Lección 100 Compromiso

«No podemos ni debemos permitirnos distraernos de nuestro deber sagrado. No podemos ni

debemos perder nuestro enfoque de las cosas que más importan».
«Estamos haciendo una gran obra…», Dieter F. Uchtdorf, Conf. Gral. abril 2009 LEE DISCURSO

«Voy a vivir el Evangelio», Canciones para niños, pág. 72 CANTA HIMNO

2 Nefi 31:20 LEE ESCRITURA

Pida a su familia que indique diferentes

momentos de la historia en los que se
persiguió a personas por sus creencias.
Pregúnteles, ¿Por qué un grupo de personas
mataría a otras personas por lo que creen?

Lean 3 Nefi 1:4-9

Pregúnteles:
• ¿Qué iban a hacer los malvados con los
justos? ¿Por qué?
• ¿Por qué crees que la verdad hace que
algunas personas se enojen tanto? Lean:

Helamán 13:25-28

• Si unos malvados amenazaran tu vida por

tus creencias, ¿qué harías?

Lean 3 Nefi 1:10-23

Como familia, observen en este pasaje lo que
sucedió con los nefitas justos que fueron
condenados a morir por sus creencias. Pregunte:
• ¿Qué es lo que más os impresiona de este
grupo de nefitas?
• Aunque se salvaron, ¿cómo fue probada su fe?
• ¿Cómo creéis que se sintieron cuando al
ponerse el sol no hubo oscuridad? (vers. 15).
• ¿Creéis que hubierais sido fieles en estas
circunstancias? ¿Por qué?
• Aunque no tengamos que enfrentarnos a la
amenaza de la muerte, ¿qué lecciones
podemos aprender de 3 Nefi 1 sobre
prepararnos para la Segunda Venida?
(Dennis H. Leavitt and Richard O. Christensen, Scripture
Study for Latter-day Saint Families: The Book of Mormon,
[Salt Lake City: Deseret Book, 2003], p. 271.)

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 Financier con arándanos
60 m

6 pers.

Fácil

• Calentamos la mantequilla en un cazo a fuego medio y

dejamos que se cocine hasta que adquiera un color tostado
• 150 gr. de mantequilla claro (tendrá un olor a avellanas). Se pasa por un colador y
• 75 gr. de harina dejamos enfriar.

• 65 gr. de azúcar • En un cuenco, mezclamos la harina, el azúcar y las

• 4 claras de huevo
• 150 gr. de almendra molida
• 200 gr. de arándanos
almendras molidas. Añadimos las claras y sin batir,
removemos para que todo se integre.
• Poco a poco, vamos añadiendo la mantequilla avellana
mientras mezclamos.
• Calentamos el horno a 220ºC. Vertimos la masa en un molde
de silicona, o con papel para hornear. Colocamos los
arándanos por encima. Metemos en el horno y las cocemos
durante unos 20 minutos. Sacamos y dejamos enfriar.

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 Ejemplos de fe.
F. LaMond Tullis
L A HISTORIA de Rafael Monroy y Vicente
Morales, dos hermanos de la Iglesia en
México que vivieron durante la guerra
civil mexicana, es un ejemplo de tremendo coraje
frente a una muerte segura. Los rebeldes que
lucharon contra el gobierno con la esperanza de
arrebatar el poder eran llamados «zapatistas»
porque su líder era Emiliano Zapata. La guerra
civil incitó gran fanatismo, crueldad, caos y
derramamiento de sangre que llegó hasta a los
pueblos más aislados. En medio de la violencia, a
menudo, se producían ajustes de cuentas por
asuntos personales, políticos y religiosos. En 1912,
en pleno apogeo de esta terrible guerra civil, los
misioneros conocieron a la familia Monroy.
Aceptaron el evangelio y fueron bautizados.
Se les acusó de haber abandonado la fe de sus
padres, de juntarse con extranjeros y de haber
vendido comida en mal estado en su tienda.
Incluso los líderes religiosos locales los
ridiculizaron. Algunos vecinos comenzaron a
hacer pintadas en las paredes de su casa,
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mientras otros boicoteaban su tienda. A pesar de
estas pruebas, la familia se mantuvo firme con
mayor compromiso con la Iglesia.
Rafael solo llevaba tres meses en la Iglesia
cuando la guerra civil forzó la evacuación de
todos los misioneros extranjeros de México.
Antes de abandonar el país, el presidente Pratt
ordenó al hermano Monroy al sacerdocio de
Melquisedec y lo apartó como presidente de la
rama San Marcos.
Los zapatistas arrestaron al presidente Monroy y
a sus tres hermanas por asociarse con
norteamericanos y por estar supuestamente del
lado de los constitucionalistas. Los rebeldes
también arrestaron a Vicente Morales, marido de
una de las hermanas de Rafael, que también
servía en la presidencia de la rama San Marcos.
Basándose en falsas informaciones, los
zapatistas saquearon la tienda familiar en busca
de armas y munición. Al no encontrar nada, les
exigieron que depusieran las armas. Los
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hermanos Monroy y Morales fueron golpeados al Con cinta adhesiva, marque dos líneas
presentar sus escrituras en respuesta. Más tarde, paralelas en el suelo, a metro y medio
les dijeron que salvarían sus vidas si renunciaban de distancia. Dé a cada persona cinco
a su fe. Cuando se negaron, fueron ejecutados. arandelas o monedas y haga que se turnen
Un autor escribió sobre este suceso: lanzándolas desde detrás de una línea hacia la
«Llovió casi toda la noche, y el aire estaba otra línea. La persona que consiga que una de
cargado de humedad. Jesucita Monroy no había sus arandelas cruce la línea pero se quede lo
dormido y salió temprano a la calle, suplicando a más cerca de ella gana todas las arandelas
los oficiales del ejército zapatista […]. Sus ruegos lanzadas. La persona que finalmente obtiene
al rayar el alba fueron oídos y los zapatistas todas las arandelas gana. Explique que las
liberaron a sus tres hijas de la custodia del personas que permanecen más cerca del Señor
ejército. Después de llevar a casa a dos de sus recibirán las mayores recompensas.
hijas, Jesucita y su hija mayor, Guadalupe, fueron
al lugar donde habían tenido lugar las dos (Alma Heaton, The LDS Game Book, [Salt Lake City:
Bookcraft, 1968], p. 43.)
ejecuciones la noche anterior. Agobiadas por la
emoción y el dolor, estas dos mujeres
comenzaron la tarea de llevar los […] cuerpos de
Rafael y Vicente a casa para preparar el funeral y
el entierro. Víctimas de la brutalidad de una
guerra civil, estos dos hombres perdieron la vida
en la violencia que ellos habían deplorado. Para
muchos miembros de la familia y amigos, Rafael
y Vicente se convirtieron en ejemplos de fe y
dedicación a La Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los Últimos Días».
(F. LaMond Tullis, “Los Primeros: Mexico’s Pioneer Saints,”
Ensign, July 1997, pp. 49–51.)

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«No podemos ni debemos permitirnos distraernos de
nuestro deber sagrado. No podemos ni debemos perder
nuestro enfoque de las cosas que más importan».
«Estamos haciendo una gran obra…»,
Dieter F. Uchtdorf, Conf. Gral. abril 2009