras comunales se ven muy
perjudicados, así como el resto de los campesinos modestos que ya no pueden hacer usufructo de las
mismas.
Los campesinos expulsados de sus tierras se convierten en jornaleros o arrendatarios a corto plazo. Si
bien con esta política la producción aumenta al aumentar la cantidad de tierra cultivada, también
aumenta la desigualdad social y de redistribución de las riquezas consiguientemente.
Es así que la mano de obra necesaria para la industrialización, así como el alimento que necesita la
misma no son factores que estén ausentes en la Inglaterra de los siglos XVII y XVIII.
Otro hecho relevante es que a lo largo del siglo XVIII se conforma en Gran Bretaña un mercado interno
que también se ve favorecido por el aumento de la población; la inexistencia de barreras aduaneras
internas y de cargas feudales y la mejora en el sistema de comunicaciones y transporte.
Pero Inglaterra no solo tiene un mercado de consumo importante en su interior, sino que desarrolla un
mercado externo muy amplio, ya sea por los intercambios con sus posesiones coloniales como por los
tratados realizados con las otras regiones europeas y sus colonias (y también por el comercio realizado
por la vía ilegal). Para que estos intercambios comerciales pudiesen ser llevados a cabo se sirve de su
flota, no olvidemos que Inglaterra es la máxima potencia marítima mundial en el siglo XVIII.
Es así que tanto el crecimiento en el mercado interno como en el externo favorecen el desarrollo
industrial en tanto los productos manufacturados consiguen un mercado de consumo de estos
productos.
Las características de la sociedad británica del siglo XVIII también favorece el proceso de
industrialización, en tanto no es tan rígida como sí lo son las sociedades del resto del continente. No
era extraño que los hijos segundones de las familias nobles se dedicaran a actividades mercantiles, así
como los nobles propietarios de tierras no son reticentes ante los cambios tecnológicos en lo referente
a la producción agrícola ni a invertir en negocios diversos. Es así que no hay un rechazo hacia el
fomento del comercio y la búsqueda de ganancias, como sí lo había en otras regiones de Europa
(principalmente aquellas que profesan el catolicismo como religión principal). A su vez, dentro y
fuera de la nobleza, la mayor movilidad social favorece el movimiento de personas hacia nuevas
actividades.
Por otro lado, la distribución de la renta era más equitativa que en el resto del continente, lo que
favorece al consumo masivo (no pensemos que la renta estaba distribuida equitativamente, pero sí más
equitativamente que en el resto del continente).

