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REFLEXIONES SOBRE LA DEFINICIÓN Y EVALUACIÓN DE LA CONDICIÓN DE IRREGULARIDAD

POR PISO SUAVE DE ACUERDO CON LO ESTABLECIDO POR LAS NTCS-95 DEL RCDF-93

Arturo Tena Colunga

Departamento de Materiales
Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco
Edificio H, 3er. Piso
Av. San Pablo 180, Col. Reynosa Tamaulipas
02200 México, D. F.
e-mail: atc@correo.azc.uam.mx

RESUMEN

De acuerdo con las Normas Técnicas Complementarias por Sismo (NTCS-95), para que una estructura presente
irregularidad por piso suave, la rigidez al corte del entrepiso superior debe ser 100% mayor a la del entrepiso
inmediato inferior, es decir, para que se presente un primer piso suave, la rigidez a corte del segundo entrepiso debe
ser por lo menos dos veces la rigidez al corte del primer entrepiso (K2≥2K1). La definición de rigidez de entrepiso al
corte es crucial para evaluar la condición de irregularidad por piso suave; sin embargo, su cálculo puede variar
substancialmente dependiendo del procedimiento que se utilice, como se ilustra y discute en el presente trabajo,
donde se reflexiona además si la definición de las NTCS-95 para evaluar dicha condición es o no adecuada.

SUMMARY

According to the seismic norms (NTCS-95) of Mexico’s Federal District Code, in order to have a soft story structural
irregularity, the lateral shear stiffness of any story shall not exceed more than 100 percent the shear stiffness of the
adjacent story below the one in consideration. Therefore, to have a soft first story, the lateral shear stiffness of the
second story shall not exceed more than 100 percent the shear stiffness of the first story (K2 ≥2 K1). The definition
of lateral shear stiffness (interstory shear stiffness) is crucial to evaluate the soft story irregularity condition,
however, the computation of such stiffness can substantially vary depending on the analytical procedure used, as it is
shown in this paper. In addition, this paper discusses whether or not the provisions of NTCS-95 regarding the soft
story condition are adequate to define and evaluate this structural irregularity.

INTRODUCCIÓN

La disposición 10 de regularidad del apartado 6 de las Normas Técnicas Complementarias por Sismo (NTCS-95) del
Reglamento del Distrito Federal, cuyo incumplimiento define la condición de piso suave, es la siguiente:
[10] La rigidez al corte de ningún entrepiso excede en más de 100 por ciento a la del entrepiso
inmediatamente inferior.
Entonces, de acuerdo con las NTCS-95, para que una estructura sea irregular y cuente con un piso suave, la rigidez al
corte del entrepiso superior debe ser 100% mayor a la del entrepiso inmediato inferior. Por lo tanto, para que se
presente una irregularidad por primer piso suave, la rigidez a corte del segundo entrepiso debe ser por lo menos dos
veces la rigidez al corte del primer entrepiso (K2≥2K1). La definición de esta condición de irregularidad pudiera
considerarse completa y tal vez por ello no se presenta ni se ilustra en las NTCS-95 ni en sus comentarios
(Rosenblueth y Gómez 1991) cómo determinar esta condición de irregularidad y qué procedimiento debe utilizarse
para definir la rigidez al corte de cada entrepiso conforme a estas normas.

La definición de rigidez de entrepiso al corte es crucial para evaluar la condición de irregularidad por piso suave; sin
embargo, su cálculo puede variar substancialmente dependiendo del procedimiento que se utilice, como se ilustra y
discute en el presente trabajo. El trabajo también reflexiona sobre si la condición de irregularidad en rigidez (piso
suave) en una estructura debe definirse atendiendo a una reducción significativa de la rigidez global de entrepiso de
todos los marcos que participan en la respuesta en una dirección dada, pues así se expresa actualmente en las NTCS-
95, o si bien, debe definirse como una reducción significativa de la rigidez de entrepiso de alguno de los marcos que
participan en la respuesta estructural en una dirección dada.

DEFINICIÓN DE RIGIDEZ DE ENTREPISO

La definición de rigidez de entrepiso al corte es crucial para evaluar esta condición de regularidad; sin embargo, su
cálculo puede variar substancialmente dependiendo del procedimiento que se utilice, como se ilustra a continuación.

d d2 ϕ2 d2
ϕ ϕ4 2 k2 d2
3
h2
ϕ ϕ2
1
d1 d1 ϕ1 d1
d1
k1
h1

L
a) Estructura cualquiera con vigas axialmente rígidas b) Modelo de cortante puro c) Modelo condensado equivalente

Figura 1. Idealización de una estructura cualquiera por modelos simples ante carga lateral
Las ecuaciones de Navier de un sistema de cortante puro empotrado en su base y sujeto a cargas laterales (figura 1b)
se puede expresar como:

 k1 + k 2 − k2   d 1   F1 
 −k k 2 + k3 − k3  d   F 
 2   2   2 
 ...   ...  =  ...  (1)
   
 − k n −1 k n −1 + k n − k n  d n −1   Fn −1 
 
 − kn k n   d n   Fn 

donde ki es la rigidez de entrepiso al corte del piso i, di es el desplazamiento en el piso i y Fi es la fuerza lateral
aplicada en el piso i. Si se define como desplazamiento de entrepiso ∆i a:
∆ i = d i − d i −1 (2)
entonces, la ecuación 1 se puede reescribir como:

∆1 − ∆2   k1   F1 
 ∆2 − ∆3  k   F 
   2   2 
 ...   ...  =  ...  (3)
 
 ∆ n −1 − ∆ n  k n −1   Fn −1 
   
 ∆ n   k n   Fn 

Si se define la rigidez de entrepiso (ki) como el cortante de entrepiso (Vi) dividido entre el desplazamiento de
entrepiso (∆i), es decir:
j =n

V
∑ Fj
j =i
ki = i = (4)
∆i ∆i
entonces, la ecuación 3 finalmente se puede escribir como:
∆1   k1   V1 
 ∆2  k   V 
   2   2 
 ...   ...  =  ...  (5)
    
 ∆ n −1  k n −1  Vn −1 
 ∆ n   k n   Vn 

Por tanto, en un sistema de cortante puro, la rigidez de entrepiso al corte se define u obtiene a partir de las ecuaciones
4 o 5. Para ser consistentes con esta definición, las NTCS-95 deberían estipular que la rigidez de entrepiso se calcule
de manera idéntica que como se hace para un sistema de corte, es decir, considerando que además de los diafragmas
de piso, las vigas son infinitamente rígidas, y que, por lo tanto, la rigidez lateral del entrepiso es función de la rigidez
a desplazamiento lateral de los elementos resistentes verticales tales como columnas, muros y contravientos
(diagonales), la cual puede calcularse para cada entrepiso aproximadamente como:

ncol E col j I col j nmuro E murok I murok G murok Acmuro k ndiag E diag l Adiag l
ki = ∑ 12 L3col j
+ ∑ 12 L3murok
+
Lmurok
+ ∑ L diag l
cos 2 θ l (6)
j =1 k =1 l =1

donde ncol es el número de columnas continuas del entrepiso i, nmuro es el número de muros continuos del entrepiso
i, ndiag es el número de diagonales del entrepiso i; Ecolj, Icolj y Lcolj son el módulo de elasticidad, momento de
inercia y longitud de la columna j del entrepiso i en la dirección de interés; Emurok, Gmurok, Imurok, Acmurok, y
Lmurok son el módulo de elasticidad, módulo de cortante, momento de inercia, área de cortante y longitud del muro
k del entrepiso i en la dirección de interés y Ediagl, Adiagl, Ldiagl y cosθl son el módulo de elasticidad, área axial,
longitud y ángulo de inclinación con respecto al eje horizontal de la diagonal l del entrepiso i en la dirección de
interés.

