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El objetivo de la investigación que plasma este artículo, es un estudio crítico sobre la teórica
del fenómeno de la indefensión aprendida en el hombre, e intentar aclarar la naturaleza del
mismo. El tratamiento, la prevención, la etiología y los déficits presentes en la teoría de la
indefensión aprendida se analizan desde el punto de vista de la Teoría de la Atribución.
Esta teoría suscita aún muchos problemas para su plena aceptación; intentando aclarar el
proceso los autores proponen un algoritmo del mismo afirmando, que es necesario tener en
cuenta los conocimientos que pueden suministrar la Psicología General, y en concreto la
Psicología del Pensamiento.
La indefensión aprendida tiene varios significados: Por un lado se puede definir como un
determinado procedimiento experimental consistente en someter a los sujetos a una
situación inescapable generalmente aversiva.
Puede definirse como el conjunto de déficits conductuales, motivacionales y emocionales,
que aparecen con posterioridad como consecuencia de haber sido sometidos al
mencionado procedimiento experimental.
Por último hace referencia a una determinada teoría que intenta explicar los mecanismos
patógenos y los procesos que dan lugar a la manifestación de tales síntomas: la llamada
«Teoría de la IA», que propone el siguiente esquema etiológico de estos déficits (véase
Seligman, 1975).
Se daba la circunstancia de un escaso poder predictivo del modelo experimental para inducir
un estado de IA e incluso el hecho de que se daban resultados tan sorprendentes como que
no se producía un déficit en el rendimiento, sino una facilitación. El mecanismo por el que se
formaban las expectativas particulares no tiene relación puntual con las contingencias
externas fijadas por el experimentador y al intentar generalizar los efectos tampoco se
acertaba en suficiente número estas predicciones.
Abramson, Seligman y Teasdal (1978) reformulan este esquema explicativo, incidiendo en el
proceso cognitivo propuesto y detallando mejor cómo se forman estas expectativas. El
nuevo modelo es sencillo, inserta un nuevo componente: las atribuciones que el sujeto
realiza respecto a la causa de encontrarse en una situación donde puede o no controlar los
resultados. El algoritmo (Abramson et al., 1978,
p.52)
Percepción Atribución
No de la no para la no Es así como se introduce La Atribución como
Contingenci contingencia contingencia una variable que aparece entre la percepción
a Objetiva (presente y (presente y de no contingencia y la expectativa de no
(1) pasada) pasada) contingencia futura. El determinante de las
expectativas serán las atribuciones peculiares
(2) (3)
que el individuo efectúe respecto a la causa de
la no controlabilidad.
Expectativa de
Síntomas de
futura no Se generaron interesantes estudios referidos a
indefensión
contingencia. la relación existente entre el fracaso escolar y el
(5) tipo de atribución, revalorizándose aún más el
(4) papel cognitivo activo del hombre: ―Afirmamos
que cuando una persona se halla indefensa se
pregunta por qué lo está‖ (Abramson et al., 1978, p50). Consiguiéndose con esta nueva
inclusión, el ―modelo reformulado‖ ganar especificidad respecto de los fenómenos de
indefensión observados en humanos.
La Teoría de la IA propone 3 deficits:
parece ser que la sensación de control afecta positivamente al estado de ánimo de los
sujetos.
4. La autoestima. Además de estos tres déficits señalados, en el modelo reformulado
se distingue otro específicamente humano: la pérdida de autoestima, según la Teoría
Atribucional, cuando el sujeto cree que sólo él es incapaz de controlar el medio –
―indefensión personal‖ se producirá perdida de la autoestima, mientras que si el sujeto
cree que ni él ni nadie puede controlar el medio-―indefensión universal‖ no habrá
pérdida de la autoestima.
5. Hay factores que, a su vez, influyen en el tipo de atribución que se haga: el grado de
depresión del sujeto, el sexo del individuo (las mujeres son más depresógenas) la
raza (los negros efectúan atribuciones más depresógenas) el tipo de instrucción
experimental así como la importancia que se le dice al sujeto que tiene la tarea
insoluble que ha de «resolver».
La variable que más importancia tiene para el posible papel de modelo que pueda jugar el
fenómeno de la IA es el «estado depresivo» del individuo: la similitud de síntomas entre
sujetos deprimidos e indefensos, puede proporcionarnos una base sólida a la pretensión de
que la IA modela la depresión.
Miller, Klein y Sligman (1975.1976), hallaron que los sujetos deprimidos manifestaban
idéntico patrón de síntomas que los no deprimidos sometidos a un tratamiento de
indefensión.
Se comprobó que los deprimidos percibían las tareas de habilidad como si fuesen de azar,
los deprimidos percibían sus propias respuestas como independientes de los resultados.
Ante estos experimentos muchos teóricos sugieren que quizás los deprimidos, tengan unas
atribuciones más internas, más globales. y más estables para el fracaso, su propio estilo
Atribucional, Seligman (1978) llega a hablar de una «personalidad depresiva» pero es difícil
obtener una medida válida y fiable de la depresión.
Lo cierto es que el apoyo empírico para establecer la validez del modelo es aún muy escaso
y de naturaleza más bien indirecta, las atribuciones aún no se miden directamente según las
dimensiones propuestas sino que éstas se infieren a partir de juicios generales del sujeto.
