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I.E.S.

“El Palo”
Dpto. de lenguas y cultura clásicas

GRIEGO I

MÁLAGA 2013-2014

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Índice.

PRIMERA EVALUACIÓN
UNIDAD 1.
1.1. El griego entre las lenguas indoeuropeas.
1.2. El alfabeto griego.
1.3. Fonemas vocálicos y consonánticos.
1.4. Pronunciación.
1.4.1. Espíritus y acentos.
1.4.2. Signos de puntuación.
1.5. Normas básicas de transcripción.
UNIDAD 2.
2.1. Marco geográfico de la Grecia antigua.
2.2. El griego, una lengua flexiva.
2.3. La declinación temática.
2.3.1. Sustantivos y aadjetivos.
2.3.2. El artículo.
2.4. Función de los casos.
2.5. El presente de indicativo (voz activa).
2.6. Preposiciones (I): Preposiciones que rigen un solo caso.
2.7. El nominativo.
UNIDAD.3.
3.1.
3.2. Temas en -α.
3.2. Adjetivos de tres terminaciones.
3.3. Pretérito imperfecto de indicativo.
3.4. Preposiciones (II): Preposiciones que rigen dos casos.
3.5. El vocativo.
UNIDAD 4.
4.1. Religión y Mitología griegas.
4.2. La declinación atemática.
4.3. Futuro de indicativo.
4.4. Preposiciones que rigen tres casos.
4.5. El infinitivo.
4.6. El acusativo.

SEGUNDA EVALUACIÓN
UNIDAD 5.
5.1. Panorama general de la literatura griega.
5.2. Temas en -ρ.
5.3. Temas en -σ.
5.4. El imperativo.
5.5. El genitivo.

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UNIDAD 6.
6.1. Las artes plásticas entre los griegos.
6.2. Tema en vocal -ι.
6.3. Tema en vocal -υ.
6.4. Temas en diptongo -ευ.
6.5. Sustantivos irregulares.
6.6. El participio.
UNIDAD 7.
7.1. Ciencia y filosofía en Grecia (I): La Hélade arcaica.
7.2. El tema de aoristo.
7.3. Los adjetivos πολύς, πολλή, πολύ y µέγας, µεγάλη, µέγα.
7.4. Los numerales.
7.5. El dativo.
UNIDAD 8.
8.1. Ciencia y Filosofía en Grecia (II):
8.2. Clases de adjetivos.
8.3. Colocación del adjetivo en la frase.
8.4. Grados del adjetivo: Comparativo y superlativo.
8.5. El tema de prefecto
8.6. El pluscuamperfecto.
8.7. La reduplicación en los verbos compuestos.

TERCERA EVALUACIÓN
UNIDAD 9.
9.1. Ocio y trabajo entre los griegos.
9.2. La voz media.
9.3. Los pronombres personales.
9.4. Los pronombres adjetivos posesivos.
9.5. El pronombre relativo.
UNIDAD 10.
10.1 Pueblo y Estado en Grecia.
10.2. La voz pasiva.
10.3. Los pronombres adjetivos demostrativos.
10.4. Pronombres adjetivos interrogativo e indefiniddo.
10.5. Pronombre relativo-indefinido.
UNIDAD 11.
11.1. El ejército y la marina en Grecia.
11.2. Los verbos contractos.
11.3. Los modos subjuntivo y optativo.
11.4. La concordancia.
11.5.La oración simple.
11.6. La oración compuesta.

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UNIDAD 1.

1.1. EL GRIEGO ENTRE LAS LENGUAS INDOEUROPEAS.

1.1.1. Los primeros sistemas de escritura.

La forma más antigua de escritura es la ideográfica, que presenta un símbolo para


cada objeto y para cada idea, tal como hacían los egipcios. Más adelante, esta escritura se
esquematizó de modo progresivo hasta llegar a un sistema de escritura silábico, en el
que cada signo gráfico representa' una sílaba.
Los griegos de la época micénica usaron un modelo de escritura, llamado lineal B,
muy influido por el modelo egipcio. Esta escritura desapareció a finales de la Edad de
Bronce, ya que era muy compleja y difícil de perpetuar. Tenía casi cien signos silábicos y
muchos ideogramas para representar determinados conceptos, de modo que únicamente era
utilizada por escribas profesionales. Se conservan algunos ejemplos en unas tablillas de
arcilla cocida halladas en Cnosos, Pilas y Micenas, que constituían el archivo doméstico de
los palacios micénicos, antes de que estos fuesen destruidos por múltiples incendios. Esta
escritura fue descifrada como griego en el año 1953 por M. Ventris y J. Chadwick.
Fueron los fenicios quienes inventaron un sistema fonético más sencillo, seguido
primero por los griegos, más tarde por los romanos y finalmente los demás pueblos
europeos. Los fenicios escribían sobre pieles de animales y sobre papiro, materiales que no
han resistido el paso del tiempo. Sin embargo, sí se han conservado las inscripciones
funerarias hechas sobre piedra.
No conocemos con exactitud el momento y el lugar en que los griegos adoptaron el
alfabeto fenicio. Es probable que el cambio comenzara por las islas sometidas al influjo
comercial de los fenicios. El origen semita del alfabeto griego queda atestiguado por la
tradición: Herodoto y una inscripción de Teas denominaban a las letras griegas Φοινικήια
γράµµατα, foinikéia grámmata. Hubo que modificar algunas letras, ya que el griego era muy
rico en vocales y el semita sólo tenía consonantes.
Se crearon los signos vocálicos a partir de símbolos de consonantes, que no se
correspondían con ninguno de los sonidos que los griegos utilizaban. También la forma, el
orden y el nombre de las letras es de origen semita: aleph, ἄλφα; beth; βῆτα ...

1.1.2. Dialectos del griego antiguo. Evolución hasta el griego moderno.


En el siglo VII a. de c., la lengua hablada por los griegos presentaba diferentes
formas dialectales. El método comparativo interno -comparación de los dialectos de una
lengua entre sí- los agrupa, a partir de sus características comunes, en cuatro dialectos, cuya
distribución geográfica es la siguiente:
– Arcadio-chipriota: este dialecto estaba emparentado con el antiguo micénico; se
hablaba en la isla de Chipre y en la región de la Arcadia en el Peloponeso.
– Eólico: se hablaba en las regiones de Tesalia, Beocia y en una zona de la costa de
Asia Menor. Importantes poetas de la isla de Lesbos como Alceo y Safo utilizaron este
dialecto.
– Dórico y griego del noroeste: se hablaba en el Peloponeso, en el noroeste de Grecia y
en una parte de Asia Menor. El poeta Píndaro empleó este dialecto en su obra.
– Jónico-ático: dialecto propio de las ciudades jónicas de Asia Menor, de la península

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del Ática y de las islas del mar Egeo. Es la lengua del teatro (Sófocles), la historiografía
(Tucídides), la filosofía (Platón) y la oratoria (Demóstenes).
El ático predominó sobre los otros dialectos, principalmente en los siglos V y IV a.
de c., y llegó a una forma de expresión común, κοινὴ διάλεκτος. Este dialecto se extendió
como vehículo de cultura por todo el territorio dominado por los griegos a partir de la
expansión imperial de Alejandro Magno y sus sucesores.
La koiné se convirtió en lengua de cultura incluso bajo la dominación romana y en
lengua religiosa para el mundo cristiano. Los libros del Antiguo Testamento, escritos en su
mayor parte en hebreo, fueron traducidos a la koiné y los libros del Nuevo Testamento
fueron redactados ya en griego.
El griego sobrevivió como lengua del Imperio bizantino. Bizancio pasó a ser capital
del Imperio romano de Oriente (330); llamada después Constantinopla, fue el centro cultural
helénico hasta 1453, cuando fue tomada por los turcos. Gran parte de los textos clásicos se
conservaron en sus bibliotecas.
La koiné, después de varios acontecimientos históricos, se transformó en el actual
griego moderno, que presenta dos formas de lengua: la lengua purificada (καθαρεύουσα
γλῶσσα) y la lengua popular (δηµοτικὴ γλῶσσα).

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1.2. EL ALFABETO GRIEGO.

NOMBRE MAYÚSCULA MINÚSCULA PRONUNCIACIÓN


alfa Α α a
beta Β β b
gamma Γ γ ga, gue, gui, go, gu
delta ∆ δ d
épsilon Ε ε e
dseta Ζ ζ ds
eta Η η e
zeta Θ θ z
iota Ι ι i
kappa Κ κ k, c
lambda Λ λ l
mi Μ µ m
ni Ν ν n
xi Ξ ξ x (ks)
ómicron Ο ο o
pi Π π p
rho Ρ ρ r
sigma Σ σ/ς1 s
tau Τ τ t
ípsilon Υ υ i
fi Φ φ f
ji Χ χ j
psi Ψ ψ ps
omega Ω ω o

1 La σ se escribe en posición inicial e intermedia, y la ς en posición final; ejs:


- σελήνη;
- προσβάλλω;
- καλός.

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1.3. FONEMAS VOCÁLICOS Y CONSONÁNTICOS.

– Vocales.
En griego hay siete fonemas vocálicos. Según su cantidad pueden ser largos o breves.
Son siempre breves ε y ο, y son siempre largos η y ω. Pueden ser largas y breves α, ι y υ.
Los diptongos son αι, ει, αυ, ευ, ου (y también υι). En los diptongos formados por un primer
elemento largo (αι, ηι, ωι), la ι no se pronuncia y se suscribe: ᾳ, ῃ, ῳ; se conoce con el
nombre de iota suscrita.

– Consonantes.
sonoras sordas aspiradas
labiales β π φ
oclusivas dentales δ τ θ
guturales γ κ χ
líquidas λ, ρ
nasales µ, ν
silbantes simples σ(ς)
compuestas ζ, ξ, ψ

1.4. PRONUNCIACIÓN.

No sabemos con exactitud cómo pronunciaban los antiguos griegos; nosotros


seguimos la norma de Erasmo de Rotterdam, según el cual, cada grafía se pronuncia
manteniendo su valor fonético aislado, sistema conocido como erasmiano o etacista.
Existen algunas normas especiales de pronunciación:
– La γ ante las guturales γ, κ, χ y de ξ se pronuncia como si fuese una n; ej.:
– ἄγγελος [ánguelos].
– La letra υ se lee como una i en caso de no ir acompañada de ninguna otra vocal; ej.:
– µῦς [mis].
La υ se pronuncia como u en los diptongos αυ y ευ; ejs.:
– αὐτός [autós],
– εὗρος [euros].
En cambio, el diptongo ου se pronunica u; ej.;
– τοῦτο [tuto].
– La doble grafía λλ se pronuncia como doble l; ej.:
– ἀλλά [al-la].

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1.4.1. Espíritus y acentos.

– Espíritus.
En griego, toda ocal inicial lleva un signo llamado espíritu, que puede ser:
– áspero (῾): se pronuncia como una j; ej.:
– Ἑλλάς [jel-lás].
– suave (᾿): no se pronuncia; ej.:
– ἀνδρεία [andreia].

– Acentos.
El griego depende dispone de tres acentos diferentes:
– El acento agudo (´): puede encontrarse sobre la vocal de cualquiera de las tres
últimas sílabas de una palabra, tanto si la vocal es larga como si es breve; ejs.:
– ἀγρός, γάλα, βέβαιος.
Cuando el acento agudo recae en la antepenúltima sílaba es necesario que la
última sea breve.
– El acento grave (`): se encuentra en la sílaba final de la palabra y sustituye al
acento agudo cuando la palabra no va seguida de ningún signo de puntuación; no
aparece en palabras aisladas; ejs.:
– πολὺ, καὶ, ἀγαθὸν.
– El acento circunflejo (῀): aparece sólo sobre vocales largas o diptongos; puede
aparecer en una de las dos últimas sílabas de la palabra; ej.:
– καλῶς, δῆµος.
– En griego existen un grupo reducido de palabras sin acento propio, son las
palabras átonas, que se unen a la palabra tónica inmediata para formar un grupo
fónico o unidad tónica; ejs.:
– ἀνήρ τις [anertis];
– οὐ κακός [ukakós].
Estas palabras se llaman enclíticas si se unen a la palabra tónica precedente y
proclíticas si se unen a la palabra tónica siguiente.

1.4.2. Signos de puntuación.

En griego existen los siguientes signos de puntuación:


– El punto (.) y la coma (,) se utilizan con el mismo valor que en español.
– El punto alto (·) equivale al punto y coma o a los dos puntos del español.
– El signo griego de interrogación es el punto y como (;).

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1.5. NORMAS BÁSICAS DE TRANSCRIPCIÓN

Las palabras cultas procedentes del griego mantienen los cambios fonéticos que provoca su
transformación al latín y al español.
1. El diptongo αι se transcribe e. Αἴγυπτος [Egipto]
2. El diptongo ει se transcribe i. Ἡράκλειτος [Heráclito]
3. El diptongo οι se transcribe e, a través de la Οἰδίπους > Oedipus > Edipo
evolución latina oe.
4. Los diptongos αυ, ευ se transcriben au, eu. αὐτονοµία [autonomía]
εὐφονία [eufonía]
5. El diptongo ου se transcribe u. Οὐρανός [Urano]
6. Si los diptongos αυ, ευ, ου se encuentran εὐαγγέλιον [evangelio]
ante vocal, la υ, segundo elemnto del
diptongo, se transcribe v.
7. La ζ, en latín z, se transcribe z. Βιζάντιον > Bizantium > Bizancio
8. La κ, en latín c, se transcribe c. Κάσσανδρα [Casandra]
9. La θ se transcribe t, a través del latín th. θέατρον > theatrum > teatro
10. La φ, en latín ph, se transcribe f. φιλοσοφία > philosophia > filosofía
11. La ψ, en latín ps, se transcribe ps. ψυχιατρεία [psiquiatría]
12. El espíritu áspero inicial (῾) se transcribe h. ἱππικός [hípico]
13. La υ se transcribe i. πυραµίδα [pirámide]
14. La χ delante de e, i, se transcribe qu; ante χίµαιρα [quimera]
consonante o vocal a, o, u se transcribe c. χροναλογία [cronología]

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UNIDAD 2.

2.1. MARCO GEOGRÁFICO DE LA GRECIA ANTIGUA.

2.1.0. Introducción.
El pueblo griego habitó, como en szz tierra madre, en la península que hoy
llamamos Grecia, pero desde muy pronto se lanzó al mar e hizo de él una segunda patria
estableciéndose en islas y riberas del mar Mediterráneo. Este medio geográfico ofrecía al
griego un panorama de extraordinaria belleza y variedad, de clima en general suave y
benigno. Pero las tierras, salvo excepciones, no eran demasiado fértiles. Por otra parte, en la
Grecia continental la complejidad del sistema montañoso -constituido por las derivaciones
meridionales del gran sistema alpino que se prosiguen bajo las aguas del mar emergiendo
por doquier en innumerables islas- entorpecía la vida y las relaciones de las ciudades
griegas; por ello, no es de extrañar que desde un principio fuese el mar para los inquietos
griegos el camino natural, como todavía lo sigue siendo en gran medida. Desde época muy
temprana. fueron los griegos grandes marinos.

2.1.1. Las grandes zonas geográficas.


Las fronteras de la antigua Hélade no fueron constantes a lo largo de la
historia. Por el contrario, cambiaron notablemente al compás de los acontecimientos
políticos y sociales que impulsaron a los griegos a buscar nuevos horizontes. Ateniéndonos
al escenario en que los griegos de la época clásica desenvolvieron su existencia, podemos
distinguir cuatro grandes zonas: Grecia continental, Grecia insular, Grecia asiática, Grecia
colonial.
2.1.1.1. Grecia continental. Comprende varias regiones que, en la antigüedad, constituyeron
estados o poleis autónomos o englobaban varias poleis. En la zona septentrional -bajo la
Iliria y la Tracia, no griegas- se extendían Macedonia (largo tiempo marginada), Epíro y
Tesalia. En la zona central y de oeste a este se suceden: Acarnania, Etolia, Fócide, las
Lócrides, Dóride, Beocia y Ática. En la zona del Istmo, las poleis de Mégara, Corinto y
Sicione. En la zona meridional se extiende la península del Peloponeso que comprendía
varias regiones menores: Acaya, Élide, Argólide, Laconia y Mesenia.
2.1.1.2. Grecia insular. En los mares que rodean la península griega -Jónico, Tracio, Egeo y
Crético en las denominaciones antiguas- son abundantes las islas. Al oeste, en el mar Jónico,
se suceden de norte a 'Sur las siguientes: Corcira (hoy, Corfú), Léucade, Ítaca, Cefalonia y
Zacinto. Al este, en el mar Tracio, las grandes islas de Tasos, Samotracia, Imbros y Lemnos.
En el mar Egeo, de norte a sur, se encuentran entre otras las siguientes: Esciros, la gran isla
de Eubea apenas desprendida de la masa continental y como recostada sobre las costas del
Ática, junto a estas mismas costas, al Sur, las ilustres Salamina y Egina; el grupo
numerosísimo de las Cíclades o Cícladas -entre ellas, Andros, Ceos, Paros, Naxos, la
sagrada Delos, Miconos, Melos, Amorgos, Tera (hoy Santormí), etc. Junto a la costa
asiática, de norte a sur, Lesbos, Quíos, Samos y las Espórades o Espóradas a cuyo grupo
corresponden Cos y Rodas. En el mar Crético y a notable distancia del continente, la gran
isla de Creta.
2.1.1.3. Grecia asiática. Ya los aqueos, primeros invasores indo-europeos en Grecia,
iniciaron la expansión hacia el Asia en expediciones de conquista, de desarrollo mal
conocido. A ellos se debe la primera fundación de Mileto. Su política de expansión los llevó

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finalmente al enfrentamiento con Troya. Más tarde, los emigrantes aqueos y jonios,
desplazados del continente por la llegada de los dorios; se dirigieron también hacia las
costas asiáticas donde fundaron numerosas ciudades que constituyeron poleis o estados
independientes. Todas ellas eran puertos naturales de excelentes condiciones que en
brevísimo tiempo se convirtieron en ciudades prósperas donde toda actividad encontraba
asiento. La Grecia asiática vino a ser pionera en toda clase de realizaciones: poesía,
filosofía, ciencia, arte, navegación. Las ciudades más notables, escalonadas de norte a sur,
son las siguientes: Elea, Cumas o Cime, Focea, Esmirna, Clazómenas, Éfeso, Mileto,
Halicarnaso y Cnido. Muchas de ellas intervinieron en la gran gesta colonial que se
desarrolló durante más de dos siglos -VIII al VI- en toda la extensión del Mediterráneo.
2.1.1.4. Grecia colonial. Las luchas sociales y el desarrollo demográfico provocan entre los
siglos VIII al VI el desplazamiento de griegos procedentes de diversas ciudades del
continente y de Asia, que se lanzaron con sus naves al mar en busca de tierras donde
asentarse. Este hecho es el que conocemos con el nombre de colonización griega en el
Mediterráneo. Las ciudades fundadas son emporios, es decir, establecimientos comerciales.
Constituyen po- leis o . estados autónomos, vinculados a la metrópoli por lazos meramente
religiosos. Aun omitiendo muchas de ellas, citaremos las más notables:
- colonias en la Propóntide y en el Ponto Euxino: Sesto, Bizancio, Olbia, Trapezunte, Abido.
- colonias en la Tracia: Abdera, Anfipolis, Olínto, Potidea.
- colonias en Macedonia: Terma y Pidna.
- colonias en el sur de Italia (Magna Graecia): Tarento, Síbaris, Crotona, Neápolis (Nápoles,
llamada primeramente Partenopea) y, más al norte, en las costas etrurias, la sagrada
Cumas. - colonias en Sicilia: Hímera, Siracusa, Gela, Agrigento, Selínui te, todas en
las zonas costeras.
- colonias en el Mediterráneo occidental: Alalia en Córcega; Massalia (Marsella) en el sur
de Francia, la cual a su vez colonizó el Levante español: Rode (Rosas), Emporion
(Ampurías) , Hemeroscopion (Sagunto probablemente, o quizá Denía), y llegó a las
costas de Almería y aun a las de Málaga.
- colonias en el norte de África: N aucratis en el delta del Nilo, Cirene en Libia.
También se establecieron en Chipre, donde muy pronto entraron en contacto con los
fenicios de quienes recibieron el alfabeto, así como una muy cuidada técnica marinera.
Bien pudo decir Platón el Cómico, en gráfica frase, que los heleno s se asomaban a
las aguas del Mediterráneo «como ranas en torno a la charca».
Llevaron también los griegos sus navegaciones al Atlántico, pero su expansión fue
detenida ya en pleno siglo VI por los cartagineses.
Rebasada la época clásica, en tiempos de Alejandro, el mundo griego conoce una
expansión espectacular realizada ahora bajo el signo de la conquista bélica. Con ella
alcanzan los griegos las riberas del Indo en Asia y las tierras de la Nubia en África. Su
expansión hacia Occidente, planeada ya por Alejandro, no pudo llevarse a cabo por la
prematura muerte del caudillo y por la pujanza incontenible de Cartago, la ciudad llamada a
enfrentarse con Roma y a sucumbir ante ella.

2.1.2. Montes, ríos y llanuras.


2.1.2.1. La Grecia continental ofrece un suelo erizado de montañas que ocupan el 80
por 100 de la superficie total. No alcanzan, en general, gran elevación, a excepción del
Olimpo, la morada de los dioses, que alza sus casi 3.000 metros en la zona septentrional de

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la península. Le siguen en elevación el Parnaso en la Fócide y el Taigeto y Erimanto en el
Peloponeso. Los montes del Ática casi nunca rebasan los 1.000 metros, pero, en cambio, sus
nombres brillan a gran altura: Licabeto, Himeto y Parnés, próximos a Atenas, juntamente
con el Pentélico, magnífica mole de blanquísimo mármol, y el Laurión que se asoma sobre
el mar.
El carácter montañoso del terreno y la ausencia de vías adecuadas de comunicación
-que aún persiste en gran medida- impulsó a los griegos a utilizar el mar, sobre todo el Egeo,
como pontos o camino para sus desplazamientos.
2.1.2.2. La tierra griega, accidentada y frecuentemente sacudida por asoladores
terremotos; no fue ni es una tierra fértil. Las lluvias son escasas y escasas también las vías
fluviales de alguna importancia. A excepción de unos pocos, los ríos griegos son de carácter
torrencial: sus cauces, secos normalmente en verano, fácilmente se desbordan bajo los
efectos de las tormentas. Tal es el caso de los ríos áticos !liso y Cefiso y del espartano
Eurotas. Y sin embargo, o quízá por eso mismo, los griegos tributaron religiosa veneración a
sus ríos y fuentes. Algunos conservan su caudal durante todo el año: el Peneo que riega la
llanura de Tesalia, el Aqueloo -navegable incluso- en Etolia y el Alfeo en la Élide, cerca de
Olimpia.
2.1.2.3. N o hay grandes llanuras en la Grecia continental y en general aparecen
rodeadas de montañas. La actividad humana se concentra en estas zonas, próximas siempre
a las cuencas fluviales; en ellas, el suelo es más fértil, rico en pastos y cereales. La más
extensa es la de Tesalia, en la zona norte, famosa por los caballos que se criaban en sus
praderas. Son también importantes la de Beocia, rica en cerales, y la Mesogea -entre Atenas
y el Laurión-, poblada de viñedo s y olivos y que, desde época temprana, constituyó una de
las pocas fuentes de riqueza del Ática. En cambio, las llanuras de Eleusis y Maratón no sólo
no eran fértiles, sino que por su carácter pantanoso constituían zonas muy insalubres.
Ni entonces ni ahora se ha mostrado generoso el suelo griego, dadas las condiciones
de su relieve y la sequedad del clima. Esto justifica uno de los rasgos más salientes del
carácter griego: la sobriedad.

2.1.3. Costas, ciudades y puertos.


Si accidentado es el relieve que ofrece Grecia continental, no menos accidentadas son
sus costas que tan singular perfil comunican a la península helénica. Incontables cabos y
golfos e innumerables penínsulas y subpenínsulas se suceden, esmaltándose el litoral de
numerosos puertos naturales, especialmente en la zona oriental. La costa occidental muestra
un desarrollo mucho menor y es de carácter más abrupto.
El extraordinario desarrollo de las costas hace de Grecia un país esencialmente
marítimo. Desde época muy temprana la vida helénica se proyecta hacia el mar y surgen
agrupaciones humanas en las zonas del litoral. Pero también en el interior se constituyen
núcleos de población, particularmente en las zonas llanas y en los valles. En cualquier caso,
el mar siempre está cerca, a menos de 100 km en las regiones más recónditas.
Entre las ciudades asentadas en el interior de la Grecia continental, en época antigua,
gozan de justo renombre las siguientes: Delfos, la ciudad de Apolo, en la Fócide; Tebas, la
de siete puertas, en Beocia y, próximas a ella, Queronea y Platea; en el Ática, la sagrada
Eleusis y Atenas. En el Peloponeso, Olimpia y Elis, escenario y cuna de los Juegos, en la
región de Élide; las legendarias Argos, Micenas y Tirinte en la Argólide, y, próxima a éstas,
Epídauro, ciudad-santuario de Asclepio; en la Laconia, Esparta.

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Ya antes de su gran expansión colonial dispusieron los griegos de excelentes puertos
en las costas del continente patrio, particularmente en la zona del Egeo. Son célebres Calcis
y Eretria, asentados en la isla de Eubea: de ellos salieron las primeras expediciones de
colonos. En el Ática, los tres puertos naturales: Pireo, Zea y Muniquia que se unían a la
ciudad en tiempos de Pericles por los llamados «muros largos». Corinto y Mégara, sobre el
istmo de Corinto. Patras en la costa de Acaya, al norte del Peloponeso; Pilo, recuerdo de la
grandeza «mícénica» en la Mesenia y Gition, único puerto de la Laconia. La isla de Creta
también poseía puertos notables, algunos de los cuales conocieron vida muy próspera en
épocas antegriegas; el más notable es el de Cnoso (actual Heraklíon),

2.2. EL GRIEGO, UNA LENGUA FLEXIVA.

El griego, como el latín, es una lengua flexiva. Se produce una variación en las
terminaciones de los sintagmas nominales y verbales: este procedimiento se llama flexión.
Las variaciones que se dan en los sustantivos y adjetivos constituyen la declinación; las
modificaciones de los verbos conforman la conjugación.

2.3. LA DECLINACIÓN TEMÁTICA.

2.3.1. SUSTANTIVOS Y ADJETIVOS.

– Sustantivos:

Singular Plural
masc./fem. neutro masc./fem. neutro
nominativo ἀγρ-ός βιβλί-ον ἀγρ-οί βιβλί-α
vocativo ἀγρ-έ βιβλί-ον ἀγρ-οί βιβλί-α
acusativo ἀγρ-όν βιβλί-ον ἀγρ-ούς βιβλί-α
genitivo ἀγρ-οῦ βιβλί-ου ἀγρ-ῶν βιβλί-ων
dativo ἀγρ-ῷ βιβλί-ῳ ἀγρ-οῖς βιβλί-οις

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– Adjetivos:

– De dos terminaciones (-ος, -ον): Se declinan como los sustantivos en -ο; el


género masculino y el femenino tienen la misma forma.

singular plural
masc./fem. neutro masc./fem. neutro
nominativo βροτ-ός βροτ-όν βροτ-οί βροτ-ά
vocativo βροτ-έ βροτ-όν βροτ-οί βροτ-ά
acusativo βροτ-όν βροτ-όν βροτ-ούς βροτ-ά
genitivo βροτ-οῦ βροτ-οῦ βροτ-ῶν βροτ-ῶν
dativo βροτ-ῷ βροτ-ῷ βροτ-οῖς βροτ-οῖς

2.3.2. EL ARTÍCULO.

singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
nominativo ὁ ἡ τό οἱ αἱ τά
acusativo τόν τήν τό τούς τάς τά
genitivo τοῦ τῆς τοῦ τῶν τῶν τῶν
dativo τῷ τῇ τῷ τοῖς ταῖς ταῖς

2.4. FUNCIÓN DE LOS CASOS.

casos ejemplos
El nominativo: Realiza las funciones de Ὁ ἴππος ἐστι µικρός.
sujeto y de atributo; también puede ser El caballo es pequeño.
predicativo del sujeto.
El vocativo: Equivale a una exclamación. Ὦ θεοί, πιστεύοµεν ὑµῖν.
¡Oh dioses! Confiamos en vosotros.
El acusativo: Es el caso del complemento Ὁ ἀγρὸς καρπούς φέρει.
directo; también puede expresar, precedido El campo produce frutos.
de una preposición, el lugar hacia donde nos Ὁ γεωργὸς εἰς τὸν ἀγρρὸν βαίνει.
dirigimos; también puede ser predicativo del El campesino anda hacia el campo.
complemento directo.
El genitivo: Es el caso del complemento del Ὁ οἶκος τοῦ διδάσκαλου µέγας ἐστιν.
nombre; precedido de preposición puede La casa del maestro es grande.
expresar diversos complementos Ἐγὼ ἐκ τοῦ ἱπποδρόµυο ἐκβαίνω.
circunstanciales. Yo salgo del hipódromo.

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El dativo: Es el caso del complemento Σὺ τὸ δῶρον τῷ υἱῷ δίδως.
indirecto; precedido de preposición puede Tú ofreces el regalo a tu hijo.
hacer la función de complemento Οἱ γεωργοὶ ἐν τοῖς ἀγροῖς σὺν τοῖς ἵπποις
circunstancial, para expresar el lugar donde γεωργοῦσιν.
nos encontramos y el valor instrumental Los campesinos trabajan en los campos con
caballos.

2.5. EL PRESSENTE DE INDICATIVO.

Verbo temático Verbo atemático


φέρω “llevar” εἰµί “ser, estar”
1ª ἐγώ φέρ-ω εἰµί
sg.2ª σύ φέρ-εις εἶ
3ª αὐτός2 φέρ-ει ἐστί
1ª ἡµεῖς φέρ-οµεν ἐσµέν
pl.2ª ὑµεῖς φέρ-ετε ἐστέ
3ª αὐτοί φέρ-ουσι εἰσί(ν)

– Paradigma de presentes de indicativo atemáticos:

τίθηµι “colocar” δίδωµι “dar” φηµί “decir”


1ª τίθηµι δίδωµι φηµί
sg.2ª τίθης δίδως φής
3ª τίθησι δίδωσι(ν) φησί(ν)
1ª τίθεµεν δίδοµεν φαµέν
pl.2ª τίθετε δίδοτε φατέ
3ª τιθέασι(ν) διδόασι φασί(ν)

2.6. PREPOSICIONES (I).

Antiguamente todas la preposiciones habían sido adverbios de lugar; por este motivo
tienen un significado local, del que deriva un sentido temporal y, en algunos casos, uno
figurado; ej.:
– ἀνὰ τὸν ποταµόν (río arriba).
– ἀνὰ πᾶσαν τὴν ἡµέραν (durante todo el día).
– ἀνὰ τέτταρας (de cuatro en cuatro).
Toda preposición seguida de un caso funciona sintácticamente como un complemento
circunstancial y responde a la pregunta a dónde, de dónde y en dónde.

2 El pronombre personal de tercera persona carece de nominativo; en su lugar se usan los demostrativos αὖτός,
ἐκεῖνος, αὐτός.

15
Preposiciones de un solo caso
εἰς a, hacia.
acusativo ἀνά hacia arriba.
ἀντί en lugar de.
ἀπό desde, lejos de.
genitivo
ἐκ, ἐξ de, desde, fuera de.
πρό delante de, por.
ἐν en, dentro.
dativo σύν con.

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Ὁ γεωργὸς ἄγει τοὺς ἵππους πρὸς τὸν ποταµόν.
β) Ὁ χρόνος τοῖς ἀνθρώποις µέγας θησαυρός ἐστιν.
γ) Ὁ ἄνθρωπος φόβον τοῦ θανάτου ἔχει καὶ µακρὸν βίον ἐλπίζει.
δ) Ἡµεῖς ἐκ τοῦ ἀγροῦ τοῦς λίθους φέροµεν ἐις τὸν οἶκον.
ε) Ὁ δῆµος τῶν Ἀθηνων κατὰ τοὺς νόµους τοὺς πολίτας παιδεύει.
ζ) Ἄρης θεὸς τοῦ πολέµου ἐστι· ὁ πόλεµος δεινός ἐστι καὶ τὸν βίον τοῦ κόσµου καὶ τῶν
ἀνθρώπων διαφθείρει.
η) Παρὰ τοῦ διδασκάλου οἱ µαθηταὶ τὰ γράµµατα καὶ τοὺς ἀρισθµοὺς µανθάνουσιν.
θ) Ἐκ τῆς ἀκροπολέως τό πεδίον καὶ τὸ πόντον σὺ βλέπεις.

VOCABULARIO.
ἄγω: llevar. ἵππος, -ου ὁ: caballo.
ἀγρός, -οῦ ὁ: campo. καί: y.
Ἀθῆναι, -ων αἱ: Atenas. κατά: según, de acuerdo con.
ἀκρόπολις, -έως ἡ: acrópolis. κόσµος, -ου ὁ: mundo.
ἄνθρωπος, -ου ὁ: hombre. λίθος, -ου ὁ: piedra.
Ἄρης, -εως ὁ: Ares. µαθητής, -οῦ ὁ: discípulo.
ἀριθµός, -οῦ ὁ: número. µακρός, -ά, -όν: grande.
βίος, -ου ὁ: vida. µανθάνω: aprendeer.
βλέπω: ver. µέγας, µεγάλη, µέγαν: grande, enorme.
γεωργός, -οῦ ὁ: campesino. νόµος, -ου ὁ: ley.
γράµµα, -ατος τό: letra. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
δεινός, -η, -ον: terrible. οἶκος, -ου ὁ: casa.
δῆµος, -ου ὁ: pueblo. παιδεύω: educar.
∆ιαφθείρω: destruir. παρά: junto, al lado de.
διδασκάλος, -ου ὁ: maestro. πεδίον, -ου τό: llanura.
ἐις: a, hacia. πόλεµος, -ου ὁ: guerra.
ἐκ: de, desde. πολίτης, -ου ὁ: ὁ: ciudadano.
ἐλπίζω: esperar. πόντος, -ου ὁ: mar.
ἐἰµί: ser, estar. ποταµός, -οῦ: río.
ἔχω: tener. πρός: a, hacia.
ἡµεῖς: nosotros. σύ: tú.
θάνατος, -ου ὁ: muerte. φέρω: llevar.
θεός, -οῦ ὁ: dios. φόβος, -ου ὁ: miedo.
θησαυρός, -οῦ ὁ: tesoro. χρόνος, -ου ὁ: tiempo.

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EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:
α) Οἱ τῶν ∆ελφῶν οἰκηταὶ ἱδρύουσι τὸ ἱερὸν τοῦ θεοῦ Ἀπόλλωνος.
β) Ὁ καρπὸς τοῦ σίτου δῶρον τῆς θεᾶς ∆ηµητρὸς τοῖς ἀνθρώποις ἐστιν.
γ) Ἡρόδοτος τὰ βιβλία περὶ τοῦ πολέµου ἐν τοῖς µὲν Ἔλλησι καὶ ἐν τοῖς δὲ βαρβάροις
γράφει.
δ) Οἱ ἄνθρωποι οὐκ αἴτιοι τῶν κακῶν εἰσιν, ἀλλὰ Ζεὺς καὶ οἱ ἄλλοι θεοί.
ε) Ὁ κεραυνός ἐστι δῶρον τῶν Κυκλώπων τῷ ∆ιί.
ζ) Τὰ δένδρα καὶ τὰ ἄστρα καὶ τὰ ζῷα ἐστι τῶν θεῶν δῶρα.

VOCABULARIO.

αἴτιος, -α, -ον: culpable. ζῷον, -ου τό: animal.


ἀλλά: pero, sino. Ἡρόδοτος, -ου ὁ: Heródoto.
ἄλλος, -η, -ο: otro. θεά, -ᾶς ἡ: diosa.
ἄνθρωπος, -ου ὁ: hombre. θεός, -οῦ: dios.
Ἀπόλλων, -ωνος ὁ: Apolo. ἱδρύω: erigir, construir.
ἄστρον, -ου τό: astro, estrella. ἱερόν, -οῦ τό: templo.
βάρβαρος, -ον: bárbaro, no griego. καί: y.
βιβλίον, -ου τό: libro. κακόν, -οῦ τό: mal.
γράφω: escribir. καρπός, -οῦ ὁ: fruto.
δὲ: pero, por otro lado. κεραυνός, -οῦ ὁ: rayo.
∆ελφοί, -ῶν οἱ: Delfos. Κυκλώψ, -ωπος ὁ: Cíclope.
δένδρον, -ου ὁ: árbol. µέν: ciertamente, por un lado.
∆ηµήτηρ, -τρὸς ἡ: Deméter. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
∆ιί: dativo de Ζεύς. οἰκητής, -οῦ ὁ: habitante.
δῶρον, -ου τό: regalo. οὐκ: no.
εἰµί: ser, estar. περὶ: alrededor de, acerca de.
Ἔλλην, -ηνος ὁ/ἡ/τό: πολέµος, -ου ὁ: guerra.
ἐν: en. σίτος, -ου ὁ: trigo.
Ζεύς, ∆ιός ὁ: Zeus.

EJERCICIO.- Analiza y traduce la siguientes oraciones:


1. Τὸν ἥλιον λέγουσιν ὀφθαλµὸν τοῦ κόσµου.
2. Κρίνει φίλους ὁ καιρός.
3. Ὁ σοφὸς ἄνθρωπος τοὺς θεοὺς θεραπεύει.
4. Τὸν θάνατον µὲν φεύγουσιν οἱ ἄνθρωποι, τὸν βίον δὲ διώκουσιν.
5. ∆ένδρα ἀγαθὰ καρπὸν καλὸν φέρει.
6. Πλοῦτος τοῦ ἔργου καρπός ἐστιν.
7. Εἴδωλον ἔργου ἐστιν ἀνθρώπου λόγος.
8. Ὁ τῶν ἀνθρώπων βίος δῶρον τῶν θεῶν ἐστίν.
9. Ἄδικος πλοῦτος οὔποτε βέβαιος.
10. Τὰ δίκαια ἀεὶ καλά.
11. Ὁ χρόνος ἰατρὸς τῶν πόνων ἐστίν.
12. Πλεονεξία µέγιστον ἀνθρώποις κακόν.
13. Τῷ σοφῷ ξένον οὐδὲν.
14. Μέτρον γὰρ τοῦ βίου τὸ καλόν, οὐ τὸ τοῦ χρόνου µῆκος.
15. Χαλεπὰ τὰ καλά.

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VOCABULARIO.
ἀγαθός, -ή, -όν: bueno. κόσµος, -ου ὁ: universo.
ἄδικος, -ον: injusto. κρίνω: juzgar, probar.
ἀεὶ: siempre. λέγω: decir, llamar.
ἄνθρωπος, -ου ὁ: hombre. λόγος. -ου ὁ: palabra, razonamiento.
βέβαιος, -α, -ον: seguro. µέγιστος, -η, -ον: muy grande.
βίος, -ου ὁ: vida. µέν: ciertamente, por una parte.
γάρ: pues. µέτρον, -ου τό: medida.
δέ: pero, por otro lado. µῆκος, -ους τό: duración.
δένδρον, -ου τό: árbol. ξένος, -η, -ον: ajeno, extraño, extranjero.
δίκαιος, -α, -ον: justo. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
διώκω: perseguir, buscar. οὐ: no.
δῶρον, -ου τό: regalo. οὐδὲν: nada.
εἴδωλον, -ου τό: imagen. οὔποτε: jamás, nunca.
εἰµί: ser, estar. ὀφθαλµός, -οῦ ὁ: ojo.
ἔργον, -ου τό: trabajo, obra, acción. πλεονεξία, -ας ἡ: codicia.
ἥλιος, -ου ὁ: el sol. πλοῦτος, -ου ὁ: riqueza.
θάνατος, -ου ὁ: la muerte. πόνος, -ου ὁ: pesar, dolor.
θεός, -οῦ ὁ: dios, divinidad. σοφός, ή, -όν: sabio.
θεραπεύω: cuidar, venerar. φέρω: llevar, traer, soportar, producir.
ἰατρός, -οῦ ὁ: médico. φεύγω: huir, rehuir.
καιρός, -οῦ ὁ: ocasión. φίλος, -η, -ον: amigo.
κακός, -ή, -όν: malo. χαλεπός, -ή, -ον: difícil.
καλός, -ή, -όν: hermoso, bueno, noble. χρόνος, -ου ὁ: tiempo.
καρπός, -οῦ ὁ: fruto.

2.7. El nominativo.

El nominativo es fundamentalmente el caso del sujeto y del predicado que se refiere


al sujeto (atributo y complemento predicativo del sujeto). Ej.:
Κῦρος ᾑρέσθη βασιλεύς (Ciro fue nombrado rey).
El nominativo se usa también en las exclamaciones, ej.: νήπιος (¡insensato!) y a
veces se emplea en vez del vocativo, ej.: ὁ παῖς ἀκολούθει (niño, sígueme).

18
UNIDAD 3.

3.1. LOS GRIEGOS Y SU HISTORIA.

3.1.0. Introducción. El pueblo que habitó en la antigüedad las tierras de la Hélade es


el que denominamos pueblo griego, antecesor inmediato de la comunidad humana que
puebla hoy día esta misma zona. Pero los griegos tardaron varias centurias en adquirir esta
denominación, incluso en tener conciencia de ser griegos.

3.1.1. Orígenes del pueblo griego


La formación del· pueblo heleno fue muy lenta y más lenta aún la aparición de
lo que, sin duda impropiamente, podríamos llamar «conciencia nacional». Hemos de
desechar, ante todo, cualquier idea basada en criterios raciales a los que siempre se sintieron
ajenos los griegos. Y con razón, puesto que en su proceso de formación intervinieron grupos
muy diversos: unos de origen indoeuropeo, otros de ascendencia asiática y mediterránea, sin
que de ninguno de ellos sea posible, por el momento, establecer datos ciertos sobre la
identidad racial.
Cuando en el siglo V a.C. surge clara la conciencia de grupo de los griegos, su
formulación se basa preferentemente en la unidad lingüística -por encima de las leves
variedades dialectales- y en la unidad cultural.
Esta unidad lingüística se asentaba en el uso de una lengua de ascendencia
indoeuropea que, en su evolución en tierras de la Hélade, había incorporado escasos
elementos extraños. Era la lengua de un grupo de pueblos, procedentes de tierras no helenas;
gentes llegadas desde las llanuras danubianas y que, en diversos momentos del II milenio
a.C., penetraron por el norte en la península helénica.
Pero estos grupos humanos no son todavía el pueblo griego. Las primeras oleadas
invasoras -aqueos y jonio&-- encontraron a su paso por las tierras conquistadas otras
poblaciones asentadas ya de antiguo y creadoras de formas de vida que había de influir de
modo determinante en la elaboración del ser y de la cultura de los futuros griegos.

3.1.2. Los períodos históricos en la Grecia antigua.


Cinco son los períodos en que dividimos la historia de la Grecia antigua: período
«mícénico» o aqueo; período arcaico; período clásico; período helenístico; período
grecorromano.
3.1.2.1. Período «micénico» o aqueo (<<Edad homéríca») (1600-1100 a. de C.). Hacia el
año 2000 a.C. se producen, al parecer, las primeras penetraciones indoeuropeas en el norte
de la península helénica. Pero estos primeros grupos no dejaron gran huella pues, según
parece, prosiguieron su marcha hacia tierras asiáticas. Hacia el 1600 penetran nuevas masas
de pueblos indoeuropeos -aqueos y joníos- que se asientan establemente en la Hélade. Los
aqueos constituyen en diversos puntos varios reinos fuertes, entre los que muy pronto
destaca Micenas, en el Peloponeso: por eso a este período se le llama también «micéníco».
La organización, semitribal en los comienzos, evoluciona hacia formas de monarquía
militar. De estos reinos y de sus características, así como de la hegemonía micénica,
tenemos abundantes testimonios en la «Ilíada»; pero de mayor importancia es el testimonio
aportado por las llamadas «tablillas micénícas» escritas en el silabario Lineal B; estas
tablillas han sido halladas en gran número en las ruinas de los palacios de Micenas, Pilo,

19
Tirinte y en otros puntos de la península, así como en Creta.
3.1.2.2. Período arcaico (1100-500 a. de C., aproximadamente). La invasión doria en el año
1100 a.C. provoca el desmoronamiento de los reinos aqueos ya decadentes. Durante décadas
conoce la Hélade una situación de extremo desconcierto, asaltada por las bandas belicosas
de los dorios. Las viejas poblaciones aqueas y jonias, así como las masas de eolios de origen
incierto, o bien se someten al invasor o bien emigran hacia las islas y costas del Asia Menor,
donde fundan numerosas ciudades que alcanzan pronto gran prosperidad.
La Grecia continental vive durante tres o cuatro siglos una experiencia penosa de la
que quedan escasos testimonios (sedad oscura»), pero que fue sin duda extraordinariamente
fecunda, pues en ella se configuraron los rasgos que posteriormente habían de caracterizar el
modo de ser helénico.
En situaciones diversas surge por doquier la polis o estado independiente,
caracterizado por sus reducidas dimensiones y su cerrado particularismo. Tres ideales
definen la polis en boca de los autores antiguos: autarquía, autonomía y libertad.
El crecimiento demográfico, el desarrollo comercial e industrial -muy lentos- y la
paulatina toma de conciencia de las colectividades humanas llevan a luchas civiles y
sociales en casi todas las poleis. Se inicia en el siglo VIII el movimiento colonizador por el
que numerosos grupos de población abandonan sus tierras y buscan nueva vida en otras
regiones: sur de Italia, costas de Sicilia, costas de la Tracia y Ponto Euxino, etc.
Surgen las tiranías en numerosas ciudades: Corinto, Mégara, etc. y tardíamente en
Atenas. En Esparta, los conflictos sociales juntamente con la amenaza ejercida por los
enemigos exteriores (especialmente los meseníos) llevan a una reforma, la llamada «reforma
de Lícurgo», que consigue elaborar una difícil y desequilibrada fórmula de aristocratismo
comunista que conden a a Esparta a una existencia rígida. Otras poleis se mantienen al
margen de la evolución político-social, por ejemplo, Tesalia, Epiro, etc.
Entre todas las ciudades surgidas en este período de formación nos interesa
especialmente Atenas, donde surge la democracia.
2.3. Período clásico (500-323 a. de C.) Este período representa la culminación de lo que
convencionalmente consideramos como quintaesencia de lo helénico. Sin embargo, no es
posible ignorar las aportaciones que en todos los terrenos prestó la época arcaica, ni las
realizaciones de universal alcance que logró la época helenística.
Dos poleis atraen nuestra atención durante este período: Esparta, representativa de
una tradición que se traduce en enquistamiento; Atenas, representativa de una evolución que
aboca a la desintegración de la polis misma tal como había sido concebida en la época
arcaica.
Dos grandes episodios se suceden en el transcurso del siglo V a.C.:
• Las guerras médicas, peripecia bélica que abre paso al período clásico y que hace resonar
fuertemente los primeros latidos de una auténtica conciencia nacional.
• Las guerras del Peloponeso, pugna decisiva entre Esparta y Atenas que trae consigo la
lenta disolución de la democracia ateniense y la decadencia definitiva del poder espartano.
El siglo IV conoce en su primera mitad las fugaces hegemonías de Esparta y de Tebas
y el restablecimiento parcial del poderío ateniense. Pero, en tanto, va amaneciendo la
Historia, por así decirlo, en Macedonia, donde todavía persiste la vieja monarquía militar
que recuerda los rasgos de la antigua realeza aquea. La figura de Filipo II de Macedonia
trae' al mundo griego un ideal nuevo: el de la unidad helénica. Con Filipo y con su hijo
Alejandro se cierra una brillante época de la historia griega y se abre camino una nueva fase

20
de características propias.
2.4. Período helenístico (323-146 a. de C.) La carrera fulgurante de Alejandro permite
afirmar que ya con él comienza esta nueva fase, pues en su mente estaba ya nítida y precisa
la imagen de un mundo helenizado, de una Grecia de dimensiones universales, ecuménicas.
Sus planes - más de helenización que de conquista bélica- quedaron cumplidos en Oriente.
Sólo la muerte pudo impedir la realización de los mismos en Occidente, tal y como
Alejandro proyectaba.
Tras su muerte, el Imperio como entidad política se desmorona, pero la helenización
-cuyo fruto es el fenómeno cultural que llamamos helenismo- es ya irreversible.
Periclitado el sistema de la polis, cobran pujanza nuevas concepciones políticas al
calor de las filosofías «humanistas» de raigambre socrática.
Sobre el solar del Imperio de Alejandro se constituyen reinos autocráticos, y aun
teocráticos como el Egipto de los Ptolomeos. Estos reinos ofrecen una sabia y compleja
organización que da lugar al desarrollo de una nueva clase: la burocracia; se ha hallado la
fórmula, tan moderna a nuestros ojos, del estatismo.
El genio griego alcanza su realización en el universalismo que informa el desarrollo
de las ciencias y de las artes, así como las manifestaciones filosóficas y religiosas de este
período.
En tanto, Roma ha consolidado su poderío con sus repetidas victorias sobre Cartago y
ha iniciado su ruta hacia el Imperio. En el siglo II a.C. inicia su intervención en los asuntos
políticos griegos. La toma de Corinto en el 146 a.C., simboliza el fin de la libertad de
Grecia.
2.5. Período grecorromano (146-395 d. de C.) La aceptación de la fecha de la toma de
Corinto por los romanos como punto que marca la transición del período helenístico al
período grecorromano no pasa de ser un hecho convencional. En realidad, ya en años
anteriores se había iniciado la ocupación romana en suelo griego, y por otra parte la toma de
Corinto no constituyó ni mucho menos el punto final de ese proceso de sometimiento de la
Hélade.
Durante largo tiempo la Grecia continental conservó cierta autonomía, al menos
aparente, y fue objeto de un trato sumamente benigno por parte de los romanos. El cambio
más notable fue la sustitución por doquier de la democracia por la timocracia que restablecía
viejos privilegios oligárquicos.
Los reinos helenísticos del Asia y Egipto subsistieron aún largo tiempo a pesar de los
continuos embates e intrigas de los romanos. Tanto estos reinos como la Grecia propia
fueron teatro de las luchas civiles que escalonaron la fase final de la República romana. El
resultado fue el sojuzgamiento definitivo de Grecia y de los reinos helenísticos.
Los emperadores dispensaron, en general, un trato muy favorable a Grecia y
mantuvieron y favorecieron las antiguas instituciones, rindiendo culto y protección a las
esencias helénicas. El Bajo Imperio conoció la difusión progresiva del cristianismo y la
creciente amenaza de los bárbaros, hechos ambos que lesionaron irreparablemente la
cohesión del enorme Imperio romano. La consecuencia última fue la escisión del Imperio a
la muerte de Teodosio en el 395 d.C.
Lo que en boca de los romanos se llamó Grecia, la antigua y gloriosa Hélade, pasa
ahora a constituir el Imperio bizantino que subsistió durante toda la Edad Media, y en el que
se mantienen vivos los ideales de continuidad imperial que alimentaron en Occidente los
sueños de los príncipes que, como Carlomagno, aspiran a reconstruir el viejo Imperio

21
romano.
Se mantuvo vivo también en Bizancio el espíritu helénico, en el esfuerzo de sus
copistas y en la pluma de sus poetas.

