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UNIVERSIDAD NACIONAL DE BARRANCA

FACULTAD DE DERECHO Y CENCIAS POLÍTICAS


DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

MONOGRAFÍA

TEORÍA DE LA ASOCIACIÓN DIFERENCIAL, DEL APRENDIZAJE


SOCIAL Y DE LAS SUBCULTURAS

CURSO:
CRIMINOLOGIA

AUTORES:
Alvarado Barzola Diana
Collazos Jara Silvia
Cruz Araujo Mary Carmen
Lazaro Vega Camila
Ramos Ruiz Vicky
Pablo villar Ibeth

CATEDRÁTICO:
Dr. Augusto Magno Huaroma Vasquez

PERÚ - 2018
2

Dedicatoria:

A Dios por otorgarnos la fuerza necesaria para seguir adelante, alcanzar nuestra meta y ser
personas profesionales de bien.
3

Agradecimiento

Primeramente, agradezco a Dios que siempre está conmigo y mi familia, cuidándome y dándome
fortaleza para continuar. A todos mis profesores de la UNAB, que con sus magníficas enseñanzas
han dejado en mí la semilla del saber
4

Índice general

Dedicatoria: ......................................................................................................................................... 2
Agradecimiento ................................................................................................................................... 3
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................. 6
CAPITULO I ..................................................................................................................................... 7
TEORÍA DE LA ASOCIACIÓN DIFERENCIAL ........................................................................ 7
1.1. Teoría de la Asociación Diferencial ................................................................................. 8
1.1.1. Historia y Desarrollo ....................................................................................................... 8
1.1.2. Concepto........................................................................................................................... 9
1.2.3. Bases de la teoría ............................................................................................................. 9
1.2.4. Aprendizaje del delincuente ......................................................................................... 11
2.1. Teoría del Aprendizaje Social ............................................................................................. 15
2.1.1. Historia y concepto ........................................................................................................ 15
2.2. Concepto de Aprendizaje Social............................................................................................ 16
2.2.1 Clasificación de la Teoría del Aprendizaje social ................................................. 16
2.2.1.1. Teoría Conductista ..................................................................................................... 16
2.2.1.2. Teoría Cognitivista ..................................................................................................... 16
2.2.1.3. Teoría Constructivista ............................................................................................... 17
2.2.1.4. Teoría Conectivista .................................................................................................... 17
2.3. La teoría del Aprendizaje social dentro de la Criminología ................................................. 17
2.4. Nuevos desarrollos de la Teoría del Aprendizaje Social ...................................................... 18
CAPITULO III .................................................................................................................................. 19
TEORIA DE LAS SUBCULTURAS ............................................................................................... 19
3.1. Concepto de la subcultura ..................................................................................................... 20
3.1.1. Concepto......................................................................................................................... 20
3.1.1.1. Prejuicios ..................................................................................................................... 21
3.2. Teorías de las subculturas ...................................................................................................... 21
3.2.1. La teoría de la subcultura según Albert Cohen .......................................................... 21
5

3.2.1.1. La delincuencia de grupos o bandas de clase social baja ........................................ 22


3.2.1.2. Influencia de la escuela en la teoría de las subculturas criminales ........................ 24
3.2.2. La teoria de la subcultura según R. Cloward y L. Ohlin ........................................... 24
3.2.2.1. Subcultura criminal ................................................................................................... 25
3.2.2.2. Subcultura conflictual ................................................................................................ 26
3.2.2.3. Subcultura evasiva o abstencionista ......................................................................... 26
3.2.3. La aportación de Kobrin .............................................................................................. 27
3.3. La subcultura de la pobreza ................................................................................................... 27
3.3.1. Concepto......................................................................................................................... 27
CAPÍTULO IV .................................................................................................................................. 31
CONCLUSIONES ............................................................................................................................ 31
CAPITULO V ................................................................................................................................... 33
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS .............................................................................................. 33
6

INTRODUCCIÓN
7

CAPITULO I
TEORÍA DE LA ASOCIACIÓN DIFERENCIAL
8

1.1. Teoría de la Asociación Diferencial

1.1.1. Historia y Desarrollo

Es planteado por Sutherland, quien es pionero del concepto de aprendizaje


aplicado a la delincuencia, quien fue quien la formuló, su mayor desarrollo la tuvo
durante los años veinte, fue llamada la teoría de la asociación diferencial.
Esta teoría quedó definitivamente diseñada por Sutherland en la última edición
que éste publicó en su obra titulada, Principles of Criminology (Principios de la
Criminología) en 1939.
Sutherland propone que la delincuencia no es el resultado de la inadaptación de
los sujetos de la clase baja, sino del aprendizaje que individuos de cualquier clase y
cultura realizan de conductas y valores criminales.
Según Sutherland en 1947, la Criminología ha venido explicando la conducta
delictiva desde dos tipos de perspectivas diferentes. Las primeras, a partir de los
acontecimientos que tienen lugar cuando se produce el hecho delictivo, esto es, a
partir de la situación, explicaciones mecanicistas, situaciones o dinámicas. El
segundo tipo de explicaciones se basan en aquellos procesos que han tenido lugar en
la historia previa del individuo, explicaciones históricas o genéticas, ya que recurren
a la historia o la génesis del individuo.
Sutherland reconoce que ambos enfoques son necesarios para explicar la
conducta delictiva. Por un lado, la situación concreta ofrece a un individuo la
oportunidad de delinquir. Pero lo más importante, según él, no es la situación
objetiva que se produce en un momento dado, sino como las personas definen e
interpretan esa situación. Una situación aparentemente idéntica puede ser muy
diferente para dos individuos dependiendo de su historia personal: Los
acontecimientos en el complejo persona (situación, en el momento en que ocurre un
9

delito no pueden separarse de las experiencias vitales previas del delincuente).


