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Historia de las alucinaciones en la Antigüedad

Historia de las alucinaciones en la Antigüedad


History of Hallucinations. The Antiquity

Gonzalo Mata García


Departamento de Historia I. Facultade de Xeografía e Historia.
Universidade de Santiago de Compostela

Recibido o 15 de Outubro de 2010


Aceptado o 2 de Febreiro de 2011

“¿qué podían ser sino fantasmas y


gentes del otro mundo?”
Miguel de Cervantes
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, cap. 18

Resumen cado del término es muy diverso debido a las


En este artículo se intenta mostrar cómo eran con- distintas acepciones etimológicas y, además,
sideradas las alucinaciones en la Antigüedad, ha- no existe una teoría general que explique su
ciendo especial hincapié en Grecia. A su vez, se semiología, función y significación clínica.
inicia la visión de su evolución a lo largo del tiem- Asimismo, a pesar de que se han formulado
po, dejando al descubierto los diferentes enfoques numerosas definiciones de la alucinación a lo
e ideas tanto de la medicina como de la sociedad largo de la historia, siguen sin resolverse cues-
con respecto a este cuadro médico característico. tiones importantes en torno a su concepto. Por
Palabras clave ejemplo, si todas las alucinaciones, con inde-
alucinación, ilusión, Antigüedad pendencia de la modalidad sensorial, son fe-
nómenos equivalentes, como se desprende de
Abstract la definición de Esquirol; si las alucinaciones
In this paper we try to show the hallucinations on psiquiátricas son similares a las que aparecen
Antiquity, speciality in Ancient Greek. At time, we en la enfermedad neurológica, la estimulación
start to show the evolution and the different ideas eléctrica, las inducidas por drogas o privación
and approaches of medicine and society about this sensorial; si tienen el mismo significado clíni-
medical disorder. co las alucinaciones que aparecen en la vejez
Keywords que las ocurridas en la infancia. Desde el si-
Hallucination, Illusion, Antiquity glo XIX, cuando se consideró como síntoma,
existen dos teorías fundamentales para ex-
plicar su origen: sensorial (alucinación como
percepción) y no sensorial (alucinación como
1. Introducción1 imagen). La propuesta impuso un modelo res-
Las alucinaciones constituyen un síntoma fun- trictivo de percepción a todos los sentidos; es
damental en psiquiatría, neurología y otras es- decir, al igual que la visión y la audición, el
pecialidades médicas. Sin embargo, el signifi- tacto, el gusto y el olfato también necesitan de
un estímulo externo. Esta teoría se ha topado
1 Tratándose de un artículo centrado en la Antigüedad y con serias dificultades en las alucinaciones
publicado en una revista que incluye dicho tema, sería
de esperar un tratamiento de las alucinaciones desde la
gustativas, táctiles o cenestésicas, en las que
religión; no obstante, debido al gran número de publi- el objeto externo no puede ser dilucidado.
caciones que existen al respecto, se ha optado aquí por Las alucinaciones, como ya señalamos, cons-
centrar la investigación en el aspecto médico de las alu-
cinaciones, lo cual busca proporcionar una perspectiva
tituyen uno de los síntomas fundamentales en
menos habitual para la historia del Mundo Antiguo. psiquiatría. Aunque su importancia clínica es

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primordial, el significado del término es muy dose la anterior polisemia hasta que Esquirol,
diverso y no existe una teoría universalmente con su definición de alucinación, fija el sentido
aceptada que explique su semiología, su signi- de la palabra (LUQUE, 2007: 7-42).
ficación clínica y su función. Ahora bien, dicha
temática puede (y debe) ser también abordada
por la historia y la filosofía, desde donde se
puede realizar un análisis de la cuestión y pro- 3. Los fundamentos de la medi-
porcionar ciertas ideas o formular cuestiones cina antigua
que contribuyan a una mejor comprensión de Las alteraciones desenfrenadas en el estado
la realidad que manifiestan, así como un desa- de ánimo, el habla y el comportamiento, así
rrollo más preciso del concepto. como el “ver” y el “oír” (lo que otros ni ven ni
oyen), eran imputables, generalmente, duran-
Aquí pretendemos poner la primera piedra de te la Antigüedad, a algún poder sobrenatural,
dicha obra y mostrar (y comentar) cómo las hasta el punto de que los “daémones” pueden
alucinaciones han sido vistas en la Antigüedad ser considerados manifestaciones de la ima-
por la sociedad, por los médicos y por los fi- ginación no controlada del individuo (MA-
lósofos. CDERMONT, 1971:79). Así, el hinduismo
cuenta con un demonio especial, Grahi (“la
que se apodera”), responsable de las convul-
siones epilépticas y de las alucinaciones. En la
2. El Concepto: etimología y sig-
India, además, se acusa a un perro demonio de
nificado
apoderarse de una víctima de epilepsia (esto
La propia etimología de la palabra «alucina-
podría situarnos sobre la pista de la licantropía
ción» es oscura y de difícil determinación. Joan
y establecer así un vínculo entre los lobos y la
Corominas (COROMINAS, 1973) considera
“locura” humana).
una pseudoetimología su procedencia de allu-
cinor, allucinaris, utilizado por primera vez Por otra parte, los babilonios y los mesopo-
por Cicerón con el sentido de alucinar, errar, támicos sostenían que ciertos trastornos eran
engañarse, equivocarse, desviado del recto ca- causados por la invasión de espíritus, hechice-
mino o de la razón. Roque Barcia (BARCIA, ría, malignidad demoníaca, mal de ojo o viola-
1902) señala una doble etimología: allucinari ción de tabúes; la posesión era a la vez, a ori-
en Cicerón y hallucinari en Aulo Gelio: de ad, llas del Tigris y del Éufrates, juicio y castigo.
cerca, y lucinari, frecuentativo de lucere, lu-
En Egipto, la disolución del cuerpo humano a
cir. Barcia piensa que esta última etimología
la muerte fue la base de las experiencias de-
es falsa ya que el latín allucinari representa
moníacas (las alucinaciones en sentido exten-
una forma evidente del griego (allusso) (tener
so), preservadas en los textos concernientes a
el espíritu extraviado), y considera que los
la vida después de la vida.
franceses, por un error que difícilmente puede
explicarse, adoptaron la forma de Gelio y des- Por otro lado, las actitudes de los griegos ar-
cuidaron la de Cicerón. Monlau (MONLAU, caicos pueden inferirse de los mitos y poemas
1941) da por buena la derivación de alucinar épicos (como tendremos ocasión de compro-
de ad lucem (ad, cerca y lucere, lucir), subra- bar); en ellos no se presentan facultades plena-
yando la proximidad a la iluminación que ca- mente desarrolladas como la razón y la volun-
racteriza la alucinación. Esta procedencia es el tad, como sí harán unos pocos siglos después,
origen de las dispares acepciones de la aluci- hasta el punto de que podríamos afirmar que
nación en los siglos XVII y XVIII: «afeccio- los protagonistas de las obras de Homero son
nes de la córnea» (Fernel), «diplopia» (Plater títeres que dependen de fuerzas terribles más
y Linné), «ruidos extraños, presentimientos y allá de su control, que castigan, vengan y des-
apariciones» (Lavater) o «errores de los sen- truyen; el destino de estos humanos se decide
tidos» (Sagar). Aunque en castellano aparece primordialmente por un decreto superior, y
hacia 1499, en inglés en 1572 y en francés ha- algo de esto quedará arraigado en la cultura
cia 1660, el término parece haber sido utiliza- occidental durante siglos.
do por primera vez en medicina por un médico
francés (Fernel) alrededor de 1648, mantenién-

