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SUPERINTENDENCIA DE LA ECONOMÍA SOLIDARIA

CONCEPTO NÚMERO OJU-3000-01-0981


(Julio 19 de 2004)

Bogotá, D. C.,19 de julio de 2004

Referencia: Su comunicación recibida el 8 de junio de 2004


Radicada bajo el número No. 018744

Nos referimos a su comunicación citada en el asunto en la cual solicita


concepto de esta Superintendencia sobre la viabilidad que tendría un
municipio socio de la cooperativa de realizar convenios de prestación
de servicios con la cooperativa.

Para efectos de atender su consulta consideramos necesario conocer


la naturaleza jurídica de la cooperativa a efectos de determinar las
posibles inhabilidades e incompatibilidades para que un asociado –
municipio - contrate con la misma, así como aclarar que sólo podrá
prestar los servicios que contemple en su objeto social.

Cabe recordar que en materia de inhabilidades e incompatibilidades


para celebrar contratos con las entidades cooperativas, sólo el
legislador se pronuncio en el artículo 60 de la Ley 454 de 1998, a
establecer:

“(...) Los miembros de las Juntas de Vigilancia no podrán ser


simultáneamente miembros del Consejo de Administración de la
misma cooperativa, ni llevar asuntos de la entidad en calidad de
empleado o de asesor.

“Los miembros del Consejo de Administración no podrán celebrar


contratos de prestación de servicios o de asesorías con la entidad.

“Parágrafo.- Los cónyuges, compañeros permanentes y quienes se


encuentren dentro del segundo grado de consaguinidad o de afinidad
y primero civil de lis miembros de la junta de la vigilancia, del consejo
de administración, del representante legales o del secretario general
de una cooperativa, tampoco podrán celebrar contratos de prestación
de servicios o de asesoría con la esa cooperativa”:

Así las cosas, tenemos que el legislador, en forma expresa contempla


que los miembros del Consejo de Administración y la junta de
vigilancia no podrán celebrar contratos de prestación de servicios o de
asesoría con la entidad cooperativa a la que pertenecen, como
tampoco pueden pertenecer simultáneamente a los dos órganos,
administración y vigilancia.

Ahora bien, respecto al municipio debe tenerse en cuenta que deberá


ceñirse a los procedimientos establecidos en el Estatuto General de
Contratación Administrativa – Ley 80 de 1993 y sus Decretos
reglamentarios, toda vez que éste tiene por objeto disponer las reglas
y principios que rigen los contratos de las entidades estatales.

Es así que en su artículo 2º. precisa cuáles son las entidades


estatales:

“Se denomina entidades públicas:

“a) La Nación, las regiones, los departamentos, las provincias, el


distrito capital y los distritos especiales, las áreas metropolitanas, las
asociaciones de municipios, los territorios indígenas y los municipios;
los establecimientos públicos, los territorios indígenas y los municipios;
los establecimientos públicos, las empresas industriales y comerciales
del Estado, las sociedades de economía mixta en las que el Estado
tenga participación superior al cincuenta por ciento (50%), así como
las entidades descentralizadas e indirectas y las demás personas
jurídicas en las que exista dicha participación pública mayoritaria,
cualquiera sea la denominación que ellas adopten, en todos los
órdenes y niveles”.

“b) El Senado de la República, la Cámara de Representantes, El


Consejo Superior de la Judicatura, la Fiscalia General de la Nación, la
Contraloría General de la República, las contralorías departamentales,
distritales y municipales, la Procuraduría General de la Nación, la
Registraduría Nacional del Estado Civil, ministerios, departamentos
administrativos, las superintendencias, las unidades administrativas
especiales, y en general, los organismos o dependencias del Estado a
los que la ley otorgue capacidad para celebrar contratos”

Ahora bien, como quiera que por regla general la escogencia del
contratista se hace por licitación pública o concurso, en atención al
principio de transparencia, salvo en los casos que el legislador señala
que se puede contratar directamente, esto es, sin acudir a la licitación
o al concurso, pero siguiendo los procedimientos establecidos en el
Decreto 2170 del 30 de septiembre de 2002, no se encuentran
excepcionadas a dicho régimen las entidades cooperativas, salvo las
cooperativas conformadas por entidades territoriales (parágrafo del
artículo 2º de la Ley 80 de 1993) .