(Anónimo, 2017, pág. 10)

1.1.2. Concepto

Esta teoría señala que los sujetos han llegado a aprender a ser criminales por
una serie de técnicas trasmitidas culturalmente, principalmente por el
empoderamiento que adquiere el crimen en determinados grupos, donde se
consolida dicha actividad y se refuerza para continuar haciéndola.
Puede ser entendido como la relación y trato con las personas que enseñan el
delito, no solo que el ambiente sea propenso, pues de ser así, toda la comunidad
vulnerable serían criminales, sino que influyen aspectos de interacción con modelos
que ya llevan tal estilo de vida. (Hikal, 2017, pág. 2)

1.2.3. Bases de la teoría

Según Pérez Pinzón y Pérez Castro:


a. El comportamiento criminal o conducta es aprendido, por tanto no
heredado.
b. Se aprende en interacción con otros sujetos a través de la comunicación.
c. La parte principal del aprendizaje cuando adquiere la conducta criminal, se
realiza dentro de estos grupos personales más íntimos y, por lo general,
adquieren modos de comportamiento como impulsos, racionalizaciones y
actitudes.
d. La orientación especifica de impulsos y motivos es aprendida, mediante
códigos o modelos que le son favorables para infringir la ley.
e. Los contactos diferenciales pueden ser diversos en cuanto a su intensidad,
duración, frecuencia y prioridad.
f. Este proceso de aprendizaje, mediante pautas delictuosas y no delictuosas
son su mecanismo de enseñanza.
g. A pesar que el comportamiento criminal es expresión de diversas
necesidades y valores, no son sólo éstas, pues la conducta no delictiva es
también expresión de las mismas
10

Según Zaffaroni:
a. La idea central de Sutherland era que el delito es una conducta aprendida
y que se reproduce por efecto de contactos con definiciones favorables y
del aprendizaje de los métodos.
b. Sutherland introdujo esta tesis en su obra “Criminology” en 1939, con su
principio de la asociación diferencial: una persona se vuelve delincuente
por efecto de un exceso de definiciones favorables a la violación de la ley,
que predominan sobre las definiciones desfavorables a esa violación.
c. Con esto pretendía explicar la criminalidad de forma más amplia que la
Escuela de Chicago, porque los de Chicago no explicaban más que los
delitos de los pobres, en tanto que Sutherland dejó en claro que la
criminalidad atraviesa toda la escala social y que hay tanto delitos de
pobres como de ricos y poderosos.
Sutherland concreta su teoría en las siguientes nuevas afirmaciones:
a. La conducta criminal es aprendida.
b. Las conductas criminales se aprenden en interacción con otras personas,
en un proceso de comunicación.
c. La parte principal del aprendizaje de las conductas criminales ocurre en el
marco de grupos personales íntimos.
d. Cuando se aprenden las conductas criminales, el aprendizaje incluye:
d.1. Técnicas de comisión del delito, que son a veces muy complicadas y
a veces muy simples.
d.2. La dirección específica de los motivos, impulsos, racionalizaciones y
actitudes.
e. La dirección específica de los motivos e impulsos es aprendida a partir de
definiciones de los códigos legales como favorables o desfavorables.
f. Una persona deviene delincuente como resultado de un exceso de
definiciones favorables a la violación de la ley sobre las definiciones
desfavorables a su violación.
g. Las asociaciones diferenciales pueden variar en frecuencia, duración,
prioridad e intensidad.
11

h. El proceso de aprendizaje de las conductas criminales por asociación con


patrones criminales y anti criminales implica todos los mecanismos que
están presentes en cualquier proceso de aprendizaje.
i. Mientras que la conducta criminal es una expresión de necesidades y
valores generales, ella no puede ser explicada por esas necesidades y
valores, puesto que conductas no criminales son también una expresión
de las mismas necesidades y valores.

1.2.4. Aprendizaje del delincuente


La conducta delictiva es aprendida, no heredada ni inventada. Los sujetos no
pueden inventar la delincuencia, como no pueden inventar la radio o la televisión si
no han recibido el entrenamiento adecuado para ello. La conducta delictiva no se
produce de manera espontánea porque alguien decida un buen día delinquir;
previamente esta persona ha debido recibir algún tipo de entrenamiento. La conducta
delictiva se aprende en interacción con otras personas, en un proceso de
comunicación, ya sea verbal o gestual. El aprendizaje en general y el aprendizaje de
la conducta delictiva en particular tienen lugar en grupos íntimos, próximos al
individuo, mientras que tendrían una menor influencia sobre el aprendizaje, las
agencias informales como el cine o los medios de comunicación. El aprendizaje de la
conducta delictiva incluye, por un lado, el aprendizaje de las técnicas de comisión de
los delitos, y por otro, el de los motivos, los impulsos, las actitudes y las
racionalizaciones necesarias para delinquir. Los motivos y los impulsos para delinquir
se aprenden a partir de las definiciones que ciertos grupos sociales hacen de los
códigos legales. Así, en las ciudades modernas conviven, debido a los conflictos
culturales, definiciones favorables y desfavorables a la delincuencia. El principio
fundamental de la teoría, es el de asociación diferencial, que establece que la causa de
que los individuos se conviertan en delincuentes es, el contacto excesivo con
definiciones favorables a la delincuencia, o bien con personas acostumbradas a actuar
al margen de la ley, que actúan por encima del contacto que tienen con definiciones
contrarias a ella.
12

