Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Música
de mierda
l
'--'' r,�\\O 1lO'L\.,"1"lC0 \.()8Jt.L U. IR.Y..'- Cl"\TO..
CLC'I.ASIS.,10\ LOS Pllt.j\.' IC'IOSE.'- í.LPOP'
\.J_.,.__...,., __ _
Tarareamos canciones que decimos
detestar. Solo nos emocionamos
cantando cuando nadie nos ve.
Lloramos con baladas de las que
nos hemos burlado antes. Mentimos
sobre lo que nos gusta para que
nos acepten. Y decimos que los
demás tienen muy mal gusto.
Considerado uno de los mejores
ensayos estéticos sobre el gusto
musical de la década, Música de
mierda investiga el mal gusto y la
sensiblería musical a partir de una
contradicción: ¿por qué la persona
que más discos vende es de la que
más gente se ríe? Carl Wilson quiso
hacer una investigación sobre el
éxito de Céline Dion pero se
descubrió escribiendo un ensayo
maravilloso sobre el amor (a la
música), el esnobismo como coraza
y la capacidad de emoción en
tiempos de cinismo.
Prólogo
Hablemos en francés
Hablemos de
conquistar el mundo
El paso de Céline Dion por todas las
estaciones de la cruz (en forma de flor
de lis) de Quebec, un peregrinaje que la
llevó de ser una hortera de vergüenza a
convertirse en un emblema de la
autorrealización nacional, narra una
historia de lo que Line Grenier
denomina la «utilidad del pop global».
En cambio, habla mucho menos acerca
de la globalidad del pop global. Podría
argumentarse que la rehabilitación de
Céline en su país refleja hasta qué punto
Quebec se siente cómodo acompañando
a la apisonadora de la cultura única
anglo-americana mientras esta va
aplastando el mundo y arrasando
culturas como si fueran hectáreas de
bosque, despejando el terreno para un
Starbucks en cada desembocadura
fluvial y un McDonald’s en cada cruce
de carreteras desierto. Ciertamente,
haberse convertido en una sigilosa
agente de la globalización es la
acusación más grave que los
intelectuales de Quebec pueden lanzar
contra Dion.
Es posible que quienes protestan
contra la «Coca-Colonización»
centrándose en Arnold Schwarzenegger
o Britney Spears focalicen demasiado su
atención en el elemento visual, pues
Céline Dion ha mostrado igual ímpetu a
la hora de perforar los tímpanos
globales. A mediados de 1990 el
proceso hacía ya tiempo que se había
iniciado, pero la infección adquirió
proporciones de epidemia cuando
Céline subió a bordo del último barco
del amor planetario, el Titanic.
Coincidiendo con la publicación
internacional de Let’s Talk About Love,
el vicepresidente de marketing senior de
Sony Music Europa, Richard Ogden,
declaró a la revista Music & Media:
«Creemos que este es el mayor
lanzamiento de la historia de Sony
Music, mayor incluso que el de History
Part I de Michael Jackson». La
campaña inicial costó 845 000 dólares e
incluyó una conexión de vídeo
transatlántica entre Céline, desde
Montreal, y fans y medios de
comunicación en Londres, París y
Colonia.
Pero más chocantes aún son las
anécdotas relatadas por los turistas y
viajeros que regresaban del Tercer
Mundo o los resultados de una búsqueda
en Internet que incluya el nombre de la
cantante y cualquier país del planeta. He
aquí algunas muestras:
Becca Costello, Sacramento News
& Reviews, 30 de junio de 2005:
El 14 de diciembre de 2003, un
artículo de Observer Music
Magazine cita a Roa’a al Gharab,
un joven iraquí de veintidós años:
«Hay mucho dolor y separación en
las canciones iraquíes.
Generalmente, la música occidental
que nos gusta es lenta: Michael
Bolton, Céline Dion…».
Hablemos de la
sensiblería
Cantemos a pleno
pulmón
Hablemos de gustos
Hablemos de quién
tiene mal gusto
Céline Dion
Let’s Talk About Love: Aluminum
Anniversary Edition (Sony Music)
Crítica de Carl Wilson para la revista
33/1/3
Hablemos de los
artistas
MANOLO MARTÍNEZ