Aunque la ecuación 6 parece complicada, en realidad es muy simple de aplicar para cualquier zona del edificio en
cuestión donde el diseñador tenga la duda razonable de si tiene un piso suave o no y, basado en este cálculo simple,
revisar si debe o no modificar su diseño utilizando un Q´=0.8Q por concepto de irregularidad.

Como el procedimiento que se presenta no se estipula en las NTCS-95, el diseñador es libre de utilizar el
procedimiento que él quiera para definir la rigidez de entrepiso al corte. No sería raro que en la práctica se utilizara
un procedimiento equivalente que les resulte más cómodo o práctico a los diseñadores, como puede ser utilizar las
fórmulas aproximadas de Wilbur o aplicar la ecuación 5 con los resultados que se obtengan de análisis
bidimensionales ó tridimensionales de la estructura en cuestión, donde en la definición de “rigidez de entrepiso” ya
participan los grados de libertad de rotación de los distintos elementos (figura 1c), lo que lleva a obtener rigideces
laterales equivalentes que disminuyen más rápidamente en los pisos intermedios que en el primer entrepiso, sobre
todo porque en este último generalmente se considera que existe una condición de empotramiento perfecto. En
síntesis, si se utilizan los resultados de un programa de análisis o las fórmulas de Wilbur, se obtendrá una matriz
equivalente de rigidez lateral k∆ que incluye tanto deformaciones a cortante como a flexión, de manera similar a la
que se obtendría rigurosamente realizando una condensación estática de la matriz de rigidez global ante cargas
laterales, es decir:
 kφφ kφd  φ   M 
k  = 
k dd  d   F 
(7)
 dφ
−1
k ∆ = k dd − k dφ k φφ k φd (8)

De las ecuaciones 7 y 8 se aprecia claramente que k∆i no es totalmente equivalente a la ki definida en las ecuaciones
4 a 6, a menos que la matriz de rigidez al giro kφφ tienda a infinito (ecuación 8). Por lo tanto, se deben esperar
diferencias en el cálculo de la rigidez de entrepiso al corte si se emplea un procedimiento u otro. Definir la rigidez de
entrepiso al corte como k∆i no es conservador para decidir si una estructura no cumple con la condición de
regularidad de rigidez de entrepiso al corte, por lo que debiera estipularse explícitamente en las NTCS-95 que la
rigidez de entrepiso al corte se defina con base en la ecuación 6, como se ilustra a continuación.

Ejemplo: Edificio PSUAVE

El edificio PSUAVE (Tena 1997), es un edificio de doce niveles de marcos de concreto con contravientos en los
marcos extremos y cuya única irregularidad consiste en ser una estructura con primer piso suave al discontinuarse los
contravientos en el primer piso, ya que su configuración geométrica en planta es totalmente regular (fig 2). Su planta
tipo se muestra en la fig 2, donde se aprecia que es rectangular, de 21 m de ancho (dirección Y) por 32 m de largo
(dirección X), totalmente simétrica en la disposición de elementos resistentes y que dispone de vigas secundarias
orientadas en la dirección larga (dirección X). El edificio consta de cuatro crujías en la dirección larga con claros de
8.0 m por tres crujías en la dirección corta con un claro de 7.0 m. Los marcos exteriores cuentan con contraventeos
concéntricos en las crujías exteriores, salvo en el primer nivel donde éstos se discontinúan (fig 2), introduciéndose
con ello una posible irregularidad por primer piso suave. La altura total del edificio es de 39.6 m, con alturas típicas
de entrepiso de 3.3 m. De hecho, la configuración de la estructura está basada en un edificio regular de marcos
dúctiles inicialmente estudiado por Luaces (1995) y que ha sido estudiado con mayor profundidad por el autor y sus
colaboradores (por ejemplo, Tena et al 1997).

1 2 3 4 5

X X A

7.0 X X

7.0

7.0 X X

X X D

8.0 8.0 8.0 8.0

X= Contravientos
Figura 2. Planta y modelo tridimensional del edificio PSUAVE

Tomemos la geometría del edificio PSUAVE (figura 2) y supongamos que las secciones de diseño y sus propiedades
son las que se presentan en la tabla 1. Las columnas son de sección cuadrada y las diagonales de acero de sección
cajón y en la tabla 1 sus dimensiones se dan en centímetros, los módulos de elasticidad se dan en Ton/cm2 y el
ángulo θ se da en grados.

Tabla 1. Secciones de diseño del edificio PSUAVE para ilustrar la rigidez de entrepiso (ki)
Pisos Tabla 1 Secciones de diseño
Columnas del edificio PSUAVE para ilustrar Diagonales
(concreto) la rigidez de entrepiso (X)
(acero)
Sección # E L Sección # E L θ
9-12 60x60 20 221.36 330 35x35x1.91 8 2039. 865.4 22.416
5-8 70x70 20 221.36 330 35x35x2.22 8 2039. 865.4 22.416
2-4 80x80 20 221.36 330 35x35x2.54 8 2039. 865.4 22.416
1 80x80 20 221.36 330 - - - - -

Si calculamos la rigidez de entrepiso al corte conforme a la ecuación 6 (figura 1b), para la dirección X tenemos que
la rigidez del primer entrepiso es k1x = 5045.99 Ton/cm y la rigidez del segundo entrepiso es k2x = 10359.41
Ton/cm, por lo que la relación entre la rigidez al corte del segundo entrepiso con respecto al primero es k2x /k1x =
2.053 y, por tanto, de acuerdo con las NTCS-95, tendríamos una condición de irregularidad por primer piso suave al
no cumplir la condición de regularidad 10 del apartado 6.

Si se calcula la rigidez del entrepiso al corte utilizando un programa de análisis tridimensional elástico como el
ETABS6, incluyendo vigas de concreto de sección rectangular de 35x80 cm en la dirección X y de 40x85 cm en la
dirección Y, donde se consideran anchos de patín conforme a las NTCC-96 para una losa de 10 cm de espesor, y
utilizando distribuciones de fuerza conforme al Reglamento, se obtiene a partir de las distorsiones y cortantes de
entrepiso del análisis que la rigidez del primer entrepiso es k1x = 2933.26 Ton/cm y la rigidez del segundo entrepiso
es k2x = 3745.10 Ton/cm, por lo que la relación entre la rigidez al corte del segundo entrepiso con respecto al
primero es k2x /k1x = 1.277 y, por tanto, de acuerdo con las NTCS-95, se cumpliría con la condición de regularidad
10 del apartado 6, por lo que la estructura se podría diseñar como estructura regular. Se puede constatar además que
la diferencia en valores absolutos de las rigideces de entrepiso con respecto al procedimiento anterior es significativa
e inferior, como consecuencia de su ablandamiento al considerar los grados de rotación, ya que cuando uno se auxilia
de un programa de análisis estructural para determinar la rigidez de entrepiso, en realidad está realizando una
condensación estática imperfecta (figura 1c) que tendería a cumplir lo establecido en la ecuación 8.

El ejemplo anterior ilustra muy claramente la gran diferencia que hay en la estimación de la rigidez de entrepiso
entre ambos procedimientos y se aprecia que para fines de evaluar la condición de regularidad en rigidez, es más
conveniente utilizar el procedimiento donde se emplea la ecuación 6 que utilizando los resultados de análisis
tridimensionales, ya que, a-priori, la estructuración del edificio PSUAVE sugiere que potencialmente se pueden
tener problemas por primer piso suave, lo que no se identifica calculando las rigideces de entrepiso basados en los
resultados de un análisis tridimensional, donde se incluye la pérdida de rigidez lateral debido a los grados de libertad
de rotación de los elementos estructurales.

