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2018

EL ACTO JURÍDICO

INTEGRANTES:
 ALCANTARA DIAZ FABIAN EDUARDO
 CORREA GALLO CARLOS ANDRE
 CHACHAPOYAS SERNAQUE PRISCILA
PAMELA
 GUTIERREZ PAREDES MARIA
CELINDA
 MAZA ODAR RUTH KARINA
 PERALTA LINARES LISBETH
 QUINTANA OCHOA SILVIA NAYELI

CICLO: “IV”
INDICE

1. LA INTERPRETACIÓN DEL ACTO JURÍDICO ......................................................................... 3


1.1. FINALIDAD DE LA INTERPRETACIÓN ............................................................................ 3
1.2. LA EVOLUCIÓN DEL CRITERIO INTERPRETATIVO ...................................................... 3
1.3. TEORÍAS QUE SUSTENTAN LOS CRITERIOS INTERPRETATIVOS ............................ 4
LA TEORÍA DE LA VOLUNTAD ............................................................................................ 5
LA TEORÍA DE LA DECLARACIÓN ...................................................................................... 5
LA CONCILIABILIDAD DE AMBAS TEORÍAS ..................................................................... 5
1.4. CRITERIOS DE INTERPRETACIÓN EN LA CODIFICACIÓN CIVIL ................................ 5
EL CÓDIGO CIVIL FRANCÉS: .............................................................................................. 6
EL CÓDIGO CIVIL PERUANO DE 1852 ................................................................................ 6
EL CÓDIGO CIVIL ALEMÁN .................................................................................................. 6
EL CÓDIGO CIVIL BRASILEÑO DE 1917 ............................................................................. 6
EL CÓDIGO CIVIL PERUANO DE 1936 ................................................................................ 6
EL CÓDIGO CIVIL ITALIANO ................................................................................................ 8
EL CRITERIO ADOPTADO POR EL CÓDIGO CIVIL ............................................................ 8
1.5. CARÁCTER DE LAS NORMAS DE INTERPRETACIÓN .................................................. 8
1.6. DESTINATARIOS DE LAS NORMAS DE INTERPRETACIÓN......................................... 9
LA INTERPRETACIÓN AUTÉNTICA ..................................................................................... 9
LA INTERPRETACIÓN JURISDICCIONAL ........................................................................... 9
1.7. CALIFICACIÓN E INTEGRACIÓN DEL ACTO JURÍDICO ............................................... 9
2. LAS MODALIDADES DEL ACTO JURÍDICO .......................................................................... 10
2.1. LA CONDICIÓN ................................................................................................................ 11
2.1.1. CONCEPTO .............................................................................................................. 11
2.1.2. CARACTERÍSTICAS DE LA CONDICIÓN ............................................................... 12
2.1.3. CLASIFICACIÓN DE LA CONDICIÓN ..................................................................... 12
A) CONDICIÓN SUSPENSIVA Y CONDICIÓN RESOLUTORIA ............................................. 13
B) CONDICIONES PROPIAS Y CONDICIONES IMPROPIAS................................................. 14
C) CONDICIONES POTESTATIVAS, CAUSALES Y MIXTAS ................................................ 15
D) CONDICIÓN POSITIVA Y CONDICIÓN NEGATIVA ........................................................... 17
E) CONDICIONES SIMPLES Y CONDICIONES COMPLEJAS ............................................... 18
F) CONDICIÓN PERPLEJA ...................................................................................................... 18
G) CONDICIONES EXPRESAS Y TACITAS ............................................................................ 18
2.1.4. EFICACIA DE LA CONDICIÓN .................................................................................... 18
2.1.5. LA ETAPA DE PENDENCIA DE LA CONDICIÓN ....................................................... 20
2.1.6. EL CUMPLIMIENTO DE LA CONDICIÓN .................................................................... 21

1
2.1.7. EL DEFECTO DE LA CONDICIÓN .............................................................................. 21
2.1.8. EL CUMPLIMIENTO DE LA CONDICIÓN COMO SANCIÓN DE MALA FE .............. 21
2.2.1. DELIMITACION CONCEPTUAL: ................................................................................. 22
2.2.2. CARACTERES DEL PLAZO ........................................................................................ 23
2.2.3. EL PLAZO DEBE SER NECESARIAMENTE PACTADO ........................................... 23
2.2.4. EL PLAZO DEBE SER UN HECHO FUTURO ............................................................. 23
2.2.5. EL PLAZO DEBE SER UN HECHO CIERTO .............................................................. 23
2.2.6. CLASIFICACION DEL PLAZO: .................................................................................... 24
2.2.7. PLAZO EXPRESO Y PLAZO TACITO ......................................................................... 24
2.2.8. PLAZO SUSPENSIVO Y PLAZO RESOLUTORIO ...................................................... 24
2.2.9. EFICACIA DEL PLAZO ................................................................................................ 25
2.2.10. LA ETAPA DE PENDENCIA DEL PLAZO ............................................................... 25
2.2.11. EL CUMPLIMIENTO DEL PLAZO ............................................................................ 25
2.2.12. LA DETERMINACION DE LA DURACION DEL PLAZO ........................................ 25
2.2.13. EL COMPUTO DEL TIEMPO MÓVIL ....................................................................... 25
2.2.14. LA DETERMINACION DE LA DURACION DEL PLAZO POR EL DEUDOR ......... 27
2.2.15. LA DETERMINACION JURISDICCIONAL DE LA DURACION DEL PLAZO ......... 27
2.2.16. LOS BENEFICIOS DEL PLAZO ............................................................................... 27
2.2.17. LA CADUCUDAD DEL PLAZO ................................................................................ 28
2.3. EL CARGO ........................................................................................................................ 30
2.3.1. DELIMITACIÓN CONCEPTUAL .................................................................................. 30
2.3.2. CARACTERES DEL CARGO ....................................................................................... 31
2.3.3. LA TRANSMISIBILIDAD Y LA INTRASMISIBILIDAD DEL CARGO .......................... 32
2.3.4. EL PLAZO PARA EL CUMPLIMIENTO DEL CARGO ................................................ 33
2.3.5. LA EXIGIBILIDAD DEL CARGO .................................................................................. 33
2.3.6. EL INCUMPLIMIENTO DEL CARGO ........................................................................... 33
2.3.7. LA REVOCABILIDAD DE LA DONACIÓN Y DEL LEGADO CON CARGO .............. 34
CONCLUSIONES.............................................................................................................................. 35
BIBLIOGRAFIA .................................................................................................................... 36

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1. LA INTERPRETACIÓN DEL ACTO JURÍDICO

1.1. FINALIDAD DE LA INTERPRETACIÓN


La finalidad de la interpretación aplicada a la manifestación de voluntad que genera
ir a contenido normativo al acto jurídico, es establecer su significado y determinar
su sentido.

Según bejarano es desentrañar el sentido de una expresión de voluntad. Para Arauz


y Llambias, interpretar un acto jurídico es establecer su verdadero sentido y alcance:
supone una expresión incierta o confusa de la voluntad que ha intentado por medio
del acto jurídico obtener un efecto determinado. Según León Barandiarán interpretar
significa encontrar sentido a algo y los negocios jurídicos interpretan en cuanto son
susceptibles de entender en un determinado sentido.

Interpretación del acto jurídico supone entonces la indagación del verdadero sentido
y alcance de la manifestación o manifestaciones de voluntad que lo han generado
y le han dado contenido con la finalidad de precisar y normar sus efectos.

La interpretación viene así a reparar el defecto de la manifestación de la voluntad


para determinar el fin que se ha propuesto pues consiste en suma en establecer lo
que la parte o partes del acto jurídico han manifestado, y asegurar por este medio
la preservación de lo que cada sujeto ha querido y expresado.

Con tal finalidad la interpretación puede ser gramatical, Sí de lo que se trata es


establecer el significado literal contenido en la manifestación de la voluntad, y lógica
Sí de lo que se trata es de descubrir su sentido.

1.2. LA EVOLUCIÓN DEL CRITERIO INTERPRETATIVO


Según Afirma Boffi, el derecho romano impidió el libre juego de la voluntad debido
a su excesivo formalismo, sobre todo en su etapa primitiva. Ospina y Ospina anotan
que dentro del crudo simbolismo qué caracterizó a esa etapa, el problema de la
interpretación de los actos jurídicos no se presentaba pues, si en la celebración del
acto se había observado la forma sacramental pertinente, dicho acto existía y Su

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contenido quedaba fijado de una vez Por la eficacia predeterminada de la forma y
por el contrario, si esta forma no se había empleado o se había alterado, el acto no
existía y nada había que Interpretar.