3.2. TEMAS EN -α.

Esta declinación está formada fundamentalmente por sustantivos femeninos y


también por algunos masculinos; comprende asimismo adjetivos femeninos.

SINGULAR
FEMENINOS MASCULINOS
-α, -ας -α, -ης -η, -ης -ας, -ου -ης, -ου
nominativo -α -α -η -ας -ης
vocativo -α -α -η -α -α
acusativo -αν -αν -ην -αν -ην
genitivo -ας -ης -ης -ου -ου
dativo -ᾳ -ῃ -ῃ -ᾳ -ῃ
PLURAL
nominativo -αι
vocativo -αι
acusativo -ας
genitivo -ῶν
dativo -αις

– Femeninos en -α pura: ἡµέρα, -ας ἡ:

singular plural
nominativo ἡµέρ-α ἡµέρ-αι
vocativo ἡµέρ-α ἡµέρ-αι
acusativo ἡµέρ-αν ἡµέρ-ας
genitivo ἡµέρ-ας ἡµερ-ῶν
dativo ἡµέρ-ᾳ ἡµέρ-αις

22
– Femeninos en -α mixta: γλῶττα, γλώττης ἡ:

singular plural
nominativo γλῶττ-α γλῶττ-αι
vocativo γλῶττ-α γλῶττ-αι
acusativo γλῶττ-αν γλώττ-ας
genitivo γλώττ-ης γλωττ-ῶν
dativo γλώττ-ῃ γλώττ-αις

– Femeninos en -η: τύχη, -ης ἡ:

singular plural
nominativo τύχ-η τύχ-αι
vocativo τύχ-η τύχ-αι
acusativo τύχ-ην τύχ-ας
genitivo τύξ-ης τυχ-ῶν
dativo τύχ-ῃ τύχ-αις

– Masculinos en -ας, -ου: νεανίας, -ου ὁ:

singular plural
nominativo νεανί-ας νεανί-αι
vocativo νεανί-α νεανί-αι
acusativo νεανί-αν νεανί-ας
genitivo νεανί-ου νεανι-ῶν
dativo νεανί-ᾳ νεανί-αις

– Masculinos en -η, -ου: πολίτης, -ου ὁ:

singular plural
nominativo πολίτ-ης πολῖτ-αι
vocativo πολῖτ-α πολῖτ-αι
acusativo πολίτ-ην πολίτ-ας
genitivo πολίτ-ου πολιτ-ῶν
dativo πολίτ-ῃ πολίτ-αις

23
3.3. ADJETIVOS DE TRES TERMINACIONES.

– De tres terminaciones (-ος, -α/η, -ον): Los géneros masculino y neutro presentan
las mismas desinencias que los temas en -ο; y el femenino las mismas desinencias
que los temas en -α.

singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
nominativo ἱερ-ός ἱερ-ά ἱερ-όν ἱερ-οί ἱερ-αί ἱερ-ά
vocativo ἱερ-έ ἱερ-ά ἱερ-όν ἱερ-οί ἱερ-αί ἱερ-ά
acusativo ἱερ-ον ἱερ-άν ἱερ-όν ἱερ-ούς ἱερ-άς ἱερ-ά
genitivo ἱερ-οῦ ἱερ-ᾶς ἱερ-οῦ ἱερ-ῶν ἱερ-ῶν ἱερ-ῶν
dativo ἱερ-ῷ ἱερ-ᾷ ἱερ-ῷ ἱερ-οῖς ἱερ-αῖς ἱερ-οῖς

3.4. PRETÉRITO IMPERFECTO DE INDICATIVO.

El pretérito imperfecto de indicativo activo consta de un aumento, la raíz del verbo (o


mejor, el tema de presente), la vocal temática y las desinencias personales de los tiempos de
pasado:
Aumento + tema de presente + vocal temática + desinencias de pasado
Εjemplo: ἔ-φερ-ο-ν (yo llevaba)
ἔ-φερ-ε-ς
ἔ-φερ-ε
ἐ-φέρ-ο-µεν
ἐ-φέρ-ε-τε
ἔ-φερ-ο-ν

– El aumento.

Es una característica propia de los tiempos de pasado que encontramos sólo en el


modo indicativo:
– Si el verbo empieza por consonante: se antepone una ἐ- delante del tema de
presente del verbo, y se conoce con el nombre de aumento silábico.
– Si el verbo empieza por vocal: ésta presenta un alargamiento de acuerdo con la
siguiente tabla y se conoce con el nombre de aumento temporal:

α >η ἀγορεύω > ἠγόρευον “hablar en público”


ε >η ἐλαύνω > ἤλαυνον “empujar”
ο >ω ὀδεύω > ὤδευον “caminar”
αι > ῃ αἴρω > ᾗρον “levantar”
ει > ῃ εἰκάζω > ᾔκαζον “igualar”

24
οι > ῳ οἰκίζω > ᾤκιζον “edificar”
αυ > ηυ αὐγάζω > ηὔγαζον “brillar”
ευ > ηυ εὑρίσκω > ηὕρισκον “hallar”
ου > ου οὐτάζω > οὔταζον “herir”
ι >ι ἱκέτευω > ἱκέτευον “suplicar”
υ >υ ὑβρίζω > ὕβριζον “ser insolente”

– El aumento en los verbos compuestos de preverbio.

El aumento en los verbos compuestos de preverbio se coloca entre el preverbio y el


verbo:

preverbio Preverbio con aumento preverbio Preverbio con aumento


ἀµφι- ἀµφε- προ- προε-/πρου-
ἀνα- ἀνε- δια- διε-
ἀντι- ἀντε- εἰσ- εἰσε-
ἀπο- ἀπε- ἐγ-, ἐµ-, ἐν- ἐνε-
ἐπι- ἐπε- ἐκ- ἐξε-
κατα- κατε- προσ- προσε-
µετα- µετε- Συγ-, συλ-, συµ-, συνε-
συν-, συρ-, συ-
παρα- παρε- ὑπο- ὑπε-
περι- περιε- ὑπερ- ὑπερε-

Ejemplos:
προσ-λαµβάνω προσελάµβανον “yo tomaba”.
εἰσ-ελαύνω εἰσήλαυνον “yo entraba”.
Si el preverbio termina en vocal, esta vocal se elide ante el aumento, salvo los
preverbios ἀµφι-, περι- y προ-.
παρ-οχύνον παρώχυνον “yo provocaba”.
ἐπι-τρέπω ἐπϟετρεπον “yo volvía”.
ἀµφιβαίνω ἀµφιέβαινον “yo rodeaba”.
περι-γράφω περιέγραφον “yo circunscribía”.
προ-γιγνώσκω προε/προυγίγνωσκον “yo conocía de antemano”.

25
– Imperfecto de los verbos atemáticos

εἰµί φηµί τίθηµι δίδωµι


1ª ἦν ἔ-φη-ν ἐ-τίθη-ν ἐ-δίδου-ν
sg.2ª ἦσθα ἔ-φη-ς ἐ-τίθει-ς ἐ-δίδου-ς

ἦν ἔ-φη- ἐ-τίθει- ἐ-δίδου-
1ª ἦµεν ἔ-φα-µεν ἐ-τίθε-µεν ἐ-δίδο-µεν
pl.2ª ἦτε ἔ-φα-τε ἐ-τίθε-τε ἐ-δίδο-τε

ἦσαν ἔ-φα-σαν ἐ-τίθε-σαν ἐ-δίδο-σαν

3.5. PREPOSICIONES QUE RIGEN DOS CASOS.

Preposiciones que rigen dos casos


acusativo genitivo
διά por, a causa de a través de
κατά hacia abajo, durante, por, según de arriba a abajo, contra
µετά después de con
ὑπέρ sobre, más allá de sobre

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Ἐν ταῖς θεαῖς τοῦ Ὀλύµπου Ἀφροδίτη καλλίστη ἦν.
β) Τὰς ἑλάας καὶ τὴν δάφνην καὶ ἄλλα δένδρα ἡ αὔρα ἐσάλευεν.
γ) Ἐγὼ τὴν χαρίεσσαν κόρην προσέβλεπον καὶ ἔθελον λαλεῖν σὺν αὐτῇ.
δ) Τὰς τῶν τεχνῶν Μούσας σὺν τῇ µουσικῇ καὶ τῇ χορείᾳ ἐτέρποµεν.
ε) Αἱ κόραι τὰς ὑδρίας ἐκ τῆς κρήνης πρὸς τὸν ἀγρὸν ἔφερον.
ζ) Ἡ Ἀριάδνη σὺν καλῇ στολῇ εἰς τὴν τῶν Παναθεναίων ἑορτὴν ἧκεν.
η) Ἡ κόρη κάµνει, ἡ ὀδὸς γαρ εἰς τὴν Ἀκρόπολιν µακρὰ ἐστιν.

VOCABULARIO.
ἀγρός, -οῦ ὁ: campo. ἐγὼ: yo.
Ἀκρόπολις, -έως ἡ: acrópolis εἰς: a, hacia.
ἀλλός, -ή, -ό: otro. ἐκ: de, desde.
Ἀριάδνη, .ης ἡ: Ariadna. ἑλάα, -ας ἡ: olivo, oliva.
αὔρα, -ας ἡ: viento. ἐν: en.
αὐτός, ή, ό: él, ella, ello. ἑορτή, -ης ἡ: fiesta.
Ἀφροδίτη, -ης ἡ: Afrodita. ἧκω: ir, llegar.
γάρ: pues, en efecto. θεά, -ᾶς ἡ: diosa.
δάφνη, -ης ἡ: laurel. θέλω: querer, desear.
δένδρον, -ου τά: árbol. καί: y.

26
καλλίστη: superlativo de καλή. Παναθεναία, ων τά: Panateneas.
καλός, -ή, -όν: bonito, bello. πρός: a, hacia. Contra.
κάµνω: estar cansado, trabajar. προσβλέπω: mirar, observar.
κόρη, -ης ἡ: muchacha, doncella. σαλεύω: agitar.
κρήνη, -ης ἡ: fuente. στολή, ῆς ἡ: vestido.
λαλέω: hablar. σύν: con.
µακρός, -ά, -όν: grande, largo. τέρπω: gustar, alegrarse, gozar.
Μούσα, -ης ἡ: Musa. τέχνη, -ης ἡ: arte, técnica.
µουσική, -ῆς ἡ: música. ὑδρία, -ας ἡ: cántaro.
ὁ, ἡ, τό: el, la, lo. φέρω: llevar.
ὀδὸς, -οῦ ἡ: camino. χαρίεις, -εσσαν, -εν: agradable.
Ὄλυµπος, -ου: Olimpo. χορεία, -ας ἡ: danza.

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Ἐν τῇ δηµοκρατίᾳ ὁ πολίτης ἀεὶ µετέχει τῶν πολιτικῶν.
β) Ὅµηρος καὶ Ἡσίοδος καὶ ἕτεροι ποιηταὶ µύθους περὶ τῶν θεῶν ἔγραφον.
γ) Οἱ ἀθληταὶ ἔχαιρον τῇ τῶν ἄθλων νίκῃ.
δ) Ἐν ταῖς τῆς Θεσσαλονίκης ἀγυιαῖς ὁ διδάσκαλος τὴν µουσικὴν τοὺς µαθητὰς ἐδίδασκε.
ε) Οἱ Ἀθηναῖοι νεανίαι εἰς τὴν Ἀκρόπολιν ἐπὶ τῶν ἵππων ἧκον καὶ τῇ Ἀθηνᾷ ἔθυον.
ζ) Οἱ στρατιῶται ἐκ τῆς ὕλης τὰ ξύλα ἔτεµνον καὶ τά πυρά ἐν µέσῳ τοῦ πεδίου ἔκαιον.
η) Ἐν τῇ τῆς Ἀρκαδίας χώρᾳ Ἄρτεµις τὰ τόξα πρὸς τὸν κάρπον ἔβαλλεν.

VOCABULARIO.
ἀγυιά, -ᾶς ἡ: calle. καίω: quemar, encender.
ἀεί: siempre. καρπός, -οῦ ὁ: fruto.
Ἀθηνᾶ, -ᾶς ἡ: Atenea. µαθητής, -οῦ ὁ: discípulo.
Ἀθηναῖος, -α, -ον: ateniense. µέσος, -η, -ον: medio.
ἀθλητής, -οῦ ὁ: atleta. µετέχω: participar.
ἄθλος, -ου ὁ: trabajo, lucha, prueba. µουσική, -ῆς ἡ: música.
Ἀκρόπολις, -έως ἡ: acrópolis. µύθος, -ου ὁ: fábula, leyenda.
Ἀρκαδία, -ας ἡ: Arcadia. νεανίας, -ου ὁ: joven.
Ἄρτεµις, -ιδος ἡ: Artemisa. νίκη, -ης ἡ: victoria.
βάλλω: lanzar. ξύλον, -ου τό: madera, leño.
γράφω: escribir. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
δηµοκρατία, -ας ἡ: democracia. Ὅµηρος, -ου ὁ: Homero.
διδάσκαλος, -ου ὁ: maestro. πεδίον, -ου τό: llanura.
διδάσκω: enseñar. περί: acerca de, sobre.
εἰς: a, hacia. ποιητής, -οῦ ὁ: poeta.
ἐκ: de, desde. πολίτης, -ου ὁ: ciudadano.
ἐν: en, entre. πολιτικός, -ή, -όν: relativo a la política.
ἐπὶ: sobre. πρὸς: a, hacia, contra.
ἕτερος, -α, -ον: otro. πῦρ, πυρός τό: fuego.
ἧκω: ir, llegar. στρατιῶτης, -ου ὁ: soldado.
Ἡσίοδος, -ου ὁ: Hesíodo. τέµνω: cortar.
θεός, -οῦ ὁ: dios. τόξον, -ου τό: arco, flecha.
Θεσσαλονίκη, -ης ἡ: Tesalónica. ὕλη, -ης ἡ: bosque.
θύω: sacrificar. χαίρω: alegrarse.
ἵππος, -ου ὁ: caballo. χώρα, -ας ἡ: tierra, región.
καί: y.

27
EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:
α) Ἐπιθυµητής εἰµι, ὦ φίλε, τῆς σῆς σοφίας (Pl.).
β) Ὁ Φίλιππος τὴν ἐπιστολὴν πρὸς τοὺς ἐν Πελλοποννήσῳ συµµάχους πέµπει (Dem.).
γ) καὶ οἱ Λακεδαιµόνιοι ἄντ῾ἐκείνου Πολυβιάδην ἁρµοστὴν ἐπὶ τὴν Ὄλυνθον ἐκπέµπουσιν
(Jen.).
δ) << Ἆρα οὖν φιλίαν3 λέγεις ὁµόνοιαν ἤ διχόνοιαν; >><< Ὁµόνοιαν>> (Pl.).
ε) Οὐ µόνος Πρωταγόρας αὐτόθι ἐστίν, ἀλλὰ καὶ4 Ἱππίας ὁ Ἡλεῖος (Pl.).
ζ) Πρωταγόρας καταλύει παρὰ Καλλίᾳ τῷ5 Ἱππονίκου (Pl.).
η) Οὐκοῦν ὁ Πολέµαρχός ἐστι κληρονόµος τῶν σῶν; (Pl.).
θ) Σοφὸς εἶ, ὦ Θρασύµαχε (Pl.).
ι) Ἀµβλυωπία οὐ6 πονηρία ὀφθαλµῶν7; (Pl.).
κ) Ὁ δίκαιος δίκαιὰ που πράττει (Pl.).
λ) Ὁ Τίγρης ποταµὸς ἐστι ναυσίπορος (Jen.).
µ) Ὁ οὖν Κλέαρχος οὐκ ἀναβιβάζει ἐπὶ τὸν λόφον (Jen.).
ν) Τὴν τῶν βαρβάρων ἀπιστίαν τε καὶ ἐπιορκὶαν λέγει Κλεάνωρ (Jen.).

VOCABULARIO.
ἀλλά: pero, sino. καταλύω: terminar, alojarse.
ἀµβλυωπία, -ας ἡ: miopía. Κλεάνωρ, -ορος ὁ: Cleanor, general.
ἀναβιβάζω: hacer subir. Κλέαρχος, -ου ὁ: Clearco, general espartano.
ἀντί: en lugar de, por. Κληρονόµος, -ου ὁ: heredero.
ἀπιστία, -ας ἡ: perfidia. Λακεδαιµόνιος, -ου ὁ: lacedemonio,
ἆρα: acaso. habitante de Esparta.
ἀρµοστής, -οῦ ὁ: gobernador. λέγω: decir.
αὐτόθι: allí. λόφος, -ου ὁ: colina.
βάρβαρος, -ον: bárbaro. µόνος, -η, -ον: solo.
δίκαιός, -ά, -όν: justo. ναυσίπορος, -ον: navegable.
διχόνοια, -ας ἡ: discordia. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
εἰµί: ser, estar, haber, existir. Ὄλυνθος, -ου ἡ: Olinto, ciudad de Calcidia.
ἐκεῖνος, -η, -ο: aquél. ὁµόνοια, -ας ἡ: concordia.
ἐκπέµπω: despedir, enviar. οὐ: no.
ἐν: en, entre. οὐκ ver οὐ.
ἐπί: sobre, en, acerca de, por causa de, hacia. οὐκοῦν: ¿no es verdad...?
ἐπιθυµητής, -οῦ ὁ: deseoso. οὖν: pues, por consiguiente.
ἐπιορκία, -ας ἡ: perjurio, mala fe. ὀφθαλµός, -οῦ ὁ: ojo.
ἐπιστολή, -ῆς ἡ: carta. παρά: de la parte de, en, entre, en casa de, a,
ἤ: o, que. hacia, contra.
Ἠλεῖος, -ου ὁ: Eleo, habitante de Élide. Πελλοπόννησος, -ου ἡ: Peloponeso, península
Θρασύµαχος, -ου ὁ: Trasímaco, filósofo. de Grecia, hoy Morea.
Ἱππίας, -ου ὁ: Hipias, sofista. πέµπω: enviar.
Ἱππονίκος, -ου ὁ: Hiponico, ateniense. Πολέµαρχος, -ου ὁ: Polemarco, ateniense
καί: y, también. hermano del orador Lisias.
Καλλίας, -ου ὁ: Calias, riquísmo ciudadano Πολυβιάδης, -ου ὁ: Polibíades, espartano.
ateniense. πονηρία, -ας ἡ: vicio, defecto.

3 Acusativo predicativo.
4 “También”.
5 “(hijo)”.
6 “(es)”.
7 Se espera respuesta afirmativa.

28
ποταµός, -οῦ ὁ: río. συµµάχος, -ου ὁ: aliado.
που: quizá, probablemente. τε: y.
πράττω: hacer, realizar. Τίγρης, -ητος ὁ: Tigris, río de
πρός: por, junto a, a, hacia, contra. Mesopotamia.
Πρωταγόρας, -ου ὁ: Protágoras, sofista. φίλoς, -η, -ον: amigo, agradable.
σός, σή, σόν: tu, tuyo. φιλία, -ας ἡ: amistad.
σοφία, -ας ἡ: sabiduría. Φίλιππος, -ου ὁ: Filipo II, rey de Macedonia.
σοφός, ή, όν: sabio, ingenioso. ὦ: ¡oh!

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


– Εἰρήνη γεωργὸν καὶ ἐν πέτραις τρέφει καλῶς, πόλεµος δὲ καὶ ἐν πεδίῳ κακῶς.
– Εὐθυµία τὸν δοῦλον τρέφει.
– Χρήσιµον καὶ ἐν εἰρήνῃ δικαιοσύνη.
– Τὰ δίκαια ἀεὶ καλὰ.
– Ἡ δικαιοσύνη ἀνθρωπεία ἀρετή.

VOCABULARIO.
ἀεί: siempre. εὐθυµία, -ας ἡ: buen ánimo, alegría.
ἀνθρωπείος, -α, -ον: humano. καί: y, también.
ἀρετή, -ῆς ἡ: virtud. κακῶς: mal.
γεωργός, -οῦ ὁ: campedino. καλός, -ή, -όν: hermoso, bonito.
δέ: mas, pero, por otra parte. καλῶς: hermosamente, bellamente.
δίκαιος, -α, -ον: justo. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
δικαιοσύνη, -ης ἡ: justicia. πεδίον, -ου τό: llanura.
δοῦλος, -ου ὁ: esclavo. πέτρα, -ας ἡ: roca.
εἰρήνη, -ης ἡ: paz. πόλεµος, -ου ὁ: guerra.
ἐν: prep. de dat., en. τρέφω: alimentar.
χρήσιµος, -η, -ον: útil, bueno.

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


– Τὸν ἥλιον λέγουσιν ὀφθαλµὸν τοῦ κόσµου.
– Κρίνει φίλους ὁ καιρός.
– Ὁ σοφὸς ἄνθρωπος τοὺς θεοὺς θεραπεύει.
– Τὸν θάνατον µὲν φεύγουσιν οἱ ἄνθρωποι.
– Τὸν θάνατον µὲν φεύγουσιν οἱ ἄνθρωποι, τὸν βίον δὲ διώκουσιν.
– ∆ένδρα ἀγαθὰ καρπὸν καλὸν φέρει.

VOCABULARIO.
ἀγαθός, -ή, -όν: bueno. θεός, -οῦ ὁ: dios, divinidad.
ἄνθρωπος, -ου ὁ: hombre, ser θεραπεύω: cuidar, venerar.
humano. καιρός, -οῦ ὁ: ocasión.
βίος, -ου ὁ: vida. καλός, -ή, -όν: hermoso, bueno,
δέ: por otra parte, en correlación con noble.
µὲν. καρπός, -οῦ ὁ: fruto.
δένδρον, -ου τό: árbol. κόσµος, -ου ὁ: universo.
διώκω: perseguir. κρίνω: juzgar, probar.
ἥλιος, -ου ὁ: sol. λέγω: decir, llamar.
θάνατος, -ου ὁ: muerte. µέν: por una parte, en correlación con

29
δὲ. φέρω: llevar, producir.
ὁ, ἡ, ὁ: el, la, lo. φεύγω: huir, rehuir.
ὀφθαλµός, -οῦ ὁ: ojo. φίλος, -ου ὁ: amigo.
σοφός, -ή, -όν: sabio.

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


– Χρήσιµον καὶ ἐν εἰρήνῃ δικαιοσύνη.
– Ἡ σωφροσύνη κόσµος ἐστὶ τοῖς νεανίαις.
– Οἱ νόµοι ψυχὴ τῆς πολιτείας εἰσίν.
– Ἔργον χαλεπὸν ψυχῆς ἀγαθῆς καλὸν ἐστι µέτρον.
– Μέγιστον ὀργῆς ἐστι φάρµακον λόγος.
– Εὐθυµία, ὦ φίλε, τὸν δοῦλον τρέφει.
– Λόγος γὰρ ἔργου σκιὰ.
– Τυφλόν γε καὶ δὺστηνὸν ἐστιν ἡ Τύχη.
– Σκηνὴ ὁ βίος καὶ παίγνιον.
– Καὶ ἐν ταῖς ἀπορίαις ἐστὶν ὁ χρηστὸς χρήσιµος.
– Τοῖς µέν ἡ Τύχη κακῶν δίδωσιν (= da) ἀφθονίαν, τοῖς δὲ οἱ τρόποι.
– Λέγει ὅτι Σωκράτης θεραπεύει τοὺς θεοὺς τοὺς τῆς πόλεως (= ciudad).
– Οὐ δίκαιοι ἀλλ' ἄδικοι ἦσαν οἱ δικασταὶ· οἱ οὖν πολῖται οὐ πιστεύουσι τοῖς ἐκείνων
λόγοις.
– Ἡ ἐπιθυµία ἡδονῶν πολλάκις ἀνθρώπων εἰς ἀδικίαν ἄγει.
– Ὁ σοφὸς ἄνθρωπος τὴν ἀδικίαν φεύγει.
– Ἐν τῇ τῶν πολιτῶν εὐσεβεία καὶ ἐν τῇ τῶν στρατιωτῶν ἀνδρείᾳ καὶ ἐν τῇ τῶν
δικαστῶν δικαιοσύνῃ ἡ τῆς πολιτείας ῥώµη ἐστίν.
– Ἀνθρώπῳ σοφῷ ὁ κόσµος πατρίς (=patria) ἐστίν.
– Λύπης ἰατρὸς ἐστιν ὁ χρηστὸς φίλος.
– Ἀρχὴ µεγίστη τῶν ἐν ἀνθρώποις κακῶν ἐστι τὰ ἀγαθὰ, τὰ λίαν ἀγαθά.
– Κοινά τὰ τῶν φίλων.
– ∆ικαὶα ἡ τῶν ἀδίκων συµφορά.
– Ἡ ἀλήθεια οὐ παιδεύει τοὺς κακοὺς ἀνθρώπους.
– Καλὸν ἡσυχία,

VOCABULARIO.
ἁγαθός, -ή, -όν: bueno, valiente, ἀρχή, -ής ἡ: principio, mando,
hábil. autoridad.
ἅγω: conducir, dirigir, llevar. ἀφθονία, -ας ἡ: abundancia.
ἀδικία, -ας, ἡ: injusticia. βίος, -ου ὁ: vida.
ἄδικος, -ον: injusto. γάρ: pues, en efecto, a saber.
ἀλήθεια, -ας ἡ: verdad. γε: precidamente, por lo menos.
ἀλλ': ἀλλά. δέ: mas, pero, por otra parte.
ἀλλά: mas, pero, sino. δίδωσιν: da.
ἀνδρεία, -ας ἡ: valor. δίκαιος, -α, -ον: justo, legítimo.
ἄνθρωπος, -ου ὁ: hombre, ser δικαιοσύνη, -ης ἡ: justicia.
humano. δικαστής, -οῦ ὁ: juez.
ἀπορία, -ας ἡ: dificultad, problema. δοῦλος, -ου ὁ: esclavo, sirviente.

30
δύστηνος, -η, -ον: desgraciaado, costumbre.
desventurado. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
εἰµί: ser, estar, haber, existir. ὀργή, -ῆς ἡ: cólera, arrebato.
εἰρήνη, -ης ἡ: paz. ὅτι: que, porque.
εἰς: a, hacia, contra, alrededor de. οὐ: no.
ἐκείνος, -η, -ο: aquél, él. οὖν: pues, por consiguiente.
ἐν: en, dentro de, entre. παίγνιον, -ου τό: juego, burla, broma.
ἐπιθυµία, -ας ἡ: deseo, pasión, ansia. παιδεύω: educar, instruir.
ἔργον, -ου τό: obra, trabajo, acción, πατρίς, -ίδος ἡ: patria.
ocupación. πιστεύω: confiar, creer, fiarse de.
εὐθυµία, -ας ἡ: buen ánimo, contento, πόλις, πόλεως ἡ: ciudad.
alegría. πολιτεία, -ας ἡ: régimen político.
εὐσεβεία, -ας ἡ: piedad, respeto. πολῖτης, -ου ὁ: ciudadano.
ἡδονή, -ῆς ἡ: placer. πολλάκις: muchas veces.
ἡσυχία, -ας ἡ: tranquilidad, descanso. ῥώµη, -ης ἡ: uerza, vigor.
θεός, -οῦ ὁ/ἡ: dios/diosa. σκηνή, -ης ἡ: tienda.
θεραπεύω: cuidar, adorar, cultivar, σκιά, -ᾶς ἡ: sombra.
curar, venerar, celebrar. σοφός, -ή, -ον: sabio, juicioso.
ἰατρὸς, -οῦ ὁ: médico. στρατιωτής, -οῦ ὁ: soldado.
καί: y, también, además. συµφορά, -ᾶς ἡ: suceso, desgracia.
κακός, -ή, -όν: malo, cobarde, vil. Σωκράτης, -ου ὁ: Sócrates.
καλός, -ή, -όν: hermoso, bello, noble. σωφροσύνη, -ης ἡ: moderación,
κοινός, -ή, -ον: común. juicio.
κόσµος, -ου ὁ: orden, universo. τρέφω: criar, alimentar.
λέγω: decir, hablar. τρόπος, -ου ὁ: manera, carácter.
λίαν: demasiado. τυφλός, -ή, -όν: ciego.
λόγος, -ου ὁ: palabra, discurso, τύχη, -ης ἡ: fortuna, destino, azar.
razonameiento. φάρµακον, -ου τό: veneno, droga.
λύπη, -ης ἡ: dolor, aflicción. φεύγω: huir, ser acusado de.
µέγας, µεγάλη, µέγαν: grande, φίλος, -η, -ον: amigo, querido.
extenso, alto, importante. χαλεπός, -ή, -όν: difícil, sevro,
µεγίστος, -η, -ον: superl. de µέγας. terrible.
µέν: ciertamente, en verdad, por una χρήσιµος, -η, -ον: útil, idóneo, bueno.
parte. χρηστός, -ή, -όν: utilizable, útil,
µέτρον, -ου τό: medida. bueno.
νεανίας, -ου ὁ: joven, muchacho. ψυχή, -ῆς ἡ: alma, vida.
νόµος, -ου ὁ: ley, norma, uso, ὦ: ¡oh!.

3.5. El vocativo.

El vocativo indica la persona o cosa personificada a la que se dirige la palabra. Se usa


precedido generalmente de la interjección ὦ, que únicamente se suprime en los apóstrofes
muy vivos. Ejs.:
Ἄκουσον, ὦ νεανία (oye, joven).
Ἀκούεις, Αἰσχύνης; (¿oyes, Esquines?).

31
UNIDAD 4.

4.1. RELIGIÓN Y MITOLOGÍA GRIEGAS.

4.1.1. Los mitos y su interpretación.


Las ideas y nociones que los griegos antiguos elaboraron sobre la divinidad aparecen
expuestas principalmente -aunque no exclusivamente- bajo la forma de relatos denominados
mitos: el conjunto de estos .relatos constituye lo que llamamos mitologia.
Los mitos se ofrecen en ocasiones bajo formas diversas (variantes) que se justifican
por la confluencia en un solo mito de dos o más relatos originarios; otras veces se trata de re
elaboraciones poéticas o morales más o menos tardías.
Numerosos mitos griegos se enlazan directamente con tradiciones y creencias
antiquísimas que aparecen en muchos pueblos primitivos que no han tenido ninguna
relación histórica con los antiguos griegos: se trata casi siempre de mitos «cosmogónícos»,
que reflejan los intentos humanos por hallar una explicación a los orígenes y misterios del
universo en que el hombre se encuentra inmerso. Otros mitos revelan claramente un sentido
moral: en ellos se cifra la experiencia humana. En todos, o al menos en la mayoría de los
mitos, alienta un sentimiento religioso indudable que debemos procurar reconocer.
La interpretación de los mitos constituye una tarea dificultosísima en la que ya se
ocuparon los antiguos de maneras muy diversas. Actualmente los datos arqueológicos y
lingüístico s abren con frecuencia camino en la investigación de los mitos, muchos de los
cuales continúan, sin embargo, envueltos en enigmas.
Aparte de su profunda significación religiosa, los mitos griegos constituyen un
manantial de inspiración jamás agotado, como lo atestigua el interés con que en toda época
han acudido los poetas a las fuentes míticas.
4.1.2. Las divinidades griegas.
Los textos literarios helénicos nos dan testimonio de unas concepciones religiosas
muy diversas. Junto a seres monstruosos aparecen bellas deidades antropomorfas; (rente a
dioses y diosas de rasgos y atributos personales bien definidos, la muchedumbre de seres
innominados (Ninfas, Náyades, Silenos ... ) y los genios oscuros o daímones; a la rotunda y
lejana majestad de los olímpicos responde la precaria condición semidivina de los héroes.
Según estas concepciones, la divinidad es inmortal, pero no eterna. Se nos habla de
diversos ciclos divinos que se han sucedido en el tiempo y a través de los cuales el poder y
el dominio del universo han pasado de unas divinidades a otras. Hay dioses de brillante
historia, otros siempre marginados. Dioses que oprimen al hombre, dioses que corren en su
ayuda ...
A pesar de todas estas dificultades, podemos establecer una clasificación de las
divinidades griegas:
- dioses primordiales;
- dioses olímpicos;
- dioses rurales y ctónicos;
- héroes o semidioses.
4.1.2.1. Los dioses primordiales. Aparecen ligados a las ideas sobre el origen del mundo y
se asemejan grandemente a los que encontramos en otros pueblos primitivos. El poeta
Hesiodo es la fuente más importante de que disponemos para el conocimiento de estas
divinidades: unas, meramente cósmicas (Caos, Gea, Urano, Montañas, Mar ... ); otras, de

32
rasgos más individualizados: los Titanes. El más joven de los Titanes es Crono, que,
instigado por su madre Gea, mutila a su padre Urano y se alza con el poder supremo. El
ciclo o reinado de Crono constituye la Edad de Oro del universo, durante la cual surge la
raza humana como descendencia directa de Jápeto, hermano de Crono.
Los hombres viven felices «como dioses» durante algún tiempo. Pero el universo
gime por la semilla de maldad que el crimen de Crono ha introducido en él: las Erinias, las
diosas vengadoras, claman castigo. Crono desposa a su hermana Rea, y temeroso de perder
el poderío que ha alcanzado, devora a los hijos que van naciendo. Su esposa Rea logra
salvar con engaños la vida del último de ellos, Zeus, al que esconde en la isla de Creta.
Llegado Zeus a su mocedad, destrona a su padre Crono, libera a sus hermanos e instaura un
orden nuevo en el universo: el orden olímpico. Pero junto a los nuevos dioses, convivirán
los antiguos, entre los cuales figuran deidades extrañas y monstruosas nacidas de la Noche,
del Tártaro, del Mar, etc. Todas ellas recibirán en una u otra forma el culto de los hombres y
a menudo llenarán sus espíritus de terror.
4.1.2.2. Los dioses olímpicos, triunfadores sobre Crono, se agrupan bajo la égida de Zeus.
El advenimiento de Zeus, liberador de sus hermanos y vengador del viejo Urano, representa
un nuevo orden religioso y universal, un nuevo ciclo divino: es el imperio de la luz (ef lato
dies).Los nuevos dioses habitan en las cimas del Olimpo, envueltas en nieblas. No conocen
la enfermedad ni la vejez pero comparten con los hombres toda clase de vicios y pasiones.
La figura de Zeus es objeto de un progresivo ennoblecimiento a partir de Hornero.
a) En torno a Zeus -padre de los dioses y de los hombres- se mueven las figuras de los
grandes dioses:
Hera, hermana y esposa de Zeus, protectora del matrimonio.
Posidón, hermano de Zeus, dios del mar.
Plutón, hermano de Zeus, dios de las regiones infernales.
Deméter, hermana de Zeus, diosa de los campos cultivados.
Hestia, hermaria de Zeus, diosa del hogar.
Atena, hija de Zeus, nacida de la cabeza del dios; diosa de las ciencias, de las artes
femeninas, de la guerra.
Apolo, hijo de Zeus y de Leto, dios de las artes y de la mántica.
Ártemis, hija de Zeus y de Leto, diosa de los bosques y de la caza.
Hermes, hijo de Zeus y de la ninfa Maya, dios del tráfico comercial, protector de viajeros y
ladrones, dios de los muertos.
Ares, hijo de Zeus y Hera, dios de la guerra.
Hefesto, hijo de Zeus y Hera (según otras versiones, hijo solamente de
Hera), dios de la fragua y de los trabajos manuales.
Dioniso, hijo de Zeus y de la mortal Sémele, elevado del rango de héroe al de divinidad;
dios de la pasión, de la fiesta y del vino.
Afrodita, surgida tal vez de las espumas del mar; diosa del amor.
El origen y atributos de estas divinidades no siempre está tan claro como podría hacer
creer nuestra relación. Las versiones miticas se entrecruzan con mucha frecuencia. Algunas
deidades se incorporaron tardíamente al panteón helénico y se fundieron con otras existentes
o las suplantaron.
b) Como séquito de los grandes dioses olímpicos figura un número notable de deidades
menores, en ocasiones menos individualizadas. Con frecuencia son incluso más antiguas y
en algunos casos parece evidente que por circunstancias diversas han quedado destituidas de

33
su antigua importancia o, bien han cambiado notablemente sus atribuciones. Algunas son de
origen rural y por obra de los poetas han sido encumbradas al Olimpo. Entre estas deidades
menores figuran:
– Las Musas, divinidades rurales en su origen; en Hornero aparecen ya como
habitantes del Olimpo, pero no diferenciadas; en Hesíodo aparecen claramente diferenciadas
con sus nombres: Clío, Euterpe, Talla, Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y
Calíope, protectoras de las artes e inspiradoras de los poetas.
– Las Gracias o Cárites, hermanas de las Musas y, como ellas, divinidades rurales
originariamente aunque los poetas las sitúan ya en el Olimpo y las presentan como hijas de
Zeus y Mnemosine (al igual que las Musas). Simbolizan la gracia, el ritmo y la armonía.
– Las Horas, y sus sombrías hermanas las Moiras o Parcas, gobiernan de diversa
manera el destino.
– Los Vientos, a menudo personificados bajo sonoros nombres: Bóreas, Céfiro, Euro,
Noto ... regidos, según la versión homérica, por Éolo.
– Eos, Helio y Selene son divinidades de la naturaleza (Aurora, Sol, Luna) que
aparecen también integradas en el cortejo olímpico. Personificaciones similares a éstas son
los conjuntos innumerables de las Oceánides, Nereides, Sirenas, eté. O las figuras de Hipno
y Tánato (Sueño y Muerte), que rozan la abstracción. O las divinidades claramente
abstractas veneradas bajo los nombres de Temis (Justicia primordial), Eunomía (Ley justa),
Dike (Justicia distributiva), Irene (Paz) y otras, adscritas de diversa manera a los cultos
olímpicos.
4.1.2.3. Los dioses rurales y ctónicos. La presencia de los dioses rurales y ctónicos nos dice
que el mundo religioso de los griegos no se agota en el amplio y brillante círculo olímpico.
Junto a la que llamaremos «religión olímpica» sobreviven en forma muy localizada otros
aspectos religiosos que continúan viejas creencias y liturgias arcaicas, incluso pregriegas.
Esta religión rural se mantiene marginada, pero viva a lo largo de los siglos. En ocasiones
sale de su aislamiento y viene a ser aceptada y aun absorbida en alguna medida dentro del
cuadro olímpico.
Deméter y su hija Perséfone proceden, sin duda alguna, de esa religión rural. De igual
modo Ártemis, cuya relación fraterna con Apolo es un hecho tardío. Dios rural y de los más
antiguos es Dioniso, cuyo nombre aparece ya en las tablillas micénicas: la súbita e
incontenible difusión de los cultos de Dioniso en los siglos VII Y VI es la causa de su
incorporación, no muy clara, al conjunto de los grandes dioses olímpicos.
Otras divinidades menores, también de origen rural, accedieron al Olimpo: ya hemos
citado a las Musas, las Cárites, las Horas ... Pero otras se mantuvieron afincadas en los
lugares de origen y en ellos recibieron el culto asiduo de sus fieles. En general, se trata de
criaturas divinas poco diferenciadas: Ninfas, Silenos, Sátiros ... , que pueblan las márgenes
de los ríos o el secreto de los bosques y de las grutas. En ocasiones, se trata de viejos dioses
olvidados, relegados a la categoría de semidioses: Asclepio, Trofonio, Anfiarao ... , que, por
voluntad de Zeus, duermen bajo la tierra. Algunos extienden sus dominios, como Pan,
honrado en toda Grecia.
Esta religión rural resistió los embates de la crítica con mejor fortuna que la religión
olímpica. En épocas tardias rebrotó con fuerza alimentando los anhelos religiosos de los
hombres.
4.1.2.4. Los héroes o semidioses. El amor de los dioses hacia los hombres hace que se
acerquen a las criaturas mortales e incluso se unan a ellas. Estas uniones tienen por

34
consecuencia el nacimiento de criaturas sujetas al destino mortal, pero elevadas sobre el
resto de los humanos por su ascendencia divina. Son los que la mitología denomina héroes o
semidioses. Muchos de los héroes fueron galardonados por los dioses con la inmortalidad.
En torno a los héroes se han elaborado ciclos míticos, continuamente utilizados por
los poetas y sujetos, por tanto, a numerosas transformaciones: ciclo de los Argonautas, ciclo
de Tebas, ciclo troyano, etc. En ocasiones, no es posible hablar de ciclos propiamente dichos
por tratarse de mitos estrictamente locales o personales.
El número de los héroes rivaliza en multitud con el de los dioses, y sus mitos son
también variadisimos. Nos limitaremos a citar algunos de los más notables:
– Heracles, hijo de Zeus y Alcmena, princesa mortal. Perseguido por el furor de Hera,
hubo de sobrellevar grandes penalidades y realizó prodigiosas hazañas (los «doce trabajos»
de Heracles) bajo la tutela de Atena.
– Teseo, hijo de Posidón y Etra, princesa mortal. Otra variante le declara hijo de Egeo,
rey legendario de Atenas. Sea como sea, Teseo es un héroe jonio; en su mocedad hubo de
llevar a cabo seis «trabajos», comparables en muchos aspectos a los realizados por Heracles.
A su regreso a Atenas, pide a su padre Egeo que le permita ir a Creta para enfrentarse con el
Minotauro, hazaña extraordinaria en la que, bajo la protección de Afrodita, alcanza la
victoria.
– Perseo, hijo de Zeus y Dánae, princesa mortal. Una promesa imprudente le obliga a
enfrentarse con las Gorgonas, monstruos espantosos; con la ayuda de Hermes y Atena logra
la victoria.
– Edipo, príncipe tebano de la estirpe de los Labdácidas y por ello descendiente de
Ares. Un oráculo adverso marcó desde su nacimiento el fatal destino de Edipo, que prosigue
después en sus hijos Eteocles y Polinices y en su hija Antígona.
– Jasón, príncipe tésalo, heredero del trono de lolco. La codicia de su tío Pelias le
obliga a emprender una peligrosa tarea: la conquista del vellocino de oro en tierras de la
Cólquide. Acompañado de muchos gloriosos héroes (entre ellos, Heracles) emprende su
viaje a bordo de la nave Argo. La protección de las diosas Hera y Atena permite a J asó n
conquistar el amor de la maga Medea, que le ayuda a conseguir el vellocino de oro. La
aventura aparece esmaltada de numerosas y novelescas peripecias, unas cruentas, otras
extrañas: este mito es uno de los más poéticos entre los mitos griegos. Como tantos otros,
posee además un gran ínterés por su rico simbolismo.
– Pélope y sus hijos Atreo y Tiestes encabezan un nuevo cícló-mítíco, -rico en
episodios sangrientos y que' se enlaza directamente con el ciclo troyano, que constituye el
conjunto más complejo y mejor conocido de toda la mitología heroica. A este ciclo troyano
corresponden los nombres de muchos héroes y heroínas: Agamenón y Menelao, hijos de
.Atreo; Clitemestra y Helena, esposas de los anteriores (Helena era hija de Zeus); Héctor y
París, príncipes troyanos, hijos de Príamo y Hécuba; Aquiles, hijo de Peleo y de la diosa
Tetis; Ulises, rey de Itaca, hijo de Laertes y de Anticlea ... , y tantos otros cuyas acciones
inspiraron a Hornero.

35
4.2. LA DECLINACIÓN ATEMÁTICA.

– Tradicionalmente se conoce con el nombre de tercera declinación, y está formada por


sustantivos y adjetivos de los tres géneros (masculino, femenino y neutro); los de
género animado (masculinos y femeninos) sólo se distinguen por el artículo. Esta
declinación incluye:
– Temas consonánticos: en oclusiva (labial, dental y gutural), líquida, nasal y
sigma.
– Temas vocálicos: en diptongo y en vocal ι, υ.
– Para saber el tema de una palabra es necesario separar la desinencia -ος del genitivo
singular.
– En estos temas las principales diferencias están en el nominativo singular y en el
dativo plural; no obstante, obedecen a un esquema fijo que recogemos en la siguiente
tabla:

desinencias generales
singular plural
masc./fem. neutro masc./fem. neutro
nominativo -ς, tema alargado Tema puro -ες (-εις) -α (-η)
vocativo -ς, sin desinencia Tema puro -ες (-εις) -α (-η)
acusativo -α/-ν Tema puro -ας (.εις) -α (-η)
genitivo -ος (-ους, -ως) -ων
dativo -ι -σι(ν)

– Temas en oclusiva8:
– Temas en labial: φλέψ, φλεβός ἡ (vena), tema φλεβ-.

singular plural
nominativo φλέ-ψ (< φλέβ+ς) φλέβ-ες
vocativo φλέ-ψ (<φλέβ+ς) φλέβ-ες
acusativo φλέβ-α φλέβ-ας
genitivo φλεβ-ός φλεβ-ῶν
dativo φλεβ-ί φλε-ψί(ν) (<φλεβ+σί(ν))

8 Cambios fonéticos de las consonantes oclusivas:


- labial (β, π, φ) + ς > ψ.
- dental (δ, τ, θ) + ς > ς.
- gutural (γ, κ, χ) + ς > ξ.

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– Temas en gutural: θώραξ, θώρακος (coraza), tema θωρακ-·

singular plural
nominativo θώρα-ξ (<θώρακ+ς) θώρακ-ες
vocativo θώρα-ξ (<θώρακ+ς) θώρακ-ες
acusativo θώρακ-α θώρακ-ας
genitivo θώρακ-ος θωράκ-ων
dativo θώρακ-ι θώρα-ξι(ν) (<θώρακ+σι(ν))

– Temas en dental:

– Paradigma de los sustantivos de género animado (masculino o femenino):


παῖς, παιδός ὁ (niño), tema παιδ-:

singular plural
nominativo παῖς (<παῖδ+ς) παῖδ-ες
vocativo παῖ (<῀παῖδ9) παῖδ-ες
acusativo παῖδ-α παῖδ-ας
genitivo παιδ-ός παίδ-ων
dativo παιδ-ί παισί(ν) (<παιδ+σί(ν))

– Paradigma de sustantivos de género inanimado o neutro: πρᾶγµα, -ατος τό


“asunto, cosa”, tema πραγµατ-:

singular plural
nominativo πρᾶγµα (<πρᾶγµατ10) πράγµατ-α
vocativo πρᾶγµα (<πρᾶγµατ) πράγµατ-α
acusativo πρᾶγµα (<πρᾶγµατ) πράγµατ-α
genitivo πράγµατ-ος πραγµάτ-ων
dativo πράγµατ-ι πράγµα-σι(ν) (<πράηµατσι(ν))

– Temas en nasal (-εν/-ον/-ιν): Incluyen sólo sustantivos masculinos y femeninos, y


adjetivos.