LA "PRIMERA "REVOLUCIÓN INDUSTRIAL": EL NACIMIENTO DE LA INDUSTRIA

Según E. Hobsbawm “la revolución industrial fue probablemente el acontecimiento más importante
de la Historia del mundo, y en todo caso desde la invención de la agricultura y las ciudades. Y lo
inicio Inglaterra. Lo cual evidentemente no fue fortuito”[1].A continuación veremos que Inglaterra
presentó ciertas características, condiciones que como bien destaca el autor llevaron al desarrollo de
esta Revolución, la misma no sucedió allí por casualidad, aspectos q intentaremos explicar.
Según Eric Hobsbawm el adelanto británico no se debió a una superioridad científica y técnica, ya que
en las ciencias naturales por ejemplo los franceses superaban a los ingleses, la Revolución francesa
acentuará esta ventaja, principalmente en matemáticas y física, los franceses realizaban inventos más
originales, como por ejemplo el telar, pero “Por fortuna, eran necesarios pocos refinamientos
intelectuales para hacer la revolución industrial. Sus inventos técnicos fueron sumamente modestos y
en ningún sentido superaron a los experimentos de los artesanos inteligentes en sus tareas, o las
capacidades constructivas de los carpinteros, constructores de molinos y cerrajeros.”[2]
Entre los factores que contribuirán al desarrollo d la revolución podemos destacar el acelerado
crecimiento demográfico, desde 1740 se produce un cambio en el ritmo de crecimiento de la
población. Si en el año 1700 Inglaterra tenía menos de seis millones de habitantes, en 1800 su número
pasa a casi nueve millones.
Según Ashton el crecimiento de la población no puede decirse que fuese el resultado de un marcado
cambio en el coeficiente de natalidad, ya que el mismo entre 1740- 1830 varió muy poco. Tampoco
puede ser atribuido a una afluencia desde otros países; fue en realidad un descenso de la mortalidad lo
que hizo que creciera la población.
Diversos factores se conjugan para que ello suceda, se introduce el cultivo del tubérculo, lo cual
permite que se pueda alimentar un mayor número de ganados y así surtir de carne fresca al país. Creció
el consumo de legumbres, lo cual aumento la resistencia contra enfermedades. Por otra parte crecieron
los niveles de limpieza personal, motivados por el uso del jabón y de ropa interior de algodón, esto
último disminuía los peligros de infección; los conocimientos en medicina y cirugía se desarrollaron
(aunque los historiadores de la medicina han mostrado la banalidad de esta explicación, ya que por
ejemplo la vacuna contra la viruela, enfermedad q causó multitud de muertes medievales solo se
generaliza avanzado el siglo XIX); y a todo esto sumarle que las grandes ciudades vieron sus calles
pavimentadas dotadas de alcantarillados y de agua corriente.
En otros momentos este aumento de la población hubiese desembocado en una crisis generada por el
aumento de los precios de los alimentos que respondería a una alta demanda de productos y una
incapacidad del mercado para producir los alimentos necesarios a la población en aumento. Sin
embargo esto no sucede en la Inglaterra de fines del siglo XVIII debido a que se produce un aumento
en la productividad de la agricultura. ¿A qué se debe este aumento? A las mejoras en las técnicas de
cultivo. Según Eric Hosbswam la Europa de 1700 tenía una agricultura tan ineficaz, que unas mejoras
insignificantes podían producir resultados desmedidos.
Entre los cambios que llevan a este crecimiento agrícola podemos citar: - la sustitución del barbecho
por los cultivos rotativos: la práctica de hacer descansar la tierra es suprimida por cultivos rotativos y
complementarios que no agotan la riqueza mineral del suelo. – Se comienza a hacer un cuidado más
racional de la ganadería, sobre todo de los animales de carga, lo que permitió un incremento de la
producción ganadera. – La incorporación de nuevas plantas tales como patatas, maíz, tabaco elevaron
la dieta alimenticia, y a su vez permitían la siembra en terrenos arenosos que antes eran inutilizados.–
Se comenzaron a utilizar abonos naturales de origen animal que reconstruían la riqueza nutritiva del
suelo.
La superficie arable cultivada aumentó notoriamente, viejas y ásperas tierras (baldías) se
volvieron arables; aquellas tierras que antes estaban fuera del sistema de actividad económica fueron
introducidas al círculo productivo.
En el caso de Inglaterra, no solo hay modificaciones en la técnica agrícola, sino también en el sistema
de propiedad de la tierra. Es significativo aquí el paso del sistema de campo abierto al sistema de
campo cerrado. El sistema de campos abiertos, de origen medieval, dominaron hasta principios del
siglo XVIII. En este, los cultivos se llevaban a cabo en franjas alternadas, quedando tierras incultas
donde los campesinos podían llevar a pastar a su ganado, podían ir a recolectar leña o cazar. Este
sistema admite a pequeños propietarios, así como a campesinos sin tierras.