El formalismo fue cediendo cuando Roma se convirtió en una gran ciudad comercial
e hicieron su aparición actos que se fueron despojando de rigor formalista. De este
modo a falta del criterio único que era derivación del formalismo se tuvieron que
idear nuevos criterios de interpretación considerando la necesidad de indagar el
sentido y alcance de los actos jurídicos. Tales criterios se orientaron hacia la
voluntad interna de los celebrantes para hacerla prevalecer sobre su manifestación.
El código civil alemán, qué marcando el hito al que ya tantas veces nos hemos
referido impulsa la doctrina moderna, mantuvo este mismo criterio informante pues
llegó a establecer que "en la interpretación de una declaración de voluntad de
investigarse la voluntad real y no atender el sentido literal de la expresión".

A partir pues, de las ideas de Danz, las teorías imperantes para dar sustento a Los
criterios de interpretación se bifurcaron. De un lado la teoría de la voluntad interna,
sostenida por la doctrina francesa y plasmada en el código civil y en la codificación
sobre la que ejerció influencia, fluido el código alemán Pese a que fue un código
ajeno a la influencia napoleónica, y, de otro lado la de la voluntad declarada
sostenida por la doctrina alemana, esto es por los seguidores de Danz en
discrepancia con la posición asumida por el BGB.

1.3. TEORÍAS QUE SUSTENTAN LOS CRITERIOS INTERPRETATIVOS


Lo que ambas teorías plantean es una respuesta a la interrogante sobre la
prevalencia de la voluntad interna o de la voluntad manifestada cuando surge el
desacuerdo respecto del contenido del acto jurídico, pues para una, teoría de la
voluntad, la voluntad declarada sólo puede tener eficacia en la medida en que refleja
la voluntad interna, mientras que para la teoría de la declaración, la voluntad interna
no tiene relevancia jurídica, pues lo único que importa es su exteriorización, ya que
sólo a través de ella se debe tomar conocimiento de la voluntad del sujeto.

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 LA TEORÍA DE LA VOLUNTAD
Para esta teoría, en suma, La voluntad interna, debe prevalecer sobre la
manifestada, ya que no puede haber eficacia jurídica si no hay una voluntad
exteriorizada coincidente con la voluntad interna. La declaración sin la voluntad que
le corresponda como Afirma Coviello no es más que una máscara y un Cuerpo sin
alma.

 LA TEORÍA DE LA DECLARACIÓN
Esta teoría sostiene la prevalencia de la voluntad manifestada sobre la voluntad
interna pues considera que está en sí misma no tiene significado jurídico ya que los
efectos jurídicos se producen con su exteriorización. Para el derecho sostiene que
se debe tener en cuenta exclusivamente la voluntad manifestada, Qué es la que
vincula el sujeto pues el que recibe la declaración tiene derecho a creer que
corresponde a la voluntad Real del declarante.

En síntesis, sólo la declaración debe ser apreciada para interpretar el negocio


jurídico.

 LA CONCILIABILIDAD DE AMBAS TEORÍAS


Cómo se ha podido apreciar la teoría de la voluntad y la teoría de la declaración son
contrapuestas, por lo que se considera que ambas llegan a resultados de sumo rigor
y que puede generar situaciones injustas. La teoría de la voluntad le niega a quién
recibe

La manifestación el valor de sus expectativas o la confianza puestas en la


manifestación que ha recibido, poniéndolo en la necesidad de hasta admitir la
reserva mental con la que pueda actuar en manifestante. La teoría de la declaración,
por el contrario, al hacer prevalecer la voluntad manifestada y le niega al
manifestante la relevancia de los factores perturbadores que puedan haber afectado
el proceso formativo de su voluntad.

1.4. CRITERIOS DE INTERPRETACIÓN EN LA CODIFICACIÓN CIVIL

5
 EL CÓDIGO CIVIL FRANCÉS:
El código civil francés que como lo hemos advertido no legisló sobre el acto jurídico
sino sobre la convención, al hacerlo sobre la interpretación de esta estableció que:
"en las convenciones se debe averiguar Cuál ha sido la común intención de las
partes, más bien que fijarse en el sentido literal de los términos”, Norma que, como
puede apreciarse acoge la tesis voluntarista y constituye un principio general.

 EL CÓDIGO CIVIL PERUANO DE 1852


El código civil de 1852 al igual que el napoleónico ignoro la teoría del acto jurídico
por lo que la cuestión relativa a la interpretación la considero también respecto de
las

De las convenciones y de los contratos, evidenciando una postura voluntarista.

 EL CÓDIGO CIVIL ALEMÁN


En su Artículo 133 una norma que pone de manifiesto también un criterio
voluntarista Pues según establece "en interpretación de una declaración de voluntad
a investigarse la voluntad real y no atender al sentido literal de la expresión sin
embargo este criterio no fue de los pandectistas germanos y no ha sido seguida por
la doctrina alemana

 EL CÓDIGO CIVIL BRASILEÑO DE 1917


Yo el modelo alemán y adoptó una regla igual a la del artículo 133 del BGB en su
Artículo 85: "en las declaraciones de la voluntad se entera más a la intención que al
sentido literal del lenguaje". Sin embargo, también la doctrina brasileña planteó que
el sentido de la acotada norma debía entenderse que respetaba la voluntad interna,
pero con jugaba con los elementos externos como apunta Da Silva Pereira.

 EL CÓDIGO CIVIL PERUANO DE 1936


Planteada la reforma del código civil de 1852, Manuel Augusto Olaechea asumió
una posición voluntarista y tomando como fuente del artículo 85 del código civil
brasileño de 1917 planteó una norma en la que establecía que "en las declaraciones
de la voluntad se entenderá más a su intención que el sentido literal del lenguaje",

6
explicando en la que era algo más que una regla de interpretación, "porque confirma
el principio y espiritualista de que lo esencial en todo acto jurídico es la voluntad
humana".

La Norma propuesta por Olaechea fue eliminada posteriormente sin explicación


pues no apareció en el proyecto del código civil presentado a la comisión revisora.
Pero la información que consignamos es importante porque evidencia que los
autores del código civil de 1936 Estuvieron muy próximos a afiliarlo a la teoría de la
voluntad.

Sin embargo, es conveniente también evidenciar que hubo un cambio radical de


criterio Pues el propio Olaechea en su exposición de motivos de proyecto del código
civil precisa que se omite a fijar reglas de interpretación pues "los problemas de este
orden tienen una gran variedad y se hayan subordinados por naturaleza la práctica
jurisprudencial. El árbitro del juez es indispensable tratándose de procesos de lógica
y de hechos de la vida apreciables en su momento en medio y en circunstancia.

Las normas pre constituidas conducirían en muchos casos aplicaciones contrarias


a la justicia las normas pre constituidas conducirían en muchos casos aplicaciones
contrarias a la justicia". Fue así que los codificadores no introdujeron normas de
interpretación al ordenamiento civil que vino a derogar el código de 1852 y que fue
promulgado con la motivación es puesta por Olaechea.

León Barandiarán planteó una solución ecléctica: la voluntad interna debía


prevalecer sobre sobre la declaración en las relaciones inter partes, pero la
declaración debía prevalecer frente a la voluntad cuando se trataba de derecho de
tercero fundamentados en la declaración.

Por último en relación con el numeral 1328 León Barandiarán reiteró su opinión en
cuanto a que el negocio de vía interpretarse de buena fe pero que está debía de
entenderse en sentido objetivo es decir valorando la conducta observada por las
partes a base de una recíproca lealtad en cuanto a las consecuencias que debían
entenderse como resultado del compromiso jurídico respectiva.

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 EL CÓDIGO CIVIL ITALIANO
Precisa que al interpretar el contrato se deberá indagar Cuál ha sido la intención
común de las partes y no limitarse al sentido literal de las palabras y que para
determinar la intención común de las partes se deberá apreciar su comportamiento
el total a un posterior a la conclusión del contrato.

 EL CRITERIO ADOPTADO POR EL CÓDIGO CIVIL


El acto jurídico es la manifestación de la voluntad desinada crear, modificar y
extinguir relaciones jurídicas.

El acto jurídico debe ser interpretado de acuerdo a la que se haya expresado en él


y según el principio de buena fe.