Sin embargo, según Sutherland, en la medida en que los individuos aumentan


su contacto con asociaciones neutrales, es decir, ocupan su tiempo en actividades
inocuas, reducen sus posibilidades. Con respecto al espacio temporal, que consiste en
el hecho de participar en actividades delictivas, dependerá de quien se haga rodear la
persona. De acuerdo con ello, la vinculación con asociaciones neutras, esto es, la
participación en actividades sociales convencionales, juega un papel decisivo en la
prevención de la delincuencia. La asociación diferencial de los individuos con ciertas
definiciones favorables o contrarias a la delincuencia, puede variar en frecuencia con
el número de veces, en duración, tiempo de contacto, en prioridad asociación anterior
en el tiempo y en intensidad, dependiendo de la vinculación emocional del individuo
con la fuente asociativa y del prestigio que le atribuye. Sutherland sugiere que las
primeras asociaciones, las de mayor prioridad, son las más importantes. Los contactos
precoces con el delito en la infancia son más influyentes que los que se establecen en
edades más tardías. A la inversa, una infancia en contacto con definiciones favorables
a la ley incide de un modo más duradero en el sujeto que si los contactos favorables
se producen después. En cuanto a la intensidad, influye más en la persona,
emocionalmente relevante en la vida de éstas, que aquellas que no lo son. Como
resulta evidente, la mayor frecuencia y duración de las asociaciones diferenciales
aumenta su fuerza. En el proceso de aprendizaje de la conducta delictiva están
implicados, según Sutherland, todos los mecanismos de aprendizaje. Aunque él no los
explica, menciona dos: La asociación de estímulos y la imitación de modelos.
Contradiciendo previos constructos teóricos, Sutherland afirma que la conducta
delictiva no puede explicarse como resultado de valores y necesidades generales. Un
argumento común para explicar la delincuencia es recurrir a la necesidad de ser
felices, la búsqueda de satisfacción personal y de bienestar, que es lo que todo ser
humano busca en la vida; lo que la escuela clásica llamaba, principio de placer. Esta
necesidad de felicidad no explica el comportamiento delictivo ya que tanto
delincuentes como no delincuentes desean, probablemente, ser felices. La necesidad
de status social también es común a todos los seres humanos, como lo es asimismo la
experiencia de la frustración. Según Sutherland, todos estos motivos y necesidades, al
igual que la necesidad de respirar, pueden ser generales para todos los seres humanos
13

pero no permiten diferenciar entre aquellos que cometen conductas delictivas y


quienes no lo hacen, pero el escoger la facilidad de obtener la riqueza sin mayor
esfuerzo, podrá en todo caso, ser el motivo principal en algunos delincuentes.
(Anónimo, Teoría de la asociación)
14

CAPITULO II

TEORÍA DEL APRENDIZAJE SOCIAL


15

2.1. Teoría del Aprendizaje Social

2.1.1. Historia y concepto

La teoría del aprendizaje social es un tema relevante para la psicología, puesto


que entendemos que la mayor parte de las conductas de los seres humanos son
aprendidas básicamente a través de los procesos sociales y concretamente a través de
la interacción social.

Durante los años 1843 Cornell Montgomery dedicó la mayor parte de su tiempo
en proponer las cuatro etapas principales del aprendizaje social: contacto cercano,
imitación de los superiores, comprensión de los conceptos y comportamientos del
modelo a seguir.

En 1954 Julian B. Rotter desarrolló una teoría del aprendizaje basada en la


interacción, este autor sugiere que el resultado de la conducta tiene un impacto en la
motivación de las personas al realizar una conducta específica. Esta teoría sugiere que
la conducta es influenciada por factores o estímulos del entorno, y no únicamente por
lo psicológico.

En 1977 Albert Bandura, trató de expandir la idea de Rotter. La teoría de


Bandura comprende aspectos del aprendizaje cognitivo (presupone que los factores
psicológicos son importantes influencias en las conductas de las personas) y
conductual (presupone que en el entorno de las personas causa que estas se comporten
de una manera determinada).

La teoría cognitiva social que propone este autor intenta explicar la actividad
humana desde un modelo de reciprocidad “tríadica” en el que la conducta, los factores
personales y los acontecimientos ambientales se determinan recíprocamente, partiendo
por tanto, de una determinación recíproca entre persona-conducta-ambiente. Se trata de
un modelo interaccional de causación donde la reciprocidad no significa simetría en
cuanto a intensidad de las influencias ni tampoco queda fijado en el proceso la
proporción de las influencias mutuas, sino que la influencia relativa ejercida por los
tres grupos de factores que interaccionan se explica en función de una variación acorde
con la actividad, el individuo y la situación. Así, esta teoría, desde el momento en que
la conducta es suscitada hasta que llega a su expresión final, concede especial atención
a una serie de factores personales o procesos particulares que suceden en el individuo,
siendo de especial relevancia los que a continuación se detallan:

a. Procesos simbólicos: Las conductas observadas se representan a nivel interno y


toman esas representaciones como guía de la acción conductual.
16

b. Procesos vicarios: No sólo aprendemos por experiencia directa, de ensayo y error,


sino observando la conducta de otros, de modo que los otros funcionan como
ejemplos y a través de su observación podemos adquirir nuevas comportamientos.

c. Procesos autorreguladores: La conducta está también motivada por criterios


internos y autoevaluaciones y, por tanto, no exclusivamente determinada por
variables externas. Por ello, tenemos capacidad de anticipar las consecuencias de la
conducta y poder manipular determinadas variables ambientales en la dirección
adecuada para conseguir la meta anticipada.

En tan solo poco tiempo esta teoría ha sido considerada como uno de los
responsables cognitivos de la propagación social. El aprendizaje social es el resultado
de una cantidad de fenómenos sociales y no de cuestiones de tipo genético, donde el
contexto social que rodea al individuo tiene un peso importante.

2.2. Concepto de Aprendizaje Social

Básicamente es el aprendizaje que se realiza por observación e imitación,


evidentemente para que se produzca aprendizaje debe de haber un modelo en el que fijarse
y un contexto donde reproducir ese modelo. (Fidalgo, 2013, pág. 1)

2.2.1 Clasificación de la Teoría del Aprendizaje social

2.2.1.1. Teoría Conductista

Es el estudio de conductas que se pueden observar y medir.