En la segunda mitad del siglo XVIII se multiplican en Inglaterra los cercamientos de las tierras
comunales, como consecuencia de las leyes de cercamiento de los campos que si bien comienzan en
el siglo XVI se hacen fuertes en el XVIII (se calcula que hacia 1820 solo un 3% de la tierra arable
estuvo sin cercar). Según Ashton “muchos entre los primeros cercamientos fueron realizados por
hombres que habían hecho su fortuna en el comercio o en la burocracia, y buscaban el
prestigio que, en Inglaterra, siempre ha acompañado a la posesión del suelo”[3]
Como consecuencia de esta política una gran cantidad de pequeños propietarios se ven obligados a
vender sus tierras, compradas por grandes propietarios en su mayoría. A su vez los campesinos que
ocupaban las tierras comunales se ven muy perjudicados, así como el resto de los campesinos
modestos que ya no pueden hacer usufructo de las mismas.
Los campesinos expulsados de sus tierras se convierten en jornaleros o arrendatarios a corto plazo. Si
bien con esta política la producción aumenta al aumentar la cantidad de tierra cultivada, también
aumenta la desigualdad social y de redistribución de las riquezas consiguientemente. Según Ashton
“hubo un clase humilde que poca o ninguna consideración de sus derechos obtuvieron”[4]. La aldea
cercada no tenía cabida para tales individuos, su presencia era un obstáculo para el pleno uso del suelo.
Es así que la mano de obra necesaria para la industrialización, así como el alimento que necesita la
misma no son factores que estén ausentes en la Inglaterra de los siglos XVII y XVIII.
Otro hecho relevante es que a lo largo del siglo XVIII se conforma en Gran Bretaña un mercado interno
que también se ve favorecido por el aumento de la población; la inexistencia de barreras aduaneras
internas y de cargas feudales y la mejora en el sistema de comunicaciones y transporte.
Pero Inglaterra no solo tiene un mercado de consumo importante en su interior, sino que desarrolla un
mercado externo muy amplio, ya sea por los intercambios con sus posesiones coloniales como por los
tratados realizados con las otras regiones europeas y sus colonias.
Hasta entonces el trasporte por tierra era en relación al marítimo, costoso y más lento. El comercio
entre territorios unidos por mar era mucho más frecuente y ágil que con regiones cercanas por tierra.
Para que estos intercambios comerciales pudiesen ser llevados a cabo, Inglaterra se sirve de su
flota; es la máxima potencia marítima mundial en el siglo XVIII.
Los barcos ingleses compraban en todos los sitios y vendían en muchos más. La economía inglesa
absorbió progresivamente parte de los productos que pasaban por sus puertos.
El negocio de adquirir productos extranjeros y venderlos a clientes extranjeros contribuyó a convertir
a Londres en el centro financiero del mundo y permitió disponer de una estructura comercial
importante para luego invadir las colonias con productos industriales británicos.
En relación a lo anterior Hill se pregunta “¿De dónde salió el capital para la Revolución industria?
Sumas espectaculares afluyeron a Inglaterra desde ultramar: de la trata de esclavos y especialmente
del saqueo organizado de la India (…) Pero no siempre es fácil constatar una relación tan directa.
No hay muchas pruebas de que el producto del saqueo de la India fuese a parar directamente a la
industria”[5]. Según el autor es probable que en las primeras fases del desarrollo industrial se deba
dar mayor importancia a los ahorros familiares y de grupos de pequeños productores que reinvertían
sus beneficios en la industria o la agricultura.
Ashton también destaca que el incremento del capital se debió a las condiciones sociales y políticas
que lo permitieron “al mismo tiempo que tenía lugar un rápido incremento del capital aumentaba el
número de personas con ingresos más que suficientes para llenar sus necesidades primarias y lo
propio sucedía con el poder de ahorro. Condiciones políticas y sociales estables, que sucedieron al
acomodamiento de 1688, animaron a los hombres de entonces a mirar hacia más distantes
horizontes”[6]. Por otra parte en el transcurso del siglo XVIII se crean los bancos, estos tuvieron un
rápido desarrollo. En forma progresiva el mercado para capitales aumento, ayudado por la existencia
de estos banqueros locales.
Por otra parte, entre las muchas cosas que contribuyeron a la Revolución industrial inglesa, según Hill
no es menos importante la tradición de una hábil artesanía, especialmente en la fabricación de relojes,
“Así, pues había una solida base de habilidad e ingenio técnicos para los progresos de la Revolución
Industrial. Francia, cuyo nivel económico es en tantos aspectos comparable al de Inglaterra hasta
mediados del siglo XVIII, carecía justamente de esta base formada por artesanos libres, hábiles y
educados: carpinteros, cerrajeros, constructores de molinos, relojeros, constructores de
instrumentos.”[7]

