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Cadena de transporte de electrones

Para otros usos de este término, véase Transporte (desambiguación).

La cadena de transporte de electrones

La cadena de transporte de electrones es una serie de mecanismos de


electrones que se encuentran en la membrana plasmática de bacterias, en
la membrana interna mitocondrial o en las membranas tilacoidales, que
mediante reacciones bioquímicas producen trifosfato de adenosina (ATP),
que es el compuesto energético que utilizan los seres vivos. Sólo dos
fuentes de energía son utilizadas por los organismos vivos: reacciones
de reducción-oxidación) y la luz solar (fotosíntesis). Los organismos que
utilizan las reacciones redox para producir ATP se les conoce con el nombre
de quimioautótrofos, mientras que los que utilizan la luz solar para tal evento
se les conoce por el nombre de fotoautótrofos. Ambos tipos de organismos
utilizan sus cadenas de transporte de electrones para convertir la energía en
ATP.
Índice
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 1Conceptos generales
 2Antecedentes
 3Cadenas de transporte de electrones en mitocondrias
o 3.1Transportadores redox mitocondriales
 3.1.1Complejo I
 3.1.2Complejo II
 3.1.3Complejo III
 3.1.4Complejo IV
3.2Acoplamiento con la fosforilación oxidativa
o
o 3.3Resumen
 4Cadena transportadora de electrones en bacterias
o 4.1Donadores de electrones
o 4.2Deshidrogenasas
o 4.3Transportadores de quinona
o 4.4Bombas de protones
o 4.5Citocromos
o 4.6Oxidasas y reductasas terminales
o 4.7Aceptores de electrones
o 4.8Resumen
 5Cadena de transporte de electrones fotosintética
 6Bibliografía básica
 7Referencias
 8Véase también
 9Enlaces externos

Conceptos generales[editar]
La misión de la cadena transportadora de electrones es la de crear
un gradiente electroquímico que se utiliza para la síntesis de ATP. Dicho
gradiente electroquímico se consigue mediante el flujo de electrones entre
diversas sustancias de esta cadena que favorecen en último caso la
translocación de protones que generan el gradiente anteriormente
mencionado. De esta forma podemos deducir la existencia de tres procesos
totalmente dependientes:

 un flujo de electrones desde sustancias individuales;


 un uso de la energía desprendida de ese flujo de electrones que se
utiliza para la translocación de protones en contra de gradiente, por lo
que energéticamente estamos hablando de un proceso desfavorable;
 un uso de ese gradiente electroquímico para la formación de ATP
mediante un proceso favorable desde un punto de vista energético.

Antecedentes[editar]
Las reacciones redox son reacciones químicas en las cuales los electrones
son transferidos desde una molécula donadora hacia una molécula
aceptora. La fuerza que conduce a esta clase de reacciones es la energía
libre de Gibbs de los reactivos y los productos. La energía libre de Gibbs es
la energía disponible para realizar un trabajo. Ninguna reacción que
incremente la energía libre de Gibbs total de un sistema se realizará de
forma espontánea.
La transferencia de electrones desde moléculas altamente energéticas
(donadoras) hacia moléculas de bajo poder energético (aceptoras) puede
ser espaciado en una serie de reacciones redox intermediarias, que en
definitiva forman una cadena de transporte. El hecho de que estas
reacciones sean termodinámicamente posibles no significa que puedan
ocurrir; por ejemplo una mezcla de hidrógeno y oxígeno no entra en ignición
de forma espontánea, se requiere suplementar cierta energía de activación
o bajar la energía de activación de la reacción. Los sistemas biológicos usan
estructuras complejas que reducen la energía de activación de las
reacciones bioquímicas.
El transporte de electrones se realiza mediante reacciones que son
termodinámicamente favorables, y han sido acopladas a reacciones que
termodinámicamente no lo son, como por ejemplo son la separación de
carga, la creación de un gradiente osmótico o el [[transporte de
membrana|cootransporte]. De esta forma, la energía libre del sistema baja y
hace posible que el proceso se lleve a cabo. Las macromoléculas biológicas
que catalizan este tipo de reacciones desfavorables, termodinámicamente
hablando, se han encontrado en todas las formas de vida conocidas, y sólo
realizan estas funciones si y solo si están acopladas a reacciones
termodinámicas favorables y que ocurran a la vez de las que no lo son.
La cadena de transporte de electrones produce energía para la formación
de un gradiente electroquímico, es decir se utiliza ese flujo para el
transporte de sustancias a través de membrana. Este gradiente se utiliza
para realizar, posteriormente un trabajo mecánico, como puede ser la
rotación de un flagelo bacteriano o la síntesis de ATP, que es imprescindible
para un organismo. Esta cadena también consiste en una serie de
transportadores que actúan secuencialmente, los cuales son generalmente
proteínas integrales de membrana con grupos prostéticos capaces de
aceptar y/o donar 1 o 2 electrones.
El ATP también se puede obtener de otras formas, como por ejemplo en
la fosforilación a nivel de sustrato. Existen organismos que obtienen el ATP
exclusivamente mediante fermentación, pero en la mayoría de los casos la
generación de grandes cantidades de ATP se realiza a través de cadenas
de transportes de electrones.

Cadenas de transporte de electrones en mitocondrias[editar]