El código ha definido una posición las relaciones entre la voluntad y su


manifestación, sin que el principio de buena fe atenué el criterio objetivista

1.5. CARÁCTER DE LAS NORMAS DE INTERPRETACIÓN

Se considera dos criterios contrapuestos sobre el carácter o naturaleza de las


normas de interpretación.

Vidal, R.” Son meras recomendaciones, pautas, para que el intérprete pueda
establecer el verdadero sentido y alcance de la manifestación de voluntad”

Josserand, L. (1950). “Directivas que llevan el sello del buen sentido y de la equidad,
pero que son simples recomendaciones sin carácter obligatorio”.

Coviello, N. (1949), afirma que: “Las normas interpretativas no deben mirarse como
normas doctrinales, pues son verdaderas normas jurídicas”.

Stolpi, G. (1959), dice: “La característica peculiar de estas normas es formular un


mandato, el cual no puede ser abandonado como si fuera un consejo”.

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1.6. DESTINATARIOS DE LAS NORMAS DE INTERPRETACIÓN

Los destinatarios son las partes celebrantes del acto jurídico y los terceros, y con
mucha mayor razón los que tienen que resolver controversia, sean jueces o árbitros.

Betti, E. (1975), precisa que: “Los destinatarios son, en realidad, primeramente, las
partes que tienen el deber de hacerse cargo exactamente de los vínculos que
contraen, para saber cómo arreglárselas, por ejemplo, en la ejecución del contrato;
y, en segundo lugar, el juez, cuando es requerido por las partes para resolver un
litigio referente al negocio, a lo que nosotros agregamos que destinatarios también
lo son los árbitros cuando son los llamados a resolver el conflicto, siendo de
derecho”.

Albaladejo, M. (1980), destinatarios somos todos en virtud del carácter imperativo


de las normas de interpretación.

 LA INTERPRETACIÓN AUTÉNTICA
La realizan las mismas partes celebrantes del acto jurídico y tiene como finalidad
precisar el sentido y alcance de las manifestaciones de voluntad.

 LA INTERPRETACIÓN JURISDICCIONAL
La realizan los órganos jurisdiccionales, sean jueces o árbitros de derecho, cuando
por la desinteligencia de las partes de un acto jurídico, sea por oscuridad o
ambigüedad de la manifestación de voluntad se ha derivado un conflicto y se recurre
a un órgano jurisdiccional para que lo resuelva estableciendo su sentido y alcance.

1.7. CALIFICACIÓN E INTEGRACIÓN DEL ACTO JURÍDICO

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La calificación supone que el intérprete establezca si el acto jurídico interpretado
reúne o no los elementos esenciales para su validez y, a su vez es posible
subsumirlo en una categoría jurídica, encontrar su tipicidad y su nomen juris. La
interpretación viene a ser, así, una cuestión de hecho y la calificación una cuestión
de derecho.

La calificación e integración del acto jurídico, como explicó Barandiarán., roza con
la cuestión del diferente carácter de las reglas legales, pues colocan al intérprete
frente a las normas imperativas y a las normas supletorias.

2. LAS MODALIDADES DEL ACTO JURÍDICO

Los elementos accidentales de los actos jurídicos vienen a ser lo que el código civil
denomina “modalidades”, considerando como tales a la condición, al plazo y al
cargo, también llamado modo. Pese a que la denominación de modalidades deriva
de esta última, JOSSERAND considera a las dos primeras como las modalidades
por excelencia, criterio que el autor VIDAL RAMÍREZ también adopta.

En el desarrollo de los elementos accidentales y atendiendo a la posibilidad de su


incorporación al acto jurídico, debemos asociar estos elementos a la distinción de
los actos jurídicos entre actos modales y actos puros, según el acto jurídico pueda
o no admitir la inserción de modalidades.

ALBALADEJO plantea una cuestión terminológica donde a las modalidades


condición y plazo, se les considera autolimitaciones voluntarias, mientras que al
cargo se le considera determinación o disposición accesoria.

La expresión “Autolimitaciones voluntarias” hace referencia a que, por la autonomía


de la voluntad, se limita la eficacia del acto jurídico, se restringe a sí misma,
reduciendo la que en otro caso tendría, pues los efectos más amplios que el acto
jurídico puede generar, no habiéndose convenido en la limitación de la eficacia,
surgirían ex voluntate del acto.

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Por otro lado, la expresión “determinación o disposición accesoria”, que
corresponde al cargo, se explica pues mientras la condición y el plazo se constituyen
en requisitos voluntarios de eficacia del acto jurídico, el cargo no se constituye en
un requisito de eficacia.

2.1. LA CONDICIÓN
2.1.1. CONCEPTO
La condición es un vocablo polisémico que deriva del latín conditio que es indicativo
de cualidad, índole, situación y hasta de cláusula de un contrato, pero, además
como señala COVIELLO, se le emplea para indicar cosas diversas, como las
circunstancias de hecho que deben realizarse para la aplicación de una ley, los
requisitos de un negocio jurídico y, también la contraprestación en un contrato
oneroso o las cláusulas o pactos que forman el contenido principal y necesario de
un negocio sin embargo, frente a esta diversidad de acepciones es necesario definir
lo que es la condición como modalidad del acto jurídico.

COVIELLO lo define como la cláusula por la cual las partes del negocio jurídico
hacen depender su eficacia en un acontecimiento futuro e incierto. De este modo,
la condición viene a ser el hecho, acontecimiento o suceso futuro e incierto del que
se hace depender la eficacia del acto jurídico para que comience a desplegarse o
para que cese.

También, es conveniente diferenciar la conditio iuris o condición de derecho de la


conditio facti o condición de hecho, pues esta última viene a ser modalidad del acto
jurídico.

La conditio iuris tiene su origen en la ley o en la naturaleza del acto, por lo que no
es una condición-modalidad. MESSINEO considera que no es una verdadera y
propia condición y, por consiguiente, no es un elemento accidental, sino que, más
bien, constituye un presupuesto lógico, de naturaleza legal, o bien un requisito
objetivo, al que está subordinada la eficacia y, alguna vez, la validez misma del
negocio.

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La conditio iuris no constituye parte de la declaración de voluntad, en cuanto tiene
su razón en la ley, o en la misma finalidad objetiva del negocio, y por eso es un
hecho extrínseco a él.

La conditio facti, condición-modalidad, es un hecho futuro e incierto del cual las


partes hacen depender los efectos del acto jurídico que han celebrado. Para
MESSINEO es un acontecimiento, evento o hecho futuro e incierto, es decir, un
acontecimiento que no se ha verificado todavía y que se ignora si llegará a
verificarse: a la verificación, o sea, la producción del mismo, las partes subordinan
la eficacia del negocio.

Por lo expuesto, la conditio iuris y la conditio facti no son especies de un mismo


género y así lo considera la doctrina, puesto que una es resultado de un requisito
de eficacia establecido por la ley y, la otra, por la voluntad de las partes.

2.1.2. CARACTERÍSTICAS DE LA CONDICIÓN


De la delimitación conceptual de la condición-modalidad, se infiere que debe ser
necesariamente pactada y que los caracteres de hecho, suceso, evento o
acontecimiento pactado como condición deben ser que sea futuro y además incierto.

2.1.3. CLASIFICACIÓN DE LA CONDICIÓN


 Expresas y tácitas: Según resulten de voluntad expresa o tácita de las partes,
en aplicación de las reglas establecidas por el artículo 141.
 Positivas y negativas: Lo afirmativo o lo negativo de la condición depende de
si se realiza o no el hecho pactado como condición.
 Potestativas, casuales y mixtas: Según que su realización sea dependiente
de la voluntad de una de las partes, que su realización sea independiente de
la voluntad de las partes y dependa solo de la casualidad, llamándoseles
también, por eso, fortuitas, o que su realización dependa a la vez de la
voluntad de una de las partes y de la casualidad.
 Propias e impropias: Las condiciones impropias son las que conciernen
acontecimientos ilícitos e imposibles y las propias refieren sucesos lícitos y
posibles.

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 Suspensivas y resolutorias: Es suspensiva cuando se debe esperar su
realización para que el acto jurídico produzca sus efectos y, es resolutoria,
contrariamente cuando los efectos del acto jurídico cesan al realizarse la
condición.

a) Condición Suspensiva Y Condición Resolutoria


La condición suspensiva o inicial es aquella de la cual depende la eficacia del acto;
en otras palabras, los efectos del acto quedan supeditados a la realización del hecho
previsto como condición. Ejemplo, te dono mi automóvil si te recibes de abogado.

