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La flexiprecarización
Innovación, clase obrera y nueva precariedad: avance de una investigación
Santiago Aguiar
Quilmes, Argentina
“en una época como esta me parece bueno y natural hacerme las siguientes preguntas:
¿en qué creo? ¿porqué debo luchar, y contra qué debo luchar?
John Steinbeck, “Al Este del Edén”
Resumen
El cambio tecnológico, el progreso tecnológico, la innovación, han capturado nuestra
imaginación una vez más. No es asombroso. Me ha impactado profundamente que el ser
humano esté en condiciones de poder vencer todos los límites para su bienestar. No
menor es mi impacto al constatar la aparición de un nuevo fenómeno que se despliega en
extensión y en profundidad: la precariedad del trabajo, que contrasta visiblemente con
aquel otro fenómeno social. ¿Hay relación entre uno y otro?
Esta pregunta básica me llevó a delinear este estudio. Comencé por una revisión de la
literatura -nunca todo lo extensa que debería ser, nunca todo lo profunda que quisiera-,
para poder construir los conceptos necesarios que me permitieran orientarme en el
trabajo de campo, un estudio de caso en una fábrica del complejo forestal en Chile.
Me resulta igualmente impactante encontrarme que la literatura prácticamente carece de
estudios sobre una relación entre estos dos fenómenos que se vienen desarrollando
simultáneamente a lo largo de las tres últimas décadas: se puede establecer que del
fenómeno de la precariedad laboral al que hoy asistimos, se comenzó a hablar a
principios de 1970. Hay consenso en la literatura que las nuevas tecnologías llevan tres
décadas revolucionando la producción y nuestra manera de vivir.
En el presente Cuaderno, presento un adelanto de una investigación en curso sobre estos
dos fenómenos y sus relaciones.
2
La precarización del trabajo: una definición
3
virtuosos (Echeverria Tortello, 2006), con un nuevo paradigma de producción
flexible que presenta estos riesgos, pero también oportunidades (Diaz, Godoy,
Stecher, 2005).
Se la explica también como resultado de lo que con acierto se ha llamado –desde
el punto de vista de la situación del trabajador- la “cadena de relaciones de
incertidumbre” (Falabella, 1990), con las cadenas de subcontratación (De Paula
Leite, 1999).
Se la ha identificado como componente de una situación social determinada por
condiciones de trabajo y de vida desfavorables para el trabajador, con un bajo
grado de estabilidad, como resultado del bajo grado de organización de los
trabajadores (Falabella, 1990).
Donde más consenso hay en la literatura es en la comprensión del fenómeno de la
precariedad laboral asociada al “trabajo atípico” por oposición al “trabajo normal”,
pero caracterizada centralmente por su consecuente falta de acceso a la
protección social (Vega Ruiz, 2005; Henriquez, Uribe-Echeverria, 2004; Galvez,
2004; Equipo Cambio Estructural y Desigualdad Social, 2000; Tokman, 1999;
Espinoza, 2003).
Finalmente, se la ha planteado en el marco de cambios sociales más
fundamentales. Podría situarse entre estos a quienes hablan de un nuevo régimen
o modo de acumulación flexible (Iranzo, De Paula Leite, 2006), modo de
acumulación post-fordista (Alonso, 2007), sociedad de la información (Yánez,
Medel, Díaz, 2001). Pero fundamentalmente se trata de quienes directamente
plantean transformaciones más generales con la aparición de la sociedad de
riesgo y la individualización de las relaciones sociales (Beck, 2007), y el fin de la
sociedad salarial (Castel, 2004).
De conjunto, podría decirse que hay, a grandes trazos, cuatro grandes
perspectivas. Una perspectiva jurídica y del mercado de trabajo (la atipicidad
contractual y de las condiciones de trabajo). Una perspectiva del proceso de
trabajo (flexibilización). Una perspectiva de la subjetividad (dispersión,
debilitamiento). Una perspectiva “del bienestar” (la preocupación por la protección
social).
