Вы находитесь на странице: 1из 18

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL COMO FACTOR FUNDAMENTAL

PARA LA RENTABILIDAD EMPRESARIAL


Extracto Capítulo 5.5

ANDRÉS ALBERTO OSORIO LONDOÑO


LINA MARÍA SERNA JARAMILLO

Investigación realizada para optar por el título de:


INGENIERO INDUSTRIAL

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE MANIZALES


FACULTAD DE INGENIERÍA Y ARQUITECTURA
INGENIERÍA INDUSTRIAL
MANIZALES
2004
LA RESPONSABILIDAD SOCIAL COMO FACTOR FUNDAMENTAL
PARA LA RENTABILIDAD EMPRESARIAL
Extracto Capítulo 5.5

ANDRÉS ALBERTO OSORIO LONDOÑO


Código 499044
LINA MARÍA SERNA JARAMILLO
Código 499054

LÍNEA DE PROFUNDIZACIÓN EN GERENCIA INTEGRAL

MODALIDAD: PROYECTO FINAL

Director: ING. JAIME ANDRÉS VIEIRA

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE MANIZALES


FACULTAD DE INGENIERÍA Y ARQUITECTURA
INGENIERÍA INDUSTRIAL
MANIZALES
2004
5.5. LA INVERSIÓN SOCIAL DE LA EMPRESA

En este capítulo se establecerá la importancia que adquiere la Inversión Social


como práctica y ejercicio de la responsabilidad social empresarial, para llegar a
una aplicación estratégica de la misma, en beneficio del lucro y rentabilidad de la
empresa, teniendo en cuenta que los inversionistas y accionistas poseen sus
propios intereses.

5.5.1. LA INVERSIÓN SOCIAL COMO ESTRATEGIA EMPRESARIAL

Dentro de la estrategia empresarial se puede enfatizar en la inversión social cómo


una herramienta nueva en búsqueda del mejoramiento competitivo y estratégico
de las organizaciones; a través del reconocimiento de las necesidades sociales
como una oportunidad de negocio. De acuerdo a lo anterior, las compañías que
están a la vanguardia dentro de la competencia internacional, trabajan por el
mejoramiento de su ventaja competitiva a través de la innovación y creatividad
dentro de sus prácticas empresariales.

Es así como las organizaciones actuales están atendiendo a las carencias de la


sociedad actual como un compromiso, sin dejar de lado el objeto social de la
organización.

Por lo tanto, las unidades económicas desarrollan programas de marketing social


con el fin de invertir de la mejor forma en el mejoramiento del bienestar de la
comunidad. El propósito es obtener una estrategia paralela en prácticas sociales
a la estrategia general de la compañía, donde exista una relación costo-beneficio
positiva o una relación gana-gana, que ayude a la generación de mayores
utilidades.
Así, muchas organizaciones se han enfocado en la inversión social como una
nueva y necesaria práctica empresarial aplicada estratégicamente. Para sustentar
lo anterior, David Rockefeller en su artículo “la maximización de los beneficios de
la sociedad” (1998) propone que:

“Es esencial para los líderes empresariales reconocer que hoy, más que
nunca antes, tienen una serie de responsabilidades con la sociedad que
trascienden la maximización de las ganancias de los accionistas, es así
como las utilidades son aún el instrumento más importante que tenemos
para promover y ampliar el bienestar de nuestra sociedad”.

Como consecuencia de lo anterior, hoy las empresas deben promover la inversión social a
través del uso de sus recursos ya sea capital humano, infraestructura, utilidades o bien en
otras prácticas, para concentrarlas en el bienestar de la sociedad, no como una simple
donación; sino como una inversión que maximice las utilidades de los accionistas es decir,
que se puedan obtener utilidades como retorno del ejercicio de la responsabilidad social.

5.5.2. LA INVERSIÓN SOCIAL Y SU VARIEDAD DE ENFOQUES

Las prácticas en inversión social por parte de las empresas, son un aporte
fundamental al desarrollo social de cualquier comunidad; ya que realizar
inversiones sociales le permite a las empresas aislarse de la visión
Friedmanista-capitalista (Friedman, 1970) que quizás impida la realización de
inversiones sociales, ésta consiste en que:

“La responsabilidad social de un negocio es aumentar sus ganancias,


siempre y cuando se mantenga dentro de las reglas del juego,
competencia libre y abierta sin decepción, ni fraude”.
La anterior concepción plantea simplemente la relación sistemática de lo que es
ofrecer buenos productos y servicios para la sociedad, sin llegar a tener
verdaderos argumentos sobre una estrategia en inversión social.