La condición resolutoria es cuando el acto produce los efectos que normalmente le


son propios, pero cesa de producirlos si se verifica la condición. Ejemplo, te concedo
el uso de mi departamento mientras no tenga otro hijo.

Aníbal Torres Vásquez citando a Pastori señala que:

“El Derecho Romano Clásico reconoció sin reservas la condición suspensiva que
tiene el efecto de diferir la entrada en vigor del reglamento negociar hasta cuando
la condición se verifique. No se reconoció la condición resolutoria cuya verificación
determina el fin de la regulación de intereses”.

Entonces ¿Cómo surge la condición resolutoria?

Para alcanzar los fines prácticos de la condición resolutoria admitida por la


dogmática moderna, se recurrió al pacto de resolución, como en el caso de la lex
commisoria, por ejemplo, se pacta que la compraventa deviene ineficaz si el
comprador no paga el precio en el plazo establecido. Juliano considero que este
negocio es puro, pero junto a él se estipula un pacto de resolución con condición
suspensiva contraria, así, al verificarse el evento puesto como condición devenía en
operante el pacto de resolución y cesaban los efectos del negocio (D.18, 2, 1). Pero
en la hipótesis de la lex commisoria, el pacto de resolución opera solamente si el
vendedor declara valerse de él, en cambio, la condición resolutoria opera ipso iure.
Otra figura con la cual se lograba los efectos de la condición resolutoria, mediante
el recurso al pacto de resolución, era la in diem addictio, es decir, el caso de la
compraventa sujeta a la condición de que el vendedor dentro de un cierto tiempo

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obtenga una oferta más ventajosa (D. 18, 2, 1), y el pactum displicentiae, que era la
venta a prueba, en cuanto sus efectos están condicionados a que el comprador
dentro de un cierto tiempo declare que son de su agrado (D. 19, 5, 20).

Tenemos que la doctrina moderna, respecto a ellas mantiene el mismo contenido


conceptual que adquirieron desde su origen; así lo manifiesta Fernando Vidal
Ramírez citando a Coviello, quien:

“Conceptúa la condición suspensiva como el acontecimiento futuro e incierto del


que se hace depender el negocio jurídico, esto es el negocio existente aun antes de
que la condición se cumpla, pero permanece en suspenso su eficacia; y, la
condición resolutoria como el acontecimiento futuro e incierto del cual se hace
depender la eficacia ya nacida del negocio, esto es, el negocio existe y produce
todos los efectos de que es capaz hasta que la condición se realice”.

Por otro lado en el derecho moderno hay autores que consideran que solamente
existe la condición suspensiva; que la división de la condición en suspensiva y
resolutoria no tiene, en el fondo, nada de real. Afirman que la condición resolutoria
también es suspensiva, porque lo que está en suspenso en la condición resolutoria,
es la resolución de la obligación; en otras palabras está en suspenso la ineficacia
del acto.

La distinción entre condición suspensiva y resolutoria es clara. La condición es


suspensiva cuando la eficacia del acto queda supeditada a la realización del evento
previsto, y es resolutoria si al verificarse el evento, el acto pierde eficacia. En la
suspensiva está pendiente la eficacia del acto y en la resolutoria está pendiente la
ineficacia del acto.

b) Condiciones Propias y Condiciones Impropias


Las condicione propias consisten en eventos inciertos, futuros, posibles y lícitos. En
cambio, las condiciones impropias son eventos o secesos necesarios, imposibles,
ilícitos, presentes o pasados. También son impropias las condiciones legales.

La denominada condición necesaria no es condición sino plazo, por cuanto se


establece una limitación en el tiempo en cuanto al momento en que comienza o

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terminan los efectos del acto. Ejemplo, te doy cien si después del día viene la noche,
no hay condición porque falta la incertidumbre.

La condición es imposible cuando el evento puesto como condición no se puede


comprobar por motivos de índole natural. Ejemplo, si mi caballo canta.

La condición es lícita o ilícita según sea conforme o contraria a normas imperativas,


al orden público o las buenas costumbres; son ilícitas cuando la condición consiste
en ciertas conductas que no pueden llevarse a cabo por estar prohibida por el
ordenamiento jurídico. Ejemplo, si te dedicas al contrabando, si robas a Ticio;
también son ilícitas por atentar contra el orden público, puesto que lesionan
libertades irrenunciables d la persona. Ejemplo, si te cambias a determinada fe
religiosa.

Las condiciones consistentes en eventos presentes o pasados que el sujeto no sabe


aún que están acaeciendo o que han acaecido, no son verdaderas condiciones,
porque no hay pendencia sino ignorancia de la realidad, por lo que el acto es eficaz
si ellas. El suceso presente o pasado no es incierto, lo que es incierto es si se llega
o no a ser conocido. Si se pone como condición este segundo supuesto si estamos
ante una condición propia, por ejemplo, se pone como condición la verificación
futura de la suerte que ha corrido un bien dado por perdido. Aquí se trata de la
verificación futura de un evento que ya puede haber sucedido en el momento del
acto, pero del cual todavía no se tiene certidumbre si se ha verificado o no.

Las condiciones suspensivas imposibles o ilícitas invalidan el acto, y las condiciones


resolutorias imposibles o ilícitas se consideran no puestas.

c) Condiciones Potestativas, Causales y Mixtas


Esta clasificación se hace en base a tipo de evento que sirve como causa eficiente
de la condición.

Las condiciones pueden ser potestativas, causales o mixtas, según que su


realización se dependiente de la voluntad de una de las partes; que su realización
sea independiente de la voluntad de las partes y que dependa solo de la casualidad,

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llamándoseles también, por eso fortuitas, o que su realización dependa a la vez de
la voluntad de una de las partes y de la casualidad.

La condición potestativa o facultativa depende de la voluntad de una de las partes


de la relación jurídica.

Ejemplo, te presto mil si quiero; te doy cien si haces testamento a favor de Ticio; te
vendo mi casa si decido trasladarme a otra ciudad.

El maestro Aníbal Torres Vásquez manifiesta que: “Hay que distinguir la condición
potestativa propia, o condición potestativa ordinaria o condición potestativa simple,
de la condición meramente potestativa (o arbitraria o puramente potestativa).

La primera hace referencia un hecho voluntario, cuyo cumplimiento, sin poder


considerarse como una condición casual, presente algún interés apreciable para el
agente que incline su voluntad en un sentido u otro; hay una voluntad actual, aunque
condicionada, de adquirir el derecho o de asumir la obligación (ejemplo, te compro
el vino si me gusta; te compro el bien si asumes el préstamo como hipoteca sobre
el mismo bien, te vendo mi casa bajo condición suspensiva de que decida
trasladarme a otra ciudad; tomo en arrendamiento tu negocio bajo la condición de
que decida dedicarme al comercio).la condición meramente potestativa consiste en
la pura voluntad del sujeto, en su mero arbitrio, más allá de cualquier juego de
intereses y de conveniencia; no hay una voluntad actual de adquirir el derecho o de
asumir la obligación(ejemplo, si me animo a vender mi casa; si considero que es
justo y razonable) o de un evento voluntario del todo irrelevante que pueda ejecutar
u omitir sin ninguna consecuencia para él , por ejemplo, si doy un paseo por el
parque; te vendo mi casa a condición que decida venderla. Aquí declaro que “quiero
si querré”, que equivale a decir que “por ahora no quiero”.

El deudor no está obligado sino cuando lo quiera, quedando el acreedor a merced


del arbitrio de aquel, razón por la que el acto jurídico sujeto a condición meramente
potestativa es nulo”.

Al respecto el tratadista León Barandiarán, citado por Fernando Vidal Ramírez;


sostiene de las condiciones potestativas:

16
“Que pueden diferenciarse, según se trate de condiciones potestativas de
pendientes de la voluntad de la parte acreedora o de la voluntad de la parte deudora.
Enfatizo que esta diferenciación era imprescindible y en sus comentarios al código
civil de 1936 explico que si la condición potestativa dependía de la voluntad del
deudores acto era nulo en cuanto a su obligación concierne, porque uno no puede
obligarse y al mismo tiempo desobligarse al quedar a su arbitrio comprometerse o
no por esa obligación, mientras que, en cambio, podía pactar válidamente una
obligación sujeta a condición potestativa dependiente de la voluntad del acreedor,
quien puede exigir el cumplimiento o condonar la obligación, lo que ha servido para
que el código civil vigente se declare nula la condición potestativa parti debitoris
(art.172)” .