9 Las dentales en posición final desaparecen.


10 Idem.

37
– Temas en -ιν: Son los únicos que toman la desinencia -ς en el nominativo
singular: ῥίς, ῥινός ἡ “nariz”, tema ῥιν-:

singular plural
nominativo ῥί-ς (<ῥίν11+ς) ῥῖν-ες
vocativo ῥί-ς (<ῥίν+ς) ῥῖν-ες
acusativo ῥῖν-α ῥῖν-ας
genitivo ῥιν-ός ῥιν-ῶν
dativo ῥιν-ί ῥι-σί (ν) (<ῥιν+σί(ν))

– Temas en -εν o en ον: Acostumbran a alargar la vocal final en el nominativo


singular y a menudo también en el vocativo singular, si aquella es breve:

– ἡγεµών, ἡγεµόνος ὁ “guía, jefe”, tema ἡγεµον-:

singular plural
nominativo ἡγεµών (ἡγεµόν12) ἡγεµόν-ες
vocativo ἡγεµόν ἡγεµόν-ες
acusativo ἡγεµόν-α ἡγεµόν-ας
genitivo ἡγεµόν-ος ἡγεµόν-ων
dativo ἡγεµόν-ι ἡγεµό-σι (<ἡγεµόν+σι(ν))

– Ἕλλην, Ἕλληνος ὁ “el griego”, tema Ἑλλην-:

singular plural
nominativo Ἕλλην Ἕλλην-ες
vocativo Ἕλλην Ἕλλην-ες
acusativo Ἕλλην-α Ἕλλην-ας
genitivo Ἕλλην-ος Ἑλλήν-ων
dativo Ἕλλην-ι Ἕλλη-σι(ν) (<Ἕλλην+σι(ν))

11 La nasal ante sigma desaparece.


12 Con alargamiento.

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– Adjetivos:

– σώφρων, σῶφρον “sensato”, tema σωφρον-:

singular plural
masc./fem. neutro masc./fem. neutro
nominativo σώφρων (con alargamiento) σῶφρον σώφρον-ες σώφρον-α
vocativo σῶφρον σῶφρον σώφρον-ες σώφρον-α
acusativo σώφρον-α σῶφρον σώφρον-ας σώφρον-α
genitivo σώφρον-ος σωφρόν-ων
dativo σώφρον-ι σώφρο-σι(ν) (σώφρον+σι(ν))

– µέλας, µέλαινα, µέλαν “negro”, temas µελαν-/µελαιν-:

singular plural
masculino femenino neutro masculino femenino neutro
nominativo µέλα-ς (<µέλανς) µέλαιν-α µέλαν µέλαν-ες µέλαιν-αι µέλαν-α
vocativo µέλαν µέλαιν-α µέλαν µέλαν-ες µέλαιν-αι µέλαν-α
acusativo µέλαν-α µέλαιν-αν µέλαν µέλαν-ας µελαίν-ας µέλαν-α
genitivo µέλαν-ος µελαίν-ης µέλαν-ος µελάν-ων µελαιν-ῶν µελάν-ων
dativo µέλαν-ι µελαίν-ῃ µέλαν-ι µέλα-σι(ν) µελαίν-αις µέλα-σι(ν)13

– πᾶς, πᾶσα, πᾶν “todo”, temas παντ-/πασ-:

singular plural
masculino femenino neutro masculino femenino neutro
nominativo πᾶς πᾶσα πᾶν πάντ-ες πᾶσ-αι πάντ-α
vocativo πᾶς πᾶσα πᾶν πάντ-ες πᾶσ-αι πάντ-α
acusativo πάντ-α πᾶσαν πᾶν πάντ-ας πάσ-ας πάντ-α
genitivo παντ-ός πάσης παντ-ός πάντ-ων πασ-ῶν πάντ-ων
dativo παντ-ί πάσῃ παντ-ί πᾶ-σι(ν) (<παντ+σι(ν)) πάσ-αις πᾶ-σι14

13 (<µέλανσι)
14 (<παντ+σι(ν))

39
4.3. FUTURO DE INDICATIVO.

La característica temporal de futuro es la sigma (σ)15 que se coloca entre la raíz del
verbo y las desinencias de presente:

εἰµί λύω “desatar”


1ª ἔσοµαι λύ-σ-ω
sg.2ª ἔσει λύ-σ-εις
3ª ἔσται λύ-σ-ει
1ª ἐσόµεθα λύ-σο-µεν
pl.2ª ἔσεσθε λύ-σ-ετε
3ª ἔσονται λύ-σ-ουσι

4.4. PREPOSICONES QUE RIGEN TRES CASOS.

acusativo genitivo dativo


ἀµφί “alrededor de” en relación con acerca de alrededor de
ἑπί “sobre” a, hacia; contra sobre, en sobre, en, cerca de
παρά “al lado de” al lado de; a lo largo del lado de al lado de, en
de; durante
περί “alrededor de” alrededor de, en torno acerca de, de alrededor de
a
πρός “hacia” hacia, contra del lado de junto a, además de
ὑπό “bajo” debajo de debajo de, bajo bajo

4.5. EL INFINITIVO.

– La desinencia de infinitivo de presente de un verbo temático (acabado en -ω) es -ειν;


ej.: παιδεύω, παιδεύειν.
– La desinencia de infinitivo de presente de un verbo atemático (acabado en -µι) es
-ναι; ej.: εἰµί, εἶναι.
– El infinitivo es la forma sustantiva del verbo: puede usarse como sustantivo y como
verbo.
– El infinitivo puede actuar como sujeto de una oración gramatical:
– Sujeto de un verbo impersonal; ejs.:
– ∆εῖ λέγειν τὴν ἀλήθειαν (Conviene decir la verdad).
– Χρὴ µανθάνειν τὴν ἱστορίαν (Es útil aprender la historia).

15 Si el verbo acaba en consonante se producen los cambios fonéticos estudiados.

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– Sujeto de una expresión impersonal con ἐστι
– Αἰσχρὸν ἐστι κρατεῖν τοὺς ἀσθηνεῖς (Es deshonroso dominar a los
débiles).
– También puede actuar como complemento directo de verbos que significan saber,
querer, pensar, mandar, poder, permitir y análogos; ejs.:
– Θέλω πιστεύειν τοῖς ἀνθρώποις (Quiero confiar en los hombres).
– Νοµίζοµεν µένειν εἴκοσιν ἡµέρας ἐν ∆ελφοῖς (Pensamos quedarnos veinte
días en Delfos).
– Las construcciones de infinitivo fueron muy utilizadas en las estructuras
lingüísticas, lo cual influyó en el desarrollo de la oración de infinitivo con sujeto
propio en acusativo. Este tipo de oración, muy frecuente en latín y en griego, se
denomina oración de infinitivo no concertada; ejs.:
– Ὁ στρατηγὸς κελεύει τοὺς Ἕλληνας παρασκευάζειν στρατὸν µέγιστον (El
general manda que los griegos preparen un ejército muy grande).
– Λέγω ὑµᾶς πολλὰ χρήµατα ἔχειν (Digo que vosotros poseéis muchas
riquezas).
– Μένανδρος ἐνόµιζε τοὺς γέροντας δὶς παῖδας εἶναι (Menandro pensaba que
los ancianos son dos veces niños).
– ∆εῖ τοὺς πολίτας πιστεύειν τοῖς νόµοις (Es necesario que los ciudadanos
confíen en las leyes).

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Οἱ ἄνθρωποι ἐκ πασῶν τῶν χωρῶν τῆς Ἑλλάδος ἥκουσιν εἰς τὰς Ὀλυµπιάδας.
β) Ὁ κῆρυξ σὺν τῇ σάλπιγγι τοὺς ἀγῶνας τῶν ποιητῶν ἀγγέλλει.
γ) Τῷ ἀνθρώπῳ σῶµα µὲν θνητόν ἐστιν, ψυχὴ δὲ ἀθάνατος.
δ) Οἱ παῖδες Ἀθηναῖοι θαυµάσουσι τὸ ἄγαλµα τῆς Ἀθηνᾶς ἐλέφαντος καὶ χρυσοῦ ἐν τῇ
Ἀκροπόλει.
ε) Ὀδυσσεὺς καὶ οἱ ἑταῖροι τελευταῖον ἥξουσιν εἰς τὴν πατρίδα.
ζ) Ἐθαυµάζοµεν ἐν ταῖς Ἀθηναῖς τὸν Παρθενῶνα, καλὸν τῆς Παλλάδος Ἀθηνᾶς ἱερόν.

VOCABULARIO.
ἄγαλµα, -ατος τό: estauta- ἐν: en.
ἀγγέλλω: anunciar ἑταῖρος, -ου ὁ: compañero.
ἀγών, -ῶνος ὁ: competición. ἥκω: ir, llegar.
ἀθάνατος, -ον: inmortal. θαυµάζω: admirar, maravillarse.
Ἀθηνᾶ, -ας ἡ: Atenea. θνητός, -ή, -όν: mortal.
Ἀθῆναι, -ῶν αἱ: Atenas. ἱερόν, -οῦ τό: templo.
Ἀθηναῖοι, -ων οἱ: los atenienses. καί: y.
Ἀκρόπολις, -εως ἡ: acrópolis. καλός, -ή, -όν: bonito, bello.
ἄνθρωπος, -ου ὁ: hombre. κῆρυξ, -υκος ὁ: heraldo, mensajero.
δέ: pero, por otro lado. µὲν: ciertamente, por un lado.
εἰµί: ser, estar. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
εἰς: a, hacia. Ὀδυσσεύς, -έως ὁ: Odiseo, Ulises.
ἐκ: de, desde. Ὀλυµπιάς, -άδος ἡ: Olimpiada.
ἐλέφας, -αντος ὁ: marfil. παῖς, παιδός ὁ: hijo, niño.
Ἑλλάς, -άδος ἡ: Grecia. Παλλάς, -άδος ἡ: Palas.

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Παρθενών, ῶνος ὁ: Partenón. σῶµα, -ατος τό: cuerpo.
πᾶς, πᾶσα, πᾶν: todo. τελευταῖον: finalmente.
πατρίς, -ίδος ἡ: patria. χρυσός, -οῦ ὁ: oro.
ποιητής, -οῦ ὁ: poeta. χώρα, -ας ἡ: lugar, país, región.
σάλπιξ, -ιγγος ἡ: trompeta. ψυχή, ῆς ἡ: alma.
σύν: con.

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Χρή ποιεῖν ὅσα ὁ θεὸς κελεύει.
β) Σωκράτης συµβουλεύει τῷ Ξενοφῶντι ἥκειν εἰς ∆ελφούς.
γ) Οὐδὲ ἥλιον οὐδὲ σελήνην νοµίζω θεοὺς εἶναι.
δ) Ἐστι ῥᾴδιον εἰδέναι τὸν καιρόν.
ε) Ἀξίω τοὺς γείτονας µάρτυρας εἶναι τῶν δικῶν.
ζ) Οἱ πρυτάνεις ἔθελον ἀποδίδοναι εἰς τὴν Βουλὴν περὶ τούτων πραγµάτων.

VOCABULARIO.
ἀξίω: pedir. νοµίζω: considerar, creer.
ἀποδίδωµι: dar explicación. Ξενοφῶν, -όντος ὁ: Jenofonte.
Βουλή, -ῆς ἡ: Consejo- ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
γείτων, -ονος ὁ/ἡ: vecino. ὅσος, -η, -ον: cuanto.
∆ελφοί, -ῶν οἱ: Delfos. οὐδέ: ni.
δική, -ῆς ἡ: juicio. οὗτος, αὕτη, τοῦτο: ese, esa, eso.
εἰδέναι: infinitivo de εἴδω. περί: acerca de, sobre.
εἴδω: ver, reconocer. ποιέω: hacer.
εἰµί: ser, estar. πρᾶγµα, -ατος τό: asunto, cosa.
εἰς: a, hacia πρύτανις, -εως ὁ: prítano, miembro del
ἥκω: ir, llegar. Consejo.
ἥλιος, -ου ὁ: el Sol. ῥᾴδιος, -α, -ον: fácil
θέλω: querer. σελήνη, -ης ἡ: la Luna.
θεός, -οῦ ὁ: dios. συµβουλεύω: aconsejar.
καιρός, -οῦ ὁ: ocasión, momento. Σωκράτης, -ου ὁ: Sócrates.
κελεύω: ordenar. χρή: es preciso, es necesario.
µάρτυρ, -ος ὁ/ἡ: testigo-

4.6. El acusativo.

El acusativo tiene dos usos principales, que son:


1º. Acusativo complemento directo, en oposición al complemento indirecto expresado por el
dativo.
2º. Acusativo complemento circunstancial: de extensón, de relación, adverbial, términoo de
un movimiento.

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1º Acusativo complemento directo.

El acusativo complemento directo es propio de los verbos transitivos, sean activos


sean medios. Ejs.:
Ὁ πατὴρ φιλεῖ (activo) τὰ τέκνα (el padre ama a sus hijos).
Ὁ υἱὸς µιµεῖται (medio) τὸν πατέρα (el hijo imita a su padre).

OBSERVACIÓN. Muchos verbos que en griego son transitivos, en castellano se conciben


como intransitivos. Tales son, entre otros de significación análoga:
ἀδικεῖν (hacer injusticia) φεύγω (huir)
βλάπτω (dañar) ὠφελεῖν (ser útil)
εὐεργετεῖν (hacer bien) αἰσδεῖσθαι (respetar)
λανθάνω (estar oculto a) αἰσχύνοµαι (avergonzarse)
Ejs.: βλάπτεις µε (me dañas).
Οὐδὲν λανθάνει τὸν Θεόν (nada pasa desapercibido a los ojos de Dios).
Φεύγε τοὺς κόλακας (huye de los aduladores).

Inversamente, muchos verbos que en castellano son transitivos, en griego tienen su


complemento en genitivo o dativo. Ejs.:
τυγχάνειν τινός (conseguir algo).
Ἕπεσθαι τινι (seguir a uno).

Doble acusativo.
1. Rigen dos acusativos complemento directo, uno de persona y otro de cosa,
los verbos que significan enseñar, hacer, recordar, pedir, preguntar, vestir, despojar, ocultar y
los de significación análoga. Ej.:
διδάσκω τοὺς παίδας τὴν γραµµατικήν (enseño la gramática a los niños).
OBSERVACIÓN. En pasiva, el complemento de persona pasa a sujeto y el de cosa
permanece en acusativo. Ej.: Οἱ παῖδες διδάσκονται τὴν γραµµατικήν.
2. Rigen dos acusativos, el uno como complemento directo, el otro como
predicado del complemento (predicativo del complemento directo), los verbos que
significan juzgar, nombrar, hacer y los de significación análoga. Ejs.:
Νοµίζω σε δίκαιον (te tengo por justo).
Τὸν Κῦρον εἷλον βασιλέα (nombraron rey a Ciro).
Ποιήσω σε ὄλβιον (te haré feliz).
OBSERVACIÓN. En pasiva los dos acusativos pasan a nominativo. Ej.: Ὀ Κῦρος ᾑρέθη
βασιλεύς (Ciro fue nombrado rey).

Acusativo interno. Como e latín, muchas veces un verbo, transitivo o intransitivo, se


construye con un complemento de la misma raíz o del mismo significado que el verbo.
Generalmente suele acompañar a este acusativo un atributo. Ejs.:
Πόλεµον πολεµεῖν χαλεπόν (sostener una guerra difícil).
Ὁδὸν ἰέναι µακράν (recorrer un largo camino).

43
2º Acusativo complemento circunstancial

Acusativo de relación. El acusativo de relación especifica o limita la significación del


verbo o del nombre con que se construye. Responde a las preguntas: ¿en cuanto a qué?,
¿bajo qué punto de vista?, ¿en qué parte?. Ejs.:
Τὴν καφαλὲν ἀλγεῖ (tiene dolor de cabeza).
Παρθένος καλὴ τὸ ἔεδος (virgen hermosa de rostro).
∆εινὸς ταύτην τὴν τέχνην (hábil en este arte).

Acusativo de extensión. Este acusativo expresa la extensión o la distancia en el


espacio y la duración en el tiempo. Responde a la pregunta ¿cuándo?. Ejs.:
Ἀπέχει σταδίους ἐβδοµήκοντα (dista setenta estadios).
Ἐνταῦθα ἔµεινεν ἡµέρας ἑπτά (allí permaneció siete días).

Acusativo adverbial. Muchos acusativos de adjetivos de sustantivos, antiguos


acusativos internos, se emplean con valor de adverbios. Ejs.:
οὐδέν, µηδέν (de ningún modo) τοῦτον τὸν χρόνον (en este tiempo)
τἄλλα (τὰ ἄλλα) (por lo demás) τοῦτον τὸν τρόπον (de este modo)
τοὐναντίον (por el contrario) δίκην (a modo de)
τὸ λοιπόν (en adelante) χάριν (a causa de)
τὸ τελευταῖον (finalmente) τὴν ταχίστην (ὁδόν) (lo más rápido posible)

Acusativo de dirección. La dirección o el término de un movimiento (pregunta


quo?/ποι;) se construye en acusativo, sin preposición únicamente en los poetas,

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones con doble acusativo:


1.- ∆ηµήτηρ ἐδίδαξε τοὺς ἀνθρώπους τὴν φυτείαν τοῦ σίτου.
2.- Μουσικὴν µὲν ὑπὸ Λάµπρου ἐπαιδεύθη, ῥητορικὴν δὲ ὑπ' Ἀντιφῶντος.
3.- Ἀρίστιππος ὁ Θετταλὸς ἔρχεται πρὸς τὸν Κῦρον, καὶ αἰτεῖ αὐτὸν δισχιλίους ξένους καὶ
τριῶν µηνῶν µισθόν.
4.- Ὁ πάππος Κῦρον στολὴν ἐνέδυσε.
5.- Ἀναµνήσω ὑµᾶς τοὺς τῶν προγόνων τῶν ἡµετέρων κινδύνους.
6.- ∆αρεῖος Κῦρον σατράπην Λυδίας ἐποίησε, καὶ στρατηγὸν δὲ αὐτὸν ἀπέδειξε πάντων
ὅσοι εἰς Καστωλοῦ πεδίον ἀθροίζονται.
7.- Οἱ Λακεδαιµόνιοι τοὺς Ἀθηναίους τὰς ναῦς πάσας πλὴν δέκα ἀπεστέρησαν.
8.- Οὑ τοῦτ' ἐρωτῶ σε.
9.- Ὁ χρόνος καὶ ἡ ἐµπειρία τὰ µὴ καλῶς ἔχοντα διδάσκει τοὺς ἀνθρώπους.
10.- Τὸν πάντα δ' ὄλβον ἧµαρ ἕν µ' ἀφείλετο.

VOCABULARIO.
Ἀθηναίος, -α, -ον: ateniense. Ἀντιφῶν, -ῶντος ὁ: Antifonte.
ἀθροίζω: reunir. ἀποδείκνυµι: mostrar, dar a conocer,
αἰτέω, -ῶ: pedir, reclamar, exigir (acus.). proclamar, hacer,
ἀναµιµνῄσκω: recordar, mencionar. ἀποστερέω, -ῶ: quitar.
ἀναµνήσω: futuro de ἀναµιµνῄσκω. Ἀρίστιππος, -ου ὁ: Aristipo.
ἄνθρωπος, -ου ὁ: hombre, ser humano. αὐτός, -ή, ό: mismo, el mismo, él.

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ἀφείλετο: µισθός, -ου ὁ: paga, sueldo.
δ': δέ. µουσική, -ῆς ἡ: música.
∆αρεῖος, -ου ὁ: Darío. ναῦς, νεῶς ἡ: nave, barco.
δέ: mas, pero, por otra parte. ξένος, .ου ὁ: extranjero, mercenario.
δέκα: diez. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
∆ηµήτηρ, -τρος ἡ: Deméter. ὄλβος, -ου ὁ: dicha, felicidad.
διδάσκω: enseñar. ὅσος, -η, -ον: cuan grande, cuanto.
δισχιλίοι, -αι, -α: dos mil. οὑ: no.
ἐγώ: yo. παιδεύω: educar, instruir, formar.
εἶς, µία, ἕν: uno. πάππος, -ου ὁ: abuelo.
εἰς: hacia, a, en, contra, sobre, alrededor de. πᾶς, πᾶσα, πᾶν: todo.
ἐµπειρία, -ας ἡ: experiencia. πεδίον, -ου τό: llanura.
ἐνδύω: vestir, revestir, vestirse (2 acusat.). πλήν: excepto, salvo (gen.).
ἔρχοµαι: venir, llegar, dirigirse a. ποιέω, -ῶ: hacer.
ἐρωτάω, -ῶ: preguntar. προγόνος, -ον: antepasado.
ἔχω: tener, poseer, ocupar. πρός: hacia, a, en relación a, contra, para,
ἧµαρ, -ατος τό: día, tiempo, época- del lado de.
ἡµέτερος, -α, -ον: nuestro. ῥητορική, -ῆς ἡ: retórica.
Θετταλός, -ή, -όν: tesalio, de Tesalia. σατράπης, -ου ὁ: sátrapa.
καί: y, también. σε: acusativo de σύ.
καλῶς: bien. σίτος, -ου ὁ: trigo, pan, alimentos.
Καστωλός, -οῦ ὁ: Castolo. στολή, -ῆς ἡ: vestido, traje.
κίνδυνος, -ου ὁ: peligro. στρατηγός, -ου ὁ: general.
Κῦρος, -ου ὁ: Ciro. σύ: tú.
Λακεδαιµόνιος, -ου ὁ: lacedemonio. τρεῖς, τρία: tres.
Λάµπρος, -ου ὁ: Lampros. ὑµᾶς: acusativo de ὑµεῖς.
Λυδία, -ας ἡ: Lidia. ὑµεῖς: vosotros.
µ': µε. ὑπ': ὑπό.
µε: acusativo de ἐγώ. ὑπó: por, bajo, debajo de.
µέν: por una parte. φυτεία, -ας ἡ: cultivo, planta.
µή: no, que no, para que no, que. χρόνος, -ου ὁ: tiempo.
µην, µηνός ὁ: mes.

45
UNIDAD 5.

5.1. PANORAMA GENERAL DE LA LITERATURA GRIEGA.

5.1.1. Períodos literarios. A fin de encuadrar mejor nuestro esquema, estableceremos una
división en períodos que seguirá muy de cerca a la que normalmente se acepta en el estudio
de la historia griega. La épica homérica constituye por muchas razones un mundo aparte;
por ello, aun cuando no dejaremos de asomarnos a ella, no incluimos la llamada edad
«homérica» en la siguiente periodización:
– PERÍODO DE FORMACIÓN o PERÍODO ARCAICO: desde el siglo' VIII hasta las
guerras médicas (comienzos del s. V a.C.).
– PERÍODO CLÁSICO: desde las guerras médicas hasta la muerte de Alejandro (32S
a.C.).
– PERÍODO HELENÍSTICO: desde la muerte de Alejandro hasta la conquista
romana (mediados del siglo II a.C.).
– PERÍODO GRECORROMANO; desde la conquista romana hasta el fin de la
antigüedad propiamente dicha (s. IV-V d.C.).
Aún habría que añadir el largo e interesantísimo período bizantino (hasta el 1453,
fecha de la toma de Constantinopla por los turcos), período fuertemente vinculado a las
esencias propiamente helénicas y, tras el cual, el helenismo -especialmente las letras
griegas- informan el Renacimiento.
5.1.2. Edad «homérica».
Sin duda alguna hubo manifestaciones poéticas en Grecia antes de Homero: los
mismos poemas homéricos aluden a veces o suponen implícitamente la existencia de otros
cantos. Hubo, pues, formas épicas y líricas de las que no tenemos testimonio directo, ya que
durante siglos la transmisión fue de carácter oral.
La aparición y difusión de la escritura permitió la fijación escrita de las creaciones
poéticas. Este hecho debió de producirse entre los siglos IX-VIII a.C., al entrar los griegos
en contacto con los fenicios, de quienes tomaron el alfabeto. Esta es también la fecha que
generalmente se admite como muy probable para los poemas homéricos, «Ilíada» y
«Odisea». Pero estos poemas, brillante umbral de la trayectoria literaria helénica, no
surgieron por sí solos sino que suponen la cristalización de una larguísima tradición épica de
carácter oral. Esta tradición épica quizá se inició a mediados del II milenio a.C., si no nos
atrevemos a hacerla remontar a una etapa anterior a la penetración de los aqueos en suelo
griego: a esa oscura y prolongada etapa de formación es a la que llamamos un poco
convencionalmente edad «homérica».
La «Ilíada» y la «Odisea» suponen, pues, un largo proceso de creación poética. Son
también el punto de transición desde la antigua poesía épica de los aedos (ἀοιδοί) o
cantores, «épica cantada», a la de los rapsodos (ῥαψωδοί) o recitadores, «épica recitada».
Los poemas homéricos han sido objeto de atentísimos estudios desde la antigüedad
hasta nuestros días; estos estudios han dado origen a técnicas de investigación literaria muy
delicadas, que han tenido aplicación muy eficaz en otros géneros y en otras literaturas. Pero,
a pesar de tan arduos trabajos siguen, sin embargo, en pie numerosos problemas en torno a
los poemas homéricos en sus diversos aspectos. Enumeraremos los más significativos:
5.1.2.1. Génesis de los poemas. Es evidente que la forma en que actualmente se nos
ofrecen la «Ilíada» y la «Odisea» es el resultado de una evolución cuyas fases nos son

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desconocidas. La polémica en torno a este problema nos viene desde el siglo XVII y todavia
no ha concluido: ¿es realmente la que llamamos epopeya homérica obra de un solo autor
(tesis unitarista) o resulta de la asociación (en una u otra forma) de cantos épicos
independientes (tesis analista)?
5.1.2.2. Transmisión de los poemas. Hasta la época alejandrina, en que se
acometieron estudios cuidadosos de la «Ilíada» y la« Odisea» y se fijó el texto de los
mismos, la transmisión del legado homérico se realizó en forma un tanto incierta.
Primeramente los rapsodos o recitadores, más tarde los maestros de escuela y, sobre todo,
las ediciones «oficiales» de cada ciudad con destino a los concursos de recitación en las
fiestas locales habían dado lugar a la proliferación de variantes e interpolaciones en los
textos. ¿Cuál fue, pues, -si es posible saberlo y si en algún momento lo hubo- el texto
primero y original de los poemas?
5.1.2.3. Lengua «homérica». La lengua de la «Ilíada» y la «Odisea» es una lengua
artificial, es decir, que no ha sido hablada en ningún momento por ningún grupo humano: es
una lengua literaria, utilizada con fines estrictamente poéticos y que había de fijarse como
vehículo de expresión propio de las formas épicas hasta el fin de la antigüedad helénica;
además influyó poderosamente en la formación de las restantes lenguas literarias. Pero
¿cómo se originó?
5.1.2.4. Metro «homérico». La forma métrica de los poemas es el hexámetro
dactílico, utilizado en series indefinidas de versos. El hexámetro constituye una creación
sumamente delicada que no pudo ser en manera alguna la invención de un solo poeta, por
genial que éste fuera. Por otra parte, no se adapta fácilmente al ritmo natural de la lengua
griega, por lo que incluso se defiende la posibilidad de un origen extrahelénico. Sea como
fuere, hay indicios que nos permiten asegurar que era ya empleado por los cantores aqueos
en el II milenio a.C. Pero ¿cómo se elaboró?
5.1.2.5. Anacronismos, contradicciones, inconsecuencias. Han sido esgrimidos
reiteradamente por quienes niegan la paternidad y hasta la personalidad de Hornero; en
realidad, se explican fácilmente por la tradición oral de la que hemos dicho que los poemas
-sea cual sea su génesis- constituyen una cristalización, por el, hecho de que, al estar
destinados a la recitación, en un principio improvisada, fue fácil incurrir en contradicciones;
porque en ellos se refleja una sociedad pretérita y el poeta no conoce la «arqueología», o
bien porque subsisten, sin duda, a pesar de la criba de los alejandrínos, pasajes
y versos interpolados tardíamente.
5.1.2.6. Procedimientos literarios. Abundan los poemas en procedimientos literarios
muy singulares que prestan a estas obras un color propio: abundante presencia de símiles;
proliferación de epítetos (a menudo, vocablos compuestos); las llamadas «fórmulas épicas»
(un miembro de frase o un verso, o un gru- po de versos que se repiten de modo formulario),
que suponen una quinta parte del total de casi 30.000 versos que suman los dos poemas. El
estudio de estos procedimientos, además de ser muy interesante, viene a poner de relieve la
antigüedad de la tradición épica implícita en estos poemas, las conexiones con otras formas
épicas no griegas y la genial habilidad con que el poeta ha hecho uso de estos elementos que
le imponía, más que le brindaba, la tradición.
5.1.2.7. Personalidad de Hornero. Todos estos problemas y algunos otros a los que no
aludimos se han ido planteando en forma sucesiva ya desde la época alejandrina y han
llevado a algunos críticos a negar incluso la existencia de Hornero. Esta postura extrema
tiene aún muchos defensores, pues por otra parte no tenemos noticias ciertas sobre la

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persona del poeta: para quienes así juzgan «Hornero sólo es un nombre». Sin embargo, la
presencia de un poeta (llámese o no Hornero) se deja sentir, más que en los aspectos
formales (sujetos a los condicionamientos de una tradición ya consagrada y a la tiranía
imperiosa de la forma métrica), en el tratamiento de los datos legendarios y en la indudable
creación de tipos o reinterpretación de los ya existentes (Héctor, Andrómaca, Helena ... ),
así como en la organización de los poemas (especialmente la «Ilíada») centrados en torno a
un tema.
La obra homérica logró extraordinaria resonancia desde el momento mismo de su
aparición: los poemas eran recitados en las fiestas de las ciudades; se utilizaban como base
principal en la educación de los jóvenes; sirvieron de fuente de inspiración a las sucesivas
generaciones de poetas épicos, líricos y dramáticos. De ellos arranca el desarrollo de la
épica posthomérica, que se continuó hasta bien avanzado el siglo V a.C. en producciones de
tipo y tono muy diversos:
- heroicas: poemas «cíclicos»;
- didácticas: poemas de aliento moral o filosófico;
- burlescas: con «héroes» extraídos a veces del mundo animal como en la
«Batracomiomaquia» , largo tiempo atribuida a Hornero.
Más tarde, en época helenística y grecorromana, surge una nueva épica de tendencia
erudita. Pero, cuando hablamos de epopeya griega, nos referimos sobre todo a los dos
grandes poemas atribuidos a Hornero: la «Ilíada» y la «Odisea».
5.1.3. Período de formación.
Llamado también período arcaico porque llena lo que podemos considerar época
arcaica de la vida griega. Comprende dos siglos: del VIII a fines del VI.
Es una época de crecimiento y de consolidación del pueblo griego; etapa auroral,
pletórica de dolorosas tensiones en todos los aspectos: religioso, político, social. Estas
tensiones hallan su expresión en la gran floración literaria y artística que culminará en el
período clásico.
5.1.3.1. La épica. En el límite de los siglos VIII-VII surge la figura de Hesíodo,
continuador de la épica (utiliza la lengua y metro «homéricos») bajo un nuevo signo: es la
épica didáctica de rasgos acusadamente éticos, reveladora de un nuevo (o quizá ancestral)
sentido religioso, sombreado a veces de pesimismo; en sus versos se da expresión primera a
la idea de Justicia, que primará entre todas en las reflexiones de los griegos.
5.1.3.2. La lírica. El siglo VII aparece marcado por la exaltación individualista
(aparición del orfismo y evolución político-social) que en el aspecto literario se pone de
manifiesto por el auge de la lírica bajo formas diversas, siempre cantadas: poesía elegíaca,
poesía yámbica, poesía monódica y poesía coral, en las que crece la fronda bellísima de las
formas métricas más variadas.
En sus distintas variedades cuenta la lírica arcaica con representantes notabilísimos
de cuyas obras sólo conservamos restos fragmentarios; destacamos los nombres de Alcman,
Arquíloco, Mimnermo, Estesicoro, Alceo y Safo, si bien los tres últimos alcanzaron
plenamente el s. VI.
El siglo VI prosigue el desarrollo anterior, aunque intervienen nuevos factores que
enriquecen y complican el panorama de la vida griega:
- auge de las religiones mistéricas;
- establecimiento de regímenes tiránicos;
- fiebre colonizadora;

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- intensificación del tráfico comercial;
- desarrollo de la economía dineraria tras la introducción de la moneda, que los griegos
«aprendieron» de los lidios;
- comienzos de la especulación filosófica.
Podemos observar que estos rasgos de un modo u otro responden a, y favorecen, la
explosión individualista que caracteriza a este periodo. Prosigue, pues, a lo largo de todo el
siglo el apogeo de la lírica en cultivadores de distintas procedencias: Solón, Teognis,
Anacreonte, Simónides, entre otros.
5.1.3.3. Primeras formas dramáticas. La lírica coral, bajo la forma del ditirambo, abre
paso a las primeras formas dramáticas (tragedia y comedia), que personifican
principalmente el ateniense Frínico y el siracusano Epicarmo; se hace, pues, la luz en el
oscuro proceso de formación del género dramático, proceso cuyos rasgos y fases continúan
siendo -como tantos otros aspectos de la cultura helénica- un misterio para nosotros.
5.1.3.4. Primeros prosistas. En la Jonia asiática despierta la reflexión filosófica con la
que comienza tímidamente el desarrollo de algunas formas prosísticas; los nombres de esta
primera filosofía son: Thales, Anaximandro, Anaximenes, Pitágoras y Jenófanes. Verdadera
prosa es la que, en dialecto jonio, se desarrolla en tierras del Asia, bajo la forma de
cronicones y narraciones históricas, no siempre bien documentadas; queda un gran nombre,
el de Hecateo de Mileto, situado ya en la frontera del período clásico.
Es importante hacer notar que la casi totalidad de los nombres que destacan
en este período de formación corresponden a figuras procedentes de la Grecia asiática (y de
las islas próximas al Asia), precursora en todos los terrenos de las realizaciones griegas.
También debemos apuntar que durante este período se insinúa ya la constitución de los
géneros literarios y se afirma el establecimiento de las lenguas literarias.
5.1.4. Período clásico.
Comprende desde las guerras médicas hasta la muerte de Alejandro (comienzo del s.
V a.C.-323 a.C.).
En el período clásico culminan las formas políticas y culturales que alumbraron el
período arcaico y se abren paso los contradictorios desarrollos que caracterizarán el período
helenístico. Supone, por consiguiente, un punto de sazón y equilibrio que justifica el
sobrenombre de clásico con que habitualmente lo designamos. Pero lleva en su seno el
germen de los procesos desintegradores de los viejos ideales y modos helénícos: por eso su
grandeza no está exenta de patetismo:
– Frente al triunfo de la religión olímpica y délfica, los incontenibles progresos
racionalistas.
– Frente a la consolidación de la fórmula ciudad-estado (πόλις) que consagra el
particularismo disgregador helénico, el avance pujante de un sentimiento nacional
panhelénico y las primeras manifestaciones de aperturismo universalista.
– En Atenas, el espíritu democrático convive difícilmente con las apetencias
hegemónicas.
La hegemonía política ateniense caracteriza, efectivamente, los comienzos de este
período. Esta supremacía se deja sentir también en la esfera de la cultura, particularmente en
las letras que conocen:
- el desarrollo del drama ático;
- la constitución y perfeccionamiento de la prosa literaria ática.
La ruina posterior de Atenas, con el desgraciado fin de la guerra del Peloponeso en el

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404 a.C., no consigue arrebatar a la ciudad su hegemonía espiritual por todos los griegos
reconocida.
En el período clásico los géneros literarios, ya perfilados, se mantienen bien
definidos, si bien no todos alcanzan la misma vigencia.
5.1.4.1. La épica y la lírica en el período clásico. La épica, víctima del subjetivismo
iniciado en el período anterior, no ofrece ya sino subproductos carentes de interés. De hecho
ha sido reemplazada por el drama.
La lírica coral llega a su máximo esplendor en las figuras de Simónides (que
desarrolla gran parte de su obra poética en este período), Baquílídes y Píndaro; el tebano
Píndaro personifica en forma rotunda ese sentimiento de vinculación poeta / divinidad a que
hemos aludido anteriormente; su hondo sentido religioso parece, en ocasiones, traducirse en
atisbos casi monoteístas; su ética, grave y exigente, se resiente sin embargo de ese
aristocratismo que tantas veces nos sorprende en los textos griegos. La lírica personal -de
tan amplio cultivo en el período arcaico-- desciende y pierde autenticidad, debido
principalmente a dos factores:
- desacralización progresiva de la sociedad;
- absorción por el drama (como en el caso de la épica) de las formas y temática que
alimentaban a la lírica.
5.1.4.2. El teatro clásico: tragedia y comedia. El drama es la forma literaria por
excelencia en el período clásico ateniense. En sus dos vertientes -tragedia y comedia-
alcanza en esta época su plenitud estética. No podemos entrar en el problema, muy oscuro y
muy discutido, de los orígenes de la tragedia y de la comedia: baste decir que una y otra
emergen, como quiera que sea, de los religiosos dionisíacos y que, al menos, durante el
siglo V mantienen firmemente su carácter sacro. La inspiración religiosa es bien evidente en
la tragedia de Esquilo (525-314) y Sófocles (494-406) y en la comedia de Aristófanes (que
en sus piezas vivifica con fresca imaginación el elemento religioso básico); podríamos
pensar que es menos evidente en Eurípides (480-406), que, en realidad, es el portavoz de
una nueva religiosidad y de unas ideas nuevas: su última tragedia, «Las Bacantes», en la que
la tragedia vuelve al primigenio tema dionisíaco, plantea en este aspecto un significativo
problema.
El siglo IV conoce la decadencia progresiva de la tragedia (se reponen ince-
santemente las de los tres grandes trágicos) y la evolución de la comedia hacia una comedia
burguesa o de costumbres. En una y en otra, desgajadas del tronco religioso que les dio vida,
pierde terreno el coro, elemento de carácter ritual
5.1.4.3. La prosa histórica. La prosa histórica, que apuntó ya a fines del período
arcaico con Hecateo de Mileto y los logógrafos o cronistas, alcanza pleno desarrollo en la
etapa clásica. Es ya Historia, con mayúscula. El primer historiador es Heródoto de
Halicarnaso (¿484-420? a.C.), que incluso nos brinda el vocablo, ἱστορία, que define su
tarea como «visión» o «contemplación» de los hechos; Heródoto escribe en su prosa jonia
materna con un estilo brillante y atractivo y con notables dotes de narrador; su profunda
religiosidad le priva en ocasiones del enfoque crítico necesario. En cambio, revela agudas
dotes de observador en la descripción de lugares y costumbres y podríamos decir que en él
se inaugura una incipiente geografía humana. La gran figura del género histórico en este
período es Tucídides (¿465-395? a.C.), ateniense, que escribe en prosa ática, densa y dura,
desmañada a ratos, muy influida por los procedimientos estilísticos de los sofistas, pero
llena de fuerza. Tucídides es el verdadero creador de la Historia como ciencia por su rigor

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documental (acumuló un verdadero archivo de datos fidedignos para la elaboración de su
obra), por su sentido crítico que le hace discernir con claridad las verdaderas causas de los
hechos históricos así como sus consecuencias, por su objetividad narrativa que le impide
ceder a la pasión en la interpretación de los hechos que expone, de los que extrae rotunda y
fría ejemplaridad. Su obra, en la que narra los episodios de la guerra del Peloponeso en la
que él mismo tomó parte, quedó incompleta y fue proseguida, con mucha menor fortuna,
por Jenofonte (¿427-335?), autor también de otras obras de diverso género en las que se
acredita, sobre todo, como buen narrador. Conocemos también los nombres de otros
historiadores cuyas obras, perdidas para nosotros, fueron aprovechadas y resumidas por
otros autores posteriores: fueron, al parecer, rigurosos y objetivos y supieron valorar los
hechos históricos que situaron a Grecia, a lo largo de este período clásico, ante una
coyuntura totalmente nueva.
5.1.4.4. La prosa filosófica. La reflexión filosófica ocupa, juntamente con el drama,
el puesto de honor en el desarrollo literario de este período. Algunos pensadores siguen
valiéndose del verso en la exposición de sus doctrinas, pero acaba por imponerse la prosa
(jóníca o ática, según la procedencia de los autores). Las figuras de Heráclito y Parménides
se alzan en la encrucijada de los dos períodos -arcaico y clásico- y señalan el paso de la
filosofía cosmogónica de los precursores a una metafísica ya presentida, si no explícita, en
aquéllos. Formulan teorías antagónicas: perpetuo devenir en Heráclito / unicidad e
intemporalidad del ser en Parménides: se ha iniciado la plena madurez filosófica que dará
lugar a la aparición de los grandes sistemas. Los intentos conciliatorios entre las posturas
extremas de Parménides y Heráclito se cifran en las figuras de Anaxágoras y Empedocles; ni
sus teorías ni el atomismo de Demócrito hallan inmediata continuación, debido a la
aparición de los sofistas, que centran la problemática filosófica en torno al hombre. Desde el
punto de vista literario, estas figuras son altamente significativas, no sólo por sus dotes
creadoras sino porque, merced a ellos, la lengua griega desarrolló su potencia expresiva y se
enriqueció en flexibilidad y en capacidad de matización. La nueva filosofía, renovadora y
creativa, se orienta hacia la ética, lógica y dialéctica: a este signo responde la figura
enigmática de Sócrates que, sin haber escrito ni una sola línea, tiene su puesto tanto en la
literatura como en el pensamiento griegos. Sócrates dio la réplica a los sofistas dentro del
propio terreno de ellos y abrió las puertas de un mundo nuevo a los hombres todos. Los
frutos de la enseñanza socrática se plasmaron en la aparición de escuelas filosóficas muy
diversas; de ellas la que adquirió mayor resonancia, y la que desde el punto de vista literario
más nos interesa, es la platónica.
Platón (428-347 a.C.) es, sin duda, el más ilustre entre los seguidores de Sócrates, lo
que no quiere decir que sea necesariamente su más fiel intérprete; en él la doctrina socrática
adquiere desarrollos grandiosos, quizá demasiado grandiosos: mantiene la postura socrática
en la aceptación del planteamiento sofistico de una filosofía del hombre y para el hombre, y
en el rechazo de todo relativismo disgregador, pero, al mismo tiempo, llega a conclusiones
(Teoría de las Ideas con todas sus secuelas) que probablemente desbordan por entero el
contenido de las enseñanzas de Sócrates. Pero aquí nos interesa el Platón escritor, el Platón
que, como en un juego -según sus propias palabras en el Fedro-, da forma insuperable a un
nuevo género literario, el diálogo, vehículo de sus ideas. En los diálogos pone de relieve
Platón su genio dramático, su aliento poético, su dominio de los recursos de la lengua a la
que dotó de potente vuelo.