En realidad lo antepuesto es lo que muchas empresas dentro del entorno


nacional e internacional realizan, ya que estas empresas han crecido y han
sobrevivido sin la necesidad de ayudar a la sociedad y sin la presión que hoy los
stakeholders están promoviendo sobre las empresas sin inversión social y sin
prácticas responsables.

Por lo tanto, el desarrollo de planes, estrategias y prácticas en inversión social


empresarial se convierten en herramientas fundamentales para el entorno de
supervivencia que actualmente afrontan las compañías, y a las exigencias en
responsabilidad social que actualmente exigen los mercados (un ejemplo son
las SA 8000 que serán estudiadas más adelante y pueden verse en el anexo 1);
en efecto, la inversión social de las empresas es considerada como elemento
primario y estratégico de competitividad y rentabilidad.

Es precisamente como la disertación sobre las consecuencias rentables directas


de la inversión social relativo a las unidades económicas, aparece como una
incógnita dentro del medio Colombiano. Por tanto se persigue comprender el
resultado sobre el rendimiento económico y competitivo que se obtiene de la
actuación filantrópica dentro de las organizaciones en Colombia.

Para algunos investigadores en ética empresarial e inversión social se ha


alcanzado la aseveración de que la inversión dentro de la comunidad puede ser
buen negocio del cual las organizaciones se pueden lucrar. Para sustentarlo
Gonzáles (2003) precisa como las prácticas de responsabilidad social contribuyen
al lucro de las organizaciones, por eso:
“Las acciones en responsabilidad social son una inversión que genera
ganancias y utilidades, en algunos casos de forma inmediata, y en otros a
mediano, y a largo plazo, lo que se convierte en estrategia”.

A partir de este punto de vista, se puede establecer que la inversión social podrá
evolucionar en una estrategia imprescindible para los intereses económicos,
competitivos y sociales de las empresas a corto, mediano y largo plazo.

Por medio de la ponencia de Gonzáles (2003), se puede corregir o renovar la


forma como los inversionistas y dirigentes evalúan los beneficios de las relaciones
inversión social-comunidad; ya que en el medio Colombiano los dirigentes ven
que la inversión social está más cercana a los beneficios sociales, que a los
propios beneficios de lucro para cada compañía, visión que se ha ido
transformando lentamente hacia la relación gana-gana empresa-sociedad.

Consecuentemente a la posición de directivos e inversionistas, Gonzáles (2003)


establece que es poco probable que una empresa asuma una política de
responsabilidad social si se le convierte en un gasto que va en contra de sus
intereses y estados financieros, ya que no se puede desconocer que en el
lenguaje empresarial todo se mide en costos de inversión y en estrategias de
recuperación de la misma, por ende si se convirtiera en un gasto, se deja de
ejercer la responsabilidad social.

En contraposición a lo anterior, si la responsabilidad social se entendiera como un


gasto, obedecería a una falla en el diseño y estructuración de la estrategia de
marketing social (búsqueda de la mejor oportunidad en responsabilidad social para
la compañía) y de que la parte operativa del proyecto esté desenfocada y no
alineada con las carencias de la comunidad, en armonía con las necesidades
empresariales de cada compañía (visión sistemática de los stakeholders
beneficios-perjuicios).

No obstante, Kirchnher (2002) propone que “La gestión social debe incluir un
proceso de diagnóstico-organización-decisión de alternativas-ejecución y control-
análisis de rentabilidad e inversión”. Para los autores lo definido por Kirchnher
reproduce la visión estratégica de la gestión social, examinando la organización y
preparación sobre cada proyecto de inversión social de la unidad económica,
explorando el beneficio sociedad-empresa.