Por otra parte, resulta importante evaluar si la condición de irregularidad en rigidez (piso suave) en una estructura
debe definirse atendiendo a una reducción significativa de la rigidez global de entrepiso de todos los marcos que
participan en la respuesta en una dirección dada, como se evaluó anteriormente, pues así se expresa actualmente en
las NTCS-95, o si bien, debe definirse como una reducción significativa de la rigidez de entrepiso de alguno de los
marcos que participan en la respuesta estructural en una dirección dada.

Por ejemplo, si la sección de los contravientos de la tabla 1 se cambia en los pisos 2 a 4 por 25x25x1.75 cm,
utilizando la ecuación 6 para la dirección X tenemos que la rigidez del primer entrepiso es k1x = 5045.99 Ton/cm y
la rigidez del segundo entrepiso es k2x = 7669.90 Ton/cm, por lo que la relación entre la rigidez al corte del segundo
entrepiso con respecto al primero es k2x /k1x = 1.52 y, por tanto, de acuerdo con las NTCS-95, no tendríamos una
condición de irregularidad por primer piso suave al cumplir la condición de regularidad 10 del apartado 6. Sin
embargo, si evaluamos exclusivamente el contraste de rigideces de entrepiso en los marcos contraventeados, tenemos
que la rigidez del primer entrepiso del marco es k1xm = 1261.50 Ton/cm y la rigidez del segundo entrepiso del
marco es k2xm = 2572.19 Ton/cm, por lo que la relación entre la rigidez al corte del segundo entrepiso del marco
con respecto al primero es k2xm /k1xm = 2.039, por lo que en este caso se definiría una condición de piso suave.

Es difícil juzgar, a-priori, si el criterio actualmente estipulado en las NTCS-95 es razonablemente seguro, ya que
todos los estudios que se han realizado para definir la condición de piso suave se han basado en modelos de marcos
de cortante o de flexión con una o dos crujías a lo sumo (Ruiz y Diederich 1989, Esteva 1992, Valmundsson y Nau,
1997), por lo que realmente no se ha evaluado analíticamente que sea necesario que se reduzca notablemente la
rigidez promedio de todos los marcos en un entrepiso para que se observe un incremento notable en las demandas de
ductilidad, ni tampoco se ha evaluado que para que el incremento en la demanda de ductilidad se presente basta con
que se reduzca notablemente la rigidez de entrepiso de uno de sus marcos. El autor inició un estudio encaminado a
evaluar ambos planteamientos para discernir cuál resulta más razonable para definir la condición de primer piso
suave (Tena 1997). En las siguientes secciones se presentan algunos de los primeros resultados del estudio de
referencia con respecto a la interpretación de las NTCS-95.
DISEÑOS DEL EDIFICIO PSUAVE PARA MARCOS DÚCTILES CONFORME A LAS NTCS-95

Basados en la configuración propuesta para el edificio PSUAVE (fig 2), se procedió a diseñarlo aplicando el
procedimiento riguroso de diseño estipulado en las Normas Técnicas Complementarias para Diseño y Construcción
de Estructuras de Concreto (NTCC-96) para marcos dúctiles, es decir, donde en el diseño de vigas y columnas se
verifica que la capacidad a momento y cortante de las columnas sea mayor al de las vigas que llegan al nudo y se
revisan éstos por capacidad a flexo-cortante. El diseño se hizo utilizando el método modal espectral con ayuda del
programa ETABS6, considerando los efectos bidireccionales en el diseño, y con factores reductivos de fuerzas
sísmicas con fines de diseño Q´=Q=4 y Q´=0.8Q=3.2, con la finalidad de evaluar el margen de seguridad que existe
al diseñar una estructura irregular como si fuera regular. Se intentó, en lo posible, diseñar para las máximas
distorsiones permitidas conforme a los requisitos del RCDF-93 y sus Normas Técnicas Complementarias, con la
finalidad de evaluar diseños “óptimos” de acuerdo con el RCDF-93.

Se supuso que las propiedades índice de los materiales son las siguientes: a) acero estructural A36 para los
contravientos con esfuerzo de fluencia fy=2530 kg/cm2 y módulo de elasticidad Es=2.030x106 kg/cm2; b) la
resistencia nominal a la compresión del concreto es f'c=250 kg/cm2, y el esfuerzo de fluencia del acero de refuerzo
es fy=4200 kg/cm2. Se consideró que el concreto es Tipo I, con E = 14000 f ' c .

Se propusieron diagonales de acero de sección cajón cuyo espesor de placa varía cada cuatro niveles, salvo en el
primer nivel en el cual no se dispone de diagonales, y su diseño cumple con los lineamientos de elementos
comprimidos axialmente de las Normas Técnicas Complementarias Para Diseño de Estructuras Metálicas (NTCEM-
95 1995). Se propusieron secciones de columnas de concreto cada cuatro entrepisos y las vigas de concreto
mantuvieron el peralte y ancho en toda su elevación, pero las secciones de las mismas varían en dirección X (larga) y
Y (corta). El diseño del refuerzo de los distintos elementos de concreto reforzado se hizo conforme a todos los
lineamientos para marcos dúctiles de las NTCC-96, incluyendo los criterios de confinamiento en columnas.

Se efectuaron cuatro diseños para el edificio PSUAVE, tendientes a evaluar la validez de la definición de condición
de regularidad por rigidez estipulada en el apartado 6 de las NTCS-95, calculando, para ello, a la rigidez de entrepiso
al corte conforme a la ecuación 6 y a lo anteriormente expuesto:

a) utilizando un factor reductivo Q´=0.8Q=3.2, considerando que cuando la relación entre la rigidez al corte del
segundo entrepiso del marco supera en 100% la rigidez del primer entrepiso (k2m/k1m≥2.0) se introduce una
condición de irregularidad por rigidez (modelo M100Q32).
b) utilizando un factor reductivo Q´=Q=4, considerando que cuando la relación entre la rigidez al corte del
segundo entrepiso del marco supera en 100% la rigidez del primer entrepiso (k2m/k1m≥2.0) la estructura cumple
con la condición de regularidad por rigidez (modelo M100Q4).
c) utilizando un factor reductivo Q´=0.8Q=3.2, considerando que cuando la relación entre la rigidez al corte del
segundo entrepiso supera en 100% la rigidez del primer entrepiso (k2/k1≥2.0) se introduce una condición de
irregularidad por rigidez (modelo ED100Q32).
d) utilizando un factor reductivo Q´=Q=4, considerando que cuando la relación entre la rigidez al corte del
segundo entrepiso supera en 100% la rigidez del primer entrepiso (k2/k1≥2.0) la estructura cumple con la
condición de regularidad por rigidez (modelo ED100Q4).
Las relaciones finales de los diseños fueron k2m/k1m=2.31 en dirección X y k2m/k1m=2.41 en dirección Y para los
modelos M100Q32 y M100Q4, y k2/k1=2.04 en dirección X y k2/k1=2.12 en dirección Y para los modelos
ED100Q32 y ED100Q4.

Breve descripción de los diseños

En las siguientes secciones se resumen los diseños de los modelos en estudio, cuyos detalles se presentan en Tena
(1997), sobre todo para el diseño de los elementos de concreto reforzado. En general, para todos los modelos, el
diseño de las columnas es muy satisfactorio conforme a los criterios del método riguroso de diseño de las NTCC-96
para marcos dúctiles, quitando algunas columnas centrales en las cuales rige el diseño en la zona de
flexocompresión. Las columnas centrales son las más esforzadas para diseño. La separación y número de ramas de
estribos en columnas lo controlan los requisitos por confinamiento para marcos dúctiles. La separación y número de
estribos en los extremos de las vigas está dictada en algunos casos por los requisitos de confinamiento de marco
dúctil, principalmente en los marcos largos externos (marcos A y D, figura 2), y en la mayoría de los casos, por los
criterios de resistencia al corte (marcos 1 a 5, B y C, figura 2).