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Será precisamente aquí, en Grecia, en donde como realidad primaria, compartiendo la idea
se produzca el surgimiento de la “medicina de la limitación de la posibilidad de la medi-
científica”2, que se gestará en el tránsito de la cina, el principio de favorecer y no perjudicar
época Arcaica a la época Clásica, y se debe, y la conciencia de la dignidad del médico. Sin
fundamentalmente, a la aparición del pensa- embargo, su aspecto clave radica en que con-
miento lógico, lo que podríamos considerar sidera la existencia de cuatro humores en el
que es fruto del tránsito de un logos predomi- cuerpo humano: sangre, flegma, bilis negra y
nantemente mítico a un logos predominante- bilis amarilla, a los cuales van asociados cua-
mente noético, sin que se llegue a prescindir tro agentes contrapuestos dos a dos: caliente
del mito en su totalidad (BERMEJO BARRE- y frío, y húmedo y seco. A su vez, los cuatro
RA, 2005). Con esto pretendemos señalar que humores acostumbran a estar directamente
la tradicional visión de paso del μὓθος (mi- relacionados con los cuatro elementos (fue-
thos) al λόγος (logos) no se puede considerar go, tierra, aire y agua); si bien es cierto que
que se realice de modo súbito y absoluto ni estos cuatro elementos no siempre aparecen
gradual pero pleno, sino que es una dinámica mencionados en su totalidad en los diferentes
de fuerzas en la que ninguno de los platos de tratados, sino que su presencia frecuentemen-
la balanza desaparece completamente, sino te queda reducida a uno o dos de ellos, sien-
que uno de los protagonistas –el logos- cobra do escasos los ejemplos en lo que podemos
mayor relevancia en detrimento del otro. Este encontrar los cuatro elementos en un mismo
cambio podemos achacarlo, principalmente, a tratado-autor.
la influencia cultural proveniente de Egipto y
No obstante, se parte aquí de la consideración
Mesopotamia, y a la propia naturaleza de los
de conjunto para comprender mejor el sistema
griegos. Así, esta transformación comenzó a
médico vigente. Todo ello da como resultado
fraguarse en el pensamiento presocrático y al-
una teoría en la que no se distingue la forma
canza su culmen, dentro de la medicina, con
de la función, lo que debemos unir a unos co-
las tres escuelas reconocidas por Galeno si-
nocimientos anatómicos limitados y la caren-
glos después, a saber: las hipocráticas de Cos
cia de una terminología propiamente científi-
y Cnido y la siciliana de Empédocles.
ca. El resultado, a pesar de que no en todos los
Si bien es cierto que la más conocida es la tratados de medicina griega que conservamos
escuela hipocrática, en donde nos encontra- sea la teoría de los humores la predominante,
mos con 53 tratados atribuidos a Hipócrates es que los médicos partían de la consideración
de Cos (siglo V a.C.), la teoría de los humo- de que la vida es cambio constante de su na-
res, que será lo que aquí más nos interese, es turaleza, basado en la κρἃσις (krάsis: mezcla
posiblemente obra de un autor llamado Pólibo de los humores) y σιµπαθια (simpathía: co-
y que ubicamos en la segunda mitad del si- nexión funcional de las diferentes partes del
glo IV a. C. y la cual debemos unir a la teo- cuerpo).
ría de los cuatro elementos de Empédocles de
A su vez, debemos añadir que el equilibrio del
Agrigento. Esta teoría, como buena parte de
cuerpo humano se logra mediante la conjuga-
la medicina de la época, se basa en el conoci-
ción de dos agentes, a saber: el interno, que
miento racional3 y remite a la φύσις (physis)
es el calor innato, y el externo, que son los
alimentos y el pneuma. Así, de esto se deri-
2 El concepto de medicina científica es polémico, y no va la consideración de que la enfermedad es
existe unanimidad con respecto a poder calificarla ple- fruto de la alteración de la armonía orgánica,
namente de ciencia, lo cual tiene mayor relevancia al provocada por un desequilibrio de las cuali-
hablar de las alucinaciones. Lo usaremos aquí en sentido
dades, un mal flujo del pneuma o una κρασιs
extenso, sin entrar en debates, pero afirmando y siendo
conscientes de que no podemos hablar de ciencia en sen- inadecuada. A este respecto, nos encontramos
tido estricto. en los tratados hipocráticos la siguiente indi-
3 El calificativo de racional lo incluimos como contra- cación: “Son lo caliente o lo frío, lo seco o lo
posición a la predominancia del mito, propia del período
anterior, pero debemos tener presente que, si bien es cier-
to que existe una estructura racional en el sentido lógico, ser discutible la aplicación del calificativo de racional en
ésta no se fundamenta en observación y comprobación otros términos que no fuesen los contextuales de la época
empírica al ser desbancada finalmente; por lo cual podría y la relación con el mito.

