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21/10/2018 Del “Muerte a Perón” al “Perón o muerte” | Perfil

Gastón García Miramon, Raúl A. Jorsiomo y Lorenzo Blanco. En poder de Blackley la policía
secuestra dos carabinas 32 y un rifle Halcón de uso militar.
Castex confiesa que el jefe era Diego Muniz Barreto, pero en el organigrama estaba él como “chief”
(jefe) porque Diego era “muy temperamental”. Barreto logra eludir a la policía escapando por una
puerta disimulada en la boisserie de su lujoso departamento. Se refugia en la Embajada de Uruguay y
luego cruza a Montevideo.
 El 21 fueron puestos a disposición del juzgado del doctor Miguel Rivas Argüello, y la causa se
caratuló: “Actividades con el fin de atentar contra la vida del Señor Presidente de la Nación”.
En sus primeras declaraciones, alegaron que se estaban organizando para ser el apoyo civil de un
golpe de Estado. Por indicación de sus defensores, el argumento varió a ser grupos de autodefensa,
ante las amenazas recibidas por sus familias de los grupos peronistas.
Amnistía. En noviembre el Congreso sancionó la ley de amnistía Nº 14.296 y el 31 de diciembre
estaban todos en libertad.
Otro “comando civil”, Florencio Arnaudo, confesó en 2005 a Clarín: “Según la teoría de Santo
Tomás de Aquino, estábamos dispuestos al tiranicidio y liquidar a Perón”. No es extraño, entonces,
que otros discípulos de Santo Tomas –Fernando Abal Medina y Mario Eduardo Firmenich–, con el
mismo argumento del “tiranicidio” hayan fusilado a Pedro Eugenio Aramburu el 1° de junio de 1970.
Diego Muniz Barreto y Mariano N. Castex no pudieron cumplir el objetivo de matar a Perón, pero
15 años después ambos conocerán en Madrid y se convertirán en sus seguidores.
Guerrilla de Barrio Norte. La violencia política no comenzó en los 70. Su antecedente más cercano
se puede encontrar en los “comandos civiles” de los años 50. Su impronta, y su forma organizativa en
células, nombres de guerra, etc., se asemejó mucho a la de la guerrilla setentista. Claro que tenía otro
color político, era antiperonista y la mayoría de sus miembros eran jóvenes de clase alta. Abundaban
los dobles apellidos de Barrio Norte y San Isidro. Ruiz Moreno, De Vedia y Mitre, De las Carreras,
Lanús, Sánchez Zinny, Martínez Paz, Villada Achával, Beccar Varela, Rodríguez Larreta, Menéndez
Behety son algunos de los mencionados en las crónicas de la época. También es cierto que muchos
de los hijos de estos furiosos antiperonistas, 15 años después, van a nutrir las filas de Montoneros y
otros grupos guerrilleros.
Su debut fue el 15 de abril de 1953, cuando en una concentración en Plaza de Mayo pusieron
bombas que dejaron siete muertos y 90 heridos, entre ellos 19 mutilados. Aclaremos que la guerrilla
setentista nunca hizo este tipo de atentados contra la población civil. Entre sus autores materiales
estuvieron Arturo Mathov, Roque Carranza, Carlos Alberto González Dogliotti y los hermanos
Alberto y Ernesto Lanusse.
Diego Muniz Barreto, un niño mimado de la aristocracia, nació en Mar del Plata en 1934. Sus
bisabuelos paternos eran descendientes de familias portuguesas fundadoras de Bahía (Brasil), donde
consolidaron una fortuna descomunal. Su bisabuelo materno, Emilio Vicente Bunge, compró al
Estado 28 mil hectáreas “ganadas en la campaña del desierto” en la zona de General Villlegas.
Voladura. Su exilio en Montevideo duró poco tiempo. El mismo cuenta que en julio de 1955 cruzó el
río en un bote de remos con una carga de 20 kg de gelinita. Esta vez el operativo iba a tener éxito. La
madrugada del 20 de julio él y su grupo llegaron a las puertas de la Escuela Superior Peronista en
avenida Corrientes y San Martín. Diego invitó al policía de guardia a tomar una cerveza en el bar de
enfrente mientras sus cómplices ingresaban con los explosivos. Los destrozos fueron totales. El
director de la escuela era el doctor Raúl Mende. Su hijo, Jorge Mende, fue un destacado cuadro
montonero asesinado en la ESMA en noviembre de 1976.
Atentados contra policías. Ya en los meses previos al golpe de septiembre los comandos civiles
adoptaron la táctica de atentar contra policías que hacían consigna en templos y escuelas religiosas.
Varios resultaron muertos y otros sufrieron graves heridas. Los comandos se movían en jeeps desde
donde abrían fuego. El 16 de agosto, la crónica periodística informaba que frente a la confitería La

https://www.perfil.com/noticias/elobservador/del-muerte-a-peron-al-peron-o-muerte.phtml 2/28

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