"La tejedora", óleo de Planella y Rodríguez, 1822

LA INDUSTRIA FABRIL

Características principales:
· Mecanización de la producción. El uso de la máquina reemplaza en gran medida la habilidad
humana.
· Uso de energía inanimada (puede ser hidráulica, eólica, y sobre todo de vapor).
· Presencia de trabajadores asalariados, sometidos a un régimen de estricta disciplina.
“…el rasgo dominante de la industria moderna fue la difusión de las máquinas accionadas por energía
inanimada (…) que obligaron a sustituir las formas tradicionales de organización del trabajo y dieron
nacimiento al sistema de fábrica, ya que el tamaño y el costo de las maquinarias hacían imposible que
fueran propiedad de los trabajadores y utilizadas por ellos en sus hogares.”[8]
Una de las principales innovaciones en lo referido a la industria fue el descubrimiento de la máquina
a vapor, patentada por James Watt en 1769. Esta permitía transformar la energía térmica en energía
cinética, utilizando el coque (derivado del carbón de piedra) como principal

y abundante fuente de energía. En el siglo XIX la máquina de vapor es perfeccionada y a partir de


1820 es aplicada a los medios de transporte (ferrocarriles y barcos a vapor), lo que traerá un gran
cambio en las comunicaciones.

Estos adelantos no se difundieron rápidamente, sino que lo hicieron mediante un proceso gradual,
dependiendo de la disponibilidad de estos derivados del carbón de piedra. El uso de fuentes de energía
inanimada tiene como principal consecuencia el aumento de la productividad, a la vez que modifica
el modo en que se organizaba el trabajo. Con la fábrica surgen ciertos cambios:

 Una intensificación de la actividad laboral, con horarios estrictos para los obreros y una actividad
constante.
 El trabajo humano es el que debe adaptarse a las máquinas y no viceversa.
 Surge un constante y rígido control hacia el trabajador, con horas fijas para cada uno, con tareas
específicas y puestos delimitados.
 La jornada laboral es muy extensa, sobrepasando en la mayoría de los casos las 14 horas diarias.
 Los castigos propiciados hacia los trabajadores eran muy duros (entre ellos se encontraban el despido
y las multas).
 La división del trabajo se hace cada vez más intensa.
 La contratación de personal no calificado aumenta, personal que se especializa en actividades
rutinarias.
 De la mano con lo anterior muchas tareas no solo no necesitan calificación, sino que tampoco
precisan fuerza bruta, con lo que aumenta el trabajo de mujeres y niños, quienes son remunerados con
un salario menor que los hombres y son más fácilmente sometidos a la disciplina.
 Sin embargo los trabajadores de oficio siguen teniendo un papel significativo, al menos hasta fines
del siglo XIX.

BILIOGRAFÍA:

 ARÓSTEGUI, BUCHRUCKER, SABORIDO (2001): “El nacimiento de las sociedades industriales”, en El


Mundo Contemporánea. Historia y problemas., Ed. Biblos, Barcelona
ASTHON, T. S “La Revolución Industrial”, Ed: Fondo de cultura económica.México.1970.
 HILL, C “De la Reforma a la Revolución industrial”, Ed: Ariel. 1991.
 HOBSBAWM, E. (1997): Trilogía de Hobsbawm "La Era de las Revoluciones, 1789-1848", La
Revolución Industrial en Historia del Mundo Contemporáneo. Ed. Crítica, Barcelona.
 HOBSBAWM, E (1983) “En torno a los orígenes de la revolución industrial”, Madrid, Siglo XXI.
[1] Hobsbawm, E. (1997): Trilogía de Hobsbawm "La Era de las Revoluciones, 1789-1848", La
Revolución Industrial en Historia del Mundo Contemporáneo. Ed. Crítica, Barcelona. p. 61
[2] Hobsbawm, Ob. Cit. p.62
[3] ASTHON,T.S (1970): “La Revolución Industrial”, Ed: Fondo de cultura económica. México,
p.32
[4] ASHTON,T.S Op cit p. 34
[5] HILL, C “De la Reforma a la Revolución industrial”, Ed: Ariel. 1991. p. 278
[6] ASHTON, Ob. Cit. p. 15
[7] HILL,C. Ob. Cit., p. 284
[8] ARÓSTEGUI, Ob. Cit., p. 73.

CONSOLIDACIÓN DEL CAPITALISMO. LA


COLONIZACIÓN DE ÁFRICA Y ASIA
La consolidación y expansión mundial del capitalismo en el siglo XIX
Historia: el mundo contemporáneo. Ed. Aique.2008.

Para el sentido común de la gente, el capitalismo surge con la Revolución Industrial en 1750 (mediados
del siglo XVIII), sin embargo, para que surgiera este nuevo modo de organizar la economía y la sociedad
(basado en la producción industrial, la propiedad privada de los medios de producción y el trabajo
asalariado) fue necesario un largo proceso de cabios en todos los planos de la vida de la sociedad europea.

El camino hacia la industrialización: “despegue industrial”


Fue en Inglaterra donde, durante el siglo XVII (1600), se produjeron cambios económicos, políticos y
sociales que transformaron la organización feudal (Edad Media) y prepararon las condiciones para el
advenimiento de una sociedad capitalista.

La continua expansión de los mercados y el comercio, produjeron cambios en la producción agrícola


inglesa. Hasta este momento, la agricultura tenía como fin lograr la subsistencia. Con estos cambios, más
las innovaciones técnicas, la producción agrícola aumentó. De este modo se obtenía un excedente para
comercializar.

Los terratenientes ingleses para obtener más beneficios cercaron sus tierras, estos les permitió hacer de
la comercialización de sus productos un negocio rentable, pero muchos campesinos, sin tanta suerte, se
quedaron sin tierras y sin herramientas, convirtiéndose en asalariados, ya que la mayoría emigra a la
ciudad, para encontrar en las fábricas un trabajo.

La expansión ultramarina y la incorporación de nuevas colonias ampliaron el comercio internacional. Esto


impulsó a los comerciantes burgueses a encontrar la manera de producir mayor cantidad de artículos más
baratos.los burgueses, ávidos de aumentar su producción (sobre todo lana y algodón) comenzaron a
contratar a artesanos y campesinos, hasta que en 1760 se creó la lanzadera volante” que provocó cambios
en el proceso de elaboración de paños y en la organización de la industrial textil. Esta máquina permitió
producir más cantidad de tela con menos obreros. Los artesanos, reunidos en gremios, se opusieron a
estos cambios debido a, por un lado, el detrimento de la calidad del trabajo por el aumento de producción,
y por otro lado, por la pérdida de trabajo frente a la creación de máquinas que reemplazaban el trabajo
humano. Sin embargo para los burgueses comerciantes, ahora convertidos en empresarios capitalistas,
las ganancias fueron óptimas.