Las células de la mayoría de eucariotas contienen orgánulos intracelulares
conocidos con el nombre de mitocondrias que producen ATP. Las fuentes
de energía como la glucosa son inicialmente metabolizados en
el citoplasma y los productos obtenidos son llevados al interior de la
mitocondria donde se continua el catabolismo usando rutas metabólicas que
incluyen el ciclo de los ácidos tricarboxílicos, la beta oxidación de los ácidos
grasos y la oxidación de los aminoácidos.
El resultado final de estas rutas es la producción de dos donadores de
electrones: NADH y FADH2. Los electrones de estos dos donadores son
pasados a través de la cadena de electrones hasta el oxígeno, el cual se
reduce para formar agua. Esto es un proceso de múltiples pasos que
ocurren en la membrana mitocondrial interna. Las enzimas que catalizan
estas reacciones tienen la notable capacidad de crear simultáneamente un
gradiente de protones a través de la membrana, produciendo un estado
altamente energético con el potencial de generar trabajo. Mientras el
transporte de electrones ocurre con una alta eficiencia, un pequeño
porcentaje de electrones son prematuramente extraídos del oxígeno,
resultando en la formación de un radical libre tóxico: el superóxido. En los
últimos años se ha descubierto que los complejos de la cadena de
transporte de electrones suelen juntarse unas con otras formando
estructuras proteínicas mayores que se nombran supercomplejos
respiratorios.
Estos supercomplejos suelen estar formados únicamente por los complejos
I, III y IV en plantas, mientras que en mamíferos se les han encontrado en
conjunto con complejo II también. Se ha propuesto que la función de la
formación de los supercomplejos respiratorios es la canalización de los
electrones a través de los complejos I, III y IV, con la finalidad de agilizar el
transporte de electrones, regular la formación de radicales de oxígeno o
incrementar la eficiencia de producción de ATP por medio de la exclusión de
la alternativa oxidasa o de las NAD(P)H dehidrogenasas del tipo II del
transporte de electrones. De esta forma únicamente las proteínas que
tienen la capacidad de transportar protones a través de la membrana interna
de las mitocondrias y que por lo mismo contribuyen a la formación del
gradiente electroquímico para la producción de ATP estarían incluidas en la
estructura de los supercomplejos.
El parecido entre las mitocondrias intracelulares y las bacterias de vida libre
es altísimo. El conocimiento de la estructura, la funcionalidad y las
similitudes en el ADN entre mitocondrias y las bacterias prueban
fuertemente el origen endosimbióticode las mitocondrias. Es decir, hay
fuertes pruebas que indican que las células eucarióticas primitivas
incorporaron bacterias, que debido a las fuerzas selectivas de la evolución
se han trasformado en un orgánulo de estas.
Transportadores redox mitocondriales[editar]
Se han identificado cuatro complejos enzimáticos unidos a membrana
interna mitocondrial. Tres de ellos son complejos transmembrana, que están
embebidos en la membrana interna, mientras que el otro está asociado a
membrana. Los tres complejos transmembrana tienen la capacidad de
actuar como bombas de protones. El flujo de electrones global se
esquematiza de la siguiente forma:

NADH → Complejo I → Q → Complejo III →


Citocromo c → Complejo IV → H2O

Complejo II

Complejo I[editar]
El complejo I o NADH deshidrogenasa o NADH:ubiquinona oxidoreductasa
(EC 1.6.5.3) capta dos electrones del NADH y los transfiere a un
transportador liposoluble denominado ubiquinona (Q). El producto reducido,
que se conoce con el nombre de ubiquinol (QH2) puede difundir libremente
por la membrana. Al mismo tiempo, el Complejo I transloca cuatro protones
a través de membrana y produce un gradiente de protones.
El flujo de electrones ocurre de la siguiente forma:
El NADH es oxidado a NAD+, y reduce al FMN a FMNH2 en un único paso
que implica a dos electrones. El siguiente transportador de electrones es un
centro Fe-S que sólo puede aceptar un electrón y trasferirlo a la ubiquinona
generando una forma reducida, denominada semiquinona. Esta
semiquinona vuelve a reducirse con el otro electrón que quedaba,
generando el ubiquinol, QH2. Durante este proceso, cuatro protones se
translocan a través de la membrana interna mitocondrial, desde la matriz
hacia el espacio intermembrana.
Complejo II[editar]
El Complejo II o succinato deshidrogenasa; [1] EC 1.3.5.1 no es una bomba
de protones. Además es la única enzima del ciclo de Krebs asociado a
membrana. Antes de que este complejo actúe el FADH2 se forma durante la
conversión de succinato en fumarato en el ciclo del ácido cítrico. A
continuación los electrones son transferidos por medio de una serie de
centros FeS hacia Q. EL glicerol-3-fosfato y el acetil-CoA también
transfieren electrones a Q mediante vías diferentes en que participan
flavoproteínas.
Complejo III[editar]
El complejo III o complejo citocromo bc1; EC 1.10.2.2, obtiene dos
electrones desde QH2 y los transfiere a dos moléculas de citocromo c, que
es un transportador de electrones hidrosoluble que se encuentra en el
espacio intermembrana de la mitocondria. Al mismo tiempo, transloca cuatro
protones a través de la membrana por los dos electrones transportados
desde el ubiquinol.
Complejo IV[editar]
El complejo IV o citocromo c oxidasa; EC 1.9.3.1 capta cuatro electrones de
las cuatro moléculas de citocromo c y se transfieren al oxígeno (O2), para
producir dos moléculas de agua (H2O). Al mismo tiempo, se translocan
cuatro protones al espacio intermembrana, por los cuatro electrones.
Además "desaparecen" de la matriz 2 protones que forman parte del H2O.
Acoplamiento con la fosforilación oxidativa[editar]
La hipótesis del acoplamiento quimiosmótico, lo que el valió el Premio Nobel
de Química a Peter D. Mitchell, explica que la cadena de transporte de
electrones y la fosforilación oxidativa están acopladas por el gradiente de
protones. El flujo de protones crea un gradiente de pH y un gradiente
electroquímico. Este gradiente de protones es usado por la ATP sintasa
para formar ATP vía la fosforilación oxidativa. La ATP sintasa actúa como
un canal de iones que "devuelve" los protones a la matriz mitocondrial.
Durante esta vuelta, la energía libre de Gibbs producida durante la
generación de las formas oxidadas de los transportadores de electrones es
liberada. Esta energía es utilizada por la síntesis de ATP, catalizada por el
componente F1 del complejo FOF1 ATP sintasa.
El acoplamiento con la fosforilación oxidativa es un paso clave en la
producción de ATP. Sin embargo, en ciertas ocasiones desacoplarlo puede
tener usos biológicos. En la membrana interna mitocondrial de los tejidos
adiposos marrones existe una gran cantidad de termogenina, que es una
proteína desacopladora, que actúa como una vía alternativa para el regreso
de los protones a la matriz. Esto resulta en consumo de la energía en
termogénesis en vez de utilizarse para la producción de ATP. Esto puede
ser útil para generar calor cuando sea necesario, por ejemplo en invierno o
durante la hibernación de ciertos animales.
También se conocen desacoplantes sintéticos como el caso del 2,4-
dinitrofenol, que se ha usado como pesticida, debido a su alta toxicidad.
Resumen[editar]
La cadena de transporte de electrones mitocondrial utiliza electrones desde
un donador ya sea NADH o FADH 2 y los pasa a un aceptor de electrones
final, como el O2, mediante una serie de reacciones redox. Estas reacciones
están acopladas a la creación de un gradiente de protones generado por los
complejos I, III y IV. Dicho gradiente es utilizado para generar ATP mediante
la ATP sintasa.
Las reacciones catalizadas por los complejos I y III están en equilibrio. Las
concentraciones de reactivos y productos son aproximadamente los
mismos. Esto significa que estas reacciones son reversibles al incrementar
la concentración de producto.