Modelos M100Q32 y M100Q4

Las secciones típicas consideradas en el análisis del modelo M100Q32, así como sus diseños finales son las
siguientes. Los contravientos son de tres secciones cajón, que van de 25x25x0.79 cm de los niveles 9 a 12, a
25x25x0.95 cm en los niveles 5 a 8 y finalmente 25x25x1.27 cm de los niveles 2 a 4. Las relaciones de esbeltez de
los contravientos varían de 87.5 a 89.2 en la dirección E-W y de 78.3 a 79.8 en la dirección N-S. Las columnas son
de tres secciones transversales, 60 x 60 cm de los niveles 9 a 12, 65 x 65 cm de los niveles 5 a 8, y 70 x 70 cm de los
niveles 1 a 4. El refuerzo longitudinal se encuentra uniformemente distribuido y los porcentajes de refuerzo varían
entre ρ=0.0113 y ρ=0.0388. En vigas, los porcentajes de refuerzo a flexión para momento negativo son razonables y
fluctúan de ρ=0.0037 a ρ=0.0116 para los marcos largos y de ρ=0.0030 a ρ=0.0111 para los marcos cortos.

El modelo M100Q4 tiene las mismas secciones transversales de vigas, columnas y diagonales metálicas que el
modelo M100Q32. Los cambios se presentan en el refuerzo de columnas y trabes. En columnas, los porcentajes de
refuerzo también varían entre ρ=0.0113 y ρ=0.0388, pero se aprecia que el mayor impacto en el diseño de los marcos
dúctiles al utilizar Q=4 en vez de Q=3.2 se refleja en una ligera disminución en el refuerzo por flexión en algunos
ejes de columnas, principalmente en los niveles inferiores e intermedios (Tena 1997). Como el refuerzo por cortante
en los extremos se rige por los requisitos de confinamiento, no se observan cambios en este rubro. El refuerzo por
cortante en los extremos se reduce ligeramente para las columnas de los niveles inferiores. En vigas, los porcentajes
de refuerzo a flexión para momento negativo son razonables y fluctúan de ρ=0.0033 a ρ=0.0099 para los marcos
largos y de ρ=0.0030 a ρ=0.0095 para los marcos cortos, lo que aunado a la reducción observada en los refuerzos por
cortante, refleja que la reducción de fuerzas utilizando un factor de ductilidad más grande impacta más el diseño de
vigas que el de columnas.

Modelos ED100Q32 y ED100Q4

Las secciones típicas consideradas en el análisis del modelo ED100Q32, así como sus diseños finales son las
siguientes. Los contravientos son de tres secciones cajón, que van de 35x35x1.27 cm de los niveles 9 a 12, a
35x35x1.59 cm en los niveles 5 a 8 y finalmente 35x35x1.91 cm de los niveles 2 a 4. Las relaciones de esbeltez de
los contravientos varían de 62.8 a 63.9 en la dirección E-W y de 56.2 a 57.2 en la dirección N-S. Las columnas son
de tres secciones transversales, 65 x 65 cm de los niveles 9 a 12, 70 x 70 cm de los niveles 5 a 8, y 75 x 75 cm de los
niveles 1 a 4. El refuerzo longitudinal se encuentra uniformemente distribuido y los porcentajes de refuerzo varían
entre ρ=0.0103 y ρ=0.0315. En vigas, los porcentajes de refuerzo a flexión para momento negativo son razonables y
fluctúan de ρ=0.0031 a ρ=0.0106 para los marcos largos y de ρ=0.0027 a ρ=0.0101 para los marcos cortos y resultan
menores que para el modelo M100Q32.

El modelo ED100Q4 tiene las mismas secciones transversales de vigas, columnas y diagonales metálicas que el
modelo ED100Q32. Los cambios se presentan en el refuerzo de columnas y trabes. En columnas, los porcentajes de
refuerzo varían entre ρ=0.0103 y ρ=0.0288, por lo que al igual que para los modelos M100, se aprecia que en
columnas, el mayor impacto en el diseño de marcos dúctiles al utilizar Q=4 en vez de Q=3.2 se refleja en una ligera
disminución en el refuerzo por flexión en algunos ejes de columnas, principalmente en los niveles inferiores e
intermedios. Como el refuerzo por cortante en los extremos se rige por los requisitos de confinamiento, no se
observan cambios en este rubro. El refuerzo por corte en los extremos se reduce ligeramente para las columnas de los
niveles inferiores. En vigas, los porcentajes de refuerzo a flexión para momento negativo fluctúan de ρ=0.0029
a ρ=0.0085 para los marcos largos y de ρ=0.0027 a ρ=0.0088 para los marcos cortos, lo que aunado a la reducción
observada en los refuerzos por cortante, indica que la reducción de fuerzas utilizando una Q más grande impacta más
el diseño de vigas que el de columnas, y que los elementos mecánicos en las vigas también se reducen por el mayor
efecto rigidizante de las secciones diagonales más robustas que las utilizadas para los modelos M100Q4.
Pesos estructurales

Se estimaron los pesos para los modelos y se observó que los diseños donde se incrementa en 100% la rigidez
promedio del entrepiso (ED100Q32 y ED100Q4, WT=10,332.6 Ton) pesan 2.3% (233.1 Ton) más que los modelos
cuando el incremento de rigidez es solamente 100% en los marcos (M100Q32 y M100Q4, WT=10,099.5 Ton).

Distorsiones de entrepiso de diseño

Las distorsiones de entrepiso de cada uno de estos diseños se presentan en Tena (1997), donde se observa que las
distorsiones de entrepiso de los modelos diseñados con Q´=3.2 y Q´=4 son proporcionales (modelo M100Q32 con
modelo M100Q4 y modelo ED100Q32 con modelo ED100Q4), siendo mayores para los modelos diseñados para
Q´=3.2, puesto que las secciones brutas de los elementos estructurales son iguales, ya que se seleccionó diseñar
primero los modelos con Q'=3.2 para cumplir con todos los requisitos de refuerzo conforme al RCDF y, una vez
terminado el diseño, se procedió a diseñar el refuerzo de las secciones que satisfacían el diseño con Q´=3.2 ahora con
fuerzas laterales aún menores al utilizar Q´=4, por lo que los refuerzos proporcionados resultan menores. Las
distorsiones máximas de entrepiso de los distintos diseños son, en la dirección X, donde todas se presentan en el
primer entrepiso: ∆=0.0065 (modelo M100Q32), ∆=0.0052 (modelo M100Q4), ∆=0.0052 (modelo ED100Q32) y
∆=0.0042 (modelo ED100Q4), y en la dirección Y, donde se presentan en el quinto entrepiso para los modelos M y
en el primero para los modelos ED: ∆=0.0062 (modelo M100Q32), ∆=0.0050 (modelo M100Q4), ∆=0.0048 (modelo
ED100Q32) y ∆=0.0038 (modelo ED100Q4). En casi todos los casos, la distorsión de entrepiso máxima está por
debajo del límite inferior del RCDF-93, ∆=0.006.

Características dinámicas de diseño

Las características de los primeros tres modos de vibración se resumen en la tabla 2 para los modelos M100Q32 y
M100Q4 y en la tabla 3 para los modelos ED100Q32 y ED100Q4, donde la dirección corta (Y) es nombrada N-S y
la dirección larga (X) es E-W. Los modos de vibración son puros debido a la simétrica disposición de elementos
resistentes. La dirección más flexible resulta ser la dirección larga (X ó E-W), ya que, en este caso, las vigas cuentan
con menor peralte en esta dirección que en la dirección Y, debido a que éstas últimas requieren mayor peralte debido
a las descargas de las trabes secundarias (Tena 1997). Además, los contravientos en la dirección Y rigidizan más a la
estructura por cubrir con la misma sección transversal claros más cortos.