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húmedo los que dañan al hombre, es preciso jandrino en que se enmarcan sus trayectorias
que el que cure correctamente lo haga valién- profesionales.
dose también de lo caliente contra lo frío y de
lo frío contra lo caliente, o de lo seco contra lo
húmedo y de lo húmedo contra lo seco” (TH,
1983) y también: “Todas nuestras enfermeda- 4. Las alucinaciones en Grecia:
des se originan a partir de la bilis y del flegma Podemos ya, adentrarnos un poco más en el
en cuanto a las causas internas, y en cuanto a tema del presente artículo. Antes de ello, de-
las causas externas, por las fatigas, las heridas, bemos dejar bien claro que para el período que
el excesivo calor y el excesivo frío. La bilis y aquí nos corresponde tratar, tenemos que las
el flegma nacen juntamente con las personas y alucinaciones no poseían entidad propia y que
existen permanentemente en el cuerpo en ma- éstas se incluían como posible manifestación
yor o menor medida. Pero provocan las enfer- de la locura, la cual subyace bajo diferentes
medades, que resultan unas, de los alimentos y nombres y enfermedades; a su vez, la alucina-
bebidas y otras, del exceso de calor y de frío” ción no se diferenciaba de la ilusión ni de otras
(TH, 1990). formas de percepción errónea, aunque resulta
llamativo que nunca se atribuyó este cuadro a
A todo lo anteriormente expuesto debemos una etiología del área visual, sino del cerebro.
añadir una pequeña consideración que ayuda- A este respecto, las obras que nos hablan de
rá a comprender mejor el proceso de génesis esta enfermedad son numerosas, al igual que
de la medicina científica; así, señalaremos lo es la naturaleza de las fuentes. Así, las prin-
que entre los médicos griegos, el diagnóstico cipales referencias las encontramos en la filo-
se efectuaba en base a dos fases: una primera sofía (principalmente en el Fedro de Platón y
servía para establecer si se trataba de una en- en Aristóteles), en la obras de carácter médico
fermedad curable o no (lo cual se consideraba (el Corpus Hipocrático, principalmente, pero
fruto del azar o de una necesidad forzosa de también en Galeno, Celso, Areteo de Capado-
la naturaleza, respectivamente); y en segundo cia, y Sorano de Éfeso) y en la literatura (las
lugar, se buscaba un diagnóstico específico y tragedias de Esquilo y Eurípides dan buena
su correspondiente correlación con el caso en cuenta de ello).
cuestión. A ello, evidentemente, seguía una
terapéutica, que se basaba en la vis curatrix Si dada la naturaleza subjetiva de las alucina-
naturae en donde se defiende el tratamiento ciones resulta complicado hacer un seguimien-
con remedios centrados y opuestos al mal; sal- to de las mismas a lo largo de la historia de
vo en tres tratados donde se usan remedios la medicina occidental; éste se ve acentuado
semejantes al mal (simila similibus curantor, a medida que nos retrotraemos en el tiempo.
que con posterioridad será uno de los prin- Como ya hemos indicado, una historia de las
cipios de la homeopatía). Entre los recursos alucinaciones en la Época Antigua, nos debe
terapéuticos usados por los médicos griegos, poner sobre la pista de una patología más am-
nos encontramos con la dieta, los fármacos y plia: la locura (lato senso). Hoy sabemos que
la cirugía como principales métodos. la visión de las alucinaciones ha ido cambian-
do a lo largo de la historia; si bien, debemos
Con esto hemos establecido (grosso modo) dejar bien claro, como punto de partida, que
las bases de la medicina griega; no obstante, en Grecia la locura gozaba, generalmente, de
la “medicina científica” o más concretamente un estatus temporal, esto es, se trata de un tor-
la “psiquiatría científica” merece un pequeño cimiento realizado por agresores demoníacos
comentario mas. Serán las figuras de Herófi- (habitualmente, aunque también puede ser
lo y Erasístrato quienes den inicio, en el siglo acción de los dioses) que atacan la mente y el
III a.C. a un proceso médico mas próximo a cuerpo; así, dicho contagio puede ser bien con-
la cientificidad actual al realizar las primeras secuencia de un castigo ante una ofensa ritual
disecciones anatómicas del cerebro humano o moral, bien un ataque obra de espíritus capri-
y lleven a cabo consultas a enfermos menta- chosos y amorales (Lisa y Las Erinias, que son
les. Ambos, aunque formados en la tradición los principales daémones de la locura). Se trata
hipocrática, la revisarán y harán nuevas apor- de una pérdida momentánea de la conciencia
taciones, posiblemente fruto del contexto ale-