Cadena transportadora de electrones en bacterias[editar]


En eucariotas, el NADH es el donador de electrones más importante. En
procariotas, es decir bacterias y arqueas la situación es algo más
complicada, debido a que hay un gran número de donante de electrones y
un gran número de aceptores. Si generalizamos el transporte en bacterias
este podría quedar de la siguiente forma:

Donador Donador
Donador


Aceptor
Aceptor

Es posible que los electrones entren a la cadena en tres niveles: un nivel en


donde participa una deshidrogenasa, otro en la que actúa un reservorio de
quinonas, o en un nivel en el que actúa un transportador móvil como es el
citocromo. Estos niveles corresponden a sucesivos potenciales redox más
positivos o sucesivas bajadas de las diferencias en el potencial relativo en
los aceptores de electrones. En otras palabras, corresponden a cambios
cada vez menores en la energía libre de Gibbs.
Las bacterias pueden usar múltiples cadenas de transporte de electrones, e
incluso simultáneamente. Las bacterias pueden usar varios donadores
diferentes de electrones. Por ejemplo, Escherichia coli, cuando crece en
condiciones aeróbicas usando glucosa como fuente de energía, usa
dos NADH deshidrogenasas diferentes y dos quinol oxidasasdiferentes, un
total de cuatro cadenas de transporte que funcionan simultáneamente.
Las bacterias también generan un gradiente de protones, para ello utilizan al
menos tres bombas de protones, al igual que las mitocondrias, aunque se
han descrito casos en los que solo existen dos o incluso una.
Evidentemente siempre tiene que existir al menos una bomba de protones
para poder generar el gradiente electroquímico, que es esencial para la
generación de ATP.
Donadores de electrones[editar]
Artículo principal: Donador de electrones
En la biosfera actual, los donadores de electrones más comunes son las
moléculas orgánicas. Los organismos que usan moléculas orgánicas como
fuente de energía son conocidos como organotrofos. Sin embargo, existen
procariotas que son capaces de utilizar fuentes inorgánicas como fuente de
energía y se les conoce por ello con el nombre de litotrofos. Estos
donadores inorgánicos incluyen al hidrógeno, al monóxido de carbono,
el amonio, el nitrito, sulfuro, y el ion ferroso. Los litotrofos se han observado
creciendo en formaciones de rocas a centenares de metros bajo la
superficie de la Tierra.
El uso de donadores de electrones inorgánicos como fuente de energía es
de particular interés en el estudio de la evolución. Este tipo de metabolismo
tuvo que ser el antececesor de los actuales modelos de organotrofos.
Deshidrogenasas[editar]
Las bacterias pueden usar un gran número de donadores de electrones.
Cuando utilizan materia orgánica como fuente de energía, el donador puede
ser el NADH o el succinato, en tal caso los electrones entran a la cadena de
transporte mediante la NADH deshidrogenasa, que es similar al complejo I
mitocondrial, o bien mediante la succinato deshidrogena, que es similar al
complejo II. Otras deshidrogenasas pueden ser utilizadas dependiendo del
donador; ejemplos pueden ser la formato deshidrogenasa, la lactato
deshidrogenasa, la gliceraldehído-3-fosfato deshidrogenasa,
H2 deshidrogenasa, también conocida por el nombre de hidrogenasa, y etc.
Algunas de estas deshidrogenasas también actúan como bombas de
protones, otras simplemente donan los electrones al reservorio de quinonas.
La mayoría de las deshidrogenasas son sintetizadas solo en caso de
necesidad, por lo que dependiendo del ambiente en el que se encuentra
podremos detectar una o varias de estas deshidrogenasas. Las bacterias
son capaces por tanto de realizar una regulación transcripcional de las
mismas.
Transportadores de quinona[editar]
Las quinonas son transportadores móviles liposolubles. En general
desempeñan las mismas funciones que la quinona mitocondrial, aunque las
bacterias presenten quinonas específicas como son por ejemplo
la ubiquinona o la menaquinona.
Bombas de protones[editar]
Se considera como bomba de protones cualquier proceso que genere un
gradiente de protones a través de la membrana. Los protones pueden ser
movidos físicamente a través de la membrana, como es el caso de los
complejos I y IV de las mitocondrias. El mismo efecto se observa cuando los
electrones se mueven en la dirección opuesta. El resultado es la
desaparición de protones de la matriz y la aparición de protones en el
espacio intermembrana. Este es el caso del complejo III de las mitocondrias,
en el cual se observa el ciclo Q. Algunas deshidrogenasas son bombas de
protones, otras no. La mayoría de las oxidasas y la mayoría de
las reductasas si lo son, aunque existen excepciones. El citocromo bc1 es
una bomba de protones en muchas bacterias, aunque no en todas (por
ejemplo, Escherichia coli es una excepción).
Citocromos[editar]
Los citocromos son proteínas que contienen porfirinas que tienen ligado un
átomo de hierro. Existen citocromos que son hidrosolubles, otros que son
liposolubles. Otra peculiaridad es que existen citocromos móviles como por
ejemplo el citocromo c. Aunque la gran mayoría funcionan asociadas a
macromoléculas como pueden ser los complejos III y IV.
Oxidasas y reductasas terminales[editar]
Cuando una bacteria crece en ambientes aeróbicos, el aceptor final de los
electrones es reducido hasta agua por una enzima que se
denomina oxidasa. Cuando una bacteria crece en ambientes de hipoxia,
el aceptor de electrones es reducido por una enzima que se
denomina reductasa. En las mitocondrias el complejo terminal es
la citocromo oxidasa, pero las bacterias aeróbicas pueden utilizar varias
oxidasas. Escherichia coli, no presenta citocromo oxidasa, por lo que en
condiciones aeróbicas utiliza dos quinol oxidasa diferentes para reducir el
oxígeno a agua. Ambas quinol oxidasas actúan a su vez como bombas de
protones. Las bacterias anaeróbicas no pueden utilizar el oxígeno como
aceptor final de los electrones, por lo que requieren reductasas
especializadas para cada una de los aceptores. Escherichia coli puede usar,
por ejemplo, una fumarato reductasa, la nitrato reductasa, la nitrito
reductasa o la DMSO reductasa dependiendo de si existen esos aceptores
en el medio en el que estás creciendo.
Aceptores de electrones[editar]
Artículo principal: Aceptor de electrones
Al igual que existen un gran número de donadores de electrones, también
existen un gran número de aceptores que pueden ser de ambos tipos, es
decir de origen orgánico o inorgánico. Si el oxígeno está disponible, se
usará como aceptor, ya que genera mayor producción energética. En los
ambientes anaeróbicos, se puede utilizar NO3-, NO2-, Fe3+, SO42-, CO2 y
pequeñas moléculas orgánicas como por ejemplo el fumarato.
Resumen[editar]
En general, las cadenas de transporte de electrones bacterianas son
inducibles. Según el medio en el que estén creciendo, las bacterias
sintetizarán distintos complejos transmembranas que producirán diferentes
transportes en sus membranas.