4
Todos, exceptuando tal vez a quienes lo refieren a cambios sociales más
fundamentales, coinciden, en lo principal, en que la precariedad se trata de un
efecto no deseado.
Y quienes más claramente lo formulan son quienes se ubican dentro de lo que
aquí se ha denominado la “perspectiva del bienestar”, planteándose la necesidad,
pero por sobre todo la posibilidad, de corregir este fenómeno de la precariedad, y
así superarlo.
Diferentes entre sí, las cuatro perspectivas coinciden, en lo fundamental, en la
necesidad de promover una mayor protección social. Aquí, dos propuestas son las
que se destacan. Una, que promueve un gran pacto social por arriba, que podría
traducirse en la llamada flexiseguridad. Otra, que promueve, ante las estrategias
precarizadoras, defensivas, no virtuosas, de algunas empresas, estrategias de
concertación local, que permitan adecuar las exigencias de flexibilización de las
empresas, con las demandas de protección de los trabajadores.
Aquí, definiré la precariedad del trabajo, en su núcleo básico, como la inestabilidad
del trabajo, constituida en el proceso de producción y el proceso de trabajo con su
base técnica en el cambio tecnológico y las innovaciones actuales de carácter
flexible. Por esto mismo, no se trata de un efecto transitorio o no deseado. Y sobre
el que sí es posible, sin revertir esta tendencia sino consolidándola, incrementar
los niveles de protección social (flexiseguridad). Pero para poder adentrarnos más
en su naturaleza, debemos seguir avanzando en las definiciones que nos permitan
intentar acceder a una comprensión del proceso en su conjunto, de la relación
entre ambos fenómenos.
1
Destacan los trabajos de Freyssenet, por ejemplo: “Trabajo, automatización y modelos
productivos”
5
desarrollar una teoría sociológica actual del cambio tecnológico y la innovación
flexibles. Y aunque los economistas, y tras ellos todos, hablan de una nueva
sociedad de la información y una nueva economía del conocimiento, deben admitir
que, por diversos motivos, aún se carece de una teoría satisfactoria que permita
explicar este fenómeno2.
Sin embargo, para poder realizar un estudio sociológico de estos procesos en
curso, es necesario poder construir una serie de herramientas conceptuales que
nos permitan aproximarnos al fenómeno.
Para poder realizar esta tarea, es necesaria la revisión de los diferentes enfoques
teóricos dedicados a su estudio. En este camino, hemos encontrado al menos
siete grandes ejes temáticos que agrupan las preocupaciones y las definiciones de
los estudiosos, y que he clasificado del siguiente modo: los actores, los períodos,
las definiciones, la localización, las causas, las corrientes teóricas, los requisitos.
En cada uno de estos grandes ejes temáticos, encontraremos diferentes
conceptos con los que estudiar el fenómeno. Ver Esquema 1.
Para este estudio exploratorio, en el que he intentado fusionar su carácter teórico
con el trabajo de campo de un estudio de caso a nivel de una fábrica, definí que
cuatro de esos grandes ejes teóricos (sombreados en el Esquema 1) son básicos
para avanzar a una Teoría Sociológica del cambio tecnológico y la innovación
flexibles: actores, períodos, definiciones, localización. Es decir, un estudio histórico
estructural, guiado teóricamente con trabajo empírico de campo localizado. Y
definí como conceptos centrales: para el eje teórico de “actores”, la relación
capital-trabajo; para el eje teórico de “períodos” la flexiprecariedad; el eje teórico
de las “definiciones”, la base técnica; para el eje teórico de “localización”, el
proceso de trabajo.
2
“La literatura sobre cambio tecnológico, innovación y determinantes del crecimiento de la
productividad laboral resulta en muchos sentidos insatisfactoria cuando tratamos de integrar lo
macroeconómico con lo macroeconómico en torno a una explicación sistémica de por qué se
moderniza y evoluciona en el tiempo una determinada economía. Pese a que el crecimiento
económico ha sido central desde los tiempos de Adam Smith para la disciplina económica,
debemos admitir que la profesión carece aún de una visión universalmente aceptada acerca de
estas cuestiones”. (Katz Jorge, 1990: p. 21).