5.5.3. LA INVERSIÓN SOCIAL VISTA COMO GASTO SOCIAL

Las inversiones Sociales no siempre se convierten en exitosas, por lo que Valor


(2001) propone que el concepto de inversión social se transforma en un gasto
social, ya que éste contiene:

“La colaboración voluntaria de la empresa con actividades de interés


general distintas de los procesos de producción y comercialización que
constituyen su función principal, sea dicha colaboración directa o mediata
a través de otra entidad no lucrativa o del Estado se haga con una
cantidad en efectivo, con la aportación de bienes o la cesión de personal,
tenga o no la empresa un interés comercial a corto plazo, lo explote
comunicativamente o no”.

El concepto de gasto social deja ciertas incertidumbres ya que no separa los


posteriores efectos positivos de la realización del gasto, y del mismo modo porque
si se puede explotar o se adquiere un interés comercial, se está envolviendo el
factor lucro dentro de las prácticas que abarcan el gasto social, transformándose
en inversión, lo que para la sociedad y la empresa sería poco conveniente, en el
momento de presentar un proyecto de responsabilidad social a los inversionistas o
accionistas conectado con el concepto de gasto social.

Luego, el término gasto no aplica de una manera directa dentro de las prácticas en
responsabilidad social junto con la inversión realizada (uso de indicadores de
evaluación de la Responsabilidad social) hasta que no se conozcan los efectos y
resultados.

También dentro la posición de Valor, la inversión social de la empresa se ha


juzgado cómo una practica ilícito legal y moralmente por tres motivos:

• Es un robo a los accionistas: analizado desde el punto de vista de que en la


empresa se deben pagar dividendos, y deben mantener las reservas
voluntarias y obligatorias para lograr el sostenimiento y supervivencia de la
compañía; por lo tanto el dinero generado estaría mal utilizado desviándolo
hacia obras sociales como lo es la inversión social.

• Una usurpación del rol del Estado: solo él tiene el derecho y el deber de
administrar el gasto social y de suplir las necesidades sociales.

• La empresa lo hace por imagen, no por altruismo: las empresas lo utilizan


como herramienta de marketing para que las personas tengan preferencias
sobre sus productos.

Para los autores estos tres motivos han sido contestados por el mismo Estado (el
poder legislativo, ejecutivo y judicial), gremios y sociedad, la literatura e
investigaciones sobre responsabilidad social y las encuestas de opinión a clientes
y directivos, ya que el Estado no tiene la suficiente cobertura en recursos para
invertir en la sociedad y segundo, por que se está aclarando la relación positiva
que tiene sobre los negocios ser socialmente responsable, pero el debate no está
cerrado. Tercero, si el ambiente moral de la empresa está formado por una serie
de normas, instituciones, costumbres y declaraciones formales y cultura enfocada
hacia la responsabilidad social, donde las obras cuentan mucho más que las
palabras (Argandeña, 1994), el gasto social como forma de poner en práctica los
valores y creencias de la empresa, es una práctica legítima y eficaz; además si se
convierte en una estrategia que va generar rentabilidad, se debe eliminar el
concepto de gasto.

En el caso de Telcel Bellsouth Venezuela dentro de la conferencia gobiernos, empresas y


responsabilidad social, García (2002) en su ponencia afirma que: “No hacemos acción
social para aumentar utilidades pero aceptamos sin complejos la parte de las utilidades
que vengan por esta vía”.

En conclusión para los autores no se debe poner en tela de juicio si la inversión social se
perpetra de forma altruista o no, simplemente si se tienen buenos efectos dentro del
negocio; no se debe desatender, y tampoco se debe desmeritar los valores de las
empresas que realizan las inversiones en responsabilidad social. Por lo tanto el gasto
social no puede ser denominado como un robo a los accionistas, sin tener una medida o
indicadores de los resultados de invertir en responsabilidad social.
5.5.4. EL GASTO SOCIAL: SE CONVIERTE EN ESTRATEGIA

Como vimos anteriormente el Gasto Social influye positivamente dentro de una


compañía, así se puede percibir una visión diferente del gasto social donde según
Valor (2001):

“El gasto social es una estrategia que eleva la rentabilidad, ya que


permite conseguir la eficiencia económica, atendiendo a los valores,
demandas y problemas de la sociedad; en consecuencia los resultados
de la política de gasto social de la empresa deben satisfacer las
necesidades y expectativas de los accionistas y empresarios”.