Cadena de transporte de electrones fotosintética[editar]


En la fosforilación oxidativa, los electrones se transfieren desde un donador
de electrones de alta energía hasta un aceptor a través de una cadena de
transporte de electrones. En la fotofosforilación, se usa la energía de la luz
solar para crear un donador de electrones altamente energético y un
aceptor de esos electrones. Los electrones se transfieren desde el donador
hasta el aceptor a través de una cadena de transporte totalmente diferente a
la que se observa en las mitocondrias.
La cadena de transporte de electrones fotosintética tiene varias similitudes
con la cadena oxidativa. Tienen transportadores móviles, transportadores
liposolubles y móviles, transportadores hidrosolubles y bombas de protones,
que se encargan de generar el gradiente electroquímico.

Bibliografía básica[editar]
Cadena Respiratoria
Conceptos Generales
La misión de la cadena transportadora de electrones es la de crear un gradiente
electroquímico que se utiliza para la síntesis de ATP. Dicho gradiente
electroquímico se consigue mediante el flujo de electrones entre diversas
sustancias de esta cadena que favorecen en último caso la translocación de
protones que generan el gradiente anteriormente mencionado. De esta forma
podemos deducir la existencia de tres procesos totalmente dependientes:

 Un flujo de electrones desde sustancias individuales


 Un uso de la energía desprendida de ese flujo de electrones que se utiliza
para la translocación de protones en contra de gradiente, por lo que
energéticamente estamos hablando de un proceso desfavorable.
 Un uso de ese gradiente electroquímico para la formación de ATP
mediante un proceso favorable desde un punto de vista energético.
La Cadena Respiratoria
En este punto la célula ha ganado solo 4 ATP, 2 en la glucólisis y dos en el ciclo
de Krebs, sin embargo ha capturado electrones energéticos en 10 NADH2 y 2
FADH2. Estos transportadores depositan sus electrones en el sistema de
transporte de electrones localizado en la membrana interna de la mitocondria.
La cadena respiratoria está formada por una serie de transportadores de
electrones situados en la cara interna de las crestas mitocondriales y que son
capaces de transferir los electrones procedentes de la oxidación del sustrato hasta
el oxígeno molecular, que se reducirá formándose agua.

Como resultado de esta transferencia de electrones, los transportadores se oxidan