6
Estudiando el proceso de producción, en tanto el suelo donde se desarrolla el
cambio tecnológico y la innovación flexibles, puedo definir a estos fenómenos
como su base técnica, que da por resultado un fenómeno nuevo, la
flexiprecariedad, que define la actual relación específica capital/trabajo, que es la
que se constituye en el proceso de producción.
El concepto de base técnica es de importancia primordial. Lo que intento decir con
esta definición es que las nuevas tecnologías y el proceso de innovación de
carácter flexible, posibilitan la generación de condiciones objetivas para la
precarización del trabajo. Establecen los límites objetivos dentro de los cuales
moverse.
La política de flexibilidad laboral que exigen los empresarios, y que principalmente
se dirigen a lograr la máxima movilidad del trabajador (tanto al interior del proceso
de trabajo, como en la facilitación del despido y la contratación) es característica
de este nuevo fenómeno. Muchos denominan estas políticas como flexibilidad
7
espuria o perversa. Sin embargo, la llamada flexibilidad auténtica o virtuosa,
aquella que viene con protección social, las políticas de flexiseguridad, no hacen
más que admitir la inestabilización del trabajo en el proceso de trabajo a la que
recubren de regulaciones y protecciones estatales.
El grado de flexiprecariedad
8
lado, así como el capital asienta su dominio en la propiedad, el trabajo debe
pensarse desde el concepto de posiciones estratégicas.
Para establecer el grado de flexiprecariedad, es necesario dar paso al estudio
empírico de campo. Para ello, debemos completar el proceso de construcción de
las herramientas conceptuales adecuadas y necesarias.
Entonces debemos volver a la revisión de la literatura y preguntarnos
específicamente en cuanto a si se indaga en la relación entre estos dos
fenómenos, por un lado el cambio tecnológico, el progreso tecnológico, la
innovación flexibles, y por otro lado la precarización del trabajo.
Me encontré con que –en la actualidad- se admite que no hay mucha información
al respecto3, pero que debe ser estudiado4.
Entre los economistas, podemos encontrar principalmente tres grandes vertientes.
Una de estas vertientes, es la que estudia el impacto macroeconómico en el
empleo, generando un desempleo diferenciado al interior de la clase trabajadora 5.
Otra vertiente constata los cambios que conllevan las nuevas tecnologías,
considerado como modificaciones en el mercado de trabajo6. Una última vertiente,
3
“No existen muchas evidencias de la relación entre estas estrategias de innovación y su influencia
sobre el empleo y el trabajo”. (Novick Marta, 2008: p 52)
4
“Actualmente se asiste, por un lado, a la emergencia y desarrollo de la sociedad de la
‘información’, del ‘conocimiento’, en los que la innovación, el aprendizaje y las competencias
endógenas constituyen las bases de la competitividad, y por otro lado a los fenómenos de
precariedad, de desocupación y de bajos salarios que se extienden a importantes contingentes de
la población trabajadora. ¿Se puede hablar de una de las dimensiones sin hacer referencia a la
otra? ¿Son complementarias?”. (Novick, Marta. Idem.: p. 49)
5
“Así, elementos internos y externos se conjugan modificando el ‘menú tecnológico’. Una variedad
de innovaciones se despliega; hecho que se refleja en la productividad del trabajo y en la cantidad
(y calidad) del empleo demandado. Una economía más dinámica que expulsa mano de obra se
instala desfavoreciendo especialmente al trabajo menos calificado”. (Albornoz Facundo, 2002: p.
257).
6
“Los mercados laborales de la región latinoamericana enfrentan los efectos de un cambio
tecnológico que flexibiliza los procesos productivos, la creciente movilidad de capital y tecnología, y
la adopción de estrategias empresariales en respuesta al cambio de contexto”. (Weller Jurgen,
2005: p. 5).
9
separa los fenómenos del trabajo de los correspondientes al desarrollo
tecnológico7.