Weiner (1974) ha señalado que la magnitud del cambio de expectativa más que un índice de
la percepción entre respuestas y resultados, es un índice de la dimensión atribucional de
estabilidad. Los deprimidos y los indefensos hacen atribuciones más inestables que los
sujetos normales referidas a los resultados contingentes con la respuesta. Pero se da el
caso de que los deprimidos perciben correctamente la no contingencia, siendo los sujetos no
deprimidos quienes sorprendentemente distorsionan estas relaciones al creer que tienen
más control del que realmente poseen.
La explicación de Alloy para esta exactitud perceptiva de los deprimidos, gira entorno a un
componente afectivo: la «ilusión de control» quizá tenga una función protectora de la
autoestima y en último término, de caer deprimido.
Este es un punto crítico para el modelo de depresión que se supone que es la IA, debemos
de señalar que la relación entre la IA y la depresión clínica no es en absoluto tan puntual y
ajustado como se creyó en un primer momento señalando la necesidad de reformular el
déficit cognitivo, los deprimidos, al exponerse menos a contingencias reales, debido a su
déficit motivacional, puede que infraestirnen sus capacidades, incurriendo así en un circulo
vicioso.
El sujeto es capaz a priori de percibir las contingencias de modo extraordinariamente
preciso, pero se expone menos a ellas debido a una expectativa de incontrolabilidad, y por
tanto es menos probable que compruebe la eficacia potencial de sus respuestas para
generar resultados deseados.
Hay que buscar una evaluación más directa de las propias expectativas, de modo que nos
permita concluir acerca de cual es el papel en la indefensión. Sería un constructo, hay una
serie de «operaciones convergentes» que parecen confirmar su existencia, así según
Seligman y Miller, bajo condiciones de no contingencia es frecuente que se produzca:1)
Pasividad ,2) Problemas de aprender relaciones contingentes futuras,3) Mínimos cambios de
expectativas,4) Informes de los propios sujetos diciendo que sentían «no poder hacer nada».
La mayoría de las terapias de IA persiguen inducir al paciente a que descubra que responder
produce el reforzamiento que desea.
3 tipos de aproximaciones terapéuticas:
Hemos visto a lo largo del artículo numerosas propuestas que intentan explicar el fenómeno
de la IA, por un lado los estudios con animales no nos permiten hacer una diferenciación en
la naturaleza de los déficits, la teoría de la IA como hemos visto presenta déficits cognitivos,
los estudios de Alloy que presentaron un método que minimiza los componentes
motivacionales es objeto de numerosas críticas, al igual que faltan medidas más precisas de
las expectativas de incontrolabilidad y de las atribuciones y así poder establecer claramente
los nexos causales.
6 AEC INDEFENSION
?
Duracion expos. Instrucciones SI NO NO
SI
Estilo atrib. Dif 1 Ilustraciones.
Estilo atrib Dif Indivi. Factores Atribucion Atribucion
Atribucion Atribucion
sesgo Expcias. Control Preeliminar Preeliminar 1
Preeliminar Preeliminar
Comparaciones sociales. no depresiva no depresiva
depresiva depresiva
Autoevaluacion
Rendimiento mejorado o
disminuido
Pseudoindef. o no sintomas
NO
Persistencia o no de sintomas
El nuevo modelo teórico propuesto por Abramson et al. (1978) también presenta
inconvenientes como: incidir de modo excesivo en los informes verbales de los sujetos que
pueden no reflejar realmente bien, verdaderos procesos cognitivos internos, además, hay
algunas predicciones específicas de la teoría que no parecen confirmarse y por último la
dificultad de emplear un adecuado grupo de control.
Todo ello señala la necesidad de configurar un nuevo marco en el que se empleen los
conocimientos de la Psicología General —en especial la teoría de la decisión y los procesos
de formación de expectativas y de forma más general, contar con la Psicología del
Pensamiento.
Otro punto a tener en cuenta es la selección de la muestra pues en casi todos los casos los
experimentos se desarrollan en un marco exclusivamente universitario, siendo un sesgo
para generalizar los resultados.
Del mismo modo resulta esencial parametrizar la generalización de los efectos la
inmunización y la terapia, así como incluir formalmente elementos motivacionales
etiológicos (Roth, 1980).
Por un lado consiguen reflejar que el único elemento necesario y suficiente para la conducta
indefensa son las «expectativas de incontrolabilidad», en segundo lugar proponen que la
interacción de las expectativas con el valor, un componente motivacional, explica la
aparición de la indefensión o del mejoramiento y por último las expectativas pueden
realmente afectar al posterior registro y evaluación de las contingencias.
Estoy de acuerdo en considerar que hay que tener en cuenta la Psicología del pensamiento,
así como el desarrollo y los procesos de formación de expectativas, lo que resulta bastante
difícil es crear modelos generales y que definan el curso de los acontecimientos en todos los
casos.
Propongo que se realicen los experimentos en todos los ámbitos para no sesgar los
resultados, se pueden crear en base a esto, hipótesis o teorías pero más bien referidas a
aspectos no emotivos(sabemos que el componente básico para la creación de la IA es la
expectativa de incontrolabilidad, pero la asimilación de este fenómeno dista mucho de ser
objetivo y medible), la medida de las emociones y sus consecuencias, es prácticamente
imposible, sabemos que la forma de asimilar situaciones iguales para diferentes individuos
es demasiado variada para poder crear una previsión general.
La idea del algoritmo, aunque compleja, refleja con mayor exactitud como se crea la
indefensión adquirida, pero como vemos existen flujos en los que se sitúan interrogantes.