Tabla 2. Características dinámicas principales de los modelos M100Q32 yM100Q4


Modo Dirección Periodo (s) Masa Modal (%)
N-S E-W Rotación
1. Primer modo traslación E-W 1.120 0.00 79.05 0.00
2. Primer modo traslación N-S 1.094 78.30 0.00 0.00
3. Primer modo rotación Torsión 0.741 0.00 0.00 82.49
4. 2do modo traslación E-W 0.372 0.00 14.35 0.00
5. 2do modo traslación N-S 0.360 14.92 0.00 0.00
6. 2do modo rotación Torsión 0.254 0.00 0.00 13.17

Tabla 3. Características dinámicas principales de los modelos ED100Q32 y ED100Q4


Modo Dirección Periodo (s) Masa Modal (%)
N-S E-W Rotación
1. Primer modo traslación E-W 0.977 0.00 78.26 0.00
2. Primer modo traslación N-S 0.966 77.62 0.00 0.00
3. Primer modo rotación Torsión 0.627 0.00 0.00 82.98
4. 2do modo traslación E-W 0.316 0.00 16.14 0.00
5. 2do modo traslación N-S 0.309 16.43 0.00 0.00
6. 2do modo rotación Torsión 0.213 0.00 0.00 13.98
REVISIÓN DEL CUMPLIMIENTO DE LOS REQUISITOS PARA UTILIZAR EL FACTOR DE
COMPORTAMIENTO SÍSMICO PARA MARCOS DÚCTILES CONFORME A LAS NTCS-95

En el diseño de los distintos modelos del edificio PSUAVE se supuso que se podría utilizar un factor de
comportamiento sísmico Q=4. Para que ello sea posible, según el apartado 5 de las NTCS-95 deben satisfacerse los
siguientes requisitos:

(1) La resistencia en todos los entrepisos es suministrada exclusivamente por marcos no contraventeados de
acero o concreto reforzado, o bien por marcos contraventeados o con muros de concreto reforzado en los que
en cada entrepiso los marcos son capaces de resistir, sin contar muros ni contravientos, cuando menos 50% de
la fuerza sísmica actuante.
(2) Si hay muros ligados a la estructura en la forma especificada en el caso I del Artículo 204 del Reglamento,
éstos se deben tener en cuenta en el análisis, pero su contribución a la capacidad ante fuerzas laterales sólo se
tomará en cuenta si estos muros son de piezas macizas, y los marcos, sean o no contraventeados, y los muros
de concreto reforzado son capaces de resistir al menos 80 por ciento de las fuerzas laterales totales sin la
contribución de los muros de mampostería.
(3) El mínimo cociente de la capacidad resistente de un entrepiso entre la acción de diseño no difiere en más
de 35 por ciento del promedio de dichos cocientes para todos los entrepisos. Para verificar el cumplimiento de
este requisito se calculará la capacidad resistente de cada entrepiso teniendo en cuenta todos los elementos
que pueden contribuir a la resistencia, en particular los muros que se hallen en el caso I a que se refiere el
Artículo 204 del Reglamento.
(4) Los marcos y muros de concreto reforzado cumplen con los requisitos que fijan las normas
complementarias correspondientes para marcos y muros dúctiles.
(5) Los marcos rígidos de acero satisfacen los requisitos para marcos dúctiles que fijan las normas
complementarias correspondientes.
Para el caso de los modelos diseñados, los puntos (2) y (5) no aplican y el punto (4) se satisface completamente en
todos los diseños. Falta, por tanto, revisar los puntos (1) y (3). Del texto de las normas no resulta muy claro como se
debe proceder, conforme al Reglamento, para revisar los puntos (1) y (3). En los comentarios hechos a las NTCS-95
por Rosenblueth y Gómez (1991) se especifica lo siguiente para el punto (1):

“Los marcos dúctiles tienen la capacidad de desarrollar las más altas ductilidades de todos los sistemas estructurales.
La reducción que la ductilidad pueda sufrir porque se recurra a muros o contravientos se ve contrarrestada por la
doble línea de defensa, la cual suministra el requisito de que los marcos por sí solos puedan resistir al menos la mitad
de la fuerza cortante en cada entrepiso, como si los muros y contravientos hubieran fallado totalmente. Para verificar
este requisito, se debe llevar a cabo un análisis del edificio considerando sólo los marcos que lo componen. La
magnitud de los cortantes de entrepiso obtenidas en dicho análisis debe ser mayor que el 50% de la fuerza cortante
total”.

El comentario no es lo suficientemente claro acerca de qué debe entenderse en este caso como “análisis” y, por ello,
su redacción actual es digna de debate. Algunos pueden interpretar que por “análisis” debe entenderse realizar otro
análisis elástico de edificio sin contravientos sujeto a las acciones de diseño. Si es esta la definición de “análisis”,
entonces, el realizar un análisis (elástico) de los marcos sin los elementos rigidizantes implica un cambio de las
propiedades dinámicas globales de la estructura, por lo que los cortantes de diseño entre uno y otro modelo pueden
diferir, sobre todo si los diseños se encuentran en la vecindad de las ramas ascendentes y descendentes del espectro
de diseño. Por otra parte, el que se obtengan cortantes de entrepiso de por lo menos 50% de la fuerza cortante total
del modelo con contravientos no indica que las columnas sean capaces de resistir ese cortante, salvo que se
especificara que se debe revisar que, en su diseño, las columnas en su conjunto soporten, por lo menos, esa magnitud
de fuerza cortante, lo que no se indica claramente en las NTCS-95 ni en sus comentarios en su redacción actual. Por
otra parte, si por “análisis”, se entiende revisar la capacidad al corte de los marcos tomando en cuenta el refuerzo
proporcionado, sin incluir los contravientos y/o muros, que es lo que debe interpretarse (Gómez 1997), entonces,
faltaría definir cómo debe calcularse la capacidad al corte conforme al Reglamento para revisar este requisito.
Resultaría más congruente calcular el cortante de entrepiso resistente de los marcos como la suma de la capacidad
nominal al corte de todas las columnas del entrepiso conforme fueron diseñadas, tomando en cuenta el refuerzo por
confinamiento que requieren para satisfacer los criterios de diseño de marcos dúctiles según las NTCC-96, y con
base en ello, revisar que la capacidad de cada entrepiso a cortante sea por lo menos el 50% del cortante basal de
diseño. Para tal efecto, debe definirse claramente la manera de calcular esta capacidad al corte. El autor propone
evaluar las siguientes alternativas:

(a) Calcular la capacidad al corte de las columnas en función de la capacidad máxima a flexocompresión de las
columnas tomando en cuenta su refuerzo y los lineamientos de las NTCC-96, para lo cual se utilizarían los
momentos máximos resistentes de las columnas a flexocompresión en sus extremos tomando en cuenta la
distribución del refuerzo, el bloque equivalente de esfuerzos del concreto de las NTCC-96 y que la columna debe
deformarse en doble curvatura, es decir:
ni + M nj
n = ncol M
V k = FR ∑ Ln
(9)
n =1
donde Vk es el cortante del entrepiso k debido a los marcos exclusivamente, FR=0.8 es el factor de reducción por
resistencia debido a fuerza cortante, ncol es el número de columnas del entrepiso k, Ln es la longitud libre de la
columna n del entrepiso k, Mni es el momento nominal máximo de la columna n del entrepiso k en el extremo i y
Mnj es el momento nominal máximo de la columna n del entrepiso k en el extremo j.

(b) Otra alternativa sería calcular la capacidad al corte de las columnas en función de su capacidad máxima a
flexocompresión conforme a la ecuación 9, tomando en cuenta la sobrerresistencia debida al refuerzo por
confinamiento y al comportamiento real del concreto en el cálculo de los momentos nominales máximos Mni y Mnj.
Este procedimiento, aunque razonable, implica una gran inversión de tiempo para los diseñadores y su aplicación
resulta, por lo tanto, poco práctica.

