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UNIVERSIDAD CATOLICA LOS ANGELES DE CHIMBOTE

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SISTEMA DE UNIVERSIDAD ABIERTA

CENTRO DE ULADECH:
HUARAZ

FACULTAD:
DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

ESCUELA PROFESIONAL:

DERECHO

APELLIDOS Y NOMBRES:

ROSAS ONCOY SESSY VANESSA

ASIGNATURA:
DERECHO PROCESAL PENAL II

CICLO:

VII

DOCENTE:
Abog. CUEVA DEZA JORGE SALVADOR

TEMA:
DERECHO PENITENCIARIO, RÉGIMEN PENITENCIARIO
Y EL TRATAMIENTO PENITENCIARIO

HUARAZ – ANCASH – PERU

2018
INTRODUCCIÓN:

Derecho Penitenciario:

Se puede definir el Derecho Penitenciario como el conjunto de normas reguladoras de


la actividad penitenciaria dirigida a la ejecución de penas y medidas privativas de
libertad con la finalidad de conseguir la reeducación y reinserción social de los
sentenciados, así como de la relación jurídica que surge como consecuencia del
internamiento de detenidos y presos.

Régimen Penitenciario:

Se aplica a los penados clasificados en segundo grado, a los penados sin clasificar y
a los detenidos y presos. En los establecimientos de régimen ordinario los principios
de seguridad, orden y disciplina tendrán su razón de ser y su límite en el logro de una
convivencia ordenada.

El Tratamiento Penitenciario:

El tratamiento penitenciario no debe ser un problema aislado y exclusivo de la


Administración Penitenciaria, pues uno de los errores en los que se incurre cuando
se aborda el tema delito, justicia social y cárcel, al fraccionar cada uno de estos
aspectos y tratarlos autónomamente, sin considerar que cada uno de ellos es parte
de un todo que debe ser abordado en forma integral.
DERECHO PENITENCIARIO:

El Derecho penitenciario, una parte del Derecho penal ejecutivo, es la rama del Derecho
que se ocupa de la ejecución de las penas y medidas de seguridad privativas de libertad
o de derechos. Surge como disciplina jurídica autónoma a principios del siglo XX

A su vez, como ciencia penitenciaria se califica a la doctrina jurídica dedicada a los temas
relativos a la ejecución de la pena privativa de libertad y de todas aquellas sanciones
alternativas que las distintas legislaciones imponen como consecuencia jurídica-punitiva
por la comisión de un hecho tipificado como delito o falta.

II. NATURALEZA

Existen diferentes posiciones en la doctrina acerca de la naturaleza del Derecho


Penitenciario que van desde los que defienden su autonomía dentro del ordenamiento
jurídico, hasta los que consideran que forma parte del Derecho Penal, del Derecho
Procesal o incluso del Derecho Administrativo. Así:

- Para los penalistas es una parte del Derecho Penal que se ocupa de la ejecución de
las penas privativas de libertad. Completaría el cuadro de normas reguladoras del
Derecho punitivo: delitos, penas y medidas privativas de libertad y ejecución de éstas
completarían el contenido del Derecho Penal.

- Para algunos tratadistas de Derecho Administrativo, la actividad de la Administración


Penitenciaria forma parte de la actividad de la Administración Pública y, por tanto, las
normas que regulan esta actividad deben de ser consideradas como pertenecientes al
Derecho Administrativo.

- Paulatinamente va abriéndose paso la tesis de la autonomía del Derecho Penitenciario


por tres razones fundamentales:

1. Por razón de las fuentes.

Las normas que regulan la relación jurídica penitenciaria constituyen un cuerpo de


normas independientes de las que establecen los delitos y las penas (Derecho Penal
Sustantivo) y de las que regulan el procedimiento (Derecho Procesal).
2. Por razón de la materia.

La relación jurídica-penitenciaria, en cuanto supone la permanencia de una serie de


derechos, el nacimiento de otros frente a la Administración Penitenciaria, la aparición de
deberes y el recorte o limitación de otros derechos, constituye una materia específica que
exige tratamiento normativo y doctrinal autónomo.