La condición causal es cuando la verificación del evento depende de la pura


casualidad o de la voluntad de un tercero (si no hay sequía; si tu abuelo vive hasta
cien años; si tu hijo llega a ser abogado).

La condición mixta es cuando su cumplimiento depende en parte de la voluntad de


uno de los interesados y en parte de factores extraños (te dono cien si viajas a
Roma, cosa que no depende solamente de tu deseo de viajar; si obtengo ganancias
de tal negocio, lo que no depende solamente de mi deseo de realizar el negocio).

d) Condición Positiva y Condición Negativa


Esta clasificación como la anterior se hace en base al tipo de evento puesto como
condición.

La condición puede ser positiva o negativa según que el evento puesto como
condición comporte o no una modificación de la realidad existente.

La condición positiva consiste en que se verifique un hecho que modifique el estado


actual de la realidad (ejemplo, te doy cien si apruebas todos los cursos, te doy cien
si contraes matrimonio). La condición negativa consiste en que no se verifique un
hecho, de tal modo que no cambie el estado actual de la realidad (ejemplo, te doy
cien si te quedas soltero; te doy cien si te quedas con el único hijo que tienes).

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e) Condiciones Simples y Condiciones Complejas
La condición simple consiste en un suceso único (ejemplo, si te dan la beca).la
condición compleja está integrada por varios sucesos (ejemplo, te doy el préstamo
si te quedas a vivir en lima, reconoces a tu hijo y aceptas el trabajo que te ofrezco)

Cuando la condición es compleja, los efectos del acto jurídico se producirán


(condición suspensiva) o cesaran (condición resolutoria) cuando se han realizado
todos los sucesos puestos como condición.

Si varios sucesos se ponen alternativamente como condición, no hay condición


compuesta sino simple, basta que se verifique uno de ellos (te vendo el fundo si
optas el título de ingeniero agrónomo o veterinario).

f) Condición Perpleja
La condición perpleja es la que tiene una contradicción interna que no permite
establecer lo que quiere el declarante. Hace ininteligible y contradictoria consigo
misma la declaración de voluntad al extremo de privar al acto de un apreciable
contenido volitivo. Si no se puede establecer con una interpretación razonable, cual
fue la voluntad del sujeto se invalida. (Por ejemplo, te instituyo mi heredero si
mueres antes que yo).

g) Condiciones Expresas y Tacitas


La incorporación de la condición en el acto jurídico puede ser expresa o tácita. No
es necesario que la condición se declare expresamente, siempre que se infiera
indubitablemente de la actitud o circunstancias del comportamiento de los agentes
que se quiso al acto sub condición (art. 141). De allí que la existencia de la condición
no se presume sino que debe ser aprobada por quien la invoca

2.1.4. Eficacia de la condición


Pactada la condición, si para tener eficacia debe ser propia el acto jurídico queda
válidamente celebrado, pero subordinado a la condición pactada y a la eficacia que
esta despliegue: si es suspensiva, la eficacia del acto está en suspenso hasta que
la condición se realice y despliega la suya, si es resolutoria, el acto despliega su
eficacia hasta que la condición se realice y por efecto de ella, la haga cesar.

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La "condición legal", o está preestablecida por el ordenamiento jurídico,
independientemente de la voluntad de las partes, como dato necesario para la
eficacia del acto, "sea por juzgarla necesaria por la naturaleza de las cosas, o por
presumirla en la intención de partes. Integra el presupuesto normativo complejo para
que se produzca el efecto jurídico. Aquí se habla de condición en sentido impropio,
pues no tienen la calidad de modalidad del acto jurídico en sentido técnico jurídico,
porque no es establecida arbitrariamente por el sujeto sino que es impuesta por la
ley, no como un elemento accesorio sino como un dato inseparable del acto para
que produzca sus efectos. Constituye una condición objetiva de eficacia del acto
jurídico, y es casi siempre suspensiva. Por ejemplo, la muerte del testador es el dato
necesario para que el testamento produzca sus efectos (art. 686); el tercero
beneficiario de un contrato en el cual no es parte, para poder exigir el derecho
estipulado en su favor, debe hacer conocer a las partes contratantes su voluntad de
hacer uso de ese derecho; la donación hecha por razón de matrimonio está sujeta
a que el casamiento se realice; la compraventa a prueba se considera hecha bajo
la condición suspensiva de que el bien tenga las cualidades pactadas o sea idóneo
para la finalidad a que está destinado ; la compraventa de bien futuro está sujeta a
condición suspensiva de que el bien llegue a existir.

Las "condición voluntaria" (denominada también condición facti", "condición de


hecho" o "condición propia") es la expresión de la autonomía privada de los
particulares que lo establecen arbitrariamente. Esta es la condición propia en
sentido técnico jurídico. Son los sujetos (agentes o partes), y no es la ley, los que
supeditan los efectos del acto al cumplimiento de un evento incierto y futuro.

Tanto la condición legal como la voluntaria son requisitos de eficacia del acto,
ambas dan lugar a la pendencia de los efectos del acto. Pero la condición iuris
proviene de la ley, es un elemento extrínseco (ab extra), lógico, objetivo del acto; y
la condición facti es establecida por la voluntad del sujeto, está contenida en la
declaración de voluntad, por eso, es un elemento intrínseco (ab intus), voluntario,
accidental.

19
La condición legal puede consistir en un evento cierto o incierto, y la voluntaria
consiste en un evento necesariamente incierto. La legal es expresa y la voluntaria
puede ser expresa o tácita.

La condición suspensiva o inicial es aquella de la cual depende la eficacia del acto;


en otras palabras, los efectos del acto quedan supeditados a la realización del hecho
previsto como condición. Ejemplo, te dono mi automóvil si te recibes de abogado.

Se habla de condición resolutoria cuando el acto produce normalmente los efectos


que le son propios, pero cesa de producirlos si se verifica la condición. Ejemplo, te
concedo el uso de mi departamento mientras no tenga otro hijo.

La distinción entre condición suspensiva y resolutoria es clara. La condición es


suspensiva cuando la eficacia del acto queda supeditada a la realización del evento
previsto, y es resolutoria si al verificarse el evento, al acto pierde eficacia. En la
suspensiva está pendiente la eficacia y la resolutoria está pendiente la ineficacia del
acto. No se puede confundir la situación del acreedor bajo condición suspensiva con
la del deudor bajo condición resolutoria.

2.1.5. La etapa de pendencia de la condición


La condición pasa por dos períodos de tiempo: el primero es el que sigue
inmediatamente a la celebración del acto y se extiende por el tiempo que sea incierta
la verificación del evento (candido pendet: condición pendiente); mientras perdure
la incertidumbre sobre la verificación o no de la condición se dice que estupendo,
encontrándose las partes en una situación de expectativa. El segundo es el
momento en que se produce una situación de certeza, o porque el evento se ha
verificado (candido exist: condición cumplida) o porque el evento no se ha verificado,
falta la condición, (candido deest: condición fallida).

En la fase de la pendencia de la condición, el derecho del acreedor queda en


Suspenso, su nacimiento está supeditado a que se verifique la condición,

Si la condición es suspensiva, el adquirente bajo condición no es titular de un


derecho que no sabe si llegará o no a existir, sino que se encuentra en un estado
de expectativa; es titular de una expectativa o esperanza. La expectativa es un

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derecho preliminar, o prodrómico, o instrumental, que está tutelado por la ley. Esta
expectativa se convertirá en-derecho si se verifica el evento puesto como condición.
La tutela de la expectativa consiste en que se faculta al sujeto a realizar actos
conservatorios en vista a que no se vea disminuido el derecho que se le ha atribuido
en caso de que se verifique la condición.

Si la condición es resolutoria, pendiente la condición el acto es eficaz, el titular del


derecho puede ejercitarlo, el derecho le pertenece, pero el transferente bajo
condición se encuentra en una situación expectante de poder readquirir ese derecho
si es que se verifica el evento; tiene la expectativa o esperanza de poder readquirir
ese derecho (ejemplo, te cedo mi oficina, pero si no obtienes tu título profesional el
próximo diciembre me la devuelves), por lo que también puede realizar actos
conservatorios en vista a la realización del evento puesto como condición.

2.1.6. El cumplimiento de la condición


La etapa de cumplimiento de la condición, es la que sobreviene si la condición se
realiza del hecho en que la condición consistía, si era suspensiva, el acto comienza
a desplegar su eficacia, y si era resolutoria, cesa en sus efectos, Los derechos
tornan en firmes, constituidos o adquiridos y , las obligaciones en exigibles.