Por lo anterior buscar el planteamiento de un proyecto (estratégico, táctico y


operativo) en inversión social, quizás lleve a las organizaciones al objetivo de
generar ganancias y utilidades a través de una práctica paralela al objeto social de
las empresas (producción de bienes y servicios de alta calidad); lo que influye
decisivamente sobre una visión estratégica en donde sobresalga la inversión
social cómo parte de todo el componente estratégico, cultural y estructural de la
compañía. De lo anterior, para Gonzáles es trascendente que:

“Cuando se adquiera conciencia de que la Responsabilidad social es una


inversión que produce retornos en utilidades, los empresarios y directivos
asumirán un liderazgo positivo en el tema, y esto es más que probable, es
una realidad hacer de la responsabilidad social una acción de ganancias
para la misma compañía”.

Así la causa por la cuál no se definan políticas en inversión social por parte de los
empresarios e inversionistas, se relaciona a que los estudios e investigaciones
actuales no han llegado a sustentar y a concientizar de una manera clara y directa
(indicadores: cuantificación de la responsabilidad social en utilidades) la relación
responsabilidad social-rentabilidad, objetivo fundamental dentro de este proyecto
final.

5.5.5. INVERSIÓN SOCIAL Y EFECTOS SOBRE LA REPUTACIÓN DE LAS


COMPAÑÍAS

Dado que el gasto social o mejor planteado, la inversión social mejora la


reputación de la empresa, se puede atribuir a las prácticas en responsabilidad
social todos los beneficios que conlleva el tener una buena imagen.

Por ejemplo, un estudio de Chivas Regal encontró que un 53% de los empleados
que habían participado en proyectos de donación de recursos hacia causas
sociales, produjo que los empleados aumentaran su lealtad hacia la empresa,
además se incrementó el reconocimiento de la sociedad hacia Chivas Regal
(Compton, 1996).

Otro estudio importante presentado en la revista Dinero Nº196 sobre la relación de


la inversión social con la reputación, se presenta en Estados Unidos en 2000, esté
mostró que el 25% del cubrimiento de prensa sobre IBM estaba relacionado con
las actividades de esta empresa como ciudadano corporativo orientadas hacia el
aporte a la comunidad, la educación y el interés público. Paralelamente a la
anterior investigación, otro estudió reportó que el 49% de los consumidores ha
decidido en algún momento no comprar el servicio o producto, o ha hablado mal
de una empresa, por que no ha desarrollado inversión social.

En los estudios e investigaciones anteriores se llega a concluir los efectos


positivos en cuanto a mejoramiento de la reputación en las empresas, a causa de
las inversiones sociales bien enfocadas hacia las necesidades de la comunidad, y
a lo que el consumidor en materia de responsabilidad social exige.
5.5.6. CRITERIOS Y FACTORES QUE RIGEN LA INVERSIÓN SOCIAL

Para que una inversión social sea exitosa se deben analizar diferentes factores,
tales como:

• Los donativos y otras formas de ayuda deben ser coherentes y estar en función de los
objetivos estratégicos de la empresa.
• Las causas sociales que apoya la empresa reflejan su misión, sus valores y sus
campos de interés. Las acciones sociales que generan paternalismo, dependencia y
gasto corriente no son buenos vehículos para la imagen empresarial.
• El apoyo a causas sociales no puede sustituir el cumplimiento de normas ambientales,
laborales y comerciales.

Los autores proponen que los anteriores criterios son claves para lograr una
estrategia de responsabilidad social que vincule como principio fundamental el
alineamiento con la estrategia general de la empresa, que refleje sus valores e
intenciones sociales; con el cumplimiento de su objeto social del mejor modo
posible.

Asimismo, se concluye que las inversiones socialmente responsables no tienen


por qué estar aisladas del logro de unos buenos niveles de rentabilidad y demás
beneficios, y que la equidad y eficiencia no están obligados a ser objetivos
mutuamente excluyentes (paradigma de algunos empresarios y accionistas). Lo
que se soporta en la visión de Maza (2002) donde se precisa que:

“Una de las gratas sorpresas del inversor ético es que estas inversiones,
además de hacer un bien social y enriquecer y confirmar los valores
personales, producen según se ha comprobado resultados prácticos
similares a otras inversiones sin esta filosofía. No es necesario sacrificar
el rendimiento a causa de los ideales del inversor. Incluso, dado el rigor
de los gestores, muchas inversiones éticas han dado resultados
superiores a los productos tradicionales”.
Justamente las inversiones éticas de una empresa tienen que estar orientadas a la
misión de la compañía y al compromiso y responsabilidad del inversor como ser
humano, donde los inversores en ética según el artículo anterior, buscan ventajas
competitivas a través de encaminar recursos hacia las prácticas que más le
aporten beneficios a la sociedad.