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A la muerte de Platón, su escuela -como ya había sucedido con la «escuela»
socrática- se escindió en varias ramas: la más notable fue la creada por Aristóteles (384-
322), que inaugura nuevos métodos filosóficos orientados hacia la realidad y contrapuestos,
por tanto, en gran medida a la trayectoria platónica.
5.1.4.5. La prosa científica. La prosa científica es otro de los grandes logros del
período clásico. La labor de retóricos y filósofos (muy especialmente Platón) hicieron de la
lengua un instrumento adecuado para la exposición científica. En Aristóteles (de cuya
producción literaria nos quedan escasísimos restos) tenemos al gran propulsor de la ciencia
griega, que con él inicia su camino independiente, desglosada de la filosofía.
Pero, ya bastante antes de Aristóteles, existe una prosa científica en los escritos
médicos -algunos procedentes de la escuela pitagórica-; en pleno clasicismo destaca la
figura de Hipócrates (460-377?), prosista jonio, verdadero creador de la medicina como
ciencia, desgajada en este caso de los cultos religiosos de Asclepio, el dios sanador, hijo de
Apolo. También la ciencia matemática emerge de los círculos filosóficos, especialmente de
los platónicos, recabando su autonomía.
5.1.4.6. La prosa retórica. La prosa retórica nos ofrece sus primeros testimonios
durante este período. N o poseemos textos anteriores al clasicismo, aunque sin duda la
oratoria política constituyó un ejercicio normal en las ciudades griegas y aparece
estrechamente vinculada a la evolución de las mismas. En su pleno desarrollo se nos ofrece
-juntamente con el drama y la filosofía- como la gran aportación de la literatura ática, es
decir, ateniense. Durante el período clásico se escalonan los nombres del meteco Lisias, de
Iseo e Isócrates y, sobre todo, el de Demóstenes (384-322), que personifica la reacción del
viejo ideal de la polis frente al naciente panhelenismo. Habría que situar también en su
puesto de honor entre los oradores políticos a Pericles (aunque no nos queden testimonios
directos de su actividad oratoria) y al gran Alejandro, según las noticias de sus cronistas.
Tampoco nos quedan restos suficientemente abundantes de la copiosa producción de los
sofistas, verdaderos creadores de la retórica filosófica, en cuyo ámbito habría que situar a
Isócrates, antes aludido.
5.1.5. Período helenistico.
Comprende este período dos siglos escasos: desde la muerte de Alejandro en 323 a.C.
hasta la ruina de Corinto bajo el empuje romano en 146 a.C. (Ya sabemos que, como en
otros casos, la aceptación de fechas tan precisas se basa en el gran relieve de los
acontecimientos en ellas localizados y en las consecuencias que estos acontecimientos
tuvieron.)
Tras la muerte de Alejandro, la historia y la cultura griegas inician un camino nuevo
cuyo rasgo predominante es el universalismo en todos los aspectos:
– absorción de cultos no griegos y tendencia al sincretismo religioso, con la
consiguiente alteración del « clima» religioso;
– sueños de dominación universal y sustitución del ideal heleno de la polis por el ideal
de la ecúmene;
– sedimentación de una lengua común (koíné), que se difunde por toda la extensión del
Imperio de Alejandro y relega, en la Grecia propia, los antiguos dialectos a las zonas rurales;
– creación de grandes urbes cosmopolitas fuera de la tierra helénica, ciudades
(Alejandría, Pérgamo) que disputan a Atenas la hegemonía espiritual y en las que se
conjugan ideales bárbaros y griegos en mezcla inextricable.
Estos factores justifican los rasgos singulares de lo que llamamos helenismo, es decir,

52
de la cultura helenística, que en el aspecto literario ofrece dos características sobresalientes:
– notable descenso poético, motivado por la sequedad religiosa y por el asfixiante
mecenazgo de los príncipes;
– un también notable desarrollo de las ciencias y de las técnicas, favorecidas por ese
mismo mecenazgo y por el empirismo racionalista en auge;
– disgregación progresiva de los géneros literarios, debida a la ampliación de los
centros de interés y a un cierto prurito cientifista que invade el campo de la creación poética.
5.1.5.1. La poesía: épica, lírica y drama. La épica renace un tanto artificiosamente a
expensas de la tradición homérica, siempre vigente. Es una épica matizada de
preocupaciones filosóficas y científicas, proclive a la erudición. En sus variedades heroica y
didáctica nos ofrece dos nombres: Apolonio y Calímaco, poetas rivales.
La lírica denota las mismas preocupaciones que la épica: ofrece formas eruditas y
rebuscadas que con frecuencia se proponen una fría imitación de los modelos antiguos;
sobresalen el mismo Calímaco y, entre los poetas religiosos, el estoico Cleantes. El
verdadero genio poético de la época helenística es Teócrito, que inaugura la poesía bucólica
en la que, por vez primera en la poesía griega -en la medida en que la conocemos-, hallamos
un fresco sentimiento de la naturaleza; es también creador -o, mejor, recreador- del mimo,
forma dramática que ya se había cultivado en la Siracusa de Epicarmo (siglos VI-V) y que
brota con nuevo espíritu en las obras de Teócrito.
El drama, en su vertiente trágica, no logra recuperarse a pesar de los esfuerzos de los
príncipes helenísticos, La comedia continúa su proceso secularizador -perdida ya por entero
su base nutricia religiosa- y nos ofrece un gran nombre: Menandro de Atenas, comediógrafo
dotado de gran hondura psicológica y portavoz de una noble concepción de la vida. El
mimo, inaugurado por Teócrito, permite que sobreviva el genio dramático de los griegos
bajo formas nuevas en que halla expresión un realismo en ocasiones extremo.
5.1.5.2. La prosa.
a) La prosa histórica responde al clima del momento y se enriquece con visiones más
universales sobre los hechos históricos. A esta época corresponden los cronistas de
Alejandro y numerosos autores, como Jerónimo de Cardia, en los que la Historia tiene ya los
rasgos propiamente científicos que inició Tucídides. Respondiendo al aliento universalista
propio de la época, aparecen obras históricas sobre civilizaciones no griegas.
b) De modo incipiente pero firme surge una prosa geográfica, favorecida por los continuos
viajes y la ampliación del mundo griego como consecuencia de las empresas de Alejandro.
Hay toda una literatura de viajes (frecuentemente periplos), y también narraciones fabulosas
sobre países imaginarios. Pero también se nos ofrecen tratados científicos en los que se unen
las descripciones y datos geográficos con los resultados de investigaciones astronómicas: el
nombre de Eratóstenes -que cultivó todas las ciencias- es el más ilustre.
c) La prosa filosófica subsiste en las obras de cínicos, platónicos y aristotélicos, herederos
de la enseñanza socrática. La figura más notable es la de Teofrasto, sucesor de Aristóteles en
el Liceo. Abocan las viejas escuelas a soluciones materialistas o escépticas y surgen nuevas
tendencias: cínicos -que, aunque herederos de un cierto socratismo, adquieren ahora gran
importancia-, estoicos, epicúreos y escépticos.
d) La prosa científica se alza con la palma en este período durante el cual conoce la ciencia
griega su máximo desarrollo. Nace en Alejandría la ciencia filológica que encontró eco en la
escuela de Pérgamo, en el Asia. Hay gran- des figuras científicas y entre ellas descuella
Eratóstenes, de talento multiforme, verdadero Leonardo de la antigüedad: poeta, filólogo,

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matemático, geógrafo, historiador y cronólogo ... También Teofrasto, que continúa los
trabajos aristotélicos en el estudio de la naturaleza. Entre los matemáticos, Euclides y el
gran Arquímedes de Siracusa. y otros muchos nombres de científicos, muy ilustres, pero sin
duda ajenos al campo literario.
e) La prosa retórica queda vinculada estrechamente a la actividad filológica. Sus formas
vivas (oratoria política), de brillante historia, decaen bajo las nuevas formas políticas
caracterizadas por el estatismo.
Debemos tener muy presente que el período helenistico supone un giro total en la
vida y. en la cultura griegas; conlleva una ideología que actuó con extraordinaria fuerza
sobre el mundo antiguo, derramándose hacia el Oriente y condicionando la evolución
cultural romana. Es, quizá, para nuestra mente moderna el más interesante y aleccionador de
los momentos culturales de la Hélade.
5.1.6. Período grecorromano.
Comprende este periodo desde el 146 a.C. hasta el siglo IV-V de nuestra era (en los
albores de lo que denominamos época bizantina).
La aparición de Roma en el escenario histórico griego abre nuevos horizontes a la
cultura helénica, que es inmediatamente reconocida por los romanos como canon supremo.
Roma asume la cultura griega y aspira -y, de hecho, lo consigue- a ocupar el lugar que en
otro tiempo ocuparon Atenas y Alejandría. Sin embargo, Atenas siguió ejerciendo durante
largos siglos verdadera fascinación sobre los jóvenes estudiosos y sobre todas las mentes
cultas del mundo antiguo.
Durante el período grecorromano se mantienen los rasgos generales que han
caracterizado el período helenístico, si bien en ocasiones se. acusa un cierto cansancio
espiritual, justificable por los grandes cambios de todo orden que conmovieron el mundo
grecorromano a lo largo de estos siglos. La literatura adquiere extraordinario incremento al
favor, sobre todo, de los recursos técnicos editoriales que hacen posible la difusión de los
textos. Los géneros literarios se desdibujan cada vez más y surgen nuevas formas literarias.
5.1.6.1. La poesía. La épica ya no existe sino bajo formas mezquinas. Un género
nuevo, la novela -apenas insinuada en épocas anteriores-, aparece y se difunde en rápida
culminación, sustituyendo a la vieja épica.
La lírica encuentra nuevos cauces bajo formas breves: los epigramas. El género
epigramático ya había sido cultivado en la época arcaica, pero en este período crepuscular
amplía su temática y alcanza extraordinaria fortuna; el poeta más notable es Meleagro de
Gádara. Las corrientes religiosas y filosóficas impulsan también una lírica de graves
acentos, tanto pagana como cristiana. Se confeccionan antologías poéticas, indicio claro de
agotamiento del espíritu creador.
Agotadas de modo irremediable . las antiguas formas dramáticas, el drama sólo
subsiste en las formas leves del mimo.
5.1.6.2. La prosa.
a) La prosa histórica vive su gran momento en la figura de Polibio, historiador del proceso
de engrandecimiento de Roma (vivió mucho tiempo en la ciudad): Polibio denota gran
talento crítico en su examen de las causas que desencadenan los hechos históricos, así como
en la determinación de las constantes que rigen la marcha de la historia humana. Junto a él
también brillaron otros historiadores procedentes de muy diversos lugares del mundo
helenizado.
b) La geografía, constituida ya de hecho en ciencia independiente, se alimenta durante este

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período con el inagotable acopio de datos que realizan estudiosos y viajeros. Esta época
ofrece un nombre, Estrabón, en quien la geografía humana adquiere plena consistencia.
c) La prosa filosófica subsiste en formas muy variadas. Los movimientos filosóficos pierden
densidad a lo largo de esta época por el creciente pragmatismo imperante (se vive bajo el
signo romano) y por el declive de todo sentimiento religioso en las esferas cultas. Sin
embargo, ya en el siglo Ia.C., se produce una poderosa reacción espiritual en algunos
círculos, caracterizada por la difusión de formas religiosas orientales, por el renacimiento
del orfismo y del pitagorismo y, sobre todo, por el rebrote del platonismo bajo la forma del
neo platonismo. Entre los neoplatónicos destacan el grecojudio Filón de Alejandria (s. I
a.C.) y el grecoegipcio Plotino (s. III d.C.), en los que la vertiente mística de la doctrina
platónica alcanza su máxima expresión; también hemos de contar entre ellos al emperador
Juliano (s, IV d.C.), que abandonó el cristianismo e intentó revitalizar los cultos y las formas
religiosas paganas. Muy a duras penas podemos encuadrar entre los filósofos a Plutarco (s,
I-II d.C.), aunque no es posible negarle auténticas inquietudes de signo ético, tanto en sus
pequeños ensayos morales como en sus «Vidas paralelas» (en las que hermana biografías
griegas y romanas).
d) La prosa científica, cada vez más desprovista de galas literarias, sigue ocupando la
atención de lectores y estudiosos. Tendremos ocasión de aludir a sus realizaciones en otra
lectura.
e) La prosa retórica aparece ya totalmente fundida con las actividades propiamente
filológicas; pero aún conoce un momento de esplendor literario en los siglos I-II d.C., al
producirse el movimiento tradicionalmente conocido como segunda sofistica porque nace al
calor de la reacción filosófica. La segunda sofistica es un fenómeno de gran significación
porque en ella alcanza expresión la angustia de esa época «vacía» en que se hace palmaria la
quiebra de todas las viejas creencias e ideales, y todavía no se ha producido el claro triunfo
del cristianismo: la figura más notable y representativa es Luciano de Samósata, asiático de
origen, aticista (es decir, renovador de la pureza de la lengua), extraordinario satírico y
humorista, mente lúcida pero escéptica y aun a veces desolada.
Se ha cerrado el ciclo. La poesía, la creación literaria griega que brotó en tierras
asiáticas y que desde ellas recorrió todo el orbe helénico (islas, Grecia propia, Sicilia, Egipto
... ), regresa a su lugar de origen densa y cargada de experiencias .
5.1.7. Literatura cristiana.
Por su propia naturaleza los textos cristianos forman un mundo aparte dentro de la
literatura griega. Pero son, con todo derecho, textos griegos: constituyen, en cierto modo, el
colofón de las letras helénicas y diríamos que aseguran la pervivencia de la helenidad en el
largo período bizantino.
Dentro de la literatura griega cristiana figura en primer término el Nuevo Testamento,
además de numerosos Evangelios y Epístolas de carácter apócrifo, pero no exentos de
interés literario. Del siglo I a fines del V de nuestra era, y aun durante el VI, se suceden los
nombres de los Padres de la Iglesia (literatura patrística), en los que se renuevan las voces
poéticas de la Grecia antigua. Muchos de ellos fueron valedores y mantenedores de las
esencias helénicas frente a la incomprensión de algunos sectores cristianos.

55
5.2. TEMAS EN -ρ.

– Estos temas comprenden sustantivos de los tres géneros. Se caracterizan por alargar
la vocal predesinencial en el nominativo singular, si ésta es breve; si es larga, se
mantiene en toda la flexión.

– Declinación de ἀήρ, ἀέρος ὁ “aire”, tema ἀερ-:

singular plural
nominativo ἀήρ (<ἀέρ con alargamiento) ἀέρ-ες
vocativo ἀέρ ἀέρ-ες
acusativo ἀέρ-α ἀέρ-ας
genitivo ἀέρ-ος ἀέρ-ων
dativo ἀέρ-ι ἀέρ-σι(ν)

– Declinación de κρατῆρ, κρατῆροσ ὁ “vasija”, tema κρατηρ-:

singular plural
nominativo κρατήρ κρατῆρ-ες
vocativo κρατήρ κρατῆρ-ες
acusativo κρατῆρ-α κρατῆρ-ας
genitivo κρατῆρ-ος κρατήρ-ων
dativo κρατῆρ-ι κρατῆρ-σι(ν)

– Existen algunos nombres de parentesco que eliden la vocal ε del tema en el genitivo
y dativo singular y también en el dativo plural: πατήρ, πατρός ὁ “padre”, µήτηρ,
µητρός ἡ “madre” y θυγάτηρ, θυγατρός ἡ “hija”. Declinación de πατήρ, πατρός ὁ
“padre”, tema πατερ/πατρ-:

singular plural
nominativo πατήρ πατέρ-ες
vocativo πάτερ πατέρ-ες
acusativo πατέρ-α πατέρ-ας
genitivo πατρ-ός πατέρ-ων
dativo πατρ-ί πατρά-σι(ν) (<πατρσι(ν))

– El sustantivo ἀνηρ, ἀνδρός ὁ “hombre”, tema ἀνερ/ἀνδρ-, presenta una δ eufónica


para facilitar la pronunciación entre los fonemas consonánticos ν y ρ, que se
encuentran en contacto a consecuencia de la elisión de la vocal ε:

56
singular plural
nominativo ἀνῆρ ἄνδρ-ες (>ἄνρ-ες)
vocativo ἄνερ ἄνδρ-ες (<ἄνρ-ες)
acusativo ἄνδρ-α (<ἄνρ-α) ἄνδρ-ας (<ἄνρ-ας)
genitivo ἀνδρ-ός (<ἀνρ-ός) ἀνδρ-ῶν (<ἀνρ-ῶν)
dativo ἀνδρ-ί (<ἀνρ-ί) ἀνδρά-σι (<ἀνρ-σι)

5.3. TEMAS EN -σ.

– Comprenden sustantivos y adjetivos de los tres géneros, pero fundamentalmente


neutros. En estos temas, la sima cae cuando se halla entre vocales y éstas se contraen.

– Declinación del sustantivo κάλλος, -ους τό “belleza”, tema καλλοσ-/καλλεσ-:

singular plural
nominativo κάλλος κάλλ-η (<κάλλεσ-α)
vocativo κάλλος κάλλ-η (<κάλλεσ-α)
acusativo κάλλος κάλλ-η (<κάλλεσ-α)
genitivo κάλλ-ους (<κάλλεσ-ος) καλλ-ῶν (<κάλλέσ-ων)
dativo κάλλ-ει (<κάλλεσ-ι) κάλλε-σι (<κάλλεσ-σι)16

– Declinación del adjetivo σαφής, σαφές “claro”, tema σαφεσ-:

singular plural
masc./fem. neutro masc./fem. neutro
nominativo σαφής σαφές σαφ-εῖς (<σαφεσ-ες) σαφ-ῆ (<σαφέσ-α)
vocativo σαφές σαφές σαφ-εῖς σαφ-ῆ
acusativo σαφῆ (<σαφέσ-α) σαφές σαφ-εῖς σαφ-ῆ
genitivo σαφ-οῦς (<σαφέσ-ος) σαφ-ῶν (<σαφέσ-ων)
dativo σαφ-εῖ (<σαφέσ-ι) σαφέ-σι (<σαφέσ-σι)

5.4. EL IMPERATIVO.

– El imperativo es el modo que expresa una orden o una prohibición; en este último
caso, la negación que acompaña al imperativo es µή.

16 Se produce una asimilación de las dos sigmas.

57
εἰµί “ser, estar” λύω “desatar, liberar”
Sing. 2ª ἴσθι λῦ-ε
3ª ἔστω λυ-έτω
Pl. 2ª ἔστε λύ-ετε
3ª ἔστων/ὄντων λυ-όντων

EJERICICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Κάθιζε δεῦρο, ὦ παῖ, καὶ ἄκουε τοῦ πατρός.
β) Ἔαρος ἦν αρχὴ καὶ πάντα ἄνθη ἐν λειµῶσι ἤκµαζεν.
γ) Οἱ ἄνθρωποι οὔτε τὸ νέκταρ οὔτε τὴν ἀµβροσίαν ἐσθίουσιν, ταῦτα γὰρ τῶν θεῶν τροφή
ἐστιν.
δ) Ζεὺς ἔλεγεν Ἑρµῆ· λάµβανε τὸ µῆλον καὶ ἄπιθι παρὰ τῷ Πάριδι εἰς τὴν Φρυγίαν.
ε) Ἐν ταῖς Παναθηναίων ἑορταῖς αἱ τοῦ ἡγεµόνος θυγατέρες ῥοδόχρουν πέπλον τῇ θεᾷ
Ἀθηνᾷ ὕφαινον.
ζ) Σωκράτης οὐ περιπατεῖ περὶ τὸν λιµένι τοῦ Πειραιέως, ἀλλὰ διαλέγεται (habla) σὺν τοῖς
νέοις ἐν τῇ ἀγορᾷ.
η) Πλούταρχος περὶ τοῦ Περικλέους ἔλεγεν ὅτι οὗτος (éste) ἐλευθέρων καὶ Ἑλλήνων καὶ
Ἀθηναίων ἡγεµών ἦν.

VOCABULARIO.
ἀγορά, ᾶς ἡ: plaza. ἡγεµών, -όνος ὁ: jefe, guía.
Ἀθηνᾶ, -ᾶς ἡ: Atenea. θεά, -ᾶς ἡ: diosa.
Ἀθηναῖος, -α, -ον: ateniense. θεός, -οῦ ὁ: dios.
ἀκµάζω: florecer. θυγατήρ, -τρός ἡ: hija.
ἀκούω:escuchar (+genitivo). καθίζω: sentarse.
ἀλλά: pero, sin embargo. καί: y
ἀµβροσία, -ας ἡ: ambrosía. λαµβάνω: coger.
ἄνθος, -ους τό: flor. λέγω: decir.
ἄνθρωπος, -ου ὁ: hombre. λειµών, -ῶνος ὁ: prado.
ἄπιθι: λιµήν, -ενος ὁ: puerto.
αρχή, -ῆς ἡ: principio. µῆλον, -ου τό: manzana.
γάρ: pues, efecto. νέκταρ, -αρος τό: néctar.
δεῦρο: aquí. νέος, -α, -ον: joven, nuevo.
διαλέγεται: habla. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
ἔαρ, -ος τό: primavera. ὅτι: que.
εἰµί: ser, estar. οὐ: no.
εἰς: a, hacia. οὔτε: ni.
ἐλεύθερος, -α, -ον: libre. οὗτος: éste.
Ἔλλην, -ηνος ὁ/ἡ: griego. παῖς, παιδός ὁ: hijo, niño.
ἐν: en. Παναθηναία, -ων τά: Panateneas.
ἑορτή, -ῆς ἡ: fiesta. παρά: junto a, en casa de.
Ἑρµῆς, -οῦ ὁ: Hermes. Πάρις, -ιδος ὁ: Paris.
ἐσθίω: comer. πᾶς, πᾶσα, πᾶν: todo.
Ζεύς, ∆ιός ὁ: Zeus. πατήρ, -τρός ὁ: padre.

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Πειραιεύς, -έως ὁ: Pireo. σύν: con.
πέπλος, -ου ὁ: vestido. Σωκράτης, -ου ὁ: Sócrates.
περί: alrededor de, acerca de. ταῦτα: estas cosas.
Περικλῆς, -έους ὁ: Pericles. τροφή, -ῆς ἡ: alimento.
περιπατέω: pasear. ὑφαίνω: tejer.
Πλούταρχος, -ου ὁ: Plutarco. Φρυγία, -ας ἡ: Frigia.
ῥοδόχρους, ῥοδόχρουν: rosa. ὤ: ¡oh!

59
UNIDAD 6

6.1. LAS ARTES PLÁSTICAS ENTRE LOS GRIEGOS.

6.1.1. De las primeras manifestaciones hasta el siglo VII a. de J.C.


6.1.1.1. El esplendor Micénico. La creación artística (y por tal entendemos en este
momento la creación plástica) es muy precoz entre los griegos como lo fue la literaria, si
bien ésta, falta de asidero gráfico, vivió como ya sabemos una larga etapa de tradición oral.
Las artes plásticas no necesitan alfabeto; pero sí requieren otras técnicas, cuyo dominio
temprano entre los griegos se evidencia en los restos que de época prehistórica -o, mejor,
prealfabética- han llegado hasta nosotros.
Los aqueos y jonios que durante el II milenio se asentaron en tierras helénicas
encontraron ya formas culturales que hubieron de asumir de algún modo. El paso de los
aqueos a Creta y al Asia y sus contactos con Egipto les permitieron asomarse a un mundo
brillante que causó en ellos fortísimo impacto y promovió la aparición del que llamamos
arte «micénico», muy influido por las formas minoicas o cretenses pero en el que ya afloran
rasgos que caracterizarán más tarde el arte propiamente griego: solidez, sentido del espacio,
tendencia a la organización de las formas.
6.1.1.2. La edad oscura (1100-800) que sigue a la invasión de los dorios es -como ya
hemos dicho en varias ocasiones- el gran crisol donde se funden numerosos elementos
nuevos y antiguos, propios y extraños, que se mezclan e interpenetran hasta dar lugar a esa
unidad que denominamos pueblo griego y que ha de manifestarse en realizaciones diversas:
políticas, literarias y artísticas. Cuando, tras esta enigmática etapa, vuelve a amanecer de
nuevo la luz de la historia sobre la Hélade, las comunidades griegas aparecen ya en .su
mayoría organizadas bajo una fórmula política original (πόλις) que se revelará endeble;
pregonan ya sus glorias heroicas y sus ansias cotidianas en cantos y poemas, y de talleres
ignorados brotan sin cesar las muestras de un arte anónimo.
Esta cultura continúa, en circunstancias muy difíciles, los logros micénicos y aparece,
por otra parte, sujeta desde el principio en mayor o menor medida a las influencias
orientales. Pero los griegos revelan prontamente una capacidad muy notable de asimilación
y de recreación sobre nuevas bases; por eso podemos afirmar que esta cultura naciente es ya
cultura griega.
6.1.1.3. Primeros caracteres del arte griego. En las primeras realizaciones artísticas
encontramos dos rasgos que han de caracterizar el arte griego a lo largo del tiempo:
- economía de medios y de procedimientos;
- dominio de la forma y de la proporción.
Los artistas en rotundo viraje frente a las creaciones anteriores se disponen a afrontar
reflexivamente los problemas artísticos, sometiendo la creación a normas claras y exigentes.
La cerámica es el arte del momento, la que nos ofrece abundantes y magníficos testimonios
de esta evolución o revolución: tiene especial interés la cerámica que se desarrolló en tierras
del Ática donde, por haber quedado a salvo del desmantelamiento dorio, prosiguió sin
demasiados altibajos la vida de la población. La decoración de las vasijas áticas ofrece
formas elementales de estilización geométrica, alejadas de todo naturalismo¡ con el paso del
tiempo se hace evidente el trabajo reflexivo de los artistas: incorporan a la decoración
motivos geométricos dispuestos en bandas (meandros, grecas ... ), en armonía con la forma
de la vasija, y destacan el pie y el cuello de ésta con reborde s oscuros; posteriormente

60
introducen elementos figurativos (animales, guerreros, cortejos fúnebres ... ), que responden
a la misma hiriente estilización geométrica y a la misma disposición en bandas: es la
cerámica de Dipilon, así denominada porque los restos más interesantes se han encontrado
en el Dipilon o Doble Puerta de la Atenas prehistórica. Esta cerámica geométrica nos
alecciona. sobre el esfuerzo consciente realizado por los griegos en su búsqueda de un
sistema de formas, riguroso y racional, sujeto a ritmo y armonía, el cual será la base de los
desarrollos posteriores del arte helénico.
Pocos restos, salvo los de cerámica, nos han llegado de esta etapa. Tal vez se iniciase
en ella la construcción de templos muy elementales en madera y ladrillo. Tenemos noticia
del desarrollo de una imaginería en madera, los xóana, que fueron conservados y venerados
durante siglos: tal el xóanon de Atena que se guardaba en el Partenón y era objeto de culto
en plena época clásica.
A finales de esta etapa oscura, los primeros contactos comerciales de los griegos
asiáticos con Fenicia abren paso a la penetración de influencias orientales en las ciudades
del Asia y en la Grecia propia; estas influencias se dejan sentir en las realizaciones de los
ceramistas; se mantiene la estructura en bandas, pobladas ahora de figuras de animales
feroces o fabulosos, o de motivos vegetales estilizados. Sin embargo, el esquematismo
geométrico. continúa vigente; el genio griego se dispone a absorber los elementos extraños
imprimiéndoles su sello propio.
6.1.2. El fecundo período preclásico (siglos VII-VI a. de J.C.).
6.1.2.1. Nace el arte monumental. Con el siglo VII se abre una etapa de transición en
la que el proceso de formación del pueblo griego llegará a su término. Asia, la tierra nueva
que acogió a los emigrantes, continúa impulsando el genio creador de esos griegos
irredentos que acudieron a sus costas: veremos surgir las volutas «jonias», florecerán las
rosetas y otros motivos florales en la cerámica ... Los navegantes griegos surcan el Egeo,
hostil y entrañable, y el comercio se intensifica; merced a este tráfico comercial, afluyen a
toda la Hélade las ideas, transmutadas en múltiples formas: nuevas técnicas, nuevos logros.
Nace un arte monumental inspirado en las creaciones egipcias y basado, como éstas? en
motivos religiosos; es ahora cuando se inicia la gran arquitectura y la gran estatuaria
griegas. Hubo anteriormente manifestaciones de estas artes, pero han quedado escasos restos
y nada representativos. Es, pues, el siglo VII el que inaugura un arte monumental que se
cifra en templos e imágenes de los dioses.
6.1.2.2. El orden dórico.
a) Arquitectura dórica. Las primeras formas del gran templo heleno son las que surgen en el
continente griego y en las colonias de la Magna Grecia, y con ellas asistimos a la eclosión
del estilo dórico que se mantendrá inalterable en lo esencial hasta el fin de la antigüedad. Es
posible que hayamos de aceptar la existencia previa de pequeños templos de madera y aun
la utilización de este endeble material en algunas partes de las primeras grandes
construcciones; sea como sea, el templo dórico en piedra o mármol puede considerarse una
creación totalmente nueva y original:
- por sus proporciones colosales, sólo posibles en materiales pétreos;
- por la elaboración clara y precisa del conjunto, en la que se denuncia el sentido estructural
de los griegos.
El templo dórico puede definirse como estructura hecha piedra. Particularmente la
columna (στῦλος) da cuerpo a esa síntesis forma/función en que consiste toda estructura. N
o entramos en el detalle de los elementos constitutivos del templo dórico ni en el estudio de

61
su delicada evolución por entender que todo ello os es ya bien conocido a través de la
Historia del Arte. Recordaremos tan sólo la difusión que el arte dórico alcanzó durante los
siglos VII y VI, de la que dan testimonio los templos de Sicilia y del sur de Italia y las
noticias que tenemos sobre el Heraion de Olimpia, las desaparecidas construcciones de la
primitiva acrópolis ateniense, el templo de Apolo en Termos (Etolía), etc. Obsérvese que, en
general, esta difusión no alcanzó a las zonas orientales en las que con ligero retraso se
desarrollan las formas propias del estilo jónico del que ya hablaremos.
b) Escultura dórica. La claridad y solidez del templo dórico parece irradiar sobre las demás
artes. La estatuaria revela en sus figuras humanas (de dioses o de hombres) el mismo
sentido organizador y la misma energía disciplinada que dan su forma a las construcciones
religiosas. Las imágenes y las representaciones en bajorrelieves obedecen en un principio a
los modelos egipcios en su rígido respeto a la ley de frontalidad, pero incluso en las
primeras muestras escultóricas se declara ya el rigor griego, incapaz de puros mimetismos;
el artista se esfuerza en el logro de una obra perfecta, clara y objetiva. El desnudo en las
figuras masculinas y el tratamiento del vestido en las femeninas indican ese impulso
objetivo, frenado tan sólo por la incapacidad de una técnica que todavía no ha logrado do-
minar la perspectiva. Durante largo tiempo se reiteran las formas y los temas en todos los
rincones de la Hélade; se manifiestan así otros rasgos típicos del arte griego -y, por tanto,
del hombre griego-:
- el escaso o nulo valor atribuido a lo que nosotros entendemos por originalidad;
- la interpretación del tema o asunto artístico como mero pretexto para la búsqueda de la
forma o como vehículo en la expresión de la idea;
- el espíritu generalizador que tiende a la formulación de lo abstracto sin prestar atención a
las realidades concretas.
La penetración de las influencias orientales parece agitar nerviosamente las
producciones formalistas de la primera estatuaria; se ha observado repetidamente hasta qué
punto ilustra sobre la evolución de las maneras escultóricas la comparación entre los
frontones oriental y occidental del templo de Afaya en Egina: refinado y preciosista el
primero, rígido y formalista el segundo; pero en uno yen otro se mantienen los principios
rigurosamente helénicos: regularidad y ritmo, vigencia de los módulos y cánones que con
leves variaciones se estiman válidos.
No nos imaginemos a los artistas absortos tan sólo en los problemas formales. El arte
requiere el aprendizaje y dominio de técnicas muy concretas, el trato con los materiales que
han de ser manejados y modelados con las manos, También las técnicas sufrieron
modificaciones y plantearon problemas; de la Grecia asiática -como siempre-- e insular
llegaron durante el siglo VI las técnicas del mármol y del bronce llamadas a imponerse en
la estatuaria posterior.
e) Cerámica y pintura. La cerámica sirve también a los mismos criterios de estabilidad y
precisión. También en ella se plantean problemas técnicos: se multiplican las formas de las
vasijas (crateras, hidrias, ánforas, platos, aríbalos, enócoes, lecitos ... de diversos tamaños y
trazas), y sobre esas formas el decorador -artesano distinto del ceramista- articula los moti-
vos más variados (bailes en rueda, escenas de simposio, motivos mitológicos, cortejos
fúnebres o escenas cotidianas); se mantienen también los motivos geométrico s y orientales
finamente estilizados y subordinados a la arquitectura del vaso. La cerámica es, casi desde
el principio, un arte industrial, proyectado hacia la exportación en el mundo mediterráneo;
esto da lugar a una fuerte competición comercial entre los centros. de producción (ciudades

62
jonias del Asia, Corinto, Atenas ... ). En el siglo VI, y no sin esfuerzos, logra el Ática la
supremacía en el mercado, mediante su técnica de pintura de figuras negras a la que pronto
siguió un nuevo y más prometedor procedimiento: la pintura de figuras rojas, que aparece
a finales de este mismo siglo VI y llegará a desplazar por entero las técnicas anteriores.
Hemos de tener en cuenta que la cerámica nos ofrece el testimonio más abundante y
más preciso sobre el desarrollo pictórico griego a lo largo de los siglos. Se cultivó la pintura
en esta época de transición como medio de realzar los efectos de la construcción y de la
estatuaria, aplicando en determinadas zonas una fuerte policromía, ausente de
preocupaciones realistas (cabellos azules, ojos rojos, tonos invariablemente oscuros en las
figuras masculinas en oposición a las niveas carnes femeninas, etc.); pero los restos que
conservamos son muy escasos. Hay testimonios de un desarrollo independiente de la pintura
en las ciudades e islas asiáticas, pero -como sucedió con la pintura de épocas posteriores-
nada nos queda. Es frecuente la aparición, en las obras de esta época de transición, de
inscripciones alfabéticas «aclaratorias» en las que se pone de relieve el casi obsesivo afán de
precisión a que responden los artistas. Pero en el siglo VI se inicia en la Grecia continental
una nueva costumbre: la de «firmar» los vasos; el arte ya no es anónimo: se acusa el ii ..
dividualismo griego que de formas tan diversas buscó expresión en esta época. Execias,
Duris, Fintias, Eufronio, Brigo ... han eternizado sus nombres sobre numerosos vasos.
6.1.2.3. El orden jónico. Los artistas de la Grecia asiática permanecen en el nonimato.
Sus obras no tienen autor conocido: salen quizá de los «gremios» que tuvieron gran fuerza
entre los jonios. Y, sin embargo, brotan de Asia a raudales las innovaciones artísticas. Los
jonios constituyeron un grupo humano dotado de extraordinaria vivacidad, inteligente e
inquieto; su asentamiento en las tierras asiáticas y sus ulteriores actividades marineras y
comerciales en el Mediterráneo estimularon su natural gusto por lo nuevo. De ellos
proceden numerosos ensayos fructíferos, y entre ellos nació en la época arcaica el estilo
jónico, que se extendíó por todas las ciudades de la Grecia asiática y por las islas próximas.
En sus elementos básicos el arte jónico no difiere grandemente del dórico. Nos encontramos
ante el mismo juego equilibrado de líneas verticales y horizontales, ante la misma
matemática claridad. Pero, sin turbar el equilibrio y la precisión que tan necesarios son para
el artista griego, la gracia y la elegancia se suman ahora para dar el toque final. La
arquitectura jónica se caracteriza por la esbeltez ponderada de sus formas; la columna se
remata en orientales volutas, y el friso corre libremente ofreciéndose como marco a la
decoración escultórica. En las' primeras muestras se patentiza una cierta tendencia al
colosalismo arquitectónico que sorprendía a los demás griegos en el Heraion de Samos y en
el Artemision de Éfeso. Pero también aparecen obras de menor envergadura como los
tesoros délficos de las ciudades asiáticas en Delfos. (Digamos, entre paréntesis, que los
siglos VII y VI consagran el esplendor de la religión délfica que compite triunfalmente con
la religiosidad dionisíaca en expansión; en Delfos hicieron construir las distintas poleis unos
pequeños edículos -los tesoros- para preservar en ellos las ofrendas que hacían al dios
pítico.)
También en la estatuaria el aliento jónico imprime delicadeza a las representaciones,
además dé introducir nuevas técnicas (mármol y bronce). La audacia jónica se manifiesta en
el empleo de la figura humana, tanto masculina como femenina, en la arquitectura, como
elemento de sustentación en lugar de columnas: son las cariátides que aparecen por primera
vez en el siglo VI.

63
6.1.3. El apogeo clásico (siglos V-IV a. de J.C.).
6.1.3.1. Caracteres del período. De repente, sobreviene la gran convulsión: el choque
de griegos y persas en los umbrales del siglo V a.C.
Si en las demás manifestaciones de la vida griega este hecho tuvo tan amplias
repercusiones, no nos puede sorprender que también afectara profundamente a la evolución
artística. No se rompe con el pasado, que tan difíciles logros había obtenido, pero surge un
clima enteramente nuevo como corresponde a una situación también nueva:
– durante el período «clásico» no se producen influencias exteriores importantes, lo
que comunica a esta etapa un carácter unitario a pesar de los notables cambios que la
acelerada evolución artística trae consigo;
– la exaltación de la individualidad del artista que ya se había iniciado en las
postrimerías del período arcaico se intensifica; surgen también lo que podríamos llamar
escuelas en torno a un maestro;
– resistencia frontal a las convenciones arcaicas: en la primera fase, la reacción es
sumamente dura; posteriormente el alejamiento y el dominio de nuevas formas y nuevas
técnicas suavizan la repulsa. En todo caso el clasicismo opone sus rasgos de sencillez y
naturalidad al preciosismo y al esquematismo arcaicos;
– anhelo de veracidad que altera la problemática planteada a los artistas: se hace
preciso un estudio detenido de la anatomía del cuerpo humano; la rebeldía frente a la ley de
frontalidad y la rigidez anteriores obligan a los artistas a múltiples tentativas para resolver
los problemas del movimiento; la representación en profundidad, es decir, la perspectiva, no
halla soluciones definitivas a lo largo del período clásico, pero se realizan intentos muy
notables; se pretende llegar a un arte racional y humano en que la forma se corresponda con
el sentido: un arte del hombre y para el hombre .
– la temática se amplía extraordinariamente y en ella se incluyen los hechos
contemporáneos o bien se interpretan los pretéritos como prefiguración del presente (como
sucede también en el drama). Es el momento de la toma de conciencia de los griegos como
pueblo: ahora ya saben que son griegos, y el arte expresa ese primer momento de exaltación
nacional.
6.1.3.2. La arquitectura. Podríamos seguir registrando notas características del nuevo
tono artístico y no acabaríamos. Las décadas que transcurren desde la terminación de las
guerras médicas hasta las primeras intervenciones macedónicas en la Hélade están pobladas
de nombres de artistas que hacen brotar en torrentes las obras más variadas, mostrando
además un decidido gusto por la creación de grandes conjuntos arquitectónicos, entre los
que es inevitable recordar la Acrópolis ateniense.
Hemos de pensar en la Acrópolis de la época clásica e imaginarla como era: un
conjunto abigarrado y al mismo tiempo grandioso en el que convivían las estatuas de dioses
y héroes de diversas épocas con los edificios de resplandeciente mármol erigidos por el
fervor y voluntad del pueblo ateniense en la época de Pericles; los magnificos propileo s que
daban y dan todavía acceso al sagrado recinto ofrecen la conjunción del arte dórico y del
arte jónico ennoblecidos por la técnica sabia de los arquitectos, entre los que destaca
Fidias.
Fidias y su escuela de escultores, pues también fue maestro en la nueva escultura que
alcanza en la representación de los dioses el definitivo equilibrio de majestad y gracia. El
Partenón es, como bien sabemos, la realización suma de la época: todos los logros arcaicos
quedan potenciados por el arte de Fidias e Ictinos, que sin embargo infringen audazmente

64
todas las normas; en el Partenón las líneas rectas no son rectas, los elementos verticales han
abandonado la verticalidad, se diluyen los contornos de las rotundas figuras escultóricas.
Todo es igual que antes, sólo que todo es distinto.
Y así en este arte sereno del Partenón está ya implícita la evolución posterior dentro
del mismo período clásico. En el siglo IV triunfa plenamente la libertad de las formas y del
movimiento y regresa el afán ornamental en la cerámíca y en los relieves; el arte se
humaniza y aspira a dar expresión a las emociones del espíritu y de las relaciones
interpersonales. Además del Partenón y los Propileos, se inició el gran templo de Zeus que
sería terminado en el s. II y se construyó la fuente de Enneakrûnos.
Otras construcciones famosas son el Thesión, de Atenas; el templo de Apolo en
Figalia; el templo de la Victoria Aptera, en la misma acrópolis; el Erection, con sus
cariátides, y un largo etcétera.
6.1.3.3. La escultura. La escultura del período clásico se ha convertido en el modelo
de todos los clasicismos posteriores y, particularmente, del Renacimiento y del
Neoclasicismo. Los escultores griegos que mejor representan estos ideales son Mirón y
Policleto, con el «Discóbolo» y el «Doríforo», respectivamente. En Fidias culmina el
esfuerzo griego por expresar en el cuerpo humano el ideal de belleza: su escultura de Palas
Partenos, cuyo original no conocemos, y los frisos y metopas del Partenón constituyen los
modelos insuperables. Otras estatuas de Fidias, hoy perdidas, merecieron ser copiadas por
artistas griegos posteriores, cuyas obras nos dan una idea de las calidades artísticas del
genial escultor. En el siglo IV y antes de iniciarse el período Helenístico, Praxiteles y
Scopas recogen la herencia de Fidias y la adornan con un incipiente barroquismo: el Hermes
de Praxiteles, hallado en Olimpia, es una de las esculturas de la antigüedad que más admiran
los críticos de arte y que nos ha llegado en su original, excepcionalmente bien conservado
6.1.3.4. La pintura. Las manifestaciones artísticas aparecen muy influidas por el
desarrollo pictórico, pues la pintura debió de ser el gran arte del momento, si bien de ella
nada conservamos, salvo observaciones y descripciones muy notables en los textos literarios
además de los nombres ilustres de Polignoto, Zeuxis, Parrasio. Polignoto afrontó el
problema de la perspectiva y la técnica del sombreado, Zeuxis creó el claroscuro ... ,
influyendo excesivamente sus realizaciones en la cerámica que, por otra parte, es nuestro
único testimonio inmediato del arte pictórico griego.
Parece necesario recordar que la efusión artística del período clásico coincide con
situaciones históricas a menudo críticas y dolorosas que, como en la creación literaria,
encuentran eco en los hechos artísticos.
6.1.4. El período helenístico.
El período arcaico se caracterizó por la lentitud de la evolución conducida en todo
momento por la voluntad consciente de perfección; el período clásico lleva el signo de la
energía innovadora; el período helenístico (que en el arte se anticipa a la historia) está
marcado por el afán de independencia y por el dominio de técnicas hasta entonces no
alcanzadas, en particular, la perspectiva: el pintor Apeles (del que naturalmente no
conservamos nada) y el escultor Lisipo encarnan los nuevos ideales que niegan en gran
parte la tradición anterior. Ambos artistas, como otros muchos, encontraron acogida en la
Macedonia triunfante. Los grandes reinos helenísticos que heredan el Imperio de Alejandro
protegen el trabajo de los artistas y emprenden construcciones gigantescas, acordes con el
tono político del momento. Las grandes ciudades cosmopolitas se pueblan de suntuosos
edificios públicos y. privados, y sus plazas se embellecen con el marco de los pórticos. Junto

65
a los rasgos típicos dóricos y jónicos surge el estilo corintio, cuyo capitel simboliza la fresca
libertad del arte de este período.
La originalidad y el realismo confluyen especialmente en las manifestaciones
escultóricas: en ellas se refleja el interés griego por el hombre que ahora es interés por el
individuo:
– se intenta el retrato de personajes contemporáneos o pretéritos (Alejandro, los
príncipes helenísticos, Hornero, Eurípides, Sócrates), pero el toque individualizador no está
libre de la idealización helénica;
– niños, mujeres, esclavos, viejos vendedores, pescadores rugosos y cansados,
bárbaros, negros, todos son dignos del cincel del artista;
– escenas nimias, situaciones banales se convierten en fuente de inspiración: el
muchacho que se ha clavado una espina en el pie, el niño que juega con la oca, las damas de
pulcro atuendo en las figurillas de terracota (tanagras).
Y junto a ellos los conjuntos monumentales, desmesurados: la « Gígantomaquía»; en
el altar de Zeus en Pérgamo; el «Laoconte» de Rodas. O las descomunales figuras divinas,
llenas de movimiento,. convertidas en espectáculo para los humanos, como la « Victoria de
Samotracia» .
De nuevo recoge el arte griego numerosas influencias de un mundo exterior, ahora
muy amplio, sobre el cual vierte Grecia abundantemente su genio en todas direcciones:
Egipto, el Asia Próxima e Italia conservan las huellas de esta profunda helenización que,
sabemos, no se limitó a la esfera del arte.
En este fugaz paseo por el arte griego hemos prestado una atención más detenida al
desarrollo arcaico porque nos parece conveniente poner de relieve el enorme esfuerzo
realizado en forma anónima por los artistas de ese período: a partir de ellos, el colosal
despliegue de las artes plásticas no es sino la irradiación del genio creador del arte arcaico.

6.2. TEMAS EN VOCAL -ι.


– Están formados por sustantivos masculinos y femeninos; pueden presentar la -ι
invariable en toda la flexión, o bien alternar la vocal -ι con -ει a partir del genitivo
singular. Esta -ι, al encontrarse entre vocales desaparece y se contraen las vocales en
contacto. En el genitivo singular la desinencia es -ως a causa de una metátesis de
cantidad.

– Declinación de πόλις, έως ἡ “ciudad”, tema πολι-/πολει-:

singular plural
nominativo πόλι-ς πόλ-εις (<πόλει-ες)
vocativo πόλι πόλ-εις
acusativo πόλι-ν πόλ-εις (por analogía)
genitivo πολέ-ως (<ποληι-ος) πόλε-ων (<πολει-ων)
dativo πόλε-ι (<πολει-ι) πόλε-σι (por analogía)

66
6.3. TEMAS EN VOCAL -υ.

– Incluyen sustantivos masculinos, femeninos y neutros, y también adjetivos.

– Los sustantivos se declinan como los temas en vocal -ι, es decir, presentan la
vocal -υ invariable o bien alternan la -υ con -ευ a partir del genitivo singular.

– Declinación de ἀστύ, -έως τό “ciudad, capital”, tema ἀστυ-/ἀστευ-:

singular plural
nominativo ἄστυ ἄστη (<ἀστευ-α)
vocativo ἄστύ ἄστη
acusativo ἄστύ ἄστη
genitivo ἄστεως (<ἀστηυ-ος) ἄστεων (<ἀστευ-ων)
dativo ἄστει (<ἀστευ-ι) ἄστεσι(ν) (por analogía)

– Los adjetivos del tipo βαρύς, βαρεῖα, βαρύ “pesado, grave”, decliinan el femenino
como un tema en -α pura, en cambio, los géneros masculino y neutro se declinan
como un tema en -υ alternante; el genitivo singular de los adjetivos es -εος, en lugar
de -εως como en los sustantivos.

– Declinación de βαρύς, βαρεῖα, βαρύ “pesado, grave”:

singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
nominativo βαρύ-ς βαρεῖ-α βαρ-ύ Βαρ-εῖς (<βαρέυ-ες) βαρεῖ-αι βαρέ-α17
vocativo βαρύ βαρεῖ-α βαρ-ύ βαρ-εῖς βαρεῖ-αι βαρέ-α
acusativo βαρύ-ν βαρεῖ-αν βαρ-ύ βαρ-εῖς βαρεί-ας βαρέ-α
genitivo βαρέ- βαρεί-ας βαρ-έος Βαρέ-ων (<βαρέυ-ων) βαρει-ῶν βαρέ-ων19
ος18
dativo βαρε-ῖ βαρεί-ᾳ βαρ-εῖ βαρέ-σι(ν) (por βαρεί-αις βαρέ.σι(ν)
analogía)

17 (<βαρευ-α), no se produce contracción.


18 No se produce contracción.
19 (<βαρέυ-ων).

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6.4. TEMAS EN DIPTONGO -ευ.

– Forman parte de estos temas sustantivos masculinos y femeninos. Se caracterizan por


la elisión de la -υ en posición intervocálica, que da lugar al hiato y a la contracción.
El nominativo singular es sigmático; los acusativos singular y plural presentan las
desinencias -α y -ας respectivamente, como los temas consonánticos.

– Declinación de βασιλεύς, -έως ὁ “rey”, tema βασιλευ-:

singular plural
nominativo βασιλέυ-ς Βασιλ-εῖς (<βασιλεύ-ες)
vocativo βασιλεῦ βασιλ-εῖς
acusativo βασιλέ-α (<βασιλέυ-α) βασιλ-εῖς
genitivo βασιλέ-ως (<βασιλήυ-ος) Βασιλέ-ων (<βασιλεύ-ων)
dativo βασιλε-ῖ (<βασιλέυ-ι) βασιλεῦ-σι

6.5. SUSTANTIVOS IRREGULARES.

– Ζεύς, ∆ιός ὁ: “Zeus” temas: Ζευ-/∆ι-.


– γυνή, γυναικός ἡ “mujer” temas γυν-/γυναικ-.
– κύων, κυνός ὁ: “perro” temas: κυον-/κυν-.
– ναῦς, νέως ἡ: “nave” temas: ναυ-/νηυ--
– χείρ, χειρός ἡ: “mano” temas: χειρ-/χερ-.
– υἱός, υἱοῦ/υἱέος ὁ: “hijo” temas: υἱο-/υἱιε--

6.6. EL PARTICIPIO.

– El participio es un adjetivo verbal. Tiene tres géneros: masculino, femenino y neutro.


Actúa como si se tratara de un adjetivo, pero sin dejar de ser un verbo, y como tal
admite todo tipo de complementos. En griego se emplea con mucha frecuencia esta
forma verbal, constituyendo esto una de las características esenciales de la lengua
griega.

– Podemos traducir el participio de las siguientes formas:


– Por un gerundio simple o compuesto, según se trate de un participio de presente o
de aoristo. Ej.:
– Πολλοὶ γὰρ ὄντες εὐγενεῖς εἰσι κακοί (Muchos, siendo de buen linaje, son en
realidad malvados).
– Por una oración subordinada adjetiva o de relativo (si el participio va precedido
del artículo). Ej.:
– Οἱ φιλοῦντες τὴν δίκην, ἀγαθοὶ πολῖται εἰσίν (Los que aman la justicia son
buenos siudadanos).

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– Por una oración subordinada adverbial o circunstancial (temporal, causal, final,
etc.). Ej.:
– Ὁ Ἀχιλλεὺς τὰ ὅπλα εἶλε, ὁρµήσων πρὸς τοὺς Τρωάς (Aquiles cogió las armas
para lanzarse contra los troyanos).

– Participio absoluto o genitivo absoluto: Se trata de una construcción sintáctica en la


que el verbo es un participio en caso genitivo que está concertando con el sujeto en
género, número y caso. Equivale a una oración circunstancial. Ej.:
– Ὄντος τοῦ ἔαρος, πάντα τὰ ἄνθη ἀκµάζει (Siendo primavera / cuando es
primavera, todas las flores florecen).

– Para declinar el participio: el masculino y el neutro se declinan como un sustantivo


de tema en consonante -ντ, y el femenino por la primera declinación en -α pura:

– Declinación de ὤν, οὖσα, ὄν (siendo):

singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
nominativo ὤν (<ὄντ) οὖσ-α ὄν ὄντ-ες οὖσ-αι ὄντ-α
acusativo ὄντ-α οὔσ-αν ὄν ὄντ-ας οὔσ-ας ὄντ-α
genitivo ὄντ-ος οὔσ-ης ὄντ-ος ὄντ-ων οὐσ-ῶν ὄντ-ων
dativo ὄντ-ι οὔσ-ῃ ὄντ-ι οὖ-σι (<ὀντ+σι) οὔσ-αις οὖ-σι

– Declincación de λύ-ων, λύ-ουσα, λύ-ον (desatando):

singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
nominativo λύ-ων λύ-ουσα λύ-ον λύ-οντες λύ-ουσαι λύ-οντα
acusativo λύ-οντα λύ-ουσαν λυ-ονν λύ-οντας λυ-ούσας λύ-οντα
genitivo λύοντ-ος λυ-ούσης λύ-οντος λυ-όντων λυ-ουσῶν λυ-όντων
dativo λύοντ-ι λυ-ούσῃ λύ-οντι λύ-ουσι λυ-ούσαις λύ-ουσι

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Οἱ ναῦται τὰ ἐρετµὰ λαµβάνοντες εἰσέβαινον εἰς τὰς ναῦς.
β) Σύ δὲ ἀποκρύπτων τὰ ἀληθῆ ἐν τῷ δικαστηρίῳ οὐκ ἔσωζες τοὺς φίλους ἐκ τοῦ
δεσµωτηρίου.
γ) Ἐν τῇ ἐκκλησίᾳ οἱ νεανίαι Ἀθηναῖοι ἀκούοντες τῶν ῥητόρων ἐµάνθανον τὴν ῥητορικὴν
τέχνην.
δ) Περιτρεπούσης τῆς νεώς, ὁ ναύτης ἐπικαλεῖ τὸν Ποσειδῶνα.
ε) Τοῦ δὲ Ἡερακλέους ὄντος παιδὸς ὀκταµηνιαίου, Ἥρα ἔπεµπε δύο δράκοντας ἐπὶ αὐτόν.
ζ) Ἡ µήτηρ δίδωσιν ἱκανὰ χρήµατα τῷ παιδὶ ἀγοράσοντι ἄρτον καὶ οἶνον.

