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Introducción

En el mundo, cerca de mil millones de personas pasan hambre, según la FAO


(ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA ALIMENTACION Y LA
AGRICULTURA) y cerca de 200 millones de niños menores 5 años sufren desnutrición
crónica, cuyos efectos se harán sentir durante el resto de sus vidas. Además, en torno
al 13% de los niños menores de 5 años padecen desnutrición aguda, que requiere
tratamiento inmediato y atención médica urgente.

Definición
Cuando hablamos de desnutrición hacemos referencia a una condición patológica,
sistémica y reversible en potencia que resulta de la deficiente utilización de los
nutrientes por las células del organismo. Se trata de un problema mundial que refleja
los programas económicos y de salud; en particular, la distribución de los recursos de
las naciones.
Un niño que sufre desnutrición ve afectada su supervivencia, el buen funcionamiento y
desarrollo de su cuerpo y de sus capacidades cognitivas e intelectuales. La desnutrición
es un concepto diferente a la malnutrición, que incluye tanto la falta como el exceso
de alimentos.
La desnutrición es el resultado de la ingesta insuficiente de alimentos (en cantidad y
calidad), la falta de una atención adecuada y la aparición de enfermedades infecciosas.
Es una patología derivada de un consumo de alimentos insuficiente para el cuerpo
humano. Este es un problema común en muchos países y en zonas de pobreza
extrema, en donde no existe una capacidad adquisitiva suficiente para satisfacer las
necesidades alimentarias de sus integrantes. Es una enfermedad que afecta sobre todo
a los niños y niñas menores de cinco años de edad; provocada por la falta de ingesta
de alimentos o por las recurrentes enfermedades que no les permite un buen uso
biológico de los alimentos que ingieren.

Causas o Síntomas.
La pérdida de peso no es el único síntoma de desnutrición y, a su vez, tampoco es
condicionante para el diagnóstico de la desnutrición infantil, pero sí constituye un
llamado de atención que debe de tenerse en cuenta a la hora de velar por la salud de
los niños.
Como patología, la desnutrición infantil se origina como respuesta a una falta de los
nutrientes esenciales para el funcionamiento óptimo de los procesos vitales del
organismo. En este sentido, dietas vastas en cantidad de raciones, pero, por ejemplo,
hipo proteicas, pueden conseguir mantener un peso corporal dentro del rango óptimo.
Aun así, esto puede generar síntomas de desnutrición como la anemia.
Entre las causas de desnutrición podemos encontrar la falta de alimentos en casa (ya
sea por baja disponibilidad o acceso), catástrofes naturales que obligan a las familias a
abandonar sus hogares, suspensión de lactancia materna exclusiva (LME) a niños y
niñas menores de 6 meses de edad por falta de educación alimentaria y nutricional de
la madre, enfermedades como la tuberculosis, SIDA, sarampión, parasitosis graves,
problemas políticos como guerras, etcétera.

Entre la mayoría de factores que facilitan la desnutrición (factores de riesgo) podemos


hallar problemas de ingresos en las familias (desempleo, problemas de cosechas,
etcétera), falta de higiene (agua sin tratar, falta de letrinas, alimentos mal preparados,
y demás), enfermedades comunes (diarreas, fiebres, neumonías, etc.), bajo nivel social
y económico, alimentación inadecuada o monótona y problemas sociales (alcoholismo,
hacinamiento, familias numerosas, etc.)
Cuando factores exógenos como la pobreza extrema o crisis alimentaria no son una
circunstancia obviamente presente, la desnutrición infantil puede deberse entonces a
diferentes causas, entre las cuales podemos enmarcar:
Dieta inadecuada: una alimentación desbalanceada que omite el consumo de los
alimentos que transportan parte de los nutrientes esenciales del organismo.
Trastornos alimenticios: anorexia o bulimia pueden aparecer a muy temprana edad,
incluso en la niñez.
Patologías gastrointestinales: impiden la correcta absorción de los nutrientes
provenientes de los alimentos.
Patologías metabólicas: un funcionamiento anormal de los procesos que metabolizan
y utilizan los nutrientes.

Consecuencias
En cuanto a las consecuencias de la desnutrición, durante la infancia y edad preescolar
se asocian con retardo en el crecimiento y desarrollo psicomotor, además se puede
encontrar un aumento de las enfermedades por descenso del sistema inmunológico,
déficit de vitaminas y minerales, deshidratación, hipoglicemia, hipotermia o incluso
hasta la muerte. A largo plazo la desnutrición puede llevarnos a disminución en la
capacidad de trabajo físico y desempeño escolar en la edad escolar, la adolescencia y
la edad adulta por lo que se aumenta la pobreza.
Incluso aumenta la propensión a enfermedades como obesidad, diabetes,
hipertensión, dislipidemias y otros efectos metabólicos a largo plazo.
Más aún, la desnutrición durante los primeros años de vida, a través de sus efectos
adversos en el crecimiento durante la infancia de las mujeres, tiene efectos negativos
en el peso al nacer la siguiente generación.
Los 1000 días críticos para la vida.
En la actualidad está identificado el periodo fundamental para prevenir la desnutrición:
el embarazo y los dos primeros años de vida del niño. Es lo que se conoce como los
1000 días críticos para la vida. En esta etapa es cuando se produce el desarrollo básico
del niño, por lo que la falta de atención adecuada afectará a la salud y al desarrollo
intelectual del niño el resto de su vida. Por ello es indispensable actuar a tan temprana
edad.

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