MANIFIESTA

Nexo Mujeres

Nosotras, mujeres graduadas y docentes de diversas generaciones y trayectorias,

entramadas desde Nexo como espacio político, manifestamos nuestra vocación de construir
una política universitaria feminista que contribuya a combatir las desigualdades de género,
así como el conjunto de las desigualdades sociales.

Los feminismos han traspasado sus habituales lugares de expresión para interrogar a casi
todos los espacios sociales. En la Universidad, han desbordado la persistente militancia de
las mujeres con mayor trayectoria; los límites de los grupos, las investigaciones y la
enseñanza especializada en géneros para abrir nuevos horizontes. Atentas a esta dinámica,
recuperamos la tradición del movimiento de mujeres para encontrarnos, reconocernos y
dejarnos interpelar juntas. Para que esas preguntas asuman la forma de acción política que
provoque a nuestros compañeros y nuestras compañeras, a las y los estudiantes, a nuestra
Carrera, a quienes toman las decisiones que construyen las condiciones en las que
habitamos nuestra Facultad. Para hacer de la interrogación, una política universitaria
feminista.

En el año 2017 nos vimos atravesadas por una contienda electoral que erosionó históricos
lazos de la comunidad de Ciencias Sociales. Las declamaciones feministas y las
acusaciones a machismos abundaron en la retórica de la disputa electoral, lo que tuvo como
correlato la negación de iniciativas pioneras de género que nuestra agrupación gestó y
sostuvo a lo largo del tiempo, así como la invisibilización de nuestra propia participación y
potencia como actoras políticas de la Carrera de Ciencias de la Comunicación y de la
Facultad. En tal escenario confrontativo se pusieron de manifiesto más que nunca modos de
construcción política patriarcales, que persisten en las peores prácticas, a pesar de que se
los intente vestir de feminismo. En relación con esto, alertamos sobre el riesgo de una
reducción que también ha circulado en la discursividad electoral: liderazgo femenino no
necesariamente equivale a liderazgo de las demandas feministas. Contra aquella
invisibilización y frente a la política machista nos rebelamos y nos manifestamos. ¿Acaso no
es tarea del feminismo combatir ese modo reticular de expresión del patriarcado?
Asumimos el desafío de luchar contra la reproducción de las desigualdades en nuestro
propio espacio político con una amorosidad que no teme a la confrontación.

En este contexto de expansión feminista, sintetizado en la imagen de una marea verde que
todo lo inunda, el riesgo es el feminismo como moda, como gestualidad políticamente
correcta que se deslinda de su radical potencia transformadora. Bienvenidas las modas si
están del lado de lo justo. Y bienvenido el desafío de restituir y profundizar la potencia
política del feminismo en cada nuevo lugar donde emerja.

Proyectamos una política universitaria feminista que sea firme contra las violencias; que se
interrogue, desde nuestra especificidad comunicacional, por la dimensión simbólica de la
reproducción de las desigualdades de géneros, de los procesos de dominación, control y
subordinación; que pugne por una distribución equitativa y no estereotipada de los roles en
el interior de las cátedras y equipos de investigación; que haga visible la contribución de las
mujeres en la producción científico académica; que se pregunte por la transversalización del
feminismo en las currículas universitarias; que ponga en cuestión el vínculo pedagógico;
que problematice la heteronorma y visibilice las disidencias; que luche por la defensa de
nuestros derechos como trabajadoras; que esté alerta al trato que reciben las compañeras
que ocupan responsabilidades de representación o gestión; que anteponga siempre una
práctica del cuidado de nuestros lazos en la comunidad; que priorice lo colectivo y la
participación genuina en las construcciones políticas; que dialogue y se articule con otras
actoras sociales; que enriquezca las políticas de género que despliega la gestión de la
Carrera y de la Facultad. Proyectamos una política universitaria feminista que se piense
como parte constitutiva de un proyecto emancipador que involucre a múltiples protagonistas
y disputas en la lucha contra el neoliberalismo. El futuro es feminista y popular.