Su teoría está basada en que a un estímulo le sigue una respuesta, siendo este
el resultado de la interacción entre el individuo y su medio.

2.2.1.2. Teoría Cognitivista

Asume que el aprendizaje se produce a partir de la experiencia,


pero, a diferencia del conductismo, lo concibe no como un simple traslado
de la realidad, sino como una representación de dicha realidad. Se pone el
énfasis, por tanto, en el modo en que se adquieren tales representaciones del
mundo, se almacenan y se recuperan de la memoria o estructura cognitiva.
Se realza así, el papel de la memoria, pero no en el sentido
tradicional peyorativo que la alejaba de la comprensión, sino con
un valor constructivista. No se niega la existencia de otras formas de
aprendizaje inferior; pero si su relevancia, atribuyendo el aprendizaje
humano a procesos constructivos de asimilación y acomodación. El
cognitivismo abandona la orientación mecanicista pasiva del conductismo y
concibe al sujeto como procesador activo de la información a través
17

del registro y organización de dicha información para llegar a su


reorganización y reestructuración en el aparato cognitivo del aprendiz.
Aclarando que esta reestructuración no se reduce a una mera asimilación,
sino a una construcción dinámica del conocimiento. Es decir, los procesos
mediante los que el conocimiento cambia. En términos piagetianos, la
acomodación de las estructuras de conocimiento a la nueva información.

2.2.1.3. Teoría Constructivista

En general, desde la postura constructiva, el aprendizaje puede


facilitarse, pero cada persona reconstruye su propia experiencia interna, con
lo cual puede decirse que la inteligencia no puede medirse, ya que es única
en cada persona, en su propia reconstrucción interna y subjetiva de la
realidad.

Como figuras clave del construccionismo podemos citar a Jean


Piaget y a Lev Vygotski. Piaget se centra en cómo se construye el
conocimiento partiendo desde la interacción con el medio. Por el contrario,
Vigostky se centra en cómo el medio social permite una reconstrucción
interna.

2.2.1.4. Teoría Conectivista

El conectivismo es la combinación del constructivismo y el


cognitivismo para el nuevo aprendizaje digital de esta era digital y
globalizante. Llamada la "teoría del aprendizaje para la era digital", se trata
de explicar el aprendizaje complejo, no como una actividad individual en un
mundo social digital en rápida evolución sino como la interacción entre
varios.

El punto de inicio del conectivismo es el individuo. El conocimiento


personal se hace de una red, que alimenta de información a organizaciones e
instituciones, que a su vez retroalimentan información en la misma red, y
finalmente termina proveyendo nuevo aprendizaje al individuo.

2.3. La teoría del Aprendizaje social dentro de la Criminología

En el ámbito de la criminología, Ronald Akers y Robert Burgess(1966) desarrollaron


una teoría del aprendizaje social para explicar la conducta delictiva al combinar las
variables que alientan la delincuencia (por ejemplo, la presión social de los compañeros o
iguales delincuentes) con las variables que la desalientan (por ejemplo, la reacción de los
progenitores al descubrir la conducta delictiva en sus hijos). Existe además un problema
18

concreto. Lo que puede ser un refuerzo para una persona puede no serlo para otra.
Adicionalmente, los refuerzos pueden ser sociales, implicando atención y conducta entre
más de una persona, y no sociales, que no implicarían esta interacción (Burgess & Akers:
1966).

2.4. Nuevos desarrollos de la Teoría del Aprendizaje Social

El aprendizaje social está creciendo rápidamente, y más a través de la tecnología,


básicamente en plataformas abiertas como Facebook o plataformas cerradas como la Red
de Aprendizaje Social Incorporado.

Desde un punto de vista organizacional, el aprendizaje social puede ser añadido como
un elemento para el aprendizaje formal. También, el aprendizaje social puede ser manejado
más libremente; por ejemplo: para crear Comunidades de Práctica para grupos con
miembros similares como por ejemplo, nuevos empleados, equipos o miembros de un
proyecto, u otros equipos similares. El objetivo de la organización es hacer el aprendizaje
más efectivo.
19

CAPITULO III

TEORIA DE LAS SUBCULTURAS


20

3.1. Concepto de la subcultura

3.1.1. Concepto

El concepto de subcultura se utiliza por primera vez en la sociología por


Mclung Lee (levels of culture as levels of social generalization 1945) su posterior
recepción se da sin duda al hecho de que los estudiosos de la delincuencia juvenil en
los años 40 vieron en él un instrumento útil para describir una de sus características
más llamativas: la tendencia de los jóvenes a organizarse en bandas (Gardey, 2010)

Según el Diccionario de la Real Academia: El término subcultura no forma


parte del diccionario. La noción, sin embargo, es muy habitual en la sociología y la
antropología. El concepto se utiliza para nombrar al grupo de personas que comparten
comportamientos y creencias que son diferentes de los de la cultura dominante de su
comunidad (Gardey., 2010).