(c) Calcular la capacidad de las columnas en función de su refuerzo de cortante en los extremos, generalmente
asociado a los requisitos de detallado y de confinamiento para marcos dúctiles, es decir:
n = ncol
Vk = ∑ (VcRn + V sn ) (10)
n =1

VCRn = 0.5 FR f c* An (11)


dn
V sn = FR Avn f y (12)
sn
donde VcRn es el cortante que resiste el concreto de la columna n del entrepiso k, Vsn es el cortante que resiste el
acero de refuerzo por cortante y confinamiento de la columna n del entrepiso k, Avn es el área de refuerzo total por
cortante y confinamiento en los extremos de la columna n, dn es el peralte efectivo del refuerzo a flexión de la
columna n, sn es la separación de estribos de la columna n en sus extremos y los demás términos se definen
conforme a las NTCC-96. La ecuación 11 se basa en que, para marcos dúctiles, el porcentaje de refuerzo mínimo
debe ser mayor o igual a 1% (ρ≥0.01) y, por lo tanto, el cortante que toma el concreto se calcula con esta expresión
según las NTCC-96. En el cálculo de la resistencia al corte de las columnas se está despreciando el factor de
amplificación que las NTCC-96 permiten por la acción de cargas axiales de compresión, ya que lo que debe
fomentarse es que la revisión sea simple.

Con fines ilustrativos, se revisó el cumplimiento del punto (1) para los modelos M100Q4 y ED100Q4, que
constituyen los casos críticos de los estudiados al contar con refuerzos menores a flexocompresión con respecto a los
modelos M100Q32 y ED100Q32. Se evaluaron las opciones (a) y (c) propuestas cumpliendo con el espíritu con que
deben interpretarse las NTCS-95 y sus comentarios (Gómez 1997). Para el modelo ED100Q4 también se evaluó la
opción (b). Los resultados se resumen en las tablas 4 y 5. Se aprecia que la capacidad a cortante de los marcos supera
notablemente el requisito mínimo pedido por el punto (1) (Vk≥0.5Vu) independientemente del procedimiento que se
utilice.
Tabla 4. Revisión del requisito (1) para utilizar Q=4, modelo M100Q4
NIVEL Vk(a) Vk(c) Dirección X Dirección Y
(Ton) (Ton) Vk(a)/Vux Vk(c)/Vux Vk(a)/Vuy Vk(a)/Vuy
12 1090.2 2035.8 1.08 2.02 1.08 2.02
11 1090.2 2035.8 1.08 2.02 1.08 2.02
10 1090.2 2035.8 1.08 2.02 1.08 2.02
9 1090.2 2035.8 1.08 2.02 1.08 2.02
8 1298.9 2261.7 1.29 2.24 1.29 2.24
7 1298.9 2261.7 1.29 2.24 1.29 2.24
6 1298.9 2261.7 1.29 2.24 1.29 2.24
5 1298.9 2261.7 1.29 2.24 1.29 2.24
4 1716.6 2579.2 1.70 2.55 1.70 2.55
3 1716.6 2579.2 1.70 2.55 1.70 2.55
2 1866.9 2621.8 1.85 2.60 1.85 2.60
1 1866.9 2621.8 1.85 2.60 1.85 2.60
Nota: Vux=1010 Ton, Vuy=1010 Ton

La máxima capacidad se obtiene siempre con la opción (c), lo que indica que el refuerzo por confinamiento
garantiza, en teoría, que la falla de las columnas se produzca por mecanismos de flexocompresión o flexotensión
antes que por corte, aún para el caso donde se considera la capacidad a flexocompresión considerando
sobrerresistencias (caso (b), tabla 5). Atendiendo a los resultados presentados en las tablas 4 y 5, se considera que
debería especificarse que la capacidad al corte de las columnas para verificar el punto (1) deberá tomarse como la
mínima calculada conforme a las opciones (a) y (c) analizadas en el presente estudio.

Tabla 5. Revisión del requisito (1) para utilizar Q=4, modelo ED100Q4
NIVEL Vk(a) Vk (b) Vk (c) Direcciones X y Y
(Ton) (Ton) (Ton) Vk(a)/Vu Vk(b)/Vu Vk(c)/Vu
12 1208.5 1644.3 2261.7 1.17 1.59 2.19
11 1208.5 1644.3 2261.7 1.17 1.59 2.19
10 1208.5 1644.3 2261.7 1.17 1.59 2.19
9 1208.5 1644.3 2261.7 1.17 1.59 2.19
8 1405.6 1939.3 2652.1 1.36 1.88 2.57
7 1405.6 1939.3 2652.1 1.36 1.88 2.57
6 1405.6 1939.3 2652.1 1.36 1.88 2.57
5 1405.6 1939.3 2652.1 1.36 1.88 2.57
4 1636.4 2273.2 3141.2 1.58 2.20 3.04
3 1636.4 2273.2 3141.2 1.58 2.20 3.04
2 1851.0 2569.1 3141.2 1.79 2.49 3.04
1 1851.0 2569.1 3141.2 1.79 2.49 3.04
Nota : Vu=1033 Ton =Vux=Vuy

Para verificar el cumplimiento del punto (3) es necesario calcular la contribución de los contravientos a la resistencia
al corte del entrepiso, para así determinar la capacidad última al corte del entrepiso, y poder promediar éstos para
verificar que la capacidad resistente de cada entrepiso no difiera en más del 35% del cociente de los promedios. En
cuanto a este respecto, los comentarios de las NTCS-95 (Rosenblueth y Gómez 1991) dicen, entre otras cosas, lo
siguiente:
{Una causa frecuente de falla en edificios de varios pisos es la denominada “planta baja débil” o, con mayor
generalidad, “planta débil”. No necesariamente ocurre cuando un entrepiso es más débil de lo que requeriría un
código de construcción, sino cuando el resto de los entrepisos es demasiado resistente. Dado un movimiento del
terreno, la situación más favorable es aquella en que la disipación de energía por deformación inelástica se reparte
uniformemente en todos los entrepisos. Si todos los entrepisos menos uno, o menos unos cuantos, están
sobrediseñados, aquel o aquellos que no lo estén tienen que encargarse de la totalidad de la energía que ha de
disiparse en deformación inelástica, lo cual les impone una enorme demanda de ductilidad...}.

{... No obstante lo anterior, sigue siendo cierto que si -en relación con las fuerzas cortantes esperadas- todos los
entrepisos están sobrediseñados salvo uno o unos cuantos, la demanda de ductilidad que se impone a estos últimos es
desmesuradamente grande. De allí que, para que pueda aprovecharse un factor de ductilidad elevado, haya que
asegurarse de que en ningún entrepiso el cociente de la fuerza cortante resistente entre el actuante sea muy inferior al
promedio. Esta conclusión se ha confirmado en análisis numéricos de gran cantidad de edificios de cinco pisos ante
la acción de movimientos del terreno semejantes a los que en diversos puntos del valle de México se registraron en
1985.9.19...}.

{Una estimación burda del cociente mencionado se puede basar en la suposición de que el edificio se comporta como
una estructura de cortante. Así, la fuerza resistente de entrepiso se calcula como la suma de las fuerzas cortantes
resistentes de las columnas más las de los muros.}.