3. Por razón de la jurisdicción.

Se atribuye a un órgano específico, el Juez de Vigilancia Penitenciario o Juez de


ejecución de penas, el velar por el estricto cumplimiento de las normas y la protección
de la parte más débil de la relación jurídica (el recluido).

III. DERECHO PENITENCIARIO-CIENCIA PENITENCIARIA

En el siglo XIX la aplicación generalizada de las penas privativas de libertad hizo surgir,
fundamentalmente en Francia la llamada "ciencia penitenciaria" integrada por el conjunto
de conocimientos relacionados con las penas privativas de libertad, su organización y su
aplicación. Estos conocimientos comprenden tanto los de tipo normativo como los de tipo
empírico (sociológicos, antropológicos, psicológicos o de otras ciencias sociales)
relativos a las penas y medidas privativas de libertad.

IV. FUENTES

Fuentes del Derecho Penitenciario son aquellas normas o actos a través de los cuales
el Derecho Penitenciario se manifiesta en su vigencia, y podemos distinguir:

Fuentes directas:
1. Fuentes escritas. La ley en sentido amplio.
2. Fuentes no escritas. La costumbre y los principios generales del Derecho.

Fuentes indirectas:
1. Los tratados internacionales.
2. Las recomendaciones y reglas emanadas de organismos internacionales.
3. La jurisprudencia. Destacando en ésta la importancia de la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional.
V. RELACIONES CON OTRAS RAMAS JURÍDICAS

1. Relaciones con el Derecho Penal


Las relaciones del Derecho Penitenciario con el Derecho Penal son tan estrechas, que
la autonomía de éste es un tema sobre el que no está todavía de acuerdo la doctrina de
forma unánime. Por un lado, un buen número de normas sobre la ejecución de las penas
privativas de libertad vienen recogidas en los Códigos y Leyes penales. Por otro, lo que
debe ejecutarse de acuerdo con las normas de derecho penitenciario son las penas cuya
naturaleza, extensión, duración y demás condiciones vienen fijadas por el Derecho Penal
sustantivo.

Sin embargo, las diferencias por razón del objeto son claras. El Derecho Penal está
constituido por un conjunto de normas estatales que establecen los delitos, las penas y
las medidas de seguridad. El Derecho Penitenciario despliega sus efectos después de
que el Derecho Penal ha resuelto un caso concreto con la fijación de la pena privativa de
libertad, durante cuya ejecución surgen los derechos y deberes recíprocos, recluso-
Administración Penitenciaria que constituyen el objeto de la regulación del Derecho
Penitenciario.

2. Relaciones con el Derecho Procesal

Para un buen número de tratadistas que niegan la autonomía del Derecho Penitenciario
éste forma parte del Derecho Procesal. Hasta la aparición en algunos países de Códigos
y leyes de ejecución de penas, la mayor parte de las normas referidas a la ejecución
penal forma parte del Derecho Procesal por estar contenidas esas normas en leyes
procesales. Y la aparición del Juez de Vigilancia Penitenciaria o Juez de Ejecución de
penas refuerzan los argumentos de quienes entienden que la ejecución de las penas
privativas de libertad es una función jurisdiccional cuyo marco normativo no ha salido de
la esfera del Derecho Procesal Penal.

Sin embargo, la tesis de la independencia del Derecho Penitenciario frente al Derecho


Procesal se abre camino paulatinamente, pues el fin de la pena de privación de libertad
es la reeducación y reinserción social de los penados, y esta finalidad enmarca la
actividad penitenciaria en el campo de las ciencias de la conducta como una tarea socio-
educativa que debe encargarse a personal cualificado para su eficaz cumplimiento. La
intervención del Juez de Ejecución de penas tiene su razón de ser en la exigencia
constitucional de controlar la actividad penitenciaria y de garantizar los derechos de los
recluidos, a causa de a especial situación de indefensión en que se encuentran, y de la
importancia de los derechos que pueden verse afectados por la reclusión. Pertenecen al
Derecho Procesal las normas orgánicas y de procedimiento por las que se rige la
actuación de los Jueces de Ejecución de penas (o Vigilancia Penitenciaria), y al Derecho
Penitenciario las normas que regulan las funciones de los mismos.