Este proceso se consolidó en 1750 en Inglaterra y ha sido denominado: Revolución Industrial. Muchos
historiadores toman este proceso en dos fases;

 La primera fase, en 1750, que fue el “despegue industrial”: que se produce a partir de la industria textil
algodonera.

 La segunda fase, en 1850, es la de “consolidación del capitalismo”, impulsada por los descubrimientos
científicos y técnicos, en Inglaterra, Alemania, Francia y EE.UU.

La economía: la consolidación del capitalismo


La 2° fase de la Revolución Industrial se inició a partir de 1850 en Europa Occidental y en EE.UU.

Las nuevas industrias que se desarrollaron fueron las que utilizaron hierro, acero y carbón. La
construcción de FF.CC. fue la principal actividad industrial que combinó estos tres elementos. A fines del
siglo XIX, se incorporaron a la industria la electricidad y los elementos químicos.

El Imperialismo de los Estados industrializados

La aplicación de las innovaciones técnicas, en las industrias, hizo necesaria grandes inversiones de capital.
Estas inversiones trajeron como resultado un aumento en la producción, provocando una crisis de
superproducción, desequilibrada entre la oferta y la demanda.

Las grandes industrias, frente a las enormes pérdidas abandonar la política económica de la libre
competencia. Muchas, comenzaron a fusionarse y a realizar acuerdos entre ellas con el objeto de
controlar el mercado y obtener grandes ganancias.

Este “proteccionismo” económico fue sostenido por los Estados industrializado que para proteger sus
industrias, prohibieron el ingreso de mercaderías extranjeras que perjudicaban el mercado interno. Al
mismo tiempo, comenzaron, un proceso de imperialismo, con el fin de obtener nuevos mercados y
materias primas baratas. Así, Inglaterra conquistó a la India y territorios africanos. Francia ocupó el norte
y centro de África. Luego, España, Holanda, Portugal, Bélgica, Alemania y Japón participaron en el reparto
de África.

 La expansión del mercado y la DIT

Con la expansión se produjo una División Internacional del Trabajo. Los centros industrializados se
especializaron en productos industriales, los países no industrializados se convirtieron en “periferias” de
esos de esos centros: se especializaron en producción de materias primas. Por ej. en la relación centro-
periferia: Gran Bretaña- Argentina.

 Capital financiero- concentración industrial

El desarrollo tecnológico posibilitó un crecimiento extraordinario de la producción industrial. Los bancos


ampliaron sus actividades, dieron créditos a largo plazo a los miembros más poderosos de la economía y
en muchos casos invirtieron capitales en la industria. A esta fusión del capital financiero con capital
industrial se llamó: capital financiero.

Las grandes empresas comenzaron a disputarse el dominio de los mercados. Algunas sobrevivieron,
controlaron la oferta y los precios. A esta práctica se llamó monopolio, que en EE.UU. tomaron el nombre
de trust. Otras empresas se asociaron para ampliar el control del mercado, a estas asociaciones se las
llamó cartels.

Las nuevas formas de organización del trabajo:


Las grandes empresas competían por el dominio de los mercados, para reducir sus costos y elevar su
productividad incorporaron nuevas herramientas de trabajo y nuevas formas de organización. Por ej. el
ingeniero Tylor: elaboró un nuevo sistema de trabajo, llamado tylorismo: consistió en una severa
disciplina y una nueva división de trabajo en el interior de la fábrica, en la que cada obrero se dedicaba a
la fabricación de piezas específicas, lo que originó una reducción salarial, pero permitió a los empresarios
aumentar su capital.

Esta producción en serie, se aplicó en las fábricas de autos Ford en el siglo XX, introduciendo nuevas
máquinas- herramientas, que realizaban la mayor parte de las operaciones antes hechas por obreros y la
conexión de todo el proceso a través de una cinta sin fin que trasladaba las piezas. Esto se denominó
fordismo.

La aplicación del taylorismo y luego del fordismo, significó el fin de una época en la que el artesano decidía
cuánto tiempo debía dedicar a la producción de piezas. Desde entonces, el capital controló el tiempo y el
ritmo de trabajo de cada obrero.

LAS SOCIEDADES INDUSTRIALIZADAS


El desarrollo de la industrialización en Europa Occidental y EE.UU. transformó la vida social:

 Disminuyó la tasa de mortalidad y aumentó la población.