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VOCABULARIO.
ἀγοράσοντι: para comprar. Ἡρακλῆς, -έους ὁ: Heracles.
Ἀθηναῖος, -α, -ον: ateniense. ἱκανός, -η, -ον: suficiente
ἀκούω: escuchar (+genitivo). καί: y.
ἀληθής, -ές: verdadero. λαµβάνω: coger.
ἀποκρύπτω: esconder, ocultar. µανθάνω: aprender.
ἄρτος, -ου ὁ: pan. µήτηρ, -τρός ἡ: madre.
αὐτός, -ή, -ό: él, ella, ello. ναῦς, -εώς ἡ: nave.
δέ: pero, por otro lado. ναύτης, -ου ὁ: marinero.
δεσµωτήριον, -ου τό: prisión. νεανίας, -ου ὁ: joven.
δίδωµι: dar. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
δικαστήριον, -ου τό: tribunal. οἶνος, -ου ὁ: vino.
δράκων, -οντος ὁ: serpiente, dragón. ὀκταµηνιαῖος, -α, -ον: de ocho meses.
δύο: dos. οὐκ: no.
εἰµί: ser, estar. παῖς, παιδός ὁ: niño, hijo.
εἰς: a, hacia, en. πέµπω: enviar.
εἰσβαίνω: entrar, embarcar. περιτρέπω: zozobrar, hundirse.
ἐκ: de, desde. Ποσειδῶν, -ῶνος ὁ: Poseidón.
ἐκκλησία, -ας ἡ: asamblea, reunión. ῥητορική, -ῆς ἡ: retórica.
ἐν: en. ῥήτωρ, -ορος ὁ: orador.
ἐπί: contra. σύ: tú.
ἐπικαλέω: llamar, invocar. σώζω: salvar.
ἐρετµόν, -οῦ τό: remo. τέχνη, -ης ἡ: arte, técnica.
Ἥρα, -ας ἡ: Hera. φίλος, -η, -ον: amigo.
χρήµα, -ατα τό: riqueza, bienes, dinero.

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UNIDAD 7

7.1. CIENCIA Y FILOSOFÍA EN GRECIA.

7.1.1. La reflexión filosófica sobre el cosmos.


– El hombre griego supera la postura «mítica» de mera aceptación de las
interpretaciones dadas por la tradición religiosa a los enigmas del universo y del hombre.
Este movimiento precoz de alejamiento con respecto al mito pone de relieve el temple
reflexivo de los griegos que los hacía indemnes a todo dogmatismo. Pone también de relieve
su dinámica actitud ante las cosas que los lleva a desvincularse de ese cosmos en el que
están inmersos y al cual pertenecen. El mundo y el hombre se convierten así para el griego
en espectáculo de los ojos y en fuente de reflexiones de las que brotará muy pronto una
ingenua ciencia. En los poemas homéricos aparecen las primeras reflexiones del hombre
griego, suscitadas por la desnuda experiencia, que no análisis, de su propia y frágil
condición humana. En ellas no encontramos alusión ninguna a los dioses; sólo la sabiduría
adquirida al precio del dolor (πάθει µάθος = por el dolor, el conocimiento, constatará más
tarde Esquilo); los dioses ya no pueden dar razón plena de los hechos que conturban a los
hombres. En los textos épicos hallamos los primeros atisbos de un análisis independiente de
la realidad, y con ellos comienza la reflexión sobre el cosmos circundante y sobre el
universo moral.
– El papel de las colonias de Asia Menor. Esta épica «homéríca» surge y se desarrolla
en tierras del Asia. Los jonios emigrantes supieron enfrentarse a la vida con una actitud
radicalmente nueva, en la que se conjugaron su espíritu receptivo y su fuerza creadora.
Gracias a ello, pudieron asimilar prontamente las técnicas ya desarrolladas de los pueblos
orientales, asumiendo una experiencia milenaria; al mismo tiempo, fueron capaces de
replantear su visión del mundo sin someterse a las concepciones ajenas ni permanecer
anclados en sus tradiciones heredadas. La sociedad jonia es una sociedad libre, en la que
durante largo tiempo domina un fuerte y constructivo impulso solidario. Clara muestra de su
vitalidad es la fácil fusión con las poblaciones asiáticas que dio lugar a un fecundo
mestizaje; la rápida creación de una κοινή jónica que extiende su primacía lingüística en el
Asia colonial; su toma de contacto con los pueblos y culturas de Oriente y su original y
creativa reacción ante las formas de vida en ellos imperantes. El esforzado aprendizaje de
los jonios en el Asia se llevó a cabo en íntimo contacto con la realidad cotidiana; de ella
brotan en forma inmediata problemas menores en los que la despierta mente jónica entrevé
las claves del enigma cósmico. De este modo, surge la primera ciencia que no pretende
explicar racionalmente el cosmos, sino desvelar -al margen de las explicaciones míticas- las
normas que rigen o parecen regir los fenómenos naturales. Las bases de esta ciencia
originaria son puramente experimentales, pero desde ellas se intenta, aun sin saberlo, una
investigación del universo como totalidad en la cual está inserto el hombre. Esta empresa
ambiciosa supone la marginación y rechazo de las interpretaciones míticas, lo que no quiere
decir que los pensadores jonios fuesen ateos en el sentido actual de la palabra. La primera
ciencia es reflexión libre e ingenua ante el cosmos, por lo que también es la primera
filosofía. Filosofía y ciencia fueron durante siglos una misma cosa, una misma actividad
sujeta a las alternativas de una fuerte evolución que lleva a los griegos desde las nebulosas
visiones míticas hasta las diáfanas interpretaciones del λόγος.

71
– Los milesios. Esta ciencia-filosofía nace en el s. VI en Mileto, la ciudad jónico-
asiática que fue centro comercial y colonial de primerísimo orden. En ella maduraron las
reflexiones inquisitivas de pensadores innominados que, sin duda, precedieron a los bien
conocidos Tales, Anaximandro y Anaximenes. Sin entrar en la exposición de sus ideas,
hemos de resaltar el carácter predominantemente científico de su actividad, la raigambre
experimental de sus logros, el talante activo de estas figuras, que son, ante todo, hombres de
acción y no puros teóricos. El pensamiento de los milesios se mantiene todavía en un nivel
prerracional y los intentos de explicación del cosmos se mueven en el ámbito de una
«física» audaz y primeriza. Los dioses, lo divino, están presentes en sus reflexiones en las
que no falta la preocupación ética.
7.1.2. De Oriente a Occidente.
Durante este siglo VI se alteran progresivamente en Asia y en la Grecia propia los
supuestos de la vida del hombre y se intensifica la comunicación entre los grupos helénicos.
La gran colonización ha ensanchado el ámbito vital y cultural griegos y ha aportado nuevos
elementos de contraste que fortifican el proceso de «autoidentificación» de los griegos como
pueblo. El hombre de pensamiento, el «intelectual», asume y reinterpreta los nuevos datos y
cobra conciencia de su misión personal, actitud que adoptan tanto Jenófanes de Colofón
como Pitágoras de Samos.
– Jenófanes de Colofón proclama abiertamente la valoración de la σοφία, la prioridad
del ejercicio intelectual sobre las demás tareas humanas; lleva su voz, original y de
teológicas resonancias, al occidente helénico, a las tierras sicilianas; con él se inicia el
despegue del pensamiento desde la física hacia lo que un siglo después será ya pura
metafísica: todavía persiste en él la investigación de la naturaleza del cosmos, pero la
preocupación teológica le lleva a la genial proclamación de la divinidad una e inmóvil, ajena
al cambio.
– Pitágoras de Samos llevó también, fugitivo de la tiranía, la inquietud científico-
filosófica a Occidente, al sur de Italia, donde bullían las ciudades coloniales griegas. En él y
en su escuela se acusan los rasgos religiosos de una filosofía nueva que parece alejarse de
forma creciente de sus bases físicas y pretende investigar la estructura cósmica. Sin
embargo, Pitágoras se mantiene dentro de la tradición «física» con sus famosos
experimentos con las cuerdas musicales. Su tendencia «filosófica» le lleva a intentos
dogmáticos de explicación del universo: nace así en el pensamiento griego el dualismo, que
tan grande y. a veces peligrosa fortuna habría de tener. La figura incierta de Pitágoras cobra
perfiles seguros como fundador de la ciencia matemática, que en esta fase primera no es
sino vehículo de la interpretación pitagórica del cosmos concebido como armonía.
7.1.3. Desarrollo lingüístico y pensamiento científico-filosófico.
La rápida evolución que durante el siglo VI experimenta la actividad filosófica griega
no se habría producido sin la puesta a punto del instrumento que hace posible la formulación
del pensamiento humano; este instrumento es la lengua.
Ya desde los orígenes ofrece la lengua griega unas posibilidades que explican el
precocísimo y rápido desarrollo del pensamiento filosófico-científico entre los griegos y la
aparición, a través del lenguaje, de conceptos que mantienen hasta hoy toda su vigencia. En
la mente de estos pensadores primeros fue donde se libró la dura batalla que hizo de la
lengua griega vehículo insuperable del pensamiento abstracto.

72
– Heráclito de Éfeso (fines del siglo VI) vierte, a veces, sus ideas en enigmáticas
reflexiones que le valieron el sobrenombre de «El Oscuro». En ellas prosigue la
investigación iniciada por los milesios sobre la naturaleza del cosmos y la significación del
cambio en el universo. Con Heráclito se abre paso la noción de λόγος como proporción, que
hace de las cosas -y en ellas se incluye el hombre- un complejo coherente; el tono ético se
corresponde con la concepción del mundo como una totalidad. Pero Heráclito no logró que
sus contemporáneos llegaran a comprender-le y fue mal interpretado por los filósofos
posteriores.
– Nacimiento de la Metafísica. La profunda elaboración de la lengua en manos de estos
científicos-filósofos supuso un ensanchamiento del horizonte intelectual, que llevó con el
tiempo al desglose de ciencia y filosofía. Pero en los comienzos del siglo V continúan
hermanadas ambas actividades, si bien se acusa una mayor preocupación «filosófica»,
suscitada por los planteamientos de Heráclito y Pitágoras. Las tierras de Occidente -Elea,al
sur de Italia- son el escenario en que hace su aparición la metafísica que, lejos de las
preocupaciones «cosmológicas» de los jonios, enfrenta el problema del Ser y la superación
de la multiplicidad aparente de las cosas sensibles. No hemos dicho hasta ahora que estos
pioneros del pensamiento científico-filosófico escribieron sus obras -a excepción de los
pragmáticos milesios- en verso, acusando frecuentemente sus poemas, densos y extraños,
una preocupación religiosa profunda y sincera. Entre los pensadores que inauguran lo que
podemos llamar metafísica, destaca Parménides de Elea. Heráclito y Pitágoras ya habían
iniciado, en cierto modo, un claro alejamiento de los métodos experimentales de los jonios.
En Parménides la ciencia naciente llega a un callejón sin salida por su afirmación (de
indudable fondo religioso) de la plenitud del Ser, uno, inmutable, inmóvil y eterno, y por su
rotunda negación de la validez de los datos registrados por los sentidos: el mundo sensible
carece de realidad y la multiplicidad que parece ofrecernos es pura ilusión. Sólo existe lo
que es: el Ser, al que sólo es posible acceder por el λόγος, que en Parménides es ya la razón.
Con Parménides el dualismo pitagórico de base religiosa se intelectualiza y parece
preconizar los rigores platónicos. Este duro desafío resultó, sin embargo, estimulante y
suscitó reacciones, sobre todo en el campo de la medicina, que venía prosperando desde
tiempo atrás al margen de las discusiones filosóficas. Frente a las pretensiones de
Parménides se alzó Alcmeón de Crotona, vinculado a los pitagóricos, pero, sobre todo,
extraordinario investigador de la anatomía humana: Alcmeón afrontó el problema de la
percepción sensorial y puso de manifiesto la función del cerebro como órgano de la
sensación; para ello procedió experimentalmente, a la manera jonia, mediante prácticas de
disección y vivisección en el curso de las cuales descubrió los nervios ópticos.
7.1.4. Resurrección del empirismo jonio y primeros balbuceos de la ciencia.
– En tanto, el mundo griego se ha visto sacudido en sus raíces por la avalancha persa
que pudo estrangular la cultura helena. Tras el brutal choque, renace la vida griega
alimentada por una serena confianza que invita a la reconciliación: Esquilo expresa con
religioso optimismo el nuevo espíritu. Ese ánimo confiado y conciliatorio se deja sentir
también en el ámbito de la polémica filosófica. Empέdocles de Agrigento y Anaxágoras de
Clazómenas asumen los resultados de la experiencia inmediata (Heráclito, Pitágoras,
Parménídes) e inician un madurado regreso a los postulados jonios: la observación directa y
la εxperimentación vuelven a ser las bases firmes de la reflexión sobre el universo.
Empedocles establece cuatro principios o elementos primarios, movidos por dos fuerzas de
índole material (Amor y Odio); investiga la naturaleza del aire que, aunque invisible, es

73
sustancia corpórea; recoge y desarrolla las incipientes teorías sobre el origen de la vida y
apunta soluciones que sugieren los hallazgos de Darwin. Por su parte Anaxágoras, que
aparece establecido en Atenas en la época brillante de Pericles, rechaza frontalmente la tesis
parmenídea y afirma el pluralismo en su tesis de las semillas u homeomerías, en las que
plantea el problema de la constitución de la materia, por lo que podemos considerarle como
precursor de la química. La segunda mitad del siglo V contemplará el nacimiento y
desarrollo de una teoría revolucionaria, la teoría atómica, formulada por Leucipo, originario
al parecer de Mileto, y por Demócrito de Abdera. Esta teoría supone la conciliación de las
exigencias de Parménides (el Ser uno, inmutable, inmóvil y eterno) y las exigencias, bien
perentorias, del testimonio de los sentidos (que registran la presencia de cambio y variedad
en el universo). Materia bajo la forma de partículas indivisibles (átomos) y Vacío existente
entre ellas son los nuevos principios que explican el cosmos. La teoría atómica planteó
inmediatamente problemas de carácter ético, pues en ella subyace un claro determinismo
que no podía ser fácilmente aceptado en el clima griego del siglo V a.C.
– La Medicina. Hemos aludido en líneas anteriores al desarrollo alcanzado por la
Medicina en esta fase «arcaica» del pensamiento griego. Este desarrollo tiene lugar, en
buena parte. al margen de las polémicas cientíñco-filosóficas. La medicina griega tiene en el
origen un carácter esencialmente religioso y aparece vinculada a los cultos de 4sclepio, el
dios sanador. En los templos de Asclepio (τὰ Ἀσκληπιεῖα) se ejerció durante largo tiempo
una medicina de carácter ritual que, sin duda, dio lugar a una práctica clínica muy notable.
La isla de Cos, junto a la costa asiática, fue uno de los centros en que esta medicina sacra
logró mayor desarrollo. Hipócrates de Cos es el fundador de la escuela médica que alcanzó
ya en la antigüedad mayor nombradía. Su vida transcurre durante el siglo V y parte del IV.
Se conservan numerosos tratados médicos procedentes de la escuela hipocrática, entre ellos
el más notable es un repertorio de historias clínicas que acreditan el sistemático rigor y la
objetividad de esta primera fase de la Medicina. En otros tratados se define con precisión el
arte y los métodos de la Medicina y se rechaza la actitud apriorística de los filósofos. En el
célebre tratado «Sobre la enfermedad sagrada» (la epilepsia) muestran los hipocráticos su
temple racionalista al rechazar sin contemplaciones las interpretaciones supersticiosas de la
naturaleza de esta enfermedad. Y en todos los escritos del llamado Corpus hippocraticum se
revela el equilibrado interés por el hombre que posibilitó el desarrollo de la ciencia médica
griega.

7.2. EL TEMA DE AORISTO.


– Es el tiempo que expresa un hecho que ha tenido lugar en el pasado.
– En el verbo griego cabe destacar el aspecto o la calidad verbal, es decir, cómo se realiza la
acción, de modo que ésta puede ser:
– continua: cuando la acción evoluciona de modo lineal; las formas del tema de presente
muestran esta significación. Ej.: νικέω, “gano, estoy ganando”.
– puntual: la acción del verbo sucede en un punto o instante; las formas del tema de aoristo
tienen acción puntual. Ej.: ἐνίκησα, “vencí”.
– acabada: la acción verbal expresa un resultado; presentan esta significación las formas
del tema de perfecto. Ej.: νενίκηκα, “he vencido”.

74
– Existen fundamentalmente dos clases de aoristo: el sigmático y el temático.
7.1.1. Aoristo sigmático.
7.1.1.1. Aoristo de indicativo.
σ20α
σας
[Preverbio] + Aumento21 + Raíz + σε
σαµεν
σατε
σαν
7.1.1.2. Infinitivo de aoristo.
Raíz + σαι; ej.: λύω – λύσαι.
7.1.1.3. Participio de aoristo.
Raíz + σας, σασα, σαν
Se declina: el masculino por la 3ª declinación, tema en ντ, el femenino por la 1ª
declinación, tema en α mixta, y el neutro por la 3ª declinación, tema en ντ.
singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
Nom. λύ-σας λύ-σασα λῦ-σαν λύ-σαντες λύ-σασαι λύ-σαντα
Acus. λύ-σαντα λύ-σασαν λῦ-σαν λύ-σαντας λυ-σάσας λύ-σαντα
Gen. λύ-σαντος λύ-σασης λύ-σαντος λυ-σάντων λυ-σάσων λυ-σάντων
Dat. λύ-σαντι λύ-σασῃ λύ-σαντι λύ-σασι λύ-σασαις λύ-σασι

EJERCICIOS.- 1. Conjuga el aoristo de indicativo en voz activa de los verbos σαλεύω “agitar” y
τρέφω “alimentar”.
2. Forma el infinitivo de aoristo en voz activa de los verbos anteriores.
3. Forma y declina los participios de aoristo en voz activa de los mismos verbos.

7.1.2. Aoristo temático.


7.1.2.1. Aoristo de indicativo.
ον
ες
[Preverbio] + Aumento + Raíz22 + ε
οµεν
ετε
ον

20 La característica temporal σα/σε puede transformar fonéticamente los verbos acabados en oclusiva labial, gutural o
dental:
- labial (β, π. φ) + σ > ψ; ej.: βλέπω – ἔβλεψα.
- gutural (κ, γ, χ) + σ > ξ; ej.: ἄγω – ἤξα.
- dental (δ, τ, θ) + σ > σ; ej.: ψεύδω – ἔψευσα.
21 El aumento caracteriza a los tiempos de pasado únicamente en el modo indicativo. Consiste:
- Si el verbo comienza por consonante, en una ἐ- (aumento silábico); ej.: λύω – ἔλυσα.
- Si el verbo comienza por vocal, ésta se alarga (aumento temporal), de acuerdo con la siguiente tabla:
- α, ε, η > η -ι>ι
- ο, ω > ω -υ>υ
Ejs.: Ἀκούω – ἤκουσα; ὀνοµάζω – ὠνόµασα.
- Si el verbo comienza por preverbio ( ), el aumento se coloca entre éste y la raíz del verbo; ej.: ἀποβάλλω – απέβαλον.
22 El imperfecto de indicativo y el aoristo temático no se confunden porque presentan cambios en la raíz, ej.: λείπω –
ἔλειπον (imperfecto) - ἔλιπον (aoristo)

75
7.1.2.2. Infinitivo de aoristo.
Raíz (de aoristo) + ειν; ej.: λείπω – λίπειν.
7.1.2.3. Participio de aoristo.
Raíz (de aoristo) + ων, -ουσα, -ον; ej.: λίπων, -ουσα, -ον.
Se declina: el masculino por la 3ª declinación, tema en ντ, el femenino por la 1ª
declinación, tema en α mixta, y el neutro por la 3ª declinación, tema en ντ.
singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
Nom. λίπ-ων λίπ-ουσα λίπ-ον λίπ-οντες λιπ-ούσαι λίπ-σαντα
Acus. λίπ-οντα λίπ-ουσαν λίπ-ον λίπ-οντας λιπ-ούσας λίπ-σαντα
Gen. λίπ-οντος λιπ-ούσης λίπ-οντος λίπ-όντων λιπ-ουσῶν λλιπ-όντων
Dat. λίπ-οντι λιπ-ούσῃ λίπ-οντι λίπ-ουσι λιπ-ούσαις λίπ-ουσι

7.2. LOS ADJETIVOS πολύς, πολλή, πολύ “mucho” y µέγας, µεγάλη, µέγα “grande”.
singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
nominativo πολύς πολλή πολύ πολλοί πολλαί πολλά
acusativo πολύν πολλήν πολύ πολλούς πολλάς πολλά
genitivo πολλοῦ πολλῆς πολλοῦ πολλῶν πολλῶν πολλῶν
dativo πολλῷ πολλῇ πολλῷ πολλοῖς πολλαῖς πολλοῖς

singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
nominativo µέγας µεγάλη µέγα µεγάλοι µεγάλαι µεγάλα
acusativo µέγαν µεγάλην µέγα µεγάλους µεγάλας µεγάλα
genitivo µεγάλου µεγάλης µεγάλου µεγάλων µεγάλων µεγάλων
dativo µεγάλῳ µεγάλῃ µεγάλῳ µεγάλοις µεγάλαις µεγάλοις

7.3. NUMERALES.
7.3.1. Numerales cardinales y ordinales.
números cardinal ordinal
1 εἶς, µία, ἕν πρῶτος. -η, -ον
2 δύο δεύτερος, -α, -ον
3 τρεῖς, τρία τρίτος, -η, -ον
4 τέτταρες, -α τέταρτος, -η, -ον
5 πέντε πέµπτος
6 ἕξ ἕκτός
7 ἑπτά ἔβδοµος

76
8 ὀκτώ ὄγδοος
9 ἐννέα ἔνατος
10 δέκα δέκατος
7.3.2. Declinación.
Los cardinales del uno al cuatro presentan una declinación especial;
uno dos tres cuatro
Nom. εἷς µία ἕν δύο τρεῖς τρία Τέτταρες τέτταρα
Acus. ἕνα µίαν ἕν δύο τρεῖς τρία Τέτταρας τέτταρα
Gen. ἑνός µιᾶς ἑνός δυοῖν τριῶν τεττάρων
Dat. ἑνί µιᾷ ἑνί δυοῖν τρισί(ν) τέτταρσι(ν)
Como εἷς se declinan οὐδείς, οὐδεµία, οὐδέν y µηδείς, µηδεµία, µηδέν, “nadie”:
masculino femenino neutro
Nom. οὐδείς οὐδεµία οὐδέν
Acus. οὐδένα οὐδεµίαν οὐδέν
Gen. οὐδενός οὐδεµιᾶς οὐδενός
Dat. οὐδενί οὐδεµιᾷ οὐδενί

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Μετὰ τὸν δεῖπνον ἡ αὐλητρὶς µὲν ηὔλησεν, ὁ δὲ κιθαριστὴς ἐκιθάρισεν, καὶ πάντες ἐδόκουν
πολύ εὐφραίνειν τοῦ ἀκροάµατος.
β) ῾Υµεῖς τάς σπονδὰς σὺν τοῖς συµµάχοις οὐκ ἐφυλάξατε.
γ) Σωκράτης οὐδὲν κακὸν ἔπραξεν οὐδ᾿ ἔλεξε πρὸς τοὺς Ἀθηναίους.
δ) Πάντες ἐκ τῆς ἀγορᾶς ἔφυγον καί ἔλιπον τὰ ὤνια, ἐπεὶ οἰ στρατιῶται επὶ τὴν κώµην ἔδραµον.
ε) ∆ηµοσθένης Ἀθηναίους εῖπε Φίλιππον εἶναι ἐχθρόν τῇ τῶν Ἑλλήνων ἐλευθερίᾳ.
ζ) Οἱ Πυθαγόρειοι ἐνόµισαν τὸν ὅλον οὐρανὸν ἁρµονίαν εἶναι καὶ ἀριθµόν.
η) Ζεὺς τήν Εὐρώπην ἥρπασε καὶ εἰς Κρήτην ἐκόµισεν.

VOCABULARIO.
ἀγορά, -ᾶς (ἡ): plaza. ἐλευθερία, -ας (ἡ): libertad.
ἀθηναίοι, -ων (οἱ): atenienses. ἔλιπον: aoristo de λείπω dejar, abandonar.
ἀκροάµα, -ατος (τό): audición. Ἑλλήν, -ηνος (ὁ/ἡ): griego, heleno.
ἄριθµός, -ου (ὁ): número. ἐπεὶ: cuando.
ἁρµονία, -ας (ἡ): armonía ἐπὶ: prep de ac. Hacia, contra.
ἁρπάζω: arrebatar. Εὐρώπη, -ης (ἡ): Europa.
αὐλέω: tocar la flauta. εὐφραίνω: alegrar, estar encantado.
αὐλητρὶς, -ίδος (ἡ): flautista. ἔφυγον: aoristo de φεύγω.
δὲ: por otro lado. ἐχθρός, -ή, -όν: odioso, enemigo.
δεῖπνον, -ου (τό): cena. Ζεὺς, ∆ιόσ (ὁ): Zeus.
δηµοσθένης, -ου (ὁ): Demóstenes. καί: y.
δοκέω: parecer. κακός, -ή, -όν: malo.
ἔδραµον: aoristo de τρέχω. κιθάριζω: tocar la cítara.
εἶναι: infinitivo de εἰµί ser, estar. κιθαριστὴς, -ου (ὁ): citarista.
εῖπον: aoristo de λέγω decir. κοµίζω: transportar, conducir.
εἰς: prep. de ac. a, hacia. Κρήτη, -ης (ἡ): Creta.
ἐκ: prep. de gen. de, desde. κώµη, -ης (ἡ): villa, pueblo, aldea.

77
λέγω: decir. πρὸς: prep. de ac. a, hacia.
µὲν: por una parte. πυθαγόρειος, -ου (ὁ): pitagórico.
µετὰ: prep. de ac. después de. σπονδή, -ῆς (ἡ): pacto, tratado.
νοµίζω: considerar, creer. στρατιῶτης, -ου (ὁ): soldado.
ὁ ἡ τό: el, la, lo. συµµάχος, -ου (ὁ): aliado.
ὅλος, -η, -ον: todo, entero. σὺν: prep. de dat. con.
οὐδ᾿ = οὐτε Σωκράτης, -ου (ὁ): Sócrates.
οὐδεῖς, οὐδεµία, οὐδέν: nadie, nada. τρέχω: correr.
οὐκ: no. ὑµεῖς: nominativo pl. vosotros.
οὐρανός, -οῦ (ὁ): cielo. φεύγω: huir.
οὐτε: ni. Φίλιππος, -ου (ὁ): Filipo.
πᾶς, πᾶσα, πᾶν: todo. φυλάττω: guardar, proteger.
πολύς, πολλή, πολύ: mucho. ὤνια, -ων (τά): víveres.
πράττω: hacer.

EJERCICIO.- Analiza y traduce el siguiente texto:


Ὁ Προµηθεὺς πρῶτον µὲν ἀνθρώπους καὶ θηρία ἐποίησεν· ἔπειτα δὲ ὁρῶν ὅτι τὰ θηρία πλείονα
ἐστιν, ἤλλαξέ τινα εἰς ἀνθρώπους· διὰ δὲ τοῦτο ἔτι εἴσιν οἵ τὰ µὲν σώµατα ἀνθρώπων τὰς δὲ ψυχὰς
θηρίων ἔχουσιν.

VOCABULARIO.
ἀλλάττω: cambiar, convertir. ὁ, ἡ, τό: el, la lo.
ἄνθρωπος, -ου ὁ: hombre, ser humano. ὁράω: ver, mirar.
δέ: mas, pero, por otra parte. ὅς, ἥ, ὅ: que, quien, cual.
διά: a causa de, por. ὅτι: que, para que.
εἰµί: ser, estar, haber, existir. οὗτος, αὕτη, τοῦτο: ése, ésa, eso.
εἰς: a, hacia, contra. πλείονα: más numerosas.
ἔπειτα: después. ποιέω: hacer.
ἔτι: todavía, ya. Προµηθεύς, -έως ὁ: Prometeo.
ἔξωχω: tener. πρῶτον: primero.
θηρίον, -ου τό: animal, fiera. σώµα, -ατος τό: cuerpo.
καί: y, también. τις, τι: alguien, alguno, algo.
µέν: ciertamente, por una parte. ψυχή, -ῆς ἡ: alma, vida.

78
UNIDAD 8

8.1. CIENCIA Y FILOSOFÍA EN GRECIA (II): LA ATENAS CLÁSICA (SÓCRATES.


PLATÓN. ARISTÓTELES).

8.1.1. Atenas al empezar el siglo V a. de C.


– Atenas es durante el siglo V a.C. la nueva sede del desarrollo científico y filosófico.
La democracia ateniense abre sus puertas a todas las corrientes ideológicas, al embate de las
cuales pierden terreno la vieja religiosidad y el espíritu ciudadano. Una actitud nueva,
caracterizada por la confianza creciente en el poder del hombre y en la naturaleza humana,
sustituye a la antigua piedad. Este viraje rotundo de la actitud helena ante el mundo y ante la
vida fue el resultado de circunstancias muy diversas y convergentes:
a) Influencia del pensamiento filosófico y científico, que ya desde el principio había dirigido
también su atención a los problemas humanos. Toda la etapa «física» de la filosofía augural
pesa en la evolución de la nueva filosofía «humana», sobre todo en la medida en que toda
reflexión filosófica implica una actitud de fe en el hombre y en el poder de la razón.
b) Expansión del escenario geográfico en que se desarrolla la vida griega y más
particularmente la ateniense.
c) Desarrollo creciente de las actividades sociales y políticas en Atenas, donde la evolución
democrática estimula las posibilidades, hasta entonces no ensayadas, de la comunidad
humana. En el caso de Atenas, ofrece la ciudad en las décadas de la primera mitad del siglo
V un gran desarrollo económico y político seguido con. avidez por los filósofos de
ascendencia jonia asentados en la ciudad
- La «Ilustración» ateniense. Atenas se había convertido, sobre todo bajo Pericles, en ágora
común de todos los griegos: a ella acudían filósofos y viajeros de todas las procedencias;
muchos de ellos se asentaban durante largo tiempo en la ciudad y proseguían en ella sus
actividades intelectuales o artísticas: éste fue el caso de Anaxágoras, primer filósofo que se
estableció en Atenas, y el de otros muchos. Estos extranjeros aportaron nuevas teorías
políticas de signo racional, divulgaron sus concepciones sobre el universo y sobre la
constitución de la materia y promovieron entre los atenienses un fuerte y hasta entonces
jamás sentido deseo de saber, de σοφία. A ellos se debe principalmente la eclosión de un
fenómeno cultural de múltiples facetas que conocemos con el nombre de Ilustración
sofística, cuyos rasgos mas señalados son el espíritu secularizador y el relativismo.
8.1.2. Los sofistas.
– La fase primera del desarrollo de la Ilustración se prolonga hasta los años que
preceden inmediatamente a la guerra del Peloponeso, es decir, hasta bien rebasada la mitad
del siglo V. En esas décadas proliferan por doquier los nuevos «maestros de sabiduría», los
sofistas, procedentes casi siempre de las ciudades asiáticas. Su nombre de sofistas no ofrece
en un principio la carga peyorativa que después ha de acompañarles. Se trata, en realidad, de
personalidades de singular relieve que aciertan a recoger y a expresar el espíritu de su
tiempo: interés por el hombre y por los problemas sociales; desinterés por las
investigaciones científicas; pragmatismo. Caracteriza a los sofistas su acusado
individualismo; no se puede hablar de «escuelas» propiamente díchas entre ellos, aunque sí
tienen en común una problemática de signo humanista a la que ofrecen soluciones muy
diversas cuando no contrapuestas. Entre los rasgos que caracterizan a estos primeros
sofistas destacaremos los siguientes:

79
a) investigación de la naturaleza de la areté (ἀρετή) entendida como eficacia (no como
virtud, en el sentido posterior);
b) postura escéptica, es decir, negación de la posibilidad de llegar al conocimiento absoluto
y negación, por tanto, de los principios absolutos. Este relativismo pronto desborda los
cauces de la discusión filosófica e irrumpe de modo inevitable en el terreno ético y político,
afectando igualmente a las ideas religiosas;
c) como consecuencia del relativismo, discusión sobre el rango y naturaleza de la ley, que es
aceptada. en el mejor de los casos, como convención útil;
d) cultivo de la retórica y de la dialéctica, concebidas como meros instrumentos útiles;
e) profesionalismo declarado, que mereció toda clase de reproches (sobre todo por el hecho
de que se hacían pagar sus lecciones) y que constituye uno de sus rasgos más típicos,
resultante de su franco pragmatismo.
– Durante la guerra del Peloponeso y en años posteriores se desarrolla la segunda fase
de la Ilustración sofistica. Época crítica para Atenas que ve desmoronarse su poderío. Entre
los aspectos más acusados sobresalen los siguientes:
a) humanismo igualitario, que niega la realidad de las distinciones «noble / no noble»,
«griego / bárbaro», incluso «libre / esclavo».
b) hedonismo individualista, que reafirma la prioridad de la naturaleza (φύσις) sobre la ley
(νόµος), entendida ésta como mera convención, cuando no como «atadura y cadena de la
naturaleza». La ley ha dejado de ser la sustancia de la polis; de hecho, la polis misma ha
entrado en disolución: los hombres ya no se sienten ciudadanos, sino individuos que buscan
el logro de sus apetencias -su «realización» en lenguaje actual- o se refugian en el marco de
la vida privada;
c) la crítica del nomos (sea ley, sea costumbre) adopta formas contrapuestas: de un lado,
humanitarismo 'apolítico en el tratamiento de temas-cumbre, como la esclavitud, la
condición de la mujer, la guerra, etc.; de otro lado, el pragmatismo político que proclama
como única ley, la ley del más fuerte;
d) irracionalismo exacerbado resultante del individualismo y de la formulación de la
doctrina del más fuerte. Se llega en este aspecto a la negación total de los ideales
democráticos que habían estado en la base misma del fenómeno de la Ilustración;
e) inmoralismo, consistente en la doctrina de «lo conveniente» (τὸ συµφέρον), que no es
sino la consecuencia ineludible del relativismo a cuya sombra creció la Ilustración. Se ha
llegado al fondo: el viejo ideal de Justicia ha desaparecido. Estos y otros rasgos no son
simplemente notas características de un desarrollo del pensamiento, sino manifestaciones de
una evolución de la sociedad ateniense bajo los efectos de la guerra. Tucídides traza con
extraordinaria lucidez el cuadro de las devastador as consecuencias que la guerra llevó a la
polis ateniense: la desintegración de los valores tradicionales; la ruina de los ideales
políticos, el hundimiento de las creencias religiosas. En este y en otros testimonios podemos
comprobar que las tendencias últimas del movimiento sofistico, es decir, de la Ilustración,
no son sino expresión más o menos anticipada de los cambios sociales. Pensamiento y
Sociedad aparecen, como siempre, en mutua interacción.
8.1.3. Influencia de la Ilustración en el desarrollo de las ciencias humanas.
Podría pensarse por nuestras palabras anteriores que la Ilustración sofistica
constituyó un hecho de signo negativo. Nada más lejos de la realidad. La Ilustración arrastra
en su avance (a lo largo de poco más de medio siglo) viejos y venerables ideales, formas
ejemplares de sociedad, pero alumbra la aparición de otros ideales y de otras concepciones

80
sociales más amplios y ambiciosos.
El esfuerzo reflexivo de los hombres de la Ilustración (sofistas, trágicos,
historiadores, políticos y con ellos la figura impar de Sócrates) promueve una ampliación
poderosa del horizonte intelectual, en el que aparecen perfiladas con toda nitidez las
ciencias humanas que sólo brotan y prosperan en clima de libertad. El desarrollo de las
ciencias humanas en esta etapa prepara la «explosión» científica de la época posterior, que
sin ellas no habría sido posible.
Las actividades primeras de los sofistas como «maestros de sabiduría» llevan ya el
germen de estas manifestaciones culturales que habían de índívídualízarse como ciencias de
lo humano: Protágoras, Hipias, Pródieo, Antifonte ... son los nombres que se adscriben a ese
primer desarrollo en las nuevas actividades:
– Cultivo de la retórica y de la dialéctica, que suponen el reconocimiento del poder
supremo del logos, de la palabra, del arte de la palabra. Por sí solo este cultivo del logos
llevó al desarrollo de una ciencia del lenguaje (con sus implicaciones éticas y filosóficas) y
a la creación de una incipiente gramática y aun de una semántica.
– La lógica. La polémica sobre la areté y sobre la posibilidad de adquirir y aprender la
areté obligaron a innumerables reflexiones y a notables esfuerzos definitorios. La
intervención de Sócrates en la discusión supone el nacimiento de la lógica.
– La ética. La postura relativista que desde el principio caracterizó la actividad y la
enseñanza sofisticas plantea problemas morales que hallan soluciones muy diversas. Lejos,
cada vez más, de las bases religiosas que regulaban poco antes la conducta del hombre,
surge la ética, quizá mejor las éticas, como consecuencia del examen y análisis de esa
conducta humana. Es, en muchos casos, una ética «sin dioses» que apela al yo íntimo del
hombre, a su conciencia moral.
– La historia. Los hechos humanos, su valoración y análisis, así como su descripción,
aparecían ya de antiguo tratados por la historia en forma de crónicas y anales. Pero es bajo
la Ilustración cuando surge la historia como ciencia humana que analiza los acontecimientos
y las actitudes colectivas, sus precedentes y sus relaciones; que prevé las consecuencias y
que construye sobre el fluir de la historia una interpretación del hombre.
– La meditación sobre el hombre, sobre su naturaleza y condición, pone en pie aspectos
hasta ahora marginados, aún inexístentes para la conciencia: la mujer, los esclavos, los
extranjeros; la educación y el papel de la juventud en la sociedad humana; el trabajo; la
guerra ... Multitud de temas ignorados que están en la base del desarrollo incipiente de una
psicología y de una sociología que todavía dormirán largo tiempo, pero que abrieron sus
ojos en Grecia.
– Todas estas reflexiones proceden de y regresan a una preocupación inicial, de sello
helénico: la política, la teoría del estado que, bajo la Ilustración, recorre todos los caminos
menos el tradicional: nuevos aires que traen idearios hoy todavía vigentes y en pugna, desde
el apoliticismo individualista al dogmatismo político; del inmoralismo posibilista al
moralismo socrático basado en la razón, en el λόγος.
8.1.4. Sócrates (470-399 a.C.) y la filosofía.
Acabamos de mencionar el moralismo socrático, pero hemos añadido: basado en la
razón, en el λόγος. No es posible reducir la figura socrática a la de un puro moralista ni a la
de un árido argumentador. Sócrates fue el filósofo (φιλόσοφος) por excelencia, el «amante
de la sabiduría», de la σοφία, que no es mera templanza ni sólo conocimiento arrogante.
Sócrates sólo sabía que no sabía nada. Nada escribió. Vivió el λόγος, palabra y razón,

81
proporción y principio. Tras su rostro disparatado, en su grotesca traza física, alentaba la
verdadera σοφία que él declaraba simplemente humana, propia de hombre, al nivel del
hombre; y en otro momento la define como ciencia del amor.
Sócrates es una figura más del fenómeno de la Ilustración y surge, para contradecirla:
al espíritu secularizador de los sofistas opone su depurada religiosidad; al relativismo
triunfante enfrenta su firme fe en la posibilidad del conocimiento y en la vigencia de los
principios absolutos. La actitud contradictoria de Sócrates constituye, sin embargo, el
impulso que corona ,cuanto de positivo había en la Ilustración de base sofistica. Sócrates
supera las aporías a que la sofistica había abocado, tanto en el terreno ético como en el
lógico, y recompone el marco en que se inscribe la vida humana digna de ser vivida.
Asume Sócrates la tradición filosófica anterior y la reordena, es decir, impone en ella
un orden nuevo. Parece moverse en un plano individual en sus apelaciones al hombre
concreto, en sus requerimientos sobre el ejercicio de la ἀρετή y el «cuidado del alma»; pero
su mirada se dirige a la humanidad entera, y su empeño es un empeño político que rebasa
las fronteras de la pequeña polis ateniense del siglo V a.C. La vocación humanista le llevó
-como a los sofistas- a la repulsa de las investigaciones científicas, pero no al menos- precio
del ejercicio intelectual, que en él alcanza una perfecta construcción lógica, sin la que no
hubiera sido posible el desarrollo fulgurante de las ciencias a partir de Aristóteles.
La multiforme y rica influencia socrática se revela en la floración de escuelas y
tendencias dispares que se acogen a su nombre: en unas prevalece el signo ético, otras re
emprenden la senda científica, otras se mantienen fieles a la intención política de Sócrates.
Es admirable que un hombre cuyo pensamiento sólo nos es conocido por el testimonio de
sus discípulos y que no es fundador de una religión, se encuentre entre los pensadores que
mayor influencia han ejercido sobre la humanidad.
8.1.5. Filosofía y Ciencia en Platón.
– Εl pensamiento socrático no había alcanzado probablemente una forma definida
cuando sobrevino el desgraciado episodio que puso fin a la vida del filósofo. El
racionalismo socrático sobrelleva aún numerosos elementos tradicionales; por otra parte, la
crisis de la ciudad impone a Sócrates una misión de carácter ético, que forzosamente hubo
de frenar su preocupación política. Es la muerte de Sócrates, en las circunstancias en que se
produjo, la que da pleno sentido a su actividad y a su doctrina: la ciudad, si ha de sobrevivir,
tiene que transformarse radicalmente. Ya no es el «cuidado del alma», sino el «cuidado de la
ciudad», la curación de una sociedad enferma, lo que el hombre debe afrontar. Esta será la
tarea que asumirá Platón. Platón no se siente animado del optimismo racionalista que
impulsó a Sócrates: no cree que el poder del logos y la naturaleza racional del hombre sean
suficientes para lograr en breve plazo esa conversión gradual en que Sócrates empeñó su
vida. La reforma deberá ser realizada por un exiguo número de hombres -filósofos o reyes-
que impartirán el logos a los ciudadanos a manera de enseñanza fija e inmutable. Las
primeras reflexiones platónicas muestran el sello del aristocratismo tan alejado del espíritu
de la Ilustración y, por tanto, del propio Sócrates.
– Sin embargo, la impronta socrática se hace evidente en numerosos y muy
significativos rasgos: prosigue la búsqueda de la areté interior del individuo que ha de
reflejarse en su comportamiento social; el Estado, la πόλις será el reflejo de esa concordia y
paz interna que habitan en las almas indíviduales; la πόλις procura el establecimiento de la
Justicia, puestas sus miras en la Idea del Bien; son los filósofos-reyes -concluye Platón- los
que investigan, a la manera socrática, esa Idea del Bien en la que se cifra toda areté y sobre

82
la que ha de cimentarse la norma que define la conducta de los hombres y. la marcha del
Estado. Platón llega a la identificación Dios-Idea del Bien, con lo que la fórmula protagórica
«El hombre es la medida de todas las cosas» halla la réplica contundente: «Dios es la
medida de todas las cosas». La actitud socrática de servicio personal a la divinidad y de
acatamiento al δαίµων (la conciencia individual) queda extrapolada en la generalización
platónica: el moralismo de acentos individuales se ha convertido en principio político
inmutable que aspira a servir de base a una sociedad nueva, concorde y solidaria. Platón
sueña con una sociedad articulada en tres clases de ciudadanos: los filósofos, en los que
predomina el elemento racional; los guardianes, en quienes prevalece el elemento pasional,
y los artesanos, en los que señorea el elemento concupiscente. Su construcción intelectual
lleva al terreno de la teoría política sus ideas sobre la naturaleza del alma, de la que en
varios textos -«República», «Fedro», «Tímeo»- afirma que está constituida por tres
elementos: el racional (τὸ λογιστικόν), el pasional (τὸ θυµοειδές) y el apetitivo o
concupiscente (τὸ ἐπιθυµητικόν); pero en el plano social esta teoría supone la vuelta a un
aristocratismo tradicional y clasista. Esta regresión se equílibra extrañamente con la
incorporación de aspiraciones socializadoras y comunitarias que han de llevar, según Platón,
a la eliminación de todo egoísmo, especialmente en las clases dirigentes, en los filósofos,
hombres superiores remodelados por la παιδεία.
– La trayectoria que Platón imprimió al pensamiento político griego nos recuerda
inevitablemente lo que, en el terreno de los hechos, supuso siglos atrás la reforma política
espartana por la que tan vivas simpatías experimentaba nuestro filósofo; un grave retroceso
que, sin embargo, entraña un notable avance ideológico. Pero, como el régimen espartano,
también la utopía platónica adolece de cierta inhumana rigidez: Platón pretendió ambiciosa-
mente la reforma del hombre, pero sin mirar al hombre; buscó los cimientos del nuevo
Estado en la Verdad y en el Bien, pero aspiró a imponerlos como sistema inconmovible tal
como él los concebía; proclamó la justicia y la solidaridad entre los hombres, pero no
rehuyó la apelación a la violencia y aun a la mentira «necesaria». El fracaso platónico en sus
ensayos de realización política en la ciudad siciliana de Siracusa proclama el carácter
utópico de su concepción del Estado.
– Es muy típico del procedimiento expositivo platónico el recurso del mito poético que
interrumpe y esclarece el ejercicio dialéctico; sin duda hay en este uso algo muy revelador
de la personalidad del filósofo. La abundante presencia de los mitos en las obras platónicas
ha dado pie, en parte, a la quizá «mítica» creencia en una posible enseñanza esotérica que
pudo profesar Platón en la Academia entre sus discípulos, sin llegar a trasladarla de modo
total a sus diálogos. Lo que sí es bien cierto es que la influencia alcanzada por la filosofía
platónica (la Academia perduró hasta el siglo VI d.C.) ha oscurecido el interés por los logros
científicos de Platón. Estos logros están condicionados por el profundo menosprecio que
sentía Platón hacia la física y hacia toda forma de experimentación; la postura platónica se
define claramente en estas palabras de la República (IV, 530 o): Luego, entonces,
practicaremos la astronomía del mismo modo que la geometría, es decir, valiéndonos de
problemas; y no nos detendremos a considerar que sucede en el cielo, si de verdad
queremos extraer de nuestro trato con la astronomía el medio de tornar de inútil en útil
aquello que de inteligente existe por naturaleza en nuestra alma. Esta actitud, perjudicial
para el desarrollo de la ciencia experimental, resultó en cambio muy provechosa para el
progreso de las ciencias matemáticas, la ciencia pura que de los pitagóricos recibió Platón y
en cuyo cultivo se honró durante siglos la Academia: los académicos, fieles al idealismo del

83
fundador, concibieron las matemáticas como ciencia de la realidad. También se han de
valorar las aportaciones platónicas en la inauguración de una ciencia nueva: la psicología,
nacida de las reflexiones más bien tardías de Platón sobre el problema del conocimiento y
sobre la naturaleza y operaciones del alma. Además de los logros de toda clase que alcanzó
la Academia, debemos resaltar que a ella, y en primerísimo lugar a Platón, se debe el
perfeccionamiento definitivo del lenguaje filosófico y científico.
8.1.6. Aristóteles y el triunfo de la ciencia.
Durante el siglo V y buena parte del IV a.C., el problema del hombre absorbió casi
por entero la atención de los pensadores. Tan sólo la investigación médica se mantenía fiel a
sus orígenes prácticos y experimentales y rechazaba la intromisión de los «teóricos» en su
campo de acción. En la medicina sobrevivía el espíritu observador y pragmático de' los
antiguos jonios. El libre desarrollo de la investigación médica durante el período racionalista
hizo posible el gran cambio que con Aristóteles experimentó el pensamiento griego.
– Biografía filosófica de Aristóteles. El padre de Aristóteles era médico de la corte real
de Macedonia. En Macedonia nació Aristóteles y es de suponer que hasta su adolescencia
vivió muy de cerca el ambiente investigador médico. A los diecisiete años marchó a Atenas
y se incorporó como discípulo a la Academia platónica. El influjo ejercido por Platón sobre
Aristóteles fue muy fuerte y duradero, pero no tanto que impidiera al joven filósofo una
pronta reacción frente al idealismo platónico. En esta evolución podemos señalar tres etapas
bien diferenciadas:
– - etapa académica, durante su primera juventud; se ejerce sobre él con gran
fuerza la influencia de Platón: escribe diálogos a la manera del maestro, de los cuales nada
conservamos;
- etapa intermedia: tras la muerte de Platón, Aristóteles abandona la Academia.
Durante algunos años, reside en diversos lugares del Asia Menor y se traslada
posteriormente a Pella,· en Macedonia, para hacerse cargo de la educación del joven
príncipe Alejandro, hijo de Filipo. Durante esta etapa se produce el gran cambio en la
orientación del pensamiento aristotélico: al intentar resolver los problemas planteados por
Platón en la última etapa de su vida sobre la forma en que la mente llega al conocimiento de
la materia, Aristóteles manifiesta su fuerte realismo y la índole positiva de su mente;
- etapa del Liceo: a su regreso a Atenas en 336 (mientras Alejandro inicia su
victoriosa campaña en Asia) funda su propia escuela, el Liceo, situada en las afueras de
Atenas y dotada de un patio cubierto o perípatos donde impartía sus enseñanzas, por lo que
su escuela recibió el nombre de peripatética. Durante esta etapa se dedica intensamente a la
investigación positiva, especialmente en el terreno de la biología, a la que había dedicado
extraordinaria atención en la etapa precedente.
Los últimos años de su vida -murió a la edad de sesenta y dos años en 322 a.C.-
fueron muy fecundos en resultados. A lo largo de ellos emergen bien definidas las ciencias
particulares, libres ya de la tutela filosófica.
– Aristóteles y la ciencia. La Edad Media vio en Aristóteles al filósofo, pero nosotros
debemos saber y recordar que es sobre todo el creador de la Ciencia moderna. Su rotunda
oposición a la Teoría de las Ideas platónica abrió de nuevo el camino a la ciencia positiva:
forma y materia (¡WPCP~ y LAr¡) -declara- son separables sólo en el pensamiento; en la
realidad lo que existe es la forma incorporada a la materia. Hay, sin embargo, un resabio de
platonismo en la prioridad que concede a la forma sobre la materia. El gran campo en que
puso a prueba sus métodos de investigación, basados en la observación inmediata de la