En la Sociología hay una larga tradición respecto al cambio tecnológico y su
impacto en el trabajo. Sin embargo, en los últimos años, ha habido mayormente un
desplazamiento al estudio del cambio tecnológico y la innovación con centro en la
empresa, en la firma. Entre quienes han realizado estudios sobre esta relación,
puedo identificar también algunas de las principales vertientes, cinco de mayor
importancia, de las que a continuación pasamos a revisar en sus definiciones
fundamentales y básicas, no en todo el desarrollo que realizan los autores:
7
“La tercera idea fuerza la de generar competitividad auténtica-, implica reconocer la incorporación
y difusión del progreso tecnológico, como mecanismo necesario para que el aumento de
competitividad se pueda traducir en mayor equidad y genere así una sinergia positiva sobre el
crecimiento. Por ello la competitividad espuria que se logra sólo mediante el abaratamiento de la
mano de obra o por la explotación de recursos naturales debe ser complementada”. (Tokman
Víctor, 2004: p 13)
8
“Si antes el conocimiento de base estaba referido al material sobre el que opera el trabajo
humano –la pieza o el producto-, ahora lo está al comportamiento y manejo de las nuevas
máquinas”. (Rojas Eduardo, 1995: p. 123).
9
“En suma, para los sindicatos de la alimentación y del metal no resulta nada evidente que los
nuevos sistemas productivos requieran saberes de carácter práctico tal cual los hemos definido.
Sus percepciones otorgan una nítida prioridad al saber técnico (...) Pero hacer esta distinción,
indagar como hemos pretendido sobre virtualidades y limitaciones de procesos de adquisición de
uno u otro saber, abre posibilidades de diferenciación no sólo de incrementos de productividad –
desde el lado de la empresa- sino de constitución y de intervención de actores sociales” (Rojas,
Eduardo. Idem: p. 135)
10
• La dimensión de la cultura productiva en las relaciones laborales empresa-
sindicatos. Las nuevas tecnologías y nuevas formas de organización del
trabajo y la producción, producen nuevas relaciones, más tensas, entre
empresas y sindicatos12, y por sobre esto, nuevas relaciones productivas13.
Hay aquí una fuerte visión de lo que podríamos llamar la empresa
10
“Nuestra observación estaría dirigida con prioritaria atención a las transformaciones verificadas
en las técnicas, máquinas y procesos de trabajo, siguiendo con las reacciones y acciones que los
cambios producen en los comportamientos y exigencias de los actores sindicales y empresariales,
subsecuentemente las significaciones que los agentes sindicales otorgan a las modificaciones
verificadas y cómo sus interpretaciones se convierten en guías de sus prácticas reivindicativas”.
Ricardo Rosendo, “El cambio tecnológico y las relaciones laborales”: p. 180, en E. Rojas, A. M.
Catalano, D. Hernández, R. Rosendo (1995). Idem.
11
“En el análisis sociológico de las relaciones laborales pueden ser vistas como la condensación,
la síntesis y, por tanto, la consecuencia del desarrollo y desenvolvimiento de los procesos en que
puede descomponerse la relación capital- trabajo a nivel de la fábrica: cambio tecnológico y
organizacional, calificaciones y capacitación en las tareas, productividad y magnitud, formas
salariales, condiciones de trabajo y calidad de la producción realizada. Sería, en tal sentido, el
abordaje de la dimensión institucional en donde sindicato y empresa negocian, acuerdan y
formalizan sobre el proceso concreto de producción, que se produce y reproduce en el ámbito de la
fábrica”. R. Rosendo, Idem.
12
“Esta tensión es motivada por la definición de las bases sobre las que deberá apoyarse un nuevo
tipo de relación en el proceso de modernización de las empresas, proceso que se ha producido a
través de la introducción de nuevas tecnologías y nuevas formas de organización del trabajo y la
producción, y que ha generado un panorama determinado por un ‘discurso industrial’ muy
avanzado que busca la cooperación y el respeto mutuo entre la empresa y el sindicato (...) Sin
embargo, y a pesar de lo adelantado del contenido del discurso, esta modernización y la aplicación
de nuevos principios productivos se aleja de los modelos ideales y enfrenta un conjunto de
tensiones. Estas son generadas por una gerencia empresarial que busca la cooperación del
trabajador pero condicionada exclusivamente a los intereses de la empresa, y un sindicato que no
tienen definido un modelo propio de cómo intervenir en la modernización de las empresas, pero
que sí reclama participación en los beneficios de la productividad”. (A. García, A. Hernández, R.