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normal, lo que hará que entre los contemporá- el encéfalo. No obstante, establece un vínculo
neos se señale cierta similitud con la ebriedad con el diafragma que resulta, cuando menos
provocada por el vino (PADEL, 2009) (así, curioso. Así, señala que “el delirio, por ejem-
no deben resultarnos extrañas las alusiones a plo, es sin duda un síntoma del lugar pensante”
Dionisio en lo referente a cuadros alucinatorios (GALENO, 1997) y “todas las enfermedades
en la literatura griega). Ahora bien, los autores de la función dirigente se producen en el en-
coinciden en señalar que hay que diferenciar la céfalo” (GALENO, 1997) al tiempo que vuel-
locura que se padece una vez de la que se pade- ve, como ya señalamos que era frecuente para
ce reiteradas veces, ya que tanto su pronóstico este período, a relacionarlo con la bilis: “las
(en el segundo de los casos incurable), como enfermedades biliosas y calientes causan in-
la propia consideración con respecto al indi- somnio, delirio y frenitis” (GALENO, 1997);
viduo, varía. Ésto no sólo refuerza el carácter y hablando de la bilis negra señala: “Cuando
temporal de la locura, sino que también hace está en exceso en el propio cuerpo del encéfalo
presuponer que existe algún cuadro complejo produce melancolía, de igual forma que el otro
en el que la vulnerabilidad ante el mundo hace humor, el de la bilis negra, producido al reco-
acto de presencia (PADEL, 2009). cerse la bilis amarilla, provoca los delirios vio-
lentos con o sin fiebre, por su abundancia en el
Retomando el Corpus Hipocrático y al hilo de
cuerpo del encéfalo.(…) Hay otro delirio vio-
lo anterior, nos encontramos con un aspecto
lento y también melancólico que se origina al
importante, y es que los griegos consideraban,
cocerse la bilis amarilla” (GALENO, 1997).
como avanzamos una líneas mas arriba, que
las alucinaciones no son una enfermedad que Hasta aquí vemos que podemos considerar
provenga del sentido de la vista. Posiblemente que las alucinaciones son nuevamente locali-
debido a que se asocia con la locura, se des- zadas en el cerebro, y no en el órgano de la
carta de raíz su vinculación con el órgano de vista, y que la bilis (negra) es la causante de
la visión y se señala que su aparición. Ahora bien, por otro lado Galeno
también señala que “los delirios surgen por un
…también la propia cabeza tiene glándulas, el ce-
mal funcionamiento de la boca del estómago,
rebro es semejante a una glándula; pues el cerebro
y por fiebres ardientes, pleuresías y perineu-
es blanco y blando, como las glándulas, y procura a
monías” (GALENO, 1997) con lo cual se está
la cabeza los mismos beneficios que las glándulas.
estableciendo una relación entre las alucina-
En efecto, en su función protectora, el cerebro quita
ciones y el diafragma, aunque considera que
la humedad que está en él por la razón antedicha, y
se trata de dos afecciones diferentes, dos ti-
envía fuera, a las extremidades, el exceso proceden-
pos de delirios distintos, vinculando cada una
te de los flujos. El cerebro es mayor que las demás
de ellos a sus respectivas partes anatómicas.
glándulas, también los pelos son más largos que los
Si bien, sale al paso del posible conflicto que
demás, porque el cerebro es mayor y está en un lu-
dicha nueva asociación pudiese ocasionar, se-
gar amplio, la cabeza. (…) También son afecciones
ñalando que: “Todos los antiguos llamaban
del cerebro otras enfermedades, delirios y locuras,
phrénes al límite situado debajo del tórax,
y todas son peligrosas; las sufre el cerebro y las de-
bien porque se les ocurrió sencillamente, bien
más glándulas; porque tiene también <<tono>> y
porque, como creen algunos, su inflamación
hay allí de nuevo otra confluencia del cuerpo. (TH,
perturba la mente de los enfermos. A partir de
2003b).
Platón comenzó a ser llamado diafragma…”
(GALENO, 1997).
Otro ejemplo de literatura médica, aunque La locura vista desde la filosofía queda per-
algo posterior, en donde encontramos claras fectamente definida por Platón en el Fedro, en
referencias a las alucinaciones es Galeno; en donde no termina de estar concluido el paso
concreto, este autor defenderá la localización del mito al logos y apreciamos una interpre-
de los delirios (incluimos las alucinaciones tación dual (etiología puramente humana o
como “síntoma” asociado de los mismos4) en
delirio existía como enfermedad mientras que las aluci-
4 En cualquier caso no se pretende tratar el delirio como naciones no eran consideradas como tal (para el momen-
equivalente de la alucinación; principalmente porque el to que referimos).