Según. (Ylmaster, 2011). En su obra “Fanhunter “hace referencia al término


“subcultura" para referirse a todo tipo de expresión artística y/o actividad lúdica
prohibida y perseguida por un gobierno despótico y tiránico, planteando así un
mundo donde la ciencia-ficción, los cómics, los wargames, los videojuegos, los JCC,
los juegos de rol, el manga, la música tecno y otras cosas han sido prácticamente
erradicadas. “Subcultura" se usa en sociología, antropología y semiótica cultural para
definir a un grupo de personas con un conjunto distintivo de comportamientos y
creencias que les diferencia de la cultura dominante de la que forman parte. Se trata
pues, de un término usado para diferenciar y que, en principio, no debería
considerarse peyorativo. Toda subcultura implica un sistema de normas y valores de
cierta autonomía, aunque sin desligarse de la cultura global. Podemos hablar de la
subcultura católica o gitana, de la subcultura juvenil o campesina y por supuesto de la
subcultura del cómic y el fandomeo en general a la que Celso Pinol hace referencia en
su obra. (González, 2008); proponen que las organizaciones están compuestas por una
multiplicad de subculturas discretas que están unidas, fuerte o suavemente, por una
cultura general. Siendo la cultura general la que está constituida por elementos
culturales que son profesados por cada persona en la organización,
21

independientemente de la subcultura a la cual pertenecen. En este sentido, las


organizaciones pueden tener una cultura organizacional general y Cultura y
Subculturas 11 múltiples subculturas.

3.1.1.1. Prejuicios

Como toda tendencia que aleje a la gente del camino preestablecido


por la sociedad, las subculturas son un blanco muy frecuente de prejuicios y
discriminación. Dado que existen muchas y muy diversas (tanto como los
punk y los floggers, que no parecen tener mucho en común) el desprecio parte
de una base infalible y muy usada por nuestra especie en su lucha por dividir y
excluir: no son normales. A ese rechazo común a todas las subculturas siguen
cuestiones particulares, a veces relacionadas con la forma de vestir, con los
peinados y los maquillajes, o con el estilo de vida; todo esto, cabe hacer la
aclaración, basado en suposiciones generadas en la mente de quienes jamás se
han acercado realmente a individuos que formen parte de los grupos a los que
atacan. (Gardey, 2010).

3.2. Teorías de las subculturas

3.2.1. La teoría de la subcultura según Albert Cohen

Cohen es el representante más importante de la teoría de la subcultura, el punto


de partida para el desarrollo de su teoría de las subculturas fue la proposición de
que “toda acción es el resultado de continuados esfuerzos para solucionar
problemas de adaptación”, esto es, su falta de reconocimiento por el grupo
de referencia.

Conceptualiza la subcultura delincuente como “un sistema de convicciones y


valores que se desarrolla en un proceso de interacción comunicativa entre niños, que
por su posición en la estructura social están en una situación similar para
la resolución de los problemas de adecuación, para los que la cultura en vigor no
proporciona soluciones satisfactorias”.
22

De acuerdo con Cohen, la mayoría de los problemas de adaptación


se solucionan de forma normal, pero en algunos casos, las personas
eligen soluciones desviadas; los motivos por los cuales eligen esas
alternativas desviadas, se deben buscar en los “grupos de referencia” que tienen a su
alrededor. Las personas seleccionan, en un primer momento, las soluciones que son
compatibles con las expectativas de sus grupos de referencia corrientes,
pero cuando estas soluciones no son adecuadas, se buscan otros grupos cuya
cultura proporcione respuestas adecuadas. (delicti, 2017, pág. 1)

Finalmente, las subculturas surgen en el seno de sociedades plurales y


heterogéneas, de manera que entre aquellas personas que poseen similares problemas
de adaptación se genera una solidaridad de grupo que genera estándares comunes de
comportamiento y cosmovisiones compartidas. La subcultura aporta de alguna
manera a sus miembros el status que les niega la sociedad mayoritaria. Se puede
entender en este sentido como un mecanismo sustitutivo de la sociedad en general
para determinados grupos minoritarios, donde encuentran integración, sentimiento de
pertenencia, de camaradería y de estima, (Cohen, 2013). Entonces, es muy probable
que si las circunstancias los favorecen este grupo de personas desubicado, acabe por
encontrarse y unirse, creando una subcultura nueva, en la que solucionen sus
problemas de aceptación social.

3.2.1.1. La delincuencia de grupos o bandas de clase social baja

Albert Cohen, en su obra Delinquent Boys, identifica cinco notables


características de la delincuencia de grupos o bandas de clase social baja. Se
refiere a lo que él denomina calidad no utilitaria, destructividad, negativismo
total, gratificación inmediata y desafío a la autoridad. Juntas comprenden o
integran la subcultura de la delincuencia.

a. Calidad no utilitaria: significa una delincuencia cuyos hechos


no persiguen un beneficio económico o un ánimo de lucro
determinado, sino que en la mayoría de los casos persigue otros
23

objetivos que les permite alcanzar gloria o realizar proezas,


lo que les otorga una profunda satisfacción.
b. Maliciosa: esto significa que la mayor parte de las actividades
delincuenciales de las bandas tienen como único propósito el causar
daño y problemas a la gente, conseguir que su vida resulte infeliz,
incomoda y desagradable, los actos de vandalismo son buenos
ejemplos.
c. Negativa: la subcultura delincuente no tiene unos valores y unas
reglas diferentes de las normas que rigen para la gente “respetable”,
sino que se produce una situación en la que se da una “polaridad
negativa” con las normas de la clase media. Esto es, la subcultura
delincuente toma las normas de la cultura circundante, pero las
invierte, convirtiendo en justo para ellos, lo que resulta injusto para las
normas de la cultura circundante.
d. Hedonismo inmediato: tienen poco interés en metas a largo plazo,
en planificar actividades y en desarrollar actividades que
únicamente se puedan adquirir mediante la práctica, la
deliberación y el estudio. La subcultura delincuente busca una
gratificación inmediata. Son jóvenes impacientes, impetuosos y
actúan por diversión teniendo poco en cuenta las ganancias
remotas y los costes. Esta búsqueda de la gratificación
inmediata es la respuesta que ofrece Cohen para explicar la
delincuencia juvenil de clase media. A su juicio, la juventud de clase
mediase orienta hedónicamente hacia lo que se denomina
“cultura de la juventud”, caracterizada por la búsqueda de
placeres, satisfacciones y emancipación del control de los adultos.
Esta conducta, según Cohen, tiene motivaciones específicas que
pueden generar conductas delincuentes.
e. Autonomía: los miembros de la subcultura de delincuentes se
oponen a toda restricción o control de su comportamiento
excepto cuando este se debe a una imposición informal por otros
24

compañeros de su mismo grupo. Ellos desafían, desobedecen o


ignoran la autoridad ejercida por los padres, profesores y otros agentes
de control social. La subcultura delincuente proporciona a sus
integrantes un propósito, una forma de vida, que demanda lealtad,
reciprocidad y colaboración mutua, subordinando los deseos o
aspiraciones personales a las demandas y prioridades del grupo.