Wilde, 1995).
13
“Los cambios del sistema de relaciones laborales no son coyunturales, cimentándose y
estructurándose en el marco de una nueva cultura productiva”. A. García, A. Hernández, R. Wilde
(1995). Idem.
11
escindida: entre el cambio tecnológico y las innovaciones, y la organización
del trabajo14.
• La dimensión del estilo de desarrollo: la relación Estado/sindicato-
empresas. Las nuevas tecnologías tienen el efecto de disminuir el control
obrero, el desempleo tecnológico, etc15. Pero no es un resultado
inevitable16, dependiendo de los estilos de desarrollo 17.
• La dimensión de las estrategias empresariales. Hay impactos diferenciados
en salarios y condiciones de trabajo, acordes a las necesidades de
14
“La preocupación por el impacto social del cambio tecnológico es un tema que ha acompañado
todas las fases de la industrialización (…) La principal diferencia con debates anteriores está
justamente en los efectos inciertos sobre el empleo. Por ejemplo, el taylorismo estaba asociado a
una forma determinada de organización del trabajo, mientras que la automatización
microelectrónica puede convivir con diferentes formas de organización del trabajo, lo que se
traduce en impactos diferenciales en el empleo” (Montero Cecilia, 1990: p. 3)
15
“(...) un nuevo fenómeno, el desempleo tecnológico (...) Según los sindicatos europeos, el
impacto de las nuevas tecnologías sobre el nivel de empleo es múltiple. Afecta al producto,
simplificándolo y reduciendo la ‘profundidad’ de la producción. También afecta al proceso de
producción y de servicios y, más en general, tienen impactos cualitativos, como la polarización de
las calificaciones y la pérdida de la estabilidad en el empleo de los trabajadores que han sido
descalificados” (p. 24). “La esencia del proceso descrito es la eliminación del control obrero sobre
la producción” (p. 34). (Falabella Gonzalo, 1985).
16
“La variedad de experiencias que la sustentan y las diferentes formas en que la nueva tecnología
se aplica de país en país. Dependiendo de la fuerza que cada parte aporte a la mesa de
negociación sobre las condiciones de su introducción, las consecuencias serán muy diferentes” (p.
23), “este proceso, no es inevitable” (p. 27). (Falabella Gonzalo, 1985).
17
“Ello plantea indirectamente, el problema central del Estado y el estilo de desarrollo. Con una
estrategia centrada en el Estado y la participación sindical/Estado en el desarrollo, los sindicatos
suecos han logrado aumentos de salarios sin inflación ni desempleo y tasas de crecimiento
económicas sostenidas” (p. 38). “La prueba que algunos autores presentan para demostrar que no
existe una correspondencia necesaria entre nuevas tecnologías y una determinada calificación y
organización del trabajo es el hecho de que en distintos países los cambios que la acompañan son
introducidos de manera muy poco uniforme (comparando Suecia y Estados Unidos, por ejemplo).
Su efecto depende, según la hipótesis general que orienta este trabajo, del grado en el cual estos
procesos son negociados colectivamente por los trabajadores y de la fuerza (incluido el apoyo
estatal) que cada cual trae al encuentro negociador” (p. 42).
12
innovación y flexibilización, según las diferentes estrategias
empresariales18. Con resultados generalmente negativos 19.
18
“(...) las estrategias empresariales. Las distintas estrategias de innovación y flexibilidad
contribuyen a posicionar las empresas en determinados mercados y en determinados eslabones de
las cadenas de producción y comercialización. Ello, por un lado, determina las futuras necesidades
de innovación y flexibilización, por otro lado, estas distintas trayectorias tienen impactos
diferenciados sobre los salarios y las condiciones laborales de los trabajadores”. (Reinecke
Gerhard, 1997).