5.5.7. INDICADORES DE RENDIMIENTO DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL

La aparición del balance social se remonta hacia 1965 en Estados Unidos, por la
necesidad de demostrar las actividades realizadas por las empresas dentro del campo
social. Es Francia el país donde el balance social ha tenido la mayor acogida por parte
del gobierno, empresarios y sindicatos.

Hacia la década de los 70’s se sancionan las primeras leyes sobre presentación de un
balance social. En Alemania e Inglaterra se empezó a trabajar con el balance social a
partir de 1973. Actualmente en Inglaterra existe la fundación para la responsabilidad
empresarial, encargada de la investigación conceptual sobre el tema. En Colombia, la
empresa Fabricato fue la pionera, iniciando su proyecto de balance social hacia 1977.

A pesar del gran auge que se le daba al balance social en sus inicios y a la acogida que
tuvo entre académicos y empresarios, esta técnica no ha tenido una difusión muy amplia
en el campo empresarial, debido a que solamente existía un modelo de balance social, el
propuesto por la ANDI. Consecuentemente dicho modelo sólo se aplicaba para cierto
grupo de organizaciones, lo que hacía muy rígido su desarrollo dentro del campo
empresarial.

Para Vieira (1996) el balance social es definido como “una técnica de gestión empresarial
que permite la evaluación del cumplimiento de la responsabilidad social y la toma de
decisiones sobre planes de inversión social, en un lapso determinado frente a objetivos
trazados previamente”. La Asociación Nacional de Industriales de Colombia (ANDI,
1986), define el balance social como:

“Una técnica de evaluación periódica y sistemática de los recursos


humanos de la empresa y de la proyección de esta a la comunidad, con
fines de información a los diferentes públicos, concertación a diversos
niveles y planificación tanto del personal como del conjunto de actividades
de la institución”.

Para Rodríguez (2002) el balance social es “una técnica gerencial que permite planear,
medir y evaluar el desempeño social organizacional; tomando como filosofía la ética
empresarial, el cuidado del medio ambiente y el desarrollo integral del talento humano”.

Los autores opinan que las definiciones coinciden en que el balance social es una técnica
de gestión empresarial y hacen énfasis en el desarrollo del talento humano de las
empresas para realizar procedimientos a favor del desempeño social de la organización.
Otras definiciones colocan el tema de balance social en términos de los activos y pasivos
sociales, con los que la empresa debe tratar con el fin de lograr un equilibrio; ejercicio
similar al que se realizaría con un balance financiero.

Sobre este particular, los autores Fernández, Gallego y Ortiz (1993), se han referido al
balance social como:

“... una herramienta de gestión empresarial que permite evaluar


cuantitativa y cualitativamente el cumplimiento de la responsabilidad
social de la empresa en términos de activos y pasivos sociales en sus
áreas interna y externa. Durante un periodo determinado y frente a metas
de desempeño definidas y aceptadas previamente, con fines de
diagnóstico del clima social y laboral (situación organizacional),
información interna y externa, planeación de su política social y
concertación con los diversos sectores con los cuáles la empresa se
relaciona”.

Así como el balance financiero posee unos elementos, el balance social se compone de:

• Activo social: Recursos de la empresa aplicables a la solución de las necesidades


de los sectores involucrados.
• Pasivo social: Necesidades, carencias o vacíos generados por la relación de la
empresa con los demás sectores.
• Patrimonio social: Beneficios que reclaman o se llevan los usuarios de su relación
con la organización.

Por medio de estos elementos la empresa puede presentar en términos


cuantitativos y cualitativos los resultados del desempeño de la responsabilidad
social durante un periodo de tiempo (Rodríguez, 2002).

