DESCRIPCIÓN:

Tabla con datos en millones de libras y porcentajes del peso de cada industria sobre el valor añadido de
Inglaterra, durante la Revolución Industrial.

IDEA PRINCIPAL:

Cambios en la estructura productiva e industrial de Inglaterra durante las primeras etapas de la

Revolución Industrial y ascensión de las manufacturas modernas en contrapartida del hundimiento de las
tradicionales.

CONTEXTO:

Se sitúa en Inglaterra, a finales del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX, durante la Revolución
Industrial.

ANALISIS:

Nos encontramos con una tabla dividida en cuatro columnas, 1 con las diferentes industrias que
componen el tejido industrial de Inglaterra durante la Revolución Industrial y las 3 restantes con datos
sobre la importancia de cada industria en diferentes años de dicha revolución. Se destacan con zonas
sombreadas las 3 principales industrias de cada año indicado.

La Revolución Industrial se caracteriza por el rápido crecimiento de sectores que incorporan diferentes
innovaciones técnicas, tal y como se puede observar en la tabla por ejemplo con el sector textil
algodonero.

Podemos destacar los sectores que sufren mayor variación en su porcentaje sobre su contribución al
valor añadido de Inglaterra:
 Algodón: Se convierte en una industria moderna gracias a invenciones y avances tecnológicos,
es el primero en emplear máquinas como hiladoras y tejedoras, y en reunir a los trabajadores en fábricas
y en incorporar la máquina de vapor a la producción de bienes de consumo; es el sector que demostró las
posibilidades de beneficio en la producción mecanizada en masa. Consigue un crecimiento espectacular
gracias al abaratamiento de los tejidos, nuevos mercados exportadores, medidas proteccionistas
(mercantilismo) para la importación de telas pero no del hilo y el algodón en rama, pasando a ser el
segundo sector en importancia en 1831, mientras que en 1770 su aportación era mínima.

Lana: De ser una manufactura tradicional, pierde fuelle a favor del algodón. En 1770 era el
principal sector.

Piel: Descenso espectacular, también debido al auge de la industria algodonera. De ser el

segundo sector en 1770 al cuarto en 1831.

Construcción: Destaca su crecimiento debido al progreso de la urbanización, con los

consiguientes aumentos de población urbana y al desarrollo de infraestructuras de transporte, como
puertos, caminos y canales, convirtiéndose en la primera industria en importancia en 1831, y arrastrando
a sectores proveedores de la construcción como la siderurgia.

Siderurgia: Tiene un crecimiento más lento, pero fue un sector clave para la industria,
construcción masiva de máquinas y herramientas, y para la construcción de infraestructuras, siendo
pionera en el uso de carbón mineral de forma masiva y en la introducción de innovaciones tecnológicas
(Darby, pudelado, etc).

Carbón: Uso creciente del carbón mineral tanto para uso doméstico como industrial. Barato y en
abundancia, permitía la explotación de nuevos yacimientos. Es uno de los factores básicos de la
definición de la Revolución Industrial. Ayuda explicar por qué surgió en Inglaterra, donde la disponibilidad
de carbón mineral abundante y barato permitió su empleo en algunos de los sectores piloto de la
industrialización, como la siderurgia, a partir sobre todo de la innovación de A. Darby y en convertidores
como la máquina de vapor, que transformaba el calor generado por la combustión del carbón en trabajo
mecánico. Esta disponibilidad y bajo precio tiene que ver con dos factores: la elevación del precio de la
leña, ya desde el siglo XVII, y la aparición de una demanda para usos de calefacción e industriales antes
de la Revolución Industrial. Además, la abundancia de carbón barato debe ponerse en relación con la
escasez del factor trabajo, al que carbón y máquina de vapor vendrán a sustituir.

Todas la innovaciones ocurridas durante la Revolución Industrial hacen que se multiplique prácticamente
por 5 el valor añadido total de las diferentes industrias en Inglaterra, dando una idea de lo que supuso la
Revolución Industrial en este país y los cambios sobre la población sobre formas de consumo y
organización laboral, promoviendo aumentos de capital humano para una mejora de la productividad de
los diferentes factores que influían en cada sector industrial. Innovaciones tecnológicas generan “cuellos
de botella” en las fases anteriores o posteriores de la fabricación que incentivan los esfuerzos por resolver
dichas limitaciones.

CONCLUSIONES:

Los cambios industriales retroalimentan el salto demográfico, con la ruptura del techo maltusiano y
mejoras en calidad y nivel de vida de la población. Las conexiones entre los sectores industriales
tradicionales y los modernos son mucho más comunes de lo que a veces se ha dicho, permitiendo formas
de organización más flexibles, trasvase de trabajadores y desarrollo y difusión de nuevas técnicas,
permitiendo el avance de nuevos sectores industriales, que a su vez arrastran a otros de los cuales
dependen para su correcto funcionamiento.