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divina), a la vez que una manifestación de la Posiblemente sea Platón el filósofo que mejor
perspectiva filosófica principal con respecto a ha recogido la definición de locura para la An-
las alucinaciones, lo que puede situarnos ante tigüedad Clásica. De entre sus obras, es en el
la visión de la relación de las emociones con el Fedro en donde mediante una locución de Só-
Yo, de la experiencia emocional, que es distin- crates queda reflejada la percepción del maes-
ta de la nuestra. Esto, como parece evidente, tro de Aristóteles, hasta el punto de que llega a
tiene su correspondencia con uno de los cua- deslizar en la imaginación griega un jeroglífico
tro humores de los que hemos hablado; así, la de ideas nuevas y seductoras referidas a la lo-
locura se asoció durante toda la Antigüedad, cura. Éstas podían operar en dos sentidos. El
y parte de la Edad Media, con la bilis negra y, primero delineado por lo que se dice abierta-
por lo tanto, con la oscuridad (y con el vino, mente en el diálogo: la verdadera locura puede
como ya señalamos), así como con el vaga- generar una visión privilegiada y verdadera. El
bundeo y la soledad (el caminar sin rumbo, segundo sentido es una idea más elitista, que
erráticamente, es una referencia constante, en está implícita en las traviesas acrobacias que
las fuentes clásicas, que se asocia a la locura y el texto efectúa entre amor y no amor, locu-
será la principal característica de la locura du- ra y cordura: esa visión privilegiada puede ser
rante el Medievo). Pero debemos tener siem- vista, por los no iniciados, como locura. Puede
pre presente que son los “sanos” quienes fabri- haber formas superiores de ver, que otras per-
can lo que la locura es, y esto lo hacen a partir sonas llaman equivocadamente locura.
de lo que se ve (de lo que ven); es esto lo que
El texto resulta tan claro y relevante que pro-
ayuda a entender la explicación que tiende a
cederemos a reproducirlo textualmente:
identificar la locura con la oscuridad interior5.
A este respecto, cabe señalar que existen dos Que no es cierto el relato, si alguien afirma que
principales imágenes de la mente en el mundo estando presente un amante, es a quien no ama, a
antiguo, a saber: como femenina, cóncava, pa- quien hay que conceder favores, por el hecho de que
siva, donde la emoción penetra desde fuera; y una está loca y cuerda el otro. Porque si fuera algo
la activa, con la emoción como un vivo fruto tan simple afirmar que la demencia es un mal, tal
que surge de su interior; lo cual es extrapola- afirmación estaría bien. Pero resulta que, a través
ble a la locura al apreciarse que hay sujetos de esa demencia, que por cierto es un don que los
que, como ya señalamos, la padecen de modo dioses otorgan, nos llegan grandes bienes. Porque la
temporal y casi único (repentino y finito), y profetisa de Delfos, efectivamente, y las sacerdoti-
otros que la padecen de modo reiterado (recu- sas de Dodona, es en pleno delirio cuando han sido
rrente y doloroso) (PADEL, 2009). Con todo causa de muchas y hermosas cosas que han ocurrido
ello, dentro de la locura podríamos situarnos en la Hélade, tanto privadas como públicas, y pocas
ante dos diagnósticos principales; por un lado o ninguna, cuando estaban en su sano juicio. Y no
la melancolía y por otro la cólera (ambas pro- digamos ya de la Sibila y de cuantos, con divino va-
ducidas por la bilis negra); en términos grie- ticinio, predijeron acertadamente, a muchos, muchas
gos estaríamos hablando de ἄνοια, παράνοια, cosas para el futuro. Pero si nos alargamos ya con
ἀφροσύνε, παρακοπέ, μανία y en los que estas cuestiones, acabaríamos diciendo lo que ya es
las alucinaciones, a pesar de no ser un síntoma claro a todos. Sin embargo, es digno de traer a co-
dominante, puede estar presente, sin que se lación el testimonio de aquellos, entre los hombres
asocie estas a alguna en concreto, lo cual haría de entonces, que plasmaron los nombres y que no
depender de otros síntomas su atribución. pensaron que fuera algo para avergonzarse o una es-
pecie de oprobio o manía. De lo contrario, a este arte
tan bello, que sirve para proyectarnos hacia el futuro,
5 Esto puede hacernos pensar en una concepción de la no lo habrían relacionado con este nombre, llamán-
locura como concepto social o cultural, sin referente mé-
dolo maniké. Más bien fue porque pensaban que era
dico o natural preciso, lo cual puede ser polémico desde
un perspectiva actual y llevarnos ante el posicionamiento algo bello, al producirse por aliento divino, por lo
antipsiquiátrico; pero no lo es tanto si nos situamos en el que se lo pusieron. Pero los hombres de ahora, que
marco en que se desarrolla esta visión, y menos aún si te- ya no saben lo que es bello le interpolan una t, y lo
nemos en cuenta que se trata de la visión que las fuentes llaman mantiké. También dieron el nombre de <<oi-
clásicas nos proporcionan (para este caso principalmente
onoistiké>>, a esa indagación sobre el futuro, que
la literatura), por lo que en cierta medida tendríamos, en
Grecia, una visión “cultural” de la locura. practican, por cierto, gente muy sensata, valiéndo-