y se reducen alternativamente, liberándose una energía que en algunos casos es
suficiente para fosforilar el ADP y formar una molécula de ATP. Se trata de
la fosforilación oxidativa que permite ir almacenando en enlaces ricos en
energía la energía contenida en las moléculas NADH2, FADH2, NADPH2, que
se liberan en la glucólisis y en el ciclo de Krebs y que será más tarde fácilmente
utilizada. Toda cadena respiratoria que comience por el NAD conduce a la
formación de 3 ATP mientras que si comienza por el FAD produce sólo 2 ATP.
El rendimiento energético del NADP es similar al del NAD, así como el del GTP
lo es al del ATP.
La cadena respiratoria Los compuestos NADH y FADH2, originados fundamentalmente en el ciclo
de Krebs, pero también en otros procesos catabólicos, albergan el poder reductor que les
confieren los electrones "energéticos" que transportan. Esa energía será liberada, poco a poco, a
lo largo de la cadena respiratoria ubicada en la membrana interna de las mitocondrias o en la
membrana celular de los procariotas. Tanto el NADH como el FADH2 ceden los electrones a la
cadena formada de transportadores y, a medida que pasan de uno a otro, los electrones van
liberando energía. Esa energía permite el bombeo de protones, lo que genera un gradiente
electroquímico, entre la matriz mitocondrial y el espacio intermembrana (mitocondria) o entre el
citoplasma y el espacio periplásmico (procariotas). La fuerza protón-motriz generada, impulsa los
protones a través de las ATP sintasas, permitiendo la unión del ADP a un grupo fosfato, con la
consiguiente formación de ATP. El conjunto de estos procesos, que culminan con la formación de
ATP, constituyen la fosforilación oxidativa. Los electrones que han sido impulsados a lo largo de la
cadena respiratoria, deben unirse a un aceptor final. En la respiración aerobia el aceptor último de
electrones es el O2, que al unirse con H+ del medio, forma H2O como producto final. La cadena
respiratoria en Escherichia coli E. coli es un microorganismo procariota por lo tanto carece de
organelas internas y los componentes enzimáticos de la cadena respiratoria están ubicados en la
membrana citoplasmática. La cadena respiratoria está integrada por dos grupos diferentes de
enzimas: a) las deshidrogenasas: son flavoproteínas o metaloflavoproteínas que oxidan sustratos
específicos (NADH, succinato, D-lactato, glicerol-3-fosfato, etc.) y reducen quinonas (siendo la
ubiquinona-8 o la menaquinona-8 la especie predominante en células crecidas en aerobiosis o
anaerobiosis, respectivamente), b) las oxidasas terminales: oxidan a las quinonas reducidas y
entregan los electrones al aceptor final (oxígeno, fumarato o nitrato). Estos sistemas de oxidasas
terminales están constituidos por citocromos; el complejo del citocromo bo y el complejo del
citocromo bd. El predominio de uno u otro sistema depende de la presión de oxígeno: alta
presión, citocromo bo; baja presión, citocromo bd. En la Figura 1 se esquematiza un modelo de la
cadena respiratoria aeróbica en E. coli. Esquema de la cadena respiratoria aeróbica de E. coli.
Distintos sustratros (S´H2, SH2) interactúan con sus respectivas deshidrogenasas (A, B)
reduciéndolas, éstas a su vez reducen ubiquinona-8 (Q) a ubiquinol-8 (QH2), el cual transfiere los
equivalentes de reducción a cualquiera de las oxidasas terminales (complejo del citocromo bd,
complejo del citocromo bo). Finalmente, las oxidasas transfieren los electrones al oxígeno para
formar agua. A y B representan, respectivamente, a deshidrogenasas que generan o no gradiente
electroquímico de protones. Ejemplos: A, NDH-1; B, NDH-2, D-LDH, SDH. Adaptado de Cronan y
col., 1987. Cytoplasmic membrane, vol 1 pp. 31-55. Esherichia coli and Salmonella typhimurium:
cellular and molecular biology, American Society for Microbiology, Washington, DC. A B S´H2 S ½
O2 +2H+ H2 O SH2 S ½ O2 +2H+ H2 O QH2 Q QH2 Q 2H+ 2H+ 2e- 2eMembrana interna Periplasma
Citoplasma nH+ Deshidrogenasas Complejo citocromo bo/bd La cadena respiratoria en plantas
Las plantas, al ser organismos pluricelulares, presentan organelas internas en su estructura, de
manera que los componentes de la cadena respiratoria se ubican en la membrana de las
mitocondrias. En plantas superiores y algunas algas, hongos y protistas, la cadena respiratoria se
bifurca a nivel de la ubiquinona, por lo que existen dos vías de transporte de electrones hacia el
oxígeno: la vía clásica de la Citocromo oxidasa (que comparte con animales) y la vía de la oxidasa
alternativa (AOX), que no está presente en animales y es insensible al KCN pero se inhibe por el
agregado de derivados hidroximatos como el SHAM (ácido salicilhidroxámico). Esta vía alternativa
no está acoplada a la generación de ATP pero si lleva a la producción de calor. En la siguiente
figura se esquematiza los componentes de la cadena respiratoria de plantas superiores. Esquema
de la cadena respiratoria mitocondrial de plantas. Se indica la bifurcación de la cadena de
transporte a partir de UQ. Complejo I, NADH deshidrogenasa; Complejo II, succinato
deshidrogenasa; Complejo III, citocromo bc1; Complejo IV, citocromo oxidasa (COX); AOX, oxidsasa
alternativa; UQ, ubiquinona. SHAM, ácido salicilhidroxámico, inhibidor de AOX; KCN, cianuro de
potasio, inibidor de COX. Adaptado de Vanlerberghe y McIntoch, 1997. Ann. Rev Plant Physiol.
Plant Molecular Biol., vol. 48 pp.703-734. I II III UQ AOX Cit. IV Cox NADH NAD+ H + Succinato
Fumarato H2 O ½ O2 H + H + SHAM KCN MATRIZ ESPACIO INTERMEMBRANA MI Los peróxidos y
los metales de transición (Fe/Cu) en relación con el estrés oxidativo Una consecuencia del
metabolismo aeróbico es la producción de especies reactivas del oxígeno, que pueden
interaccionar con las biomoléculas (DNA, lípidos, proteínas, etc.) provocando su alteración y
degradación, con el consecuente daño celular. Toda situación de desbalance, ya sea por un
aumento en la generación de esas especies reactivas o por una disminución en los sistemas
defensivos, provoca lo que se denomina "estrés oxidativo". Especies reactivas del oxígeno (ERO)
El oxígeno es una especie triplete capaz de aceptar un electrón por vez, pero su potencial redox es
bajo (Em=-0,16V), por lo que existen pocas biomoléculas capaces de transferirle un electrón. Es
decir, no puede directamente oxidar aminoácidos o ácidos nucleicos. Sin embargo, si es capaz de
oxidar lentamente las flavinas reducidas de la mayoría de las enzimas redox, presentes en la
cadena respiratoria (NDH-2, succinato deshidrogenasa, sulfito reductasa y fumarato reductasa).
Esta oxidación da lugar a la generación de especies más reactivas que el oxígeno, capaces de dañar
las biomoléculas. Entre las especies derivadas del oxígeno, algunas son radicales libres tales como:
radical hidroxilo (HO• ), superóxido (O2 •-), peroxilo (RO2 • ), óxido nítrico (NO• ) y otras, que sin
ser radicales libres, son también muy reactivas y son la fuente de muchos radicales libres, entre
ellos se encuentran: peróxido de hidrógeno (H2O2), peróxidos orgánicos (RHO2), ácido
hipocloroso (HClO), oxígeno singlete ('O2) y ozono (O3). ¿Cómo y porqué se originan las ERO? El
