COMERCIO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Entre los años 1980 y 2000, los países de América Latina y el Caribe (ALC) decidieron ir tras un
cambio que permitiera estar a la vanguardia de los países top del mercado internacional pero
las políticas establecidas no han sido del todo acertadas debido a las distintas actividades
económicas de los países participes. Es evidente que lo anterior no ha permitido que la región
de ALC esté presentando cambios notorios y de peso frente a los países desarrollados debido a
que la economía no ha avanzado mucho desde su inicio hasta el día de hoy por muchos
factores de peso como las altas tasas de desempleo, el empleo informal, entre otros.

En las dos décadas pasadas, también se presenció el resurgimiento de acuerdos comerciales

regionales y bilaterales. Este fenómeno mundial fue un subproducto de la liberalización
unilateral del comercio y la inversión. Diversas iniciativas para la creación de mercados
comunes dieron lugar a la revisión de acuerdos preexistentes como el Mercado Común
Centroamericano (MCCA), la Comunidad Andina (CA) la Comunidad Caribeña (CARICOM) y la
creación de uno nuevo, el MERCOSUR. Los Tratados de Libre Comercio (TLC) también
prosperaron en la región de ALC, que cuenta con más de veinte TLC entre los países de la
región, y con las naciones industrializadas (NAFTA). (David de Ferranti, s.a)

Los bajos índices de comercio existentes en ALC es debido a factores no relacionados a las
políticas comerciales. Sin embargo, a medida que el uso de barreras arancelarias y no
arancelarias disminuyó con el tiempo, muchos países recurrieron a la legislación antidumping
para restringir el comercio. Las leyes antidumping permiten imponer aranceles de importación
cuando se pueda probar en las investigaciones realizadas que dicha importación infringe
“daños materiales” a las empresas locales y, además, que sus precios se encuentran por
debajo del costo. No obstante, el abuso de las leyes antidumping ha transformado a este
instrumento en una fuente de disputas internacionales. Por lo tanto, esta tendencia es el Talón
de Aquiles de las reformas al comercio de ALC. (David de Ferranti, s.a)

No hay duda que la apertura comercial de ALC está directamente relacionada al crecimiento
económico (sea mucho o poco) de los países y tiene sentido ya que aumenta la competitividad
del mercado que resulta estimulante para el sistema productivo debido a que los empresarios
se ven obligados a vigilar sus costes, a buscar nuevas fórmulas productivas, a acelerar su ritmo
de innovación tecnológica y, además, a adaptarse continuamente a las exigencias del mercado
y a la evolución de su la competencia. Asimismo, la apertura comercial es un instrumento que
permite evitar la elevación acelerada de precios.
En 1992 en Río de Janeiro, se estableció una alianza mundial para la cooperación de la
protección del medio ambiente y el desarrollo económico y social, que son esenciales para
lograr un desarrollo sostenible. Como resultado se aprobó el plan general llamado Programa o
Agenda 21, su objetivo fue incorporar la sostenibilidad en las ciudades para mejorar las
condiciones de vida de los ciudadanos, contando con la participación activa de estos.

Lo anterior, permite observar que en ALC se da gran relevancia al papel que juegan los
recursos naturales dentro del comercio