19
“La re-estructuración por parte de las empresas que sobrevivieron se caracteriza generalmente
por estrategias cautelosas de innovación y estrategias de flexibilidad comercial y de gestión. En
este tipo de estrategia es primordial bajar los costos fijos, flexibilizar el uso de la mano de obra y
adaptar el mix entre producción propia, producción externalizada e importación, flexible en función
de las variaciones de precios en los mercados internacionales. Esta estrategia ha permitido la
sobrevivencia de muchas empresas hasta el momento, pero conlleva peligros para el futuro
desarrollo empresarial porque puede debilitar las capacidades productivas de las empresas. para la
calidad del empleo, las consecuencias de esta estrategia son negativas. Si bien el nivel de las
remuneraciones reales no parece estar bajando (...) existen numerosos problemas en otras
dimensiones de la calidad del empleo: importantes fluctuaciones en el nivel de ingresos, alta
inestabilidad en el empleo, eliminación de beneficios sociales, baja cobertura previsional para
grupos específicos, intensificación del trabajo y largas jornadas laborales”. (Reinecke Gerhard,
1997)
13
Dimensión nueva cultura
Innovación productiva/ Nivel relaciones Tensión
generales empresas-
sindicatos
Dimensión estilos de Efectos adversos, no
desarrollo/ Nivel nacional inevitables: grado del
poder de negociación
nacional
Dimensión estrategias Efectos negativos, pero
empresariales/ Nivel diferenciados
empresas
14
Entendiendo la innovación como el vehículo (rentabilizador) de la tecnología, base
técnica del proceso de producción, que es puesto en marcha por el proceso de
trabajo.
De este modo, tras un intenso trabajo teórico (que entiendo a su vez como
concentración de otros trabajos empíricos de campo) que está aún en curso, de
estudio y construcción de herramientas conceptuales, pude dirigirme al trabajo
empírico de campo.
15
En consideración de esta circunstancia, busqué combinar, en forma exploratoria
también, dos instrumentos: un Cuestionario para construir un Indice de
Percepciones sobre la Flexiprecariedad; y entrevistas semiestructuradas para
acceder a una comprensión más profunda del fenómeno.
Del pre-test que realicé en la misma empresa, obtenemos como datos qué
componentes de los procesos de innovación flexible afectan al trabajo, y cómo, en
la flexiprecarización.
Resultados Proporciones
Espacio del dominio
exclusivo del capital en
el proceso de trabajo: 50 16.6%
Innovaciones
tecnológicas y formas
de organización
productivas
Espacio de la
negociación y la
disputa capital-trabajo
dentro del proceso de 116 38,6%
trabajo:
innovaciones no
tecnológicas y formas
de organización del
trabajo
Espacio de la
individualización:
Innovaciones, 45 -15%
capacitación y
adquisición de
competencias
Hasta el momento, cada uno de los tres espacios (falta agregar el espacio de la
regulación exterior al proceso de trabajo: la protección social) inciden de un modo
diferenciado y específico en el efecto precarizador de las innovaciones en el
proceso de trabajo.
16
Con estos primeros resultados, podemos establecer los grados de precariedad
(alta precariedad AM, Media Precariedad MP, Baja Precariedad BP) en el proceso
de trabajo según cómo afecta cada variable:
AP MP BP
innovaciones
tecnológicas y formas X
de organización (16.6%)
productivas
innovaciones no
tecnológicas y formas X
de organización del (38,6%)
trabajo
innovaciones,
capacitación y X
adquisición de (-15,6%)
competencias
17
Aquí, el espacio de dominio exclusivo del capital, aparece como el de mayor
importancia en el proceso de innovación flexible y su efecto precarizador.