Los comentarios indican claramente que esta disposición está dirigida para evitar introducir condiciones de piso débil
por concepto de resistencia, y se basa en estudios realizados por Esteva y López en modelos de corte donde se
evalúan la condición de piso débil y que se presentan en Esteva (1992). El comentario olvidó mencionar que en la
estimación burda de la fuerza resistente de entrepiso debe sumarse la contribución de los contravientos a la fuerza
cortante de entrepiso, la cual se puede aproximar conservadoramente como:
i = ndiag
Vdk = ∑ Rci cosθ i (13)
i =1
F yi
Rci = Ati FR ≤ F yi Ati FR
(1 + λ )
1/ n
(14)
2n
i − 0.15 2 n
k i Li F yi
λi = (15)
ri π 2 Ei
donde Vdk es la contribución de las diagonales en el cortante del entrepiso k, Rci es la capacidad nominal a
compresión de la diagonal i del entrepiso k conforme a las Normas Técnicas Complementarias para Diseño y
Construcción de Estructuras Metálicas (NTCEM-95 1995); θi es el ángulo de inclinación de la diagonal i del
entrepiso k con respecto al eje longitudinal del entrepiso; Fyi y Ei son respectivamente el esfuerzo de fluencia y el
módulo de elasticidad del acero estructural de la diagonal i del entrepiso k; Ati, ri, Li y ki son respectivamente el área
neta, el radio de giro mínimo, la longitud efectiva y el factor de restricción de la diagonal i del entrepiso k, FR =0.9
es el factor de reducción por resistencia de elementos metálicos axialmente comprimidos de sección cajón según la
sección 3.2 de las NTCEM-95 y n=1.4 es un coeficiente adimensional definido en la sección 3.2 de las NTCEM-95 y
que toma este valor para elementos de sección cajón como los considerados en el diseño de los modelos del edificio
PSUAVE.

En las tablas 6 y 7 se presenta la revisión del requisito (3) para utilizar Q=4 para los modelos M100Q4 y ED100Q4,
respectivamente. En las tablas 6 y 7, Vdk se calculó conforme a la ecuación 13. En el cálculo de Vu (Vua y Vuc), se
determinó el cortante resistente de los marcos conforme a las opciones a (Vk(a)) y c (Vk(c)) anteriormente evaluadas,
discutidas y resumidas en las tablas 4 y 5.

Del análisis de la tabla 6 se puede concluir que para que el diseño del modelo M100Q4 cumpla con todos los
requisitos para utilizar Q=4, la capacidad a cortante de las columnas debe calcularse conforme a la opción (c), pues
en caso contrario, la resistencia del segundo entrepiso sería mayor del 35% del promedio estipulado y, por tanto, no
se podría utilizar Q=4. Dado que en la capacidad a compresión de las diagonales se utilizan factores de reducción por
resistencia menos severos, parecería razonable calcular la capacidad al corte de las columnas conforme a (c), lo que
nos daría un criterio menos conservador; sin embargo, tal vez sea más razonable y seguro estipular lo mismo que se
recomendó para la revisión del requisito (1), es decir, especificar que la capacidad al corte de las columnas para
verificar el punto (3) deberá tomarse como la mínima calculada conforme a las opciones (a) y (c) analizadas en el
presente estudio.

Tabla 6. Revisión del requisito (3) para utilizar Q=4, modelo M100Q4
Nivel Dirección X Dirección Y
Vdk Vu a Vu c Vu/Vp a Vu/Vp c Vdk Vu a Vu c Vu/Vp a Vu/Vp c
12 801.3 1891.5 2837.1 0.83 0.89 867.5 1957.7 2903.3 0.83 0.89
11 801.3 1891.5 2837.1 0.83 0.89 867.5 1957.7 2903.3 0.83 0.89
10 801.3 1891.5 2837.1 0.83 0.89 867.5 1957.7 2903.3 0.83 0.89
9 801.3 1891.5 2837.1 0.83 0.89 867.5 1957.7 2903.3 0.83 0.89
8 955.6 2254.5 3217.3 0.98 1.01 1035.9 2334.8 3297.6 0.99 1.01
7 955.6 2254.5 3217.3 0.98 1.01 1035.9 2334.8 3297.6 0.99 1.01
6 955.6 2254.5 3217.3 0.98 1.01 1035.9 2334.8 3297.6 0.99 1.01
5 955.6 2254.5 3217.3 0.98 1.01 1035.9 2334.8 3297.6 0.99 1.01
4 1238.8 2955.3 3818.8 1.29 1.20 1345.3 3061.9 3924.5 1.29 1.20
3 1238.8 2955.3 3818.8 1.29 1.20 1345.3 3061.9 3924.5 1.29 1.20
2 1238.8 3105.6 3860.6 1.36 1.21 1345.3 3212.2 3967.1 1.36 1.21
1 - 1866.9 2621.8 0.82 0.82 - 1886.9 2621.8 0.79 0.80
Vp - 2288.9 3194.7 - - - 2384.4 3270.1 - -

Tabla 7. Revisión del requisito (3) para utilizar Q=4, modelo ED100Q4
Nivel Dirección X Dirección Y
Vdk Vu a Vu c Vu/Vp a Vu/Vp c Vdk Vu a Vu c Vu/Vp a Vu/Vp c
12 2303.8 3517.3 4570.5 0.88 0.87 2382.9 3591.4 4644.6 0.88 0.87
11 2303.8 3517.3 4570.5 0.88 0.87 2382.9 3591.4 4644.6 0.88 0.87
10 2303.8 3517.3 4570.5 0.88 0.87 2382.9 3591.4 4644.6 0.88 0.87
9 2303.8 3517.3 4570.5 0.88 0.87 2382.9 3591.4 4644.6 0.88 0.87
8 2842.6 4248.2 5494.7 1.06 1.05 2943.2 4348.8 5595.3 1.06 1.05
7 2842.6 4248.2 5494.7 1.06 1.05 2943.2 4348.8 5595.3 1.06 1.05
6 2842.6 4248.2 5494.7 1.06 1.05 2943.2 4348.8 5595.3 1.06 1.05
5 2842.6 4248.2 5494.7 1.06 1.05 2943.2 4348.8 5595.3 1.06 1.05
4 3356.6 4993.0 6497.8 1.25 1.24 3479.1 5115.5 6620.3 1.25 1.24
3 3356.6 4993.0 6497.8 1.25 1.24 3479.1 5115.5 6620.3 1.25 1.24
2 3356.6 5207.7 6497.8 1.30 1.24 3479.1 5330.1 6620.3 1.30 1.24
1 - 1851.0 3141.2 0.46 0.60 - 1851.0 3141.2 0.45 0.59
Vp - 4008.9 5241.8 - - - 4097.7 5330.1 - -

Del análisis de la tabla 7 se puede concluir que el diseño del modelo ED100Q4 no cumple con el requisito (3) para
utilizar Q=4, ya que la capacidad a cortante del primer piso es muy inferior al 35% del promedio de todos los
entrepisos, independientemente de si se utiliza la opción (a) o (c) para calcular la capacidad a cortante de las
columnas y, por tanto, no se puede utilizar Q=4. Por lo tanto, en este caso sería necesario realizar nuevamente el
diseño de los modelos ED utilizando una Q menor que satisfaga los lineamientos del Reglamento. De hecho,
resultaría lógico pensar que se pudiera utilizar Q=3 para el rediseño del modelo ED100Q4. Sin embargo, de acuerdo
con las NTCS-95, esto no es posible y debe utilizarse en cambio Q=2, lo que se considera inadecuado por lo que se
expone a continuación. Las NTCS-95 estipulan en su sección 5 lo siguiente:

“Se adoptará Q=3 cuando se satisfagan las condiciones 2, 4 y 5 del caso I (Q=4) y en cualquier entrepiso dejan de
satisfacerse las condiciones 1 o 3 especificadas para el caso I pero la resistencia en todos los entrepisos es
suministrada por columnas de acero o de concreto reforzado con losas planas, por marcos rígidos de acero, por
marcos de concreto reforzado, por muros de ese material, por combinaciones de éstos y marcos o por diafragmas de
madera contrachapada. Las estructuras con losas planas deberán satisfacer los requisitos que sobre el particular
marcan las normas técnicas complementarias para estructuras de concreto.”