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se de aves y otros indicios, y eso, porque, partiendo medicina muestra una concepción diferente al
de la reflexión, aporta, al pensamiento, inteligencia resto). Volviendo al texto, lo que las personas
e información. Los modernos sin embargo la trans- estúpidas o poco educadas llaman “locura”
formaron en oionistiké, poniéndole, pomposamente, puede ser, en realidad, una visión más verda-
una omega. De la misma manera que la mantiké es dera. Para Platón esa visión más verdadera era
más perfecta y más digna que la oionistiké, como lo la filosofía. En el Fedro, como hemos podido
era ya por su nombre mismo y por sus obras, tanto comprobar, el énfasis en el segundo significa-
más bello es, según el testimonio de los antiguos, la do de manía (como liberación de los hábitos
manía que la sensatez, pues una nos la envían los acostumbrados) nos recuerda que quien está
dioses, y la otra es cosa de los hombres. Pero tam- hablando es un filósofo (huelga decir que en
bién, en las grandes plagas y penalidades que sobre- Grecia se consideraba que los filósofos vivían
vienen inesperadamente a algunas estirpes, por anti- de un modo diferente al de la gente normal).
guas y confusas culpas, esa demencia que aparecía
Con cierta influencia platónica, Galeno señala
y se hacía voz en los que la necesitaban, constituía
que el delirio sería prueba de que el alma está
una liberación, volcada en súplicas y entregada a los
dominada por el cuerpo, hasta el punto de que
dioses. Se llegó así a purificaciones y ceremonias de
señala, con respecto al alma:
iniciación, que daban la salud en el presente y para
el futuro a quien por ella era tocado, y se encontró, Admitamos que es inmortal y tiene naturaleza
además, solución, en los auténticamente delirantes y propia, como decía Platón. Ahora bien, él mismo
posesos, a los males que los amenazaban. El tercer defiende que está dominada y esclavizada por el
grado de locura y de posesión viene de las Musas, cuerpo, de ahí la ausencia de razón de los recién
cuando se hacen con un alma tierna e impecable, nacidos y de los ancianos que desatinan, y también
despertándola y alentándola hacia cantos y toda clase de los que están poseídos por el delirio, la locura,
de poesía, que al ensalzar mil hechos de los antiguos, o la pérdida de memoria, o la sinrazón debida a la
educa a los que han de venir. Aquel, pues, que sin la administración de fármacos o bajo efecto de algún
locura de las musas acude a las puertas de la poesía, humor maligno que se produce en el cuerpo (…)
persuadido de que, como por arte, va a hacerse un pero cuando se cree ver aquello que no se ve, oír
verdadero poeta, lo será imperfecto, y la obra que lo que nadie ha dicho y se dicen palabras indecen-
sea capaz de crear, estando en su sano juicio, queda- tes, prohibidas o totalmente ininteligibles, no es tan
rá eclipsada por la de los inspirados posesos. Todas sólo la prueba de la pérdida de las facultades innatas
estas cosas y muchas más te puedo contar sobre las que posee el alma, sino también la irrupción de las
bellas obras de los que se han hecho “maniáticos” opuestas. (GALENO, 2003)
en manos de los dioses. Así pues, no tenemos por Este texto es especialmente rico en conteni-
qué asustarnos, ni dejarnos conturbar por palabras do, ya que no sólo establece un claro vínculo
que nos angustien al afirmar que hay que preferir al entre medicina y filosofía, sino que además
amigo sensato y no al insensato. Pero, además, que sugiere la existencia de alucinaciones induci-
se alce con la victoria, si prueba, además, eso de que das, lo cual cobrará mayor atractivo en época
el amor no ha sido enviado por los dioses para traer contemporánea hasta el punto de suponer una
beneficios al amante o al amado. Sin embargo, lo línea de investigación propia abordada por la
que nosotros, por nuestra parte, tenemos que probar neurociencia cognitiva.
es lo contrario, o sea que tal “manía” nos es dada por
los dioses para nuestra mayor fortuna. (PLATÓN, Una vez que hemos visto que las alucinacio-
2000: 244a-245c) nes se engloban como posible síntoma de la
locura, que ésta se asocia a la bilis negra y po-
Así, una vez que hemos recogido el fragmen- see un carácter predominantemente temporal,
to, estamos en disposición de señalar que po- siendo conocida por su apariencia; podemos
siblemente, por primera vez aparece en el pen- indicar que la locura invierte la visión hasta
samiento griego la idea de que puede ser que el punto de que se diferencia una visión falsa
no todos estén de acuerdo en qué es la locura (propia de los tocados por la locura) de una vi-
(la visión que se muestra en filosofía no pode- sión verdadera (propia de los cuerdos). Ahora
mos aceptar que sea la concepción “general” bien, cuando los considerados locos ven equi-
de la locura, y la literatura muestra una reali- vocadamente, por lo general están mirando
dad más próxima pero “dirigida”; a su vez, la algo que los cuerdos también pueden ver (hoy

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se denomina ilusión, pero que los griegos no varias razones; tiene el color de la cólera, la
alcanzaron a diferenciar), sólo que lo perciben tormenta, la tierra y la bilis (una de ambas). En
de un modo diferente. Pero podríamos afirmar, esa oscuridad se ve de modo diferente. En esa
en base a las fuentes clásicas que nos han lle- negrura se pueden ver cosas verdaderas, pero
gado, que los locos ven más cuando ven algo no aquellas que resulten seguras o cómodas de
donde los cuerdos no lo ven. Así, por ejemplo, ver. La locura aísla. Los locos no miran ni ven
la locura de Orestes (ESQUILO, 1999) con- como las demás personas (de ahí su relación
siste en ver a las Erinias como realmente son. con las alucinaciones, como resulta evidente).
Los dementes pueden ver donde otros no ven, Son peligrosos (más aún cuando la locura se
alucinan (sirvan como ejemplo en la tragedia repite en el mismo sujeto), de modo que los
griega, en concreto en Esquilo: Orestes, Ca- locos son expulsados o se autoaislan de los de-
sandra, Ío; pero también fuera del teatro: He- más, y al otro lado de las paredes (de las mura-
racles y Áyax). Esto nos sitúa ante la llamada llas de las polis), la locura camina errante. Se
locura profética que para algunos autores no asemeja a otras marcas de la hostilidad divina
es exclusiva de Grecia, sino que se trata de que también aíslan: enfermedades de la piel,
un legado indo-europeo (DODDS, 2006: 76), corrupción. La locura es un error, un daño, un
pero que en cualquier caso nos pone ante los mal; y los más crueles ejemplos de ellas son la
oráculos griegos y la posesión por parte de las θεομακία (theomakhía) y el asesinato de los
divinidades. Sin embargo, señalaremos que a propios hijos. Pero junto a esta posición filo-
lo largo de la historiografía antigua ha habido sófico-mágico-religiosa, existe otra empírico-
casos en los que se ha sugerido que todos los naturalista de raíz hipocrática y en buena me-
griegos padecían alucinaciones como norma dida humoral, como hemos podido apreciar.
(JAYNES, 1979). No obstante, este análisis, al
margen de superado, se basaba en el conteni-
do de la Ilíada como única fuente de estudio; ***
lo cual tienen cierta validez intrínseca, si te-
nemos en consideración que Homero presenta
un Áyax demente que masacra ovejas bajo la La aparición del cristianismo supone un cam-
trastornada creencia de que se trata de solda- bio importante en el pensamiento con respecto
dos enemigos (esto sin demasiada dificultad al mundo griego y, como tendremos ocasión de
puede recordarnos a don Quijote y su carga comprobar en más ocasiones, los cambios en
contra los molinos de viento). Sin embargo, el pensamiento repercuten notablemente sobre
esta afirmación con respecto a la primera na- el planteamiento científico, y en consecuencia,
rración griega, no puede ser extrapolable a la sobre la visión que la medicina tiene de las
sociedad de la Grecia del momento de modo enfermedades y los pacientes. En la teología
general. cristiana, el Espíritu Santo y el Diablo lucha-
rán por la posesión del alma de los individuos;
Resumiendo brevemente lo concerniente a la las señales que indicaban esta “psicomaquia”
Grecia Clásica, antes de continuar, podemos podían incluir desesperación, angustia, aluci-
señalar que la consideración general era la naciones…
de representar la locura como algo temporal,
que proviene del exterior. Se oscurece dentro Será San Agustín el primer pensador cristiano
como una tormenta, tuerce nuestra manera de que inicie, a partir de las Sagradas Escrituras,
ver. Es convulsión interior, que se expresa en la consideración sistemática de la naturale-
el exterior como una danza retorcida. Los de- za de las experiencias alucinatorias. Así, San
más saben que estamos locos por el modo en Agustín, en su análisis de la carta de San Pablo
que nos mostramos y nos movemos. La locu- a los Corintios distingue tres niveles para la
ra se asocia a la “negra tierra” (una profunda palabra “ver” (SLADE y BENTALL, 1988):
imagen griega de la mente misma); a lo que 1/ visión corporal: experiencia visual directa
surge de ella (Erinias), y a la emoción que más del mundo exterior a través de los órganos
daño exterior produce: la cólera (y con ello a de los sentidos.
la bilis negra, lo que nos entronca con la teoría
de los cuatro humores). La locura es negra por 2/ visión imaginativa: objetos localizados en
el tiempo pero no en el espacio.