Es así, que el artículo 24 de la citada Ley dispone:

“La escogencia del contratista se efectuará siempre a través de


licitación o concurso público, excepto:

“a) Menor cuantía: que se determina con base en el presupuesto de la


respectiva entidad.

“b. Empréstito.

“c) Interadministrativos, con excepción del contrato de seguro.

“f) Urgencia manifiesta



Así las cosas, fácil es concluir de las normas citadas que el Estatuto
de Contratación Administrativa, se aplica a las entidades señaladas en
forma expresa en el artículo 2, las cuales están obligadas a contratar a
través de licitación pública o concurso público, con las excepciones
señaladas en forma expresa en el artículo 24 de la Ley 80 de 1993.

Las entidades cooperativas, como entidades de derecho privado que


son, excepto las conformadas por entes territoriales (administraciones
publicas cooperativas), deben sujetarse para efectos de celebrar
contratos con el Estado a las disposiciones citadas toda vez que no
gozan de ninguna excepción sino que por el contrario deben participar
en igualdad de condiciones con los demás oferentes frente a un
proceso de contratación con una entidad estatal.

Al respecto, el Decreto 855 del 28 de abril de 1994, reglamentario de


la Ley 80 de 1993, consagra en su artículo 16:

“Para la celebración de los contratos de que trata este decreto y


siempre que exista igualdad de condiciones las entidades
estatales podrán seleccionar preferentemente a las cooperativas,
microempresas, fundaciones, juntas de acción comunal, y en general a
entidades de naturaleza similar del lugar donde deba ejecutarse el
contrato”. (Subrayado ajeno al texto).

En ese orden de ideas fácil es precisar los siguientes aspectos:

1. Los municipios, para efectos de contratar se rigen por la Ley 80


de 1993 y sus decretos reglamentarios.

Las entidades estatales podrán seleccionar preferentemente a las


cooperativas, siempre y cuando exista igualdad de condiciones. Esto
conlleva a determinar que la contratación administrativa debe estar
enmarcada dentro de los principios de transparencia y
responsabilidad y por tanto las cooperativas pueden participar, pero en
igualdad de condiciones con los demás oferentes para llevar a cabo
una selección objetiva y teniendo en cuenta el ofrecimiento más
favorable para el ente estatal.

Las cooperativas deberán determinar en sus estatutos el régimen de


inhabilidades toda vez que el legislador sólo se ocupó de fijarlas para
los miembros del consejo, junta de vigilancia, representante legal y se
extiende a parientes por consaguinidad, afinidad o civil.

Lo anterior por cuanto el proceso de contratación administrativa es un


procedimiento reglado, esto es, que está previamente reglamentado
por la ley, razón por la cual, la entidad estatal fija las condiciones y los
requisitos para efectos de celebrar el contrato.
En el caso consultado, si bien es cierto, el municipio es asociado de la
cooperativa, no lo es menos, que por tratarse de una entidad estatal,
para efectos de celebrar contratos, deberá ceñirse en un todo a las
disposiciones de la Ley 80 de 1993 y sus decretos reglamentarios, la
cual determina en sus artículos 8 y 9 las inhabilidades e
incompatibilidades para celebrar contratos.

Para concluir, le informamos que algunos conceptos de interés general


emitidos por la Oficina Jurídica, así como las resoluciones y circulares
proferidas por esta Superintendencia se pueden consultar en nuestra
página Web www.supersolidaria.gov.co.

De esta forma esperamos haber atendido satisfactoriamente su


consulta, advirtiéndole que la misma se emite bajo los parámetros del
artículo 25 del Código Contencioso Administrativo y el numeral 3º.,
Capítulo Tercero, Título Cuarto de la Circular Básica Jurídica (Circular
Externa No. 007 del 2003), esto es, que las respuestas de la
Superintendencia no comprometen la responsabilidad de la misma, ni
son de obligatorio cumplimiento ni ejecución.

Cordialmente,

ANA VICTORIA RINCÓN CADENA


Jefe Oficina Jurídica

Proyectó: Alix Vargas Romero

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