Los comentarios a las NTCS-95 (Rosenblueth y Gómez 1991) no especifican por qué se margina a la estructuración
con marcos contraventeados para utilizar Q=3. Parece injusto que se premie en su diseño a sistemas que se han
comportado mal en sismos anteriores, como el sistema de columnas con losas planas, particularmente durante el
sismo del 19 de septiembre de 1985 y que, por otra parte, sistemas que han funcionado bien, como el sistema de
marcos contraventeados, sean castigados si es que no cumplen con las condiciones (1) y (3). Además, resulta
inverosímil que se permita diseñar con Q=3 a estructuras con diafragmas de madera contrachapada, siendo que este
sistema difícilmente se utiliza en México, no existe suficiente experiencia en su construcción ni en su diseño a nivel
nacional, los estudios realizados en países con una gran tradición en la construcción de estructuras con madera
contrachapada son limitados y, además, estas estructuras han mostrado fallas frágiles ante sismos moderados
recientes, por ejemplo, los sismos de Loma Prieta (1989) y Northridge (1994) en los Estados Unidos. Se deberá, por
tanto, evaluar si este castigo a los marcos contraventeados es o no merecido por medio de análisis más detallados,
donde se evalúen las demandas de ductilidad y deformación, así como las características de fluencia de estos
sistemas ante acelerogramas asociados a los espectros de diseño. Además, se debe evaluar si es razonablemente
seguro utilizar Q=2 en estructuras que tienen discontinuidades de muros o contravientos en algún entrepiso, sin
utilizar requisitos de confinamiento. El texto del apartado 5 de las NTCS-95 parecería sugerir que en estos casos se
debe utilizar Q=2, independientemente de si cumple o no las condiciones de regularidad del apartado 6.

En Tena (1997) se presentan los estudios iniciales de los análisis dinámicos no lineales de los modelos aquí descritos
y evaluados desde el punto de vista reglamentario, los cuales se presentarán y discutirán con detalle en trabajos
futuros del autor.

COMENTARIOS FINALES

Los resultados de los estudios hechos a las recomendaciones del Reglamento para definir la condición de
irregularidad por piso suave permiten hacer las siguientes observaciones:

El estudio ilustra muy claramente la gran diferencia que hay en la estimación de la rigidez de entrepiso dependiendo
del procedimiento que se elija, ya que actualmente, el Reglamento no es claro en cómo debe definirse la rigidez de
entrepiso para fines de evaluar la condición de regularidad 10 de las NTCS-95. Se considera que para fines de
evaluar la condición de regularidad en rigidez, es más conveniente utilizar el procedimiento propuesto en este estudio
que utilizando los resultados de análisis tridimensionales, ya que, a-priori, la estructuración del edificio PSUAVE
sugiere que potencialmente se pueden tener problemas por primer piso suave, lo que no se identifica calculando las
rigideces de entrepiso basados en los resultados de un análisis tridimensional.

Por otra parte, resulta importante evaluar si la condición de irregularidad en rigidez (piso suave) en una estructura
debe definirse atendiendo a una reducción significativa de la rigidez global de entrepiso de todos los marcos que
participan en la respuesta en una dirección dada, pues así se expresa actualmente en las NTCS-95, o si bien, debe
definirse como una reducción significativa de la rigidez de entrepiso de alguno de los marcos que participan en la
respuesta estructural en una dirección dada. Es difícil juzgar, a-priori, si el criterio actualmente estipulado en las
NTCS-95 es razonablemente seguro, ya que todos los estudios que se han realizado para definir la condición de piso
suave se han basado en modelos de marcos de cortante o de flexión con una o dos crujías a lo sumo, por lo que
realmente no se ha evaluado analíticamente que sea necesario que se reduzca notablemente la rigidez promedio de
todos los marcos en un entrepiso para que se observe un incremento notable en las demandas de ductilidad, ni
tampoco se ha evaluado que para que el incremento en la demanda de ductilidad se presente basta con que se reduzca
notablemente la rigidez de entrepiso de uno de sus marcos. El estudio que se presenta en Tena (1997) comienza a
evaluar ambos planteamientos para discernir cuál resulta más razonable para definir la condición de primer piso
suave y los resultados del mismo se presentarán en futuras conferencias, pero se puede adelantar que los análisis
dinámicos no lineales conducidos en estos modelos corroboran que los modelos estudiados sí introducen una
condición de piso suave, y que en los modelos donde no se afectó Q´ por el factor de 0.8, considerando que se
introduce una condición de irregularidad, la condición de piso suave fue más severa, ya que se observan mayores
demandas de deformación y ductilidad para dichos modelos (M100Q4 y ED100Q4), que las obtenidas para los
modelos diseñados como estructuras irregulares (M100Q32 y ED100Q32).

Finalmente, este trabajo también mostró que las NTCS-95 y sus comentarios no establecen lineamientos claros para
la revisión del cumplimiento de los requisitos establecidos para utilizar el factor de comportamiento sísmico Q=4
para marcos dúctiles con contravientos, por lo que a partir de su interpretación y de la experiencia del autor se
proponen alternativas de evaluación razonablemente sencillas que fomenten el diseño de estructuras con
contravientos que tengan detallados de tipo dúctil. Se cuestiona además la decisión de las NTCS-95 de marginar a la
estructuración con marcos contraventeados para utilizar Q=3, dado los comportamientos satisfactorios observados en
sismos recientes, pero que sí se permita utilizarlo en sistemas que se han comportado mal en sismos recientes, como
el sistema de columnas con losas planas. Se deberá, por tanto, evaluar si este castigo a los marcos contraventeados es
o no merecido por medio de análisis más detallados, donde se evalúen las demandas de ductilidad y deformación, así
como las características de fluencia de estos sistemas ante acelerogramas asociados a los espectros de diseño.

REFERENCIAS

Esteva, L (1992), “Nonlinear seismic response of soft-first-story buildings subjected to narrow-band accelerograms”,
Earthquake Spectra, vol 8, no 3, pp 373-390.
Gómez, R (1997), Comunicación personal.
Habibullah, A (1995), “ETABS version 6, building analysis and design”, Computer & Structures Inc.
Luaces, F L (1995), “Sobrerresistencia en estructuras a base de marcos de concreto reforzado”, Tesis de Maestría,
División de Estudios de Posgrado, Facultad de Ingeniería, UNAM.
NTCC-96 (1996), “Normas Técnicas Complementarias para Diseño y Construcción de Estructuras de Concreto”,
Gaceta Oficial del Departamento del Distrito Federal, marzo.
NTCEM-95 (1995), “Normas Técnicas Complementarias para Diseño y Construcción de Estructuras Metálicas”,
Gaceta Oficial del Departamento del Distrito Federal, febrero.
NTCS-95 (1995), “Normas Técnicas Complementarias para Diseño por Sismo”, Gaceta Oficial del Departamento
del Distrito Federal, febrero.
RCDF-93 (1993),“Reglamento de Construcciones para el Distrito Federal”, Diario Oficial de la Federación, agosto.
Rosenblueth, E y R Gómez (1991), “Comentarios a las Normas Técnicas Complementarias para Diseño por Sismo”,
Reporte No ES-7, Instituto de Ingeniería, UNAM, mayo.
Ruiz, S E y R Diederich (1989), “The seismic performance of buildings with weak first story”, Earthquake Spectra,
vol 5, no 1, pp 89-102.
Tena, A (1997), “Revisión de los factores de comportamiento sísmico para el diseño por sismo de estructuras
esbeltas y/o con piso débil”, Reporte FJBS/CIS-97/03, Centro de Investigación Sísmica, AC, Fundación Javier
Barros Sierra, AC, octubre.
Tena, A, J L Luna, E Filloy y E del Valle (1997), “Evaluación de las recomendaciones del RCDF para el diseño por
sismo de estructuras con marcos de concreto reforzado”, Reporte FJBS/CIS-97/04, Centro de Investigación Sísmica,
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Valmundsson, E V y J M Nau (1997), “Seismic response of building frames with vertical structural irregularities”,
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