De esta manera el balance social debe plantearse unos objetivos concretos, y es


así como la ANDI (1985), en su manual de balance social, formula los siguientes
objetivos:

• Realizar el diagnóstico de la gestión empresarial en torno al cumplimiento de su


Responsabilidad Social, en un período determinado, lo cual le permite redefinir
políticas, establecer programas y racionalizar la efectividad de las inversiones
sociales, con miras a la promoción de sus trabajadores y de la sociedad.
• Como herramienta de gestión empresarial, el Balance Social, le permite a la
gerencia la planificación de acciones tendientes a aumentar la productividad y la
eficiencia de sus trabajadores, en términos de Costo - Beneficio.
• Disponer de la información que se refiere a los recursos humanos de la
empresa y a los sectores con los cuales ella tiene relación, para poder informar
a la opinión pública acerca de su desempeño social.
• Como instrumento de gestión, le permite actualizar políticas y programas
relacionados con su Responsabilidad Social, ya que crea instrumentos más
efectivos para medir y controlar las consecuencias, los costos y los beneficios
que se desprenden de sus acciones”.

Es significativo dentro del proyecto final, establecer cuáles son las prácticas en
Responsabilidad Social que son exitosas y que generan unos altos beneficios
económicos para las organizaciones; pero, para evaluar el alcance de las
prácticas en el rendimiento económico de las empresas, es necesario crear y
desarrollar una medida que oriente y retroalimente a la organización sobre la
utilidad, el beneficio y la ventaja, con que contribuye la estrategia en
responsabilidad social e inversión social de una compañía.

En el artículo “ética en el mundo de los negocios” (cuadernos de administración Nº


20), se manifiesta la incapacidad del balance Social y de sus indicadores para
medir los efectos económicos positivos y negativos de la responsabilidad social
dentro de las organizaciones; por lo anterior:

“El Balance social es CUALITATIVO; se podría lograr una cuantificación


del balance social, puesto que el balance social promueve una visión que
responda a las expectativas e intereses de los trabajadores y de la
sociedad para unir lo social, económico y humano en una sola meta de
desarrollo”.

Esta visión del balance social apunta a ajustarse desde unos indicadores de gestión
cualitativos, hasta unos indicadores cuantitativos; que puedan informar al inversionista
sobre los costos y beneficios económicos que resultarían de los proyectos en
responsabilidad social que adelanten las organizaciones, puesto que las acciones que no
se miden, definitivamente no se pueden mejorar o comparar con unas expectativas
inicialmente planteadas, lo que sugiere una visión sistemática del proyecto de
responsabilidad social con todos sus efectos, principalmente sobre la rentabilidad del
negocio.

Otro elemento dentro de los indicadores de responsabilidad social y su efecto sobre el


rendimiento económico, consiste según el mismo artículo en que: “Los indicadores
sociales como: servicio a la comunidad, mejora del medio ambiente y participación en la
vida comunitaria; son manejados a parte de los indicadores de rentabilidad de la
empresa”.

Según los autores esta integración es necesaria para desarrollar y controlar los proyectos
y estrategias en responsabilidad social, para así apuntarle a un incremento de la
rentabilidad de la compañía y al crecimiento de la acción social.

A razón de que en el medio Colombiano, el manejo del balance social no ha sido el más
acertado, ya que dentro del artículo “ética en el mundo de los negocios” se considera que:
“Contar con un balance social no conduce necesariamente a asumir la Responsabilidad
Social; quizá se carezca de él y sin embargo, se está cumpliendo con el compromiso
como organización integrante de una comunidad”.

De esta manera para los autores, es más útil contar con el balance social y al mismo
tiempo tener unas medidas del rendimiento financiero de la estrategia en responsabilidad
social aplicada; ya que se pueden definir los siguientes componentes importantes:

• Se mide la satisfacción de la comunidad con las prácticas y beneficios que aportan las
organizaciones.
• Se establece la relación costo-beneficio del proyecto.
• Se interrelacionan las prácticas con los beneficios dentro de cada compañía.

Estos elementos se validan a través de la siguiente afirmación sobre el balance social y la


inversión social expuesta en el mismo artículo:
“Cuando se piensa que el balance social es mejor mientras más inversión
económica se haga, se deja de lado lo importante: el desarrollo social que
se genera y los beneficios económicos para la organización (relación
costo-beneficio)”.

En conclusión en un Balance Social deben aparecer todos los conceptos de


Rendimiento Económico, asignación de recursos y análisis financiero que se
hayan obtenido de los proyectos en Responsabilidad Social de la compañía.

Вам также может понравиться