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Universidad San Buenaventura

Maestría en Ciencias de la Educación, semestre II


Seminario de énfasis I
Karina Canchila Arrieta
MI IMAGEN DE ESCRITORA

La única manera de responder con certeza a la pregunta sobre lo que significa escribir, es
tratar de decir lo que simboliza para cada uno, pues escribir es una experiencia muy
personal y por eso no puede significar lo mismo para todos.

En ese sentido, escribir para mí es una actividad que hace parte de mi vida diaria, de hecho
no sabría cómo poder hacer mi trabajo sin plumón o papel, por lo cual es algo de mi total
interés. Escribir para mí no es sólo plasmar el pensamiento, sino también sentimientos.

Por una parte, se puede decir que escribo sobre el mundo de la vida, pues en mi oficina
reposan tantas citas textuales y transcripción de narraciones de la vida diaria de padres,
madres, estudiantes, abuelos, tíos, en fin… relatos o descripciones que giran en torno a
dinámicas cotidianas de cada familia, temáticas propias de mi labor como docente
orientadora.

Pero a veces, muchos de esos relatos, los cuales primero escucho, no querría plasmarlos en
un papel. Quisiera que el viento, la vida o quizás la magia los desapareciera. Ciertamente,
hay historias sumamente conmovedoras, situaciones de niños y niñas escolares que no
deberían acontecer.

Recurro a papel y tinta porque me parece más apropiado para hacerlo en el preciso
momento que van fluyendo los relatos. Allí no hay borradores, no hay hojas para arrugar y
corregir en una nueva. Es un cara a cara con quien emite la información y es un cara a cara
con mi humanidad, mi pensamiento y el papel que inicialmente es sólo una hoja en blanco
que voy llenando para no escapar detalle de cada situación o caso que abordo, pues de lo
contrario, el olvido es inevitable cuando se manejan tantos casos.

Por otra parte, actualmente realizo escritos académicos en el curso de la maestría en


Ciencias de la Educación partiendo de lecturas, es decir, partiendo de escritos que otros
hicieron y que me hablan a la luz del tema que nos ocupa en este campo: la investigación.

Esta vez ya no utilizo papel y tinta, sino el computador y casi siempre en horario nocturno
donde el silencio y el tiempo son aliados esenciales. El mayor estímulo para empezar el
primer párrafo es la lectura de otros textos, en éste consigno las principales ideas a tratar,
desarrollando posteriormente un trabajo de argumentación.

Debo reconocer como fortalezas el hecho de usar borradores, varios bocetos digitales que
voy transformando en cada lectura y re-lectura; también, manejo con cierta habilidad la
síntesis de los pensamiento de autores; del mismo modo, tengo la capacidad para relacionar
ideas en común desde distintas posturas; además logro, en cierta medida, dar a entender las
ideas que quiero manifestar.
Universidad San Buenaventura
Maestría en Ciencias de la Educación, semestre II
Seminario de énfasis I
Karina Canchila Arrieta
Así como las fortalezas, también debo reconocer como falencias la falta de un repertorio de
conectores para dar una ilación evitando la repetición y algunos problemas sintácticos en el
uso de comas, en algunos casos puntuales. Por lo tanto, para poder mejorar mis escritos,
creo que debo trabajar en las falencias a través de la constante práctica e invitando a
terceros a leer mis textos.

A la hora de escribir me concentro plenamente en el momento del ejercicio, dejando fluir


las ideas y revisándolas inmediatamente, por lo que se podría decir que tengo una sensación
de serenidad y expectativa, sobre lo que produzco.

De esta manera, considero que para asumir dicha concentración y adquirir dichas
habilidades, la lectura ha sido una práctica esencial en mi vida. ¡me encanta leer!, lo
considero como uno de los verbos que define lo humano en nosotros, como una de las
acciones que ha permitido la historia, buena o mala, del mundo; por lo tanto, leo cada vez
que puedo, en mis ratos libres o antes de dormir, hasta leo en sueños, creo yo. Leo variados
tipos de literatura, desde historias caballerescas, hasta libros académicos; leo las vidas de
mis estudiantes y de sus familias, leo la música y lo que hay detrás de ella, leo lo que más
puedo, ya que lo considero como un deber y una fortuna para mi vida.

He de reconocer, que nunca me había cuestionado por las dinámicas de mi escritura y mi


lectura, pues han sido prácticas permanentes desde que tengo memoria, pero al
cuestionarme sobre ellas, solo puedo decir que la lectura dignifica y la escritura reivindica
mi accionar humano, por lo que, sin importar el porqué, el cuándo, el dónde, el para qué o
el cómo, siempre habrá un buen motivo para escribir y leer.

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