 Migraciones rurales a las ciudades, donde se concentraban los grandes capitales industriales.
 El aumento en la circulación de bienes y servicios provocó un aumento del consumo, artículos que antes
eran costosos (por ej. relojes) estuvieron al alcance de un mayor número de personas. Esto se ha
denominado consumo masivo.
 Para incentivar el consumo, surgió a mediados del siglo XIX (1850) un nuevo mercado: la publicidad.
 Hubo grandes transformaciones en la vida cotidiana:
a. Se extendió la alfabetización: una mejor instrucción permitía la existencia de obreros especializados, a la
vez que ciudadanos consumidores, era importante saber leer para interpretar las publicidades. La
educación primaria se convierte en gratuita.
b. Desaparece la familia extensa, antes vivían todos en una misma casa que hacía también de taller familiar:
padres, abuelos, hijos, nietos. Con la producción fabril, el obrero contratado individualmente, percibía un
salario, compraba en el mercado los bienes que necesitaba. Así se mudaba a su hogar, formado por su
esposa e hijos.
c. La burguesía industrializada, formada por empresarios, inversores y grandes propietarios, se convirtió en
la clase dominante o llamada clase alta. Estos formaban parte de las elites, o minorías selectas, de las que
pocos formaban parte. Se podía acceder triunfando en el mundo de los negocios, ó a través de carreras
universitarias que les permitía obtener un cargo bien remunerado. Otro camino para acceder a la clase
alta era la carrera militar. Vivían en mansiones, lejos de la ciudad, disfrutaban del placer de viajar.
Impusieron nuevas costumbres como la elegancia en el vestir, asistir a óperas, al teatro. Así surgieron
grandes negocios como el turismo y la alta costura. Controlaban la prensa, influían en la opinión pública.
Impusieron una moral individualista, es decir, donde los méritos, el esfuerzo y los logros individuales son
los que deben valorarse.
d. Entre los sectores medios o clase media se encontraban, funcionarios políticos, profesionales y técnicos
especializados. Las clases medias tendían a imitar a las clases altas, para distinguirse de los obreros y los
campesinos. La respetabilidad se conseguía en el aseo, en la vestimenta, en su manera de hablar y ser.
e. Los obreros y campesinos conformaban las clases bajas. Vivían hacinados, trabajaban 14 horas diarias, sin
días de descanso. En 1860, comenzaron a surgir los sindicatos como organizaciones representativas de los
trabajadores, con el objeto de regular las relaciones laborales entre el obrero y el empresario. Con el
correr del tiempo, se convirtieron en organismo de presión a través de las huelgas. En 1889, la difusión
de las ideas socialistas, dieron origen a los primeros partidos políticos que buscaban representar y
defender a los obreros desde el gobierno democrático.

LA POLÍTICA: LA DIFUSIÓN DEL LIBERALISMO Y LA DEMOCRACIA


Las ideas de los Ilustrados del siglo XVIII, fueron el punto de partida del pensamiento liberal. Estas ideas
fueron aplicadas en la independencia de EE.UU, en la Revolución industrial inglesa y en la Revolución
francesa de 1789, dando fin al Antiguo Régimen caracterizado por el dominio de una monarquía absoluta
y de una sociedad dividida en privilegiados y no privilegiados.

En 1815, después de la derrota de Napoleón, se produce una “Restauración de las Monarquías absolutas”
en toda Europa. Sin embargo, las ideas liberales, se habían hecho carne en el pueblo que comenzó a exigir
Constitución, división de poderes e igualdad de derechos ciudadanos. En Francia, hubo revoluciones
intentando restablecer el Liberalismo, en 1820, 1830, estas fracasaron pero en 1848, el rey de Francia y
los burgueses, aliados al gobierno, debieron aceptar los reclamos ciudadanos del pueblo, a la vez, que los
reclamos de los trabajadores pobres.

A partir de entonces, los gobiernos de las sociedades industrializadas tuvieron que dar respuesta de
participación política a diversos sectores sociales. Presionados y temerosos de perder su poder, los grupos
sociales con poder económico y político, aceptaron algunas reformas, aunque consideraban que las clases
bajas, por su ignorancia, no podían participar en política. Estas reformas, poco a poco, fueron
consolidando la democracia.

La extensión del sufragio universal (voto de varones mayores, las mujeres estaban exceptuadas) significó
un proceso de ampliación de la ciudadanía que originó la organización de los llamados “partidos de
masas”, estos representaban los intereses de toda la sociedad (obreros, terratenientes, empresarios,
sectores medios). Pero algunos obreros se constituyeron en partidos propios, estos partidos fueron
llamados “partidos de clase.

Naciones, Estados nacionales y nacionalismo en la Europa del siglo XIX


Entre los siglos XV y XVIII, en Europa Occidental se habían desarrollados procesos de construcción de
Estados centralizados y modernos en España, Gran Bretaña y Francia. Estos nuevos Estados centralizados
se consideraron representantes de una determinada “nación”, es decir, el conjunto de habitantes que
comparten una lengua, religión y costumbres comunes.