3. Relaciones con el Derecho Político

Existen fundamentalmente dos manifestaciones de esa relación:


- Porque las tendencias políticas inciden ordinariamente en los fines que se asignen a
las penas y consecuentemente en la actividad de la Administración Penitenciaria.
- Porque suelen incluirse en las Constituciones normas tendentes a garantizar los
derechos de los presos y penados tal como ocurre en la Constitución Española de
1978 que en sus artículos 17 y 25 contiene mandatos que obligan directamente y
deben tenerse en cuenta en el desarrollo en otras leyes.

4. Relaciones con el Derecho Administrativo

Las relaciones entre el Derecho Penitenciario y el Derecho Administrativo son muy


estrechas al ser la Administración uno de los sujetos que surge con motivo del
internamiento de un individuo (ya sea penado o preventivo). Por otro lado, al Derecho
Administrativo pertenecen una serie de normas que regulan la organización y
procedimiento de los órganos de la Administración Penitenciaria, y en el Derecho
Penitenciario, frecuentemente hay una remisión a las normas de Derecho Administrativo
como en materia disciplinaria.

5. Relaciones con las Ciencias de la conducta

Conforme la actividad penitenciaria se fue orientando a la reinserción social del penado


abandona los métodos empíricos y se transforma en tratamiento. El tratamiento supone
la adopción de métodos científicos encaminados a influir en el penado, éstos métodos
pertenecen a las Ciencias de la conducta (pedagogía, sociología, medicina, psicología,
psiquiatría).
VI. RÉGIMEN INTERNACIONAL DEL DERECHO PENITENCIARIO

El Derecho Penitenciario se caracteriza por su proyección en dos sentidos: en el vertical,


alcanzando la inclusión de sus principios en las Constituciones nacionales; en el
horizontal, al despertar el interés de los organismos internacionales. Así:

La inclusión de los principios informadores del Derecho Penitenciario en las


Constituciones nacionales ha supuesto el abandono de las tesis retribucionistas y la
consagración de la finalidad resocializadora. Los principios que suelen contener son la
humanización del trato, y la inclusión de la readaptación del penado como fin de la
actuación penitenciaria.

La inclusión de esos principios no siempre ha significado su aplicación práctica en la


realidad penitenciaria de los países regulados por esas Constituciones, pero, en todo
caso, siempre es un punto de referencia.

En el ámbito internacional la humanización del régimen y la finalidad reformadora han


encontrado acogida. Así:
a) En el apartado 3 del artículo 11 del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y
Políticos, de 1966 se establece: "El régimen penitenciario consistirá en un tratamiento
cuya finalidad esencial será la reforma y readaptación social de los penados".

b) En el proceso de internacionalización de las normas penitenciarias, adquiere un


especial relieve la aprobación de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los
Detenidos, aprobadas en el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención
del Delito y Tratamiento de los delincuentes, celebrado en Ginebra en 1955. Aunque
estas reglas no tienen una fuerza obligatoria han contribuido considerablemente a la
homogeneización de los regímenes penitenciarios sobre la base de los principios
indicados.

c) Otro punto de referencia en el Derecho Penitenciario internacional lo constituye la


Resolución 73.5 adoptada por el Comité de Ministros del Consejo de Europa el 19 de
Enero de 1973, en el que visto el interés de los Estados miembros por "establecer unos
principios comunes en materia penal", llama la atención de estos Estados sobre las
Reglas Mínimas para el Tratamiento de los reclusos, recomendando a los gobernantes
de los Estados miembros inspirarse, en su legislación y en su práctica, en el texto de las
Reglas.
RÉGIMEN PENITENCIARIO

Se puede definir el régimen penitenciario como el conjunto de normas reguladoras de la


vida en prisión para garantizar unas condiciones mínimas de orden, seguridad y
disciplina, y un ambiente adecuado para el éxito del tratamiento.