2.1.7. El defecto de la condición


Como hemos ya indicado la condición puede pasar por etapas de las que no hemos
ya ocupado; el de pendencia de la condición y la de cumplimiento de la condición.
Sin embargo, como también lo hemos indicado, puede presentarse una tercera
etapa que es la de la falta de cumplimiento de la condición o déficit.

Esta última, es excluyente con la del cumplimiento, pues cesando la etapa de la


pendencia la condición o se cumple o defecciona, Esta situación constituye el
defecto de la condición.

2.1.8. El cumplimiento de la condición como sanción de mala fe


El código Civil ha considerado un modo de realización de la condición, dándola por
cumplida, como sanción a la mala fe y que nosotros tratamos separadamente en

21
razón de que no corresponde propiamente a la manera como debe operar la
condición, aunque desde luego, si estamos de acuerda con la solución planteada.

El artículo 176 establece que “Si se impidiese de mala fe el cumplimiento de la


condición por la parte en cuyo detrimento habría de realizarse, se considerara
cumplida. Al contrario, se considerará no cumplida, si se ha llevado a efecto de mala
fe por la parte a quien aprovecha tal cumplimiento”. La norma fue tomada del
Proyecto de la comisión Reformadora y registra como antecedente el artículo 1111
del Código civil de 1936.

2.2. EL PLAZO

2.2.1. DELIMITACION CONCEPTUAL:


El plazo esta indesligablemente vinculado al transcurso del tiempo, que es el hecho
jurídico de mayor relevancia y que el ordenamiento legal le atribuye las más
importantes consecuencias jurídicas, pues está vinculado a la existencia humana
misma y de él depende, por ejemplo, alcanzar la capacidad de ejercicio por mayoría
de edad, pues nada escapa el transcurso del tiempo. El pazo entonces, como
transcurso de tiempo adquiere una transcendencia fundamental en relación a los
actos jurídicos, pues es la base para instituciones como la prescripción adquisitiva
y extinta y la caducidad.

El derecho romano admitió subordinar la eficacia de los contratos a un plazo, que


llamo diez y que los romanistas, traduciéndolo denominaron termino, dándole al
vocablo diez diferentes manifestaciones como las que apunta tola. De ahí que sea
usual utilizar en que el término es el día inicial y final del plazo, pero debiéndose
advertir que el código civil vigente evita utilizar la expresión término y solo cabida a
la de plazo.

El acto jurídico pues al que puede insertarse el plazo de ser puro, sino modal, esto
es un acto en el que las partes pueden pactar un plazo con la finalidad de determinar
el momento desde el cual comienza o acaba la eficacia del negocio por lo que su
incorporación se constituye en una limitación a la eficacia del acto jurídico, porque

22
siendo un elemento extraño a él ha sido arbitrariamente establecido por voluntad de
las partes por lo que esa misma voluntad lo convierte en un elemento esencial.

2.2.2. CARACTERES DEL PLAZO


De la delimitación conceptual que queda trazada se infiere que el plazo que queda
trazada se infiere que el plazo como modalidad del acto jurídico debe ser
necesariamente pactado y que el hecho, acontecimiento, suceso o evento en que
consista debe ser futuro y ser cierto.

2.2.3. EL PLAZO DEBE SER NECESARIAMENTE PACTADO


El pazo para construirse en modalidad del acto jurídico debe ser necesariamente
pactado por las partes. Como se trata de una restricción a la eficacia del acto
jurídico, solo es posible pactarlo en los actos modales, su inserción en un acto puro,
no es válido.

El pacto que determine la existencia del plazo debe también diferenciarse de los
plazos establecidos por la ley, aun cuando en relación a estos las partes quedan en
libertad para establecer su duración.

La libertad de las partes para pactar la inserción del plazo-modalidad en un acto


jurídico, se sustenta en el postulado de la autonomía de la voluntad, con las
restricciones que resultan de la normal de orden público.

2.2.4. EL PLAZO DEBE SER UN HECHO FUTURO


El plazo debe ser un hecho futuro porque está inmerso en el transcurso del tiempo.
Requiere necesariamente del medio tempore entre la celebración del acto jurídico y
la realización del hecho, que constituye el plazo, al que están subordinados los
efectos.

2.2.5. EL PLAZO DEBE SER UN HECHO CIERTO


El plazo debe ser un hecho cierto porque necesaria y fatalmente ha de realizarse.
Solo puede haber contingencia, es decir incertidumbre, en cuanto a la oportunidad
de la realización del hecho, mas no en cuanto a su realización misma, respecto de
la cual debe haber certeza. Esta característica esencial y es la determinante del
lindero conceptual entre el plazo y la condición.

23
2.2.6. CLASIFICACION DEL PLAZO:
Delimitado el concepto de plazo y precisadas sus características, es necesario
proceder a su clasificación para acceder al articulado de la materia. Así vamos a
distinguir el plazo siguiendo los criterios dominantes en la doctrina, a) expreso y
tácito, b) de duración determinada y de duración indeterminada, c) suspensiva y
resolutoria.

2.2.7. PLAZO EXPRESO Y PLAZO TACITO


El plazo puede ser expreso o tácito. La existencia de un plazo, como de la condición,
no se presupone; ha de surgir de la manifestación de la voluntad, sea que esta se
haya producido de manera expresa o de manera tacita conforme a las reglas del
artículo 142.

PLAZO DE DURACION DETERMINADO Y PLAZO DE DURACION


INDETERMINADO:
El plazo puede ser de duración determinada o de duración indeterminada según
pueda determinarse o no su duración al momento de celebrarse el acto jurídico. El
primero es un diez certus an et quando y el segundo un diez certus an incertus
quandos. Uno y otro pueden ser expresos o tácitos.

El plazo de duración determinada es aquel que resulta de compuro del tiempo y por
eso puede determinarse su duración, mediante las reglas de cómputo del artículo
183 el código civil.

El plazo de duración indeterminada depende de un hecho de necesaria realización,


pero no puede preverse la oportunidad o fecha de su realización.

2.2.8. PLAZO SUSPENSIVO Y PLAZO RESOLUTORIO


Es la distinción más importante por cuanto conceptuado el plazo como un hecho,
suceso acontecimiento o evento del cual se hace depender la eficacia del acto
jurídico, la idea del plazo suspensivo o del plazo resolutorio esta ínsito en el
concepto. Así el plazo suspensivo diez a quo, cuando debe cumplirse para que el
acto comience a surtir sus efectos y por eso, se le llama también plazo inicial.

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2.2.9. EFICACIA DEL PLAZO
Pactado el plazo de acto jurídico queda válidamente celebrado, pero sujeto a los
efectos del plazo, sea suspensivo o resolutorio, como se infiere del ya acotado
artículo 178, cuando el plazo es suspensivo, el acto no surte efecto mientras
encuentre pendiente, cuando el plazo es resolutorio, los efectos del acto cesan a su
vencimiento. Antes del vencimiento del plazo, quien tenga derecho a recibir alguna
prestación puede ejercitar las acciones conducentes a la cautela de su derecho.

2.2.10. LA ETAPA DE PENDENCIA DEL PLAZO


La pendencia del plazo es la etapa durante el cual se está a la espera de su
cumplimiento o vencimiento. Como lo dispone el artículo 178, anteriormente
acotado, si el plazo es suspensivo, el acto no surte efectos hasta que se cumpla o
venza y si el plazo es resolutorio, los efectos del acto se han producido pero cesan
a su cumplimiento o vencimiento.

2.2.11. EL CUMPLIMIENTO DEL PLAZO


El plazo como hecho de necesaria realización determinada que luego de cumplido
o de vencido el acto jurídico surta definitivamente sus efectos, si es suspensivo o
que estos cesen, si es resolutorio. El código civil no ha legislado sobre la etapa de
cumplimiento o de vencimiento del plazo, pero así resulta de sus tantas veces
acotado artículo 174: cuando el plazo es resolutorio los efectos cesan a su
vencimiento.

2.2.12. LA DETERMINACION DE LA DURACION DEL PLAZO


Los criterios para la determinación de la duración del plazo están en función al plazo
diez certus an er quando, es decir cuando la determinación del plazo pueden hacerla
las partes celebrantes del acto jurídico con toda exactitud y mediante las reglas de
computo que el mismo código civil considera.