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Historia de las alucinaciones en la Antigüedad

3/ visión intelectual: no localizados ni en el base inspiradora para el manual de persegui-


tiempo ni en el espacio6. dores de brujos, algo que lo aleja mucho de los
avances en psiquiatría.
A su vez, en La Ciudad de Dios, señala que “…
los demonios no obran nada según el poder de
su naturaleza (ya que ellos son también criatu-
ras angélicas, aunque malignas por su propio 5. Conclusión
pecado), sino lo que les permita Aquel cuyos En Grecia, podríamos afirmar que la medicina
designios ocultos son muchos, aunque ningu- existía, por una parte, como complemento de
no injusto” (AGUSTÍN DE HIPONA, 2006). las tradiciones rituales y filosóficas, en donde
Como veremos a continuación, esto no será Asclepio y los santuarios a él dedicados son
plenamente aceptado dentro del cristianismo, uno de los principales ejemplos; y por otra,
y ya el propio Tomás de Aquino será el encar- que el Corpus Hipocrático expone un desa-
gado de establecer las bases para una nueva rrollo de la medicina amplio, con un sistema
concepción doctrinal de las alucinaciones. explicativo holístico con respecto a la salud
A su vez, tomando a otro de los grandes pen- y la enfermedad, en donde se incluye tanto la
sadores del cristianismo, recurrimos a la fi- locura como las alucinaciones. La medicina
losofía escolástica, donde nos encontramos hipocrática, imperante en estas coordenadas
con que Tomás de Aquino señala que resulta espaciotemporales, buscaba la preservación
crucial diferenciar si la experiencia vivida fue de una mente sana en un cuerpo sano median-
obra del demonio, de Dios o de otra fuerza na- te un equilibrio en el que la naturaleza (physis)
tural o causa. A ello podemos añadir que las era el punto de mira de toda acción, de modo
apariciones de ángeles las explica recurriendo que la vida humana debía ser entendida en tér-
a ilusiones y visiones imaginarias (TOMÁS minos naturalistas. A este respecto, se excluía
DE AQUINO, 2002). Esto resulta interesante por definición lo sobrenatural. Si bien es cier-
ya que aquí se realiza una distinción clara en- to que señalamos la posibilidad de influencia
tre ilusión, en la que puede existir un objeto de daémones, e incluso dioses, con respecto a
exterior, y visión imaginaria, que no requie- las alucinaciones, esta acción se basaba en un
re de objeto exterior. La importancia de esta desequilibrio del cuerpo, en donde aparece la
matización radica, como tendremos ocasión teoría de los humores como explicación (re-
de comprobar al llegar al siglo XIX, en que cordemos aquí lo ya señalado con respecto al
posiblemente sea el gran logro atribuido a Es- paso del mito al logos). Así, estamos en dispo-
quirol y uno de los grandes preceptos de la psi- sición de afirmar que la medicina hipocrática
quiatría contemporánea que resultó un avance explicaba la salud y la enfermedad en términos
crucial en dicho campo7. No obstante, Santo de “humores” (secreciones o fluidos elementa-
Tomás servirá, como veremos más abajo, de les). Con esto, aunque el agente causante de la
enfermedad fuese un ser no humano, la expli-
6 A simple vista podría alegarse aquí que no existe la re- cación (y la curación) recaían en un sistema
ferencia a las alucinaciones, ya que la imaginación dista “fisiológico” basado en la existencia de cuatro
mucho de ello, de modo que por definición el punto pri- humores, como ya quedó explicado más arriba
mero no las contempla y el segundo y tercero no lo son.
(pervivencia de la dualidad mito-logos). A esto
No obstante, San Agustín sí hablará de alucinaciones, de
origen demoníaco, y no las considera experiencia visual debemos añadir el paralelismo establecido con
directa proveniente del mundo exterior, de modo que in- la teoría de los cuatro elementos, lo que nos
eludiblemente debe incluirlas en alguna de las otras dos. introduce a la filosofía nuevamente en el cam-
Con ello tal vez exista una falta de definición o concre- po de la medicina, y la que, a su vez, vuelve a
ción de los puntos dos y tres o Agustín de Hipona realiza vincularse con la naturaleza, entrando los dos
ajustes de una obra a otra.
7 Nos cuesta creer que sea Tomás de Aquino quien rea-
pares de binomios contrapuestos en juego y
liza esta distinción y que la historia de la psiquiatría no dando lugar a la aparición de los temperamen-
haya caído en ello y lo atribuya, presumiblemente sin tos, o lo que sería conocido, siglos después,
excepción, a Esquirol. No obstante, todos los indicios como personalidad.
apuntan a que nos encontramos con una clara distinción
entre ilusión y alucinación, uno de los mayores logros De este modo, en Grecia, a diferencia con el
con respecto al estudio y análisis de las alucinaciones, ya resto de la cuenca mediterránea y Mesopota-
en la Edad Media.