La Ley Orgánica General Penitenciaria no contiene una definición legal del régimen, que
sí realiza el Reglamento Penitenciario de 1996 que en su artículo 73 establece: “por
régimen penitenciario se entiende el conjunto de normas o medidas que persiguen la
consecución de una convivencia ordenada y pacífica que permita alcanzar el ambiente
adecuado para el éxito del tratamiento, y la retención y custodia de los reclusos”.

II. ELEMENTOS
En el concepto de régimen anteriormente expuesto se integran normas y medidas o
actuaciones.

La parte del ordenamiento jurídico penitenciario que trata de ordenar la vida de los
establecimientos con el fin de conseguir los fines asignados a las instituciones
penitenciarias constituye la parte normativa del régimen. Junto a las normas el
Reglamento cita algunas de esas medidas como son la seguridad, el orden, la disciplina
como medios orientados a alcanzar los fines indicados.

En tanto que medios orientados a conseguir determinados fines (tratamiento, retención


y custodia), las actividades o funciones deben ser proporcionadas al fin perseguido, y no
podrán significar un obstáculo para la ejecución de los programas de tratamiento e
intervención de los reclusos (artículo 73.2 del Reglamento Penitenciario de 1996).

III. FINES

Hay que distinguir los fines, según vaya dirigido a internos preventivos o penados.

El artículo 5 de la Ley Orgánica General Penitenciaria establece que: “el régimen de


prisión preventiva tiene por objeto retener al interno a disposición de la autoridad judicial”.

En relación con los Establecimientos de cumplimiento, el artículo 71.1 de la Ley Orgánica


General Penitenciaria establece que: “el fin primordial del régimen es lograr en los
mismos el ambiente adecuado para el éxito de tratamiento”.
IV. TIPOS DE RÉGIMEN

La necesidad de establecer diferentes tipos de régimen surge por la distinta naturaleza


del título jurídico por el que los internos se encuentran ingresados (preventivos-penados),
y las exigencias del tratamiento individualizado. Las diferencias residen en el margen de
libertad que se permite, o en el grado de control que se ejerce sobre los internos.

El artículo 74 de la Ley Orgánica General Penitenciaria distingue tres tipos de régimen:

1. Régimen ordinario.

Representa un nivel intermedio. Se aplicará a los detenidos y presos en todos los


supuestos y en el caso de los penados cuando no concurran las circunstancias que exijan
la clasificación en primer grado o que permitan la clasificación en tercero (Penados
clasificados en segundo grado, penados sin clasificar y a los detenidos y presos).

Las normas de régimen se refieren a cuatro bloques:

a) Seguridad, orden y disciplina. Artículo 76.1 del Reglamento, conforme al cual los
principios de seguridad, orden y disciplina tendrán su razón de ser y su límite en el logro
de una convivencia ordenada.
b) Clasificación interior. Artículo 76.2 del Reglamento, conforme al cual se ajustará la
misma a las necesidades y exigencias del tratamiento, a los programas de intervención
y a las condiciones generales del Centro.

c) Trabajo y formación. Artículo 76.3 del Reglamento, conforme al cual el trabajo y la


formación tendrán la consideración de actividad básica en la vida del Centro.

d) Horario y calendario de actividades. Corresponde el Consejo de Dirección aprobar el


mismo que debe contener las actividades obligatorias y optativas, garantizar ocho horas
diarias de descanso y un mínimo de dos horas para asuntos propios del interno, y que
debe ser notificado a los internos, resultando obligatorio para éstos conforme al artículo
5.2 b) del Reglamento Penitenciario de 1996.
2. Régimen abierto.

También llamado de semi libertad por ser el que permite un sistema de vida más próximo
al de la vida libre y consiguientemente el que supone un menor nivel de control y de
restricciones, y se aplicará a los penados clasificados en tercer grado.