3.2.1.2. Influencia de la escuela en la teoría de las subculturas criminales

Albert Cohen, ponía un especial énfasis en el papel de la escuela. Se


centraba en los jóvenes de clase social baja y la tensión o preocupación que
les invadía al tener que medirse en desigualdad de condiciones con los jóvenes
de clase media. En su teoría a firmaba que, muchos jóvenes de clase baja
(especialmente varones) obtenían malos resultados en la escuela. Ya que, el
rendimiento escolar está en relación con la delincuencia, sostenía que el mal
rendimiento escolar es el resultado de un conflicto entre los valores dominantes
de la clase media predominantes en el sistema escolar y los valores de los
jóvenes de clase baja. Los delincuentes juveniles de clase baja forman
subculturas delincuentes buscando reducir su frustración y obtener un mejor
concepto de sí mismos, manteniendo valores antisociales. En resumen el joven
en conflicto puede optar por tres alternativas; uno, incorporarse al ámbito
cultural de los jóvenes de clase media, aunque suponga competir en inferioridad
de condiciones; seguidamente, integrarse en la cultura de otros jóvenes de la
calle, renunciando a sus aspiraciones y por ultimo integrarse en una subcultura
de delincuente, (delicti, 2017, págs. 3, 4).

3.2.2. La teoria de la subcultura según R. Cloward y L. Ohlin

Estos autores escriben en 1960 Delinquency and Opportunnity: A Theory of


delincuent Gangs (Delincuencia y Oportunidad: Una Teoría de las bandas). Para ellos
en toda sociedad coexisten subculturas independientes, entre las cuales está la
subcultura criminal, que definen como aquella en la cual resultan indispensables para
25

el desempeño de sus roles dominantes (status maestro) ciertas formas de actividad


delictiva.

Al igual que Cohen, entienden que el origen de la subcultura desviada está en la


frustración que sienten los jóvenes de clase baja al intentar sin éxito lograr el nivel
económico y el status social de otros grupos sociales. Cuando pretenden alcanzar el
triunfo, tal y como éste se define socialmente, siguiendo las pautas institucionalizadas,
pronto se dan cuenta de que las condiciones en que se encuentran les impiden alcanzar
tales objetivos de forma legítima, optando por alcanzarla mediante acciones menos
ortodoxas, una vez concienciados del grado real de probabilidad de alcanzarlos. En vez
de asumir individualmente el fracaso, como están educadas para hacer las clases
medias, los jóvenes de clase baja lo atribuyen sobre todo al tipo de sociedad en que
viven, adquiriendo conciencia de la injusticia de las normas oficiales que privan a
determinados grupos de las vías legítimas de progreso social. Esta toma de conciencia
les inducirá a unirse con sus semejantes formando parte de una subcultura desviada,
dentro de la cual encontrarán el respaldo necesario para dominar sentimientos de
deshonra, temor al castigo y mala conciencia, al recibir aprobación y oportunidades
reales de conseguir el éxito personal. Y estas oportunidades son diferentes
(oportunidades diferenciales). (CLOWARD & OHLIN, 2013)

Frente al concepto unitario de subcultura de Cohen, Cloward y Ohlin distinguen


tres tipos, que suponen formas distintas de organización, estructura y medios de
adaptación u oportunidades a quienes residen en ellas:

3.2.2.1. Subcultura criminal

Son barrios donde la delincuencia adulta se encuentra integrada en el


tejido social. En ella el joven encuentra oportunidades efectivas para delinquir,
pero además puede aprender de modo altamente formalizado las pautas
desviadas, los códigos, las técnicas concretas. El propio entorno sirve de
mecanismo de control, impidiendo acciones o el uso de medios que pondrían en
peligro la supervivencia de la propia cultura, riesgos innecesarios, uso irracional
de la violencia, etc. En este tipo de barrio, el joven que encuentra bloqueadas sus
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posibilidades legítimas de alcanzar las metas de la cultura general, puede hacer


carrera integrándose en la estructura de oportunidades ilegítimas que le brinda su
entorno. El prototipo sería el delincuente profesional organizado.

3.2.2.2. Subcultura conflictual

A menudo nos encontramos con barrios pobres y desorganizados, con alta


movilidad social y geográfica, cuyos habitantes viven en condiciones de alta
precariedad. Los valores desviados no están integrados con los de la sociedad
convencional, pero tampoco con la sociedad del crimen organizado, por lo que
tampoco existe una estructura estable de oportunidades de delinquir, como
consecuencia la criminalidad tiene un marcado carácter individualista (sin el
apoyo de otros) y económicamente es poco rentable.

Todo ello incrementa notablemente la frustración de los jóvenes, dado que


viven en áreas en las cuales el triunfo no puede lograrse de forma convencional
ni poseen modelos adultos para adquirirlo de forma ilícita, la única forma de
lograr cierto status social (reputación, prestigio) es manteniendo un conflicto
permanente mediante la violencia con otras bandas y con el entorno general. El

prototipo de sujeto es el macarra, que se gana el respeto por la fuerza de los


puños o de las armas, que atenta contra personas y propiedades y que puede
formar parte o liderar bandas cuya estructura se basa en la fuerza física, el honor
de pertenencia, la solidaridad interna y la lucha permanente contra otras bandas .