Durante el siglo XIX, el conjunto de reinos y ciudades que compartían la nacionalidad alemana
protagonizaron la formación de un Estado nacional alemán unificado, lo mismo ocurrió en Italia.

Además, la lucha por el reconocimiento de los derechos políticos de pobladores europeos favoreció el
desarrollo del nacionalismo. En diversos países europeos, grupos de habitantes reclamaron el derecho de
nacionalidad, porque no se sentían representados por el Estado al que habían sido incorporados, para ello
recurrieron al principio de derecho de autodeterminación, que propone la elección de los habitantes al
Estado que desean pertenecer.

Los reclamos nacionalistas fueron fuertes en el Imperio Otomano (hoy: Irán, Irak, Turquía, etc.) y en el
Imperio Austro- Húngaro (formado por los actuales países de Austria, Hungría, República Checa,
Eslovenia,, Montenegro, Serbia, Bosnia, Eslovaquia.

LA COLONIZACIÓN INFORMAL DE ASIA Y AFRICA

Introducción
Hasta el siglo XV (1400 al 1500), los pueblos de África y Asia, casi no habían tomado contacto con las
Potencias europeas. La expansión que iniciaron los países ibéricos (España y Portugal) inició un proceso
de progresiva incorporación del mundo agfroasiático a los nuevos circuitos comerciales.

Hacia 1850, cuando Europa consolidó el capitalismo industrial, se profundizó el proceso de integración al
mercado capitalista y los pueblos africanos y asiáticos sufrieron profundas transformaciones en sus
estructuras sociales y políticas. Gran parte de ASIA Y AFRICA se transformaron en las periferias de un
imperio informal, controlado por capitalistas europeos.

En las primeras décadas del siglo XX, los europeos ocuparon militarmente grandes extensiones de Asia y
África y se repartieron el control político y económico de las sociedades que lo habitaban.

LAS SOCIEDADES EN ÁFRICA Y ASIA

El panorama de las sociedades que habitaban África y Asia antes de la llegada de los europeos era muy
complejo y heterogéneo.

Estudios recientes demuestran que en la África subshariana (territorios al sur del Desierto de Sahara) que
en la mayoría de las sociedades existía una profunda división social entre grupos privilegiados y no
privilegiados, y al mismo tiempo, que existía una relación compleja entre pueblos. La mayoría estaba
dirigida por élites dominantes sobre la base del dominio de territorios reducidos.

En Asia, existían sólidos imperios en China e India.

Las distintas situaciones políticas y sociales de los pueblos de África y Asia, determinaron el proceso de
colonización y expansión colonial europea entre los siglos XV y XX.

El oro y los esclavos africanos (SIGLO XV Y XIX)

El oro africano, le permitió en el siglo XV, a los portugueses financiar sus viajes de exploración y expansión
comercial por las costas del Atlántico y del Índico hasta arribar a América. Por otro lado, los holandeses
acuñaron monedas de oro que contribuyeron a hacer de Ámsterdam uno de los principales centros
financieros de Europa.

El oro africano fue una de las fuentes de capital que acumularon los burgueses europeos y que utilizaron
para impulsar su desarrollo tecnológico. El descubrimiento de oro en América produjo un gran impacto
en la economía mundo que se estaba formando en el siglo XVI. Una de las ventajas del oro americano es
que podían obtenerlo sin intermediarios, ya que controlaban todo el territorio y la población de Perú y
México para explotarlo. Por eso la economía colonial americano comenzó a ocupar un lugar destacado en
la atención de las potencias europeas. Sin embargo, África ocupará otro lugar, el de proveedor de esclavos
para la producción agrícola americana en zonas tropicales, en los siglos XVII al XIX.

Hasta el siglo XIX (1800), los europeos no se lanzaron a ocupar el territorio afroasiático ni apropiarse
directamente de los esclavos y de los productos que les interesaban. Lo hacían a través de los gobiernos
africanos aliados, que se encargaban de ocupar otros territorios que tenía productos que les servían a los
europeos. Por ej. el rey de Egipto, en 1850, se encargó de proveer Europa, para ello ocupó militarmente
Sudán. Este proceso de conquista militar y explotación económica trajo consecuencias a Egipto en su
diferenciación social y en su política de dominio militar, consecuencias que duraron hasta el 2011.