2.2.13. El computo del tiempo móvil


El tiempo móvil, por lo que acabamos de dejar indicado, es el que requiere de reglas
para establecer los momentos o instantes del tiempo, medido en su transcurso, para
determinar la duración del plazo.

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Se compone de dos sistemas:

a. Sistema Computatio naturalis:

Se procede a determinar la duración del plazo de momento a momento mientras


que por la computación civil el cómputo no se realiza de ese modo.

b. Sistema Computatio Civilis:

Si se trata de meses, se consideran todos los días que calendáricamente tenga


cada mes y así, por ejemplo, si los plazos se otorguen un mes de 30 días y el mes
de vencimiento tiene 31, el plazo de 6 meses se considera de 180 días, aun cuando
no todos los meses del periodo tengan 30 días.

c. El computo por días


El artículo 183 en sus incisos 1, 4,5 norma el cómputo por días. Según el inciso 1
“el plazo señalado por días se computa por días naturales, salvo que la ley o el acto
jurídico establezcan que se haga por días hábiles”, por el inciso 4, “el plazo excluye
el día del vencimiento” y por el inciso 5 “el plazo cuyo último día sea inhábil, vence
el primer día hábil siguiente”.

d. El computo por meses


La norma aplica, en principio, la Computatio naturalis pues considera todos los días
que los meses tengan, salvo que en el mes de vencimiento no exista ese diacono
puede ocurrir con los meses de menos de 31 días o en el mes de febrero.

Nada obsta, sin embargo, para que el plazo pueda también pactarse de momento a
momento o por días enteros, como en la Computatio civiles.

e. El computo por años


El inciso 3 del artículo 183 norma el compuesto por años disponiendo la aplicación
de la regla del cómputo por meses “El plazo señalado por años se rige por las reglas
que establece el inciso 2”, lo que nos releva de comentario.

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Aplicación supletoria de las reglas de cómputo
El artículo 184 del código civil dispone la aplicación supletoria de las reglas de
computo a todos los plazos: “Las reglas del articulo 183 son aplicables a todos los
plazos legales o convencionales, salvo disposición o acuerdo diferente”

La norma fue adoptada por la Comisión Revisora y no registra antecedente en el


Código Civil de 1936.

2.2.14. LA DETERMINACION DE LA DURACION DEL PLAZO POR EL


DEUDOR
Cuando la duración del plazo no puede ser determinada anticipadamente por las
partes, el Código Civil franquee la posibilidad que pueda hacerse por el deudor.

En efecto, según el artículo 182 “Si el acto no señala plazo, pero de su naturaleza y
circunstancias se dedujere que ha querido concederse al deudor, el juez fija su
duración y también fija el juez la duración del plazo cuya determinación haya
quedado a voluntad del deudor o un tercero y estos no lo señalaren.

2.2.15. LA DETERMINACION JURISDICCIONAL DE LA DURACION DEL


PLAZO
Como puede ocurrir, y ocurre, las partes convienen en un plazo cuya duración no
han determinado o no pueden determinar, por lo que, surgiendo la divergencia, la
duración del plazo debe ser fijada por decisión judicial o, de ser el caso, por decisión
arbitral. La hipótesis, como lo venimos viendo, está también prevista en el transcrito
artículo 182.no solo ante el incumplimiento del deudor sino también del tercero.

2.2.16. LOS BENEFICIOS DEL PLAZO


El plazo, como modalidad del acto jurídico y por originarse en la autonomía de la
voluntad, es pactado por acuerdo de las partes, las que deberán establecer en
beneficio de cuál de ellas lo establecen, es por eso que el Código Civil al ocuparse
de los beneficios del plazo lo haga con una norma supletoria.

Además El establecimiento de un plazo, especialmente en el caso de


ser suspensivo, se presume que beneficia por igual al acreedor y al deudor, pero

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cabe que pueda suponerse razonablemente que se ha previsto el plazo
en beneficio o interés de uno de ellos.

Así, cuando se pacta que el acreedor no podrá exigir al deudor la prestación hasta
la llegada del término (pacto de “non pretendo”, cabe deducir que éste beneficia
al deudor, pero si se pacta que el deudor no tiene derecho a cumplir hasta llegar el
plazo (pacto de “non solvento”), se presume que éste se estableció
en interés del acreedor.

2.2.17. LA CADUCUDAD DEL PLAZO


Consistiendo el plazo en un hecho de necesaria realización el simule transcurso del
tiempo da lugar a su cumplimiento, pero la regla general es que el plazo se pacte
en beneficio del deudor, puede ocurrir que se produzca un hecho que determine la
caducidad del plazo, esto es, que antes de su vencimiento se le pueda dar por
cumplido.

La insolvencia sobreviniente del deudor:


El acreedor, quien le ha otorgado plazo a su deudor para que cumpla con la
prestación en que su obligación consiste, tiene el derecho a ser pagado y por eso
la insolvencia que le sobreviene al deudor, luego de contraída la obligación, le hace
perder el beneficio del plazo.

Es la causal prevista en el inciso 1 del artículo 181, son embargo, puede recuperarlo
si constituye garantías o señala bienes libres que aseguren a su acreedor la
efectividad de su derecho.

La insolvencia debe entenderse como la imposibilidad de poder responder frente a


las obligaciones contraídas, porque el deudor ya no cuenta con patrimonio
suficiente.

El incumplimiento en cuanto a la constitución de las garantías ofrecidas


El acreedor que ha concedido el plazo puede haber otorgado el crédito confiando
en el ofrecimiento de su deudor en cuanto a la constitución de garantías, la falta de
cumplimiento del deudor es, entonces, causa suficiente para que pierda el derecho
a utilizar el plazo.

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Debe tratarse de garantías convenidas en la celebración del acto jurídico que origina
el crédito y, por eso, la pérdida del derecho al beneficio del plazo se justifica, por
cuanto la concesión del crédito por el acreedor se dio en mérito de las garantías que
para asegurar el cumplimiento ofreció el deudor, la causal no distingue la naturaleza
de las garantías, por lo que puede tratarse de garantías reales, como prenda,
anticresis o hipoteca, o de garantías personales, como la fianza.

Al igual que en el inciso 1, la caducidad del plazo debe ser materia de


pronunciamiento judicial debiendo el deudor, para tal fin, tramitar su demanda como
proceso sumarísimo y puede hacer uso de las medidas cautelares que estime
convenientes a su derecho.

La disminución del valor de las garantías:


Las garantías a que se viene haciendo referencia, pueden ser reales o personales,
y ofrecer seguridades al acreedor en cuanto a la efectivizarían de su crédito pues
su valor y la solvencia del fiador debe ser suficiente para cubrir el monto del crédito
que debe ser solventado en el plazo pactado, por lo que la disminución de ese valor
acarrearla perdida del beneficio del plazo, esa es la causal prevista por el inciso 3
del artículo 181.

La causal se ha puesto en las hipótesis de que las garantías disminuyeren por acto
propio del deudor o desaparecieren por causa no imputable al mismo deudor.

La disminución del valor de las garantías debe entenderse, en el caso de las


garantías reales, la disminución del valor de los bienes afectados en prenda,
anticresis o hipoteca.

Si se trata de garantías personales, la disminución del valor debe entenderse


referida a la situación patrimonial del garante o fiador, quien puede devenir o estar
deviniendo en la insolvencia.

El fundamento de la caducidad es el mismo que en los casos anteriores, el acreedor


en ejercicio de su derecho a ser pagado puede exigir el cumplimiento inmediato de
la obligación frente a la inseguridad devenida por la disminución o desaparición de
las garantías.

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El tenor de la norma sub examine induce a inferir que las garantías a que se refiere
son solo las garantías reales, pero, como ya hemos advertido, están también
comprendidas las garantías personales, como sería el caso de que al fiador le
sobrevenga una situación de insolvencia que incluso lo conduzca a ser sometido a
un concurso de acreedores y eventualmente a una declaración de quiebra.

La disminución por acto propio del deudor puede producirse, por ejemplo,
tratándose de una prenda con entrega jurídica y por tanto los bienes prendados
están en posesión del deudor, por lo que este tiene la obligación de prestarles la
debida atención y diligencia para su mantenimiento y conservación.

La disminución por acto propio puede ser el caso del industrial que adquiere nuevos
equipos constituyéndolos en prenda ante la entidad financiera que lo doto de los
recursos, pero no los confía a personal debidamente capacitado para su operación
ni les presta los servicios técnicos requeridos para su mantenimiento y conservación
ni utiliza repuestos legítimos.