3.2.2.3. Subcultura evasiva o abstencionista

Finalmente existen individuos yáreas que no han obtenido éxito social ni


siquiera mediante el delito, por lo que se encuentran en una situación de doble
fracaso: el acceso a una cultura delictiva no es siempre fácil, necesitas contactos,
conexiones sociales, además requiere inhibir valores y normas convencionales, lo
cual no es siempre fácil y menos sin apoyos de grupo. El integrante de esta
cultura, es un sujeto residual, que no ha conseguido integrarse en una subcultura
desviada ni en una convencional, que se refugia en la droga o el alcohol como
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forma de manifestar su indiferencia ante el mundo convencional, del que se


evade. Para hacer frente a sus hábitos desarrolla una serie de actividades
delictivas: tráfico de drogas, prostitución, delitos no violentos, etc.

El análisis de C. y O. Ha tenido importantes aplicaciones en política criminal en


cuanto a tratamiento y rehabilitación de delincuentes en programas de lucha contra la
pobreza. (CLOWARD & OHLIN, 2013).

3.2.3. La aportación de Kobrin

En 1951 Kobrin, preocupado por el problema de la delincuencia juvenilen


Chicago, observó que en las áreas de más elevada criminalidad existía un auténtico
dualismo de valores o normas, los de la sociedad oficial y los deciertas minorías.
Apartándose de los postulados de los ecologistas de la Escuela de Chicago concluyó
que tales áreas no se caracterizaban por una ausencia de valores,sino que en las mismas
coexistían ambos códigos axiológicos: el criminal y el convencional. A su juicio, “las
subculturas criminales se originan en una situación de hostilidad de grupo. Son en
definitiva, una expresión colectiva de las adaptaciones del individuo a las necesidades
defensivas del yo. El conflicto cultural generado en esta situación se reflejaría
psicológicamente en la interiorización por el delincuente de una actitud valorativa
ambivalente, dualista, que acreditaría, por ejemplo, su destructividad agresiva”
(Anonimo, 2008, pág. 10).

3.3. La subcultura de la pobreza

3.3.1. Concepto

El concepto de subcultura de la pobreza debe vincularse necesariamente con las


proposiciones de Walter B. Miller, de Harold d. Lasswell, de Oscar Lewis, asimismo
con las reservas formuladas por j. Milton Singer. (velasquez, 2014).

Para Walter B Miller: “La subcultura de la pobreza es una generadora de


delincuencia en pandillas” Lo cual es relativo ya que como se ha visto, hasta de las
familias más pobres ha salido el mejor de los profesionales o la mejor de las personas.
“Oscar Lewis desarrolla el concepto de “contramores”. Milton Yinger, por su parte en
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penetrante ensayo de 1960, precisa una importante distinción entre subcultura y


contracultura. La cultura de la pobreza es una teoría social que se expande en el ciclo
de la pobreza. Los defensores de esta teoría argumentan que los pobres no son
simplemente carentes de recursos, sino que también tienen un sistema de valores único.
(velasquez, 2014).

Según Oscar Lewis, "La subcultura de los pobres se desarrolla mecanismos que
tienden a perpetuarse, sobre todo porque de lo que ocurre con la visión del mundo, las
aspiraciones, y el carácter de los niños que crecen en él." (Moynihan 1969, página.
199). Lewis luchó para hacer "los pobres" como sujetos legítimos cuyas vidas fueron
transformadas por la pobreza. (velasquez, 2014).

La gente en la cultura de la pobreza tienen un fuerte sentimiento de marginalidad,


de impotencia, de dependencia, de no pertenecer, son como extranjeros en su propio
país, esto es un sentimiento generalizado. Los jóvenes de la llamada subcultura de la
pobreza son llamados delincuentes vandálicos, ya que los controles sociales son tan
pobres que los toman más bien como un juego. Esto es motivo de la depravación y las
múltiples frustraciones. Según esto la pobreza puede generar subculturas y evitar una
generalización ofensiva que haga concebir a todos los pobres como serios candidatos a
la conducta desviada. (velasquez, 2014).

La Reforma Social, cuando alude a la pobreza, supone que nos encontramos ante
un “fenómeno distinto y nuevo” que debe ser abordado con políticas específicas: La
pobreza presenta en nuestro país algunas características relevantes, algunas de larga
data y otras que se han hecho más remarcables luego de las transformaciones ocurridas
en los años noventa: los hogares pobres son por lo general más numerosos, y lo son
cuánto más extrema es la pobreza; los niños, niñas y adolescentes están
sobrerrepresentados en estos hogares; las personas adultas poseen bajo nivel educativo;
los perceptores de ingresos del hogar son proporcionalmente menos que en los hogares
no pobres, y esto se agudiza en la pobreza extrema; los trabajadores del hogar tienen
una inserción precaria o informal en el mercado de trabajo; residen en las periferias
urbanas, en viviendas con carencias de diverso tipo, propias y del entorno; y por todo
ello se trata de una pobreza más homogénea y más débil en sus interacciones con otros
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sectores sociales. El efecto combinado de todas estas dimensiones de la pobreza se ha


expresado con fuerza creciente en el territorio y en la conformación de una subcultura
de la pobreza, dado que las personas perciben que los mecanismos de ascenso social no
le llegan o dejaron de operar, primando las estrategias de sobrevivencia en la pobreza
(García*1, 2015).