Una de sus mayores conquistas es una reducción radical del tiempo de trabajo
necesario para la producción de cualquier mercancía:
18
Que el espacio de dominio exclusivo del capital sea el de mayor peso, no implica
necesariamente inmediata oposición obrera, por los efectos positivos asociados a
los procesos de innovación en el proceso de trabajo:
19
más producción en menor tiempo y eso igual obligó a hacer otro
turno. Casi con la misma gente, y yo diría contratando un poco
más, con más producción y en menos tiempo” (CJC)
20
había que juntarse y lo lograron. Y esa persona capacitó a los
demás. Así de fácil” (CJC)
21
Considerando todo ésto, se puede establecer otra tipología para comprender
mejor las determinantes del efecto precarizador de la innovación flexible en el
proceso de trabajo:
AP MP BP
Espacio de la
negociación y la
disputa capital-trabajo X
dentro del proceso de
trabajo
Espacio de la -X
individualización
Desde este nuevo punto de vista, se puede definir que tiende a emerger un nuevo
estilo de desarrollo, de carácter precarizador, dando por resultado una nueva
forma de precariedad en el siglo XXI, la flexiprecariedad, y un nuevo tipo de
trabajador, el trabajador precario.
¿Pero significa esta flexiprecariedad, y la emergencia de este nuevo trabajador
precario, un debilitamiento de la clase trabajadora como tal?
Para responder a esta pregunta, es necesario remitirnos al concepto de
posiciones estratégicas.
Este concepto me permitió una mejor comprensión de mi propio estudio. Su autor
lo define como sigue, aprendido a su vez por él mismo de los textos sobre
Relaciones Industriales de John Dunlop:
22
producción’ o las ‘relaciones sociales del trabajo’; simplemente la
idea de las relaciones industriales o materiales o técnicas de la
producción, que ahora yo podía captar como ‘relaciones técnicas
de la producción’.20”
2 maestros
20
Womack Jr., John (2007): p. 50.
23
Cada maestro tiene un ayudante, y dos personas al final que van
echando al pallet
“la moldura tiene dos capas de pintura, pero la primera capa que
pasa tiene que pasar por un horno, después pasa por la lija, la que
armo yo, después pasa por la otra trefila que es la segunda mano,
esa trefila es la que te pinta el material, después pasa por otro
horno que tiene que secarse, y llega allá, otra lija más, otra
máquina que también estoy encargado y ahí llega a mis manos, yo
la veo al ojo no más
24
Finalmente, pude determinar la posición estratégica al nivel de la fábrica:
¿Por qué?
25
Porque esa es la base. Si no trabajan los múltiples no hay pega
para nadie, quedamos todos parados, todos dependemos de esas
máquinas
Dos todo
Pero sí, si el múltiple no aporta material quedamos todos parados
Esa es la parte que está más automatizada, la que está mejor, sin
problemas de mantención, ni nada
Claro
No les importa, por eso les hacen pagar a ustedes los platos rotos
Sí, y no debería ser así
26
Y los trabajadores, ¿qué son, maestros que trabajan con el
múltiple, están sindicalizados también?
No
La precariedad laboral era lo que caracterizaba la realidad del mundo del trabajo,
a fines del s. XIX y principios del s. XX:
27
preocupación’. Se está hablando, literalmente, de la precariedad
del empleo”21.
Similar era la situación en Chile en esos años. Pero otra era la dinámica del
capitalismo por entonces, y otro era el estilo de desarrollo que emergía. La
dinámica de industrialización con grandes empresas verticales que se había
desarrollado, y de producción en masa que se gestaban, exigía un uso extensivo y
estable de la mano de obra.
21
Castel, Robert (2004): p. 219/220.
22
Jorge Rojas Flores. “Los trabajadores chilenos desde la Colonia hasta 1973”. s/f
28
“La cuestión de fondo, por tanto, no es si había o no industria
antes de 1930, sino cuál era su papel como motor de crecimiento,
y cuando comienza a asumirlo era después de 1930” 23.
En este escenario, la respuesta obrera pasa por cuestionar este dominio exclusivo
del capital, reponiendo la discusión del control obrero de la producción.
23
Patricio Meller (1996).: p. 52
29
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