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naturaleza, es la biología. Realizó por sí mismo innumerables observaciones y acumuló una
cantidad enorme de datos; inauguró métodos de clasificación que han perdurado durante
siglos y siglos; nos legó excelentes descripciones de los hechos de la naturaleza, que la
posteridad rechazó por increíbles y que al fin han sido comprobados como rigurosamente
exactos. Estas palabras de Darwin proclaman la grandeza intelectual del Aristóteles
científico: «Linneo y Cuvier han sido mis dioses, pero son unos niños comparados con el
viejo Arístóteles». La actividad multiforme de Aristóteles se extiende a todos los campos del
saber: es el creador de la ciencia filológíca, tanto en su «Poética» como en sus «Problemas
Homérícos»; inaugura las ciencias sociales y políticas con la elaboración de un extenso
tratado, «Política», del que conservamos íntegra la primera parte, la que estudia la
constitución ateniense. Dedica también su atención a los problemas éticos, pero establece
claramente la distinción entre la eficacia (&ps-¡;~) intelectual y la eficacia (&ps~) moral: la
ética no es una parte de la filosofía.
8.1.7. La Academia y el Liceo en la época helenística: la escuela de Alejandría.
– Academia y Liceo prosiguieron sus actividades durante la época helenística, pero sus
caminos fueron divergentes:
- La Academia se mantuvo durante largo tiempo fiel a la tradición filosófica y
matemática, tal como las recibió de Platón. La supervivencia de la Academia en Atenas
indica que la ciudad supo conservar su carácter de centro espiritual del mundo helénico, si
bien bullían en ella otras escuelas filosóficas de ascendencia socrática que alcanzaron
durante la época helenística un gran relieve, superior con mucho al que despertaba la
anquilosada Academia.
- El Liceo intensificó su actividad científica, alejándose progresivamente de las
especulaciones netamente filosóficas. Después de la muerte de Teofrasto (sucesor de
Aristóteles en la dirección del Liceo y creador de la botánica), la escuela aristotélica se
traslada a Alejandría. Allí desarrolló una ingente labor investigadora (física, mecánica,
ciencias naturales, matemáticas, astronomía, gramática, filología, medicina ... ) al amparo de
las cuantiosas subvenciones y de la protección constante de los Ptolomeos helenísticos. El
estatismo típico de este momento de la historia de Grecia propició el cultivo de las artes y de
las ciencias: El Museo o Templo de las Musas en Alejandría fue un centro de investigación
sólo equiparable a los que hoy día existen; cobijaba toda clase de recursos materiales y de
instalaciones que permitían el desarrollo de las actividades intelectuales más variadas.
– Principales representantes. Muchos nombres insignes de sabios aparecen adscritos al
recuerdo de esta casi increíble realización ptolomeica: El físico Estratón de Lámpsaco; los
matemáticos (cultivadores también de otras ciencias) Euclides de Mégara, Arquímedes de
Siracusa y Apolonio de Perga; los astrónomos Aristarco de Samos e Hiparco de Nicea; el
genio enciclopédico de Eratóstenes de Cirene, creador de la ciencia geográfica; el gramático
Dionisio de Tracia; los filólogo s Zenódoto de Éfeso, Aristófanes de Bizancio y Aristarco de
Samotracia, que realizaron una extraordinaria labor en la edición y corrección de los textos
literarios de la Grecia clásica, sentando las bases de la crítica textual y de la gramática
científica. Recordemos el origen extrapeninsular de la mayoría de estos sabios. Igual que en
Literatura y en las Artes, la Grecia científica vuelve a las bases nutricias que la vieron nacer.
Apenas si es posible detenerse en el análisis de las realizaciones intelectuales de estos
hombres, pero destacaremos al genial Aristarco de Samos, que formuló la teoría del
heliocentrismo, desechada casi inmediatamente por Hiparco; a Arquímedes de Síracusa,
que, además de sus logros en el terreno de la física, fue el creador de la mecánica y de la

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ingeniería; a Eratóstenes de Cirene, que calculó con muy leve error el diámetro de la Tierra
y trazó un mapa del mundo ... También es necesario recordar los nombres de dos grandes
«médicos»: Herófilo de Calcedonia y Erasístrato de Quíos, que investigaron,
respectivamente, el sistema nervioso y el sistema vascular del hombre. y el del viajero
Píteas de Focea, que atravesó las Columnas de Hércules (nuestro estrecho de Gibraltar) y se
arriesgó en el Mar Tenebroso hasta alcanzar las costas británicas, realizando además muy
notables observaciones astronómicas. Y los nombres de los que en época posterior, bajo la
dominación romana, prosiguieron la aventura científica alejandrina: Claudio Ptolomeo (de
Ptolemaida, en Egipto), físico, astrónomo y geógrafo, además de investigador de las teorías
musicales; Diofanto de Alejandría, creador del álgebra; Dioscórides de Anazarbos (en
Cilícia), clasificador de más de seiscientas plantas medicinales; Estrabón de Amasea (en el
Ponto), que realizó numerosos viajes e inauguró la geografía humana; Galeno de Pérgamo,
que realizó investigaciones médicas dentro de la línea hipocrática, aunque con pretensiones
filosóficas que quizá no hubieran gustado a Hipócrates. Galeno, en realidad, continúa la
tradición de otra famosa escuela científica creada en época helenística: la escuela de
Pérgamo, que no consiguió igualar el prestigio de la escuela de Alejandría, aunque sí
alcanzó fama en el terreno de los estudios filológicos.
– Esta rapidísima ojeada sobre el desarrollo científico en el declinar de la Hélade nos
invita a formularnos la pregunta que tantas veces se ha planteado: ¿por qué no alcanzaron
los griegos el desarrollo técnico que su esplendor científico habría hecho esperar? La
respuesta está en la actitud desinteresada que, casi desde el principio (a excepción de las
primeras fíguras jonias), adoptaron los filósofos-hombres de ciencia helenos: por las mentes
de estos científicos rara vez pasaba la idea de proseguir sus investigaciones con miras
prácticas; sus especulaciones no seguían la dirección de los intereses inmediatos de la
sociedad, sino la determinada por el cultivo puro del conocimiento o episteme por sí mismo.
Influyó, sin duda, en esta actitud la jerarquía de valores dominante a lo largo de la cultura
griega, de acuerdo con la cual las actividades «prácticas» (τέχναι, artes y oficios en un
sentido muy amplio) eran de calidad inferior a la de las actividades puramente intelectuales
o al ejercicio de la política y de la poesía. Esta postura se recrudeció a partir del siglo V con
el triunfo del racionalismo; sus efectos perduraron incluso en época helenística,
detectándose un cierto aristocratismo -al igual que en otros aspectos del modo de ser griego-
en este mal disimulado o nada disimulado despego por las actividades «prácticas». Sólo la
·medicina, ajena al desarrollo filosófico, escapó a las graves consecuencias de esa
jerarquización absurda que disoció lamentablemente la teoría de la práctica.
– Quizá sea que «otra» teoría y «otra» práctica eran las que hallaban mayor eco en el
ánimo griego: las que se referían al hombre. Ya hemos indicado cómo la preocupación por la
condición humana amanece en, los versos de los poemas homéricos y persiste en las obras
de poetas y pensadores de las épocas arcaica y clásica, cómo se traduce en vocación de
παιδεία y en sentido de misión en sofístas y socráticos, cómo determina la evolución del
pensamiento platónico. Esa tendencia humanista del pensar y el vivir griegos informó en
gran parte la actividad de Sócrates e impulsó la aparición de escuelas filosóficas socráticas
al margen por entero del platonismo: los cínicos, en cuyas filas figuró el desconcertante
Diógenes de Sinope, y los cirenaicos, cuyo fundador fue Aristipo de Cirene. Unos y otros
pregonan el individualismo autárquico que contradice todos los ideales tradicionales de
servicio a la poli s y a la comunidad; los cínicos añaden conceptos de fraternidad humana y
de cosmopolitismo, nunca oídos hasta entonces en el ámbito cultural y vital de los griegos.

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– Epicuro de Sarnos (341-270): el epicureísmo. La época helenίstica conoce el
desarrollo de nuevas tendencias filosóficas de signo también ético y de vertiente igualmente
individualista. Pero, ya en esta etapa, el interés por la ciencia mueve a algunos pensadores a
incorporar a su visión humanista los saberes científicos que les proporcionan explicación
suficiente para el enigma de la condición humana. Entre estos pensadores destaca Epicuro
de Samos, hijo de un colono ateniense establecido en esta isla del Egeo. Tenia Epicuro unos
treinta y cinco años cuando decidió trasladarse a Atenas y abrir allí escuela de filosofia, sin
temor al desafio de las renombradas Academia y Liceo. Una exigente ortodoxia de base
científica mantenía la identidad del grupo: la teoría atómica de Demócrito fue asumida por
los epicúreos como base de su concepción del mundo, que los llevaba hacia un ideal de
libertad individual: respondían, por tanto, a la tónica general de la filosofía postsocrática: el
interés por el hombre y aun por el individuo, la búsqueda de la felicidad individual, del
bienestar del alma, de la calma espiritual (ἀταραξία).
– Zenón de Chipre (s. IV a.C.): el estoicismo. Por la misma época abrió también
escuela en Atenas Zenón de Chipre, de ascendencia fenicia. Impartía sus enseñanzas en el
llamado Pórtico Pecile (Στοὰ Ποικίλη): de ahí los nombres de Stoa y Pórtico, aplicados a
esta escuela filosófica, y el de estoicos, con que se conoce a sus seguidores. El estoicismo
logró gran difusión y fue, por otra parte, la forma filosófica que mejor entendieron y
asumieron los romanos. También Zenón buscó para sus concepciones éticas un asidero
científico en las teorías de Heráclito y predicó un ideal de felicidad individual consistente en
la aceptación racional del orden de las cosas, en la razón recta.

8.1. CLASES DE ADJETIVOS.


Los diferentes tipos de adjetivos griegos, según la declinación a la que pertenecen,
son:
– 1ª clase de adjetivos (2ª, 1ª, 2ª): σοφός, -ή, -όν “sabio”
δίκαιος, -α, -όν “justo”
(2ª͵ 2ª): ἄδικος, -ον “injusto”
– 2ª clase de adjetivos (3ª, 3ª): εὐδαίµων, -ον “feliz”
ἀληθής, -ές “verdadero”
– 3ª clase de adjetivos (3ª, 1ª, 3ª): γλυκύς, -εῖα, ύ “dulce”
πᾶς, πᾶσα, πᾶν “todo”

8.2. COLOCACIÓN DEL ADJETIVO EN LA FRASE.


El adjetivo, según la posición que ocupe respecto del sustantivo en la frase, puede
variar su sentido:
– Posición atributiva: ὁ σοφὸς ἀνήρ, “el hombre sabio”.
– Posición apositiva: ὁ ἀνήρ ὁ σοφός, “el hombre, precisamente el sabio.
– Posición predicativa: ὁ ἀνὴρ σοφός / σοφὸς ὁ ἀνήρ, “el hombre (es) sabio”.

8.3. GRADOS DEL ADJETIVO: COMPARATIVO Y SUPERLATIVO.


El adjetivo presenta tres grados de significación: positivo, comparativo y superlativo:
– El comparativo (de superioridad) expresa que un ser u objeto posee determinada
cualidad en un grado más elevado que otro (más alto);

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– El superlativo puede expresar el valor absoluto (muy, superlativo absoluto) o
expresar la misma relación que el comparativo pero entre tres o más términos (el más
alto, superlativo relativo).
– Para expresar estos grados, la mayor parte de los adjetivos forman el comparativo (de
superioridad) y el superlativo añadiendo al tema del adjetivo los sufijos siguientes23:
masculino femenino neutro
comparativo -τερος -τερα -τερον
superlativo -τατος -τατη τατον
Siguen la 2ª declinación (temas en -ο) para los géneros masculino y neutro, y la 1ª
declinación (temas en -α/-η) para el género femenino.
– Ejemplo:
positivo σοφός, -ή, -όν “sabio”
comparativo σοφώτερος, -α, -ον “más sabio”
superlativo σοφώτατος, -η, -ον “muy sabio; el más sabio”

8.3.1. EL COMPLEMENTO DEL COMPARATIVO.


- Puede ir en caso genitivo, ejemplo: Φίλιππος ἀρχαιότερος ἐστι Ὀρέστου,
“Filipo es más viejo que Orestes.
- Cuando va precedido de la partícula ἤ va en el mismo caso que el primer
término de la comparación, ejemplo: Φίλιππος ἀρχαιότερος ἐστι ἤ Ὀρέστης,
8.3.2. EL COMPLEMENTO DEL SUPERLATIVO.
Va en genitivo, ejemplo: Φίλιππος σοφώτατος ἐστι τῶν µαθητῶν, “Filipo es el
más sabio de los discípulos”.
8.3.3. EL COMPARATIVO Y EL SUPERLATIVO SIN COMPLEMENTO.
- σοφώτερος: “demasiado sabio”.
- σοφώτατος: “muy sabio”.
8.3.4. COMPARATIVOS Y SUPERLATIVOS IRREGULARES.

positivo comparativo superlativo


ἀγαθός “bueno” ἀµείνων ἄριστος
“honrado” βελτίων βέλτιστος
“valiente” κρείττων κράτιστος
κακός “malo” χείρων χείριστος
“débil” ἥττων ἥκιστα
µέγας “grande” µείζων µέγιστος
µικρός “pequeño” ἐλάττων ἐλάχιστος
ὀλίγος “poco” µείων ὀλίγιστος
πολύς “mucho” πλείων πλεῖστος

23 Un grupo de adjetivos más reducido presenta otros sufijos para formar el comparativo y el superlativo:
- comparativo: -ιων, -ιον (3ª declinación, temas en nasal);
- superlativo: -ιστος, -ιστη, -ιστον (2ª declinación, 1ª declinación tema en -η, 2͵ δεχλιναχιόν).

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EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:
α) Φειδίας λιθοξόος ἔνδοξος ἦν. Φειδίας µὲν τὴν εἴκονα τοῦ ∆ιὸς ἐλιθούργησεν,
Πολύκλειτος δε τὴν Ἥραν. Φειδίας ἐνδοξότερος Πολυκλείτου ἦν. Ἀλλὰ δὲ Πραξιτέλης
πάντων λιθοξόων θαυµασιώτατος ἦν.
β) Πενελόπη µὲν ἦν φρονιµώτερα ἢ Ἑλένη, ἀλλὰ δὲ Ἑλένη ἦν καλλίων ἢ Πενελόπη.
γ) Σοφοκλῆς ἐστὶν ἔνδοξος. Σοφοκλῆς δὲ ἐνδοξότερος Εὐριπίδου. Ὅµηρος ἐστὶν
ἐνδοξότατος καὶ ἀρχαιότατος τῶν ἑλληνικῶν ποιητῶν.
δ) Φηµὶ ἐγὼ πάντων θεῶν Ἔρωτα εὐδαιµονέστατον καὶ καλλίστον καὶ ἄριστον εἶναι.

VOCABULARIO.
ἀγαθός, -ή, -όν: bueno. θεός, -οῦ (ὁ). dios.
ἀλλὰ: pero, sin embargo. καὶ: y.
ἄριστος, -η, -ον: superlativo de ἀγαθός. καλλίστον: superlativo de καλός.
ἀρχαῖος, -α, -ον: antiguo. καλλίων: comparativo de καλός.
δὲ: por una parte. καλός, -η, -ον: bello, bonito.
∆ιὸς: Ζεύς, λιθοξόος, -ου (ὁ): cincelador.
ἐγὼ: nominativo yo. Λιθούργέω: cincelar, trabajar la piedra.
εἴκων, -ονος (ἡ): imagen, estatua. µὲν: por una parte.
εἰµί: ser, estar. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
εἶναι: infinitivo de ειµί. Ὅµηρος, -ου (ὁ): Homero.
Ἑλένη, -ης (ἡ): Helena. πᾶς, πᾶσα, πᾶν: todo.
ἑλληνικός, -ή, -ον: helénico, griego. Πενελόπη, -ης (ἡ): Penélope.
ἔνδοξος, -ον: ilustre, célebre. ποιητής, -ου (ὁ): poeta.
Ἔρως, -ωτος (ὁ): Eros. Πολύκλειτος, -ου (ὁ): Policleto.
εὐδαιµων, -ον: feliz. Πραξιτέλης, -ου (ὁ): Praxíteles.
Εὐριπίδης, -ου (ὁ): Eurípides. Σοφοκλῆς, -ου (ὁ): Sófocles.
Ζεύς, ∆ιός (ὁ): Zeus. Φειδίας, -ου (ὁ): Fidias.
ἢ: que. φηµὶ: decir.
Ἥρα, -ας (ἡ): Hera. φρόνιµος, -ον: prudente.
θαυµάσιος, -α, -ον: admirable, maravilloso.

8.4. EL TEMA DE PERFECTO.


- El tema de perfecto expresa el resultado presente de una acción que ha sucedido
en el pasado; el presente, en cambio, indica que una acción se está desarrollando
en el momento actual:
- presente: θηῄσκει, “muere, está muriéndose”.
- perfecto: τέθνηκε, “ha muerto, está muerto”.
- El tema de perfecto se caracteriza por reduplicar en todos sus modos la primera
consonante del radical seguida de ε, ejemplo: παιδεύω – πεπαίδευκα.
- Si el radical empieza por una consonante aspirada (φ, θ, χ) la consonante de la
reduplicación pierde la aspiración, es decir, se reduplica la sorda correspondiente:
θ > τ (ej.: θύω – τέθυκα); φ > π (ej.: φονεύω – πεφόνευκα); χ > κ (ej.: χορεύω –
κεχόρευκα).
- Si el radical comienza por una vocal, se sustituye la reduplicación por la forma
alargada de esta vocal (ej.: ἀληθεύω – ἠλήθευκα).
- Si el radical empieza por ρ o bien por un grupo de consonantes que no sean una

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oclusiva seguida de una líquida, se antepone una ε al radical (ejs.: στρατεύω –
ἐστράτευκα; ῥίπτω – ἔρριφα).
- PRETÉRITO PERFECTO DE INDICATIVO:
κα
κας
Reduplicación de perfecto + Raíz + κε
καµεν
κατε
κασι (ν)
Ejemplo:
Pretérito perfecto de indicativo
1ª p.sg. λέλυκα
2ª p.sg. λέλυκας
3ª p.sg. λέλυκε
1ª p.pl. λελύκαµεν
2ª p.pl. λελύκατε
3ª p.pl. λελύκασι(ν)

- Perfecto aspierado.
Algunos verbos presentan un perfecto aspirado: son los verbos en labial y en
gutural, en los cuales la κ cae después de una labial o de una gutural; éstas, en cambio, se
aspiran. Ejemplos:
βλέπω – βέβλεφα; διώκω – δεδίωχα.
- Infinitivo de perfecto:
Reduplicación de perfecto + Raíz + κέναι.
- Participio de perfecto:
Reduplicación de perfecto + Raíz + κώς, -κυῖα, -κός (se declina por la 3ª, 1ª y
3ª d.).

8.5. EL PLUSCUAMPERFECTO.
El pluscuamperfecto es un tiempo incluido dentro del tema de perfecto y expresa el
resultado pasado de una acción terminada, ejemplo: ἐπεπαύκειν: “había cesado”.
Se forma como el pretérito perfecto precedido de un aumento y con terminaciones
distintas de las del perfecto:
κειν
κεις
Aumento + reduplicación de perfecto + Raíz + κει
κειµεν
κειτε
κεισαν

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8.6. LA REDUPLICACIÓN EN LOS VERBOS COMPUESTOS.
En los verbos compuestos de preposición, la reduplicación se sitúa entre la
preposición y el verbo simple, al igual que sucede con el aumento. Ejemplos:
ἐπιβουλεύω – ἐπιβεβούλευκα; περιοδεύω - περιώδευκα.

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Ἐν τῷ χρόνῳ τοῦ Περικλέους οἱ ἀρχιτέκτονες πολλὰ ἱερὰ καὶ κάλλιστας εἰκόνας
ᾠκοδοµήκεισαν ἐν τῇ τῶν Ἀθηναίων πόλει.
β) Ὁ συγγραφεὺς Θουκυδίδης γέγραφε τὸν πόλεµον παρὰ τοῖς Ἀθηναίοις καὶ παρὰ τοῖς
Λακεδαιµονίοις ἐν τῷ βιβλίῳ καλουµένῳ “ἱστορίων”.
γ) Εὐριπίδης ὁ τραγῳδοποιὸς ἐγεγράφει τὴν τραγῳδίαν ἐν ᾗ Μήδεια, ἀσεβὴς γυνή,
ἐφονευσε τὰ ἑαυτῆς τέκνα.
δ) Ἐν τῷ θεάτρῳ τοῦ Ἐπιδαύρου οἱ ὑποκριταὶ ὑποδεδύκασι τὰ προσωπεῖα καὶ τοὺς
κοθόρνους. Οἱ χορευταὶ εἰσεληλύθασιν εἰς τὴν ὀρχήστραν.
ε) Ἀφροδίτη ἐκ τοῦ ἀφροῦ τὴς θαλάττης γέγονε παρὰ τῇ νήσῳ Κυπρίου.
ζ) Ἐν τῇ Ἀρκαδίᾳ καὶ ἐν τῇ Λακωνικῇ οἱ ἄνθρωποι εἰώθασιν (están acostumbrados)
γαλακτοποτεῖν ἀντὶ τοῦ φαρµακοποτεῖν περί τὸ ἔαρ ὅταν οἱ ὀποί (los jugos) τῶν τινων
φύλλων ἀκµάζωσιν.

VOCABULARIO.
kαλέω: llamar. Εὐριπίδης, -ου (ὁ): Eurípides.
Ἀθηναίοι, -ων (οἱ): los atenienses. θαλάττα, -ης (ἡ): mar.
ἀκµάζω: florecer. θεάτρον, όυ (τό): teatro.
ἄνθρωπος, -ου (ὁ): hombre. Θουκυδίδης, -ου (ὁ): Tucídides.
ἀντὶ: prep. de gen. en lugar de. ἱερόν, -οῦ (τό): templo.
Ἀρκαδία, -ας (ἡ): Arcadia. ἱστορία, -ας (ἡ): historia.
ἀρχιτέκτων, -ονος (ὁ): arquitecto. καὶ: y.
ἀσεβὴς, -ές: impío. καλός, -ή, -ον: bello, bonito.
Ἀφροδίτη, -ης (ἡ): Afrodita. κοθόρνος, -ου (ὁ): coturno (calzado del actor
ἀφρός, -οῦ (ὁ): espuma. trágico).
βιβλίον, -ου (τό): libro. Κυπρίος, -ου (ὁ): Chipre.
γαλακτοποτέω: beber leche. Λακεδαιµονίοι, -ων (οἱ): los lacedemonios,
γέγονα: perfecto de γίγνοµαι, nacer, llegar a los espartanos.
ser. Λακωνική, -ῆς (ἡ): Laconia.
γράφω: escribir. Μήδεια, -ας (ἡ): Medea.
γυνή, γυναικόσ (ἡ): mujer. νήσος, -ου (ἡ): isla.
ἔαρ, ἔαρος (τό): primavera. ὁ ἡ τό: el, la lo.
ἑαυτός, -ῆς, -ό: él, ella, ello mismo. οἰκοδοµέω: construir, edificar.
εἰκών, -όνος (ἡ): imagen, estatua. ὀποί: los jugos.
Εἰς: prep. de ac. a, hacia. ὀρχήστρα, -ας (ἡ): orquestra.
Εἰσεληλύθασιν: perfecτo de εἰσέρχοµαι ὁς, ἡ, ὁ: que, quién, el cual.
entrar. ὅταν: cuando.
εἰώθασιν: están acostumbrados. παρὰ: prep. de dat. al lado de, entre.
Ἐκ: prep. de gen. de, desde. περί: prep. de ac. alrededor de.
ἐν: prep. de dat. en. Περικλῆς, -έους (ὁ): Pericles.
Ἐπιδαύρος, -ου (ὁ): Epidauro. πόλεµος, -ου (ὁ): guerra.

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πόλις, -εως (ἡ): ciudad. τραγῳδοποιὸς, -οῦ (ὁ): tragediógrafo.
πολύς, πολλή, πολύ: mucho. Ὑποδύνω:
προσωπεῖον, -ου (τό): máscara. ὑποκριτής, -οῦ (ὁ):
συγγραφεὺς, -έως (ὁ): historiador. φαρµακοποτέω:
τέκνον, -ου (τό): hijo. φονεύω: ponerse, calzarse.
τις, τι: algún, alguno. φύλλον, -ου (τό): hoja, planta.
τραγῳδία, -ας (ἡ): tragedia. χορευτής, -οῦ (ὁ): corista, danzante.
χρόνος, -ου (ὁ): tiempo.

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UNIDAD 9

9.1. OCIO Y TRABAJO ENTRE LOS GRIEGOS.

9.1.0. Introducción.
La mayor parte de nuestras referencias sobre el modo como los griegos empleaban su
tiempo libre así como sobre sus actividades «laborales» se refieren a Atenas. Nos
limitaremos, pues, a los usos atenienses, que sin duda reflejan en buena medida la actitud
general de la Hélade ante estos hechos.
A juzgar por numerosos ejemplos, vivos en las páginas de la historia griega, diríase
que el ateniense de la época clásica alcanzó tempranamente esa dorada situación que
nosotros definimos como «civilización del ocio». De un ocio inteligente y creativo que le
lleva a ocuparse en los asuntos de su ciudad, a gustar de la compañía y trato de sus amigos,
a deleitarse en actividades que enriquecen su espíritu y fortifican su cuerpo, a mantener su
ánimo alerta y abierto su entendimiento. Pero no todos los atenienses son un Sófocles o un
Sócrates, ni todos disponían o sabían disponer debidamente de ese ocio, de esa σχολή tan
apetecida por ellos. Muchos eran los que tenían que dedicar buena parte de su existencia al
trabajo; muchos también los que derrochaban neciamente sus horas libres en pasatiempos
inútiles cuando no viciosos. Por otra parte, si bien es cierto que el hombre ateniense gozaba
de amplia libertad de movimientos, esto sólo fue posible por la presencia en la vida griega
de la esclavitud.

9.1.1. Actividades para el ocio


Varias actividades llenaban las horas libres del ateniense medio. Eran principalmente
las siguientes:
- paseos y conversaciones;
- juegos diversos;
- participación en las fiestas ciudadanas;
- simposios.
9.1.1.1. Los paseos y conversaciones. Es muy cierto que el ateniense (pero no la
ateniense) pasaba una buena parte del día en la calle. Muy de mañana abandonaba su lecho
o yacija, desayunaba frugalmente y salía de casa. Las casas de la Atenas clásica eran, en
general, muy modestas, a menudo miserables y faltas de la más elemental higiene. Se
comprende que el ateniense no sintiera la menor pereza en el momento de abandonar su
morada y lanzarse a las calles, en su mayoría estrechas y tortuosas, que componían los
barrios extendidos al pie de la Acrópolis. Si no tenía algún quehacer ciudadano (todas las
sesiones comenzaban al alborear), iba a casa de algún amigo a charlar un poco o bien
paseaba por la ciudad haciendo tiempo antes de dirigirse al ágora. Ya desde hora temprana
comenzaba la animación en el ágora ateniense, sombreada de plátanos y enmarcada por
bellos pórticos: se abrían los tenduchos y barracas, esparcidos en el más asombroso
desorden; se mostraban al público las más variadas mercancías: vasijas, perfumes, frutas y
verduras, objetos de adorno, «libros», vinos, coronas funerarias ... ; acudίan compradores y
vendedores, llegaban los campesinos de las aldeas cercanas a cerrar sus tratos... En las calles
inmediatas se dejaba sentir también la vida comercial, el ir y venir de tratantes, asentadores,
compradores que gritan y discuten. Los agoránomos vigilan la marcha del mercado y
controlan los precios. E s todo un espectáculo, y el ateniense no se lo pierde.

93
Frecuentemente él mismo interviene, pues la mayoría de los ciudadanos tienen sus pequeños
negocios o talleres que deben atender. Hacia el mediodίa regresa a casa para almorzar
ligeramente (ἄριστον) o bien se reúne con algunos «cofrades» y toman cualquier cosa.
¡Nada de siesta! El ateniense tiene muchas cosas que ver y que decir: acude a las barberías,
lugar típico de reunión en las primeras horas de la tarde, y allí comenta y discute todas las
novedades. Si es lo bastante joven y fuerte (y si no λo es, también), acude luego a las
palestras y baños donde desentumece sus miembros y encuentra nuevos interlocutores con
quienes conversar. Al caer la tarde regresa sin prisas a su casa para comer (δεῖπνον): en
ocasiones lleva a algunos invitados o bien acude él como invitado a casa de algún amigo,
para hablar un poco. Normalmente se acuesta temprano, aunque en ocasiones la reunión se
prolonga hasta la madrugada. Mientras duerme, normalmente está callado.
9.1.1.2. Juegos. En toda Grecia, y desde época muy antigua, los griegos se complacen
en juegos muy diversos en los que satisfacen esa vertiente lúdica tan característicamente
humana. Los más corrientes eran éstos:
– juegos de pelota muy diversos (testimoniados en referencias literarias, relieves y
cerámica);
– juegos de azar, especialmente los dados, en los que la jugada de tres seises era
llamada «jugada de Afrodita» y la jugada de tres ases se llamaba «jugada del perro» quizá
en alusión al infernal Cerbero;
– juegos de habilidad e ingenio, entre los que destaca el cótabo, juego simposíaco cuya
descripción haremos más adelante; la petteia o petia que se jugaba sobre un tablero
semejante al de nuestro juego de las damas; el juego de la Vía Sagrada, también sobre un
tablero dividido en tres series contiguas de recuadros. Estos dos últimos juegos son de
antiquísima ascendencia y (juntamente con otros que no mencionamos) llegaron a
conocimiento de los griegos, probablemente a través de los egipcios o de algún pueblo del
Oriente Próximo;
– espectáculos callejeros, en los que participaban como simples «mírones>>
deleitándose con las pruebas de destreza de los artistas ambulantes: prestidigitadores,
equilibristas, mimos y payasos. Hay también noticias de teatros de marionetas y teatros de
siluetas que se ofrecían frecuentemente en el ágora ateniense;
– luchas de animales: como hoy y como siempre, también los griegos se divertían
enfrentando cruelmente a los animales en feroces peleas; adquirieron gran popularidad en
Atenas las luchas de gallos.
9.1.1.3. Las fiestas ciudadanas. La participación personal en las fiestas ciudadanas,
tan numerosas, y en sus preparativos era otra fuente continua de alegre esparcimiento para
los atenienses. La constitución de los coros, la preparación de los brillantes cortejos, el
espectáculo incomparable de la colectiva exaltación cívico-religiosa, la asistencia a los
diversos actos (conciertos, danzas, recitales, dramas, concursos gímnicos ... ) que se
desarrollaban en las principales fiestas mantenían los espíritus en saludable y gozosa
expectación. Al mismo tiempo proporcionaban rico e interesante pretexto para la
conversación y la amistosa polémica a que, como ya hemos dicho, tan aficionados eran los
ciudadanos de la Atenas clásica.
9.1.1.4. Los simposios (συµπόσιον). Son formas muy típicas de reuniones
masculinas. Cίfrase en ellas ese vivo sentido de la comunicación humana que caracterizó a
los griegos y muy particularmente a los atenienses. Triunfa también ese rasgo acusadísimo
de la sociedad griega que excluye de manera sistemática a las mujeres en la mayoría de las

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manifestaciones sociales.
La palabra simposio significa propiamente «bebida en común». Los símposios no son
privativos en Atenas, sino que constituyen una costumbre antiquísima entre los griegos, que
llegó a alcanzar el carácter de verdadera institución. Se trata de celebraciones colectivas
(trátese de grupos religiosos o ciudadanos o de meras reuniones familiares o de amigos),
consistentes en un banquete cuyos gastos sufraga el amo de la casa. El banquete se organiza
en dos fases sucesivas: el banquete propiamente dicho, al que tienen acceso las mujeres de
la familia, y en el cual se observa un ceremonial de cortesía bastante complicado: 1º.) antes
de entrar en la sala del banquete, los invitados se descalzan y lavan sus pies; 2.°)
seguidamente se coronan la cabeza con guirnaldas y ocupan los lechos que les indique el
dueño de la casa, recostándose sobre ellos; ante éstos sitúan los esclavos unas mesas
pequeñas sobre las que serán servidos los manjares y bebidas que han de consumir; 3.°)
antes de empezar a comer, deben lavarse las manos en jofainas que les son presentadas por
los esclavos; 4.°) a continuación se inicia el banquete con un brindis a la redonda, seguido
de diversos platos entre los que puede figurar la carne, si.el anfitrión es rico. Se sirven
también frutas, pastelillos y, naturalmente, bebidas.
Terminada esta primera fase, se retiran las mujeres y da comienzo el simposio:
primeramente se ofrecen libaciones de vino puro a Dioniso y se canta un himno en honor al
dios «que alegra a los hombres»; a continuación se elige por sorteo al simposiarco, que debe
determinar las normas por las que se regirá el simposio sobre todo en lo que se refiere a la
proporción en la mezcla de vino y agua. Se inicia de esta manera la «bebida en común», si
bien no faltan las «tapitas» para estimular la sed: galletas, nueces, almendraa, aceitunas, etc.
Si el simposio es muy solemne, el dueño de la casa hace venir a un grupo mayor o
menor de artistas, hombres y mujeres (citaristas, danzarinas, acróbatas, bufones, mimos y
payasos; nunca faltan las αὐλητρίδες o mujeres flautistas de alegre y desenfadado talante)
para que entretengan a sus invitados.
La fiesta puede prolongarse hasta la madrugada o incluso hasta Ias primeras horas del
día siguiente si no decae la animación y alegría de los reunidos. Frecuentemente y a pesar
del vino aguado (dos partes de agua y una de vino o, cuando más, a partes iguales), algunos
invitados acaban borrachos y duermen pesadamente sobre sus lechos o en el suelo, mientras
los demás continúan la fiesta.
Normalmente la fiesta discurre en mayor intimidad, y son los invitados mismos los
que aportan su ingenio y alegría para el goce de todos. Los cantos eran la forma más
corriente en que se expresaba esa alegría, cantos en muchas ocasiones compuestos por
algunos de los asistentes o tomados del enorme repertorio de los poetas simposíacos. A
veces, recitaban pasajes poéticos y mantenían vivas discusiones sobre la interpretación. O
bien, en reuniones muy escogidas, proponíase un tema de estudio o de discusión en el
que todos participaban según el orden establecido por el simposiarco. Otras veces, la
conversación discurría con ritmo libre y un tanto distorsionado y hacían su aparición los
chistes, adivinanzas, apuestas y juegos de toda clase, entre ellos el famosísimo cótabo que
describiremos brevemente:
En el curso del simposio se realizaban, a veces, libaciones semejantes a la que se
dedicaba a Dioniso al comenzar la fiesta. Estas libaciones tenían carácter de juego, y en
ellas no se invocaba al dios, sino generalmente a la persona amada: el juego tenía, pues, un
cierto carácter erótico dentro del marco dionisíaco del simposio. En el curso del juego, los
bebedores debían arrojar las gotas de la libación no sobre el suelo (según el uso litúrgico),

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sino dirigidas hacia un blanco previamente fijado, generalmente un plato o vaso; si se
alcanzaba la diana propuesta, el presagio se consideraba favorable o bien se alcanzaba el
premio prometido si así se había concertado. Este es el juego del cótabo, que alcanzó
enorme popularidad, rebasando el marco de los simposios y contagiando incluso a las
mujeres que también lo practicaban en sus fiestas o en el recato de sus gineceos. Incluso se
crearon nuevas y más complicadas formas del cótabo en las que se exigίa una determinada
gracia en el gesto y actitud del jugador (o jugadora).

9.1.2. El trabajo en Grecia.


9.1.2.1. Ideas sobre el trabajo. Sí, en el siglo V Atenas era una fiesta. Pero lo era, en
gran parte, por el amor de los atenienses hacia su polis,amor que se manifestaba de muy
diversas maneras y también en el trabajo diario. En realidad la mayoría de los atenienses
trabajaban en una u otra cosa; las reducidas dimensiones de su ciudad y la inexistencia de
una reglamentación de trabajo demasiado precisa permitían, sin duda, sobrellevar fácilmente
el esfuerzo. Por otra parte, la aportación de los esclavos libraba a los ciudadanos de las
tareas más penosas.
Pero no olvidemos que los griegos, y entre ellos los atenienses, eran en general de
condición muy modesta y que entre ellos muy pocos podίan ser considerados realmente
ricos. La natural sobriedad de los griegos los llevaba a restringir sin esfuerzo sus exigencias
y a considerar satisfactorias unas condiciones de vida que nosotros, en nuestra sociedad de
consumo, habríamos juzgado punto menos que miseras.
Es cierto que prevalece en la Atenas clásica el viejo prejuicio contra el trabajo
retribuido; y dado que este tipo de trabajo era casi siempre manual, creció en forma tan
injusta como desafortunada la prevención frente al trabajo manual como indigno de un
hombre libre. Este prejuicio frenó y no poco el progreso técnico que una ciencia floreciente
podría fácilmente haber impulsado.
Gozó siempre de gran estima entre los atenienses el cultivo de la tierra propia, así
como la labor de los artistas (escultores, pintores, ceramistas ... ). La fuerte evolución
económica promovió un notable progreso del comercio y de la industria, y surge una
mentalidad, que nosotros llamaríamos capitalista, que ve con muy buenos ojos la actividad
bien remunerada del gran empresario y del banquero, al mismo tiempo que menosprecia al
pequeño comerciante y al obrero asalariado (βάναυσος). La Atenas que se creía democrática
mantuvo largo tiempo en amplios sectores un aristocratismo que no puede por menos de
sorprendernos.
9.1.2.2. El artesano y el pequeño comerciante. A pesar de todo, la ciudad bullía de
actividad, sobre todo en la época de Pericles, que emprendió numerosos trabajos públicos a
fin de aliviar la situación de paro que afectaba a muchas familias. Existía en Atenas un
artesanado de gran calidad, como lo demuestran las obras excelentes que salieron de sus
talleres, en los que trabajaban al son de las flautas. A pesar de los prejuicios y
convencionalismos, son muchos los hombres libres que se ocupan en trabajos manuales que
acreditan el gusto artístico innato en los griegos. A menudo ellos mismos llevan sus
productos al ágora y montan allí su barraca donde exhiben su mercancía (zapatos, vasos,
armas, tejidos, objetos de uso y adorno ... ) o se valen de intermediarios que obtienen en el
tráfico alguna pequeña ganancia: unos y otros son κάπηλοι, pequeños comerciantes no muy
bien vistos por las «gentes de bien»

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9.1.2.3. Los émporos. Existen también grandes talleres y fábricas, regidos por algún
ateniense (ciudadano o meteco) acomodado que, generalmente, se limita a vigilar el trabajo
de sus obreros (en su mayoría, esclavos) y a estudiar las posibilidades del mercado. También
trabajan, pues, estos ricos señores: son los ἔµποροι, que gozan de gran consideración social.
A menudo los productos de los grandes talleres son enviados fuera de Atenas por vía
marítima: este tráfico resulta costoso y arriesgado pues a las muy frecuentes tormentas se
une el acoso de los piratas.
Entre los ἔµποροι figuran los armadores de buques que tienen sus arsenales en el
Pireo, el gran puerto siempre rebosante de actividad: además del intenso tráfico de
mercancías procedentes de todas partes, bullen junto al puerto los funcionarios del Estado
(aduaneros, vigilantes...), los mercaderes de cereales, los banqueros.
9.1.2.4. Otros profesionales. También conoce Atenas la actividad apacible de otros
trabajadores: el maestro, el pedotriba, el médico, el logógrafo (que compone los discursos
de acusación o de defensa que han de ser leídos ante los tribunales), la comadrona, las
hilanderas y tejedoras (que desde su casa llevaban al ágora el fruto de su trabajo), los
funcionarios públicos entre los que en época clásica figuraba un buen número de médicos, y
la grey bulliciosa de citaristas y flautistas y casi casi «cantautores», que animan con su arte
las reuniones de los simposios.

9.2. LA VOZ MEDIA.

9.2.1. En griego, frente a la voz activa se desarrolló una voz, llamada media por los
gramáticos antiguos. Esta voz se empleaba en las lenguas indoeuropeas y de ella derivaría
con el tiempo la voz pasiva. Sus formas verbales se traducen en activa:
Ej.: παιδεύοµαι (educo) - παιδεύεσθαι (educar).
La vos media tiene como principal característica el interés especial del sujeto en el
proceso verbal, por los siguientes motivos:
– El proceso verbal recae sobre el propio sujeto. Ejs.:
– λούοµαι τὰς τρίχας (me lavo el pelo);
– χρίοµαι τὸν χρῶτα (me unto el cuerpo).
– La acción verbal redunda en beneficio del propio sujeto. Ej.:
– Ὁ Ἀχιλλεὺς θύεται (Aquiles ofrece un sacrificio).
– El sujeto participa en el proceso verbal de forma dinámica. Ej.:
– πολιτεύω (ser ciudadano) - πολιτεύοµαι (participar en la administración pública,
gobernar).
– El proceso verbal aparece en situaciones que afectan a la voluntad, a la mente o al
estado del sujeto. Ejs.:
– αἰσθάνοµαι (darse cuenta);
– βούλοµαι (querer);
– οἴοµαι (pensar).
Algunos verbos en voz media tienen únicamente significado activo. Corresponden a
los verbos deponentes latinos. Sus formas verbales se traducen en activa. Ejs.:
– γίγνοµαι (llegar a ser);
– εὔχοµαι (suplicar);
– ἔρχοµαι (ir).

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9.2.2. Paradigma de la vos media.
9.2.2.1. Presente de indicativo en voz media.
verbo desinencia
λούοµαι -(ο) µαι
λούει -(ε) 24σαι
λούεται -(ε) ται
λούοµεθα -(ο) µεθα
λούεσθε -(ε) σθε
λούονται -(ο) νται
9.2.2.2. Pretérito imperfecto de indicativo en voz media.
verbo desinencia
ἐλούοµην -(ο) µην
ἐλούου -(ε) 25σο
ἐλούετο -(ε) το
ἐλουόµεθα -(ο) µεθα
ἐλούεσθε -(ε) σθε
ἐλούοντο -(ο) ντο
9.2.2.3. Infinitivo de presente en voz media.
λούεσθαι -(ε) σθαι
9.2.2.4. Participio de presente en voz media.
Λουόµενος, λουόµενη, λουόµενον -(ο)µενος, -(ο)µενη, -(ο)µενον

EJERCICIO.- Conjuga:
– el presente de indicativo;
– el pretérito imperfecto de indicativo;
– el infinitivo de presente y
– el participio de presente
en voz media del verbo ἐλαύνω (empujar).

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Ζεὺς φαίνεται ὡς ἀετὸς ἐκ Ὀλύµπου καὶ ἁρπάζει Γανυµήδην ἀπὸ µέσου τοῦ ποιµνίου.
β) Αἱ θεράπαιναι ἐπείθοντο τῇ δεσποίνῃ Ἀνδροµάχῃ καὶ ἐπῴχοντο τὸν ἱστὸν καὶ τὴν
ἠλακάτην.
γ) Οἱ νέοι, οἱ τῶν πλοισιωτάτων, οἷς µάλιστα σχολὴ ἦν, ἐχαίροντο ἀκούοντες Σωκράτου καὶ
πολλάκις αὐτὸν ἐµιµοῦντο.
δ) Οἱ Λακεδαιµόνιοι ταύτην τὴν ἡµέραν καὶ τῆς ὑστεραίας µέρος τι προσβολὰς ἐποιησαντο
ἐπὶ Ἀθηναίους.
24 La segunda persona del singular presente cambios fonéticos: cae la sigma intervocálica y se contraen las vocales en
contacto: λού-ε-σαι > λού-ε-αι > λούει.
25 La segunda persona del singular presente cambios fonéticos: cae la sigma intervocálica y se contraen las vocales en
contacto: λού-ε-σο> λού-ε-ο > λούου.

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ε) Οἱ Ἀθηναίοι ἐψηφίσαντο βοηθεῖν σὺν ναυσίν ἑκατὸν καὶ δέκα, πάντας τοὺς ἄνδρας καὶ
δούλους καὶ ἐλευθέρους εἰσεβίβαζον.

VOCABULARIO.
ἀετός, -οῦ (ὁ): águila. µάλιστα: mucho, especialmente.
Ἀθηναίοι, -ων (οἱ): los atenienses. µιµέοµαι (µιµοῦµαι): imitar.
ἀκούω: escuchar (+ gen.). µέρος, -ους (τό): parte, porción.
Ἀνδροµάχῃ, -ης (ἡ): Andrómaca. µέσος, -η, -ον: medio.
ἀνήρ, ἀνδρός (ὁ): hombre, varón. ναῦς, -έως (ἡ): nave.
ἀπὸ: prep. de gen., de, desde. νέος, -α, -ον: nuevo, joven.
ἁρπάζω: saquear, secuestrar. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
αὐτός, ή, ό: el mismo; él, ella, ello. οἷς: dat. de ὅς, ἥ, ὅ.
βοηθέω -ῶ: ayudar, socorrer. Ὀλύµπος, -ου (ὁ): el Olimpo.
Γανυµήδην, -ου (ὁ): Ganímedes. ὅς, ἥ, ὅ: el cual, que, quien.
δέκα: diez. οὗτος, αὕτη, τοῦτο: ese, esa, eso.
δεσποίνα, -ης (ἡ): señora, reina. πᾶς, πᾶσα, πᾶν: todo.
δοῦλος, -ου (ὁ): esclavo. πείθω: convencer, obedecer.
Εἰσβίβαζω: embarcar. πλοισιος, -α, -ον: rico.
Ἐκ: prep. de gen., de, desde. ποιέω -ῶ: hacer.
ἑκατόν: cien. ποιµνίον, -ου (τό): rebaño.
ἐλευθέρος, -α, -ον: libre. πολλάκις: muchas veces.
ἐπὶ: prep. de ac., contra. προσβολή, -ής (ἡ): ataque.
Ἐποίχοµαι: dirigirse a, aplicarse a. σύν: prep. de dat., con.
Ζεὺς, ∆ιός (ὁ): Zeus. σχολή, -ής (ἡ): tiempo de ocio, escuela.
ἠλακάτη, -ης (ἡ): huso, rueca. Σωκράτης, -ου (ὁ): Sócrates.
ἡµέρα, -ας (ἡ): día. τις, τι: alguno, algo.
ἦν: 3ª p.pl. pret. imperf. de εἰµί. ὑστεραῖος, -α, -ον: posterior, siguiente.
θεράπαινα, -ης (ἡ): sirvienta. φαίνω: mostrar, aparecer.
ἱστός, -οῦ (ὁ): mástil de la nave, telar. χαίρω: estar contento, alegrarse.
καὶ: y. ψηφίζω: votar.
Λακεδαιµόνιοι, -ων (οἰ): los espartanos. ὡς: como, que, cuando, porque.