O2 •- y H2O2 son muy reactivos y pueden reaccionar con los clusters hierro-azufre de grupos
tioles de las proteínas, los cuales no pueden reaccionar directamente con el oxígeno (Reacción 1).
Sin embargo, no son lo suficientemente potentes como para oxidar los ácidos nucleicos. El daño
oxidativo sobre el DNA es debido a otra especie reactiva derivada del oxígeno, HO• (Reacción 3).
Los mecanismos propuestos para la formación de las ERO involucran una reacción de Fenton sitio-
específica donde participa un metal reducido (Me(n-1)+) que reacciona con el peróxido de
hidrógeno (HO-OH) o con un hidroperóxido orgánico (RO-OH) produciendo la ruptura del enlace
peroxilo (-O-O-) (Reacción 3). Los peróxidos pueden también reaccionar con el radical superóxido y
generar radicales libres más reactivos mediante la reacción de Haber-Weiss, también catalizada
por metales de transición (Reacción 5 y 6): Fe/Cu HO-OH + O2 •- O2 + HO• + OHFe/Cu RO-OH + O2
•- O2 + RO• + OHMoléculas como el H2O2 o radicales poco reactivos, pueden generarse en un
lugar de la célula y trasladarse a otro lugar de ésta o aún migrar a células vecinas y ejercer allí su
acción. Otros radicales, como el HO• , son tan reactivos que al originarse reaccionan (1) -0,33V
+0,94V +0,38V +2,33V O 2 O 2 •- H 2 O 2 OH- + HO• H 2 O Men++ H 2 O 2 Me(n+1)++ OH- + HO•
HO• + DNA H 2 O + lesión Me(n+1)++ reductor? Men++ reductor oxidado (2) (3) (4) (5) (6)
inmediatamente con moléculas próximas ya sean ácidos grasos, hidratos de carbono, proteínas o
DNA. El radical HO• al atacar al DNA, puede hacerlo tanto sobre la desoxirribosa como sobre las
bases púricas y pirimídicas. Por esto las ERO están implicadas en el desarrollo de enfermedades
como el cáncer o el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y de varias enfermedades
degenerativas como ser aterosclerosis, injuria por reperfusión posisquémica, enfermedad de
Alzheimer, enfermedad de Parkinson, artritis reumatoidea y esclerosis lateral amiotrófica.
Protocolo de trabajo Practico nº 1 Cadena Respiratoria y Consumo de oxígeno Estudio de la
cadena respiratoria en plantas Se determinará el consumo de oxígeno en muestras de flavedo de
limones. Las muestras se tomarán de la parte coloreada de la cáscara del limón (flavedo) cuidando
de no retirar nuestras de albedo (porción blanca de la cáscara), hasta alcanzar el peso requerido
(50 mg) y se picará finamente. El consumo de O2 de las muestras se determinará en suspensiones
de 2 ml en buffer fosfato de sodio 50 mM pH 7,5 en ausencia y presencia de diferentes
inhibidores: KCN 10 mM como inhibidor de la vía de los citocromos y SHAM 5mM como inhibidor
de la vía alternativa de la cadena respiratoria. Se evaluará el grado de inhibición obtenido con cada
uno de los compuestos, respecto al consumo de oxígeno en ausencia de los mismos. Estudio de la
cadena respiratoria en suspensiones bacterianas Se prepararán suspensiones celulares
(Abs560nm=0,4) conteniendo 0,5% de glicerol como sustrato respirable a partir de cultivos de
células crecidas hasta fase exponencial en medio LB. En dichas suspensiones se determinará
comparativamente el consumo de oxígeno en presencia o ausencia de t-BOOH 5mM y Cu 1mM. De
esta forma se analizará la participación del metal en este proceso. También se estudiará la
respuesta frente a los mismos inhibidores probados para las muestras de flavedo de limones.
Practico nº 2 Cadena Respiratoria y Producción de Especies reactivas del oxígeno (ERO)
Determinación de niveles intracelulares de ERO La formación de ERO se determinará mediante el
uso de la sonda 2´,7´- dichlorofluorescein diacetato (H2DCFDA). Este compuesto como tal no
fluoresce pero tiene características lipofílicas que le permiten difundir libremente al interior de la
célula. En la membrana este compuesto es atacado por esterasas que hidrolizan y liberan el
diacetado de la molécula convirtiéndola en una sustancia hidrofílica (H2DCF), que es incapaz de
salir del compartimiento citosólico. Cuando esta sonda es oxidada por las ERO, se transforma en
DCF, que si fluoresce. Hay una gran cantidad de sustancias que pueden oxidar a esta molécula
pero especialmente el H2O2 es una de las ejerce un mayor efecto. La determinación de EROs se
llevará a cabo midiendo la intensidad de fluorescencia en un espectrofluorómetro (ISS-PCI
(Champaign, IL, USA)) o mediante el uso de un microscopía de fluorescencia Olympus BX51TF
(Tokio, Japón). 490 nm 490 nm 519 nm Protocolos de trabajo Determinación de la formación de
ERO por espectroscopía de fluorescencia 1) Preparar 10 ml de una suspensión de Abs560nm=0,5
en buffer fosfato de sodio 50 mM (pH=7,0) a partir de células de E. coli crecidas aeróbicamente en
medio LB hasta Abs560nm=2,0. 2) Incubar 30 min a 37ºC en baño agitado en oscuridad en
presencia de 10 μM de la sonda fluorescente. 3) Transferir a 4 tubos eppendorf (2 ml) y centrifugar
(10000 rpm 5 min) para eliminar la sonda que no haya ingresado a la célula. Resuspender en el
mismo volumen con buffer fosfato. 4) Transferir a tubos de vidrio los 2 ml de células, las cuales
serán sometidas a diferentes tratamientos con: Control (sin sustancia), CuSO4 50 μM, t-BOOH 1
mM o una combinación de ambos compuestos. 5) Incubar las muestras 10 min a 37ºC en baño
agitado. 6) Finalizado el tiempo de incubación transferir 1,5 ml a tubos eppendorf y lavar dos
veces con buffer fosfato de sodio 50 mM (pH=7,0). 7) Sonicar las muestras durante 2 min en frio
para liberar la sonda oxidada. 8) Para medir la intensidad de fluorescencia se realizará una dilución
½ con el buffer de trabajo y a la muestra se la excitará a una longitud de onda de 490 nm y se
medirá la emisión a 519 nm. Determinación de la formación de ERO por microscopía de
fluorescencia 1) Preparar 10 ml de una suspensión de Abs560nm=1 en buffer fosfato de sodio 50
mM (pH=7,0) a partir de células de E. coli crecidas aeróbicamente en medio LB hasta
Abs560nm=2,0. 2) Tranferir a tubos de vidrio 2 ml de células, las cuales serán sometidas a
diferentes tratamientos con: Control (sin sustancia), CuSO4 50 μM y una combinación de t-BOOH 1
mM y Cu2+ 50 μM. 3) Incubar 10 min a 37ºC en baño agitado 4) Transferir a 3 tubos eppendorf (2
ml) y centrifugar (10000 rpm 5 min). Lavar 3 veces con buffer fosfato. 5) Transferir a tubos de
vidrio los 2 ml de células e Incubar 30 min a 37ºC en baño agitado en oscuridad en presencia de 10
μM de la sonda fluorescente. 6) Finalizado el tiempo de incubación transferir 1,5 ml a tubos
eppendorf y lavar 1 vez con buffer fosfato de sodio 50 mM (pH=7,0). 7) Colocar 15 o 20 µl entre
porta y cubre y mirar al microscopio. Determinación de la formación de ERO en extractos
celulares. Medición directa 1) Para observar la formación de ERO, se partirá de la misma
suspensión inicial de Abs560nm=0,5 la cual se sonicará por 5 min. 2) En la cubeta de medición se
adicionará secuencialmente, el fluorescente y una fuente de carbono (Glucosa) para mantener la
cadena respiratoria funcionando, y diferentes especies generadores de ERO como 50 μM de
CuSO4, 1 mM de t-BOOH o 5 mM KCN (inhibidor de citocromos). 3) La intensidad de la
fluorescencia será registrada durante 5 min después de adicionar cada uno de dichos compuestos
o de una mezcla de ellos