3. Régimen cerrado.

Es el que representa un mayor nivel de control y mayores restricciones, exigidos por la


peligrosidad e inadaptación de los internos. Se aplica a los clasificados en primer grado
y a los preventivos que tengan las mismas condiciones de peligrosidad.

V. PRINCIPIOS INFORMADORES DEL RÉGIMEN

Según los distintos tipos de Establecimientos son los siguientes:

1. En los Establecimientos de preventivos las normas que regulan el régimen se inspiran


en el “principio de presunción de inocencia”.

2. En los Establecimientos de cumplimiento las normas regimentales se inspiran en el


principio de que son instrumento o medio para conseguir un ambiente adecuado que
haga posible el tratamiento. Es decir, que siguiendo lo dispuesto en el artículo 25.2 de la
Constitución Española de 1978 el fin de “reeducación y reinserción” debe estar presente
en las normas regimentales. (Artículo 71.1 de la Ley Orgánica General Penitenciaria).

El Reglamento Penitenciario reitera esos principios en su artículo 75 que establece: “los


detenidos, presos y penados no tendrán otras limitaciones regimentales que las exigidas
por el aseguramiento de su persona y por la seguridad y el buen orden de los
Establecimientos, así como las que aconseje su tratamiento o las que provengan de su
grado de clasificación”.

VI. LIMITACIONES Y MEDIDAS DE PROTECCIÓN PERSONAL


El principio de imposición de las limitaciones estrictamente imprescindibles encuentra
una excepción en la necesidad de dar respuesta a situaciones de riesgo para la
seguridad del centro o de alteración del orden, así como en la de salvaguardar la vida o
integridad física de algún interno. Así se desprende de lo dispuesto en el artículo 75.1 y
2 del Reglamento Penitenciario de 1996.

Las medidas a adoptar son de dos tipos: bien limitaciones regimentales en el


Establecimiento Penitenciario, o bien el traslado a otro Establecimiento donde puedan
prescindirse de esas limitaciones sin riesgo para la vida o la integridad física.

En cuanto al procedimiento de aplicación se regula en la Instrucción 6/2006 de la


Dirección General de Instituciones Penitenciarias que distingue:

1. Procedimiento de aplicación del artículo 75.1. Limitaciones por razón de seguridad y


buen orden del establecimiento:

a) Se aplica por el Director siempre que se hayan agotado otras alternativas menos
gravosas para el interno (nueva separación interior, traslado de módulo, etc.)

b) El acuerdo debe ser motivado con indicación de que puede acudir en queja al
Juzgado de Vigilancia Penitenciaria.

c) El acuerdo debe ser puesto en conocimiento del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria,


al igual que el cese de dichas medidas.

d) Las medidas no pueden equipararse al régimen cerrado y deben permitir que el


interno siga participando en programas de tratamiento.

e) Se valorará por la Junta de Tratamiento o Consejo de Dirección las circunstancias


concurrentes que pueden conducir a la aplicación del régimen cerrado o el traslado a
otro Establecimiento.

2. Procedimiento de aplicación del artículo 75.2. Limitaciones para salvaguardar la vida


o integridad física del recluso.

a) Se aplica por el Director agotando antes otras alternativas.

b) Los acuerdos tendrán siempre un carácter excepcional y su duración debe ser la


imprescindible para la finalidad que persigue.

c) Se estudiará la viabilidad de un traslado para suprimir las limitaciones.

d) Si no es posible el traslado a otro departamento se adoptarán medidas de


autoprotección procurando no interrumpir las actividades del interno.

e) Se notificará la adopción al Juez de Vigilancia al igual que el cese de la medida.