CONSECUENCIAS DEL DOMINIO EUROPEO EN AFRICA:

Para África las consecuencias fueron:

1. En muchos lugares la presencia en las costas de comerciantes europeos que requerían esclavos, estimuló
la guerra entre africanos.
2. En muchas sociedades africanas, la incorporación a la economía esclavista significó el predominio social
de una élite social de aristócratas y guerreros. El esfuerzo que antes había en la producción agrícola, se
orientó, por presión de los países europeos hacia la guerra. Para poder continuar con la guerra capturaban
niños de otros pueblos, para que en el futuro formaran parte de su ejército. Es decir, que ellos mismos
contribuyeron al comercio esclavista y la disolución de las formas de organización tradicionales.

Para Europa: el dominio del mundo y su expansión capitalista por él.


En 1807, Inglaterra abolió la esclavitud, sin embargo se seguía practicando. De manera informal, África y
Asia, formaban parte de un imperio colonial, donde los africanos y asiáticos mantenían su independencia,
sin embargo, pronto la perderán.

EL IMPERIO COLONIAL BRITÁNICO EN LA INDIA

Desde 1850, Inglaterra se orientó a controlar los mercados coloniales afroasiáticos. Sus bases comerciales
fueron establecidas en China y la India. En la India desde el siglo XVII, sus plazas para el comercio fueron
Calcuta, Bombay y Madrás.

EL objetivo de Inglaterra sobre su expansión en África y Asia era proveerse de materias primas para su
industria y a la vez colocar sus productos industriales, sobre todo los textiles.

El problema para Inglaterra para su expansión sobre los asiáticos fueron dos poderosos estados: El imperio
Mughal en la India, y el Imperio de la dinastía Ts’ing.

Con la dinastía Mughal, los ingleses esperaron para que se debilitaran por las contiendas internas que
sufría el imperio. La Compañía Británica de las Indias Orientales, fue ampliando su control en la India hasta
debilitar por completo a los gobernantes mughales. La Compañía estableció nuevas leyes que
favorecieron la formación de nuevas leyes impositivas que permitieron la formación de una nueva clase
de ricos. Para completar su dominio crearon un ejército, cuyos oficiales eran ingleses, cuyos soldados
eran indués, llamados cipayos.

Una de las consecuencias de la incorporación de la India al mercado capitalista internacional fue la ruina
de las industrias artesanales indués. En 1858, el gobierno británico se hizo cargo del gobierno indú,
designó un virrey, pero todo se manejaba desde Londres.

La incorporación de la India al mercado capitalista mundial como periferia del mercado británico, provocó
profundas transformaciones en la sociedad colonial. Por un lado un sector “moderno” con FF.CC.,
carreteras, telégrafos, puertos, sin embargo, no contribuyeron al desarrollo conjunto de la India, que solo
apuntaba a enriquecer a los capitalistas ingleses. Por otro, la mayoría de la población de la India vivió en
condiciones miserables.

El REPARTO IMPERIALISTA DE AFRICA Y ASIA:

Al llegar 1880, los países capitalistas europeos, como Francia, Alemania, Italia e Inglaterra tenían bajo su
dominio a gran parte del mundo.

Las potencias en mayor o menor medida se lanzaron en una verdadera carrera para explotar y ocupar
territorio africano, que los llevó a mantener conflictos entre si.

Francia: dominaba la zona norte de África, los ingleses establecidos en la Costa de Oro y en Colonia del
Cabo (Sudáfrica), los portugueses en la zona de la desembocadura del río Congo y Mozambique, entre
otras ocupaciones.

La zona de conflicto era África. De allí, que el canciller del Imperio alemán, Otto Von Bismarck, organizó la
Conferencia de Berlín, con el propósito de firmar acuerdos diplomáticos. El objetivo era de Alemania era
ocupar un lugar protagónico en el reparto de África, ya que los capitalistas alemanes necesitaban nuevos
mercados coloniales para continuar la expansión de su industria.

En 1884 y 1885, se reunieron los representantes de 12 países, se acordó repartir África, pero de manera
pacífica.

La OCUPACIÓN EUROPEA DE AFRICA provocó:

 Cambios en la organización social de África


 Las formas de vida, la organización del trabajo y las instituciones políticas tradicionales desaparecieron.
 Los europeos impusieron con el reparto, una nueva territorialidad, sin tener en cuenta las raíces históricas
de cada pueblo africano y sus rivalidades, ni sus recursos naturales, etc.
 El resultado fue la creación de Estados, altamente militaristas, para servir a los colonialistas europeos.
 Fue la modernización de la economía africana, con FF.CC., puertos, carreteras, puertos, etc.
 La obligación de tributar en moneda europea forzó a los africanos a emplearse por un salario.
 Las obras de infraestructuras provocaron alteraciones demográficas: grandes masas de población migraron
hacia los centros de trabajo.
 Polarización social: sectores privilegiados y la masa de campesinos pobres.

Este imperialismo y colonialismo en África y Asia, generó la Primera Guerra Mundial.

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