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Historia de las alucinaciones en la Antigüedad

mia, nos encontramos con un potencial ex- etapa precedente, centrada en el mayor uso de
plicativo de grandes dimensiones en donde plantas medicinales dentro del apartado de te-
filosofía, fisiología y psicología se unen para rapéutica, como consecuencia de la actividad
proporcionar una solución “científica” a las monástica. No obstante, en lo concerniente
enfermedades, en base a la naturaleza, en don- a la formación teórica no podemos hablar de
de el ser humano es parte activa de la misma y cambios significativos. Sin embargo es posi-
en donde la enfermedad es consecuencia de un ble ir más allá, en buena medida debido a la
desequilibrio de los humores, provocados por aparición del cristianismo, y observar que en
la causa que fuera (estación climática, fuerzas lo concerniente al diagnóstico se aprecia la
sobrenaturales, azar, dieta, traumatismos…). atribución de los trastornos mentales (aluci-
Para lo que aquí más nos interesa, las aluci- naciones incluidas) a la acción del demonio,
naciones se consideraban parte de la locura, lo que dio lugar al concepto de posesión de-
la cual, como ya señalamos, era conocida con moníaca (excluyendo la explicación física
diferentes nombres, pero en cualquier caso presente en Grecia) y, en consecuencia, hace
obedecía, generalmente, a un exceso de bilis surgir la figura del exorcista, de modo que los
negra, siendo el exceso de sangre o bilis ama- sacerdotes pasaron a desempeñar ciertas fun-
rilla origen de la manía. ciones puntuales con respecto al tema que aquí
nos interesa, sustituyendo a los médicos (cura
En lo referente a la terapéutica, vimos que du-
animarum).
rante el período clásico, los médicos griegos
se basaban en el equilibrio de los humores, A lo largo del Medievo, a pesar de permane-
para lo que principalmente recurrían a la dieta cer vigente el sistema médico previo, la tera-
y a los remedios fitosanitarios para su restable- péutica de los pacientes alucinados (y de los
cimiento. En cualquier caso, existía un marco “locos” en general) se ve transformada, como
de actuación y una prescripción, encaminada a consecuencia de la intromisión de la autoridad
la búsqueda de la recuperación y consecución eclesiástica. Así, deja de ser prioritaria la sa-
de la salud del paciente. lud del paciente para tratarse la cuestión de la
posesión demoníaca y “salvar” así a los fie-
Podemos resumir la medicina griega señalan-
les de las garras del mal. En dicha “lucha” la
do que, la teoría de los humores proporciona-
mejor forma de proceder era la purificación,
ba un esquema explicativo completo y acotado
de modo que el fuego se convirtió en una de
por parámetros bien definidos. A su vez, este
las herramientas de la Inquisición para el res-
esquema abarcaba lo natural y lo humano, lo
tablecimiento del Bien. Este hecho provocó
físico y lo psicológico, lo saludable y lo pato-
que los alucinados (en general los desórdenes
lógico, hasta el punto de servir de base para la
psiquiátricos acompañados de alucinaciones y
medicina occidental durante un largo período
aquellas alteraciones de la percepción sin tras-
de tiempo. Tal será su importancia y repercu-
tornos psiquiátricos) fuesen torturados y que-
sión que será la base para el desarrollo médico
mados en vez de tratados. En el mejor de los
de la Edad Media hasta el Renacimiento, mo-
casos eran expulsados de la comunidad (o se
mento en que se lleva a cabo un cambio cul-
autoaislan) para evitar el contacto con aquella
tural significativo, con su consiguiente reper-
otra parte de la sociedad que no refería sín-
cusión en el campo de la medicina (y de cómo
tomas alucinatorios o dementes (pero que sin
las alucinaciones eran consideradas).
embargo son los que definen las alucinaciones
Así, a partir del siglo III podemos considerar y les otorgan un estatus determinado).
la existencia de dos medicinas paralelas (o dos
De este modo, la aparición del cristianismo abre
corrientes médicas simultáneas): por un lado
un período de cierto estancamiento (cuando no
la medicina cristiana (quedan aquí incluidos
de retroceso) en cuanto a medicina se refiere,
los médicos judíos, ya que su actividad pro-
supone un cambio de perspectiva con respecto
fesional la ejercían en territorios cristianos)
a la visión de los alucinados (de los enfermos
y por otro la islámica; ambas reconocieron y
en general) ya que la doctrina cristiana pasa a
adoptaron la tradición hipocrática, sistemati-
desempeñar un papel importante de modo que
zada por Galeno. Tal vez podríamos señalar la
se produce un cambio en la concepción del
existencia de una salvedad con respecto a la
paciente que padecía alucinaciones, lo que re-

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Historia de las alucinaciones en la Antigüedad

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