La bioenergética, las mitocondrias y la


fosforilación oxidativa
Marietta Tuena de Gómez Puyou, José J. García Trejo
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RESUMENABSTRACTPDFCITA A- A A+
IntroducciónValoración experimental...Surgimiento de nuevas
interrogantesGlosario de términos
Introducción
En 1959 Armando y yo comenzamos una colaboración con Antonio Peña en el
laboratorio de Bioquímica de la Facultad de Medicina, decididos a trabajar en el
campo de la bioenergética, del que se conocían muchos aspectos importantes
pero que aún había muchas preguntas interesantes por contestar.
Armando Gómez Puyou y Marietta Tuena de Gómez en su laboratorio del Instituto de Fisiología
Celular, UNAM.

La bioenergética es una rama especializada de la bioquímica que estudia los


procesos de transducción de energía en los seres vivos. Incluye muchos procesos
metabólicos que resultan en la absorción, almacenamiento y la utilización de la
energía a nivel celular, subcelular y molecular. El ejemplo más frecuente y mejor
conocido de estos procesos es el de la síntesis del ATP (adenosín trifosfato), que
es la molécula acarreadora universal de la energía en todas las especies; es decir,
el ATP es el tipo de cambio en términos energéticos para todos los seres vivos. Se
podría decir que el ATP es el dólar o el euro de los seres vivos dado que es la
moneda energética universal, de tal manera que el mantenimiento de las
funciones vitales como lo son la biosíntesis de proteínas, ADN, ARN, nucleótidos,
aminoácidos, duplicación celular, motilidad y transporte, entre otras, le “cuesta” a
las células muchas moléculas de ATP. La ventaja que tiene, es que a diferencia
del dólar o del euro, éste nunca se va a devaluar.
Figura 1. Estructura del ATP. La parte adenina se muestra en naranja y la ribosa en rosa, mientras
que los tres fosfatos que le dan el nombre de adenosín-trifosfato se muestran en amarillo. En la
reacción exergónica de hidrólisis del ATP se libera el último fosfato (Pi) (ATP+H20èADP+Pi), lo cual
impulsa la mayoría de las reacciones y funciones vitales de todos los seres vivos.

La molécula del ATP es un nucleótido libre, y como todo nucleótido está formado
por una base nitrogenada, en este caso la adenina, un azúcar (la ribosa) y tres
grupos fosfato en unión éster (Figura 1), que en las condiciones normales de la
célula se encuentran ionizados, presentando una carga negativa que usualmente
es neutralizada por iones Mg2+. El ATP es un acarreador de energía ya que su
hidrólisis es una reacción exergónica, es decir, al liberarse al fosfato final para
formar ADP y Pi, se libera energía susceptible de transformarse en trabajo
químico, osmótico o mecánico, entre otros, lo cual impulsa la mayoría de los
procesos celulares vitales que son en general endergónicos. Por definición estos
últimos absorben energía libre y necesitan alguna reacción exergónica (como la
hidrólisis del ATP) que los impulse por medio de mecanismos de acoplamiento
energético. El término acoplamiento en bioenergética quiere decir que una
reacción endergónica absorbe la energía liberada de otra exergónica por un
mecanismo particular de acoplamiento. En todas las forma de vida y en todas las
células, la mayoría de los procesos vitales son endergónicos y se acoplan a la
hidrólisis del ATP o al consumo de otra molécula que almacene energía libre al
acumularse dentro de las células.

Figura 2. Ciclo del ATP. La energía proveniente de los alimentos (o de la luz, en el caso de los
organismos fotosintéticos) se transforma mediante reacciones acopladas para impulsar la
condensación de ADP y fosfato inorgánico (Pi) y así acumular grandes cantidades de ATP
intracelular, el cual es hidrolizado de nuevo hacia ADP y Pi para impulsar todas las reacciones
vitales y trabajo mecánico y osmótico necesario para la vida en todas sus formas.
La tendencia natural del ATP a hidrolizarse en el tercer fosfato para formar ADP y
fosfato inorgánico (Pi) se conoce bien, dado que in vitroesta reacción hidrolítica, al
llegar al equilibrio, tiene un cociente de ATP/ADP de aproximadamente 10 -7. Es
decir que en equilibrio hay 10 millones de moléculas de ADP por cada molécula de
ATP, lo que implica que la mayoría del ATP está hidrolizado.