La disminución o desaparición de las garantías por acto no imputable al deudor,


como ya hemos advertido, puede deberse acaso fortuito o fuerza mayor, no
obstante, lo cual el deudor pierde el derecho al plazo porque el acreedor no tiene
ya la seguridad de hacer efectivo su crédito con los bienes afectados en prenda,
anticresis o hipoteca.

2.3. EL CARGO
2.3.1. DELIMITACIÓN CONCEPTUAL
El cargo viene a ser un hecho que genera un dar un hacer que se impone como
restricción a la ventaja económica que obtiene la parte que es favorecida por la
disposición gratuita, en beneficio del propio disponente o de un tercero.

Coviello lo explica diciendo que consiste en una declaración accesoria de voluntad


por la cual se impone a quien se concede a título gratuito un derecho patrimonial, la
obligación de realizar un hecho cualquiera, ya sea en un determinado uso de la cosa
dada.

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Messineo explica diciendo que a diferencia de la condición y del plazo, que forman
cuerpo con la declaración de voluntad, el modus queda, en cierto modo, separado
e independiente de ella, y no incide sobre la eficacia del negocio.

León Barandiarán, citando a Bevilacqua, define el cargo como la determinación


accesoria en virtud de la cual se restringe la ventaja creada por el acto jurídico,
estableciendo el fin al que debe ser aplicada la cosa adquirida o imponiendo una
cierta prestación.

Pero como advierte León Barandiarán, la carga misma que constituye el modus,
como deriva de una relación convencional, es una obligación.

Para Albaladejo el modo se diferencia de la contraprestación de los negocios


onerosos en que no existe entre él y la liberalidad la independencia que en los
primeros se da, entre la prestación y la contraprestación, que no son una accesoria
de la otra, sino que se encuentran en un mismo plano.

La accesoriedad del cargo Albaladejo lo explica diciendo que así como la


accidentalidad es nota común a la condición y al término, la accesoriedad es
privativa del cargo, en aquellos casos no se quieren los efectos del negocio, sino
presupuestos de la condición y del término, por ejemplo, A, al vender bajo condición
suspensiva, es porque no quiere los efectos de la venta si la condición no se cumple,
lo que significa que la eficacia se auto limita voluntariamente reduciéndose a querer
los efectos solo para el caso que concurran las circunstancias previstas.

2.3.2. CARACTERES DEL CARGO


Se refiere que el cargo tiene las siguientes características:

a) Es una modalidad que solo puede anexarse a los actos de disposición a


título gratuito.
b) Debe consistir en un hecho lícito y posible.
c) Debe ser expresamente establecido.

31
El cargo es una modalidad que solo puede anexarse a los actos de disposición a
título gratuito
Pueden ser actos inter vivos, que se resumen en el contrato de donación, y actos
jurídicos mortis causas, que se resumen en el legado.

El cargo debe consistir en hecho lícito y posible


En cuanto que no debe ser contrario a ley, al ordenamiento jurídico y de ser posible
realización.

El cargo debe ser expresamente establecido


Debe derivar de la voluntad inequívoca del autor de la liberalidad expresamente
manifestada.

Los Sujetos que se Vinculan al Cargo


El cargo puede ser impuesto en un contrato de donación o por testamento en que
se instituye un legado, por lo que por la naturaleza propia del cargo dos son los
sujetos que protagonizan el acto que se impone: el autor de la liberalidad y el
beneficiado con ella, que es el que asume el deber de cumplirlo.

Como manifestó León Barandiarán, la voluntad dominadora es la del autor de la


liberalidad, pues el otro sujeto, el beneficiado con la liberalidad, se limita a aceptar
o no la imposición del cargo.

2.3.3. LA TRANSMISIBILIDAD Y LA INTRASMISIBILIDAD DEL CARGO


En el artículo 188: “La obligación de cumplir los cargos impuestos para la
adquisición de un derecho pasa a los herederos del que fue gravado con ellos, a
no ser que solo pudiesen ser cumplidos por él, como inherentes a su persona. En
este caso si el gravado muere sin cumplir los cargos, la adquisición del derecho
queda sin efecto, volviendo los bienes al imponente de los cargos o a sus
herederos”. El artículo 188 establece como regla general que el cargo es
transmisible, porque pasa a los herederos de quien asumió el cargo, quienes
adquieren los bienes otorgados con la liberalidad pero asumiendo el deber de
cumplir con el cargo, pudiéndoles ser exigible a ellos.

32
2.3.4. EL PLAZO PARA EL CUMPLIMIENTO DEL CARGO
Debe ser cumplido en el plazo establecido por el autor de la liberalidad y se
computa desde la aceptación por el beneficiado con ella. Pero puede darse el caso
de que de la manifestación de voluntad del autor de la liberalidad se infiera la
existencia de un plazo para el cumplimiento, pero sin haberse determinado su
duración. El plazo debe inferirse de la manifestación de voluntad del autor de la
liberalidad e imponente del cargo, si es el acto es inter vivos, pues de haber fallecido
o la liberalidad ser mortis causa, consideramos que el juez debe interpretar el acto
para fijar la duración del plazo.

2.3.5. LA EXIGIBILIDAD DEL CARGO


El cargo constituye una obligación modal, que no constituye una contraprestación
a la liberalidad aceptada. Sin embargo, es exigible dentro de las condiciones
establecidas por la ley y por quien tenga un legítimo interés económico o moral.

El artículo 187 establece: “El gravado con el cargo no está obligado a cumplirlo en
la medida en que exceda el valor de la liberalidad”.

La disposición del artículo 187 se explica por la naturaleza modal del cargo, que
resulta de una restricción a la ventaja económica que obtiene el beneficiario del
cargo, lo que implica siempre que el importe del cargo deba ser menor al de la
liberalidad.

2.3.6. EL INCUMPLIMIENTO DEL CARGO


Para el caso de la ejecución forzada, el interesado que puede accionar ha de ser
el beneficiario del cargo. En el artículo 1219 del Código Civil, ya sea para el
beneficiario del cargo emplee las medidas legales o para que se lo haga procurar
por otro a costa de quien asumió el deber de cumplir con el cargo. Lo que si no
creemos es que pueda exigir el pago de una indemnización, pues ella se opone la
naturaleza modal del cargo.

Sin embargo, como ya lo hemos expuesto, el obligado al cumplimiento del cargo


puede eximirse alegando lo dispuesto en el artículo 187.

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2.3.7. LA REVOCABILIDAD DE LA DONACIÓN Y DEL LEGADO CON
CARGO
El Código Civil ha establecido la revocabilidad de la donación y del legado con
cargo, el artículo 1642 del Código Civil vigente permite la revocación de la donación
con cargo y, si este ha sido cumplido, dispone la obligación del donante de abonar
al donatario el valor del cargo satisfecho, manteniendo el principio de revocabilidad
de la donación, pero sin que esta facultad pase a los herederos del donante.

Según el artículo 1637 el donante puede revocar la donación por las mismas causas
de indignidad para suceder y de desheredación. Las causales para la revocación
deben ser probadas en un proceso judicial, onus probandi incumbit actori, y
declaradas por sentencia ejecutoriada.

El ejercicio de la acción revocatoria corresponde al donante o a sus herederos y,


en el caso del legado, al testador o a sus herederos.

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CONCLUSIONES

 La finalidad de la interpretación aplicada a la manifestación de voluntad que

genera ir a contenido normativo al acto jurídico, es establecer su significado

y determinar su sentido.

 Los destinatarios son las partes celebrantes del acto jurídico y los terceros, y

con mucha mayor razón los que tienen que resolver controversia, sean

jueces o árbitros.

 Los elementos accidentales de los actos jurídicos vienen a ser lo que el

código civil denomina “modalidades”, considerando como tales a la

condición, al plazo y al cargo, también llamado modo.

 De la delimitación conceptual de la condición-modalidad, se infiere que debe

ser necesariamente pactada y que los caracteres de hecho, suceso, evento

o acontecimiento pactado como condición deben ser que sea futuro y

además incierto

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BIBLIOGRAFIA

 Albaladejo, M. (1980). El negocio jurídico. Barcelona: Bosch.

 Barandiarán, J. (1997). Acto jurídico. Lima: Gaceta jurídica.

 Coviello, N. (1949). Doctrina general del derecho civil. México:

Uteha.

 Messineo, F. (1979). Manual de derecho civil y comercial. Buenos

Aires: EJEA.

 Josserand, Louis, Derecho civil, Buenos Aires: Ejea, 1950.

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