Este recurso a la (sub)culturización de los pobres radicaliza y devalúa la


concepción de la “cultura de la pobreza” de Lewis. Es coherente con la tendencia de las
políticas asistenciales a desplazar la atención desde las causas de la pobreza hacia las
conductas de los pobres y, en consecuencia, a proponer intervenciones sociales
focalizadas en estos sectores. Así por ejemplo, el acompañamiento familiar y las
“estrategias de proximidad”, con lo que se alude al trabajo de los técnicos en los
domicilios de los usuarios, son intervenciones personalizadas, en las que el núcleo de
intervención es el operador social. Procuran adaptarse a una multidimensional dad de
situaciones de exclusión y se basan en una serie de acuerdos entre el técnico y el
usuario con el fin de que éste retome el poder sobre su propia vida, defienda sus
derechos y logre emanciparse de una situación de alienación (García*1, 2015).

Algunos de mis lectores han malentendido el modelo de la subcultura de la


pobreza y no han asimilado la necesidad de diferenciar entre ella y la pobreza. Al
efectuar esta distinción he intentado documentar una generalización más amplia; a
saber, es un grave error considerar a todas las personas pobres bajo una sola categoría,
ya que las causas, el significado y las consecuencias de la pobreza varían notablemente
en los diferentes contextos socioculturales. Luego, este concepto en manera alguna
pone la carga de la pobreza en el carácter del pobre, ni intenta restar importancia a la
explotación y el abandono en que vive este último. De hecho, la subcultura de la
pobreza es parte de la cultura capitalista, cuyo sistema socioeconómico lleva a la
riqueza a manos de un grupo relativamente pequeño, con lo cual posibilita la existencia
de diferencias tajantes entre las clases sociales. (QUISHCA, 2008).

Acepto la idea de que entre las múltiples razones para la persistencia de esta
subcultura se cuentan sin duda, las presiones que la sociedad ejerce sobre sus
miembros y la estructura de la sociedad misma, pero éstas no son las únicas razones.
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La subcultura que nos ocupa elabora mecanismos que tienden a perpetuarla,


particularmente porque ejerce efecto en las aspiraciones, el carácter y la opinión que
tienen de la realidad los niños que crecen en ella. Por lo consiguiente, las
oportunidades de mejoramiento económico, si bien son del todo esenciales y de la
mayor prioridad, no son suficientes para alterar o eliminar en sus aspectos básicos la
subcultura de la pobreza. Su eliminación requiere además un proceso que se llevará
varias generaciones, aun bajo las circunstancias más satisfactorias, como una
revolución socialista. (QUISHCA, 2008).

Algunos lectores han entendido mis palabras como si dijera: “el ser pobre es
terrible, pero el tener la cultura de la pobreza no es tan malo”. Lo que en realidad
afirmo es que es más fácil eliminar la pobreza que la cultura de la pobreza y que los
pobres en una sociedad pre capitalista de castas, como la de la India, tienen algunas
ventajas respecto de los habitantes de las barriadas urbanas modernas, ya que están
organizados en castas y panchayats, lo cual les confiere un sentido de identidad y en
alguna medida, fuerza y poder. Gandhi quizá tenía en mente a las barriadas de las urbes
occidentales cuando escribió que el sistema de castas era una de las grandes
invenciones de la humanidad. En forma semejante, he señalado que los judíos pobres
de Europa Oriental, con su fuerte tradición culta y organización comunitaria, estaban
en una mejor situación que las personas de la cultura de la pobreza. Por otra parte,
señalaría que estas últimas, con abierta actitud de resignación y fatalismo, presentan
menos compulsión y angustia si las comparamos con las personas de clase media baja
que intentan superarse aún bajo las circunstancias más adversas. (QUISHCA, 2008).
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CAPÍTULO IV

CONCLUSIONES
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Conclusiones
Primero: la teoría de la asociación diferencial expresa que la conducta delictiva es
aprendida y no biológica, por tanto, ocurre por un proceso de interacción social y no por un
evento aislado, ocurre en grupos íntimos, como la familia, amigos, etc., y significativos
para el individuo.

Segundo: la teoría del aprendizaje social, el aprendizaje se estudia través de la


observación, autocontrol. Los seres humanos aprendemos por imitación o repetición y la
interacción social favorece el aprendizaje. Esta teoría, estudia el aprendizaje centrándose en
os conductos que pueden ser observadas y medidas. El aprendizaje ocurre como resultado
de la práctica.

Tercero: la teoría de as sub culturas nos expresan que las conductas delictivas se van
arraigando a los individuos mediante el entorno en el que se encuentran. Las diversas
culturas influyen mucho en el comportamiento de los individuos que forman parte de cada
sociedad de diferente ya sea en costumbres, creencias y religión.
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CAPITULO V

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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Referencias bibliográficas

Pintos, M. (2015). Ciencias sociales. Apuntes sobre pobreza, cultura y políticas sociales
en el Uruguay actual. La etnologización de los pobres.

Corpus delicti. (2017). Teoría de Las Subculturas Criminales Albert k Cohen. Recuperado
de: https://kupdf.net/download/teoria-de-las-subculturas-criminales-albert-k-
cohen_58ffae97dc0d601e7e959ede_pdf

Cohen, A. (2013). Estudios en sociología. Recuperado de:

https://sociologiaestudios.wordpress.com/2013/02/05/albert-k-cohen/

Cloward, R. & Ohlin, L. (2013). Estudios en sociología. Recuperado de:

https://sociologiaestudios.wordpress.com/2013/02/05/r-cloward-y-l-ohlin/

Criminología II completo. (2008). Aproximación a la delincuencia juvenil. Características


de la conducta antisocial en la delincuencia y la juventud. Diferencias con conceptos
afines.

Kyros & Lmaster. (2011). Subcultura y filosofía. [blog]. Recuperado de:

http://kyros-ylmaster.blogspot.com/2011/11/el-concepto-subcultura.html

Velazquez, V. (2014). Teoría de las subculturas. [blog]. Disponible en:

http://subculturasenmedellin.blogspot.com/
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