9.3. LOS PRONOMBRES PERSONALES.

1ª persona del sg. 2ª persona del sg. 3ª persona del sg


nominativo ἐγώ yo σύ tú -
acusativo ἐµέ / µε a mí σέ / σε a ti ἕ/ἑ a él
genitivo ἐµοῦ / µου de mí σοῦ / σου de ti οὗ / οὑ de él
dativo ἐµοί / µοι para mí σοί /σοι a, para ti οἷ / οἱ a, para él
1ª persona del pl. 2ª persona del pl. 3ª persona del pl.
nominativo ἡµεῖς nosotros ὑµεῖς vosotros σφεῖς ellos
acusativo ἡµᾶς a nosotros ὑµᾶς a vosotros σφᾶς a ellos
genitivo ἡµῶν de nosotros ὑµῶν de vosotros σφῶν de ellos
dativo ἡµῖν a, para ὑµῖν a, para σφίσι(ν) a, para
nosotros vosotros ellos

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El pronombre de tercera persona es poco usado; en su lugar se utilizan para el caso
nominativo los demostrativos οὖτος y ἐκεῖνος, junto con αὐτός (este último en época
helenística). Para el resto de los casos se utiliza αὐτός:

acusativo αὐτόν, -ήν, -ό a él αὐτούς, -άς, -ά a ellos


genitivo αὐτοῦ, -ῆς, -οῦ de él αὐτῶν, -ῶν, -ῶν de ellos
dativo αὐτῷ, -ῇ, -ῷ para él αὐτοῖς, -αῖς, -οῖς para ellos

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Σωκράτης ἔφη· ὦ ἄνδρες Ἀθηναῖοι, ὑµεῖς δ´ἐµοῦ ἀκούσεσθε πᾶσαν τὴν ἀλήθειαν.
β) Καθίζετε, ὦ ξένοι, καὶ λέγετε µοὶ τίνες ἐστε καὶ πόσα ἄλγη ὑµεῖς ἐπάθετε διὰ τῆς
θαλάττης.
γ) Ἀνδροµάχη προσέλεγε Ἕκτορα· σὺ µοι εἶ πατὴρ καὶ πότνια µήτηρ καὶ κασίγνητος.
δ) Ἀλλά, ὦ δέσποινα, ἡµεῖς αἱ θεράπαιναι τὲ κρέα καὶ τὸν ἄρτον σοι φέροµεν.
ε) Ἐγὼ δὲ λέγω ὑµῖν, ἀγαπᾶτε τοὺς ἐχθροὺς ὑµῶν.
ζ) Ἐγὼ µὲν ἐν Κορίνθῳ οἰκῶ, σὺ δὲ ἐν Ζαθύντῳ οἰκεῖς.
η) Τὴν ἐµὴν οἰκίαν καὶ τὸν ἐµὸν ἵππον ἐγώ σοι δώσω.
θ) Ἐθαυµάζοµεν τὰ αὐτοῦ ἔργα, ἀλλὰ τοίνυν ἡµεῖς οὐκ ἧµεν ἱκανοὶ τοῦ εἰκάζειν αὐτῷ.
ι) Εἰ δὲ ὁ ὀφθαλµὸς σοῦ ὁ δέξιος σκανδαλίζει σε, ἔξελε αὐτὸν καὶ βάλε ἀπὸ σοῦ.

VOCABULARIO.
ἀγαπάω -ῶ: amar. ἐν: prep. de dat., en.
Ἀθηναῖοι, -ῶν (οἱ): atenienses. ἔξελε: quítatelo.
ἀκούω: escuchar (+ Gen.). ἔπαθον: πάσχω.
ἄλγος, -ους (τό): dolor, pena. ἔργον, -ου (ὁ): obra, trabajo.
ἀλήθεια, -ας (ἡ): verdad. ἐστε: 2ª p.pl. Presente ind. Εἱµί.
ἀλλά: pero, sino. ἔφην: φηµί.
Ἀνδροµάχη, -ης (ἡ): Andrómaca. ἐχθρός, -ά, -ον: odioso, enemigo.
ἄνηρ, ἀνδρός (ὁ): hombre, varón. Ζαθύντος, -ου (ὁ): Zacinto.
ἁπὸ: prep. de Gen., de, desde. ἡµεῖς: nosotros.
ἄρτος, -ου (ὁ): pan. ἦµεν: 1ªp.pl. pret. impf. ind. εἰµί.
αὐτός, -ή, -ό: el mismo; el, ella, ello. θάλαττα, -ης (ἡ): mar.
βάλλω (aor. ἔβαλον): lanzar. θαυµάζω: admirar. Maravillarse.
δ´= δέ θεράπαινα, -ας (ἡ): sirvienta.
δὲ: pero, por otro lado. ἱκανός, -ή, -όν: capaz.
δέξιος, -α, -ον: derecho, favorable. ἵππος, -ου (ὁ): caballo
δέσποινα, -ας (ἡ): señora, reina. καθίζω: sentarse, estar sentado.
διὰ: prep. de Ac., a través de, a causa de. καὶ: y.
δίδωµι: dar. κασίγνητος, -ου (ὁ): hermano.
ἐγώ: yo. Κορίνθος, -ου (ὁ): Corinto.
εἶ: 2ª p.sg. presente ind. εἰµί. κρέας, -έως (τό): carne.
εἰ: si λέγω: decir.
εἰκάζω: igualar, imitar. µὲν: ciertamente, por un lado.
εἰµί: ser, estar. µήτηρ, -τρός (ἡ): madre.
Ἕκτωρ, -ορος (ὁ): Héctor. µοι: dat. de ἐγώ.
ἐµός, -ή, -όν: mi, mío. ξένος, -η, -ον: extranjero.
ἐµοῦ: gen. de ἐγώ. ὁ, ἡ, τό: el, la lo.

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οἰκέω -ῶ: habitar, vivir. σοῦ: gen. de σύ.
οἰκία, -ας (ἡ): casa. σύ: tú
οὐκ: no. Σωκράτης, -ου (ὁ): Sócrates.
ὀφθαλµός, -οῦ (ὁ): ojo. τὲ: y.
πᾶς, πᾶσα, πᾶν: todo. τίς, τί: quién.
πάσχω: sufrir. τοίνυν: ciertamente, en efecto, además.
πατὴρ, -τρός (ὁ): padre. ὑµεῖς: vosotros
πόσος, -η, -ον: cuánto. ὑµῖν: dat. de ὑµεις.
πότνια, -ας (ἡ): dueña, reina. ὑµῶν: gen. de ὑµεῖς.
προσλέγω: dirigir (la palabra), decir. φέρω: llevar.
σε: ac. de σύ. φηµί: decir.
σκανδαλίζω: escandalizar, ofender. ὦ: ¡oh!.
σοι: dat de σύ.

9.4. LOS PRONOMBRES O ADJETIVOS POSESIVOS.

singular plural
1ª pers. ἑµός, ή, όν “mío, mía” ἡµέτερος, -α, -ον “nuestro, nuestra”
2ª pers. σός, σή, σόν “tuyo, tuya” ὑµέτερος, -α, -ον “vuestro, vuestra”

– La tercera persona no tiene posesivo, en su lugar se utiliza el genitivo de αὐτός:


– αὐτοῦ (de él o suyo);
– αὐτῆς (de ella o suya);
– ὁ πατὴρ αὐτοῦ (el padre de él / su padre).
– En lugar del genitivo posesivo en griego puede emplearse el genitivo del pronombre
personal:
– ὁ ἐµὸς ἀγρός / ὁ ἀγρὸς µου (mi campo).
– El artículo puede sustituir al posesivo cuando o hay ninguna duda sobre quien es el
poseedor:
– γιγνώσκω τὴν µητέρα (conozco a mi madre);
– γιγνώσκει τὴν µητέρα (conoce a su madre).

9.5. EL PRONOMBRE RELATIVO.

singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
nominativo ὅς ἥ ὅ οἵ αἵ ἅ
acusativo ὅν ἥν ὅ οὕς ἅς ἅ
genitivo οὗ ἧς οὗ ὧν ὥν ὧν
dativo ᾧ ᾓ ᾧ οἷς αἷς οἷς

101
– El pronombre relativo concuerda en género y número con su antecedente, pero se
declina en el caso que exige su función dentro de la oración:
– ἡ πόλις ἥν στέργω (la ciudad que amo).
ἥν es femenino singular, pues concuerda con πόλις, pero aparece en acusativo
porque es complemento directo de στέργω.
– Γράφετε πάντα ἅ νοεῖτε (escribid todo lo que pensáis).
ἅ es neutro plural, pues concuerda con πάντα y además está en caso acustaivo
porque realiza la función de complemento directo del verbo νοεῖτε.

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Οἰδίπους εἰς τὸν Ἀπόλλωνος ναὸν ἔπεµψεν ἄγγελλον ὅς ἐπύθετο τὴν Πυθίαν διὰ τὶ τὸ
ἄστυ Καδµεῖον ὁ λοιµὸς ἔχθιστος διέφθειρεν.
β) Ἐν Ὀλυµπίᾳ ὁ Φειδίας ἄγαλµα τῷ θεῷ ἐποίησεν, ὅ οὐδενὶ ἄλλῳ ἔργῳ ὅµοιον ἧν τὸ
κάλλος.
γ) Πρίαµος, βασιλεὺς τῆς Τροίας, Ἑκάβην τὴν ∆ύµαντος ἐγάµησε ἣ ἐγέννησεν πρῶτον µὲν
Ἕκτορα.
δ) Πάρις, ὃς ἦν δεύτερος υἱὸς τοῦ Πριάµου, γενόµενος δὲ νεανίσκος, καὶ πολλῶν διαφέρων
κάλλει καὶ ῥώµῃ Ἀλέξανδρος προσωνοµάσθη ὅτι λῃστὰς καὶ τοῖς ποιµνίοις ἤλεξεν.

VOCABULARIO.
ἄγαλµα, -ατος (τό): estatua. καὶ: y.
ἄγγελλος, -ου (ὁ): mensajeero. κάλλος, -ους (τό): belleza.
ἀλέκω: apartar. λῃστής, -οῦ (ὁ): laadrón, pirata.
Ἀλέξανδρος, -ου (ὁ): Alejandro. λοιµός, -οῦ (ὁ): peste, epidemia.
ἄλλος, -η, -ο: otro. µέν: ciertamente. Por un lado.
Ἀπόλλων, -ωνος (ὁ): Apolo- ναός, -οῦ (ὁ): templo.
ἄστυ, -εως (τό): ciudad. νεανίσκος, -ου (ὁ): joven.
βασιλεύς, -εως (ὁ): rey. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
γάµέω: casarse. Οἰδίπους, Οἰδίποδος (ὁ):
γεννάω: engendrar. Ὀλυµπία, -ας (ἡ): Olimpia.
γενόµενος: siendo. ὅµοιος, -α, -ον: parecido, igual.
δὲ: pero, por otro lado. ὅς, ἥ, ὅ: qué, quien, el cual.
δεύτερος, -α, -ον: segundo. Ὅτι: que, porque.
διὰ: prep. de acuast., a través de, a causa de. οὐδείς, οὐδεµία, οὐδέν: ninguno, nada.
διαφέρω: sobresalir. Πάρις, -ιδος (ὁ): Paris.
διαφθείρω: destruir, matar. πέµπω: enviar.
∆ύµας, -αντος (ὁ): Dimas. ποιέω: hacer.
εἰµί: ser, estar. ποίµνιον, -ου (τό): rebaño.
εἰς: prep. de acusat., a, hacia. πολύς, πολλή, πολύ: mucho.
Ἑκάβη, -ης (ἡ): Hécuba. Πρίαµος, -ου (ὁ): Príamo.
Ἕκτωρ, -ορος (ὁ): Héctor. προσωνοµάσθη: fue llamado.
ἐν: prep. de dat., en. πρῶτον: en primer lugar.
ἔργον, -ου (τὸ): trabajo, obra. Πυθία, -ας (ἡ): Pitia.
ἔχθιστος, -α, -ον: superlat. de ἐχθρός. πυνθάνοµαι: preguntar, saber, enterarse.
ἐχθρός, -α, -όν: odioso, enemigo. ῥώµη, -ης (ἡ): vigor.
ἤλεξα: 1ª p.sg. del aoristo de ἀλέκω. τίς, τί: qué.
ἦν: εἰµί. Τροία, -ας (ἡ): Troya.
θεός, -οῦ (ὁ): dios. υἱὸς, -ου (ὁ): hijo.
Καδµεῖος, -α, -ον: cadmeo. Φειδίας, -ου (ὁ): Fidias.

102
UNIDAD 10

10.1. PUEBLO Y ESTADO EN GRECIA.

10.1.0. Introducción. El hombre griego hubo de experimentar, naturalmente, la


inevitable presión que el individuo, como tal, sufre en el seno de la sociedad. Con
mayor intensidad aún ha de manifestarse en la singladura histórica de la antigua Grecia la
tensión que resulta de la oposición entre los grupos sociales y las formas del poder o Estado.
Nuestros testimonios sobre las relaciones poder-pueblo en la Hélade son mucho más
abundantes en lo que se refiere a Atenas y a Esparta que en lo que concierne a las demás
ciudades griegas. Pero no podemos dejar de remontamos al .. llamado período arcaico, pues
en él encontramos claros indicios de una situación general de tensión social
en las tierras helénicas.

10.1.1. La «Edad oscura».


Antes del 800 a.C., durante la «edad oscura», no existió probablemente
tensión social ninguna sino una situación de hecho, no regulada por leyes ni por normas,
pero que todos, por así decirlo, daban por buena. Cada uno de los grandes señores
aristócratas actuaba como jefe de un amplio grupo cuya cohesión estaba asegurada por los
lazos de parentesco o de afincamiento.
Componían este grupo:
- el núcleo familiar más inmediato al señor;
- los parientes y allegados con sus respectivas familias;
- las gentes de la οἰκία o casa, es decir, cuantos trabajan las tierras en beneficio del señor o
forman en su ejército en caso de guerra. Esta masa obediente obtiene de su señor la tutela y
protección que aseguran su vida y el ejercicio de sus escasos derechos. Porque la πόλις
existe, sí, pero aún no existen los πολῖται, los ciudadanos, en el sentido propio de la palabra;
-los esclavos, en número más bien escaso en esta sociedad primitiva; su condición no sería
probablemente más dura que la de los «protegidos» del señor.
Las estructuras básicas de esa primitiva sociedad griega durante la «edad oscura»
fueron, en orden progresivo de amplitud, las siguientes:
· familia, constituida por el padre como jefe supremo del grupo, los hijos y las familias de
éstos;
· genos, integrado por cierto número de familias que reconocían y veneraban a un
antepasado común; su carácter es, por tanto, predominantemente religioso;
· fratría, de origen y estructura poco claros, pero que, sin duda, tuvo gran significación y
trascendencia en el embrión estatal de esta época remota. Se admitía la existencia de una
relación de parentesco entre los gene que constituían cada fratría: su carácter es, en cierto
modo, religioso, pero también civil;
· tribu, constituida originariamente por la asociación de varias fratrías. Hay rastros de
vacilaciones en la constitución de las tribus que denuncian la laboriosa fusión de los
diversos elementos que vinieron a constituir el pueblo griego. Su carácter parece haber sido
predominantemente territorial y de índole administrativa. Las estirpes dorias ofrecen, al
principio, tres tribus, y cuatro las jonias; pero el número varió posteriormente.
La presión de estos grupos sociales, dominados en la cima por la presencia poderosa
de los grandes señores y la sombra remota de los míticos antepasados, limita grandemente

103
las posibilidades individuales: el hombre del pueblo ni «cuenta» para nada ni pretende
«contar»: vive inmerso en la sociedad y en la religión sin interrogarse a sí mismo sobre su
propia identidad.

10.1.2. Cristalización de la «polis» y nacimiento de la democracia.


10.1.2.1. Hacia el 800 a.C. el pueblo griego ha alcanzado ya su punto de
cristalización: quedan lejos los tiempos «mícénicos» de fuerte burocracia y sólidos reinos
centralistas; la invasión doria y sus secuelas inmedíatas alimentan ahora las leyendas; cesó
hace largo tiempo el movimiento migratorio de jonios, aqueos y eolios hacia el Asia Menor;
se ha frenado también la expansión doria en las islas y en la zona meridional de la costa
asiática; y, por
último, consumada en mayor o menor grado la fusión de los grupos humanos que conviven
en tierras de la Hélade, han surgido en formas diferentes pequeñas comunidades politicas
fuertemente autárquícas: las πόλεις.
En estas πόλεις nacientes o bien se mantiene la vieja monarquía tradicional cuyo
prestigio aparece socavado por la arrogancia de los aristócratas o bien los aristócratas han
logrado claramente imponer su fuerza y se han alzado con el poder. El grupo aristocrático
minoritario, integrado por grandes señores que basan su poderío en míticas ascendencias y
en la posesión de tierras, gobierna a ,su albedrío sin que la masa de campesinos, artesanos
y trabajadores- de condición libre -y, a veces, semilibre- alcance siquιera a plantearse la
posibilidad de alterar el esquema dado.
Tal es, a grandes rasgos, la situación general de la Hélade al alborear el siglo VIII
a.C. Pero este siglo alumbrará los primeros asomos de la conciencia individual por la que el
hombre proclama su derecho a la libertad. Esa libertad, a nivel del grupo, se manifiesta en el
ejercicio de la libre opinión y de la participación personal en los asuntos que conciernen a la
comunidad. Esta nueva actitud, todavía inconsciente, tiene su primer defensor en Hesíodo
(poeta y, por tal, profeta), mente religiosa, que contrapone a la avidez e insolencia de los
ricos, la Justicia de Zeus; Hesíodo no es más que una voz, la primera voz libre que plantea
un problema todavía no resuelto por los hombres.
10.1.2.2. El mundo griego se abre al exterior. Pero esa voz encontr-ará ecos
tempranos. Porque la πόλις incipiente contiene ya rasgos que prefiguran la evolución
posterior y, entre ellos, el más notable es la presencia de una asamblea popular que, por
poco representativa que fuera en los primeros momentos, establece ya el carácter público de
los asuntos de Estado.
A lo largo del siglo VIII concurrirán nuevos hechos, condícionantes unos de otros,
que por sí mísmos plantearán con toda claridad el problema de las relacíones pueblo-poder:
a) el crecimiento demográfico, fenómeno casi general en ese momento en las tierras griegas;
b) el movimiento colonizador que llevó a numerosos grupos helénicos a establecer contactos
con nuevas formas de vida y nuevos problemas;
c) la intensificación del tráfico marítimo y comercial por el Mediterráneo: se incrementan y
prosperan las pequeñas industrias artesanas y se promueve en algunos casos el
enríquecímíento de los campesínos modestos;
d) el desplazamiento de los individuos y grupos en los niveles económicos con pérdida
progresiva del monopolio artstocrátíco sobre las fuentes de riqueza;
e) la transformación del ejército: ya no es la masa que, casi inerme y sin adiestramiento,
sigue al señor, sino el grupo bien equipado de hoplítas que han costeado sus propias armas y

104
que combaten en buen orden, cada uno en su puesto, obedientes a la voz de mando, pero no
a la de su señor cuyo prestigio militar se debilita progresivamente.
Estos y otros hechos provocaron rápidas mutaciones en el cuadro social,
incrementando las posibilidades económicas y culturales de los individuos. Los contactos
con las comunidades del Asia Menor contribuyeron extraordinariamente a la transformación
de la mentalidad griega: los griegos asiáticos, y con ellos los griegos todos, percibieron la
posibilidad de alterar su «modus vivendi» tradicional y de abrirse a formas políticas y
sociales más flexibles.
10.1.2.3. La gran transformación de los siglos VII-VI. Al trasponer la frontera
del siglo VII a.C., los problemas se plantean sólo en forma inmediata y concreta, y las
masas aún no han formulado aspiraciones de carácter político: todavía no hay ciudadanos.
La introducción de la moneda alteró las bases económicas; el desarrollo de la esclavitud con
fines industriales y comerciales aumentó el desequilibrio social. La aristocracia sufre nuevos
embates de los grupos o clases inferiores que reclaman, cada vez con mayor energía, un
puesto propio en la polis. En este siglo VII se inicia la elaboración de códigos legislativos en
diversas ciudades del mundo griego: la difusión de la escritura hace posible la fijación de
normas jurídicas que precisan las relaciones entre los individuos y el poder. De este modo,
la aristocracia pierde otro de sus monopolios, si bien las riendas del Estado continúan en sus
manos.
El proceso continuará en forma variable en las distintas poleis. Algunas comunidades
mantendrán los esquemas tradicionales sin cambios notables; otras abocarán a fórmulas
tiránicas siempre pasajeras; otras enfrentarán decididamente el problema y buscarán una
solución.

10.3. El modelo político espartano.


10.3.1. Estructura del poder. Esparta es, entre todas las ciudades griegas, la
primera que de modo seguro y consciente procedió a la clarificación de su esquema socio-
político.
Esparta fue fundada por los dorios en la zona sur del Peloponeso, en el valle del
Eurotas. Desde el primer momento mostró un tenaz conservadurismo en el mantenimiento
de viejas costumbres y tradiciones tribales. En torno a Esparta vivían comunidades no dorias
que habían sobrevivido a la invasión: este hecho movió a los espartanos a reafirmar su
identidad y su sentido -tan helénico- de pertenencia al grupo.
Al iniciarse el siglo VIII, de crucial significación para la Hélade, Esparta se vio
afectada por los mismos hechos económicos y sociales que turbaban la vida de las demás
ciudades griegas. Pero su reacción fue muy distinta, pues consistió pura y simplemente en
entablar una guerra de conquista en las vecinas tierras de Mesenia; de este modo duplicó
Esparta su territorio, pero mantuvo sin cambios las bases de su economía y de su
organización social: explotación agrícola y primacía aristocrática.
El aparato estatal constaba de una diarquía o doble realeza de origen desconocido en
la que participaban dos linajes reales distintos (los Agíadas y los Euripóntidas); la gerusia o
consejo aristocrático de treinta miembros -entre ellos los dos reyes-, dotados de amplio
poder; la apella o asamblea del ejército que perpetuaba la antiquísima asamblea tribal de
guerreros.
10.3.2. Organización social. El cuerpo social estaba integrado por los
espartanos o espartiatas, propietarios libres, dueños de las tierras conquistadas; los ilotas, de

105
ascendencia no doria, sometidos a servidumbre (su gran número frente a los escasos miles
de espartanos constituyó una amenaza constante para el Estado); los periecos,
probablemente doríos no espartanos, que habitan las «ciudades» en torno a Esparta a las que
ésta otorgó una teórica autonomía.
Los espartanos o espartiatas, encuadrados originariamente en tres tribus, se
organizaron en fratrías cuyos jefes constituyeron la gerusia. Estas fratrías adquirieron gran
relieve en la vida del naciente estado: cada una de ellas convoca a sus miembros varones a
mesa común militar (syssition) y se ocupa en la educación y adiestramiento de los niños
hasta que llegan a la edad adulta.
10.3.3. Evolución posterior. Durante el siglo VII y sin que sea posible precisar
fechas, se produce la ruptura del equilibrio pueblo-poder y se procede en etapas sucesivas a
un cambio aparentemente regresivo: 1.º) nueva distribución de lotes de tierra iguales entre
los espartiatas, los Nueve Mil, los Ὅµοιοι (=Iguales); 2.°) eliminación de la moneda, que
durante este siglo se difundió en Grecia; 3.°) aislacionismo y repulsa de toda influencia
exterior.
Pero, en realidad, la reforma espartana supone -en ese momento- una notable y
extraña anticipación:
a) por el sello igualitario que imprime a la organización social: desde el siglo VI se aludirá a
los espartiatas con el nombre de los Ὅµοιοι, los Iguales;
b) por la correspondencia establecida entre poder y ley, bajo la autoridad de Apolo a cuya
inspiración se atribuyó la llamada «reforma de Lícurgo», nombre del quizá legendario
legislador;
c) por el reconocimiento del pueblo o demos como cuerpo de ciudadanos a quienes se
asigna con toda precisión un conjunto de derechos y deberes;
d) por la proclamación de los principios de justicia y eunomía garantizados por las leyes;
e) por la creación, en el proceso de reforma, del eforado, colegio de cinco magistrados
-antiguos sacerdotes-; los éforos eran elegidos por el pueblo, se renovaban anualmente y
actuaban como representantes (<<vigilantes>> o «ínspectores») del demos frente al poder
real.
Cierto es que el poder continuó en manos de los aristócratas, que la apella no llegó a
alcanzar peso en las decisiones políticas y que los éforos acabaron por rebasar
peligrosamente sus funciones propias. La vida espartana, condicionada por la situación de la
ciudad, se endureció progresivamente en contraste con la flexibilidad ateniense. Pero queda
el hecho de que Esparta fue la primera en definir una constitución y de este modo creó lo
que llamamos un Estado de Derecho en el que las leyes establecen unas normas que superan
la autoridad de cualquier individuo o grupo y garantizan un nivel de justicia idéntico para
todos. Pero, una vez alcanzado este objetivo, Esparta se cerró sobre sí misma y fue incapaz
de evolucionar.

10.1.4. El modelo político ateniense.


10.1.4.1. Las magistraturas: arcontado, areópago y tesmotetes. La invasión
doria no afectó a Atenas ni a las tierras circundantes, lo que les permitió mantener el ritmo
vital después de la caída de Micenas. Durante la «edad oscura» tiene lugar el lento proceso
de asociación (síneeísmo) de los grupos y aldeas dispersos en el territorio ático: la leyenda
atribuye al héroe Teseo la culminación del proceso unificador en torno a Atenas. Durante
algún tiempo se mantuvo el régimen monárquico que, como en otros lugares, acabó

106
cediendo su puesto a los aristócratas (arcontado). La evolución se realizó en forma gradual y
pacífica:
a) Los aristócratas sitúan junto al rey una especie de regente que ejerce el poder político: es
el arconte epónimo (que da nombre al año en que ejerce su mandato). El basileus o rey
queda confinado a las funciones religiosas, ejercidas solamente durante diez años.
b) Algo más tarde se añade un nuevo magistrado, el polemarco, que tiene a su cargo la
dirección y mando del ejército. Lo mismo que el arconte epónimo, ejerce su magistratura
durante un año.
c) Un nuevo ataque al ya quebrantado poder real reduce el mandato del basileus o gran
sacerdote a un solo año, además de eliminar toda legitimidad dinástica.
A este colegio de tres magistrados o arcontes tan sólo pueden acceder los eupátridas o
nobles. Junto a los arcontes subsistió el llamado consejo de Teseo o Areópago, el antiguo
consejo real integrado por los jefes de las grandes familias, los mismos que bajo el nuevo
régimen ejercen con ufanía su poder.
d) La clase gobernante crea posteriormente -seguramente durante el siglo VIII- una nueva
magistratura: la de los tesmotetes que, en número de seis, asumen la administración de la
justicia.
Al finalizar el año, los nueve magistrados han de someterse a docimasía o «examen»
ante el Areópago, que, entre sus muchas y altas funciones, tiene también la de juzgar la
actuación de los arcontes.
10.1.4.2. Organización social. El cuerpo social está constituido por los
siguientes estratos:
– los eupátridas de gloriosa ascendencia, señores de las tierras y detentadores de toda
forma de poder;
– las masas de artesanos (demíurgos) y campesinos (geomoros) de condición libre; a
éstos se unen los tetes, al parecer de origen no ateniense y extraños por tanto al sistema del
genos, los cuales constituyen un proletariado inestable;
– los esclavos, unidos por vínculos religiosos al genos del señor, a quienes en esta
época primitiva no estaba vedado el obtener propiedades y constituir una familia.
Durante el siglo VIII a.C. el desarrollo, más bien tímido del comercio da lugar a
ligeros desplazamientos en los niveles económicos y comienza a surgir una «clase media»
que, como en otros lugares, nutre de hoplitas las filas del ejército y afianza su situación en el
marco de la polis. Al mismo tiempo, se endurece más que en ningún otro lugar de Grecia la
condición de los campesinos y artesanos que, progresivamente endeudados, pierden sus
bienes y aun, en ocasiones, su libertad personal.
Nuestro conocimiento de las fases de la evolución social en el Ática durante los
siglos VIIl,y VII a.C. es realmente muy escaso y poco seguro. Pero aun así podemos
asegurar que los comienzos del siglo VII ateniense estuvieron marcados por signos de fuerte
tensión que no haría sino intensificarse a lo largo de las décadas: hemos de tener en cuenta
que Atenas -como Esparta- no tomó parte en las primeras colonizaciones, válvula de escape
que en otras regiones facilitó el cambio de los esquemas políticos.
10.1.4.3. De las tensiones sociales a la reforma de Solón. En el último tercio
del siglo VII a.C. se escalonan los hechos que ponen punto culminante a la fricción
social:
– fallida tentativa tiránica del aristócrata Cilón, alzado en rebeldía frente a los sectores
más cerrados de la nobleza;

107
– la clase dominante decide jugar la baza legislativa y encomienda al tesmotetes
Dracón la elaboración de un código de leyes. El código de Dracón, inoperante y regresivo,
nos interesa sobre todo por ser la primera formulación legislativa de Atenas;
– prosigue la crisis, en la que los comerciantes e industriales enriquecidos se oponen al
monopolio de los eupátridas; por su parte, los pequeños campesinos y artesanos,
empobrecidos, y las masas semilibres se hallan en una situación muy precaria;
– como en otros lugares, la presión demográfica ensombrece aún más el horizonte
político y social;
– en los últimos años del siglo, la introducción de la moneda altera definitivamente el
sistema económico y lleva a los pobres a una situación desesperada, mientras los ricos
-nobleza y clase «medía»- acumulan un número cada/vez mayor de tierras y de bienes;
– pero, sobre todo, lo que llamaríamos ahora «mentalización de las masas», la clara
conciencia en todos y desde luego entre los más pobres de su índole «ciudadana», de su «ser
ateniense», hacía ineludible e inaplazable el cambio.
En estas circunstancias aparece, en los primeros años del siglo VI, en la escena
ateniense, Solón, también aristócrata, que fue elegido arconte y mediador entre las fuerzas
político-sociales en conflicto. Cuando Solón sube al arcontado, su nombre es ya bien
conocido de todos; sus ideas han alcanzado plena divulgación pues ya las había expresado
reiteradamente en numerosos escritos poéticos: justicia, eunomía, concordia. Solón abrazó
apasionadamente la causa de la reforma pero no abre el camino hacia la democracia; no es
un demócrata en el sentido estricto de la palabra. No podía serlo, entre otros motivos
porque todavía no existía la democracia, ya que ni demos, como grupo social y ciudadano,
existía todavía en Atenas. Prontamente adoptó Solón una serie de medidas que aliviaron la
tensión existente e hicieron de Atenas una πόλις con πολῖται:
– la sisactía o «sacudimiento de cargas», consistente en la anulación de las deudas;
– la abolición de la situación de los hectémoroi o sexteros, clase o grupo social mal
definido, probablemente de condición semilibre, que se veían obligados a pagar un fuerte
tributo (la sexta parte de sus cosechas) al propietario de las tierras;
– la devolución de la condición de libres a cuantos habían sido reducidos a esclavitud
por deudas; y la prohibición de constituir préstamos sobre la libertad personal;
– la promoción del cultivo de la vid y del olivo, con vistas al desarrollo del comercio
de exportación;
– la aceptación de artesanos inmigrantes de otras tierras a fin de favorecer el desarrollo
de la industria, sobre todo de la industria cerámica ya por entonces en gran auge;
– la reforma monetaria por la que el sistema monetario ateniense se asimiló casi por
entero al de Corinto, su gran rival comercial;
– el establecimiento de una nueva Constitución que alteró la estructura política de
Atenas: la aristocracia perdió el monopolio del poder que ya nunca habría de recobrar;
surgieron cuatro nuevas clases o grupos sociales, basados en la valoración de los ingresos
que, en trigo o aceite, obtenía cada una de ellas: pentacosiomedimnos, triacosiomedimnos o
hippeis, zeugitas y tetes. Esta ordenación social, basada en la posesión de bienes, constituye
una timocracia, muy lejana todavía del espíritu democrático, pero rebeladora de las
arrogancias oligárquicas. Establecimiento de reuniones periódicas de la ecclesía o asamblea
popular que bajo los aristócratas rara vez era convocada y nunca tenida en cuenta; creación
del Consejo de los Cuatrocientos o bulé, reclutado entre los ciudadanos de las tres primeras

108
clases. Este Consejo tenía carácter deliberativo, de modo que el poder ejecutivo siguió en
manos de los nueve arcontes, que eran elegidos por votación entre los miembros de las dos
primeras clases. El Consejo del Areópago es relegado a la función de custodio de la
Constitución y se le encomienda el juicio y castigo de los criminales.
Quede bien claro que la reforma de Solón no es una reforma democrática, pues con
ella prosigue la marginación de una buena parte de los ciudadanos, especialmente los tetes a
quienes sólo se reconocía el derecho de voto en la ecclesía y la posibilidad de actuar como
jurados en el tribunal de la Heliea. Pero la reforma soloniana acabó con los excesos de los
aristócratas e hizo posibles, aun sin querer, los desarrollos ulteriores.
10.1.4.4. La tiranía de Pisístrato. El sistema soloniano conoció críticas de unos
y de otros y sufrió la obstrucción aristocrática, por lo que, aunque sentó bases
indestructibles, no consiguió prevalecer. Nuevos y duros choques civiles agitaron la vida de
Atenas que, en busca de su destino, intentó nuevamente la solución tiránica. En la segunda
mitad del siglo VI, y tras una tentativa frustrada, Pisístrato, aristócrata ateniense y jefe del
partido radical de los campesinos (<<los de las montañas») se alza con el poder y establece
la tiranía o gobierno autocrático en Atenas. La gestión de Pisístrato revela gran sentido de la
medida y extraordinario talento político al compagínar el mantenimiento de formas
tradicionales de vida con el respeto a la constitución soloniana y la introducción de
innovaciones poco estrepitosas pero fundamentales: contribuyó así a reducir aún más las
pretensiones aristocráticas y a exaltar el sentimiento «nacional» de los atenienses. El
establecimiento y fomento de cultos y festividades propias de Atenas arrinconó el prestigio
de los cultos localistas: las Panateneas, las Dionisias, las Eleusinas recibieron gran favor
de Pisístrato. A él se deben también numerosas obras de embellecimiento de la ciudad con lo
que logró estimular el sentimiento de orgullo y complacencia de los ciudadanos. Sus hijos,
Hiparco e Hipias, no pudieron ni supieron igualar la grandeza de su padre. El paréntesis
tiránico se cerró y Atenas reemprendió segura su camino hacia la fórmula definitiva: la
democracia, como equilibrio entre Estado y pueblo.
10.1.4.5. La gran aportación de Atenas: la democracia.
a) Los demos.
Fue Clístides, caudillo del demos, aristócrata de vieja estirpe, quien señaló los cauces
democráticos por los que discurriría durante largos años la vida de Atenas. Sus reformas
denotan espíritu constructivo y fina agudeza política:
– mantuvo las cuatro tr-ibus originarias a las que asignó carácter sagrado;
– creó, con fines administrativos, y en el fondo políticos, diez nuevas tribus de carácter
territorial. Esta fue la prueba decisiva de su gran talento político: primeramente dividió el
Ática en tres zonas: ciudad, costa e interior; a continuación dividió cada una de estas zonas
en diez distritos. Sobre esta organización tribal erigió la nueva estructura política:
– dentro de cada tribu creó comunidades o demos dotados de gran autonomía y regidos
por un demarco; estos demos preservaban la identidad de las antiguas aldeas áticas sobre las
que se había elaborado la unidad regional.
b) Las instituciones democráticas:
– cada tribu designaba anualmente cincuenta consejeros que constituían una pritanía; el
conjunto de las diez pritanías formaba el Consejo de los Quinientos o bulé al que sólo
podían acceder los ciudadanos de las tres primeras clases solonianas. Cada pritanía ejercía la
administración de los asuntos públicos durante una décima parte del año (unos 35 días), y
sus reuniones eran presididas por un ἐπιστάτης, designado por sorteo entre los cincuenta

109
prítanos al alborear de cada dia. La bulé elaboraba los proyectos de ley que eran sometidos a
la ecclesía o asamblea popular; ejercía también funciones de control junto al arconte. En
cuanto al ejército, cada tribu elegía un estratego que asumía el mando de las tropas de la
tribu; el conjunto de estas diez formaciones o τάξεις constituía el ejército ateniense;
– la ecclesίa o asamblea popular asume la soberanía del Estado: el pueblo decide en los
asuntos políticos, tanto externos como internos; al pueblo corresponde otorgar o no la
ciudadanía; el pueblo dicta sentencia inapelable a través de los jurados populares o Heliea;
- instituyó el ostracismo para preservar la democracia de los intentos tiránícos.
Las previsiones de Clístenes dan cima a la maduración política de Atenas. La
evolución proseguirá con altibajos, pero la perfecta fusión del pueblo se ha logrado: la gran
prueba, la gran convulsión de las guerras médicas, pondrá de relieve la pujanza de la Atenas
democrática.
10.1.4.6. La organización social en tiempos de PericIes. Con el paso del
tiempo, la democracia ateniense asume un signo radical: el Areópago pierde sus últimos
poderes; incluso la bulé pierde terreno ante la ecclesía; se abre el arcontado a los zeugitas;
se establecen modestas retribuciones para jueces y magistrados... La ufanía ateniense se
manífiesta en las restricciones y control del derecho de ciudadanía, reconocido sólo a los
hijos de padre y madre atenienses de condición libre.
El cuerpo social de la democrática Atenas en la época de Pericles (creador de la
democracia radical que, sin embargo, respondía a su dictado personal) estaba integrado por
los siguientes grupos:
– ciudadanos, hijos -como acabamos de decir- de padre y madre atenienses de
condición libre; clasificados de acuerdo con las ya viejas normas solonianas;
– metecos o extranjeros domiciliados, que en gran número residían en Atenas y en
otros lugares del Ática; pagaban un impuesto de residencia, pero gozaban de gran libertad,
lo que les permitió desarrollar un enorme poder económico que en gran medida revertía
sobre la ciudad;
– xenos o extranjeros no domiciliados, que estaban acogidos a la protección de
magistrados llamados próxenos;
– esclavos de diversa procedencia, cuyo número se incrementó grandemente durante el
siglo v, privados totalmente de derechos políticos y civiles, aunque en general eran objetos
de buen trato.
Si Esparta nos ofrecía la sorprendente contradicción de un igualitarismo de signo
comunista hermanado con el orgulloso aristocratismo espartano, también Atenas nos
asombra al edificar su libre democracia sobre la explotación de una gran masa de población.
privada de derechos políticos. Creemos que se puede ver en estos hechos la causa de la
radical debilidad de la polis griega creación -por otra parte- genial y que por sí sola justifica
nuestra admiración hacia la Grecia antigua.
10.1.5. El fin de las «poleis».
La guerra del Peloponeso dio en tierra con el ideal de la polis, tanto en su ver-
tiente espartana como en la ateniense. Aún había de sobrevivir largos años hasta que Filipo
y Alejandro proclamaran nuevos programas y nuevos ideales, pero el difícil equilibrio entre
pueblo y Estado pierde consistencia.
No fue sólo la guerra, guerra civil entre griegos, la causa de esta ruptura. Mayor peso
tuvieron las nuevas ideas que surgieron al calor de la Ilustración y del movimiento sofístico
que en formas contradictorias pero convergentes alentaban el individualismo y oponían las

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urgencias del hombre como tal a las exigencias de cualquier forma de Estado. Esparta, con
su rígida constitución, soportó mejor el embate, aunque no pudo evitar la corrupción interna
del sistema. Pero Atenas, abierta a todas las inquietudes, vivió las diversas fases -no
necesariamente negativas- del cansancio ciudadano, la frustración de la derrota y el
apartamiento del individuo a su yo íntimo. La constitución de ejércitos mercenarios en la
Grecia del siglo IV ejemplifica, a nuestro parecer, suficientemente la nueva actitud.
La presencia de Macedonia y la formulación de los ideales de ecúmene o
universalismo propician aún más las tendencias individualistas que se manifiestan tanto en
la vida cotidiana como en los «programas» de los filósofos. En las postrimerías de la
historia griega asistimos a una involución en las relaciones pueblo-poder: los reinos
helenisticos reproducen brillantemente y a gran escala el fuerte centralismo y el desarrollo
burocrático que caracterizaron a los reinos «mícénícos» de la aurora helénica.

10.2. LA VOZ PASIVA.


– La voz pasiva se desarrolló más tarde que la voz media y la voz activa. Responde
a un uso especializado de las formas medias y activas de sentido intransitivo. Así,
por ejemplo, una forma de perfecto medio como δέδοται, “está dado”, puede
utilizarse en sentido pasivo “es dado”.
– La voz pasiva utiliza las mismas formas que la voz media en los temas de
presente y de perfecto.
– En cuanto a los tiempos de futuro y de aoristo, sin embargo, los diferencia con
unos sufijos especiales:
– -θησ- (futuro) > λυ-θήσ-ο-µαι (seré desatado).
– -θη- (aoristo) > ἔ-λυ-θη-ν (fui desatado).
10.2.1. Expresión del complemento agente.
– Si se refiere a un ser animado, el complemento agente se expresa con la
preposición ὑπό + genitivo; ej.:
– ὁ µαθητὴς διδάσκεται ὑπὸ τοῦ διδασκάλου (el alumno es instruido por el
maestro).
– Si se refiere a un ser inanimado, el complemento agente se expresa con dativo sin
preposición; ej.:
– οἱ ναῦται φοβοῦνται τῷ χειµῶνι (los marineros son amedrentados por la
tempestad).
– Si el verbo es un perfecto o pluscuamperfecto, el complemento agente puede
hallarse en dativo sin preposición, incluso si designa un ser animado; ej.:
– τὰ ἐρετµὰ λὲλειπται τοῖς ναύταις (los remos han sido abandonados por los
marineros).
10.2.2. Paradigma del aoristo pasivo:

aoristo de indicativo pasivo ἐ-παιδεύ-θην


ἐ-παιδεύ-θης
ἐ-παιδεύ-θη
ἐ-παιδεύ-θη-µεν
ἐ-παιδεύ-θη-τε
ἐ-παιδδεύ-θη-σαν

111
infinitivo de aoristo pasivo παιδευ-θῆ-ναι
participio de aoristo pasivo παιδευ-θείς,
παιδευ-θεῖσα,
παιδευ-θέν

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Πρῶτον πολλῷ ὄµβρῳ βρέχεται τὰ δένδρα καὶ ἔπειτα τῷ ἀνέµῳ ξηραίνεται.
β) Οἱ δοῦλοι ἐπέποντο εἰς τὸν ἀγρὸν ὑπὸ τοῦ δεσπότου.
γ) Τὸ τοῦ Νεῖλου ποταµοῦ στόµα ὑπὸ τοῦ Ἡροδότου πρῶτον ∆έλτα ὠνοµάζετο.
δ) Πανδώρα σὺν ὕδατι καὶ τῇ γῇ ὑπὸ θεοῦ Ἠφαίστου ἐπλάσθη καὶ ὑπὸ Ἀφροδίτης
ἐκοσµήθη.
ε) Αἱ καλαὶ παρθένοι ἐφέροντο οἶκονδε τῷ ἅρµατι ὑπὸ τοῦ δούλου.
ζ) ὑπὸ Κίρκης οἱ Ὁδυσσέως ἑταῖροι σὺν τῷ ῥάβδῳ ἐπλήττοντο.

VOCABULARIO.
ἀγρός, -οῦ (ὁ): campo. ξηραίνω: secar, enjugar.
ἀνέµος, -ου (ὁ): viento. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
ἅρµα, -ατος (τό): carro. Ὁδυσσέuς, -εως (ὁ): Odiseo.
Ἀφροδίτα, -ης (ἡ): Afrodita. οἶκονδε: a casa.
βρέχω: mojar, humedecer. ὄµβρος, -ου (ὁ): lluvia.
γη, -ης (ἡ): tierra. ὀνοµάζω: llamar.
∆έλτα: Delta. Πανδώρα, -ας (ἡ): Pandora.
δένδρον, -ου (τό): árbol. παρθένος, -ου (ἡ): doncella.
δεσπότης, -ου (ὁ): dueño, señor. πέµπω: enviar.
δοῦλος, -ου (ὁ): esclavo. πλάσσω: modelar.
εἰς: prep. de acust., a, hacia. πλήττω: golpear.
ἔπειτα: entonces. πολύς, πολλή, πολύ: mucho.
ἑταῖρος, -ου (ὁ): compañero, discípulo. ποταµός, -οῦ (ὁ): río.
Ἡροδότος, -ου (ὁ): Heródoto. πρῶτον: en primer lugar.
Ἠφαίστος, -ου (ὁ): Hefesto. ῥάβδος, -ου (ὁ): varita, báculo.
θεός, -οῦ (ὁ): dios. στόµα, -ατος (τό): boca, desembocadura.
Καὶ: y. σὺν: prep. de dat., con.
καλός, -η, -ον: bonito, bello. ὕδωρ, -ατος (τό): agua.
Κίρκη, -ης (ἡ): Circe. ὑπὸ: prep. de genit., por.
κοσµέω: adornar, embellecer, ordenar. φέρω: llevar.
Νεῖλος, -ου (ὁ): el Nilo.

10.3. PRONOMBRES-ADJETIVOS DEMOSTRATIVOS.


Los pronombres adjetivos demostrativos son tres:

10.3.1. Ὅδε, ἥδε, τόδε (este, esta, esto).


Se utiliza para expresar lo que está más próximo a la persona que habla. Se
declina como el artículo añadiendo la partícula indeclinable -δε.

112
singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
nomibativo ὅδε ἥδε τόδε οἵδε αἵδε τάδε
acusativo τόνδε τήνδε τόδε τούσδε τάσδε τάδε
genitivo τοῦδε τῆσδε τοῦδε τῶνδε τῶνδε τῶνδε
dativo τῷδε τῇ τῷδε τοῖσδε ταῖσδε τοῖσδε

10.3.2. Οὕτος, αὕτη, τοῦτο (ese, esa, eso).


Designa a las personas y a las cosas que están más cerca de la persona a quien
uno habla o para citar aquello que se ha expuesto.

singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
nominativo οὗτος αὕτη τοῦτο οὗτοι αὗται ταῦτα
acusativo τοῦτον ταύτην τοῦτο τούτους ταύτας ταῦτα
genitivo τούτου ταύτης τούτου τούτων τούτων τούτων
dativo τούτῳ ταύτῃ τούτῳ τούτοις ταύταις τούτοις

10.3.3. Ἐκεῖνος, ἐκείνη, ἐκεῖνο (aquel, aquella, aquello).


Expresa lo que está lejos de quien habla y de aquél a quien uno dirige la
palabra. Designa las cosas alejadas en el tiempo y en el espacio.

singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
nomibativo ἐκεῖνος ἐκείνη ἐκεῖνο ἐκεῖνοι ἐκεῖναι ἐκεῖνα
acusativo ἐκεῖνον ἐκείνην ἐκεῖνο ἐκείνους ἐκείνας ἐκεῖνα
genitivo ἐκείνου ἐκείνης ἐκείνου ἐκείνων ἐκείνων ἐκείνων
dativo ἐκείνῳ ἐκείνῃ ἐκείνῳ ἐκείνοις ἐκείναις ἐκείνοισ

Los adjetivos demostrativos se sitúan delante del grupo sintáctico de artículo y


sustantivo o detrás de él:
– ὅδε ὁ ἀνήρ / ὁ ἀνήρ ὅδε (este hombre);
– αὕτη ἡ γυνή / ἡ γυνὴ αὕτη (esa mujer);
– ἐκεῖνο τό βιβλίον /τό βιβλίον ἐκεῖνο (aquel libro).
El pronombre αὐτός se usa como un demostrativo, pero, además, se utiliza a menudo
como pronombre personal de tercera persona, en los casos acusativo, genitivo y dativo.

113
EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:
α) Οὗτοι οἱ ξένοι εἰσῆλθον εἰς τὴν πόλιν καὶ ἐδεξαντο ξενίαν ἐκείνων τῶν φίλων.
β) Ὁ ἄγγελος ἀγγέλλει ταῦτα τὰ πράγµατα τοῖς πολίταις, οὑτοι ἀκριβῶς ἀκούουσιν αὐτοῦ.
γ) Ὁρῶµεν ἐκείνους τοὺς παῖδας, οἳ τὴν γραµµατικὴν εὖ µανθάνουσιν.
δ) Αἵδε αἱ γυναῖκες εὐχόµεναι τῇ θεᾷ Ἀθηνᾷ εἰσηλθον εἰς τὸ τῆς αὐτῆς ἱερόν.
ε) αἱ παρθένοι παρέχουσιν τὴν ζώνην τῇ θεᾷ Ἀφροδίτῃ καὶ ταύτῃ εὔχονται εὐδαίµονες
εἶναι.
ζ) Ἀλκιβιάδης ἔπλει εἰς τὴν Σικελίαν, αὕτη ἡ νῆσος ἐν τῇ θαλλάτῃ Ἰόνιᾳ ἐστίν.
η) Ὁ ἡµέτερος πρόγονος Ἀσκληπιός, ὥς φασὶν οἵδε οἱ ποιηταί, συνέστησε τήν ἰατρικὴν
τέχνην.

VOCABULARIO.
ἀγγέλλω: anunciar. ἱερόν, -ου (τό): templo.
ἄγγελος, -ου (ὁ): mensajero. Ἰόνιος, -α, -ον: Jonio.
Ἀθηνᾶ, -ᾶς (ἡ): Atenea. καί: y
ἀκούω: escuchar (+genitivo). µανθάνω: aprender.
ἀκριβῶς: con exactitud. νῆσος, -ου (ἡ): isla.
Ἀλκιβιάδης, -ου (ὁ): Alcibíades. ξενία, -ας (ἡ): hospitalidad.
Ἀσκληπιός, -ου (ὁ): Asclepio. ξένος, -η, -ον: extranjero.
Ἀφροδίτη, -ης (ἡ): Afrodita. ὁράω: ver.
γραµµατική, -ῆς (ἡ): Gramática. παῖς, παιδός (ὁ/ἡ): niño, hijo.
γυνή, γυναικός (ἡ): mujer. παρέχω: ofreceer, presentar.
δέχοµαι: recibir, acoger. παρθένος, -ου (ἡ): doncella.
εἶναι: ser, estar, haber, existir. πᾶς, πᾶσα, πᾶν: todo.
εἰς: a, hacia. πλέω: navegar.
εἰσέρχοµαι: entrar en, presentarse. ποιητής, -οῦ (ὁ): poeta.
εἰσηλθον: aoristo de εἰσέρχοµαι. πόλις, -εως (ἡ): ciudad.
ἐν: en. πολίτης, -ου (ὁ): ciudadano.
εὖ: bien. πράγµα, -ατος (τό): cosa.
εὐδαίµων, -ον: feliz. πρόγονος, -ου (ὁ): antepasado.
εὔχοµαι: suplicar. Σικελία, -ας (ἡ): Sicilia.
ζώνη, -ης (ἡ): cinturón. συνέστησε: construyó.
ἡµέτερος, -α, -ον: nuestro. τέχνη, -ης (ἡ): arte, técnica.
θαλλάτα, -ης (ἡ): mar. φίλος, -η, -ον: amigo.
θεά, -ᾶς (ἡ): diosa. ὥς: como, que, cuando, porque.
ἰατρικός, -ή, -όν: de la medicina.