EL TRATAMIENTO PENITENCIARIO

Las reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos indica que el tratamiento tiene
por objeto: “...inculcarles la voluntad de vivir conforme a ley, mantenerse con el producto
de su trabajo, y crear en ellos aptitud para hacerlo. Dicho tratamiento estará encaminado
a fomentar en ellos el respeto de sí mismos y desarrollar el sentido de responsabilidad”.
Asimismo, indica que el tratamiento “deberá recurrir a la asistencia religiosa, a la
instrucción, a la orientación y formación profesional, a métodos de asistencia social
individual, al asesoramiento relativo al empleo, al desarrollo físico y a la educación del
carácter moral, en conformidad con las necesidades individuales de cada recluso”. Así
también no puede estudiarse aisladamente el Tratamiento Penitenciario con fines a la
Resocialización de los internos sin comprenderse al sistema penitenciario y a la realidad
carcelaria que lo engloba en su conjunto y que es el escenario en que se desarrollan.

El Tratamiento Penitenciario en el Perú tiene como objetivo la reeducación, rehabilitación


y reincorporación del interno a la sociedad. El tratamiento consiste en la utilización de
métodos médicos, biológicos, psicológicos, psiquiátricos, pedagógicos – o más
precisamente andragógicos – sociales, laborales, y aquellos que permitan obtener el
objetivo del tratamiento de acuerdo a las características propias del interno. El
tratamiento penitenciario en las cárceles está aún lejos de cumplir con las exigencias
mínimas de esta norma. Los factores son diversos, destacando: el insuficiente personal
para realizar esta labor, la falta de recursos logísticos para desarrollar adecuadamente
las tareas de tratamiento, las dificultades en la infraestructura, la clasificación de internos
de acuerdo a determinadas variables (primarios, reincidentes, bandas organizadas,
jóvenes, adultos, etc.), el trato del personal, entre otros.

El tratamiento es progresivo y comprende el desarrollo de programas de resocialización


del interno en forma individualizada y grupal según la naturaleza de la atención. Será
aplicado en forma multidisciplinaria por los profesionales y técnicos de tratamiento,
promoviendo la participación del interno, así como de instituciones públicas y privadas,
la familia y la sociedad”. Esta explicación, con más detalle sobre tratamiento, nos lleva
a concluir que lamentablemente los planes y programas que se aplican no son los
adecuados, pues la cárcel actual no rehabilita, sino genera mayor delincuencia y
criminalidad.
La investigación aporta datos concretos y actualizados del Tratamiento Penitenciario y
la Resocialización protagonizada por los internos del establecimiento penitenciario de
Chimbote en el ámbito territorial de Ancash - Perú. El periodo de estudio se sitúa entre
enero de 2005 y diciembre del 2008. En este último año, la población objeto de estudio
la compone la sumatoria de setecientos ochenta y cuatro internos del Establecimiento
Penal de Chimbote, de los cuales 388 son procesados y 396 son sentenciados,
cuantifica, máxime el universo encuestal de nuestro trabajo.

De acuerdo a la naturaleza del estudio de la investigación, aquel reúne por su nivel las
características de un estudio descriptivo, explicativo y correlacionado. Se constituye el
presente estudio según el tipo de investigación, por su finalidad en básica y por su
profundidad en mixta (descriptiva-explicativa).

Al finalizar el presente trabajo de investigación, aquel deberá servir como guía de


orientación para futuros estudios y trabajos de investigación, se aspira como el todo
trabajo de investigación el logro del desarrollo y progreso en la sociedad chimbotana y
como modelo, al instituirse en los establecimientos penitenciarios del país tendrá impacto
y repercusiones en el desarrollo de la sociedad a nivel nacional, tanto en sus aspectos
socioeconómico, sociojurídico, político, cultural, religioso y educativo.
BIBLIOGRAFÍA

https://es.wikipedia.org/wiki/Derecho_penitenciario

http://www.guiasjuridicas.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAAAAAA

EAMtMSbF1jTAAAUNjS3MjtbLUouLM_DxbIwMDCwNzAwuQQGZapUt-

ckhlQaptWmJOcSoAy91-xDUAAAA=WKE

http://www.derechopenalonline.com/derecho.php?id=16,643,0,0,1,0

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