Por el contrario, en condiciones fisiológicas, las células están forzadas a mantener


una alta relación ATP/ADP de al menos 1000, muy lejos de las condiciones del
equilibrio donde la mayoría del ATP se hidroliza. Para ello, las células absorben
energía de fuentes primarias, como son nutrientes (azúcares o grasas, por
ejemplo) o la luz solar (organismos fotosíntéticos) para transformarlos por los
procesos bioenergéticos en altas concentraciones de ATP, el cual, al acumularse
en las células en una relación aproximada de mil moléculas de ATP por cada ADP,
puede impulsar la mayoría de las reacciones vitales celulares, dado que la
hidrólisis del ATP será espontánea (exergónica) y liberará con facilidad la energía
necesaria impulsar la vida (Figura 2). Dicho de otra forma, se ha calculado, por
ejemplo, que un ser humano promedio en estado de reposo tiene que sintetizar
diariamente al rededor de 65 Kg de ATP (su propio peso en ATP) para mantener
sus funciones vitales y consumo de energía a diario.
Figura 3. Componentes estructurales de las mitocondrias. Se muestra una representación
esquemática en 3D, reconstruida artísticamente de las imágenes de microscopía electrónica –en
2D, de la forma ortodoxa de las mitocondrias. En azul se muestra la matriz mitocondrial
conteniendo las enzimas del ciclo de Krebs (Figura 4), el ADN mitocondrial, los ribosomas
mitocondriales y demás metabolitos en un medio acuoso. La membrana interna se muestra
formando sinuosidades llamadas crestas mitocondriales, y es en esta membrana donde se
encuentran los complejos respiratorios y la ATP sintasa (aumentada en el esquema superior). Las
crestas aumentan la superficie membranal disponible para sintetizar ATP.
Las células sintetizan la mayoría de ATP (90%) Para poder acumular las altas
cantidades que necesitan a través del proceso llamado fosforilación oxidativa. La
enzima que realiza esta síntesis es la F1F0-ATP sintasa o complejo V respiratorio
(adicional a los otros 4 complejos respiratorios I-IV que consumen el oxígeno de la
respiración) (Figura 5). Este proceso clave en el movimiento de energía dentro de
la célula se realiza en el interior de un organelo existente en el citoplasma de las
células, denominado mitocondria (del griego mitos [hilos] y chondros[gránulos] o
“gránulos en forma de hilos” por su morfología vista por microscopía electrónica)
(Figura 3), responsable de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para
la actividad celular, esto procede al consumir la energía de sustratos oxidables por
medio de la respiración mitocondrial que ocurre en las crestas (Figuras 3 y 5).
Figura 4. Ciclo de Krebs. Se ilustra una secuencia de reacciones conocida como Ciclo de Krebs.
En la matriz mitocondrial, el Acetil Coenzima A (una molécula de sólo dos carbones) inicia el ciclo
al condensarse con una molécula de cuatro carbones, el ácido oxaloacético, para generar una
molécula de seis carbones, el ácido cítrico. Con cada vuelta del ciclo se pierden dos carbones de la
molécula de ácido cítrico, que se transforman en CO2. Igualmente, se sintetiza una molécula de
ATP por fosforilación directa a nivel del sustrato y se regenera el ácido oxaloacético, la molécula de
cuatro carbones. También se genera energía redox (NADH) por acción de las enzimas del tipo
deshidrogenasa presentes en el ciclo, que alimentan a la cadena respiratoria y la ATP sintasa de la
membrana interna mitocondrial (Figura 5).
Estructuralmente, la mitocondria está rodeada de dos membranas claramente
diferentes en sus funciones: la externa de permeabilidad no selectiva y la interna
que es semi-permeable o de permeabilidad limitada, para moléculas con cargas
tanto negativas (aniones) como positivas (cationes), proteínas y otros metabolitos.
La membrana interna mitocondrial presenta una estructura compleja muy sinuosa,
es decir, con varios dobleces y estructuras tubulares (como los dedos de un
guante) que se conocen como crestas mitocondriales (Figura 3) en las que se
encuentran las estructuras responsables de la fosforilación oxidativa, es decir, la
cadena respiratoria y la F1F0-ATP sintasa. La función de las crestas es aumentar
la superficie membranal en donde pueda ocurrir la fosforilación oxidativa, esto es
similar a los dobleces de las membranas en las nefronas del riñón donde aumenta
la superficie disponible para el transporte de iones y agua de la orina, o a las
membranas alveolares de los pulmones donde se aumenta la superficie
membranal disponible para el intercambio vital de oxígeno/CO2 durante la
respiración.

Es decir, a mayor número de crestas, mayor superficie que contiene los complejos
respiratorios y la ATP sintasa para sintetizar al ATP. El espacio entre ambas
membranas (interna y externa) se conoce como espacio intermembranal. La
membrana interna limita la matriz mitocondrial en la que, mediante un mecanismo
conocido como beta oxidación, las enzimas específicas oxidan ácidos grasos así
como piruvato proveniente de la glicólisis, además de los aminoácidos,
produciendo acetil Coenzima A (Figura 4).

Es justamente la mitocondria el lugar en el que se consume el oxígeno de los


organismos aerobios a través de varios acarreadores de electrones y
translocadores de protones (H+), es decir, las mitocondrias funcionan como los
pulmones celulares, y la pregunta central de la bioenergética mitocondrial es cómo
se acopla esta respiración con la síntesis del ATP a partir de ADP y Pi (Figuras 3 y
5). En los primeros años del estudio de la respiración y fosforilación oxidativa, las
mitocondrias se veían como cajas negras donde se consumía oxígeno y sustratos
oxidables durante la respiración, y “mágicamente” se producía ATP a partir de
ADP y Pi, de tal modo que se desconocía el mecanismo de acoplamiento entre la
respiración y la síntesis del ATP. Para resolver esta pregunta se formularon varias
hipótesis como se explica más adelante.
Figura 5. Componentes de la fosforilación oxidativa. Los complejos respiratorios I y II oxidan
sustratos provenientes del ciclo de Krebs (Figura 4) como lo son el NADH y el succinato, para
generar una corriente de electrones a lo largo de la membrana que culmina en el consumo de
oxígeno por el complejo IV y la formación de agua. Durante la respiración, los complejos I, III y IV
bombean protones a través de la membrana interna mitocondrial hacia el espacio intermembranal,
los cuales son transportados de regreso a la matriz mitocondrial por la ATP sintasa (o complejo V).
Este flujo de protones es lo que impulsa la síntesis del ATP durante la fosforilación oxidativa de
acuerdo con la teoría quimiosmótica de Peter Mitchell.

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