10.4. PRONOMBRES ADJETIVOS INTERROGATIVO E INDEFINIDO.

– El interrogativo τίς, τί (¿quién, qué¿) lleva el acento sobre la ι y se declina siguiendo


el paradigma de la tercera declinación de tema en nasal- El neutro τί es empleado, en
ocasiones, con el significado de “¿por què?”.

114
singular plural
masc./fem. neutro masc./fem. neutro
nominativo τίς τί τίνες τίνα
acusativo τίνα τί τίνας τίνα
genitivo τίνος τίνων
dativo τίνι τίσι(ν)

– El pronombre adjetivo indefinido (τις, τι) se declina como el interrogativo pero se


diferencia por el acento. Es enclítico y no puede iniciar una oración.

singular plural
masc./fem. neutro masc./fem. neutro
nominativo τις τι τινες τινα
acusativo τινα τι τινες τινα
genitivo τινος τινων
dativo τινι τισι(ν)

10.5. PRONOMBRE RELATIVO-INDEFINIDO.

Está formado por el relativo y el indefinido: ὅστις, ἥτις, ὅ τι (quienquiera que, el


cual). Ambos pronombres se declinan al mismo tiempo:

singular plural
masc. fem. neutro masc. fem. neutro
nominativo ὅστις ἥτις ὅ τι οἷτινες αἷτινες ἅτινα
acusativo ὅντινα ἥντινα ὅ τι οὕστινας ἁστινας ἅτινα
genitivo οὗτινος ἧστινος οὗτινος ὧντινων ὧντινων ὧντινων
dativo ᾧτινι ᾗτινι ᾧτινι οἷστισι(ν) αἷστισι(ν) οἷστισι(ν)

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Ὦ παῖ, ἀει µάνθανε τι νέον καθ᾿ἡµέραν.
β) Τίνες ἐστε, ὦ ξένοι, καὶ τίνος πατρίδος; Οὐδεὶς ὑµᾶς γιγνώσκει.
γ) Τίνα χρείαν ἔχει ὁ Ἔρως τοῖς ἀνθρώποις;
δ) Τίς ἐστιν αὕτη περὶ ἧς τοιαῦτα ἡµεῖς ἐν τῇ αὐλῃ ἀκούοµεν;
ε) Τίνος ἐστι οὗτος ὁ χιτὼν καὶ ταῦτα τὰ ὑποδήµατα ἅ ἐστιν ἐπὶ τῇ λάρνακι;
ζ) Τὰς ᾠδὰς τῶν Σειρήνων τινες ναῦται ἤκουσαν καὶ οὐκ ἐνόστησαν εἰς τὴν πατρίδα.
η) Μάλιστα τίµιαι ὑπὸ τῶν ἀνθρώπων ἐν πάσῃ τῇ Ἑλλάδι ἦσαν τινες τῶν θεῶν εἰκονες.

115
VOCABULARIO.
µανθάνω: aprendeer.
ἀει: siempre. ναύτης, -ου (ὁ): marinero.
ἀκούω: escuchar (+genitivo). νέος, -α, -ον: nuevo, joven.
ἀνθρώπος, -ου (ὁ): hombre. νοστέω: volver.
αὐλη, -ης (ἡ): patio, habitación. ξένος, -η, -ον: extranjero.
γιγνώσκω: conocer. οὐδεὶς, οὐδεµία, οὐδέν: nadie, nada.
εἰκών, -όνος (ἡ): imagen, estatua. οὐκ: no.
εἰς: a, hacia. παῖς, παιδός (ὁ): niño, hijo.
Ἑλλάς, Ἑλλάδος (ἡ): Grecia. πᾶς, πᾶσα, πᾶν: todo.
ἐν: en. πατρίς, -ίδος (ἡ): patria.
ἐπὶ: sobre. περὶ: sobre, a cerca de.
Ἔρως, Ἔρωτος (ὁ): Eros. Σειρήν, -ῆνος (ἡ):
ἔχω: tener. τίµιος, -α, -ον: honrado, venerado.
ἡµέρα, -ας (ἡ): día. τοιοῦτος, τοιαύτη, τοιαῦτον: tal, de tal clase.
θεός, -οῦ (ὁ): dios. ὑπό: por.
καθ᾿: κατά. ὑποδήµα, -τος (τό): zapato.
καὶ: y. χιτών, -ῶτος (ὁ): vestido.
κατά: cada. χρεία, -ας (ἡ): utilidad, provecho.
λάρναξ, -ακος (ἡ): caja, baúl. ὦ: ¡oh!
µάλιστα: mucho, especialmente. ᾠδή, -ῆς (ἡ): canto.

EJERCICIO.- Analiza y traduce el siguiente texto:


Invención del arado
Περσεφόνην ὑπὸ Πλούτωνος ἁρπασθεῖσαν26 ∆ηµήτηρ µετὰ λαµπάδων νυκτός τε καὶ
ἡµέρας27 κατὰ πᾶσαν τὴν γῆν ἐζήτει. Μαθοῦσα28 δὲ ὅτι Πλούτων τὴν θυγατέρα ἥρπασεν29,
ὀργιζοµένη ἀπελιπεν30 οὐρανόν, εἰκασθεῖσα31 δὲ γυναικὶ ἧκεν εἰς Ἐλευσίνα. Καὶ πρὸς
Κελεὸν ἐλθοῦσα32, τὸν βασιλεύοντα τότε Ἐλευσινίων, ὑπ' αὐτοῦ ἐξενίζετο. Τριπτολέµῳ
οὖν, τῷ πρεσβυτέρῳ τῶν Κελεοῦ ὑέων, δίφρον κατασκευάσασα33 πτηνῶν δρακόντων, τὸν
πυρὸν ἔδοκεν34· ὁ δὲ τὸ ἄροτρον ἐξευρὼν35 τοὺς ἀνθρώπους γεωργεῖν ἐδίδαξε36 καὶ τῷ
δίφρῳ διὰ οὐρανοῦ φερόµενος τὴν ὅλην οἰκουµένην37 πυρῷ κατέσπειρε.
Apolodoro.

VOCABULARIO.
ἄνθρωπος, -ου ὁ: hombre, ser humano. ἁρπασθεῖσαν: ver nota 1.
ἀπελιπεν: ver nota 5. αὐτός, -ή, -ό: él, éste.
ἄροτρον, -ου τό: arado. βασιλεύω: ser rey, reinar (sobre + gen.)
26 Part. Aor. Pas. de ἀρπάζω, raptar, arrebatar.
27 Genitivos de tiempo.
28 Part. Aor. de µανθάνω, aprender, saber.
29 3ª pers. aing. indicativo aor. de ἁρπάζω.
30 3ª pers. sing. aor. indicativo de ἀπο-λείπω, abandonar.
31 Part. aor. pas. de εἰκάζω, representar, tomar la figura de (+dat.).
32 Part. aor. de ἔρχοµαι, ir.
33 Part. aor. de κατασκευάζω, aparejar, construir.
34 3ª pers. sing. aor. ind. de δίδωµι, dar.
35 Part. aor. de ἐζ-ευρίσκω, inventar.
36 3ª pers. sing. aor. ind. de διδάσκω, enseñar.
37 Se sobreentiende γῆν.

116
γεωργέω: trabajar la tierra. ξενίζω: hospedar.
γῆ, γῆς ἡ: tierra. ὁ δὲ: éste.
γυνή, γυναικός ἡ: mujer. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
δέ: pero, por otra parte. οἰκέω: habitar.
∆ηµήτηρ, -τρός ἡ: Deméter (Ceres). ὅλος, -η, -ον: todo, entero.
διά: prep., I con gen., a través de; 2 con ὀργίζω: encolerizar, enfadar.
acus., a causa de. ὅτι: que.
δίφρος, -ου ὁ: carro. οὖν: seguramente, pues.
δρακών, -οντος ὁ: serpiente. οὐρανός, -οῦ ὁ: cielo.
ἐδίδαξε: ver nota 11. πᾶς, πᾶσα, πᾶν: todo.
ἔδοκεν: ver nota 9. Περσεφόνη, -ης ἡ: Perséfone (proserpina),
εἰκασθεῖσα: ver nota 6. hija de Zeus y de Deméter y esposa
εἰς: prep. de acus., a hacia, contra. de Hades.
Ἐλευσινίος, -ου ὁ: de Eleusis. Πλούτων, -ωνος ὁ: Plutón, dios de los
Ἐλευσίς, -ίνος ἡ: Eleusis, ciudad del Ática. infiernos.
Ἐλθοῦσα: ver nota 7. πρέσβυς, -εως ὁ: anciano, embajador; ὁ
ἐξευρὼν: ver nota 10. πρεσβύτερος el de mayor edad (entre
ζήτέω: buscar. dos).
ἥκω: venir, llegar. πρός: prep., 1 con acus., a, hacia, entre,
ἡµέρα, -ας ἡ: día. contra, cerca de; 2 con gen., de,
ἥρπασεν: ver nota 4. desde, de parte de; 3 con dat., junto a,
θυγατήρ, -τρός ἡ: hija. además.
καί: conj., y; adv., también. πτηνός, -ή, -όν: alado.
κατά: prep. de acus., de arriba a abajo; πῦρ, πυρός τό: fuego.
sobre, contra; según. τε: part. Enclítica, y.
κατασκευάσασα: ver nota 8. τότε: adv. Entonces.
κατασπείρω: sembrar. Τριπτόλεµος, -ου ὁ: Triptolemo, inventor del
Κελεός, -οῦ ὁ: Queleo, padre de Triptolemo. arado.
λαµπάς, -άδος ἡ: lámpara, antorcha. υἱός, υἱοῦ/ὑέος ὁ: hijo.
µαθοῦσα: ver nota 3. ὑπ': ὑπό.
µετά: prep., 1 con acus., más allá, después ὑπό: prep., 1 con acus., bajo; con gen., bajo,
de; 2 con gen., con. por, por influencia de; 3 con dat.,
νύξ, νυκτός ἡ: noche. bajo, bajo el poder.
φέρω: llevar, producir, soportar.

117
UNIDAD 11

11.1. EL EJÉRCITO Y LA MARINA EN GRECIA.

11.1.0. Introducción. No se puede decir que los griegos fueran un pueblo belicoso a
pesar de que no cesaron de guerrear a lo largo de su historia. No vemos a los griegos hasta
la época de Alejandro- asumir actitudes de conquista ni intervenir con gestos bélicos en la
vida de otros pueblos. La gran gesta colonizadora se realizó en forma pacifica, y las
situaciones de choque fueron mínimas.
Guerrearon con ardor frente a los persas en defensa de su propia libertad y de su
identidad como pueblo. Guerrearon también unos contra otros, poleis frente a poleis, en
lucha constante por la supremacía dentro de la Hélade o por el mantenimiento de su
autonomía frente a las pretensiones de cualquier otra ciudad helena; pero estas guerras de
griegos contra griegos bien pueden ser consideradas guerras civiles, pues tuvieron todas las
características y todas las terribles consecuencias de esta clase de contiendas.

11.1.1. Evolución de la milicia.


En los primeros momentos de lo que consideramos historia griega, es decir, en
el período «micénico», tenemos noticias claras del empuje bélico de los «melenudos
aqueos» -en expresión homérica-. Los aqueos, tras invadir la Hélade, constituyen fuertes
reinos bajo el mandato de reyes que no son en realidad sino caudillos militares, al menos en
un primer momento. Bien pronto llevan los aqueos su fuerza a Creta y a las islas, e incluso
al Asia Menor donde librarán duras batallas de las que queda recuerdo en los archivos hititas
y en los testimonios egipcios; finalmente se enfrentarán en largo asedio con la ciudad de
Troya en las riberas del Helesponto. Pero recordemos que estos aqueos no son todavía
griegos. Llegarán más tarde los dorios, terrible azote del poderío aqueo; pero esos dorios
invasores, grupo fraterno de los aqueos y jonios, tampoco son todavía griegos. Han de pasar
las décadas de la edad oscura en la que, entre ruinas y desolación, se forjará un pueblo
nuevo que, aun sin saber lo, es ya el pueblo griego.
La constitución de la polis dará una base sólida de existencia a las pequeñas
comunidades griegas que, a partir de entonces, pondrán todo su esfuerzo en mantener su
triple ideal de libertad, autarquía y autonomía. En defensa de ese ideal, se enfrentarán hasta
el agotamiento unas contra otras en guerra constante. Las ambiciones contrapuestas de
Atenas y Esparta, agudizadas después de las guerras médicas, llevan a la constitución dentro
de la Hélade de dos grandes bloques hostiles: uno de ellos, la liga deloática, se centra en
torno a Atenas y su poderío naval; el otro, la confederación peloponesia, en torno a Esparta
y su temible potencia terrestre.
Los griegos dispusieron, en efecto, de ejército y de marina precozmente organizados.
Nuestras-noticias más claras aluden a Atenas ya Esparta, las dos ciudades que centraron en
torno a sí mismas el esfuerzo guerrero de los griegos. Nuestra descripción, por consiguiente,
se referirá tan sólo a estas dos ciudades y, preferentemente, a la organización de sus ejércitos
en la época clásica.

118
11.1.2. El ejército y la marina en Atenas.

11.1.2.1. Deberes militares. A partir de las guerras médicas, Atenas tuvo que
mantenerse constantemente alerta para preservar su seguridad, tanto por tierra como por
mar, frente a las amenazas no ya de los persas sino de las ciudades griegas que le eran
hostiles.
Su ejército de tierra mantuvo más o menos la antigua organización con ligeras
modificaciones impuestas por la evolución político-social y por las necesidades bélicas.
Todos los ciudadanos varones tenían que servir a la defensa de la ciudad desde los 18 hasta
los 60 años; este prolongado servicio se articulaba en tres fases, de acuerdo con la edad; en
cada una de esas fases los ciudadanos recibían los siguientes nombres:
– efebos, de los 18 a los 20 años;
– hoplitas y hippeis,de los 21 a los 50 años;
– presbítatoi o veteranos, de los 51 a los 60 años.
1. En el mes de Hecatombeon, es decir, al comenzar el año, los jóvenes atenienses
que hubieran alcanzado los 18 años iniciaban su aprendizaje militar y su servicio a la
ciudad. Una vez que se comprobaba su condición de hijos legítimos de ciudadanos libres,
los efebos acudían al templo de la diosa Aglaura, donde prestaban juramento ante el altar. A
continuación iniciaban su aprendizaje bajo la vigilancia de jefes e instructores nombrados al
efecto: se ejercitan los efebos en los movimientos tácticos y en el manejo de las armas y
aprenden a montar a caballo.
Al terminar el primer año, sufren los efebos un examen ante la asamblea del pueblo
reunida en el teatro. Seguidamente se les hace entrega de una lanza y un escudo e inician un
segundo año en el que realizarán servicio activo en las guarniciones o servicios de vigilancia
fuera de Atenas.
Concluido su servicio militar, el efebo adquiere ya el rango de ciudadano con plenos
derechos ... y con plenos deberes, que no eran pocos en Atenas.
2. En calidad de hoplita o hippeus quedaba en situación de servicio pasivo, aunque
siempre presto a incorporarse al ejército si la ciudad lo requería. La clasificación en hoplitas
o hippeis dependía de la situación económica del soldado: los hippeis pertenecían a las
clases más acomodadas, ya que podían aportar el caballo y atender a su mantenimiento.
3. Cuando alcanzan la situación de presbítatoi quedan exentos de obligaciones
militares fuera del Ática, si bien puede suceder que tengan que acudir a la defensa de las
fronteras del Estado; y lo cierto es que solía suceder.
11.1.2.2. Cuerpos y armas de tierra. El ejército de guerra ateniense constaba
fundamentalmente de los siguientes cuerpos:
– hoplitas o infantería pesada, dotados de armas defensivas (casco, coraza, grebas y
escudo) y ofensivas (una o dos lanzas, espada y daga), todas de bronce. Constituían el
grueso del ejército y presentaban batalla en formación cerrada que se hizo más flexible a
partir de las guerras médicas. Se reclutaban entre las tres primeras clases sociales, aunque en
época clásica plena procedían principalmente de los zeugítas:
– toxotas o arqueros que, juntamente con los esfendonetas (honderos) y los acontístas
(armados de jabalina), protegen con sus disparos el avance de los hoplitas. Se reclutan entre
los ciudadanos más modestos, los tetes o masa proletaria;
– los hippeis, cuerpo de caballería que inició tardíamente su intervención en los
combates. Hasta el siglo IV su armadura era bastante ligera lo que parece indicar que

119
tampoco corrían graves riesgos. Se reclutaba entre las primeras clases sociales, la segunda
de las cuales incluso se conoce con el nombre de hippeis;
– servicios auxiliares, entre ellos, médicos, adivinos, hemeródromos o correos (entre
ellos, el famosísimo que llevó a Atenas la noticia de la victoria de Maratón):
– a mediados del siglo IV se creó un nuevo cuerpo de infantería ligera, los peltastas,
cuya armadura era, al parecer, semejante a la de los hoplitas, pero dotados de una movilidad
mucho mayor.
Recordemos que para formar en las filas atenienses era condición primera la de ser
ciudadanos e hijos de ciudadanos libres. Sin embargo, a partir del siglo IV se incrementa la
aceptación de mercenarios en el ejército, lo que indica claramente el descenso del tono
cívico y la decadencia del ideal de la polis.
Este ejército estuvo largo tiempo bajo el mando supremo del arconte polemarco. La
reforma de Clístenes supuso, en este aspecto, la creación de un colegio de diez estrategos,
elegidos por votación en la Asamblea: cada uno de ellos tenía a su cargo un regimiento; a
medida que los asuntos bélicos atenienses requirieron una mayor atención, los estrategos
fueron delegando sus funciones en los taxiarcos los cuales, a su vez, nombraban para el
mando de las compañías y secciones menores del ejército a los lócagos. La caballería tenía
su organización particular: dos jefes supremos, los hiparcos, que a través de los filarcos
ejercían el mando de los diez escuadrones de caballeros atenienses.
11.1.2.3. La marina ateniense. Aunque el ejército ateniense obtuvo en muchas
ocasiones gloriosas victorias, de hecho, la defensa de la ciudad y de sus intereses
comerciales corría a cargo de la flota. Ya antes de las guerras médicas, el poderío marítimo
ateniense suscitó el recelo de otras ciudades; pero fue el peligro persa el que llevó a los
atenienses, bajo el consejo de Temístocles, a realizar un esfuerzo supremo a fin de
asegurarse la hegemonía en los mares.
Las naves de guerra eran muy ligeras, de poco calado y escaso bordo, largas y
estrechas; eran impulsadas a .golpe de remo, aunque también estaban provistas de velas. El
tipo más antiguo y más sencillo es la llamada moneres en la que se suceden los bancos de
remero s que quizá llegaran al número de 30 ó 40 hombres; surgió pronto la dieres en la que,
al parecer, se superponían los bancos de remeros en dos pisos. Con motivo de las guerras
médicas, la flota ateniense está constituida probablemente por trirremes o triereis con tres
plantas superpuestas de remeros. La alta proa de la trirreme está rematada por un espolón
metálico (ἔµβολον), que se emplea como arma ofensiva para perforar los costados de las
naves enemigas, En el centro de la cubierta se alza el palo mayor, que es desmontable, y en
la zona de proa, el palo menor: uno y otro van provistos de velas, frecuentemente en color
rojo. En la popa hay dos grandes remos que se manejan como timones (πηδάλια). En época
helenística surgieron nuevos tipos de naves de mayor envergadura.
El jefe de la nave es el trierarco, ciudadano que ha tomado sobre sí los gastos de
equipamiento de la trieres o trirreme: es -como en el caso de los coregos de los dramas- un
tipo especial de aportación que recibe el nombre de liturgia, con denominaciones diversas
según la finalidad a que dicha aportación se destine. Por eso no ha de extrañar que en
realidad el trierarco sea sólo jefe teórico de la nave: de hecho, el mando lo ocupa el piloto
(κυβερνήτης), secundado por el jefe de proa (πρωρεύς) y el jefe de popa (κρελευστής): el
jefe de popa dirige el movimiento acordado de los remero s y endereza con los πηδάλια la
marcha de la nave. Los remero s solían alcanzar el número de 160 ó 180 y eran reclutados
entre los tetes, aunque también se destinaba a veces a esa durísima tarea a los metecos y a

120
los esclavos. Además de los remeros, van también en las naves algunos «hombres de mar»
que se encargan de las velas y de los aparejos. Para la defensa de la nave, están los diez
ἐπιβάται o soldados de infantería de marina, reclutados entre los hoplitas.
Los combates navales eran espectaculares. Se practicó el abordaje y el ataque con el
espolón; en ocasiones se lanzaban con gran rapidez a lo largo de la nave enemiga y
quebraban sus remos, o bien realizaban veloces virajes provocando el vuelco de la nave
enemiga; o en tácticas más complejas cercaban a varias naves y las obligaban a encallar.
Bajo cualquiera de estas formas el combate tiene su nombre: naumaquia .

11.1.3. El ejército en Esparta.


11.1.3.1. Una ciudad-cuartel. A la poderosa y largo tiempo imbatida flota
ateniense, oponía Esparta un ejército de tierra bien adiestrado y organizado, capaz de los
mayores sacrificios y que rara vez conoció la derrota.
En Εsparta el servicio a la ciudad comenzaba en la cuna y se prolongaba hasta el
momento de la muerte. Los espartiatas, ciudadanos de la arrogante polis, vivían en
permanente culto al estado. El fuerte ingrediente dorio de la población espartana justifica
parcialmente el mantenimiento durante siglos de la actitud guerrera de esta ciudad que, por
ello, vivió rodeada de enemigos a quienes hostigaba implacablemente, sobre todo a los
mesenios. Fueron precisamente las guerras desarrolladas contra los mesenios, en los
comienzos de la época arcaica, las que provocaron una tensión tal en Esparta que acabó por
hacer de la ciudad un cuartel permanente. Esparta mantuvo sus férreas instituciones hasta la
conquista romana, siempre recelosa frente a las influencias foráneas, por lo que no tenemos
demasiadas noticias sobre su precaria evolución interna.
11.1.3.2. Organización militar. El servicio activo propiamente dicho duraba,
como en Atenas, hasta los 60 años, cumplidos los cuales el espartiata seguía sirviendo a la
ciudad en otras actividades. Los jóvenes, cuando ya habían superado la fase del irenado,
pasaban a la categoría de espartiatas o ciudadanos plenos: son los Ὅµοιοι o Iguales. Hasta
los 30 años no pueden hacer los ciudadanos vida familiar, sino que viven en los filitia o
casas-cuarteles donde realizan comidas en común o syssitia y cuidan atentamente su
adiestramiento militar.
El ejército espartano está constituido casi únicamente por hoplitas, aunque también
existían destacamentos de caballería que realizaban tareas de reconocimiento y persecución.
En algunas ocasiones utilizaron también cuerpos de infantería ligera, integrados casi
siempre por ilotas.
Al frente del ejército, en caso de guerra, iba el rey en persona (en época arcaica, los
dos reyes, pues Esparta era una díarquía), escoltado por 300 hippeis que, a pesar de su
nombre, no cabalgan, sino que combaten a pie si llega el caso.
Los hoplitas espartanos aparecen integrados en cinco moras, unidades máximas del
ejército, dirigidas por un polemarco; cada mora se dividía en dos batallones al mando de los
lócagos que tenían a sus órdenes a los pentecontarcos o jefes de compañía; la unidad menor
era la enomotía, al mando de un enomotarco. El número de los soldados que constituían
cada unidad era variable, según las necesidades de la campaña y el volumen del ejército.
Pues hay que decir que las constantes campañas guerreras que sostenían los espartanos
llevaron en ocasiones a la ciudad a terribles crisis por falta de ciudadanos que pudieran
incorporarse a filas: es la famosa ὀλιγανθρωπία o escasez de hombres en Esparta.

121
También servían en el ejército los periecos aunque no siempre en misiones de
importancia; y también los ilotas que, en gran número, constituían la infantería ligera o
asumían funciones totalmente serviles, sujetos siempre a estrechísima vigilancia. Y
ocasiones hubo en que la escasez de ciudadanos obligó a Esparta a aceptar mercenarios en
sus filas, sobre todo a partir del siglo IV.
11.1.3.3. Tácticas y armas. Son mal conocidos los movimientos tácticos del
ejército espartano que le dieron gran renombre. Destacan especialmente la contramarcha por
la que, si se veían atacados por la espalda, hacían rápida conversión de sus filas situando en
vanguardia a las mejores tropas; y el plaisíon o formación en cuadrilátero cerrado para
protegerse en las marchas y retiradas.
En cambio, conocemos bien su armadura: como armas defensivas, casco, casaca roja,
grebas y un escudo enorme en el centro del cual aparecía una gran lambda, inicial del
nombre Λακεδαιµονία, que era la designación oficial de la polis espartana; como armas
ofensivas, una lanza larga y una espada. Llevaban los cabellos largos y, siguiendo un uso
muy primitivo, los peinaban cuidadosamente antes de entrar en combate.
A este ejército no respondia una potencia naval adecuada, pues sólo disponían de la
flota que les suministraban sus aliados. Aun así, lograron abatir el poderío naval ateniense
en Egos-Pótamos en el 404, lo que decidió la derrota de Atenas en la guerra del Peloponeso.
11.1.4. Evolución posterior del ejército.
Después de la guerra del Peloponeso y a lo largo del siglo IV, los ejércitos
griegos conocieron una intensa evolución:
a) primeramente, bajo el genio táctico del tebano Epaminondas (s. IV a.C.), creador del
orden oblicuo, que acabó con los rudos choques frontales de las masas de hoplitas y obligó a
procurar una mayor movilidad a los ejércitos;
b) posteriormente, con las audaces innovaciones de Filipo y Alejandro, creadores de la
falange macedonia y de las artes del asedio de ciudades poliorcélica;
c) finalmente, en época helenística, pudieron los príncipes de los grandes reinos alejandrinos
beneficiarse de los adelantos técnicos que promovieron la aparición de máquinas de guerra.
Mas, si las artes de la guerra se perfeccionaron, decayó en cambio el espíritu combativo de
los ciudadanos. El ejército se profesionaliza y comienza a ocupar dentro de la sociedad un
puesto aparte, desde el cual deja sentir su fuerza y el imperio de su voluntad.

11.2. LOS VERBOS CONTRACTOS.


– Los verbos contractos son aquellos que presentan el tema terminado en vocal -α, -ε,
-ο. Cuando la vocal final del tema está en contacto con la vocal de unión o diptongo,
se produce una contracción; como consecuencia de lo anterior, el tema sufre una
alteración fonética.
– La contracción afecta al tema de presente (tiempos de presente e imperfecto), así,
éstos se denominan también presentes contractos.

Reglas de contracción
α + ε/η > α ε + ε > ει ο + ε/ο/ου > ου
α + ει/ῃ > ᾳ ε + ο > ου ο + η/ω > ω
α + ο/ω/ου > ω ε + vocal larga o diptongo > desaparece la ε ο + ει/ῃ/οι > οι
α + οι > ῳ

122
– Ejemplo: presente e imperfecto de indicativo en voz activa del verbo ἀγαπάω (amar):

Presente de indicativo (vos activa) Pretérito imperfecto (voz activa)


ἀγαπά+ω > ἀγαπῶ ἠγάπα+ον > ἠγάπων
ἀγαπά+εις > ἀγαπᾷς ἠγάπα+ες > ἠγάπας
ἀγαπά+ει > ἀγαπᾷ ἠγάπα+ε > ἠγάπα
ἀγαπά+οµεν > ἀγαπῶµεν ἠγάπα+οµεν > ἠγαπῶµεν
ἀγαπά+ετε > ἀγαπᾶτε ἠγάπα+ετε > ἠγαπᾶτε
ἀγαπά+ουσι > ἀγαπῶσι(ν) ἠγάπα+ον > ἠγάπων

EJERCICIO.- Analiza y traduce las siguientes oraciones:


α) Ὁ διδάσκαλος ἐκελευε ἡµᾶς σιωπᾶν, καλὴ γὰρ πολύ ἐστι ἡ σιγή.
β) Ἐν Αἰγύπτῳ ἡ τοῦ Χέοπος πυραµίς ποιεῖται λίθου ξέστου, οὐδεὶς τῶν λίθων τριάκοντα
ποδῶν ἐλάσσων.
γ) ἐπεὶ ἐγένετο ἡ ἡµέρα, ὁ ὄµιλος προσεχώρει πρὸς τὴν Ἀκρόπολιν καὶ ἐποίει πολὺν
θὸρυβον.
δ) Οἱ πολῖται ἀποροῦσιν ὅ τι δεῖ ποιεῖν ὅτε ἡ στρατιὰ τῶν πολεµὶων ἀφικνεῖται πρὸ τῶν τῆς
πόλεως θυρῶν.
ε) Ὁ δοῦλος οὐκ ὁρᾷ τὸν κύριον οὐδέποτε εὐδαίµονα, ἀλλ᾿ἀεὶ αὐτὸν ὁρᾷ δυστυχῆ.
ζ) Ὁ λόγος δηλοῖ ὅτι τὰ χαλεπὰ πράγµατα ὁ χρόνος διαλύει.
η) Ὁ Σωκράτης οὐκ ἐθορύβει τοὺς πολίτας, ἀλλα δὲ ἐφαίνετο ἀεὶ διδάσκων τὴν ἀλήθειαν
καὶ τὴν δίκην.
θ) Ὀδυσσεὺς τὸν Κύκλωπα ἐτύφλωσε καὶ ἐξέφυγε τοῦ ἄντρου ὑπὸ τῷ τράγῳ.

VOCABULARIO.
ἀεὶ: siempre. ἐκφεύγω: huir.
Αἰγύπτος, -ου (ὁ): Egipto. ἐλάσσων, -ον: comparativo deἐλαχύς; más
Ἀκρόπολις, -εως (ἡ): Acrópolis. pequeño.
ἀλήθεια,-ας (ἡ): verdad. ἐν: en.
ἀλλ᾿: ἀλλά. ἐξέφυγον: aoristo de ἐκφεύγω.
ἀλλά: pero, sino. ἐπεὶ: cuando.
ἄντρον, -ου (τό): cueva. εὐδαίµων, -ον: feliz.
ἀπορέω: ignorar, no saber. ἡµᾶς: acusativo de ἡµεῖς.
ἀφικνέοµαι: llegar. ἡµεῖς: nosotros.
γὰρ: pues, en efecto. ἡµέρα, -ας (ἡ): día.
γίγνοµαι: nacer, llegar a ser, ser. θορυβέω: escandalizar, perturbar.
δὲ: pero, por otro lado. θὸρυβος, -ου (ὁ): escándalo, ruido.
δεῖ: es preciso. θύρα, -ας (ἡ): puerta.
δηλόω: mostrar. καί: y.
διαλύω: diluir, facilitar. καλός, -η, -ον: bonito, bello.
διδάσκαλος, -ου (ὁ): maestro. κελεύω: ordenar.
διδάσκω: soltar, desatar. Κύκλωψ, -ωπος (ὁ): Cíclope-
δίκη, -ης (ἡ): justicia. κύριος, -ου (ὁ): señor, amo.
δοῦλος, -ου (ὁ): esclavo. λίθος, -ου (ὁ): piedra.
δυστυχής, -ές: enfadado, desgraciado. λόγος, -ου (ὁ): palabra, discurso, fábula.
ἐγενόµην: γίγνοµαι. ξέστος, -η, -ον: pulido.

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Ὀδυσσεὺς, -έως (ὁ): Odiseo. πρὸ: delante de, por.
ὄµιλος, -ου (ὁ): multitud. πρὸς: a, hacia, contra.
ὁράω: ver. προσχωρέω: cercarse, avanzar.
ὅστις, ἥτις, ὅ τι: el que, cualquiera que. πυραµίς, -ίδος (ἡ): pirámide.
ὅτε: cuando. σιγή, -ῆς (ἡ): silencio.
ὅτι: que, porque. σιωπάω: callar.
οὐδεὶς, οὐδεµία, οὐδέν: nadie, nada. στρατιά, -ᾶς (ἡ): ejército.
οὐδέποτε: nunca, jamás. Σωκράτης, -ου (ὁ): Sócrates.
οὐκ: no. τράγος, -ου (ὁ): macho cabrío.
ποιέω: hacer. τριάκοντα: treinta.
πολεµὶος, -α, -ον: enmigo. τυφλόω: cegar.
πόλις, -εως (ἠ): ciudad. ὑπὸ: debajo de.
πολίτης, -ου (ὁ): ciudadano. φαίνω: mostrar.
πολύς, πολλή, πολύ: mucho. χαλεπός, -ή, όν: difícil.
πούς, ποδός (ὁ): pié. Χέοψ, -οπος (ὁ): Keops.
πράγµα, -ατος (τό): cosa. χρόνος, -ου (ὁ): tiempo.

EJERCICIO.- Analiza y traduce el siguiente texto:


El niño que se bañaba
Παῖς ποτε λουόµενος ἔν τινι ποταµῷ ἔµελλεν ἀποπνίγεσθαι. Ὁρῶν δὲ τινα ὁδοιπόρον,
τοῦτον ἐπὶ βοηθείᾳ ἐκάλει. Ὁ δε ἐµέµφετο τῷ παιδὶ ὡς τολµηρῷ. Τὸ δὲ µειράκιον εἶπε
(dijo) πρὸς αὐτὸν· <<Αλλὰ νῦν µε σῷζε, ὕστερον δε ἐµοὶ µέµφου>>.

VOCABULARIO.
ἀλλά: conj., mas, pero, sino. ὁ δε: éste.
ἀποπνίγω: ahogar, estrangular. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
αὐτόν, -ή, -ο: él, éste. ὁδοιπόρος, -ου ὁ: viajero.
βοηθεία, -ας ἡ: ayuda. ὁράω: ver, mirar.
δέ: por otra parte, pero. οὗτος, αὕτη, τοῦτο:
ἐγώ: yo. παῖς, παιδός ὁ: n iño, hijo, esclavo.
εἶπε: dijo. ποταµός, -οῦ ὁ: río.
ἐµοὶ: dat. de ἐγώ. ποτε: alguna vez, un día.
ἐν: prep. de dat., en, entre, en casa de. πρός: prep. 1 con acus., a, hacia, entre,
ἐπί: prep. 1 con gen., sobre, en; 2 con dat., contra, cerca de; 2 con gen., de,
sobre, cerca, por; 3 con acus., hacia, desde, de parte de; 3 con dat., junto a,
contra. además.
καλέω: llamar. σῷζω: salvar.
λούω: lavar, bañar. τις, τινος: alguien, cierto, uno.
µε: acus. de ἐγώ. τολµηρός, -ά, -όν: atrevido.
µειράκιον, -ου τό: joven. ὕστερον: adv., posteriormente, después,
µέλλω: estar a punto de. finalmente, además.
µέµφοµαι: censurar, reprochar. ὡς: conj., como, así como, cuando, que.
νῦν: adv., ahora.

124
11.3. LOS MODOS SUBJUNTIVO Y OPTATIVO.

– El modo subjuntivo se caracteriza fundamentalmente por presentar vocales temáticas


largas ω/η. Conserva los dos valores indoeuropeos de voluntad y de eventualidad, si
va acompañado de la partícula ἄν.

Presente de subjuntivo
λύ-ω
λύ-ῃς
λύ-ῃ
λύ-ωµεν
λύ-ητε
λύ-ωσι

– El modo optativo se caracteriza por presentar el morfema ι , que forma diptongo con
la vocal temática ο. Mantiene en griego los valores de deseo y posibilidad; si expresa
deseo el optativo puede aparecer solo o bien acompañado de las partículas εἰ, εἴθε; si
expresa posibilidad, el optativo va acompañado de la partícula ἄν:
– εἴθε πάντες οἱ ἄνθρωποι εἶεν εὐδαίµονες (¡Ojalá todos los hombres fuesen
felices!)
– εἰ ἔλθοις αὔριον, εὐδαίµων ἄν γενοίµην (si vinieses mañana, yo sería feliz).
– Un uso especial del llamado del modo optativo es el llamado optativo oblicuo: en una
oración subordinada, este modo puede sustituir al modo indicativo o subjuntivo,
siempre que la oración principal esté en un tiempo de pasado.
– Ὁ στρατηγὸς ἠπόρει ὅτι οἱ πολεµίοι δύναιντο πολιορκεῖν τὴν πόλιν (el general
ignoraba que los enemigos podían sitiar la ciudad).

Optativo de presente
λύ-οι-µι
λύ-οι-ς
λύ-οι
λύ-οι-µεν
λύ-οι-τε
λύ-οι-εν

EJERCICIO.- Analiza y traduce el siguiente texto:


El cuervo
Κόραξ κάµνων τῇ µητρὶ ἔλεγε: <<Εὔχου τοῖς θεοῖς, ὢ µῆτερ, καὶ δάκρυε µε>>. Ἡ δὲ πρὸς
αὐτόν: <<Τίς δήποτ' ἄν, τέκνον, ἔφη (dijo), τῶν θεῶν σοὶ εὔνους γίγνοιτο; ἐν γὰρ ἱερῶν
θυσίαις, τίνος κρέα οὐκ ἐλῃστεύσας;>>.

125
VOCABULARIO.
ἄν: partícula quqe da al verbo el sentido de κάµνω: estar enfermo, trabajar.
potencial. κόραξ, -ακος ὁ: cuervo.
αὐτός, -ή, -ο: él, éste. κρέας, -ως τό: carne.
γάρ: pues, en efecto. λέγω: decir.
γίγνοµαι: llegar a ser, producirse, nacer, ser, λῃστεύω: robar, despojar.
existir. µε: acusativo de ἐγώ.
δακρύω: llorar, deplorar. µήτηρ, µητρός ἡ: madre.
δήποτε: alguna vez. ὁ, ἡ, τό: el, la, lo.
ἐγώ: yo. οὐκ: no.
ἐν: prep. de dat, en, entre, en casa de. πρός: prep. 1 con acus., a, hacia, entre,
εὔνους, εὔνουν: benévolo. contra, cerca de; 2 con gen., de,
εὔχοµαι: suplicar, rogar. desde, de parte de; 3 con dat., junto a,
ἔφη: dijo. además.
ἡ δέ: ésta. σοί: dativo de σύ.
θεός, -οῦ ὁ: dios, divinidad. σύ: tú.
θυσία, -ας ἡ: sacrificio. τέκνον, -ου τό: hijo, hija.
ἱερός, -οῦ τό: templo. τίς, τί: ¿quién? ¿qué?
καί: conj., y; adv., también. ὦ: interjección ante vocativo, ¡oh!

11.4. LA CONCORDANCIA.

11.4.1. Concordancia del verbo con el sujeto.


a) Concordancia del verbo con un solo sujeto: El verbo concuerda con el sujeto en número y
persona; ejs.:
– Πάντες οἱ ἀδελφοὶ πάρεισιν (todos los hermanos están presentes).
– Ἐγὼ σοὶ λέξω τὴν ἀλήθειαν (yo te diré la verdad).
b) Concordancia del verbo con más de un sujeto:
– El verbo puede concordar en plural con todos los sujetos. Ahora bien, si nos
encontramos con sujetos de diferente persona, la primera prevalece sobre la segunda
y la segunda sobre la tercera; ejs.:
– Ζεὺς καὶ Ἥρα καὶ Ἀφροδίτη οἰκοῦσιν ἐν τῷ Ὀλύµπῳ (Zeus, Hera y Afrodita
viven en el Olimpo).
– Ἐγὼ καὶ σὺ ὁµολογοῦµεν ἐν τούτοις (tú y yo estamos de acuerdo en estas cosas).
– Σὺ καὶ ὁ πάτηρ βαδίζετε εἰς τὴν θίνα (tú y el padre camináis hacia la playa).
– El verbo puede concordar con el sujeto que tiene más próximo; ej.:
Οἱ ἄρχοντες καὶ ὁ βασιλεὺς ἤκει πρὸς τὴν Βουλήν (los arcontes y el rey llegan al
Consejo).
c) Un caso especial de concordancia es el de un verbo en singular que concuerda con un
sujeto plural neutro. Se trata de un caso de concordancia muy arcaico que perdura en la
prosa ática; ej.:
– Τὰ ζῷα τρέχει (los animales corren).
– Τὰ πράγµατα γίγνεται κακῶς (los asuntos de gobierno están mal).

126
11.4.2. Concordancia del predicado nominal con el sujeto.
a) Si el predicado es un adjetivo, la concordancia se produce en género, número y caso; ej.:
– Ὁ κίνδυνος ἦν µέγας (el peligro era grande).
b) Si el predicado es un sustantivo la concordancia se produce en caso; ej.:
– Μίδας ἐστι Βασιλεὺς τῆς Φριγίας (Midas es rey de Frigia).

11.4.3. Concordancia de la aposición.


Un sustantivo explica de forma más precisa el sentido de otro sustantivo, concuerda
en caso; ej.:
– Ἡφαῖστος, θεὸς τοῦ πυρός, ἐστι χωλός (Hefesto, dios del fuego, es cojo).

11.4.4. Concordancia del relativo con el antecedente.

El pronombre relativo concuerda con el antecedente en género y número; el caso


depende de la función sintáctica del relativo en la oración subordinada; ej.:
– Ὁ πόλεµος περὶ οὗ ἔγραψεν ὁ λογογράφος (la guerra sobre la que escribió el
historiador).

11.4.5. Concordancia de acuerdo con el sentido.


a) Concordancia del verbo en plural con un sujeto colectivo singular; ej.:
– Οὕτως ἔφασαν τὸ πλῆθος τῶν γερόντων (Así dijeron la mayoría de los ancianos).
b) Concordancia del predicado con un abstracto; si el sujeto masculino o femenino tiene un
sentido abstracto el predicado se halla en género neutro; ej.:
– Ὀρθὸν ἡ δικαιοσύνη ἐστιν (la justicia es recta).

11.5. LA ORACIÓN SIMPLE.

Por la naturaleza del verbo, una oración puede ser de carácter nominal o verbal.
– Oración nominal.
– Está formada por un sujeto, un verbo copulativo y un predicado que es un
nombre.
– El verbo copulativo por excelencia es εἶναι (ser). Otros verbos pueden tener un
sentido copulativo, son aquellos que significan “llegar a ser” (γίγνοµαι), “ser
considerado” (πέλοµαι), “ser llamado” (καλοῦµαι), etc.
– Es frecuente encontrar en griego oraciones nominales sin verbo copulativo; este
tipo de oraciones se denomina oración nominal pura; ej.:
– Γύναι, σὺ εὐτυχής (Mujer, tú eres feliz).
– Oración verbal.
El verbo constituye el predicado de la oración. Según la naturaleza del verbo la
oración verbal puede ser transitiva, intransitiva, reflexiva, pasiva e impersonal;
ejs.:
– Ὁ ῥήτωρ ἀγορεύει τὸν λόγον (el orador pronuncia el discurso), transitiva.
– Ἀφικνοῦµαι ἐπὶ τῷ ἵππῳ (vengo sobre el caballo), intransitiva.
– Ἀτιµάζοµαι ὑπὸ ὑµῶν (soy deshonrado por vosotros), pasiva.
– Χιονίζει (nieva), impersonal.

127
11.6. LA ORACIÓN COMPUESTA.

Las oraciones pueden unirse por yuxtaposición, coordinación o subordinación.

a) Oraciones yuxtapuestas.
Las oraciones yuxtapuestas se ordenan unas al lado de otras sin elemento de unión;
ej.:
– Ἔτρεχον, ἔβαλλον, ἐτόξευον (corrían, lanzaban piedras, disparaban el arco).

b) Oraciones coordinadas.
Las oraciones coordinadas se unen mediante conjunciones:
– copulativas: καί, τε; οὐδέ, µηδέ; οὔτε... οὔτε, etc.
– adversativas: δέ, ἀλλά; αὖ, αὖτε, µέντοι, καίτοι, etc.
– disyuntivas: ἤ; εἴτε... εἴτε, etc.
– consecutivas o ilativas: ἄρα, τοίνυν, οὖν, etc.
– causales o explicativas: γάρ.

c) Oraciones subordinadas.
Son aquellas oraciones que dependen lógica y gramaticalmente de otra oración.

Sinopsis de las oraciones subordinadas


Con conjunción: ὅτι, ὡς, ὅπως, µή.
Ej.: Ἐβόα καὶ βαρναρικῶς καὶ ἑλληνικῶς ὅτι βασιλεὺς σὺν στρατεύµατι
completivas πολλῷ προσέρχεται (Gritaba en lengua bárbara y griega que el rey se
acercaba con un ejército numeroso).
Con µή (temor).
De infinitivo.
Ej.: Ἔφασαν δὲ τινεσ καὶ τήν Σαρδίων ἀκρόπολιν ὑπὸ ύρου τοῦ Περσῶν
βασιλέως ἁλῶναι (algunos dijeron que la ciudadela de Sardes fue
conquistada por Ciro, rey de los persas).
De participio.
Ej.: Ζεὺς παρεσκεύασε χελώνην τὸν οἶκον βαστάζουσαν (Zeus dispuso
que la tortuga cargase la casa encima).
Interrogativas indirectas.
Ej.: Πρῶτον µὲν οὖν σκεπτέον τὶ τῶν βασιλευόντων ἔργον ἐστίν
(Primeramente, pues, es preciso considerar cuál es la misión de los que
reinan).
relativas Ὅς, ἥ, ὅ / ὅστις, ἥτις, ὅ τι.
Ej.: Ἀπιοῦσα φανερῶς ἐπὶ τὴν δρῦν, ἐν ᾗ ἐκαθέζετο ∆άφνις καὶ Ξλόη
(Yendo evidentemente a la encina, en la cual estaban sentados Dafnis y
Cloe).

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Finales: ἵνα, ὡς, ὅπως, ὄφρα.
Ej.: Ἵϝα δὲ σαφέστερον δηλωθῆ πᾶσα ἡ Περσῶν πολιτεία, µικρὸν
ἐπάνειµι (Para que se vea más claramente toda la constitución política de
los persas, recapitularé un poco).
circunstanciales Temporales: ὅτε, ὁπότε, ὡς, ἐπεί, ἕως, ἠνίκα.
Ej.: Ἐπει δ῾ἐξῆλθεν, ἀπήγγειλε τοῖς φίλοις τὴν κρίσιν του Ὀρόντου ὡς
ἐγένετο (Después que salió, explicó a sus amigos cómo había sucedido el
juicio de Orontes).
Causales: ὅτι, διότι, ὡς, ἐπεί, οὕνεκα.
Ej.: Ἔπεµψεν ἡµᾶς, ὦ ἄνδρες στρατιῶται, ἡ τῶν Σινοπέων πόλις
ἐπαινέσοντάς τε ὑµᾶς ὅτι νικᾶτε Ἕλληνες ὄντες βαρβάρπυς (Nos ha
enviado, ¿oh soldados!, la ciudad de Sinope para felicitarnos, porque
siendo griegos habéis vencido a los bárbaros).
Consecutivas: ὥστε, ὡς.
Ej.: ∆αιµονίως µὲν οὖν, ὦ ἐταῖρε, ὥστε µε ἐκπλαγῆναι (Es tan genial,
compañero, que me he quedado de piedra).
Condicionales: εἰ, ἐάν.
Ej.: Ἀλλ᾿ εἰ οὕτω βούλει, ὦ Σώκρατες, καὶ οὕτω σοι φράσω (si lo quieres
de este modo, Sócrates, también te lo explicaré así).
Concesivas: καὶ εἰ, εἰ καί.
Ej.: Θήσουσι γὰρ σοφὸν εἶναι, εἰ καὶ µή εἰµι, οἱ βουλόµενοι ὑµῖν
ὀνειδίζειν (Dirán que soy sabio, aunque no lo soy, los que os quieren
ofender).
Comparativas: ὡς, ὥσπερ, ὅπως.
Ej.: Σὲ δὲ ζῆν, ὥσπερ ἤδη ζῇς, ἄνευ σωτερίας (que tú vivas, como ya
estás viviendo, sin curación).

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